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SOCIOLOGÍA 1

LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN. EL PROCESO DE SOCIALIZACIÓN EN EDUCACIÓN


INICIAL POST PANDEMIA.
Tener en cuenta:

 que en sociología se analiza y describe, poniendo a final la impronta de que hacemos con lo
mencionado.
 Pensar la escuela como función social (porque existe la educación, cual es la función)
 Proceso de socialización (encuentro con el otro, lenguaje humano)
 Tener en cuenta el rol que tiene que cumplir la escuela hoy en día, que modificaciones tuvo
por causa de la post pandemia y como nos interpela desde nuestro rol docente.

Una de las funciones que ha tenido la escuela desde sus inicios es el integrar el individuo a la
sociedad. Para ello, es necesario la presencia de un educando (el niño, puro instinto que se mueve por
fuerzas naturales) y un educador (adulto integrado en una cultura o sociedad determinada). El educador
sirve al niño, lo conduce a aquellos comportamientos, que en su sociedad, sean considerados deseables.
Cuando se habla de servir al niño, se refiere a que cada individuo es diferente por lo cual, se necesita de
un trato diferencial para cada uno. Por lo tanto, los conceptos de socialización y educación son sinónimos,
ya que el adulto guía al niño para su integración a la sociedad.

Durkheim afirmaba que la educación es una práctica, una actividad social, una acción que ejercen
las generaciones adultas sobre las nuevas. Por lo cual, la educación según el autor, consiste en una
socialización metódica de las nuevas generaciones.

La función social de la escuela es la institución de la legitimidad de una determinada cultura o


forma de vida. La escuela como institución recrea y reproduce en los actores sociales, ciertos valores y
bienes culturales seleccionados en un proceso de licha de intereses entre distintos grupos y sectores
sociales. Esto otorga a la escuela, la función social primordial de asegurar el acceso al conocimiento
socialmente valido y la promoción de aprendizajes significativos.

Para entender la escuela post pandemia, los procesos de enseñanza y aprendizaje debieron
evolucionar con las transformaciones y los retos que planteó la pandemia a nuestras prácticas educativas.
La situación sanitaria ha provocando un cambio en la forma de vivir, de producir, de consumir y de
relacionarse que definieron los procesos de socialización de los ciudadanos y con respecto a los cuales la
educación escolar ha de organizar específicamente su invención.

En marzo del año 2020, el sistema educativo uruguayo, enfrenta el cierre de todos los centros
educativos y la suspensión de clases presenciales. Por lo cual, se abordó la nueva realidad de manera
responsable, proactiva e innovadora, apelando a la fortaleza existentes en su organización y en sus
recursos humanos que permitieran brindar una educación remota de emergencia, aprovechando el
potencial de los diversos recursos tecnológicos desarrollados por Plan Ceibal, utilizando como recurso
primordial formatos educativos híbridos, presencial y a distancia.
Teniendo en cuenta el rol docente en tiempos de cuarentena, implicó adecuar practicas
pedagógicas a la virtualidad o el trabajo desde el hogar. Fue necesario trabajar en redes, trabajar en
equipo para apoyarse en algún colega y desplegar toda la creatividad posible. Este periodo demostró
además la importancia del diálogo en la interna de los equipos docentes para afrontar los desafíos con
coherencia y unión, posibilitando así el desarrollo de estrategias para afrontar dificultades que fueron
surgiendo, por lo cual los directivos resultaron ser mediadores entre los distintos ámbitos de la comunidad
educativa encontrando una gran variedad de posturas frente a los desafíos del contexto.

Por otro lado, hubo que unificar los canales por los cuales circulaba la información para evitar el
colapso. Por lo cual, se sugiere priorizar las plataformas CREA, PAM, Matific y Biblioteca Ceibal, para
evitar desorganización en donde con colaboración de adultos padres y tutores, llevaran adelante el acto
pedagógico. A su vez, también se utilizó como canales de comunicación con las familias videollamadas,
WhatsApp y material impreso para aquellos niños que no podían acceder a las plataformas.

Al comenzar a utilizar las plataformas, surge la necesidad del registro y comunicación en donde se
desarrollaron documentos, se reformaron criterios de evaluación de acuerdo a la virtualidad u se crearon
reglamentos para videoconferencias, permitiendo así un aprendizaje constante.

En todo este proceso, los maestros debieron resolver obstáculos, haciendo visible principalmente la
importancia de estar acompañados por sus compañeros y la capacidad de adaptar la escuela alcanzando
propuestas a gran parte de los alumnos. Pero a su vez, es importante no olvidar la brecha generada para
quienes, por no tener acceso a internet, no tuvieron la posibilidad de desarrollar la totalidad de las
actividades planteadas. La escuela ha sabido reinventarse y el maestro ha tenido que ser el primero en
adaptar su quehacer a estos diferentes escenarios, para estimular a su alumnado a hacerlo también y
generar los apoyos necesarios para afrontar juntos la complejidad que se fueran presentando.

La pandemia, dejó en evidencia a la educación, ya que los docentes no tenían las prácticas y
costumbres de la educación virtual. Por otro lado, se constató que el escenario virtual, es totalmente
diferente al presencial, ya que no se puede tener una clase de dos horas, teniendo en cuenta que la
virtualidad tiene otras características. Especialistas en educación han señalado el hecho de que en
Uruguay todavía se tiene un paradigma presencial, ya que, se tienen visiones, creencias que nos llevan a
pensar que solo vale el tiempo silla en un aula, aunque con la pandemia, este pensamiento esta
cambiando. Según un reciente estudio que hace la evaluación de aprendizaje artistas, constata que la
presencia de un docente, de un recurso de aprendizaje, de una filmación, de un video, etc., posibilita el
logro de los aprendizajes.

Según Pablo Martinis, esta experiencia de aprendizaje colectivo forzoso vinculado a la educación a
distancia, debería impactar en mejores practicas a futuro en el uso de las herramientas y en el desarrollo
de proyectos pedagógicos que las incluyan. Para el autor, esta experiencia debería ayudarnos a
revalorizar y repensar didácticas y pedagogías de la presencia, vinculadas a como pensamos los formatos
escolares y como organizamos los tiempos y espacios en la educación.

PROCESOS DE SOCIALIZACIÓN
La socialización tiene dos momentos claves: la socialización primaria y la socialización secundaria.
La primera se da en la primera infancia en la familia, en donde el niño adquiere el lenguaje, los hábitos que
le transmite el mundo adulto e interpreta la realidad, de acuerdo a los criterios aprende en su núcleo
familiar. La segunda, implica la inserción de los niños en el mundo objetivo de la sociedad de la que forma
parte, y tradicionalmente estuvo a cargo de la escuela.

Según Tedesco, la escuela debe introducir elementos que la sociedad no está ofreciendo
naturalmente, “Aprender a vivir juntos, por su parte, implica vivir experiencias de contacto con el diferente,
experiencias de solidaridad, de respeto, de responsabilidad con respecto al otro, que la sociedad no
proporciona naturalmente. La sociedad del consumo está transmitiendo valores y comportamientos que
no son los que nos hacen dignos seres humanos, por lo tanto, la escuela tiene que trabajar contra la
cultura dominante, introduciendo la posibilidad de vivir experiencias que no se producen naturalmente en
el espacio externo de la escuela. Por lo tanto, la escuela precisa todos los recursos institucionales,
culturales, pedagógicos, didácticos, porque está compitiendo con los medios de comunicación,
pretendiendo formar sujetos sabios, competentes y críticos.

A modo de conclusión, la escuela como institución recre y reproduce en los actores sociales,
ciertos valores y bienes culturales seleccionados en un proceso de lucha de intereses entre distintos
grupos y sectores sociales. Esto otorga a la escuela la función primordial de asegurar el acceso al
conocimiento socialmente valido y la promoción de aprendizajes significativos.

En esto años que hemos transitado principalmente en la pandemia por el COVID-19, donde la
educación virtual cobró protagonismo por momentos, la escuela y los colectivos docentes fueron los
constructores de puentes para permitir una comunicación fluida con la familia con el fin de mantener su
responsabilidad en la función coeducadora, favoreciendo su comprensión, sobre los aspectos
jerarquizados en una propuesta escolar adaptada a las necesidades emergentes.

Como queda en evidencia en el presente tema, enseñar en cualquier escenario, implica estudiar,
coordinar, tomar decisiones didácticas. Los docentes, que tiene la responsabilidad de enseñar, son los que
deciden la forma en que se pone a disposición de los niños el saber. Entendiendo que en entornos
virtuales, el trabajo con el alumno es menor, las propuestas tienen que ser significativas y transversales
motivando y desafiando el momento de encuentro.

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