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antropológica
y la diversidad
cultural
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© FUOC • PID_00266259 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Índice
Introducción............................................................................................... 5
Objetivos....................................................................................................... 6
Resumen....................................................................................................... 36
Actividades.................................................................................................. 37
Ejercicios de autoevaluación.................................................................. 37
© FUOC • PID_00266259 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Solucionario................................................................................................ 38
Glosario........................................................................................................ 39
Bibliografía................................................................................................. 40
Anexo............................................................................................................ 41
© FUOC • PID_00266259 5 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Introducción
Objetivos
En este módulo se analizan las bases antropológicas sobre las cuales se funda-
menta la diversidad cultural. Los objetivos que se pretende que el estudiante
alcance son los siguientes:
El término cultura no se aplica para referirse a una sociedad hasta el siglo XVIII,
momento en el que también empezará a utilizarse como sinónimo de civiliza-
ción. Cultura era una palabra en singular, una característica o atributo común
a toda la humanidad, algo que, al fin y al cabo, diferenciaba y separaba al
ser humano de la naturaleza. Desde este punto de vista, la cultura es todo lo
que una persona comparte con el resto de los seres humanos, privilegiando
lo humano en su totalidad y universalidad. Esto suponía la existencia de una
unidad�psíquica de la humanidad.
Por otro lado, el concepto alemán de kultur se utilizó para hablar por
primera vez de culturas en plural, considerándolas especificidades con-
cretas y peculiares de grupos o formaciones sociales determinadas geo-
gráfica e históricamente.
De esta manera, aunque durante una época se identificó civilización con cultu- Lectura recomendada
ra, es importante señalar el origen diferente de estos conceptos, especialmente
Para un análisis del estado de
por el hecho de que su tratamiento varía según las tradiciones anglofrancesa la cuestión del concepto de
y alemana. Norbert Elias (1988) expresa con claridad esta diferencia: civilización, véase: E. A. Tir-
yakian (ed.). (2001). Rethin-
king Civilizational Analysis.
«El concepto de civilización atenúa hasta cierto punto las diferencias nacionales entre International Sociology, 16(3).
los pueblos y acentúa lo que es común a todos los seres humanos o debiera serlo desde
el punto de vista de quienes hacen uso del concepto. En él se expresa la conciencia de
sí mismos que tienen los pueblos cuyas fronteras y peculiaridades nacionales hace siglos
que están fuera de discusión porque están consolidadas, de pueblos que hace mucho
tiempo que han desbordado sus fronteras y que han realizado una labor colonizadora
más allá de ellas. [...] el concepto alemán de cultura pone especialmente de manifiesto
las diferencias nacionales y las peculiaridades de los grupos [...]. Manifiesta la tendencia
a la delimitación, así como a poner de manifiesto y a elaborar las diferencias de grupo.»
Desde un primer momento, la antropología sienta sus bases sobre unos gran- Lecturas recomendadas
des temas que no han cesado de debatirse. La diversidad cultural constituye
Los debates sobre la diversi-
el objeto fundamental de análisis en torno al cual se articulan los debates, dad cultural aparecen en to-
dando lugar a distintas perspectivas que, una y otra vez, son reformuladas. En dos los manuales de antropo-
logía. Para una visión gene-
definitiva, se trata de conjugar la idea de cultura como algo distintivo de los ral, véase:
seres humanos con la diversidad de su manifestación encontrada a lo largo A. Barnard (2000). History
and theory in Anthropology.
del tiempo y del espacio. Cambridge: Cambridge Uni-
versity Press.
T. H. Eriksen, F. S. Nielsen
1.2.1. Universalismo frente a particularismo (2001). A history of Anthropo-
logy. London: Pluto Press.
Lecturas recomendadas
Según el particularismo, las culturas están constituidas por grupos so-
ciales discretos y limitados, diferentes y separados unos de otros. La hu- Para ampliar los términos
del debate del universalismo
manidad es así una categoría fragmentada más que algo universal. frente al particularismo y la
crítica a la razón ilustrada, se
puede leer:
A. Semprini (1997). Le noeud
La otra visión que predomina durante gran parte del siglo XIX se relacionaba gordien épistémologique. Le
con las ideas de la racionalidad ilustrada, el positivismo y el determinismo. multiculturalisme (pp. 57-69).
Paris: PUF.
J. S. Kahn (1995). Culture,
La Ilustración pretendía acabar con las costumbres y tradiciones diferentes en difference and the expresivist
critique of Modernism. Cul-
nombre de la razón y del progreso. Sus defensores eran los portavoces de una ture, Multiculture, Postculture
(pp. 18-47). London: Sage.
humanidad universal y común y se consideraban los poseedores de la verdad
con una base�científica. Pensaban que el hecho de enfrentarse al mundo ra-
cionalmente liberaba a las personas del dominio irracional de las culturas par-
ticularistas. Eran los propagandistas de la libertad y la igualdad para toda la
humanidad. Su proyecto consistía en el ideal de una humanidad común con
objetivos universales: el reino universal de la razón.
Las perspectivas aparentemente opuestas que enfrentan la cultura con las cul- Lecturas recomendadas
turas son, en realidad, complementarias. Todos los seres humanos comparten
Un análisis interesante del
una serie de características que son universales y que les distinguen de las otras concepto jerárquico frente al
especies animales: la capacidad de comunicación simbólica, de transmisión de diferencialista de cultura se
encuentra en:
conocimientos de una generación a otra, de valorar, juzgar, actuar, adaptarse Z. Bauman (2002). La cultu-
al medio que les envuelve y transformarlo. Estas características, junto a mu- ra como praxis. Barcelona: Pai-
dós.
chas otras, son comunes en cualquier ser humano y, en este sentido, se puede
Asimismo, el universalimo es
decir que la cultura es un fenómeno universal. objeto de discusión en:
T. Eagleton (2001). La idea de
cultura. Barcelona: Paidós.
Por otro lado, el contenido y la manera de articular todo lo anterior son va-
riables y producen conjuntos discretos particulares de grupos humanos que
comparten formas especiales y específicas de adaptarse al mundo, de enfren-
tarse a él y de interpretarlo. Este particularismo constituye la base sobre la cual
se puede construir y elaborar el universalismo; es decir, las concreciones espe-
cíficas de la cultura se pueden considerar variaciones de un mismo tema.
Ulf Hannerz (1998) afirma que tan solo mediante la comparación cultural sis-
temática es posible discernir el continuum y la interdependencia de las dimen-
siones universales, colectivas y singulares de los seres humanos.
Alan Barnard (2000, págs. 99-100) elabora una clasificación de los distintos
tipos de relativismo que se han desarrollado dentro de la antropología:
Para tratar de ver el mundo desde el punto de vista propio de cada cultura, hay Lecturas recomendadas
que distanciarse de cualquier juicio moral o cuestionar la existencia de juicios
La mayoría de las etnogra-
de valor únicos. El relativismo es necesario para conocer y contextualizar las fías de antropología consti-
diferentes culturas, aun a pesar del riesgo de caer en un relativismo ético ab- tuyen ejemplos prácticos del
relativismo, dado que tratan
soluto que imposibilite tanto las generalizaciones teóricas como la mera posi- de describir las culturas des-
de sus propios presupuestos.
bilidad de comunicación y conocimiento.
Para desarrollos teóricos so-
bre el relativismo cultural, se
pueden leer estos libros:
Todo relativismo siempre será relativo en sí mismo y su importancia radica en
C. Geertz (1996). Los usos de
el hecho de que aporta una actitud crítica respecto al etnocentrismo presente la diversidad. Barcelona: Pai-
dós.
en cada sociedad. La experiencia de la diversidad es paralela al argumento
T. Todorov (1991). Nosotros y
relativista, puesto que constata la existencia de diferentes maneras de explicar los otros. Reflexión sobre la di-
versidad humana. México: Si-
y entender todo lo que nos rodea y la manera de organizarnos socialmente.
glo XXI.
Teresa San Román (1996) elabora una tipología siguiendo la distinción de Clif-
ford Geertz entre etnocentrismo activo, agresivo y común:
T. San Román (1996). Los muros de la separación. Ensayo sobre alterofobia y filantropía (pp.
109-110). Madrid: Tecnos / UAB.
© FUOC • PID_00266259 14 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Por tanto, los «otros» siempre han estado presentes en la vida de cada pueblo.
Otro tema es cuándo se convierten en objeto de estudio por sí mismos y el
desafío que introducen en la autocomplacencia y el sentimiento de superiori-
dad del mundo del pensamiento ilustrado. Ese momento coincide con la ins-
titucionalización de la antropología como la disciplina científica orientada a
dar cuenta de la diversidad cultural observada. Las primeras escuelas antropo-
lógicas son el resultado del contexto intelectual europeo de mediados del siglo
XIX y, sin duda, estaban directamente relacionadas con los proyectos imperia-
listas: el conocimiento del otro era un instrumento clave para el poder.
Durante esta época, los distintos pueblos y culturas eran tratados como un
reflejo invertido de los europeos más que como entidades en sí mismas con
su propia historia.
El interés por el otro quedaba limitado a los libros de viaje, por una
parte, y a la filosofía social, por otra, que comenzaba a especular sobre
la unidad y variabilidad de los seres humanos.
Desde el primer momento, se hace eco del debate entre los principios aporta-
dos por el pensamiento ilustrado con su énfasis en la razón, el universalismo,
el individuo, la igualdad y el progreso, y la reacción del Romanticismo alemán
que sienta las bases para el nacionalismo moderno en tensión con la tradi-
ción, dirigiendo su interés hacia grupos sociales específicos, los sentimientos,
el lenguaje, etc.
© FUOC • PID_00266259 16 La tradición antropológica y la diversidad cultural
2.2.1. Evolucionismo
Para sus fines, era necesario recurrir a una comparación sistemática a partir
de datos empíricos detallados. Se trataba de determinar zonas culturales con-
cretas, y localizar su centro y los movimientos de difusión de sus rasgos hacia
la periferia y hacia otras áreas culturales. De algún modo, la influencia difu-
sionista ha llegado hasta la actualidad en las teorías de la dependencia, del
sistema-mundo y en los estudios de la globalización.
2.2.3. Funcionalismo
Ruth Benedict (1887-1948) y Margaret Mead (1901-1978) continuaron con el El crisantemo y la espada
legado de Boas centrándose en la relación entre los factores psicológicos (per- (1946)
sonalidad, emociones, carácter) y los condicionantes culturales (socialización, Ruth Benedict trata de descri-
papeles sexuales y valores). Se trataba de desentrañar si la cultura era algo in- bir el ethos de la cultura japo-
nesa, destacando como funda-
nato o adquirido. La educación y los procesos de socialización serán preocu- mental la tensión psicológica
entre la violencia y la estética.
paciones básicas de esta perspectiva.
«Las culturas son psicologías individuales agrandadas al ser proyectadas sobre la pantalla,
hasta adquirir proporciones gigantescas y [existir durante] un largo periodo de tiempo.»
Esta diversidad significa que es necesario negociar los valores, las nor-
mas, representaciones y prácticas para conseguir un consenso que siem-
pre estará sujeto a cambios en la medida en que el equilibrio de las re-
laciones de poder que dieron lugar a ese acuerdo se altere.
Desde esta perspectiva, se puede afirmar, como hacen F.J. García y J.B. Mon-
león (1999), lo siguiente:
«La cultura es, por definición, híbrida, es decir, abierta, cambiante, negociable, sujeta a
modificaciones. Sin embargo, “esa gran organización de la diversidad que es una cultu-
ra” no se materializa fuera de las relaciones de poder (inter e intraculturales), ni de la
economía.»
Después de la Segunda Guerra Mundial, se produjeron dos hechos que han marcado una
nueva sensibilidad hacia la diversidad cultural: uno es el genocidio judío en nombre de
la pureza, irreductibilidad e incompatibilidad de las culturas; el otro, el proceso de des-
colonización y el desarrollo de nuevas identidades culturales anteriormente reprimidas
y silenciadas. Estos dos hechos cuestionan la supuesta universalidad y superioridad de la
cultura occidental. Entre estos dos parámetros, irrumpe la interculturalidad.
«La historia de las relaciones entre Europa y China ha dependido en alto grado de las
ideas europeas acerca del Reino Central y de los cambios experimentados por esas ideas
como consecuencia no solo de las mudanzas ocurridas en la misma China, sino también
de las peripecias de la historia europea. Pues los cambios en Europa han venido a sumi-
nistrar a los europeos un cambiante punto de comparación desde el cual considerar a
los chinos, y también han determinado la mudanza de deseos y necesidades susceptibles
de ser satisfechos por conceptos acerca de China adecuados al momento. Así resulta que
China ha sido tenida en uno u otro momento por rica y por pobre, por adelantada y por
atrasada, por sabia y por necia, por bella y por fea, por fuerte y por débil, por honrada
y por embaucadora: la lista de las cualidades contradictorias que le han sido atribuidas
no tiene límites.»
A veces, se han utilizado otras culturas como una figura retórica para criticar Lectura recomendada
la propia. El contacto con otros, junto con el distanciamiento de lo propio, el
Un interesante análisis del
hecho de situarse afuera, puede ayudar a descubrir que los convencionalismos, exotismo se puede encontrar
aquello que se considera natural, las asunciones y presupuestos tácitos de cada el siguiente libro:
T. Todorov (1991). Lo exóti-
cultura son, en realidad, el resultado de un largo proceso de construcción de co. Nosotros y los otros (pp.
acuerdo con unos determinados intereses y contextos. 303-396). México: Siglo XXI.
© FUOC • PID_00266259 23 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Uno aprecia lo «alejado por el hecho de estar alejado», como nos recuerda
Tzvetan Todorov: «los mejores candidatos al papel ideal de exótico son los
pueblos y las culturas más alejados y más desconocidos».
3.2. Aculturación
Si para los difusionistas el contacto entre culturas era el medio para la expan-
sión de atributos culturales de una cultura a otra, para los funcionalistas ese
mismo contacto ese mismo contacto e interacción se consideraban el origen
de la desintegración cultural, lo cual, llevado a sus últimas consecuencias, jus-
tificaba políticas segregacionistas como el apartheid con el fin de preservar las
especificidades culturales del riesgo de la presencia e influencia de extraños.
Por otro lado, la idea esencialista de cultura postula la tolerancia entre cultu- El apartheid
ras separadas y autónomas que se consideran en peligro de desaparición si se
El apartheid consiste en la le-
interrelacionan. La visión estática de la cultura como algo dado en el pasado gitimación institucional de las
y que es necesario conservar, característica del Romanticismo alemán, no per- desigualdades sociales y com-
porta la separación física de los
mite la aceptación de la convivencia de la diversidad porque se considera de- grupos que coexisten, con la
creación de guetos.
sintegradora y peligrosa.
© FUOC • PID_00266259 24 La tradición antropológica y la diversidad cultural
3.3. Asimilación
Los contactos entre culturas pueden ser más o menos simétricos, dependiendo
de las posiciones de poder relativas que haya entre ellas. A veces se producen
reacciones de rechazo y conflictos, o se desencadenan movimientos de resis-
tencia y de revitalización de especificidades culturales. En otros casos, puede
dar lugar a la asimilación o pérdida de identidad cultural de un grupo o de
una persona cuando adopta completamente los valores, las creencias y prác-
ticas de otra cultura.
Las personas de tradiciones culturales distintas pueden enfrentarse en deter- Ved también
minados momentos. El tipo de conflicto más extremo es la guerra, y más aún
Véase el modulo 3, «La emer-
si acaba en genocidio, es decir, en la destrucción física del otro. Sin embargo, gencia de la etnicidad», para
por norma general, el origen de la guerra no radica en el enfrentamiento en- profundizar en el aspecto del
conflicto.
tre distintos modos de entender el mundo, sino que suele obedecer a otros
factores no específicamente culturales (y sí, en cambio, económicos, políticos,
territoriales, etc.).
Ved también
Todas las sociedades y culturas se construyen a partir de la diversidad
y generan continuamente nuevas diferencias y nuevos grupos. La in- La interculturalidad en sentido
amplio es la perspectiva utiliza-
tegridad, homogeneidad, uniformidad y monoculturalismo de los esta- da en el módulo «La diversidad
cultural a la luz de la antropo-
dos-nación es un mito propio de la modernidad eurocéntrica, una mez- logía».
cla de la ideología liberal y la romántica que trata de hacer efectiva la
fórmula: estado = nación = pueblo = cultura.
A lo largo de la historia, los grupos dominantes de los nuevos estados han uti-
lizado la estrategia de reducir la diversidad interior y promover la homogenei-
dad cultural mediante el control de la escuela y los medios de comunicación
de masas, la imposición de una lengua determinada, unos símbolos y rituales,
la delimitación de unas fronteras y la reconstrucción y la invención de la his-
toria y de las tradiciones. El resultado ha sido la creación de imaginarios de
unidad monolítica y monocultural en contraste con el mundo exterior.
4.1. Homogeneización
Esto afecta tanto a las minorías autóctonas como a las formadas por procesos
migratorios.
6)�Naturalidad�e�inevitabilidad�del�proceso�de�asimilación.
4.2. Pluralismo
El término sociedad�plural fue utilizado por primera vez por John S. Furnivall F. Barth influirá en las
(1944) y, con posterioridad, por M. G. Smith (1965) para describir la situación teorías posteriores...
dada en los territorios colonizados donde coexistían colonizadores, nativos ... de la división cultural del
sometidos y otros grupos intermediarios. Según estos autores, la dominación, trabajo y de las etnoclases.
Ambos planteamientos inciden
el conflicto y la inestabilidad eran las características de las sociedades plurales. en la estratificación, especiali-
zación y encapsulamiento de
unos determinados grupos ét-
nicos en nichos económicos
Otra interpretación diferente la aporta Frederick Barth (1969). Él apunta la concretos, dentro de la socie-
posibilidad de una coexistencia pacífica y armónica, afirmando que, en una dad general de cada país.
Melting pot
El resultado final, denominado melting�pot, consistía en la pérdida de
la cultura previa de origen y la creación de una nueva que sería homo- La metáfora del melting pot (li-
teralmente, crisol) surge en el
génea. siglo XVIII en la literatura nor-
teamericana. Sin embargo, se-
rá Israel Zangwill quien, en su
obra de teatro The melting pot
(1909), describa EE. UU. como
un lugar donde todas las cultu-
ras de Europa se mezclen y re-
formulen.
© FUOC • PID_00266259 30 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Sin negar la realidad del mestizaje, de la mezcla, se puede criticar esta visión
porque olvida las relaciones de poder entre los diferentes grupos que entran
en juego. No todos hacen las mismas aportaciones y los grupos dominantes
tienden a controlar la mezcla y a definir los contenidos de la nueva que pre-
coniza el modelo.
4.3. Multiculturalidad
giosos que buscan el reconocimiento y el respeto a sus diferencias. Estos gru- Cada vez hay más literatura
pos han desarrollado movimientos sociales en torno a un sistema de valores, dedicada al análisis del mul-
ticulturalismo.
un estilo de vida, sentimientos de identidad o de pertenencia a colectivos o Por ejemplo:
con experiencias comunes de marginalidad. Habitualmente se les ha sometido M. Martiniello (1998). Salir
de los guetos culturales. Barce-
a prácticas de exclusión, por lo que reivindican el derecho a ser reconocidos y
lona: Edicions Bellaterra.
tratados como iguales por el grupo dominante. W. Kymlicka (1999). Ciudada-
nía multicultural. Barcelona:
Proa/Ediuoc.
El apogeo del multiculturalismo se asocia a la crisis del estado-nación y de la A. Semprini (1997). Le multi-
hegemonía del racionalismo ilustrado y universalista. Andrea Semprini (1997) culturalisme. París: PUF.
El multiculturalismo, entendido como el derecho a la diferencia, tiende hacia El origen del paradigma
un reduccionismo cultural o a una visión de la cultura como esencia inmutable del multiculturalismo…
Concebir la realidad social de este modo puede ser una nueva justificación
del racismo, en este caso sobre una base cultural, al proporcionar nuevos ar-
gumentos a la segregación, separación y exclusión en nombre del respeto y el
reconocimiento de la diferencia.
4.4. Interculturalidad
cluso entre los oprimidos y subordinados que reivindican la diferencia. Estos El planteamiento de la inter-
grupos, al tratar de delimitar sus propias fronteras y convertirse en algo puro culturalidad que aquí se desa-
rrolla se puede consultar en
y homogéneo, establecen simultaneamente discriminaciones en su interior. los siguientes textos:
M. Martiniello (1997). Salir
de los guetos culturales. Barce-
La interculturalidad, por un lado, no es ajena a los procesos de aculturación lona: Edicions Bellaterra.
y, por otro, consiste en una revalorización del relativismo cultural desde un T. San Román (1996). Los mu-
ros de la separación. Ensayo so-
punto de vista crítico, sin caer en el relativismo ético absoluto. El punto de bre alterofobia y filantropía.
partida es el reconocimiento de la dignidad e igualdad de todas las culturas, Madrid: Tecnos/UAB.
A. Semprini (1997). Le multi-
sin valorarlas desde una óptica etnocéntrica. culturalisme. París: PUF.
La sociedad es plural. Los grupos y las culturas son siempre construcciones Lectura complementaria
sociales, contingentes, flexibles, con movilidad y en cambio constante. Las
Una interesante recopilación
relaciones entre los grupos deberían responder a la negociación continua, al de trabajos sobre la relación
consenso siempre elaborado ante unas condiciones y circunstancias cambian- entre antropología y traduc-
ción o mediación se encuen-
tes. Hablamos de intercambio, de diversidad, de heterogeneidad, de diálogo, tra en este libro:
de comunicación y de la posibilidad de traducción. En este sentido, Hannerz G. Pálsson (ed.) (1993). Be-
yond boundaries. Understan-
(1993) reafirma la necesidad continua de mediaciones: ding, translation and anthro-
pological díscourse. London:
Berg.
«El cambio de mosaico global a ecúmene global como metáfora básica de la antropología
depende de poner nuestra atención en el hecho de que las discontinuidades cada vez
son más relativas y, en consecuencia, las mediaciones afectan a prácticamente todos los
ámbitos. De hecho, siempre están adoptando nuevas formas, conforme nuevas culturas y
nuevas diferencias son continuamente generadas en este mundo tumultuoso. [...] Noso-
tros, antropólogos, tenderemos a mediar las mediaciones. [...] Debemos repensar nuestra
antropología con el fin de mantenemos al tanto de este mundo.»
U. Hannerz (1993) Mediations in the global ecumene, en G. Pálsson (ed.). Beyond Boun-
daries (pp. 56-57). Oxford: Berg (traducido y adaptado del original).
Por tanto, es necesario relativizar, admitir que nadie posee definiciones, expe-
riencias y conciencias definitivas y absolutas. Implica superar las dualidades,
y armonizar las diferencias, la reciprocidad y el diálogo. La sociedad debe ser
abierta para ser pluralista.
T. San Román (1996). Los muros de la separación. Ensayo sobre alterofobía y filantropía (p.
132). Madrid: Tecnos / UAB.
Las diferencias culturales son manipuladas por algunos sectores sociales como
justificación de la marginación, ocultando y enmascarando los factores eco-
nómicos y políticos que subyacen. En la actualidad, el término cultura se ha
transformado en «el territorio semántico clave del discurso político» (Stolcke,
1994).
© FUOC • PID_00266259 35 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Lectura complementaria
El reciente desarrollo de lo que podríamos denominar fundamentalis-
mo�cultural consiste en la sustitución de la categoría raza por la de cul- El texto donde se desarrolla
el concepto de fundamenta-
tura. lismo cultural por primera
vez lo podéis encontrar en la
siguiente obra:
V. Stolcke (1994). Europa:
La cultura se naturaliza, reifica y esencializa, ejerciendo las mismas funciones nuevas fronteras, nuevas re-
que antes realizaba la biología para fundamentar la jerarquización de superio- tóricas de exclusión. En: VV.
AA. Extranjeros en el paraíso
ridad-inferioridad y la distribución desigual de riqueza entre los grupos huma- (pp. 235-266). Barcelona: Vi-
rus.
nos antes identificados por la raza y ahora por la cultura. En la actualidad se
segrega espacialmente las culturas, se excluye a los otros. Teresa San Román
(1996) afirma:
«[...] biologismo y argumentación cultural del rechazo me parecen dos componentes al-
ternantes o compatibles del discurso de legitimación de la exclusión, de la discrimina-
ción, de la explotación [...].»
T. San Román (1996). Los muros de la separación. Ensayo sobre alterofobia y filantropía (pp.
234). Madrid: Tecnos / UAB.
Como nos advierte Verena Stolcke (1994), la aportación de esta nueva argu-
mentación culturalista que se superpone al racismo de antes consiste en lo
siguiente:
«La asunción de que las relaciones entre las diferentes culturas son por naturaleza hostiles
y mutuamente destructivas porque el etnocentrismo es consustancial a la naturaleza
humana. Por tanto, las diferentes culturas deberían mantenerse separadas por su propio
bien.»
V. Stolcke (1994). Europa: nuevas fronteras, nuevas retóricas de exclusión. En: VV. AA.
Extranjeros en el paraíso (p. 243). Barcelona: Virus.
En este mismo sentido, y para concluir, valgan las palabras de advertencia que
cierran el análisis de la idea de cultura de T. Eagleton (2001):
«Hemos visto cómo la cultura ha asumido una nueva dimensión política, pero, también,
cómo ha adquirido una importancia desproporcionada. Es hora, pues, de reconocer todo
su alcance, pero, también, de volver a ponerla en su sitio.»
T. Eagleton (2001). La idea de cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales (p.
193). Barcelona: Paidós.
© FUOC • PID_00266259 36 La tradición antropológica y la diversidad cultural
Resumen
Las culturas siempre han estado en contacto y sus relaciones han dado lugar
a diferentes fenómenos de cambio. La convivencia de distintas culturas en un
mismo espacio puede ser más o menos conflictiva y suelen entrar en juego
relaciones de poder.
Actividades
1. Buscad ejemplos cotidianos de los distintos usos y conceptos de cultura.
2. Trabajad el debate del etnocentrismo y relativismo cultural con algún ejemplo que, habi-
tualmente, esté muy cargado de valor: los derechos humanos, llevar o no velo a la escuela, etc.
3. Descubrid y analizad las marcas del evolucionismo presentes en los discursos cotidianos
(conceptos de desarrollo, tercer mundo, modernidad, etc.).
4. Observad ejemplos de cultura y personalidad como pueden ser los estereotipos naciona-
les/étnicos/culturales: los andaluces son..., los franceses son..., los gitanos son..., etc.
5. Buscad muestras de exotismo en nuestra sociedad. Por ejemplo, las agencias y los libros
de viajes, la búsqueda de nuevas espiritualidades procedentes de lugares lejanos, el consumo
de determinadas drogas, la adopción de dietas extrañas (por ejemplo, la macrobiótica), las
modas como los tatuajes, etc.
6. Analizad los discursos políticos sobre la inmigración, tratando de descubrir los paradigmas
donde se encuadran.
Ejercicios de autoevaluación
1. ¿En qué sentido se equipara cultura a civilización?
Solucionario
Ejercicios de autoevaluación
1.�Cuando se habla de cultura en singular, es decir, como un atributo común a toda la hu-
manidad.
4.�El análisis de las semejanzas y diferencias entre culturas y el hecho de descubrir leyes a
partir de particularidades.
9.�La educación y los procesos de socialización, así como identificar las configuraciones de
las personalidades colectivas.
10.�En la preferencia sistemática por lo que procede de lugares extraños frente a lo que es
propio.
12.�En la transformación de culturas diferentes en una única y nueva con una aportación
igual de todas ellas.
14.�La comunicación, el diálogo y el intercambio entre personas que son portadoras de dife-
rentes culturas, en condiciones de igualdad.
Glosario
aculturación f Fenómeno producido por el contacto directo y continuo entre grupos que
tienen culturas diferentes con el resultado de cambios de la cultura original de un grupo o
de más de uno.
etnocentrismo m Tendencia a interpretar el mundo que nos rodea y otras culturas y so-
ciedades desde el punto de vista del observador, que exporta sus ideas y juicios de valor.
evolucionismo unilineal m Teoría que considera las culturas dentro de una única jerar-
quía de grados de desarrollo.
relativismo cultural m Doctrina que postula que cada cultura tiene unos criterios pro-
pios e intransferibles de comprender y explicar el mundo. Es decir, posee una moralidad,
unos valores y unas creencias acompañados de una lógica y racionalidad que es ajena para
quienes no forman parte de esa cultura.
Bibliografía
Barfield, T. (ed.) (2001). Diccionario de Antropología. Barcelona: Edicions Bellaterra.
Dawson, R. (1970). El camaleón chino. Análisis de los conceptos europeos de la civilización china.
Madrid: Alianza.
Eagleton, T. (2001). La idea de cultura. Una mirada política sobre los conflictos culturales. Barce-
lona: Paidós.
Giménez, C. (1993). ¿Qué entendemos por integración de los inmigrantes? Una propuesta
conceptualizada. Entreculturas.
Glazer, N. (1997). We are all multiculturalist now. Cambridge, MA: Harvard University Press.
Hannerz, U. (1993). Mediations in the global ecumene. En: G. Pálsson (ed). Beyond boundaries
(pp. 41-57) London: Berg.
Pálsson, G. (ed.) (1993). Beyond boundaries. Understanding, translation and anthropological dis-
course. Oxford: Berg.
Anexo