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El idealismo

El idealismo es precisamente antagónico al realismo pues hay


filosofías idealistas (idealismo objetivo) que postulan una existencia
de objetos abstractos independientes del observador, el idealismo supone
que los objetos no pueden tener existencia sin que haya una mente que esté
consciente de ellos. Para poder conocer las cosas, se debe tomar en cuenta
la conciencia, las ideas, el sujeto y el pensamiento. Berkeley y Kant son
algunos de sus representantes.

Existen dos variedades principales del idealismo: el objetivo y el


subjetivo. El idealismo objetivo sostiene que las ideas existen por sí mismas
y que sólo podemos aprenderlas o descubrirlas. Teorías que figuran en esta
variedad se encuentran la de Platón, Leibniz, Hegel, Bolzano, Dilthey y
Frege.

Idealismo objetivo: El idealismo objetivo dice que las ideas existen por
sí mismas y que sólo podemos aprenderlas o descubrirlas mediante la
experiencia. Para el idealista objetivo los demás son ideas sin cuerpo
material. Algunos representantes del idealismo objetivo
son Leibniz, Hegel, Bernard Bolzano, Dilthey.

Idealismo subjetivo: El idealismo subjetivo sostiene que las ideas sólo


existen en la mente del sujeto: que no existe un mundo externo autónomo.
Para el idealista subjetivo los demás son ideas que sólo existen en su propia
mente. Representantes del idealismo subjetivo
son: Descartes, Berkeley, Kant, Fichte, Mach, Cassirer y Collingwood.

La principal característica del idealismo subjetivo es que todo gira


alrededor del sujeto cognoscente (ser pensante que realiza el acto del
conocimiento). Para las nuevas generaciones por lo cual es importante que
la manera de dirigirse en la sociedad sea un ejemplo de la filosofía que estos
puedan replicar en la búsqueda de una sociedad productiva y humanista.
En su forma más radical y, muchas veces rechazada, el idealismo es
equivalente al solipsismo; la cual es la creencia metafísica de que lo único de
lo que uno puede estar seguro es de la existencia de su propia mente, y la
realidad que aparentemente le rodea es incognoscible y puede no ser más
que parte de los estados mentales del propio yo. No obstante, de una forma
habitual, el idealista reconoce por completo el mundo externo o natural, y
evita afirmar que éste puede reducirse al mero hecho de pensar.

La Razón no se identifica con ninguna razón finita particular: el sujeto


cuya actividad intelectual da lugar a la realidad no es ningún hombre
concreto; estos filósofos no son claros sobre este tema, pero parece –al
menos en el caso de Hegel– que la identifican con lo Infinito, cuya expresión
más clara en el mundo humano es Dios.
El proceso por el cual la Razón o Infinito da lugar a la realidad tiene lugar en
el tiempo y sigue un orden, al que dieron el nombre de dialéctica.

Materialismo
Esta corriente del pensamiento toma como base algunas teorías del
Comunismo Marxista; anteriormente se consideraba que las actividades
productivas del ser humano así como su agrupación en sociedad eran
producto de una libre voluntad; Marx expone que las actividades productivas
no son realizadas por la libre voluntad del ser humano, sino que son
necesarias para la subsistencia de la sociedad, por lo que el desarrollo de la
sociedad está determinado por las actividades productivas de sus
integrantes.

Las principales características del materialismo histórico son:

 En esta doctrina se establece a la economía como base de la


sociedad: La economía es el conjunto de relaciones que existen entre
los medios de producción y el ser humano, lo cual denomina
relaciones de propiedad.
 La economía determina los valores e ideología de una sociedad en un
momento dado de la historia: Es la ideología de la clase
económicamente dominante la que controla en la sociedad.
 Son las fuerzas de producción las que conducen el devenir histórico
de las sociedades.
 Todo cambio en la sociedad, la edad media, la revolución industrial, el
esclavismo, el liberalismo, capitalismo, socialismo y neoliberalismo es
realizado a partir de cambios en los modelos económicos de la
sociedad y son independientes a personas y caudillos.

Realismo
El Realismo es aquella postura filosófica que manifiesta que los
objetos tienen una existencia independiente al observador. En tal sentido, es
opuesto al subjetivismo trascendental y, en cierta medida, al constructivismo.
En su forma extrema, conocida como realismo ingenuo, se piensa que las
cosas percibidas por los sentidos son en rigor lo que parecen ser. En
versiones más complejas, a veces denominadas como realismo metódico,1
se da alguna explicación de la relación entre el objeto y el observador que
tiene en cuenta la posibilidad de que tengan lugar ilusiones, alucinaciones y
otros errores de la percepción.

En la filosofía de Platón, un nombre común, como cama, se refiere a la


naturaleza ideal del objeto, sugerida por su definición, y esta naturaleza ideal
tiene una existencia metafísica independiente de los objetos particulares de
esta clase. Así, la circularidad existe aparte de los círculos particulares, la
justicia, independientemente de los individuos o Estados justos particulares,
y la idea de cama, independientemente de las camas particulares. En
la Edad Media, esta posición fue defendida frente el nominalismo, que
negaba la existencia de tales universales. Los nominalistas afirmaban que
los muchos objetos llamados por un único nombre no comparten nada sino
sólo dicho nombre.

La razón por la que el término realismo se aplica a corrientes


filosóficas muy diferentes entre sí, es la naturaleza del objeto. Puede ser
material, pero también un objeto espiritual, una creación matemática, una
idea, una teoría científica, etc.

Realismo y materialismo
El realismo y el materialismo son posturas filosóficas que no deben
confundirse pues postulan cosas diferentes. El materialismo aboga por la
única existencia de los materiales, mientras que el realismo postula que los
objetos son independientes al observador. Así pues, pueden existir
modalidades de realismo que admiten la existencia de objetos ideales o
abstractos(neotomismo, idealismo objetivo, platonismo matemático) con
independencia al observador, cosa contraria a lo que postula el materialismo

Realismos de objetos materiales

El realismo ingenuo se identifica con el naturalismo filosófico en el


sentido de que el punto de partida es la existencia de la naturaleza. Es la
posición intuitiva, del "sentido común".

El realismo crítico afirma que existe la cosa en sí, pero que el objeto
inmediato de conocimiento no es necesariamente éste, sino un conjunto de
cualidades pertenecientes a la cosa.

El realismo científico afirma que existe la cosa en sí, la materia, la cual


es objeto de la Física. Utiliza el método científico para conocer la realidad
material.

Para el realismo absoluto no hay diferencia, ni puede haber, entre el


objeto de conocimiento y la cosa en sí. El realismo
materialista del materialismo dialéctico es una postura filosófica, desarrollada
por Karl Marx y Friedrich Engels, que retoma el pensamiento dialéctico de
Hegel, pero "dándolo vuelta". Según estos autores, existe una realidad
material independiente de los sujetos, pero que solo es comprendida por la
actividad de los hombres. Es decir, que la realidad solo es realidad porque es
mediada por la práctica de los hombres concretos. La idea de que el hombre
construye la realidad, no obstruye que el hombre pueda conocer la realidad
tal cual es, sino todo lo contrario, solo así puede conocer tanto la realidad
humana creada como la naturaleza.

El racionalismo
El racionalismo es una corriente de pensamiento filosófico que surge
en el siglo XVII y XVIII en Europa. Sus principales representantes son René
Descartes, Spinoza y Leibniz. Este pensamiento surge como antítesis al
pensamiento que prevaleció durante la edad media y que se basaba en las
búsquedas de respuestas a través de la fe en Dios.
Los racionalistas sostuvieron que el pilar de la sociedad debe ser
la razón. Plantean que la sociedad progresará a raíz del entendimiento y la
búsqueda de la misma. De esta forma se separa la razón de la fe,
predominando aquella en desmedro de esta. Según el racionalismo, el
mundo es lógico, ordenado y racional; y por ello sólo la razón lo puede
descifrar y comprender. Para ellos, el origen del conocimiento no debe
basarse en la experiencia, porque la experiencia se fundamenta en los
sentidos, y los sentidos nos pueden engañar. El racionalismo se identifica
ante todo con la tradición que proviene del filósofo y científico francés del
siglo XVII René Descartes, quien decía que la geometría representaba el
ideal de todas las ciencias y también de la filosofía. Descartes aseguraba
que solo por medio de la razón se podían descubrir ciertas verdades
universales. A partir de aquellas verdades es posible deducir el resto de
contenidos de la filosofía y de las ciencias. Manifestaba que estas verdades
evidentes en sí eran innatas, no derivadas de la experiencia. Este tipo de
racionalismo fue desarrollado por otros filósofos europeos, como el
holandés Baruch Spinoza y el pensador y matemático alemán Gottfried
Wilhelm Leibniz. Se opusieron a ella los empiristas británicos, como John
Locke y David Hume, que creían que todas las ideas procedían de los
sentidos.

El racionalismo sostiene que la fuente de conocimiento es la razón y


rechaza la idea de los sentidos, ya que nos pueden engañar; defiende las
ciencias exactas, en concreto las matemáticas. Descartes quería volver a la
filosofía en un conocimiento científico, por lo tanto darle un método científico,
por lo que se basó en las matemáticas, que se consideraban como una
ciencia segura, por ello se dio a la tarea de describir el principio de la
matematización, en su libro titulado Discurso del método, para realizar una
investigación filosófica, el método consiste de cuatro reglas:

1.- Evidencia: solo es verdadero todo aquello que no emite ninguna


duda al pensamiento.

2.- Análisis: Reducir lo complejo a partes más simples para entenderlo


correctamente.

3.- Deducción: Permitir a la operación racional deductiva el peso de la


investigación, para encontrar las verdades complejas a partir de la deducción
de las simples.

4.- Comprobación: Comprobar si lo descubierto a partir de la razón fue


conseguido a través de estas reglas antes mencionadas.
ORIGEN Y PRINCIPIOS

La palabra racionalismo proviene del latín “ratio” que significa razón.


Intentan comprender la relación entre la mente y el conocimiento humano. El
racionalismo aspira a explicar las experiencias humanas y todos los
acontecimientos desde una base lógica y racional.

REPRESENTANTES

Tal como mencionamos anteriormente dentro de esta corriente existen


3 grandes pensadores que llevaron adelante los principios del racionalismo, y
son los principales exponentes de este pensamiento:

1. René Descartes. Francia. (1596-1650).


2. Spinoza. Holanda (1652-1677)
3. Leibniz. Alemania (1646-1716)

Tipos de racionalismo

Racionalismo trascendente. Platón sostenía que el mundo de la


experiencia estaba constantemente en cambio y movimiento y que, por estas
razones, no era posible confiar en ella. Los pensadores del racionalismo
trascendente tomaron las ideas de Platón para llevar adelante esta variante
dentro de la corriente filosófica del racionalismo.

Racionalismo teológico. Dentro de esta corriente se encontraba el


aporte de San Agustín quien considera que Dios era el espíritu (indiscutible)
que guiaba a toda la humanidad.

Racionalismo inmanente. Aquí se ubicaba el pensamiento de


Descartes con sus ideas innatas.

Racionalismo lógico. Sostenían que el pensamiento es la única fuente


posible de conocimiento.

Empirismo
El empirismo es una teoría filosófica que enfatiza el papel de
la experiencia, ligada a la percepción sensorial, en la formación del
conocimiento. Para el empirismo más extremo, la experiencia es la base de
todo conocimiento, no sólo en cuanto a su origen sino también en cuanto a
su contenido. Se parte del mundo sensible para formar los conceptos y estos
encuentran en lo sensible su justificación y su limitación. El término
«empirismo» proviene del griego έμπειρία, cuya traducción
al latín es experientia, de donde deriva la palabra experiencia.

El empirismo, bajo ese nombre, surge en la Edad Moderna como fruto


maduro de una tendencia filosófica que se desarrolla sobre todo en el Reino
Unido desde la Baja Edad Media. Suele considerarse en contraposición al
llamado racionalismo, más característico de la filosofía continental. Hoy en
día la oposición empirismo-racionalismo, como la distinción analítico-
sintético, no suele entenderse de un modo tajante, como lo fue en tiempos
anteriores, y más bien una u otra postura obedece a cuestiones
metodológicas y heurísticas o de actitudes vitales más que a principios
filosóficos fundamentales. Respecto del problema de los universales, los
empiristas suelen simpatizar y continuar con la crítica nominalista iniciada en
la Baja Edad Media.

El Empirismo se caracteriza por los siguientes aspectos


fundamentales:

 La verdad absoluta no existe. El único criterio de "verdad" es la


experiencia sensible.
 Niega cualquier conocimiento o principio innato.La mente no posee
contenido alguno (ideas innatas), es como una hoja en blanco que
debe llenarse a partir de la experiencia y el aprendizaje.
 Niega lo suprasensible. Cualquier realidad que no se deje comprobar
de algún modo objetivo o constatable.
 La validez de las teorías científicas depende de su verificación
empírica. Toda verdad debe ser puesta a prueba, y a partir de la
experiencia, puede eventualmente ser modificada, corregida o
abandonada.
 Establece los límites y posibilidades de la razón. No se opone a la
razón pero plantea que los conocimientos no provienen de esta.
 Se contrapone al racionalismo. Puesto que esperamos que sucedan
las cosas más por hábito o costumbre que por razonamiento
científico.

Positivismo
El positivismo es un pensamiento filosófico que afirma que el
conocimiento auténtico es el conocimiento científico y que tal conocimiento
solamente puede surgir de la afirmación de las hipótesis a través del método
científico. El positivismo se deriva de la epistemología que surge en Francia a
inicios del siglo XIX de la mano del pensador francés Saint-Simon,
de Auguste Comte, y del británico John Stuart Mill y se extiende y desarrolla
por el resto de Europa en la segunda mitad del siglo XIX. Se tiene en cuenta
que también tiene cierto parentesco con el Empirismo. Uno de sus
principales precursores en los siglos XVI y XVII fue el filósofo, político,
abogado, escritor y canciller de Inglaterra Francis Bacon. Esta epistemología
surge como manera de legitimar el estudio científico naturalista del ser
humano, tanto individual como colectivamente. Según distintas versiones, la
necesidad de estudiar científicamente al ser humano nace debido a la
experiencia sin parangón que fue la Revolución francesa, que obligó por
primera vez a ver a la sociedad y al individuo como objetos de estudio
científico.

Características más resaltantes del positivismo

1. El positivismo es una corriente que ha tenido una gran influencia y


aun la tiene. Postula que sólo el conocimiento proveniente de las
ciencias empíricas es válido.
2. El positivismo asume que existe un método específico mediante el
cual el sujeto puede acceder a conocer de manera absoluta al objeto
de conocimiento. Este método, asume, es el mismo para todo los
campos de la experiencia, tanto en las ciencias naturales como en las
ciencias sociales.
3. El positivismo crítica y rechaza los desarrollos metafísicos de toda
clase, por tanto, no acepta la reflexión que no pueda fundar
enteramente sus resultados sobre datos empíricos, o que formula sus
juicios de modo que los datos empíricos no puedan nunca refutarlos.
4. El paradigma positivista ha privilegiado los métodos cuantitativos en
el abordaje de la investigación. En particular, la investigación
educativa de corte positivista adopta el enfoque cuantitativo.
5. Para los positivistas el sujeto de la investigación es un ser capaz de
despojarse de sus sentimientos, emociones, subjetividad, de tal forma
que puede estudiar el objeto, la realidad social y humana “desde
afuera”. El positivismo supone que el investigador puede ubicarse en
una posición neutral y que sus valores no influyen en los resultados de
su investigación.
6. El enfoque positivista pretende el establecimiento de leyes
generales. Les interesa el establecimiento de leyes con el fin de
predecir y controlar.
7. La concepción dialéctica del conocimiento propone que el sujeto
construye el objeto de conocimiento, y que esta construcción está
mediada por las experiencias previas del sujeto, sus creencias,
valores, temores, preferencias, intereses, etc., así como la preparación
que tenga acerca del instrumento que utiliza para conocer.
8. De acuerdo con lo anterior las experiencias previas y los
conocimientos anteriores del sujeto facilitan o inhiben la construcción
de nuevos conocimientos.
9. Desde el punto de vista de la dialéctica del conocimiento tenemos
que asumir que el conocimiento es continuo y progresivo, inacabado y
en constante evolución.
10. Desde el punto de vista de la dialéctica del conocimiento el
aprendizaje tiene lugar mediante las actividades que desarrolla el
sujeto para construir ese conocimiento.
11. La investigación que se realiza desde la óptica de la dialéctica del
conocimiento privilegia el uso de métodos cualitativos. El investigador
mismo aparece como uno de los instrumentos principales de
investigación.
12. En la concepción dialéctica del conocimiento se parte de que los
valores del investigador, de la teoría que asume y del contexto
particular en que se realiza, tienen influencia en los resultados de la
investigación.

Escepticismo
El escepticismo es la facultad de oponer, de todas las maneras
posibles los fenómenos posibles y los noúmenos; y de ahí llegamos, por el
equilibrio de las cosas y de las razones opuestas (isostenia), primero a la
suspensión del juicio (epojé) y después a la indiferencias (ataraxia).” El
escepticismo toma una actitud contraria al dogmatismo. Esta corriente tiene
una posición que el sujeto no puede aprehender al objeto.

Su mayor representante fue:

Miguel de Montaigne:(San Miguel de Montaigne, 28 de febrero de 1533 – 13


de septiembre de 1592). Escritor y filósofo francés, introductor del ensayo
como forma literaria. Hijo de una familia de buena posición, fue educado en
latín por un preceptor. Fue al colegio de Guyena y cursó estudios de Leyes
en la Universidad de Toulouse. Tradujo en 1569 la Theologia naturalis de
Raimundo de Sabunde. A partir de 1571, vivió en las propiedades de su
familia, entregado al estudio de sus autores clásicos favoritos y escribiendo
los Ensayos, cuyos dos primeros volúmenes aparecieron en 1580 (el tercero
aparecería en 1588, junto con la revisión de los dos anteriores). Fue alcalde
de Burdeos de 1581 a 1585. Murió, oyendo misa, en 1592.

CARACTERÍSTICAS GENERALES:

Escéptico es alguien que profesa duda o está en desacuerdo con lo


que generalmente esta aceptado como verdad. La palabra "Escéptico" viene
del griego skeptikoi (de skeptesthai que en griego significa examinar), el
nombre dado a los seguidores del filósofo griego Pirrón. La etimología de
esta palabra indica en su significado: "quien duda e investiga". Los filósofos
escépticos no creen en una verdad objetiva, porque todo es subjetivo,
dependiendo del sujeto que estudia y no del objeto estudiado.

Una persona escéptica diría ciento fríos pero no hace frío, ya que sólo
puede saber que él/ella tiene frío o calor. A esta postura de no emitir juicios
sino exclusivamente opiniones, se la llamó suspensión de juicio.

En filosofía, esta actitud los lleva a la paz del alma porque, al no creer
en nada, no entraban en conflictos con nadie y no se veían obligados a
defender sus opiniones ya que no existían verdades objetivas.

Pragmatismo
El pragmatismo valora la insistencia en las consecuencias como
manera de caracterizar la verdad o significado de las cosas. El pragmatismo
se opone a la visión de que los conceptos humanos y el intelecto representan
el significado real de las cosas, y por lo tanto se contrapone a las escuelas
filosóficas del formalismo y el racionalismo. También el pragmatismo sostiene
que solo en el debate entre organismos dotados de inteligencia y con el
ambiente que los rodea es donde las teorías y datos adquieren
su significado. Rechaza la existencia de verdades absolutas, las ideas son
provisionales y están sujetas al cambio, a la luz de la investigación futura.

El pragmatismo, como corriente filosófica, se divide e interpreta de muchas


formas, lo que ha dado lugar a ideas opuestas entre sí que dicen pertenecer
a la idea original de lo que es el pragmatismo. Un ejemplo de esto es la
noción de practicidad: determinados pragmáticos se oponen a la practicidad
y otros interpretan que la practicidad deriva del pragmatismo. Esta división
surge de las nociones elementales del término pragmatismo y su utilización.
Básicamente se puede decir que, ya que el pragmatismo se basa en
establecer un significado a las cosas a través de las consecuencias, se basa
en juicios a posterioridad y evita todo prejuicio. Lo que se considere práctico
o no, depende del considerar la relación entre utilidad y practicidad.

Una mala comprensión del pragmatismo da lugar a generar prejuicios


cuando es todo lo contrario. En política se suele hablar de pragmatismo
cuando en verdad el pragmatismo político se basa en prejuicios y apenas
observa las consecuencias que no encajen con los prejuicios de base, que
es muchas veces lo opuesto al sentido original del pragmatismo filosófico.

Principales rasgos del pragmatismo:

Anti fundamentalismo, puesto que se renuncia a la búsqueda de la


certeza.

Falibilismo, dado que la filosofía es interpretativa, tentativa y siempre


está sujeta a la corrección crítica.

Sensibilidad para aceptar la contingencia radical y el azar. Esto


supone el rechazo de las doctrinas basadas en una verdad trascendental o
inmutable, tanto de signo religioso como laico.

Carácter social del Yo y necesidad de alentar una comunidad crítica


de investigadores. Esto implica la existencia de una pluralidad de tradiciones,
perspectivas y orientaciones que es preciso respetar y tutelar, desde un
enfoque dialógico y democrático.

Características

El pragmatismo fue la primera filosofía de Estados


Unidos desarrollada de forma independiente. Se opone a la especulación
sobre cuestiones que no tienen una aplicación práctica. Afirma que la verdad
está relacionada con el tiempo, lugar y objeto de la investigación y que el
valor es inherente tanto por sus medios como por sus fines.

El significado de la verdad está dado por su utilidad práctica. La


verdad: "es lo que funciona mejor para nosotros, lo que mejor conviene a
cada parte de la vida." Verdad es aquello que satisface los interese objetivos
del individuo. Los conceptos e ideas son instrumentos de acción, conjunto de
verdades subjetivas. En lógica, el pragmatismo se orienta hacia el
irracionalismo: de manera franca en James, de manera velada por
exhortaciones a la creación de una “lógica de la investigación científica”, en
Dewey. El pragmatismo ve las leyes y formas de la lógica como ficciones.
En ética, se atiene al meliorismo. En sociología, varía desde el culto a las
“grandes personalidades” y la apología de la democracia burguesa, hasta la
defensa abierta del racismo y del fascismo. El pragmatismo se presenta en
forma de “naturalismo experimental” que une al idealismo subjetivo con el
anti marxismo y el anticomunismo, o en forma de “neopragmatismo”, que une
el pragmatismo con el neopositivismo y el idealismo semántico (“semiótica”
de Charles Morris, operacionalismo de Bridgman, interpretación pragmatista
de la lógica formal por parte de Clarence Lewis, Carnal y Willard Quince).

El pragmatismo ha imperado durante largo tiempo en la vida espiritual de


los Estados Unidos, y sólo en la posterioridad cede sus posiciones al
neopositivismo y a las concepciones filosóficas religiosas.

Funcionalismo.

El funcionalismo es caracterizado por el utilitarismo otorgado a las


acciones que deben sostener el orden establecido en las sociedades. Es una
corriente teórica surgida en Inglaterra en el año 1930 en las ciencias
sociales, especialmente en sociología y antropología social. La teoría está
asociada a Émile Durkheim y, más recientemente, a Talcott Parsons, además
de muchos otros autores como Herbert Spencer, Bronislaw Malinowski y
Robert Merton. El funcionalismo se caracteriza por un enfoque empirista que
preconiza las ventajas del trabajo de campo. En este sentido, los teóricos
funcionalistas identifican en sus textos comunicación con comunicación de
masas, porque esa es la realidad de la sociedad moderna. Hasta el siglo XIX,
la mayoría de las labores se realizaban en un gabinete, mediante relatos
sesgados de viajeros. El funcionalismo abrió el camino de la antropología
científica, desarrollándose luego con gran éxito en Estados Unidos. La
corriente funcionalista es la escuela más extendida; se ha llegado a
naturalizar y estudiar el paradigma de las ciencias de la comunicación. Esta
circunstancia se ha entendido como lógica porque es la perspectiva que
mejor se identifica con la dinámica y los intereses del sistema audiovisual.

La escuela propone una serie de teorías concretas con continuidad


basadas en distintas disciplinas: la teoría hipodérmica, la teoría de los
efectos limitados, la teoría matemática de la comunicación y otros enfoques
más particulares. Son esquemas de acción cuyo objetivo es construir un
proyecto integrador que aporte conocimientos sobre cómo debe funcionar la
comunicación social. Bajo esta mirada, las instituciones sociales serían
medios colectivamente desarrollados para la satisfacción de las necesidades
biológicas y culturales; los define, por lo tanto, por el cumplimiento de una
función social, y no —como se hacía generalmente— por las circunstancias
históricas de su desarrollo. Enfatiza, por lo tanto, las medidas que las
instituciones toman para alcanzar los fines socialmente valorados. En la
escuela funcionalista americana, basada sobre todo en la obra de Talcott
Parsons, se pone un énfasis particular en el mantenimiento de la estabilidad
social. En el contexto estadounidense ayuda pensar que EE.UU.

Historia

El funcionalismo es una corriente que surge de numerosos estudios en


Inglaterra (a mitad la década de 1930) en las ciencias sociales,
especialmente en sociología y antropología social.2 Su principal influencia es
el sociólogo francés Émile Durkheim, que piensa que los hechos sociales
determinan los hechos culturales. Otros autores de influencia son Talcott
Parsons, Herbert Spencer y Robert Merton. Se caracteriza por el utilitarismo
otorgado a las acciones que deben sostener el orden establecido en las
sociedades, y por un enfoque empirista que preconiza las ventajas del
trabajo de campo. El funcionalismo estudia la sociedad sin tener en cuenta
su historia, sino tal y como se la encuentra; intentando comprender, como
cada elemento de la sociedad se articula con los demás formando un todo, y
ejerciendo una función dentro de esa sociedad.3 La corriente funcionalista es
la escuela más extendida, se ha llegado a naturalizar y se estudia como
paradigma de las ciencias de la comunicación. La escuela propone una serie
de teorías concretas con continuidad basadas en distintas disciplinas: la
teoría hipodérmica, la teoría de los efectos limitados, la teoría matemática de
la comunicación y otros enfoques más particulares

Escuela funcionalista

El funcionalismo nace como reacción al evolucionismo y al particularismo


histórico. Parte del hecho de que la cultura es una totalidad orgánica en las
que sus diversos elementos son inseparables (holísticos) y que se hallan
interconectados, teniendo cada uno de ellos una función específica en el
conjunto. La religión, la economía, la producción, los rituales, etc. Forman un
todo interconectado

Émile Durkheim

En el ámbito de la comunicación, la "teoría funcionalista" nace a principios


del siglo XX con la obra de Harold Lasswell, World Politics and Personal
Insecurity y Propaganda and Promotional Activities. Otro de los autores que
ha realizado grandes aportaciones a la teoría funcionalista fue Paul
Lazarsfeld mediante su trabajo The People's Choice. Esta rama de la teoría
funcionalista trata sobre el poder y la influencia de los medios de
comunicación en el público.

Ésta teoría afirma que los medios de comunicación, entendidos como


emisores de información, siempre tienen la intención de obtener un efecto
sobre el receptor, es decir, se intenta persuadir a los espectadores. Para
conseguirlo se formulan las siguientes preguntas: quién, dice qué, a través
de qué medio, a quién y con qué efecto.

Estructuralismo

Estructuralismo es un término que pertenece a la filosofía y que


también se utiliza en diversas ciencias humanas. Sin embargo, su origen
actual no surgió del campo filosófico, sino que se atribuye al lingüista
Ferdinand de Saussure, concretamente a partir de la publicación en 1916 de
su obra "Curso de lingüística general". En ella, el autor explicaba la
lingüística partiendo de la idea de estructuras distintas: la lengua, el habla,
etc. La idea general del estructuralismo de este autor consiste en entender
los elementos que componen el lenguaje como sistemas o estructuras
relacionados entre sí.

El estructuralismo viene a ser un método de comprensión de una realidad,


ya sea el lenguaje, la sociedad o la etnología. Este movimiento apareció
como respuesta a otras visiones metodológicas: de tipo histórico o de índole
subjetivo.

El estructuralismo mantiene la concepción de que hay unas reglas


establecidas (sociales, políticas u otras) que influyen en cualquier valoración
que se pueda hacer. Esto implica que los acontecimientos adquieren sentido
y son comprendidos en una sociedad porque intervienen unos sistemas o
estructuras compartidas que sirven como coordenadas explicativas. Algunos
autores entienden el estructuralismo como una teoría que aporta unos
patrones de comportamiento en cualquier realidad. Pensemos en las
distintas formas de gobierno (democracia, monarquía absoluta o
comunismo). Todos ellos tienen una estructura de poder y no importa el
sistema, ni la época, sino que es posible analizar una forma de gobierno
como algo que ocurre a partir de la interacción de elementos distintos, como
se hace en la comprensión de la fotosíntesis o los ecosistemas.
Características del estructuralismo

Observación: A diferencia de la corriente o modelo funcionalista, el


estructuralismo no apela a una observación atenta y establecida, ya que en
ella las unidades interconectadas no se consideran como un conjunto tal cual
entiende el estructuralismo, sino más bien como formas significantes.

Lengua como sistema: El estructuralismo considera a la lengua como un


sistema, o sea un conjunto de elementos solidarios que gozan de diferentes
relaciones. Por medio de los preceptos de Saussure, los estructuralistas
adoptaron su aporte sobre la lengua y la estudiaron a partir de la sincronía
(lenguaje como un objeto presente).

Enfoque descriptivo: Se realizan estudios desde un enfoque descriptivo,


analizando estructuras y sus respectivas relaciones.

Método inductivo: Recurre a un método inductivo, o sea se fundan teorías


desde un análisis del corpus como tal, dejando de lado la influencia del
medio o el contexto.

Impacto y actualidad: Con el estructuralismo prosperaron todas las ciencias


humanas. Por ejemplo, la historia alcanzó un nuevo sentido: el hombre
transformó de manera sistemática y radical las viejas representaciones de
tiempos pasados en los que cada cultura era analizada de forma arbitraria y
sesgada por prejuicios en cuanto a sus nociones y modos de comportarse.

Se pueden distinguir analíticamente, dos niveles: el de la estructura


material propiamente dicha y el de la superestructura. La estructura, está
compuesta por el aparato material productivo, la infraestructura tecnológica,
las relaciones de trabajo, la maquinaria, etc., y la superestructura, según los
filósofos soviéticos, es algo que está “montado” por “encima” de la estructura;
es otro nivel o estrato. Su composición sería la de toda la espiritualidad de la
sociedad, y en ella estarían incluidos por igual la ciencia y la religión, la moral
y el arte, la filosofía y la política, etc. La otra concepción de superestructura,
el verdadero pensamiento de Marx, no concibe a la superestructura como un
nivel situado por encima de la estructura, sino, por el contrario, como una
continuación interior de la estructura. “La Ideología está dentro del proceso
mismo de producción” decía Marcase.
Así la ideología jurídica, con sus justificaciones casuísticas de la
propiedad privada, con sus contratos entre obreros y capitalistas según los
cuales el trabajo es “ilegítimamente pagado por el salario” , está dentro del
aparato de producción, en el interior mismo de la fábrica. La ideología
jurídica justifica así, ideológicamente, las “ganancias” del capitalista, y oculta
la relación secreta y real, que es la extracción de plusvalía, de trabajo no
pagado.
Este texto nos permitirá despejar algunas dudas con respecto al concepto de
estructura y superestructura, no importa si el concepto de superestructura es
la de los soviéticos o si es el concepto propio de Marx, de todas maneras la
superestructura es la que influye, manipula, degrada, consolida el poder de
una clase sobre la otra. Cómo la ideología de la alienación está dentro del
propio monstruo capitalista, en la fábrica, entre sus obreros, la ideología
sobrevive y está activa entre las relaciones interpersonales, entre las leyes,
en esa estructura jurídica que le hace ver al obrero que no se le debe nada,
que no debe defender sus derechos. La ideología jurídica justifica la
ganancia exagerada del capitalista pero con las leyes en la mano. Como
serpientes se arrastran las leyes en una sociedad capitalista que hace ricos a
un grupo y aliena y destruye a otro, bajo la mirada complaciente del Estado.

El caso de una estructura que tiende a cambiar un sistema capitalista


por socialista, caso venezolano por ejemplo, es tremendamente complicado,
las relaciones de poder del Estado crean una ideología de la dominación que
somete al ciudadano utilizando la superestructura, un grupo que tiene ahora
el poder y lo utiliza, no esclaviza ni expropia la fuerza de trabajo del obrero o
ciudadano, como lo hacía un sistema tradicional capitalista, ahora son todos
iguales, como insectos rojos devorando las migajas de comida que le lanza
el sistema pro socialista. Ahora viven de la migaja, de la sobra. La
superestructura funciona igual que un sistema capitalista. ¿Qué cambió?
Nada. Continúa el mismo ciclo de alienación, el Estado poderoso es dueño
del capital, ahora no existen “grandes capitales”, todo lo ejecuta y controla el
Estado.

La filosofía y la superestructura
La distinción base/superestructura es una metáfora que en el Prefacio
a la Introducción a la crítica de la economía política de Marx tiene un alcance
crítico y preciso. En las coordenadas de nuestra Filosofía de la cultura,
sobreentendemos que el Prefacio de Marx presenta las superestructuras en
cuantas morfologías culturales susceptibles de desplomarse en el proceso de
evolución del todo complejo; y, precisamente cuando se desmoronan, porque
la base ha cambiado, es cuando se manifiestan como tales superestructuras.
Pero esta metáfora sugiere una visión estática de la realidad: la base es el
soporte y las superestructuras vienen a ser una excrecencia, una floración
que puede tener alguna reacción sobre la base, pero que no se sabe muy
bien cuál pueda ser su función en la producción (¿un software respecto del
hardware básico, como sugería Klaus?, ¿una capa ideológica destinada al
control social de los individuos de la sociedad correspondiente a la cultura de
referencia?). Ésta es la razón por la cual solamente cuando haya habido un
cambio efectivo la realidad de las superestructuras se manifestará como tal,
por su incapacidad para “re-alimentar” a la base, sin la cual el sistema no se
sostiene. Pero cuando el sistema morfodinámico funcione, las estructuras
que forman parte de su fisiología no podrán considerarse propiamente como
superestructuras: una catedral, en la sociedad medieval, no es una
superestructura de la “base feudal”, sino que es un contenido a través del
cual la producción se desarrolla según formas económicas, políticas, de
contacto social, de conformación de jerarquías, con funciones de banco, de
fuente de trabajo, etc. Según esto, mientras no faltasen los recursos
energéticos del entorno feudal (incluyendo aquí a las otras sociedades) las
catedrales no podrían considerarse como “sobreañadidas”, sino como partes
internas de la anatomía de esa “cultura feudal”; cuando los recursos se
agotan, porque se han desarrollado nuevas formas de producción, las
catedrales podrán impedir que el sistema subsista y determinarán la ruina de
su base, que se desplomará sustituida por otra. La propia idea de Cultura
sustituirá a la idea superestructural de la Gracia, y hasta cabría construir, en
paralelismo con la fórmula medieval, supuesto que se reaplique (como de
hecho se hace) la antigua Idea de la Gracia, en la medida en que permanece
remanente, al nuevo Reino de la Cultura (que se había formado a sus
expensas), una nueva fórmula: Gratia culturam non tollit sed perficit.

Formas de la conciencia social

En la conciencia del hombre, del mundo objetivo y del ser social; ese
reflejo constituye la base apoyándose en la cual dichas formas surgen en el
proceso de la actividad práctica. La conciencia social existe y se manifiesta
en las formas, de la ideología política, de la conciencia jurídica, de la moral,
de la religión, de la ciencia, del arte y de la filosofía. La diversidad de las
formas de la cenciencia social está determinada por la riqueza y diversidad
del mundo objetivo mismo: la naturaleza y la sociedad. Las distintas formas
de la conciencia reflejan los distintos dominios y aspectos de la realidad (por
ejemplo, las ideas políticas reflejan las relaciones entre las clases, naciones y
Estados, sirven de base a los programas políticos que se plasman en la
actuación de las clases y grupos sociales; en la ciencia, se entra en
conocimiento de las leyes de la naturaleza y de la sociedad, &c.). Cada
forma de la conciencia posee un objeto peculiar de reflejo y se caracteriza,
asimismo, por su forma especial de reflejar (por ejemplo, concepto científico,
norma moral, imagen artística, dogma religioso). Pero la riqueza y la
complejidad del mundo objetivo sólo crea la posibilidad de que aparezcan
distintas formas de conciencia social. Tal posibilidad se convierte en realidad
sobre la base de la necesidad social concreta. Así, la ciencia nace
únicamente cuando la simple acumulación de experiencia y de
conocimientos empíricos resulta insuficiente para el avance de la producción
social; las concepciones e ideas políticas y jurídicas surgieron, al aparecer
las clases y el Estado, para fundamentar y consolidar las relaciones de
dominio y subordinación, &c. En cada formación económico-social, todas las
formas de la conciencia están concatenadas entre sí, y en su conjunto
constituyen la vida espiritual de una sociedad determinada. La peculiaridad
de las necesidades sociales que dan origen a tales o cuales formas de
conciencia social, determina asimismo el papel histórico concreto que tales
formas desempeñan en la vida y desarrollo de la sociedad. Por ejemplo, la
formación comunista surge, existe y se desarrolla sobre la base del
conocimiento y de la aplicación consciente de las leyes objetivas. Por esto ya
en su fase inferior, bajo el socialismo, empieza a desaparecer la religión; en
la fase superior, las supervivencias religiosas quedarán plenamente
superadas.

Sócrates
Su inconformismo lo impulsó a oponerse a la ignorancia popular y al
conocimiento de los que se decían sabios, aunque él mismo no se
consideraba un sabio, aun cuando uno de sus mejores amigos, Querefonte,
le preguntó al oráculo de Delfos si había alguien más sabio que Sócrates, y
la Pitonisa le contestó que no había ningún griego más sabio que él. Al
escuchar lo sucedido, Sócrates dudó del oráculo, y comenzó a buscar
alguien más sabio que él entre los personajes más renombrados de su
época, pero se dio cuenta de que en realidad creían saber más de lo que
realmente sabían. Filósofos, poetas y artistas, todos creían tener una gran
sabiduría, en cambio, Sócrates era consciente tanto de la ignorancia que le
rodeaba como de la suya propia. Esto lo llevó a tratar de hacer pensar a la
gente y hacerles ver el conocimiento real que tenían sobre las cosas.
Asumiendo una postura de ignorancia, interrogaba a la gente para luego
poner en evidencia la incongruencia de sus afirmaciones; a esto se le
denominó «ironía socrática», la cual queda expresada con su célebre
frase «Yo sólo sé que no sé nada». Su más grande mérito fue crear la
mayéutica, método inductivo que le permitía llevar a sus alumnos a la
resolución de los problemas que se planteaban por medio de hábiles
preguntas cuya lógica iluminaba el entendimiento. Según pensaba, el
conocimiento y el autodominio habrían de permitir restaurar la relación entre
el ser humano y la naturaleza.

La sabiduría de Sócrates no consiste en la simple acumulación de


conocimientos, sino en revisar los conocimientos que se tienen y a partir de
ahí construir conocimientos más sólidos.

La Educación

Sócrates fue en su tiempo un docente innovador, crítico y humilde, que


impulsó a sus discípulos que eran quienes estuvieran dispuestos a conversar
con él en jardines, calles o plazas, a pensar, y esto le valió una condena a
muerte, la que esperó con gran serenidad, acusado de corromper a los
jóvenes.

Su pensamiento lo conocemos a través de la obra de su


discípulo Platón, ya que Sócrates no dejó ningún texto escrito.

Fue contemporáneo de los sofistas, pero éstos cobraban por sus lecciones,
mientras Sócrates enseñaba gratuitamente, pues consideraba que enseñar
era una misión sagrada.

Además Sócrates no decía como los sofistas poseer la sabiduría sino que se
hallaba en su constante búsqueda.

Lo primero para él, era el conocimiento personal, de uno mismo, luego


vendría el conocimiento del universo exterior. El control de los impulsos, la
serenidad de espíritu, el alejamiento del lujo y las pasiones eran la
enseñanza que daba Sócrates, sobre todo con su ejemplo, pudiendo ser
considerado el fundador de la ética.

Su enseñanza se efectuaba mediante el diálogo, con el que intentaba extraer


verdades de su interlocutor y sacarlo de la ignorancia.

En una primera instancia, el maestro se dedica a criticar el discurso que


escuchaba de quien con él conversa, haciéndole ver sus falacias e incluso
llegando a ponerlo en ridículo indicándole sus contradicciones. Esta parte se
denomina ironía.

Luego viene la mayéutica a efectos de extraer la verdad que subyace en el


intelecto humano, que puede exteriorizarse ayudado por preguntas del
maestro, que cumple un oficio similar al de la partera (profesión de la madre
de Sócrates) que ayuda a que la vida salga al exterior. En este caso lo que
nace es la verdad, llegando a la raíz del objeto de conocimiento

Aparece ya en Sócrates el rol del maestro como guía que orienta a quien
necesita descubrir por sí mismo, y no como dueño del saber a transmitir ante
un estudiante pasivo.

Método socrático:

Sócrates no predicaba la virtud directamente, sino más bien, invitaba a


reflexionar sobre ella.

No ofrecía las recetas acabadas sino convidaba a la búsqueda.

Por eso, son de suma importancia los dos métodos, o para ser más correcto,
los dos momentos del mismo método, que Sócrates empleaba en la
mencionada búsqueda de la verdad y de la virtud, las mismas las llamaba:
ironía y mayéutica, respectivamente.

Mayéutica

Del griego maieutiké (arte de las comadronas, arte de ayudar a procrear). La


mayéutica es el método filosófico de investigación y enseñanza propuesto
por Sócrates. Consiste esencialmente en emplear el diálogo para llegar al
conocimiento. Aunque Sócrates nunca sistematizó la mayéutica,
seguramente es correcto destacar las siguientes fases en este método:
Platón
Suele llamarse "educación" al proceso de transmisión y asimilación de
costumbres, normas, técnicas e ideas mediante el cual cada sociedad
incorpora a quienes se integran a ella. En los textos de Platón el término
educación tiene un significado diferente. Quien transita la verdadera
educación se ve obligado a superar el sentido común, la forma media de ver
las cosas, para descubrir lo que hay detrás. La verdadera educación implica
la adopción de una óptica "nueva" que se adquiere cuando uno se aleja de lo
cotidiano o, mejor aún, cuando comienza a mirar lo cotidiano con ojos
diferentes.
Antes de ocuparnos de la concepción platónica de "educación", repasaremos
brevemente los conceptos centrales de la antropología del filósofo ateniense,
ya que sólo desde ella adquieren sentido sus ideas pedagógicas. Sabiendo
qué es el hombre, cuál es su condición y cuál su destino, sabremos cómo se
lo debe educar para que alcance su máxima realización

Platón comprendió, aun siendo joven, que la educación del hombre, y en


especial del gobernante, es el único camino para llegar a conformar una
sociedad justa. Sólo quien vive en el diálogo directo con lo inteligible, quien
se eleva de lo mudable y sensible a lo inmutable y eterno, posee la mirada
profunda que necesita el hombre de Estado para conducir la sociedad real
hacia la sociedad ideal. La política debe plasmar en la ciudad terrena el
arquetipo que contempla en el mundo ideal, y la educación es el cincel que
permite modelar la sociedad ideal en este mundo limitado por el devenir, el
cambio y la materia.
La "auténtica filosofía" es, según Platón, la fuente del saber sobre lo que es
bueno y justo, tanto en la vida privada como en la pública. En sintonía con
esta distinción, el presente artículo aborda las ideas de Platón sobre
educación desde dos perspectivas: en la primer parte, centrando la atención
sobre el individuo, y en la segunda, destacando la dimensión política del
hecho educativo.
La alegoría de la caverna Platón inicia el libro séptimo de La república
relatando una historia imaginaria con el fin de clarificar qué es la educación.
La misma se conoce como "mito de la caverna" o "alegoría de la caverna".
Un grupo de hombres vive dentro de una caverna. Los separa del mundo
exterior un camino escarpado. Ellos, que nunca lo han visto, toman a las
sombras por realidad, viviendo así en el error y el engaño.
Están tan convencidos de ello que educarlos, es decir, ayudarlos a
transitar el camino hacia el exterior, se torna muy difícil. Si a un hombre que
vive en la caverna de la ignorancia “se lo obliga a mirar la luz misma del
fuego, ¿no herirá ésta sus ojos?” (Platón 1988). El aprendizaje es doloroso.
Se necesita esfuerzo para superar las opiniones cotidianas y elevarse a lo
que verdaderamente es. Sin embargo, la recompensa vale el esfuerzo: “Si
[quien ha salido de la caverna] recordara la antigua morada y el saber que
allí se tiene, y pensara en sus compañeros de esclavitud, ¿no crees que se
consideraría dichoso en el cambio y se compadecería de ellos?”

Aristóteles
Fue considerado por muchos un gran autor enciclopédico, además de
ser junto a Platón y Sócrates uno de los pensadores más destacados dentro
de la antigua filosofía griega y posiblemente el más importante de toda la
filosofía occidental Aristóteles, uno de los filósofos, lógico y científico más
influyentes de la antigüedad. Un pensador que buscó fundamentar el
conocimiento humano en la experiencia. Nació en el 384 a.C. En Estagira,
una pequeña localidad macedonia, cerca del actual monte Athos. Fue
considerado por muchos un gran autor enciclopédico, además de ser junto a
Platón y Sócrates uno de los pensadores más destacados dentro de la
antigua filosofía griega y posiblemente el más importante de toda la filosofía
occidental. Fue capaz de plantear que la educación, la genética y los hábitos
son factores que influyen en la formación durante el desarrollo personal.

Aristóteles seguía un plan educativo basado en cinco periodos


educativos. El primero era la infancia, se trataba del periodo de crianza
(formación de hábitos). En segundo periodo, alcanzaba hasta los 5 años,
consistía en el desarrollo de los buenos hábitos, pero sin lecciones y sin
obligaciones. La siguiente etapa abarcaba hasta los 7 años, profundizando
en los hábitos. Desde los 7 años hasta la pubertad, era el periodo de
educación pública con asignaturas tales como: gimnasia, lectura, escritura,
música y dibujo. Y por último la educación liberal, que se impartía en Liceos,
con asignaturas como podían ser las matemáticas, lógica, metafísica, ética,
música, física o biología. La música era considerada como elemento vital en
la educación liberal, ya que se consideraba que por una parte contribuía a la
formación del carácter y por otra a la purificación emotiva.

El concepto de educación podría definirse como un proceso de


socialización. Al educarnos somos capaces de asimilar y aprender
conocimientos. Se materializa en una serie de valores y habilidades que
producen cambios tanto intelectuales como emocionales o sociales.

Sabías que… para Aristóteles la educación era infinita, más concretamente


decía: “la educación nunca termina, pues es un proceso de
perfeccionamiento y por tanto ese proceso nunca termina. La educación dura
tanto como dura la vida de la persona.” La preocupación por educación
infantil ha sido una constante durante los diferentes periodos históricos,
aunque como proceso, se podría decir que su estudio es reciente. En la
antigua Grecia se observaba un concepto de la educación de acuerdo a los
ideales o necesidades de la sociedad. En la mayor parte de su historia la
educación fue privada, salvo en Esparta. Durante el periodo helenístico
algunas ciudades-estado construyeron escuelas públicas. Solamente tenían
la opción de contratar un maestro, aquellas personas que gozaban de un alto
nivel económico. En algunos casos, hasta los 7 años era su nodriza quien se
ocupaban de los niños y les proporcionaban las llamadas `primeras
enseñanzas´. Los niños aprendían a leer, escribir, a cantar, a tocar un
instrumento, a citar la literatura y más adelante a ser entrenados como
soldados. Sin embargo las niñas digamos que aprendían los conocimientos
mínimos, como podían ser leer y escribir. En algunos casos también
aprendían sobre tratamientos de lanas o de tejidos. Además eran se les
enseñaba cómo dirigir un hogar, con todo lo que eso conllevaba. Rara vez
las niñas continuaban su periodo de educación pasada su época de niñez.
Los niños pertenecientes a familias con dinero, eran cuidados y atendidos
por los llamados ’paidólogos’, esclavos domésticos cuya misión no era otra
que acompañar a los niños durante el día. Las clases se impartían en las
casas privadas de los propios maestros. Incluían entre otras: la aritmética, la
lectura, la escritura, canto y la ejecución de instrumentos como podían ser la
flauta o la lira.

El objetivo marcado para la educación era el de preparar a los jóvenes,


despertando en cada uno de ellos su inteligencia, para asumir a largo plazo
posiciones de liderazgo en las tareas de Estado y de la sociedad. Es decir,
creían en la posibilidad de formar a ‘buenos ciudadanos’.

San Agustín de Hipona


Enseñar y aprender fue la actividad de su vida. Aprender para
enseñar, y enseñar para aprender. Plus amo discere quam docere: Quiero
más aprender que enseñar, y así lo confieso, escribe al distinguido tribuno
Dulcicio. A mí, me place más oír al Maestro que ser oído como maestro.

Algo parecido, aunque muy lejanamente, quisiera yo reflejar en el resumen


de estas hojas: que al hilo de la exposición, sea Agustín quien ponga las
frases luminosas y les dé su característico peso. Citaré algunas en latín para
que no solo suene el fondo que remece, sino también resuene la expresión
que deleita. Sentencias bellamente hilvanadas con antítesis, paronomasias,
retruécanos, quiasmos, similicadencias, oxímoros, paradojas. Que por algo
S. Agustín –dicendi peritus– es maestro, también, en el decir.

1. Principio pedagógico.- Un principio pedagógico agustiniano es más la


libera curiositas que la meticulosa necessitas. Es decir, más la afición libre
que la obligada exigencia. Lo expresa S. Agustín por experiencia propia. Mas
la educación –educere, sacar de– es dura labranza que empeña frutos de
verano, pero se hace con no pequeños sacrificios de invierno y entrega
perseverante. “Educar significa sacar el corazón del formando de una
situación de presente para llevarlo más allá, hacia su futuro como persona y
como miembro de una comunidad”.

El tema es la educación agustiniana y, completando el principio, se me ha


propuesto como lema, una entre los miles de bellísimas reglas del
pensamiento de Agustín. Resuene ya en los oídos de muchos, la cadenciosa
y musical retórica agustiniana: “Los alumnos enseñan a través de sus
maestros lo que aprenden de ellos, y los maestros aprenden en aquellos lo
mismo que les enseñan. Por la identificación que confiere el afecto mutuo se
hacen nuevas en ambos las antiguas verdades trasmitidas”. El oficio de
maestro será trasmitir ciencia y sabiduría para llevar a la Sabiduría. “¿Y qué
debemos entender por sabiduría sino la Sabiduría de Dios?” ¿Y qué es la
sabiduría de Dios sino la Verdad? Donde encontré la verdad allí encontré la
verdad. Y la verdad consiste en una suprema Medida –summum modum–. O,
con la multisecular palabra escolástica, sublimada, la adaequatio. Y siendo
suprema y perfecta, es también verdadera Medida. Medida y Verdad
coinciden. Quien por la verdad, pues, viniere a la suprema Medida, beatus
est, ese es el hombre feliz. Esto es poseer a Dios –Deum habere–. Y eso es
gozar de Dios –Deo frui– Porque Dios es la medida del hombre. Y nadie
puede llenar al hombre, sino el que creó al hombre. Lo decisivo es la
formación de la voluntad. Para que los tiempos sean mejores, formemos
voluntades buenas. Nos sumus tempora; quales sumus, talia sunt tempora.
Serán los tiempos como los hagamos nosotros. Utinam non abundarent mali,
et non abundarent mala: Si no abundaran los malos, no abundarían los
males. “Homines sunt voluntates” (Civ Dei XIV, 6), ha quedado como
universal máxima culta, en el sentido de que la voluntad y la disciplina son
capaces de lo que parece inalcanzable. O dicho como sentencia: Hacer
puedo lo que quiero, si quiero hacer lo que puedo (Ep. 10, 1). Y al endeble
propósito refranístico del año nuevo, vida nueva, p. Ej., se le opone
agustiniana y palmariamente el inconcuso hecho como pedagogía y como
fruto: A vida nueva, año nuevo. Bene vivamus, et bona sunt tempora:
Vivamos bien, y solo entonces será verdad aquello de “próspero año nuevo”.
No se imponga, pues, la actitud fatalista, ni la simple ocurrencia; sino iluminar
cualquier circunstancia desde perspectiva inteligente y propósito
responsable.

Cuanto más capaz es uno de entender una cosa, tanto más apto es para
enseñársela a los demás. Sentencia que ya profesaba Aristóteles: el poder
enseñar es lo que distingue al que sabe del que no sabe (Metaf. A 1). O en la
concisión latina, omnino signum scientis est posse docere.

Enseñanza agustiniana.- La enseñanza y la pedagogía agustiniana


está sembrada a través del anchísimo campo de sus obras. Hay muchos
estudios y muy valiosos sobre los principios, método, pautas y aplicación de
la rica pedagogía del Hiponense. S. Agustín recogió lo mejor de la pedagogía
griega y latina; y la cristianizó al poner a Cristo como fundamento y culmen
de toda enseñanza y de todo aprendizaje de sabiduría.

En tres obras se halla tratado principalmente el tema de la educación y la


enseñanza. La primera es el libro De Magistro, (c. 389) escrito, en Tagaste,
al año o poco más, de venir bautizado de Milán. Es un diálogo entre Agustín
y su hijo Adeodato. Este, con apenas quince años y su ingenio, aventajaba a
muchos varones doctos y graves: “Vos sabéis, confiesa Agustín ante Dios,
que son suyas todas aquellas sentencias que puse en su boca, cuando
corría sus dieciséis años”.

La enseñanza, dice en De Magistro, se realiza por el lenguaje que el maestro


trasmite al discípulo. ¿Pero se da esta trasmisión?

John Locke

Pensador británico, uno de los máximos representantes del empirismo


inglés, que destacó especialmente por sus estudios de filosofía política. Este
hombre polifacético estudió en la Universidad de Oxford, en donde se
doctoró en 1658. Aunque su especialidad era la medicina y mantuvo
relaciones con reputados científicos de la época (como Isaac Newton), John
Locke fue también diplomático, teólogo, economista, profesor de griego
antiguo y de retórica, y alcanzó renombre por sus escritos filosóficos, en los
que sentó las bases del pensamiento político liberal.

Locke fue uno de los grandes ideólogos de las élites protestantes


inglesas que, agrupadas en torno a los whigs, llegaron a controlar el Estado
en virtud de aquella revolución; y, en consecuencia, su pensamiento ha
ejercido una influencia decisiva sobre la constitución política del Reino Unido
hasta la actualidad. Defendió la tolerancia religiosa hacia todas las sectas
protestantes e incluso a las religiones no cristianas; pero el carácter
interesado y parcial de su liberalismo quedó de manifiesto al excluir del
derecho a la tolerancia tanto a los ateos como a los católicos (siendo el
enfrentamiento de estos últimos con los protestantes la clave de los
conflictos religiosos que venían desangrando a las islas Británicas y a
Europa entera).

Locke defendió la separación de poderes como forma de equilibrarlos


entre sí e impedir que ninguno degenerara hacia el despotismo; pero, por
inclinarse por la supremacía de un poder legislativo representativo de la
mayoría, se puede también considerar a John Locke como un teórico de la
democracia, hacia la que acabarían evolucionando los regímenes liberales.
Por legítimo que fuera, sin embargo, ningún poder debería sobrepasar
determinados límites (de ahí la idea de ponerlos por escrito en una
Constitución). Este tipo de ideas inspirarían al liberalismo anglosajón
(reflejándose puntualmente en las constituciones de Gran Bretaña y Estados
Unidos) e, indirectamente, también al del resto del mundo (a través de
ilustrados franceses, como Montesquieu, Voltaire y Rousseau).

Todas las ideas proceden de la experiencia, y de la experiencia


procede todo nuestro conocimiento. Experiencia no significa únicamente en
Locke experiencia externa; igual que percibimos el exterior (por ejemplo, el
canto de un pájaro), percibimos nuestro interior (por ejemplo, que estamos
furiosos). En consecuencia, dos son los ámbitos de la experiencia: el mundo
exterior, captado por la sensación, y el de la conciencia o interior, captado
por la reflexión.

Los pensamientos humanos se hallan encerrados en la mente. En la medida


en que la experiencia es propia de cada humano, y como las ideas provienen
de la experiencia, hay que concluir que las ideas no son universales. ¿Cómo
pueden, pues, los humanos comunicar lo que piensan? La dificultad proviene
del hecho de que los pensamientos son invisibles y están escondidos a los
otros y hay que hacerlos manifiestos gracias a signos exteriores y sensibles.
Eso explica y justifica la invención de las palabras.

Las palabras significan las ideas.

El significado de la palabra es la idea de la cual ella es el signo. Así cuando


digo ‘blanco’ designo la idea de sensación de lo que considero «blanco», de
la misma manera que cuando digo ‘justicia’ designo las ideas a las que
asocio el término. La palabra no designa, pues, inmediatamente las cosas
tal como realmente son, sino las ideas de mi mente, tal como quiero
comunicarlas a los demás.

La institución arbitraria del lenguaje.

Los sonidos articulados de los que los humanos nos servimos para
manifestar nuestras ideas tienen un significado arbitrario. No existe ningún
vínculo natural entre determinas ideas y determinados sonidos, el vínculo es
puramente arbitrario. Incluso cuando por costumbre tenemos la impresión de
que este vínculo es natural, en su origen no es más que una convención. Ello
explica la diversidad de lenguas.

El abuso de las palabras.

El lenguaje es un maravilloso vínculo entre los humanos, que nos permite no


solo comunicar, sino también expresar, mediante términos abstractos o
singulares, un gran número de cosas singulares que resultaría imposible o
inútil enumerar. Pero el lenguaje es también una fuente de errores y
confusiones, porque los humanos no podemos esta nunca seguros de que
las palabras que utilizamos designen siempre las mismas ideas (piénsese en
las palabras ‘justicia’ o ‘Dios’, por ejemplo). Por eso mismo las controversias
nacen del sentido de las palabras y del hecho de que los humanos
asociamos distintas ideas a las mismas palabras. Cuando se usan términos
abstractos esa dificultad aumenta.

Jean - Jacques Rousseau

Se le considera como el representante típico del tratamiento individual


en la educación. Su alumno se educa solo con un preceptor, sus fines
educativos no son individuales, sino también sociales, diferentes a los de la
educación dada en su tiempo, en contra de la cual se manifestaba. La vuelta
a lo natural fuera de convencionalismos sociales, es la clave de la idea de la
educación de Jean-Jacques Rousseau. La naturaleza es lo primitivo y
valioso, lo esencial de la Especie Humana.

Jean Jaques Rousseau era más bien un filósofo político, no un pedagogo;


pero, a través de su novela Emilio, o De la educación promueve
pensamientos filosóficos sobre la educación, siendo este uno de sus
principales aportes en el campo de la pedagogía.

La razón de ser de la pedagogía, que se funda en primer lugar en las leyes


psicológicas, es instaurar en la infancia el propósito de la libertad, mediante
la actividad, aprender por la propia experiencia y no tanto por lo que le
enseñen los demás.

Una de las importantes claves de Rousseau es diferenciar a niños y adultos


en cuanto a su aprendizaje. Hasta su época se educaba a los niños como si
fueran adultos en pequeño. Para Rousseau la infancia tiene maneras de ver,
de pensar, de sentir que le son propias igualmente la adolescencia. los
maestros deben tener en cuenta esas diferencias, conocerlas y respetarlas.
En la educación, el niño ha de permanecer en su naturaleza de niño. La
educación, debe ser gradual. El educador debe esperar con confianza la
marcha natural de la educación e intervenir lo menos posible en el proceso
de la formación.

La educación del niño debe comenzar desde su nacimiento y debe


impedirse que adquiera hábitos de los cuales pudiera llegar a ser esclavo.
La educación religiosa, no debe ser confesional y debe realizarse, no es la
infancia, sino en la edad de la razón. En su libro “El Contrato Social”, rescata
la necesidad de las personas, durante toda su vida, de consejo y guía. En su
texto "El Emilio", atacó al sistema educativo de su época, pues mantiene que
los niños deben ser educados a través de sus intereses y no por la estricta
disciplina.

Dado su alejamiento de los enciclopedistas de la época y su enfrentamiento


con la Iglesia Católica, por sus polémicas doctrinas, su estilo literario cambió.
Sus obras autobiográficas dieron un vuelco fundamental en la literatura
europea; a tal punto que es considerado uno de los precursores del
Romanticismo. Las obras suyas que más influyeron en su época fueron Julia,
o la Nueva Eloisa (1761) y Emilio, o De la educación (1762), ya que
transformaron las ideas sobre la familia. Otras obras muy importantes son El
contrato social y el Discurso sobre el origen de la desigualdad entre los
hombres.
El Contrato Social fue el manual de los doctrinarios de la Revolución
francesa. Emilio, o De la educación expone la teoría que la pedagogía debe
respetar los buenos instintos naturales del hombre, guiando su libre
desarrollo de la manera menos artificial posible. La parte religiosa de Emilio,
o De la educación titulada "Profesión de fui du Vicaire Savoyard" irritó de
inmediato al parlamento de Paris, que lo consideró "impío, escandaloso y
ofensivo" por lo que Rousseau se vio obligado a huir de Francia para no
acabar en la cárcel.

El contexto ideológico de Jean-Jacques Rousseau

Los sesenta y seis años de la vida de Jean Jacques Rousseau se


desenvolvieron en su totalidad en el siglo XVIII. Cuando falleció, en 1778,
faltaba poco para que la ideología del denominado "Siglo de las luces", el de
la Ilustración y el Despotismo Ilustrado, diera paso a una forma de ser y de
sentir prácticamente nueva: el Romanticismo. Rousseau fue, en lo esencial,
un hombre de su siglo, pero se anticipó a la ideología romántica en muchos
aspectos, tanto en su actuación como en su obra, por lo que puede
considerárselo un auténtico prerromántico.

La Ilustración se halla inscrita en el ámbito de la burguesía ascendente, pero


sus animadores no fueron ni todas las capas burguesas, ni solamente éstas.
Por un lado, tuvo sus adversarios en determinados sectores de la alta
burguesía comercial (como, por ejemplo, el dedicado al tráfico de esclavos),
y, por otra parte, ciertos elementos del bajo clero o de la nobleza cortesana e
incluso el propio aparato estatal del Despotismo ilustrado, la apoyaron,
aunque, en este último caso, en sus manifestaciones más tímidas y, muchas
veces, como simple arma de política internacional.

Los medios de que se valió el movimiento para su difusión fueron múltiples,


entre otros, las sociedades secretas, como la masonería, las sociedades de
pensamiento, específicas de la época, academias y salones y sobre todo, la
prensa periódica y la internacionalización de las ediciones.

Aunque existieron diversas tendencias entre los ilustrados, reconocieron una


línea maestra común, la razón, desprovista de contenido preestablecido y
convertida en un seguro instrumente de búsqueda, cuyo poder no consiste
en poseer, sino en adquirir (libido sciendi). Con ella luchan contra la
superstición, las formas religiosas tradicionales y reveladas, al argumento de
autoridad y las estructuras políticas y sociales anquilosadas. Elimina
cualquier elemento de misterio, extrañeza o milagro y pone al Hombre, la
Especie Humana, como estudio propio del conocimiento y la razón, con la
posibilidad de instaurar la felicidad en la tierra y de mejorar a los hombres, de
por sí buenos (Rousseau).

En este sentido es un movimiento entusiasta, basado no en un frío


racionalismo, sino convencido de que la sensibilidad, como aptitud para la
emoción, es una potenciadora de la razón, si viene guiada por la experiencia:
«a medida que el espíritu adquiere más luces, el corazón adquiere más
sensibilidad. La Ilustración, como forma de pensamiento de una economía de
intercambio basada en el contrato comercial, tiene como rasgos distintivos la
individualidad, el igualitarismo formal, el derecho universal, la tolerancia y la
búsqueda y lucha por la libertad.

El pensamiento de Jean-Jacques Rousseau

Rousseau participó activamente en el movimiento renovador de la Ilustración,


movimiento intelectual que influyó decisivamente en la Revolución
Norteamericana de 1776 (o Guerra de Independencia), la Revolución
Francesa de 1789 las guerras de Independencia de Latinoamérica y las
revoluciones nacionales que sacudieron Europa durante el siglo XIX.

Todas estas revueltas condujeron a la transformación de las sociedades


occidentales, dando paso al surgimiento de la figura del ciudadano y al
ascenso de las libertades, los derechos individuales y la razón como valores
máximos entre los hombres y para la sociedad.

Las revueltas populares a lo largo del mundo derrocaron al "ancien regime"


junto con sus monarcas despóticos y sus legiones de siervos para ser
remplazados por gobiernos republicanos y ciudadanos libres e iguales.

Rousseau consideró que en el mundo que se estaba configurando los


hombres deberían abandonar su papel de siervos para convertirse en
ciudadanos libres, dueños de su destino y detentadores de la soberanía.

Rousseau produjo uno de los trabajos más importantes de la época de la


Ilustración; a través de su Contrato Social, hizo surgir una nueva política.
Esta nueva política está basada en la voluntad general, y en el pueblo como
soberano. La única forma de gobierno legal será aquella de un Estado
republicano, donde todo el pueblo legisle; independientemente de la forma
de gobierno, ya sea una monarquía o una aristocracia, no debe afectar la
legitimidad del Estado. El poder que rige a la sociedad es la voluntad general
que mira por el bien común de todos los ciudadanos.
En fin, Rousseau plantea que la asociación asumida por los ciudadanos debe
ser “capaz de defender y proteger, con toda la fuerza común, la persona y los
bienes de cada uno de los asociados, pero de modo tal que cada uno de
éstos, en unión con todos, sólo obedezca a sí mismo, y quede tan libre como
antes.”

El Contrato Social le abre paso a la democracia, de modo tal que todos los
miembros reconocen la autoridad de la razón para unirse por una ley común
en un mismo cuerpo político, ya que la ley que obedecen nace de ellos
mismos. Esta sociedad recibe el nombre de república y cada ciudadano vive
de acuerdo con todos. En este Estado social son necesarias las reglas de la
conducta creadas mediante la razón y reflexión de la voluntad general que se
encarga de desarrollar las leyes que regirán a los hombres en la vida civil. Es
el pueblo, mediante la ratificación de la voluntad general, el único calificado
para establecer las leyes que condicionan la asociación civil. Todo gobierno
legítimo es republicano, es decir, una república emplea un gobierno
designado a tener como finalidad el interés público guiado por la voluntad
general. Por esta razón no descarta la posibilidad de la monarquía como un
gobierno democrático, ya que si los asociados a la voluntad general pueden
convenir, bajo ciertas circunstancias, la implementación de un gobierno
monárquico o aristocrático, entonces tal es el bien común.

Rousseau planteó algunos de los precedentes políticos y sociales que


impulsaron los sistemas de gobiernos nacionales de muchas de las
sociedades modernas, estableciendo la raíz de la desigualdad que afecta a
los hombres; para él, el origen de dicha desigualdad era a causa de la
constitución de la ley y del derecho de propiedad produciendo en los
hombres el deseo de posesión. A medida que la especie humana se fue
domesticando, los hombres comenzaron a vivir como familia en cabañas y
acostumbraban ver a sus vecinos con regularidad. Al pasar más tiempo junto,
cada persona se acostumbró a ver los defectos y virtudes de los demás,
creando el primer paso hacia la desigualdad.

Según Rousseau, a medida que el hombre salvaje dejó de concebir lo que la


naturaleza le ofrecía como lo prescindible para su subsistencia, empezó a
ver como su rival a los demás hombres, su cuerpo no fue más su
instrumento, sino que empleó herramientas que no requerían de tanto
esfuerzo físico, limitando por ello sus acciones y concentrándose en el
mejoramiento de otros aspectos de su nueva forma de vida, transformándose
así en el hombre civilizado.
Rousseau y la pedagogía

Al igual que Aristóteles, Rousseau consideraba a la educación como el


camino idóneo para formar ciudadanos libres conscientes de sus derechos y
deberes en el nuevo mundo que se estaba gestando. Pero el se dio cuenta
de que el sistema educativo imperante era incapaz de llevar a cabo esta
labor.

Cuatro grandes principios psicológicos informan la doctrina pedagógica de


Rousseau:

La naturaleza ha fijado las etapas necesarias del desenvolvimiento corporal y


anímico del educando. Claparede llama a este principio la “ley de la sucesión
genética”.

El ejercicio de las funciones en una etapa de la vida afirma y prepara el


advenimiento y manifestación de las funciones ulteriores. (Ley del ejercicio
genético-funcional).

La acción natural es aquella que tiende a satisfacer el interés (o la


necesidad) del momento. Rousseau ha comprendido admirablemente que la
acción, incluso cuando da la impresión de ser desinteresada, viene a
satisfacer una necesidad o un interés funcional.

Cada individuo difiere más o menos en relación de los caracteres físicos y


psíquicos de los demás individuos.

Rousseau establece por primera vez los llamados períodos de aprendizaje,


ajustados a las edades del educando y pone de relieve que donde mejor
aprende el niño a conocer a los hombres es en la historia. El maestro debe
enseñar realidades y solo realidades. Los grandes postulados de su teoría
pedagógica siguen vigentes.

Los principales postulados de Rousseau son:

La educación debe centrarse más en el niño y menos en el adulto.

Es importante estimular el deseo de aprender.

La educación del niño comienza desde su nacimiento y debe impedirse que


adquiera hábitos de los cuales pudiera llegar a ser esclavo.

Rousseau descubre propiamente la infancia, los derechos del niño.


Recomienda la necesidad de comprender al niño.
La naturaleza humana no es originariamente mala. Por ello, la primera
educación debe ser negativa; no hay que enseñar los principios de la virtud o
de la verdad, sino preservar el corazón del niño contra el error.

La educación del niño debe surgir libre y con desenvolvimiento de su ser, de


sus propias aptitudes, de sus naturales tendencias. Para tratar al alumno, se
debe tener en cuenta su edad, poniéndolo en su lugar y reteniéndolo en él.

Rousseau destaca que no se debe dar una lección verbal al alumno, debe
permitir que la experiencia sea la maestra. Así mismo, afirma que la única
pasión natural del hombre es el amor de sí mismo, o amor propio, el cual
resulta útil y bueno, pues permitirá que realice sus deseos y los satisfaga.

La razón y la memoria no se pueden desenvolver una sin la otra. Los niños


no son capaces de juicio, pues no tienen verdadera memoria. Retienen
sonidos, figuras, sensaciones, rara vez ideas, y más rara vez sus enlaces.
Todo su saber se queda en la sensación y no llega al entendimiento: su
misma memoria es poco más perfecta que las otras facultades, puesto que
casi siempre es menester que vuelva a aprender, cuando son grandes, las
cosas cuyas palabras aprendieron siendo niños

Rousseau propugnaba la soberanía del pueblo que identificaba solamente


con los varones. Su concepción sobre las mujeres puede conocerse a partir
de su tratado de educación femenina "El Emilio" donde cuestiona la igualdad
que propugnaba ya que solamente incluía a los varones.

Immanuel Kant
(Königsberg, hoy Kaliningrado, actual Rusia, 1724 - id., 1804) Filósofo
alemán. Hijo de un modesto guarnicionero, fue educado en el pietismo. En
1740 ingresó en la Universidad de Königsberg como estudiante de teología y
fue alumno de Martin Knutzen, quien lo introdujo en la filosofía racionalista
de Leibniz y Christian Wolff, y le imbuyó así mismo el interés por la ciencia
natural, en particular, por la mecánica de Newton.

Kant

Su existencia transcurrió prácticamente por entero en su ciudad natal,


de la que no llegó a alejarse más que un centenar de kilómetros cuando
residió por unos meses en Arnsdorf como preceptor, actividad a la cual se
dedicó para ganarse el sustento luego de la muerte de su padre, en 1746.
Tras doctorarse en la Universidad de Königsberg a los treinta y un años,
ejerció en ella la docencia y en 1770, después de fracasar dos veces en el
intento de obtener una cátedra y de haber rechazado ofrecimientos de otras
universidades, fue nombrado por último profesor ordinario de lógica y
metafísica.

La vida que llevó ha pasado a la historia como paradigma de existencia


metódica y rutinaria. Es conocida su costumbre de dar un paseo vespertino a
diario, a la misma hora y con idéntico recorrido, hasta el punto de que llegó a
convertirse en una especie de señal horaria para sus conciudadanos; se
cuenta que la única excepción se produjo el día en que la lectura de Emilio o
De la educación, de Jean-Jacques Rousseau, lo absorbió tanto como para
hacerle olvidar su paseo, hecho que suscitó la alarma de sus conocidos.

La filosofía de Kant

En el pensamiento de Kant suele distinguirse un período inicial, denominado


precrítico, caracterizado por su apego a la metafísica racionalista de Wolff y
su interés por la física de Newton. En 1770, tras la obtención de la cátedra,
se abrió un lapso de diez años de silencio durante los que acometió la tarea
de construir su nueva filosofía crítica, después de que el contacto con el
empirismo escéptico de David Hume le permitiera, según sus propias
palabras, «despertar del sueño dogmático».

En 1781 se abrió el segundo período en la obra kantiana, al aparecer


finalmente la Crítica de la razón pura, en la que trata de fundamentar el
conocimiento humano y fijar asimismo sus límites; el giro copernicano que
pretendía imprimir a la filosofía consistía en concebir el conocimiento como
trascendental, es decir, estructurado a partir de una serie de principios a
priori impuestos por el sujeto que permiten ordenar la experiencia procedente
de los sentidos; resultado de la intervención del entendimiento humano son
los fenómenos, mientras que la cosa en sí (el nóumeno) es por definición
incognoscible.

Pregunta fundamental en su Crítica es la posibilidad de establecer juicios


sintéticos (es decir, que añadan información, a diferencia de los analíticos) y
a priori (con valor universal, no contingente), cuya posiblidad para las
matemáticas y la física alcanzó a demostrar, pero no para la metafísica, pues
ésta no aplica las estructuras trascendentales a la experiencia, de modo que
sus conclusiones quedan sin fundamento; así, el filósofo puede demostrar a
la vez la existencia y la no existencia de Dios, o de la libertad, con razones
válidas por igual.

El uso práctico de la Razón


El imperativo categórico (alemán: kategorischer Imperativ) es el concepto
filosófico central en la filosofía moral de Immanuel Kant. Introducido en
"Bases de la Metafísica de la Moral" de 1785, un imperativo hipotético puede
definirse como una forma de evaluar las motivaciones para una acción.

Un imperativo categórico, denota un requisito absoluto e incondicional que


debe ser obedecido en todas las circunstancias y se justifica como un fin en
sí mismo. Por ejemplo: Actúe de tal manera que trate a la humanidad, ya sea
en su propia persona o en cualquier otra, nunca como un medio para un fin,
siempre como un fin. Kant.

La Ética formal

Kant no está de acuerdo con la ética que se venía practicando hasta ahora,
la ética material. La ética material le dice al hombre lo que tiene que hacer y
se le dice al hombre cómo tiene que hacerlo. En concreto Kant cree que la
ética material es:

Empírica: el conocimiento se basa en la experiencia.

Hipotética: formula hipótesis, no es clara con lo que dice, no es categórica.

Heterónoma: recibe las leyes desde fuera del ser humano, el ser humano no
es autónomo.

Por ello Kant plantea una nueva ética, la ética formal. Es una ética vacía de
contenido, no nos dice qué tenemos que hacer ni cómo debemos actuar. Su
ética formal es:

A priori: universal y necesaria para todos los hombres, no basada en la


experiencia.

Categórica: los juicios deben ser absolutos, sin condición alguna.

Autónoma: el propio sujeto se determina a sí mismo cómo debe obrar, no le


debe ser impuesta la ley.

JOHANN HEINRICH PESTALOZZI


Conocido en los países de lengua española como Enrique Pestalozzi,
fue un pedagogo suizo. Uno de los primeros pensadores que podemos
denominar como un pedagogo en el sentido moderno del término, pues ya
había pedagogos desde la época de los griegos, pero él fue un verdadero
reformador de la pedagogía tradicional y dirigió su labor hacia la educación
popular. Su padre era cirujano de profesión, pero murió cuando Johan
Heinrich era muy pequeño, de modo que creció con su madre. Como
profetizando su obra y pensamiento.

Se caracterizó por ser un niño desobediente, desordenado y con pocos


logros escolares en su niñez. En España Manuel Godoy fundo en el año
1807 una escuela de tipo pestalozziano en Madrid, en ella fueron educados
muchos hijos en altos cargos vinculados en la corte entre los que se cuenta
Francisco de Paola, de esta manera Pestalozzi tuvo unos grandes aportes
pedagógicos centrándose así a la educación infantil.

Su método se basa en observar medir, dibujar, escribir y así en enseñar a


distinguir la forma de cada objeto. Se enseña a describir o a darse cuenta de
sus percepciones, siempre a partir de las cosas simples a lo más difícil.
Pestalozzi promulgó la importancia del juego en el proceso pedagógico del
niño, pero hacia un llamado de atención con relación al libertinaje en él para
que los niños no se fuesen a lastimar.

Este pedagogo defendía la individualidad del niño y la necesidad que los


maestros fueran preparados para lograr un desarrollo integral del alumno
más que para implantar los conocimientos, donde él Maestro tiene una
confianza muy grande en las capacidades del niño.

Algunos principios pedagógicos que aportó Pestalozzi fue el de la naturalidad


en el proceso pedagógico. Principio que se deriva de la necesidad de la
libertad en la educación del niño, entonces es necesario que este libre para
que pueda actuar y pensar a su modo en contacto con todo lo que le rodea,
la educación elemental se debe a partir de la observación de la experiencia y
el interés de las actividades educativas, no enseñar nada que los niños no
puedan ver.
Durante el proceso pedagógico este autor acuñó grandes frases que hoy por
hoy para la educación del siglo XXI y la educación tiene mucha vigencia,
siendo entre ellas: "Tarde o temprano seguro que la naturaleza se vengará
de todo lo que los hombres hagan en su contra.", "Un niño que no se siente
querido difícilmente puede ser educado",
"La educación es desarrollo natural, progresivo y sistemático de todas las
facultades".

Es muy importante conocer como da inicio Pestalozzi a su legado


pedagógico, a realizarse como escritor, y es que siendo joven después de
sus fracasos en su empresa textil, hay que resaltar que para subsistir, se
dedicaba a la actividad de escritor. Esta función literaria de Pestalozzi dura
veinte años, y gracias a ella tenemos gran número de las obras que nos ha
legado este autor.

Las obras más significativas de Enrique Pestalozzi

De entre las obras más significativas de Pestalozzi tenemos:

Vigilia de un solitario (1780)

Una hoja suiza. Es una revista compuesta y editada por Pestalozzi.

Mis indagaciones sobre el proceso de la Naturaleza en el desarrollo de la


Humanidad (1797)

Libro de las madres (1803)

Carta a un amigo sobre mi estancia en Stans (1807)

Al buen talante, la seriedad y la hidalguía de mi época y de mi patria (1815)

Cartas sobre educación infantil (1819)

El canto del cisne y Los destinos de mi vida (1826)

Epístola a Friné sobre la amistad (1782)

Una de las obras que tuvo mucho éxito fue la de Leonardo y Gertrudis, que
podemos considerar también una novela costumbrista, en la que Pestalozzi
presenta y describe unos personajes populares y muy característicos y,
sobre todo, pone en sus bocas un lenguaje muy popular, con
mucho aire natural y rural. Con razón, Pestalozzi lo llama "un libro del
pueblo"
Incluso lleva escrito en su tumba un detalle de esta obra que dice; predicador
del pueblo de Leonard y Gertrudis. A continuación, se nombrará como
Gertrudis enseña a sus hijos, lo que representa en un escrito el autor en el
año 1801, donde se propone corregir la educación intelectualista de
su tiempo para ello ensaya, experimenta, y perfecciona un método; una
técnica que educa a la vez, el corazón y la mano, utiliza el ejercicio y el
método de la intuición, está compuesta por 14 cartas en la cuales e
identifican los paso que se observaron en la formación de los niños.
Indicaremos las 5 más importantes:

EDUCACIÓN ELEMENTAL: Debía partir de la observación de las


experiencias, intereses y actividades educativas; de no enseñar nada que los
niños no pudiesen ver y consideró que la finalidad principal de la enseñanza
no consistía en hacer que el niño adquiera conocimientos y aptitudes, sino en
desarrollar las fuerzas de su inteligencia, dividiendo aquella en forma
gradual, de acuerdo a su evolución y donde se tomara en cuenta
al individuo como una unidad de inteligencia, sentimiento y moralidad; y que
cualquier irregularidad en estas características, conlleva a la nulidad de una
educación integral. Incluyó también la educación física como medio de
fortaleza y resistencia corporal, cerrando así el ciclo de una educación
integral, que va desde lo más espiritual a lo puramente corporal.

Ideas pedagógicas:

Para su enseñanza tomó en cuenta la intuición intelectual, tomando los


aspectos que conforman su educación elemental que son:

Para la enseñanza de los números (relaciones métricas y numéricas):

Utilización de tablillas con letras, las cuales acumulaba de 1 en 1 para que el


niño conociera la relación de los números, al mismo tiempo que servía para
aprender las letras.

Partir de las cosas simples antes de avanzar a las más complicadas.

Para la enseñanza de la forma (observar, medir, dibujar y escribir)

Enriquecer la memoria de los niños con explicaciones sencillas de objetos


y materiales. Enseñar a describir y a darse cuenta de sus percepciones.

Enseñar al niño, por medio del dibujo, a medir todos los objetos que se
presentan a su vista y adquirir habilidades para reproducir. Pestalozzi pensó
quepor medio del dibujo se ejercitaba al niño con su escritura la enseñanza
del lenguaje:

Aplicarla psicología, pasando del sonido a la palabra y de la palabra a la


frase (Método analítico).

Por medio del ejercicio de lectura y escritura afianzar los conocimientos del
lenguaje.

Para aspectos generales de su Educación Elemental:

Poner en práctica el método de enseñar a unos por medio de otros, debido al


gran número de niño.

La enseñanza de ambos sexos (coeducación).

Importancia de la educación creativa y productiva.

Enseñanza de moral y religión, que se debe de iniciar en la familia.

Considerar que las relaciones afectivas entre madre e hijo, condicionan a


éste paulatinamente, a desarrollar sentimientos de bondad y amor.

Educación Social: la cual debe iniciarse en la familia y continuarse en la


escuela.

La práctica de la escuela-trabajo, combinando la enseñanza de la lectura,


escritura, cálculo, dibujo, moral y religión con las actividades agrícolas.

Aportes de Pestalozzi a La Educación

Sin duda, los aportes de Pestalozzi presentan gran relevancia para la


educación del siglo XXI, inscrita ella en las llamadas Sociedades del
Conocimiento y de la Información (López, 2010) como también en
los paradigmas de la Economía Global y el Ecológico. Con Pestalozzi la
pedagogía comienza a ver al niño de una manera diferente, los sitúa en una
verdadera relación con la naturaleza y la cultura. A pesar de que su
enseñanza se basa en una educación elemental, no escapan sus influencias
a la Educación Preescolar. Tenemos los siguientes aportes:

Le dio importancia al desarrollo del niño

Puso en práctica la organización de experiencias y actividades por medio


del juego.

Valoró las actividades espontáneas del niño.


Hizo énfasis en la ejercitación de las actividades manuales.

Consideró la ejercitación en el dibujo como un medio para perfeccionar


progresivamente la mano, lo cual le serviría de basa para la escritura.

Ejercitó el lenguaje por medio de la conversación sencilla, para después


aprender a leer.

Destacó la utilidad de los ejercicios corporales combinados con los cantos.

Señaló como vital el desenvolvimiento del niño en sus primeros momentos


con la familia, en especial con la madre.

Le dio importancia a la afectividad desde el mismo momento del nacimiento


del niño.

Destacó el desarrollo social del niño, primeramente en la familia y


posteriormente en la escuela.

Consideró importante la creación de instituciones para atender a aquellos


niños que eran carentes de recursos económicos.

Funciones educativa según Pestalozzi

Le daba un gran valor a la educación religiosa, siempre que ésta no tuviera


un carácter dogmático ni confesional.

FUNCIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN: El principal objetivo era integrar a


niños de escasos recursos a la vida social, a través de la enseñanza de un
oficio. Pensaba que sus propios alumnos -a largo plazo- serían los
educadores del mañana.

DESEMPEÑO DEL DOCENTE: El educador no era concebido como una


figura autoritaria. En este sentido, el docente, debía estar al servicio de las
necesidades del alumno.

CONCEPTO DEL ALUMNO: Una confianza muy grande en las capacidades


del niño.
PAPEL DE LA ESCUELA: La concepción de establecimiento escolar estaba
muy ligada a la enseñanza del oficio: más que escuelas eran talleres.
CONCEPTO DE LOS VALORES: El principal valor de su interés fue el de la
educación igualitaria, es decir, poder educar a gente marginada. Confiaba
plenamente en las virtudes de la educación popular.

Georg Wilhelm Friedrich Hegel


Filósofo alemán. Hegel estudió primero en el instituto de su ciudad
natal, y entre 1788 y 1793 siguió estudios de teología en Tubinga, donde fue
compañero del poeta Hölderlin y del filósofo Schelling, gracias al cual se
incorporó en 1801 como docente a la Universidad de Jena, que sería
clausurada a la entrada de Napoléon en la ciudad (1806).

Al tiempo que se introducía en la obra de pensadores como Friedrich


Schiller, Johann Gottfried Herder, Gotthold Ephraim Lessing e Immanuel
Kant, Hegel compartió con sus compañeros el entusiasmo por la Revolución
Francesa. Aunque al principio se hallaba muy próximo al idealismo de Fichte
y Schelling, a medida que fue elaborando su propio sistema filosófico, ya
profesor en la Universidad de Heidelberg (1816-1818) y luego en Berlín
(1818-1831), se alejó progresivamene de ellos.

El propio Hegel calificaba el idealismo de Fichte de «subjetivo», el


de Schelling de «objetivo» y el suyo como «Absoluto» para denunciar la
incapacidad de éstos para resolver la contradicción, tarea que para él
constituía el objetivo último de la filosofía: «La supresión de la diferencia es
la tarea fundamental de la filosofía».

No en vano el de Hegel es el último de los grandes sistemas concebidos en


la historia de la filosofía. La «contradicción» significa aquí el conjunto de
oposiciones que había venido determinando la historia de las ideas desde el
pensamiento clásico: lo singular y lo universal, la Naturaleza y el Espíritu, el
bien y el mal, etc. La superación de la contradicción debe llevarse a cabo a
partir del pensamiento «dialéctico», cuyas fuentes están en Heráclito y
en Platón.

La metafísica hegeliana

En general, pueden distinguirse tres grandes planos de la reflexión


metafísica de Hegel. En primer lugar, está el plano en el que se describe la
totalidad de lo real tal como aparece; pero como aparece en y por el hombre.
Este es el plano fenomenológicode la metafísica hegeliana. “La
phänomenología —dice A. Kojeve— es la ‘Ciencia de las apariciones del
espíritu’, es decir, de la totalidad del ser real que se revela a sí mismo por el
discurso del hombre que el Ser implica”(2); y que, en tanto que ser real,
envuelve como uno de sus momentos básicos al hombre mismo y su praxis.
Pero, en segundo lugar, a Hegel le parece que no basta con la mera
descripción fenomenológica de las “apariciones del espíritu” para dar cuenta
científica y concretamente de la esencia de lo real. Según él, el filósofo debe
preguntarse por cuál deba ser la Realidad-objetiva que últimamente haga
posible la aparición de ella misma en tanto que “fenómeno”. Como escribe
Kojeve: “el Filósofo todavía se pregunta cuál debe ser la realidad objetiva
(...), es decir el mundo real [natural y humano], para poder ‘aparecer’ de la
misma manera como ‘parece’ efectivamente en tanto que ‘fenómeno’”. La
respuesta a esta pregunta está dada por la metafísica a la cual Hegel llama
“Philosophie der natur y Philosophie der Geistes”(3).

En tercer lugar, según Hegel, el nivel de reflexión filosófica anterior es


todavía insuficiente —por no transcender hacia la mismidad del ser— para
dar cuenta cabal de la esencia de la realidad. esto no puede menos que
forzar al filósofo, cree Hegel, hacia un nivel de reflexión en el que la pregunta
sea por la índole del propio ser; esto es, a un nivel de reflexión de carácter
ontológico.

Como escribe Kojeve: “[superando el plano de la descripción metafísica] el


filósofo se eleva al plano ontológico, para responder al interrogante de saber
cuál debe ser el propio ser, tomado en tanto que ser, para que pueda
realizarse o existir como ese Mundo natural y humano descrito en la
metafísica, de la manera descrito en la fenomenología. Y esa descripción de
la estructura del Ser en tanto que tal se efectúa en la ontología que Hegel
llama Logik”.

Por tanto, en la reflexión metafísica hegeliana se encuentran presentes


distintos niveles de reflexión sobre la realidad o sobre el ser, los cuales,
fundándose uno sobre otro, dan cuenta de la estructura fenomenológica,
metafísica y ontológica de lo real. Tomando como punto de partida el esbozo
que hemos hecho de esta filosofía podemos intentar exponer más
detalladamente los aspectos señalados. En lo que sigue expondremos a
grosso modo la lógica de Hegel, la cual trata de ese ser que se realiza y
existe como mundo natural y humano, y que, asimismo, cobra consciencia de
sí mismo como espíritu.

La lógica (Ontología) :Ya dijimos que en su reflexión ontológica Hegel


pretende dar cuenta de la índole misma de ese ser que se realiza como
mundo natural y humano y que, asimismo, cobra consciencia progresiva de
sí en el devenir de la historia. Es decir, lo que le interesa es determinar cuál
debe ser —como dice Kojeve— el propio ser: el ser que se despliega como
naturaleza y como historia. Hegel desarrolla su estudio de la lógica
siguiendo un esquema de tríada básico: a) categorías fundamentales del ser;
b) categorías fundamentales de la esencia; y c) categorías fundamentales del
concepto. Antes de examinar esos temas, hagamos una reflexión previa
sobre la lógica, el método y la dialéctica en Hegel. Lo primero que hay que
decir es que la Logik no es para Hegel lo que corrientemente se entiendo por
lógica; esto es, no se trata de un problema de las “reglas” del razonamiento
verdadero o algo semejante, sino que, en rigor, la lógica es la ciencia del Ser,
ciencia que tiene por finalidad revelar su esencia. “La Logik de Hegel —
escribe Kojeve— no es una lógica en el sentido corriente del término, ni una
gnoseología, sino una ontología o ciencia del ser, tomado en tanto que
ser”(4). Lo cual no quiere decir que la “Logik”, como ciencia del ser, no
envuelva, de algún modo, un momento discursivo o epistemológico. Por
supuesto que sí. Pero este discurso (logos) no tiene en la perspectiva
hegeliana por sí mismo importancia; la tiene, sí, en cuanto manifiesta la
estructura ontológica del Ser. En este sentido, cuando Hegel escribe en
la Enciclopedia de las ciencias filosóficas que “el hecho lógico presenta,
considerado en su forma, tres conceptos: a) el abstracto racional; b) el
dialéctico o negativo-racional; c) el especulativo o positivo-racional”(5), se
refiere a lo lógico no como el pensamiento lógico considerado en sí mismo,
sino más bien al “ser (Sein) revelado (correctamente) en y por el
pensamiento o el discurso (Logos). Los tres aspectos de la cuestión son ante
todo aspectos del propio Ser: son categorías ontológicas y no lógicas o
gnoseológicas y tampoco por cierto simples artificios del método de
investigación o de exposición” (6). Por tanto, comprender mediante la Lógica
hegeliana implica comprender el carácter de sus tres momentos
constitutivos: el aspecto abstracto, el aspecto dialéctico y el aspecto
especulativo; que son —como dice Hegel— “elementos- constitutivos
(Momente) de toda entidad Lógico-Real, es decir, de todo concepto o de todo
lo-que-es-verdad (…) en general”.

Por ser lo que son, los momentos de la lógica tienen que ser expresados o
expuestos por el logos humano, que precisamente lo único que hace es
revelar la estructura ontológica del Ser, de la que es componente esencial.
Aquí —antes de proseguir— es preciso detenerse y decir dos palabras sobre
la idea que del Método hay en Hegel y sobre el papel que éste le asigna a la
dialéctica. Obviamente, son dos cuestiones que, además de estar
estrechamente ligadas, son sumamente problemáticas. Pero, por ello, son
tema obligado para el propósito de este trabajo. Posteriormente,
retomaremos la reflexión sobre los momentos constitutivos del ser.

Método y dialéctica: En primer lugar, el problema del método. De entrada


digamos que en Hegel no hay, en sentido estricto, un método de
investigación de lo real; es decir, no hay un sistema, ya sea conceptual o
instrumental, de referencia preconcebido, mediante el cual se pretenda
reflexionar sobre la realidad desde una posición de independencia con
respecto a ella. Esto, para Hegel, es un absurdo que lo único que hace es
deformar lo real y dificultar el despliegue de su movimiento propio. “El
hombre ingenuo, el sabio vulgar, el filósofo no hegeliano se oponen cada uno
a su manera a lo real y lo deforman oponiéndole medios de acción o
métodos de pensamiento que les son propios”(8). Y ello, como de suyo es
claro para Hegel, además de ser un modo superficial de investigación, es
una forma inadecuada de investigación. Lo que se tiene que hacer es
acercarse sin ningún tipo de presupuesto a lo real, y convertir así al propio
discurso en un fiel reflejo de su estructura; es decir, que lo que se tiene que
hacer es describir el ser propio de las cosas.

En opinión de Kojeve, el sabio, el que tiene la capacidad suficiente para


indagar sobre el ser, no tiene otra alternativa que confiar enteramente en lo
real, sin oponer resistencias de ninguna índole a sus manifestaciones. “Su
papel —insiste Kojeve— es el de un espejo perfectamente plano y
definitivamente extendido: no refleja lo Real; lo Real se refleja en él; se
refleja en su consciencia y se revela en su propia estructura dialéctica por el
discurso del sabio que la describe sin deformarlo”(9), cosa que no puede ser
de otro modo, dada la unidad existente entre el sabio y lo Real.

Por lo cual se puede decir que en Hegel no hay, en sentido estricto, un


método de investigación de la estructura del Ser y la Realidad. Lo que hay en
Hegel es una descripción positiva de lo Real. Una descripción empírica que,
a diferencia de la ciencia-técnica —sólo que busca conocer y transformar la
naturaleza y la sociedad en función de los intereses del hombre—, no tiene
mayor finalidad que revelar la realidad sin modificarla o perturbarla, es decir,
revelarla con absoluta fidelidad. La experiencia hegeliana, escribe Kojeve,
“revela la Realidad concreta, y la revela sin modificarla o ‘perturbarla’. Por
eso cuando describe verbalmente esa experiencia, representa una Verdad
en el sentido estricto del término. Y por ello no tiene un método específico
que le sea propio en tanto que experiencia, pensamiento o descripción
verbal, y que no sea al mismo tiempo una estructura ‘objetiva’ de la misma
Realidad concreta que revela describiéndola”(10).

En esta perspectiva no hay una separación tajante, ni tan siquiera insinuada,


entre el sujeto que estudia lo real y lo Real mismo: lo que se da es la unidad
indisoluble de la realidad, del Ser, con el Sujeto que la describe; la unidad de
lo Real y el discurso positivo que la revela. “Lo real concreto —escribe
Kojeve— es a la vez Realidad-revelada-por-un-discurso, y Discurso-que-
revela-una-realidad. Y la experiencia hegeliana no se relaciona ni con lo real,
ni con el discurso revelador, ella misma es un aspecto de lo Real concreto
que describe. No aporta nada de afuera y el pensamiento o el discurso que
nacen de ella no son sino una reflexión sobre la realidad: es la realidad
misma que reflexiona o se refleja en el discurso o en tanto que
pensamiento”(11).

En resumen, en el pensamiento hegeliano no hay un método de


investigación en el sentido corriente del término. Con un método de
investigación se deformaría lo Real, alterando su estructura o atribuyéndole
caracteres que no le son propios. Por ello, y para no deformar la índole
propia del verdadero Ser, el sabio en vez de acercarse a lo Real con un
método debe hacerlo sólo con sus sentidos, dejándose interpelar por la
realidad y revelando, por medio de su discurso, lo que esta Realidad Es. Ello
es posible no solamente porque el Sabio es un momento de la totalidad de lo
Real, sino porque también el Sabio, por ser tal, se halla reconciliado
teóricamente con esa Realidad de la cual pretende dar cuenta. Se trata de
una reconciliación en la cual el Discurso revelador de lo Real no es más que
la Realidad misma reflejándose en el Discurso.

La Realidad, sin ese Discurso revelador de sí misma —que no es más que


su propia toma de consciencia— no alcanza su grado mayor de desarrollo; el
Discurso Teórico, sin ese despliegue precedente de lo Real, no puede
convertirse en su revelador. Sólo tomados a una, Discurso teórico y
Realidad, se puede hablar en sentido estricto de Verdadero Ser o de
Verdadera Realidad. En otras palabras, si a lo Real le compete como uno de
sus momentos constitutivos revelarse a través de un Discurso, cualquier
metodología o sistema de hipótesis que pretendan dar cuenta de la esencia
de la realidad lo único que harán es dificultar la manifestación plena de él.
Lo Real, pues, se expresará de manera plena solamente cuando el Sabio se
convierta en un mediador entre la Realidad en devenir y el pensamiento en el
que esta cobra conciencia de sí mismas.

John Dewey
(Burlington, 1859 - Nueva York, 1952) Filósofo, pedagogo y psicólogo
norteamericano. John Dewey nació en una ciudadela del "yankismo" de
Nueva Inglaterra, en el seno de una familia de colonizadores de humilde
origen, el mismo año en que apareció Sobre el origen de las especies, de
Darwin. El "yankismo" y el darwinismo fueron los dos puntos iniciales de una
actividad filosófica que, empezada en una época hoy arcaica, había de
terminar en 1952, y de una filosofía cuyas repercusiones mundiales se dejan
sentir aún en nuestros días.

Los fundamentos no racionales del pensamiento de John Dewey se apoyan


en la tradición "yankee" de la práctica, del obstinado empirismo y del "sentido
común y nada absurdo" procedentes, por lo menos, de los tiempos
de Benjamin Franklin, quien, como Dewey, consideró objetivos legítimos la
mentalidad y el método experimentales. Según parece, las tradiciones más
estrictamente filosóficas y morales de Nueva Inglaterra -denominadas
normalmente puritanismo- no dejaron huella en nuestro autor.

La estructura racional por él erigida sobre los mencionados fundamentos


derivó, originariamente, de Darwin; en el pensamiento de Dewey, la mente
humana es un producto de la evolución biológica, un "instrumento" que,
como el cuello de la jirafa, se ha ido desarrollando para permitir la adaptación
y supervivencia del organismo en el mundo físico. La inteligencia, pues,
debería ser utilizada, juzgada y modificada de acuerdo con su eficacia
práctica de instrumento de subsistencia.

La juventud casi rural de Dewey y sus años de universidad transcurrieron en


el Este; en 1884, sin embargo, inició la actividad docente en el Midwest,
donde vivió durante los veinte años siguientes. De tal región -de sus
genéricos estados de ánimo y de su "liberalismo americano" a la antigua-
parece haber sido siempre el intérprete. El contacto, en los últimos años de
estudios, con la obra de Hegel había dejado, según él mismo afirma, "un
poso permanente" en su pensamiento. El intento de una nueva interpretación
del ilustre filósofo alemán en modernos términos norteamericanos -o sea
"yankees" y darwinianos- fue el primer paso en la elaboración de lo que
había de llegar a ser el "instrumentalismo" (la teoría y el nombre resultaron
variantes de lo que un autor contemporáneo pero de más edad, William
James, denominó "pragmatismo").

La primera obra publicada por Dewey fue -lo cual es significativo-


una Psychology(1887); en ella demostró su autor que la naturaleza y la
función "instrumentales" de la inteligencia son el principio esencial del
pensamiento filosófico; la filosofía -da a entender allí- no es una parienta de
la psicología, sino una hija bastarda de la misma. La forma de esta
descendiente empezó a aparecer en Esbozos de una teoría crítica de la
ética (Outlines of a Critical Theory of Ethics, 1891), que tres años después se
convirtió en The Study of Ethics.
Entre las dos obras, y como explicación, según Dewey, del desarrollo que se
había producido de la primera a la segunda, surgieron los Principios de
psicología de James, quien, después de Hegel, ejerció sobre su ideología la
mayor influencia. Tales estudios iniciales sobre las bases psicológicas de la
ética provocarían (Ethics, 1908) la virtual reacción de ésta en muy pocas de
sus componentes psicológicas.

Mientras tanto, Dewey había empezado a aplicar la teoría instrumentalista a


otros ámbitos -la educación y la lógica- en los cuales, con unas conclusiones
alabadas por unos y condenadas por otros, contribuiría a la aparición de
revoluciones de alcance mundial. Llegado en 1894 a la Universidad de
Chicago, pronto inició aquí un curso experimental fundamentado en los
principios de la doctrina instrumentalista. Sus principios pedagógicos -
renuncia total a los métodos y objetivos tradicionales de la enseñanza-
fueron expuestos en Escuela y sociedad, texto publicado en 1903.

Dewey sitúa el fin de la educación en el adiestramiento de los hombres en la


"adaptación" a su ambiente y en la reconstitución de éste de la manera más
adecuada a sus deseos y necesidades. El razonamiento, inspirado en la
mentalidad norteamericana de la iniciativa práctica en su forma más
inteligente, era formalmente impecable; sólo cabía reprocharle el olvido de
casi todos los "deseos" y las "necesidades" considerados fundamentales por
cuantos, desde la Antigüedad hasta Freud, habían analizado el espíritu. Ello
desquiciaba además, naturalmente (y como Dewey parecía admitir muy
gustoso) el anticuado concepto de alma

El método Dewey. Democracia y educación

"El diálogo no agota la experiencia cuando esta se hace común, ni aquel


cesa entonces, sino que la comunicación es dialéctica y reconstruye la
experiencia, es decir, la inquieta, la motiva a renovarse. Por ello, el maestro
debe obrar de tal manera que aumente el significado de la experiencia
presente". Dewey afirmaba que el alumno es un sujeto activo, y que es tarea
del docente generar entornos estimulantes para desarrollar y orientar esta
capacidad de actuar. De este modo, es el maestro quien debe conectar los
contenidos del currículum con los intereses de los alumnos. También
entendía que el conocimiento no puede ser impuesto desde afuera o
transmitido en forma repetitiva, dado que en esa imposición ciega el alumno
pierde la posibilidad de comprender los procesos que permitieron la
construcción de ese conocimiento.
Dewey definía la EDUCACIÓN como un instrumento de transformación
social y un método fundamental del progreso donde el maestro al enseñar no
solo educa individuos, sino que contribuye a formar una vida social justa. Así
pues, las críticas de John Dewey a la escuela tradicional dieron lugar a la
propuesta de una nueva forma de hacer, de un nuevo método que se
fundamentó en la experiencia y en la acción y cuya finalidad estuvo
encaminada a la formación de ciudadanos aptos para la vida en democracia.

La "escuela Dewey" o "escuela del laboratorio"

Dewey llevará adelante un proyecto de escuela experimental en el contexto


de la Universidad de Chicago. Su escuela, conformada por maestros
especialmente formados de acuerdo con los principios de su pedagogía,
puso en práctica sus ideas respecto de la necesaria interacción entre teoría y
práctica en los procesos de enseñanza y aprendizaje. El desafío de esta
escuela era, según Dewey, "descubrir en la administración y la selección de
materias los métodos de aprender, enseñar, y disciplinar. Cómo una escuela
podría volverse una comunidad cooperativa mientras desarrolla en los
individuos sus propias capacidades y satisface sus propias necesidades".

En esta escuela los niños desarrollaban, divididos en clases por edades,


tareas vinculadas al mundo de la producción y la práctica, que llamaba
"ocupaciones". La búsqueda se orientaba a que los alumnos tuvieran la
posibilidad de experimentar con situaciones concretas de trabajo y
producción, debiendo recurrir a los conocimientos curriculares toda vez que
fueran necesarios para resolver problemas. Dewey nunca pierde de vista que
los contenidos escolares no son sino el resultado de un largo proceso
durante el cual la humanidad ha tenido que resolver diferentes problemas.

El método Dewey

Desde un punto de vista epistemológico Dewey considera que los conceptos


en los que se formulan las creencias son construcciones humanas
meramente provisionales, pues tienen una función instrumental y están
relacionados con la acción y la adaptación al medio.

Dewey critica el enfoque clásico sobre el conocimiento y lo contrapone a su


perspectiva experimental y científica.

El principal elemento que se relaciona con la teoría del conocimiento de


Dewey, y probablemente el más importante de toda su filosofía, es el
concepto de experiencia.
Santo Tomás de Aquino
Teólogo y filósofo italiano. Máximo representante de la filosofía
escolástica medieval, abordó brillantemente una profunda y perdurable
reformulación de la teología cristiana, que apenas había recibido
aportaciones relevantes desde los tiempos de San Agustín de Hipona, es
decir, durante los ocho siglos anteriores. Hijo de una de las familias
aristócratas más influyentes de la Italia meridional, estudió en Montecassino,
en cuyo monasterio benedictino sus padres quisieron que siguiera la carrera
eclesiástica. Posteriormente se trasladó a Nápoles, donde cursó estudios de
artes y teología y entró en contacto con la Orden de los Hermanos
Predicadores. En 1243 manifestó su deseo de ingresar en dicha Orden, pero
su familia se opuso firmemente, e incluso su madre consiguió el permiso de
Federico II para que sus dos hermanos, miembros del ejército imperial,
detuvieran a Tomás. Ello ocurrió en Acquapendente en mayo de 1244, y el
santo permaneció retenido en el castillo de Santo Giovanni durante un año.
Tras una queja de Juan el Teutónico, general de los dominicos, a Federico II,
éste accedió a que Tomás fuera puesto en libertad. Luego se le permitió
trasladarse a París, donde permaneció desde 1245 hasta 1256, fecha en que
obtuvo el título de maestro en teología.

Durante estos años estuvo al cuidado de San Alberto Magno, con quien
entabló una duradera amistad. Les unía -además del hecho de pertenecer
ambos a la Orden dominica- una visión abierta y tolerante, aunque no exenta
de crítica, del nuevo saber grecoárabe, que por aquellas fechas llegaba
masivamente a las universidades y centros de cultura occidentales. Tras
doctorarse, ocupó una de las cátedras reservadas a los dominicos, tarea que
compatibilizó con la redacción de sus primeras obras, en las cuales empezó
a alejarse de la corriente teológica mayoritaria, derivada de las enseñanzas
de San Agustín de Hipona.

En 1259 regresó a Italia, donde permaneció hasta 1268 al servicio de la corte


pontificia en calidad de instructor y consultor del Papa, a quien acompañaba
en sus viajes. Durante estos años redactó varios comentarios al Pseudo-
Dionisio y a Aristóteles, finalizó la Suma contra los gentiles, obra en la cual
repasaba críticamente las filosofías y teologías presentes a lo largo de la
historia, e inició la redacción de su obra capital, la Suma Teológica, en la que
estuvo ocupado entre 1267 y 1274 y que representa el compendio último de
todo su pensamiento.
Tomás de Aquino supo resolver la crisis producida en el pensamiento
cristiano por el averroísmo, interpretación del pensamiento aristotélico que
arranca del filósofo árabe Averroes (1126-1198). El averroísmo resaltaba la
independencia del entendimiento guiado por los sentidos y planteaba el
problema de la doble verdad, es decir, la contradicción de las verdades del
entendimiento y las de la revelación.

En oposición a esta tesis, defendida en la Universidad de París por Siger de


Brabante, afirmó la necesidad de que ambas fueran compatibles, pues,
procediendo de Dios, no podrían entrar en contradicción; ambas verdades
debían ser, además, complementarias, de modo que las de orden
sobrenatural debían ser conocidas por revelación, mientras que las de orden
natural serían accesibles por el entendimiento; filosofía y teología son, por
tanto, distintas y complementarias, siendo ambas racionales, pues la teología
deduce racionalmente a partir de las premisas reveladas.

A medio camino entre el espiritualismo agustiniano y el naturalismo


emergente del averroísmo, defendió un realismo moderado, para el cual los
universales (los conceptos abstractos) existen fundamentalmente in re (en
las cosas) y sólo formalmente post rem (en el entendimiento). En último
término, Tomás de Aquino encontró una vía para conciliar la revalorización
del mundo material que se vivía en Occidente con los dogmas
del cristianismo, a través de una inteligente y bien trabada interpretación de
Aristóteles.

Pensamiento “Fe y Razón”.

El pensamiento de Tomás de Aquino parte de la superioridad de las


verdades de la teología respecto a las racionales, por la sublimidad de su
fuente y de su objeto de estudio: Dios. Aunque señala que la razón es muy
limitada para conocer a Dios, ello no impide demostrar que la filosofía sea un
modo de alcanzar conocimientos verdaderos:

En primer lugar porque no contradice a la teología, así lo dice: Lo


naturalmente innato en la razón es tan verdadero que no hay posibilidad de
pensar en su falsedad. Y menos aún es lícito creer falso lo que poseemos
por la fe, ya que ha sido confirmado por Dios. Luego como solamente lo falso
es contrario a lo verdadero, como claramente prueban sus mismas
definiciones, no hay posibilidad de que los principios racionales sean
contrarios a la verdad de la fe.
En segundo lugar, porque es la herramienta natural del hombre para
conocer el mundo y el Aquinate, como se ha visto,
considera imposible pensar en la falsedad de la razón por lo connatural que
no es. No obstante, Tomás señala que de llegarse a una contradicción real y
no aparente entre una conclusión de fe y otra racional, la errónea es la de
razón puesto que Dios es infalible. Un ejemplo de contradicción aparente se
encuentra en la cuestión de la Trinidad:

Tomás, por razón, señala que "Dios es simple", y, por fe, que es "trino", pero
para ser trino (que no triple) hace falta ser uno, es decir simple, por lo que fe
y razón no se contradicen, sino que la gracia de la fe supone (acepta) y eleva
(perfecciona) la naturaleza, racional en este caso.

Ontología

Súper libros de generatione et corruptione

Tomás, como máximo exponente de la figura de Aristóteles, tiene en el ser el


punto de partida de su esquema del pensamiento. El Aquinate comienza su
ciencia en el ente, que se define como lo que está siendo. Ahí introduce su
innovadora distinción entre esencia y existencia. Ya que podemos actualizar
interiormente la esencia de un objeto (su figura, sus límites),
independientemente de que exista, de que tenga realidad propia, contenido
propio, hay que concluir que ambos son principios diferentes. Tomás asocia
la esencia, por ser limitación, con la potencia aristotélica, y la existencia, por
ser perfección, como acto; en esta independencia de la existencia respecto a
la esencia radica la cuestión de la contingencia de los objetos y de toda
metafísica en general. Al hilo de ello, Tomás se refiere a Dios, que es
plenamente subsistente no-contingente luego su existencia se encuentra en
su esencia, se define como el ser propio y absoluto, el Ser, como se verá
más adelante.

La siguiente innovación radica en las propiedades inherentes del ser, o


trascendentales, que son tres:

Unidad: Un ente, por Principio de no contradicción, es una realidad simple,


es decir, incontradictoria. Esto enlaza con lo que dijo Aristóteles:

El Ser y el Uno son la misma cosa

Verdad: Se dice aquí que todo ente es inteligible, que cualquier ente cabe de
ser pensado. La verdad sería pues la propiedad de cognoscibilidad del ente,
cosa afirmada por Agustín de Hipona y reforzada por Tomás en su famosa
definición:

Conformidad del entendimiento con su principio, las cosas

Bondad: Ya que el mal, por ser mera corrupción, no existe como tal, como
ente, no hay ente que sea "malo", así pues, todo ente es bueno, apetecible
por la voluntad.

La ontología de Tomás no es, pues, una metafísica de las esencias y de las


categorías como venía siendo tiempo atrás sino de algo aún más profundo:
del ser mismo lo cual conlleva un punto de vista más real, optimista y exacto.

Conocimiento

La teoría del conocimiento de Tomás de Aquino es un rescate de la


defendida por Aristóteles. Para ambos el entendimiento toma la forma
genérica y substancial de los objetos del exterior (percibida a través de
los individuos, plenamente reconocidos por la intencionalidad del
esciente) y la abstrae, dando lugar a la especie o universal en acto. En
ello radica la diferencia cognoscitiva entre hombre y animal, ya que el
universal es un elemento indispensable para toda ciencia, que sólo
puede alcanzar el hombre.

La novedad de Tomás en este tema reside en su respuesta al problema de


los universales. Dicho problema, mencionado primeramente por Porfirio en
su Isagoge, analiza el modo de ser del universal. Ya que ésta cuestión es de
capital importancia antropológica (Está visto arriba), directa o indirectamente
las grandes figuras intelectuales de la Edad Media como Agustín de
Hipona, Escoto Eriúgena, Anselmo de Canterbury, Pedro Abelardo o Sigerio
de Brabante tomaron postura en la polémica. Tomás no sería menos y dio la
siguiente solución, destacando tres estados reales del universal:16

Ante rem (Anteriores a las cosas): En la mente de Dios, por ser Creador del
mismo, como arquetipo de los entes de la realidad material.

In rem (En las cosas): Como estructura que conforma la especie de un objeto
singular. Está mezclado con la materia, por lo que, como tal, en el aspecto
sensitivo es potencial e imperceptible.

Post Rem (Posteriores a las cosas): Como conceptos lógicos, abstraídos de


los entes reales materiales y, necesariamente por lo dicho arriba,
inmateriales.
Existencia de Dios

La demostración de la existencia de Dios, ofrecida en una formulación


sintética a través de las así llamadas "Cinco Vías" es un punto breve en la
magna obra de Tomás. No obstante, su exposición es tan completa y
sistemática que ha hecho sombra a Platón, Aristóteles, Agustín de
Hipona o Anselmo de Canterbury y se ha convertido en el modelo de la
filosofía clásica respecto a éste punto.17

La Primera Vía se deduce del movimiento de los objetos. Tomás explica


mediante la distinción de acto y potencia, que un mismo ente no puede
mover y ser movido al momento, luego todo aquello que se mueve lo hace en
virtud de otro. Se inicia, pues, una serie de motores, y esta serie no puede
llevarse al infinito, porque no habría un primer motor, ni segundo (es decir, no
habría comunicación de movimiento) por lo tanto debe haber un Primer Motor
Inmóvil que se identifica con Dios, principio de todo.

La Segunda Vía se deduce de la causa eficiente (pues todo objeto sensible


está limitado por la forma, de ahí que no sea eterno y sí causado). Se inicia,
por lo tanto, una serie de causas análoga a los motores que termina en una
Causa Incausada, identificada con Dios, creador de todo.

La Tercera Vía se deduce a partir de lo posible. Encontramos que las cosas


pueden existir o no, que pueden pensarse como no existentes y por lo tanto
son contingentes. Es imposible que las cosas sometidas a la posibilidad de
no existir lleven existiendo eternamente pues en algún momento habrían de
no existir. Por lo tanto debe haber un Ser Necesario que se identifica con
Dios, donde esencia y existencia son una realidad.

La Cuarta Vía se deduce de la jerarquía de valores de las cosas.


Encontramos que las cosas son más o menos bondadosas, nobles o
veraces. Y este "más o menos" se dice en cuanto que se aproxima a lo
máximo y (ya que los grados inferiores tienen su causa en algo
genéricamente más perfecto) lo máximo ha de ser causa de todo lo que
pertenece a tal género. La causa de la bondad y la veracidad se identifica
con Dios, el Ser máximamente bueno.

La Quinta Vía se deduce a partir del ordenamiento de las cosas. Tomás


recuerda cómo los cuerpos naturales, siempre o a menudo, obran
intencionadamente con el fin de lo mejor, muchos incluso sin conocimiento.
Llegó a decir, fiel a Aristóteles, que cada ente, como causado, debe tener un
orden dado, tanto por razón de su forma (esencia) como de su existencia y,
remontándonos en la serie de causas finales, esto sólo es posible si hay un
Ser supremamente inteligente, que es Dios.

Muchas de las numerosas críticas a esta propuesta de Tomás se deben a


tres fenómenos:

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