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1. El Título Preliminar 1
Bibliografía 17
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Introducción
La Nueva Ley Procesal del Trabajo es el fruto de más de año y medio de estu-
dios, discusiones, foros regionales, intercambio de experiencias internacionales,
análisis de diversos ordenamientos procesales laborales y revisión de otros pro-
yectos de ley orientados a sustituir la entonces vigente ley procesal del trabajo,
la Ley 26636.
La comisión de redacción tuvo una clara orientación técnica y plural. Estuvo in-
tegrada por Javier Arévalo Vela, quien aportó su experiencia como juez superior
1 Publicada en El Peruano, el viernes 15 de enero de 2010.
2 Indicar los dos proyectos del Congresos que no prosperaron.
3 Véase la Resolución Ministerial 044-2008-TR.
ii
ÍNDICE GENERAL iii
y juez supremo; Giovanni Priori Posada, profesor de teoría general del proceso;
Luis Vinatea Recoba, profesor de derecho procesal del trabajo y por mí que,
en esa época me desempeñaba como asesor de la alta dirección del Ministerio
de Trabajo y Promoción del Empleo. Además, se me encargó la secretaría de la
comisión y la redacción del texto de los acuerdos que tomaba esta.
La Nueva Ley busca solucionar los procesos de manera más rápida y eficiente,
pero también pretende ser un mecanismo de reducción de los conflictos que
fomente una cultura de armonía y de cumplimiento de las obligaciones laborales.
ÍNDICE GENERAL v
La Nueva Ley Procesal del Trabajo involucra diversas tareas muchas de las cua-
les deberán ser atendidas por el Poder Judicial, el Tribunal Constitucional, la
Academia Nacional de la Magistratura, el Ministerio de Justicia, las universi-
dades públicas y privadas y el propio Ministerio de Trabajo y Promoción del
Empleo.
Con este trabajo saldo una cuenta que tenía pendiente con quienes confiaron en
mí en la redacción del anteproyecto de la nueva ley procesal del trabajo que dio
origen al proyecto de ley presentado por el Ejecutivo que, casi en su integridad,
es hoy la Nueva Ley Procesal del Trabajo. También saldo mi cuenta con quienes
a lo largo de todo este tiempo me animaron a escribir estas líneas para contribuir,
aunque sea un poco, a vivir en un país más justo y más democrático.
6 La autógrafa fue aprobada por unanimidad en sesión del pleno del Congreso, el día 15 de
diciembre de 2009.
Capítulo 1
El Título Preliminar
1
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 2
Si la Ley Procesal del Trabajo reguló un proceso oral ¿por qué se impulsó la
reforma de la justicia laboral desde la oralidad? Sostengo que la reforma se
impulsó sobre la oralidad porque en los hechos la justicia laboral ha venido
actuando, estructuralmente, un proceso escrito. Bajo la vigencia de la Ley Pro-
cesal del Trabajo muy difícilmente se podría haber afirmado que los procesos
laborales eran orales. ¿Por qué? Porque en el momento de la audiencia única
los participantes no interactuaban. La audiencia solo tenía el carácter de una
etapa más por cumplir. Así, la audiencia se redujo al acta que, a su conclusión,
se debía firmar para convertirse en un papel más para adicionar al expediente4 .
1 El otro elemento debía ser el uso intensivo de la tecnología.
2 El segundo párrafo del artículo I del Título Preliminar de la Ley Procesal del Trabajo, Ley
26636, estableció que “Las audiencias y actuación de los medios probatorios se realizan ante
el juez, siendo indelegables bajo sanción de nulidad.” Por su parte, el artículo 63 consagró la
audiencia única en los procesos ordinarios laborales.
3 El primer párrafo del artículo I del Título Preliminar de la Ley Procesal del Trabajo, Ley
26636, señaló: “El proceso laboral se inspira, entre otros, en los principios de inmediación,
concentración, celeridad y veracidad.”
4 Cabe precisar, por cierto, que está apreciación sobre cómo se ha venido operando bajo la
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 3
Una segunda posibilidad era abordar la oralidad desde una perspectiva metodo-
lógica, según la cual había que sustituir la escritura por la oralidad como modo
o mecanismo prevalente de las actuaciones procesales. Lo que se buscaría es que
la oralidad termine siendo una característica del proceso laboral. Esta es, a su
vez, una perspectiva dinámica en dos sentidos. Es dinámica, primero, porque la
oralidad no se logra únicamente con el uso de la palabra hablada, sino solo en
tanto ella signifique, a su vez, concentración, inmediación, celeridad, economía
procesal y veracidad; y segundo, porque la oralidad es, antes que un asunto de
principios, un asunto de actitud de los operadores y usuarios de la justicia labo-
ral. Si la oralidad no se vive no se puede predicar que un proceso (por ejemplo,
el proceso laboral peruano) sea oral, aun cuando la oralidad esté consagrada
normativamente como principio.
24 de la ley, el cual establece que “(...). El juez guía la actuación probatoria con vista a los
principios de oralidad, inmediación, concentración, celeridad y economía procesal. Impide
que esta se desnaturalice sancionando las conductas temerarias, dilatorias, obstructivas o
contrarias al deber de veracidad.”
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 4
Si la oralidad debe ser tratada como un principio o sólo como una característica
o una peculiaridad del proceso laboral es un asunto secundario para la mirada
metodológica. Lo importante, desde esta perspectiva, es que la oralidad sea una
herramienta que permita un mayor y mejor acceso a la justicia. Por cierto, con-
tribuye a afirmar que la oralidad no es un principio7 (sino solo una característica
del proceso laboral), el hecho que no está presente en todas las actuaciones pro-
cesales (no lo está en la demanda, en la contestación, en el proceso cautelar,
en el proceso de ejecución, por ejemplo) pero, sobre todo, que la oralidad no es
privativa del proceso laboral (la encontramos en el proceso penal con gran cla-
ridad y, con menor intensidad en los procesos de familia y hasta en los procesos
civiles)8 .
la Nueva Ley Procesal del Trabajo, N° 29497, al hacer lacónica referencia a los principios
de inmediación, oralidad, concentración, celeridad, economía procesal y veracidad, confunde
algunas peculiaridades con los principios o, dicho de otro modo, pretende elevar ciertas pe-
culiaridades a la categoría de principios, lo que deviene en antitécnico. La propagandización
(sic) y difusión de la nueva ley viene insistiendo más en la oralidad, que es un importante
avance en nuestro país pero ello no es lo medular.” (2010), 76. Si bien concuerdo con el sentido
de la crítica discrepo en cuanto asume que la oralidad es una peculiaridad del proceso laboral.
La oralidad, prospectivamente, sólo podría aparecer como una característica pero no como
una peculiaridad porque no es una característica privativa (peculiar) del proceso laboral. Lo
mismo cabe afirmar, por cierto, respecto de la inmediación, concentración, celeridad, economía
procesal y veracidad.
9 El dictamen de la Comisión de Trabajo fue aprobado por unanimidad en sesión del 2 de
nar [del proyecto de ley del Poder Ejecutivo] no reconocía ningún principio del proceso laboral.
Esta lamentable omisión de los principios era muy grave, tanto que el Colegio de Abogados
de Lima manifestó su desacuerdo señalando que el mencionado proyecto ‘tiene una serie de
omisiones (...), no menciona ningún principio del proceso laboral, lo que deja sin límite alguno
al operador del derecho para que pueda interpretar la norma laboral conforme a su tendencia
o mejor saber y entender, lo que conllevaría a la impredectibilidad de la administración de
justicia’. Igualmente, algunos laboralistas, como Adolfo Ciudad, señalaron que ‘abstenerse de
su proclamación en el Título Preliminar de los principios procesales laborales, constituye una
carencia de dirección, como un barco a la deriva; es no tener aquellos pilares donde descansen
las paredes del gran edificio jurídico procesal’. Finalmente, en el Texto Sustitutorio del Dic-
tamen de la nueva Ley Procesal del Trabajo, producto del debate en la Comisión de Trabajo,
para la aprobación en el Pleno del Congreso, se incorporaron en el Título Preliminar, artícu-
lo 1, los principios de inmediación, oralidad, concentración, celeridad, economía procesal y
veracidad.” (Gamarra Vílchez, 2010, 54-55). La referencia al pronunciamiento del Colegio de
Abogados de Lima es el Oficio 112-2009-D-CAL, del 16 de noviembre de 2009, dirigido por el
Decano al Presidente de la Comisión de Trabajo del Congreso.
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 6
Así por ejemplo, las pretensiones y las defensas vienen escritas en la demanda
y la contestación, pero estas son actualizadas en el momento de las etapas de
conciliación y de confrontación de posiciones: en la etapa de conciliación donde
son las partes las que tienen la posibilidad de dar solución a su conflicto total
o parcialmente13 ; y en la etapa de confrontación de posiciones donde “las expo-
siciones orales de las partes y sus abogados prevalecen sobre las escritas sobre
las cuales el juez dirige las actuaciones procesales y pronuncia sentencia.” 14 La
misma actualización ocurre con los medios probatorios ofrecidos en la demanda
y la contestación: primero porque independientemente que un medio probatorio
haya o no sido ofrecido, lo determinante para su actuación es que el medio pro-
batorio esté presente en el momento de la audiencia15 y, segundo, porque todos
los medios probatorios se actúan libremente, allí, en la audiencia, por el juez16 .
Así, la oralidad involucra al juez en el conocimiento del caso a tal punto que
es capaz de resolverlo al término de la audiencia. La oralidad es, entonces, útil
porque imprime a la audiencia un valor agregado: el de generar en el juez la
capacidad de resolver el conflicto inmediatamente después de su conclusión17 .
11 El artículo 44 señala que la audiencia de juzgamiento concentra las etapas de confrontación
se actúan las pruebas con todos sus testigos, peritos y documentos que, en dicho momento,
corresponda ofrecer, exhibir o se pretenda hacer valer con relación a las cuestiones probato-
rias. Esta actividad de las partes se desarrolla bajo su responsabilidad y costo, sin necesidad
de citación del juzgado y sin perjuicio de que el juez los admita o rechace en el momento.
La inasistencia de los testigos o peritos, así como la falta de presentación de documentos,
no impide al juez pronunciar sentencia si, sobre la base de la prueba actuada, los hechos
necesitados de prueba quedan acreditados.”
16 Conforme al artículo 24: “El interrogatorio a las partes, testigos, peritos y otros es rea-
lizado por el juez de manera libre, concreta y clara, sin seguir ningún ritualismo o fórmula
preconstituida. (...). El juez guía la actuación probatoria con vista a los principios de oralidad,
inmediación, concentración, celeridad y economía procesal. Impide que esta se desnaturali-
ce sancionando las conductas temerarias, dilatorias, obstructivas o contrarias al deber de
veracidad.”
17 En ese sentido, el primer párrafo del artículo 47: “Finalizada la actuación probatoria, los
abogados presentan oralmente sus alegatos. Concluidos los alegatos, eljuez, en forma inme-
diata o en un lapso no mayor de sesenta (60) minutos, hace conocer a las partes el fallo de
su sentencia. (...).”
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 7
La oralidad tiene por tanto un significado mucho mayor al mero uso de la palabra
hablada. Oralidad es, a su vez y por lo menos, inmediación, concentración,
celeridad, economía procesal, veracidad, publicidad. Es inmediación porque la
palabra hablada se produce, entre las partes, con y ante el juez. Es concentración
porque permite reunir, en un momento, una serie de actos concatenados dirigidos
a conocer la causa, dándole a la audiencia un valor agregado y no la de mera
acumulación de actos (o actas) sin sentido. Es celeridad porque reduce el tiempo
de resolución del conflicto. Es economía procesal porque simplifica las formas
y los esfuerzos de las partes y el juez. Es veracidad porque procura, de mejor
manera, acceder a la verdad de los hechos. Es publicidad porque visibiliza la
actuación de las partes, los abogados y el juez reduciendo las posibilidades de
corrupción y permitiendo más fácilmente el control ciudadano sobre la actuación
jurisdiccional. Por tanto, habrá oralidad siempre que podamos predicar de un
proceso estas características, independientemente de que las audiencias queden
grabadas en audio y video. Estas herramientas, por cierto, ayudan a consolidar
la oralidad pero no la constituyen.
Este es el sentido que tiene afirmar que el proceso laboral peruano se inspira,
entre otros, en los principios de inmediación, oralidad, concentración, celeridad,
economía procesal y veracidad. A partir de esto se explica el real contenido y
propósito de las audiencias y, a su vez, se da las pautas de interpretación en la
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 8
Una segunda idea central es la del ámbito de la justicia laboral. ¿Hasta dónde
se extiende la justicia laboral? ¿Cuáles son los temas sobre los cuales la justicia
laboral está llamada a resolver? Para responder estas preguntas son útiles dos
criterios: uno de amplitud y otro de plenitud.
Amplitud
denamiento peruano existen dos regímenes laborales generales y varios específicos alrededor
de ello (como el régimen del contrato administrativo de servicios). Así lo ha señalado en el
fundamento 23:
“23. El ordenamiento jurídico peruano contiene cuando menos dos regímenes
laborales generales, alrededor de los cuales giran otros más específicos. Nos refe-
rimos a los regulados por los Decretos Legislativos N.º 276 y 728, denominados
Ley de Bases de la Carrera Administrativa y de Remuneraciones del Sector Pú-
blico, el primero, y Ley de Fomento del Empleo, el segundo, los cuales contiene
la legislación marco aplicable tanto al sector público como al sector privado,
respectivamente. El acceso, características, derechos y obligaciones, finalización
de la relación laboral, etc., están regulados en cada caso de manera específica
y expresa, lo que a su vez ha dado lugar a que los mecanismos de protección
de tales regímenes sean diferentes y específicos, como de alguna manera lo ha
señalado el Tribunal Constitucional en el denominado Caso Baylón (STC 206-
2005-PA/TC).”
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 10
De naturaleza Comprende
Laboral Los regímenes laborales generales privado y público
(728 y 276) y los correspondientes específicos (MYPE,
del hogar, agrario, CAS, etc.)
Formativa Ley 28518 (practicantes, aprendices, etc.)
Cooperativista Ley 27626 (socio-trabajador)
Administrativa Servicios de terceros, consultoría, asesoría, etc.
prestados por personas naturales
Plenitud
pensada, sobre todo, a favor de quienes se encontraban bajo el régimen especial de contrata-
ción administrativa de servicios, más conocido como régimen CAS, regulado por el Decreto
Legislativo 1057. Esta norma negaba el carácter laboral de los servicios prestados y, más bien,
les asignaba carácter administrativo. El Tribunal Constitucional ha señalado, sin embargo,
que el régimen CAS sí es laboral, aunque de un tipo especial, distinto al régimen de la carrera
administrativa (D. Leg. 276) asi como al régimen laboral de la actividad privada. Véase al
respecto la STC 00002-2010-PI/TC, publicada el 15 de setiembre de 2010. Entonces, la justicia
laboral aplica al régimen CAS no por la referencia a las prestaciones personales de servicios de
naturaleza administrativa, sino por la referencia a las prestaciones de naturaleza laboral. En
este caso las reglas aplicables serían las del proceso contencioso administrativo, según manda
el inciso 4 del artículo 2 de la NLPT: “Los juzgados especializados de trabajo conocen de los
siguientes procesos: (...) 4. En proceso contencioso administrativo conforme a la ley de la
materia, las pretensiones originadas en las prestaciones de servicios de carácter personal, de
naturaleza laboral, administrativa o de seguridad social, de derecho público; (...).”
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 11
La ley remarca la idea de plenitud al establecer que las pretensiones que caen
bajo la justicia laboral son aquellas referidas, de un lado, a aspectos sustanciales
o conexos y, de otro lado, incluso a aspectos previos o posteriores, a la prestación
personal de servicios20 .
laboral para conocer las demandas de nulidad de cosa juzgada fraudulenta derivada de un
proceso laboral, al punto que fue necesario modificar la ley procesal del trabajo para dirimir
el debate. De igual modo, el debate surgido en torno a la competencia de los jueces laborales
para conocer las pretensiones de indemnización por daños y perjuicios surgidos de una relación
laboral.
22 Confróntese con el artículo 8 del Decreto Supremo 002-98-TR, dejado sin efecto por el
incluidas en dicha competencia, sin ser exclusivas, las pretensiones relacionadas a ...”.
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 12
Ahora bien, ubicados en el lado de los conflictos jurídicos cabe, a su vez, clasi-
ficarlos en individuales y colectivos.
24 Esta clasificación de los conflictos laborales –debida en buena medida a la Organización
Internacional del Trabajo y, en particular, al profesor Henri Binet– suele pasarse inadvertida,
tal vez porque resulta demasiado obvia; sin embargo, la diferenciación es relevante para el
mundo laboral. Puede verse al respecto Beltrán Rico (2007, pp. 3-5). También, Paredes Pala-
cios (1997, pp. 105-106).
25 Proceso recogido en los artículos 50 a 53 de la NLPT.
26 El artículo 66 del Decreto Supremo 010-2003-TR, Texto Único Ordenado de la Ley de
Los conflictos individuales o unipersonales son los que involucran a una persona
determinada. Una variante de estos serían los conflictos plurales o pluriperso-
nales en los que se tiene una suma de conflictos individuales. Esto ocurriría,
por ejemplo, si la demanda contiene una acumulación de pretensiones a favor
de más de una persona determinadas.
Por su parte, los conflictos colectivos son los que involucran “a todos o a un
grupo de trabajadores considerados en su conjunto y en el que el interés que se
debate no es individual y concreto de cada persona ni la suma de los intereses
de varias” (Alonso Olea/Miñambres Puig, 1991, 47). De aquí se extraen dos
consecuencias trascendentes. La primera es que el conflicto colectivo es de todos
los integrantes del grupo o categoría y, por tanto, cualquiera de ellos puede
defenderlo. La segunda es que la solución de un conflicto colectivo abarca a
todos los que integran el grupo o categoría y, en ese sentido, la sentencia que
lo resuelve, en caso de ser fundada, alcanza a todos sus miembros. La NLPT
entiende que nos encontramos frente a un conflicto colectivo en los casos de
afectación de la libertad sindical, la negociación colectiva, la huelga, la seguridad
y salud en el trabajo y, en general, siempre que se afecte a una colectividad: un
grupo o una categoría27 . La idea de los conflictos colectivos es central en la
estructura de la NLPT porque ha introducido diversas figuras propias de los
procesos colectivos. Cabe revisar al respecto: el artículo 8.2 sobre defensa de los
sindicatos de los derechos colectivos; el artículo 9.2 sobre legitimación especial
en la defensa de los derechos de libertad sindical, negociación colectiva, huelga,
seguridad y salud en el trabajo, y en los casos de derechos que corresponden a
un grupo o categoría; y el artículo 18 que regula la demanda de liquidación de
derechos individuales originados en una sentencia que declara la afectación de
un derecho de grupo o de categoría.
La primacía de la realidad
El agregado para excluir de modo expreso los conflictos derivados de las presta-
ciones de servicio de naturaleza civil no vino solo, sino que la oración se completó
con un condicional: “salvo que la demanda se sustente en el encubrimiento de
relaciones de trabajo”.
En efecto, si lo que se quería hacer expreso era que los asuntos de naturaleza
civil quedaban fuera de la justicia civil, también debía quedar claro que ello no
28 En carta dirigida al Presidente de la Comisión de Trabajo del Congreso el Decano del
Colegio de Abogados de Lima expresó lo siguiente:
“4. [El proyecto de ley 3467/2009-PE] [o]torga competencia a toda prestación de servicios
de cualquier naturaleza laboral, civil o administrativa, por lo que de aprobarse la Ley el Juez
de Trabajo no sólo sería competente para conocer conflictos provenientes de un contrato de
trabajo, sino también de prestaciones de servicios de toda índole como Locación de Servi-
cios (art. 1764 del Código Civil), Contrato de Obra (art. 1771 C.C.), Mandato (art. 1790
C.C.), Depósito (art. 1814 C.C.), Secuestro (art. 1857 C.C.), Fianza (art. 1868 C.C.), Ges-
tión de Negocio (art. 1950 C.C.) e incluso Promesa Unilateral (art. 1956 C.C.). Todo ello
desnaturaliza la especialidad laboral.” (?, ) (?, )
CAPÍTULO 1. EL TÍTULO PRELIMINAR 15
Así, el caso de ocultamiento de la relación laboral bajo las formas civiles es solo
una de las posibilidades donde opera la primacía de la realidad. Podría ocurrir,
por ejemplo, que esta se oculte bajo una de las formas de las modalidades
formativas. Allí también tendría aplicación el principio de primacía de la realidad
o prevalencia de la verdad.
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Bibliografía 18
Gómez Valdez, Francisco: Nueva Ley Procesal del Trabajo. Lima: Editorial
San Marcos, 2010
Paredes Infanzón, Jelio: Análisis de la Nueva Ley Procesal del Trabajo Ley
N.° 29497. Lima: Multiservicios La Esperanza, 2010
Sandel, Michael J.: Justice: what’s the right thing to do? Primera edición.
New York: Farrar, Straus and Giroux, 2009
Bibliografía 19
Sen, Amartya: The idea of justice. Primera edición. Massachusetts: The Belk-
nap Press of Harvard University Press, 2009
Taruffo, Michele: La prueba de los hechos. trad. por Jordi Ferrer Beltrán.
Segunda edición. Madrid: Editorial Trotta, 2005