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RNC. 11888
Psicología Jurídica
Marzo, 2021
Introducción
El abuso sexual es una problemática que hace parte de los diferentes contextos sociales
y culturales, es un tema trascendental a lo largo de la historia, donde se han producido
diversos debates en torno a los delitos sexuales mostrando la vulneración de los derechos de
los de las víctimas de actos sexuales abusivos, situación que resulta alarmante dado las
secuelas que se evidencian en su esfera personal, familiar y social; Con respecto a este
flagelo, ha surgido un interés especial en describir aspectos con relación a las
características, consecuencias, marcos legales y procesos de evaluación psicológica.
Testimonio de Miriam
Miriam, joven de 30 años relata cómo sufrió abusos sexuales desde muy temprana edad,
por parte de su abuelo.
Inicia diciendo: “el abuso lo recuerda tu cabeza cuando quieres pero tu cuerpo te lo
recuerda toda la vida, es una huella que te queda impregnada en todo el cuerpo y cuando
recuerdas lo sabes, no es una idea o imaginación, lo sabes, está ahí y ya no confías en la
gente, porque cuando lo hiciste todo salió mal entonces dejas de confiar”.
Cuenta que su abuelo, era una persona muy manipuladora, muy perversa que solía
victimizarse por todo, manipulaba de esa manera, era muy autoritario, sabía con quién
hablar, con quien no hablar, a quien hacer un gesto, una mirada y además era muy
humillante.
Ante la pregunta de qué es lo que la hace recordar y viajar al pasado, ella responde: “me
lleva a ese recuerdo un mínimo sentimiento de seguridad y en ese contraste de recordar
empiezo a ver otras cosas que me están pasando, empiezo a percibir olores que me traen
muy malos recuerdos, se me congela el cuerpo, me lleva a esa casa, a esa habitación…, ese
olor está impregnado, lo siento y se me revuelva el cuerpo, un olor muy característico de
abuelo”.
Miriam sufrió abusos sexuales en la infancia desde que tenía tan solo año y medio hasta
los 8 años de edad, que terminó porque falleció su abusador principal. Comenta que la
mayor parte de su familia no sabe de lo ocurrido, por lo que ha interrogado sobre
situaciones que le permitan confirmar la veracidad de esos recuerdos, sin ellos enterarse de
nada.
Cuando sucede un trauma de esta magnitud, la mente de un niño es tan frágil que hay
que ser capaz de afrontar eso y en el caso de Miriam su mente no era capaz de afrontarlo.
Lo llevaba como en una esquinita y aunque lo olvide no se borrará ya nunca, está ahí y
cuando se recuerda, lo revive su cerebro y su cuerpo.
La primera persona a la que Miriam contó lo sucedido fue a su pareja y recuerda que él
respondió con muchísimo cariño y le dijo, “esto se puede trabajar”, “con esto se puede”,
esto sin duda le daba tranquilidad.
En ocasiones dice dolerle mucho porque aunque lo ignore, sabe que algo no está bien
dentro de ella y cuando lo descubre duele a tal punto de quedarse horas, días seguidos en el
sofá, la invitaban a salir con el fin de que cambiara de ambiente y tomara un respiro pero
respondía con desgano, siempre buscaba excusas para no tener que salir, no se sentía con
fuerzas y desconfiaba en la gente. Algunas veces salía de fiestas, salía con amistades, hasta
fue a la universidad y estudió una carrera, pero cada paso iba marcado por los abusos de la
infancia, hasta sus 28 años con todas las depresiones encima y sin moverme de la cama, se
la pasaba días sin moverme del sofá, con la tele encendida, y no haciendo más que comer
chocolates y paquetes todo el día. Durante los años de encierro solo comía en exceso, se
daba golpes sin darse cuenta y muchas situaciones más que le impedían hacer vida social,
sus relaciones interpersonales se veían siempre marcadas por su desagradable experiencia,
la desconfianza en la gente era una constante en su vida. Ahora el tiempo ha pasado y
Miriam ya sale de casa a su trabajo.
Describe su situación como una herida que se tiene que abrir, una herida que está
emponzoñada pero que se tiene que limpiar bien, cuidarla, mimarla, pero esa herida está
bien dentro. Miriam ha pasado media vida en psicólogos, y gracias a eso ha logrado
terminar una carrera universitaria y estabilizar un poco su vida. Manifiesta haber maltratado
su ser verbalmente con palabras como “no valgo nada”, estos han sido los mensajes que se
ha repetido toda su vida, pero ahora sabe que es una mujer valiosa, es feliz porque trabaja
en relación con su profesión, y que es muy capaz.
Antes su vida era como estar en modo automático, haciendo dia a dia cosas y mas cosas,
pero con su dolor guardado, tratando de esconderlo en una esquina. Su desconfianza e
inseguridad era un limitante en las relaciones interpersonales y en la vida sentimental aún
más, dice que tuvo pareja hasta los 24 años. Ha tenido que aprender a relacionarse de nuevo
con las personas, eso que debió haber aprendido cuando era una niña y no aprendió o
sucedió de manera insana y que ahora le ha tocado.
La relación con su madre era de mucha codependencia, no iba la una sin la otra a ningún
lado, esto conllevaba a que no hiciera su propia vida, porque vivía pegada a ella aunque
dice no confiar mucho en su madre, pero era la única que tenía a su lado. Hace una pausa y
dice: “es impresionante la capacidad que podemos desarrollar a tal punto que el cerebro te
guarde a parte lo que te hace daño, lo reserve y te permita hacer una vida que se supone
funcional, que no la es del todo, porque tu no la estás viviendo”. Cuando Miriam decide
contar la verdad a sus padres, primero lo dice a su mamá y meses más tarde a su papá.
Recuerda que su madre se puso a llorar y no le creía, decía que había malinterpretado las
cosas, que eso no pudo haber pasado. Actualmente Miriam apenas mantiene relación con
sus padres, ya que no asumen los abusos denunciados por su hija.
Finalmente Miriam expresa que es muy doloroso pasar por esto, por eso decide acudir a
terapia y dice haberle hecho bien el proceso terapéutico hasta el momento, como medio
para afrontar y aceptar la realidad y no seguir cargando con la culpa del hecho toda la vida,
culpa que ya no siente. Manifiesta que el gran paso fue iniciar el proceso, y que poco a
poco va sanando y liberando. Al final solo queda la cicatriz, pero la herida terminará por
sanar para sí abrirse a un futuro esperanzador, al principio no se ven los cambios, o cuesta
verlos pero a medida que se van trabajando las secuelas, poco a poco se van viendo los
propias avances y eso le va dando confianza y la reconforta. Dice estar aprendiendo a estar
bien, si antes estaba sobreviviendo, ahora ya sabe que es vivir, el estar tranquilamente y
empezar a disfrutar de las cosas más simples. Miriam quiero vivir y formar una familia en
un futuro, trabaja en la confianza y seguridad que desea transmitir a sus hijos, cosas con las
que cargaba ya han ido quedando atrás.
Análisis de Caso
En Colombia el artículo 237. Incesto. del código penal castiga con una pena de
aumento al artículo 14 de la Ley 890 de 2004, a partir del 1o. de enero de 2005. El que
realice acceso carnal u otro acto sexual con un ascendiente, descendiente, adoptante o
adoptivo, o con un hermano o hermana, incurrirá en prisión de dieciséis (16) a setenta y dos
(72) meses ; es por eso que cabe resaltar que este tipo de relaciones son condenadas por la
ley en la mayoría naciones, y se define como una práctica que se realiza entre individuos
que comparten un lazo de consanguinidad directo; en Colombia la mayor parte de este tipo
de relación viene siendo un acto de abuso sexual incestuoso sin voluntad por parte de la
víctima siendo así obligada por un pariente cercano a la práctica de aberraciones y actos
inapropiados. En consecuencia en las víctimas de este delito se generan secuelas
emocionales profundas las cuales les lleva a reflejar serios problemas que afectan la vida
social y el desarrollo independiente como individuo, por lo tanto, los efectos de la
victimización a largo plazo son, en general, muy negativos para el funcionamiento
psicológico de las víctimas, sobre todo cuando el agresor ha sido un miembro de la misma
familia y cuando se ha producido un abuso sexual con penetración. Si bien estas
consecuencias de largo alcance son variables de unos casos a otros, hay una estrecha
relación entre el abuso sexual infantil (ASI) y la aparición de alteraciones emocionales en la
juventud y en la vida adulta. Así, las víctimas adultas de ASI pueden experimentar un
trastorno de estrés postraumático crónico, una sintomatología ansioso-depresiva, un
comportamiento sexual insatisfactorio, trastornos de personalidad (especialmente el
trastorno antisocial y el trastorno límite), alteraciones de la conducta alimentaria, abuso de
alcohol o drogas o una adaptación inadecuada a la vida cotidiana (Fergusson, Boden y
Horwood, 2008; Flitter, Elhai y Gold, 2003; Kendler, Bulik, Silberg, Hettema, Myers y
Prescott, 2000; McLean y Gallop, 2003; Pereda, Gallardo-Pujol y Jiménez Padilla, 2011;
Putnam, 2003).
El impacto psicológico del abuso sexual va a depender de la frecuencia, de la duración,
de la gravedad del abuso y de la relación con el agresor, pero también de la fase del
desarrollo psicológico de la víctima en la que tuvo lugar el suceso (Briere y Elliott, 2003;
Katz y Watkins, 1998). A su vez, el papel de los factores amortiguadores -tales como las
relaciones familiares cohesionadas, la red de apoyo social o la autoestima positiva- en la
reducción del impacto psicológico parece sumamente importante, pero está aún por
esclarecer (Cortés, Cantón-Cortés y Cantón, 2011; Echeburúa, Corral y Amor, 2002; Patró,
Corbalán y Limiñana, 2008).
Por lo anterior hacemos énfasis en aspectos que se han de tener en cuenta en este delito,
es la falta de rapidez del sistema judicial, que prolonga en el tiempo la posibilidad de poner
los medios necesarios para la recuperación de las víctimas, por eso la importancia que
seamos conscientes de la ayuda y apoyo que también necesitan en la mayoría de los casos
las madres de los niños que han sido víctimas de este tipo de delitos.
Intervención Terapéutica
PLAN DE INTERVENCIÓN
El siguiente programa de intervención tiene como objetivo: reducir sintomatología, promover una
comprensión adecuada de la experiencia traumática, disminuir las creencias de culpa, incrementar
las creencias de autoeficacia para enfrentar los recuerdos traumáticos e integrar la experiencia
traumática en la historia de vida de la víctima.
2 Exploración de la agresión
Aspectos - Verbalización del significado del evento y descarga
Motivacionales emocional
- La víctima le escribe una carta al ofensor en la cual
expresa sus pensamientos y sentimientos.
3 Apoyo emocional, autoestima y autoconcepto como visualización
positiva de sí.
- Conocer la historia de vida en las condiciones actuales y
anteriores.
- Desahogo emocional
- Resiliencia
7 Distorsiones cognitivas:
- Terapia de procesamiento cognitivo.
- Ansiedad, Depresión
Cabe resaltar que el tratamiento terapéutico se puede prolongar según sea el caso, y se
hará seguimiento de la víctima, para asegurar la recuperación progresiva y exitosa de una
vida más funcional y plena.
Referencias Bibliográficas
Greenberg Leslie S., Sandra C. Paivio “Trabajar con las emociones en psicoterapia”,
Editorial Paidos Ibérica S.A, Barcelona, 2002.
Sarasua, Belén, Zubizarreta, Irene, Corral, Paz de, & Echeburúa, Enrique. (2013).
Tratamiento psicológico de mujeres adultas víctimas de abuso sexual en la infancia:
resultados a largo plazo. Anales de Psicología, 29(1), 29-37.
https://dx.doi.org/10.6018/analesps.29.1.145281
Vallejo Samudio, Álvaro Roberto, & Córdoba Arévalo, Martha Isabel. (2012). Abuso
sexual: tratamientos y atención. Revista de Psicología (Lima), 30(1), 19-46.
Recuperado el 22 de marzo de 2021, de
http://pepsic.bvsalud.org/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0254-
92472012000100002&lng=pt&tlng=es.