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1. 1. Sus orígenes
Denis Papin ( 1647 - 1714), un físico francés, inventor y visionario, que dedicó su
vida al estudio de la física, fue el precursor de lo que hoy llamamos “olla a
presión”.
A finales del S XIX, el ingeniero escocés James Watt (1736-1819) dedicó gran
parte de su vida al estudio de las maquinarias de vapor. Sobre todo, en referencia
a las pérdidas de energía que se producían durante su funcionamiento.
Así fue como, luego de muchas pruebas, consiguió mover cada vez máquinas de
mayor envergadura, con lo que con la imparable Revolución Industrial estaba en
marcha.
A partir de allí todo fueron avances tecnológicos, no sólo pudieron moverse las
máquinas, sino transportar las materias primas y elaborar productos que luego
fueron enviados a destino con los ferrocarriles y los barcos de vapor.
Si unimos a esto que esas calderas tienen una baja eficiencia energética, se hizo
necesaria la aparición de las calderas estancas.
Se llaman así porque su zona de combustión está aislada del exterior. Y
lógicamente trabaja con dos tubos. Uno es el de la entrada del aire, y el otro el de
la salida de los gases, que va directamente al sistema de ventilación.
Como nota, desde este artículo publicado en linkedin nos reseña que las calderas
aún existentes de carbón en Madrid son la posible causa de una buena parte de la
contaminación existente en el ambiente de esta ciudad. EL mapa siguiente reseña
cuántas calderas de carbón aún hay en los barrios de madrid:
El tráfico rodado es el factor que más incide en la contaminación de la ciudad.
Aunque los sistemas de climatización juegan otro papel importante, y eliminar el
uso del carbón es el objetivo se reseña en este artículo de Elconfidencia donde
diferentes expertos debaten sobre la temática.
Sin duda el futuro apunta a calderas más ecológicas y otros sistemas menos
contaminantes de calefacción que ya hablamos en este mismo portal. La
Normativa ecológica (Directiva EcoDesign 2009/125/EC) afecta directamente a las
bombas de calor, los electrodomésticos, y especialmente a las calderas de gas.
Las calderas de gas continúan su viaje mientras las calderas de biomasa o las
bombas de calor geotérmico y aerotérmico intentan buscar su sitio en el mercado.
Siempre que un proceso industrial requiera altas temperaturas, por ejemplo en las
químicas o petroquímicas, se utilizan calderas de gran tamaño.
Conclusiones
En nuestro pequeño capítulo referido a los orígenes de las calderas, hemos
hablado de esas máquinas de vapor que eran capaces de hacer funcionar grandes
maquinarias.
Las calderas industriales modernas hacen lo mismo, aunque con un mayor nivel
de seguridad.
Las más utilizadas actualmente son las flamotubulares, donde el gas se envía
directamente a través de una tubería, y el aceite a través de un tanque a presión.