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Curso:

Ciudadanía y reflexión ética

Tema:

Racismo un problema para la ciudadanía

Docente:

Vasquez Pauca Mario Jose

Integrantes:

 Ramos Huaccha Cielo Jackeline


 Salazar Trujillo Daira Antonella
 Yauri Machacca Lisbeth Patricia

Arequipa – Perú
2021
INTRODUCCION

En el Perú las desigualdades requieren un reconocimiento del pasado sociohistórico y de

las múltiples discriminaciones y de un racismo sistémico.

Es básico definir el racismo como concepto. Un fenómeno social, complejo en su

estudio. En tanto, no existe una sola teoría del racismo; en consecuencia, debemos mirar

al racismo como una categoría que nos permite entender las relaciones de poder en

razón de la consideración de la superioridad de un grupo humano frente a otro.

Todos los seres humanos pertenecemos a una sola raza, la raza humana. Una forma muy

extendida de discriminación es el racismo, que se basa en distinciones físicas como los

rasgos o el color de la piel. Las personas negras, afrodescendientes e indígenas son las

más afectadas por esta forma de discriminación en nuestro país.

El racismo ha sido utilizado para la dominación política y social, argumentando la

superioridad de algunas “razas” para dominar a otras y justificar privilegios sobre el

otro grupo. Esto sigue ocurriendo aún en la actualidad. El racismo ha provocado

desigualdad social, esclavitud, exclusión y genocidios.

En Perú, podemos determinar que el racismo puede ocurrir en dos niveles de

intervención Claramente estipulado; uno de ellos está orientado hacia el espacio

cotidiano (racismo simbólico) y Relaciones interpersonales, donde los insultos, los

apodos y el "desprecio" existen en forma de relaciones mutuas y diálogos entre

personas; por otro lado, Racismo estructural (institucional), sistémico y oscurecido por

las prácticas estadounidenses Las acciones institucionales son mucho más complejas y

se traducen en real Restricciones al ejercicio de la ciudadanía porque restringe el acceso

a Educación, salud, empleo y mejora de la calidad de vida de las personas.


El racismo es mucho más que una actitud individual; se trata de un intento por justificar

institucionalmente que cierto fenotipo es seña de inferioridad. De ello derivan actitudes

discriminatorias en grupos en los cuales se reflejan altos niveles de un insano

etnocentrismo, así como también conductas xenofóbicas y mixofobias.

CUERPO

En el Perú se calcula que la población afrodescendiente esta entre el 8 y 10% de la

población total, es decir, hablamos de casi 2 millones de personas. Esta información es

producto de la observación de las organizaciones que trabajan con dicha población, pues

no existen cifras oficiales que registren este dato la población afrodescendiente

representa el 1% de la población total del Perú.

Este vacío es sin duda una expresión más del racismo estructural al cual hacemos

referencia, pues identificamos que no existe voluntad política de las autoridades

correspondientes para atender a este sector de la población desde sus necesidades y

contexto. Así mismo es importante indicar que en el Perú la discriminación, es decir, las

prácticas cotidianas que se expresan en las relaciones cara a cara, y la exclusión,

entendida como los procesos estructurales institucionalizados en el tiempo, pueden

darse simultáneamente.

El Ministerio de Educación de Perú ha recibido desde 2013 más de 23.700 denuncias

de violencia escolar o bullying. De estas, el 2% tienen como motivo el color de piel y el

1%, el acento. “Tener menos dinero que el resto” o “ser de provincia” suman

porcentajes similares lo que refiere al clasismo.

El 53% de los ciudadanos afirma que la sociedad peruana es racista pero solo el 8% se

asume racista, en la investigación de percepciones y actitudes sobre diversidad cultural


y discriminación étnica racial en el país sudamericano, el 28% atribuye la

discriminación a su color de piel, el 20% cree que fue por su nivel de ingresos, y un

17% expresó que la causa fueron sus rasgos faciales o físicos. Los lugares donde

vivieron la discriminación fueron los establecimientos de salud (22%), las comisarias

(19%) y las municipalidades (14%).

Entre enero 2000 y junio 2018, solo existen 40 casos por procesos judiciales por delito

de discriminación en todo el Perú", dice Dante Ponce de León Echevarría, comisionado

de la Adjuntía para los Derechos Humanos y personas con discapacidad de la

Defensoría del Pueblo.

La posibilidad de denunciar un acto discriminatorio sigue siendo poco conocida y pocas

veces las personas recurren a este derecho.

Desde la Defensoría de Perú, se reconoce que el delito tiene actualmente una mejor

redacción, sin embargo, esto no es suficiente. En 2017, el Estado peruano despenalizó la

promoción de la discriminación y esto es algo que informamos a las Naciones Unidas.

El comisionado de la Adjuntía para los Derechos Humanos explica además que una de

las tareas importantes en Perú es que las municipalidades y gobiernos locales emitan

ordenanzas contra la discriminación. En Lima, solo 25 municipios, la mitad, emitieron

ordenanzas contra estos actos.

Debido a la respectiva situación esta afecta enormemente a la población

afrodescendiente, como a diferentes razas alrededor de las cuales se generan prejuicios

y estereotipos negativos orientados a la variedad de razas, lo que identifica el racismo

como uno de los problemas centrales para los y las afros. El caso de los grupos

indígenas, por ejemplo, es diferente pues existen otros elementos sociales y culturales

relacionados, como la vestimenta, la lengua, el territorio, etc.


Si analizamos la realidad latinoamericana, nos daremos cuenta que las minorías han

sido culpadas del atraso y la pobreza que se vive en el subcontinente.

Las incongruencias que se alojan en el seno de los discursos nacionalistas que suelen

promover obsesivamente el mestizaje o la franca eliminación de la diversidad cultural,

dan cuenta de una forma más compleja de racismo:

El racismo cultural. Esta nueva forma de racismo no se inspira en razones genéticas o

no sólo en ellas, sino en la presunción de que ciertos rasgos temperamentales son

inseparables de la idiosincrasia de un grupo humano, lo que permite una jerarquización

social capaz de destruir la igualdad supuestamente garantizada por el Estado.

El racismo, desde luego, no es sólo la discriminación contra el negro, sino también

contra el indio. Y, en realidad, contra cualquiera que escatime el valor supremo del

mestizaje, base de la Nación.

El Ecuador es un mundo mestizo en el que es posible encontrar diversos grupos cuya

identidad es muy fluida: longos, cholos, chagras, chazos, montuvios, mulatos, zambos,

pupos y blanqueados. Cada una de estas categorías, dice Valarezo, es ambigua. En

algunos contextos hay quienes se identifican con alguna de estas categorías, pero en

otros es un calificativo peyorativo para desvalorizarlos.

El término “cholo” es aplicado por un gran sector del país a los indígenas que se

convierten en mestizos, sobre todo cuando van a la ciudad; aunque los artesanos de

origen mestizo, de larga tradición en la ciudad, son considerados cholos por los grupos

dominantes y varios de ellos se identifican como tales. El “chagra”, que es un

campesino mestizo, cuando ingresa al mundo urbano pasa a ser conceptuado como

“cholo”. “cholo” es un término ambiguo y dinámico que tiene connotaciones étnicas,


pero también clasistas, incorpora aspectos de marginalidad urbana y formas peyorativas

de los de arriba para diferenciarse de lo popular urbano.

CIERRE, CONCLUSIONES

Se debe comprender la discriminación en el Perú, y luego generar cambios. Aunque la

experiencia cotidiana indica que el racismo y otros prejuicios se mantienen

profundamente enraizados en nuestra sociedad, para los investigadores es sumamente

difícil documentar cuándo y cómo estas actitudes se traducen en prácticas concretas

discriminatorias, y cómo éstas afectan a personas o grupos de personas explícitamente.

Por cierto, estos no son simplemente retos académicos, porque la dificultad en

identificar a la discriminación como tal también dificulta los esfuerzos del Estado y de

la sociedad civil para promover la igualdad de derechos y oportunidades y la voceada

inclusión social.

Por todo lo anterior, entendemos que es fundamental llevar a cabo medidas que

consigan:

- Seguir concienciando a las víctimas de su derecho a la igualdad de trato e

informar de los procedimientos a seguir para reclamar por las situaciones de

discriminación.

- Avanzar en la legislación contra la discriminación estableciendo medidas

sancionadoras efectivas contra los distintos agentes discriminadores.

- Avanzar en la recogida de datos de casos de discriminación para poder tener una

idea más global y rigurosa de la dimensión de la discriminación.


- Avanzar en una postura firme por parte de los poderes públicos de defensa de los

derechos humanos e intolerancia de las situaciones de discriminación, con la

instauración de mecanismos rápidos de reacción.

BIBLIOGRAFIA APA

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