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Las células cancerosas tienen un aspecto diferente, bien porque su forma ha

cambiado o porque contengan núcleos más grandes o más pequeños. Estas células
son incapaces de realizar las funciones que corresponden a las células pertenecientes
a ese tejido. Generalmente se multiplican muy rápidamente, porque les falta un
mecanismo de control del crecimiento. Con frecuencia, son inmaduras debido a que
se multiplican de una forma muy rápida y no tienen tiempo suficiente para crecer
plenamente antes de dividirse. Al formarse un gran número de células cancerosas, se
amontonan, presionan o bloquean a otros órganos y les impiden realizar su trabajo.
Como no se limitan al espacio originario donde se forman, y se extienden a otras
zonas, se dicen que son invasivas. Tienden a emigrar a otros lugares, a través de
la sangre o de la linfa. Las células que se encargan de la defensa del organismo
suelen destruirlas, así separadas, pero si sobreviven pueden producir un nuevo
crecimiento en un lugar diferente, metástasis, y dañar a otros órganos.

Diferencias

Si bien el crecimiento celular no controlado es la característica definitoria del cáncer, existen varias
características adicionales que distinguen las células cancerosas de sus contrapartes normales. Por
ejemplo, las células normales son difíciles de hacer crecer en el laboratorio. Estas células, las
normales, son generalmente muy sensibles a las condiciones de cultivo celular y exigen
tratamientos y medios especializados. Además, las células normales sólo se dividirán unas cuantas
veces antes de detenerse. Por el contrario, las células tumorales son a menudo mucho más fáciles
de cultivar, proliferan fácilmente en el laboratorio y se dividen indefinidamente. Otra distinción
importante entre las células normales y las cancerosas se refiere a un mecanismo conocido como
inhibición de contacto. Las células normales se dividirán hasta que estén en contacto con las
células vecinas, momento en el que dejarán de crecer. Por lo tanto, la inhibición de contacto da
como resultado una lámina de células de sólo una capa de espesor, denominada monocapa. Las
células cancerosas por lo general pierden la inhibición de contacto, haciendo que se amontonen y
formen tumores (Figura 3). Además, las células cancerosas a menudo se vuelven menos
adherentes, tanto a otras células como a la matriz extracelular. Esto ocurre como resultado de
cambios en las glicoproteínas de la superficie celular, alterando la capacidad de una célula para
formar conexiones apropiadas.

cancer

El proceso de aparición del cáncer se denomina carcinogénesis. La


carcinogénesis dura años y pasa por diferentes fases. Las sustancias responsables
de producir esta transformación se llaman agentes carcinógenos. Un ejemplo de
ellos son las radiaciones ultravioleta del sol, el asbesto o el virus del papiloma
humano.

La primera fase comienza cuando estos agentes actúan sobre la célula alterando


su material genético (mutación). Una primera mutación no es suficiente para que
se genere un cáncer, pero es el inicio del proceso. La condición indispensable es
que la célula alterada sea capaz de dividirse. Como resultado, las células
dañadas comienzan a multiplicarse a una velocidad ligeramente superior a la
normal, transmitiendo a sus descendientes la mutación. A esto se le llama fase de
iniciación tumoral y las células involucradas en esta fase se llaman células
iniciadas. La alteración producida es irreversible, pero insuficiente para
desarrollar el cáncer.

Como se extiende

Si sobre las células iniciadas actúan de nuevo y de forma repetida los agentes
carcinógenos, la multiplicación celular comienza a ser más rápida y la
probabilidad de que se produzcan nuevas mutaciones aumenta.
A esto se le llama fase de promoción y las células involucradas en esta fase se
denominan células promocionadas. Actualmente conocemos muchos factores que
actúan sobre esta fase, como el tabaco, la alimentación inadecuada, el alcohol, etc
Por último, las células iniciadas y promocionadas sufren nuevas mutaciones.
Cada vez se hacen más anómalas en su crecimiento y comportamiento.
Adquieren la capacidad de invasión, tanto a nivel local infiltrando los tejidos de
alrededor, como a distancia, originando las metástasis. Es la fase de progresión.

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