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Extremadamente opuestas a otras ciencias como las sociales, las ciencias exactas
se caracterizan por ser altamente definidas, con formas de trabajo, métodos y
formulaciones de conclusiones que se deben respetar y que además se organizan
en torno a objetos de estudio que no dan lugar a la interpretación: los números en
todas sus formas. Las ciencias exactas no son opinables ni interpretables como
ocurre con otras. Sin embargo, sus conocimientos se transforman como cuando
cualquier otra ciencia avanza, y de ahí su importancia.
Esta inalterabilidad que poseen las ciencias exactas se diferencia en gran modo
de las ciencias sociales o incluso de las biológicas porque estas son ciencias que
pueden cambiar con la historia y los desarrollos tanto humanos como del mundo
biológico. Las ciencias exactas permanecen inalterables, aunque muchas veces
pueden ser mejoradas o complejizadas a partir de nuevos aportes. Es por esto
que se las conoce como ciencias duras porque el conocimiento es impenetrable y
tiene que ver con aspectos abstractos.
Los expresivos avances de medicina en los últimos dos siglos ocurrieron debido a
la aplicación de una ciencia que ya fue un arte ineficiente, pero los métodos
estadísticos están en centro de esta revolución. La importancia de tales métodos
tiene origen en la variabilidad intrínseca de los organismos y sistemas biológicos.
Si mezclamos una substancia con otra bajo condiciones preestablecidas en un
laboratorio de química, esperamos obtener siempre el mismo resultado. Por otra
parte, raramente los seres humanos o animales contestan de manera idéntica si
expuestos al mismo riesgo/peligro o tratamiento. En función de la variabilidad
biológica, los efectos de los factores que causan enfermedades o determinan sus
consecuencias solamente pueden ser caracterizados de modo significativo en
niveles de grupo. Si un niño con leucemia es tratado con determinada
quimioterapia, no podemos saber con certidumbre/seguridad si el tratamiento será
o no bien sucedido en aquel individuo; pero si 1.000 pacientes son tratados
siguiendo el mismo método y protocolo, es posible saber con cierta seguridad la
proporción que será curada.
Cada año, la OMS analiza los datos de sus 193 Estados Miembros y elabora
estimaciones de carga de morbilidad y mortalidad que se publican en el informe
Estadísticas Sanitarias Mundiales. Dichas estimaciones vienen a ser como la
boleta de calificaciones de la salud mundial. Nos indican, por ejemplo, que los
riesgos para la salud están cambiando. En efecto, el número de personas que
mueren por enfermedades infecciosas en los países de ingresos bajos y medianos
está disminuyendo, pero está aumentando el de personas que padecen
enfermedades crónicas como consecuencia de los cambios en las pautas de
actividad física y de consumo de alcohol, tabaco y alimentos. Estos países ahora
sobrellevan la doble carga de las enfermedades crónicas no transmisibles y las
enfermedades que tradicionalmente afectan a los pobres.