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Karl Marx ´´ Conflicto de clases sociales´´

Considerado uno de los padres fundadores de la sociología, Karl Marx fue también un economista,
político, filósofo e historiador influyente. Nació en Tréveris (Alemania) y por insistencia de su padre,
abogado, estudió derecho en lugar de filosofía y literatura como deseaba, en la Universidad de Bonn
y después en Berlín, donde se interesó por Hegel.

El estudio científico de la sociedad


A mediados del siglo XIX, Europa estaba sumida en la inestabilidad política iniciada con la Revolución
francesa. El espíritu insurreccional se propagó por el continente, y se multiplicaron los intentos de
derribar el antiguo orden de monarquías y aristocracia a favor de regímenes republicanos
democráticos. Al mismo tiempo, gran parte de Europa se enfrentaba a los cambios sociales
generados por la industrialización. Algunos filósofos habían explicado los problemas del mundo
industrial moderno en términos políticos y habían propuesto soluciones políticas, y para otros,
como Adam Smith, la economía era la causa y a la vez la respuesta a dichos problemas, pero se
había estudiado poco la estructura de la sociedad.
Entre los años 1830 y 1842, el filósofo francés Auguste Comte defendió que era posible, y hasta
necesario, el estudio científico de la sociedad. Karl Marx coincidía con él en la necesidad de un
enfoque objetivo y metódico, y fue uno de los primeros en aplicarlo. Sin embargo, no se propuso
llevar a cabo un estudio propiamente sociológico, sino explicar la sociedad moderna en términos
históricos y económicos, empleando la observación y el análisis a la hora de identificar las causas de
la desigualdad social. Mientras que Comte vio en la ciencia el medio para lograr el cambio social,
para Marx este solamente podía alcanzarse mediante la acción política.

La noción de progreso histórico


En la época de Marx, la explicación convencional del desarrollo de la sociedad era la evolución en
etapas: desde la caza y la recolección, pasando por las sociedades nómadas ganaderas y agrícolas,
hasta la moderna sociedad mercantil. Como filósofo, Marx reconocía este concepto del progreso
social y los orígenes económicos de la sociedad industrial, pero desarrolló su propia interpretación del
proceso,

Su principal influencia fue el filósofo alemán Georg Hegel y su concepción dialéctica de la historia: el


cambio se produce por una síntesis de fuerzas opuestas que resuelve la tensión entre ideas
contradictorias. Sin embargo, Marx contemplaba la historia como la evolución de las circunstancias
materiales en lugar de las ideas, y si bien tomó de Hegel el marco dialéctico, rechazó gran parte de
su filosofía. También le influyeron pensadores socialistas franceses, como Jean-Jacques Rousseau,
que responsabilizó a la propiedad privada de la desigualdad en la sociedad civil.
Marx propuso un nuevo enfoque del estudio del progreso histórico. Afirmó que son las condiciones
materiales en las que viven los individuos las que determinan la organización de la sociedad, y que
los cambios de los medios de producción (herramientas y maquinaria empleadas para crear riqueza)
conducen a los cambios socioeconómicos.

El materialismo histórico, como se llamó este enfoque del desarrollo histórico, explica la transición
de la sociedad feudal a la capitalista moderna como resultado de la aparición de nuevos métodos de
producción. Bajo el feudalismo, los nobles controlaban los medios de producción agrícola como
dueños de la tierra que cultivaban campesinos o siervos. En la era de las máquinas surgió una nueva
clase, la burguesía, dueña de unos nuevos medios de producción, que disputó su lugar a los nobles y
provocó un cambio en la estructura económica de la sociedad. Los elementos opuestos de la
sociedad feudal contenían las semillas de la sociedad capitalista que la sustituyó. Como sostuvo Marx
junto con Friedrich Engels en el Manifiesto comunista:
«La historia de todas las sociedades que han existido hasta nuestros días es la historia de las luchas
de clases»

Mientras que el feudalismo se había caracterizado por dos clases, la nobleza y el campesinado, la
sociedad industrial moderna había creado una clase capitalista, la burguesía, dueña de los medios de
producción, y una clase proletaria, que trabajaba en las nuevas estructuras, las fábricas.

Marx identifica cinco épocas históricas, en cada una de las cuales las personas se definen por su trabajo. Según Marx, la fuerza
determinante de la historia es el modo de producción dominante, que configura las clases sociales. Estas épocas van desde los
inicios de la historia humana, en la que los bienes eran de propiedad común, hasta el capitalismo del tiempo de Marx, con dos
grandes clases sociales, al que seguirá la sociedad comunista sin clases.
Conflicto de clases
Según afirma Marx, la tensión y el conflicto entre las clases sociales resultan inevitables, y por
consiguiente, así como el feudalismo había sido reemplazado, lo sería la sociedad capitalista y la
burguesía dominante. Algún día, el proletariado controlaría la sociedad, tras haber acabado con el
sistema que lo había engendrado.

Es el modo de producción de los bienes materiales lo que determina la estructura social de la


sociedad capitalista: las clases del capital y del trabajo. Los capitalistas obtienen su riqueza de la
plusvalía de los bienes producidos en las fábricas de su propiedad con el trabajo de los obreros. En
cambio, el proletariado no posee prácticamente nada y tiene que vender su trabajo a la burguesía
para sobrevivir. La relación entre las clases es de explotación, al enriquecer a los dueños del capital y
mantener en la pobreza a la clase trabajadora. Además, el trabajo no cualificado en las fábricas
resulta deshumanizador, y su consecuencia es la alienación del proceso de producción, agravada por
la amenaza de pérdida del empleo cuando la producción supera a la demanda.

Con el tiempo, la opresión genera en el proletariado una conciencia de clase que le impulsa a
organizar movimientos por su bien colectivo. El egoísmo inherente al capitalismo tiende a impedir una
evolución similar en el seno de la burguesía, y la competencia constante conduce a crisis económicas
cada vez más frecuentes. La creciente solidaridad de la clase trabajadora y el debilitamiento de la
burguesía permitirán con el tiempo al proletariado hacerse con el control de los medios de producción
y crear una sociedad sin clases.

Una aportación fundamental


El análisis de Marx de cómo el capitalismo había creado clases socioeconómicas en el mundo
industrial fue uno de los primeros estudios científicos de la sociedad al basarse en algo más que la
mera teoría y ofreció una explicación completa, a la vez económica, política y social, de la sociedad
moderna. Con este fin, Marx introdujo varios conceptos fundamentales para el pensamiento
sociológico posterior, en particular los de lucha de clases, conciencia de clase, explotación y
alienación. Sus ideas inspiraron a numerosos revolucionarios, y durante buena parte del siglo XX casi
un tercio de la población mundial vivió bajo regímenes fundados sobre principios marxistas. Sin
embargo, no todos estuvieron de acuerdo con la división marxista de la sociedad en clases definidas
por su posición económica, ni con la idea de que el cambio social es el resultado inevitable de la
lucha de clases.

En la siguiente generación, tanto Émile Durkheim como Max Weber, considerados con frecuencia
junto con Marx los «padres fundadores» de la sociología moderna, desarrollaron perspectivas
diferentes. Durkheim reconocía que la industria había modelado la sociedad moderna, pero sostenía
que era la propia industrialización, no el capitalismo, la raíz de los problemas sociales. Weber, por su
parte, aceptaba las causas económicas de la lucha de clases, pero consideraba demasiado simple la
división de la sociedad en burguesía y proletariado con criterios puramente económicos; creía que el
auge del capitalismo tenía también causas culturales y religiosas, y que estas se reflejaban en clases
basadas en el prestigio y el poder además de en la posición económica.

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