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Estos elixires que nosotros realizamos los consideramos una continuación del trabajo
de Edward Bach. Él en: Ustedes provocan su propio sufrimiento- se declara
continuador de Hahnemann y Paracelso
“Hahnemann nos guío un largo trecho por ese camino, pero sólo disponía del
tiempo de una vida para su trabajo, y somos nosotros los que debemos
continuar con sus investigaciones a partir de donde él las dejó, somos nosotros
los que debemos agregar más a la estructura de la perfecta curación”.
Como ya sabéis pensamos, que Bach basa su trabajo en un conocimiento Hermético, por el
orden de su sistema, la forma de desarrollarlo y las insinuaciones de sus escritos.
Los alquimistas tenían un profundo conocimiento de las leyes de la naturaleza, sus formas y
relacionaban el mundo objetivo y subjetivo, el reino de lo visto y lo no visto. Ellos trasladaron
estos principios a la elaboración de sus remedios, para con ello restablecer el equilibrio en la
persona. Separando lo grosero de lo puro para poder obtener sustancias soberanas.
Para los espagirístas un remedio completo debía contener los tres principios básicos:
Sal, Sulfur y Mercurio.
Estos 19 “nuevos remedios”, como los denominaría Bach, se elaboran transformando a los
remedios en más mercuriales, con más predominio del Mercurius como corresponde a los
remedios “Solve” o de disolución de personalidad, a los que pertenecen. Hemos modificado el
proceso de decocción que utilizara Bach por ésta vía más alquímica. Dotando a éstos remedios
de una cualidad disolutiva que favorece la gestión de aquellos estados denominados de “crisis”
puntuales, transitorios y que están más cercanos a las experiencias momentáneas que a los
estados cronificados o personales, ya sean éstos físicos o psíquicos.
Con la rotación obtenemos una constate de flujo-reflujo, para que tome conciencia de su
nuevo estado, fijando de esta manera el proceso coagula.
Con la dinamización despertamos el fuego interno del elixir, a través de un solve et coagula,
reorganizándose y organizándose en el proceso.
Todos los procesos desde la recogida de las flores, maceración, rotación, etc. están realizados
de forma artesanal y manual. Siempre en un estado meditativo, teniendo en cuenta los ritmos
del universo, esperando pacientemente a que los signos del zodiaco y las estaciones del año, los
favorezcan con su máxima información. Cada embotellado se realiza de forma manual,
poseyendo cada elixir Sulfur, Mercurio, Sal y Rocío.
El otro círculo se establece con los mismos símbolos, pero con los 19 nuevos remedios, en los
que la fuerza Solve o disolutoria, está más patente. Las correspondencias entre los remedios de
cada círculo, se dan a través de la coincidencia en el lugar que ocupa cada remedio
constituyéndose entre los dos círculos, un mándala simbólico que emana una frecuencia
ordenada de acuerdo al equilibrio de sus fuerzas, estableciéndose así un potente emisor que
equilibra el espacio y ordena al inconsciente de acuerdo al arquetipo simbolizado por la
estructura configurada por la suma de los remedios y la geometría que describe.
Además de las propiedades inherentes a cada uno de los remedios por simbolizar y estar
elaborado de acuerdo a los principios alquímicos descritos, la caja en si es un potente remedio
armonizador y favorecedor del trabajo en la consulta.