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Universidad Rafael Landívar

Facultad de Humanidades
Campus de Quetzaltenango

“RESILIENCIA EN NIÑOS VÍCTIMAS DE MALTRATO


INFANTIL” (ESTUDIO REALIZADO EN LA INSTITUCIÓN
MI PEQUEÑO REFUGIO DE LA CIUDAD DE
QUETZALTENANGO)

TESIS

Marilyn Janeth Morales de Paz

Carné 1515106

Quetzaltenango, marzo de 2014


Campus de Quetzaltenango
Universidad Rafael Landívar
Facultad de Humanidades
Campus de Quetzaltenango

“RESILIENCIA EN NIÑOS VÍCTIMAS DE MALTRATO


INFANTIL” (ESTUDIO REALIZADO EN LA INSTITUCIÓN
MI PEQUEÑO REFUGIO DE LA CIUDAD DE
QUETZALTENANGO)

TESIS

Presentada a Coordinación de Facultad de


Humanidades

Por:

Marilyn Janeth Morales de Paz

Previo a conferirle en el grado académico de:


Licenciada

El título de:
Psicóloga

Quetzaltenango, marzo de 2014


Autoridades de la Universidad Rafael Landívar
del Campus Central

Rector Padre Eduardo Valdés Barría S. J.


Vicerrectora Académica Doctora Lucrecia Méndez de Penedo
Vicerrector de Investigación
y Proyección Social Padre Carlos Cabarrús Pellecer S. J.
Vicerrector de Integración
Universitaria Licenciado Luis Estuardo Quan Mack
Vicerrector Administrativo Licenciado Ariel Rivera Irias
Secretaria General Licenciada Fabiola Padilla de Lorenzana

Autoridades de la Facultad de
Humanidades

Decana M.A. Hilda Caballeros de Mazariegos


Vicedecano M.A. Hosy Benjamer Orozco
Secretaria M.A. Lucrecia Elizabeth Arriaga Girón
Directora del Departamento
de Psicología M.A. Georgina Mariscal de Jurado
Directora del Departamento
de Educación M.A. Hilda Díaz de Godoy
Directora del Departamento de
Psicopedagogía M.A. Romelia Irene Ruiz de Godoy
Directora del Departamento de
Ciencias de la Comunicación M.A. Nancy Avendaño Maselli
Director del Departamento
de Letras y Filosofía M.A. Eduardo Blandón Ruíz
Representantes de Catedráticos
ante Consejo de Facultad M.A. Marlon Urizar Natareno
Licda. Leslie Sachel Vela
Miembros del Consejo
Campus de Quetzaltenango

Director de Campus Arquitecto Manrique Sáenz Calderón

Subdirector de Integración
Universitaria Msc. P. José María Ferrero Muñiz S. J.

Subdirector de Gestión General Msc. P. Mynor Rodolfo Pinto Solís S. J.

Subdirector Académico Ingeniero Jorge Derik Lima Par

Subdirector Administrativo MBA. Alberto Axt Rodríguez

Asesor

Licenciado Hugo Leonel Pereira Gámez

Revisor de Fondo

Licenciado Jorge Armando Pérez Orellana.


Agradecimientos

A mis Padres: Con todo mi cariño y mi amor para las personas que
hicieron todo en la vida para que yo pudiera lograr mis
sueños, por motivarme y darme la mano cuando sentía
que el camino se terminaba, a ustedes por siempre mi
corazón y mi agradecimiento.

A mis Hermanos: Por estar conmigo en todo momento, apoyarme y


motivarme para alcanzar un nuevo logro, los amo por ser
los mejores amigos que tengo en la vida.

A Antonio Funes: Por tu paciencia, tu amor y comprensión, preferiste


sacrificar tu tiempo para que yo pudiera cumplir con el
mío. Por tu bondad y sacrificio me inspiraste a ser mejor y
a luchar por mis sueños, ahora puedo decir que este
trabajo lleva mucho de ti, gracias por estar siempre a mi
lado.

A mis Catedráticos: Durante toda mi carrera profesional puesto que todos han
aportado sus conocimientos a mi formación. En especial a
mi asesor el licenciado Hugo Pereira, al licenciado Jorge
Armando Pérez, al licenciado Carlos Ovalle y a la
licenciada Ileana De Ronquillo. Por sus visión crítica en
varios aspectos cotidianos de la vida, por su rectitud en su
profesión como docentes, por sus consejos, su
enseñanza y más que todo por su amistad incondicional.

A mis Amigos
y Compañeros: Son muchas las personas que han formado parte de mi
vida profesional a las que me encantaría agradecerles su
amistad, consejos, apoyo, ánimo y compañía en los
momentos más difíciles de mi vida. Algunas están aquí
conmigo y otras en mis recuerdos y en mi corazón, sin
importar en donde estén quiero darles las gracias por
formar parte de mí, por todo lo que me han brindado y por
todas sus bendiciones.

Para Ellos: Muchas gracias y que Dios los bendiga.


Dedicatoria

El presente trabajo de investigación está dedicado al Ser Supremo que me dio la


vida, la sabiduría, el entendimiento y la capacidad para realizarme como profesional,
por proveerme de todo lo necesario para salir adelante y mucho más.

Gracias Dios por estar junto a mí en cada instante de mi vida. El sacrificio fue grande
pero tú siempre me diste la fuerza necesaria para continuar y lograrlo, este triunfo
también es tuyo Padre Celestial.
Gracias por llevarme siempre de tu mano.
Índice
Pág.
I INTRODUCCIÓN……………………………………………………………. 1
1.1 Resiliencia en niños………………………………………………………….. 10
1.1.1 Definición……………………………………………………………............... 10
1.1.2 Consideraciones acerca del concepto resiliencia…………………………. 11
1.1.3 La ventaja de la resiliencia…………………………………………………... 13
1.1.4 Características de la resiliencia……………………………………………. 15
1.1.5 Los niños resilientes…………………………………………………………. 17
1.1.6 Resiliencia, familia y desarrollo personal…………………………………... 18
1.1.7 De resiliencia a propósito de sanar…………………………………………. 19
1.1.8 La familia como factor de resiliencia………………………………………. 19
1.1.9 La ecología social con relación a la resiliencia…..…………....…………. 20
1.1.10 La escuela como factor de resiliencia……………………………………… 21
1.1.11 La rueda de la resiliencia escolar…………………………………….......... 23
1.1.12 Cómo desarrollar la resiliencia en niños…………………………………… 25
1.2 Maltrato infantil……………………………………………………………….. 29
1.2.1 Definición………………………………………………………………………. 29
1.2.2 El maltrato infantil en la historia……………………………………………. 35
1.2.3 Evolución histórica de la infancia…………………………………………… 36
1.2.4 Factores de riesgo en el maltrato infantil…………………………………… 37
1.2.5 Manifestaciones del maltrato infantil………………………………............ 39
1.2.6 Manifestaciones del maltrato psicológico y emocional…………….......... 39
1.2.7 Efectos del maltrato infantil…………………………………………………. 40
1.2.8 Consecuencias del maltrato…………………………………………........... 40
1.2.9 El significado último del maltrato …………………………………….......... 42
1.2.10 Las diversas explicaciones del maltrato…………………………………… 44
1.2.11 Intervención ante las consecuencias de maltrato infantil………………… 44
1.2.12 El maltratador siempre es un maltratado………………………………….. 45
1.2.13 Psicoterapia a niños víctimas de maltrato……………………………….. 46
II PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA…………………………………….. 49
2.1 Objetivos……………………………………………………………………… 50
2.1.1 General………………………………………………………………….......... 50
2.1.2 Específicos…………………………………………………………………… 50
2.2 Hipótesis……………………………………………………………………… 50
2.3 Variables………………………………………………………………........... 50
2.4 Definición de variables……………………………………………………… 51
2.4.1 Definición conceptual…………...…………………………………………… 51
2.4.2 Definición operacional………………………………………………………. 52
2.5 Alcances y límites……………………………………………………………. 52
2.6 Aporte…………………………………………………………………………. 52

III MÉTODO…………………………………………………………………….. 53
3.1 Sujetos………………………………………………………………………… 53
3.2 Instrumento…………………………………………………………………… 53
3.3 Procedimiento……………………………………………………………….. 53
3.4 Diseño…………………………………………………………………………. 54
3.5 Metodología estadística……………………………………………………… 54

IV PRESENTACIÓN DE RESULTADOS…….………………………………. 56
V DISCUSIÓN DE RESULTADOS…………………………………………… 63
VI CONCLUSIONES…………………………………………………… ……….. 67
VII RECOMENDACIONES...……………………………………………………. 69
VIII REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS...…………………………… ………. 71
ANEXO……………………………..…………………………………………. 73

Propuesta…..………………………………………………………………….. 73
Procedimiento estadístico………...…………………………………………. 78
Resumen

El presente estudio de tipo descriptivo, tuvo como objetivo establecer si los niños
recluidos en Casa Hogar Mi Pequeño Refugio de Quetzaltenango sufren de una
resiliencia inestable, la muestra investigada fue conformada por 75 niños y algunos
adolescentes; entre las edades de 7 a 16 años.

Se utilizó un test de la facultad de teología, llamado Prueba de Resiliencia de la


Universidad Rafael Landívar Campus de Quetzaltenango; que se presenta como
instrumento que posibilita recabar la información para obtener y medir el grado de
resiliencia. Se debe recordar que la posible prevención de los trastornos
emocionales y comportamentales a temprana edad son los que ayudan al niño a un
futuro comprometedor.

También pueden influir diferentes factores como, problemas familiares, maltrato


infantil, abandono, alcoholismo, drogadicción y las diferentes connotaciones
socioculturales que rodean al niño. Se sabe que la resiliencia es la capacidad global
de la persona para mantener un funcionamiento efectivo frente a las adversidades
del entorno o para recuperarlo en esas condiciones, como resultado de la interacción
entre el sujeto y la adversidad del medio de riesgo constante.

Se concluyó que sí existe diferencia estadística significativa y se comprobó con la


hipótesis alterna que dice que los niños de Casa Hogar Mi Pequeño Refugio manejan
una resiliencia estable, pero hay momentos en que ésta es afectada por distintos
factores como la ansiedad, la depresión, la falta de autoestima. Se recomienda,
tomar en cuenta los resultados expuestos, para futuros estudios e intervenciones que
se destinen a grupos similares de investigación.
I.INTRODUCCION

Desde la teoría del apego, el maltrato infantil es un fenómeno que afecta las
relaciones que mantiene un menor maltratado con sus cuidadores, se caracteriza por
cuidados poco adecuados para el desarrollo normal de las personas. Las
consecuencias derivadas de esta disfunción relacional del niño con sus padres
pueden considerarse el factor unificador de las diferentes categorías de maltrato
infantil, independientemente de los daños o traumas sufridos provocados por la
forma concreta que ha adoptado el maltrato.

La relación afectiva que se establece en la infancia con los padres, tutores o


cuidadores, proporcionan el prototipo de las relaciones afectivas en etapas
posteriores a través de las representaciones mentales que los menores empiezan a
crear y que incluyen tanto los recuerdos de la relación, el concepto de la figura de
apego y de sí mismo.

Se conocen hoy en día los efectos destructores para los niños y su desarrollo de
numerosos peligros o acontecimientos dolorosos, las pérdidas o separaciones, las
carencias, las condiciones de vida precarias, la violencia o los abusos, es esencial
conocer estos riesgos y sus efectos para comprender los procesos que originan
estos problemas y patologías, es importante buscar soluciones para vivir con el
problema, o sobrevivir con el traumatismo. Para ello se tiene cambiar de enfoque y
tornar a aquellos que han construido una resiliencia efectiva.

La resiliencia es la capacidad global de la persona para mantener un funcionamiento


efectivo frente a las adversidades del entorno o para recuperarlo en esas
condiciones, o como una buena adaptación en las tareas del desarrollo de una
persona, como resultado de la interacción entre el sujeto y la adversidad del medio o
un entorno de riesgo constante.

1
Por la importancia del tema se presenta a continuación, opiniones de otros autores
sobre el mismo.

Combariza (2001), en el tema Periodismo para pensar, que aparece del periódico
avizora una infancia infeliz no determina la vida, indica que la resiliencia es un
término recogido por los diccionarios que alude a la propiedad de la materia que se
resiste a romperse por el choque o percusión, lo que aplicado al ámbito humano
viene a equivaler como resistencia al sufrimiento como caracterizándose igualmente
por un exceso de atención a los demás y al mismo tiempo por el temor a recibir el
amor que suscitan.

Aparecen entonces dos elementos básicos de la resiliencia: la resistencia frente a la


destrucción o la capacidad de proteger la propia integridad a pesar de la presión,
dicho en otras palabras la superación de las crisis, el dolor, la muerte, la pobreza,
como situaciones límites ante las cuales se resiste el ser humano, como luchador
innato y sobreviviente de la esperanza; y el otro elemento lo constituye la capacidad
de construir o reconstruir su propia vida a pesar de las circunstancias difíciles, es el
concepto oriental de las crisis: como dificultad y como oportunidad. Las crisis son
conflictos de alta intensidad y por lo tanto con un alto poder de transformar individuos
y sociedades.

En la óptica de la resiliencia en cambio, los conflictos son la base del desarrollo,


cuando aparecen están anunciando crecimiento, transformación, buenas noticias. Se
trata entonces de un potencial humano activado que logra muy buenos resultados a
pesar de un alto riesgo, que mantiene competencias bajo la amenaza, que sigue
creciendo en armonía, que es capaz de superar el miedo, que tiene la fortaleza de
convertir el trauma en una oportunidad de crecimiento; sin embargo las crisis, vistas
como oportunidades de crecimiento, implican el desarrollo y fortalecimiento de
factores que dinamicen y activen el potencial humano, de superar las dificultades y
salir fortalecidos de ellas.

2
Henderson (2001), en el artículo redes en educación, de la revista resiliencia en la
escuela, expone que la resiliencia se define como la capacidad de recuperarse,
sobreponerse y adaptarse con éxito frente a la adversidad, y de desarrollar
competencia social, académica y vocacional.

Debe fortalecerse la resiliencia en los estudiantes, pues es muy importante y para


lograrlo se requiere un cambio de actitud y un modelo de bienestar que se centra en
la adquisición de competencias, facultades y eficacia propia. Pues la resiliencia es un
proceso en la vida, en el que se necesitan docentes con una actitud constructora que
transmitan esperanza y optimismo.

Existen mecanismos psicológicos de defensa como la negación, aislamiento, huida


hacia adelante, intelectualización o creatividad que permiten de nuevo adaptarse
adecuadamente al entorno, entre las estrategias resilientes que mitigan el daño
temprano se halla el odio, la venganza, o la generosidad que constituyen una forma
de liberación del mismo. Así mismo se indica, que aunque se maneja un concepto
optimista de la resiliencia, no existe reversibilidad posible después de un trauma
decisivo.

Hay que estimar además que lo que forja a un niño es la burbuja afectiva que le
rodea cada día y que la resiliencia es la metáfora del arte de navegar en el torrente,
para pelear y no dejarse arrastrar.

Galeno (2011) en el articulo Ayudando a aliviar el dolor que aparece de la revista


maltrato infantil, disponible en internet, describe la resiliencia como capacidad global
de la persona para mantener un funcionamiento efectivo frente a las adversidades
del entorno o para recuperarlo en esas condiciones, o como una buena adaptación
en las tareas del desarrollo de una persona, como resultado de la interacción entre el
sujeto y la adversidad del medio o un entorno de riesgo constante.

3
Las personas resilientes se caracterizan por tener mejores recursos internos, tales
como mayores niveles de autoestima, mejores destrezas sociales y de afrontamiento,
por otra parte se señala que constituyen un mejor apego durante la infancia,
aparecen con niveles anímicos más estables en la adultez, con mayor capacidad de
elaborar el trauma generado por el maltrato y una mejor capacidad para asignarles
sentido a las experiencias de sufrimiento, un mejor control de impulsos de agresión;
una mayor capacidad para enfatizar con los otros y con mejores habilidades sociales,
a nivel social y familiar, tienen menos estresores ambientales, mayor apoyo
emocional, relaciones más satisfactorias y una red de apoyo más numerosa y de
mejor calidad, son estos menores los que logran superar la experiencia y romper el
estereotipo de que el niño abusado será un padre maltratador.

A pesar de traumas graves, incluso muy graves, o de desgracias más comunes, la


resiliencia parece una realidad confirmada por muchísimas trayectorias existenciales
e historias de vida exitosas.

Greenspan (2000), en el artículo Resiliencia en niños, que aparece de la revista


Cedro, comenta que la resiliencia es un conjunto de atributos y habilidades innatas
para afrontar adecuadamente situaciones adversas, como factores estresantes y
situaciones riesgosas.

Algunos autores definen a la resiliencia como la capacidad de respuesta inherente al


ser humano, a través del cual se generan respuestas adaptativas frente a situaciones
de crisis o de riesgo. Esta capacidad deriva de la existencia de una reserva de
recursos internos de ajuste y afrontamiento, ya sean innatos o adquiridos, de este
modo la resiliencia refuerza los factores protectores y reduce la vulnerabilidad frente
a las situaciones riesgosas (abuso de drogas, suicidio, embarazo temprano, fugas de
hogar, entre otros).

Se pueden mencionar algunas características de la resiliencia como la habilidad para


enfrentar eficaz y adecuadamente situaciones adversas y eventos traumáticos,

4
además del desarrollo del potencial de ajuste individual o del sistema. Es dinámica,
varía a lo largo del tiempo de acuerdo con las circunstancias. Con el desarrollo del
individuo o del sistema y con la calidad de estímulos a los que están expuestos. Para
nutrirse y fortalecerse requiere del apoyo social y de la disponibilidad de recursos,
oportunidades y alternativas de ajuste como factores protectores, si bien la resiliencia
comprende una serie de características y habilidades de ajuste propias del individuo
o sistema, por lo general se evidencia en situaciones adversas o de riesgo.

Los seres humanos nacen con la capacidad de hacer frente a las demandas del
ajuste de su medio, de desarrollar habilidades sociales y comunicativas, una
conciencia crítica, autonomía y propósitos para el futuro. El desarrollo y el
reforzamiento de la misma requieren de la estimulación contextual, familiar y de los
padres.

Resiliencia y valores (2010), articulo que aparece del documento Vulnerabilidad


somática y resiliencia refiere que, los niños resilientes son aquellos que se enfrentan
bien a pesar de los estresores ambientales a los que se ven sometidos en los años
más formativos de su vida. La resiliencia se sitúa en una corriente de psicología
positiva y dinámica de fomento de la salud mental y parece una realidad confirmada
por el testimonio de muchísimas personas que, han vivido una situación traumática,
han conseguido encajarla y seguir desenvolviéndose y vivir , incluso, en un nivel
superior, como si el trauma vivido y asumido hubiera desarrollado en ellos recursos
latentes e insospechados.

Aunque durante mucho tiempo las respuestas de resiliencia han sido consideradas
como inusuales e incluso patológicas por los expertos, la literatura científica actual
demuestra de forma contundente que la resiliencia es una respuesta común y su
aparición no indica patología, sino un ajuste saludable a la adversidad.

Se menciona que la resiliencia nace durante la década de los 70, ganó popularidad el
concepto de niño invulnerable, con el que se aludía a algunos niños que parecían

5
constitucionalmente tan fuertes, que no cedían frente a las presiones del estrés y la
adversidad. No obstante, este concepto resultaba confuso y, según lo afirma Rutter,
equivocado por al menos tres razones: la resistencia al estrés es relativa, no
absoluta, en tanto no es estable en el tiempo y varía de acuerdo a la etapa del
desarrollo de los niños y de la calidad del estímulo. Las raíces de la resistencia
provienen tanto del ambiente como de lo constitucional, el grado de resistencia no es
estable, sino que varía a lo largo del tiempo y de acuerdo a las circunstancias. Por
estos motivos, en la actualidad se utiliza preferentemente el concepto de resiliencia.

Barbieri (2011) en el tema Capacidad de resistencia del espíritu, esperanza y


transformación después del sufrimiento, que aparece en el libro los abrazos,
describe que, los elementos constitutivos de la resiliencia están presentes en todo
ser humano y evolucionan a través de las fases del desarrollo o ciclo vital, que
atraviesan comportamientos intuitivos durante la infancia, y son deliberados en la
adolescencia, hasta ser introyectados en la conducta propia de la edad adulta.
La resiliencia es más que la aptitud de resistir a la destrucción sin descuidar la
integridad en circunstancias difíciles, es también la aptitud de reaccionar
positivamente a pesar de las dificultades y la posibilidad de construir basándose en
las fuerzas propias del ser humano. No es sólo sobrevivir a pesar de todo, sino que
es tener la capacidad de usar la experiencia derivada de las situaciones adversas
para proyectar el futuro.

Finaliza con que la resiliencia se ha caracterizado como un conjunto de procesos


sociales e intra-psíquicos que posibilitan tener una vida sana, en un medio insano,
de esta manera, la resiliencia no puede ser pensada sólo como un atributo con lo que
los niños nacen, ni que adquieren durante su desarrollo, sino que se trataría de un
proceso interactivo entre los niños y su medio.

Montes (2011) en el tema de Maltrato infantil que aparece en el periódico los


veracruzanos en tiempo real, describe que maltrato infantil es un problema de una
gran complejidad y heterogeneidad, existen muy diversos tipos de maltrato infantil

6
(maltrato físico, negligencia, abuso sexual, maltrato emocional, mendicidad,
corrupción, explotación laboral, maltrato prenatal, por poderes, maltrato institucional),
cada uno de los cuales tiene su propia definición, su propia etiología y sus propias
consecuencias.

No obstante esta diversidad y heterogeneidad, es posible hacer una aproximación


global al concepto, los tipos y la etiología de los malos tratos infligidos a menores, y
eso es lo que trata de aportar este artículo. Tras exponer las dificultades de
conceptualización y la heterogeneidad de la noción de malos tratos, se presentan los
distintos tipos de malos tratos, con su definición y caracterización respectiva.

La Institución Pública del Estado mexicano del sistema de Desarrollo Integral de la


Familia (DIF) en el puerto de Veracruz dio a conocer que se reciben al menos veinte
quejas al día y hasta cien a la semana en casos de maltrato infantil. En el marco de
la reunión regional de capacitación de los consejos municipales en asistencia social y
protección a los derechos de los niños, niñas y jóvenes, el presidente del DIF, dio a
conocer que en este momento mantienen a su resguardo 24 niños por esta
problemática.

Violencia Infantil (2009) artículo que aparece en el diario digital, disponible en internet
menciona que existen niños, niñas y adolescentes menores de 18 años en América
Latina y El Caribe que sufren cotidianamente maltrato físico o psicológico, y un alto
porcentaje de adultos piensan que se trata de una práctica normal de educación y
socialización.

El principal factor de riesgo para que exista violencia contra los niños y las niñas al
interior de las familias es que el padre o la madre hayan sufrido una experiencia
similar en su niñez, según la psicóloga Soledad Larraín y la socióloga Carolina
Bascuñán, de UNICEF, autoras del estudio. Este es el llamado fenómeno de
transmisión intergeneracional de la violencia. Explican que se entiende como
violencia al uso intencional de la fuerza o el poder físico, de hecho o como amenaza,

7
que provoque o tenga muchas probabilidades de causar lesiones, muerte, daños
psicológicos, trastornos del desarrollo o privaciones.

Pese a los esfuerzos desplegados, la región no ha desarrollado aún una respuesta


eficaz contra el maltrato infantil y una de las principales dificultades es la ausencia de
información sobre su real dimensión y características, en especial si ocurre dentro
del hogar, debido a que la práctica de denuncia no está extendida y, cuando existe,
son mínimos los casos sancionados ante la justicia.

Martínez (2010) en el artículo Causas del maltrato infantil, que aparece en el


publicado en el periódico prensa libre, afirma que, el fenómeno de maltrato infantil
ocurre desde los inicios de la humanidad; la historia de maltrato a menores ocurre
desde que el ser humano se encuentra en la faz de la tierra, por lo tanto, debe
entenderse y aceptarse que éste es un hecho tan antiguo como la humanidad misma
y no una característica peculiar de la sociedad moderna, diversas culturas a lo largo
de la historia de todo el mundo lo han utilizado como una forma de educación y
crianza para los hijos.

El maltrato infantil aparece como una forma de interacción humana muy difundida,
hoy en día la violencia hacia los niños reviste formas más sutiles, se ejerce de
manera silenciosa en el hogar, la calle o la escuela, y se ha convertido en una
práctica común y socialmente aceptada.

Los análisis históricos revelan que ha sido una característica de la vida familiar
tolerada, aceptada desde tiempos remotos. Sin embargo, algunas décadas atrás,
expresiones tales como niños maltratados, mujeres golpeadas o abuso sexual tal vez
habían sido comprendidos pero no consideradas como sinónimo de graves
problemas sociales.

8
Paul (2004), en el tema Violencia y sus efectos, que aparece en la revista Psicología
y vida refiere que la violencia es un problema que afecta tanto la integridad física,
moral y psicológica de la niñez y por consiguiente a la sociedad en general.

El síndrome del maltrato infantil es complejo multifactorial y multicausal; de inmensas


proporciones dentro de la sociedad, en donde solo se conoce una mínima parte de
los casos, muchos niños y niñas en áreas de disciplina y corrección, han sido
sometidos a tratos crueles e inhumanos, que los han incapacitado física y
emocionalmente y en algunos casos han causado la muerte.

Todas aquellas lesiones físicas o psicológicas no accidentales, ocasionadas por los


responsables del desarrollo del niño y que son consecuencia de acciones físicas,
emocionales o sexuales, de comisión u omisión, que amenazan al desarrollo físico
psicológico y emocional, considerado como normal para el niño, es un problema muy
complejo de origen multifactorial, por lo que para su abordaje y manejo integral y
multidisciplinario se requiere de una serie de procedimientos que tiene como fin el
bienestar general de los niños, niñas, jóvenes y sus familias.

Díaz y Herrera (2000), en el artículo Castigo corporal de la niñez que aparece en la


revista boletín explican que los años sesenta marcan un hito en la historia referente
a la violencia contra los niños, ya que durante este periodo se describió el síndrome
del niño maltratado y se le acuño este nombre y desde entonces se han multiplicado
los trabajos sobre el tema pero a pesar de las investigaciones realizadas, aún queda
mucho por aclarar sobre la epidemiología de la violencia contra los niños, sus causas
y sus mecanismos y las medidas más eficaces para prevenirla.

Respecto a lo que se refiere a las agresiones psíquicas o psicológicas, que están


dirigidas a dañar la integridad emocional del niño comprenden todo tipo de
manifestaciones verbales y gestuales, así como actitudes que los humillan y
degradan pero esto no es lo más grave, pues las heridas del cuerpo duelen y
tienden a cicatrizar pero las heridas del alma que no dejan evidencia física tardan

9
mucho más en sanar si es que sanan antes de que se le acumule otra herida más,
estas generan sentimientos de desvalorización, baja estima e inseguridad personal,
los cuales más tarde pueden manifestarse en violencia social.

Rodríguez (2010), en el tema Maltrato infantil, que aparece de la revista psicología


policial afirma que el maltrato a menores aparece con el hombre mismo. Todas las
civilizaciones lo han presentado y está íntimamente ligado a factores sociales,
políticos y religiosos, esta relación obliga a ubicarse en el contexto de la cultura que
se trate, lo que resulta verdaderamente grave, ya que Aristóteles decía que un hijo
era propiedad y nada de lo que se haga con la propiedad es injusto, por lo tanto no
se reconoce el problema como maltrato, o bien en las sociedades china e hindú el
infanticidio era un método de control de la natalidad y una forma de eliminar a niños
recién nacidos con malformaciones físicas o daño cerebral por ser considerados
instrumentos del mal, en algunas otras sociedades niñas eran sacrificadas por no
contribuir a la economía familiar.

El maltrato afecta en el niño ya que crea retraso en su desarrollo y crecimiento, baja


autoestima y perdida de la confianza con otras personas, lesiones que causan
discapacidad parcial o total, pérdida de años de vida saludable, bajo rendimiento
escolar, agresividad y rebeldía, aislamiento, soledad y angustia, incapacidad para
resolver los problemas sin violencia, búsqueda de afecto y aceptación por personas o
grupos inadecuados, tendencia al alcoholismo o drogadicción, tendencia a cometer
actos delictivos.

1.1 Resiliencia en niños

1.1.1 Definición
Yaria (2005) explica que el vocablo resiliencia tiene su origen en el verbo latino
resilio, que significa volver atrás, volver de un salto, rebotar. Se concibe como una
manifestación de la inteligencia total en el ser, que capacita al organismo vivo o
persona humana para situarse, moverse y trascender los problemas que le plantee la

10
existencia, dentro de los estrechos límites vitales que le ofrezca el contexto en un
determinado momento de su historia vital, gracias a una transición de conciencia de
una forma inferior en crisis a otra de más alto orden y capacidad para percibir y
trascender.

Montane (2006) la define como el término adaptado a las ciencias sociales para
caracterizar a aquellas personas ya sea adultos o niños que, a pesar de nacer y vivir
en situaciones de alto riesgo, se desarrollan psicológicamente sanos y exitosos. Se
refiere también a la capacidad de los sujetos para sobreponerse a periodos de dolor
emocional y traumas.

Es aquella persona capaz de sobreponerse a contratiempos o incluso resultar


fortalecida por los mismos, puede decirse que es la entereza para mantenerse en pie
de lucha, con dosis de perseverancia, tenacidad, actitud positiva y acciones, que
permiten avanzar en contra de la corriente y superarlas.

1.1.2 Consideraciones acerca del concepto de resiliencia

Werner y Smith (1999), explican que surge como constructo teórico que intenta dar
cuenta de las situaciones de desarrollo saludable en presencia de factores de riesgo
para patología o de privación, las primeras investigaciones se centraron en familias
con uno o ambos alcohólicos, cuyos hijos no habían desarrollado ninguno de los
síntomas teóricamente esperados extraído de la psicopatología, y llevado al campo
más claramente psicosocial y de la psicología del desarrollo, el concepto permitía
caracterizar a aquellos sujetos que, a pesar de nacer y vivir en condiciones de alto
riesgo, se desarrollan psíquicamente sanos y socialmente exitosos, se asume
entonces que el hecho de nacer y crecer en contextos pobre presupone un riesgo
para la salud.

Derivado de una matriz funcionalista, y asociado a la teoría del estrés, aparece como
el constructo necesario para dar cuenta de las situaciones saludables de los medios

11
insanos. Se plantean estructuras de determinación ecológica multinivel, en donde la
interacción con el ambiente y los factores de riesgo por parte del niño resiliente
estarán mediados por vínculos y aspectos personales de él.

Rutter (1999) explica que la resiliencia es el conjunto de procesos sociales e


intrapsíquicos que posibilitan el enfrentamiento exitoso a la adversidad, no se trata
de factores congénitos ni adquiridos, sino que es un proceso que caracteriza a un
complejo sistema social en un momento determinado, y que implica exitosas
combinaciones entre el niño y su médico. Es decir, se trata de un proceso que se
construye vincularmente, tanto con otras personas como con el contexto social.

Aparecen dos grandes matrices teóricas para definir el concepto, una de ellas, de
raigambre cognitivo conductual, en la que las conductas adaptativas frente a
estresores ambientales acumulativos promoverían patrones comportamentales. La
segunda línea, que combina perspectivas de sistemas, interaccionismo, y otras
vertientes teóricas, plantea a la resiliencia como un potencial humano innato o no
que se desarrollaría cada vez frente a factores de riesgo o situaciones traumáticas,
pudiendo no desarrollarse para la misma persona frente a factores adversos.

A partir de analizar las manifestaciones en niños y adolescentes de las dimensiones


y los niveles mencionados, se podrá caracterizar las modalidades que adoptan, en su
cotidianidad, las conductas y procesos resilientes.

El mismo niño resolverá similares situaciones adversas de diferentes formas, algunas


veces con más indicios de vulnerabilidad y, en otros momentos, de protección. Es
necesario comprender las diferentes manifestaciones de los niños y adolescentes en
situaciones de riesgo, a partir de caracterizar como un continuo las situaciones de
vulnerabilidad de riesgo y de protección.

Las dimensiones más importantes para indagar y promover resiliencia, son,

12
 La autoestima, que supone las apreciaciones que el niño hace de sí mismo,
derivadas de sus experiencias personales y los vínculos afectivos, y que influirá
en el desarrollo de estrategias para enfrentar las situaciones de tensión.

 Los vínculos afectivos, con las cuidadoras y los cuidadores en primer lugar, pero
con algún adulto posteriormente, permitirán a niños y adolescentes desarrollar la
capacidad de experimentar confianza y, como consecuencia, consolidar
relaciones estables, incluyendo la ambivalencia de sentimientos, aceptando los
aspectos positivos y negativos de los otros y de sí.

 La creatividad y el humor son desarrollados en y a partir del juego, suponen


tolerancia a la ambigüedad y a la desorganización, flexibilidad de soluciones para
los problemas, permiten procesar las experiencias traumáticas con menos
angustia, y son un recurso para enfrentar situaciones de estrés.

 La red social e ideología personal. El enriquecimiento de la vida cotidiana con la


creación o suscripción de valores para los eventos configura recursos extra para
los sujetos, cuando se encuentran en circunstancias difíciles.

Werner cita a Infante, quien enfatiza en la caracterización de la resiliencia como un


proceso que puede ser promovido, cuyos resultados no serán homogéneos ni
estables en todos los ámbitos del desarrollo.

Entonces, no es un rasgo de personalidad, sino que las personas son actores y


fuentes de las adaptaciones resilientes, y las familias, escuelas, comunidades,
servicios sociales, son el escenario de promoción de la misma.

1.1.3 La ventaja de la resiliencia


Infante (2002) comenta que se vive en una época de retos; construir en la adversidad
proporcionara una ventaja sólida sobre quienes no quieren aprender cómo manejar
el cambio ni las situaciones difíciles.

13
Evitar la reacción de víctima frente a un sobresalto, algunas personas se quedan
encalladas en el papel de víctima que culpa a los demás, rechazan cualquier
sugerencia sobre cómo enfrentarse a lo que les ha sucedido, no se da ningún paso
para superar las dificultades, incluso aunque la crisis ya haya desaparecido.
Quedarse encallado en esta fase es como atarse una cuerda a los pies, pensar como
víctima hace la persona se sienta desamparada y, al culpar a los demás de la
situación adversa, coloca la responsabilidad de conseguir una vida mejor en los
demás.

Las emociones negativas como miedo, rabia, ansiedad, angustia, desesperación y


desamparo, reducen su capacidad para solucionar los problemas a los que se
enfrenta y debilitan su resiliencia, los miedos y las preocupaciones constantes
debilitan su sistema inmunitario y aumentan su vulnerabilidad a las enfermedades.

Desarrollar fortalezas para resistir tiene un beneficio significativo adicional, los niños
que poseen más habilidades para resistir tienen una ventaja muy significativa frente a
quienes se sienten desamparados o quienes reaccionan como víctimas.

El hallazgo más útil de la investigación en psicología al respecto es que se posea


una predisposición innata para resistir y sacar provecho de los cambios. Y una guía
puede ser,

 Mantener la calma al estar sometido a presión, sobreponerse a los reveses y


evitar que se le agote la resistencia.
 Mejorar sus habilidades para solucionar problemas utilizando distintos métodos,
tales como, analítico, creativo, práctico.
 Mantener el sentido del humor, el optimismo y los sentimientos positivos en los
momentos más duros.
 Liberarse de las barreras interiores a la resistencia mediante el fortalecimiento de
su persona interior, de manera saludable y sobreponiéndose al obstáculo del
niño bueno.

14
 Sobreponerse la tendencia de sentirse una víctima y mantenerse alejado de las
reacciones victimistas de los demás.

 Potenciar sus cualidades complejas, tales como el desinterés egoísta, el


pesimismo optimista y el inconformismo cooperador.

 Desarrollar una manera de resistir propia, teniendo confianza en sí mismo y


responsabilidad social.

 Descubrir de qué manera el deseo natural por aprender es lo que hace que su
vida sea cada vez mejor.

 Adquirir la habilidad para que las cosas marchen bien.

 Transformar la desgracia en buena fortuna y dominar el arte de resistencia.

1.1.4 Características de la resiliencia


Faraone (2000) explica que es la capacidad que surge de las interacciones entre el
individuo y sus semejantes, sus condiciones de vida y su ambiente vital, se trata de
un verdadero sistema ecológico, en el que interacciona diversos sistemas, siendo
mayor la influencia del sistema más cercano y significativo.

 Ontosistema.
Corresponde a las características personales del individuo, la flexibilidad, la
creatividad, el coraje y la perseverancia, figuran entre las cualidades de las personas
resilientes, que tienden a compartir habilidades emocionales básicas tales como
sociabilidad, autoconfianza, optimismo, resistencia al fracaso y a la frustración.

Los individuos resilientes se caracterizan por sentir que controlan su vida; saber
cómo reforzar la resistencia al estrés; ser empático; desarrollar una comunicación
afectiva y capacidades interpersonales; tener sólidas habilidades para solucionar

15
problemas y tomar decisiones; establecer metas realistas; aprender tanto del éxito
como del fracaso; ser compasivo; vivir una vida responsable de acuerdo a valores
sensatos; sentirse especiales mientras ayudan a los demás a sentir lo mismo.

 Microsistema.
Corresponde al entorno familiar, desempeña un papel fundamental en el desarrollo
de recursos para afrontar las circunstancias adversas.

Ante la adversidad, el niño que siente que pertenece a una familia y que sabe que
cuenta con el apoyo de sus padres o, al menos, con uno de ellos, encuentra la fuerza
necesaria para superar dicha circunstancia, que se convierte en una oportunidad de
crecer como persona.

 Exosistema
Corresponde a la comunidad, la escuela ocupa un lugar destacado en este sistema,
ya que los educadores pueden servir de apoyo a los niños que atraviesan
circunstancias difíciles. No se trata de sustituir a los padres sino de complementar su
tarea, acompañando a los niños en el dolor, valorando sus esfuerzos y sus
dificultades, y fomentando en ellos la confianza incondicional en sus propias
capacidades.

 }Macrosistema.
Corresponde al entorno cultural y político, e influye en el individuo, en la familia y en
la comunidad, la existencia de un contexto que favorezca la resiliencia depende,
entre otros aspectos, de que se asegure una educación para la no violencia y de la
promoción de formas no violentas de resolución de conflictos. Entre los valores
implícitos en la medición figuran, no sólo aprender a comunicarse mejor y a
compartir los sentimientos, sino aprender a confiar en las propias habilidades y a
pensar creativamente.

16
1.1.5 Los niños resilientes
Werner y Smith (1999) afirman que los seres humanos nacen con la capacidad de
hacer frente a las demandas del ajuste de su medio, de desarrollar habilidades
sociales y comunicativas, una conciencia crítica, autonomía y propósitos para el
futuro. El desarrollo y el reforzamiento de la misma requieren de la estimulación
contextual, familiar y de los padres.

Estos niños suelen responder adecuadamente frente a los problemas cotidianos, son
más flexibles y sociables, predominancia de lo racional, buena capacidad de auto-
control y autonomía.

En cuanto a lo familiar, no han sufrido separaciones o pérdidas tempranas y han


vivido en condiciones económicas y familiares relativamente estables presentando
con frecuencia características de personalidad o habilidades entre las que se puede
mencionar, adecuada autoestima y auto eficacia, mayor capacidad de enfrentar
constructivamente la competencia y aprender de los propios errores, mejores y más
eficaces estilos de afrontamiento, actitud orientada al futuro, optimismo y mayor
tendencia a manifestar sentimientos de asperezas y capacidad empática.

Estos rasgos y habilidades pueden verse reforzados por la influencia positiva del
medio familiar y el apoyo de otros adultos significativos en la vida del niño, los niños
resilientes suelen vivir en un clima educacional abierto y con límites claros; cuentan
con modelos sociales que motivan el enfrentamiento constructivo, comparten
responsabilidades sociales y se ven estimulados por la existencia de expectativas de
logros realistas por parte de los adultos.

 La presencia de adultos accesibles, responsables y atentos a las necesidades de


niños y jóvenes. Pueden ser padres, tíos, abuelos, maestros u otras personas que
muestren empatía, capacidad de escucha y actitud cálida. Además es importante
que expresen su apoyo de manera que favorezca en los niños y jóvenes un
sentimiento de seguridad y confianza en sí mismos.

17
 La existencia de expectativas altas y apropiadas a su edad, comunicadas de
manera consistente, con claridad y firmeza. que le proporcionan metas
significativas, lo fortalezcan, promuevan su autonomía, y le ofrecen
oportunidades de desarrollo.

 La apertura de oportunidades de participación, los adultos protectores son


modelo de competencia social en la solución de problemas, pudiendo
proporcionar oportunidades para que los niños participen y en conjunto,
aprendan de los errores y contribuyan al bienestar de los otros, como parte de un
equipo solidario y participativo.

1.1.6 Resiliencia, familia y desarrollo personal


Saavedra y Castro (2009) explican que; los procesos más globales de la modernidad
y la modernización, que han influido de manera significativa a la conformación y
sentido familiar se ha indicado.

 Un proceso de individualización; promoción de la libertad social e individual.

 Un progreso social para el desarrollo de las potencialidades individuales.

 Visión reflexiva de informaciones y conocimientos, donde la familia no escapa a


los cuestionamientos.

 Difusión de racionalidad formal e instrumental.

 Vocación democrática, diversidad y tolerancia.

 Generación de sociedades interculturales, que incorpora la diversidad en los


estilos de vida y en las formas y estructuras familiares.

18
Todo esto hace que cada vez sea mayor la diversidad de formas y estilos de vida, la
heterogeneidad de influencias sobre hábitos, valores, imágenes, formas de
convivencia y modos de pensar; todo esto influenciado o potenciado además por los
procesos de globalización que transforman los vínculos entre las personas y los
diferentes grupos a los cuales pertenecen y a su vez la relación de éstos con la
sociedad.

La complejidad de los modos de vida enfrenta a las familias ante el desafío de asumir
una diversidad de voces socializadoras que muchas entran en contradicción con la
cultura de cada familia y la cultura social más cercana a la que pertenecen.

1.1.7 De resiliencia a propósito de sanar


Filippis (2009) afirma que se refiere a la cualidad de los objetos de recobrar su forma
original luego de soportar presiones. Por extensión se aplica a la condición de los
materiales de no alterarse ante los impactos o tracciones, de no sufrir marcas o
huellas.

Se describe que las personas resilientes tienen gran sentido del compromiso, fuertes
sentimientos de seguridad de manejar los acontecimientos, son más abiertos a los
cambios que el resto de la gente, interpretan los hechos estresantes y dolorosos
como una parte más de la existencia.
Tres rasgos resumen su carácter; aceptar los desafíos, sobreponerse a las
dificultades, decidir sobre ellas y comprometerse en la acción. Se señala como
factor protector ante las adversidades, el factor psíquico; autoestima, optimismo,
decisión, confianza en sí mismo, responsabilidad y capacidad de experimentar
cambios.

1.1.8 La familia como factor de resiliencia


Bouché (2006) explica que la familia como microsistema, ocupa el lugar de mayor
influencia en el desarrollo del niño por su mayor proximidad y por ser la que
intermedia el contacto con el exosistema y el macrosistema, cuando la familia falla en

19
su rol de constructora de resiliencia por hallarse en estado de incapacidad o falta de
disponibilidad, cobran importancia los adultos significativos que pueden aparecer en
el entorno. Como parte de la red social son la fuente de afecto, apoyo y contención
del niño.

Las funciones específicas de una familia son la reproducción de nuevas


generaciones, la socialización básica de los niños y la trasmisión de valores, ideales,
pensamientos y conceptos de la sociedad a la que pertenece. También suele ser un
soporte emocional entre los cónyuges, función a la que antes no se le daba
importancia. En un principio se hablaba de familias extensas, semiextensas y
nucleares, hoy hay que reconocer multitud de variantes entre las que están aquellas
que tienen padre trabajador y madre dedicada a su hogar, o bien padres y madres
trabajando fuera de casa; con padre que colabora en las tareas de casa; que tienen
padres autoritarios o permisivos; pueden ser padres separados o divorciados, con
hijos adoptivos, familias monoparentales, formadas por homosexuales, parejas de
hecho; e incluso familias que viven en un medio rural o en plena ciudad. Pero toda
familia puede y debe tener un protagonismo en la educación de sus hijos, para
aportarles protección ante los riesgos que se presenten en su entorno.

1.1.9 La ecología social con relación a la resiliencia


La ecología social plantea que el desarrollo de un sujeto es fruto de una interacción
entre diversos sistemas que incluyen y rodean al niño; las características internas del
niño, familia, comunidad, cultura y sistema político. Un marco teórico como el
ecológico permite darse cuenta de que la realidad social de una comunidad está
articulada como un todo en el que diferentes sistemas y subsistemas se relacionan
entre sí de manera dinámica.

Identificar la importancia de los múltiples contextos que afectan el desarrollo infantil,


especialmente hay tres; la comunidad, los vecinos, soportes sociales, la familia y el
propio niño. El desarrollo humano es un proceso dinámico y recíproco donde el niño
reestructura de modo activo su ambiente y recibe el influjo de los factores vinculados

20
con él. El modelo está compuesto por cuatro núcleos que están interrelacionados y
se denominan; persona, proceso, contexto y tiempo. El primer núcleo es la persona,
vistas con sus características innatas, biológicas, emocionales y con ellas
constituidas por el contacto con el ambiente.

Un lazo social bien establecido, una comunidad con una inter subjetividad rica y
desarrollada, permite establecer cuáles pueden ser los pilares de la resiliencia
comunitaria.

 Autoestima colectiva, que involucra la satisfacción por la pertenencia a la propia


comunidad.

 Identidad cultural, constituida por el proceso interactivo que a lo largo del


desarrollo implica la incorporación de costumbres, valores, giros idiomáticos,
danzas, canciones, entre otros que proporcionan la sensación de pertenencia.
 Humor social, consiste en la capacidad de encontrar la comedia en la propia
tragedia para poder superarla.

 Honestidad estatal, como contrapartida de la corrupción que desgasta los


vínculos sociales.

 Solidaridad, fruto de un lazo social sólido que resume los otros pilares.

El nivel macro sistémico es el contexto cultural y político en que evoluciona el sujeto.


La cultura es un elemento clave en cuanto a la posibilidad que tiene un sujeto de
entender los sucesos adversos que tenga que enfrentar.

1.1.10 La escuela como factor de resiliencia


Yaría (2005) afirma que hoy, la escuela necesita transformarse en un factor de
inmunización frente a los diversos problemas en el desarrollo infantil, aquí adquiere

21
relevancia como factor de protección emocional el papel del docente, del grupo de
compañeros escolares y de toda la comunidad educativa.

Se han hecho estudios para evaluar la adaptación satisfactoria a pesar de los riesgos
y la adversidad, el término de resiliencia alude a esto, a soportar los tropiezos y
crecer desde la desgracia. Ha sido tomado de la metalurgia, donde ciertos materiales
pueden resistir grandes pesos sin quebrarse.

Así se han estudiado niños que evolucionan bien a pesar de la guerra, o con
progenitores con enfermedad mental y enfermedades crónicas dentro de la pobreza.

Así mismo se han estudiado familias alcohólicas que no han transmitido a sus hijos
los problemas de consumo de alcohol, quiere decir que aún una familia en
condiciones críticas, si preserva cierto ámbito, ayuda a proteger el desarrollo de los
hijos y se trasforma en un factor de resiliencia.

La escuela y los adultos orientadores son elementos del contexto humano que
fomentan relaciones significativas y que, al funcionar como modelos de aprendizaje,
conllevan hacia un desarrollo sano del niño.

Pero también los estudiantes tienen recursos internos que los ayudan en su buen
rendimiento académico; aquéllos que tienen un buen auto concepto, expectativas
positivas respecto de su rendimiento y una motivación intrínseca para aprender,
obtienen consistentemente más logros en la escuela que los que muestran una
autoestima pobre, bajas expectativas y una motivación de logros dominada por los
refuerzos extrínsecos.

La escuela construye resiliencia en los alumnos a través de crear un ambiente de


relaciones personales afectivas; estas requieren docentes que tengan una actitud
constructora, es decir, que transmitan esperanzas y optimismo. La convivencia

22
constructora en la escuela también se caracteriza por centrarse en los puntos fuertes
de los alumnos.

Los adultos que trabajan en las escuelas deben buscar las fortalezas de cada
alumno con la misma minuciosidad que suelen emplear para detectar sus problemas,
y hacérselos ver. Esto no implica pasar por alto las conductas inapropiadas o
riesgosas, sólo significa equilibrar las cosas para que el alumno reciba al menos
tanta retroalimentación sobre sus puntos fuertes.

Las escuelas tienen el poder de construir resiliencia académica y personal en los


alumnos. Aunque en muchas de ellas existen obstáculos para hacerlo, cada docente
en su aula puede crear refugios de construcción, ambientes que también se asocian
estrechamente con el éxito académico. Además, pueden esforzarse por superar los
obstáculos que existan en sus grandes establecimientos escolares. Y por tal razón,
ellos mismos deben ser resilientes.

Los docentes que carecen de poder tendrán escasa probabilidad de crear contextos
académicos de posibilidad y transformación.

1.1.11 La rueda de la resiliencia escolar


Fernández (2002), expone que la escuela proporciona soportes y lazos sociales ante
una demanda o un pedido de ayuda latente o manifiesto del alumno y la familia, esto
se denomina en la teoría tener. O sea, que se poseen lazos que pueden sostener y
contener en un momento adverso de la vida. Un alumno guía, un profesor, y los
propios contenidos preventivos adecuados a la realidad concreta del sufrimiento
adolescente se convierten en sistemas de contención que permiten superar las
circunstancias adversas.

Hoy como nunca la escuela recibe desvalidos emocionales ricos y pobres


económicamente, con déficit notables de la autoestima pues no confían ni creen en
su propia capacidad, con percepción de si mismo que los puede transformar

23
lentamente en niños con humores depresivos o que adoptan una actitud desafiante
como defensa ante una vivencia de que no son nadie ni nada para el otro.

El desvalimiento emocional participa del fenómeno de falta de reconocimiento de


muchos niños de abandonos precoces, enfermedades psiquiátricas de los padres,
adicciones de alguno de ellos, familias inexistentes o ensambladas de tipo conflictivo,
familias monoparentales con ausencia absoluta del padre, estas situaciones son
muy comunes hoy en día.

La comunidad educativa desde este lugar necesita responder al segundo pilar


conceptual de la resiliencia; el ser alguien reconocido, deseado y amado; he aquí el
dilema de la educación en los niños. La sociedad arma huidas frente a este
desvalimiento, las drogas, el consumismo, el juego, las conductas de riesgo, las
distintas armazones narcistas, el desafío como conducta habitual, el impulso ante la
angustia de pensar, la precariedad de los vínculos, entre otros. Los déficits en la
autoestima son un ejemplo de esto. El asunto es huir de si mismo que es pura
angustia de desvalimiento.

En la comunidad educativa se despliega el tercer pilar de la resiliencia; estar. En este


caso la escuela ayuda a ejercitar y desarrollar habilidades interpersonales, y esto se
complementa con el cuarto pilar conceptual de la misma poder, en donde se
despliega la interacción social y todo el proceso de socialización.

Las normas de grupo que se dan las situaciones educativas, los diversos liderazgos
que se implementan, los trabajos cooperativos, la posibilidad de resolver situaciones
críticas y los problemas cotidianos, las formas socializadas y sublimadas de manejar
el enojo, la frustración, la rabia; son todos elementos que permiten el desarrollo de la
habilidad social. Asimismo el yo puedo se ejercita en el desarrollo de la
competencia no sólo en el área social y escolar sino también en lo cognitivo, que le
permite solventar creativamente los problemas. Todo esto facilita el proceso de
autonomización y la capacidad de auto observación.

24
El estar permite que a través de la vida escolar el niño pueda comenzar a
experimentar, puesto que es una de las claves en el desarrollo de la personalidad.
Echar raíces en la escuela es lo que permite no sentirse extranjero en el mundo.
También tener una familia predecible y estable en los vínculos permite fundar una
personalidad. Cuando un niño habita una situación se aleja de la alienación, que es
sentirse extraño, extranjero. Esto es la señal de una despersonalización. La familia
y la escuela, al permitir echar raíces, generan una base para la personalización;
poder habitar una situación sintiéndola como propia, como una propiedad que lo
aleja de toda sensación de despersonalización y de extrañamiento.

Brindar oportunidades enriquecer los vínculos


de participación. pro sociales.

Establecer y trans_ Fijar limites


mitir expectativas claros.
Firmes y
elevadas.

Brindar afecto Enseñar


y apoyo. habilidades para
la vida.

Fuente: Fernández (2002)

1.1.12 Cómo desarrollar la resiliencia en niños


Kalbermatter y Goyeneche (2006), explican que a veces se viven situaciones
aterradoras, de ello todo el mundo es muy consciente, pues hay niños con
situaciones muy traumáticas y ante esta premisa hay que actuar con estos
contratiempos de la vida. En primer lugar hay que remarcar que no es posible

25
proteger a los niños de los altibajos propios de la vida; no obstante, sí es posible
criar niños con capacidad de resiliencia, como la capacidad de hacer frente a las
adversidades, superarlas y ser transformado positivamente por ellas. La resiliencia le
proporcionará a un niño las herramientas necesarias para responder a los retos de la
adolescencia y del inicio de la etapa adulta; así vivir de manera satisfactoria y plena a
lo largo de la vida adulta.

Las familias de hoy, especialmente las más pequeñas, están bajo unos niveles
demasiado elevados de estrés y se convierten en individuos potenciales de sufrir
trastornos de salud tanto a nivel físico como psicológico. En el entorno actual es
importante que los niños y los adolescentes desarrollen capacidades y habilidades
para hacer frente a los obstáculos, sepan cómo recuperarse de las dificultades y
estén preparados para los retos del futuro; en definitiva, han de tener capacidad de
resiliencia para tener una vida satisfactoria.

Ante este contexto, se ha creado una guía dirigida a padres y educadores para que
aprendan cómo desarrollar la resiliencia en los niños, los padres y otros cuidadores
pueden utilizar estas directrices para ayudar a los niños a identificar sus habilidades,
recursos propios y fortalecer su resistencia al sufrimiento.

 Competencia.
Describe el sentimiento de ser consciente y que puede manejar una situación de
manera eficaz. Se puede ayudar a aumentar la competencia de los niños como;
centrarse en sus puntos fuertes, que relacionen los errores identificados con
incidentes específicos, capacitar a los niños a tomar decisiones, tener cuidado con el
deseo de proteger al niño con un mensaje erróneo que haga pensar al niño que no
es suficiente competente para manejar ciertas situaciones y evitar comparaciones
con otros niños.

26
 Confianza.
La creencia en un niño en sus propias habilidades es fruto de su competencia como,
estar centrado para que puedan tener conciencia, tener claras las mejores
cualidades, como la sinceridad, la integridad, la persistencia y la bondad, valorar e
identificar las cosas bien hechas que los niños realizan, elogiar sus éxitos concretos
y a la vez evitar falsas alabanzas, no permitir al niño a tomar acciones que
difícilmente podrá manejar.

 Conexión.
Desarrollar estrechos lazos y vínculos con los seres queridos y la comunidad permite
crear un sólido sentimiento de seguridad que ayuda a generar fuertes valores, y por
otro lado, evita desarrollar sentimientos de individualidad y egoísmo. Para ayudar a
un niño a establecer una conexión con su entorno hay que lograr, hacer que se
sienta seguro tanto física como emocionalmente, permitir que exprese todas sus
emociones para que pueda sentirse confortable en momentos difíciles, abordar los
conflictos abiertamente dentro del núcleo familiar para solucionar los problemas,
crear un área común en el que la familia pueda compartir tiempo y fomentar una
sana relación que refuerce mensajes positivos.

 Carácter.
Los niños necesitan desarrollar un sólido conjunto de valores morales para
determinar lo que está bien y lo que no y demostrar una actitud afectiva hacia los
demás. Para fortalecer el carácter, de un niño, se necesita demostrar, cómo el
comportamiento de uno puede afectar a los demás, ayudar a que se identifique él o
ella como una persona afectiva, demostrar la importancia de pertenecer a
comunidad, evitar prejuicios o estereotipos de carácter racista o que incidan al odio.

 Contribución.
Los niños necesitan darse cuenta de que el mundo es un lugar mejor para vivir sólo
por el hecho de que ellos forman parte de este mundo. Entender la importancia de
su contribución personal puede servir como una fuente de propósitos y motivaciones

27
personales. Hay que comunicarles que muchas personas en el mundo no tienen lo
que necesitan, destacar la importancia de dar un servicio a terceras personas y
entender el buen modelo de la generosidad, crear oportunidades para cada niño para
que pueda contribuir de una manera específica.

 Confrontación.
Aprender a hacer frente al estrés y saber gestionarlo ayudará a los niños a estar
mejor preparados para superar los retos de la vida. Hay que enseñarles a adoptar
actitudes positivas para hacer frente a obstáculos; guiar a los hijos a desarrollar
estrategias de afrontamiento efectivas y positivas, pues es importante saber que
decirle a un niño que deje las malas conductas no será eficaz, se debe tomar en
cuenta que la mayoría de comportamientos de riesgo en niños son reflejo de intentos
de aliviar el estrés de su vida diaria, no condenar a un hijo por las conductas
negativas, y por el contrario, lograr incrementar su sentido de arrepentimiento.

 Control.
Los niños que son conscientes de que pueden controlar las consecuencias de sus
decisiones tiene más probabilidad de darse cuenta que tienen la capacidad de
recuperarse pronto, se le puede ayudar a un niño a tener más control sobre sus
actos, al entender ellos que los acontecimientos de la vida no son puramente al
azar y que la mayoría de cosas que tienen lugar en la vida son fruto de los actos y
decisiones, tienen que aprender que la disciplina se transmite a través de la
enseñanza, no del castigo o del control.

Los niños necesitan saber que hay un adulto en su vida que cree en ellos y que los
ama incondicionalmente. De igual manera no hay una respuesta sencilla que
garantice la resiliencia para cada situación, sin embargo, se puede desafiar a la
familia, educadores y a la sociedad para ayudar a los niños a desarrollar la habilidad
de analizar y afrontar sus propios retos para que sean más resilientes y en definitiva,
ser más felices.

28
1.2 Maltrato infantil

1.2.1 Definición
Jesús (2001) lo define como cualquier acto por acción u omisión realizado por
individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y todos los estados
derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños y niñas de su
libertad o de sus derechos correspondientes y dificulten su óptimo desarrollo.

El autor cita a Paúl, quien lo define como un problema de gran complejidad y


heterogeneidad. Pues existen diversos tipos de maltrato infantil; físico, negligencia,
abuso sexual, emocional, mendicidad, corrupción, explotación laboral, maltrato
prenatal, por poderes, e institucional, cada uno de los cuales tiene su propia
definición, su propia etiología y sus propias consecuencias.

 Maltrato físico.
Comprende los actos cometidos por padres o adultos cuidadores contra niños y
niñas que les generan lesiones físicas temporales o permanentes; causados con
diversos objetos; cinturones, cables de luz, palos, cigarrillos, diversas sustancias,
entre otros.

El abuso de menores consiste en varios elementos y se enfatizan en dos ideas


principales las cuales son; la asimetría de edad y el abuso de poder. La asimetría en
edad se refiere en la diferencia de edad que hay entre el agresor y la víctima
mientras que el abuso de poder es un factor necesario para el abuso infantil; ya que
el mismo implica miedo y obtiene un rol dominante en el ámbito social.

Las necesidades físicas; alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las


situaciones potencialmente peligrosas, educación y cuidados médicos y cognitivas
básicas del menor no son atendidas temporal o permanentemente por ningún
miembro del grupo que convive con el niño. Por esta razón la asimetría de edad se

29
convierte en un factor en el maltrato infantil; ya que por medio de la edad se pueden
descifrar los niveles de experiencia, madurez y sobre todo de malicia del agresor.

 Maltrato emocional.
Que implica las actitudes de indiferencia, insultos, ofensas, o desprecios, producido
por los padres o adultos cuidadores y que los dañan en su esfera emocional,
generándoles sentimientos de desvalorización, baja autoestima e inseguridad
personal. Algunos tipos de maltrato emocional pueden ser; el rechazo, que ocurre al
no aceptar la presencia o valor de una persona, esto se logra al manifestarle a la
persona que él o ella es inferior y devaluando sus pensamientos y sentimientos. Por
ejemplo, tratando a un hijo(a) y/o esposo(a) de manera diferente que al resto de sus
familiares de alguna manera injusta o que denote desagrado por el hijo(a) y/o
esposo(a) en cuestión.

La degradación ocurre al utiliza un comportamiento ofensivo, como ridiculizar,


apodar, imitar e infantilizar a la persona en cuestión. Su propósito es disminuir la
dignidad y valor de la persona y afecta su sentido de identidad en una manera
desfavorable. Algunos ejemplos son; gritar, usar palabras obscenas, humillar
públicamente o etiquetar a la persona como estúpida, imitar alguna discapacidad o
tratar a la persona como si fuera menor de lo que es y no dejarlos tomar decisiones
normales como alguien de su edad.

La intimidación evoca un miedo extremo en la persona, puede incluir o amenazar


con colocar a la persona en un ambiente peligroso o incómodo. Algunos ejemplos;
hacer a un niño ver violencia perpetrada en personas a las que el niño quiere.

La reclusión se refiere a limitar la libertad de una persona para desenvolverse en una


relación normal con otros y la corrupción y explotación se basa en entrenar a la
misma para aceptar ideas o un comportamiento que no es legal o que va en contra
del contexto cultural.

30
 Abuso sexual.
Son las acciones recíprocas entre un niño y un adulto, en los que el niño está siendo
usado para gratificación sexual del adulto y frente a las cuales no puede dar un
consentimiento informado. Puede incluir desde la exposición de los genitales por
parte del adulto hasta la violación del niño. Cualquier tipo de penetración de órganos
genitales en contra de la voluntad, o la incapacidad de un menor para comprender
ciertos actos, se incluye el inducir u obligar a tocar los órganos genitales del
abusador, cualquier acción que incite al menor a escuchar o presenciar contenido
sexual impropio.

En el caso de abuso sexual infantil, los fenómenos que se desencadenan tienen que
ver con trastornos en el desarrollo psicosexual. Una dificultad en la relación madre e
hija puede complicar el riesgo para el abuso sexual infantil y las consecuencias del
abuso.

La definición de abuso sexual a menores puede realizarse desde dos ópticas; la


jurídica y la psicológica, que no siempre coinciden, por cuanto la valoración jurídica
de esas conductas sexuales está condicionada por el criterio objetivable del grado de
contacto físico entre los órganos sexuales de agresor y víctima, algo que no
necesariamente correlaciona con la variación en el grado de trauma psicológico.

 Abandono físico.
Son aquellas situaciones de omisión producidas por los padres o adultos cuidadores
y en las cuales no se dio respuesta a las necesidades básicas de niños y niñas;
alimentación, vestimenta, higiene, protección, educación y cuidados sanitarios.

 Abandono emocional.
Situaciones de omisión producidos por los padres o los adultos cuidadores que
implican la no respuesta de los mismos a la satisfacción de las necesidades
emocionales básicas de niños y niñas y el haberse podido responder a las mismas.
Falta de cariño, individualismo, descuido, ignorancia, negligencia, no faltan palabras

31
a la hora de hablar del fenómeno que se vive en la sociedad, hoy la competitividad y
el éxito, sumado a creencias ancladas culturalmente, están dejando a los niños
emocionalmente solos.

Y lo que antes era un problema casi exclusivo de los sectores más desfavorecidos, el
abandono se ha convertido en un fenómeno masivo, hoy más que nunca los padres
están centrados en sus carreras, su desarrollo económico y personal y dejan a los
niños en un abandono emocional. Eso es terriblemente frecuente. Se han realizado
varios estudios que dan cuenta de esta tendencia, los niños no piden las cosas que
los papás les han dado computadoras, juguetes, actividades extra programáticas
sino que tengan tiempo para ellos puesto que los niños quieren salir con sus padres
o seres queridos, que los escuchen. Esa es la gran demanda de los niños.

Tienen el problema de que las figuras de protección están ausentes y eso se cambia
por necesidades que no son propias de ellos pues toda la justificación de la ausencia
es algo que los niños no perciben como propia.

 Maltrato prenatal.
Falta de cuidado, por acción u omisión, del cuerpo de la futura madre o el
autosuministro de sustancias o drogas que, de una manera consciente o
inconsciente, perjudican al feto del que es portadora como puede ser también exceso
de trabajo corporal, maltrato físico dirigido a la madre, presencia de psicopatía,
rechazo del embarazo o indiferencia emocional, falta de control o seguimiento
médico del embarazo, presencia de enfermedades, no tratadas, que pueden causar
disfunciones o malformaciones, entre otros.

 Explotación laboral.
Se refiere a determinadas personas que asignan al niño con carácter obligatorio la
realización continua de trabajos domésticos o no que exceden los límites de lo
habitual, que deberían ser realizados por adultos, y que interfieren de manera clara

32
en las actividades y necesidades sociales o escolares del niño, y que son asignados
al mismo con el objeto de obtener un beneficio económico.

Para hablar de explotación laboral infantil, se debe iniciar con definiciones claves;
infancia, etapa en que los niños y las niñas deben vivir sin miedo, seguros frente a la
violencia, protegidos contra los malos tratos y la explotación; trabajo infantil es una
actividad que perjudica el desarrollo físico y psicológico del niño e interfiere con su
horario escolar o le obliga a abandonar la escuela de forma prematura, ya que no
tiene tiempo para los estudios.

El Programa Internacional para la Erradicación del Trabajo Infantil de la Organización


Internacional del Trabajo, define el trabajo infantil como peligroso y perjudicial para el
bienestar físico, mental o moral del niño y les exige combinar el estudio con un
trabajo pesado que les consume mucho tiempo, así también se menciona la ayuda
que prestan a sus padres en el hogar, la colaboración en un negocio familiar o las
tareas que realizan fuera del horario escolar o durante las vacaciones para ganar
dinero de bolsillo.

 Mendicidad.
Actividades o acciones, llevada a cabo por un menor, consistente en demandas o
pedir dinero en la vía pública; explotación de menores. Cabe destacar que, más allá
del dinero, los mendigos pueden solicitar otras cosas, como alimentos, ropa o
medicinas. Lo que obtienen en las calles les permite subsistir o mejorar su calidad de
vida, si es que reciben ingresos o algún tipo de ayuda por otra parte.

Se entiende por mendicidad la situación donde los niños o niñas se ven obligados a
la realización continuadamente de actividades o acciones consistente en demandas
o pedido de dinero en la vía pública, este tipo de maltrato se encuentra muy
relacionado con la explotación laboral ya que son asignados a los mismos con el
objeto de obtener un beneficio económico, sin tener que realizar los adultos, ninguna
otra tarea.

33
Se han vuelto parte del paisaje urbano, son parte de la realidad pues están en todas
partes, calles, negocios, a toda hora del día, bajo un sol abrasador o bajo la lluvia
más cruel así son los niños pobres de nuestro país. Aquellos que se ven despojados
de su mundo infantil para formar parte del mundo adulto.

 Corrupción.
Conductas de los adultos que impiden la normal integración social del niño y que
promueven pautas de conducta antisocial o desviada; como premiar al niño por
robar, alentar el consumo de drogas o alcohol, entre otros. De manera similar, para
acción ciudadana se tiende a identificar el concepto de corrupción con situaciones
de favoritismo y de abuso de poder es decir que la corrupción se da en la persona,
obligada moral y legalmente a trabajar por un interés social el cual lo cambia por un
interés o beneficio propio.

La integridad, al igual que la corrupción, se aprende, lamentablemente, en muchos


países la corrupción ha sido tolerada durante generaciones. En muchos casos, la
corrupción se encuentra institucionalizada y arraigada en la sociedad de un país, y
esto impide distinguir la diferencia entre la corrupción como un problema y como
simplemente el modo normal de hacer las cosas.

Por lo general, la corrupción afecta a los jóvenes en muchísimos ámbitos, como


estudiantes, activistas, ciudadanos, trabajadores, clientes y votantes. Jóvenes que
probablemente enfrentan a diario hechos de corrupción aunque se hable del más
mínimo, favor que reciben a cambio de algún beneficio dado a la otra parte, o
viceversa y lo consideran, justamente, el modo normal de hacer las cosas.

 Maltrato institucional.
Cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes
públicos o bien derivados de la actuación individual del profesional que comporte
abuso, negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el
bienestar físico, la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño. En

34
realidad, los protagonistas de este maltrato son las personas responsables de la
atención, protección y educación del niño, así como los responsables de las
diferentes políticas aplicables a la infancia.

Al hablar de maltrato infantil se puede pensar cualquier situación familiar en la que


los derechos del niño no son respetados. Sin embargo, ni conceptualmente es así, ni
se reduce a una situación familiar. Todos conocen las más diversas situaciones
psicosociales en donde los derechos de la infancia no son respetados.

1.2.2 El maltrato infantil en la historia


Díaz (2002) explica que los malos tratos a la infancia son una constante histórica,
que en mayor o menor medida se presentan en todos los tiempos; incluso diferentes
culturas los promueven, como es el sacrificio a los dioses, el infanticidio de niñas por
no ser rentables, o de niños para regular el crecimiento de un pueblo, por presentar
problemas de salud, deficiencias físicas, psíquicas o según sus criterios
considerados niños débiles, el maltrato como forma de educación, el derecho del
padre sobre los hijos y sobre la hija en el incesto.

La violencia hacia los niños se ha manifestado de formas muy diferentes, como el


maltrato físico, el infanticidio, sólo una de ellas, puede que no la más frecuente, justo
con el maltrato emocional, negligencia, abandono, explotación laboral, abuso sexual,
entre otros.

Reconociéndose los derechos del niño, y desarrollándose leyes de infancia se hace


mención, que ninguna persona puede vulnerarlos o desconocerlos bajo ninguna
circunstancia, sin embargo las referencias históricas de la misma; educación, rol
social, forma de vida, y sus derechos en la antigüedad son escasas, esta escasez de
datos ha llevado a afirmar que la historia de la infancia no se ha escrito nunca y es
dudosa que pueda ser escrita algún día.

35
Los datos que se conocen hacen referencia, en mayor medida, a la discriminación,
maltrato y no reconocimiento del niño como objeto de derecho.

Díaz cita a De Mause, quien afirma que la historia de la infancia es una pesadilla de
la que se ha empezado a despertar; cuanto más se retrocede en el pasado más
expuestos están los niños a la muerte violenta, el abandono, los golpes, el terror, y
los abusos sexuales es el nivel de la puericultura.

El concepto de la infancia como un periodo de la vida distinto cualitativamente es


consecuencia de una evolución progresiva a lo largo de los siglos respecto a los
valores acerca de lo que es y debe de ser el niño, sus características y sus
necesidades.

El niño, hasta hace tres siglos era considerado como un adulto en miniatura sin
necesidades específicas, por lo que se refiere a la infancia como un invento
moderno. Además han influido otros factores en el desarrollo del concepto actual de
infancia como el conocimiento científico de las condiciones biológicas de los niños o
el estudio de las elevadas tasas de mortalidad infantil hasta bien entrado este siglo.

1.2.3 Evolución histórica de la infancia


Martínez y Casado (2002) explican que se puede considerar, a los efectos de
sistematización sin asumir todos sus postulados en los que se divide la historia de la
infancia, según las relaciones paternofiliales y los hechos característicos en relación
con el maltrato infantil.

Los problemas de relación entre los adultos y los niños determinaban la muerte de
los niños y, especialmente, de las niñas, que se justificaban por razones religiosas o
económicas. La aparición del cristianismo supone un cambio fundamental que influirá
en toda la historia de la infancia y reconocimiento de sus derechos, así como en la
disminución del infanticidio.

36
Definir los malos tratos a la infancia parece sencillo; sin embargo resulta complejo,
existe un consenso referente a los grandes síndromes del niño maltratado y
situaciones de alarma social, pero otras circunstancias no se presentan tan
evidentes, los propios profesionales tienen sus criterios, lo que se traduce en la
existencia de múltiples definiciones.

El concepto del maltrato infantil inicialmente se hizo en referencia al maltrato físico


con un predominio de criterios médicos y a la explotación laboral y trabajo de los
niños; para ir evolucionando hacia la situación actual en que las definiciones se
basan en las necesidades y derecho de los niños.

Para definir el mismo se debe unificar los distintos modelos de trabajo y los distintos
aspectos clínicos, psicosociales y judiciales que condicionan la utilización de
diferentes criterios en la conceptualización del maltrato infantil; entre los diversos
factores que influyen en la dificultad de definir los malos tratos a los niños estarían.

 Concepto de infancia y sus derechos.


 Valor que la sociedad da a la Infancia.
 Diferencia en valores culturales y sociales.
 Diversidad de actuaciones maltratantes.
 Percepción de la víctima del hecho abusivo.
 Grado de intencionalidad del agresor.

1.2.4 Factores de riesgo en el maltrato infantil


Ezpeleta (2005) explica en cuanto a la dinámica de la relación familiar en los casos
de maltrato infantil, las interacciones entre padres e hijos suelen ser problemáticas y
en ellas se da una menor comunicación, menor expresión de sentimientos, menor
apoyo emocional o muestras de cariño y menor participación en las actividades
familiares o en los juegos, este tipo de relaciones se suelen caracterizar por unas
pautas disciplinarias muy severas o, por el contrario, muy permisivas.

37
Los padres y madres maltratadores razonan, explican, elogian y premian menos a
sus hijos. Es frecuente que se den relaciones aversivas entre el maltratador y sus
hijos, con todos o con algunos en particular.

El riesgo de maltrato aumenta cuando la madre es maltratada por su pareja,


Independientemente de que presenciar esta forma de violencia es, en sí mismo, una
forma de maltrato emocional, los niños testigos de la violencia contra sus madres
corren mayor riesgo de ser objeto de otros tipos de maltrato, por tanto, lo que sucede
en la pareja tiene importantes implicaciones para los hijos. Por un lado, cuando un
hombre agrede verbal o físicamente a su mujer para resolver desavenencias, es
probable que también se comporte negativa y punitivamente con sus hijos. Por otro
lado, las madres víctimas de malos tratos están sometidas a tal estrés, miedo y
angustia que difícilmente pueden ejercer su rol parental adecuadamente.

Diversos estudios ponen de manifiesto una mayor incidencia de maltrato en las


familias monoparentales, concretamente, entre las madres solas debido, muy
posiblemente, a la falta de apoyo social y de recursos económicos. También se ha
encontrado una elevada incidencia de malos tratos entre las familias con muchos
hijos, las constituidas por padres muy jóvenes y las reconstituidas; respecto a estos
factores, sin embargo, la investigación del crs (2002) constató que el mayor número
de víctimas se daba en las familias tradicionales, no sólo porque este tipo de familias
sean las más numerosas entre la población, sino porque en esta categoría se
maltrataba al 1,8 % de niños.

El 28,9 % de las familias eran de tipo monoparentales, la tasa media de víctimas de


1,6 niños. Por último, el 13,9% de las víctimas vivían en familias reconstituidas; así
la media de víctimas de 1,5. En relación con la edad, tan sólo un 2% de los padres
agresores tenía menos de 19 años y un 6,6% menos de 25 años.

38
1.2.5 Manifestaciones del maltrato infantil
Vizcarra (2008) expone que el maltrato infantil se entiende como una manifestación
de la violencia, la que es definida en términos generales como toda situación en la
que se produce daño físico o psíquico de una persona sobre otra. La violencia es el
producto de la existencia de rasgos patriarcales a nivel de la sociedad y la familia
que, al entrar en conflicto con los valores de igualdad y libertad, propiciados en las
últimas décadas, generan una nueva gama de conflictos.

Se considera que las manifestaciones de la violencia a través del maltrato infantil


tienen diferentes repercusiones y niveles de daño en las víctimas que la padecen, la
etapa de desarrollo en la que se encuentran al momento de ser maltratados, la
cronicidad del maltrato y la presencia o ausencia de capacidad protectoras de los
adultos significativos, en uno o más aspectos en la vida del niño.

1.2.6 Manifestaciones del maltrato psicológico y emocional


Aguilar (2002) explica que el maltrato psicológico o emocional sobre el niño tiene
lugar a través de una situación de hostilidad verbal crónica en forma de insultos,
burlas, desprecios o amenazas de abandono, así como a través de un constante
bloqueo de las iniciativas de interacción infantil. Esto provoca sentimientos negativos
hacia la propia autoestima, lo que limita las iniciativas del menor; se distingue entre el
maltrato emocional y el abandono emocional, en el que las necesidades básicas no
están cubiertas de forma permanente; alimentos, afecto, estimulación, protección y
cuidados, las manifestaciones de este tipo de maltrato se basan en un déficit crónico
de cuidados. Se conocen como síndrome de privación materna.

Si el niño es menor de tres años, aparece el síndrome de carencia afectiva, con


retraso del crecimiento y el desarrollo con aspecto de delgadez, piel fría y trastornos
frecuentes. Si es mayor de tres años, se presenta un retraso del crecimiento por
causa no orgánica, retraso de la psicomotricidad y perturbación del comportamiento
y del lenguaje, bajo rendimiento escolar y trastornos psicosomáticos.

39
1.2.7 Efectos del maltrato infantil
Este daño puede ser de diversa consideración y con efectos a corto o a largo plazo,
tales como la naturaleza del maltrato, su gravedad y frecuencia, la edad del niño, la
presencia en el menor de características que le hacen más vulnerable, la amenaza
percibida, la existencia de factores protectores en su vida, entre otros.

Aunque no todos los niños se ven afectados por igual, lo bien cierto es que la
mayoría de las situaciones de maltrato afectan negativamente al niño, sobre todo por
su repercusión en el desarrollo emocional, social y cognitivo. Los indicadores de que
el niño sufre un daño psicológico se manifiestan a través de problemas de conducta y
alteraciones emocionales que impiden un funcionamiento adecuado en sus roles
básicos, principalmente en la familia, en la escuela y en las relaciones sociales. Así,
son frecuentes las alteraciones o trastornos emocionales como; la baja autoestima,
sintomatología depresiva, ansiedad, cambios bruscos del estado de ánimo,
trastornos del sueño, trastornos de la alimentación, enuresis, encopresis, entre otros.

La mayoría de los niños maltratados sufren varias formas de abuso en su familia,


pues es difícil demostrar qué síntoma concreto es el resultado de un tipo particular
de maltrato. Sin embargo, los distintos tipos de maltrato pueden tener una serie de
efectos comunes sobre el desarrollo como, por ejemplo, impedir que el niño alcance
un sentimiento básico de seguridad y confianza en sí mismo y en los demás.

1.2.8 Consecuencias del maltrato


López (2007) afirma que se puede tener cierta seguridad de que las situaciones de
malos tratos pueden ocasionar dificultades en diferentes aspectos del desarrollo
infantil, no todos los niños sufrirán el mismo tipo de consecuencias ni éstas tendrán
la misma gravedad.

Cuando el maltrato ya se ha producido, la detección, precoz, esto es, la identificación


del problema en los momentos iniciales tras su aparición, constituye un factor que
ayuda al pronóstico positivo, ya que la cronicidad y la severidad del maltrato se

40
encuentra negativamente asociada a la probabilidad de rehabilitación de la criatura y
de su familia.

Berger (2007) afirma que el impacto de cualquier práctica de crianza de los niños es
afectado por el contexto cultural, los niños sufren particularmente daño cuando
perciben que son maltratados peor que otros hijos y sus padres parecen no amarlos,
según los estándares de su amor parental de su comunidad. Esto significa que si el
hogar es un lugar en donde el niño se siente solo y atemorizado, cualquier maltrato
es más devastador, al no ser observado rápidamente, denunciado y detenido, se
deterioran todos los aspectos del desarrollo en todos los dominios.

Este problema compromete la salud básica de muchas formas, desde el descuido de


las inmunizaciones y la desnutrición hasta distintas formas de envenenamiento, los
niños víctimas de abuso infantil y descuido de menores se lesionan más a menudo,
se enferman con mayor frecuencia y son hospitalizados más por razones no
relacionadas directamente con su maltrato.

Las personas que son maltratadas gravemente en la infancia tanto en el plano físico,
como en el sexual o el emocional, al llegar a la adolescencia o la adultez, suelen
consumir drogas o alcohol para calmar sus emociones, mantienen relaciones
superficiales, se convierten en víctimas o en agresores, y asumen comportamientos
autodestructivos. No obstante, esos niños son exactamente los que más necesitan
ayuda y es menos probable que la obtengan.

Es poco factible que los niños maltratados sin riesgo genético o los niños
genéticamente vulnerables que no son maltratados desarrollen estos problemas.

Riso (2009) afirma que se han visto niños de 1 a 3 años víctimas de malos tratos,
expresan más patrones alterados de conducta, temor, cólera, agresión o
ambivalencia ante el llanto de sus compañeros, el maltrato físico y sexual lleva al

41
fracaso escolar, a ser rechazados por sus iguales, y a dificultades para expresar
conductas compasivas o altruistas.

En general, los niños, maltratados muestran déficit intelectual, problemas


académicos, depresión, ansiedad social, baja autoestima y problemas en las
relaciones interpersonales.

Un resumen de algunas de las consecuencias a corto y largo plazo halladas en


distintas investigaciones es;

 A corto plazo, pérdida de control de esfínteres, pesadillas, cambios en los hábitos


de comida, miedo generalizado, hiperactividad, culpa, vergüenza, rechazo del
propio cuerpo, trastorno de estrés postraumático, conductas exhibicionistas, entre
otras.

 A largo plazo, hipocondría, problemas gastrointestinales, intentos de suicidio,


consumo de drogas, trastornos disociativos, trastornos de la personalidad,
inhibición afectiva, aversiones y fobias sexuales, trastorno del deseo sexual,
aislamiento, dificultades para educar a los hijos, entre otras.

Es evidente que la victimización infantil es un factor de riesgo importante en la


adquisición de distintas patologías psicológicas. La victimización física y verbal de los
padres de los infantes se relacionaba cognitivamente con la depresión, la ansiedad, y
la baja autoestima.

1.2.9 El significado último del maltrato


González (2001), expresa que la experiencia de maltrato que vive un niño le causa
un daño, cuyo impacto dependerá de múltiples variables, este daño es aún mayor si
ese daño surge de parte de algún miembro de la familia. Si se parte de la base del
modelo psicopedagógico de las nueve necesidades, se podrá entender mejor el daño

42
profundo que puede ocasionar en el niño esta violencia, sea cual sea la forma que
adquiera.

Este modelo contempla los dominios afectivos, cognitivos, y social, a cada uno de
estos dominios corresponden tres necesidades del niño; afiliación, logro y autonomía,
que implican a su vez categorías de actitud en los padres.

El niño necesita recibir de sus padres amor y ser tomado en cuenta en el proyecto
de vida de los mismos. En el dominio cognitivo, los padres son capaces de lograr que
su hijo pueda actuar sobre su medio, pueda comprenderlo y dominarlo, así satisface
una necesidad de todo ser humano. La necesidad de satisfacer la curiosidad propia
del niño debe ser aceptada y estimulada, se trata así de dar al niño la oportunidad
de dar sentido a sus acciones y de tener éxito en las tareas que emprende.

En el dominio social se trata de responder a las necesidades de comunicación, de


consideración y a la necesidad de existencia de estructuras que deben ser
suficientemente flexibles para suscitar, por un lado, el sentimiento de pertenencia del
niño a su medio de origen y, a la vez, tratar de estimular la apertura al mundo
externo. En general se ha demostrado que los medios democráticos son los que
posibilitan que los niños logren gran seguridad y una alta autoestima.

Todo maltrato, no importa del tipo que sea, amenaza el cumplimiento de estas
necesidades básicas que tiene todo niño para desarrollarse saludablemente. El daño
aumenta si se toma en cuenta que el niño que ha recibido malos tratos suele sentir
vergüenza, suponiendo frecuentemente que hizo algo que nadie debe saber y que la
violencia del que es objeto constituye un castigo merecido, este sentimiento se
transforma en uno de los mecanismos que favorecen el carácter oculto del maltrato.

González cita a Bolger dice que puede existir un desajuste entre las etapas
esperables en la infancia y el impacto que ciertas conductas de los niños producen
en los padres. Así, algunos adultos son menos hábiles para manejar aquellas

43
conductas de sus hijos que les plantean desafíos. Poner límites, entender las señales
que mande el niño, y responder a ellas con calma y flexibilidad constituyen los
desafíos mayores en el ejercicio de la paternidad.

1.2.10 Las diversas explicaciones del maltrato


Se puso mayor acento en el funcionamiento psicológico de los padres maltratadores,
adhiriendo entonces a un modelo clínico psiquiátrico. En esta postura se parte de la
base de que los padres, debido a los trastornos psicológicos que presentan, no
podrían desempeñar adecuadamente su rol.

Muchos trabajos demostraron que no se puede enfocar el tema exclusivamente


desde la psicopatología, sino que habría que considerar otros determinantes tanto
sociales como contextuales. Entonces, sufre otra tendencia como respuesta a la
primera, que se centra justamente en factores de orden social y económico. Según
esta perspectiva, la pobreza, el desempleo, la falta de apoyo social, el aislamiento y
la marginación inciden significativamente en la ocurrencia del maltrato.

Un tercer enfoque se centra en las características mismas del niño objeto del
maltrato, desde esta explicación se insiste en que determinadas características del
niño, tales como prematurez, discapacidad, dificultades de aprendizaje, lo hacen
especialmente vulnerable al maltrato, ya que los padres o adultos responsables en
estos casos se encuentran con un hijo que no satisface sus expectativas.

1.2.11 Intervención ante las consecuencias de maltrato infantil


Lasaga (2006) afirma que las consecuencias de este problema, tales como la
tendencia a presentar aspectos negativos de comportamiento, o la tendencia a
presentar trastornos en el desarrollo de las relaciones sociales e interpersonales, por
ejemplo.

Favorecer el desarrollo de representaciones internas positivas, proporcionándoles


experiencias de interacción con adultos con una adecuada disponibilidad psicológica,

44
proporcionar al niño un contexto protegido en el cual se le permita expresar sus
dificultades personales e interacciónales, ayudarles a superar el sentimiento de culpa
e infravaloración que sienten al haber asumido el maltrato como su responsabilidad,
la figura del psicólogo es o puede ser para el niño muy significativa, pues la
aceptación y valoración puede mejorar su autoestima.

Muchos de estos niños se encuentran sometidos a situaciones en las cuales hagan


lo que hagan parece que todo lo hacen mal, por otro lado están acostumbrados a
recibir atención únicamente ante sus conductas negativas. Para solucionar este tipo
de problemas hay que permitir que el niño vaya logrando objetivos estableciendo con
él metas o corto plazo, fáciles de conseguir en un principio, para que pueda
superarlas con éxito y también se debe recompensar mediante un sistema de
refuerzos.

Potenciar la interacción con el desarrollo de sus habilidades sociales. En los centros,


una de las formas más eficaces para potenciar y mejorar las relaciones entre los
niños y sus destrezas para las mismas, es el establecimiento del aprendizaje
cooperativo. Mediante este tipo de aprendizaje es posible mejorar la atención que se
proporciona a los niños en situaciones de riesgo social.

Denuncia, debe ser el siguiente paso ante la sospecha o evidencia de un incidente


de maltrato en su comunicación ante los organismos oficiales pertinentes, una vez
hecha la denuncia, el juzgado civil está automáticamente involucrado en su
seguimiento.

1.2.12 El maltratador siempre es un maltratado


López (2002) explica que cuando el discurso de los padres para castigar se apoya en
los valores como la corrección del niño, ello puede, de alguna manera, pacificar la
relación, toda vez que existe entre padres e hijos un saber social compartido que
precisa razones para el castigo, las que a su vez se legitiman en el amor que daña
por su propio bien.

45
Sin embargo, el argumento de la identificación con los valores del padre, que inhibe
la repetición del maltrato, lleva a reflexionar en los distintos sentidos que puede
tomar la identificación como mecanismo inconsciente.

Podría suceder como se constata en la clínica del maltrato y en los diferentes


estudios realizados, que ocurre lo contrario, es decir; que los caminos tomados por la
identificación sean los del odio por el padre agresor y la identificación con el niño
indefenso que era él mismo en esos momentos de la agresión, y eso lo lleva a no
maltratar a su hijo, o que el padre agresor se identifique con el odio que percibió en
su propio padre hacia él como hijo, y entonces como una decisión inconsciente se
odie él mismo en su propio hijo. O identificando como objeto de destrucción, se
coloque como adulto frente a los otros en esa posición, y transfiera el odio vivido
hacia sí mismo.

En todos los casos de maltrato no puede establecerse una repetición idéntica de lo


sufrido, en otras palabras, lo que se pone en cuestión es el mecanismo que se
invoca con la afirmación; el maltratador siempre es un maltratado, pero no la
necesaria afectación que el maltrato deja en la subjetividad.

1.2.13 Psicoterapia a niños víctimas de maltrato


Díaz (2000) propone una clasificación de los grupos especiales en los grupos de:
habilidades sociales, psicoeducativos, interpersonales restitutivos e interpersonal
exploratorio, pero la mayoría de los grupos de terapia breve recurren, en su trabajo, a
más de una de las categorías mencionadas.

El grupo homogéneo en cuanto a edad está indicado, en particular, en el tratamiento


de niños, ancianos y adolescentes. A estos últimos le permite experimentar y
observar el interjuego de los roles en la dinámica del control y poder; alianzas en
subgrupos, lealtad y confianza, las confrontaciones de éstos les ayudan a diferenciar
su autoimagen de la forma en que los perciben los demás; la identificación con la
forma de resolver problemas similares de otros miembros del grupo enriquece su

46
repertorio de conductas adaptativas. La meta de estos grupos es ayudar a los
jóvenes y niños a descubrir las barreras que impiden su individuación y establecer
una identidad firme con un equilibrio adecuado y adaptación al medio ambiente.

Se ha desarrollado una técnica psicoterapéutica aplicable al trabajo grupal con niños


llamado, grupo infantil natural, que entiende la psicopatología infantil como efecto y
defensa. El agrupamiento de niños y niñas de edades similares, así como el espectro
diagnóstico variado con dos terapeutas, hombre y mujer, constituye una óptica
pantalla para la proyección y actuación de los conflictos intrapsíquicos e
interpersonales de los niños, que se interpretan, tanto en la transferencia individual
como en la grupal.

La propia evolución del trabajo devela tres momentos en las sesiones: acción, que
rompe los esquemas tradicionales entre niños y adultos, promueve el contacto que
hace evidentes algunas actuaciones que son objeto de señalamiento, el material que
brinda la hora de la acción permite la elaboración de los contenidos del juego previo,
por parte de niños y terapeutas. Y así termina con la hora de poner las cosas en su
lugar, que se propone estimular la actitud reparadora tras las frecuentes catarsis
agresivas y constituye un marco que permite diferenciar el adentro del afuera de la
sesión.

Blesedell y Schell (2005) comentan, que casi todas las terapias requieren una
participación activa por los padres de los niños en el proceso terapéutico. Pero
debido a la relación auto centrado y destructivo de los padres que abusan de sus
hijos, el tratamiento conjunto a menudo está contraindicado. Se descubrió que es útil,
aunque no esencial prevenir la cristalización e internalización de los efectos del
ataque físico, rechazo y negligencia, así como interacciones padre-hijo perturbadas y
trastornadas en la estructura de la personalidad del niño.

La principal meta es ayudar a los niños a dominar las múltiples tensiones del maltrato
y la negligencia, y corregir o prevenir desviaciones en el desarrollo psicosocial futuro.

47
El juego es muy útil ya que la mayoría de estos niños víctimas expresan sus
sentimientos y fantasías más profundas en forma más rápida a través de la acción
que de la verbalización, permite el distanciamiento necesario de los sucesos
traumáticos y de los padres con el uso de materiales simbólicos. Para el niño víctima,
los adultos son impredecibles y siempre potencialmente peligrosos. A pesar que
cada niño tiene formas propias para enfrentar un ambiente de maltrato es necesario
definir y tratar áreas comunes de trauma psicológico, como;

 Temor al ataque físico o abandono que conduce a la depresión y ansiedad; esto


dispara defensas de agresión, desconfianza y problemas con el control de
impulsos.

 El fracaso para cumplir con las expectativas distorsionadas de los padres


conduce a las relaciones objétales defectuosas, lucha por la dependencia,
internalización de una autoimagen de niño malo con baja autoestima, aumenta la
depresión existente.

 Dificultad para lograr la separación y autonomía, en que es totalmente bueno o


totalmente malo, basado en experiencias de ser recompensado en forma alterna
o rechazado de manera impredecible y en forma arbitraria.

48
II. PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA

Se observan diversos vacíos, que permiten reelaborar hipótesis, plantear problemas,


marcos comprensivos y analíticos en esta vital discusión sobre los impactos de la
violencia en una población tan sensible como la infancia.

El maltrato infantil hoy en día se conoce como los efectos destructores para los
niños y su desarrollo de numerosos peligros o acontecimientos dolorosos, las
pérdidas o separaciones, las carencias, las condiciones de vida precarias, la
violencia o los abusos; es esencial conocer estos riesgos y sus efectos para
comprender los procesos que originan estos problemas y patologías. Por lo general
la resiliencia ha sido estudiada en lo referente a la manera sorprendente de muchos
niños y niñas maltratados de distintas formas para sobreponerse y mantener su
vitalidad y esperanza ante los problemas que le plantee la existencia, dentro de los
estrechos límites vitales que le ofrezca el contexto en un determinado momento de
su historial, gracias a una transición de conciencia de una forma inferior en crisis a
otra de más alto orden y capacidad para percibir y trascender.

Hoy se está más consciente de que los sufrimientos de los niños están
estrechamente ligados a los malos tratos que sufren en los contextos familiares,
sociales y culturales en donde les toca crecer. A esto se suma el dolor provocado
por las intervenciones tardías, incoherentes y violentas que emergen de
profesionales e instituciones que tienen como mandato educarles, cuidarles, sanarles
o protegerles.

Es una realidad que nadie pueda negar, es la reciente toma de conciencia por parte
del mundo adulto; de la necesidad de ofrecer protección y ayuda a los niños y niñas
que son víctimas de malos tratos. Esto se ha concretizado a través de diferentes
modelos de intervención que, en principio, intentan mejorar la situación de las
víctimas, ya sea por medio de programas de ayuda a sus familias o un medio
alternativo de vida, como son los centros y las familias de acogida.

49
Como seres humanos, pese a vivir en diferentes condiciones cada ser, por lo menos
en algún momento de la vida los problemas han hecho tocar fondo, pues se
considera que hay que tocar fondo para poder tomar conciencia y levantarse, puesto
que si se deja arrollar por ese tipo de situación, la vida perdería toda conducción y
sentido. Por tal razón surge la interrogante, ¿Cómo se manifiesta la resiliencia en
los niños víctimas de maltrato infantil?

2.1 Objetivos

2.1.1 General
Determinar el nivel de resiliencia que presentan los niños víctimas de maltrato
infantil.

2.1.2 Específicos
Identificar los factores de resiliencia en niños que son víctimas de maltrato infantil.

Establecer las manifestaciones de resiliencia que presentan los niños que son
víctimas de maltrato infantil.

Proponer técnicas relacionadas sobre resiliencia en la institución donde se realizara


la investigación.

2.2 Hipótesis
H1: los niños víctimas de maltrato infantil manifiestan buena resiliencia.

Ho: los niños víctimas de maltrato infantil no manifiestan buena resiliencia.

2.3 Variables
Resiliencia en niños
Maltrato infantil

50
2.4 Definición de variables

2.4.1 Definición conceptual


Resiliencia en niños

La enciclopedia océano (2000) explica que resiliencia se concibe como una


manifestación de la inteligencia total en el ser, que capacita al organismo vivo o
persona humana para situarse, moverse y trascender los problemas que le plantee la
existencia, dentro de los estrechos límites vitales que le ofrezca el contexto en un
determinado momento de su historia vital, gracias a una transición de conciencia de
una forma inferior en crisis a otra de más alto orden y capacidad para percibir y
trascender.

Maltrato infantil
Díaz (2002) explica que los malos tratos a la infancia son una constante histórica,
que en mayor o menor medida se presenta en todos los tiempos; incluso diferentes
culturas los promueven, como es el sacrificio a los dioses, el infanticidio de niñas por
no ser rentables, o de niños para regular el crecimiento de un pueblo, por presentar
problemas de salud, deficiencias físicas, psíquicas o según sus criterios
considerados niños débiles, el maltrato como forma de educación, el derecho del
padre sobre los hijos y sobre la hija en el incesto.

Los tipos de actos considerados como parte de la violencia infantil son golpes o
incidentes graves, insultos, manejo económico, amenazas, chantajes, control de
actividades, abuso sexual, aislamiento, prohibición de trabajar fuera de casa,
humillación y no respeto de opiniones. Todos estos tipos de maltratos se pueden
clasificar en físicos, si se atenta contra el cuerpo de la otra persona; sicológicos, si
existe el intento de causar miedo, la intimidación o cualquier tipo de insulto,
descalificación o intento de control; sexuales, si hay un acto sexual impuesto o en
contra de la voluntad de la víctima; y económicos, si no se cubren las necesidades
básicas de la persona.

51
2.4.2 Definición operacional
Las variables de estudio se operacionalizaron a través de una prueba llamada
resiliencia que mide el grado de la misma, en niños y adolescentes en la actualidad
y que han sido víctimas de maltrato.

2.5 Alcances y límites


El estudio se realizará con niños y algunos adolescentes de ambos sexos, de la
Casa Hogar Mi Pequeño Refugio de la ciudad de Quetzaltenango, que se encuentran
entre las edades correspondientes, provienen de diferentes lugares y en su mayoría
de bajos recursos económicos.

2.6 Aporte
El presente estudio constituye un documento de valor para la Casa Hogar Mi
Pequeño Refugio de la ciudad de Quetzaltenango ya que les proporcionará
información sobre el grado de resiliencia en los niños que fueron víctimas de maltrato
y que necesitan de una orientación psicológica, que les permita integrarse en la
sociedad. Así también modificar aspectos negativos para lograr alcanzar una buena
autoestima, al mismo tiempo brindar un aporte para los estudiantes y profesionales
en el área de psicología que podrían estar a cargo de investigaciones relacionadas
ya sea en esta u otra institución, ciudadanos y padres de familia, porque ayudara a
tomar en cuenta aspectos emocionales que pueden manifestar los niños.

Normalmente se constituye una potencial herramienta para profesionales de la


psicología, quienes podrán tener a su alcance un estudio sustentado en una
exposición que evidencie ciertos rangos de la población determinada, también puede
ser una guía para la universidad en el desarrollo de los trabajos de campo que se
realizan en donde se evidencian la eficiencia de los mismos forjadores y formadores
de los profesionales, así mismo a los compañeros que quieran realizar trabajo de
campo en casa hogar una amplia y clara idea de la estructura de la misma.

52
III MÉTODO

3.1 Sujetos
Para el presente estudio se tomará en cuenta el 100% de la población que la
constituyen 75 niños y algunos adolescentes, todos pertenecientes a la Casa Hogar
Mi Pequeño Refugio de la ciudad de Quetzaltenango, son de ambos sexos, que se
encuentran entre las edades de 7 a 16 años, provienen de diferentes lugares de la
ciudad, con distintas religiones y la mayoría de bajos recursos económicos.

3.2 Instrumento
Se utilizará la Prueba de Resiliencia de la Universidad Rafael Landívar Campus de
Quetzaltenango, de la facultad de teología con el propósito de medir y verificar el
grado de resiliencia que manejan los niños que sufren de maltrato en las diferentes
edades. Dicha prueba está basada en cuatro categorías, Yo soy y Yo estoy que
indica el grado de resiliencia o fortaleza interna, Yo puedo que indica el grado de
habilidades sociales, interpersonales y de solución de conflictos, Yo tengo que hace
referencia a los factores externos de resiliencia, a las redes de apoyo o de soporte
social, Yo creo que hace referencia a las convicciones que se tienen. El niño debe
colocar en cada ítem en la columna de la izquierda el número correspondiente a su
respuesta del uno al siete según el que mejor refleje su situación.

3.3 Procedimiento
Para tener un orden adecuado en la investigación, se utilizará el siguiente proceso.

 Presentación de tres temas de investigación.


 Selección y aprobación del tema por terna evaluadora.
 Investigación de antecedentes.
 Elaboración del marco teórico.
 Administración de boleta.
 Tabulación de datos.

53
 Proceso estadístico para la conformación de resultados e interpretación de los
mismos.
 Elaboración de propuesta.
 Conclusiones.
 Recomendaciones.
 Referencias bibliográficas.
 Anexos.
 Entrega del informe final.

3.4 Diseño
Achaerandio (2001), define la investigación descriptiva como aquella que estudia,
interpreta y refiere los fenómenos, relaciones correlaciones, estructuras, variables
independientes y dependientes. Abarca todo tipo de de recogida científica de datos
con el ordenamiento, tabulación, interpretaciones y evaluaciones de estos. Se
entiende en un sentido mucho más complejo, que una simple descripción ingenua de
los datos que aparecen.

3.5 Metodología estadística


Oliva (2000), indica que para hallar los resultados, se aplica el método de
significación y fiabilidad de la media aritmética y método de proporciones.

Este método estadístico de proporciones, que se utiliza para validar cualquier estudio
particular, se aplica a encuestas, boletas de opinión, pruebas subjetivas,
cuestionarios o pruebas que estén estandarizadas, sigue los procedimientos de una
investigación científica. Tiene dos formas de aplicación, cuando son menos de 5
preguntas se utiliza la forma simple.

Cuando la prueba tiene más de 8 ítems o preguntas, hasta un número ilimitado se


utiliza la forma compuesta, lo cual todo se resume en un cuadro en el cual se
consigna solo la respuesta y no lleva el procedimiento.

54
 Nivel de confianza 99% z = 2.58

 σp =

 Ɛ = σp * 2.58

 Rc = p
σp
 IC - p + Ɛ
p–Ɛ
 Rc >< NC

55
IV PRESENTACION DE RESULTADOS

A continuación se presenta el cuadro de los resultados obtenidos del proceso


estadístico con un nivel de confianza de 2.58 de significación de la media aritmética
de los datos obtenidos a través de la prueba de resiliencia, la cual se administró a 75
niños comprendidos entre las edades de 7 a 16 años.

Significación y fiabilidad de la media aritmética de los resultados de la prueba de


resiliencia

Cuadro No. 1 Yo Soy


_
F X σ RC RC>1% SIGNIFICATIVO FIABLE

75 101 15.81 54.89 54.81>2.58 SI SI

Cuadro No. 2 Yo Puedo

_
F X σ RC RC>1% SIGNIFICATIVO FIABLE

75 100 13.44 64.10 64.10>2.58 SI SI

Cuadro No. 3 Yo Estoy

_
F X σ RC RC>1% SIGNIFICATIVO FIABLE

75 97 14.13 59.15 59.15>2.58 SI SI

56
Cuadro No. 4 Yo Tengo
_
F X σ RC RC>1% SIGNIFICATIVO FIABLE

75 100 14.79 58.14 58.14>2.58 SI SI

Cuadro No. 5 Yo Creo

_
F X Σ RC RC>1% SIGNIFICATIVO FIABLE

75 27 4.68 50 50>2.58 SI SI

Para los expuestos datos estadísticos se utilizó del libro de diseño de investigación y
metodología estadística Achaerandio (2002) y fue complementada con la aplicación
de la prueba que mide el grado de resiliencia que manejan los niños recluidos en
Casa Hogar Mi Pequeño Refugio de Quetzaltenango.

57
A continuación se presentan los siguientes resultados estadísticos en una tabla del
método compuesto, de la prueba de resiliencia con un nivel de confianza de 2.58, la
cual se administró a niños entre las edades de 7 a 16 años, de la Casa Hogar Mi
Pequeño Refugio de la ciudad de Quetzaltenango.

YO SOY F % P Q rp Ɛ Li Ls RC SIGNIF. FIAB.


Bajo 5 7 0.07 0.93 0.03 0.08 0.01 0.15 2.33 NO

Medio 42 56 0.56 0.44 0.06 0.15 0.41 0.71 9.33 SI 

Alto 28 37 0.37 0.63 0.06 0.15 0.22 0.52 6.17 SI 

YO PUEDO

Bajo 3 4 0.04 0.96 0.02 0.05 0.01 0.09 2 NO

Medio 56 75 0.75 0.25 0.05 0.13 0.62 0.88 15 SI 

Alto 16 21 0.21 0.79 0.05 0.13 0.08 0.34 4.2 SI 

YO ESTOY
Bajo 8 11 0.11 0.89 0.04 0.1 0.01 0.21 2.75 SI 

Medio 51 68 0.68 0.32 0.05 0.13 0.55 0.81 13.6 SI 

Alto 16 21 0.21 0.79 0.05 0.13 0.08 0.34 4.2 SI



YO TENGO
Bajo 3 4 0.04 0.96 0.02 0.05 0.01 0.09 2 NO

58
Medio 28 37 0.37 0.63 0.06 0.15 0.22 0.52 6.17 SI 

Alto 44 59 0.59 0.41 0.06 0.15 0.44 0.74 9.83 SI 

YO CREO
Bajo 5 7 0.07 0.93 0.03 0.08 0.01 0.15 2.33 NO
Medio 39 52 0.52 0.48 0.06 0.15 0.37 0.67 8.67 SI 
Alto 31 41 0.41 0.59 0.06 0.15 0.26 0.56 6.83 SI 

Los resultados obtenidos por medio de los porcentajes en la tabla, son los que miden
el grado de resiliencia que los niños de Casa Hogar Mi Pequeño Refugio manejan y
se representan a través de las gráficas.

59
Graficas
Yo soy

Los resultados obtenidos en esta área fueron, el 7% maneja baja resiliencia, el 56%
media y el 37% alta.

Yo puedo

Los resultados obtenidos en esta área fueron, el 4% maneja baja resiliencia, el 75%
media y el 21% alta.

60
Yo estoy

Los resultados obtenidos en esta área fueron, el 11% maneja baja resiliencia, el
68% media y el 21% alta.

Yo tengo

Los resultados obtenidos en esta área fueron, el 4% maneja baja resiliencia, el 37%
media y el 59% alta.

61
Yo creo

Los resultados obtenidos en esta área fueron, el 7% maneja baja resiliencia, el 52%
media y el 41% alta.

62
V. DISCUSIÓN DE RESULTADOS

A continuación se presenta el análisis de los datos obtenidos de la investigación, los


sujetos oscilan entre 7 y 16 años, además de usarse como técnica la observación,
se aplicó de forma personal con evidencia de lo plasmado en el test de resiliencia,
que los niños de la Casa Hogar Mi Pequeño Refugio de Quetzaltenango en su
mayoría manifiestan un porcentaje promedio de resiliencia a pesar de ser víctimas
de abandono y maltrato.

Galeno (2000), describe la resiliencia como capacidad global de la persona para


mantener un funcionamiento efectivo frente a las adversidades del entorno o para
recuperarlo en esas condiciones, o como una buena adaptación en las tareas del
desarrollo de una persona, como resultado de la interacción entre el sujeto y la
adversidad del medio o un entorno de riesgo constante.

Así también se dice que las personas resilientes se caracterizan por tener mejores
recursos internos, tales como mayores niveles de autoestima, mejores destrezas
sociales y de afrontamiento, por otra parte se señala que contribuyen un mejor apego
durante la infancia, aparecen con niveles anímicos más estables en la adultez, con
mayor capacidad de elaborar el trauma generado por el maltrato y una mejor
capacidad para asignarle sentido a las experiencias de sufrimiento, un mejor control
de impulsos de agresión; una mayor capacidad para empatizar con los demás a nivel
social y familiar, tienen menos estresores ambientales, mayor apoyo emocional,
relaciones más satisfactorias y una red de apoyo más numerosa y de mejor calidad,
son estos menores los que logran superar la experiencia y romper el estereotipo de
que el niño abusado será un padre maltratador.

Y que a pesar de traumas graves, incluso muy graves, o de desgracias más


comunes, la resiliencia parece una realidad confirmada por muchísimas trayectorias
existenciales e historias de vida exitosas.

63
Infante (2002), comenta que se vive en una época de retos y que construir en la
adversidad proporcionara una ventaja sólida sobre quienes no quieren aprender
cómo manejar el cambio ni las situaciones difíciles, pues la reacción frente a un
sobresalto en algunas personas provoca que se queden encalladas en el papel de
víctima que culpa a los demás, rechazan cualquier sugerencia sobre cómo
enfrentarse a lo que les ha sucedido, no se da ningún paso para superar las
dificultades, incluso aunque la crisis ya haya desaparecido. Quedarse estancado en
esta fase es como atarse una cuerda a los pies, pensar como víctima hace que la
persona se sienta desamparada y, al culpar a los demás de la situación adversa,
coloca la responsabilidad de conseguir una vida mejor en los demás.

Para finalizar lo anterior menciona que las emociones negativas como miedo, rabia,
ansiedad, angustia, desesperación y desamparo, reducen su capacidad para
solucionar los problemas a los que se enfrenta y debilitan su resiliencia, los miedos y
las preocupaciones constantes debilitan su sistema inmunitario y aumentan su
vulnerabilidad. Puesto que desarrollar fortalezas para resistir tiene un beneficio
significativo adicional, los niños que poseen más habilidades para resistir tienen una
ventaja muy significativa frente a quienes se sienten desamparados o quienes
reaccionan como víctimas.

El hallazgo más útil de la investigación en psicología al respecto es que se posea


una predisposición innata para resistir y sacar provecho de los cambios, como
mantener la calma al estar sometido a presión, sobreponerse a los reveses y evitar
que se le agote la resistencia, mejorar sus habilidades para solucionar problemas
utilizando distintos métodos, tales como, analítico, creativo, práctico, liberarse de las
barreras interiores a la resistencia mediante el fortalecimiento de su persona
interior, de manera saludable y sobreponiéndose al obstáculo del niño bueno y
descubrir de qué manera el deseo natural por aprender es lo que hace que su vida
sea cada vez mejor.

64
Se comprueba la hipótesis alterna que dice que los niños de Casa Hogar Mi
Pequeño Refugio en su mayoría manejan una resiliencia promedio ó estable a pesar
de las adversidades.

También cabe mencionar que la institución es directamente la encargada de hacer


que el niño pueda sobre llevar los diferentes problemas y sobre ponerse a la
tendencia de sentirse una víctima, fortaleciendo su nivel de resiliencia.

Filippis (2009), afirma que el propósito de sanar se refiere a la cualidad de los


objetos de recobrar su forma original luego de soportar presiones. Por extensión se
aplica a la condición de los materiales de no alterarse ante los impactos, de no sufrir
marcas o huellas.

Describe que las personas resilientes tienen gran sentido del compromiso, fuertes
sentimientos de seguridad de manejar los acontecimientos, son más abiertos a los
cambios que el resto de la gente, interpretan los hechos estresantes y dolorosos
como una parte más de la existencia. Y se señala como factor protector ante las
adversidades, el factor psíquico; autoestima, optimismo, decisión, confianza en sí
mismo, responsabilidad y capacidad de experimentar cambios.

Bouché (2006), explica que la familia como microsistema, ocupa el lugar de mayor
influencia en el desarrollo del niño por su mayor proximidad y por ser la que
intermedia el contacto con el exosistema y el macrosistema, al faltar la familia en su
rol de constructora de resiliencia por hallarse en estado de incapacidad o falta de
disponibilidad, cobran importancia los adultos significativos que pueden aparecer en
el entorno. Como parte de la red social son la fuente de afecto, apoyo y contención
del niño.

Así las funciones específicas de una familia son la reproducción de nuevas


generaciones, la socialización básica de los niños y la trasmisión de valores, ideales,
pensamientos y conceptos de la sociedad a la que pertenece. También suele ser un

65
soporte emocional entre los cónyuges, función a la que antes no se le daba
importancia.

Esto último es muy difícil de lograr ya que resulta evidente que además de que no
existe un vínculo afectivo entre padres e hijos a consecuencia del maltrato, la
población de la Casa Hogar, es grande como para poseer una atención
personalizada. Sin embargo los niños han sobresalido con el afecto, apoyo e
inculcarles valores que les permite tener un mayor crecimiento personal.

Entre los resultados obtenidos estadísticamente, las opiniones plasmadas, análisis


cualitativos de los diferentes autores y la experiencia propia es imposible dejar de
afirmar que es una necesidad que el niño conviva con su familia y que sean su
modelo a seguir para que ellos puedan proyectar una buena resiliencia.

Para finalizar es conveniente analizar lo expuesto donde se observa que si el cariño


parental resulta tan decisivo en la vida de una persona, graves negligencias y
privaciones de afecto durante los primeros años pueden acarrear consecuencias
negativas y destructibles, en la estructura personal del niño. El estudio queda como
un antecedente para futuros e intervenciones profesionales en pro de las poblaciones
en orfandad del medio guatemalteco.

66
VI. CONCLUSIONES

 El sufrimiento de los niños están estrechamente ligados a los malos tratos que
sufren en los contextos familiares, sociales y culturales en donde les toca crecer,
pues es una realidad que nadie puede negar, es la reciente toma de conciencia
por parte de los adultos y es por eso que el grado de resiliencia que cada niño
maneja es producto de cada vivencia y experiencia obtenida, por lo que se
debería trabajar con talleres de autoestima y charlas motivacionales para el
fortalecimiento de estos niños.

 La resiliencia que manifiestan los niños de la Casa Hogar Mi Pequeño Refugio en


escala de alto, medio y bajo, se encuentran en un porcentaje promedio ó estable,
pues resulta evidente que además de que no existe un vínculo afectivo entre
padres e hijos a consecuencia del maltrato, la población de la Casa Hogar, es
grande y procura proporciona una atención personalizada aunque no en su
totalidad, es por eso que se necesita de mayor apoyo moral como de un
voluntariado para que pueda transmitirse una mejor atención a la mayor cantidad
de niños que residen en la misma.

 Según el tipo de material de apoyo que se utilizó para poder demostrar que los
niños de Casa Hogar Mi Pequeño Refugio manifiestan un porcentaje promedio
en resiliencia, a pesar de que son niños con experiencias dolorosas, de
abandono y falta de cariño; sin embargo han logrado integrarse y mantener
buena estabilidad emocional. Es necesario que las instituciones como los refugios
presten sus servicios educacionales a estas poblaciones y que traten al niño
como persona no como niño especial, ya que esto no puede ser
contraproducente, sino más bien como una forma cotidiana de tratamiento que no
estigmatice a su población.

 Se llegó a la conclusión que una población de 75 sujetos pertenecientes a Casa


Hogar Mi Pequeño Refugio de Quetzaltenango, que a pesar de sufrir traumas

67
graves, o abandono, en su mayoría se encuentran en un intervalo promedio de
resiliencia, pues el apoyo recibido por la Casa Hogar les proporciona estabilidad y
oportunidades de superación y a la vez desarrollar fortalezas para resistir ante las
adversidades. Los niños que poseen más habilidades para resistir tienen una
ventaja muy significativa frente a quienes se sienten desamparados o quienes
reaccionan como víctimas. Es por eso que el personal debe estar capacitado y
mantener un constante contacto con estos niños para que logren una buena
resiliencia y sean personas de éxito.

 Se visualiza la necesidad de algunos profesionales en el área psicológica dentro


de la institución que se encuentren en la realización del trabajo de campo,
dispuestos a cooperar con estos niños de manera personalizada y con ello
trasmitirles un mayor crecimiento personal para fortalecer su resiliencia y a la vez
no perder la relación de humanidad al prójimo.

68
VII. RECOMENDACIONES

 Los resultados y análisis efectuados en la presente investigación, denota


preponderadamente que existe un grado promedio de resiliencia en la muestra de
los niños que fueron evaluados, por lo que se recomienda que la información
suministrada sea utilizada como una base para implementación de medidas que
fortalezcan la instancia psicológica y no proyectarlas solo para dicha institución
sino para similares.

 Realizar un estudio en las diferentes áreas de resiliencia de manera individual


con todos los niños de la Casa Hogar para poder obtener un perfil completo de
las condiciones en las que se encuentran y menos se identifican, así poder
brindar una mejor atención en las áreas que hay que reforzar en cada uno de
estos niños que residen en la misma.

 Es necesario que las instituciones como los refugios presten servicios


educacionales y profesionales a estas poblaciones y que traten al niño como
persona no como niño especial, ya que esto puede ser contraproducente. Pues
tiene que ser como una forma cotidiana de tratamiento que no estigmatice a su
población si no al contrario; y darle seguimiento a sus terapias personalizadas
como grupales.

 Para Casa Hogar Mi Pequeño Refugio como medidas de carácter urgente poder
contar con un profesional de apoyo en el campo de salud mental de tiempo
completo y así proporcionar una mejor atención a los niños institucionalizados,
los cuales sabemos con certeza que necesitan ser atendidos para lograr en ellos
una mejor resiliencia, que sean personas de éxito y con buena calidad humana.

 Es importante y necesario que los profesionales en las diferentes áreas


psicológicas proporcionen nuevas técnicas, talleres, charlas, u otras actividades,
con diversos temas en donde el niño fortalezca su autoestima y el nivel de

69
resiliencia, que por distintos factores han sido afectados. Y así permitirles
involucrarse con más facilidad a la sociedad para llevar una vida estable.

70
VIII. REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS

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Yaria, J. A. (2001). Drogas Postmodernidad y Redes Sociales. Buenos Aires: 1a.
edición Bonum.

72
ANEXO I

Propuesta

Estrategias de resiliencia en niños víctimas de maltrato.

 Introducción
El trabajo realizado en Casa Hogar Mi Pequeño Refugio de Quetzaltenango, se llevó
a cabo con talleres charlas y terapias de manera grupal como personal, con los niños
y docentes.

Como también se proporcionó una orientación para el personal administrativo de


Casa Hogar, enfocado en la atención a los niños que aún manejan una resiliencia
muy baja, para poder brindarles mayor atención y con ello reforzar la resiliencia. Esto
se llevó a cabo a través de pláticas personalizadas.

El papel que desempeña el psicólogo es de gran importancia en la orientación del


niño que proviene de familias desintegradas que los abandonan y de igual manera
han sido víctimas de maltrato, como también en la adaptación a las instituciones
como la Casa Hogar pues es difícil incorporarse e integrarse a las actividades y
convivencia con otros niños que serán una nueva familia dentro de la institución.

Así mismo el psicólogo se enfrenta a varias manifestaciones clínicas a las cuales se


les puede brindar apoyo y tratamiento adecuado y especializado, que permita al niño
ser incorporado a la institución como a la sociedad, libres de temores y aislamientos.

 Justificación
El trabajo de campo permite desarrollar los conocimientos teóricos, científicos y
humanitarios que el psicólogo proporciona hacia las personas, de igual manera un
acompañamiento aprendido en la formación académica del profesional para
proporcionar apoyo a la población de Casa Hogar Mi Pequeño Refugio de

73
Quetzaltenango, con terapias adecuadas y personalizadas a cada niño con el fin de
reforzar valores, actitudes, aptitudes, destrezas, especialmente fortalecer los pilares
y objetivos de la institución logrando un mejor desempeño en el docente y el personal
administrativo.

Según los estudios realizados sobre la resiliencia se menciona que las personas
resilientes tienen mayor equilibrio emocional frente a las situaciones adversas,
soportando mejor la presión. La resiliencia es un proceso dinámico, constructivo, de
origen interactivo, sociocultural que conduce a la optimización de los recursos
humanos y permite sobreponerse a las situaciones adversas. Se manifiesta en
distintos niveles del desarrollo, biológico, neurofisiológico y endocrino en respuesta a
los estímulos ambientales.

 Objetivos

 General
Proporcionar a los niños de Casa Hogar Mi Pequeño Refugio una formación integral
a través de talleres, terapias y pláticas personalizadas.

Proponer una opinión más abierta en cuanto al trabajo de este tipo de instituciones
como la carencia de profesionales para tratar con los niños recluidos en estos
refugios.

 Específicos
Fomentar una buena relación entre los niños y el personal tanto docentes como
personal administrativo para el manejo adecuado de los conflictos que trasmite.

Realizar talleres con el personal administrativo de la Casa Hogar.

Facilitar terapias adecuadas para fortalecer la resiliencia en los niños.

74
 Descripción de la propuesta
Charlas motivacionales con el personal de Casa Hogar sobre la importancia y el
fortalecimiento de la resiliencia en los niños víctimas de maltrato.
En esta fase de la vida los encargados de la institución son los responsables de
nivelar los diferentes conflictos que puedan surgir y poder quedar como antecedentes
ante futuros trabajadores e investigaciones de profesionales en pro de las
poblaciones en orfandad del medio guatemalteco.

 Terapias individuales motivacionales con el tema autoestima y superación


personal.
A los niños que son diagnosticados con niveles bajos de resiliencia poder hacerles
sentir que son importantes para las personas de Casa Hogar y principalmente para
ellos mismos, también trasmitirles apoyo especial para sobrellevar este tipo de
problemas y ayudarles a crear mecanismo de defensa como la confianza en sí
mismos y así llegar a tener una vida estable tanto dentro como fuera de la institución
y estar seguro de satisfacer sus necesidades físicas y psicológicas para establecer
fuentes de afecto y aceptación, como también modelos de patrones conductuales
aprobados para aprender a ser sociales por medio de terapias.

 Temas con talleres para los docentes.


Como vivir en armonía, formas de ayudar a los niños víctimas de maltrato, personas
de éxito; se convoca a los docentes de la institución para poder trabajar estos
temas; como el mejorar la convivencia entre docentes y los niños por el grado de
resiliencia de cada uno de los mismos.

Los docentes deben aprender a establecer un vínculo de afecto, amistad, cariño, y


necesidades que el niño requiera dentro de la institución. Pues los niños deben de
ser cuidados con amor y esmero para que puedan desarrollar herramientas
apropiadas para un buen desenvolvimiento social y personal.

75
 Platicas personalizadas con los niños sobre motivación.
De esta manera se trabajaría con ellos para empezar a tratar los diferentes
problemas que generan la baja resiliencia o el decaer algunas veces a consecuencia
de las experiencias pasadas, como también el ingreso a la institución puede crear en
general sentimientos de desamparo o al abandono y maltrato familiar que se
considera motivo de crisis. Por ende las entrevistas son individuales se trabajan de
manera que no se interrumpan las actividades programadas en la institución.

 Talleres con el personal administrativo sobre cómo ayudar a los niños a fortalecer
su resiliencia.
Se trabaja de forma personalizada y grupal sin descuidar a los niños, lo que se
pretende es que ellos puedan identificar a los niños que por diferentes circunstancias
a veces se deprimen y flaquean en su resiliencia, cómo poder tratarlos y cuáles
serían las mejores estrategias para identificarlos.

 Cronograma
Fecha Actividad Responsable Evaluación
Primera Taller con el personal Marilyn Morales Lluvia de
quincena de administrativo de Casa Hogar, y Directora de la Ideas
Junio. sobre cómo ayudar a los niños a Institución.
fortalecer su resiliencia.

Primera y Terapias individuales Marilyn Morales Preguntas


segunda motivacionales con los niños directas
quincena de sobre el tema autoestima y
Junio. superación personal.

Segunda Taller con los docentes de Mi Marilyn Morales Exposiciones


quincena de Pequeño Refugio, con los temas; y Directora de la y trabajo en
Junio cómo vivir en armonía, formas de institución. equipo
ayudar a los niños víctimas de

76
maltrato y personas de éxito.

Primera Platicas personalizadas y Marilyn Morales Preguntas


quincena de grupales con los niños sobre escritas y
Julio. motivación. Mesa
redonda

 Recursos.
Humanos. Personal Administrativo, Docentes y niños de Casa Hogar.

Repetitivos. Computadora, cañonera, marcadores, pizarrón, lapiceros, cartulina,


crayones, fotocopias, dulces, refacciones y juguetes.

Institucionales. Casa Hogar Mi Pequeño Refugio e inmobiliario.

 Evaluación
Cada actividad será evaluada por medio de los instrumentos; lluvia de ideas,
preguntas directas, exposiciones, trabajo en equipo, mesa redonda y preguntas
escritas.

77
ANEXO II

Procedimiento estadístico
Yo Soy

inter. F Fa Xm Σf.xm Li Ls ld´l Σf.ld´x Σf.ld´l²


67-73 2 2 70 140 66.5 73.5 31 62 1922
74-80 4 6 77 308 73.5 80.5 24 96 2304
81-87 9 15 84 756 80.5 87.5 17 153 2601
88-94 13 28 91 1183 87.5 94.5 10 130 1300
94-101 16 44 98 1568 94.5 101.5 3 48 144
102-108 3 47 105 315 101.5 108.5 4 12 48
109-115 13 60 112 1456 108.5 115.5 11 143 1573
116-122 7 67 119 833 115.5 122.5 18 126 2268
123-129 4 71 126 504 122.5 129.5 25 100 2500
130-136 4 75 133 532 129.5 136.5 32 128 4096
75 7595 18756

A = (xs - xi +1) / 10 = (134 -67+1) / 10 = 6.8 = 7

X= (Σf.xm) / N = 7595 / 75 = 101.26 = 101

d´ = (xs + xi ) / 2 = (134 + 67) / 2 = 100.5 = 101

σ = √(Σf.ld´l²) / N = √(18756) / 75 = 15.81

σx = σ / √(N - 1) = 15.81 / √74 = 1.84

Rc = 101 / 1.84 = 54.89

Rc > ˂ nivel de confianza


= 54.89 > 2.58

Ɛ = σx * 2.58 = 2.58 * 1.84 = 4.75

I.C = X + Ɛ = 101 + 4.75 = 105.75

I.C = X – Ɛ = 101 - 4.75 = 96.25

78
Yo Puedo

inter. f Fa Xm Σf.xm Li Ls ld´l Σf.ld´x Σf.ld´l²


74-79 5 5 76.5 382.5 73.5 79.5 23.5 117.5 2761.3
80-85 7 12 82.5 577.5 79.5 85.5 17.5 122.5 2143.8
86-91 13 25 88.5 1150.5 85.5 91.5 11.5 149.5 1719.3
92-97 8 33 94.5 756 91.5 97.5 5.5 44 242
98-103 8 41 100.5 804 97.5 103.5 0.5 4 2
104-109 18 59 106.5 1917 103.5 109.5 6.5 117 760.5
110-115 8 67 112.5 900 109.5 115.5 12.5 100 1250
116-121 3 70 118.5 355.5 115.5 121.5 18.5 55.5 1026.8
122-127 3 73 124.5 373.5 121.5 127.5 24.5 73.5 1800.8
128-133 2 75 130.5 261 127.5 133.5 30.5 61 1860.5
75 7477.5 13567

A = (xs - xi +1) / 10 = (131 -74+1) / 10 = 5.8 = 6

X= (Σf.xm) / N = 7477.5 / 75 = 99.7 = 100

d´ = (xs + xi ) / 2 = (131 +74) / 2 = 102.5 = 103

σ = √(Σf.ld´l²) / N = √(13566.75) / 75 = 13.44

σx = σ / √(N - 1) = 13.44 / √74 = 1.56

Rc = 100 / 1.56 = 64.1

Rc > ˂ nivel de confianza


= 64.10 > 2.58

Ɛ = σx * 2.58 = 2.58 * 1.56 = 4.02

I.C = X + Ɛ = 100 + 4.02 = 104.02

I.C = X – Ɛ = 100 - 4.02 = 95.98

79
Yo Estoy

inter. f Fa Xm Σf.xm Li Ls ld´l Σf.ld´x Σf.ld´l²


68-73 2 2 70.5 141 67.5 73.5 26.5 53 1404.5
74-79 7 9 76.5 535.5 73.5 79.5 20.5 143.5 2941.8
80-85 9 18 82.5 742.5 79.5 85.5 14.5 130.5 1892.3
86-91 11 29 88.5 973.5 85.5 91.5 8.5 93.5 794.75
92-97 8 37 94.5 756 91.5 97.5 2.5 20 50
98-103 15 52 100.5 1507.5 97.5 103.5 3.5 52.5 183.75
104-109 7 59 106.5 745.5 103.5 109.5 9.5 66.5 631.75
110-115 4 63 112.5 450 109.5 115.5 15.5 62 961
116-121 10 73 118.5 1185 115.5 121.5 21.5 215 4622.5
122-127 2 75 124.5 249 121.5 127.5 27.5 55 1512.5
75 7285.5 14995

A = (xs - xi +1) / 10 = (125 -68+1) / 10 = 5.8 = 6

X= (Σf.xm) / N = 7285.5 / 75 = 97.14 = 97

d´ = (xs + xi ) / 2 = (125 +68) / 2 = 96.5

σ = √(Σf.ld´l²) / N = √(14994.75) / 75 = 14.13

σx = σ / √(N - 1) = 14.13 / √74 = 1.64

Rc = 97 / 1.64 = 59.15

Rc > ˂ nivel de confianza


= 59.15 > 2.58

Ɛ = σx * 2.58 = 2.58 * 1.64 = 4.23

I.C = X + Ɛ = 97 + 4.23 = 101.23

I.C = X – Ɛ = 97 - 4.23 = 92.77

80
Yo Tengo

inter. f Fa Xm Σf.xm Li Ls ld´l Σf.ld´x Σf.ld´l²


57-63 1 1 60 60 56.5 63.5 40 40 1600
64-70 2 3 67 134 63.5 70.5 33 66 2178
71-77 5 8 74 370 70.5 77.5 26 130 3380
78-84 1 9 81 81 76.5 84.5 19 19 361
85-91 14 23 88 1232 84.5 91.5 12 168 2016
92-98 8 31 95 760 91.5 98.5 5 40 200
99-105 16 47 102 1632 98.5 105.5 2 32 64
106-112 11 58 109 1199 105.5 112.5 9 99 891
113-119 12 70 116 1392 112.5 119.5 16 192 3072
120-126 5 75 123 615 119.5 126.5 23 115 2645
75 7475 16407

A = (xs - xi +1) / 10 = (126 -57+1) / 10 = 7

X= (Σf.xm) / N = 7475 / 75 = 99.66 = 100

d´ = (xs + xi ) / 2 = (126 +57) / 2 = 91.5

σ = √(Σf.ld´l²) / N = √(16407) / 75 = 14.79

σx = σ / √(N - 1) = 14.79 / √74 = 1.72

Rc = 100 / 1.72 = 58.14

Rc > ˂ nivel de confianza.


= 58.14 > 2.58

Ɛ = σx * 2.58 = 2.58 * 1.72 = 4.44

I.C = X + Ɛ = 100 + 4.44 = 104.44

I.C = X - Ɛ = 100 - 4.44 = 95.56

81
Yo Creo

inter. f Fa Xm Σf.xm Li Ls ld´l Σf.ld´x Σf.ld´l²


17-18 2 2 17.5 35 16.5 18.5 9.5 19 180.5
19-20 3 5 19.5 58.5 18.5 20.5 7.5 22.5 168.75
21-22 8 13 21.5 172 20.5 22.5 5.5 44 242
23-24 13 26 23.5 305.5 22.5 24.5 3.5 45.5 159.25
25-26 7 33 25.5 178.5 24.5 26.5 1.5 10.5 15.75
27-28 11 44 27.5 302.5 26.5 28.5 0.5 5.5 2.75
29-30 5 49 29.5 147.5 28.5 30.5 2.5 12.5 31.25
31-32 13 62 31.5 409.5 30.5 32.5 4.5 58.5 263.25
33-34 12 74 33.5 402 32.5 34.5 6.5 78 507
35-36 1 75 35.5 35.5 34.5 36.5 8.5 8.5 72.25
75 2046.5 1642.8

A = (xs - xi +1) / 10 = (35 -17+1) / 10 = 1.9 = 2

X= (Σf.xm) / N = 2046.5 / 75 = 27.28 = 27

d´ = (xs + xi ) / 2 = (35 +17) / 2 = 26

σ = √(Σf.ld´l²) / N = √(1642.75) / 75 = 4.68

σx = σ / √(N - 1) = 4.68 / √74 = 0.54

Rc = 27 / 0.54 = 50

Rc > ˂ nivel de confianza.


= 50 > 2.58

Ɛ = σx * 2.58 = 2.58 * 0.54 = 1.39

I.C = X + Ɛ = 27 + 1.39 = 28.39

I.C = X – Ɛ = 27 - 1.39 = 25.61

82

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