ACERCA de SubA

— El inicio

¿Qué es Subremunerados Anónimos (SubA)?

Esta es una hermandad de hombres y mujeres que comparten su experiencia, fortaleza
y esperanza para resolver su problema común y ayudar a otros a recuperarse. Los
miembros del programa utilizan el apoyo y el poder de este Grupo de Doce Pasos así
como Herramientas adicionales – las cuales se utilizan de manera individual y entre
compañeros y equipos de apoyo – para así desarrollar plenamente su potencial y crear
vidas bien cimentadas en la gratitud y la serenidad.

¿Qué es la Subremuneración?
Esta condición se manifiesta de muchas maneras, no sólo en lo referente al
dinero. Implica el no lograr metas, tener bajo rendimiento, o no estar presente o visible
en nuestras propias vidas independientemente de cuánto dinero poseemos. Es la
incapacidad de reconocer y expresar enteramente nuestras destrezas y aptitudes. La
consecuencia visible de esta condición es la incapacidad de cubrir nuestras propias
necesidades, incluyendo las necesidades futuras.
La subremuneración puede ser el resultado de muchas cosas, como el no
reconocer nuestros propios talentos. También, puede ser el resultado de comprometer
nuestras vidas y siempre vivir al borde, en riesgo, por no ganar lo suficiente, gastar gran
parte del dinero que tenemos, rehuir de oportunidades que pueden ayudarnos a seguir
avante y no prepararnos para el futuro. Incluye, también, el no cumplir con nuestro
potencial único, no hacer seguimiento ni tomar pasos para lograr nuestros sueños y
metas. Es el darnos por vencidos, y renunciar a nosotros mismos.

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Los Síntomas de Subremunerados Anónimos (UA)
Este programa ha definido Doce Síntomas que nos ayudan a determinar si sufrimos de
esta condición de manera compulsiva. Según trabajemos el Programa, nuestra
concientización sobre dichos síntomas se hace más profunda y después de un tiempo
comenzamos a notar señales de recuperación de éstos síntomas.

1. Indiferencia sobre el Tiempo – Postergamos lo que debemos hacer y no

utilizamos nuestro tiempo para afianzar nuestra visión y avanzar en nuestras
metas.
2. Deflexión de Ideas – Compulsivamente rechazamos ideas que pueden
expandir nuestras vidas o profesiones y acrecentar nuestra rentabilidad.
3. Necesidad Compulsiva de Demostrar – Aunque hayamos demostrado que
somos competentes en nuestros empleos o negocios, somos impulsados por
la necesidad de volver a demostrar nuestro mérito y valor.
4. Aferración a Posesiones Inservibles – Nos aferramos a posesiones que no
cubren nuestras necesidades, tales como ropa vieja o raída,
electrodomésticos descompuestos.
5. Esfuerzo/Agotamiento – Con regularidad trabajamos en exceso, terminamos
exhaustos, después trabajamos menos o abandonamos el empleo por
completo.
6. Regalamos Nuestro Tiempo – Hacemos trabajo voluntario de manera
compulsiva en favor de varias causas, o damos nuestros servicios sin cobrar,
sin tener en claro cuál es el beneficio.
7. Menosprecio y Subvaloración – Subvaloramos nuestras destrezas y servicios
y tememos pedir aumentos en compensación o el precio de cotización en el
mercado.
8. Aislamiento – Preferimos trabajar solos cuando nos beneficiaría mucho más
el tener colaboradores, socios o empleados.
9. Padecimientos Físicos – A veces, a causa del temor de crecer o ser visible,
sufrimos enfermedades físicas.
10. Sentimientos de Culpa y Vergüenza Inapropiados – Estamos en desasosiego
cuando pedimos o se nos da lo que necesitamos o se nos paga lo que se nos
debe.
11. No Hacer Seguimiento – No damos seguimiento a oportunidades, desarrollo,
promociones, o empleos que pueden ser rentables. Comenzamos proyectos
y tareas, pero no los terminamos.
12. Intolerancia a la Estabilidad – Creamos conflictos innecesarios con
colaboradores, supervisores y clientes generando así problemas que nos
traen como resultado dificultades financieras.

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Las Diversas Facetas de la Subremuneración
Una persona que acepta menos, es subremunerado, es una persona que se
esconde de la vida. Muchos de nosotros nos escondemos por años en la insatisfacción
de nuestras circunstancias. Hacemos trabajos que nos permiten medio mantenernos
pero en realidad no nos ayudan a avanzar. Aunque nos sintamos enojados y deprimidos
a causa de nuestro empleo, sentimos que no tenemos el poder para explorar otras
opciones y tomar pasos que nos ayuden a cambiar, crecer y expresarnos
completamente.
Con frecuencia nos mantenemos en un estado de vaguedad; vaguedad en
cuanto al tiempo, el dinero, nuestras necesidades, los gastos y nuestros fracasos,
inclusive nuestros logros. Esta falta de claridad recubre lo bueno y lo malo de nuestras
vidas.
Muchos de nosotros tenemos el conocimiento y la capacidad para ofrecer
servicios a nivel profesional pero de manera compulsiva nos alejamos de mejorar
nuestras posiciones y nos rehusamos a pedir el dinero necesario para generar ingresos
adecuados. Muchos otros cobran cantidades suficientes por el trabajo realizado pero no
manejan esos dineros eficazmente. Aun así hay otros que creamos situaciones
antagonistas con nuestros clientes y vamos de conflicto en conflicto. Finalmente, hay
quienes sentimos la necesidad de tomar un curso más, obtener una certificación
adicional, un título más, para así evadir las acciones necesarias y utilizar el
conocimiento, las destrezas y experiencia que ya poseemos. El entrenamiento formal y
los certificados tienen su valor, los cursos extras pueden ser esenciales y merecer el
tiempo y dinero invertidos. Pero nosotros, que somos compulsivos y estamos siempre al
margen y escondiéndonos, anteponemos los síntomas autodestructivos que entorpecen
nuestras aptitudes y no utilizamos la educación y entrenamiento que tenemos y así no
logramos ningún avance. Seguimos siendo incapaces de pedir la entrevista, el puesto o
el aumento de sueldo.
Aun cuando reconocemos estos comportamientos de auto sabotaje, no

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comprendemos porqué sólo tenemos dinero para apenas cubrir nuestros gastos. Como
dice el dicho, “cobrar poco es como comer sopa con un tenedor; siempre estas
ocupado, pero siempre tienes hambre.”
Dado que tememos el ser visibles – cada vez más prominentes y más expuestos–
comenzamos a crear resentimientos contra la propia comunidad que pudiésemos servir
con nuestros talentos. Un ejemplo es el actor que resiente al público, el chef que tiene
resentimientos en contra de los clientes en el restaurante, o el pintor que resiente a los
compradores prospectivos. Estas son algunas de las razones por las cuales nos negamos
la necesidad de nuestra continua preparación y nos rehusamos a hacer frente a nuestras
vidas y tomar acción. Como consecuencia, vivimos una vida de tercer nivel, cuando
pudiésemos vivir una realidad de primer nivel. Una realidad de primer nivel requiere
hacernos visibles y estar presentes.

¿Por Qué Venimos al Programa?

Venimos porque nuestras vidas no funcionan. No ganamos lo suficiente para
cubrir nuestros gastos adecuadamente. Nos sentimos frustrados e insatisfechos en
nuestros empleos. Puede ser que experimentamos inicios crónicos de proyectos
creativos que se esfuman frente a nosotros una y otra vez. Puede ser que estemos
exhaustos de tanto trabajar. No sabemos lo que debemos hacer.
Cuando nos interesamos en el Programa por primera vez, lo hacemos pues nos
identificamos con los Síntomas. Esta conexión es el primer paso rumbo a la recuperación
de una enfermedad que ha afectado a muchos de nosotros por décadas y ha hecho
nuestras vidas ingobernables, aunque lo reconozcamos o no.
Puede ser que ya estemos en otros programas de Doce Pasos. De ser así, es
posible que esos programas no estén dándole al clavo y ayudándonos con respecto a la
vaguedad, la invisibilidad y subremuneración. Si este es nuestro primer Programa de
Doce Pasos, puede ser que estemos aprendiendo por primera vez sobre
comportamientos adictivos, en este caso nuestra compulsión a escondernos y aceptar

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menos dinero del necesario. Ultimadamente, llegamos al Programa porque nos
sentimos impotentes ante estos síntomas.

¿Cómo Se Manifiesta la Recuperación?

La recuperación significa el desarrollar y ejercitar un músculo espiritual, éste es
el objetivo de cualquier hermandad de Doce Pasos. En lo que toca a este Programa, la
recuperación se manifiesta en el desarrollo de una visión próspera y la disponibilidad a
tomar pasos de hormiga para hacer realidad esta visión por medio de la participación
activa en el Programa.
La recuperación se manifiesta en hacernos visibles de manera positiva. Es el
estar dispuesto a hacerle frente a la vida y hacer un buen trabajo – tener el deseo de
hacer buen trabajo y no hacernos la vida más pesada a nosotros, y a otros. Es la
disponibilidad de hacernos visibles y servir de la mejor manera posible según se nos
pida.
Además de prepararnos y estar presentes, la recuperación requiere que pidamos
lo que necesitamos y estemos dispuestos a recibirlo. Si trabajamos para alguien, la
recuperación nos permite solicitar un aumento de sueldo o un puesto con mayor
responsabilidad. En vez de tomar cualquier oferta que se nos presenta, podemos decir,
“Permíteme. Tengo que pensarlo,” o “Debo discutirlo con mi asesor.” Si somos dueños
del negocio, nuestra recuperación nos da el poder de pedir un pago justo y sentirnos
totalmente seguros y merecedores de recibirlo. Esta capacidad de recibir nos lleva a
preguntarnos algo tan central para la recuperación en el Programa: ¿Para qué me sirve
esto? ¿Qué gano con ello?
Esta enfermedad es un proceso inconsciente que forma hábitos y patrones de
conducta que socavan nuestros esfuerzos. Mientras que trabajamos el Programa
pasamos de un nivel de inconsciencia a tomar consciencia en lo que respecta a generar
ingresos y nuestros logros. Comenzamos a ver la calidad verdadera de nuestras vidas
con mayor claridad. El despejar esta niebla por primera vez puede ser incómodo, y hasta

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doloroso. Conforme empecemos a cuestionar nuestras circunstancias y nos
preguntemos, ¿Para qué me sirve esto? ¿Qué gano con ello? podremos entonces
dirigirnos rumbo al auto-empoderamiento. Aunque no recibiésemos respuestas
inmediatas o notemos cambios significativos, el acto de cuestionarnos es una señal clara
de que la recuperación ha iniciado.

¿Qué es un Empleo Subremunerado?

Muchos recién llegados al Programa hacen esta pregunta, ¿Cómo saber si la
oferta de trabajo es una trampa o una oportunidad para comenzar a avanzar y
ascender? Obviamente la respuesta es muy subjetiva. A veces tenemos que aceptar el
empleo para sobrevivir y cubrir nuestras necesidades básicas, y las de otros. Si estas son
nuestras circunstancias, entonces las preguntas requeridas son, ¿Qué estoy haciendo
para fomentar mi recuperación? ¿Estoy trabajando el Programa? ¿Puedo cambiar
algunas de mis circunstancias? ¿Estoy tomando pasos diarios, aunque sean pequeños,
para integrar las Herramientas del Programa en mi vida? Ya sea que estemos
trabajando para sobrevivir o generando altos ingresos, lo que necesitamos hacer es ver
claramente cuál es nuestra participación en el Programa.

¿Cómo Funciona el Programa?

Esta Hermandad se enfoca en sacarnos de “la cueva” experiencial. Las
consecuencias de nuestra enfermedad no son ilegales. Ninguna autoridad vendrá a
arrestarnos o a incautar nuestros fondos en el banco por el hecho de escondernos de la
vida. Los efectos de esta enfermedad se manifiestan en la dificultad que tenemos para
tomar acción, y el Programa se enfoca en ayudarnos a actuar. El Programa trabaja si lo
trabajamos.
Una metáfora que podemos usar es considerar al Programa como una silla de
cuatro patas. Las cuatro patas representan las Reuniones, Trabajar los Pasos, las
Herramientas y el Servicio. Trabajar el Programa no se trata solo de ir a Reuniones.

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Trabajar el Programa es trabajar los Doce Pasos con un padrino/madrina (o Compañero
de Pasos o grupo de estudio de Pasos, en caso de no tener a alguien disponible).
Entonces nos preguntamos, ¿Estoy Trabajando el Programa? ¿Tengo un Padrino? ¿Estoy
utilizando las Herramientas? ¿Estoy dando servicio, ayudando a otros miembros y
nuestra Hermandad? Hay seis Herramientas específicas para trabajar el Programa:
Registro de Horas, Compañero de Acción, Reuniones de Acción, Concientización sobre
Nuestras Posesiones, Hojas de Metas y Ahorros. Las utilizamos en conjunto con las
herramientas centrales a cualquier Hermandad de Doce Pasos: Reuniones,
Apadrinamiento, Servicio, Comunicación y estudiar la Literatura. A medida que
utilizamos todos estos elementos, podemos aumentar nuestro contacto con un Poder
Superior a nosotros.
El cultivar la conexión con un Poder Superior a nosotros, combinado con los
distintos elementos del Programa, nos lleva lentamente de una mentalidad basada en la
privación a una concientización basada en la prosperidad, de una vida de inacción a una
vida en la que cumplimos acciones enfocadas en una visión más amplia. Realizamos esto
un día a la vez y con el apoyo de la Hermandad.

¿Cómo Iniciamos Nuestro Trabajo en el Programa?

La manera de comenzar es participando en reuniones y manteniendo un historial
de cómo utilizamos nuestro tiempo. Al asistir a reuniones recibimos apoyo en el proceso
de recuperación. Al registrar nuestras horas confrontamos nuestro hábito de vivir en
vaguedad; nos asegura la claridad y nos hace ver lo que hemos logrado y lo que no
hemos hecho. Mientras aprendemos a mantener un registro de cómo utilizamos este
recurso finito, obtenemos la claridad necesaria. Esto es la sobriedad del tiempo.
El método o forma que usamos – escrita o computarizada, formal o informal –
no es relevante. Lo importante es la práctica relajada, pero regular, de registrar lo que
hacemos con nuestro tiempo. La información que obtenemos es asombrosa. Después
notamos patrones de conducta. Vemos claramente lo que en realidad hacemos con las

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horas en nuestros días, y los días en nuestras semanas. Vemos cuánto tiempo usamos
en las metas que declaramos y definimos y cuánto tiempo usamos en hacer otras cosas
– otra ida al mercado, tres horas de trabajo voluntario, organizar aquella caja de fotos,
llamar a un viejo amigo, meterse al internet. La lista es interminable y varía según cada
uno de nosotros.
El registro de horas también nos muestra claramente cuanto tiempo necesita
cada uno de nosotros para completar actividades específicas. En algunos casos
sobreestimamos, en otros subestimamos el segmento de tiempo necesario. Como una
brújula bien calibrada, la práctica nos guía lentamente a salir de entre la neblina, la
vaguedad crónica, que ha subvalorado nuestro tiempo e impedido nuestra prosperidad.
El no tener éste conocimiento es como si tratásemos de ir por el sendero de la vida a
ciegas y bajo una densa niebla. Al registrar las horas se alumbra nuestro camino y
podemos ver, y reconocer, lo que tenemos y lo que no hemos logrado. Ambos, ver y
reconocer, son piezas centrales para nuestra recuperación.

Trabajar los Doce Pasos y el Apadrinamiento

Una madrina (o padrino) es una persona que ha trabajado los Doce Pasos y tiene
disponibilidad de guiarnos rumbo a nuestra recuperación. Esta persona nos ayuda a
navegar en dirección al progreso por medio de los Doce Pasos. El apadrinamiento en el
Programa se basa en la idea de que cualquier persona que ha trabajado los Doce Pasos
en otros programas puede apadrinar la recuperación de un recién llegado. Dicha
persona brinda experiencia valiosa y necesita solamente aplicarla al aspecto de la
subvaloración, subremuneración y la vaguedad.
Los Pasos Uno, Dos y Tres son en donde comenzamos nuestro trayecto. Aquí
confrontamos y admitimos nuestra impotencia ante la subremuneración y tomamos la
decisión de tornar nuestra capacidad para generar ingresos y lograr metas al cuidado de
Dios, según nuestro propio entendimiento de Dios. Buscamos el estar dispuestos.
Pedimos ser guiados por una fuerza más poderosa que nuestra propia voluntad para así

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traer estabilidad económica, y eventualmente prosperidad, a nuestras vidas. Esta idea
nos llega como revelación a muchos de nosotros. En algún momento, y según
trabajemos el Programa y logremos mayor prosperidad, se nos hace más fácil decir, Este
es el triunfo de Dios, más que el mío propio.
En los Pasos Cuatro al Siete echamos un vistazo profundo y minucioso a nuestro
interior, admitimos cada vez que nuestros defectos contribuyeron a la subremuneración
y la vaguedad. Sin temor hacemos un examen de consciencia y lo compartimos con
nuestro Padrino, o Compañero de Pasos. Identificamos nuestros problemas principales
los cuales han contribuido a nuestra enfermedad. Después, pedimos ayuda para
desprendernos, y ser liberados de nuestros defectos.
Una vez que nos hemos visto frente a frente, honestamente y con compasión,
estamos listos para enmendar faltas y hacer restitución a aquellos que hemos dañado.
Después, proseguimos a tomar los Pasos Ocho y Nueve. Comenzamos con la gente y
relaciones que hemos dañado. Bajo la guía de nuestro Padrino, o Compañero de Pasos,
enmendamos nuestras faltas, perdonamos a otros y a nosotros mismos para así seguir
adelante. Cuando enmendamos los daños causados tomamos una nueva
responsabilidad por nuestras acciones pasadas. Soltamos los errores de ayer– algunos
de los cuales posiblemente ni sabíamos que llevábamos acuestas – y los cuales nos
hundían y bloqueaban nuestra capacidad de aceptar mayor prosperidad. En este
proceso aceptamos nuestra responsabilidad y nos perdonamos al mismo tiempo. Cada
uno de éstos fomenta un nuevo sentido de valoración y la capacidad para permitir que
cosas buenas entren a nuestras vidas.
Los Pasos Diez, Once y Doce proveen una estructura para continuar el trabajo
que iniciamos mediante los ocho pasos anteriores. Los Pasos nos ayudan a ser honestos
con nosotros mismos. Son un recordatorio para mantener una conexión con un Poder
Supremo como guía fundamental y nos exhortan a compartir con otros nuestra propia
experiencia y lo que tan generosamente se nos ha otorgado.

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¿Cuáles son las Promesas del Programa?
En este Programa de recuperación de Doce Pasos aprendemos que el
conocimiento personal sobre los acontecimientos en nuestro pasado no nos sirve ni vale
nada. En otras palabras, lo que llegamos a considerar, creer o aceptar como las causas
de nuestra subremuneración no nos ayudará a cambiar nuestras vidas. A medida que
trabajemos con otros dentro del Programa aprendemos a desprendernos del pasado y
enfocarnos en el hoy y el futuro – en nuestras acciones y nuestra visión.
Comenzamos a aceptarnos con compasión y a creer que merecemos mayor
plenitud y una vida más próspera. Surge en nuestras vidas una visión más amplia como
resultado del trabajo en todos los aspectos del Programa. Empezamos a conocernos
mejor y a pensar en usar nuestros verdaderos talentos. Nos permitimos desear más de
la vida y estar dispuestos a tomar los pasos necesarios para lograrlo. Como resultado,
también somos capaces de dar más a otros y a nuestras comunidades, contribuyendo
así algo más grande que nosotros mismos. Se dice que no podemos resolver nuestros
problemas con la misma conciencia que los creó. Un cambio en nuestra consciencia
comienza a ocurrir por medio del trabajo de los Pasos, al usar las Herramientas, y al dar
Servicio. Experimentamos entonces más gratitud, mayor paz interior y auto aceptación.
Es como si despertásemos de un sueño profundo a una vida nueva, plena y
completamente realizada.

UnderearnersAnonymous  2009 / Traducción 2014 10