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Atlas Mamografico
Atlas Mamografico
Generalitat Valenciana
Conselleria de Sanitat
agradeceríamos se dirigieran a:
C/ Rodríguez Fornos, 4
Teléfono: 96 386 66 01
46010 VALENCIA
I.S.B.N.: 84-482-1896-5
E-mail: marimontanyana@pmcmedia.com
ATLAS MAMOGRÁFICO
EDITORES
FRANCISCO RUIZ-PERALES
Jefe de Sección del Servicio de Radiodiagnóstico.
Hospital Universitario La Fe. Radiólogo Coordinador del PPCMCV
El PPCMCV se inició en 1992-1993 con la creación de cinco UPCM piloto: Alcoi, Valencia- Fuente de S. Luis, Alicante,
Castellón y Xátiva. En el año 1994 se creó una segunda UPCM en Castellón conveniada con la Asociación Española Con-
tra el Cáncer (AECC), en 1995 comenzó a funcionar una UPCM en el Hospital General de Requena, en junio de 1996 en el
Hospital de Vinaroz, y en diciembre una segunda UPCM en Alicante conveniada con la AECC. En 1997 se abrieron tres UP-
CM, una en Elda, otra en Elche y la tercera en Valencia, esta última a través de un convenio con la AECC.
En el primer semestre de 1998 se abrieron las UPCM en el Hospital de Sagunto y en Orihuela, y en el último semestre
de este mismo año está prevista la apertura de las UPCM correspondientes a las áreas de salud 5 y 6, en Burjassot y Va-
lencia, y la del área 12 ubicada en Denia, estando ya próxima la cobertura total de las 450.000 mujeres en la edad de crib-
ado definida, residentes en la Comunidad Valenciana.
Estas unidades han obtenido unos resultados incluso por encima de los objetivos fijados; la participación es mayor del
76%, se detectan entre 4 y 5 tumores de cada mil mujeres estudiadas y en estadios precoces: los tumores menores de 2 cm
suponen aproximadamente el 74% del total y los tumores sin afectación ganglionar se sitúan en torno al 75 %. Estos datos
permiten confiar en que en un futuro podremos observar un descenso de la mortalidad debida al cáncer de mama.
Dentro del procedimiento global de evaluación del PPCMCV, dadas sus características de programa de cribado mamo-
gráfico, reviste particular interés asegurar la calidad de las actividades de diagnóstico por la imagen, que es el procedi-
miento de detección precoz que permite identificar una determinada condición (la alta probabilidad de padecer cáncer de ma-
ma).
Por ello los estudios mamográficos constituyen el núcleo central de un proceso que se inicia con la citación de las mu-
jeres y culmina con la confirmación diagnóstica y la intervención terapéutica en los hospitales de referencia.
En la calidad del estudio mamográfico los elementos básicos que intervienen, complementándose mutuamente, son el
sistema diagnóstico empleado y el observador. Por lo tanto, los mecanismos para garantizar la calidad de los estudios
mamográficos, en cuanto a su seguridad y su validez, abarcan fundamentalmente dos perspectivas: la obtención de imágenes
y su interpretación.
Para conseguir un alto grado de homogeneidad en la lectura, se estableció un sistema de lectura, que se ha ido actualizando
y consensuando, a través del trabajo en equipo del conjunto de lectores (primeros y segundos lectores) del PPCMCV. Fru-
to de este proceso de trabajo es el sistema de lectura acompañado de las imágenes correspondientes que se describe en
el presente atlas mamográfico.
Ésta sistematización del proceso de lectura mamográfica, creemos que puede ser de gran utilidad no sólo a todos aque-
llos profesionales que desarrollan su actividad como lectores en los programas de cribado, sino también, a radiólogos en for-
mación y a estudiantes de Medicina.
Luis A. Andreo Hernández, Médico Adjunto de Radiodiagnóstico. Hospital Virgen de los Lirios, Alcoi. Francisco Ardoy
Ibáñez, Radiólogo de la UPCM de Orihuela. Margarita Coll de la Vega, Médico de la UPCM de Xàtiva. Mª José Fuster Sel-
va, Radiólogo de la UPCM de Elda. Leopoldo Gadea Boronat, Médico de la UPCM de Alcoi. Teresa García Redón,
Médico de la UPCM, Castellón I de Castellón. Angel Hernández Jiménez, Médico de la UPCM, Alicante I. Félix Martín Díez,
Jefe de Servicio de Radiodiagnóstico. Hospital Lluis Alcanyis, Xátiva. Manuel Montes Ávila, Médico Adjunto de Radiodiag-
nóstico. Hospital General San Juan, Alicante. Manuel Nuñez de Bobadilla, Radiólogo de la UPCM, Castellón II de Castellón.
Ramón Olagüe de Ros, Jefe de Servicio de Radiodiagnóstico. Hospital General, Requena. Carlos Ortí Tarazona, Radiólo-
go de la UPCM, Elche. Rosa Piqueras Olmeda, Médico Adjunto del Servicio de Radiodiagnóstico. Hospital General, Caste-
llón. Marta Redondo Ibáñez, Médico Adjunto del Servicio de Radiodiagnóstico. Hospital Gran Via, Castellón.
COLABORADORES
Issa Musa Abderramán. José Cervera de Val. Luis Concepción Moscardó. María Luisa Cubells Martínez. Pilar Estellés
Lerga. Federico Ferrando Valls. Amparo Ferriols Ballester. Margarita García Franco. Joaquin Galant Herrero. Mª Jesús
Martínez Pérez. Virgilio Morote Muro. María Teresa Olmos Martínez. Concepción Ortega Gutierrez. Carmen Palop Jon-
queres. José Mª Pérez Clavijo. Isabel Perona Zuriaga. Juan Sebastián Vidal Lluch. Pascual Vidal Ferrer. Eduardo Zaragozá
Cardells
PRESIDENTE:
VOCALES:
Dolores Salas Trejo. Jefa de la Unidad de Prevención del Cáncer de la Dirección General de Salud Pública.
Queremos expresar un agradecimiento especial a los fotógrafos Sres. D. Salvador Peiró, D. Ricardo Acosta y D. Fran-
cisco Ara, por su colaboración desinteresada en la realización de la totalidad de las figuras que componen este atlas.
ÍNDICE Págs.
FIGURAS:
NORMAL ............................................................................................................................................49
BENIGNA ............................................................................................................................................62
MALIGNA ............................................................................................................................................116
MISCELANEA ....................................................................................................................................125
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Indice
CAPITULO I.
EL INFORME MAMOGRÁFICO
F. Ruiz-Perales
El informe mamográfico no es igual en un programa de cribado que en una unidad de diagnóstico de patología ma-
maria, en ésta última los informes suelen presentarse en forma de texto libre, en ocasiones utilizando términos histológicos
tales como displasia, cuando la correlación entre la imagen y la patología es simplemente una impresión subjetiva, y en
otras refiriéndose al resultado de aplicar varias técnicas, frecuentemente la mamografía con la ecografía para obtener un in-
forme conjunto (1,2,3).
En un programa de cribado el informe mamográfico tiene como objetivo separar a las personas libres de cáncer de
aquellas con posibilidad de tenerlo y al mismo tiempo clasificar a éste último grupo según presenten mayor o menor proba-
bilidad.
Las clasificaciones pueden ser variadas, pero el objetivo de éstas es la toma de decisiones que permitan establecer el
diagnóstico final de cáncer o no-cáncer. Naturalmente las actitudes serán más agresivas cuanto mayor sea la probabilidad
de padecerlo y más conservadoras cuanto menor sea ésta probabilidad (1).
Deberemos conocer que existen cánceres que no son visibles en la mamografía, excepcionalmente porque son invisi-
bles, y con mayor frecuencia porque se encuentran inmersos en mamas densas, con abundante tejido fibroglandular que en
ocasiones dificulta o hace imposible su identificación radiológica. Hay cánceres que son palpables antes de que puedan ser
identificados por sus signos radiológicos (1,4,5). Este hecho es real, pero no autoriza a profetizar la existencia de cáncer en
ausencia de signos radiológicos.
En un sistema de cribado el informe mamográfico debe basarse en una recogida de datos lo mas objetiva posible, que
no permita interpretaciones variadas, descripciones confusas y mucho menos actitudes equivocas o ambivalentes.
El informe de cribado mamográfico debe ser sencillo, utilizando el menor número de términos posible, definiendo cada
uno de ellos para utilizarlos con propiedad, permitir la recogida de los datos del modo y manera más simple, dedicando un
tiempo mínimo a la escritura en favor del tiempo máximo que debe dedicarse a la lectura de las mamografías. Debe procu-
rarse que la recogida de los datos pueda transcribirse con facilidad a un soporte informático (1,6,7,8).
La mayoría de los programas de cribado han adoptado un sistema de lectura y lo han protocolizado, desarrollándolo en
función de las necesidades que se les han presentado. Cuando se pretende homogeneizar los informes de varias unidades,
los protocolos de lectura deben ser desarrollados con minuciosidad, aplicándolos a la práctica en ensayos previos, y re-
visándolos continuamente entre los lectores que los utilizan.
Aunque todos los sistemas de lectura tienen un objetivo común y la tasa de detección de cáncer de los programas de criba-
do es el mejor aval de su eficacia, difieren en la metodología de recogida de datos y a veces en los términos utilizados, re-
sultando muy difícil si no imposible, la homologación de la lectura en todos los programas de cribado.
Algunos sistemas de lectura han sido desarrollados para resolver una situación concreta, mientras que en otros, se pro-
pone la adopción de un sistema universal, y si se consiguiera este objetivo, no cabe duda que se aportaría un beneficio
para todos y no sólo por permitir recoger un gran número de casuística sino también porque serviría de control de calidad
de la lectura y sería la base de la enseñanza para la interpretación de las mamografías (1,4,5,6,7,8).
La pretensión de este “Atlas Mamográfico” es mostrar el sistema de lectura utilizado en el Programa de Prevención del
Cáncer de Mama en la Comunidad Valenciana (PPCMCV), ilustrándolo con imágenes que sirvan de ejemplo a todos aque-
llos médicos que están interesados en los programas de cribado, pero sobre todo a los que lo están por la lectura de las mamo-
grafías, a los radiólogos y también a los distintos especialistas que intervienen en éstos programas multidisciplinarios, en los
que necesariamente, debemos conocer los términos utilizados por cada especialidad.
Éste sistema de lectura se basa en las sugerencias publicadas en los trabajos de Svane en 1993 (9) y de Kopans en 1992
(10), y se desarrolla en las reuniones de trabajo del grupo de lectores del programa, que se publican en forma de protoco-
lo en las Monografías Sanitarias, Serie E, nº14 (4), Serie E, nº19 (5) y Serie E, nº25 (1).
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Indice
Se utilizan términos sencillos en el menor número posible y todos perfectamente definidos, no sólo en su acepción médi-
ca, sino en su significado por el Diccionario de la Lengua de la Real Academia Española. De este modo esperamos que no
haya otras interpretaciones que las que describimos (11, 12).
Después de aceptar y definir la normalidad, hemos procurado incluir en las categorías benigna y maligna la patología
en la que existe una correspondencia entre la lectura y la Anatomía Patológica, utilizando términos descriptivos en todos los
casos. Las mujeres con alguna probabilidad de tener cáncer de mama han sido clasificadas en las categorías probablemente
benigna y probablemente maligna, según exista menor o mayor posibilidad de padecerlo.
La elección de éstas categorías tiene como objetivo la adopción de actitudes diferentes para cada una de ellas. En la cate-
goría normal, las mujeres son revisadas de nuevo a los dos años, que es el tiempo de intervalo entre vueltas del PPCMCV.
La categoría benigna, desde el objetivo del programa de cribado, se revisará a los dos años, no obstante la patología incluida
en esta categoría puede precisar de algún tipo de tratamiento por el médico o especialista (ejemplo: mastitis, hematoma-trau-
matismo o un quiste simple).
Las categorías probablemente benigna y probablemente maligna son el problema de los programas de cribado. Las
pacientes incluidas en ellas deben someterse a estudios complementarios (proyecciones adicionales, ecografía, citas pre-
coces, estudio citológico y/o estudio histológico) para obtener un diagnóstico definitivo. Se intentan actitudes proporcionadas
a la probabilidad de padecer cáncer, con procedimientos conservadores en la probablemente benigna e intervencionistas en
la probablemente maligna (1,2,4,5).
Las mujeres con cánceres avanzados que se diagnostican por la clínica y que se encuentran en ocasiones en los pro-
gramas de cribado por diferentes causas que no analizamos aquí, deben ser remitidas a los Servicios Hospitalarios corres-
pondientes para proceder a su tratamiento.
El actual sistema de lectura ha sido modificado periódicamente según los resultados obtenidos en el programa y esto hace
suponer que seguirá modificándose, en parte por ésta causa y en parte porque la tecnología esta continuamente avan-
zando. Debido a estos motivos conocidos y posiblemente a otros que ahora desconocemos, harán cambiar el sistema, que
deberá adaptarse continuamente a las nuevas exigencias.
El sistema de lectura que se muestra como Anexo 1 al final del Atlas Mamográfico, se ha utilizado como guión y re-
sumen de los capítulos conservando dígitos y encabezamientos, éste sistema no difiere esencialmente del que se utiliza en
la actualidad y que se encuentra en el Programa de Prevención del Cáncer de Mama en la Comunidad Valenciana. Mono-
grafía Sanitaria. Serie E. Núm. 25, Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana. 1998 (1). Ésta última actualización ha si-
do consensuada en el grupo de trabajo de Diagnóstico por la Imagen en las Jornadas de Encuentro que tuvieron lugar en
Valencia en Noviembre de 1997.
El sistema de lectura adquiere modificaciones o simplemente matizaciones para su mejor comprensión a medida que se
analizan las observaciones de los que lo utilizan.
Aunque seguimos manteniendo el esquema primitivo para la localización de las lesiones en la mama, utilizando un cír-
culo dividido en cuatro cuadrantes y señalizando la lateralidad con el empleo de dos círculos que corresponden a la mama
derecha y a la mama izquierda, ya se ha propuesto de forma mayoritaria, el empleo de dibujos esquemáticos que representen
las proyecciones oblicuamedio-lateral y cráneo-caudal, para localizar cualquier lesión en el lugar exacto en el que la ve-
mos en la radiografía correspondiente (pág. 50) (1,2).
En la exposición actual se han añadido algunas observaciones necesarias para explicar mejor determinadas situa-
ciones, por ejemplo: considerar los traumatismos e infecciones en la fase clínica como lesiones benignas y sus secuelas (cica-
trices) en mamas normales.
La asimetría de tejido se considera normal cuando además de ser asintomática, está en situación retroareolar o en los
cuadrantes supero-externos y benigna cuando se presenta en otra situación o está relacionada con patología benigna.
Se añade la retracción del músculo pectoral y se cambia el término de esférica por el de granular en las microcalcifica-
ciones con caracteres de malignidad.
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Indice
En la lectura mamográfica no estaban contemplados los tumores intraquísticos ni los papilomas intraductales, por no ser
visibles en las mamografías y requerir técnicas que no se realizan en la actualidad en las Unidades de Prevención de
Cáncer de Mama (UPCM), sino en los Hospitales. Se han añadido estas lesiones en la Categoría Probablemente Benigna.
Finalmente hemos tratado de resumir la conducta que genera la mamografía, conservando la idea fundamental y omi-
tiendo algunas recomendaciones de tipo técnico en las que existía alguna dificultad para conseguir una conducta total-
mente homogénea.
Todas estas modificaciones que han de ser sometidas a la crítica de los lectores, se muestran en el Anexo 1 en letra cur-
siva, en negrita y entrecomillada, para que el lector pueda apreciarlas.
Finalmente el agradecimiento a todos aquellos que han contribuido a la realización del sistema de lectura del PPCMCV.
Una relación de los lectores actuales y de los que en algún momento trabajaron en el PPCMCV y que contribuyeron a la rea-
lización de este protocolo, figura al comienzo de la exposición del texto actual de lectura que se expone a continuación.
Bibliografía
1. Programa de Prevención de Cáncer de Mama en la Comunidad Valenciana. Monografía Sanitaria. Serie E, Núm.
25. Conselleria de Sanitat. Generalitat Valenciana, 1998.
2. Screening de mama. Libro de Resúmenes del I Curso Internacional de la Sociedad Española de Diagnóstico por
Imagen de la Mama (SEDIM). Madrid; Farmapress, Grupo Aula Médica S.A. 1998.
4. Programa de Prevención del Cáncer de Mama en la Comunidad Valenciana. Monografía Sanitaria. Serie E. nº14,
Conselleria de Sanitat i Consum. Generalitat Valenciana, 1993.
5. Programa de Prevención de Cáncer de Mama en la Comunidad Valenciana. Monografía Sanitaria. Serie E, nº 19.
Conselleria de Sanitat i Consum. Generalitat Valenciana, 1996.
6. Homer, MJ. The Mammography Report. Mammographic Interpretation. A Practical Approach. New York; Mc.Graw-
Hill Inc, 1997; 27-33.
7. American College of Radiology (ACR). Breast Imaging reporting and data system (BI-RADStm). Second Edition. Res-
ton [VA]: American College of Radiology; 1995.
8. Bassett, L.W. Standardized Reporting for Mammography: Bl-RADStm. The Breast Journal 1997; 3: 207-210.
9. Svane C, Potchen J, Sierra A, Azavedo E. How to interpret a mammogram. En: Patterson A, ed. Screening Mam-
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10. Kopans,D.B. Standardized Mammography Reporting. Radiol. Clin North Am 1992; 30: 257-264.
11. Diccionario de la Lengua Española. Real Academia Española. Madrid; Espasa-Calpe 1984.
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CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
CAPITULO II.
CATEGORIA 2. “NORMAL”
R. Olagüe de Ros
Introducción
Si “norma” se aplica a lo que sirve de norma o regla, que la mama sea un órgano dinámico sometido a un variado espectro
de cambios histológico/mamográficos, motiva la dificultad de definirla como tal. A los cambios de tipo proliferativo, en la
menstruación, embarazo y lactancia, e involutivos a partir de los 30 años, se añaden los motivados por la terapia hormonal
sustitutoria, habitualmente en el periodo postmenopáusico (1,2). El problema se complica si tenemos en cuenta la variabili-
dad de la respuesta individual de la glándula mamaria a los cambios mencionados. Como señala Homer, la mama es como
una huella dactilar, cada una es única (3,4). No obstante, siendo pragmáticos en la confección del protocolo, designare-
mos como “normal” aquella mama que en la mamografía no muestre signos de carácter patológico, considerando como sig-
nos patológicos los que conforman la descripción o lectura mamográfica (nódulo / masa, desestructuración, calcificaciones,
asimetrías y alteraciones de la piel o pezón), en el sentido en que se definen respectivamente dentro de las categorías be-
nigna, probablemente benigna, probablemente maligna y maligna (5).
Aunque los clásicos patrones de lectura mamográfica pueden reducirse a tres tipos (graso, denso y mixto) en relación
con la mayor o menor presencia de tejido fibroglandular, en nuestro protocolo de lectura, dentro de la categoría normal só-
lo hemos establecido dos subcategorías:
Se refiere a una mama con importante componente graso, o escaso tejido glandular, mamográficamente radiolucente,
de tal forma que difícilmente puede enmascarar nódulos, alteraciones de densidad o neodensidades (Fig. 1, pag. 63).
Incluye cualquier mama normal con parénquima visible, de tipo homogéneo, macro o micronodular, parcheado, etc.,
que puede enmascarar nódulos o alteraciones de densidad (Fig. 2 a y b, págs. 63 y 64).
Los términos utilizados, “grasa” y “densa”, se refieren a la densidad radiológica de la grasa y del agua, con la misma sig-
nificación que tienen en la radiología clásica. Es cierto que en ocasiones, sobre todo en los patrones mixtos, sin un claro pre-
dominio del componente glandular sobre el graso y viceversa, el establecimiento de una subcategoría es un motivo de dis-
cordancia entre los lectores. Sin embargo, siempre que el patrón asignado no enmascare nódulos o alteraciones de densidad,
la discrepancia no tiene mayor importancia, al no implicar actuaciones diferentes.
La introducción de las subcategorias dentro de la mama normal es importante, y su implicación práctica evidente, dado
que la mama densa disminuye la sensibilidad de la lectura en la detección del cáncer de mama. Un seno radiológicamente
denso es más difícil de interpretar porque la densidad puede ocultar la presencia de una desorganización estructural, no percibir
un aumento de densidad respecto al estroma circundante, o dificultar la detección de microcalcificaciones (6). Una lectura
mamográfica más minuciosa, la exploración clínica, y la ecografía mamaria, contribuirán al establecimiento de la categoría
correspondiente y la actuación derivada de ésta. No hemos de olvidar que cerca del 9% de los cánceres operables tienen
informes mamográficos negativos y entre las causas de error está la falsa interpretación del cáncer como lesión benigna y
la dificultad de su diagnóstico en las mamas densas (7).
01. Ganglios linfáticos axilares o intramamarios que por su morfología y tamaño se consideran normales.
La mayor parte del drenaje linfático de la mama se realiza por los ganglios axilares. En la mamografía es habitual el
descubrimiento de uno o más nódulos en el cuadrante supero-externo (CSE), en la cola axilar o línea axilar media, en
relación topográfica con los músculos pectorales, y que corresponden a los ganglios linfáticos axilares. Los consideraremos
como parte de la anatomía normal si reúnen las siguientes características mamográficas:
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CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
- Nódulo de densidad mixta, baja densidad y centro radiolucente, de contornos bien definidos, forma redonda, oval o arri-
ñonada, y en ocasiones con muesca hiliar (Fig. 3, pág. 64).
- Su diámetro mayor no ha de sobrepasar el 1,5 cm, excepto cuando hay infiltración grasa, que puede sobrepasarlo
(Fig. 4, pág. 65).
Cuando ocasionalmente se presenten dudas, la proyección localizada con magnificación es útil para identificar mejor las
características referidas, en particular el hilio graso radiolucente (8) (Fig. 5, pág. 65).
Con la compresión vigorosa los ganglios axilares pueden extenderse caudalmente desde la axila hasta el plano del
pezón, e incluso adoptar una situación intramamaria.
Típicamente estos ganglios linfáticos intramamarios están situados en el CSE y en general en la periferia del cono glan-
dular. El problema se plantea cuando en ocasiones asientan en otros cuadrantes. Si mantienen las características mamo-
gráficas mencionadas para los linfáticos axilares, entrarán en la categoría normal; si no es así, entrarán a formar parte de otras
categorías; benigna si son de menos de 0 y 5 cm, de baja densidad y contornos nítidos en todas sus proyecciones, y proba-
blemente benigna si son mayores de 0,5 cm y tienen las mismas características que el anterior, requiriendo su seguimien-
to correspondiente.
Las características mamográficas son en la mayoría de los casos suficientes para establecer el diagnóstico de los linfáticos
axilares e intramamarios; en contadas excepciones recurrimos a la ecografía como prueba complementaria, aunque son difí-
ciles de identificar en las mamas grasas. Las características ecográficas son: nódulos ovoides hipoecóicos, de menos de 1,5
cm de diámetro máximo con hilio central ecogénico.
Los ganglios linfáticos mayores de 1,5 cm, esféricos y de alta densidad han de considerarse patológicos (Fig. 6, pág. 66).
Dada la inespecificidad de éstos hallazgos, que pueden corresponder tanto a patología benigna (dermatológica, infecciosa,
enfermedad del colágeno), como maligna (linfoma, metastásica) (Fig. 7, pág. 66), deberán valorarse dentro del contexto
global de la lectura mamográfica y el análisis de sus características concretas, entrando a formar parte de la categoría
probablemente benigna o probablemente maligna, como ya veremos en su apartado correspondiente, y deberán ser siem-
pre biopsiados si no logramos establecer claramente la naturaleza benigna. Por supuesto que los márgenes mal definidos
y las infrecuentes calcificaciones en su interior, son signos sospechosos de malignidad.
Es importante que el técnico en Radiología (TER), tras la inspección mamaria de la paciente, le indique al radiólogo la
presencia de cualquier lesión o artefacto dérmico. Las lesiones elevadas en la piel como las verrugas, nevus y los neurofi-
bromas pueden proyectarse en las mamografías como procesos intramamarios. Se manifiestan como masas bien definidas
de densidad media o baja, en al menos una de las proyecciones. Al comprimirlas, el aire queda atrapado alrededor de las
mismas dando lugar a un característico halo radiolucente que las rodea (Fig. 8, pág. 67). Si la superficie es irregular, como
ocurre en la queratosis seborreica, el aire atrapado en su superficie puede manifestarse en la mamografía como una den-
sidad mixta con aspecto de empedrado. Por igual mecanismo, como veremos en el capitulo de misceláneas, los polvos
higiénicos o cremas dérmicas depositados en su interior pueden simular microcalcificaciones sospechosas. En caso de du-
da, se identificarán con marcadores metálicos o baritados, (Fig. 9, pág. 67). o bien se analizarán en proyección tangencial.
Los quistes epidermoides de inclusión o los quistes sebáceos suelen localizarse en la zona areolar o porciones inferiores
de la mama. Son nódulos bien circunscritos, de asiento subcutáneo, de densidad media o alta (Fig. 10 a y b, pág. 68), y oca-
sionalmente pueden calcificar.
Las seudoestrellas o “imágenes construidas” se producen por la superposición de las estructuras fibroglandulares nor-
males al proyectarse la glándula mamaria sobre un sólo plano. No se aprecian más que en una sola proyección mamográfica,
pero hay que tener cuidado pues algunos cánceres de pequeño tamaño pueden comportarse de la misma manera. En ca-
so de duda podemos repetir la proyección mamográfica cambiando ligeramente el ángulo de incidencia del haz, o realizar
una proyección focalizada con compresión (9) (Fig. 11 a y b, pág. 69).
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CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
Las calcificaciones vasculares están situadas en la pared de los vasos arteriales, presentan un aspecto típico en rail o doble
línea paralela, y habitualmente no plantean ningún problema diagnóstico (10) (Fig. . 12, pág. 7 0). únicamente en las fases
precoces del proceso arterioesclerótico, cuando las líneas calcificadas paralelas no están del todo formadas, pueden si-
mular unas microcalcificaciones intraductales agrupadas. La proyección focal con magnificación nos ayudará a resolver el
problema (Fig. 13, pág. 70).
La calcificación de las glándulas sebáceas, aunque son de asiento dérmico, al situarse en un órgano flácido de fácil
compresión, puede simular en las proyecciones mamográficas básicas, la situación en el parénquima mamario (11). No
obstante una lectura cuidadosa de las mismas en proyección magnificada nos mostrará las siguientes características típicas:
Algunos desodorantes, pomadas o polvos dérmicos pueden dejar trazos que simulen microcalcificaciones, como se
describe en el capitulo de misceláneas (13).
Durante los primeros meses después de una biopsia, tumorectomía o procedimientos de reducción , no es infrecuente
que observemos calcificaciones debidas fundamentalmente a cambios distróficos o necrosis grasa. Estas calcificaciones
postquirúrgicas están situadas en el lecho cicatricial, existiendo una clara concordancia en las mamografías si empleamos
marcadores metálicos de superficie. De morfología variada, en general son groseras y grandes, aunque en ocasiones son
pequeñas e irregulares simulando malignidad cuando están agrupadas. Las calcificaciones de las suturas quirúrgicas son
característicamente lineales o curvilíneas. Las proyecciones magnificadas y tangenciales nos ayudarán para confirmar la natu-
raleza benigna y localización superficial de las mismas (Fig. 15, pág. 72).
Las calcificaciones microquísticas son un hallazgo muy frecuente. Son calcificaciones anulares (redondas con centro ra-
diolucente), entre 0,5 y 5 mm, únicas o múltiples, y generalmente representan microquistes por liponecrosis, aunque en
otras ocasiones su naturaleza es incierta. Recordemos que las calcificaciones con centro radiolucente son siempre benig-
nas (Fig. 16, pág. 72).
Las asimetrías producidas por el parénquima mamario normal se observan en el 3% de las mamas normales. Han de
reunir las siguientes características:
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CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
La detección de una asimetría vascular de tamaño o de distribución, en un estudio rutinario de cribado, debe considerar-
se normal si la paciente está asintomática y no presenta otras anomalías mamográficas. Aceptándolo como variante normal,
hemos de señalar que su presencia puede ser debida a un diferente grado de compresión al realizar el estudio mamográ-
fico. Entre los procesos benignos que causan asimetría vascular está el desarrollo de circulación colateral por obstrucción
de la vena subclavia o cava superior (15) (Fig. 18, pág. 73).
Los cambios postquirúrgicos (biopsia o tumorectomia) pueden crear un defecto glandular en el sitio de la excisión y
provocar secundariamente una densidad asimétrica del tejido normal de la mama contralateral (Fig. 19, pág. 74).
Los traumatismos mamarios leves de tipo contusivo, pueden causar cambios sutiles en el estroma con discreto en-
grosamiento trabecular y cutáneo. Si el traumatismo ha sido más severo la esteatonecrosis secundaria puede provocar
una retracción cutánea (16).
Las cicatrices benignas, postquirúrgicas la mayor parte de ellas, pueden provocar una retracción cutánea o del pezón.
La inflamación benigna que puede producir engrosamiento cutáneo, focal o difuso, será tratada en el capitulo de cate-
goría benigna.
Bibliografía
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festations. Radiology 1990; 174: 199.
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16
Indice
CAPITULO III.
CATEGORIA 3. “BENIGNA”
F Martín Diez y M. Coll de la Vega
Introducción
Incluiremos en la categoría “Benigna” aquellas lesiones que por sus características radiológicas son inequívocamente be-
nignas, bien definidas inicialmente con las proyecciones convencionales o tras efectuar alguna proyección complemen-
taria, ya sea una compresión localizada, magnificada, lateral, con rotación, etc. Por tanto no van a generar ninguna otra
conducta o actuación diagnóstica (1,2), aunque algunas lesiones benignas puedan precisar una actuación terapéutica, co-
mo ocurre con las mastitis.
Quizás, entre todas las categorías mamográficas de nuestro protocolo, la “Benigna” es la que conlleva una mayor res-
ponsabilidad para el lector, puesto que, como antes hemos mencionado, el estudio termina aquí, citándose a la mujer para
una nueva revisión a los dos años. En cambio, las categorías Probablemente Benigna, y por supuesto las Probablemente
Maligna y Maligna, llevan inherente el inicio de una nueva secuencia de estudios.
Algunas veces, nos resultará difícil considerar un determinado hallazgo como 1esión” y por tanto dudaremos en incluir-
lo en las categorías “Normal” ó “ Benigna”, existiendo un solapamiento entre ambas, que no es en realidad importante,
puesto que, ninguna de ellas va a precisar de nuevos estudios, debiendo realizarse el próximo control en el intervalo de
cribado previamente determinado, que en el caso del PPCMCV es cada dos años. Ejemplos:
En ocasiones, ante un determinado hallazgo radiológico, estudiado incluso con proyecciones complementarias en la
propia UPCM, consideramos a una mama desde el punto de vista de la lectura radiológica como “Probablemente Benigna”
o incluso “Probablemente Maligna”, y esto va a generar por tanto una conducta determinada, bien sea una cita precoz, o es-
tudios complementarios a realizar en el hospital de referencia (ecografía, punción o biopsia quirúrgica), pero tras éstos,
llegamos a la conclusión de que son lesiones benignas, y por tanto en las siguientes revisiones ya las incluiremos en la
categoría de “Benigna” a pesar de su aspecto (3, 4). Veamos algunos ejemplos:
- Nódulo de contorno mal definido que por ecografía, o bien tras la punción, evacuación del liquido y neumoquistografía,
se corresponde con un quiste (Fig. 2, pág. 77).
- Zonas de asimetría que tras seguimiento permanecen estables, o bien que tras una ecografía se demuestra un quiste.
- Grupo de microcalcificaciones 11 probablemente benignas” con seguimiento de 2 años, sin cambios.
- Nódulos sólidos o asimetrías puncionados, con diagnóstico histológico benigno.
- Imagen estrellada con mamografías aportadas por la paciente de hace mas de 2 años en que ya estaba presente.
Las características de una lesión quística en ecografía son: anecóica, de contorno nítido y con refuerzo posterior (Fig. 3
a y b, pág. 78). En nuestro programa, todos los nódulos que son estudiados por ecografía, son sólidos y mayores de 0,5 cm,
deben considerarse en la categoría “probablemente benigna” (5,6,7,8) (Fig. 4, pág. 79).
En una muestra inicial de 61.009 exploraciones, en la categoría benigna quedan incluidas el 27% de las mamografías
leídas en nuestro programa, con un valor predictivo de “0” para cáncer de mama. De las 16.606 lecturas consideradas be-
nignas, un 48,45% eran nódulos, 41,32% calcificaciones, 6,85% asimetrías, 0,2% alteraciones de la estructura, y en el
3,16% de los casos no se hizo la descripción de la lesión que daba lugar a esta categoría.
El protocolo de lectura en el PPCMCV podrá parecer excesivamente estricto o riguroso para el Radiólogo muy habitua-
do a la lectura mamográfica, pero ha sido elaborado para intentar unificar criterios entre todas las Unidades, no generar
dudas y eliminar en lo posible el factor subjetivo. Así, por ejemplo, somos conscientes de que existen nódulos superiores a
0,5 cm pero que son de contorno perfectamente definido en ambas proyecciones, poco densos, dejando ver muy bien el resto
del parénquima a través de ellos, incluso no son palpables a la exploración clínica, y estamos seguros de que se trata de un
17
CATEGORÍA 3.”BENIGNA” Indice
nódulo benigno, pero siguiendo estrictamente nuestro protocolo, como ahora veremos, debemos considerarlos, por su
tamaño, como probablemente benignos (Fig. 5, pág. 79).
Siguiendo el protocolo de lectura del PPCMCV, cuando consideremos que nos encontramos ante una lesión benigna, nos
podemos encontrar con una de estas Descripciones Radiológicas (9):
En función de su densidad podremos considerar que estamos ante nódulos de características benignas (2):
0 1. Densidad agua: Para considerar un nódulo de densidad agua como benigno, deberá reunir las siguientes características:
- Menor de 5 mm de diámetro.
- Densidad baja, homogénea y trasparente.
- Contorno nítido en todas las proyecciones (Fig. 6, pág. 80).
01. Densidad grasa: Las lesiones encapsuladas que son radiolucentes en su totalidad o que contienen islotes de tejido
mamario, son siempre benignas (10):
- Hamartoma o Fibroadenolipoma: suele ser fácil de diagnosticar puesto que se presenta de forma característica como
una masa de densidad mixta por su doble contenido en tejido graso radiolucente y tejido fibroadenomatoso denso, envuel-
to por una cápsula fibrosa, bien definida, que ha sido descrita desde hace muchos años como en “rodaja de salchichón” (11)
(Fig. 7, pág. 80). A veces, la cápsula fibrosa puede ser difícil de identificar y podría incluso pasar desapercibida.
- Lipoma: se trata de lesiones totalmente grasas, rodeadas por una fina cápsula a veces difícil de diferenciar de las tra-
beculaciones normales en las mamas muy grasas. En cambio, se ven mejor en las mamas con más tejido glandular, permitiendo
ver la distorsión por ocupación de espacio que produce sobre las estructuras vecinas que a veces lo moldean dada su
poca consistencia (Fig. 8 a y b, pág. 81). Por lo tanto, los lipomas son blandos y se mueven libremente, características és-
tas que lo pueden diferenciar de los quistes oleosos y de los galactoceles que son mas duros y redondeados.
- Galactocele. Se trata de un nódulo redondeado, bien definido, de densidad grasa, que a veces podría mostrar un nivel
si se realiza una proyección medio-lateral (Fig. 9, pág. 82), y de localización normalmente retroareolar. Suele presentarse en
periodos de lactancia o en mujeres con tasas elevadas de prolactina.
- Quiste oleoso. Es la entidad mas frecuente, normalmente debida a necrosis grasa postraumática. Pueden ser fáciles
de detectar clínicamente a la palpación y en cambio ser difíciles de evidenciar en la mamografía (Fig. 10, pág. 82).
Incluiremos también en este apartado a los nódulos considerados benignos al ser revisados en la segunda vuelta,
porque sabemos que tras un primer estudio en el que fueron incluidos en otra categoría superior, se les realizó una ecografía
o una punción, o bien no sufrieron cambios tras una serie de seguimientos precoces tal como hemos referido, por lo que a
partir de ahora, a estos nódulos, los incluiremos en la categoría Benigna.
Tan solo podremos considerar benignas las desestructuraciones del parénquima debidas a cambios postquirúrgicos
(Fig. 11, pág. 83), postraumáticos, o postinfecciosos debidamente probados con más de dos años de seguimiento sin cam-
bios evolutivos sospechosos; o bien si se aportan por parte de la paciente mamografías previas también de mas de dos años
en las que ya estaba presente el hallazgo, sin cambios evolutivos (12). No obstante, en las sucesivas series o revisiones, en
las que persiste la misma imagen, podríamos considerar a la mamografía como “sin hallazgos”, y por lo tanto, incluirla en la
categoría “Normal’ .
Aunque algunos autores consideran que la típica imagen de estrella sin núcleo central denso, incluso mas bien graso,
de espículas largas, finas y homogéneas es característica de la Hiperplasia Ductal Esclerosante o Cicatriz Radial, nosotros
las consideraremos siempre como “Probablemente Maligna”, y nunca deben incluirse en esta categoría “Benigna”, salvo que
se disponga de estudios previos de mas de dos años, no observándose ningún cambio evolutivo (13).
18
CATEGORÍA 3.”BENIGNA” Indice
Los depósitos de calcio en la mama son extremadamente frecuentes, asentando siempre sobre algún cambio histológico
previo (2).
03. Fibroadenoma calcificado. A veces, en las mamas densas, son el único signo indicativo de que allí hay un fi-
broadenoma (Fig. 12 a y b, págs. 83 y 84).
03. Liponecrosis quísticas. Son calcificaciones esféricas producidas por un proceso inflamatorio con saponificación grasa
y posterior precipitación del calcio (Fig. 13, pág. 84).
03. Granulomas a cuerpos extraños. Suele ocurrir en el caso de las suturas que además han estado sometidas a ra-
dioterapia, presentándose morfológicamente como calcificaciones paralelas de aspecto tubular o polimorfas (Fig. 14, pág.
85).
03. Ductales o periductales muy extensas por mastitis de células plasmáticas. Se orientan según las líneas ductales, rara-
mente se ramifican, y suelen tener un diámetro mayor de 0,5 mm. Corresponden a una forma de depósito secretorio, que
posteriormente se calcificara, bien en ductos normales o dilatados, o bien en el estroma periductal por reacción inflamato-
ria de alrededor (Fig. 15, pág. 85).
03. Leche de calcio en quiste. El calcio precipita dentro de los acinis dilatados de forma quística, observándose en la proyec-
ción cráneo-caudal con un aspecto borroso, mal definido o puntiforme que podría llegar a ser sospechoso, pero si reali-
zamos la proyección medio-lateral se observará típicamente depositado en la parte más declive en forma de media luna, taza
de té o simplemente lineal (Fig. 16 a y b, pág. 86).
03. Microcalcificaciones dispersas, bilaterales, con tendencia a la distribución simétrica, y que no forman grupos (Fig. 17,
pág. 87). Deberemos tener mucho cuidado de no pasar por alto ningún pequeño grupo de microcalcificaciones que sea
diferente y pueda representar algún foco de malignidad. Las microcalcificaciones que no guardan una distribución bilateral
y simétrica deben ser estudiadas con proyección magnificada (14).
Inicialmente podríamos considerar benignas las asimetrías del parénquima debidas a episodios clínicos recientes y
claros como podrían ser los traumatismos o las infecciones que han condicionado la presencia de asimetrías muy probablemente
debidas a hematomas o abscesos. Pero siendo rigurosos, solo consideraremos benignas las asimetrías del parénquima o
ductales que después de un seguimiento de al menos dos años, durante los cuales han estado incluidas en la categoría “Proba-
blemente Benigna”, no han presentado modificaciones (Fig. 18 a y b, págs. 87 y 88), o bien antes de este tiempo, en alguno
de los controles, nos aparecen las imágenes típicas de la necrosis grasa postraumática, o simplemente han desaparecido
los hallazgos “sospechosos” que condicionaban su seguimiento. Es decir que siendo estrictos toda asimetría la deberíamos
considerar con la lectura radiológica inicial, al menos como “Probablemente Benigna” y hacer un examen físico y/o citación
precoz.
En otras ocasiones sería posible evitar el seguimiento de una zona de asimetría, que insistimos, con la lectura mamográfica
inicial es “Probablemente Benigna”, si se realiza una ecografía en la que nos encontramos hallazgos inequívocamente be-
nignos, como por ejemplo una zona con diversas pequeñas formaciones quísticas, o bien se realiza una PAAF o biopsia con
aguja gruesa dirigida por ecografía de la zona, tomando varias muestras, y el informe, preferiblemente histológico, es sin lu-
gar a dudas de benignidad. (17) (Fig. 19 a y b, págs. 88 y 89).
No obstante, podemos considerar desde un principio como “Benigna” o incluso “Normal” a la asimetría que reúne las siguien-
tes condiciones: no es palpable (toda asimetría debe ser clínicamente explorada), localizada preferentemente en los cuadran-
tes supero-externos, tiene una densidad similar al resto del parénquima, incluso contiene zonas de densidad grasa, y no es
volumétrica, es decir que tan solo la observamos en una proyección, o bien que desaparece con una compresión localiza-
da (15,16).
19
CATEGORÍA 3.”BENIGNA” Indice
05. Los engrosamientos de la piel podrán ser de carácter local o general (18). Entre las causas más frecuentes de en-
grosamiento local de la piel nos podemos encontrar con la infección local (abscesificada o no), el traumatismo y la cicatriz
postquirúrgica (Fig. 20 a y b, págs. 89 y 90).
Los engrosamientos difusos de la piel son más frecuentes, asociado a edema generalizado que suele deberse a mas-
titis tanto asépticas como bacterianas (Fig. 21, pág. 90). o bien a radioterapia previa. El síndrome de edema-piel engrosa-
da difuso y bilateral suele deberse a causa dermatológica, insuficiencia cardiaca congestiva o a fracaso renal.
La mayor dificultad estriba en poder diferenciar la Mastitis del Carcinoma Inflamatorio y el simple eczema de pezón del
Paget, tal como se describirá en el capitulo correspondiente a la categoría “Maligna”.
COMBINADAS / MÚLTIPLES
06. Esta descripción radiológica se incluye para describir dos situaciones concretas:
- Para explicar que dos o más de los hallazgos anteriormente descritos de características benignas, están presentes en
la misma lesión (normalmente se trata de un nódulo con calcificaciones). En éste caso, los dos hallazgos combinados, que
habrán sido reflejados previamente con su código correspondiente, habrán sido analizados por separado y considerados am-
bos benignos (Fig. 22, pág. 91).
- Porque uno de estos hallazgos, de características benignas, que también habrá sido reflejado previamente con su
código correspondiente, se presenta de forma numerosa en la misma mama. Por ejemplo, los múltiples nódulos de carac-
terísticas benignas, mamas con numerosos quistes (Fig. 23, pág. 91) y/o fibroadenomas.
OTRAS
07. Fundamentalmente emplearemos esta descripción para hacer notar que existe algún otro hallazgo en la mamo-
grafía que no es el que está dando lugar a la clasificación en la categoría Benigna, sino que debería incluirse en una cate-
goría inferior, es decir en la categoría “Normal”. Por ejemplo, una mama con calcificaciones típicamente benignas y que
tiene además calcificaciones vasculares normales (Fig. 24, pág. 92).
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21
Indice
CAPITULO IV.
Introducción.
Como se describe en el sistema de lectura del PPCMCV (1), se definen como lesiones probablemente benignas aque-
llas que presentan un bajo riesgo para cáncer y que por lo tanto tienen un bajo Valor Predictivo Positivo (VPP) que oscila en
general del 0,5 al 2% (2,3). Se trata de la categoría diagnóstica de mayor frecuencia dentro de las lecturas de anormalidad
y representan el mayor porcentaje (5- 11 %) de entre todas las lecturas que se pueden considerar positivas (probablemente
benigna, probablemente maligna y maligna) (4,5,6). Es la categoría diagnóstica más inespecífica, y debido a este hecho, los
hallazgos positivos o anormales de la mamografía en la mujer asintomática presentan un rendimiento diagnostico para
cáncer del 4 al 18%, dependiente de la edad (7).
Previamente a situar una lesión en la categoría de probable benignidad, ésta se debe estudiar mediante proyecciones
localizadas en el caso de nódulos y asimetrías y con proyección magnificada para las microcalcificaciones. Posteriormente
se precisa de una valoración adicional definida por el examen clínico (8) y la ecografía (9), para en determinados casos, es-
tablecer definitiva normalidad o benignidad incluyendo las lesiones en la categoría correspondiente de 2. NORMAL o de 3.
BENIGNA.
Según el nivel de formación y experiencia de los lectores existiría un aumento excesivo del diagnóstico de lesiones
probablemente benignas al inicio de la lectura mamográfica que disminuiría con la práctica (3).
Dada la cantidad de variables a considerar en los signos mamográficos, existen imprecisiones ineludibles para determinar
la clasificación de una lesión como probablemente benigna, no obstante nosotros hemos adoptado los siguientes criterios
(1,2,3):
01. Nódulos de 0,5-2 cm, redondos, ovales, lobulados, de contorno nítido bien definido visible total o parcialmente debido
a la superposición con el tejido glandular que le rodea, sin grasa en su interior, con o sin signo del halo (Fig. 1 a y b, pág. 95;
2 a y b, pág. 96; y 3, pág. 97). También se incluirían aquellos nódulos que muestran lesiones intraquísticas (Fig. 4, pág.
97), demostradas por ecografía y que precisan de estudio citológico o histológico posterior.
Se incluyen en éste apartado a las microcalcificaciones puntiformes y a las agrupaciones de microcalcificaciones pequeñas,
amorfas, en copos o borrosas, constituidas por pocos elementos (n” 5-10) (Fig. 7, pág. 99).
Las descripciones de microcalcificaciones combinaciones de las anteriores que no pueden ser consideradas como de-
finitivamente benignas, indeterminadas o de difícil clasificación, también deben ser incluidas, ya que en la actualidad han de
ser tratadas como lesiones de bajo riesgo (Fig. 8 a y b, págs. 99 y 100).
22
CATEGORÍA 4. “PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
04. Asimetrías de parénquima, focales, similar al parénquima adyacente, con efecto volumétrico (visible en dos proyec-
ciones), que no se modifican con la compresión localizada, sin grasa interpuesta en ellas y sin efecto masa o alteración es-
tructural asociada.
Se consideran para ser incluidas en éste apartado cuando no cumplen las condiciones expuestas en las asimetrías de
carácter benigno, son de nueva aparición, en relación a THS, (Fig. 9 a y b, págs. 100 y 101), se asocian a clínica, son pal-
pables o se sitúan en cuadrantes internos (Fig. 10 a y b, págs. 101 y 102).
04. Patrón ductal asimétrico, visualizado como imágenes tubulares desde el pezón que no siempre coinciden con la di-
latación de los conductos en ecografía o en galactografía, aunque éstas técnicas pueden demostrar la causa (Fig. 11 a y b,
págs. 102 y 103).
COMBINADAS / MÚLTIPLES
06. Lesiones múltiples (más de 2) y/o bilaterales constituidas por nódulos (Fig. 12, pág. 103), y microcalcificaciones dis-
persas (Fig. 13, pág. 104), o en múltiples grupos (Fig. 6, pág. 98), se incluyen como probablemente benignas.
Cuando existe una combinación de éstas descripciones o simultaneidad de lesiones se clasifican por el hallazgo más promi-
nente, aunque cada lesión se debe valorar de forma aislada.
OTRAS
07. Utilizamos este apartado para señalar que coincidiendo con lesiones probablemente benignas encontramos imágenes
clasificadas en las categorías de “normal” y “benigna”.
A diferencia del sistema de lectura BI-RADS (10), en el que después de completar estudio con imagen, proyecciones com-
plementarias y ecografía, si la lesión se considera probablemente benigna es sinónimo de seguimiento mamográfico a cor-
to plazo, en nuestro sistema de lectura consideramos solamente la lectura mamográfica inicial con proyecciones comple-
mentarias (sin ecografía) para la clasificación en la categoría probablemente benigna con los criterios descritos en los
apartados 01, 03 04, 06 y 07, teniendo siempre que seguir estudio a partir de ésta clasificación con la posibilidad de realizar
ecografía, citología / biopsia de cilindro, o un seguimiento a corto plazo o ambas posibilidades en algoritmo diagnóstico,
pudiendo reclasificar la lesión como benigna como resultado de las pruebas o del seguimiento (7).
Toda lesión probablemente benigna debe ser estudiada para establecer definitiva benignidad y excluir cáncer. Se acon-
seja en general la “Cita Precoz” cada seis meses (11,12,13) (Fig. 14 a y b, págs. 104 y 105), hasta cumplir los 2-2,5 años de
seguimiento, aunque hay que tener en cuenta que ciertas lesiones malignas pueden permanecer estables en estos perio-
dos (14,15) (Fig. 15 a y b, págs. 105 y 106).
Existe una limitación obvia de las posibilidades de estudio citológico o histológico de lesiones constituidas por múltiples
nódulos probablemente benignos de similares características uni o bilaterales (Fig. 12, pág. 103), o de aquellas lesiones cons-
tituidas por microcalcificaciones un¡ o bilaterales dispersas o distribuidas en múltiples grupos (Fig. 13, pág. 104), hallazgos
en los que exclusivamente con un seguimiento mamográfico precedido de palpación y ecografía se puede establecer la
definitiva benignidad. La punción con aguja fina dirigida por estereotáxia, coordenadas o por ecografía es muy útil en las le-
siones probablemente benignas (16,17,18) (Fig. 16 a, b y c, págs. 106 y 107). Las asimetrías de densidad focales deben ser
estudiadas siempre mediante palpación y ecografía para objetivar / descartar masa y realizar estudio citológico o histológi-
co posterior, no siendo recomendable el uso del seguimiento a corto plazo (Fig. 17 a y b, pág. 108).
Las microcalcificaciones definidas en nuestro trabajo como lesiones probablemente benignas constituyen un grupo muy
heterogéneo que se encuentra actualmente en revisión para correlacionar los hallazgos histológicos. En el momento actual
sería recomendable la práctica de citología y de la biopsia de cilindro, conjuntamente o en sucesión diagnóstica en el estu-
dio de las agrupaciones de microcalcificaciones probablemente benignas, asociando el seguimiento mamográfico cada 6 meses
en caso de negatividad de éstas pruebas (19,20).
23
CATEGORÍA 4. “PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Debido a que la categoría probablemente benigna incluye a un grupo muy variado de lesiones se presenta un dilema en
la conducta a seguir, no pudiendo establecer una valoración homogénea para todas ellas, debiéndose considerar siempre
la posibilidad de la búsqueda activa del carcinoma.
En una muestra inicial de 61.009 mamografías del PPCIVICV, las lesiones clasificadas como probablemente benignas
fueron 4.306 (7,05%), de las cuales 2.741 (64%), fueron nódulos, 947 (22%), microcalcificaciones y 559 (13%), asimetrías.
En 59 casos (1%), la descripción no fue disponible. El VPP del total de las lesiones probablemente benignas fue 1,38%.
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20. Parker SH, Burbank F, Jackman RJ, Aucreman CJ, Cardenosa G, Cink TM et al. Percutaneous large-core biopsy:
A multi-institutional study. Radiology 1994; 193: 359-364.
25
Indice
CAPITULO V.
Introducción
La categoría 5 hace referencia a lesiones que presentan un aspecto mamográfico con un alto grado de sospecha, si bi-
en no puede correlacionarse completamente la imagen y la anatomía patológica, ya que dicho aspecto puede encontrarse,
aunque más rara vez, en lesiones benignas (1). En nuestro Programa, sobre una muestra inicial de 61.009 exploraciones mamo-
gráficas, 155 (0,25%) se clasificaron en esta categoría.
Las lesiones deben tener lo que llamamos “efecto de volumen”, es decir que deben presentar una estructura tridimen-
sional reconocible en dos proyecciones, puesto que la superposición de estructuras normales de la mama puede adoptar un
aspecto sospechoso de falsa estrella o nódulo. Las proyecciones adicionales como la compresión localizada o la magnificada
ayudan a confirmar la existencia de la lesión, y a decidir sobre su posible aspecto sospechoso de malignidad (2).
Puede que alguna de las características sospechosas sólo sea visible en una de las proyecciones realizadas, como
ocurre en algún caso de contorno parcialmente mal definido o en casos raros de masas o lesiones en forma de estrella
aplanadas, las cuales pueden presentar su menor diámetro en una de las proyecciones (Fig. 1 a y b, pág. 11l). También aquí
son útiles las mamografías localizadas y las proyecciones adicionales, o girando la mama en sentido horario o antihorario (3).
Cuando decimos que una imagen es probablemente maligna estamos indicando que se trata de una lesión de la que de-
beremos obtener en todos los casos un diagnóstico anatomopatológico. La diferenciación entre lesión benigna y maligna
depende en gran parte de la experiencia del lector y de la rigurosidad en la interpretación de las lesiones que se incluyen en
este apartado (4,5). En la actividad inicial de nuestro programa el VPP de la categoría probablemente maligna fue del
46,57%, es decir que en casi uno de cada dos casos en los que se hizo esta lectura se diagnosticó un cáncer.
El procedimiento a emplear para llegar al diagnóstico dependerá del tipo de lesión, siendo en general preferible, siem-
pre que se pueda, la realización de punción-biopsia ya que se trata de lesiones que tienen una alta probabilidad de malig-
nidad. Sobre el método usado para la obtención de la muestra, biopsia de cilindro o PAAF, no existe un acuerdo unánime
(6,7,8,9), dependiendo en muchos casos de las posibilidades y de la disponibilidad en cada centro, de los requisitos técni-
cos y humanos, así como de la localización y características de la lesión.
Repasaremos las Descripciones Radiológicas de las lesiones que entran en la categoría “Probablemente Maligna” (1).
01. Nódulos / masas. Clasificamos como probablemente malignos a los nódulos de cualquier tamaño, generalmente
de alta densidad, que presentan el contorno espiculado, irregular o polilobulado (Fig. 2, pág. 112), y que pueden tener o no
una extensión en forma de cola de cometa (Fig. 3, pág.112). En nuestro programa de screening los nódulos o masas han
supuesto el 44,5% de las lesiones probablemente malignas, bien como nódulos de contorno irregular (27,7%) o espiculado
(16, 7%).
El hallazgo de un nódulo en una mamografía de screening siempre es relevante debiéndose determinar con exactitud la
naturaleza del mismo. Hay que realizar en primer lugar un análisis sistemático de sus características para clasificarlo en
una de las categorías diagnosticas y delimitar una actitud posterior. Entre estas características destacan el tamaño, localización
y densidad, así como la forma. Pero especialmente importante es analizar el contorno, ya que cuando éste es mal definido
o espiculado hay un alto riesgo de que la lesión sea maligna (10). La presencia de espículas en el borde de la lesión es un
signo particularmente sospechoso, presentándose nódulos densos desde los que se proyectan líneas más o menos largas.
Cuando las espículas son de pequeño tamaño se denomina “borde en cepillo” (Fig. 4, pág. 113).
A veces ocurre que la espiculación en el contorno de un nódulo no es igual de aparente en todas las proyecciones, de
ahí la importancia de la doble proyección y de las proyecciones adicionales siempre que se ve algo sospechoso en el mar-
gen de una lesión nodular (Fig. 5 a y b, págs. 113 y 114). Hay que tener presente además, que la borrosidad, irregularidad,
26
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
espiculación o mala definición de una parte del contorno, confirmada mediante varias proyecciones y con compresión localizada,
ya es un criterio para clasificarlo como Probablemente Maligno (Fig. 6 a y b, pág. 114 y 115).
En esta categoría entran por tanto todos los nódulos o masas de contorno espiculado (Fig. 7 a y b, págs. 115 y 116), o
mal definido (Fig. 8, pág. 116), sea cual sea su tamaño, densidad o forma. Cuando un nódulo es de pequeño tamaño o se
encuentra en una mama densa que lo oculta parcialmente, la compresión localizada, con magnificación o sin ella, puede mejo-
rar la visualización de sus bordes (Fig. 9 a y b, pág. 117). Algunas. patologías benignas pueden presentar contornos mal
definidos e incluso espiculación, como la fibrosis cicatricial, la necrosis grasa, la elastosis y tumores infrecuentes como los
desmoides extraabdominales y los tumores de células granulares (11). Sin embargo no hay ningún signo mamográfico que
permita hacer la diferenciación entre estas lesiones y una neoplasia maligna, por lo que, como se ha dicho antes, el hallazgo
de un nódulo de estas características obliga en todos los casos a la realización de una biopsia quirúrgica.
Los nódulos de contorno lobulado, especialmente cuando las lobulaciones son numerosas y pequeñas, tienen también
un alto grado de sospecha de malignidad (10), habiéndose relacionado recientemente el contorno microlobulado con tumores
de alto contenido en mucina (12) (Fig. 10, pág. 118). Pueden encontrarse otros signos en conexión con el efecto desmoplásico
de las tumoraciones malignas, como la retracción del parénquima circundante o una prolongación en “cola de cometa” (Fig.
3, pág. 112).
Con respecto a la densidad es importante tener en cuenta que depende en gran medida del tamaño de la tumoración,
y que no es infrecuente encontrar tumores malignos de pequeño tamaño y baja densidad (Fig. 11 a y b, pág. 119). Aunque
los nódulos; malignos generalmente son más densos que los benignos del mismo tamaño (13), esta característica no es de-
terminante en la actitud a tomar por lo que, por ejemplo, un nódulo sólido de nueva aparición de baja densidad, es sospe-
choso de malignidad y debe biopsiarse.
Es importante recordar que algunos tumores malignos pueden presentar en ocasiones un contorno bien definido, entre
ellos el carcinoma mucinoso o coloide (Fig. 12, pág. 120), el medular, el papilar y el carcinoma ductal (14), y que la Ecografía
y la PAAF son las técnicas ideales para el estudio de la naturaleza de estas lesiones.
02. Estrellas. Cuando el hallazgo mamográfico es una alteración de la estructura en forma de estrella se clasifica siem-
pre como lesión probablemente maligna (Fig. 13, pág. 120).
Una lesión en “estrella” es un área de distorsión de la arquitectura mamaria que presenta márgenes irregulares y adop-
ta una morfología radiada, sin núcleo central tumoral. Es un hallazgo mamográfico que puede ser consecuencia de una
gran variedad de procesos, tanto benignos como malignos, siendo los más frecuentes el carcinoma, la cicatriz radial, la
adenosis esclerosante, la necrosis grasa y las alteraciones postquirúrgicas, además de la patología infecciosa (4,15). El
21,3% de las imágenes que se leyeron como lesiones probablemente malignas en el PPCMCV eran “estrellas” .
Dado que la mayoría de las desestructuraciones de morfología en “estrella” corresponden a neoplasias malignas, y que
los criterios mamográficos de benignidad y malignidad no permiten un diagnóstico especifico, catalogamos estas lesiones
como probablemente malignas en todos los casos, requiriendo por tanto biopsia (16). Como se ha dicho anteriormente al tratar
de las lesiones Benignas, únicamente cuando existe un antecedente traumático o quirúrgico documentado con mamo-
grafías podemos adoptar una actitud conservadora mediante control mamográfico.
En las mamas densas puede ocurrir que se aprecie la distorsión sin evidenciarse claramente la morfología radiada, por
lo que es muy útil realizar una compresión localizada, la cual pondrá de manifiesto la estrella en muchos casos (Fig. 14 a y
b, pág. 121).
02. La desestructuración de la arquitectura de la mama puede presentarse en una zona sin masa asociada. El hallazgo
mamográfico es sutil y puede pasar desapercibido si no se comparan con meticulosidad y de forma simétrica las distintas proyec-
ciones. La causa más común de desestructuración arquitectural sin masa es la cicatrización postquirúrgica, y el diagnósti-
co diferencial más importante el carcinoma, especialmente el carcinoma lobular infiltrante (17) (Fig. 15 a, b y c, págs. 122 y
123.
27
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
03. Microcalcificaciones. Denominamos microcalcificaciones a las calcificaciones menores de 0,5 mm (18), que con fre-
cuencia son un signo precoz de cáncer de mama, lo que las convierte en un hallazgo de suma importancia en la mamografía
de screening. Han supuesto en nuestro caso el 16,8% de las lesiones leídas como probablemente malignas.
En estudios de cribado poblacional,,el 90% de los carcinomas in situ no palpables y el 70% de los carcinomas menores
de 0,5 cm, pudieron detectarse gracias a la visualización de microcalcificaciones como único signo (19,20). Debido a su
pequeño tamaño es esencial realizar mamografías magnificadas para hacer un análisis adecuado de la morfología de las mis-
mas (21, 22), que permita adscribirías a la categoría probablemente maligna (23) (Fig. 16 a y b, págs. 123 y 124).
Las calcificaciones que podemos considerar típicas del cáncer de mama son pequeñas, agrupadas y de morfología li-
neal, curvilínea o ramificada (18) (Fig. . 17, pág. 124). El aspecto pleomórfico de las agrupaciones es un dato importante, da-
do que las calcificaciones malignas tienden a presentar una marcada heterogeneidad en cuanto a forma, tamaño y densi-
dad (Figs. 18 y 19, pág. 125). En un estudio de 400 casos de microcalcificaciones B. de Lafontan y colaboradores vieron que
este criterio de pleomorfismo, junto con la morfología vermicular y la ramificada o lineal permitía diagnosticar correctamente
el 90% de los carcinomas (24). La distribución no es un criterio definitivo para asignar un alto o bajo grado de sospecha, si
bien las agrupaciones, sobre todo cuando son muy numerosas y pequeñas, granulares (Fig. 20, pág. 126), y la distribu-
ción segmentaria sugiriendo depósitos cálcicos en un conducto y sus ramas, elevan el índice de sospecha y deben hacer valo-
rar la posibilidad de una biopsia (Fig. 21 y 22, págs. 126 y 127).
En mamografía de screening es muy importante el concepto de estabilidad de manera que si una imagen no cambia de
aspecto a lo largo del tiempo, podemos asumir que se trata de un proceso benigno. Se han descrito casos, sin embargo, de
microcalcificaciones malignas estables en seguimiento de más de 5 años, siendo esto más frecuente en el carcinoma duc-
tal in situ que en el carcinoma infiltrante (25). De igual forma el aumento del número de calcificaciones o la aparición de
nuevas no implica necesariamente malignidad, puesto que puede ocurrir en lesiones benignas como la adenosis. Por tan-
to, aún siendo importante, la estabilidad de las microcalcificaciones no es un dato seguro en la totalidad de los casos, sien-
do más decisivo el análisis de la forma y distribución de las mismas (22).
04. Asimetría tumoral. Consideramos asimetrías probablemente malignas a las densidades asimétricas de tipo tumoral,
en ocasiones palpables y con síntomas clínicos, volumétricas y asociadas o no a calcificaciones o alteraciones de estructura
(Fig. 23 a y b, pág. 127 y 128).
Aunque la asimetría tisular es un hallazgo muy frecuente, generalmente se trata de restos fibroglandulares, sin hallazgos
exploratorios ni aspecto tumoral. La asimetría de aspecto tumoral es un hallazgo raro (26), tan sólo representan el 1,3% de
las lesiones de esta categoría (Fig. 24, pág. 128), y se suele manifestar como una tumoración, palpable o no, localizada en
una zona donde no es habitual encontrar restos tisulares (4).
La conducta ante una asimetría sospechosa depende de la presentación clínica de la misma, debiendo realizarse en to-
dos los casos exploración física de la mama como primer paso. Si la asimetría es palpable se procederá a tomar una mues-
tra de la misma. En caso de asimetría no palpable y visible en Ecografía puede usarse ésta como aparato gula para la rea-
lización de PAAF o biopsia (27) (Fig. 25 a, b y c, págs. 129 y 130).
COMBINADAS / MÚLTIPLES.
06. En este apartado entran todas las lesiones anteriores, es decir nódulos, asimetrías, desestructuraciones y micro-
calcificaciones, cuando se dan conjuntamente o bien una de ellas aparece de forma múltiple. La presentación conjunta de
varias lesiones probablemente malignas, como por ejemplo una estrella con microcalcificaciones y retracción cutánea la
consideramos como una lesión maligna, por lo que nos centraremos en las lesiones múltiples.
Se trata de la aparición en una mama o en ambas de dos o más lesiones, cada una de las cuales se puede catalogar co-
mo probablemente maligna, bien sean estrellas, nódulos o agrupaciones de microcalcificaciones Hay que tener en cuenta
que en el 15% de casos el carcinoma es multifocal o multicéntrico en el momento de la detección mamográfica (28) (Fig. 26,
pág. 130).
28
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
OTRAS
07. Como ocurre con las demás categorías se incluyen en este apartado las referencias a hallazgos secundarios o de
menor importancia que acompañan a los signos probablemente malignos. Para realizar una lectura lo más completa posi-
ble de la mamografía anotamos estos hallazgos de menor importancia patológica bajo el epígrafe “07. Otras” .
Como se ha comentado previamente la lectura de una lesión como probablemente maligna implica en todos los casos
la realización de un procedimiento que permita obtener una muestra histológica de la misma. La mujer deberá ser remitida
al Hospital de Referencia para realizar el diagnóstico anatomopatológico.
Con las prevenciones que ya se han expuesto y teniendo en cuenta que cada caso hay que estudiarlo individualmente,
se pueden establecer unas pautas generales de actuación según la imagen mamográfica de que se trate:
- Nódulo / masa. Se realizará PAAF o biopsia que, en el caso de que no sea palpable, será dirigida por Ecografía. En los
raros casos en los que el nódulo no sea palpable y no sea visible ecográficamente, serán opciones adecuadas la biopsia o
la PAAF mediante estereotáxia o la biopsia quirúrgica previa localización con arpón o gancho.
- Estrellas. Siempre se debe realizar biopsia excisional dado que no tenemos la seguridad de realizar un adecuado
muestreo de la lesión cuando se realiza una biopsia de cilindro y, menos aún, una PAAF.
- Microcalcificaciones. En este caso al tratarse de lesiones generalmente no palpables, las alternativas son la biopsia ex-
cisional y la biopsia de cilindro dirigida por estereotáxia.
- Asimetrías. Si la asimetría es palpable se realizará PAAF o biopsia. Si no lo es, dependerá de que sea visible ecográ-
ficamente, en cuyo caso se intentará una PAAF o biopsia dirigida, o que no lo sea, con lo que habrá que recurrir a una biop-
sia excisional, mediante localización prequirúrgica.
Nota.- La totalidad de los casos descritos en las figuras de este capítulo corresponden a carcinomas histológicamente
comprobados.
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CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
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30
Indice
CAPÍTULO VI.
CATEGORÍA 6. “MALIGNA”
M. Montes Ávila y A. Hernández Jiménez
Introducción
En nuestra clasificación incluimos dentro de esta categoría aquellas lesiones mamarias que por sus características ra-
diológicas, pueden ser etiquetadas a priori como “lesiones malignas”, si bien, el diagnóstico de certeza lo obtendremos, co-
mo en el resto de patologías revisadas en capítulos anteriores, por el estudio citológico y / o histológico de las mismas.
En esta categoría se clasifican los cánceres con manifestaciones clínicas que por definición no deberían diagnosticarse
en los programas de prevención de cáncer de mama. Desgraciadamente algunas mujeres acuden a la invitación para par-
ticipar en los programas con síntomas que no han valorado o han interpretado erróneamente.
Dentro de esta categoría estarán incluidas aquellas patologías que se manifiesten como la combinación de lesiones
probablemente malignas asociadas a alteraciones de la piel y pezón. En una muestra de 61.009 lecturas obtenida en la
actividad inicial del PPCMCV, se encontraron 14 (0,02%) lesiones clasificadas en la categoría de maligna, con un VPP para
cáncer del 90,47 %.
Muchos carcinomas de mama, especialmente los de origen ductal, se manifiestan radiológicamente como nódulos, ha-
bitualmente de alta densidad, de contornos espiculados (1). Las espiculaciones pueden ser cortas o largas, tener diferente
grosor y traducen zonas de fibrosis en relación con la reacción desmoplásica que provocan algunos tumores sobre el teji-
do sano circundante. En ellas podemos encontrar microscópicamente células tumorales (2). Estas espiculaciones pueden
llegar a contactar con la piel o con el músculo pectoral, provocando un engrosamiento y retracción de los mismos (Figs. 1
y 2, pág. 133). Cuando la masa o nódulo estrellado es de localización retroareolar, puede condicionar una retracción del pezón
(Fig. 3, pág. 134). En ocasiones existen de forma asociada microcalcificaciones de características radiológicas malignas, sien-
do en estos casos el diagnóstico de malignidad prácticamente seguro (Figs. 4 y 5, págs. 134 y 135).
02. El patrón arquitectural del tejido glandular normal adopta una morfología que característicamente se dirige desde la
periferia hasta el pezón siguiendo la dirección de los conductos galactóforos. Cuando esta disposición se altera, y en la
mamografía observamos que parte del tejido glandular se dirige a un punto excéntrico al pezón, hablaremos de una distor-
sión de la arquitectura glandular. El cáncer de mama no siempre se presenta como un nódulo de contornos mal definidos y/o
espiculados, o como microcalcificaciones de características malignas, en ocasiones, el único signo radiológico por el cual se
manifiesta es por una distorsión arquitectural. Este tipo de presentación radiológica también pueden ocasionarla lesiones be-
nignas como la necrosis grasa, cicatrización postquirúrgica, y otras entidades como la adenosis esclerosante o la cicatriz ra-
dial. Estas imágenes hemos de considerarlas como sospechosas de malignidad, salvo en el caso de que se trate de una ci-
catriz postquirúrgica conocida y mamográficamente documentada. El grado de sospecha de malignidad aumenta cuando una
zona de distorsión arquitectural se asocia con calcificaciones radiológicamente malignas (Fig. 6, pág. 135), o con un en-
grosamiento y/o retracción de la piel y/o del pezón, si bien esta última asociación es menos frecuente.
Esta forma de presentación del cáncer de mama es menos frecuente que las que anteriormente revisadas. Radiológi-
camente apreciaremos una zona de mayor densidad en comparación con la misma zona de la mama contralateral, que
suele visualizarse en las dos proyecciones rutinarias (CC y OML), si bien, de forma ocasional, únicamente es visible en
una de ellas. La zona más densa corresponde al centro de la lesión, y va atenuándose hacia la periferia.
31
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
Consideraremos una zona de densidad asimétrica como sugestiva de malignidad cuando sea palpable, o se asocie a una
alteración de la arquitectura glandular, calcificaciones con caracteres de malignidad, o con engrosamiento y/o retracción
de la piel. La densidad asimétrica tumoral que incluimos en esta categoría es la asociación de asimetría y desestructuración,
con otros signos de malignidad y clínica de palpación tumoral (Fig. 7 a y b, pág. 136).
05. Carcinoma inflamatorio. Síndrome de la piel de naranja. El carcinoma inflamatorio de mama es una variedad infre-
cuente de cáncer de mama localmente avanzado (3). Su diagnóstico se realizará valorando conjuntamente los hallazgos clíni-
cos, radiológicos e histológicos, siendo los primeros de especial relevancia, tanto en este tipo de tumor como en la enfermedad
de Paget. Clínicamente suele presentarse como un aumento de tamaño de la mama con cambio de coloración de la piel, que
puede variar desde una tonalidad rojiza a violácea con aspecto equimótico, en al menos un tercio de la mama (4,5,6), o bi-
en aparecer como “piel de naranja” , denominada así por el aspecto que condiciona un aumento de las depresiones que rodean
a los folículos pilosos, como consecuencia del edema de la piel existente (9) (Foto 1, pág. 139). La mama es sensible y
dolorosa a la exploración, pudiendo palparse una verdadera masa o una zona de induración. También puede existir un au-
mento de la temperatura y retracción del pezón. Es frecuente encontrar adenopatías axilares palpables homolaterales
(5,6,8). En estadios muy avanzados existe ulceración cutánea. Esta forma de presentación clínica del cáncer de mama
puede ocasionarla cualquiera de los tipos histológicos que provocan carcinoma mamario, pero para hacer un diagnóstico de
carcinoma inflamatorio es imprescindible que los linfáticos dérmicos presenten invasión tumoral (3).
El conjunto de hallazgos mamográficos de masa o densidad tumoral y/o calcificaciones malignas, asociado a cambios
inflamatorios como edema, engrosamiento de la piel (Fig. 8, pág. 137), aumento global de la densidad y engrosamiento
trabecular difuso debe hacernos pensar en un carcinoma inflamatorio (Fig. 9 a y b, págs. 137 y 138). (8). Cuando únicamente
encontremos signos inflamatorios, probablemente se tratará de otra patología como: mastitis, absceso mamario, mama
sometida a tratamiento conservador con radioterapia o cirugía reciente, linfomas, seudolinfomas o enfermedad metastási-
ca, que pueden provocar afectación primaria de la mama por infiltración directa, o secundaria por obstrucción linfática axi-
lar maligna (4).
05. Enfermedad de Paget. Es una variante especial de carcinoma ductal, en la cual las células tumorales se extiende dis-
talmente por el conducto galactóforo hasta la superficie epitelial del pezón (9). La edad de presentación es superior a la de
los otros tipos de cáncer de mama, siendo su incidencia máxima por encima de los setenta y seis años.
Las pacientes suelen presentar cambios eczematosos en el pezón que pueden ser imposibles de diferenciar del eczema
de pezón de etiología no tumoral (Foto 2, pág. 13 9), (9, 10, 1 l).
La mamografía puede ser normal, o bien mostrar un engrosamiento del complejo pezón-areola, un ducto dilatado, cal-
cificaciones de tipo maligno, o una masa espiculada de localización retroareolar (Fig. 10, pág. 138). De forma ocasional
puede existir telorrea sanguinolenta, y aparecer por primera vez al comprimir la mama para realizar una mamografía (9,12).
Hay que destacar que la apariencia clínica del pezón no tiene nada que ver con la presencia o ausencia radiológica de
carcinoma subyacente, por tanto, una mamografía negativa en presencia de alteraciones clínicas sospechosas en el pezón,
no excluye el diagnóstico de enfermedad de Paget (9,10).
COMBINADAS / MÚLTIPLES
06. Prácticamente los carcinomas incluidos en la Categoría Maligna son el resultado de la combinación de varias imá-
genes que de forma aislada serían consideradas probablemente malignas.
06. De la misma forma que se describe en la categoría probablemente maligna, también puede presentarse multifocali-
dad y multicentricidad.
OTRAS
07. Además de los cánceres, pueden consignarse la existencia de otras lesiones de inferior categoría.
32
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
Es obligatorio en todos los casos obtener un análisis citológico / histológico de la lesión, bien por punción / biopsia de cilin-
dro o quirúrgica según los protocolos de los comités de mama hospitalarios multidisciplinarios de referencia, para ‘ decidir la
estrategia terapéutica adecuada (quimioterapia, radioterapia y cirugía). En la enfermedad de Paget, puede ser útil el frotis del
pezón, y en el carcinoma inflamatorio, la biopsia de la piel para demostrar la infiltración neoplásica.
Nota.- La totalidad de los casos descritos en las figuras de este capítulo corresponden a carcinomas histológicamente
comprobados.
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33
Indice
CAPÍTULO VII
MISCELANEA
M. Redondo Ibáñez, T García Redón, R. Piqueras Olmeda y J. Núñez de Bobadilla.
Introducción
Incluimos en este capitulo la descripción de artefactos, algunos relativamente frecuentes, como los producidos por cre-
mas o pomadas, que pueden inducir a errores en la lectura mamogrática. Se describen también los cuerpos extraños que
se pueden encontrar tras cirugía previa o de forma accidental.
El uso creciente de la cirugía reconstructora mamaria nos obliga a conocer algunos datos acerca de los hallazgos mamo-
gráficos específicos relacionados con los materiales utilizados. Por último incluimos en este capitulo la descripción de tumores
malignos poco frecuentes, tanto primarios como metastásicos.
Artefactos y superposiciones
Determinadas sustancias aplicadas en la piel pueden ser radiopacas y simular microcalcificaciones, como cremas, po-
madas o ungüentos que lleven en su composición óxido de cinc (1,3), desodorantes y polvos de talco tienen similares
características y pueden aparecer igualmente simulando calcificaciones. Incluso se han descrito artefactos producidos por
jabones que lleven aditivos como el sulfato de bario, el hidróxido sódico y potásico, así como el lavado con aguas muy
duras y ricas en sales de calcio (4). Aparecen como densidades granulares muy finas sobre la superficie de las mamas o en
pliegues axilares o inframamarios (Fig. 1, pág. 143). Si hay una sospecha clara se debe lavar bien la zona y repetir las
mamografías.
Las sales de oro administradas por vía intramuscular a pacientes afectos de Artritis Reumatoide desarrollan depósitos
de oro en ganglios linfáticos intramamarios y axilares que simulan microcalcificaciones (1).
Otros artefactos como huellas dactilares en las placas, polvo en las hojas de refuerzo o pelo proyectado sobre el parén-
quima mamario son fácilmente reconocidos (2).
Sustancias abrasivas tipo antimitóticos (5-fluoracilo) administrados tópicamente pueden provocar úlceras cutáneas que
pueden confundirse con ulceraciones en el seno de un carcinoma (incluimos un caso de autolesiones con Efudix) (Foto 1,
pág. 143).
Cuerpos extraños
En ocasiones se encuentran cuerpos extraños conocidos por los pacientes o ignorados pero asintomáticos, como agu-
jas (Fig. 2, pág. 144), cristales, puntas de lápiz, proyectiles (Fig. 3, pág. 144), y otros (3).
Suturas tras biopsias quirúrgicas, tumorectomías, o mamoplastias reductoras pueden calcificar. Se verán como calcifi-
caciones, lineales o en forma de nudo (Fig. 4, pág. 145), (15). Se debe correlacionar la situación de la cicatriz quirúrgica con
la zona de calcificaciones.
Dentro de las complicaciones descritas en el uso de los arpones para las biopsias de las lesiones no palpables, están la
sección y pérdida de fragmentos dentro de la mama (Fig. 5, pág. 145), por lo que si no se recupera o identifica el fragmen-
to tras la cirugía, se debe hacer una mamografía para su búsqueda, tan pronto como sea posible, y verificar la estabilidad
del fragmento en mamografías seriadas a los tres y seis meses. Esta actitud es lógica ya que habitualmente los fragmentos
intramamarios son asintomáticos y su localización requerirla la colocación de un segundo arpón y una nueva cirugía. Además
no se han descrito complicaciones con fragmentos de arpones a no ser que dichos fragmentos queden en el músculo pec-
toral (5). Como medida preventiva se debería evitar la colocación de arpones cerca del músculo pectoral, la guía debe ser
lo suficientemente larga como para que no quede sumergida en la mama tras la descompresión inicial y el extremo exter-
no ha de quedar bien fijado. Se debe usar una técnica quirúrgica adecuada y evitar cortar el arpón (dejar la aguja junto con
34
“MISCELANEA” Indice
el arpón ya anclado puede servir de ayuda) (17). El radiólogo debe comprobar siempre la presencia del arpón en la pieza quirúr-
gica (5).
Se han publicado también casos de partículas metálicas similares a las de los arpones de localización tras la realización
de biopsias con arpón, pero su etiología es incierta (6).
Los marcapasos en localización subpectoral se pueden superponer al músculo pectoral en proyección OML (Fig. 6,
pág. 146). En algunos pacientes tras la retirada del marcapasos se han visualizado microcalcificaciones en la cavidad del mis-
mo.
La vaina de Dacron de los catéteres Hickman (usados para administración de antibióticos o quimioterapia por vía cen-
tral) se utiliza para anclar el catéter al tejido subcutáneo. Esta vaina puede quedarse tras la retirada del catéter, ser palpable
y aparecer en la mamografía en CSE de la MD (2,7) (Fig. 7, pág. 146).
En el caso de que aparezcan cuerpos extraños sospechosos de gasas, drenajes o fragmentos de agujas (Fig. 2, pág. 144),
hay que investigar los antecedentes quirúrgicos (15).
Cada vez hay un mayor número de mujeres que recurren a las prótesis, tanto para reconstrucción postmastectomía, co-
mo por fines puramente estéticos. Determinados tipos de prótesis pueden representar un obstáculo frente al diagnóstico pre-
coz de cáncer de mamá ya que debido a su opacidad pueden ocultar lesiones.
Hasta el año 1950 se practicaba la inyección de parafina; en 1959 comienzan a utilizarse esponjas de polivinil alcohol.
De 1950 a 1960 la técnica utilizada era la inyección de silicona (Fig. 8, pág. 147). Desde 1962 se utilizan las prótesis de sili-
cona. En 1976, la FDA establece la necesidad de control, y en 1991 establece los riesgos y la relación con enfermedades
inmunitarias y del colágeno. En 1992 la FDA acepta las prótesis bajo estricto control clínico.
ENVOLTURA CONTENIDO
Silicona Silicona
Poliuretano y silicona Silicona
Silicona Suero fisiológico
Silicona Combinaciones de suero silicona o inversa silicona o inversa
Silicona Aceite de soja (Triglicérido)
Silicona Hidrogel
Las prótesis que contienen silicona son las más opacas; las de suero tienen una opacidad intermedia y las de triglicéri-
dos son las más radiotransparentes.
Generalmente las prótesis tienen una vida variable y no muy larga, de 5 a 10 años aproximadamente, por lo que se re-
comienda su control.
- Submuscular, colocada debajo del músculo pectoral (Fig. 9 a y b, págs. 147 y 148).
- Subglandular: colocada debajo de la glándula y delante del pectoral, también llamadas intramamarias (Fig. 10 a y b, págs.
148 y 149).
- Subcutáneas: colocadas debajo de la piel.
Los problemas que nos podemos encontrar en las mamas portadoras de prótesis son:
- Rotura capsular con pérdida de contenido y de volumen (Fig. 11, pág . 149).
- Exudación de contenido con cápsula intacta.
35
“MISCELANEA” Indice
Si la prótesis ofrece un impedimento total para la lectura mamográfica, existe una sospecha clínica fundada, hay riesgo
familiar importante, o la paciente padece cancerofobia se pueden utilizar otros métodos de diagnostico por imagen como la
Resonancia Magnética con contraste.
La cirugía reductora mamaria puede estar indicada en alteraciones relacionadas con un gran volumen mamario como
pueden ser: problemas posturales, procesos dolorosos de pared torácica y mamarios, esfuerzo respiratorio exagerado que
puede inducir compromiso pulmonar, intertrigo en pliegues inframamarios, asimetría mamaria, problemas psicológicos etc.
Se han descrito varias técnicas quirúrgicas, pero básicamente consiste en resecar tejido mamario y piel, recolocando el
complejo pezón-areola. Se realiza una incisión en forma de T invertida con una parte vertical desde el pezón hacia abajo y
otra horizontal que va a lo largo del pliegue inframamario. En la mamografía, en proyección OML se verá desplazamiento in-
ferior del tejido mamario, con una configuración anillada o retorcida, así como angulación o elevación del pezón, y en-
grosamiento dérmico en la incisión vertical entre el pezón y el pliegue inframamario. En proyección CC y OML se pueden ver
bandas densas resultantes de fibrosis en localización retroareolar, así como redistribución y asimetrías atípicas o focales del
tejido mamario (Fig. 12 a y b, pág. 150), (16).
Sarcomas
Son tumores malignos originados en el estroma mamario. Son raros, constituyendo menos de un 1% de todos los tumores
malignos de la mama. Aparecen entre 45 a 55 años. Incluyen formas mas diferenciadas como el fibro, angio y liposarcomas,
o sarcomas de células muy inmaduras en los que se puede presentar tejido cartilaginoso u óseo (Fig. 13, pág. 151).
Clínicamente se presentan como grandes masas con rápido crecimiento del tamaño mamario, casi simulando un proceso
inflamatorio, y con distorsión del contorno mamario (14). Son masas móviles y no adheridas. 1
Mamográficamente aparecen como grandes nódulos redondeados o lobulados bien definidos y densos (18). Metasta-
tizan por vía sanguínea, generalmente a pulmón.
Diferenciamos el angiosarcoma por sus distintas características clínicas y radiológicas. Es una lesión maligna muy rara
(0,04% de todos los tumores malignos de mama). Tiene muy mal pronóstico. Puede aparecer a cualquier edad aunque es
más frecuente en mujeres jóvenes. Puede también aparecer tras radioterapia. La enfermedad bilateral suele ir asociada a
embarazo. Los signos clínicos son inespecíficos, como masa indolora o aumento difuso mamario. El signo más especifico
que es la coloración rojo violácea o azul de la piel adyacente que sólo ocurre en el 17-35% de los casos.
En las mamografías los hallazgos son variables, puede aparecer como una masa de contornos mal definidos o lobula-
dos, y no se asocian microcalcificaciones ni espiculaciones. Un 35% pueden tener mamografía negativa. A causa de su gran
vascularización puede ocurrir una hemorragia tras la biopsia. Tienden a una rápida diseminación metastásica (9).
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“MISCELANEA” Indice
Tumor Phillodes
Tumor potencialmente maligno que se diferencia de los sarcomas por contener estructuras de tejido epitelial. Repre-
senta menos de un 1% de los tumores mamarios.
La gran proliferación de sus elementos epiteliales y del estroma, produce elongación y distorsión de los conductos, que
originan hendiduras o grietas y espacios quísticos dentro del tumor. Aparece entre los 30 y 50 años. La mayoría de estas le-
siones son benignas, pero la diferenciación entre benignidad o malignidad sólo es posible mediante estudio histológico,
valorando actividad mitótica, atipia celular, celularidad, crecimiento del estroma y características de los bordes (8,3).
Estos tumores pueden ser localmente invasivos y recurrir si no se extirpan adecuadamente, siendo las recurrencias en
ocasiones más agresivas que el tumor original. Si metastatiza lo hace por vía hematógena y no por vía linfática. Las metás-
tasis de tumor phillodes se comportan igual que los sarcomas.
Se presenta como una masa de crecimiento rápido, de contornos lisos o lobulados y con cierta movilidad. En mamografía
son indistinguibles de otras lesiones mamarias bien delimitadas, no tiene espiculaciones ni microcalcificaciones, y se distinguen
por su gran tamaño (Fig. 14, pág. 151). Ecográficamente es idéntico a los fibroadenomas, bien delimitado. A veces pueden
visualizarse zonas quísticas.
Linfoma
El linfoma primario de mama es muy raro, 0, 1-0, 5%. Es más frecuente la afectación secundaria, y la distinción entre ellos
se basa en que la forma primaria requiere para su diagnóstico tejido mamario normal alrededor de un foco de linfoma en una
paciente sin ninguna otra evidencia de afectación sistémica por este proceso (18).
Los hallazgos mamográficos del linfoma no son específicos, y además no hay ningún signo radiológico que distinga el
linfoma primario del secundario (18). El hallazgo más común es la presencia de un nódulo o masa y menos frecuentemente
varias masas o nódulos, no calcificados, de contorno circunscrito, ovoide o lobulado, o incluso poco definido, y casi nunca
espiculado (10) (Fig. 15 a, b y c, págs. 152 y 153).
Menos frecuentemente se han descrito como asimetrías de densidad en combinación con engrosamiento de la piel. Si
existen además grandes adenopatías axilares o torácicas hay que descartar siempre la posibilidad del linfoma generaliza-
do (3), y puede aparecer linfedema y patrón intersticial con engrosamiento de piel por obstrucción al drenaje linfático (18).
Generalmente es unilateral, aunque puede ser bilateral. Ecográficamente aparece como una masa hipoecoica in-
específica altamente vascularizada (19).
Metástasis
En la mamografía la mayoría de las lesiones metastásicas simulan nódulos benignos como quistes o fibroadenomas. Las
metástasis en mama son únicas en un 85%, unilaterales en un 75%, y con predilección por los CSE. Excluyendo las metás-
tasis de carcinomas de mama contralaterales y el grupo de linfomas, la mayoría de las metástasis provienen de melanoma,
carcinoma bronquial, carcinoma de ovario, riñón y sarcomas de partes blandas (11, 12).
Aparecen en la mamografía como uno o múltiples nódulos bien definidos, redondeados (Fig. 16, pág. 153), o lobulados,
con rápido crecimiento entre mamografías secuenciales.
Deben sospecharse también cuando encontramos un nódulo bien definido, localizado en la grasa subcutánea y no en
la propia glándula mamaria, o cuando su localización es inusual o excéntrica. Las lesiones metastásicas generalmente no
se acompañan de cambios en la piel o espículas por la ausencia de reacción desmoplásica (13). Muy pocas veces se
acompañan de microcalcificaciones (si en las metástasis del carcinoma de ovario, o del carcinoma medular de tiroides)
(12). La citología es de utilidad para diferenciar las metástasis del carcinoma de mama primitivo.
37
“MISCELANEA” Indice
Todas las lesiones tumorales mamarias descritas en este capitulo requieren diagnóstico histológico definitivo.
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38
Indice
ANEXO I.
PROTOCOLO DIAGNÓSTICO
La mamografía es la técnica de imagen utilizada habitualmente para detectar un carcinoma de mama clínicamente ocul-
to. Aproximadamente 80-85% de todos los cánceres de mama pueden detectarse sólo por mamografía. El examen físico puede
detectar 18-25% de los cánceres de mama. Una combinación del examen físico y la mamografía puede mejorar la detec-
ción hasta un 90-95%. El 5% restante que no se detecta está constituido por lesiones difusas, infiltrativas, que no forman masa.
Examen físico y mamografía deben correlacionarse, puesto que un carcinoma puede estar oculto por un tejido glandular den-
so en la mamografía. Por lo tanto, una masa palpable en una paciente con una mamografía negativa debe ser investigada
con ultrasonido y estudio citológico o histológico.
La pauta de actuación en este programa es la siguiente: Se realiza una mamografía bilateral en doble proyección (crá-
neo-caudal y oblicua-medio-lateral) en la primera vuelta, y proyección única (oblicua medio lateral) en vueltas sucesivas.
Se hace una doble lectura: una primera lectura por parte del médico o radiólogo de la unidad, y una segunda lectura in-
dependiente, del radiólogo de referencia. Ambas deben ser ciegas; en caso de no-coincidencia se establece un consenso
entre ambos.
1. - NO REALIZADA.
2. - NORMAL:
2.1. - NORMAL GRASA.
2.2. - NORMAL DENSA.
3. - BENIGNA.
4. - PROBABLEMENTE BENIGNA.
5. - PROBABLEMENTE MALIGNA.
6. - MALIGNA.
Las categorías son cada uno de los conceptos o jerarquías que se establecen desde la normalidad hasta el cáncer de
mama.
Para la clasificación de los estudios mamográficos en categorías se emplea un sistema de lectura basado en la des-
cripción de las imágenes que comprende los siguientes términos:
En el apartado “OBSERVACIONES” se puede recoger cualquier anotación que el sistema de lectura no contemple.
La situación en las mamas se indica sobre el siguiente esquema anotando sobre el mismo el número o números corres-
pondientes a la descripción de las imágenes encontradas.
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Indice
Son lesiones ocupantes de espacio que pueden ser vistas en dos proyecciones. El nódulo es concreto, de pequeño
tamaño y se puede individualizar de cuanto le rodea. La masa es de gran volumen. El límite de tamaño para considerar una
lesión nódulo o masa puede establecerse arbitrariamente en 2 cm. (diámetro máximo del T-1).
02. - DESESTRUCTURACIÓN
Alteración de la estructura o distribución armónica de las partes que forman un cuerpo. Se refiere fundamentalmente a
los elementos fibrilares. Una forma de alteración de estructura es la estrella. Se describe con este nombre por su similitud
con la figura de una estrella. Consiste en una imagen con rayos que confluyen en un punto distinto del pezón.
03. - CALCIFICACIONES
Transformación que sufren los tejidos por depositarse en ellos sales de calcio. Estos depósitos son visibles e identifica-
bles en las mamografías, aun siendo de un tamaño mínimo, mensurable en micras.
04. - ASIMETRÍA
La asimetría es la falta de simetría. Consideramos la simetría como una armonía de posición entre las partes o puntos
similares, unos respecto a otros y con referencia a un punto, línea o plano determinado. Se refiere fundamentalmente al teji-
do fibroglandular.
Siguiendo este concepto valoramos la simetría de densidad radiológica colocando las proyecciones de las mamas de for-
ma que una sea la imagen en espejo de la otra, y analizamos la distribución de las densidades en cada proyección comparando
ambas mamas.
Alterar es cambiar la esencia o forma de una cosa. Analizamos sobre todo el cambio en el espesor o grosor de la piel y
del pezón, estudiados de forma comparativa, así como la retracción, hundimiento o alteración en su contorno.
Para relacionar o individualizar las lecturas anteriores (01- Nódulos; 02- Desestructuración; 03- Calcificaciones; 04-
Asimetría; 05- Alteraciones piel / pezón) además de estos códigos deben utilizarse los siguientes:
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Se utilizará cuando las lesiones descritas se den conjuntamente o en íntima relación y sean de la misma categoría.
También cuando sean múltiples y de las mismas características. No debe utilizarse para relacionar dos categorías diferen-
tes.
07. - OTRAS
Se utilizará siempre que se quiera señalar cualquier alteración, de las mencionadas en el sistema de lectura, que no ten-
ga ninguna relación con la descripción que ha originado la categoría.
O8.- MISCELÁNEA
Para consignarlos en el sistema de lectura es necesario conocer previamente el diagnóstico (linfomas, metástasis, etc.)
OBSERVACIONES
CATEGORÍA 2. “NORMAL”:
Dada la dificultad que existe para definir la normalidad, designaremos como “NORMAL” la mama en la que la exploración
actual no muestre signos de patología. Consideramos signos de patología los que conforman la descripción o lectura de
la mamografía, a saber: Nódulo o masa, desestructuración, calcificaciones, asimetría y alteraciones de la piel o del
pezón, en el sentido en que se definen dentro de las categorías benigna, probablemente benigna, probablemente maligna
y maligna.
Se refiere a una mama con constitución grasa importante o con tejido glandular escaso, transparente, de tal forma que
difícilmente podría enmascarar nódulos o alteraciones de la densidad.
Incluye cualquier mama normal con parénquima visible, de tipo homogéneo, macro o micronodular o parcheado, que po-
dría enmascarar nódulos o alteraciones de la densidad.
Los términos utilizados “grasa” y “densa” se refieren a la densidad radiológica de la grasa y del agua, con la misma sig-
nificación que tienen en la radiología clásica. La separación en estas categorías está justificada por la menor sensibilidad que
tiene la mamografía en mamas densas.
01. - Ganglios linfáticos intramamarios o axilares, que por su morfología y tamaño se consideran normales.
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ASIMETRÍAS EN LA CATEGORIA”NORMAL”:
04. - Asimetrías producidas por parénquima normal. Se observan en el 3% de las mamas normales. Son asintomáticas,
no palpables, con tejido graso en su interior y situadas en cuadrantes supero externos o subareolares.
CATEGORÍA 3. - “BENIGNA”:
NODULOS / MASAS EN LA CATEGORIA “BENIGNA”:
01. - Densidad agua: Incluimos aquellos nódulos que presenten las características siguientes:
01. - Los nódulos que en la ecografía son quistes. En la primera vuelta no deben incluirse, a menos que exista una ex-
ploración ecográfica anterior. Deben cumplir los siguientes criterios:
- Anecóico.
- Contorno nítido.
- Refuerzo posterior.
03. - Densidad cálcica: Fibroadenomas calcificados, identificados por la morfología característica de la calcificación.
02. - Alteración de estructura debida a traumatismo o infección, “acompañada de clínica y no como secuela cicatri-
cial.”
03. - Las calcificaciones siguientes, cada una de las cuales muestra un aspecto radiológico característico:
- Quísticas
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03. - Microcalcificaciones dispersas, bilaterales, homogéneas, esféricas y con tendencia a distribución simétrica, que
no forman grupos.
04. - Asimetrías del parénquima. La asimetría debe cumplir los siguientes requisitos:
- Asintomática y no palpable
- Plana, no volumétrica.
Si no cumple todas las condiciones anteriores, hay que sospechar patología subyacente.
05. - Engrosamiento de la piel, por edemas generalizados, infecciones, traumatismos, y alteraciones generales o lo-
cales de causa dermatológica.
01. - Nódulos mayores de 0,5 cm., redondos, ovales o lobulados, de contorno nítido, visible total o parcialmente.
01. - “Nódulo de cualquier tamaño situado en el interior de un quiste o conducto galactóforo. No pueden ser in-
cluidos en una primera lectura, a menos que exista una exploración previa: ecografía, neumoquistografía o galac-
tografía”.
- Esféricas.
04. - Asimetrías de parénquima que no cumple las condiciones expuestas en las incluidas entre las alteraciones benig-
nas:
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04. - Dilatación ductal asimétrica (morfología tubular desde el pezón, que no coincide siempre con aumento de la luz duc-
tal).
0 1. - Nódulos de cualquier tamaño, alta densidad y contorno espiculado mal definido, irregular, polilobulado, con extensión
en forma de cola de cometa.
04. - Densidad asimétrica tumoral, volumétrica, de mayor densidad que el resto del parénquima, con síntomas clínicos,
palpable y asociada a microcalcificaciones o alteraciones de estructura.
CATEGORÍA 6. - “MALIGNA”:
01. - Nódulo / Masa de contornos espiculados, irregulares, polilobulados, mal definidos, con espículas largas o cortas, que
se asocia a:
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05. - Síndrome de piel de naranja asociado a tumor, masa o densidad tumoral, asociado o no a signos clínicos de infla-
mación y adenopatías axilares.
05. - Eczema del pezón, asociado a masa, tumor o microcalcificaciones con caracteres de malignidad.
Las formas de presentación conocidas como “carcinoma inflamatorio” y “Paget de mama”, a las que se refieren los dos
últimos apartados (05), pueden ser más evidentes por la clínica que por los signos radiológicos.
“Las categorías 2.1, 2.2, y 3 (“normal grasa”, “normal densa” o “benigna”) no necesitan ningún tipo de seguimien-
to precoz, examen complementario o prueba adicional. Deben revisarse mediante “Citación normal” en el inter-
valo de cribado que se determine, a menos que experimenten algún cambio o hallazgo al examen físico, que indique
una nueva exploración mediante mamografía. “
En la categoría 3 están incluidos pequeños nódulos, cuyo contorno nítido debe demostrarse en dos proyecciones, re-
curriendo a compresión localizada y ampliación, cuando el nódulo contacta con el tejido fibroglandular y este borra parcial-
mente el contorno, o cuando existe la mínima duda sobre la nitidez del contorno.
Es de gran utilidad preguntar a la paciente si se le han practicado mamografías anteriormente y, en caso afirmativo, in-
vestigar en ellas la existencia del nódulo problema y su estabilidad.
La necesidad de la ecografía para diagnosticar los quistes hace que la mayoría de los incluidos en la categoría 3 procedan
de la categoría 4 (grupo de nódulos probablemente benignos), tras el estudio ecográfico. A esta misma situación se llega a
través de la punción-evacuación del liquido de un quiste y posterior estudio con inyección de aire.
CATEGORÍA 4:
La conducta común para las lesiones incluidas en esta categoría(“probablemente benigna”) es la ecografía,
pruebas adicionales tales como compresión o magnificación y cita precoz para estudio de estabilidad. En caso
de inestabilidad durante el seguimiento o cuando las pruebas adicionales realizadas, no sean determinantes se debe
realizar estudio citológico o histológico”.
La conducta común para las lesiones incluidas en esta categoría (“probablemente benigna”) es la “Cita precoz”, con mamo-
grafía a los 6, 12, 24 y 30 meses. No obstante, se deben hacer las siguientes matizaciones:
En el estudio de los nódulos incluidos en la categoría 4 pueden ser necesarias pruebas adicionales (compresión local y/o
ampliación), para obtener datos precisos sobre el contorno y densidad del nódulo problema.
Se recomienda preguntar a la paciente si le han practicado mamografías anteriores y existe la posibilidad de realizar un
estudio comparativo con ellas, para investigar la presencia y estabilidad del nódulo.
La ecografía es la prueba para el diagnóstico de los quistes, y una vez diagnosticados (para lo que deben cumplir los cri-
terios descritos), pasan a la categoría 3: Nódulos benignos.
Los nódulos sólidos, no palpables, mayores de 0, 5 cm. de diámetro aproximadamente, constituyen el limite entre las cate-
gorías 3 y 4, y pueden someterse a seguimiento cada seis meses, procediendo al estudio citológico o histológico en caso de
inestabilidad durante el seguimiento.
Los nódulos sólidos palpables deben investigarse con estudio citológico o histológico.
45
Indice
Las microcalcificaciones que cumplen los criterios de benignidad deben someterse a seguimiento cada seis meses, du-
rante un periodo de dos años y medio, practicando la biopsia en caso de inestabilidad durante el seguimiento.
Las asimetrías de parénquima deben estudiarse con pruebas adicionales (compresión local o ecografía en caso de pal-
pación dudosa) y cuando no cumplen los requisitos descritos para ser consideradas como parénquima, se someten a
seguimiento. Si muestran inestabilidad durante el seguimiento, se biopsian.
CATEGORÍA 5:
“En la categoría 5 (“probablemente maligna”) se recomienda investigar los nódulos mediante estudio citológi-
co o histológico, cualquiera que sea su tamaño”.
Las imágenes de estrella que se muestren en las dos proyecciones deben ser sometidas a biopsia quirúrgica, ya que su
estudio actual mediante PAAF o biopsia de cilindro con aguja, “Core-NeedIe Biopsy” (CNB) no es seguro en caso de nega-
tividad.
En las microcalcificaciones sospechosas de malignidad, por cumplir alguno de los criterios antes descritos, es imprescindible
el estudio ampliado con microfoco. Cuando están agrupadas puede realizarse la biopsia mediante obtención de cilindros (CNB)
o quirúrgica, recomendando ésta última cuando las microcalcificaciones están diseminadas.
Las asimetrías palpables, de tipo tumoral, deben investigarse también con estudio citológico o histológico.
CATEGORÍA 6:
“Finalmente, en la categoría 6 (“maligna”) se obtendrán biopsias de cilindros con aguja (CNB), cuando la paciente
no tenga que ser intervenida, o se haya diferido la intervención quirúrgica para comenzar con quimioterapia y/o ra-
dioterapia”.
Todas estas recomendaciones pueden ser variadas, y se hacen sobre la base de nuestras disponibilidades y medios ac-
tuales. Es previsible que los avances en la tecnología y la adquisición de los mismos para el Programa hagan cambiar algunas
de las actitudes que actualmente se recomiendan.
7.1.3. - ECOGRAFIA
La ecografía sirve para diferenciar la naturaleza sólida o líquida de un nódulo mamario. No distingue benignidad de ma-
lignidad y tampoco detecta microcalcificaciones, por lo que la ecografía no sirve para realizar cribado en un programa
de prevención de cáncer de mama.
- Valorar una masa palpable en una mama densa o en el seno de una densidad asimétrica.
- Valorar masas o nódulos que pueden no haber sido incluidos en la mamografía por su situación, o por encontrarse
en la pared torácica post mastectomía.
- En el estudio de mastitis en fase aguda, para localizar abscesos, en mamas que no pueden ser comprimidas.
- La ecografía es un método útil en los procedimientos intervencionistas, para guiar las agujas en la práctica de PAAF
y también en la obtención de cilindros con agujas gruesas. Controla la evacuación total de un quiste, y sirve para colocación
de drenajes y señalizaciones con arpones en lesiones que sean bien visibles en ecografía.
Ante una masa palpable que no pueda demostrarse en la ecografía como quística, se debe considerar sólida y pro-
ceder a su estudio citológico o histológico.
46
Indice
ANEXO II
FICHA DE LECTURA
47
Indice
48
Indice
NORMAL
49
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
Fig. 1. Normal grasa. Escaso tejido fibroglandular. Dificilmente podría enmascarar una lesión.
Fig. 2 a. Normal densa. Tejido fibroglandular pseudonodular. Menor sensibilidad de la mamografía para detectar lesiones.
50
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
Fig. 2 b. Abundante tefido fibroglandular que puede ocultar neodensidades, opacidades y nódulos.
51
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
Fig. 5. Magnificación en ganglio intramamario que muestra el centro graso radiolucente (flecha).
52
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
53
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
54
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
55
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
56
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
57
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
58
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
Fig. 15. Calcificaciones amorfas secundarias a cirugía y radioterapia. Engrosamiento de la piel. Proyección magnificada.
59
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
60
CATEGORÍA 2. “NORMAL” Indice
61
Indice
BENIGNA
62
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 1. Calcificaciones debidas a mastitis de células plasmáticas que podríamos considerarlas normales o benignas.
Fig. 2. Nódulo probablemente benigno (1º) que tras realizar un PAAF con evacuación del liquido e inyección de aire (2º), ob-
servamos que se trata de un quiste. En las próximas revisiones, la categoría será “Benigna”.
63
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 3 a. Nódulo de baja densidad y contorno parcialmente borrado por el tejido fibroglandular. (flechas). Proyeeción
magnificada.
64
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 5. Dos nódulos mamarios, uno en cada mama, de contorno nitido y diámetro superior a 5 mm. Uno de ellos con calcificaciones
es un fibroadenoma y se considera benigno (flecha) y el otro debe considerarse probablemente benigno.
65
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 7. Hamartoma. Obsérvese la combinación de densidad agua y densidad grasa limitadas por una cápsula
66
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
67
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
68
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
69
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
70
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
71
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 16 a. Leche de calcio en quiste: Proyección CC, observar el aspecto borroso (flechas).
72
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 18 a. Asimetría sin cambios durante más de dos años (93/95), proyección OML (cabezas de flechas).
73
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 18 b. Asimetría sin cambios durante más de dos años (93/95) proyección CC (cabezas de flecha)
74
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 19 b. Ecografía de la lesión de la figura 19 a. Se realiza biopsia de cilindro con aguja del 14G (3 pases): Granuloma a cuerpo
extraño (material de sutura).
Fig. 20 a. Secuelas postquirúrgicas: proyección OML, mostrando asimetria de densidad en mama izquierda, (artefactos que simulan
calcio en mama derecha).
75
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
76
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
77
CATEGORÍA 3. “BENIGNA” Indice
Fig. 24. Fibroadenoma calcificado coincidente con calcificaciones vasculares y liponecrosis microquísticas.
78
Indice
PROBABLEMENTE
BENIGNA
79
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig. 1 b. La ecografía demuestra naturaleza sólida de la lesión. Citología sospechosa de malignidad (falso positivo). Diagnóstico
histológico de fibroadenoma.
80
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
81
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig. 3. Ampliación de nódulo de contorno lobulado. Diagnostico citológico por punción estereotáxica de fibroadenoma. Seguimiento
de más de tres años sin cambios.
82
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig. 5. Grupo de 8 microcalcificaciones de la misma forma, tamaño y densidad seguido durante más de tres años sin modificaciones.
Fig. 6. Microcalcificaciones de forma redondeada, de pequeño tamaño, muy numerosas en un segmento de la mama, de la misma
forma, pero distinto tamaño y densidad, formamdo múltiples agrupaciones de 4-6 elementos. Resultado histológico de benignidad,
microcalcificaciones en atrofia ductal y lobulillar.
83
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig. 7. Area de microcalcificaciones de forma y tamaño heterogéneo, amorfas, bien definidas, groseras, de densidad homogénea,
tamaño de la particula: 1 mm. Citologia estereotáxica benigna. No se observarón cambios en 3 años de seguimiento.
Fig. 8 a. Grupo de microcalcificaciones groseras, amorfas, heterogéneas, junto con otras de densidad inferior y forma lineal (flechas)
84
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig. 8 b. En control de seis meses se detecta aumento de las partículas (flechas). Diagnóstico histológico de microcalcificaciones en
quiste, fibrosis y hialinosis.
85
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
86
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
fig. 10 b. La ecografiía en la asimetría e la figura 10a muestra una masa. Citología positiva àra celulas malignas. Diagnóstico histológico:
CDT-T2, NO
87
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig 11 b. La galactografía del caso 11 a demuestra dilatación y papiloma intraductal, comprobado por histiología.
Fig. 12. Múltiples nódulos bilaterales en pacientes con THS. Quistes en ecografía.
88
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
89
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
90
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig. 15 b. Evolución de las microcalcificaciones de la figura 15a. Cambios después de un largo periodo de estabilidad (flecha). Diag-
nóstico histológico: CDI de 12 mm
91
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
Fig. 16 c. Neumoquistografía estereotáxica con relleno incompleto de aire. Aspirado de color rojo oscuro. Diagnóstico citológico
sospechoso de malignidad.
92
CATEGORÍA 4. ”PROBABLEMENTE BENIGNA” Indice
93
Indice
PROBABLEMENTE
MALIGNA
94
Indice
Nota.- La totalidad de los casos descritos en las figuras de la categoría probablemente maligna son carcinomas his-
tológicamente comprobados.
95
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
96
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
97
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
98
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
99
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
100
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
101
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
Fig. 9 a.Nódulo pequeño, parcialmenteo culto por parénquina mamario. Proyección CC.
102
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
103
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
104
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
105
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
106
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
107
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
108
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
109
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
110
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
111
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
112
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
113
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
114
CATEGORÍA 5. “PROBABLEMENTE MALIGNA” Indice
115
Indice
MALIGNA
116
Indice
Nota.- La totalidad de los casos descritos en las figuras de la categoría maligna son carcinomas histológicamente
comprobados.
117
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
Fig. 2.Tumor espiculado asociado a microcalcificaciones, con retracción del musculo pectoral
118
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
119
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
Fig. 6. Densidad tumoral, alteración de la estructura y microcalcificaciones con caracteres de malignidad, asociado a palpación po-
sitiva
120
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
Fig. 7 a. Densidad asimétrica tumoral asociada a clínica, con palpación de masa de consistencia dura y nodular. Proyección OML
Fig. 7 b. Proyección CC
121
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
Fig. 8. Carcinoma inflamatorio. Microcalcificaciones con caracteres de malignidad y engrosamiento de piel y pezón, asociado a síntomas
de inflamación
122
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
Fig. 9 b. Proyección CC
123
CATEGORÍA 6. “MALIGNA” Indice
124
Indice
MISCELANEA
125
MISCELANEA Indice
126
MISCELANEA Indice
127
MISCELANEA Indice
128
MISCELANEA Indice
Fig. 6. Marcapasos
129
MISCELANEA Indice
130
MISCELANEA Indice
131
MISCELANEA Indice
132
MISCELANEA Indice
Fig. 12 a. Mamoplásia de reducción, asimetrías, distribución anómala del tejido fibroglandular y nódulos benignos. Proyección OML
Fig. 12 b. Proyección CC
133
MISCELANEA Indice
134
MISCELANEA Indice
135
MISCELANEA Indice
136
INDICE Indice
INDICE DE FIGURAS
CAPÍTULO II. CATEGORÍA 2. “NORMAL”
Fig. 1. Normal grasa. Escaso tejido fibroglandular. Difícilmente podría enmascarar una lesión . . . . . . 50
Fig. 2 a. Normal densa. Tejido fibroglandular pseudonodular. Menor sensibilidad de la mamografía
para detectar lesiones . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .50
Fig. 2 b. Abundante tejido fibroglandular que puede ocultar neodensidades, opacidades y nódulos . . . .51
Fig. 3. Ganglio intramamario con muesca hiliar y centro radiolucente (flecha). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .51
Fig. 4. Ganglios axiliares de gran tamaño, con centro graso . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .52
Fig. 5. Magnificación en ganglio intramamario que muestra el centro graso radiolucente (flecha) . . . . . .52
Fig. 6. Adenopatía axiliar densa y de gran tamaño, metastásica. Edema de mama. . . . . . . . . . . . . . . . .53
Fig. 7. Adenopatía axilar metastásica (cabeza de flecha), por cáncer de mama (flechas) . . . . . . . . . . . .53
Fig. 8. Lesión de piel, verruga. Contorno nítido con halo. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54
Fig. 9. Lesion de piel ampliada y marcada con bario. La lesión corresponde a la que se muestra
en la figura 8 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .54
Fig. 10 a. Quiste sebáceo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55
Fig. 10 b. Quiste sebáceo. Proyección tangencial magnificada . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .55
Fig. 11 a. Imagen de superposición de estructuras que simula un nódulo espiculado (flecha) . . . . . . . .56
Fig. 11 b. Comprensión local con desaparición de la imagen anterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .56
Fig. 12. Calcificación vascular . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .57
Fig. 13. Imagen ampliada que muestra calcificaciones vasculares en línea, en la que se aprecia
la imagen del vaso. Existe además un grupo de calcificaciones dérmicas (flecha) . . . . . . . . . . . . . . . .57
Fig. 14 a. Calcificaciones de glándulas sebáceas diseminadas en ambas mamas . . . . . . . . . . . . . . . . .58
Fig. 14 b. Detalle ampliado de calcificaciones dérmicas en la axila . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .58
Fig. 15. Calcificaciones amorfas secundarias a cirugía y radioterapia. Engrosamiento de la piel.
Proyección magnificada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .59
Fig. 16. Calcificaciones microquísticas. Proyección magnificada. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .59
Fig. 17. Densidad asimétrica por tejido fibroglandular en la axila (flechas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60
Fig. 18. Asimetría vascular por trombosis en la vena axiliar . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .60
Fig. 19. Asimetría de volumen postquirúrgica (resección en mama derecha y calcificación distrófica):
Proyección Oblicua Medio Lateral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .61
137
INDICE Indice
Fig. 10. Quiste oleoso, tras biopsia por microcalcificaciones (flechas) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .68
Fig. 11. Desestructuración postquirúrgica del parénquima (flechas). . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69
Fig. 12 a. Fibroadenoma calcificado en mama grasa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .69
Fig. 12 b. Fibroadenoma calcificado en mama densa. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70
Fig. 13. Necrosis grasa postraumática: liponecrosis macroquística bilateral . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .70
Fig. 14. Granulomas calcificados debidos a suturas quirúrgicas (cabezas de flechas) . . . . . . . . . . . . . .71
Fig. 15. Calcificaciones ductales en la mastitis de células plasmáticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .71
Fig. 16 a. Leche de calcio en quiste: Proyección CC, observar el aspecto borroso (flechas) . . . . . . . . .72
Fig. 16 b. Leche de calcio en quiste: Proyección Lateral: Típica forma en semiluna (flechas) . . . . . . . . .72
Fig. 17. Microcalcificaciones dispersas bilaterales benignas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73
Fig. 18 a. Asimetría sin cambios durante más de dos años (93/95), proyección OML
(cabezas de flecha) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .73
Fig. 18 b. Asimetría sin cambios durante más de dos años (93/95), proyección CC
(cabeza de flecha) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74
Fig. 19 a. Asimetría postquirúrgica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .74
Fig. 19 b. Ecografía de la lesión de la figura 19 a. Se realiza biopsia de cilindro con aguja del 14G
(3 pases): Granuloma a cuerpo extraño (material de sutura) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75
Fig. 20 a. Secuelas post quirúrgicas: proyección OML, mostrando asimetría de densidad en
mama izquierda (artefactos que simulan calcio en mama derecha) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .75
Fig. 20 b. Secuelas post quirúrgicas: proyección CC, mostrando retracción y engrosamiento de la piel. .76
Fig. 21. Engrosamiento difuso de la piel. Abceso retroareolar secundario a mastitis . . . . . . . . . . . . . . .76
Fig. 22. Fibroadenoma: asociación de nódulo y calcificaciones características de fibroademona . . . . . .77
Fig. 23. Múltiples nódulos bilaterales. Quistes diagnosticados con ecografía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .77
Fig. 24. Fibroadenoma calcificado coincidente con calcificaciones vasculares y liponecrosis
microquísticas . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .78
138
INDICE Indice
Fig. 9 b. Asimetría de densidad que aumenta en seis meses en paciente con THS.
Palpación y ecografía negativa. Seguimiento posterior sin cambios . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .86
Fig. 10 a. Asimetría de densidad palpable en cuadrante infero-interno (cabezas de flechas) . . . . . . . . .86
Fig. 10 b. La ecografía en la asimetría de la figura 10 a demuestra una masa. Citología positiva
para células malignas. Diagnóstico histológico: CDl-T2, NO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87
Fig. 11 a. Patrón ductal asimétrico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .87
Fig. 11 b. La galactografía del caso 11 a demuestra dilatación y papiloma intraductal,
comprobado por histología . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .88
Fig. 12. Múltiples nódulos bilaterales en paciente con T.H.S. Quistes en ecografía . . . . . . . . . . . . . . . .88
Fig. 13. Calcificaciones dispersas bilaterales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89
Fig. 14 a. Nódulo elíptico, bien definido, de 9 mm de diámetro (flecha) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .89
Fig. 14 b. Control de seis meses del nódulo de la figura 14 a. Crecimiento evidente de la lesión.
Diagnóstico histológico: CDI de 14 mm (flecha) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .90
Fig. 15 a. Grupo de microcalcificaciones con estabilidad en dos años (flecha) . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .90
Fig. 15 b. Evolución de las microcalcificaciones de la figura 15 a. Cambios después de un larg
período de estabilidad (flecha). Diagnóstico histológico: CDI de 12 mm. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91
Fig. 16 a. Nódulo de 9 mm, redondo, ligeramente lobulado . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .91
Fig. 16 b. Ecografía indeterminada, no pudiendo establecer naturaleza sólida o líquida de la lesión . . .92
Fig. 16 c. Neumoquistografía estereotáxica con relleno incompleto de aire. Aspirado de color rojo
obscuro. Diagnóstico citológico sospechoso de malignidad. Diagnóstico histológico:
CDIS de 3 mm intraquístico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .92
Fig. 17 a. Asimetría de densidad no palpable, alargada, visible solamente en proyección oblicua . . . . .93
Fig. 17 b. La ecografía revela un nódulo que es puncionado mediante control ecográfico, siendo el
diagnóstico citológico positivo para células malignas. Diagnóstico histológico: CDI de 10 mm . . . . . . . .93
Nota.- La totalidad de los casos descritos en las figuras son carcinomas histológicamente comprobados.
139
INDICE Indice
Nota.- La totalidad de los casos descritos en las figuras son carcinomas histológicamente comprobados.
140
INDICE Indice
Fig. 9 b. Prótesis submuscular. Proyección CC retirando la prótesis mediante la maniobra de Eklund. .131
10 a. Prótesis subglandular. Proyección OMI- mostrando la situación de la prótesis. . . . . . . . . . . . . . .131
10 b. Prótesis subglandular. Proyección CC retirando la prótesis mediante la maniobra de Eklund. . . .132
Fig. 11. Cubierta de prótesis vacía, tras rotura con pérdida del contenido . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .132
Fig. 12 a. Mamoplastia de reducción, con distribución anómala del tejido fibroglandular
y nódulos benignos. Proyección OML . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .133
Fig. 12 b. Proyección CC . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .133
Fig. 13. Osteosarcoma de mama. Formación de matriz ósea y espiculaciones . . . . . . . . . . . . . . . . . .134
Fig. 14. Cistosarcomas filodes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .134
Fig. 15 a. Linfoma de mama. Mamografía: mama densa asimétrica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .135
Fig. 15 b. TC: Infiltración difusa del parenquima mamario . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .135
Fig. 15 c. TC: Adenopatías axilares . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .136
Fig. 16. Múltiples nódulos, metástasis de sarcoma uterino . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .136
141
INDICE Indice
ÍNDICE DE TÉRMINOS
A
asimetría, 15, 17, 20, 23-26, 29-31, 35, 36, 40, 45, 46, 49-55
asintomática, 15, 205 29, 52
características de benignidad, 20, 26
de volumen, 20, 52
en la categoría normal, 20, 52
en la categoría benigna, 25, 52
en la categoría probablemente benigna, 30, 53
en la categoría probablemente maligna, 35, 53
142
INDICE Indice
biopsia, 18-20, 23, 26, 30, 31, 33-36, 43, 44, 46, 54, 55
biopsia con aguja gruesa, biopsia de cilindro, CNB, 26, 30, 31, 33, 36, 41, 54, 55
biopsia con arpón, 36, 44
biopsia excisional, 36
biopsia quirúrgica, 23, 34, 36, 41, 54
biopsia-tumorectomía, 19, 20, 43
Bl-RADS, 15, 30, 31
borde en cepillo (de masa espiculada), 34
borrosidad (de contorno), 34
borrosas (ver calcificaciones)
calcificaciones (microcalcificaciones), 15, 17-20, 23-26, 29-31, 35, 36, 39, 40, 49, 50, 51, 52
amorfas, 30
anulares, 19
asociadas a estrella y retracción cutánea, 36
borrosas, 30 caracteres de benignidad, 29, 53
caracteres de malignidad, 15, 35, 53
cicatriciales, 19
conducta en, 30, 54, 55
con centro radiolucente, 18, 19, 20
como signo único de cáncer, 35
curvilíneas, 19, 35
de localización superficial, 19
dérmicas, 19
ductales (intraductales), 19, 25, 52
en copos o borrosas, 30
143
INDICE Indice
en forma de nudo, 43
en la categoría normal, 19, 52
en la categoría benigna, 24, 25, 26, 52
en la categoría probablemente benigna, 23, 29, 31, 53
en la categoría probablemente maligna, 35, 53
en liponecrosis, 20, 25
en múltiples grupos, 30
esféricas, 15, 25
granulares, 15, 35, 53
groseras, 19
homogéneas, 29, 52, 53
indeterminadas, 30
intraductales (ver ductales)
irregulares, 19, 53
lectura de, 17
lineales, 19, 43
microquísticas, 19, 20
ovales, 29
pequeñas,30
periductales, 25, 52
pleomórficas, 35
polimorfas, 25
postquirúrgicas, 19, 43
proyección magnificada en, 25, 29, 35
puntiformes, 30
ramificada, 35
redondas, 20, 29
seudocalcificaciones, 19, 43
tubulares, 25
vasculares, 19, 26
y cánceres clínicos, 54
y desestructuración, 36
y ecografía, 55
y granulomas, 25
y marcapasos, 44
y metástasis, 47
y nódulo, 26
y sarcoma, 46
y tumor phillodes, 46
cáncer de mama, 7, 13-15, 17, 20, 24, 27, 31, 35, 36, 39, 40, 45, 49, 55
con manifestaciones clínicas, 39
no visible en la mamografía, 13, 49
cancerofobia, 45
cápsula, 24, 45
cápsula fibrosa, 24
144
INDICE Indice
carcinoma, 26, 27, 31, 34, 35-37, 39, 40, 41, 43, 46, 49, 54
bronquial (metástasis de), 46
de ovario (metástasis de), 46, 47
ductal (infiltrante), 34, 35, 40
ductal in situ (CIDIS), 35
infiltrante (CDI), 35
inflamatorio, 26, 40, 41, 54
lobular infiltrante, 35
medular, 34
medular de tiroides, 47
mucinoso o coloide, 34
papilar, 34
renal (metástasis de), 46
categoría 2. “Normal”, 17
categoría 3. “Benigna”, 23
categoría 4. “Probablemente benigna”, 29
categoría 5. “Probablemente maligna”, 33
categoría 6. “Maligna”, 39
catéter Hickman, 27, 44
CC (ver cráneo-caudal)
CDI (ver carcinoma ductal, infiltrante)
CDIS (ver carcinoma ductal in situ)
celularidad (en tumor phillodes), 46
cicatrices, 15, 191 205 52
cicatriciales (ver calcificaciones)
cicatriz postquirúrgica, 26, 40, 43
cicatriz radial, 25, 34, 40
circulación colateral (causa de asimetría), 20
cirugía, 9, 20, 40, 43-45
cirugía reciente, 40
cirugía reductora, 44, 45
cita precoz, 23, 30, 54
citología, citológico, 14, 23, 29-31, 39, 49, 54, 55
CNB (core needle biopsy, ver biopsia con aguja gruesa), 54, 55
cola axilar, 18
cola de cometa (signo de la), 33, 34, 53
combinadas / múltiples, 26, 30, 36, 41
comité de mama, 41
conducta, 15, 23, 30, 31, 36, 54, 55
homogénea, 15, 31
que genera la mamografía, 15, 23, 30, 36, 54, 55
que genera la categoría normal, 23, 54
que genera la categoría benigna, 23, 54
que genera la categoría probablemente benigna, 30, 54
que genera la categoría probablemente maligna, 36, 54, 55
que genera la categoría maligna, 41, 55
145
INDICE Indice
densidad (radiológica), 17-20, 24, 26, 29, 31, 33-35, 39, 40, 43, 46, 51-55
agua, 24, 52
alta, 18, 33, 39, 53
asimétrica tumoral (ver asimetría), 40, 53
baja, 24, 52
focal, 31
grasa, 24, 26, 52
homogénea, 24, 25
mixta, 17, 18, 24
ecografía, 13, 14, 17, 18, 20, 23, 24, 26, 29-31, 34, 36, 52-54
edema, 26, 40, 46, 52
edema-piel engrosada, 26, 40
efecto de volumen o volumétrico, 30, 33
Efudix (úlceras por), 43
Eklund (en prótesis maniobra de), 45, 47
elastosis (ver fibrosis, reacción desmoplásica), 34
elevación del pezón, 45
146
INDICE Indice
embarazo, 17, 45
en copos (ver calcificaciones)
enfermedad, 18, 26, 40, 41, 45, 46, 54
del colágeno (inmunitaria), 18, 45
de Paget, 26, 40, 41, 54
metastásica, 18, 405 45, 46, 51
engrosamiento cutáneo (de la piel), 20, 26, 40, 45, 46, 52-55
del pectoral, 39
del pezón-areola, 40
galactocele, 24, 52
galactografia, 29, 30, 53
ganglio linfático, 18, 43, 51
axilar, 18 características
ecográficas, 18
intramamario, 18, 43, 44, 51
147
INDICE Indice
lactancia, 17, 24
leche de calcio en quiste, 25, 52
lector, lectura mamográfica, 15, 17, 18, 24, 26, 29, 30, 43, 45
lesion/es, 18, 29, 30, 36, 39, 44
en la piel, 18
intraductales, 15,30,53
intraquísticas, 15,29,53
malignas, 30, 39
múltiples, 30, 36
148
INDICE Indice
no palpables, 44
liposarcoma, 45
lobulado, lobulaciones (en nódulo), 29, 33, 34, 39, 45, 46, 53
localización (de una lesión), 36
con arpón, 36
estereotáxica, 36
lupus eritematoso (en relación a prótesis), 45
149
INDICE Indice
neumoquistografía, 23, 53
neurofibroma, 18
nevus, 18
nivel (en el galactocele signo del), 24
nódulo, nódulo / masa
de densidad agua, 24
de densidad grasa, 24
de densidad mixta, 18
en la categoría normal, 18
en la categoría benigna, 24
en la categoría probablemente benigna, 29
en la categoría probablemente maligna, 33
en la categoría maligna, 39
lobulado, 29
múltiples, 26, 30
oval, 29
polilobulado, 33, 39, 53
redondo, 29
150
INDICE Indice
151
INDICE Indice
queratosis seborréica, 18
quimioterapia, 41, 55
quiste oleoso, 24, 52
quiste, 14, 15, 19, 20, 23-26, 46, 52-55
características en ecografía, 24
epidermoide de inclusión, 19
sebáceo, 19
152
INDICE Indice
153