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Comercio Exterior, vol. 32, núm .

5,
Méxi co. mayo de 1982, pp . 548-553

Valor de la fuerza de trabajo,


salario e intervención
de 1 Esta do ¡ suzANNE DE BRUNHOFF*

n la c ri sis económ ica actua l, se hace necesa ri o pun- SALAR IADO Y EXPLOTAC IÓN CAPIT ALI STA
E tual izar lo que rea lm ente está oc urri endo. Las teo rí as domi-
nantes so n in capaces de exp li ca r los hechos, sob re todo la n el mod o de prod ucción cap itali sta , el trabajador
simultaneidad del desempleo y la infl ación. Adoptan como
consigna gene ral : "¡hágase economía aplicada! ".
E no es un esc lavo . Es " li bre" de vend er su c apacidad de tra-
bajo. Está obl igado a ell o po rque ca rece de los medios pa ra es
tablecerse por su cuenta . Vende su fuer za de trabajo a un capi-
Las diferentes concepciones marxistas tienen . asimismo, difi- talista, quien usa su cará c ter exce pc ional : el de produ c ir v alor
c ultades . La crisis perjudica a las f uerzas vivas de la clase ob re- bajo la forma de mercan cías .
ra. En Fran c ia nos enfrentamos a un retroceso de los grand es
sindicatos, la Co nf ederación Genera l del Trabajo y la Confede- Empero, si uno perman ec e en la superficie d e las cosas. úni-
ración Fran cesa del Trabajo, y a dudas acerc a de las perspecti- ca m ente ve qu e, al final del rec orrido. e l capit alista qu e in-
vas políticas que pudieran favorecer a los trabajadores. El v irtió en la produ cc ió n vende, con ganancia, las mercanc ías
desempleo, la repres ión co ntra los delegados sind ica les y la di- produc id as . Adelantó un a suma de D y recib e D' (esto es,
visión política tuvieron un efecto desmora l iza nte, a pesar de la D + d). ¿Dó nd e nace esa ganan c ia? No provi ene de que la s
combativid ad obrera. Se hace necesar io co noce r mejor la rea li- mercancías fueron ve ndid as a un precio superi o r a su va lo r en
dad media nte e l estudio de los sa lari os, las co ndi cio nes de tra- gasto de trabajo. Si un cap itali sta aum enta sus precios de venta,
bajo y la histo ria de las lu c has. A hí también se produce una re- ot ros lo harán y nadie ganará . En apa ri encia, el asa lari ado es pa-
acción co ntra el exceso de los esquemas puramente teó ri cos: gado por e l trabajo que provee y e l cap itali sta percibe una ga-
" vayamos a lo conc reto", d icen muchos ex-marxistas . nancia sobre el capita l (medios de producción) que ade lantó. El
producto se distribuiría, por co nsiguiente, en f un ción de la
De esta orientación han nacido estudios interesantes pero
apo rta c ión de cada uno.
que, es obvio, no se apoyan en los hechos exc lu siva m ente .
Se ap rehe nd e la realidad ,socia l a t ravés de un conju nto de in- En la economía po líti ca ante rior a Marx, la de Adam Smith y
formaciones, de prejuicios, de temores y de deseos . El escepti- Ricardo, el salario debe permitir el mantenimi ento y la repro-
c ismo actual con res pecto a la teoría só lo será fecundo si co n- ducción del trabajador. El sa lari o se cambia por bienes de sub-
duce a un a actitud crítica frente a las ideas este reotip adas . sistencia (el pan , el vestido, la vivie nda), que tienen un costo en
Tendrá, al contrario, efectos nefa nd os si co ndu ce al abandono gasto de trabajo. Es así como el trabajo realizado es pagado " a
de la teo rí a. ¡No hay que escoger entre dogmatismo y oscuran- su valor" , que es " lo que va le" el propio trabajador La ganan-
tismo! Abandonar la dis cusió n teórica eq uivale a ce der el terre- c ia del cap ital , cuya tasa es la misma pa ra todos los cap itali s-
no a las ideologías dominantes. La neces id ad de ava nza r en e l tas, es pagada co n ot ra parte del producto, el cua l, por cons i-
ca mino del co noc imi ento só lo puede satisface rse por m edio de guiente, se distribuye entre c lases d iferentes: un a provee trabajo.
una nueva relación entre la experiencia y la teoría. y la otra capita l.
En es te co ntexto, es importante anali za r el legado de Marx Posteriormente, otras esc uelas de pensamiento co nsideraron
referente a las noc ion es de va lor de la fuerza de trabajo, sa lario las cosas de manera diferente. Para la es cuela ll amada " neoclá-
e intervención del Estado. Sobre estos temas han tenido lugar sica" . dominante aún hoy día, el trabajo es " un factor de pro-
aca lo rada s discusiones, principalmente ace rca del primero. ducción" , remun erado de ac uerdo con su productividad relati-
Muchos eco nomi st as, lu ego de habe r pasado por e l marxismo, va, co n un sa lar io q ue ref leja el equi libri o entre las ofertas y las
abandonaron la noción de valor de la fuerLa de trabajo y, m ás demandas en el mercado de trabajo . Este último ~ s un aspecto
generalmente, renun c iaron a la idea de va lor ta l y como Marx la de lo que Walras denomina " el mercado de se rv ic ios". Ahí, los
expone en El Capital. Aquí se adopta otra o ri entac ión que, evi- " vendedores " so n: los propietarios de la tierra, que of rece n el
dentemente, habrá que ju stif ica r. La seg und a noc ió n, la de sa la- uso de su tierra (y rec iben una renta); los propietarios de dinero,
rio, es t á co ndicionada por la que se adopte acerca de la fuerza o cap itali sta s, los cua les of recen el uso de sus fo ndos (y perci-
de trabajo. En lo que co ncie rn e a la te rcera, el interve nc io ni sm o ben un interés). y los trabajadores, que fungen como " capita les
estatal, depende, igualmente, de la co ncepció n del Estado, que permanentes" y ofrecen su trabajo (a cambio de un sa lario). La
difiere según las co rri entes marxistas . Aquí no podemos recap i- ofe rta es siempre e l res ultado de un a dec isió n indiv idu al: ¡d e un
tular todas las di scusiones en curso, sino só lo proponer algun os plumazo, entre los trabajadores só lo existe el desemp leo vo lun-
eleme ntos de interpretación li gados a la historia del sa lariado. tario! Los " compradores " son los empresarios, quienes combi-
nan los serv ic ios pa ra producir bienes . La "ga nanc ia" es una re-
muneración al serv icio prestado por los empresarios . Pero no
hay realmente producción ni ganancia neta . Parecería que en
* Maestra in vest igadora del Centre Nationa l de la Recherche
un amp li o proceso de comp ra-ve ntas, c ada quien es remun era-
Scientif ique, París . Traducción del fran cés de Enrique Rajchenberg
S. Este trabajo se escribi ó en febrero de 1980. do de acuerdo con su productiv id ad relativa , dada la neces idad
de estab lecer prec ios de equ ili brio de m ercado .
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Otros eco nomis tas, poster io res a Key nes, ha ce n un análi sis Sin emba rgo, si el costo en trabajo de la producci ó n de los
d if erente . Co nsidera n al sa lar io como el in greso moneta rio que b ienes consum id os po r el t rabajado r es el qu e determin a el va-
permite subsistir a los t raba j ado res de acue rd o con el nivel de lo r de la f uerza de t rabajo, Marx pa rece co mpleta r la economía
v id a que p reva lece en un a época y en un pa ís determin ado . El po líti ca c lás ica m ás qu e sepa rarse de ell a. Otra posibilidad : si
sa lar io es el pod er de co mpra de un a parte del produ cto y co ns- " el elemento moral e histórico" es t á incorporado en la determi-
tituy e una porción impo rt ante de la dema nd a soc ial de los nación de l sa lario, ¡por q ué no invertir la metodología , partien-
bienes de co nsumo . Por ello a menud o se habla de las vac il a- do de l sa lario para co nc luir en el t rabajo prov isto, co mo lo
c io nes de los emp leado res cuando se trata de red uc ir los sa la- hace n los eco nomi stas?
ri os: ¡a l ha cer lo se arri esga, simultánea mente, un a red ucc ió n de
las ventas! El t rabajo provisto só lo aparece a t ravés de l in greso Ante estas difi c ul tades, mu c hos auto res conte mpo ráneos
m o net ario distr ibuid o entre los asa lariado s, aun si, por otra par- propon en abandona r la noc ión de va lo r y co nsidera r, por
te, se le co nsid era un factor de la produ cc ión . ejempl o, e l sa l ari o co m o un precio, dond e el va lor de uso de l
traba jo figur aría entre los ot ros elem entos mate ri a les de la pro-
A pesa r de las profundas d ive rgenc ias co nce ptuales , los eco- ducción (energía, máq uin as, mate ri as primas, etc ., a los que se
"\om istas tienen puntos en co mún . Negat ivamente, ninguno ag regan "x" horas de t raba jo). La relación sala ri o/ta sa de ga-
e.xp li ca e/ origen de la ga nancia en relac ió n co n el sa lariado nanci a se ub ica ría en la distribución de la ga nanc ia bajo c ier-
obrero. A l contrar io, Marx, partiendo d e la me rcancía y de la tas condicio nes qu e co nc iernen a la determina c ión de los pre-
forma-dinero (o mo neda), es dec ir de la c ircul ac ió n, in vest ig a c ios. Cua lesq ui era sea n las co nst ru cc ion es teóricas propuestas
qu é oc urre si mul táneamente en la produ cc ión . E1 in greso qu e, (esc ue la de Sraffa, esc uela neokey nes iana, re interpretación de
en la c irculación y en la p ráctica cap ita li sta, apa rece co mo una Marx), parece qu e el rec hazo de la noc ió n de "va lor de la f ue r-
ganancia obten ida del capita l ade lantado, t iene su orige n en el za de trabajo" va un id o al abando no de las nociones de plusva-
plu svalo r: el gasto de t rabajo c rea un va lo r super ior al de las lo r y d e exp lotación en la producción . Al final de c uentas, se de-
merca nc ías necesa rias para la reco nst itu c ión d e la fu erza de secha n la teo ría del va lo r y la del o ri ge n de la gananc ia.
trabajo. E1 plusva lo r, ca racteríst ica de la forma cap ita l ista de
ex pl otación de los t rabajado res, es disimulado por las rela- En respuesta, suele ocurr ir qu e se parta d e las co nsecue n-
c iones de dine ro. En la circulac ión, tom a la fo rm a de la ganan- c ias : se abandona el p lu sva lo r pa ra rec haza r su premisa, l a
c ia; e l sa lari o, in greso mon et ario, apa renta ser e l prec io del teoría del va lo r. " No se debe suprimir la id ea d e la exp lotació n
trabajo de toda la jo rn ada, lo que oc ulta el " plustrabajo" rea li- como relac ió n de producción -afirman estos auto res -; se de-
za do pa ra el emp leado r. be, por co ns ig ui ente, co nservar la noc ión de plusvalor, que
imp lica la de plustrabajo en rela c ió n al t raba jo necesa rio pa ra
La forma-salario , tal como Ma rx la anal iza, cor respond e al la rep roducció n de la fuerza de trabajo . D e esta manera, se co n-
salariado ca pital is ta como relación específica de producción y se rvan las raíces de las relacio nes de c lase en el capita li smo ."
de camb io. El propio t rabaj o no tiene va lo r, lo produ ce en de-
terminadas cond icio nes soc ial es. El sa lari ado cap itali st a es la La conce pc ión del plusvalor como origen de la ga nancia,
co ndi ción social del trabajador jurídi ca m ente li b re (n i esc lavo que se si túa en el contexto de un a " crítica de la econom í a
ni siervo) desprovisto de toda prop iedad sob re los med ios de pol ítica", no es, in dudab lemente, neutra . Marx denunciaba la
producción y co nstreñid o a ve nder durante c ierto tiempo el uso ex plotación del obr ero por el ca pital "c horrean do sa ngre y
de su fuerza de traba jo al poseedor de cap ita l, "e l ho mbre de lodo, por todos los poros" .1 Sin embargo, hay qu e proseguir e l
los esc udos". El gasto total de trabajo en e l transcurso de la jor- análisis de la fuerza de trabajo para esboza r un a respuesta, si-
nada in c luye, además del trabajo " necesario" (productor del quiera parcia l, al probl em a de su va lo r. La noc'ió n debe poseer
va lor de los biene s de subs istenc ia), el plu strabajo (productor su propi a co herenc ia.
de plusvalor).
Por su naturaleza, la relac ió n sa larial ca pitali sta-ob rero se
Aquí las cosas parece n comp li ca rse. Se pregunta : ¡qué es el
manifiesta de diversas maneras y no puede redu c irse a un so lo
va lo r de la fuerza de trabajo como merca ncía particular? Esta
as pecto. Qu ienes hace n del sa lar io el pre c io de la fuerza de tra-
pregunta se sitú a en un cuest io nam iento de toda la teoría mar-
bajo, la c ua l, a su vez, se rí a, en c ierta fo rma , " v alori za da"
xista del va lo r, o bien co nsidera el carácter excepciona l de la
co mo merca nc ía en su ca mbio in sta ntáneo po r un ingreso mo-
fuerza de trabajo, mercancía diferente a todas las demás . En
netario, simp lifi ca n y deforman los procesos . En el contexto del
genera l, la primera or ientac ión es la más desa rro ll ada y, sin
sa lari ado co mo relac ió n soc ial, si multáneamente " rea l" y mo-
d ud a, la más lóg ica tambi én.
netario, el sa lar io pos ee tres dimensiones :
Marx define el va lor de la fu erza de trabajo por el de los m e-
dios de subsistencia necesa ri os para el mantenimiento del tra- 1) Lo que Marx denomina cap ita l variable, distinto del ca pi-
bajador, in c lui do el de su familia y durante los "t iempos mu er- ta l co nstante (equipos , m ater ias pr im as), en lo ref erente a la for-
tos" (instrucc ión, enfe rm edad, ve jez). A esto se ag rega lo que se ma c ión de va lor por e l trabajo v ivo; 2) el ingreso monetario del
denomina " un ele mento moral e histór ico", que designa, ese n- asa laria do, rem un eración del uso de es ta fuerza , limitada al va-
c ialm ente, los tipos de cons um o, v ari ab les seg ún las épocas. E1 lo r de la reproducción de la fuerza de trab ajo; 3) la compra de
va lor de la fue rza de trabajo no es, en co nsecue ncia, "e l fo nd o mercan cías necesarias, gasto del sa lari o por e l obrero. Tal
de sa larios" qu e esta rí a determinado por un mínimo v ita l " natu- como señala e l econom ista franc és Bernard G uibert, estos dife-
ral " (cobertura de las necesidades " f isiológicas" de los t rabaja- rentes aspectos hall an su homogene id ad en la fo rma-din ero (D),
dores). Este mínim o era provisto, mediante el trabajo, en las ca- sin se r, po r tanto, d istintos .
sas de t rabajo in glesas para " los pobres" de l siglo XIX. No obs-
ta nte, si bi en los traba jadores asala ri ados son pobre s, ¡no son 1. K. Marx, El Capi tal, Siglo XX I Editores, Méx ico, 1975, tom o l/vo l. 3,
" los pob res" ! p. 950.
550 fuerza de trabajo, salario y estado

Si se co nside ra úni ca mente el te rcer as pec to, el de l sa lar io unid ad de c lase y, en el trata mi ento de estos te m as, nos refer i-
co m o compra de las m erca ncías necesa ri as, se co rre el riesgo rem os al pape l del Estado .
de limitar el sa lari ado al sa lari o, def ini do éste por la "ca nas ta
de bie nes" qu e aseg ura la subs isten c ia de los traba jadores. Esto Los trabajadores, ¿" homb res sin cual idades " ?
hace d esva necer la re lac ió n sa lari ado/va lo ri zac ión d el cap ita l.
Si só lo se toma en c uenta el seg und o aspec to, el de l sa lari o
co m o ingreso m o neta rio d e los traba jado res, el ri esgo es el mi s-
M arx describe la adaptac ió n del tr aba j ado r a la d i-
v isió n del t raba jo produ cti vo de merca ncías cap itali st as
desde un dob le pu nto de v ista. Por un lado, el ob rero debe esta r
mo que e l precede nte; ade m ás, la d istribu c ión de va lo res
física e intelectua lm ente preparado para una producc ión
es taría exageradame nte se parada de la p roducc ió n de és t os
dentro de la cual no es m ás que un elemento de ejec uc ión . D e
como m ercanc ías cap itali st as necesa ri as para la repro du cc ió n
ahí su "desca li f icació n" y su exc lu sió n del traba jo inte lec tual.
de l trabajador. En co nc lu sió n, es im pe ri oso co nsid erar la rela-
Po r otro lad o, en el proceso de trabajo hay e lem entos de " re-
c ió n cap ita l va ri abl e (v)/sa lario: reubi ca da en la c ircul ac ió n pro-
ca lifi cac ió n", de man era que lo que Marx denomina "e l despo-
pia al ca pita l (O - M - O + d), indi ca la va lor izac ió n de l ca-
tism o de fábrica " no es un tota litari smo de la m áqu in a. M arx
pita l y la tasa de exp lo t ac ió n (E = a/v). Pero el ca pital var iab le
demu est ra có mo la m áqu in a, "e l tr abajo m uerto", " domina \1
no debe ser co nsid erado hacie ndo abst racció n de los o tros dos
bombea a la fu erza viva" de los trab ajad o res, cuy a subordin a-
aspectos de l sa lari o, como in greso monetario y co m o gastos en
c ión se ase meja a " una di sc iplin a c uartelari a", 4 pero ev ita, por
b ienes de consu mo de los traba jado res asa lari ados. Si la dist ri-
lo menos parc ialm ente, la descripc ió n " hum anitarista" de los
buc ió n y la c ircu lac ió n es tu v ieran en el interi o r de la p rod uc-
efectos de la maquinari a.
c ió n de ca pital, tendríamos algo as í como un a unid ad tota li ta -
ri a ca pitali sta . El pode r de direcc ión del ca pital sobre el traba- En la manufactura, las operac io nes de produ cc ió n pueden
jo, enca rn ado en el ade lanto de ca pita l va ri abl e V, no tendría ser desg losadas y distribuid as en tre los obreros agrupados en un
límites objet ivos, si aq uí se descartaran las lu c has qu e co nc ier- mismo ta ll er. El " ob rero parc ia l", que sólo ejec uta un a ope ra-
nen a los procesos de traba jo y, por co nsigui ente, las rela cio nes ción, es tá mutilado po r la div isió n de l traba jo. Empe ro, Marx se-
ent re las m áqu in as y el trabajo v ivo. ñala q ue debe co nse rvar " la destreza artesa nal"s para ll eva r a
ca bo, lo m ejor pos ibl e, su única t area.
Para dar cue nta de las dive rsas dimensiones del salario, el es-
quema de la p rodu cc ión de plu sva lor debe se r co mbin ado co n En la fábrica , donde domin a la m aqu in ari a, se hace necesa-
el de la c ircul ac ió n. El d in ero, siempre el mi smo, a pesa r de qu e rio ot ro tipo de adaptación de l ob rero a los im perat ivos del pro-
c ircula según difere ntes mod alid ades, hace homogéneos los di- ceso de tr aba jo . Por ejemplo, los dedos delgados y ág il es de las
f ere ntes procesos y se ubica en el entrec ruzamiento de la pro- niñ as pequeñas son m ás co nve ni entes qu e los de las muj eres
ducción y la c irc ul ac ió n. El sa lari o en din ero es un a relac ió n para el fun ciona miento del te lar m ecá ni co. El tipo de trabajo
de produc c ión qu e se manifi esta necesa riam ente co m o una re- ex igid o po r la máquina determ in a el uso de las fac ultades
lac ió n de ca mbi o. Esto es característi co de l sa lari ado y de la fí sicas y m entales de los t raba jado res " mutilados po r la división
exp lotac ión ca pitalista s. del tr aba jo". 6 E1 trabajo intelec tual es tá rese rva do para los in-
genieros, q ui enes co nc iben las m áquinas y los procesos de
TRABAJAD O RE S, SA LA RIO S Y ESTADO fab ri cac ió n. Los obreros, d es poseídos tanto del sa ber co mo del

11 E n el mercado, lo qu e se co ntrapone direc tam ente


al po see dor de dinero no es en rea lid ad el trabajo , si no el
sa ber-hac er, se convierten en partes interca mbi ab les, es to es,
utili za bles para cua lqui er tipo de t rabajo manu al depend iente
de las máquinas .
obrero", 2 qui en vende la úni ca m erca ncía qu e pos ee, su fu erza
Sin emb argo, Ma rx seña la que es ta " d esca li f icac ió n" inh e-
de t rabajo, o m ejor di c ho " el uso de esta fuerza, su fu nc ió n, el
rente al tr abajo ob rero no só lo t iene caracteres nega ti vos . El
traba jo". Es conoc ido el dobl e ca rácte r atribuido po r Ma rx
" hombre sin cua lid ades" pu ede se r as im ismo el q ue se adapta a
al trabajo qu e produ ce merca ncías, el d e trabajo abstrac to, crea-
tod os los tipos de traba jo .7 La po li va lenc ia se rí a como el anver-
dor de va lo res, y el de traba jo co ncreto, producto r de va lores de
so de la meda ll a y la desca li f icac ió n su reve rso. Va aco mpaña-
u so. Cualqui era qu e sea la ram a in dustr ial en co nsid erac ió n o el
da d e una in struc c ió n mínim a:" ... La leg islación fabri l, esa pri-
lu ga r del obrero en el pro ceso de prod ucc ió n, lo qu e c uenta
mera co nces ió n penosamente arranca d a al cap ital , no va m ás
para la va lorizació n de l cap ital es el gasto de traba jo, entend i-
all á de co mbinar la enseña nza elementa l co n el trabajo en las
do co mo f racc ió n de un trabajo soc ial homogéneo: éste es el
fábricas. " 8
signifi cado ge neral d e la noc ió n de traba jo abstracto. Pero,
¿có mo se co nv ierten los trabajo s "co nc retos" en gas t os de "t ra- Hoy en d ía, estos aná l isis, breveme nte reseñados, se in-
bajo si n c uali dades" y adq ui eren un ca rácter abstracto? Esta terpretan de maneras d iferentes. Seg ún algunos, 9 Marx exage ró
cuest ión, muy debat id a en la tradi c ió n marxista, no se de- la tende nc ia a la desca li fi cac ió n de los traba jadores y sus
sa rr o ll ará aq uí a pesa r de su importa nc ia co n respec to al proce- desc rip c io nes de l proceso de trabajo indu stri a l está n sesgadas.
so de va lo ri zación de ca pital. Para otros, al co ntrari o, 10 Marx p rese ntó un aná li sis m ode lo de
" El proceso ca pitalista de produ cc ió n (... ) no só lo prod uce
m erca ncías, no só lo plusvalor, si no q ue produce y reprod uce la 4. /bid ' p. 517.
re lac ión cap ita li sta : por un lado, el cap italista, por e l otro el 5. /bid' p . 412 .
6. /bid., p. 537 .
asa lari ado". 3 Aquí se abo rd arán parcia lm ente só lo algun os
7. /bid' p. 594.
puntos co nce rni entes a los t rabaj adores, su ca lifi cac ión (d esca- B. /bid , p. 594
lifi cac ió n), su rem un erac ió n (niv el y est ru ctura d e sa lari os), su 9. Po r ejemp lo, B. E/b aum, W . Laro ni ck. F. Wi lki nson. J Zee it li n. en
Cambridge Jo urna f of Economics. sept iemb re de 1979.
2. K. Marx, op. cit.. to m o il vol 2. p. 653 . 1 O. Por ejemp lo. Harry Braverman. Trabajo y capital monopolista ,
3. /bid. p . 712. Ed . N ue stro Tiempo, México, 197 5.
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los ef ec tos de la m aquinaria y prev ió la desca lifi cac ión ma siva de trabajo Esto introdu ce las cu est io nes relativas a l ni ve l d el
li gad a a la ev o lu c ión de l pro ceso de tr ab ajo en el ca pitali sm o sa lari o y a su estru ct ura (relac ión entre e l sa lario directo p aga-
d es de el fina l de l siglo XIX (con el auge del tay lo ri smo) . Otros do al trab a jado r qu e produ ce y e l sa lario diferido : pres ta c io nes,
anali zaro n, sobre todo, el ca rácte r co mpl ejo de la relac ión su bsidios, pensiones abonada s co mo cobe rtura d e los " tiempo s
ent re des ca li fi cac ión y ca lifi cació n, in sist iendo en el ca rácter mu ertos" para la producción) .
de c lase de l aspecto técnico d e la d iv isió n del trabajo. En la
• a] En lo que co nc ierne a la form ac ión de la " ta sa gen eral
per spec ti va de Marx aqu í só lo se seña larán tres puntos:
de los sa la rios" (se trata aquí de l sa lar io directo), durante el
aj " La enseñanz a elem ental " de los obreros sigui ó siendo un perí odo de l ca pitali smo es tudi ado por Marx, había una rela c ión
es pacio d e lu c ha de c lases en e l c ual el Estado es tá implicado es trec ha entre el esta d o d e la coyuntura económica, el empl eo
de un a u otr a m anera : leg isl ac ió n impu es ta a los patrones , orga- y el nivel de sa larios. " Son estos m ov imientos absolutos en la
ni zac ió n de la esc ue la primari a, et cé tera . acumulación del capital los qu e se refl ej an como movimientos
relati vos en la masa de la fu erza de trabajo explotable". 1 4 En e l
b] D e todos m odos, cua les qui era qu e se an hoy en día , por pr imer cas o (in sufi c ien c ia de fuerza de trabajo), la tasa de sa la-
un lado, el grado de " des ca lifi cac ió n" del trabajo de los rios aum enta; en e l segundo (ab und anc ia de fuerza de trabajo),
"c uel los bl ancos " (emp leados ban ca ri os, técnicos de la in vest i- desc iend e. Pero , señ ala M arx, "e n m odo alguno se trata, pues,
gac ió n, et c. ) y, por otro, e l desarro ll o de " un a nu eva c lase obr e- de una relación entre dos m ag nitud es rec íprocamente inde pen-
ra " co n acceso a determinado sa ber, en detrim ento, por co nsi- dientes - por una parte, la m ag nitud del ca pital , por la otra, e l
guiente, de los efectos de es t e doble m ov imi ento desc rito por núm ero de la pobla c ión obrera- ; en última instancia nos en-
diversos auto res, siguen v igentes la div isió n entre t rabajo inte- co ntramos, por el contrario, ante la rela ción entre el trabajo im-
lectu al y tr abajo m anu al y la consecuente jerarquí a socia l. pago y el trabajo pago de la misma población obrera ". 15 M arx
c] ¿Es acaso legí timo hab lar de " trabajadores" en ge neral, opon e a la " sob repobl ación abso luta" una " sobrepob lación re-
sin distinguirlos de ac uerdo co n una tipología de ca li ficaciones lativa ", " un ejérc ito in d u str ial de res erva" , cuyo volum en
profe sion ales li ga da al nivel de sa lari os y a las co ndi c ion es de co rres po nd e a las ne ces id ades de la va lor izac ión de l capital.
acceso a los empl eosl Lo s obrero s es t án di stribuidos en peo nes , Esto qui ere dec ir igu almente que, según Marx, no hay un
oficial es, maes tros, 11 toda s ell as categorías subdi v ididas. La di s- " m erca do de trabajo" en el cu al los trab ajadores ofrecen sus
tin c ió n má s impo rtante sepa ra el trabajo ca li f icado (skil/ed la- se rv ic ios que los empresarios p iden en mayor o menor ca ntidad
bour) del no califi cado (uns killed labour) . Esta d ist in c ión abarca , y c uyo ajuste se rea li zarí a por m ed io de un prec io (e l sa lario) en
ac tu alm ente, mú lt ipl es diferenc ias (edad, sexo, raza, naciona li- el cu al se equilibran ofe rtas y de m and as . En rea lid ad, "e l ca pi-
dad). A lgun os economi stas tambi én hab lan de seg m entac ió n o t al ope ra en ambos lados a la vez ", 16 tanto en la oferta como en
de dua li dad del " merca do de traba jo": un sec tor prim ari o la dema nd a de trabajo. El ri esgo de l dese mpleo obrero forma
in c luirí a a los obrero s con empl eo es tab le y remunerac ió n relati- parte de las co ndi cio nes de la " oferta de trabajo".
va m ente eleva da, v in cul ad a con un a ca lifi cac ión superior; el sec- La absorción de los tr aba j adores es indisociabl e de su rec ha-
tor sec und ario es taría co nstituido por quienes rea li za n tareas no
zo perm ane nte por la indu stri a ca pitalista o de la amena za d e
ca lifi cadas. m al paga das, y cuyos empl eos son in es tabl es. 12 ese rec hazo. 17 El dese mpl eo no sería únicam ente re se rva de
H ab rí a algo as í co mo dos c lases obrera s, un a ari strocrac ia y un mano de obra, sino tambi én filtro por medio del cua l cada uno
pro leta ri ado.
es orientado hacia "s u lu gar" El "e jército indu str ial de rese rva "
Este último punto se di sc utirá m ás abajo. Ade lantemos, ga ranti za la disponibi li dad de un a mano de obra rápidamente
no obsta nte, qu e si se quiere c riti ca r la id ea de la du ali- movili za ble en caso necesa ri o. Este ejército está integrado en la
dad no bas ta co n afirmar que un ob rero, aun bien pag ado, co ndi c ión sa larial. Es en es t a perspect iva que sus mov imi e ntos
sigue siendo un exp lotado. Habría qu e d emostrar cómo la uni- de expa nsión y de co ntracc ió n afectan la tasa general de sala-
d ad de c lase de los trabajadores co ntra el ca pital se relaja o se rio s. " Durante los período s de es tan ca mi ento y de prospe ridad
refu erza a través de co mplejos proc esos d e lu c ha relacionados, m edi a, el ejérci to industrial de rese rva o sobrepoblación re lati-
a su vez, co n las instituciones (sindicatos), las reglamentaciones va ejerce pres ión sob re el ejérc ito ob rero activo y pon e coto a
estata les y las coy unturas eco nómi cas y po lí ticas n sus ex ige n c ias durante los períod os de so breproducción y de pa-
roxismo" .18 D e esta m anera, en el co ntex to del salariado cap ita-
N ivel y estructu ras de sa lario s li sta, e l empl eo, el dese mpl eo y el ni ve l d e los sa lari os está n li-
gados como eleme ntos de la co nve rsió n d e los trab ajado res en

E 1 t raba jador ve nde e l uso cot idi ano d e su fu erza de


tr ab ajo a ca mbio de un sa lario en es peci e. Más arriba he-
mos vi sto qu e un a de las dete rmin ac io nes de l sa lario es la re-
fu erza de t raba jo ad aptada a la va lo ri zac ión del cap ital.
La c lase trabajadora en su co njunto re siente los efe cto s del
co nstitu c ió n diaria, pero tambi én en el tiempo, de esta fuer za " ejérc ito industrial de res erva"; su res isten c ia contra la ex plota-
ción depende, en co nsec uenc ia, de la unid ad de luch a entre tra-
bajado res emp leados y dese mpl ea dos. 19 Simultáneam ente, se
11 . V éase la di stin ció n es t ab lec id a por A d am Smit h ent re el "co m-
mon labour ", trabajo a l a l ca nce d e c u a lqui era; el " skill ed /abour " , qu e
no requi ere m ás q ue a lgu nos día s de form ac ió n en e l lu gar d e trabaj o, y 14. K. Marx, op. cit. , tomo 1/ vo l. 3, p . 769.
el " qualified labour " , qu e corresponde a los of ic ios trad ic ionales. 15. /bid., p . 770, nota " b".
12. Un est udio rec iente del Ce ntre d' étud es de s reve nu s et d es coOts 16. /b id. p. 796.
so br e los sa l ari os ba j os en Franc ia ind ica qu e los dos te rc ios peo r paga- 1 7. Véase F. Michon, " St ru c turat ion du m a rc hé et reproductio n d es
dos de los asa l ar iad os so n obreros " poco ca lifi ca d os" (peo nes, of i- fo rces d e tra va il , l' exe mpl e du c homage", Cen tre N ational d e l a
c i al es). Rec herc he Sc ie ntifique, Se min a ri o d e eco nom ía del trabajo de l a Uni-
13. Véase, po r e jempl o , e l a rtí c ul o d e J Rub ery "S tru ctured labo u r ve rsid ad d e Parí s 1, pp . 6-7 .
m ark et s, wo rk er o rga ni za ti o n and low pay ", en Ca mbridge journal of 18. K. Marx, op. ci t. , t o m o ll vo l. 3, pá g. 795.
Economics, m arzo d e 1978. 19. /bid , p. 797 .
552 fuerza de t rabajo , salario y estado

va n formando fra cc ion es d if erentes .20 En los secto res en de- manda soc ial de la c ircu lación capita li sta, y ta:-nb ién a la resis-
sa rrol lo, la sob repobl ació n re lativa exis te bajo la fo rm a " flu c- tencia de los asalar iados a un a baja de su ni ve l de v ida . Por ot ra
tuante " ; ahí , la atracción de los trabajado res es superi o r a su parte, se produciría un ef ecto de difusión a partir de las a l zas de
rec hazo. Al co ntrario , la " forma latente" de la sob repob lac ión los sa lario s en los sec to res de pu nta, do nde la productivid ad es
afecta m ás a los habitantes de l ca mpo qu e a los d e las c iuda- elevada , ha cia e l co nju 11to de los asa lar iados . Los nu evos p roce-
des . Po r último, la " fo rm a es tan ca da " es la com pue st a por los d imi entos in sti tu c io nal es fac ili tarían este m ov imiento, los
" supe rnum era ri os " , cuyo " sed im ento má s bajo (. . .) se aloj a cuales, t al como se o bse rva en Fran c ia co n el " sa lario mínimo" ,
(. . .)en la esfera del pauperism o" .21 A hí se hall an los "e nf erm os co ntri buyen a la repercu sió n de l al za de pr ec ios so bre el al za
c rónicos, mutil ados" 22 y v iejos , c uyo m anten imi ento " figura de sa lari os, hac iendo abstracció n de l ni ve l de desemp leo . La
entre los faux frais (gastos var ios) de la produ cc ión des co nexió n entre la tasa de sa larios y la de desempleo se rí a el
cap ita li sta " 23 La forma dominante del sa lario es, entonces, la efecto de c ierta co nve rge nc ia entre el interés de l cap ita l (ev itar
del sa lari o dire cto en espec ie; la as istenc ia sem ipúbli ca y la so- una c risi s m as iva de rea li zac ió n), el de los asa lar iad os en su
lid ari dad popul ar se enca rgan d e los " pobr es" . luc ha po r mantener su ni vel de v id a y la in terve nc ió n de l Esta-
do, co nve rge n c ia que no imp id e, en abso luto, los co nfli ctos
Segú n el análi sis del ca pitali smo a m ed iados del siglo XIX más enca rni zados .
rea li zado p or Marx, tenemos, por un lado, un a relac ió n estru c-
tural entre el empleo, el desemp leo y el ni ve l de sa lari os ob re- Cabe preguntarse si la relac ión de Phillips entre el nive l de l
ro s y, por ot ro, un a un idad de c lase y un fra cc ionam iento d e los sa lario y el del dese mpl eo es an áloga a la re lación " sa lari o-
trabajadores en diferentes ca tegorías . Ob via m ente, las cosas empl eo- dese mpl eo" ana li zada por M arx. En el caso de una res-
ca mbi aron hoy día . No abord arem os en este artí cul o las cues- pu es ta positiva , la noc ión de "e jérc ito indu st ri al de rese rva"
ti o nes re lat ivas al desarro ll o de l cap ita li sm o monopó li co, ni p ierde su signifi ca do en las co ndi c io nes actua les, ya qu e no
tampo co las refe rentes a un a políti ca ec onómica qu e surgió en co nc iern e al ni ve l de sa lar ios . Empero, " el m erca do de traba jo"
el trans curso de los años t rei nta. Sin embargo, se pued en subra- al qu e se refi eren A.W. Phillips y sus co mentari stas difi ere del
ya r algun os puntos qu e demuestran los camh ios de la co ndi- definido por Marx . Vimo s m ás arri ba qu e el "e jé rc ito de
c ión obre ra en los país es cap itali st as desa rro ll ados . La situac ió n reserva" no es únicamente un a ofe rt a excedentaria qu e impli ca
del proletariad o en los países del " Terce r Mundo" en vías de in- una baja del precio (el sa lari o) de la mercancía ofrecida (el t ra-
dustri ali zac ión debería se r anali zada sepa radamente y en la bajo). No se reduce a un " m eca ni smo de reg ul ac ión compet iti-
perspectiva de un a actualización radical de la noc ió n de " impe- va" de l ni ve l sa lari al, aun c u ando afecta a es t e ni ve l. Form a
ri ali sm o". parte de las co ndi c iones de movilidad genera l de la man o de obra
como reserva y co mo filtro (la ca ntidad y la ca lidad están rela-
En primer término, algunos estudios que abarcan largos cionadas). Esto es vá lido hoy en día: el empleo ob rero sigue tenien-
períodos de ti empo demostraron la desconexión entre la coy un- do el riesgo del dese mpleo qu e le es inherente, aunq ue haya n cam-
tura, e l empl eo y el ni ve l de los salarios surgid a, por ejemplo, en biado sus formas y sus efectos en el ni ve l de los sa lari os.
Franc ia entre 1967 y 1976.24 Durante es t e perí odo, se produjo
Si se co nsid era el proceso de es tratifica c ión/ recompos ic ió n
un aumento si multáneo del desempleo y de los sa larios. Es un a
de la c lase de los trabajadores, la situ ac ión p arece ría haberse
d e la s principales ca rac terí sti cas de la c risi s ac tual y co nsi st e en
invertido en lo co nce rniente al ni ve l de los salarios . En la época
la simultaneidad del alza de los prec ios y la disminución de la
de M arx, la relativa ri g id ez de la est ratificación de la mano de
actividad económica (es lo qu e se de nomina "es tanflación ": es-
obra t ení a co m o ef ec to em pujar hac ia la baja a la tasa sa lar ia l
t anca mi ento e inflaci ó n).
ge neral frente a un a cor relac ión global de fu erzas desfavorable
La desconex ió n del nivel del empl eo co n el de los sa larios a los obreros. Al co ntrario, en el período rec iente, parece que e l
co ntrad ice la evo lu ción anterior, tal co m o la ex pli có el autor "sec tor primario" relativ ame nte protegido, en lo que se refie re
ingl és A. W . Phillip s. 25 Los res ultados dem ostraba n que, en un al ni ve l del empl eo y del sa lari o, emp uj a ha c ia arriba al co njun-
período exte nso, la tasa de sa lari os evo lu c ion a en sentido inver- to de las remunerac ion es . Sin embargo es ta tendencia, cu and o
so a la t asa de desempleo (l a prim era aum enta cuando la otra se verifica, sólo puede ser obse rv ad a a trav és de la o rga ni za-
disminu ye y viceversa). Otras investigac iones co mpl eta ro n los c ió n de los traba jadores, la formación de un a nu eva re lació n de
resultados , in c luyendo, por ejemp lo, previ sio nes ace rca de l al- fuerzas entre ob reros y ca pitalista s y su exp resió n institucional
za de los pre c ios. Ahora bien, la re lac ió n estab lec id a por (neg oc iacio nes codificada s, pro cedimi entos de indi zac ió n,
Phillips no se ref leja en la evo lu c ió n rec iente del desempleo etc.) Aú n se rí a necesa ri o co noce r m ejor el con junto de flujo s de
co n respecto a los salarios . mano de obra y las co ndi c io nes de trabajo . A lgun os de los as-
pectos más feroces de la explotación ob rera de l sig lo XIX pa re-
Un a de las id eas propuestas para exp l ica r este camb io es la ce n pe rpetu arse actualmente para un a parte de la c lase obre ra:
rigid ez a la baja del consumo de los asa lari ados, debida a la im- importac ió n de trabajadores af ri canos o paquistaníes desplaza-
portancia de la demanda de los bi enes de co nsum o en la d e- dos a la m edid a de las neces idad es y rec ha za dos des pu és de su
uso, el renac imiento del trabajo a domici li o, el d esa rro ll o d el
20. !bid' pp. 797-803. " trabajador preca ri o" 26
21. /bid' p. 802 .
• b] E1 camb io de las proporcion es entre sa lari o dire cto y
22. /bid' p. 802 .
sa lar io diferido introd uj o, as imi sm o, modifi cac io nes importa n-
23 . /bid ' p. 803 .
24. Véase Robe rt Boyer, " Rapport sa lari al et fo rm ation des sa laires:
les ense ignements d'un e étude de longue pé ri ode", Cep rema p, Parí s, ju- 26. " Es preca ri o aquel trabajo cuyas gara ntí as de empleo o protec-
nio de 1978, pp. 64-65. ciones en materi a de desp ido son menores a las de la mayoría de los
25 . Véase " The relation between unemp loyment and the rate of asa lari ados ... J.-F. Germe, " lnstabi lité, précarité et transformations de
change of money -Wage rates in the Un ited Kingdom 1861-1957", en l'emp loi" , en Critiques de /'Economie Politique , núm . 15/16, F. Maspe ro,
Economica, novi embre de 1958. Parí s. abril de 1981 , p 58 (N . del T.).
comercio exterior, mayo de 1982 553

tes en el in greso de los traba jadores y en la reprodu cc ió n en el c ial. Van juntos co n un a readecuación de las form as d el
tiempo de su f uerza de trab ajo Robe rt Boyer 27 indi ca que el sa- em p leo asa lari ado; un aspecto impo rtante de es te hec ho es el
lar io diferido represe ntaba en Franc ia, en los años treinta, alre- desa rro ll o ac tua l, en Fran c ia, de l " persona l no estatuta ri o", 31
dedor de 5% del sa lario d irecto, mi entras que en 1975-1976 era de eve ntu a les, de asa lar iad os de l sub con tratismo. Los " no es ta-
más de 20% . Por def ini c ión , su evo luc ió n no está li gada en for- tutarios" y eventua les rec iben sólo pocas indemnizaciones de de-
m a directa al " m ercado de trabajo ". " As í, la din ámi ca de los semp leo, cuando no ninguna. De esta manera, sobre ell os se des-
gastos de los seguros de enferm edad depe nd e mu c ho de la carga el peso de los " ti empos muertos de l trabajador colectivo" .32
inf lac ió n general y de las cond ic io nes de ree mbo lso; po r su par-
t e, las prestac iones de l seguro de dese mpl eo está n vincu ladas Si el trabajador eventua l no só lo es "e l ho m bre sin c ua l ida-
co n la ex t ensión del subemp leo y las m o da l id ades de su ind em- des" , sino tambi én e l asalariado "s in derecho a la seguridad",
ni zac ió n. Por el lo, no es sorprendente co nsta tar que, en 1975 , su expa nsió n cuantitativa podría afecta r la evo lución ulte r ior
las prestac ion es soc ia les c rece n notori am ente co n m ás rapid ez de la rela c ió n entre sa lar io directo y sa lar io d ife ri do . Por med io
qu e el sa lar io d irec to ... d el f raccionam iento del pro letar iado, la pres ió n globa l se ha rí a
en un se nt ido desf avo rab le para todos los traba jadores: la parte
Sob re es t e punto, as í como sob re la in sta urac ió n de un sa la- menos proteg ida soc ialmente emp uj aría ha c ia abajo al co njun-
rio directo mínim o que va rí a co n el costo de la vida, se pu ed e to de los trabajadores . E1 ca rácter precario de la co ndi c ión
observar has t a qué punto las formas del papel del Estado re lati- ob rera, en lu ga r de se r absorbido por su descarga sobre el traba-
vas a la gestión de la fuerza de traba jo se m od ifi caro n en com- jo eve ntual , aurn entari a para toda la c lase. Además, es necesa-
para c ión co n las práct icas del siglo XIX, diferentes, a su vez, de rio se ñalar que, hoy en d ía, el traba jo eve ntua l afecta part ic u-
aquel las de " la ac umul ac ión o rigin ari a". So n las fo rm as las qu e larme nte a los obreros y tiene lu ga r, sobre todo, " en los secto res
se m od ifi ca ro n, y no la rea lid ad de un a intervenc ió n del de actividad dinámicos y creadores de bienes de ca p it a l (co ns-
Estado.28 Ya se t rate de la asiste nc ia a los pobres (re unidos en tru cc ió n e léct ri ca y electró ni ca, co nstru cc ió n mecáni ca, etc.) y
las " workhouses " 29 in glesas), de la durac ión de la jornada de muy poco en las indu st rias m ás tradic iona les y en dec l ina c ió n
trab ajo o de la in st rucción pr imaria, el Estado siempre in te rvino estru ctural (text il-ves tid o, ca l zado, etc.)"_33
b ajo los ef ec to s de las luc has obreras y, tambi én, de la resisten-
c ia de los ca pita l istas indi v idu ales a las med idas co nformes al Aun si actua lm ente parece impos ibl e vis lumb rar un retro ce-
interés ge neral de l ca pita l. D e es ta m anera se pu ede ex p li ca r el so m as ivo de la seguridad soc ial en Fran c ia, t ampoco se pu ede
d esa rro ll o de las encuestas, in specc iones, co m isiones par la- ext rapo lar en form a li nea l la evo luc ión d el sa lar io d if erido a
m entarias y d e la leg is lac ión del trabajo en el t ranscurso del p artir de la situación qu e pr eva lec ió desde 1945 hasta 1970. Si
sig lo XIX. Como el sa lario directo nun ca fue suf ic iente para per- se produ ce una modifi cac ió n de la gestión ca pita li sta de lama-
mitir la reprodu cc ión en se ntido amplio de la fuerza de trabajo no de ob ra, le seguirá, indudablemente, un a rea decua c ión d e la
ob rera (reproducción durante los " tiempos mu erto s" : manteni- gestión estata l de la fuerza de trabajo. Esta rea dec ua c ió n no
mi ento de los ni ños, acc ide nt es, enfe rm ed ades, ve jez), siemp re sólo co nsist irá en ahorros cuantitat ivos (aumento de las cot iza-
t uvo qu e comp letarse, esencia lmente, co n m edida s de as iste n- c iones y reduc c iones de las prestaciones), sino tambi én en mo-
cia, prim ero, y de segu ridad social des pu és . Hoy, la novedad es difi cac ion es c ual it at ivas en los se rv ic ios y equipamientos públi-
un sistema de derechos de l t rabajo que abarca la "cobert u ra so- cos li gados a los derec hos soc iales. Esta eve ntu ali dad es
c ial" de la reprod u cció n de la f u erza d e tr abajo. En consecuen- v islumbrada abst rayendo la res istenc ia obrera y un cambio de
cia, la est ru ct ura sa lari al se m od if icó. o ri entac ió n po lí t ica.
Sin emba rgo, es necesar io sit u ar las cosas en el t iempo y en CONCLUS ION
e l es pa c io, y a que las fo rm as del sa lari ado ca pitali st a no evo lu-
a sea que se trate de l rég imen asa lar iado ca pita-
c ion an de mod o l in ea l y sincronizado. Es sa bido qu e, en un mo-
me nto determinado, la comparac ión entre dif erentes países ca- Y l ista en general (es tud iado en la primera parte en su re la-
c ió n co n e l va lor de la fu erza de t rabajo) o de l sa lari o d irecto y
p ita li stas desa rr o ll ados ind ica una gran d es igualdad. Así, en
Estados Unidos, donde la políti ca de seg uros prevalece sobre la de l sa lario diferido, no se pued e co nsiderar, por un lado, " un
d e seguridad soc ial , la cobertura del riesgo de enfermedad es mercado de trabajo" más o m enos co mpetitivo y, por otro, una
º
muy infe rio r a la de Franc ia. El " we l fare" 3 es un sistema de inte rvenció n del Estado " sob re" es t e me rca do. Esta dua l idad no
es, en modo a.lguno, la que ex presa la idea de u na au to no m ía re-
prestacio nes (gastos en ali mentac ió n, v ivienda), li mitado a un
mín imo v ita l y consag rado, ún icamente, a los " pobres" ub ica- lat iva de lo eco nómico y de lo po lít ico. En camb io, la gest ió n
dos al margen de los-traba jadores en pos ibi lidad de prod u ci r. Se c ap ita l ista de la fuerza de tr aba jo t rae apa rej ada una acc ión
t rata de una forma m ode rna de as iste nc ia. pa rt ic u lar d el Estado, q ue inc luye tanto la defin ición de de-
rec hos soc ia les o de po lí ticas eco nó m icas como la rep res ión
El de rec ho al sa lari o d ifer ido puede, asim ismo, m od if ica rse ant i-ob rera t rad icional. Su es tud io concreto es in d ispe nsab le
con el tie m po. En la c ri sis actua l, el gob iern o y la patrona l fra n- para m ejo rar las prá c t icas y m odifi ca r en un sentido posit ivo su
ceses prego nan cierta austeridad . Por ejemp lo, se intenta hace r relac ión co n la t eo rí a. O
ahorros en la "seg uridad soc ial" y endosá rse los a los trabajado-
res qu e cot izan y perc iben prestac ion es. Los ahorros que se rea-
31 . La autora se ref iere a aq uell os asa lari ados cuyo trabajo no está
l iza n (en la perspe c ti va ge nera l de la va lor izac ión del cap ital) reg ido por la legi slac ión labora l y qu e no rec iben las prestac iones
no co nst ituyen só lo una cuestión de po líti ca eco nóm ica o so- prescrita s por ésta (N . del T.).
32 . F. Michon, " Ho rs statut s. intér im , so us- trait ance de
27 . R. Boyer, op. cit., p. 90. ,nai n-d 'oeuvre" , Semin ari o de eco nomía de l trabajo, Uni ve rsidad de
28. Sob re es te punto, véase Suza nne de Brnnhoff, Estado y capital, Parí s 1, juli o de 1979, y J.-F Ce rm e, " lntérim et ac hat-vente de la force
Editorial Vill alar, M adri d, 1978. de trav ail" .
29 . En ing lés en el ori gina l (N del T.) 33 . J. P. Revo il , " La croissa nce lente marq ue l'emploi", en Econo-
30. ldem. mie et Statistiqu e, núm . 11 2, Parí s, juni o de 1979.

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