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El Apocalipsis siríaco de Baruch o Baruch II.

Destrucción de Jerusalén por los babilonios.

El año vigésimo quinto de Jeconías, rey de Judá, la palabra del Señor


vino a Baruch, hijo de Nerías, y le dijo:
-¿Has visto todo lo que me ha hecho este pueblo? Las maldades que
cometieron las dos tribus que han quedado son mayores que las de las
diez tribus que fueron cautivas. Voy a dispersar a este pueblo entre los
gentiles para que haga el bien entre ellos […]
Llegó el día siguiente, y he aquí que el ejercito de los caldeos rodeo la
ciudad. Por la tarde, yo, Baruch, abandoné al pueblo, Salí y me establecí
junto a una encina. De repente un fuerte espíritu me elevo y me hizo
subir por encima de los muros de Jerusalén. Cuando miré, he aquí cuatro
ángeles que estaban de pie sobre los cuatro ángulos de la ciudad y cada
uno de ellos sostenía una antorcha de fuego en sus manos. Otro ángel
bajó del cielo y les dijo:
-Coged vuestras antorchas y no las encendáis hasta que os lo diga, pues
he sido enviado en primer lugar para decir una palabra a la tierra y
colocar en ella lo que me ha ordenado el Señor Altísimo.
Entonces lo vi descender hasta el Santo de los Santos y coger de allí el
velo de la puerta, el propiciatorio, las dos tablas, el vestido santo de los
sacerdotes, el incensario, las cuarenta y ocho piedras preciosas con las
que se viste el sacerdote y todos los vasos santos del tabernáculo.
Dijo a la tierra con voz alta:
-¡Tierra! ¡Tierra! Escuchad la palabra del Dios poderoso, recibe estas
cosas que te he confiado y guárdalas hasta los tiempos postreros.
Cuando se te dé la orden, entrégalas para que no las dominen los
extranjeros, pues ha llegado el momento en el que Jerusalén será
preservada por un cierto tiempo de su destrucción total, hasta que se
diga y vuelva a ser reparada para siempre.
La tierra abrió la boca y se las tragó.
Después de esto, oí que aquel ángel decía a los ángeles que sostenían
las antorchas:
-Destruid y abatid sus murallas hasta los cimientos para que los
enemigos no se gloríen y digan: “¡Hemos abatido la muralla de Sión,
hemos incendiado el lugar del Dios Poderoso!”. Apropiaos del lugar en el
que yo estaba antes […]
Dudas de Baruch y primera revelación.

Tras esto, yo, Baruch, estaba de pie sobre el monte Sión y he aquí que
vino una voz de lo alto y me dijo:
-Álzate, Baruch, y escucha la palabra de Dios poderos […], serás
conservado hasta la plenitud de los tiempos para que actúes como
testigo, y si estas prósperas ciudades desde entonces dicen: “¿Por qué
Dios envía sobre nosotros estas tribulaciones?”, les diréis que los
pueblos serán castigados con todo rigor […].
Respondí y dije:
-[…] ¿Qué mal peor que estos que hemos visto hemos de esperar ver?
[…] ¿Qué provecho sacaron los que te reconocieron sin andar en la
vanidad como el resto de los pueblos […]? A pesar de que los demás
actuaran inicuamente, se podría haber perdonado a Sión por las obras
de lo que hicieron el bien y no hundirlo, por causa de las obras de los
inicuos […].
El Señor respondió, diciéndome:
-Ciertamente, el hombre no conocería mi juicio si no hubiera recibido la
Ley y yo no lo hubiera instruido con inteligencia. Ahora bien, puesto que
sabe que ha cometido una transgresión, sabe también que va a ser
atormentado. Respecto a los justos, sobre los cuales dijiste: “Por ellos
vino este mundo”, el mundo futuro será también por ellos. Este mundo es
lucha y abundancia de trabajo fatigoso; ese mundo futuro es una corona
con gran gloria […]. Debido a esto, he aquí que vienen días que irán mas
deprisa que los primeros, las edades correrán más que las que
precedieron y los años pasaran más rápido que los presentes. Por eso
me ha llevado a Sión, para correr más rápido y visitar el mundo a su
tiempo. Ahora, pues, guarda en tu corazón todo lo que te voy a mandar y
séllalo en lo profundo de tus entrañas […].

Plegaria de Baruch y anuncio de doce plagas.

Me marché de allí, me senté junto al torrente Cedrón […]. Al ponerse el


sol, mi alma tuvo muchos pensamientos y comencé a hablar ante el
Poderoso, diciendo:
-Tú qué hiciste la tierra, escúchame […]. ¿De qué sirve la fuerza que se
convierte en debilidad, el alimento que sacia pero se vuelve hambre y la
belleza que se convierte en fealdad? […]. ¿Hasta cuándo durará el
tiempo de los que pasan por el mundo mancillándolo con tanta impiedad?
[…]. ¡Muestra ahora rápidamente tu gloria y no retrases nada de lo que
prometiste!
Ocurrió que, tras esto, se abrieron los cielos y tuve una visión. Se me dio
fuerza y se oyó una voz de lo alto que me decía:
-¡Baruch, Baruch! ¿Por qué te conmueves por lo que no conoces?
¿Por qué te agitas por causa de aquello de lo cual no estás convencido?
Igual que no me olvido de los hombres que existen y de los que pasaron,
del mismo modo me acuerdo de los futuros y de los que han de venir
[…]. Tienes que escuchar lo que ha de venir después de estos tiempos.
En verdad, mi salvación está cerca: ha de venir y no está lejos como
antaño.
He aquí vienen días en los que se abrirán los libros en los que están
escritos los pecados de todos los que pecaron y también los tesoros en
los que se reúne la justicia de los que fueron justificados en medio de la
creación. En aquel tiempo sucederá que contemplarás, tú y muchos que
contigo están, la paciencia del Altísimo, la cual existió de generación en
generación: pues tuvo paciencia con todos los nacidos que pecaron y
fueron justificados […].
Repuse, preguntando:
-¿Durará mucho tiempo esta tribulación? ¿Esa necesidad abarcará
muchos años?
Respondió, diciéndome:
-Ese tiempo está dividido en doce etapas, y cada una está reservada
para lo que se ha establecido para ella: en la primera etapa comenzaran
las perturbaciones. En la segunda etapa, el asesinato de los nobles. En
la tercera, la caída de muchos en la muerte. En la cuarta, el envió de la
espada. En la quinta, el hambre y la sequia. En la sexta, los terremotos y
los horrores. En la octava, abundantes fantasmas y visita de demonios.
En la novena, caída de fuego. En la decima, rapiña y abundante
opresión. En la undécima, iniquidad y lujuria. Y en la duodécima. La
mezcla de todo lo que se ha dicho antes. Las etapas de ese tiempo están
reservadas: se mezclaran ambas y se utilizaran la una con la otra […].

Fin de la tribulación para los fieles israelitas: tiempos mesiánicos.

“Toda la tierra se agitará entonces. Por eso todos los seres vivos lo
notarán. En aquel tiempo protegeré tan solo a los que se encuentren en
esos días en esta tierra. Acaecerá que, tras cumplirse lo que debe
suceder en esas etapas, comenzará a manifestarse el Mesías. Behemot
se manifestará desde su lugar y Leviatán ascenderá desde el mar: los
dos grandes cetáceos que creé el quinto día de la creación y que reservé
para este tiempo. Entonces servirán de alimento para todos los que
queden. La tierra dará también su fruto, diez mil por uno: en una vid
habrá mil pámpanos, un pámpano producirá mil racimos, un racimo dará
mil uvas y una uva producirá una medida de vino. Los que desfallecían
se regocijarán y también verán prodigios todos los días. Desde mi
presencia saldrán vientos que traerán cada mañana un aroma de frutos
deliciosos, y al final del día nubes que destilarán un rocío saludable. En
aquel tiempo ocurrirá que descenderá de nuevo desde el cielo el tesoro
del maná y comerán de él durante esos años, pues ellos son los que
llegarán al final de los tiempos. Tras esto sucederá que se cumplirá el
tiempo de la llegada del Mesías, que volverá gloriosamente. Entonces,
todos los que durmieron con la esperanza resucitarán. En aquel tiempo
sucederá que se abrirán los depósitos en los que se guardaba la multitud
de las almas de los justos, y saldrán: podrá contemplarse la multitud de
las almas unida en una asamblea unánime; las primeras se alegrarán y
las últimas se entristecerán. Sabrán, pues, que ha llegado el momento
del cual se dijo que sería el fin de los tiempos. Mucho se consumirán las
almas de los malvados al ver todo esto. Sabrán que ha llegado su
suplicio y que su perdición ha venido […].

Otra visión y su explicación.

Me quedé dormido y tuve una visión durante la noche. Un bosque de


arboles estaba plantado en una llanura. Altas montañas y rocas abruptas
lo rodeaban. Ese bosque ocupaba un gran lugar. Frente a él creció una
vid bajo la cual brotaba una tranquila fuente. Esa fuente llegó hasta el
bosque y se convirtió en enormes olas. De repente, estas olas inundaron
aquel bosque, arrancaron multitud de arboles y abatieron todas las
montañas que había a su alrededor. La altitud del bosque y la cima de los
montes fueron humilladas. Tan fuerte fue el flujo de esa fuente que no
dejó nada de ese frondoso lugar excepto un solo cedro. Tras expulsar la
fronda de aquel bosque y destruir y arrancar todo de tal manera que no
quedara nada ni lugar alguno fuera reconocible, entonces, con
tranquilidad y calma, vino aquella vid junto con la fuente; llegó hasta un
lugar que no estaba lejos del cedro. E hicieron que el cedro se acercara
hasta ella. Contemplé, y he aquí que esa vid abrió la boca y habló
diciendo a aquel cedro: “¿No eres ese cedro que ha quedado del bosque
de los malvados? Por tu medio la maldad ha sido constante y nunca se
ha perpetrado durante todos estos años el bien. Mostraste tu fuerza
sobre lo que no te pertenecía, y nunca te apiadaste de lo tuyo. Extendías
tu poder sobre los que estaban lejos de ti, y a los que se te acercaban los
apresabas con las redes de tu maldad, llenándote de soberbia en todo
momento como uno que no puede ser erradicado. Pero ahora se ha
apresurado tú tiempo y ha llegado tu hora. Vete, pues, tras el bosque que
se marchó antes de ti y conviértete en arena como él: que vuestro polvo
se mezcle. Dormid ahora en la pena y reposad en el tormento hasta que
venga vuestro momento postrero en el que volverás y serás aún más
atormentado”.
Tras esto, vi a ese cedro arder y a la viña crecer. A su alrededor había un
campo lleno de flores imperecederas. Yo me desperté y me levanté […].
Me respondió el Señor diciendo:
-Baruc, esta es la interpretación de la visión que tuviste. Viste un espeso
bosque al que rodeaban unos montes altos y abruptos, y este es su
significado: He aquí que vienen días en los que será destruido este reino
que en nuestro tiempo a destruido a Sión, y será sometido por el que
viene tras él. De nuevo ese será destruido tras un tiempo y se levantará
un tercero que dominará también en su época y será destruido. Tras este
se alzará un cuarto reino cuya tiranía será más dura y peor que la de los
anteriores. Gobernará durante mucho tiempo, como el bosque de la
llanura: se mantendrá durante épocas y se alzará más que los cedros del
Líbano. La verdad se esconderá de él y todos los que están mancillados
con la iniquidad huirán hacia él, del mismo modo que las bestias dañinas
huyen y penetran en el bosque. Sucederá que entonces, cuando se
aproxime el tiempo de su fin para caer, se manifestará la autoridad de mi
Mesías, que se asemeja a la fuente y a la vid. Cuando se haya
manifestado erradicará al pueblo numeroso.
Respecto a este alto cedro que viste, que quedaba de ese bosque, y las
palabras que le dijo la vid y que tú oíste, este es su significado: el último
gobernante que entonces quede vivo cuando sea destruido su numeroso
pueblo será encadenado y subido al monte Sión. Mi Mesías lo
reprenderá por todas sus iniquidades, reuniendo y poniendo ante él todas
las acciones de su gente. Luego lo matará y protegerá al resto de mi
pueblo que se encuentre en el lugar que yo elegí. Su autoridad
permanecerá eternamente hasta que se acabe el mundo corruptible y se
cumplan los tiempos predichos. Esta es tu visión y esta es su
interpretación.
Respondí diciendo:
-¿A quiénes y a cuantos les pasará esto? ¿Quién será digno de vivir en
ese tiempo?[…]
Respondió diciéndome:
-También te mostraré eso. Puesto que me preguntaste: “¿A quiénes y
cuántos les pasará esto?”, te diré que los que creyeron tendrán el bien
que se ha predicho, y los que rechazaron tendrán lo contrario […]. Los
tiempos suceden a los tiempos y las edades a las edades: unas toman
de otras y al final todo se equipara según la medida de los tiempos, de
las horas y de las edades. La corrupción se lleva a los suyos y la vida a
los suyos. Cuando se convoque al polvo, se le dirá: “¡Devuelve lo que no
te pertenece y restituye todo lo que en su momento custodiaste!” […].

Nueva visión de Baruch: la nube y las aguas. Explicación de la


visión.

Tuve una visión: una nube ascendió desde un mar muy grade. Yo la
observé: estaba llena de aguas blancas y negras. Había muchos matices
en estas aguas, y en su parte más alta se veía algo parecido a un gran
relámpago. Contemplé como esa nube pasaba rápidamente en una
rauda carrera y cubría toda la tierra. Ocurrió que, tras esto, aquella nube
comenzó a derramar sobre la tierra las aguas que en ella estaban y
contemplé que el aspecto de las que de ella descendían no era uniforme.
Al inicio, durante un cierto tiempo fueron muy negras; después observé
que las aguas eran brillantes pero no abundantes. Luego contemplé de
nuevo las aguas negras y después otra vez las brillantes, luego las
negras y más tarde las brillantes. Así ocurrió doce veces, aunque las
aguas negras eran siempre más abundosas que las brillantes. Al final de
la tormenta provocada por la nube sucedió que llovieron aguas negras, y
eran más tenebrosas que todas las anteriores. Había fuego mezclado
con ellas; allí donde descendían estas aguas se producía corrupción y
destrucción. Tras esto vi un relámpago que ya había observado en la
parte más alta de la nube la tomó y la hizo descender hasta la tierra. El
relámpago era aún más luminoso, hasta el punto de que iluminaba toda
la tierra. Y sanaba aquellos lugares sobre los que había descendido las
aguas del final, produciendo corrupción y destrucción. Ocupaba toda la
tierra y dominó sobre ella. Tras esto vi que doce ríos subían del mar,
rodeaban a aquel relámpago y lo servían. Yo me desperté por causa del
miedo.
Suplique al Poderoso y dije:
-Únicamente Tú, Señor, conoces de antemano las alturas del mundo […].
Tú has mostrado esta visión a tu siervo, ¡revélame también su
interpretación!
Ocurrió que, cuando acabé de pronunciar las palabras de esta oración,
me senté allí bajo un árbol para descansar bajo la sombra de sus ramas
[…]. Estaba pensando sobre esto y sobre cosas semejantes cuando he
aquí que fue enviado a mí el ángel Ramiel, que cuida de las visiones
verídicas, y me dijo […]:
-Puesto que has suplicado al Altísimo que te revele la interpretación de la
visión que tuviste, he sido enviado para contártela… Del mismo modo
que viste una gran nube que ascendió desde el mar y pasó cubriendo
toda la tierra, así es la amplitud del mundo que hizo el Poderoso cuando
ideó hacer el mundo […]. Como viste primeramente, al comienzo de la
lluvia provocada por la nube hubo en primer lugar aguas negras que
descendieron sobre la tierra: esa el transgresión que cometió Adán, el
primer hombre. Pues al hacerlo apareció la muerte –que no existía en su
tiempo-, se dio nombre al luto, se preparó la tristeza, se creó el dolor, se
cumplió la fatiga en el trabajo, el orgullo comenzó a establecerse, el
Sheol deseó renovarse con la sangre de los hombres y tomó a sus hijos,
se creó el ardor de los padres, la majestad de la humanidad fue
humillada y la bondad se marchitó. ¿Qué puede ser más negro y
tenebroso que eso? Este es el comienzo de las aguas negras que viste.
De estas aguas negras nacían nuevamente otras aguas negras, y las
tinieblas fueron creadas a partir de las tinieblas: Adán corrió peligro, y
también los ángeles, pues ellos tenían libertad en esa época que fue
creada; algunos de ellos bajaron y se mezclaron con las mujeres. Los
que obraron de ese modo fueron atormentados con ataduras. El resto de
la multitud de los ángeles, que no tiene número, se contuvo. Los que
habitaban en la tierra perecieron juntamente por medio de las aguas del
diluvio. Estas son las primeras aguas negras.
“Tras eso viste aguas brillantes. Eso es el manantial de Abraham: sus
descendientes, la llegada de su hijo, del hijo de su hijo y de los que se les
asemejan. Pues en aquel tiempo no tenían una ley escrita que pudiera
ser nombrada, pero entonces cumplían la obra de los mandamientos. La
fe en el juicio futuro nació en aquel entonces, la esperanza en el mundo
que habría de renovarse se edificó en aquel entonces, y se plantó la
promesa de la vida futura. Estas son las aguas brillantes que viste.
“Las terceras aguas negras que viste son la mezcla de todos los pecados
que después cometerían los pueblos tras la muerte de estos justos, y la
impiedad que cometió la tierra de Egipto cuando sometieron a esclavitud
a los hijos de estos. Sin embargo, también ellos perecieron al final.
“Las cuartas aguas brillantes que viste son la llegada de Moisés, de
Aarón, de Miriam, de Josué hijo de Nun, de Caleb y de todos los que se
le asemejan […].
“Las quintas aguas negras que viste llover son las obras que hacían los
amorreos, los sortilegios mágicos que obraban, las maldades de sus
misterios y la mezcla de sus impurezas. También Israel se manchó con
los pecados durante los días de los Jueces, cuando veían los muchos
signos que salían de Aquel que les había hecho.
“Las sextas aguas brillantes que viste son el tiempo en el que nacieron
David y Salomón […]. La ciudad de Sión dominaba entonces sobre todas
las tierras y lugares. Estas son las aguas brillantes que viste.
“Las séptimas aguas negras que viste son la perversión del pensamiento
de Jeroboam, que ideó hacer dos becerros de oro […].
“Las octavas aguas brillantes que viste son la rectitud y la justicia de
Ezequías, rey de Judá, y la gracia de Dios que vino sobre él cuando
Senaquerib se estremeció y pereció […].
“Las novenas aguas negras que viste son toda la iniquidad que tuvo lugar
en los días de Manasés, hijo de Ezequías […].
“Las décimas aguas brillantes que viste son la pureza de la generación
de Josías, rey de Judá, pues en aquel tiempo únicamente él se sometió
al Poderoso con todo el corazón y con toda el alma […].
“Las undécimas aguas negras que viste son la calamidad que ahora le
acontece a Sión […].
“Las duodécimas aguas brillantes, este es su significado: después de
esto, llegará un tiempo en el que tu pueblo caerá en una necesidad,
como en un peligro de perecer todos a la vez. Pero se salvará, y los
enemigos que se les oponen caerán, y vivirá un gran regocijo […].
“Las ultimas aguas negras que viste, que era aún más negras que todas
las anteriores y que fueron reunidas tras el número doce, significa el
mundo en su totalidad. El Altísimo dividió la historia desde el principio,
pues solo Él sabe lo que habrá de suceder […]. Ese es el final.
“Escucha la explicación de las ultimas aguas negras que llegarán
después de esas aguas negras. Esta es la palabra: he aquí que vendrán
días en los que hará venir el Poderoso sobre la tierra, sus habitantes y
sus gobernantes […]. Se odiarán mutuamente, se incitarán al combate,
los viles dominarán a los nobles y los despreciables se elevarán por
encima de los respetables. Y la mayoría será entregada a la minoría […].
Y ocurrirá que todo el que se libre y escape de todas estas cosas
predichas –los que vengan y los que sean vencidos- serán entregados a
manos de mi siervo el Mesías. Toda la tierra devorará a sus habitantes.
“La tierra santa se apiadará de los suyos y defenderá a sus habitantes en
aquel tiempo. Esta es la visión que tuviste y esta es su explicación: Yo he
venido para decirte estas cosas, pues tu oración ha sido escuchada por
el Altísimo.
El tiempo mesiánico.

“Escucha sobre las aguas brillantes que habrán de ser al final, después
de las aguas negras. Esta es la palabra. Después de que hayan venido
los signos que se te dijeron anteriormente, cuando las naciones sean
turbadas y llegue el tiempo de mi Mesías, él llamará a todas las
naciones: a unos los dejará vivir y a otros los matará. Esto sucederá a las
naciones que serán salvadas por él. Todo pueblo que no haya explotado
a Israel ni haya pisado la semilla de Jacob vivirá. Y esto es porque
algunos de entre todas las naciones habían sido sometidas a tu pueblo.
Todos aquellos que te han dominado o te han explotado serán
entregados a la espada.
“Después de humillar a todos los que estaban en el mundo se ha sentado
en paz mi Mesías para siempre en el trono de su reino. Entonces se
revelará el gozo y aparecerá la calma. Entonces el remedio descenderá
con el rocío y desaparecerá la enfermedad; el miedo, el dolor y los
gemidos pasarán de los hombres y volverá la alegría por toda la tierra.
Nadie morirá fuera de su tiempo, ni de repente tendrá lugar ningún
contratiempo […]. Los animales saldrán del bosque y servirán a los
hombres; serpientes y dragones saldrán de sus guaridas como para
someterse a un niño. Entonces las mujeres ya no tendrán dolor al dar a
luz, ni serán atormentadas cuando den los frutos de su vientre.
“Y en aquellos días no se fatigarán los cosechadores, ni se cansarán los
dedicados a la construcción porque sus trabajos progresarán velozmente
por sí solos, al tiempo que ellos trabajan con total tranquilidad. Porque
ese tiempo significará el final de lo que es corruptible y el principio de lo
incorruptible. Por esto se realizarán las cosas predichas. Por ello se
alejará de las cosas malas y se acercará a aquellos que no morirán.
Estas son las últimas aguas brillantes que llegarán después de las
últimas aguas negras.
El Apocalipsis griego de Baruch o Baruch III.
(Versión 1).
Prólogo.

1 Una descripción y revelación de Baruch, en relación con los inefables


cosas que vio por mandato de Dios. Bendice Tú, oh Señor.
2 A la revelación de Baruch, que se situó en el río Gel llora por el
cautiverio, de 3 de Jerusalén, cuando también Abimelec fue preservada
de la mano de Dios, en la explotación de Agripa. Y él estaba sentado, por
tanto, el hermoso puertas, donde el santo de los santos laicos.
1. 1 En verdad me Baruch estaba llorando en mi mente y apenados por
cuenta del pueblo, y que el 2 fue el rey Nabucodonosor permitido por
Dios para destruir su ciudad, diciendo: Señor, ¿por qué hiciste tú el
incendio de tu viña, y establecer que los residuos? ¿Por qué Tú hiciste
esto? ¿Y por qué, Señor, Tú no has compensado con otro castigo, pero
nos has ofrecer a las naciones como éstas, de modo que 3 reproche y
nos dicen, ¿Dónde está su Dios? Y he aquí que yo estaba llorando y
diciendo estas cosas, vi a un ángel del Señor viene y me dice: Entender,
oh hombre, amado mucho, y no a ti mismo problemas tanto en relación
con la salvación de Jerusalén, para así dice el Señor Dios 4, el
Todopoderoso. Él me envió antes de ti, de dar a conocer y demostrar a
todos de ti (las cosas) 5, 6 de Dios. Para tu oración fue escuchada antes
de Él, y entró en los oídos del Señor Dios. Y cuando él dijo estas cosas a
mí, yo estaba en silencio. Y el ángel me dijo: Cesación de provocar 7
Dios, y te voy a mostrar otros misterios, más grande que estos. Baruch y
me dijo: Como vive el Señor Dios, si tú me muestran, y he oído una
palabra de tu, no voy a seguir hablando más. 8 Dios añadir a mi juicio en
el día del juicio, si hablo en lo sucesivo. Y el ángel de las facultades que
me dijo, Ven, y te voy a mostrar los misterios de Dios.
El Primer Cielo. El lugar de los que construyeron la torre de Babel
2 1 Y él me tomó y me llevó donde la expansión ha sido rápido, y donde
había un río que nadie puede cruzar, ni brisa extraña de todas las que
Dios ha creado. Y él me tomó y me llevó a la primera el cielo, y me
mostró una puerta de gran tamaño. Y él me dijo: Vamos a entrar en 3 a
través de él, y entró como si nacen de las alas, una distancia de unos
treinta días de viaje. Y él me mostró el cielo en una llanura, y hay
hombres que habitan en ella, con las caras de 4 de bueyes, y los cuernos
de los ciervos y los pies de cabras, y los muslos de corderos. Baruch y
me preguntó el ángel, Dar a conocer a mí, ruego a ti, ¿cuál es el espesor
del cielo en el que viajaban, 5 o lo que es su medida, o lo que es la
llanura, a fin de que también puede decirle a los hijos de los hombres? Y
el ángel, cuyo nombre es Phamael me dijo: Esta puerta que ves es la
puerta del cielo, y es tan grande como la distancia de la tierra al cielo, por
lo que también es su gran espesor, y de nuevo es tan grande como la
distancia (de Norte a Sur, por lo que muy bien) es la longitud de la llanura
que tú hiciste ver. Y de nuevo el ángel de las facultades que me dijo, Ven,
y te voy a mostrar una mayor misterios. Sin embargo, 6, 7 he dicho,
ruego te muestran qué son estos hombres. Y él me dijo: Estos son los
que construyeron la torre de la lucha contra Dios, y el Señor les
desterrado.
El Segundo Cielo. Otro lugar donde están los cautivos
3 1 Y el ángel del Señor me tomó y me llevó a un segundo cielo. Y él me
mostró 2 también hay una puerta como la primera y dijo: Vamos a entrar
a través de él. Y hemos entrado, a cargo de las alas 3 una distancia de
unos sesenta días de viaje. Y él me mostró también una llanura, y se
llena de 4 hombres, cuyo aspecto era como el de los perros, y cuyos pies
eran como los de los ciervos. Y le pregunté al ángel 5: Ruego a ti, Señor,
me dice que son estas. Y dijo: Estos son los que dio el abogado para
construir la torre, porque ves que los que llevaron adelante las multitudes
de hombres y mujeres, para hacer ladrillos, entre ellos, una mujer que los
ladrillos no se le permitió ser liberado en la hora de el parto, pero ella dio
a luz mientras estaba haciendo ladrillos, y llevó a su hijo en su delantal, y
6 seguido haciendo ladrillos. Y el Señor apareció a ellos y confundir su
discurso, cuando 7 había construido la torre a la altura de cuatrocientos
sesenta y tres codos. Y que tuvo un Gimlet, y trató de atravesar el cielo,
diciendo: Vamos a ver (si) el cielo está hecho de arcilla, o de 8 de latón o
de hierro. Cuando vio Dios que esto no permitía, pero ellos hirió con
ceguera y la confusión de un discurso, y dejó como ves.
El Tercer Cielo. El Hades, el Sol y la Luna.
4 1 y Baruch me dijo: He aquí, Señor, Tú me muestran grandes y
maravillosas cosas, y ahora 2 mostrarme todas las cosas por la causa
del Señor. Y el ángel me dijo: Ven, vamos a proceder. (Y yo procedió) con
el ángel de ese lugar alrededor de ciento ochenta y cinco días de viaje 3.
Y me mostró un terreno llano, y una serpiente, que parece ser de
doscientos plethra de longitud. 4 Y me mostró el Hades, y su aspecto era
oscuro y abominable. Y yo le dije, 5 ¿Quién es este dragón, y que es este
monstruo que le rodea? Y el ángel dijo: El dragón es de 6 años que se
come los cuerpos de aquellos que pasan su vida maldad, y él se alimenta
de ellos. Y esto es el infierno, que a su vez también se asemeja a él, en
el sentido de que también las bebidas de un codo a partir del 7 de mar,
que no se hunden en absoluto. Baruch dijo: ¿Y cómo (ocurre esto)? Y el
ángel dijo: Escuchad, el Señor Dios hizo trescientos sesenta ríos, de los
cuales el jefe de todos los 8 se Alphias, Abyrus, y la Gericus, y debido a
estos el mar no se hunden. Y yo dije, yo te orar mostrarme que es el
árbol que dio lugar Adam extraviados. Y el ángel me dijo: Es la vid, que el
ángel Sammael plantadas, mientras que el Señor Dios estaba enojado, y
lo maldijo a él ya su planta, mientras que también en esta cuenta que no
permitió a Adán tocar, y, por tanto, 9 el diablo se le envidia engañados a
través de su vid. [Y me dijo Baruch, Desde la vid también ha sido la
causa de tan gran mal, y es en virtud de sentencia de la maldición de
Dios, y los 10 fue la destrucción de la primera creación, ¿cómo es ahora
tan útil? Y el ángel dijo: Tú pides bien. Cuando Dios causó el diluvio en la
tierra, y destruyó toda carne, y cuatrocientos nueve mil gigantes, y el
agua subió quince codos por encima de las montañas más altas y, a
continuación, el agua entró en el paraíso y destruidas cada flor, pero sin
eliminarlo totalmente de los límites 11 el rodaje de la vid y emitidos en el
exterior. Y cuando apareció en la tierra del agua, y 12 Noé salió del arca,
comenzó a las plantas de las plantas que encontró. Pero se encontró
también el rodaje de la vid, y que entiende, y fue el razonamiento en sí
mismo, entonces ¿Qué es? Y me vino y le habló al 13 de las cosas que
le afecten. Y dijo: ¿Voy a planta, o ¿qué debo hacer? Desde Adán fue
destruido a causa de ello, no quiero también cumplir con la ira de Dios
porque de él. 14 y diciendo estas cosas que él oró para que Dios le
revela lo que debe hacer al respecto. Y cuando había terminado la
oración, que duró cuarenta días, y teniendo en cuenta muchas cosas y
lloró, 15 dijo: Señor, yo rogar a ti para revelar lo que me voy a hacer en
relación con esta planta. Pero Dios envió su ángel Sarasael, y le dijo:
Levántate, Noé, y el rodaje de la planta de la vid, para así dice el Señor:
Su amargura se transformó en dulzura, y su maldición se convierte en
una bendición, y lo que es producidos a partir de él se convierte en la
sangre de Dios, y como a través de ella la raza humana obtenido la
condena, por lo que una vez más a través de Jesús Cristo Emmanuel se
reciben en él las 16 llamando al alza, y la entrada en el paraíso]. Conoce,
por tanto, 0 Baruj, que como Adán a través de este árbol muy obtenidos
condena, y fue despojado de la gloria de Dios, así también los hombres
que ahora beben insaciablemente el vino que es engendrado de él, peor
que transgreden Adán, y están lejos de los 17 la gloria de Dios, y se
entrega a las fuego eterno. Por (no) viene bien a través de él. Para
aquellos que beben con exceso hacer estas cosas: ni un hermano a su
hermano lástima, ni un padre a su hijo, los niños ni sus padres, sino de la
de beber vino vienen todos los males, como los homicidios, los
adulterios, las fornicaciones, los perjurios, robos, y otras cosas
semejantes. Y nada es bueno que ésta determine.
5 1 Y Baruch dijo al ángel, 2 Permítame preguntarle una cosa de ti,
Señor. Desde Tú me dice que el dragón 3 bebidas un codo de la mar, me
dice también, cómo es su gran vientre? Y dice el ángel, Su vientre es el
Hades, y en la medida en que se lanza una caída (por) trescientos
hombres, tan grande es su barriga. Vamos, entonces, que yo también te
puede mostrar más de estas obras.
6 1 Y él me tomó y me llevó donde el sol va adelante, 2 y él me mostró
un carro y cuatro, en virtud de un incendio que quemó, y en el carro
estaba sentado un hombre, vestido con una corona de fuego, (y) la carro
(ha) preparado por cuarenta ángeles. Y he aquí un pájaro de circuito
antes de que el sol, alrededor de nueve 3 codos de distancia. Y me dice
que el ángel, ¿Qué es esta ave? Y él me dijo: Este es el 4, 5 guardianes
de la tierra. Y yo dije, Señor, ¿cómo es que el guardián de la tierra?
Enseñarme. Y el ángel me dijo: Este ave vuela al lado del sol, y la
expansión de sus alas recibe sus rayos de fuego 6. Por si no se reciben,
la raza humana no se conserva, ni ninguna otra criatura 7. Pero Dios
mismo nombró esta ave. Y amplió sus alas, y vi en su ala derecha letras
muy grandes, tan grande como el espacio de la trilla de piso, el tamaño
de alrededor de 8 mil cuatro modii, y las letras eran de oro. Y el ángel me
dijo: Leer ellos. He leído y 9 y que corrían por la mención: Ni el cielo ni la
tierra, tráigame otro, pero las alas de fuego, tráigame otro. Y yo dije,
Señor, ¿qué es esto de aves, y cuál es su nombre? Y el ángel me dijo:
Su nombre se llama Phoenix 11. (Y yo le dije), ¿Y qué se come? Y él me
dijo: El maná del cielo y de 12, el rocío de la tierra. Y yo dije, ¿El excretas
de aves? Y él me dijo, él excreta un gusano, y los excrementos de la
lombriz es canela, reyes y príncipes que uso. Pero has de esperar y ver
13 la gloria de Dios. Y mientras estaba conversando con mí, hubo como
un trueno-clap, y el lugar fue sacudido en el que se encontraban. Y le
pregunté al ángel, Mi Señor, ¿qué es este sonido? Y el ángel me dijo:
Incluso ahora los ángeles son la apertura de la trescientos sesenta y
cinco puertas del cielo 14, y la luz se separa de la oscuridad. Y una voz
que dice, dador de luz 15, dan al mundo radiancia. Y cuando escuché el
ruido de los pájaros, le dije: Señor, ¿cuál es este 16 de ruido? Y dijo: Este
es el ave que despierta el sueño de los gallos en la tierra. Para que los
hombres a través de la boca, por lo que también significa que la llave de
paso a los del mundo, en su propio discurso. Para el sol está preparado
por los ángeles, y que el gallo cante.
7 1 Y yo dije, ¿Y donde el sol comenzará sus labores, después de que el
gallo cante? 2 Y el ángel me dijo: Escucha, Baruch: Todas las cosas que
se te mostré en el primer y segundo cielo, y en el tercer cielo, el sol pasa
a través de la luz y da al mundo. Pero espera, 3 y tú verás la gloria de
Dios. Y mientras yo estaba conversando con él, he visto el ave, y se
presentó 4 en frente, y creció cada vez menos, y en longitud regresó a su
tamaño completo. Detrás de él y vi brillar el sol, y los ángeles que llamar,
y una corona a su cuenta, la vista de los que 5 no se pueden mirar el
momento, y he aquí. Y tan pronto como el sol brilló, la Phoenix también
extendió sus alas. Pero yo, cuando vi tan gran gloria, fue baja con gran
temor, y huyeron y 6 se escondieron en las alas del ángel. Y el ángel me
dijo: No temas, Baruch, pero has de esperar y ver su configuración.
8 1 Y él me tomó y me llevó hacia el oeste, y cuando el tiempo de la, en
vino, vi de nuevo el pájaro antes de su venida, y tan pronto como se
encuentran Vi a los ángeles, y levantó la corona 2, 3 con cargo a su
cabeza. Pero el ave estaba agotado y con alas contratado. Y
contemplando estas cosas, dije, Señor, por lo que hizo levantar la corona
de la cabeza del sol, por lo que es de 4 y el pájaro tan agotado? Y el
ángel me dijo: La corona del sol, cuando se ha ejecutado durante el día y
cuatro ángeles que tomar, y llevan hasta el cielo, y renovar, porque él y
sus rayos se han manchado en la tierra, además, es renovado cada día.
Baruch y me dice, Señor, y por lo que 5 son sus vigas manchado en la
tierra? Y el ángel me dijo: Porque contemplando la anarquía y la maldad
de los hombres, a saber, las fornicaciones, adulterios, robos, extorsiones,
idolatrías, la embriaguez, los asesinatos, luchas, celos, la maledicencia,
murmullos, susurros, adivinaciones, y como tales, que no están bien
agradable a Dios. Por cuenta de estas cosas es manchado, y por lo
tanto, es renovable. 6 Pero tú pides en relación con el pájaro, la forma en
que se ha agotado. Debido a la restricción de los rayos del sol a través
del fuego y el calor de la quema de todo el día, lo que se ha agotado.
Porque, como hemos dicho antes, a menos que sus alas eran de
detección que los rayos del sol, la criatura no se conserva.
9 1 Y haber jubilado, también cayó la noche, y al mismo tiempo vino el
carro de la luna, junto con las estrellas. 2 Y me dijo Baruch, Señor,
muéstrame también, yo te suplico, ¿cómo va 3, sucesivamente, en la que
sale, y en qué forma se mueve a lo largo. Y el ángel dijo: Espera 'y has
de ver que también en breve. Y en la mañana yo también lo vi en la
forma de una mujer, y sentado en un carro de ruedas. Y hubo antes de
que los bueyes y los corderos en el carro, y una multitud de 4 ángeles de
la misma forma. Y yo dije, Señor, ¿cuáles son los bueyes y los corderos?
Y él me dijo, 5 de ellos son también ángeles. Y de nuevo me preguntó:
¿Por qué es que al mismo tiempo aumenta, pero en otro tiempo
disminuye 6? Y (me dijo), Escuchar, 0 Baruch: Este que ves que ha sido
escrito por Dios 7 hermosa como ninguna otra. Y en la transgresión del
primer Adán, que era cerca de Sammael cuando tomó la serpiente como
una prenda de vestir. Y no ocultar, sino aumentado, y Dios fue de 8
enojado con él, y afligido, y acortado sus días. Y yo dije, ¿Y cómo no
también brillar siempre, pero sólo en la noche? Y el ángel dijo: Escucha:
como en la presencia de un rey, los cortesanos no puede expresarse
libremente, por lo que la luna y las estrellas no pueden brillar en la
presencia del sol, las estrellas siempre están suspendidas, pero que se
proyectan por el sol , y la luna, aunque es ileso, es consumida por el
calor del sol.
La Cuarta el cielo. Base de las aves y la lluvia-rocío
10 1 Y cuando yo había aprendido todas estas cosas desde el arcángel,
que entiende y me llevó a un cuarto 2 3 cielo. Y vi una monótona llanura,
y en medio de un charco de agua. Y hay en ella multitud de aves de todo
tipo, pero no como los que aquí en la tierra. Pero vi una grúa de grandes
como 4 grandes bueyes, y todas las aves fueron más allá de los grandes
en el mundo. Y le pregunté al ángel, 5 ¿Qué es la llanura, y lo que la
piscina, y lo que las multitudes de las aves a su alrededor? Y el ángel
dijo: Escucha, Baruch: La llanura es el que figura en la piscina y otras
maravillas es el lugar donde el 6 de almas de los justos viene, cuando se
celebrará conversar, vivir juntos en los coros. Pero el agua es de 7 que
reciben las nubes, y la lluvia sobre la tierra, y los frutos aumento. Y me
dijo de nuevo para el ángel del Señor, pero (lo) son estas aves? Y él me
dijo, ellos son los que continuamente 8 cantar alabanzas al Señor. Y yo
dije, Señor, y cómo los hombres dicen que el agua que desciende en 9
de lluvia es el mar? Y el ángel dijo: El agua que desciende en la lluvia-
esto también es de la mar, y de las aguas sobre la tierra, pero lo que
estimula los frutos es (sólo) a partir del 10 de esta última fuente. Conoce,
por tanto, de ahora en adelante que, a partir de esta fuente es lo que se
denomina el rocío del cielo.
La Quinta Cielo. La gran nave de Mijael. ¿la nueva Jerusalén?
11 1 Y el ángel me llevó y me llevó allí a un quinto cielo. Y la puerta se
cerró. Y yo dije, Señor, no es esta puerta-puerta abierta para que
podamos entrar? Y el ángel me dijo: Nosotros no podemos entrar hasta
que llega Michael, que tiene las llaves del Reino de los Cielos, pero has
de esperar y ver 3 la gloria de Dios. Y hubo un gran sonido, como un
trueno. Y yo dije, Señor, ¿qué es este sonido? 4 Y él me dijo, ahora
Michael Incluso, el comandante de los ángeles, se reduce a recibir los 5
oraciones de los hombres. Y he aquí una voz, Que las puertas se abrirán.
Y se abrió, y 6 se produjo un estruendo como de truenos. Michael y vino,
y el ángel que estaba conmigo vino cara a cara con 7 y le dijo: ¡Salve, mi
comandante, y la de todos nuestros orden. Y el comandante Michael
dice, Ave tú también, nuestro hermano, y el intérprete de los signos a los
que pasan por virtud la vida 8. Y teniendo en saludaban entre sí, por lo
tanto, se detuvo. Y vi el comandante dijo Michael, Ave tú también,
nuestro hermano, y el intérprete de los signos a los que pasan por virtud
la vida 8. Y teniendo en saludaban entre sí, por lo tanto, se detuvo. Y vi el
comandante Michael, la celebración de una muy gran nave; su
profundidad es tan grande como la distancia del cielo a la tierra, 9, y su
amplitud tan grande como la distancia de norte a sur. Y yo dije, Señor, lo
que es la que el arcángel Miguel es explotación? Y él me dijo: Aquí es
donde los méritos de los justos entrar, y tan bien como lo hacen las
obras, que son escoltados ante el Dios celestial.
12 1, y como yo estaba conversando con ellos, he aquí vinieron ángeles
con canastas llenas de flores. Y 2 que les dio a Michael. Y el ángel le
pregunté, Señor, que son ellos, y cuáles son las 3 cosas que de acá al
lado de ellos? Y él me dijo: Estos son los ángeles (que) son los más de 4,
5 justos. Y el arcángel tomó las canastas, y emitidos en el buque. 6 Y el
ángel me dijo: Estas flores son los méritos de los justos. Y vi a otros
ángeles que estaban teniendo las cestas (ni) vacías ni completas. Y
comenzaron a lamentar, y no se atrevería a acercarse, 7, ya que los
premios no habían finalizado. Y Michael lloró y le dijo: Ven acá, también,
os 8 ángeles, lo que habéis traído. Y Michael fue muy triste, y el ángel
que estaba conmigo, porque no llenar el recipiente.

13 1 Y luego vinieron otros de la misma manera y lamentándose los


ángeles llorando, con miedo y diciendo: He aquí cómo se nublaron, 0
Señor, para que se entregaron a los hombres malos, y queremos salir a
partir del 2 de ellos. Y Michael dice, Ye no puede apartarse de ellas, a fin
de que el enemigo no puede prevalecer a 3 del final, pero me dice lo que
os pedimos. Y dijeron, te Oramos, Michael nuestro comandante, nos
transferencia de los mismos, ya que no podemos cumplir con los
hombres malvados y tontos, porque no hay nada bueno 4 de ellos, sino
toda clase de maldad y la codicia. Para no entrar en ellos he aquí [en la
Iglesia en absoluto, ni entre los padres espirituales, ni] en cualquier buen
trabajo. Pero donde hay asesinatos, hay también que en el medio, y
dónde están las fornicaciones, adulterios, robos, calumnias, perjurios,
celos, la embriaguez, las luchas, la envidia, murmuraciones, susurrando,
la idolatría, la adivinación, y como tal, 5 a continuación, son que los
trabajadores de dichas obras, y de otros peores. Por tanto tenemos que
rogar a que podrán apartarse de ellos. Michael y dijo a los ángeles,
espere hasta que aprender de lo que el Señor venga a pasar.
14 1 Y en esa misma hora Michael partió, y las puertas se cerraron. Y
hubo un sonido como un trueno 2. Y el ángel le pregunté, ¿Cuál es el
sonido? Y él me dijo, Michael se presenta ahora, incluso el fondo de los
hombres a Dios.
15 1 Y en esa misma hora Michael descendientes, y la puerta se abrió, y
que trajo el petróleo. 2 Y en cuanto a los ángeles que llevaron las
canastas que se llena, se llena con aceite, diciendo, se lo quite, una
recompensa a nuestros amigos ciento, y los que han forjado
laboriosamente buenas obras. 3 Para los que sembraron virtud la,
también cosechar virtud la. Y dijo también a los que el medio vacía
cestos, Ven acá también vosotros; quitarle la recompensa según que os
trajo, y 4 de entregar a los hijos de los hombres. [Y dijo también a los que
trajeron la plena y total a los que interpuso el medio vacía cestas: Ir y
bendiga a nuestros amigos, y les dicen que así dice el Señor, os son
fieles durante un par de cosas, yo te muchas cosas más, entrará en el
gozo de tu Señor.]
16 1 Y dijo también convertir a los que trajeron nada: Así dice el Señor,
que no triste, de 2 de rostro, y no llorar, ni dejar que los hijos de los
hombres solos. Pero ya que me enojó en sus obras, y hacer que vaya y
con rabia y envidia provocada contra un pueblo que no es la gente, a 3
personas que no tiene entendimiento. Por otra parte, además de estos,
envíe la oruga y la langosta unwinged, y el moho, y la langosta común (y)
con granizo y relámpagos ira, y 4 castigarlos severamente con la espada
y con la muerte, y sus hijos con los demonios. Para que no escuchen mi
voz, ni tampoco observar mis mandamientos, ni ellos, pero se
menospreciador del mis mandamientos, e insolente hacia los sacerdotes
que proclamó mis palabras a ellos.
17 1 Y mientras él todavía hablaba, la puerta estaba cerrada, y se retira.
2 Y el ángel me llevó restaurado y 3 a la p / as donde yo estaba en el
principio. Y haber venido a mí, he dado la gloria 4 a Dios, que me contó
digna de tal honor. Por tanto hacer también vosotros, hermanos, que ha
obtenido dicha revelación, vosotros también glorificar a Dios, para que Él
también puede glorificar a usted, ahora y siempre, y para toda la
eternidad. Amén.
El Apocalipsis griego de Baruch o Baruch III.
(Versión 2).

Lamentación de Baruch y epifanía del ángel.

Lloraba yo, Baruch, por aquel entonces en mi espíritu y me preocupaba


por el pueblo porque Dios había permitido al rey Nabucodonosor saquear
su ciudad. Decía:
-Señor, ¿Por qué has prendido fuego y has asolado tu viña? ¿Por qué
has hecho esto? ¿Por qué, Señor, no nos has entregado a otro tipo de
escarmiento, sino que nos pusiste en manos de pueblos de tal calaña
que se burlan diciéndonos: “Donde está vuestro Dios?”.
Y mira, mientras estaba llorando y profiriendo tales quejas, veo a un
ángel del Señor que viene y me dice:
-Entra en razón, hombre, varón de deseos, y no te preocupes tanto por la
salvación de Jerusalén, puesto que esto dice el Señor, Dios
Todopoderoso, que me ha enviado ante ti para que te anuncie y muestre
todos los secretos de Dios, ya que tú súplica ha sido escuchada en su
presencia y ha penetrado en los oídos del Señor Dios.
Cuando me habló de esta forma me tranquilicé. Y prosiguió el ángel:
-Deja de molestar a Dios y te mostraré otros secretos mayores que estos
[…]

El primer cielo.

Me tomó y me condujo hasta el lugar donde está cimentado el cielo, en el


que había un rio que nadie puede atravesar, ni siquiera un soplo
desconocido de todos los que puso Dios. Me tomó y me condujo sobre el
primer cielo y me mostro una enorme puerta a la vez que me decía:
-Entremos por ella.
Penetramos como con alas, una marcha como de treinta días de camino.
Y dentro del cielo me mostró una llanura habitada por hombres. Sus
rostros eran de buey, los cuernos de ciervo, los pies de cabra y los lomos
de cordero. Yo, Baruch, pregunté al ángel:
-Declárame, por favor, cual es el grosor del cielo por el que caminamos o
cual es su distancia o que significa la llanura, para que también yo se lo
comunique a los hijos de los hombres.
Y me contestó el ángel, cuyo nombre era Famael:
-La puerta que acabas de ver es la puerta del cielo y su grosor es como
la distancia que hay desde la tierra al cielo, e igual es la extensión de la
llanura que viste.
Y añadió el ángel de las potestades:
-Ven y te mostraré secretos mayores.
Pero yo insistí:
-Explícame qué clase de hombres son estos.
Y me respondió:
-Estos son los que construyeron la torre de la lucha contra Dios (la torre
de Babel). El Señor los ha trasladado de sitio […].

Segundo cielo.

Hicimos con el ángel desde aquel lugar una marcha como de ciento
ochenta y cinco días. Me enseño una llanura y una serpiente que tenía el
aspecto de una roca. Me enseño el Hades: su apariencia era tenebrosa y
abominable. Y pregunté:
-¿Quién es esta serpiente y quien es el monstruo que la rodea?
El ángel me contestó:
-La serpiente es la que traga los cuerpos de los que han llevado mala
vida; de ellos se alimenta. Y este es el Hades, que se asemeja a aquella
en que bebe también del mar como un codo y no mengua nada de él.
Baruch intervino:
-¿Cómo es eso?
-Y el ángel prosiguió:
-Escucha. El Señor Dios trescientos sesenta ríos; los primeros de todos
son el Alfias, Abirós y Guericós. A ellos se debe el que no disminuya el
mar.
Yo repliqué:
-Muéstrame, por favor, cuál es el árbol que sedujo a Adán.
Dijo el ángel:
-Es la vid que plantó el ángel Samael por la que se irritó el Señor Dios.
Por eso lo maldijo a él y a su planta. Puesto que no permitió que Adán la
tocara, el diablo, envidioso, lo sedujo por medio de la vid. Y yo, Baruch,
repliqué:
-Si la vid es la causa de tamaña calamidad, reo de maldición por parte de
Dios y que condujo a la perdición al primer creado, ¿Cómo es ahora de
tanta utilidad?
Y contesto el ángel:
-¡Buena pregunta! Cuando Dios desencadenó el cataclismo sobre la
tierra e hizo perecer a todos los hombres y a los cuatrocientos nueve mil
gigantes, y el agua subió quince codos por encima de las cumbres,
penetró el agua en el Paraíso y arrasó todos los brotes. Pero el
sarmiento de la vid brotó a pesar de todo y salió a flote. Cuando la tierra
emergió del agua y salió Noé del Arca, comenzó a plantar las plantas que
iba encontrando. Topó con el sarmiento y tomándolo se preguntaba que
sería aquello. Yo me presente y le dije lo que había pasado con él. Y
preguntó: “¿Pero he de plantarlo o qué? Puesto que por su culpa pereció
Adán, no vaya yo también a incurrir por él en la ira de Dios”. Dicho esto
se puso a suplicar para que Dios le revelara que debería hacer con él.
Prolongó la suplica durante cuarenta días, con intensas peticiones y
exclamó entre lamentos: “Por favor, Señor, revélame que debo hacer con
esta planta”. Dios despacho al ángel Sarasael, quien le dijo: “Levántate,
Noé, planta el sarmiento, porque esto dice el Señor: La amargura de este
se transformará en dulzura y su maldición se convertirá en bendición y su
fruto se convertirá en sangre de Dios, y así como por el género humano
obtuvo la condena, de nuevo por Jesucristo, el Emmanuel, va a obtener
la restauración y el acceso al Paraíso”. Sábete , pues, Baruc, que así
como Adán obtuvo la condena por ese árbol y fue privado de la gloria de
Dios, de igual modo los hombres de ahora, al beber sin mesura el vino
por él producido, cometen una transgresión peor que la de Adán, se
colocan lejos de la gloria de Dios y se hacen partícipes del fuego eterno
[…]

Segundo y tercer cielos: El ángel revela los misterios del sol.

Me tomó y condujo al lugar donde sale el sol. Y me mostró un carro de


cuatro tiros con llamas por debajo. Y sobre el carro había un hombre
sentado que llevaba una corona de fuego. El carro iba tirado por cuatro
ángeles. Y he aquí que un pájaro revoloteaba delante del sol, como
nueve montañas de grande. Y pregunté al ángel:
-¿Qué significa este pájaro?
Y me contestó:
-Este es el guardián de la tierra habitada.
Y repliqué:
-Señor, ¿Cómo puede ser el guardián de la tierra habitada?
Muéstramelo.
Y me dijo el ángel:
-Este pájaro va planeando junto al sol y al desplegar sus alas amortigua
sus rayos ígneos. Pues si no lo amortiguara no se salvaría la raza
humana ni ningún otro viviente. Pero Dios ha puesto ahí este pájaro.
Desplego sus alas y vi en su ala derecha letras descomunales como la
superficie de una era que mide cuatro mil modios. Las letras eran de oro.
Y el ángel me dijo:
-Lee esto.
Y lo leí. Y decía así: “Ni me engendra la tierra ni me engendra el cielo,
sino que me engendran una alas de fuego”.
Y pregunté:
-Señor, ¿Qué significa esta ave y cuál es su nombre?
Me respondió el ángel:
-Su nombre es Fénix.
-Y ¿Qué come?
Y me contestó:
-El maná del cielo y el rocío de la tierra […]
Mientras estaba hablando con él vi al pájaro que apareció delante y
crecía poco a poco y alcanzaba su plenitud. Y detrás de este, al sol
destellando y a los ángeles con él, llevando la corona sobre su cabeza,
cuya figura no pudimos contemplar de frente ni ver. Y al mismo tiempo
que comenzó a brillar el sol, desplegó también sus alas el Fénix. Yo, al
contemplar semejante esplendor, me sobrecogí atemorizado, eché a
correr y me oculté en las alas del ángel. Este me dijo:
-No temas, Baruch, sino espera y verás la puesta de ambos.
Me tomó y condujo hacia el poniente. Y cuando llegó el momento de
ponerse, de nuevo vi delante al pájaro que venía y al sol que se acercaba
con los ángeles. Y mientras se acercaba vi a los ángeles que quitaban la
corona de su cabeza. El pájaro se detuvo exhausto y replegó sus alas. Al
contemplar este espectáculo, dije:
-Señor, ¿Por qué quitaron la corona de la cabeza del sol y por qué está el
pájaro tan agotado?
Y el ángel me contestó:
-La corona del sol, cuando este termina de recorrer el día, la toman
cuatro ángeles, la trasladan al cielo y la renuevan por haberse manchado
ella y sus rayos sobre la tierra. Así que de esta forma se renueva cada
día.
Yo, Baruch, repuse:
-Señor, ¿y por qué se manchan sus rayos sobre la tierra?
Y el ángel me contesto:
-Por contemplar las trasgresiones y las injusticias de los hombre, como
son las prostituciones, adulterios, robos, saqueos, idolatrías, borracheras,
asesinatos, disputas, envidias, difamaciones, murmuraciones,
cuchicheos, adivinaciones y cosas como estas que no son agradable a
Dios […].
El cuarto cielo.

Después de haber aprendido todo esto del arcángel, me tomó y me


condujo al cuarto cielo. Y vi una llanura sencilla y en ella un estanque de
agua. Había allí multitud de pájaro de todas las especies, pero no los de
aquí, sino que vi a las grullas como bueyes grandes. Y todos eran
gigantescos, mayores que los del mundo. Pregunté al ángel:
-¿Qué es la llanura, qué es el estanque y qué es la multitud de pájaros
en torno a él?
Y el ángel me contesto:
-Escucha, Baruch. La llanura que rodea el estanque y en la que hay otras
maravillas es el lugar adonde vienen las almas de los justos cuando se
congregan y viven juntas por coros. El agua es la que toman las nubes
para llover sobre la tierra y para que crezcan los frutos.
Y volví a preguntar al ángel del Señor:
-¿Y los pájaros?
Me contestó:
-Estos son los que de continuo entonan himnos al Señor […].

El quinto cielo.

Desde aquí me tomó el ángel y me condujo al quinto cielo. Pero la puerta


estaba cerrada. Y pregunté:
-Señor, ¿no se abre esta puerta para que pueda entrar?
Y me contestó el ángel:
-No podemos entrar hasta que llegue Miguel, el clavero del reino de los
cielos. Pero aguarda y verás la gloria de Dios.
Se produjo un potente ruido como un trueno y dije:
-Señor, ¿Qué ruido es este?
Me respondió:
-Ahora viene el general en jefe, Miguel, a recibir las suplicas de los
hombres […].
Y vi al general en jefe, Miguel, que agarraba un cuenco gigantesco.
Su profundidad era como desde el cielo hasta la tierra y su anchura como
desde el norte hasta el sur. Y pregunté:
-Señor, ¿Qué es lo que agarra el arcángel Miguel?
Me contesto:
-Aquí es donde se concentran los méritos de los justos; todas las cosas
buenas que hacen son transportadas por medio de él ante el Dios
celeste.
Y mientras estaba conversando con ellos, he aquí que se presentaron
unos ángeles que llevaban canastillas llenas de flores. Y se las
entregaron a Miguel. E interrogué al ángel:
-Señor, ¿Quiénes son estos y qué es lo que transportan?
Y me respondió:
-Estos son los ángeles que están frente a los justos.
Tomo el arcángel las canastillas y las puso en el cuenco. Y añadió el
ángel:
-Estas flores son los méritos de los justos.
Y vi a otros ángeles llevando canastillas vacías, que no llenas. Venían
entristecidos y no se atrevían a acercarse porque no tenían los premios
completos. Y Miguel gritó estas palabras:
-Venid también vosotros, ángeles, traed lo que habéis transportado.
Tanto Miguel como el ángel que estaba conmigo se entristecieron mucho
porque no habían llenado el cuenco. Asimismo, se acercaron a
continuación también otros ángeles llorando y transido de dolor mientras
decían temerosos:
-Míranos ennegrecidos, Señor, porque hemos sido entregados a
hombres malvados y queremos separarnos de ellos.
Y dijo Miguel:
-No podéis retiraros de ellos para que no domine hasta el final el
Enemigo. Pero decidme que pedís.
Y contestaron:
-Te suplicamos, Miguel, nuestro general en jefe, que nos separes de ellos
porque no podemos resistir junto a hombres malvados y necios, puesto
que no hay en ellos nada bueno, sino toda clase de injusticia y ambición
[…].
Y dijo Miguel:
-Esperad hasta que sepa del Señor qué se va a hacer.
En ese preciso momento se marchó Miguel y se cerraron las puertas. Se
produjo un ruido como un tueno. Pregunté al ángel:
-¿Qué ruido es ese?
Y me contestó:
-Ahora presenta Miguel a Dios los méritos de los hombres.
En ese mismo instante descendió Miguel y se abrió la puerta. Traía
aceite. Y a los ángeles que traían las canastillas llenas se las llenó de
aceite con estas palabras:
-Llevadlo. Dad como premio cien veces más a nuestros amigos y a los
que han realizado con trabajo las buenas obras. Pues los que bien
siembran, bien recogen.
Y dijo a los que llevaban las canastillas llenas y a los que la llevaban
vacías:
-Marchaos, bendecid a nuestros amigos y decidles: “Esto dice el Señor:
en lo poco sois fieles, sobre mucho os constituirá. Entrad en la alegría de
nuestro Señor”.
Y volviéndose dijo a los que no llevaban nada:
-Esto dice el Señor: No estéis cabizbajos no lloréis ni abandonéis a los
hijos de los hombres. Al contrario, puesto que me irritaron con sus obras,
id, castigadlos, exasperadlos y provocadlos contra una nación que no es
nación, contra una nación insensata. Más aún, despachad junto con ello
vendaval e inundación, gorgojo y langosta, granizo con relámpagos y
furia. Divididlos con espada y muerte; y a sus hijos, con demonios.
Porque no escucharon mi voz ni guardaron mis mandamientos […].
Con estas palabras se cerró la puerta y nos retiramos. El ángel me tomó
y me devolvió al lugar del principio. Cuando volví en mí, di gloria a Dios
por haberme considerado digno de semejante dignidad. Y vosotros,
hermanos, que participáis de una revelación como esta, dad gloria
también a Dios para que el os glorifique ahora y siempre y por los siglos
de los siglos. Amén.

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