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AVERY DULLES

EL OFI<=ro DE LA TEOLOGÍA
Del símbolo al sistema

Traducción: ROBERTO H . BEllNET

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Capítulo quinto

LOS USOS DE LA ESCRITURA EN TEOLOGÍA '

fia sagrada escritura, como he dicho, es un medio del~ revelación divina,


\una autoexpresión .de la comunidad original de fe y un recurso perenne para
\
conservar a la Iglesia en la fidelidad a su origen divin~A pesar de sus maravillo-
sas cualidades, la Biblia no se certifica ni 'interpreta adecuadamente a sí misma
//frente a cada persona individual. ~l teólogo, por lo menos en la visión católica,
~debe utilizarla como un libro de la Igles~ Sin embargo, este principio. no revis-
te un carácter, simplemente restrictivo. Por el contrario, abre una inmensa pers-
pectiva en vinud de la variedad de usos a los que alienta la tradición.

ENSEÑANZA CATÓLICA OFICIAL

La Iglesia católic; ha ·acumulado a lo largo de siglos un vasto cuerpo de


doctrina oficial acerca de la interpretación de la escritura. 1 El Concilio de Tren- .
to, advirtiendo acerca de los peligros de la interpretación privada en asuntos que
conciernen al establecimiento de la doctrina en cuanto a fe y moral, 2 declara
que debe ser la Iglesia la que decida sobre el verdadero significado e interpreta-
ción de la escritura, y que la escritura nunca debe interpretarse en forma contra-
ria al consenso unánime de los Santos Padres (EB 62) .3 El Vaticano I reiteró la
misma advertencia (Dei Filius, EB 78).
Los papas han reiterado en sus encíclicas bíblicas las mismas restricciones
pero agregaron también el aliento positivo a los investigadores bíblicos y a los
teólogos. León XIII, en Providentissimus Deus ( 1893), alabó a los intérpretes me-

l. .Para un resumen conciso de esta enseñanza véase Raymond E. Brown I Thomas .Aqui-
nas Collins, •Church Pronouncements», en: The New ferome Biblical Commmtary, Englewood
Cliffs (New Jersey): Prencic:e-Hall, 1990, 1166-1174.
2. In rebus fidei et momm, OH 1507. La palabra momm puede traducirse como «costum-
bres« (como se traduce también en la versión española de OH 1507. N . del T.).
3. Los números remiten a la numeración marginal en EB.
El oficio de la teología los usos cú la escritura tn uología

dievales por el cuidado que pusieron en preservar tanro los texros bíblicos cuan- fa
XV, Conscirución sobre la Divina Revelación declara que el estudio ~e la sagrada 1v

to la.tradición de interpretación patrística, como también por la mayor precisión l¡ escritura es como el alma de la teología (nº 24LlEn muchos puntos, Dez Verbumha (:,
con la que distinguían entre los diversos sentidos de la Biblia, incluyendo los fi- puesto en claro que la inte~retación teológica de la escritura requie re fe ('.bídem), :-J/-P
, gurativos o alegóricos. JA.un defendiendo la primacía del sentido literal, León desde el momento en quel«la Escritura se ha de leer e interpretar con el mismo Es~1 '\ {
t~, ¡;, XlII señaló el valor de la investigación de «Otros sentidos, adecuados para ilustrar pí.ritu con que fue escrita» (nº 12)..:.._\En la perspectiva de la fe cristiana, el concilio! ,'·__/ '
(, , el dogma y para confirmar la moralidad» (EB 1081\ Volviendo a la teología, el ci rala frase de Agustín acerca del N uev~ y el Antiguo Testamento, donde afirma
papa estableció el principio, reiterado a menudo a partir de ese momento, de que que el Antiguo encubre el Nuevo ye! Nuevo descubre el Antiguo (véase nº 16),
«el uso de la sagrada escritura debe influir en la enseñanza roda de la teología y Uno de los documi:nros recientes más instructivos acerca del uso de la es-
debe ser prácticamente su alma [eiusque prope sit anima]» (EB 114) . critura en teología es el emitido por la Comisión Bíblica sobre Sagrada Escritura
Benedicto XV, en su encíclica Spiritus Paraclitus (1920), adoptó una pos- y Cristología, de 198-4.4 Este documento examina once enfoques contemporáne-
tura comprensiblemente defensiva frente a las recientes incursiones del moder- os de cristología y señala sus r.espectivos valores y limitaciones. 5 Llamando la
nismo, pero en las partes positivas de su encíclica, exhortó a los estudiosos cató- atención a lo que podría. ser unilateral en e~os diferentes enfoques, la Comisión
licos a imitar la investigación de Jerónimo en la búsqueda del sentido literal y a Bíblica adopta una acritud básicamente positiva, aceptando lo sano de cada me-
ver que\roda interpretación mística esté sólidamente basada en la literaljBene-i todología. La comisión concluye que una cristología íntegra debe tener en cuen-
dicto concluye diciendo: «Deseamos que todos los hijos de la Iglesia, impregna- ta el contenido pleno de la Biblia y todos lás aspectos del testimonio bíblico .
dos de las escrituras y fortalecidos por ellas, puedan llegar al conocimiento de Ante la actual profusión ·de enfoques, la necesidad más urgente no es la
Jesucrisro, que lo sobrepasa todo» (EB 495). ') elaboración de nuevos métodos sino más bien una evaluación crítica de los que
Pío XII , en Divino Ajflante Spiritu (1943) exhortó a los exégetas católicos a \ están actualmente en uso. La pregunta es si todos los métodos existentes son le-
tomar como tarea principal el descubrimiento y la exposición del sentido literal, / gírimos y si pueden coexistir en forma con.fortable. ¿Es,tá obligado el teólo~o .ª
«a fin de que aparezca pattnte y claro d. pensamiento del autor» (EB 550). Él re- / elegír ciertos méto~~s y a r~cha~ar otros,? S1 b1e~ los. me~od~s pueden mulnpli-
1

cordó a los intérpretes bíblicos la necesidad de tener en cuenta las diferentes for- carse en forma casi mdefimda, intentare resumir baJO diez mulos los que pare-
mas literarias utilizadas por los antiguos semitas a fin de entender co rrectamente hcen ser más evidentes en la teología c;ontemporánea.
los textos (EB 558-560) . Subrayando la libertad de los investigadores bíblicos
católicos, el papa mencionó que «sólo hay unos pocos texros cuyo sentido ha p
sido definido por la autoridad de la Iglesia, y tampoco los hay en mayor número í DIEZ ENFOQUES
acerca de los cuales la enseñanza de los Santos Padres sea unánime» (EB 565). En 1 -
varios puntos, el papa exhortó a los exégetas a no circunscrib irse a las preguntas ~ El enfoque doctrinal clásico. A lo largo de muchos siglos, tanto los teólogos
históricas y filológicas sino a colaborar en la determinación del significado teoló- ~.J ¡!protestantes como los católicos utilizaronl¡'a Biblia como un tesoro de afirma-
gico del texto sagrado, con tal de constituir una ayuda para los profesores de teo- ~ ? ¡- ciones doctrinales o como un arsenal con el cual pueden re1vmd1carse textual-
logía y para los predicadores (véase EB 551, 567). º.:
(YO"
La enseñanza oficial del magisterio acerca de la interpretación de lá escritura
4 . EB 909-1039. Para una edición en españo l puede verse Pontificia Comisión Biblica,
fue resumida en forma admirable por el Vaticano II en su Constitución Dogmáti- .. Biblia y cristología», craducción, ed ición y nocas de Rafael Sanz Valdivieso, O.F.M.; Prólogo de
ca sobre la Divina Revelación (Dei Verbum) . En el número 12, dedicado expresa- Olegario Gon?.ález de Cardedal, en: Carthaginmria (Murcia) 5 ( 1988) 113-168. ..
mente a la interpretación bíblica, la Constitución distingue dos niveles de signifi- 5. Escas memdologías podrían designarse a grandes rasgos como: ( l) el mfoque das1co
basado en cextos y fuentes dogmáticas; (2) enfoques revisionistas basados en la conscienci~ histó-
cado: el sentido literal al que apuntan los mismos hagiógrafos y la ulterior
rica; (3) esfuerzos por reconscruir la vida y las enseñanzas de Jesús a través de la invesngac16n h1s-
comprensión que puede obtenerse gracias al «contenido y la unidad de roda la Es- córica; (4) una macización d el enfoque precedente con daros de la historiad: las.'eligiones; (5) ~s­
critura, la Tradición viva de roda la Iglesia, la analogía de la fe,., es decir, la armonía rudio de Jesús a la luz del judaísmo palestino; (6) enfoques a través de la h1srona de la salvac1.on;
existente entre las verdades reveladas. En los números posteriores, la Constitución (7) una variedad de enfoques antropológicos; (8) interpretaciones existencialistas; (9) ~erspecnvas
sociológicas y liberacionista.s; ( 1O) enfoques conscrucrivos siscemáticos; ( 11) otras mamac1ones de
alienta a los estudiosos católicos de la Bibba a aspirar a una profunda penetración
estos enfoques conscructivos en cristologías «de arriba» y •de abajo» . . . .
de las escrituras, basándose en la enseñanza de los Padres y en el testimonio de las Algunos de estos enfoques son estriccamente exegécicos; otros, en cambio, implican pro-
sagradas liturgias (nº 23). Repitiendo afirmaciones de León XIII y de Benedicto gramas hermenéuticos más vascos.

- 87-
El oficio dr la trología lo1 UJOJ dr la rJcritura rn trología

mente las doctrinas de la Iglesia. Tornando l~ Biblia como un libro ·inspirado e res bíblicos de ese tiempo intentaron hacer_una ~n_te~Ís de la enseñ~za del~~­
~. /\inerrante o, por lo menos, como una fuente normativa de la docrrina cristiana, blia ~~ fun~iÓ~ de~oncept~~ bíblicos como la creación y la r:_egenc\{i~, l~paja~r~ y
~ :f los teólogos citan los textos bíblicos que parecen apoyar su propia posición o la -~! ~;p_íritt1. Alg;mos int~en~on captar la unidad de roda la Biblia bajo rúbricas
c.. \\posición de la Igle~ como la alianza (W. Eichrodt), la historia de fa tradiciones (G. von Rad) o la «pre-
Por ejemplo, la Biblia afirma reiteradamente que hay un solo Dios, creador sencia elusiva» de Dios (S. Terrien). Otros produjeron estudios sobre «temas bí-
del cielo y de la tierra, y que ese Dios es omnipotente, misericordioso y fiel a sus blicos» Q. Guillet) o sobre términos clave como la revelación (W. Bulst), el traba-
promesas. Dice, además, que la palabra que existe eternamente con el Padre se en- jo (A. Richardson), el bautismo (T. F. Torrance) y el tiempo (0. Cullmann). En
carnó en el seno de María, que Jesucristo es el Hijo de Dios, que murió por nues- Estados Unidos, invesrÍgadores protestantes como Paul S. Minear y James D .
tra salvación, que resucitó glorioso de entre los muertos. La Biblia nos dice asimis- Smart, y católicos como J ohn L. McKenzie alcanzaron una posición prominente
mo que Cristo fundó una Iglesia, que estará presente junto a ella hasta el fin de los ~- /en el movimiento de la teología bíblica. !Estos investigadores procuraron hacer
j tiempos y que los que participan.en la eucaristía reciben su cuerpo y sangre.ÍEn un -~ justicia a la diversidad así como a la ·unidad del material bíblico y mostrar cómo
I\ gran porcentaje, las doctrinas de la Iglesia son un colfagede citas de la escritur.'.0 \.. los temas del Antiguo T esramenro se enriquecían y transformaban progresiva-
Este uso de la escritura fue dominante en el escolasticismo medieval y mo- mente a medida que se abrían camino dentro del Nuevo Testament':J ,
derno. Hoy en día se utiliza mucho en círculos evangélicos fundamentalistas y 1Én el movimiento de la teología bíblica se sostenía comúnmente que la
conservadores. Ningún creyente cristiano q_:ierrá negar el valor de las afirmacio- j terminología de la Biblia reflejaba estilos e~pecíficos de pensamiento que debían

nes de la escritura para establecer o confirmar puntos de la doctrina. Pero,-en ,¡ contrastarse con el pensamiento no-bíblico, especialmente con los conceptos
nuestro tiempo,íios teólogos católicos, que nunca han aceptado la idea de que la ~ ¡/ griegos, que se veían corrio ajenos a la fe cr.istian~ Esta te.sis fue de.fendida, por
..3
~ Biblia sea la única fuente de la verdad cristiana, tienden a ser cautelosos acerca de """'/ . ejemplo, en la obra Das hebrdische Denken zm Verglezch m1t dem Grzechzschen, de
~ 1

13 l~ fuerza d~~ost~a_tiva de «texros_p.E_ob~~rios»_aj~~Tres son las re~ervasque ~ ' Thorleif Borman.6 Osear Cullmann, en su popular obra Christus und die Zeit,7
cabe indicar. ~!:'. Pii!11er lugar,leLsignificado r~ ~e un texto no puede ser uaduci- -{ dio la iropresión de sostener que los conceptos bíblicos de tiempo eran normati-
O"do siemp_ie m_!:di~nte una cita fuera de contex~A menudo se deriva una gran di- 6. vos para la fe y que las filosofías clásicas griegas sobre el tiempo debían rechazar¡ f
ferencia dependiendo de quién habla, a quién se dirige y con qué fines. El uso dog- \ ¡se como no-bíblicas. !A.sí, no sólo se atribuía autoridad divina a la enseñanza de :_
mático clásico de la escritura tendía a perder de vista la importancia del contexto. -:; la escritura, sino también a los conceptos y términos en los que se expresaban los ~
~En Segt;!ndo _luga~Jos ec;foque~E~~()~c:l~ La Biblia.han mostrado que la compren- 3 autores bíblicos. Muchos reólogos católicos objetaron, correctamente según m· ~
sión de los autores bíblicos se desarrolló gradualmente, y que muchas afirmacÍo-:=- 0 opinión, que el mensaje bíblico podía ser trasladado a otros idiomas y utilizan \->
nes en la Biblia, ~~ esp·e~i;J l; s q~e fueron c~~puestas en las etapas tempranas de do marcos filosóficos diferentaj
la historia de la_s~_-:aóÓn, ~-;;-TI~g~ ~l~"i.~rdad d~finitiv;-. Las afirmaciones con fe~
sionales que expresan la fe de la Iglesia entera después de Pentecostés tienen usual- {ri, ÍExégesis espiritual. Durante las décadas de 1940 y 1950, un cierto número
mente un mayor valor que las afirmaciones que contienen la teología personal de \ J e teólogos católicos, abogando por un retorno a las fuentes bíblicas y patrísti-
un autor individual. Es necesario reconocer, en tercer lugar, que el lenguaje bíbli- cas, revivió un tipo de «exégesis espiritual» que encontró en los Padres griegos y
co es a menudo poético, mítico o metafórico. El lenguaje de exhortación y de en los teólogos monásticos medieval~ Para Louis Bouyer, el lector cristiano
amor difiere del lenguaje doctrinal. Si bien la Biblia contiene afirmaciones propo- debe buscar en la Biblia «no una palabra muerta, aprisionada en el pasado, sino
U itivas, una excesiva concentración en este aspecto de la escritura puede conducir a una palabra viva, dirigida inmediatamente al hombre de hoy ... una palabra que
un empobrecimiento o a una distorsión ·¿~¡ verdade·r¿ si~ifi~;do~--------~- le concierne, ya que ha sido y sigue siendo pronunciada para él». 8 Para Henri de
Estas reservas no invalidan el método mismo. Pero la necesidad de formu-
larlas señala la importancia que revisten otros métodos que serán examinados a 6. Thorleif Boman, Das hebriiische Dwkw im Vergleich mit dem Griechischw, Gotinga:
lo largo de este capítulo. Vandenhoeck& Ruprechc, 1952,31959, 6 1977. '
7. Osear Cullmann, Chmt111 und die Ztit: die urchristliche Zeit- und Gerchicl1tsauffemmg,
Zollikon-Zurich: Evangelisc:her Verlag, 1946, ·1 i962 (> Cristo y el tiempo, craducción de Juan Es-
Teología bíblica. U na reacción saludable contra el uso aislado de textos pro-
cruch, Barcelona: Escela, 1967).
0atorios se llevó a cabo con el surgimiento de la teología bíblica, especialmente 8. -Louis Bouyer, «Lirnrgie ec exégese spiricuelle», en: la Maison-Dieu 7 ( 1946) 30, cicado
duranre la década que siguió a la Segunda Guerra Mundial. Muchos investigado- según Henri de Lubac, L 'Ecrirnre dans la Tradition, Pads: Aubier-Moncaigne, 1966, 99.
El oficio de In teología los u.sos tÚ la escritura ro teología

ll llLubac, el significado espiritual interpreta el pasado judío desde el punto de vis- Esta «exégesis espiritual» incorpora, según mi opinión, algunos de los me-
-{ ta del presente cristiano. fil cristiano contemporáneo estudia la Biblia a fin de jores conocimientos obtenidos por el movimiento de la teología bíblica. Ella se
~ vivir por ell~ «Ella es su propia historia, de la que no puede abstraerse. Esta his- acerca también a la «exé!'¡esis pneumática» de Karl Barth, que será considerada
toria le interesa personalmente, en el sentido fuert e y preciso del término. Es un -j 1en la sección siguiente.ftI_a,y_q\le_reconoc~_!:, sin embargQ.,_q~e_~~~xc:e~i".'._o_e_11tu­
misterio que, en forma idéntica, es también su propio misterio. Él r... ] "escruta j (siasmo p_.9r los sig~i~ca_dos espirituales lleva en_ c!erto~ ~a~os a ~aE_Iichosa.s_ i~~er­
las escrituras" a fin de descubrir los pensamientos y designios de Dios para con -U pretaciones Aegó_r~c~como las ~esarrolladas por Pa~~laudel,_qu~::ios~~ una
él».9 Para de Lub-;_c, este punto de vista no es una cuestió n de devoción privada excesiva hostilidad hacia. la investigación crítica moderna. Una elemento co-
o de espiritualidad, sino de teología propiamente dicha. Según sostiene, en rrector puede encontrarse en el análisis histórico-crítico, que, como hemos de
la época patrística, el así denominado significado místico era considerado siem- ver, enfatiza la importancia del sentido literal como factor de control.
pre el significado doctrinal por excelencia, como aquél que desvelaba los miste-
rios relacionados con Cristo y con la Iglesia. 1º De Lubac cita a Dom Célestin ,/f;) Teología de fa palabra. U na contrapartida protest~nte. de la exé~e.sis espiri- ·
Charlier en el sentido de que, para los Padres, la exégc:s_is «consiste en dilucidar (V rual es la que aporta Karl Barth, que hace uso de la «exeges1s pneumanca» en su··
~l alcance_profundo y objetivo de un texto, a la luz de la economía ent"e;:-;Jela teología de la palabra de Dios .füarth entiende por «palabra de Dios» no la letra
salvación».1_1_____ ----- -- -
muerta de la escritura sino al Cristo vivo que nos habla aquí y ahora _'.1 través d e
Hans Urs von Balthasar sostiene que la palabra de Dios en la escritura tie- Ir~~ilibr:S in--;pi~~da-;di~ la escr~~;~La palabra de Di~s no era para él simple-
ne una forma esencialmente cristológica. Cristo se entrega a la Iglesia bajo dos mente el texto sino el acontecimiento en el que el lector encuentra hoy a Dios.
formas : como escritura y como eucaristíafEl Espíritu Santo, como autor prima- Los libros canónicos son aquéllos en los que la Iglesia escuchó hablar a Dios en
rio, lleva a quienes leen la escritura en la Iglesia a entender el significado espiri- el pasado y en los que espera escuchar nuevamente su voz.
l hombre. La Escritura no da testimonio de una palabra pasada, sino de una pala-
tual interiOSJ«Y de esa manera, la Escritura se convierte en Palabra de Dios al Barth insiste en que el exégeta d_ebe ser creyente. Para alcanzar una com-
prensión del mensaje bíblico y de Dios, que es su contenido esencial, se debe te-
bra presente, porque es eterna. No da testimonio de una palabra dirigida a ner una afinidad person:al con Dios mediante la fe . El Espíritu Santo inspira ac-
otros, sino de la palabra que se me dice a mÍ». 12 tivamente no sólo a los autores de la Biblia sino también a los creyentes que la
Yves Congar, cuya interpretación de la escritura merece llamarse asimismo leen hoy en la Iglesia. La vida divina nos sale al encuentro solamente cuando le
espiritual, sostiene: «Es preciso que el sentido de fa Escritura sea comunicado por el complace hacerlo.
Espíritu de Dios, en un acto que, por m parte, es revelación, y cuyo fruto en nosotros
es el conocimiento cristiano, la 'gnosis';,_l3 Una tal gnosis, a la que se puede acce- «En consecuencia, uno no puede establecer condiciones que, siendo ob-
der dentro de la Iglesia, manifiesta la unidad de los dos testamentos y permite a servadas, garanticen la escucha de la palabra. No hay método por el cual la re-
los concilios llegar a la unanimidad en materia de fe. Por consiguiente, la escri- velación pueda hacerse revelación actualmente recibida, no hay mérndo de exé-
tura debe ser leída dentro de la Iglesia, dentro de la tradición. gesis escriturística q ue sea verdaderamente pneumático, es decir, que articule el
testigo de la revelación en la Biblia y, en esa medida, introduzca realmente al
P neuma». 14

9. De Lubac, op. cir. 43.


10. Véase op. cir. 24s, 70. Sobre l.a base de la misma escritura, Barth sostiene que la autorevelación
11. Op. cir. 26, remiciendo a Célmin Charlier, «La leccure sapiencielle de la Bible», en: la de Dios acontece principalmente en Jesucristo, la palabra de Dios encarnada. A
Maison-Dieu 12 ( 1951) 23-32. El arcículo fue incorporado en el libro de Charlicr La lecwra cris-
tiana de In Biblia, Barcelona: Editorial Licúrgica Española, 1956, cica de 360 (< l11 ftcture chri-
tienne de In Bible, Charleroi 1950, 295). 14. Karl Barch, Ch11rch Dogma tics l/I, Edinburgh: T. & T. Clark, 1956, 183 (< Die kirch- .
12. Hans Urs von Balthasar, Ensayos Teológicos J. Verb11m Ct1ro, craducción de Andrés:Pe- liche Dogmatik, vals. 1/ 1-2, U/ 1-2, Ill/ 1-4, IV/ 1-4, Munich/Zurich l 932ss, variasdiciones). Vé-
dro S:ínchez Pascual, Madrid: Crisciandad, 1964, 19-39, cira de 35 (< Verb11m caro, Einsiedeln: ase Thomas E. Pr0vence, uThe Sovereign $ubect Maner: Hermeneuncs in che Ch11rch
Johannes Verlag, 1960). DogmaricJ>, en: Donald K. McKim (comp.), A Cuide to Contemporary Hermene11cics, Grand Ra-
13. Yves M.-J. Cangar, la tradición y !ns tradicione;, 2 r., traducción de Vícror Bazrerrica, pids (Michigan): Eerdmans, 1986, 241-262, referencia en 251; también, Mark. l. Wallace, «Karl
San Sebastián: Dinar, 1964, t. 2, 264 (<la tradition et les traditions, 2 r., París: Fayard, 1960- Banh's Hemeneutik: A Wa:y beyond che Impasse>, en: ]011mal ofReligion 68 ( 1988) 396-41 O, re-
1963, t. 2, 146), res;iltado en cursiva de Cangar. ferencia en 408.
El oficio dt la ttología Los usos tÚ la escritura en uología

través del acontecimiento de Cristo, Dios sale personalmente al encuentro del sin ció autorizado a tomar una posición muy escéptica frente al valor histórico -~e
/¡rhornbre.~a teología, procurando explicar el carác,ter de Dios_como agen~e, es- la !?ibl.0~ incluy~ndo l~palab@.D' los hechos de Jesús tal como son relatado~
cucha a Dios cuando habla hoy a la Iglesia a traves de la escmu~ No solo las
-RQr los evang~V_os.
11

afirmaciones expresas de la escrirura, sino también los patrones de la narrativa Durante las décadas de 1950 y 1960, algunos discípulos de Bultmann, en-
bíblica, incluyendo la saga y la leyenda, pueden mediar un encuentro con lapa- tre los que destacan Emst F uchs y Gerhard Ebeling, modificaron en algo las po-
labra viva y personal de Dios. 15 siciones de Bultmann bajo la influencia de la filosofía del ~eid~gger tardío.(La
Como ya se ha hecho notar, la teología de la palabra, de Barth, armoniza
bien con algunas tendencias de la teología bíblica católica y de la exégesis espiri-
tual. El énfasis que pone Barth en la acción personal de la palabra viviente pare-
ce haber influido en Bouyer, de Lubac y van Balthasar. Wero Banh está más in-
lBiblia, afirmaron, debe entenderse como una etapa en la h1stona de la palabra
de Dio.:j La palabra bíblica es efi~az; ~rod~ce una historia de tran~O:isión e in-
rerpretación, y esta «hmona ~fecnva» 1lu~ma a su vez la p~abra ongmal. La~-
labra de Dios, como sujel:O v1v1ente, desaf1a al lector y le eXJge una respuesta./La

l
clinado que sus colegas católicos a hacer una dicotomía entre la palabra de Dios hermenéutica, como estudio del acontecimiento-palabra, tiene por objeto clari-
y la comprensión humana, corno también entre la autoridad de la Biblia y la de ficar el camino para una proclamación efectiva de la palabra y para remover lo
la Igles~ Se puede plantear la pregunta acerca de si Barth logró aislar la inter- obstáculos para una interpretación contemporánea. La teología, como discipli
pretación de la escritura de sus propios presupuestos filosóficos y de la influen- na hermenéutica, debe prestar atención a .la palabra de Dios y contribuir a 1
cia de su propia tradición eclesial en forma tan completa como él afirma ha~er-~ proclamación efectiva de la palabra en la Iglesia de hoy, de modo que los oyen
lo hecho. IPero su lJamamiento a estar atentos a la palabra de D10s y a evnar\l tes se vean desafiados a responder con confianza y sumisió~
imponerle nuestros propios significados mantiene su pertinenc~ La teología hermenéutica de la escuela de Bultmann demostró ser útil
para ~uchos lectores que querían seguir siendo cristianos pero teriían dificul-
~ Hermenéutica existencial; teología de La proclamación. En tomo a la misma tad para aceptar los aspectos milagrosos y aparentemente legendarios de la Bi-
Vépoca en que Barth estaba elaborando su teología de la palabra, Rudolf Bult- blia. Los conservadores protestantes, .q ue basaban su fe en la autoridad de la
mann estaba concitando gran atención con su hermenéutica existencial. Influi- Biblia, vieron a Bultmann como un peligroso hereje. 1Los· católic~s, que creían
do µor la filosofía del primer Heidegger,fBultmann sostuvo gue la intención . que la Biblia debía ser interpretada siempre -~ la .!:1~<.!_~l ..':<'..:'.~~mie1.:5_~ fil~sófico

l ~~al de fa Biblia er~imp~rtir tma auténtica aut~compren~~~ .~l~-P~~SQn~~u­


mana_que ,se encuentra en lucha p'.l_ r~ als;anz3! un~xistencia auténticVSegún
Bultmann, el kerygma del Nuevo Testamento habla al hombre como un ser his-
tórico (geschicht!ich), responsable y orientado hacia el fururo. El mensaje bíblico
,;v cienríflc~, veían algunos méritos en el programa de Bultman_E pero objetaban
_j :1~ue su exég~~~ pu;;menre ~xiscencial era demasiaCló est~e~~-:T~ Bjl:i[la;lnsíscí­
-: /an'. ;i;~~ ~ucho que decirnos sobre Dios y no sólo sobre_la _aut_o-comprensión
¿ fhuma~:-o¡;:í; q~1~ ~oincido en que la es~uelaCle Bultmann se concentro en
de la cruz y resurrección de Jesús llega al lector o al oyente como un llamamien- '. I forma demasiado estrecha en las categorías existenciales de interpelación Y res-

to a la obediencia radical, al desasimiento, a la libertad, a la apertura y a la con- . puesta. Muchos miembros de la escuela, incluyendo al mismo Bultmann, tu-
fianza. Nos libera del temor y de la ansiedad frente al sufrimiento y la muerte. vieron una antipatía exagerada por lo sobrenatural. De ese modo, esta escuela,
Para Bultmann, el mensaje bíblico está contenido en antiguas estructuras como muchas otras, fue más valiosa en lo que afirmaba que en lo que desecha-
mitológicas de pensamiento y de lenguaje. Para el lector contemporáneo, cuya ba o negaba. 16
visión del mundo escá marcada por la ciencia y la tecnología, esas estructuras
mitológicas configuran una dificultad para captar el verdadero significado. Por
esa razón, Bulcmann instituyó run programa de desmitologización del Nuevo
\.8 El enfoque experiencial-expresivo. Una extendida tendencia en el uso de la

Il Testamenti:J Intentó retirar las estructuras mitológicas a fin de recuperar el sig-


nificado existencial que se esconde detrás de ellas. Como exégeta científico, se
escritura podría caracterizarse, en la terminología de George Lindbeck, como

16. En esws pirraf~s resumo una exposición y crírica más larga que aparece en mi arcíc,ulo
.. Hermenemical Theology•» en: Communio. fnumational Catholic Revuw6 (1979) 16-37. Vease
cambién Anchony C. Thisdernn, uThe New He.rmeneuric», en: Donald K. McKim (comp.). A
15. Para un informe compacto sobre el uso que. hace Banh de la escritura véase, además de Cuide to Contemporary Herm.me11tics, Grand R.apids (Michigan): Eerdmans, 1986, 78-107, YJo-
los arc[rnlos ya cicados, David H. Kelsey, The Um o/Script1m in Recem Theology, Filadelfia: For- seph Rm.inger, uBiblical Incerpmacion in Crisis: On rhe Quescion. of che foundac1~ns ~nd Ap-
cress, 1975, 39-55. Kdsey halla en Barch una <>teología narracivan similar a la de Hans W. Frei, co- proaches of Exegesis Today». ,e n: RichardJohn Neuhaus (comp.).• B.'b/1cal lnterpmatwn m Cnm:
lega de Kdsey en Yale, que yo comaré en mi noveno enfoque. The Ratúnger Conftrence on Bible ancl Church, Grand Rap1ds (M1ch1gan): Eerdmans, 1989. 1-23.
El oficio de la teología los tLIOI d~ la escritura en teología
. \
. ~1·~

«experiencial-expresiva». 17 Este enfoque, cuyas raíces pueden perseguirse hasta Tienden a colocar el lugar de la autoridad no en el texto mismo sino en una\\ :-'
Friedrich Schleiermacher, es una contrapartida del_'.'.giro hacia el sujeto» en filo- ci~ca ~perieñcia pr-evi~_gue se ve como ~om;i~cente }'.'..>J~or _ello-.- ~~;;~~iva. ~d- \
sofía, comúnmente atribuido a Immanuel Kanr.lKarl Rahner, aunque utilizaf ward Schillebeeckx, por lo menos en su obra intirulada jesús, la historia de un vi-
más de un enfoque, habla de la escritura primariamente como un depósito con- vienté24 está más preocupado por reconstruir la «experiencia de Dios» 25 (la expe-
dicionado en forma histórica y situacional en el cual se expresa, en su absoluta ~ riencia «Abba») de Jesús y la «experiencia pascual» de los discípulos. 26 Para
simpleza, «la experiencia de la gracia divina de la fe»~La escritura, dice Rah- ~ Schillebeeckx, estas experiencias son importantes en cuanto pueden servir como
ner, es «una [de las] manera[s]. aunque [la] preferida, de mediar en la historia, -~ ¡ paradigmas y catalizadores de la experiencia cristiana actual. La pa!_ab~~ de la ~s­
bajo una modalidad explícica, la comunicación reveladora de Dios mismo al i(. c_ritura_ es pues~ en _«correlación crítica» con_nuestr_a propi~e_xperie_n_cia, ~~
hombre». 19/E[ teólogo se vuel.ve hacia la Biblia para recuperar las experiencias ' modo que se_p_uede ev;i.luarJa r~lativa a.d_es;uació_n_ de cas[~ _llna_de ella~2 7
~ fundacionales de la primitiva comunidad cristiana, para hacer que esas expe- 'una dificultad importante en este enfoque es la ambigüedad en el término
'-" riencias se hagan inteligibles a las mujeres y los hombres de nuestros días y para . 1«experiencia». Hoy se reconoce ampliamente que no tenemos experiencia pura
~ expresarlas de manera que evoquen y confirmen la experiencia contemporánea -..,., / anees del pensamiento y de la palabra, sino que nuestra experiencia está en gran
o .
de la gracia, que, antes de toda reflexión teológica, es algo que «ya ha sido expe- :: medida moldeada por las presuposiciones y categorías interpretativas a las
rimentado y vivido más originalmente en la profundidad de la existencia». 2 j º :; ! que se encuentra unid~
La experiencia reli_giosa no consiste meramente en que
1
Este enfoque experiencial se encuentra ampliamenre difundido en la teo- . " Dios sea percibido en las profundidades del alma. Clasificar una experiencia
logí_:t actual. Gregory Baum escribe, por ejemplo: «La Biblia es en la Iglesia el como «religiosa» es un asunto de interpretación, y la interpretación depende
test, la norma y el juez para purificar y confirmar a los cristianos en su propia ex- inevitablemente de factores sociales e históricos. E~ efecc_o, J~ Biblia pue~e
periencia de vida».2 1 pavid Tr;;§J utiliza el concepto de lo clásico religioso inrensificar y dirigir nuestra experiencia espiritual, pero difícilmente puede ha-
n como su punto de partida para entender la escritura. fÍ>or clásicas entiende él ceri; -;¡~est~mos preparados para acepta~ la interpreta~ió~ que-los ;uro~s
{ ·I «ciertas expresiones del espíritu humano» que «desvelan de tal manera una con- ~han dado a sus ~Hopias experiencias y a la tr~diciói:._g~~s~ h~ep~
~ ¿ vincente verdad sobre nuestras vidas, que no podemos negarles cierto tipo de es- do en ellas. Así, el enfoque experiencia! de la escrirura no puede sostenerse
~ ,:1 tatus normacivo».22 Las escrituras son «las expresiones normativas y comparati- por sí solo.
': ~ vamence más adecuadas que la comunidad tiene de la experiencia pasada y
1
---.. 1 presente del Señor Resucitado, del Crucificado, Jesucristo~
A diferencia de las escuelas previamente examinadas, los teólogos de esta
® La intención del autor.Íuna vasta corriente de la investigación bíblica ve to-
davía la Biblia como una versión confiable de la verdad que Dios quiere revelar
escuela experiencial\s"on renuentes a hablar de la Biblia como la palabra de Dio~(I a través de los autores inspirad~l}tilizando las téci:iica~_I!10d~masj~_inv~cjga­
ción, estos estudiosos P.!:O_c:_u_r:_a_!l ~stable_cer el sentido literal, es decir, el significa-
17. George A. Lindbeck, The N11t11re o/ Doctrine, Filaddfia: Wescminscer, 1984, 16. 31- íl p_r_~x:ectado ..1 expresado e~sus palabras. Se ~
do que los autores insE:irados !ia._
32 y pá.ssim. identifica a este método de interpretación con notables exégetas católicos como
18. Karl Rahner, «Teología en el Nuevo Tescamenrou, en: id., &critos de Teología, c. 5, Raymond E. Brown y Joseph A. Fitzmyer, que han escrito recientemente defen-
mducción de Jesús Aguirre, Madrid: Taurus, 1964, 33-53, cica de 49s (< .. Theologie im Ncuen
Tescament», en: Schrifien z11r Theologie, Einsiedeln: Ben2iger, 1962, 33ss).
19. Karl Rahner, Curso /11nCÍl1mental de /,1 fi, 427. (Las palabra o lec ras encre corcheces se
han incluido para hacer más incdigible la cica en el presente conrexro. N. del T.) Bruce D. Marshall (comp.), Theology and Dialogue, Noue Dame (Indiana): Universicy of No ere
20. Op. cic. 34. Dame Press, 1990, 35-68.
21. Gregory Baum, uThe Bible as Norm>, en: The Ecumenist9 Uulio-Agosco 1971) 75. 24. Edward Schillebeeckx, Jesús, la historia de un viviente, rraducción de A. Aramayona,
22. David Tracy, TheAnalogical lmagination, Nueva York: Crossroad, 1981, 108. Madrid: Crisriandad, 1981 (< Jews, het verhaal vaneen levmde, 3• ed. aum., Bloemendaal: Nelis-
23. Op. cic. 248. Incluso en esta obra, que intenta conferir una autoridad apropiada a la sen, 1975).
escrirura y cradición, T racy atribuye suma imporcancia a una »consciencia incremencada de.la re- 25. «La experiencia de Dios, fuence del misrerio de Jesús, de su mensaje y de su praxis»,
alidad de lo que Ocro denominó lo numinoso• (169). En ese sencido, puede considerarse que op. cir. 232ss.
T racy ejemplifica el cipo experiencial-expresiv'o de Lindbeck, como lo afirma también Garrm 26. Op. cic. 351-367.
Green, lmagining God: Theology and the Religious lmagination, San Francisco: Harper & Row, 27. Para una crírica de la postura véase George A. Lindbeck, «Scriprure, Consensus and
1989, 120. No obscante, Tracy ha respondido a sus crícicos en ulindbeck's New Program for Communicy», en: Neuhaus, Biblical lnterpretatiori in Crisis, 74-101, especialmence 87s; véase
Theology•o, en: Thomist 49 ( 1985) 460-72 y en «Ün Reading che Scriprum Theologically», en: también Garree Green, lmagirúng God, 119- 123.
El oficio de la teología los uso1 dt !.a e1critura en teología

sas de sus enfoques en respuesta a las críticas provenientes de la comunidad exe- ficado al que apuntaba y que expresaba el primer autor no es el significado final.
gética.28 !Ellos no afirman que el significado establecido por su disciplina sea de- El est1;1~0 histórico-:crírico puede identificar trayectorias o desarrollos dentro de
terminante para la tradicion y el dogma sino que es preciso tenerlo en cuenta y la Bibli~)'. _c!_e ese_m_?_9_o, ~eñala ~l camin_?_h_acia p~s_terior~idesar-r-;;-llos-~-;;~iiii!a- ,'i_
que, en última instancia, el significado al que apunta Dios no puede estar en les~.n_1ª tradi_ci9n_d_eja, Iglesia.3°11.a Iglesia puede insistir en significados tradi- ~
contradicción con el significado liter'.:!j Compartido por muchos estudiosos an- cionales y dogmáticos que van más allá de la intención del primer autor, pero el ~
glicanos, luteranos y de otras denominaciones protestantes formados en las uni- sentido literal original, que fue inspirado por Dios, puede utilizarse para corre- ~
versidades de Europa y de Norte:_~~é~ica, ~y~e enfoque ~a demostrado _~ muy gir errores de interpretación que pueden haber surgido en una época posteri~ __,
útil e!1 los ~álogos ecuménicos para llegar a un cierto consenso acerca del signi- El mismo Brown ha escrito extensamente acerca de los significados «más que li-
ficado de la Biblia C:º~~o documento básico de la fe cristiana·. Los estudios bíbli- terales» que brotan del rexto en cuanto está incorporado en el canon, en la tradi-
cos histórico-críticos de este tipo han sido utilizados p~;,.echosamente en los ción y en la doctrina de.la Iglesia. Esta serie de significados ordenados jerárqui-
diálogos ecuménicos, por ejemplo, en los volúmenes sobre Pedro, María y la camente (que comienza con el sentido literal pero va mucho más allá) puede ser
justificaéión, encargados o realizados por el Diálogo Luterano-Católico en muy útil para el teólogo, porque armoniza con la enseñanza contenida en el nú-
Estados Unidos.29 · mero 12 de la Constitución Dogmática Dei Verbum, del Vaticano II, acerca de
\El mérodo de la interpretación de textos que procura llegar a la intención la interpretación de la escritura.
__, de los autores ha sido atacado por las nu·evas tendencias de la crítica literaria, Con estas reservas y modificaciones, d método que procura encontrar la

~
_, que afirma que el significado de todo texto p~ede separarse de lo que el autor ha intención del autor me:rece ser aprobado. !Cuanto más sepamos acerca del texto
.· intentado decir con el mism'?_JLos textos, se afirma, adquieren su significado del original y de la intención del autor, tanto mejor se~á nuestra posición para
-t proponer y evaluar interpretaciones ulteriores que pretenden ir más allá del sen-
contexto en el que son transmitidos y de las perspectivas de los lectores. En el
caso de la escritura, tenemos el problema adicional de que, para muchos textos, tido liter~

~
puede no haber existido un auror e.n el sentido moderno de la palabra. El así lla-
mado autor es simplemente el redactor de una tradición oral o de documentos Reconsm_1cción histórica. Otra forma de estudio histórico-críticofprocura1 /
fragmentarios que se originaron y crecieron de forma anónima. Y para otros explorar deba;o de los textos a fin de encontrar un significado anterior a los mis- ~~
[mo~Los protestantes liberales corno Adolf Harnack creían que, identificando r;_f
textos que, presumiblemente, tienen un autor, tampoco podemos identificar el
lugar y el tiempo de su composición. fuentes previas, más cercanas al acontecimiento concreto, sería posible llevar a'
Admitiendo que estas dificultades no carecen de fuerza, los defensores de cabo una reconstrucción histórica. En particular, Hamack intentó llegar a las
la posición de la «intención del autor» responden que, para muchos textos, se palabras y los hechos de Jesús utilizando una combinación del Evangelio de
puede decir de forma aproximada lo que el autor debería haber querido decir y Marcos y de una hipotética fuente denominada «Q>. El esfuerzo realizado en el
siglo XIX para colocar la fe sobre una base segura por medio de la historiografía
lo que presumiblemente habrían entendido los lectores en las comunidades del
Antiguo y Nuevo Testamento . Además, corno Brown y otros afirman, el signi- científica basada en postulados positivistas terminó en el callejón sin salida bri-
llantemente descrito en el libro d~ Albert Schweitzer intitulado Von Reimarus
zu Wrede: eine Geschichte .der Leben-Jesu-Forschung [De Reimarus a Wrede: una
28. Véase Raymond E. Brown, «The Conuibution of Hismrical Biblical Criticism w historia de la investigación sobre fa vida de Jesús, obra no disponible en español.
Ecumenical Church Discussion», en: Neuhaus, Bib/ic11l !11terpretacion in Crisis, 24-49; Joseph A.
N. del T.].
Ficzmyer, «Hisrnrical Cristicism: fts Role in Biblical [nrerpremion and Church Lib. en: Theolo-
gical Srudies 50 ( 1989) 244-259. :~:!_R_~yect()je enc_crn~rar a!J~~s v~-~~c:!_~()._<:_~_~Jgtl_n]!:1g~ detrás d5l testi-
29. Raymond E. Brown et al. (comp.). !'edro en el Nuevo Testamento: un trabajo en colabo- monio del N u-~~0_13s~a.rn~.!1to_1i.g~.e llevándose a cabo, pero en forma más
ración por a11tores protestantes y católicos, Santander: Sal T errae, 1976 ( < Peta in the New Testa- sobria que un siglo atrás. En los últimos años de la década de 1950, algunos de
ment: rl Collaborative Asmsment by !'rotm11nt and Roman Catholic Scholars, Minneapolis-Augs-
los post-bulrmanniano.s, incluyendo a Fuchs y a Ebeling, reconstruyeron, con la
burgo-Nueva York: Paulist, 1973); Raymond E. Brown ec al. (comp.), María en el Nuevo
Testnmmto: una evaluación conjunta de estudiosos católicos y protestantes, Salamanca: Sígueme, ayuda de una suerte de historia existencial, los objetivos y las intenciones de Je- .
1982 (< Mary in the New Tm11ment: A Collaborative Assessmmt by Protestant and Ro man Catholic
Scholan. Filadelfia: Fortress/Nueva York: Paulisc, 1978); John Reumann, •Righteoumm» in the
New Tmament, wich responses by Joseph A. Ficzmyer andJerome D. Quinn, Filadelfia: Forrress
30. Brown, «The Conrriburion ... n, 28-29.
f Nueva York: Paulist, 1982).
El oficio de la teología Los u.sOI de /.a escriwra en teología

sús y el impacto que produjo en sus contemporáneos. Wolfhart Pannenberg, . t·vo de los contenidos de la fe y se abstiene de identificar la redención o la
obJe 1 , h d.
desconfiando de este enfoque existencial, intenta fundar la fe en el conocimien- !ación con una experiencia directa de lo trascendente. Pero, aun as1, ay 1-
reve l · ·
to racional. Él sostiene que, a parcir de la Ilustración, ya no es posible argumen- ficulcades en esta teoría.lLos estudiosos que reconstruyen os acontecimientos
tar a partir de las escrituras como fuentes inspiradas e inerrantes. «Nuestra con- de la historia sagrada no han logrado alcanzar una reconstr~cci~n ~~l pasad~ so-
ciencia histórica no puede ya encontrar en los textos mismos el "asunto" de la bre la que exisra acuerd~Es casi imposible impedir que .la mclmac10n del h1st~­
escritura que Lucero tenía en mente -a saber, la persona e historia de Jesús [de la riador predetermine lo que habrá de encontrar. Demasiado a me~udo, los his-
que dan testimonio los muy diferentes escritos del Nuevo Testamento de mane- toriadores adoptan presuposiciones metodológicas que son ªlenas a la fe
ras diferentes e incongruentes]-, sino que ha de buscarlo como si estuviera es- · ti.ana y alcanzan sólo frácriles hipótesis, incfraces de sostener el peso de la fe
cns , o . l h. ·
condido detrás de esos textos» .31 Según Pannenberg, el exégeta debe embarcarse de servir como base para una teología sólida. Los hechos de D10s en a istona
o , "d
en una suerte de trabajo de detective, infiriendo lo que puede haber sucedido a de la salvación no son revelación cristiana excepto en cuanto esten asumt os en
parrir de un examen crítico de los diferentes testimonios.32 Él considera que este la predicación y la memoria de la Iglesia, que atesora la escncura como un texto
método, correctamente aplicado, habrá de confirmar la verdad de la enseñanza privilegiad~
cristiana, por lo menos en sus líneas principales.
Hans Küng insiste en que la exégesis histórico-crítica puede constituir una (B Teología narrativa; el enfoque cultural-lingüístico. Cierc.o_número ~e te~lo-
gos contemporáneos, insa.tisfechos con los enfoques dogmanc~, expenenc1al e
provocación para la teología dogmática.33 Él apuesta porque, después del Vati-
cano II, «la teología católica asuma positivamente los nuevos datos de la crítica histórico, están regresando a algo semejante a la teología bíblica ~e mediados r

bíblictX>>.-3 4 Coherentemente, sostiene que la fuente, la norma y el criterio para la del siglo xx.)Siguiendo lo que ellos l~am~n «teología narrativa», sosttenen que!~¡ · ~~
fe cristiana es el Jesús de la historia, a quien tenemos acceso a través del método Biblia consiste en primer lugar en histonas, y que debe ser ac~ptada en sus pro .'·
histórico-crítico.35 «[ ... ] no queda otra opción que utilizar rigurosamente el mé- pios términos, en lugar de forzársela a entrar en categorías ajenas p,or parte de ;,.
todo histórico-crítico para descubrir lo que puede constatarse con seguridad lectores cuya agenda está formada por el mundo secular conte'.'1p.orane.~
científica o con gran probabilidad sobre el Jesús de la historia».36 Del lado católico, Johann Baptisc Metz se destaca por su insistencia en que
Esce_~nfogue de l~ _esc;_ri_t:ura_r10 carece de_y~lor en cuanto,_~ mostrar qi¿_e la
el cristianismo es una comunidad que atesora «el recuerdo narrativo-evocativo
de la pasión, muerte y resurrección de Jesús. El logos d.e la cruz y de la resurrec-
~~toria cristiana tien~~~~l_0o fundamento e:i_ los ~e~~o~, puede servir para
fortalecer la fe . .Además, los creyentes no pueden dejar de tener un vivo interés ción posee una ineludible estructura narrativa». 37 Somene Mecz que, de ~echo,
en todo aquello que arroje luz sobre los caminos de Dios y, especialmente, sobre la escritura tiene de principio a fin un carácter fundamentalmente narrattvo. El
las palabras y los hechos de Jesús, a quien todos los cristianos procuran seguir. autor considera que, como consecuencia, la teología debe tener una estructura
· y pracnca.
narrattva ' · A __1!.Q_a d mmen
· · d o que la a rgumentación
., . puede
. tener un lu-_
_________
En contraste con la escuela experiencia[, esca escuela respeta el carácter de dato
gar legítimo en la teología, insiste en que su funqon pnmana_~s "~;l.".'._~g~-~~r
-en nuestro mundo científico el recu~rdo narraci_vo ~e l~ ~al"'._ª-~~~n, ponerlo
31. \Volfhart Panncnberg, C11miones fundamentales de Teología Sistemática, erad. de J. M.
Mauleón.' Salamanca: Sígueme, 1976, 20 (\as palabras colocadas encre corchetes, que forman par- ~j~go ¿ri_ticamen~ en la~<cjnterrupción»_a!gu_!:'.l~nt~~~- y v<;_l~:.:.!J?_a_r~r ~~
ce de la rna cornada de la versión en inglés, no figuran en la versión en español a la cual se cita en yamen.J..~,_y2 iel}lpr_$;,_a_ la narración,_sj~ l_;¡ ~ual2_exr,~:.'. : .i:.1:~-~a <!.<:. !'.: s;¡!vacion q_.:ie-
esta traducción. N. del T.) ( < Crnndfi"t1gen Iptemt1tischer Theologie: Cewmmelte A11fidtze, vol. [,
Gocinga: Vandenhoeck & Ruprecht, 2 l 971). daría muda». 38
En Estados Unidos, el tardío Hans W . Freí, de la Universidad de Yale,
32. Ft1ith t1nd Reality, Filadelfia: Wescminscer, l 977, 70-7 l (< Cla11be 1111d Wirklichkeit.
Kleine Beitriige zum christlichen Denken, Munich: Kaiser, l 975). sostuvo que el significad o de la Biblia sólo puede ser fru~o de las_ '.11ismas narra-
33. Hans Küng, Teologít1 para la posmodernidad. F11ndamentación ecum¿nica, traducción ciones, que comunican su temática al lector mediante la mteracc10n de personas
de Gilberco Canal Marcos, Madrid: Alianza, l 989 8 l (< Theologie im A11jbruch. Eine iik11menische
Crundúgung, Munich: Piper, 1987).
34. Op. cíe. 90. Cursiva de Kling.
_ Johann Bapcisc \Ylecz, La fe en la hútoria y la sociedad: e¡bozo de 11na teología p.olítica
35. Véase op. cit. 100; véase también 165: «En la teología cristiana, la norma normante de 37 ·' M 01 · J M ' B a o Madnd· Criman-
toda ~era norma no puede ser una decerminac\a tradición o institución eclesiástica o ecológica, fundammtal para n11estro tiempo. craducc1on de . asagam Y · ana r v • , ·
dad, 1979. 222 (< Clattbe ¡,, Ceschichte 1md Cmllschaft. Stud1m z¡¡ mur prakmchen Fundamen-
sino unicamencc el Evangelio, el mensaje cristiano primicivo: ¡una ceología ccicalmence centrada
en el daco bíblico, incerpretado a la luz del análisis histórico crítico!». taltheologie, Maguncia: Macchias Grünewald, 1977).
36. Op. cit., l O!. 38. Op. cic. 223.
- 99 -
El oficio ti, la teología
lm UJOJ de la ucritura en uología

y acontecimientos. La interpretación debe apropiarse de la narración en forma


«Ve la rarea primaria de la teología, en la redescripción crítica de la fe cristiana
independiente y no plantear preguntas surgidas de un horizonte diferente.39 en categorías coherentes con el lenguaje de primerorden de la Iglesia. La misma evi-
George Lindbeck, bajo la influencia de su colega F rei, propone una teolo- ta establecer una correlación sistemática de conceptos cristianos con los de la antro-
gía «cultural-lingüística». Él advierte que, desde la época patrística hasta des- pología filosófica y se resiste, por ello, a que la teología realice el «giro hacia el suje-
pués de la Reforma, la escritura sirvió como «la lente a través de la cual los teólo- to». Su interés primario en la narrativa bíblica está en discernir la identidad de Dios
gos veían el mundo», más que como «un objeto de estudio cuyo significado como agente en el texto y en la vida que se desarrolla en la comunidad cristiana». 44
religioso o sentido literal estuviese ubicado fuera de sí mismo .. .4o[indbeck sos-
tiene que, para que el cristianismo adquiera nuevo vigor, las escrituras deben re-
ÍA.un reconociendo un valor real a la teología narrativa diseñada en las líneas
cuperar su posición como textos canónicos, en el sentido de que crean su propio
propuestas por Thiemann y Metz, no estoy convencido de que la estructura pre-
ámbito de significado. «Un mundo escrirurístico», escribe el autor, es «capaz de
dominantemente narrativa de la Biblia exija que la teología mantenga el modo
absorber el universo. El mismo brinda el marco interpretativo dentro del cual .
narrativ~La teología, como disciplina reflexiva, no puede contentarse con des-
los creyentes.r,ro.curan vi~ir su vida y compre~der la realidad:j Para el enfoque
cribir o re-describir el relato bíblico. Puede esperarse de ella que explore las impli-
culrural-lrngu1mco de Lrndbeck no es crucial distinguir entre ciertos pasajes
caciones más profundas de ese relato, tal como lo ha hecho al elaborar los atribu-
bíblicos que son histórica o científicamente exactos y otros que no lo son. La Bi-
ros de Dios y la doctrina de la Trinidad. Pheme Perkins observa sabiamente:
blia puede ser tomada en serio aun cuando su historia o su ciencia sean cues-
tionadas. «Como nos lo recuerdan parábolas como la del hijo pródigo, la re- «El análisis na.rrativo no obtiene el tipo de síntes,is conceptuales que podrían
presentación del carácter de Dios no depende en cada caso lógicamente de la suministrar los párrafos introductorios a exposiciones sistemáticas de cristología,
historicidad fáctica del relato». 42 eclesiología, discipulado cristiano o ética. [... ] En la uadición cristiana, nuestros
Creo que estos teólogos esrán en lo cierro al sostener que el poder revela- relatos han provocado reflexión teológica y ética pero no nos sirven teología o éti-
dor de la Biblia se ve disminuido si no se permite que las narraciones operen de ca en una fuente, listas para el consumo». 45
una manera simbólica sobre los afectos y la imaginación del lector. La crítica ra-
cionalista moderna ha desatendido a menudo esta dimensión. Pero hay que pre-
Al utilizar el marco bíblico, la teología puede plantear preguntas que no se
guntar qué rarea le queda entonces a la teología. Ronald Thiemann, que, al
plantean en la Biblia y, al responderlas, no necesita limitarse a los conceptos y
igual que Lindbeck, es un seguidor de Hans Frei, sostiene que «la teología se
categorías bíblicas. Agustín y To más de Aquino pueden brindar modelos del
ocupa en primer lugar de la interpretación de texto y rradición, y sólo en forma
modo en que se pueden introducir preguntas surgidas de la filosofía platónica o
secundaria, si acaso, de especulaciones sobre la verdadera naturaleza del yo-mis-
aristotélica dentro de un ámbito de significados establecido por la Biblia.46
mo y sobre las profundas estructuras del entendimienro humano».43 Thiemann
continúa diciendo q.ue la concepción por él adoptada
Teología de la libaación. La teología narrativa de Metz se orienta un poco
en una dirección liberacionista, desde el momento en que, según su visión, la
«memoria peligrosa» de la pasión de Jesús provoca la protesta contra la injusticia
39. Véase Hans W. Frei, The ldmtity ofjesus Christ: The Hmnmeutical Bases ofDogmatic y la violencia que reinan en nuestro mundo. Un programa social más específico
Theology, Filadelfia: Forcress, l 975, ccPreface•>, vi-xviii; también, la obra más cemprana del auror, y constructivo es el que está implícito en la teología latinoamericana de la libera-
The Eclipse ofBiblical Nnrrati11e, New Ha ven (Conneccicuc): Yak Universicy Press, l 974. En un - ción, representada típicamente, por ejemplo, en la obra de Gustavo Gutiérrez,
ensayo de fecha poscerior, inciculado ccThe 'Licera.l Readinc' of Biblical Narracive in che Chriscian
Tradicion: Does ic Screcch or Will lr Break),., Frei cricica el enfoque de Tracy a cravés de la teoría Juan Luis Segundo, José Severino Croatto y José Míguez Bonino.
herr:ienéucica general y diferencia su propia posición respecro de la «nueva crícica». Esre ensayo
ha sido publicado en Frank McConnell (comp.), The Bible and the Nnrrativr Tmdition, Nueva
York: Oxford Universiry Press, 1986, 36-77. 44. Op. cic. 84. Thiemann explica en forma más plena cómo la idencidad de Dios es
cransmicida por los relatos bíblicos en •Radiance and Obscuriry in Biblical Narranve», en: Ga- .
40. Lindbeck, The Na;ure ofDoctrine... l 19.
41. Op.cic. 117. rrecr Green (comp.), Script11rnl Authority and Narrative. fnterpretntion, Filadelfia: Fomess, 1987,
42. Op. cic. l 22. 21-41. .
45. •Crisis in Jerusalem? Narrative Cricicism in New Tescament Scudies», en: Theological
43. Ronald F. Thiemann, Revel11tion and Theology: The Cospel as Narrmed Promise, Norre
Sn<dies50 (1989) 296-313, cica de 312s.
Dame {Indiana): Universiry ofNocre Dame Press, 1985, 83.
46. El mismo Lindbeck admice es ro en The Nature ofDoctrine.. ., l 17.
-100-
Los woI de ltt escriwra en teología
El oficio de la uología

aspectos centrales de la vida humana como el nacimiento y la mu~rte, la amistad


fEn general, de estos autores puede decirse que adoptan un tipo de círculo
v el amor.49 En una crítica oficial, la Congregación para la Docmna de la Fe lla-
her~en~~tico que com ienza'. termina en la realidad social ex isten~ Analizando
1 'rnó la atención en 1984 acerca del peligro de politizar en _forma radical las,afir-
la situac10n en la que ellos mismos se encuentran, asumen conscientemente una
rnaciones de fe y, así, de leer fa Biblia en un marco demasiado estrecho. ~as es-
parcialidad basada en un compromiso con los pobres y oprimidos. A la luz de este
e< compromiso, adoptan una «hermenéutica de la sospecha», contestando todas las
'ficamente la hermenéutica de la liberación tiende a perder de vista la
peci i . . . . . 50
trascendencia y gratuidad de la graoa, y a secularizar el reino de Dios.
_ lecturas de la escritura que no favorecen su propia orienta.c ión social. De forma
0
~ corr~spondiente, seleccionan en la Biblia pasajes que confirman sus propias prefe-
Vi rencias. Así, anuncian el Evangelio tal como lo han interpretado dentro del ~on-
LOS VALORES DE LA DIVERSIDAD
texto de su compromiso co n la liberación. Sólo en este contexto, sostienen ellos, es
posible entender las implicaciones del Evangelio y otorgarles un impacta real.
Soy (:onsciente de que las diez categorías descritas más arriba no agota~ to-
J uan ~uis S~gundo afirma: «es bien conocida la preferencia y parcialidad
das las posibilidades de [a hermenéutica. Hay otros enfoq_ues en uso entr~ histo-
~e la teología de la liberación por el Antiguo Testamento en general y por el
riadores y críticos literarios. He intentado mantener la mtrada fip en la l1t~ratu­
Exodo en parricular». 47 Este hecho se debe, según él, a que, en ninguna otra par-
ra teológica y preguntar cómo han estado. utilizando de hecho la Biblia los
te de la escritura, el Dios liberador se revela a sí mismo en tan estrecha conexión
con el plano polífico de la existencia humana. Por otra parte, Jesús y Pablo pare- teólogos sistemáticos. , .
r'En mi opinión, los diez enfoques pueden verificarse en la escena teologica
cen haber tenido una postura casi de despreocupación, cuando no de oposición,
contemporinea. Sería un error desechar cualquiera de ellos como ~arente de va-
ante la liberación de la opresión política.
t-- lor. Todos tienen sus valores característicos y se opondrían a ser rncorporados
Uri enfoque similar al de Segundo puede encontrarse en la teología negra
de la li beración de James Cone y en la exégesis feminista de Elisabeth Schüssler
Fiorenza. Esta aurora, por ejemplo, parte de un análisis de la opresión de las
1
'e en una única metodología unitaria. La coexistencia de diferentes estilos o mode-
ll los es saludab le y deseable. Diferentes metodologías pueden ser útiles, <lepen-

{ diendo d~ la pregunta precisa que se está plantean~ .


Un teólogo dado, persiguiendo un proyecto pamcular, pue~e adopta'. ,le-
mujeres en la acrnalidad1 pasa después a desenmascarar las opresivas estructuras
patriarcales en la Biblia y llama finalmente la atención respecto de los elementos
crítimamente un enfoque u otro como herramienta primaria de invesngacion.
Mi propia inclinación actual sería hacia un métod.~ qu~ ~aga uso de ~os estudios
no androcéntricos en la escritura que pueden utilizarse para fundamentar una

histórico-críticos para asegurar una fundamentac10n solida e1: l~: mismas fuen-
teolog ía de la liberación feminista.48

~
. rse puede dec ir a favor de la hermenéutica de la liberación que una lectura
tes bíblicas, pero que lo haga bajo la guía continua de la tra_dic10n y de la, ense-
delib:radamente parcial permite ver cierras implicaciones que, de otro modo,
ñanza del maaisterio. Creo que un uso adecuado de la escntura se basara tan:-
podnan pasar desapercibid~ Al mismo tiempo, sin embargo, este enfoque se-
bién en los loaros alcanzados por la teología bíblica y el tipo de exégesis
lectivo puede cegar al intérprete para lecturas que deban obtenerse a partir del
espiritual descrito más arriba. Una interpretación .que se limi'.ara a la fase histó-
texto. Gregory Baum, en un a favorab le crítica de Segundo, llama la atención
rico-crítica perdería de vista los significados tácitos contentdos en las na'.ra-
acerca de la necesidad de que la experiencia originaria esté bajo el veredicto de la . l ' b l l 'r d l· B"ibl.i·1 Un enfoque comprehenstvo,
ctones, os sim o os y as metaroras e a '· . ---.--, "7
combinando la exégesi~ ciendflc<L}'...l u;~p.i_ritual. hace más justic_ia a la trad1cw
escritu ra. Como Segundo la analiza, la experiencia inicial parece no estar sujeta

católica y a las direc~iva!0el Va~~~n.?Jly_siry~_~jQL a las necesidades de la teo-


a examen crítico alguno. Por esa razón, afirma Baum, Segundo descuida la di-
mensió n personal de la vida a favor de la social. Tiene poco que decir acerca de
J2gía sistemática.

47. Juan Luis Segundo, la liberación dt la ttología, Buenos Aires: Carlos Lohlé, 1974, 49 ...The TheologiCll Mechod ofSegundo's Tht Liberation o/Thrologyo>, en: Procudings.of
126s. rhe Catholic Theologica/ .Socirty ofAmerica 32 ( 1977) 120-124. O eras reserv.as c.on. respecto al rn-
48. Un ejemplo excelente es Elisabeth Schüssler Fiorenza, fn Mtmory of Her: a Ftminist . culo hermenéucico de Segundo están articuladas en J. Tambasco, «Segundos S.bllcal. He'.meneu-
Theological Reconstrnaion ofChriuian Origim, Nueva York: Crossroad, 1986. Véase también id 1
tics: An Appraisal .. , en: Charles E. Curran/ Ridürd A. McCorm1ck (co.mp.). Rr11d;1gs in Mora
Bmtd Not Stone: The Challenge of Feminist Biblical lnmprewrion, Boscon: Beacon, 1984. Pa;~ Theology Nº 4: The Use ofScrip111re in Moral Theology, Nueva York: .~aullst, 1984, 3- 1-336.
una úc'.I visión de conjunto de las diferences tendencias véase Phyllis Trible, ·Five Loaves and 50. Véase Congregación para la Doccrina de la Fe, f11~m<ccton sobre alg11no1 aspecros de la
"Teología de la Libemciún•, M~drid: Biblioteca de AL1cores Cnsnanos, 1986, 21-51.
Two Ftshes: Feminist Hermcneutics and Biblical Theology•, en: Theological Studits 50 ( 1989)
279-295.
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