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Año 11

número 28
noviembre de 2021
Buenos Aires
Argentina

Revista Institucional
de la Defensa Pública
de la Ciudad Autónoma
de Buenos Aires

LA JUSTICIA
AMBIENTAL URBANA
UN DIÁLOGO ENTRE ARGENTINA Y FRANCIA
Año 11 ISSN 1853-5828
Número 28
Noviembre de 2021
Buenos Aires
Argentina

Directora
Marcela L. Millán

Directores de la investigación
Horacio Corti
Meryem Deffairi

Coordinadores
Agustín Territoriale
Mauro A. Chellillo

Publicación propiedad del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. Edificio Dr. Arturo Enrique
Sampay, México 890 (1097) CABA.

El contenido y las opiniones vertidas en cada uno de los artículos son de


exclusiva responsabilidad de sus autores.
Defensora General Defensoría Nº 5
Dra. Marcela L. Millán Dra. Victoria Inés Almada
Defensoría Nº 6
Defensor General Adjunto Dra. Marcela María Amelia Paz
Dr. Miguel Talento Bianchi Defensoría Nº 7
Dr. Marcelino N. Civitillo
Defensora General Adjunta Defensoría Nº 8
Contencioso Administrativo y Tributario Dr. Matías Becerra
Dra. Graciela Elena Christe Defensoría Nº 9
Dra. Andrea Demarco
Defensora General Adjunta Penal, Contravencional y de Faltas Defensoría Nº 10
Dra. Adriana Laura Gigena de Haar Dra. María Florencia Zapata
Defensoría Nº 11
Dra. Carolina Spósito
Fuero Contencioso Administrativo y Tributario Defensoría Nº 12
Dr. Javier Balmayor
Defensoría ante la Cámara de Apelaciones Nº 1 Defensoría Nº 13
Dr. Fernando Lodeiro Martínez Dra. Paula Lagos
Defensoría ante la Cámara de Apelaciones Nº 2 Defensoría Nº 14
Dra. Mariana Beatriz Pucciarello Dr. Sergio J. Pistone
Defensoría Nº 15
Primera Instancia Dr. Miguel Talento Bianchi
Defensoría Nº 1 Defensoría Nº 16
Dra. Alejandra Lorena Lampolio Dra. Gabriela Marquiegui Mc Loughlin
Defensoría Nº 2 Defensoría Nº 17
Dr. Pablo A. De Giovanni Dra. Yanina Gabriela Matas
Defensoría Nº 3 Defensoría Nº 18
Dra. María Lorena González Castro Feijóo Dr. Juan Ignacio Cafiero
Defensoría Nº 4 Defensoría Nº 19
Dra. Cecilia González de los Santos Dra. Bibiana Marys Birriel Moreira
Defensoría Nº 5 Defensoría Nº 20
Dr. Ramiro Joaquín Dos Santos Freire Dra. Marina Recabarra
Defensoría Nº 6 Defensoría Nº 21
Dr. Javier Indalecio Barraza Dra. María Lousteau
Defensoría Nº 22
Dr. Christian Federico Brandoni Nonell
Fuero Penal, Contravencional y de Faltas Defensoría Nº 23
Dra. Claudia Analía Rodríguez
Defensoría ante la Cámara de Apelaciones Nº 1 Defensoría Nº 24
Dr. Gustavo Eduardo Aboso Dra. María Laura Giuseppucci
Defensoría ante la Cámara de Apelaciones Nº 2
Dr. Emilio Antonio Cappuccio

Primera Instancia
Defensoría Nº 1
Dra. Patricia Beatriz López
Defensoría Nº 2
Dra. Silvina Noemí Nápoli
Defensoría Nº 3
Dra. María Andrea Piesco
Defensoría Nº 4
Dr. Sebastián Zanazzi
ÍNDICE

5 Editorial
Marcela Millán

7 Presentación / Presentation
La justicia ambiental urbana. Un diálogo entre Argentina y Francia
Justice environnementale urbaine. Un dialogue entre l’Argentine et la France
Horacio Corti – Meryem Deffairi


28 Del contrato social al contrato natural: reflexiones sobre las bases del derecho
público
Du contrat social au contrat naturel: réflexions sur les fondements du droit public
José Luis Said

53 L’immeuble urbain et l’environnement


La edificación urbana y el medio ambiente
Grégoire Leray

68 Extractivismo urbano en épocas de Urbanoceno


Enrique Viale

76 Justicia ambiental urbana. Una construcción desde abajo


Gabriela Merlinsky

 88 Le droit a l’epreuve des injustices sociales, climatiques et écologiques. Retours


d’expériences de Notre Affaire à Tous et bilan de l’enquête « Vivre les fournaises
urbaines »
El derecho a la prueba de las injusticias sociales, climáticas y ecológicas. Comentarios
de Notre Affaire à Tous y resultados de la encuesta “Vivir en hornos urbanos”
Clothilde Baudouin – Fabian Lévêque – Karl Berthelot – Guillaume Faburel

103 Medición de la vulnerabilidad social a inundaciones en el asentamiento Los


Piletones de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Esteban Otto Thomaz – Mariano Ruben Eriz – Mauro Ángel Chellillo

127 Le droit à la mobilité active, reflet des lacunes du droit de l’environnement


El derecho a la movilidad activa, reflejo de las carencias del derecho ambiental
Roxane Chaplain

138 Ciudades sostenibles en el marco del COVID-19


Leila Devia

144 Sostenibilidad, ciudad sostenible, gobernanza y planificación en la CABA


Silvia Nonna – Sergio Di Sarcina – Federico Lopez Bouille

158 La ville intelligente a la (re)conquete de la nature urbaine : perspectives pour le


droit de l’action publique locale
La ciudad inteligente en la re(conquista) de la naturaleza urbana : perspectivas del dere-
cho de la acción pública local
Aline Treillard
173 Estrategias e incentivos para lidiar con los residuos sólidos urbanos
Guillermo J. Holsman

180 La tarification sociale du service de l’eau


La tarifa social del servicio de agua
Norbert Foulquier

186 Ambiente y desarrollo sostenible en el derecho internacional de los derechos


humanos
María Virginia Gorosito – Verónica Carmona Barrenechea – Natalia Martinez

196 La protección constitucional ambiental en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


El acceso a la información, la ordenación territorial y la educación ambiental
como instrumentos del paradigma del desarrollo humano
Marcelo Alberto López Alfonsín

206 Periodismo, ecología y ciudades


Laura Rocha
Editorial
Marcela Millán
Defensora General de la CABA

Los resultados investigativos que se publican en esta nueva edición


de la Revista Institucional de la Defensa Pública —La justicia ambiental
urbana. Un diálogo entre Argentina y Francia— forman parte del proceso de
colaboración que hasta el presente se ha desarrollado entre el SERDEAUT
(Sorbonne – Etudes et Recherche en Droit de l’Environnement, de
l’Aménagement, de l’Urbanisme et du Tourisme) de la Université París 1
Panthéon-Sorbonne y el Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires.
Tal como señalamos en otras ocasiones, los trabajos aquí reunidos
son un ejemplo de las tareas de colaboración entre nuestra Defensa Pública
y organizaciones de la sociedad civil, entre ellas, las universidades.
Creemos que este tipo de intercambio es muy valioso para
instituciones públicas como la nuestra, pues permite sumar esfuerzos,
intercambiar experiencias y adquirir conocimientos para mejorar la
acción cotidiana que llevamos a cabo en la defensa de los derechos de
todos aquellos que son asistidos por la Defensa Pública.
En esta ocasión, los trabajos de investigación se refieren a una
cuestión clave para nuestra ciudad y de la que cada vez se discute más:
la justicia ambiental urbana. El objeto de la investigación revela la
intersección de dos ámbitos para nosotros centrales.
En primer lugar, la cuestión urbana. La jurisdicción de nuestra
ciudad tiene la peculiaridad de consistir enteramente en un tejido
urbano. Jurisdicción política y ámbito urbano coinciden en su totalidad.
Esto hace que todos los problemas jurídicos a los que nos enfrentamos
se encuentren de alguna forma modulados por la problemática urbana.
En segundo lugar, la cuestión ambiental. Vivimos en una ciudad,
pero también en un ambiente (nuestra casa común, tal como hemos
desarrollado en una de nuestras anteriores revistas institucionales), que
es objeto, en nuestro régimen constitucional (tanto federal como local),
de un genuino derecho subjetivo colectivo de carácter fundamental.
Esta cuestión resulta hoy de una centralidad muy importante al estar
desarrollándose audiencias públicas con gran participación ciudadana
para pronunciarse respecto de ciertos proyectos inmobiliarios que
pueden tener un gran impacto en el medioambiente de nuestra Ciudad
de Buenos Aires.
En esta edición, las cuestiones urbanas y ambientales están muy
vinculadas como, por ejemplo, se puede advertir en el gran problema
de los residuos urbanos, el acceso al agua potable, la construcción de
ciudades inteligentes, el desafío de lograr una movilidad urbana y
sustentable, así como los grandes emprendimientos urbanos, y todos
ellos son abordados desde la óptica de la justicia.
Resulta por demás interesante las propuestas y el intercambio
de ideas que nos proponen sus distintos autores para, en definitiva,
seguir construyendo una justicia ambiental urbana. En este mismo
contexto, debo destacar que la Organización de las Naciones Unidas
mediante la Resolución A/RES/68/239 estableció el 31 de octubre
de 2014 como el Día Internacional de las Ciudades. Especialmente
en el punto 17, la mencionada resolución establece que “acoge con
beneplácito los compromisos contraídos por los Estados miembro y
las iniciativas emprendidas por otros interesados para promover un
enfoque integrado de la planificación y construcción de ciudades y
asentamientos urbanos sostenibles”.
Al igual que en investigaciones análogas, es central la perspectiva
comparada, que permite efectuar evaluaciones de ambas experiencias
—en el caso, argentinas y francesas—, lo que nos brinda importantes
herramientas para afrontar los desafíos que se vienen en el futuro.
Concluyo aquí esta breve presentación para dejarlos con estos
valiosos trabajos, fruto de la colaboración y del intercambio.
PRESENTACIÓN

La justicia ambiental urbana.


Un diálogo entre Argentina y
Francia
Horacio Corti
Juez de Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo,
Tributario y de Relaciones de Consumo de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires. Ex Defensor General de la CABA.

Meryem Deffairi
Profesora de Derecho Público en la Universidad de París 2 Panthéon-Assas.

Esta publicación testimonia un paso más en el proceso de colabo-


ración entre el SERDEAUT (Sorbonne – Etudes et Recherche en Droit de
l’Environnement, de l’Aménagement, de l’Urbanisme et du Tourisme)
de la Université París 1 Panthéon-Sorbonne y el Ministerio Público de la
Defensa de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Además de encuentros en seminarios y jornadas, ya hemos
editado en conjunto una primera publicación: “Derecho a la vivienda
en Argentina y Francia” (Revista institucional de la Defensa Pública, Nº 16,
octubre de 2018).
Esta segunda publicación, generada en el contexto dramático de
la pandemia que aún estamos viviendo, se encuentra dedicada a la jus-
ticia ambiental urbana y da testimonio de un paso en este diálogo que
estamos llevando a cabo entre Argentina y Francia.

 I. La cuestión ambiental urbana en Argentina y en la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires

Con la expresión “justicia ambiental urbana” apuntamos a la intersec-


ción de las problemáticas ambiental y urbana desde la óptica de la justicia.
Habitualmente los estudios ambientales y urbanos se desenvuel-
ven por carriles independientes.
Nuestro desafío, en cambio, consiste en pensar la cuestión ambien-
tal en el contexto de la vida urbana.
En términos jurídicos, aquí también confluyen dos áreas. Por un
lado el derecho ambiental, organizado alrededor de un derecho funda-
mental ambiental, que en la práctica jurídica argentina está tematizado
de acuerdo a la letra de la Constitución, en términos de un derecho a un
ambiente sano. Por otro lado el derecho urbanístico, respecto del cual
en estos últimos años viene desarrollándose una perspectiva novedosa,
articulada alrededor del derecho a la ciudad.
REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

La reforma constitucional de 1994 incorporó, en Argentina, un capí-


tulo con nuevos derechos y garantías. Así, el art. 41 dispone que

[t]odos los habitantes gozan del derecho a un ambiente sano,


equilibrado, apto para el desarrollo humano y para que las ac-
tividades productivas satisfagan las necesidades presentes
sin comprometer las de las generaciones futuras; y tienen el
deber de preservarlo. El daño ambiental generará prioritaria-
mente la obligación de recomponer, según lo establezca la ley.
Las autoridades proveerán a la protección de este derecho, a la
utilización racional de los recursos naturales, a la preservación
del patrimonio natural y cultural y de la diversidad biológica,
y a la información y educación ambientales. Corresponde a
la Nación dictar las normas que contengan los presupuestos
mínimos de protección, y a las provincias, las necesarias para
complementarlas, sin que aquellas alteren las jurisdicciones
locales. Se prohíbe el ingreso al territorio nacional de residuos
actual o potencialmente peligrosos, y de los radioactivos.

Por su parte, la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires contie-


ne un capítulo dedicado de forma exclusiva al ambiente (arts. 26 a 30),
mucho más detallado y específico que el texto constitucional nacional.
De esos extensos artículos cabe destacar la expresión de “ambiente
urbano”. Así, el art. 27 de la Constitución de la Ciudad dispone que

[l]a Ciudad desarrolla en forma indelegable una política de pla-


neamiento y gestión del ambiente urbano integrada a las polí-
ticas de desarrollo económico, social y cultural que contemple
su inserción en el área metropolitana. Instrumenta un proceso
de ordenamiento territorial y ambiental participativo y perma-
nente que promueve:

1. La preservación y restauración de los procesos ecológicos


esenciales y de los recursos naturales que son de su dominio.
2. La preservación y restauración del patrimonio natural, ur-
banístico, arquitectónico y de la calidad visual y sonora.
3. La protección e incremento de los espacios públicos de
acceso libre y gratuito, en particular la recuperación de las
áreas costeras, y garantiza su uso común.
4. La preservación e incremento de los espacios verdes, las
áreas forestadas y parquizadas, parques naturales y zonas
de reserva ecológica, y la preservación de su diversidad
biológica.
PRESENTACIÓN

5. La protección de la fauna urbana y el respeto por su vida:


controla su salubridad, evita la crueldad y controla su re-
producción con métodos éticos.
6. La protección, saneamiento, control de la contaminación
y mantenimiento de las áreas costeras del Río de la Plata y
de la Cuenca Matanza-Riachuelo, de las subcuencas hídri-
cas y de los acuíferos.
7. La regulación de los usos del suelo, la localización de las
actividades y las condiciones de habitabilidad y seguridad
de todo espacio urbano, público y privado.
8. La provisión de los equipamientos comunitarios y de las in-
fraestructuras de servicios según criterios de equidad social.
9. La seguridad vial y peatonal, la calidad atmosférica y la
eficiencia energética en el tránsito y el transporte.
10. La regulación de la producción y el manejo de tecnologías,
métodos, sustancias, residuos y desechos, que comporten
riesgos.
11. El uso racional de materiales y energía en el desarrollo del
hábitat.
12. Minimizar volúmenes y peligrosidad en la generación,
transporte, tratamiento, recuperación y disposición de
residuos.
13. Un desarrollo productivo compatible con la calidad am-
biental, el uso de tecnologías no contaminantes y la dis-
minución en la generación de residuos industriales.
14. La educación ambiental en todas las modalidades y niveles.

Por su parte, si bien las constituciones nacional y local no refieren,


de forma literal, a un derecho a la ciudad, la de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires sí consagra, además del específico derecho a la vivien-
da, el derecho “a un hábitat adecuado”. A nuestro entender, una lectura
sistemática del conjunto de los derechos contenidos en la Constitución
permiten construir un genuino derecho a la ciudad. Y dicho derecho,
además, es correlativo a un derecho a la inclusión social (art. 17).
No es necesario abundar aquí sobre este derecho, que fue tratado
pormenorizadamente en un número de esta Revista institucional (Nº 10,
2016), “Derecho a la ciudad. Sin justicia social urbana no hay ciudada-
nía”, publicación presentada en la conferencia internacional Hábitat III,
realizada en Quito, así como una investigación colaborativa cuyos re-
sultados se plasmaron en tres volúmenes editados por la editorial del
Poder Judicial de la Ciudad (Nuevas perspectivas del derecho a la ciudad;
Justicia social urbana y Política fiscal y derecho a la ciudad, Jusbaires, 2019).
Cabe destacar que en estas publicaciones han participado investigado-
res franceses, gracias a la participación del SERDEAUT.
REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

En este contexto, los ensayos aquí publicados presentan una


muestra de dicha intersección.
Veamos las contribuciones argentinas.
El trabajo de Enrique Viale se refiere al extractivismo urbano, nuevo
concepto (que se encuentra en construcción, según el autor) forjado para
analizar la “lógica extractivista” en contextos urbanos. José Said realiza
una profunda reflexión filosófico-jurídica sobre el contrato natural, a fin
de repensar los fundamentos mismos del derecho público. En su ensayo
pone de manifiesto la necesidad de revisar la categoría jurídica de la na-
turaleza, así como la posibilidad de considerarla un sujeto de derecho.
Gabriela Merlinsky, por su parte, reflexiona sobre la justicia ambiental
urbana entendida como una construcción desde abajo (con centralidad
en las movilizaciones socioambientales en América Latina). Su enfoque
pretende conjugar la sociología ambiental y la ecología política. Mien-
tras que Laura Rocha dedica su ensayo a un análisis sobre la comunica-
ción y el periodismo ambiental. Guillermo Holsmann, por su parte, ha
colaborado con un ensayo sobre las estrategias e incentivos para lidiar
con los residuos sólidos urbanos.
Virginia Gorosito, Verónica Carmona y Natalia Martínez se dedican,
por su parte, a destacar la significación del ambiente y del desarrollo
sostenible en el derecho internacional de los derechos humanos. Allí,
se narra el desarrollo del derecho internacional desde la Declaración de
Estocolmo, aprobada en 1972, en la Primera Conferencia de las Nacio-
nes Unidas sobre el medio ambiente, hasta la Agenda 2030 para el De-
sarrollo Sostenible y el Acuerdo de París, que entró en vigencia en 2016.
También se tiene en cuenta la experiencia regional interamericana, en
particular la Opinión Consultiva 23 de la Corte Interamericana.
Luego, hay varios trabajos específicos referidos a la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. Marcelo López Alfonsín se refiere a la
protección ambiental en la Constitución de la Ciudad, detallando cada
uno de sus aspectos que, como ya señalamos, se caracterizan por su es-
pecificidad. Silvia Nonna, Sergio Di Sarcina y Federico López Bouille,
por su parte, se dedican a la cuestión de la sostenibilidad, su origen y
desarrollo hasta la consolidación del criterio en la Agenda 2030 y los
Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con consideraciones sobre la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En fin, Mauro Chelillo, Esteban Otto
Thomasz y Mariano Eriz trabajan sobre un caso particular: la medición
de la vulnerabilidad social a las inundaciones en el asentamiento Los
Piletones. Para realizar su investigación hicieron una encuesta cerrada
con relación a 50 viviendas de la zona inundable del asentamiento,
construyéndose luego indicadores de impacto y adaptación.
Finalmente, Leila Devia ha dedicado su trabajo a las ciudades soste-
nibles en el marco de la pandemia por el COVID-19.
Como antecedente inmediato de estas investigaciones destacamos
también otra publicación de la defensa pública (Nº 18, 2019) “Defensa y
PRESENTACIÓN

cuidado de la casa común”, donde son considerados una serie de proble-


mas ambientales y urbanos inspiradas en la encíclica Laudato sí.
Podemos pasar ahora a considerar la situación de Francia, para
luego reseñar las contribuciones francesas.

II. La cuestión ambiental urbana en Francia

En Francia, la doctrina jurídica todavía se refiere muy poco al con-


cepto de justicia ambiental, más utilizado por politólogos, sociólogos y
urbanistas que por abogados, y menos aún al concepto de justicia am-
biental urbana.
Sin embargo, el derecho ambiental experimentó un auge sin prece-
dentes en los últimos treinta años, involucrando cada vez más su articu-
lación con el derecho urbanístico y territorial.
El derecho ambiental francés surge inicialmente como una opo-
sición o superposición al entorno industrial, que pretende controlar y
limitar el impacto de las actividades humanas contaminantes, y prote-
ger al ambiente de éstas.
Sin embargo, pensar en la justicia ambiental urbana implica
superar este antagonismo, que es en lo que trabajan los legisladores
desde hace aproximadamente diez años, en una lógica de lograr el “de-
sarrollo sustentable”, la “planificación urbana renovada”, el “crecimiento
verde y la transición energética” y la “recuperación de la biodiversidad”,
por usar los términos de algunas de las últimas leyes importantes adop-
tadas en la materia.
Esta superación y la realización de la justicia ambiental urbana
podrían encontrar hoy dos vectores interesantes de actuación a través,
por un lado, de la consagración del derecho al ambiente y, por otro, de la
integración de los objetivos sociales y ambientales en el derecho urba-
nístico, así como en el marco de las políticas urbanas de uso del territo-
rio y de acceso a los servicios públicos.

II.1. La consagración del derecho ambiental por una justicia


ambiental urbana

El derecho al medioambiente, consagrado en el derecho francés


en el nivel más alto de la jerarquía de normas en una Constitución del
Medioambiente, hasta ahora aplicada de manera muy decepcionante
por los jueces en el derecho interno, está compensado por una jurispru-
dencia dinámica del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, incluso
en ausencia de un texto expresamente consagrado en el Convenio
Europeo de Derechos Humanos.
REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Desde el nacimiento “formal” del derecho ambiental en los años


sesenta y setenta, la doctrina ecologista viene reclamando la consagra-
ción de un derecho ambiental concebido como un derecho fundamen-
tal, al que se hizo referencia muy pronto en fuentes no vinculantes del
derecho internacional. Aunque no exista acuerdo sobre la definición
de “medioambiente”, sobre la dimensión individual o colectiva de este
derecho, ni sobre el alcance que debe darse al mismo, la necesidad de
consagrar un “derecho a” se impone de a poco.
En el orden interno, la primera formulación expresa del derecho al
medioambiente fue el resultado de la Ley Nº 95-101 del 2 de febrero de
1995, que consagró el derecho de toda persona a vivir en un ambiente
sano. Diez años después, este mismo derecho adquirió valor constitu-
cional con la adopción de la Constitución del Medioambiente, que ahora
forma parte del bloque de constitucionalidad. Según el artículo 1º de la
Carta: “Toda persona tiene derecho a vivir en un ambiente equilibrado y
respetuoso de la salud”. Criticada por llevar el sello de un enfoque indivi-
dualista y antropocéntrico de la protección del ambiente, la disposición
constitucional le ofrece, sin embargo, al derecho francés el reconoci-
miento de un “derecho al ambiente” en el nivel más alto de la jerarquía
de normas. La Carta también consagra los principios del derecho am-
biental, como el principio de participación e información del público, el
principio de precaución y el principio de responsabilidad.
Sin embargo, su aplicación por parte de los tribunales nacionales
es mucho más lenta de lo que cabría pensar, dada la evidente urgencia
ambiental y la creciente injusticia ambiental. Así, hubo que esperar tres
años después de la adopción de la Carta para que el Consejo Constitucio-
nal y el Consejo de Estado afirmen solemnemente el valor constitucio-
nal del texto. En el contencioso administrativo, la violación del derecho
al ambiente por acción de las autoridades públicas es muy a menudo re-
chazada en cuanto al fondo. En los procedimientos administrativos de
urgencia los tribunales de primera instancia han calificado el derecho
al ambiente como una libertad fundamental en el sentido de dicho pro-
cedimiento. Pero las aplicaciones de esta afirmación son prácticamente
inexistentes, hasta el punto de que algunos diputados piden ahora que
se introduzca en la ley “clima y resiliencia” la mención expresa de esta
calificación del derecho al ambiente como una libertad fundamental en
el sentido del amparo.
Esta aplicación decepcionante contrasta con la jurisprudencia del
TEDH. En la sentencia “López Ostra c. España”, dictada el 9 de diciembre
de 1994, el TEDH condenó por primera vez a un Estado por violación del
artículo 8º del CEDH, relativo al derecho al respeto de la vida privada, ca-
racterizado por un ataque al ambiente del demandante, considerando
en particular que “[e]s evidente, sin embargo, que los ataques graves al
medioambiente pueden afectar al bienestar de una persona y privar-
la del disfrute de su vivienda de manera que se vea afectada su vida
PRESENTACIÓN

privada y familiar, sin que por ello se ponga en grave peligro la salud
del interesado”. A partir de la formulación de este principio, el Tribunal
condenó a España por no haber tomado las “medidas positivas” necesa-
rias para proteger a los habitantes de Lostra de los humos nauseabun-
dos de una planta de tratamiento de residuos de curtiembres. A través
del artículo 8º, introduce el derecho a un ambiente sano en el ámbito
de la Convención y reconoce la existencia de obligaciones positivas de
los Estados para prevenir los daños ambientales. Esta jurisprudencia
fue confirmada posteriormente en varias ocasiones hasta la sentencia
dictada el 27 de enero de 2009 en el caso “Tatar contra Rumania”, que
marcó una nueva etapa hacia el reconocimiento expreso del derecho
al ambiente. Los jueces europeos afirmaron el efecto directo y horizon-
tal del artículo 8º del CEDH en los casos de daños ambientales, ya que
el Estado puede ser considerado responsable de las consecuencias de
la contaminación cometida por terceros, personas privadas. Basándo-
se en un conjunto inédito de textos de derecho internacional y europeo
del ambiente, a propósito de las consecuencias de la contaminación
provocada por la explotación de los minerales de oro por una empresa
privada, el Tribunal considera que las autoridades rumanas violaron el
artículo 8 del CEDH al no tomar las medidas necesarias para evaluar los
riesgos y proteger “el derecho de las personas afectadas al respeto de su
vida privada y de su domicilio y, más generalmente, al disfrute de un
ambiente sano y protegido”.
El Tribunal menciona entonces expresamente el derecho a disfru-
tar de un medio ambiente sano, ausente en el texto del Convenio, y se
apoya en el artículo 8, pero también en otros artículos sustantivos o de
procedimiento para tratar los casos ambientales.
En este sentido cabe destacar que la mayoría de las demandas que
han dado lugar a la protección del “derecho al ambiente” de los litigan-
tes ante el TEDH se refiere a casos presentados por residentes de zonas
urbanas o industriales.
Sin embargo, las condenas del CEDH se refieren mucho más a la in-
acción del Estado y a la violación de los derechos humanos (o, más pre-
cisamente, de los derechos humanos a los que se refiere el Convenio)
que a las consecuencias de la contaminación sobre el medioambiente
como tal, cuya protección convencional directa siempre es rechazada
por el Consejo de Europa.
Aunque la jurisprudencia del TEDH tiene ciertos límites, muestra
un avance hacia una mayor justicia ambiental que los jueces franceses
tardan en perseguir al negarse a dar al derecho al ambiente el alcance
constitucional que merece. Por lo tanto, la búsqueda de la justicia am-
biental urbana se lleva a cabo en otros lugares, a través de una multitud
de medidas legislativas.
REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

II.2. La articulación de los derechos y la integración de la


protección ambiental para la justicia ambiental urbana

En los últimos diez años muchas leyes se han enriquecido con


normas y objetivos ambientales que contribuyen a la búsqueda de la
justicia ambiental urbana, aunque no se mencione expresamente. Se
puede citar el derecho urbanístico, pero también el derecho de la gestión
del suelo, el derecho del transporte y los servicios públicos (redes, agua,
saneamiento, residuos, etc.), así como el derecho de la contratación
pública, el derecho de la propiedad y el derecho fiscal.
Así, por ejemplo, el artículo L. 101-2 del Código de Urbanismo, que
ha sido modificado en varias ocasiones, establece que las autoridades
locales actuarán en materia ambiental de acuerdo con los objetivos del
desarrollo sustentable y para perseguir los siguientes objetivos:

1°. El equilibrio entre :


a) Poblaciones que residen en zonas urbanas y rurales.
b) La renovación urbana, el desarrollo urbano controla-
do, la reestructuración de las zonas urbanizadas, la re-
vitalización de los centros urbanos y rurales, la lucha
contra la expansión urbana.
c) Utilización económica de los espacios naturales, pre-
servación de las zonas utilizadas para las actividades
agrícolas y forestales y protección de los lugares, en-
tornos y paisajes naturales.
d) La protección de las zonas urbanas y protección, con-
servación y restauración del patrimonio cultural.
e) Las necesidades en términos de movilidad.
2°. La calidad urbana, arquitectónica y paisajística, especial-
mente de las entradas a la ciudad.
3°. La diversidad de funciones urbanas y rurales y la hete-
rogeneidad social de las viviendas, previendo una capa-
cidad de construcción y rehabilitación suficiente para
satisfacer, sin discriminación, las necesidades presentes y
futuras de todo tipo de viviendas, actividades económicas,
turísticas, deportivas, culturales y de interés general, así
como de equipamientos públicos y comerciales, teniendo
en cuenta, en particular, los objetivos de una distribución
geográficamente equilibrada entre el empleo, la vivienda,
los comercios y los servicios, la mejora del rendimiento
energético, el desarrollo de las comunicaciones electró-
nicas, la reducción de la necesidad de desplazamientos
motorizados y el desarrollo de alternativas al uso del au-
tomóvil individual.
4°. La seguridad y la salubridad pública.
PRESENTACIÓN

5°. La prevención de los riesgos naturales previsibles, los


riesgos mineros, los riesgos tecnológicos, la contamina-
ción y las molestias de cualquier tipo.
6°. La protección de los entornos naturales y de los paisajes, la
preservación de la calidad del aire, del agua, del suelo y del
subsuelo, de los recursos naturales, de la biodiversidad, de
los ecosistemas, de los espacios verdes y la creación, pre-
servación y restauración de la continuidad ecológica
7°. La lucha contra el cambio climático y adaptarse a él, la re-
ducción de las emisiones de gases de efecto invernadero,
el ahorro de recursos fósiles, el control de la energía y la
producción de energía a partir de fuentes renovables.
8°. La promoción del principio de diseño universal para una
sociedad inclusiva de las personas con discapacidad o
pérdida de autonomía en las zonas urbanas y rurales.

Más allá de estos grandes principios de actuación, se han intro-


ducido numerosas medidas para garantizar que se tenga en cuenta la
cuestión medioambiental en las zonas urbanas. La ley ALUR del 24 de
marzo de 2014 para el urbanismo renovado ratifica así diversas medidas
destinadas a facilitar la conversión de terrenos industriales baldíos en
viviendas y operaciones de saneamiento para reconstruir en la ciudad
y luchar contra la degradación del suelo, que sigue siendo muy elevada
en Francia. El equivalente a un departamento desaparece cada 10 años
debido a la degradación del suelo, según una cifra que se ha convertido
en referencia...
La lucha contra la pobreza energética y por el ahorro de energía
también ha justificado la creación de certificados de ahorro energético
y numerosas medidas complejas que, a pesar de sus muchas carencias
que no destacaremos aquí, marcan una integración de las cuestiones
ambientales y sociales.
En materia de servicios públicos, los jueces administrativos se han
mostrado muy activos en los últimos años a la hora de condenar a las
empresas que cortan el suministro de agua –vulnerando así el derecho
de acceso al agua potable de los más pobres–, ordenando al Estado y a
las ciudades a que habiliten puntos de agua en los campamentos de mi-
grantes y en determinadas casas ocupadas.
La lista de ejemplos podría ampliarse sustancialmente y sin
embargo... la justicia ambiental urbana aún no ha sido concebida ni
garantizada. Con esta óptica los autores de este libro han analizado
el asunto.
El análisis sociológico de las “ciudades horno” propuesto por el co-
lectivo Notre affaire à tous, basado en un estudio de campo, pretende
comprender los sentimientos de los habitantes de los barrios desfavo-
recidos ante el calentamiento global. El artículo de Roxane Chaplain
REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

presenta los desafíos que supone para el ambiente y la gestión del te-
rritorio el desarrollo de la llamada movilidad blanda o activa, es decir,
los modos de transporte que no emiten gases de efecto invernadero.
Grégoire Leray se pregunta sobre las funciones ambientales del edifi-
cio urbano y nos invita a repensar el dominio “común” de este bien y,
por qué no, más ampliamente, la función ambiental de la propiedad.
Norbert Foulquier analiza los recientes desafíos de la tarifa social del
agua para la realización del derecho al agua y la lucha contra las des-
igualdades. Por último, en un enfoque prospectivo, Aline Treillard
explora el potencial de la tecnología digital para la protección del am-
biente en las zonas urbanas.
PRESENTACIÓN

Justice environnementale
urbaine. Un dialogue entre
l’Argentine et la France
Horacio Corti
Juge de la Coup d’Appel en Droit Contentieux Administratif, Fiscal et de
relations de consommation de la Ville autonome de Buenos Aires (CABA).
Ancien Défenseur Général de la CABA.

Meryem Deffairi
Maître de conférences en droit public à l’Université Paris II Panthéon-Assas.

Cet ouvrage collectif témoigne d’une nouvelle étape dans le proces-


sus de collaboration entre le SERDEAUT (Sorbonne - Études et Recherche
en Droit de l’Environnement, de l’Aménagement, de l’Urbanisme et du
Tourisme) de l’Université Paris 1 Panthéon-Sorbonne et le Ministère
Public de la Défense de la Ville Autonome de Buenos Aires.
Outre l’organisation de rencontres, séminaires et conférences, nous
avons déjà publié conjointement un premier ouvrage collectif sur «Le
droit au logement en Argentine et en France» (Journal institutionnel de
la défense publique n º 16, octobre 2018).
Ce deuxième ouvrage collectif, réalisé dans le contexte dramatique
de la pandémie que nous vivons encore, est dédié à la justice environ-
nementale urbaine et témoigne d’une étape dans ce dialogue que nous
menons entre l’Argentine et la France.

I. La question environnementale urbaine en Argentine et la ville


de Buenos Aires.

Par l’expression « justice environnementale urbaine », nous souhai-


tons évoquer la question de la rencontre des problèmes environnemen-
taux et urbains du point de vue de la justice.
En effet, les études environnementales et urbaines sont générale-
ment effectuées séparément.
A contrario, notre défi est de penser la question environnementale
dans le contexte de la vie urbaine.
Sur le plan juridique, deux domaines convergent. D’une part, le droit
de l’environnement, organisé autour d’un droit fondamental à l’environne-
ment, qui, dans la pratique juridique argentine, a pour thème, selon la lettre
de la Constitution, le droit à un environnement sain. D’autre part, le droit
de l’urbanisme, dans le cadre duquel, ces dernières années, une nouvelle
perspective s’est développée en s’articulant autour du droit à la ville.
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  La réforme constitutionnelle de 1994 a incorporé, en Argentine,


un chapitre avec la garantie de nouveaux droits. Ainsi, l’art. 41 dispose
que « tous les habitants ont droit à un environnement sain et équilibré,
propice au développement humain et à des activités productives pour
satisfaire les besoins actuels sans compromettre ceux des générations
futures ; et ils ont le devoir de le préserver. Les dommages environne-
mentaux engendreront, en priorité, une obligation de réparation, telle
qu’établie par la loi. Les autorités assureront la protection de ce droit,
l’utilisation rationnelle des ressources naturelles, la préservation du
patrimoine naturel et culturel et de la diversité biologique, ainsi que
l’information et l’éducation en matière d’environnement. Il appartient à
la Nation d’édicter les normes qui contiennent les budgets minimaux
consacrés à protection, et aux provinces, celles nécessaires pour les
compléter, sans que celles-ci modifient les juridictions locales. L’entrée
sur le territoire national de déchets courants ou potentiellement dange-
reux et de déchets radioactifs est interdite ».
De son côté, la Constitution de la ville de Buenos Aires contient un
chapitre consacré exclusivement à l’environnement (art. 26 à 30), beau-
coup plus détaillé et spécifique que le texte constitutionnel national.
Parmi ces articles, il convient de souligner la présence de l’expres-
sion «environnement urbain ». Ainsi, l’article 27 de la Constitution de la
Ville prévoit que « la Ville développe de manière non délégable une poli-
tique d’aménagement et de gestion de l’environnement urbain intégrée
dans les politiques de développement économique, social et culturel,
qui inclut son insertion dans l’aire métropolitaine. Il met en œuvre un
processus de planification territoriale et environnementale participa-
tive et permanente qui favorise :

1. La préservation et la restauration des processus écologi-


ques essentiels et des ressources naturelles qui relèvent
de son domaine.
2. La préservation et la restauration du patrimoine naturel,
urbain, architectural et la qualité visuelle et sonore.
3. La protection et l’agrandissement des espaces publics à
accès libre et libre, en particulier la récupération des zones
côtières, et garantit leur usage commun.
4. La préservation et l’augmentation des espaces verts, des
espaces boisés et paysagers, des parcs naturels et des ré-
serves écologiques, et la préservation de leur diversité
biologique.
5. La protection de la faune urbaine et le respect de sa vie :
contrôler sa santé, éviter la cruauté et contrôler sa repro-
duction avec des méthodes éthiques.
6. La protection, l’assainissement, le contrôle de la pollu-
tion et l’entretien des zones côtières du Río de la Plata et
PRESENTACIÓN

du bassin Matanza-Riachuelo, des sous-bassins hydrogra-


phiques et des aquifères.
7. La réglementation des usages du sol, la localisation des ac-
tivités et les conditions d’habitabilité et de sécurité de tous
les espaces urbains, publics et privés.
8. La mise à disposition d’équipements collectifs et d’infras-
tructures de services selon des critères d’équité sociale.
9. La sécurité routière et piétonne, qualité atmosphérique et
efficacité énergétique dans la circulation et les transports.
10. La réglementation de la production et de la gestion des te-
chnologies, méthodes, substances, résidus et déchets qui
comportent des risques.
11. L’utilisation rationnelle des matériaux et de l’énergie dans
le développement de l’habitat.
12. Minimiser les volumes et la dangerosité lors de la produc-
tion, du transport, du traitement, de la valorisation et de
l’élimination des déchets.
13. Un développement productif compatible avec la qualité
de l’environnement, l’utilisation de technologies non
polluantes et la réduction de la production de déchets
industriels.
14. L’éducation environnementale dans toutes les modalités
et tous les niveaux »

Par ailleurs, bien que les constitutions nationale et locale ne men-


tionnent pas littéralement un droit à la ville, celle de la ville autonome
de Buenos Aires établit, en plus du droit spécifique au logement, le
droit « à un habitat adéquat ». À notre avis, une lecture systématique
de l’ensemble des droits contenus dans la constitution nous permet de
construire un véritable droit à la ville. Et ce droit, en outre, est corrélatif
à un droit à l’inclusion sociale (art. 17).
Il n’est pas nécessaire de développer ici ce droit, qui a été traité en
détail dans un numéro de ce magazine institutionnel (n º 10, 2016) « Droit
à la ville. Sans justice sociale urbaine, il n’y a pas de citoyenneté », une
publication présentée à la conférence internationale Habitat III, tenue
à Quito, ainsi qu’une recherche collaborative dont les résultats ont été
présentés dans trois volumes édités par l’éditorial de la justice de la ville
( «Nouvelles perspectives de la ville»; «Justice sociale urbaine» et «Poli-
tique fiscale et droit à la ville», Jusbaires, 2019). Il est à noter que des cher-
cheurs français ont contribué à ces publications, grâce à la participation
du SERDEAUT.
Dans ce contexte, les essais publiés ici présentent un échantillon
d’un tel croisement.
Observons les contributions argentines.
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Le travail d’Enrique Viale fait référence à l’extractivisme urbain,


un nouveau concept (qui est en construction, selon l’auteur) forgé pour
analyser la « logique extractiviste » dans les contextes urbains. José Said
mène une profonde réflexion philosophico-juridique sur le contrat
naturel, afin de repenser les fondements mêmes du droit public. Dans
son essai, il souligne la nécessité de revoir la catégorie juridique de la
nature ainsi que la possibilité de la considérer comme un sujet de droit.
Gabriela Merlinsky, pour sa part, analyse la justice environnementale
urbaine comprise comme une construction d’en bas à l’aune des mobili-
sations socio-environnementales en Amérique latine. Sa démarche vise
à combiner sociologie environnementale et écologie politique tandis
que Laura Rocha consacre son essai à une analyse de la communication
et du journalisme environnemental. Guillermo Holsmann, pour sa part,
a collaboré avec un essai sur les stratégies et les incitations pour lutter
contre les déchets solides urbains.
Virginia Gorosito, Verónica Carmona et Natalia Martínez se
consacrent, pour leur part, à souligner l’importance de l’environne-
ment et du développement durable dans le droit international des
droits de l’homme. Cet essai raconte l’évolution du droit international
de la Déclaration de Stockholm approuvée en 1972 lors de la Première
Conférence des Nations Unies sur l’environnement au Programme de
développement durable à l’horizon 2030 et l’Accord de Paris, qui est
entré en vigueur en 2016. L’expérience régionale interaméricaine est
également prise en compte, y compris l’Avis Consultatif 23 de la Cour
interaméricaine.
Il y a ensuite plusieurs ouvrages spécifiques se référant à la ville
autonome de Buenos Aires. Marcelo López Alfonsín fait référence à la
protection de l’environnement dans la constitution de la ville, détaillant
chacun de ses aspects qui, comme nous l’avons déjà souligné, se carac-
térisent par leur spécificité. Silvia Nonna, Sergio Di Sarcina et Federico
López Bouille, pour leur part, se consacrent à la question de la durabi-
lité, à son origine et à son développement jusqu’à la consolidation des
critères dans l’Agenda 2030 et les Objectifs de Développement Durable
(ODD), avec des considérations sur la ville de Buenos Aires. Enfin, Mauro
Chelillo, Esteban Otto Thomasz et Mariano Eriz travaillent sur un cas
particulier: la mesure de la vulnérabilité sociale aux inondations dans la
colonie de «Los Piletones». Pour effectuer leurs recherches, ils ont mené
une enquête fermée sur 50 maisons dans la zone inondée de la colonie,
pour construire ainsi des indicateurs d’impact et d’adaptation.
Enfin, Leila Devia a dédié son travail aux villes durables dans le
cadre de la pandémie COVID-19.
  En guise d’antécédent immédiat à ces recherches, nous mettons
également en avant une autre publication de défense publique (n º 18,
2019) «Défense et soin de la maison commune», où sont envisagées une
PRESENTACIÓN

série de problèmes environnementaux et urbains inspirés de l’encycli-


que Laudato si.
Nous pouvons maintenant considérer la situation en France, puis
renseigner les contributions françaises.

II. L’enjeu environnemental urbain en France

En France, la doctrine juridique se réfère encore trop peu au


concept de justice environnementale, plus souvent saisie par les poli-
tistes, sociologues et les urbanistes que par les juristes, et encore moins
au concept de justice environnementale urbaine.
Néanmoins, le droit de l’environnement a connu un essor sans pré-
cédent ces 30 dernières années impliquant de façon croissante son arti-
culation avec le droit de l’urbanisme et l’aménagement du territoire.
Le droit de l’environnement français est initialement conçu comme
opposant ou superposant l’environnement industriel visant à encadrer
et limiter les impacts des activités anthropiques polluantes et l’environ-
nement naturel qu’il conviendrait de protéger de ces dernières.
Or penser la justice environnementale urbaine implique de dépas-
ser cet antagonisme, ce à quoi s’attelle le législateur depuis une dizaine
d’années dans une logique de réalisation d’un “développement durable”,
d’un “urbanisme rénové” de la “croissance verte et de transition énergé-
tique” et de “reconquête de la biodiversité” pour reprendre les intitulés de
quelques unes des dernières grandes lois adoptées en la matière.
Ce dépassement et la réalisation de la justice environnementale
urbaine pourraient aujourd’hui trouver deux vecteurs d’action intéres-
sants à travers, d’une part, la consécration du droit à l’environnement
et, d’autre part, l’intégration d’objectifs sociaux et environnementaux
en droit de l’urbanisme ainsi que dans le cadre des politiques urbaines
d’aménagement du territoire et d’accès aux services publics.

II.1. La consécration du droit à l’environnement pour une justice


environnementale urbaine

Le droit à l’environnement, consacré en droit français au plus haut


niveau de la hiérarchie des normes dans une charte constitutionnelle
de l’environnement, a connu jusqu’à présent une application très déce-
vante par les juges de droit interne, compensée par une jurisprudence
dynamique de la Cour européenne des droits de l’homme, en l’absence
même de texte expressément consacré dans la Convention européenne
de sauvegarde des droits de l’homme.
Depuis la naissance « formelle » du droit de l’environnement, dans
les années 60-70, la doctrine environnementaliste appelle de ses vœux
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la consécration d’un « droit à l’environnement » conçu comme un droit


fondamental, auquel il est très tôt fait référence dans des sources non
contraignantes du droit international. Si personne ne s’accorde sur la
définition de l’environnement, sur la dimension individuelle ou collec-
tive de ce droit ou encore sur la portée qu’il faut lui accorder, la nécessité
de consacrer un “droit à” s’impose petit à petit.
Das l’ordre interne, la première formulation expresse du droit à l’en-
vironnement est le fruit de la loi nº95-101 du 2 février 1995 qui consacre
le droit de chacun à vivre dans un environnement sain. Dix ans plus
tard, ce même droit acquiert valeur constitutionnelle avec l’adoption de
la Charte de l’environnement qui intègre désormais le bloc de constitu-
tionnalité. En vertu de l’article 1er de la Charte : “Chacun a le droit de vivre
dans un environnement équilibré et respectueux de la santé”. Critiquée
pour porter la marque d’une approche individualiste et anthropocentrée
de la protection de l’environnement, la disposition constitutionnelle
offre malgré tout au droit français la reconnaissance d’un “droit à l’envi-
ronnement” au plus haut niveau de la hiérarchie des normes. La Charte
consacre également les principes du droit de l’environnement tels que
le principe de participation et d’information du public, le principe de
précaution ou encore le principe de responsabilité.
Cependant, son application par les juges internes est beaucoup
plus lente qu’on aurait pu le penser tant l’urgence environnementale
est évidente et l’injustice environnementale croissante. Ainsi a-t-il
fallu attendre trois ans après l’adoption de la Charte pour que le Conseil
constitutionnel et le Conseil d’Etat affirment solennellement la valeur
constitutionnelle du texte. Dans le contentieux administratif, le moyen
tiré d’une violation du droit à l’environnement par l’action des pouvoirs
publics est très souvent rejeté au fond. Dans le contentieux de l’urgence
du référé-liberté, les juridictions administratives de première instance
ont qualifié le droit à l’environnement de liberté fondamentale au
sens du référé-liberté mais les applications de cette affirmation sont
pratiquement inexistantes, à tel point que des députés demandent au-
jourd’hui l’introduction dans la loi “climat et résilience” de la mention ex-
presse de cette qualification du droit à l’environnement comme liberté
fondamentale au sens du référé-liberté.
Cette application décevante contraste avec la jurisprudence de la
CEDH. Dans l’arrêt Lopez Ostra c/ Espagne, rendu le 9 décembre 1994, la
CEDH condamne pour la première fois un État pour violation de l’article
8 de la CEDH visant le droit au respect de la vie privée, caractérisée par
une atteinte à l’environnement de la requérante, en considérant notam-
ment qu’« Il va pourtant de soi que des atteintes graves à l’environnement
peuvent affecter le bien-être d’une personne et la priver de la jouissance
de son domicile de manière à nuire à sa vie privée et familiale, sans pour
autant mettre en grave danger la santé de l’intéressé ». Sur la base de cette
formulation de principe, la Cour condamne l’Espagne pour ne pas avoir
PRESENTACIÓN

pris les « mesures positives » nécessaires pour protéger les habitants de


Lostra contre les émanations nauséabondes d’une station d’épuration
des résidus de tanneries. Elle introduit, par le biais de l’article 8, le droit
à un environnement sain dans le champ de la convention et reconnaît
l’existence d’obligations positives à la charge des Etats pour prévenir
des atteintes à l’environnement. Cette jurisprudence sera confirmée par
la suite à plusieurs reprises jusqu’à l’arrêt rendu le 27 janvier 2009 dans
l’affaire Tatar contre Roumanie qui marque une nouvelle étape vers la
reconnaissance expresse du droit à l’environnement. Les juges euro-
péens y affirment l’effet direct et horizontal de l’article 8 de la CESDH
en cas d’atteinte à l’environnement, la responsabilité de l’État pouvant
être engagée en raison des conséquences des pollutions commises par
les tiers, personnes privées. En se fondant sur un nombre sans précé-
dent de textes du droit international et européen de l’environnement, eu
égard aux conséquences de la pollution engendrée par l’exploitation de
minerais d’or par une société privée, la Cour considère que les autorités
roumaines ont violé l’article 8 de la CESDH en ne prenant pas les mesures
nécessaires pour évaluer les risques et protéger « le droit des intéressés
au respect de leur vie privée et de leur domicile et plus généralement à
la jouissance d’un environnement sain et protégé ».
La Cour mentionne donc expressément le droit de jouir d’un envi-
ronnement sain pourtant absent du texte de la Convention et se fonde
sur l’article 8 mais également sur d’autres articles substantiels ou procé-
duraux pour se pencher sur les affaires environnementales.
Il est remarquable de constater à cet égard que la plupart des appli-
cations ayant donné lieu à la protection du « droit à l’environnement »
des justiciables devant la CEDH portent sur des affaires portées par des
habitants de zones urbaines ou industrielles.
Néanmoins, les condamnations de la CEDH portent bien plus sur
le défaut d’action de l’État et la violation des droits des personnes hu-
maines (ou plus exactement des droits de l’homme visés par la Conven-
tion) que sur les conséquences de la pollution sur l’environnement en
tant que tel, dont la protection conventionnelle directe est toujours
refusée par le Conseil de l’Europe.
Si la jurisprudence de la CEDH présente des limites certaines, elle
témoigne néanmoins d’une avancée vers une plus grande justice envi-
ronnementale que les juges français tardent à poursuivre en refusant de
donner au droit à l’environnement de valeur constitutionnelle, la portée
qu’il mérite. La quête de la justice environnementale urbaine se réalise
donc ailleurs, à travers une multitude de dispositifs législatifs.
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II.2. L’articulation des droits et l’intégration de la protection de


l’environnement pour une justice environnementale urbaine

Depuis 10 ans de nombreux droits se sont enrichis de normes et


d’objectifs environnementaux participant à la recherche d’une justice
environnementale urbaine, bien que cette dernière ne soit pas expressé-
ment mentionnée. Le droit de l’urbanisme mais aussi le droit de l’aména-
gement du territoire, le droit des transports ainsi que les services publics
(réseaux, eau, assainissement, déchets, etc.), ou encore le droit de la com-
mande publique, le droit des biens et le droit fiscal peuvent être cités.
Ainsi, par exemple, l’article L. 101-2 du code de l’urbanisme, plu-
sieurs fois modifié, prévoit que les collectivités territoriales agissent en
matière d’environnement dans le respect des objectifs du développe-
ment durable et pour poursuivre les objectifs suivants :

1°. L’équilibre entre :


a) Les populations résidant dans les zones urbaines et
rurales ;
b) Le renouvellement urbain, le développement urbain
maîtrisé, la restructuration des espaces urbanisés, la
revitalisation des centres urbains et ruraux, la lutte
contre l’étalement urbain;
c) Une utilisation économe des espaces naturels, la pré-
servation des espaces affectés aux activités agricoles
et forestières et la protection des sites, des milieux et
paysages naturels;
d) La sauvegarde des ensembles urbains et la protection, la
conservation et la restauration du patrimoine culturel;
e) Les besoins en matière de mobilité;
2°. La qualité urbaine, architecturale et paysagère, notam-
ment des entrées de ville ;
3°. La diversité des fonctions urbaines et rurales et la mixité
sociale dans l’habitat, en prévoyant des capacités de
construction et de réhabilitation suffisantes pour la satis-
faction, sans discrimination, des besoins présents et futurs
de l’ensemble des modes d’habitat, d’activités économiques,
touristiques, sportives, culturelles et d’intérêt général ainsi
que d’équipements publics et d’équipement commercial,
en tenant compte en particulier des objectifs de réparti-
tion géographiquement équilibrée entre emploi, habitat,
commerces et services, d’amélioration des performances
énergétiques, de développement des communications
électroniques, de diminution des obligations de déplace-
ments motorisés et de développement des transports alter-
natifs à l’usage individuel de l’automobile ;
PRESENTACIÓN

4°. La sécurité et la salubrité publiques ;


5°. La prévention des risques naturels prévisibles, des risques
miniers, des risques technologiques, des pollutions et des
nuisances de toute nature ;
6°. La protection des milieux naturels et des paysages, la pré-
servation de la qualité de l’air, de l’eau, du sol et du sous-sol,
des ressources naturelles, de la biodiversité, des écosys-
tèmes, des espaces verts ainsi que la création, la préserva-
tion et la remise en bon état des continuités écologiques ;
7°. La lutte contre le changement climatique et l’adaptation à
ce changement, la réduction des émissions de gaz à effet
de serre, l’économie des ressources fossiles, la maîtrise de
l’énergie et la production énergétique à partir de sources
renouvelables ;
8°. La promotion du principe de conception universelle pour
une société inclusive vis-à-vis des personnes en situation
de handicap ou en perte d’autonomie dans les zones ur-
baines et rurales.

Au-delà de ces grands principes d’action, de nombreux dispositifs


ont été introduits pour assurer une prise en compte de la question envi-
ronnementale en milieu urbain. La loi ALUR du 24 mars 2014, pour un ur-
banisme rénové, entérine ainsi différents dispositifs visant à faciliter la
reconversion des friches industrielles en logement et les opérations de
dépollution pour reconstruire en ville et lutter contre l’artificialisation
des sols qui reste très forte en France. L’équivalent d’un département
disparaîtrait ainsi tous les 10 ans en étant artificialisé selon une donnée
devenue référence...
La lutte contre la précarité énergétique et pour l’économie d’énergie
a également justifié la création de certificats d’économie d’énergie et de
nombreux dispositifs complexes marquant, malgré leurs nombreuses
apories que nous ne pourrons souligner ici, une intégration des ques-
tions environnementales et sociales.
En matière de services publics, les juges judiciaires et administra-
tifs ont fait ces dernières années preuve d’activisme en condamnant les
sociétés qui procédaient à des coupures d’eau portant atteinte au droit
d’accès à l’eau potable des plus démunis ou encore en enjoignant à l’Etat
et aux villes de mettre des points d’eau à disposition dans les camps de
migrants ainsi que dans certains squats.
La liste des exemples pourrait être substantiellement rallongée et
pourtant...la justice environnementale urbaine reste à concevoir et ga-
rantir. C’est dans cette optique que les auteurs du présent ouvrage se
sont penchés sur le sujet.
L’analyse sociologique des villes fournaises proposée par le collec-
tif Notre affaire à tous, sur la base d’une étude de terrain, se propose ainsi
REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

de comprendre le ressenti des populations de quartiers défavorisés face


au réchauffement climatique. L’article de Roxane Chaplain présente les
enjeux du développement de la mobilité dite douce ou active, c’est-à-
dire des modes de transport non émetteurs de gaz à effet de serre pour
l’environnement et l’aménagement du territoire. Grégoire Leray s’in-
terroge sur les fonctions environnementales de l’immeuble urbain et
nous invite à repenser le domaine “commun” de ce bien et pourquoi pas,
plus largement, la fonction environnementale de la propriété. Norbert
Foulquier analyse les enjeux récents de la tarification sociale de l’eau
pour la réalisation du droit à l’eau et la lutte contre les inégalités. Enfin,
dans une approche prospective, Aline Treillard explore les potentialités
du numérique pour la protection de l’environnement en milieu urbain.
ARTÍCULOS

Vista aérea del Riachuelo, Ciudad de Buenos Aires.

PÁGINA 27 / NOVIEMBRE 2021 Foto / Gentileza: Peter Bauza


REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

José Luis Said

Del contrato social al contrato natural:


reflexiones sobre las bases del derecho público
Du contrat social au contrat naturel: réflexions sur les fondements du droit public

José Luis Said Humano: del latín hūmānus, de homo,


Abogado (Universidad Nacional de
“hombre”, a su vez derivado del latín humus,
Tucumán, UNT). Profesor Adjunto
Regular de Derecho Administrativo de “tierra, suelo”. En última instancia del
la Facultad de Derecho (UBA). Profesor proto-indoeuropeo dhéǵhōm, “tierra”.
Titular en las maestrías en Derecho
Administrativo de la Facultad de
Derecho (UBA) y de la Universidad
Nacional del Litoral (UNL). Secretario I. Preludio
Judicial en Asuntos Contenciosos
Administrativos y Tributarios del
Tribunal Superior de Justicia de la Hay ocasiones en que la reflexión jurídica debe
CABA. Contacto: jsaid@derecho.uba.ar; abandonar la monotonía o el placer por la repetición
jsaid@tsjbaires.gov.ar
para abordar los cuestionamientos a las categorías fun-
damentales del derecho que la realidad trae a la mesa de
debate de los operadores jurídicos, sean ellos teóricos o
prácticos, científicos o artesanos.
Los acontecimientos que en nuestro planeta im-
pactan sobre el medio ambiente a escala o con efectos
globales se aceleran vertiginosamente, y las ruedas del
carro de nuestra civilización se dirigen hacia las llamas,1

1. Este trabajo desarrolla las ideas expuestas en mis participacio-


nes en el IX Congreso Internacional de Derecho y Sustentabilidad,
en Camboriu, Brasil, el 1º de noviembre de 2019, y en la Jornada
Internacional “Derecho Internacional y Derecho Administrativo”,
Paraná, Argentina, 29 de noviembre de 2019. Cuando comencé a dar
forma a este texto, en enero de 2020, Australia estaba padeciendo un

PÁGINA 28 / NOVIEMBRE 2021


ARTÍCULOS

las tierras inundadas, las áreas desforestadas, las monta- Serres, el contrato con el cual la modernidad permitió
ñas que perdieron glaciares, sin que, al parecer, hayamos que la sociedad se construyera como una organización
encontrado la forma de construir un diálogo con todos de relaciones e instituciones moderna, democrática, re-
aquellos que tendrían algo que decir para que se pueda publicana –dando lugar a una forma cultural que rompió
modificar la velocidad y el rumbo de nuestra trayectoria. la organización feudal del poder y los consiguientes vín-
culos de sumisión y vasallaje–, fue un contrato que se
asentó en varias ficciones; en particular, destaco aquella
II. La sociedad del contrato que supone el acuerdo entre los seres humanos para do-
blegar los peligros para su propia vida en la naturaleza.
Una revisión de ciertas instituciones políticas, y a El contrato social fue, así, un dispositivo creado para
la vez jurídicas, en las que se apoya nuestra democracia huir de la naturaleza.
constitucional republicana y nuestro derecho público Coincidentemente, el jurista italiano Norber-
quizás nos permita replantear la cuestión fundamental to Bobbio4 al examinar las doctrinas contractualistas
que pretendo presentar en este trabajo: la naturaleza jurí- señala –con gráfica elocuencia– que: “en el momento en
dica de la naturaleza.2 el que nace el ciudadano muere el hombre natural”.5
El polifacético “contrato social”6 aparece como la
forma de huir de la naturaleza, pues permite regular la
(i) El contrato social
14 de enero de 1998 en la Biblioteca Nacional de Francia, en: Homo
habitus, Publicación Electrónica [en línea], edición Nº 5, traduc-
En 1991 Michel Serres, filósofo y epistemólogo ción de Luis Alfonso Palau C., Disponible en: https://es.scribd.com/
francés, expuso en El contrato natural algunas ideas que document/36869799/Regreso-Al-Contrato-Natural-Michel-Serres.
considero fundamentales para abordar el problema [Consultada el 28-01-2020].
4. BOBBIO, Norberto y BOVERO, Michelangelo, Sociedad y Estado en la
en que se encuentra hoy nuestra civilización.3 Según filosofía moderna. El modelo iusnaturalista y el modelo hegelo-marxia-
no, Fondo de Cultura Económica, México D.F., 1986/1996, p. 119. En
incendio trágico, que consumió en sus llamas millones canguros y particular, el capítulo VI, “El contrato social”, p. 103.
koalas, y para cuyo “remedio” las autoridades administrativas –entre 5. A partir de la exposición que Bobbio realiza sobre lo que denomina
otras medidas– dieron muerte a 5000 camellos que constituían una “el problema político de Hobbes”, es posible –desde una mirada que
amenaza para la población humana y especies autóctonas en la lucha acompañe cierta linealidad temporal– verificar la existencia de dos
por el agua. El argumento referido al carácter de especie “exótica” de líneas tendenciales que deseo destacar: a) la evolución del vasallo a
los camélidos estuvo entre los que resultaron dirimentes para habilitar súbdito y de este a ciudadano; y b) la construcción de los Estados na-
la ejecución. Al retomar la investigación y la escritura, el planeta había cionales mediante procesos de concentración de estructuras de poder
comenzado a padecer la pandemia del COVID-19. ¿Serán, acaso, res- y diferenciación y especialización de funciones: reconducción de los
puestas de la naturaleza frente a la insensatez de la especie humana? señoríos de los feudos y villas medioevales y del poder de las corpora-
2. Quedará fuera de esta investigación el examen de su encuadre (y ciones al poder absoluto del monarca; y, luego, manteniendo el dogma
de sus consecuencias) apoyado en el pensamiento religioso que par- de la soberanía, su fraccionamiento en funciones que evitaran la dic-
te del texto bíblico, específicamente del Génesis: “27. Y Dios creó al tadura. Ambas líneas se entrecruzan. Así, el vasallo definía mediante
hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer. pactos con su señor el alcance de sus derechos y deberes; el súbdito
28. Y los bendijo, diciéndoles: ‘Sean fecundos, multiplíquense, llenen obtuvo la ley la protección, pero el monarca absoluto no se sometía
la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar, a las aves del cielo a ella pues imperaba el principio principi legibus solutus. El ciudadano
y a todos los vivientes que se mueven sobre la tierra’. 29. Y continuó solo fue tal cuando pudo lograr que el soberano se sometiera a la ley,
diciendo: ‘Yo les doy todas las plantas que producen semilla sobre la proceso que se vincula con la prevalencia de los órganos parlamenta-
tierra, y todos los árboles que dan frutos con semilla: ellos les servirán rios, la división de funciones del Poder y la superioridad de la ley.
de alimento. 30. Y a todas la fieras de la tierra, a todos los pájaros del 6. El año anterior a que Le contrat naturelle apareciera en Francia,
cielo y a todos los vivientes que se arrastran por el suelo, les doy como otra obra vino a cuestionar el contrato social desde la perspectiva
alimento el pasto verde’. Y así sucedió. 31. Dios miró todo lo que había del feminismo radical. En 1988, Carole Pateman, presentará The se-
hecho, y vio que era muy bueno. Así hubo una tarde y una mañana: xual contract. La autora “critica el perfil de género de las teorías del
este fue el sexto día”. contrato social, presentando este último como un pacto patriarcal
3. SERRES, Michel, El contrato natural, Editorial Pre-Textos, Valencia, por el que los varones generan vida política a la vez que pactan los
1991, p. 203. (Existe una segunda edición en español de 2004). Se términos de su control sobre las mujeres”. Agrega que: “[l]a historia
trata de un libro profundo, no muy extenso, escrito con “buena pluma”, del contrato sexual es también una historia de la génesis del derecho
que inquieta al lector desde sus primeras páginas. También, SERRES, político y explica por qué es legítimo el ejercicio del derecho –pero
Michel, “Regreso al Contrato natural”, conferencia pronunciada el esta historia es una historia sobre el derecho político como derecho

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violencia que en el estado de naturaleza pone en riesgo de la barbarie por otros medios”.8 Nada dirá el pacto
la subsistencia de los hombres. Mediante la teoría del social sobre esta batalla, la que ha quedado afuera de
contrato social “el estado natural se transforma en estado las filosofías acosmistas.9
jurídico renunciando el ciudadano adulto –capaz de co- Así, la acción social, en sus diversas manifestacio-
nocimiento­a una parte de su libertad natural para así nes, se desplegará sobre la naturaleza produciendo, ex-
poder convivir en libertad con los otros ciudadanos que trayendo, multiplicando, destruyendo, extinguiendo
igualmente renuncian a una parte de su libertad”.7 recursos materiales, legitimada sobre el pacto social.10
A través del pacto, los hombres acuerdan entre
sí “límites”, con los que podrán disciplinar, incluso, la
forma más extrema de violencia colectiva: la guerra. En (ii) El constitucionalismo resultante
adelante, los desafueros humanos estarán dotados de un
régimen jurídico y los seres humanos se dominarán o se Ese pacto social va a determinar una doctrina cons-
aniquilarán sobre el escenario natural de campos, mon- titucional, un modelo de constitucionalismo (de gran
tañas, mares y ríos, que serán paralelamente agredidos. arraigo) cuyo código genético expresa la relación entre la
Y también tendrá su apoyo en el pacto social la autoridad y la libertad. Es el ADN propio del constitucio-
forma productiva de la coacción propia de la sociedad nalismo liberal, y de su mutación, el constitucionalismo
industrial: la sobreexplotación de los recursos naturales social –si interpretamos: a) los Derechos Económicos,
(supuesta la de los seres humanos, que no es objeto de Sociales y Culturales DESC como precondiciones de la
este ensayo), la degradación y contaminación de la natu- libertad, y b) su garantía por el poder público como una
raleza y la agresión a otras especies. finalidad de la autoridad–.
El ecocidio resultante se corresponde, según Michele Carducci y Lidia Patricia Castillo Amaya11
Serres, con un proyecto cultural que se remonta a la pusieron de resalto esa característica y formularon una
épica fundacional de Occidente, según la interpre-
tación que efectúa del canto XXI de la Ilíada. Allí, el 8. LOVISOLO, Jorge, Alarmas: Diáspora de la modernidad y positivismo
héroe desvía el cauce del río con los cadáveres de sus socialdemócrata, Editorial Hanne, Salta, 2010, p. 435.
9. “Le XXº siècle a construit des objets-monde, globaux, mais
rivales que son arrojados en cantidades en su lecho, y n’a réfléchi qu’au moyen des philosophies anciennes, locales.
eso lo enfrenta a una nueva amenaza: el aluvión por el Souvenez-vous comment elles parlaient du pouvoir: Hegel consacre
desborde del agua. En su batalla entre seres humanos, maître celui qui s’approche au plus près de la morte et esclave celui
qui s’en tient éloigné. De quelle morte s’agit il? De la première, de l’an-
desbordando el río, ¿Aquiles ganó o perdió? Será cienne et d’elle seulement. Cette préoccupation mesure la désuétude
preciso distinguir dos batallas, la guerra histórica de des philosophies qui n’ont point appris, comme Hiroshima nous
unos hombres contra otros, y otra, la violencia sin l’enseigna, la mort collective possible de l’espèce humaine”. SERRES,
“Retour sur le Contrat Naturel” [en línea], en: Multitudes: Revue artisti-
límites de los hombres sobre el sustrato geográfico. que, politique et philosophique. Disponible en: https://www.multitudes.
La historia, las filosofías, las ciencias “como los dioses net/retour-sur-le-contrat-naturel-m/. [Consultado el 12-03-2020]. El
homéricos, cantan loas a estas barbaries de la razón destacado no corresponde al texto original.
10. “Benjamin [...] hizo la crítica más radical a la democracia liberal
instrumental que otros llaman cultura, sociedad, parlamentaria. En efecto, la matriz de todas las instituciones libera-
acontecimientos: pero la cultura es la continuación les es la relación contractual libre de tipo salarial y en el corazón del
contrato salarial está la violencia. La prehistoria del contrato es la con-
fiscación y el robo a los productores independientes. Cf. BENJAMIN:
patriarcal o derecho sexual, el poder que los varones ejercen sobre las ‘Zur Kritik der Gewalt’, en Gesammelte Schriften II · 1, Suhrkamp,
mujeres” y que “[e]l pacto originario es tanto un pacto sexual como un Frankfurt a/M, 1977, p. 179 y ss.)”. LOVISOLO, Jorge, “Relevamiento de
contrato social, es sexual en el sentido de que es patriarcal –es decir, las concepciones de razón disponibles en los siglos XIX y XX”, en: Cua-
el contrato establece un orden de acceso de los varones al cuerpo de dernos de Humanidades, Nº 13, UNSa, Salta, 2001.
las mujeres. El contrato original crea lo que denominaré, siguiendo a 11. CARDUCCI, Michele y CASTILLO AMAYA, Lidia Patricia, “La naturaleza
Adrienne Rich, ‘la ley del derecho sexual masculino’”. PATEMAN, Carole, como ‘Grundnorm’ y ‘Tertium Comparationis’ del Constitucionalismo
El contrato sexual, Anthropos, México D.F., 1995, págs. 9-11. Global” [en línea], en: Anais do I Congresso Internacional de Direito
7. HASSEMER, Winfried, Persona, mundo y responsabilidad: bases para Constitucional e Filosofia Política, Vol. 2, Initia Via, UFMG, Belo
una teoría de la imputación en Derecho Penal, Temis, Santa Fe de Horizonte, 2015. Disponible en: Academia.edu, https://www.acade-
Bogotá, 1999, p.4. mia.edu/24597615/La_naturaleza_como_Grundnorm_y_Tertium_

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ARTÍCULOS

advertencia: “nunca ingresó en el ADN del constitucio- Esa forma de configurar el pacto fundacional y el
nalismo liberal el problema de la salvaguarda de la constitucionalismo que lo institucionalizó conformaron
especie humana, el acuciante asunto de la protección –en el transcurso de los tres últimos siglos– un sistema
de la naturaleza”. Exponen los autores que si alguna vez político que autoriza, permite y legitima que en cada uno
los seres humanos se han ocupado de la supervivencia de los países que lo han adoptado y en los organismos
de la humanidad ha sido a consecuencia de las guerras internacionales se tomen democráticamente medidas o
(los gases de la Gran Guerra, Hiroshima y Nagasaki, los decisiones que impactan sobre las condiciones de vida e
campos de concentración y de exterminio, el Napalm...), incluso sobre la extinción de numerosas especies, entre
dando ocasión a que se elaboren y celebren tratados y ellas: la especie humana. Dicho en forma más breve:
convenciones internacionales, a que se creen organis- nuestra forma política permite que democráticamente
mos, al surgimiento de áreas de estudios e investiga- votemos la extinción de nuestra propia especie.
ción, etcétera. Pero que no ha estado en la preocupación Lo dice Sloterdijk en forma harto expresiva:
del constitucionalismo el problema que consideran en
su ensayo: “la posibilidad de la extinción de la especie No podemos ya representarnos libertad alguna
humana por la acción –también humana– destructora que no incluya también la libertad para acelera-
de las condiciones biológicas para su subsistencia”. Esto, ciones arriesgadas, libertad para movimientos
según los autores, nos habla del déficit ecológico en el que hacia los objetivos más lejanos, libertad para
se encuentra la humanidad; de la crisis de la civiliza- la exageración y el derroche e, incluso, libertad
ción basada en el consumo y en la sobreexplotación de para explotar y autodestruirse. Al expresionismo
los recursos naturales, legitimada por las instituciones cinético le escuchamos hablar cuando el joven
jurídicas y económicas que han construido (y han sido Goethe escribe en 1776, en una carta de estilo
construidas) por dicha civilización; y de las desigualda- Sturm und Drang, a Lavater: “Ahora estoy com-
des sociales globales que aquellas han avalado.12 pletamente embarcado en la ola del mundo,
De acuerdo con Carducci y Castillo Amaya el logos plenamente decidido: a descubrir, ganar, pelear,
eurocéntrico del derecho constitucional no se ha inte- fracasar, o a saltar por los aires con plena carga”.
resado por los temas de la naturaleza y cuando lo hizo, Lo escuchamos cuando Nietzsche explica en el
fue desde una perspectiva antropocéntrica que entiende Ecce homo: “No soy un ser humano; soy dina-
a la naturaleza como objeto, la naturaleza pensada como mita”. Y le vemos actuar en la práctica cuando
medio ambiente, la naturaleza como medio antrópico sos- Phileas Fogg, el héroe de La vuelta al mundo en
tenible para satisfacer las necesidades de disfrute y ex- 80 días de Julio Verne, en el último tramo de
plotación del ser humano.13 su vuelta al mundo –el cruce del Atlántico, de
regreso a Inglaterra desde Nueva York–, ante la
Comparationis_del_Constitucionalismo_Global_in_Anais_do_I_ falta de carbón, comienza a derribar las estruc-
Congresso_Internacional_de_Direito_Constitucional_e_Filoso- turas adicionales de madera del propio barco
fia_Pol%C3%ADtica_UFMG_Belo_Horizonte_Initia_Via_vol._2_2015.
[Consultado el 20-10-2019]. para alimentar con ellas las calderas de las
12. En sentido similar, puede verse el desarrollo en extenso que efec- máquinas de vapor. Con el barco que se quema
túa Juarez Freitas. FREITAS, Juarez, Sustentabilidade. Direito ao Futuro, a sí mismo de Phileas Fogg, Julio Verne encontró
Fórum, Belo Horizonte, 2019, p. 416.
13. Si bien no asume una posición claramente ecocéntrica, pues nada menos que una metáfora universal de la era
sigue examinando los casos desde la perspectiva de los derechos industrial –evoca la fatal autorreferencialidad de
humanos involucrados, la Corte Suprema de Justicia de la Nación da
señales alentadoras en los conflictos ambientales que debe resolver.
Así, en relación con el agua, ha sostenido que “[e]l paradigma jurídi-
co que ordena la regulación del agua es ecocéntrico, o sistémico, y agregadas). Puede consultarse también la publicación Ambiente:
no tiene en cuenta solamente los intereses privados o estaduales, fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, elaborada por la
sino los del mismo sistema, como bien lo establece la ley general Secretaría de Jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la
del ambiente” (sentencia del 22-05-2018, La Pampa, Provincia de c/ Nación, 3a edición especial, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2018.
Mendoza, Provincia de s/uso de aguas. En: Fallos: 341:560; negritas Libro digital en PDF disponible en www.csjn.gov.ar.

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un tráfico que quema sus propios fundamentos– Entiendo que habrá que incorporar las dimensio-
(cursiva agregadas). 14 nes difusas de lo que Ulrich Beck llamó sociedad de
riegos.18 Sociedad y situaciones de riesgos que com-
Otra voz, coincidente, la Cornelius Castoriadis al co- plican extremadamente a la teoría del derecho, que
mentar el canto final del coro en Antígona (versos 332 a durante miles de años trató de disciplinar las relacio-
375) expresa que en él se “celebra la gloria del hombre¨ nes personales a partir del valor de la seguridad jurídi-
y comienza con esta frase tan conocida como intradu- ca, estableciendo procedimientos y dispositivos para
cible, algo así como: ‘Hay muchas cosas terribles, pero dotar de certeza a los conflictos.19 Pero que desde el
ninguna lo es tanto como el hombre’. ‘Terrible’ (deinón) siglo XX, y ya bien afirmados en el siglo XXI, es con-
no solo en el sentido de ‘que da miedo’, aunque también vocado a reglar los riesgos, que es el territorio de la
sea eso; la palabra griega designa a alguien que tiene ca- incerteza, de la incertidumbre; que carece de bases
pacidades extraordinarias y, llegado el caso, hasta pavo- científicas suficientes sobre las cuales decidir si con-
rosas. (...) [E]s en el fondo una teoría del hombre creador y viene o no permitir una nueva tecnología, una innova-
de la creación humana”.15 ción, una conducta con la cual se pretende actuar en (o
sobre) el ambiente.
En un diálogo con Danilo Zolo, Beck señala el sur-
(iii) Hacia un nuevo Pacto gimiento de desafíos a la modernidad de la Ilustración
que califica de “riesgos globales” y enuncia “la crisis eco-
Frente a tamaña conclusión, Carducci y Castillo lógica y (...) la turbulencia de los mercados financieros”.20
Amaya se preguntan: ¿cómo salvar el planeta democrá-
ticamente?, ¿cómo configurar una relación estable entre historia de la humanidad, e incluso hay hoy innumerables contempo-
el consenso social característico de la democracia y los ráneos que no pueden ni quieren imaginarse que pueda ser necesario
un cambio en el modo de pensar en este sentido. El desenfrenado ras-
imperativos humanos de salvación del ecosistema te- go expresionista en el estilo de vida de las civilizaciones ricas actuales
rrestre? Estos deben ser los interrogantes prioritarios ha dejado claro, sin embargo, que la indiferencia de la naturaleza fren-
e inevitables del constitucionalismo de esta hora.16 Es te a la actividad humana era una ilusión que se correspondía con la era
de la ignorancia. Hay límites de la expresión, límites de la emisión, lími-
claro que para que esto sea posible se requiere respetar tes en el aguante de la ignorancia; y porque hay tales límites, aunque
las reglas de la naturaleza, lo que exige conocerlas.17 no sepamos con exactitud dónde habría que trazarlos, se tambalea la
imagen aparentemente inmemorial de la naturaleza como una exte-
rioridad que absorbe todo”. SLOTERDIJK, op.cit., pp. 22-23.
14. SLOTERDIJK, Peter, ¿Qué sucedió en el siglo XX?, Siruela, Madrid, 18. BECK, Ulrich, La sociedad del riesgo: hacia una nueva modernidad,
2018, p. 17-224. El autor aclara en el texto a qué denomina expresionis- Paidós, Barcelona, 1998, p. 304.
mo cinético: “Por ‘expresionismo cinético’ entiendo el estilo de existencia 19. Francisco B. López-Jurado Escribano afirma: “Aunque el agente
de los modernos, que fue posible sobre todo por la fácil disponibilidad jurídico gusta de la certeza científica para poder cumplir su función
de combustibles energéticos fósiles. Desde que esos combustibles estabilizadora, la ciencia en contacto con la estructura racional de la
están a nuestra disposición, llevamos una vida tal como si Prometeo realidad es reacia a los blancos y los negros y prefiere las realidades
hubiera robado el fuego una segunda vez. Se vuelve claro qué significa intermedias” (p.155); “El ejercicio de las responsabilidades conferidas
eso si admitimos que los segundos fuegos no solo impulsan nuestros a las autoridades competentes exige de estas la toma de decisiones
motores sino que también arden en nuestras motivaciones existencia- razonables en presencia de las alternativas entre actuar o no y, decidi-
les, en nuestros conceptos vitales de libertad”, pp. 21-22. da la acción, entre distintas actuaciones concretas a llevar a cabo. La
15. CASTORIADIS, Cornelius, La ciudad y las leyes. Lo que hace a Gre- tarea del regulador y, por tanto, también, la del jurista consiste en idear
cia, 2, Seminarios 1983-1984, La creación humana III, Fondo de Cultura nuevos métodos y procedimientos que permitan una mejor coexis-
Económica, Buenos Aires, 2012, pp. 169-170, 381. tencia de la innovación y el riesgo” (p.153). LÓPEZ-JURADO ESCRIBANO,
16. También Juarez Freitas se formula preguntas de semejante den- “Capítulo III: los procedimientos administrativos de gestión de ries-
sidad. Op.cit. gos”, en: BARNES, Javier (editor), La transformación del procedimiento
17. Vuelvo a las palabras de Sloterdijk: “El expresionismo de los administrativo, Global Law Press, Sevilla, 2008, pp. 141-182.
modernos se basa en un supuesto que era tan obvio para los seres 20. BECK, Ulrich y ZOLO, Danilo, “La sociedad global del riesgo: una
humanos de otros tiempos que no necesitó formularse con expli- conversación entre Ulrich Beck y Danilo Zolo” [en línea], en: Socioló-
citud casi nunca. Para ellos la naturaleza representaba un exterior gica México. Revista del Departamento de Sociología, Universidad
infinitamente superior, y por ello también ilimitadamente sufrido, que Autónoma Metropolitana, Año 19, Nº 57, enero-abril de 2005, pp. 308,
absorbía todas las descargas humanas e ignoraba toda explotación. 307-327. Disponible en: http://www.sociologicamexico.azc.uam.mx/
Esa idea espontánea de naturaleza determinó hasta ayer mismo la index.php/Sociologica/article/view/313. [Consultado el 20-11-2020].

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ARTÍCULOS

En tal línea de argumentos se ha señalado que: permitir esas acciones riesgosas, pero se ha llegado al
punto en el que la naturaleza no tolera más nues-
Las modernas sociedades han experimenta- tros errores.23 Beck lo señala con contundente claridad:
do, en paralelo a su desarrollo tecnológico, un “Lo que causa la catástrofe no es un error, sino los sis-
cambio ya muy perceptible en el origen de los temas que transforman la humanidad del error en
daños que puedan afectarlas. Históricamente, fuerzas destructivas incomprensibles”.24
ese potencial dañoso, aflictivo, tenía un origen Dado que la complicidad entre el contrato social y la
natural: las limitaciones y los peligros propios de razón instrumental convirtieron a la naturaleza “en un es-
la naturaleza. El progreso industrial y tecnológi- cenario de cartón piedra descartable, tal como aparece en
co ha conseguido superar o eliminar muchos de los titulares de los diarios”,25 Serres propone que debe for-
esos peligros naturales, pero con el coste de los mularse un contrato natural que revise el contrato social.
riesgos que genera la propia tecnología empleada Este contrato natural será el intento, desesperado ya,
para alcanzar, con notables éxitos por lo demás, de convertir a la naturaleza en sujeto de derecho. Con-
estos objetivos. Así es como hemos pasado de vertir en sujeto a un objeto descalificado y degrado por
una sociedad expuesta mayoritariamente, exclu- nuestra cultura y tradición.26 Como foedus, pacto, conven-
sivamente en un principio, a los peligros y limi- ción, alianza, es el punto en donde convergen naturaleza
taciones naturales, a otra que se caracteriza por y cultura, physis y logos, geografía e historia, que permiti-
su destacada y hasta preferente exposición a los ría corregir la relación de nuestra especie humana con el
riesgos de la tecnología que ella misma ha gene- medio ambiente atacado hasta lo indecible.
rado. (...) La incerteza que se cierne en torno a los Debe remarcarse: lo que está en riesgo no es la ex-
efectos de procesos industriales, productos, ins- tinción del planeta Tierra, lo que está en riesgo es nuestra
talaciones y demás intervenciones de la técnica extinción. El planeta existirá uno, dos, tres mil de millo-
en un mundo saturado de ella es un problema nes de años más; esta enorme piedra continuará dando
complejo y de gran relevancia para el derecho vueltas por el Cosmos. Así como no estuvimos, no esta-
que se plantea con especial agudeza en dos mo- remos.27 Habrá quizás más nubes tóxicas, menos o más
mentos: uno es el de la adopción de decisiones especies, seres diferentes. El planeta no está en riesgo.
y otro el de la responsabilidad por daños causa- Está en riesgo de extinción el ser humano.
dos en entornos de incerteza, considerando en
cualquier caso que esos daños, si se deben a una
tecnología, no pueden ya imputarse a un destino
ineluctable como el que mueve las fuerzas de la
naturaleza, sino que siempre podrá advertirse en
su origen una o varias decisiones humanas (...)” .21 23. ¿Cuántos derrames de cianuro sobre cursos de agua potable fue-
ron necesarios para que finalmente la Corte Suprema de Justicia de
la Nación dispusiera la suspensión de la actividad de la mina Beladero
De ese modo, el riesgo al daño ambiental desafía el explotada por empresa canadiense Barrick Gold, que la justicia de la
código genético del constitucionalismo tradicional (au- provincia de San Juan no ordenaba?
toridad-libertad), que se expresa en el aforismo in dubio 24. BECK, op. cit., p. 12.
25. LOVISOLO, op. cit., pp. 126-127.
pro libertatis. Una decisión congruente con este22 debería 26. Zaffaroni ha señalado, intentando evitar la dicotomía natura-
leza-cultura, que “La guerra suicida la emprendió una cultura, no la
21. ESTEVE PARDO, José, La protección de la ignorancia: exclusión de cultura”. ZAFFARONI, Eugenio Raúl,. La Pachamama dos, tres mil millo-
responsabilidad por los riesgos desconocidos [en línea], en: Revista de nes de años más; esta enorme piedra continuará dando vueltas por
Administración Pública, Nº 161, mayo-agosto de 2003, pp. 53-82. Dis- el cosmos. Así como no estuvimos, no estaremos. Habrá quizás más
ponible en: https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/721277.pdf. nubes tóxicas, menos o más especies, seres diferentes. El planeta no
[Consultado el 06-08-2009]. está en riesgo. Está en riesgo de extinción el ser humano.y el Humano,
22. Recuérdese que los principios jurídicos ambientales que con- Ediciones Madres de Plaza de Mayo, CABA, 2011, pp. 135-153.
trastan con el principio pro libertatis son: (i) precaución, (ii) equidad 27. Biblia, Génesis 3,19: “Memento, homo, quia pulvis es, et in
intergeneracional, (iii) solidaridad. pulverem reverteris”.

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(iv) La naturaleza como sujeto y parte del contrato algunas sendas por las que es posible transitar o explo-
natural rar nuevas. Examinando la complejidad de este estado
de situación se ha señalado que:
Intento dejar anotadas solo unas pocas preocupaciones
que puedan servir para el boceto de un nuevo “mural” que La política es el escenario donde se desenvuel-
exhiba las bases de un constitucionalismo para la existencia ve el hombre en sociedad y existe en ella un
y no para la muerte de la especie humana. Que permita in- tipo de relación en la cual el hombre, la natura-
tervenir en el código genético del constitucionalismo de los leza y la sociedad estén en un juego continuo
siglos XVIII a XX y luego poner manos en el derecho público de confrontación pero también de integración,
de los Estados y en el otro derecho, el que la globalización la cual se hace necesaria para todo tipo de con-
económica y financiera impone a los Estados, para subsanar vivencia humana. Ciertamente, el hecho de re-
el déficit ecológico del constitucionalismo local y global.28 conocerse el hombre como sujeto establece un
Para ello no basta con incorporar capítulos o artí- reconocimiento del otro, ya sea para enfrentarlo
culos en las cartas constitucionales sobre derechos al y superarlo o para dialogar con él e integrarse.
ambiente sano, al desarrollo sustentable, a la no conta- Así mismo pasa con la naturaleza, ella puede
minación, a la biodiversidad, etcétera.29 ser nuestra amiga o nuestra enemiga. Se puede
Intento avanzar en la línea propuesta por Serres para considerar como un sujeto u objeto, como
tomar el contrato social y examinar las posibilidades, con- alguien a vencer o alguien que nos vence. Las
diciones y experiencias que permitan sustituirlo por un relaciones políticas entre sí como las relaciones
contrato natural; pacto que, por definición, niegue la idea entre la política y la naturaleza pueden generar
del contrato como el acuerdo entre hombres para salir del violencia. Esta es una realidad inherente a la
estado de naturaleza, y que parta de la necesidad de conside- vida misma, no obstante, como tal no es una re-
rar a la naturaleza como sujeto de derecho,30 no como objeto.31 lación agradable ni verdaderamente humana,
Como se verá, el intento no es novedoso y ha reci-
bido críticas.32 Hay quienes ya han comenzado a marcar
procedimiento “es sintomático de una crisis, si no del sujeto de dere-
cho, por lo menos de la comprensión que tenemos de él. Demasiadas
28. PETERS, Anne, “Bienes jurídicos globales en un orden mundial veces se confunden dos datos bien distintos. El sujeto real, natural, y
constitucionalizado” [en línea], Global Legal Goods Working Paper, No el sujeto artificial, instituido. Del sujeto real, natural, del sujeto humano
4/2012, Universidad Autónoma de Madrid, disponible en: www.bienes- en resumen, se piensa observar los excesos –el hubris, la desmesura,
juridicosglobales.net. [Recuperado el 17-5-16]. el apetito demiúrgico de dominio del mundo–. Pero al mismo tiempo,
29. El paso debe ser más profundo, no meramente adaptativo sino y con un movimiento que no es en absoluto la continuación necesaria
transformador. Deberemos escribir las próximas constituciones en pa- del primero, se le imputan estos mismos excesos al sujeto artificial,
pel verde y con tinta verde. Con ideas y sentimientos verdes. Debe darse a la abstracción del sujeto de derecho, es decir, supuestamente, a la
el paso desde el paradigma ambientalista al de la ecología profunda. modernidad jurídica. Entonces para limitar el campo de acción de este
30. No olvido que el derecho romano enseñaba que la naturaleza era sujeto, se le imponen no unas simples prohibiciones, sino otros suje-
objeto del derecho y no sujeto, pero habrá que archivar algunas de tos instituidos contra él. Se multiplican los sujetos hasta imponerlos
esas lecciones si todavía nos interesa que la especie humana pueda al mundo de la naturaleza, como si el sujeto de derecho humano, que
continuar sobre el planeta. por hipótesis no puede dominar sus deseos, solo pudiese encontrar
31. En el foedus naturae la razón cognitiva y la razón práctica tienen límites en sujetos de derechos rivales.” THOMAS, Yan, Los artificios de
su punto de encuentro, la razón es razonable y la justeza científica as- las instituciones. Estudios de derecho romano, Eudeba, Buenos Aires,
pira a transformarse en justicia normativa. Existe el riesgo, que Serres 1999, p. 91. Considero que “unas simples prohibiciones” al sujeto
no ignora, de fundar la legitimidad del poder resultante del contrato artificial no han sido (ni son ya) medidas suficientes para limitar la
en las leyes de la naturaleza (foedera naturae), ya que esta ha sido voracidad del sujeto real, que es quien determina la voluntad del sujeto
una forma tradicional de naturalizar las relaciones sociales. Así se de derecho. Se requiere dar el paso de la subjetivización de la natura-
pregunta, “¿[e]s una astucia, una astucia de la razón, para conceder leza y al reconocimiento de sus derechos, para que el homo sapiens
un estatuto de necesidad natural a lo arbitrario de un poder, a la do- y sus crías ficcionales deban pactar, contratar, convenir con ella todo
minación, aquí y ahora, de algunos?”. SERRES, Michel, La Naissance de lo atinente a la afectación de sus derechos e intereses. El aporte de
la physique dans le texte de Lucrèce, Minuit, París, 1977, p. 149, citado Serres, con la propuesta del “contrato natural”, permite sugerir no una
por LOVISOLO, op. cit., p. 437. mera intensificación de la potestad regulatoria y del poder policía, sino
32. En particular me refiero a las objeciones que efectúa Thomas una modificación del aparato conceptual, según el desarrollo que so-
bajo el título “La subjetivización de la naturaleza”, al señalar que este bre este punto realiza Horacio Corti.

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ARTÍCULOS

más bien, se puede considerar como una rela- actores que –como los del teatro– debían desempeñar un
ción negadora de humanidad y profundamente papel en el proceso.35
desagradable”.33 En su evolución en el lenguaje común la expresión
se despojó de toda referencia a la función o situación del
sujeto para identificarse, sin más, con el ser humano.
III. Una mirada a la categoría “persona” 34 Pero en el léxico jurídico “persona” expresa algo más,
ya que para las leyes es el género bajo el cual se englo-
La raíz etimológica de la palabra “persona” se en- ban todos los seres humanos36 (una de las especies de
cuentra en las voces latinas per sonare (que significan personas) y algunas otras entidades que se forman por
sonar mucho o resonar) con las que en la Roma antigua seres humanos pero que se distinguen de sus integran-
se designaba la máscara o careta con la que los actores tes (asociaciones, organizaciones e instituciones creadas
cubrían sus rostros en el escenario para dar resonancia y por ellos, calificadas como personas morales, personas
potencia a su voz. Luego, la palabra “persona” se usó para de existencia ideal, personas jurídicas, etcétera).37 A ello
denominar al actor enmascarado y, posteriormente, al debe agregarse que existen personas jurídicas formadas
papel que desempeñaba, es decir: al personaje. por otras personas jurídicas, lo que hace cada vez más
En el derecho romano antiguo se distinguía la con- mediato el nexo ser humano - persona.
ducta que producía objetos materiales, el facere, de la que Si bien existen antecedentes de relevancia,38
no los producía, el agere. El obrar jurídico se situaba en Federico Carlos de Savigny expuso con toda claridad que
este campo. Aunque se reconocieron consecuencias ju-
rídicas a determinados fenómenos naturales solo las ac- 35. “Así como un actor podía desempeñar distintos roles y, en con-
ciones humanas eran para los romanos consideradas secuencia, usar varias máscaras, para los romanos homo plures
“actos jurídicos”. La expresión “persona” pasó al uso jurí- personas sustines, con lo cual enfatizaban los diferentes roles asumi-
bles por el hombre en la sociedad, cada uno de los cuales entrañaba
dico para mencionar al sujeto dotado de representación un conjunto de derechos y obligaciones especiales provenientes de
propia en el derecho; los sujetos del agere eran también sus respectivas relaciones sociales y jurídicas (...)”. FERNÁNDEZ RUIZ,
Jorge, “Personas Jurídicas de Derecho Público en México” [en línea],
en: Boletín Mexicano de Derecho Comparado, Nueva Serie, Año XXX,
Nº 89, mayo-agosto de 1997. Disponible en: https://biblat.unam.
mx/es/revista/boletin-mexicano-de-derecho-comparado/articulo/
33. HERRERA OSPINA, José de Jesús e INSUASTY RODRIGUEZ, Alfonso, “Di- personas-juridicas-de-derecho-publico-en-mexico.
versas concepciones en torno a la naturaleza como sujeto político: de la 36. “A los efectos de esta Convención, persona es todo ser humano”,
necesidad de cambio de paradigmas” [en línea]. Disponible en http://www. expresa el art. 1, numeral 2, de la Convención Americana sobre los
scielo.org.co/pdf/agor/v15n2/v15n2a12.pdf. [Consultado el 01-04-2020]. Derechos Humanos (CADH).
34. Según las reglas de la lógica, cuanto mayor sea la extensión (ám- 37. Puede recorrerse la trayectoria de la categoría persona jurídica o
bito de aplicación) de un concepto abstracto, tanto menor será su moral de la mano de Fernández Sessarego. FERNÁNDEZ SESSAREGO,
contenido de sentido. Un sistema jurídico construido en base a tales Carlos, “Naturaleza Tridimensional de la Persona Jurídica con espe-
abstracciones requiere que los conceptos que se puedan derivar de cial referencia al derecho peruano”, en: Derecho PUCP. Revista de la
cada una de esas abstracciones sean solo dos, que estén entre sí en Facultad de Derecho, Nº 52, 1990, pp. 256-261. Disponible en: https://
relación de antítesis. Por ejemplo, “algo” jurídicamente relevante o es dialnet.unirioja.es/servlet/revista?codigo=22765. [Consultado el
un “sujeto” o es un “objeto”, una “cosa” es “mueble” o “inmueble”, una 02-01-2020].
“persona” es “física” o “moral”. Bajo esta forma de pensar, una asocia- 38. Enseña Fernandez Sessarego, op. cit., que los antecedentes del
ción de personas puede ser considerada como una “unidad” (persona derecho romano son escasos hasta que el canonista Sinibaldo dei
jurídica) o como una pluralidad (“simple asociación”). El proceso de Fieschi (quien luego sería el Papa Inocencio IV, 1243-1254) formulara
abstracción, con su consecuente “depuración” de la realidad, se advier- la teoría de la “persona ficta”. Afirma que los glosadores no manejaban
te claramente en el concepto de “persona”. La construcción de estas el concepto de persona jurídica. Para ellos la universitas no era sino un
categorías abstractas, que a mayor nivel abstracción tienen menor conjunto de personas. Sobre esta base surge la teoría de Sinibaldo dei
denotación, permite unificar el tratamiento de fenómenos de diferen- Fieschi en la cual se considera que la persona jurídica es una ficción,
te índole. Ahora bien, si bien las categorías simplifican y clarifican el preparando de este modo el camino para los posteriores desarrollos
sistema normativo, no expresan (y es tarea ineludible tener en claro) de Savigniy. Dei Fieschi distinguió la persona que podía ser pasible
cuáles son los principios, valores e intereses que justifican la decisión de excomunión e interdicción, de otro sujeto al que se le reconocían
normativa de equiparar, por simplificación, esas realidades fenomeno- derechos y obligaciones pero que, al carecer de alma y cuerpo, no era
lógicamente diferenciadas. Para esta cuestión, he seguido a LARENZ, pasible de recibir tales sanciones. A estas las consideró personas fic-
Karl, Metodología de la Ciencia del Derecho, Ariel, Barcelona, 2001. tas. Según Fernández Ruiz, op. cit., cinco siglos después, dentro del

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si bien “la idea primitiva y natural de persona coincide de organización”.40 Por ende, Ferrara no considera que
con la de individuo”,39 existen otros entes que por medio existan objeciones técnico-jurídicas para reconocerle
de una ficción adquieren esa calidad: personalidad a entes no humanos. Pero entiende que
debe cumplirse una condición: que la atribución del
La capacidad jurídica fue demostrada por no- carácter de persona a entes no humanos se ajuste a la fi-
sotros como coincidente con el concepto de nalidad del derecho de realizar los intereses humanos
hombre singular. Nosotros la consideramos (sociales, económicos, religiosos, etcétera).
ahora como extendida a sujetos artificiales, Será Hans Kelsen quien exprese la teoría forma-
creados por una simple ficción. Tal sujeto es lista de la persona en su máximo rigor. La persona será
llamado por nosotros persona jurídica, es decir una pura abstracción, un “centro ideal de imputación de
persona que es solamente admitida para una fi- normas”. La persona física y la persona jurídica o colec-
nalidad jurídica. En ésta encontramos un nuevo tiva presentan idéntica estructura formal: la personifica-
sujeto de relaciones de derecho además del ción de un conjunto de normas jurídicas, de obligaciones
hombre singular. y autorizaciones. Son “una expresión unitaria personifi-
cadora para un haz de deberes y facultades jurídicas, es
En el siglo XX el jurista italiano Francesco Ferrara decir, para un complejo de normas”. Aunque Kelsen reco-
partirá de la distinción entre ser humano y la categoría noce que las conductas humanas integran el contenido
jurídica de persona efectuada por Savigny. Los concep- de las estructuras formales normativas, el ser humano es
tos no se superponen. La personalidad jurídica, con- un ente metajurídico.
cepto de mayor amplitud, puede atribuirse a cualquier Dada esa evolución, no sorprende que la Resolu-
ente no humano: “la personalidad es un producto del ción del Parlamento Europeo, del 16 de febrero de 2017
ordenamiento jurídico, y surge por el reconocimiento –con recomendaciones destinadas a la Comisión sobre
del derecho objetivo”. Agrega que “antes de una organi- normas de derecho civil sobre robótica– considere la
zación estatal el hombre no es persona” y que “formado atribución de personalidad jurídica a determinado tipos
un ordenamiento jurídico, la historia demuestra que de robots. Así, entre sus recomendaciones menciona:
por largo tiempo ha existido una clase de hombres a los
que se les negaba la calidad de sujetos de derecho como Se trata de crear a largo plazo una personalidad
es el caso de los esclavos” y que “la personalidad podía jurídica específica para los robots, de forma que
también perderse como consecuencia de una condena como mínimo los robots autónomos más com-
penal (muerte civil) o por la asunción de un cierto estado plejos puedan ser considerados personas elec-
religioso (vida monacal)”. trónicas responsables de reparar los daños que
La personalidad jurídica es para Francesco Ferrara puedan causar, y posiblemente aplicar la per-
una forma jurídica, “un modo de regulación, un proce- sonalidad electrónica a aquellos supuestos en
dimiento de unificación, la forma legal que del derecho los que los robots tomen decisiones autónomas
objetivo reciben ciertos fenómenos de asociación y inteligentes o interactúen con terceros de forma
independiente (Rec. Nº 59 - f). / La posibilidad
de otorgar personalidad jurídica a los robots
paradigma del derecho natural racional moderno, Hugo Grocio des- debe responder a un ajustado planteamiento.
tacó que, aun cuando un hombre no pueda tener sino un solo cuerpo Bajo esa órbita, dimensionarlo acabadamente
natural, puede convertirse en cabeza de varios cuerpos morales o es estimarlo en función de los fines que a través
comunidades. La idea será continuada por Samuel Pufendorf para
referirse a las personas morales o compuestas, como aquellas que de ese abordaje se persiguen. Desde luego que
resultan de la unión de varios individuos alrededor de una idea y una no se puede considerar al robot como agente
voluntad común.
39. SOLDEVILLA, Carlos, “Persona jurídica”, en Enciclopedia Jurídica
Española, Francisco Seix, Barcelona, t. XXIV, 1910, p. 704; citado por 40. FERRARA, Francisco, Teoría de las personas jurídicas; como se citó
FERNÁNDEZ RUIZ, op.cit. en FERNÁNDEZ SESSARIEGO, op. cit.

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moral. / Sin embargo, es posible que el derecho en su condición “personas no humanas”.44 Luego de
utilice conceptos a fines de instrumentalizar pronunciado el fallo referido a la orangutana Sandra, el
formal y convenientemente la realidad jurídica. diario español El País, en la sección “Ciencia” publicó que:
En tal sentido, debe pensarse en un régimen es-
pecial relativo a robots autónomos inteligentes (...) los animales están volviendo a los tribunales
que de aquella forma puedan llegar a interac- en circunstancias muy diferentes, aunque con
tuar con terceros. / Una categorización orde- un objetivo similar: ser tratados como personas.
nadora puede partir por diferenciar persona Varias asociaciones están abriendo causas en
electrónica, persona humana y persona ju- Estados Unidos y América Latina en las que re-
rídica. / Obviamente son tres realidades total- claman que los grandes simios reciban el título
mente distintas. Sin perjuicio de ello el derecho de “personas no humanas”. Una jueza de Buenos
se sirve de esa categorización a los efectos de Aires acaba de reconocer ese estatuto a una
alcanzar sus fines”.41 orangutana llamada Sandra, recluida en un zoo.
La semana pasada se presentó en Nueva York
Por último, reciente legislación y jurisprudencia de un caso de habeas corpus a favor del chimpan-
algunos países ha calificado a los animales como “perso- cé Tommy. Son procesos que buscan abrir una
nas no humanas”, “seres vivos dotados de sensibilidad”, o nueva era en los derechos de los animales. /
“seres sensibles”,42 distinguiéndolos de las “cosas” (entre “Persona no humana” puede parecer un con-
las que tradicionalmente eran incorporados en la legis- cepto extraño, o incluso disparatado, pero la
lación de cuño romanista).. clave es que busca considerar a algunos ani-
En Argentina, el Código Civil y Comercial de 2014 no males como sujetos, no solo como objetos de
incorporó la consideración de los animales como sujetos derechos. La sentencia argentina mantiene que
de derecho.43 No obstante ese posicionamiento legislati- Sandra es “un sujeto no humano titular de dere-
vo, se han dictado fallos que calificaron a una orangutana chos fundamentales” y que “como un sujeto, su
y a una chimpancé como sujetos de derechos iure propio, cautiverio y exhibición viola los derechos que
ella titulariza, aunque se le alimente y no sea
41. Véase VALENTE, Luis Alberto, “La persona electrónica” [en tratada con crueldad”. El abogado estadouni-
línea], en: Revista Anales de la Facultad de Ciencias Jurídicas y So- dense Steven M. Wise, presidente del Nonhu-
ciales, Universidad Nacional de La Plata (UNLP), Año 16, Nº 49, 2019
(anual). Disponible en: https://doi.org/10.24215/25916386e001 el man Rights Project, la organización pionera en
20/06/2020. [Consultada el 24-04-2019]. este tipo de procesos, explica: “Ser una persona
42. Según expone Ballester Bidau: “El código civil alemán, en su pa- no humana representa que tienes derechos.
rágrafo 90, dispone: ‘Los animales no son cosas. Serán tutelados por
leyes especiales (...)’. / En México, en el art. 4 inc. 1) de la Ley de Pro- Existe una división jurídica fundamental entre
tección a los animales del Distrito Federal, se define a los mismos,
sean domésticos o de vida silvestre, como seres sensibles. (...) / A 44. No es objeto de este trabajo considerar, en particular, la situación
fines de 2017, el Congreso español, por unanimidad, dictó una ley para de algunos seres o elementos, sino la naturaleza como una unidad.
que los animales dejen de ser considerados cosas y, en cambio, sean Solo recordaré que en Argentina la Cámara Federal de Casación Pe-
reconocidos jurídicamente como seres vivos dotados de sensibilidad. nal del 18 de Diciembre de 2014, en la causa “Orangutana Sandra
/ La Ley Nº 2015-177, del 16 de febrero de 2015, por la que se modi- s/ Habeas corpus” –instado por la Asociación de Funcionarios y
fica el Código Civil francés, define a los animales como ‘seres vivos Abogados por el Derecho de los Animales (Afada)– dejó sin efecto el
dotados de sensibilidad’, lo que marca una evolución de la legislación rechazo del habeas corpus pronunciado en primera instancia y confir-
francesa”. BALLESTER BIDAU, Fernando, “Los animales son sujetos de mado por la cámara de apelaciones. El tribunal de casación sostuvo:
derechos no humanos: panorama legislativo y jurisprudencial”, Dia- “A partir de una interpretación jurídica dinámica y no estática, menes-
rio DPI, Suplemento “Personas No Humanas”, Nro. 17, 10-09-2019. ter es reconocer al animal el carácter de sujeto de derechos, pues los
Disponible en: https://dpicuantico.com/category/suplemento/perso- sujetos no humanos (animales) son titulares de derechos, por lo que
nas-no-humanas/. [Consultado el 18-02-2019]. se impone su protección en el ámbito competencial correspondiente”.
43. El artículo 227 expresa: “Son cosas muebles las que puedan Una explicación de la situación de los animales ante el derecho penal
transportarse de un lugar a otro, sea moviéndose por sí mismas, sea puede consultarse en: ZAFFARONI, Eugenio Raúl, La Pachamama y el
que solo se muevan por una fuerza externa, con excepción de las que Humano, Ediciones Madres de Plaza de Mayo, Ciudad Autónoma de
sean accesorias a los inmuebles.”. Buenos Aires, 2011.

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cosas y personas: nuestro objetivo es derribar griego no hay propiamente lugar para la noción
el muro que deja a los animales del lado de las de sujeto en la medida en que la subjetividad es
cosas, tienen que conseguir ser considerados “lo otro” que la naturaleza, ya que comporta in-
personas y estar protegidos”. Wise ha llevado terioridad, reflexión, conciencia, autonomía y
el caso de Tommy y de otros tres chimpan- libertad. La naturaleza es lo exterior frente a lo
cés en EE.UU. (...) / El español Pedro Pozas, del interior, lo objetivo frente a lo subjetivo. De ahí
proyecto Gran Simio, señala que actualmente que el pensamiento griego sea finalmente ca-
hay causas abiertas en Argentina, en nombre racterizado como naturalismo objetivista frente
de una chimpancé llamada Cecilia, un recurso al espiritualismo subjetivista que se atribuye en
pendiente en México para que un orangután exclusiva al cristianismo y a la modernidad.
llamado Totó sea llevado a un centro de prima-
tes y otro en Chile. (...) / Los defensores de estas Así expone, sintéticamente Tomás Calvo la imposibi-
causas no buscan establecer una equiparación lidad de la categoría del “sujeto” en el pensamiento griego.46
entre seres humanos y otras especies; sino que La aparición de esta noción es hija de la Edad
los animales sean titulares de derechos, al igual Moderna. Para que ello fuera posible, el hombre debió es-
que pueda serlo una empresa. (...) [S]eñala Fede- cindirse de la naturaleza, la “sustancia” devenir en “sujeto”.
rico Bogdanowicz, director ejecutivo del Ins- Y esa transformación radical no ocurrirá sino hasta el
tituto Jane Goodall en España. “Ni siquiera la siglo XVI, con el surgimiento de las filosofías del cogito.47
organización más radical sostiene que sean la Herrera Ospina e Insuasty Rodríguez reseñan ese
misma especie que nosotros. Está claro que no desarrollo del siguiente modo:
lo somos, pero también está claro que no son
cosas”.(...) / Incluso algunos defensores de los Antiguamente, los griegos habían descrito,
animales consideran que es una figura jurídi- muy acertadamente, la naturaleza política del
ca discutible. “Simpatizo con la idea, pero no hombre y la había integrado al ideal cultural de
estoy totalmente de acuerdo con ella”, explica su sociedad. Aristóteles llamó al hombre zoon
el naturalista Carl Safina, (...) “Hablar de per- politicon lo que significó un ser social con natu-
sonas no humanas los compara con nosotros raleza política, o sea, nacido para formar asocia-
y nunca serán nosotros, tienen que ser ellos. ciones, sociedades, ciudades (polis: de donde se
Deben tener derecho a existir como poblacio- deriva la palabra política), la naturaleza allí era
nes en libertad, con suficiente espacio, viables entendida como kosmos que traduciría “orden”.
y conectadas y en cautividad deben ser tratados / La Edad Media, desde el ideal feudocristiano
correctamente...”45 concibió al hombre como un ser en relación con
Dios (creado a su imagen y semejanza), ya que
se consideraba ens creatum (ente creado). Allí la
IV. La naturaleza como objeto a explotar naturaleza o la tierra (junto con todos los demás
seres vivos), era considerada creación divina
pero con una característica especial: creatura
La cultura y la filosofía griegas están dominadas inferior al hombre y por ende manipulable. El
por la perspectiva de la naturaleza, de la physis: hombre está por encima de la creación y por
el hombre griego se concibe a sí mismo como
un ser natural, y por tanto, en el pensamiento 46. CALVO, Tomás, “El sujeto en el pensamiento griego”, en: SANFÉLIX
VIDARTE, Vicente (ed.), Las identidades del sujeto, Editorial Pre-textos,
Valencia, 1997, pp. 59-72.
45. “La orangutana Sandra y otras ‘personas no humanas’”, El 47. Una exposición que reseña esta cuestión puede verse en ROBINET,
País, disponible en: https://elpais.com/elpais/2015/12/17/ciencia/ André, El pensamiento europeo de Descartes a Kant, Fondo de Cultura
1450369696_771294.html?prm=. [Consultado el 26-09-2016]. Económica, México D.F., 1984 (citada agregada para v.2).

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ARTÍCULOS

ende, es el amo absoluto del cosmos. A propósi- (de “italianidad”)], ius civitatis [derecho de ciu-
to, la concepción medieval acerca del universo dadanía], ius actoris [derecho del demandan-
concebía a la tierra como centro del universo y te], ius venditorios [derecho del vendedor], etc.
a su vez, al hombre como centro de la creación. Observemos aquí cuánta amplitud sabe des-
/ La Edad Moderna, concibió al hombre como plegar el derecho romano en la ejecución de
un sujeto pensante y lo elevó, posteriormente a este programa; con qué finura distingue entre
la categoría de “yo absoluto” desde las reflexio- las diversas condiciones de las personas; que
nes filosóficas de Kant (1787) y Hegel (1807). vigorosos contrastes pone entre las cosas
De nuevo la naturaleza fue puesta al servicio humanas o religiosas, públicas o privadas,
del hombre y esta vez bajo el dominio intelec- entre tales fundos africanos o tal o cual tierra
tual del hombre que la concibió en términos romana. Hoy, esta variedad se ha perdido.
geométrico- matemáticos; y por ende, también El derecho romano debe gran parte de su
manipulable en cuanto que la naturaleza nos re- riqueza a esa voluntad de atribuir, en función
velaba sus misterios que fueron aprovechados de un orden social preestablecido por la na-
para extraer sus bienes y recursos en beneficio turaleza, las condiciones que le son propias,
del desarrollo tecno científico. / Además de las tanto a las personas como a las cosas. // 3.
figuras filosóficas ya mencionadas habría que Ahora bien, es el momento de observar que
mencionar a Baruch de Spinoza y Leibniz (siglo una concepción semejante de la justicia (o del
XVII), entre otros. Es de anotar que es imposi- arte del derecho) está en total desacuerdo con
ble aseverar que estos filósofos hayan pensado las ideas modernas.50
radicalmente que la naturaleza debía ser so-
metida a la explotación exacerbada hasta sus La noción moderna del derecho que se atribuye
últimas consecuencias, es más bien, la interpre- a las personas, el ius, se aleja de la concepción romana
tación que de ellos hicieron algunos otros para de los diversos ius.51 Sin compartir la reificación del
fines distintos al ideal filosófico.48 orden social que postula Villey como propio del derecho
romano (o de su interpretación del sistema del derecho
En su desarrollo, el discurso de la modernidad vacía romano), el autor nos muestra que en Roma se atribuían
de contenido a la naturaleza “para quedar reducida a ese derechos (ius) a seres no humanos para proteger o pre-
lugar de donde se sacaban los ‘recursos’, se transforma servar ciertos valores, bienes o intereses que la sociedad
en mero objeto, para crear realidades artificiales para el consideraba relevantes.
desarrollo tecno científico de la industria y de las socie- Cabe entonces preguntarnos: ¿es posible ahora,
dades en general”.49 después de cinco o seis siglos, volver a atribuir dere-
En esa transformación se perdió la forma en que la chos a la naturaleza, ya no en el sentido estatutario del
ciencia romana del derecho adjudicaba ventajas y des- ius romano sino en el de poder o facultad de actuar, tener
ventajas a cada ser, animado o inanimado. Según Michel o gozar que caracteriza al ius moderno?52 ¿Y que esos
Villey el ius:
50. VILLEY, Michel, Estudios en torno a la noción de derecho subjetivo,
Ediciones Universitarias de Valparaíso, Santiago de Chile, 1976, pp.
[N]os parece que busca describir, no derechos, 65-66, 248.
sino estatutos. Estatutos de las cosas o esta- 51. “Pero ¿qué mejor ejemplo podríamos aportar del cambio de sen-
tutos de las personas: ius fundi [derecho de la tido de la palabra ius? De estatuto, condición completa de cada cosa
en el interior del orden total, ha pasado a tener, a principios de la Épo-
finca], ius praediorum [derecho de los predios ca Moderna o a fines de la Edad Media, el sentido de facultad activa
= servidumbres], ius italicum [derecho itálico perteneciente a un individuo. Paralelamente con este término técnico
fundamental, toda la ciencia del derecho ha cambiado de objeto y de
principio inspirador”, ibíd., p. 70.
48. HERRERA OSPINA e INSUASTY RODRIGUEZ, op. cit. 52. “Mientras que en numerosos tratados sobre los sentidos de
49. Ibíd. la palabra ius contenidos en el Digesto (De iustitia et iure) o en

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derechos sean producto de un contrato en el que ella naturaleza mejor protegida si estuviese perso-
participe?53 nificada y representada por unos organismos
Horacio Corti explica que: legalmente instituidos, que si fuera dejada en
su estatus de cosa, pero de cosa protegida por
En la tradición cultural occidental el concep- un estatuto particular, también por hipótesis de
to de persona es una categoría jurídica: que origen legal?” (ibid, p. 88).54
algo cuente como persona o cosa es una dis-
tinción jurídica, más allá del eventual uso de
esos términos en la vida cotidiana. El derecho V. De Artemisa al río Whanganui, o la personifi-
parece haber seguido un camino análogo al de cación de la naturaleza
la ciencia para establecer sus propios criterios
de objetivación e individuación; también sus
propias relaciones y clasificaciones. Habría un La reconstrucción del sujeto de los derechos permite
aspecto teórico en el derecho, en la medida en pensar el problema trasladando los temas que según
que una teoría implica una ontología precisa y Recaséns Siches55 no han sido delimitados adecuada-
explicitada, que contrasta con la mayor indeter- mente para su debido tratamiento en relación a la cate-
minación del lenguaje conceptual que opera en goría persona, y son aquellos que tienen que ver con las
nuestra vida cotidiana. [...] Determinar si dos en- respuestas a cuatro preguntas: “qué es persona / sujeto
tidades son la misma dependerá del marco de para el derecho; quiénes son los entes sobre los que recae la
referencia, de la forma de individualizar las en- calificación de persona / sujeto; cuál es la naturaleza o el
tidades y de agrupar en ciertas clases. ser del ente al cual el derecho denomina persona / sujeto,
y a quiénes el derecho debería conceder la calificación de
Y haciendo mención a un trabajo de Yan Thomas persona / sujeto”. Es esta pregunta la que atraviesa como
–sobre el que volveré–, ejemplifica con las categorías una “marca de agua” estas páginas.
de sujeto y objeto, y precisamente formula la siguiente En el contexto de la profunda crisis que la aparición
cuestión: del COVID-19 sometió a la casi totalidad de los Estados,
se han formulado preguntas que pueden enlazarse a
El debate sobre el estatus jurídico de la natura- las que en 2019 dieron motivo a que comenzara esta in-
leza es aquí pertinente: “Los objetos pasan de un vestigación y que también advierten sobre la incierta
lugar jurídico a otro –por ejemplo se propone inminencia de la hora final: “¿Es posible que el ecosis-
que la naturaleza pase del estatus de objeto a tema de la Tierra sea un gigantesco ser vivo?”56 y “¿No
sujeto– y por estos traslados (...) el mapa del será tiempo –para que haya algún tiempo posible– de la
derecho se vuelve a componer y se formulan
nuevas preguntas” (Thomas, 1999, p. 91), ante
54. CORTI, Horacio, “Normas y aparatos conceptuales: dos aspec-
lo cual Thomas plantea sus dudas: “¿estaría la tos del derecho (a partir de la lectura de una frase de Alchourrón y
Bulygin)” [en línea], en: Isonomía, Nº 45, octubre de 2016, pp. 159-160,
141-188. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/pdf/is/n45/1405-
las glosas y en las sumas de la Edad Media, no se hace ninguna 0218-is-45-00141.pdf. [Consultado el 28-06-2020].
mención al sentido subjetivo, Gerson definió el ius como ‘facultad’, 55. RECASÉNS SICHES, Luis, Tratado General de Filosofía del Derecho,
un ‘poder’ atribuido al individuo; Gassendi, como una ‘facultad de Editorial Porrúa, 21º edición, México D.F., 2013, p. 259 y ss. 717.
actuar, de tener o de gozar de una cosa’. Y esta definición fue rápida- 56. MARKUS, Gabriel, “El virus, el sistema letal y algunas pistas para
mente recibida en las obras de los juristas, en Grotius, Pufendorf o después de la pandemia”, en: AGAMBEN, Giorgio, et al., Sopa de Wuhan
Thomasius (...)”; ibíd., p. 68. [en línea], editorial ASPO (Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio),
53. “Sir Henry Sumner Maine, en un libro célebre, interpretaba incluso pp. 131, 188. Disponible en: https://www.elextremosur.com/files/
toda la historia del derecho en Occidente como el pasaje del estatuto content/23/23684/sopa-de-wuhan.pdf. [Consultado el 01-04-2020].
al contrato en tanto que forma tópica del vínculo de derecho”, SUPIOT, El autor agrega de inmediato otra pregunta: “¿Es el coronavirus una
Alain, Homo Juridicus. Ensayo sobre la función antropológica del Dere- respuesta inmune del planeta a la insolencia del ser humano, que des-
cho, Siglo XXI Editores, Buenos Aires, p.122. truye infinitos seres vivos por codicia?”.

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ARTÍCULOS

invención de otras relaciones con lo vivo, las cuales agu- siglo XX y de la economía china en la anterior y en la
jereen la crisis eco-biológica desatada?”.57 actual centuria.60
Se asiste a planteos que responden a un nuevo pa-
radigma en la consideración de la naturaleza, que es En 2017, múltiples reclamos y declaraciones de
aceptada como una realidad viva. Existe una equidad todo el mundo legal parecían indicar un punto
biótica que niega una jerarquía entre los seres vivos, de inflexión en la aceptación global de un estado
ya que políticamente considerado solo existe un sujeto: legal nuevo y en evolución para la naturaleza.
la naturaleza.58 59 Ya sea un litigio en los Estados Unidos, la India y
La conversión de la naturaleza en sujeto, y la atri- Colombia, o una legislación que emana de Nueva
bución de derechos iure propio, se dirigen a mutar el Zelanda y Australia, la ley parece estar lidiando
carácter de objeto, mercancía o fuente de mercancías, con un nuevo orden normativo en relación con
que permitió su degradación (y la nuestra) tanto en los el estado legal de la naturaleza. Sin embargo, este
países de economía capitalista como en aquellos que cambio ha tardado en llegar, al menos cuarenta y
hicieron la experiencia de la economía soviética en el cinco años desde que Christopher Stone preguntó
“si los árboles deberían tener una posición legal”.61

Los profesores australianos Cristy Clark, Nia


57. YAÑEZ GONZÁLEZ, Gustavo, “Fragilidad y tiranía (humana) en Emmanouil, John Page y Alessandro Pelizzon en re-
tiempos de pandemia. Sopa de Wuhan”, en: AGAMBEN, Giorgio, et al., cientes reflexiones señalan, con acierto, que “[r]econo-
Sopa de Wuhan [en línea], editorial ASPO (Aislamiento Social Preven-
tivo y Obligatorio), p. 43. Disponible en: https://www.elextremosur. cer a la naturaleza como sujeto con derechos constituye
com/files/content/23/23684/sopa-de-wuhan.pdf. [Consultado el una ruptura de la lógica de la acumulación del capital
01-04-2020].
58. Se aproxima al planteo de lo que se conociera como “ecología
profunda”. Las siguientes afirmaciones brindan unas pistas sobre los 60. “Si bien el capitalismo ha sido la expresión más plena de la socie-
ejes de esa corriente: “La ecología profunda en su sentido académi- dad de crecimiento sin fin y guerra contra las condiciones que hacen
co estrecho se basa en dos fundamentos: una axiología (el estudio posible la vida, no agota este modelo civilizatorio. Como lo demostró
de los criterios de los sistemas de valores en ética) del ‘igualitarismo la experiencia soviética el siglo pasado, una sociedad sin propiedad
biocéntrico’ y una ontología (el estudio de la existencia) del holismo privada puede ser tan desarrollista, productivista y depredadora
metafísico (...) que afirma que la biosfera no consiste en entidades como el capitalismo. En este nuevo tiempo histórico, ni los retos que
discretas, sino individuos relacionados internamente que forman un confrontamos son los mismos del siglo pasado, ni las herramientas
todo ontológicamente ininterrumpido. Ambos principios tienen sus teórico conceptuales pueden ser las mismas. El reconocimiento de
raíces en una epistemología intuitiva que recuerda los criterios ‘cla- los límites del planeta nos impone nuevas exigencias epistemológi-
ros y distintos’ de Descartes: una vez que los comprende, su verdad cas: no podemos pensar a la ‘sociedad’ como algo separado de la
está fuera de toda duda. El primer principio, el igualitarismo biocén- ‘naturaleza’, ni aceptar las pretensiones de la economía de hacer caso
trico –conocido también por otras frases que combinan biocéntrico, omiso de las dimensiones necesaria e inevitablemente materiales de
bioesférico y ecológico con igualdad e igualitarismo (Naess, 1973, p. la producción”. LANDER, Edgardo, “Los límites del planeta y la crisis ci-
95; Devall y Sessions, 1985, pp. 67-69)– sostiene que la biota tiene vilizatoria. Ámbitos y sujetos de las resistencias” [en línea], disponible
igual valor intrínseco valor; niega la valoración diferencial de orga- en: https://www.tni.org/es/publicacion/los-limites-del-planeta-y-la-cri-
nismos. En palabras de Naess ‘el derecho igual a vivir y florecer es sis-civilizatoria. [Consultado el 12-03-2020]. En sentido semejante,
un axioma de valor intuitivamente claro y obvio’”./ “El igualitarismo Eugenio R. Zaffaroni señala: “El deterioro planetario no puede dete-
biocéntrico apunta directamente a este objetivo. Al negar a los hu- nerse si no es mediante un fuerte replanteo civilizatorio que va más
manos una consideración moral especial, la ecología Profunda no es allá del capitalismo, porque tampoco el marxismo tradicional aportó
solo no antropocéntrica, sino anti-antropocéntrica” (Watson, 1983)/ soluciones, nunca se planteó la cuestión y en los casos en que operó
“Al reconocer el valor intrínseco de otros seres vivos, uno reconoce como ideología institucionalizada lo hizo con idéntica irresponsabili-
la solidaridad de todas las formas de vida”. Fragmentos extractados dad respecto de la naturaleza. Desde el punto de vista de la naturaleza
de Encyclopedia of Environmental Ethics and Philosophy (2nd) [en lí- como sujeto de derechos, ambos compartieron el mismo paradigma
nea]; voz: Deep Ecology, pp. 206-207. Disponible en: http://www.uky. civilizatorio”. ZAFFARONI, op. cit., p. 138.
edu/OtherOrgs/AppalFor/Readings/240%20-%20Reading%20%20 61. Traducción a mi cargo del texto Can You Hear the Rivers Sing?
Deep%20 Ecology.pdf. [Consultado el 29-4-2020] (traducción propia). Legal Personhood, Ontology, and the Nitty-Gritty of Governance, Eco-
59. Zaffaroni pretende encontrar una diferencia entre los planteos logy Law Quarterly, Vol. 45:787 [en línea]. Disponible en: https://www.
de la ecología ambientalista, que no reconoce el carácter de per- academia.edu/38969421/Can_you_hear_the_rivers_sing_Legal_per-
sona a la naturaleza, y los de la ecología profunda, que sí lo hace. sonhood_ontology_and_the_nitty_gritty_of_governance. [Consultado
ZAFFARONI, op. cit., p. 69. el 26-03-2020]. Cursivas agregadas en la traducción.

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y de la hegemonía ideológica de este que acentuó lo aplicar e interpretar estos derechos se observa-
privado y lo individual por sobre la vida misma”62 y rán los principios establecidos en la Constitu-
que el telón de fondo sobre el que nacen “los derechos ción, en lo que proceda. El Estado incentivará
de la naturaleza es, en gran medida, la emergencia pla- a las personas naturales y jurídicas, y a los co-
netaria frente a la destrucción de ecosistemas enteros. lectivos, para que protejan la naturaleza, y pro-
Emergencia que es el resultado de visiones y prácticas moverá el respeto a todos los elementos que
que consideran a la naturaleza fuente inagotable de ri- forman un ecosistema.
quezas o depósito de desechos”.63 Art. 72.- La naturaleza tiene derecho a la restau-
La necesidad de subordinar los objetivos económicos ración. Esta restauración será independiente de
a las leyes de los sistemas naturales exige un cambio filosó- la obligación que tienen el Estado y las personas
fico y jurídico radical. Y ese cambio fue logrado al plasmar naturales o jurídicas de indemnizar a los indivi-
esa nueva forma (que es la vez tan antigua para varias civi- duos y colectivos que dependan de los sistemas
lizaciones) de concebir la relación entre el ser humano y la naturales afectados. En los casos de impacto
naturaleza como un lazo comunitario en la carta constitu- ambiental grave o permanente, incluidos los
cional de un Estado nacional: la Constitución de Ecuador ocasionados por la explotación de los recursos
del año 2008. Fue el primer país en el mundo en establecer naturales no renovables, el Estado establecerá
a la naturaleza como sujeto de derecho, preservando así la los mecanismos más eficaces para alcanzar la
conservación y regeneración de sus ciclos vitales, estruc- restauración, y adoptará las medidas adecuadas
turas, funciones y de sus procesos evolutivos.64 para eliminar o mitigar las consecuencias am-
En su Preámbulo, la carta proclama “(...) una nueva bientales nocivas.
forma de convivencia ciudadana, en diversidad y
armonía con la naturaleza para alcanzar el Buen Vivir, el A partir de esa formulación fundamental queda im-
Sumak Kawsay”. Se reconocen “los derechos de la Madre puesto a los gobernantes, a los actores económicos y a
Tierra” y se legitima a todo habitante, comunidad o pobla- los pueblos que “los objetivos económicos deben estar
ción a actuar en defensa de sus derechos. El Derecho de subordinados a las leyes de funcionamiento de los siste-
la naturaleza, asume la jerarquía de norma fundamental, mas naturales, sin perder de vista el respeto a la dignidad
que en el capítulo séptimo de la Constitución establece: humana y la mejora de la calidad de vida de las perso-
nas, esto sin duda significa un cambio filosófico radi-
Art. 71.- La naturaleza o Pacha Mama, donde se cal”.65 En ese sentido, se ha agregado que “si queremos
reproduce y realiza la vida, tiene derecho a que que la capacidad de absorción y resiliencia de la Tierra
se respete integralmente su existencia y el man- no colapse, debemos dejar de ver a la naturaleza como
tenimiento y regeneración de sus ciclos vitales, una simple condición para el crecimiento económico o
estructura, funciones y procesos evolutivos. como un objeto de las políticas de desarrollo. Y por cierto
Toda persona, comunidad, pueblo o nacionali- debemos aceptar que lo humano se realiza como parte
dad podrá exigir a la autoridad pública el cum- integrante de la naturaleza, sin pretender dominarla,
plimiento de los derechos de la naturaleza. Para menos aún destruirla”.66
En un reciente trabajo de Cristy Clark, Nia
62. Ibíd. Emmanouil, John Page y Alessandro Pelizzon, pro-
63. MARTÍNEZ, E., La naturaleza con derechos. De la filosofía a la polí- fesores de la Southern Cross University de Australia,
tica, Universidad Politécnica Salesiana, Ecuador, 2011, p. 7, como se poéticamente titulado “Can You Hear the Rivers Sing?
citó en RONCAL VATTUONE, op. cit.
64. Para una mayor información sobre las razones más profundas Legal Personhood, Ontology, and the NittyGritty of
de esta modificación constitucional puede consultarse el artículo de
FUENTES SÁENZ DE VITERI, Mauro Leonel, “Breve repaso de los funda- 65. HERRERA OSPINA e INSUASTY RODRIGUEZ, op. cit.
mentos filosóficos y jurídicos de los derechos de la naturaleza en el 66. ACOSTA, A., “La naturaleza con derechos. Una propuesta de cam-
Ecuador”, en: Revista Jurídica de la Universidad de Palermo, Año 16, bio civilizatorio”, FLACSO, Ecuador, 2011, como se citó en en RONCAL
Nº 1, mayo de 2018, pp. 99-111. VATTUONE, op. cit.

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ARTÍCULOS

Governance”.67 los autores explican que la inclusión Los profesores australianos van a centrar su examen
de la naturaleza en el ámbito de los asuntos legales fue en cinco casos relacionados con cinco ríos (Vilcabamba
recogida por varias jurisdicciones en Estados Unidos en Ecuador, Whanganui en Nueva Zelanda, Atrato en
desde los inicios del siglo XXI. El Fondo de Defensa Colombia; Ganges y Yamuna en India, Colorado en
Legal Ambiental Comunitaria en Estados Unidos Estados Unidos y Yarra en Australia), comenzando con
comenzó a incluir los ecosistemas locales como sujetos dos preguntas básicas: ¿quién es el río? y ¿quién habla en
legales dentro de las ordenanzas municipales ya en 2006. su nombre?.
Además de la ya mencionada Constitución de Ecuador, Dichas nociones fundamentales –las de personali-
en Bolivia se dieron pasos importantes en el proceso de dad jurídica y representación– requieren un salto cuali-
reconocimiento de derechos de la naturaleza. Si bien en tativo en relación a nuestras concepciones tradicionales.
su Constitución es considerada bajo la mirada de los de- Los sujetos y los objetos de las relaciones jurídicas no se
rechos del ser humano a un ambiente sustentable, con confunden en la ortodoxia jurídica. Por eso las pregun-
posterioridad fueron proclamadas las leyes de la Madre tas ¿quién es el río?, ¿quién la montaña?, ¿quién el glaciar?
Tierra en 2010 y 2011, con las que se creó una institución exigen modificar la base hermenéutica.
que pudiera hablar en representación de la Pachamama: También en Nueva Zelanda la jurisprudencia re-
la Defensoría de la Madre Tierra. ciente comienza a admitir otras visiones a la par de
Más recientemente, Nueva Zelanda reconoció la las tradiciones jurídicas antropocéntricas. Admitien-
personalidad jurídica a dos áreas geográficas distin- do la cosmología maorí que considera a la naturaleza
tas: el bosque Te Urewera en 2014 y el río Whanganui como antepasado, un río y lo que fue un Parque Nacio-
en 2017, y que en 2019 se encontraba considerando nal han recibido personalidad jurídica, con guardianes
otorgar el mismo reconocimiento a una montaña, el humanos designados para proteger sus intereses. La
Monte Taranaki. adopción de la visión indígena de la naturaleza como
Los autores agregan que además del plano legis- “parentesco”, en lugar de simplemente como un recurso,
lativo, existe un grupo de casos judiciales que obtuvo permite que la naturaleza sea concebida como algo más
sentencias favorables en jurisdicciones de diversos que propiedad y esclavizada a las necesidades y deseos
sistemas jurídicos (derecho legislado y common law) de humanos. Sin embargo, estas decisiones no fueron di-
todo el mundo, “lo que hace evidente que la aparición de señadas para otorgar derechos a la naturaleza o para
una jurisprudencia ecológica no es un evento aislado”, defender las teorías de los ambientalistas sobre la per-
y que ella asume el desafío ontológico a una visión an- sonalidad jurídica de la naturaleza. Fueron concebidos
tropocéntrica que identificaba a los seres humanos como respuesta a los derechos humanos de los indíge-
como la medida y el fin de toda la existencia. Se afirma, nas maoríes de Nueva Zelanda. El reconocimiento legal
además, que “[u]na de las reacciones más interesantes a de la cosmología tribal maorí, incluida la personalidad
este sentido de urgencia ambiental ha sido, como este de la naturaleza como sus antepasados, fue, por lo tanto,
artículo establece al principio, el surgimiento de una una forma de reconocer y devolver el control tradicional
jurisprudencia ecológica en las últimas dos décadas. La sobre estos aspectos a los maoríes. No obstante, la atribu-
naturaleza como sujeto legal ha sido vista como una narrati- ción de la personalidad jurídica para el río Whanganui y
va legal poderosa para contrarrestar el miedo al colapso cul- Te Urewera permite reconocer derechos de la naturale-
tural y ambiental.”68 za. “Esta combinación de legislar formalmente por una
característica natural como persona jurídica y defender
sus intereses por sí misma sugiere a todos, no solo a sus
67. “¿Puedes escuchar los ríos cantar? Persona jurídica, onto- descendientes maoríes, que es más que un recurso dis-
logía y el meollo de la Governanza”. Disponible en: https://www. puesto para ser explotado”.69
academia.edu/38969421/Can_you_hear_the_rivers_sing_Legal_per-
sonhood_ontology_and_the_nitty_gritty_of_governance. [Consultado
el 27-04-2020]. 69. IORNS MAGALLANES, Catherine J., “Nature as an Ancestor: Two
68. Traducción propia. El resaltado me pertenece. Examples of Legal Personality for Nature in New Zealand”, VertigO - la

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De nuevo en América, la Corte Constitucional de de la asignación de roles puramente nominales y forma-


Colombia se ha sumado a los tribunales que reconocen a les que la ley necesariamente preservaba “para construir
la naturaleza como sujeto de derechos. Así, en la sentencia la gramática de su sistema normativo”. Antes que una on-
T-622 de 2016 ese tribunal constitucional afirmó: “La justi- tología, lo que es esencial para esta ley es su “técnica”, su
cia con la naturaleza debe ser aplicada más allá del esce- caracterización como un modo peculiar de invención e
nario humano y debe permitir que la naturaleza pueda ser intervención en el mundo a partir de las normas. “La ley
sujeto de derechos. Bajo esta comprensión es que la Sala romana de las personas era inseparable de un arte jurídi-
considera necesario dar un paso adelante en la jurispru- co, un ars iuris incrustado en las tecnologías y ficciones
dencia hacia la protección constitucional de una de nues- del derecho desarrolladas en gran medida por el trabajo
tras fuentes de biodiversidad más importantes...”.70 de los juristas”. Para Mussawir y Parsley, “los romanos
Desde otra perspectiva, Edward Mussawir y Connal pudieron vincular con éxito el concepto de la persona a
Parsley (profesores de la Griffith University, Australia, y un esquema claramente jurídico en el que cumplía un
de la Kent University, Inglaterra, respectivamente) han propósito transaccional pragmático. Es una solución, en
efectuado un aporte interesante en el examen de la per- otras palabras, a un conjunto de problemas jurispruden-
sonalidad jurídica.71 Los autores afirman que la doctrina ciales más circunspectos, en gran parte relacionados con
moderna sobre la personalidad jurídica está “esclavizada la gestión de bienes y herencias”.
por una imagen naturalizada del ser humano que res-
tringe sus propias operaciones potenciales”. Mussawir
y Parsley buscan inspiración en el “arte jurídico” del VI. Balance provisional
derecho romano en el que la persona jurídica no era sim-
plemente una entidad, un individuo preexistente, un De lo que he expresado en los párrafos anteriores
tema que la ley simplemente reconoce, una totalidad en puedo postular ciertas pautas para ir acercándome a una
sí misma con tal o cual condición o atributo que la califi- propuesta conclusiva:
ca o la duplica, sino más bien “una operación legal dis-
tinta con una función jurídica definida”. Entonces, “[l] (I) El pacto social, ficción fundamental de nuestra
as personas jurídicas en la jurisprudencia romana, por lo teoría política democrática, excluyó la protec-
tanto, no estaban contaminadas por las nociones de iden- ción de la naturaleza dado que fue el constructo
tidad humana o de ser humano problematizadas, sino para salir de ella;
que eran, en esencia, esquemas jurídicos más crudos que (II) El constitucionalismo, cuando considera a la
a menudo cumplían ‘propósitos transaccionales pragmá- naturaleza, lo hace desde una perspectiva an-
ticos’”. Agregan los autores que “enfrentarse con los restos tropocéntrica, que subordina a todos las otras
de la jurisprudencia romana es presentar una concepción especies y seres;
de la persona mucho más funcional y circunscrita que la (III) La reformulación del contrato social mediante
que podríamos esperar encontrar en los orígenes de un la incorporación de la naturaleza como parte
concepto que, desde entonces, ha adquirido dimensiones contratante exige una modificación en la pers-
de gran alcance teológico, político y filosófico”. Se trataba pectiva de constitución de una de las categorías
básicas del derecho: el sujeto de derecho o la
revue électronique en sciences de l’environnement [en ligne], Hors-sé- persona;
rie 22, septembre 2015. Disponible en: http://journals.openedition.org/ (IV) Existen estudios que demuestran que en el
vertigo/16199; DOI: https://doi.org/10.4000/vertigo.16199. [Consulta- derecho romano, de donde proviene, la perso-
do el 01-05-2020].
70. Este criterio fue seguido también por la Corte Suprema de Justi- nalidad jurídica carecía de una subjetividad
cia de Colombia en la sentencia STC4360-2018. trascendente, resultando un procedimiento
71. MUSSAWIR, Edward y PARSLEY, Connal, “The law of persons today: para permitir la configuración de relaciones
at the margins of jurisprudence” [en línea], en: Law and Humanities,
11:1, 44-63, 2017, disponible en: http://dx.doi.org/10.1080/17521483. entre determinados núcleos o centros de inte-
2017.1320041 (traducción propia). reses, fueran o no humanos;

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ARTÍCULOS

(V) En la actualidad se propone aplicar la técnica extinguen o están en peligro de hacerlo. Y nuevas enfer-
de “personificar” entes no humanos, incluyen- medades afectan al ser humano. Se destruyen, paulatina-
do a robots; mente, ecosistemas. ¿Podemos escuchar? La naturaleza
(VI) La consideración de la naturaleza con un sujeto clama, expresa sus agravios.
de y con derechos no es extraña a culturas de Pero ¿en qué lenguaje se escribirá el Contrato natural?
América y Oceanía, y El lenguaje constitucional requiere escribas que re-
(VII) El sistema jurídico de algunos países (Ecuador, presenten a los participantes. La Constitución argentina
Colombia, Bolivia, Nueva Zelanda, Australia, lo dice con claridad: “El pueblo no delibera ni gobier-
India) ha incorporado instrumentos normati- na, sino por medio de sus representantes y autoridades
vos generales o particulares (constitución, ley, creadas por esta Constitución”.73 El pueblo entonces ya
acuerdos, sentencias) en los que se reconoce ha resuelto quien será su vicario.
o concede el carácter de sujeto de derecho a la Pero, ¿quién hablará por la naturaleza? Habrá que
naturaleza en general o algún elemento (río, generar instituciones que la representen, formadas por
bosque, montaña) y tutelan sus derechos. especialistas de distintas ciencias que puedan compren-
der su lenguaje y traducirlo en pretensiones jurídicas
Considero que hay suficientes elementos para que expresen su derecho a no ser dañada, a verse prote-
presentar con firmeza la exigencia de sentar a la mesa gida por el alterum non laedere, frente a otros actores que,
de negociaciones de la subsistencia de las especies (la necesariamente, pretenderán tomar algo de ella.
biodiversidad nos incluye) a la naturaleza, pues, como Y así como el Defensor del Pueblo puede actuar
también recuerda el Papa Francisco: cuando son afectados los intereses y derechos del co-
lectivo que representa, la Defensoría de la Madre Tierra
“Laudato si’, mi’ Signore” – “Alabado seas, mi de la Constitución de Montecristi pueda ser un ejemplo
Señor”, cantaba san Francisco de Asís. En ese para configurar un vicario de la naturaleza, a condición
hermoso cántico nos recordaba que nuestra de que no se concentre exclusivamente en esa institu-
casa común es también como una hermana, ción la atribución de actuar en su defensa, para evitar
con la cual compartimos la existencia, y como que la captación política o económica de quien ejerza la
una madre bella que nos acoge entre sus brazos: representación desvirtúe la misión encomendada.
“Alabado seas, mi Señor, por la hermana nuestra El historiador israelí Harari describe magnífica-
madre tierra, la cual nos sustenta, y gobierna y mente la paradoja: “Así, desde la revolución cognitiva,
produce diversos frutos con coloridas flores y los sapiens han vivido en una realidad dual. Por un lado,
hierba (Cántico de las criaturas: Fonti Francescane la realidad objetiva de los ríos, los árboles y los leones; y
(FF) 263)”. Esta hermana clama por el daño que le por el otro, la realidad imaginada de los dioses, las nacio-
provocamos a causa del uso irresponsable y del nes y las corporaciones. A medida que pasaba el tiempo,
abuso de los bienes que Dios ha puesto en ella.72 la realidad imaginada se hizo cada vez más poderosa,
de modo que en la actualidad la supervivencia de
ríos, árboles y leones depende de la gracia de en-
VII. El lenguaje de la naturaleza tidades imaginadas tales como dioses, naciones y
corporaciones”.74
Aumenta el nivel del mar, se producen olas de calor,
tormentas devastadoras, sequías prolongadas, desapare-
cen glaciares. Hay especies vegetales y animales que se VIII. Otras funciones para el derecho administrativo

72. Carta Encíclica Laudato si’ del Papa Francisco sobre el cuidado de
la casa común [en línea], Disponible en: http://www.vatican.va/content/ 73. Artículo 22, primera disposición.
francesco/es/encyclicals/documents/papa-francesco_20150524_ 74. HARARI, Yival Noah, De animales a dioses: Breve historia de la hu-
enciclica-laudato-si.html. [Consultada el 11-04-2020]. manidad, Debate, Buenos Aires, 2017, p. 46 (negritas agregadas).

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Si admitimos la necesidad de reformular el pacto su prestación) y democrático de derecho hacia la “pre-


fundacional, si el contrato natural modifica las bases del vención’ y, por tanto, la garantía de la seguridad (‘prä-
constitucionalismo y el derecho asume como misión ga- ventionsstaat’), entre cuyas causas destaca la progresiva
rantizar las condiciones de supervivencia de la especie centralidad del riesgo –a escala, local, nacional, regional
humana, ello nos obliga a reconsiderar la misión del y mundial– en la vida social”.
derecho administrativo. El derecho administrativo hoy tiene que orientarse
No podremos contentarnos con ese derecho admi- a la consideración, regulación, gestión y control de los
nistrativo del que hablaba García de Enterría, creado riesgos; debe colaborar con las personas y con la admi-
para enarbolar derechos de libertad contra el Estado. Ese nistración (cuya finalidad es armonizar determinados
derecho administrativo tiene que ser repensado. Sin des- ámbitos de la actividad social y económica para que el
cuidar la clásica idea de su función de limitar al poder ser humano pueda interactuar con grados creciente de
(no hay que olvidarla) deben agregarse otras. dignidad) mediante el diseño de instituciones y normas
Tampoco deben abandonarse las funciones admi- que permitan mantener razonablemente equilibrados
nistrativas vinculadas directamente con la atención los ámbitos sociales de cuya gestión se encarga al Estado.
y satisfacción de los derechos económicos y sociales, De tal manera la regulación y la gestión administra-
sobre todo ante las gravísimas condiciones en que se tiva deben sujetar los objetivos económicos de las corpo-
encuentran millones de seres humanos empobrecidos raciones a las leyes de funcionamiento de los sistemas
–antes–, pauperizados –ahora–, como consecuencia de naturales y propender a la mejora de la calidad de vida
las restricciones económicas impuestas para prevenir la de las personas, que es el compromiso propio del Estado
extensión de la pandemia del COVID-19. social de derecho.77 Debe incorporarse un nuevo sentido
Pero resulta ineludible que esas, y todas las funcio- regulatorio atravesado por concepto de “sustentabilidad”
nes administrativas, den una mirada profunda al pro- en sus múltiples dimensiones, como bien lo expresan
cedimiento de actuación y lo reformulen sobre nuevas Freitas y García,78 que incorpore otros ejes axiológicos
bases. El cambio se impone como ya lo viene señalando a la dinámica del Estado, permitiendo así dinamizar su
la doctrina especializada.75 acción para curar las llagas que la sobreexplotación de la
El catedrático español Parejo Alfonso76 advierte el naturaleza y de los seres humanos quedó autorizada por
“desplazamiento del centro de gravedad del Estado social el código genético del constitucionalismo liberal.
(sea prestador de bienes y servicios, sea mero garante de

75. BARNES, Javier, “Introducción: reforma e innovación del procedi-


miento administrativo”, en: BARNES, Javier (ed.), La transformación del
procedimiento administrativo, Global Law Press – Editorial Derecho
Global, Sevilla, 2008, pp. 15 -69. También, desde una perspectiva sisté-
mica, REYNA, Justo J., Derecho Administrativo Multidimensional: Redes
interadministrativas para la tutela especial de derechos fundamenta-
les. Disponible en: https://bibliotecavirtual.unl.edu.ar:8443/bitstream/
handle/11185/513/Tesis.pdf?sequence=1&isAllowed=y. Y sobre la
necesidad de reconfigurar el procedimiento para poder dar respues- 77. SAID, José Luis, “Anotaciones sobre el interés público en el Estado
ta a los derechos de incidencia colectiva, GARCÍA PULLES, Fernando, Social de Derecho. A la memoria del Profesor José Luis Meilán Gil”,
“El impacto de la aparición de los derechos de incidencia colectiva en: Revista Argentina del Régimen de la Administración Pública (Rap),
y de los procesos colectivos sobre el procedimiento administrativo”, Nº 487, Buenos Aires, 2019.
en: XXXVI Jornadas Nacionales de Derecho Administrativo (organiza- 78. FREITAS, Juarez y GARCÍA, Julio César, “Evolução conceitual do
das por la Asociación Argentina de Derecho Administrativo, octubre princípio da sustentabilidade”, en: GIAPPICHELLI, G. (editor), Rivis-
de 2010, Puerto Madryn, Chubut), Revista Rap, Nº 396, Ediciones Rap, ta Quadrimestrale di Diritto dell’ Ambiente – Saggi, Nº 3, 2016, pp.
Buenos Aires, 2011. 99/118. Disponible en: http://www.rqda.eu/juarez-freitas-julio-ce-
76. PAREJO ALFONSO, Luciano, “La deriva de las relaciones entre los sar-garcia-evolucao-conceitual-do-principio-da-sustentabilidade/.
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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Complejo de viviendas urbanas.

PÁGINA 52 / NOVIEMBRE 2021 Foto / Gentileza: Peter Bauza


ARTÍCULOS

Grégoire Leray

L’immeuble urbain et l’environnement


La edificación urbana y el medio ambiente

Grégoire Leray Donné environnemental, construit juridique. Il


Profesor de derecho privado, Université
y a longtemps que le droit de propriété est dans l’arène
Côte d’Azur, CERDP.
de disputes doctrinales1. L’essor du droit de l’environne-
ment apporte une vigueur renouvelée à cette tendance.
Né d’une succession de déclarations et de conven-
tions internationales2, le droit de l’environnement
connaît aujourd’hui une force normative inédite dédiée à
la protection du vivant, et à la lutte contre les nuisances.
Mais le droit de l’environnement n’est pas que cela. Il est,
sans doute d’avantage, un catalyseur, le visage juridique
d’un nouveau phénomène social qui imprègne le droit.
Impossible dès lors, pour ceux qui entendent appréhen-
der le phénomène, de se passer d’un travail d’analyse
des conséquences de l’immixtion de l’environnement
dans toutes les branches du droit. La doctrine s’y attèle,
mais le travail est encore long, et mérite des efforts

1. Le domaine, présenté comme un élément de structure du Code civil


par Portalis (...) a fait l’objet de critiques célèbres et encore pleines
d’actualité (v. not. Josserand, De l’esprit des droits et de leur relativité,
2e éd., 1939, Dalloz, nos 237, 305 s. ; L. DUGUIT, Les transformations
générales du droit privé depuis le Code Napoléon, F. Alcan, Paris 1912,
206 p., spéc. p. 166).
2. Et même bien avant (v. E. NAIM-GESBERT, « Voir les choses à leur vrai
début : de l’histoire en droit de l’environnement », RJE 2019/1 (Vol. 44),
p. 5 et s.).

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

considérables afin d’identifier les points de blocage3. Les central du droit des biens10. L’article 518 du Code civil
publicistes ont la primeur de cet effort, suivi désormais précise qu’il s’agit d’un bien qui, par essence, ne peut être
par les civilistes4. Ainsi, l’influence de l’environnement déplacé. On y perçoit classiquement le sol et ce qui s’y
sur le contrat commence à être perçue5, tout comme en incorpore. Cette représentation de l’immeuble conduit à
matière de responsabilité civile6. La même étude est en voir en lui le bien inamovible, contrairement au meuble
cours à propos du droit de propriété7, et de l’immeuble qui peut se mouvoir ou être mû11. Ainsi, l’immeuble pri-
lui-même8. mordial, serait, pour Demolombe12 le fonds de terre, seul
Perception juridique de l’immeuble. L’immeuble objet véritablement inamovible. Cette perception n’est
est une catégorie juridique abstraite, éminemment at- pourtant plus celle retenue par la doctrine majoritaire,
tachée au droit continental9, qui en droit, contrairement car elle résiste mal à l’étude de la réalité de la dimen-
au sens commun, voit ses lisières mal cernées. En tant sion physique de l’immeuble. Le fonds de terre, censé
qu’expression juridique du sol, l’immeuble est un objet être immobile peut en effet être creusé et excavé. Dès
lors, sa substance n’est pas par nature immobile13. Pour
Savatier, le critère de l’immobilité doit être appréhen-
3. Ceux-ci sont nombreux. En droit des biens, on évoquera ici briève- dé « par rapport au globe terrestre » et non à l’immeuble
ment une affaire qui illustre le sujet : un propriétaire avait creusé une lui-même14. Pour le Professeur Libchaber, il doit être vu
mare sur son terrain. Sur celle-ci s’étaient installées des grenouilles,
dont les chants vigoureux déplaisaient au voisin. Il parvint à convaincre non comme une surface physique, mais comme une
les juges qu’il y avait là un trouble anormal dont la cessation ne pouvait « portion idéale », ou une « découpe abstraite de l’écorce
être obtenue qu’en comblant la mare. Le juge l’ordonna (Cass. Civ. 2e, terrestre  »15. Voilà l’immeuble primordial, dont découle
14 déc. 2017, nº16-22.509, D. 2018. 995, note G. LERAY ; AJDI 2018. 142
; L. NEYRET, N. REBOUL-MAUPIN, D. 2018. 1772). Mais à aucun moment la classification du droit des biens. Les ouvrages qui
de la procédure, l’existence d’espèces protégées sur le site n’avait été trouvent appui sur cet immeuble le deviennent à leur
portée à la connaissance des magistrats. Or, combler la mare revenait tour16. Bâti ou non, cet immeuble, dès qu’il est situé en
à la destruction d’habitats naturels, soit à la commission d’une infrac-
tion pénale (art. L. 415-3 1º c) C. env.). La décision des juges plaçait ville, connaît une situation juridique bien différente de
le propriétaire de la mare face à l’insoluble alternative suivante : soit il celui qui est situé en dehors.
exécutait la décision de justice, et risquait une condamnation pénale, L’immeuble, socle de la protection de l’envi-
soit il ne le faisait pas, et devait s’affranchir du paiement d’une lourde
astreinte journalière ! ronnement. Le lien entre la protection de la nature et
4. Encore qu’il faille peut-être relativiser la distinction en cette matière. l’immeuble, ainsi perçu n’est plus à démontrer. Pour
V. A. VAN LANG, « La doctrine environnementaliste doit-elle inévitable- protéger la nature, le droit de l’environnement multiplie
ment s’inscrire dans la summa divisio  ?  », RJ Envir. 2016/HS16 (nº
spécial), p. 60 et s. les contraintes sur l’usage de l’immeuble. En effet, pour
5. V. MONTEILLET, La contractualisation du droit de l’environnement,
th. MONTPELLIER, (dir.), Dalloz, Nouvelle Bibliothèque de Thèses, 2017 ;
P. LECQUET, L’ordre public environnemental et le contrat de droit privé, 10. A.-M. PATAULT, «  Regard historique sur l’évolution du droit des
th. Paris-Saclay, M. Malaurie-Vignal, F. PASQUALINI (dir.), LGDJ 2019 (à biens. Histoire de l’immeuble corporel », in L’évolution contemporaine
paraître). du droit des biens,3es journées R. Savatier, 1990 PUF, 1991, p. 4.
6. L. NEYRET, G. J. MARTIN, Nomenclature des préjudices environne- 11. La définition proposée ici n’est pas très éloignée de celle du droit
mentaux, LGDJ, 2012. romain, qui voyait dans l’immeuble le sol et tout ce qui y est arraché
7. V. not. M. DEFFAIRI, La patrimonialisation du droit de l’environne- (Gauis, 2, 204, cité par P. Ourliac, J. DE MALAFOSSE, Histoire du Droit
ment, th. Paris 1, M. Deguergue (dir.) IRJS, 2013 ; L. MILLET, Contribution privé, t. 2, Les biens, PUF, 2e éd. 1971, p. 23).
à l’étude des fonctions sociale et écologique du droit de propriété  : 12. C. DEMOLOMBE, Cours de code Napoléon, t. 10, Paris, Auguste Du-
enquête sur le caractère sacré de ce droit énoncé dans la Déclaration rand, Hachette et Cie, 3e éd. 1866, p. 42.
des droits de l’homme et du citoyen du 26 août 1789, th. Paris 1, F.-G. 13. V. Sur ce thème : S. VANUXEM, « Les choses saisies par la propriété.
Trébulle (dir.), 2015  ; F.-G. TREBULLE, «  Droit communautaire de l’en- De la chose-objet aux choses-milieux », RIEJ, 2010/1, vol. 64, p. 138.
vironnement  : vers une consécration de l’analyse fonctionnelle de la 14. R. SAVATIER, « Vers de nouveaux aspects de la conception et de la
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8. G. LERAY, L’immeuble et la protection de la nature, th. Paris 1, F. -G. 15. R. LIBCHABER, « Les biens », in Rép. Civ. Dalloz, mai 2016 (actuali-
TREBULLE (dir.), LGDJ 2019. sation sept 2019), p. 19 §91
9. La notion ne peut qu’être mal traduite en anglais, sous les vocables 16. V. pour une présentation plus approfondie de la notion : Ch. ALBI-
d’« immovable property », ou de « real estate property ». GES, Ch. HUGON (dir.), Immeuble et droit privé, Lamy 2012, 270 p.

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ARTÍCULOS

protéger les espèces vivantes, le droit s’arroge la maîtrise un état suffisant pour qu’il assure sa fonction de protec-
des espaces, de leurs habitats, bref, de leur lieu de vie. tion. Le second domaine de l’immeuble est le domaine
Plusieurs travaux ont cherché à identifier l’influence de individuel. Il symbolise la part de l’immeuble dont
cette multiplication de contraintes environnementales l’usage est laissé au propriétaire ou à l’usager, à charge
sur l’immeuble lui-même, qui n’est plus pensé seule- pour lui de ne pas altérer le domaine commun. Cette dis-
ment comme la chose du propriétaire17. tinction, on la perçoit par analogie avec la situation de
Friction des fonctions de l’immeuble. Or, de l’accu- l’usufruitier, qui ne peut user de la chose qu’à la condi-
mulation des limites sur l’usage de l’immeuble au nom tion d’en conserver la substance. La théorie fonctionne
de la protection de l’environnement émerge un constat ; bien si l’on observe l’immeuble extra urbain.
le droit assigne à l’immeuble une fonction de protection L’immeuble urbain et l’environnement. Toutefois,
de l’environnement. Partant, tous les droits qui se rap- le domaine commun dont serait pourvu l’immeuble
portent à lui doivent respecter cette fonction, et leurs ti- est difficile à identifier en ville. Est-ce à dire qu’en ville,
tulaires ne doivent pas freiner ou empêcher la poursuite l’immeuble est tout entier abandonné à l’intérêt indivi-
de cet objectif. En empruntant le vocabulaire du droit duel19, sans égard pour le domaine commun ? En effet,
de l’urbanisme, on doit remarquer que cette fonction est au rebours des zones naturelles, construire, ou exercer
perceptible en zone naturelle. Là-bas, pour peu, en outre, une activité en ville, se semble pas de prime abord en-
que l’immeuble soit inclut dans une zone particulière de traîner une perte de biodiversité, qui est moins présente
protection, l’immeuble est tout entier dédié à la nature. zone urbaine. Pourtant, à considérer les choses avec
L’utilité prégnante de cet immeuble étant de servir de davantage d’attention, il est sans doute envisageable de
sous-jacent à la nature, sa fonction environnementale découvrir des traces de la fonction environnementale
joue alors à plein. Cette fonction, on la retrouve de plus de l’immeuble dans l’immeuble urbain. A dire vrai, on
en plus clairement dans les zones A, avec l’ouverture, serait bien en peine de rechercher à identifier un droit
lente, mais déterminante, du droit rural à l’environne- de l’environnement urbain en tant quel tel20. Le statut de
ment. Là, sa fonction est atténuée, car l’utilité essentielle l’immeuble en ville est en fait le produit de l’accumula-
de l’immeuble est de servir l’activité agricole. C’est sans tion de plusieurs droits dont la protection de l’environ-
doute dans les zones U que ce constat se fait le plus in- nement n’est pas la considération centrale. Il faut lire ces
certain. Ici, l’utilité principale de l’immeuble est d’abriter régimes à la recherche de l’existence d’un indice d’une
les activités humaines, et la place laissée à la nature est fonction environnementale. Le droit positif semble attri-
pauvre. Car la fonction de protection se heurte nécessai- buer à l’immeuble urbain une fonction environnemen-
rement à une autre fonction de l’immeuble  : celle d’ex- tale perceptible à trois stades.
ploitation. Or, nulle part autant qu’en ville cette seconde D’abord, le droit impose à l’immeuble un seuil de
fonction se fait sentir. protection de l’environnement (I.). Il laisse ensuite la pos-
Solution proposée. Pour résoudre cette opposi- sibilité de renforcer cette protection (II.). Enfin, plusieurs
tion entre les fonctions de l’immeuble, il a été proposé18 mécanismes de droit positif permettent d’ores et déjà la
d’envisager l’immeuble comme pourvu d’une double protection de cette fonction (III.).
nature. Il comporterait ainsi un domaine commun et un
domaine individuel. Le premier, symbolise la quote-part 19. La question est trompeuse. Elle doit être lue à la lumière du sujet :
l’environnement. Car dire que l’immeuble urbain est dédié à l’intérêt
des utilités de l’immeuble qui demeure conservée par individuel n’est que partiellement vrai. L’affirmer, ce serait méconnaitre
la communauté. Elle est le siège de la fonction d’intérêt la part importante des autres intérêts généraux en présence. On pense
général de l’immeuble. A ce titre, le domaine commun a par exemple à l’objectif imposé par le législateur à l’article 55 de la loi
SRU (Loi nº 2000-1208 du 13 déc. 2000 relative à la solidarité et au
pour objet d’assurer la sauvegarde de l’immeuble dans renouvellement urbain). Le texte impose aux communes dépassant
certains seuil de population de disposer de 25 % de logement social,
17. En plus des références précédentes à propos des études de la d’ici 2025.
propriété, on citera notamment : B. GRIMONPREZ, « La fonction environ- 20. Encore que le droit positif connaît les chartes d’écologie urbaine
nementale de la propriété », RTD civ., 2015, 539. ou des contrats de transition écologique. Il faut cependant remarquer
18. G. LERAY, L’immeuble et la protection de la nature, op. cit., passim. que celles-ci demeurent des engagements sans valeur contraignante.

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I. La fonction imposée il est un vecteur perfectible d’intégration de l’enjeu en-


vironnemental (A.). C’est, en second lieu, le rôle du droit
Complexité de l’immeuble urbain. L’une des parti- de la construction, qui permet d’affiner le rapport de l’im-
cularités de l’immeuble urbain, qui le distingue de ceux meuble à l’environnement (B.).
situés en zone naturelle ou agricole est qu’il est souvent
caractérisé par un état de complexité juridique. Il est
fréquemment l’objet de droits réels concurrents. Cette A. La fonction planifiée par le droit de l’urbanisme
complexité peut naître d’abord des superpositions de
propriétés privées et publiques sur des immeubles21. Droit de l’urbanisme et environnement urbain.
Elle peut ensuite trouver sa source dans la volonté du Désormais que le principe d’intégration a fait son œuvre,
propriétaire. Tel est le cas de la division en volume22. le droit de l’urbanisme est l’un des acteurs majeurs du
Mais cette complexité peut également être imposée destin environnemental des immeubles26. En attestent
par la loi. Tel est le cas du régime obligatoire de la loi de les articles L. 101-1 et L. 101-2 du Code de l’urbanisme,
1965 à propos de la copropriété des immeubles bâtis. Au énonçant les principes généraux du droit de la matière,
travers de l’exercice de ces droits réels, on trouvera plus et qui présentent aujourd’hui une dimension environ-
tard des traces de la fonction environnementale23. nementale remarquable. En outre, sous l’impulsion du
Maïeutique de l’immeuble et fonction environne- droit de l’Union européenne27, les documents d’urba-
mentale. Il serait toutefois vain de chercher la fonction nisme sont tributaires de la réalisation d’une évaluation
de l’immeuble urbain seulement au travers du rapport environnementale28. La tendance est également per-
de propriété qui se porte sur lui24. Les législations de ceptible dans l’énoncé même de plusieurs documents
l’aménagement et de l’urbanisme illustrent en effet les d’aménagements, qui contiennent depuis quelques
limites évoquées par les rédacteurs du Code civil à l’ar- années la mention directe du développement durable29.
ticle 544 in fine. Certains perçoivent dans ces limites la Ces contraintes se transposent à la délivrance des auto-
révélation de la fonction environnementale de la pro- risation d’urbanisme.
priété25. C’est en effet en amont à la construction, avant Par ailleurs, l’évolution de la planification issue des
qu’une activité ne soit conduite sur l’immeuble, que loi « Grenelle » et la mention dès l’article L. 110 du Code de
peut le plus efficacement être protégé l’environnement l’environnement de la nécessité de préserver les conti-
des évolutions que le propriétaire entend initier sur son nuités écologiques a entraîné le développement des
bien. Ce contrôle s’effectue par le biais de deux matières trames vertes et bleues30. Or, il est expressément prévu
complémentaires. C’est, en premier, lieu le cas du droit
de l’urbanisme, relais des orientations publique sur le
26. E. Le Cornec, La prise en compte de l’environnement par les règles
destin des immeubles. En zone urbaine comme ailleurs, locales d’urbanisme, th., Y. JEGOUZO (dir.) Paris 1, 1997. La tendance
n’est d’ailleurs pas nouvelle : v. A. H. MESNARD, « L’évolution du droit de
21. Y. GAUDEMET, « Ouvrage complexe et domanialité publique », CJEG l’environnement dans ses rapports avec le droit de l’aménagement du
2000. 101 - J.-C. CHAPUT et S. ROCHEGUDE, « La division en volumes, territoire et avec le droit de l’urbanisme », RJE. 1976. 3.
une réponse pertinente aux relations entre domaine privé et domaine 27. Directive plans et programme 2001/41 du 27 juin 2001, transpo-
public ? », JCP N 2007. 1248 sée par l’ordonnance nº 2004-489 du 3 juin 2004.
22. Le mécanisme permet, sur le fondement de l’article 552 C. civ., au 28. V. not. A. VAN LANG, «  L’évaluation environnementale des docu-
propriétaire du sol de concéder des cubes d’air, au-dessus du sol, ou ments d’urbanisme après la loi Grenelle II  : une nouvelle couche de
de terre, au-dessous. V. not. R. SAVATIER, « La propriété de l’espace », vert », RDI 2013. 138 ; V. GAUDRON, « L’évaluation environnementale des
D. 1965, p. 213 et s., spéc. p. 214 ; D. RICHARD, La propriété du sol en documents d’urbanisme français », RFDA 2008. 659.
volume, th. Paris 2, H. PERINET-MARQUET (dir.), 2015. 29. Tel est le cas des Schémas régionaux d’aménagement, de dé-
23. V. infra II. veloppement durable et d’égalité des territoire (SRADDET), ou les
24. Certains déterminants du statut de l’immeuble se trouvent tout à directives territoriales d’aménagement et de développement durable
fait en dehors du rapport de propriété. Pour une analyse de ce constat, (DTADD), ou au sein même du plan local d’urbanisme (PLU), par le biais
notamment au travers des droits d’usages, qui remplaceraient le rap- du plan d’aménagement et de développement durable (PADD).
port de propriété, v. M. DEFFAIRI, op. cit., spéc. p. 709-781. 30. Art. L. 371-1 et s. C. env. V. sur le sujet : M. BONNIN, Les corridors
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que ces trames se poursuivent en milieu urbain31. Des Toutefois en ville, le mécanisme ne présente qu’une
points de blocage demeurent bien entendu, notamment utilité très résiduelle. Dans des espaces urbains, dans
à cause d’un cohérence entre les droits parfois défail- lesquels la nature est si transformée, si expulsée qu’elle
lante. On peut citer en guise d’exemple l’article 663 du semble absente, bref là où l’artificialisation a expurgé
Code civil, qui impose l’obligation de se clore dans les les sites de leur naturalité, les outils de prévention sont
villes et les faubourgs, dressant des obstacles potentiels impuissants. Comment pourraient-ils l’être ? A quoi bon
aux connectivités imposées par le droit de l’aménage- imposer une évaluation environnementale là où déjà,
ment. Encore faut-il s’entendre sur l’intensité du texte32. l’environnement naturel n’est plus qu’atrophié  ? Pour-
En dépit de ces points de détail, cette évolution donne tant, les outils de protection de la nature sont ponctuelle-
corps partiellement à la notion de complémentarité des ment la source d’une mise en application de la doctrine
fonds développée par Malafosse33. C’est l’un des effets ERC en zone urbaine. En atteste l’application des méca-
de la prise en compte croissante de l’environnement par nismes de compensation écologique36 à l’hypothèse du
les droits fonciers. Un autre mécanisme adjoint au droit projet qui viendrait affecter l’environnement naturel en
de l’aménagement par le législateur, récemment dans sa ville, ou en zone périurbaine37. Evaluer avec la rigueur
dimension contraignante, permet d’illustrer le propos. attendue l’influence d’un plan ou d’un projet sur l’im-
Evaluation environnementale, compensation et meuble urbain mérite alors une attention tout aussi fine
immeuble urbain. Déclinant le triptyque ERC34 imposé qu’en zone rurale ou naturelle.
désormais aux articles L. 163-1 et s. C. env., certains Somme toute, portant désormais en lui la marque de
projets, frontalement nuisibles à la nature, peuvent l’environnement, le droit de l’urbanisme peut, pour peu
être autorisés à condition de comporter des mesures que les autorités qui en ont la charge au niveau local le
propres à éviter, à réduire, ou in fine à compenser les souhaitent, orienter le degré de prise en considération de
atteintes causées. En vérité, ces évaluations environ- l’environnement par l’immeuble urbain.
nementales ne jouent leur plein effet que dans, ou en
lisière, des zones couvertes par un zonage de protection
spécifique35. B. La fonction affinée par le droit de la construction

31. V. A. VAN LANG, « La protection des continuités écologiques : avan- Intérêt du droit de la construction. Lorsque
cées et limites du droit », RDI 2013. 255 ; J.-F. STRUILLOU, « L’intégration l’échelle d’observation se porte au niveau de l’immeuble
des préoccupations environnementales dans les documents de pla-
nification urbaine  », RFDA 2012. 872. L’objectif fait l’objet d’une note lui-même les traces de la prise en compte de l’environ-
technique exhaustive visant à accompagner les autorités en charge nement ne se font pas plus nombreuses. Le droit de la
de l’urbanisme : Mettre en œuvre une Trame verte et bleue en milieu construction détermine le destin de l’immeuble. Or, la
urbain, centre de ressources TVB, juin 2012.
32. L’obligation de se clore est-elle d’ordre public  ? La question est matière s’avère plus rétive que le droit de l’urbanisme à
discutée depuis l’avènement du Code civil (v. C. DEMOLOMBE, Cours de l’environnement. Elle s’en imprègne toutefois progressi-
Code civil, 2e éd., 31 vol., Paris, Durand & Pédone-Lauriel, 1860-1882, vement. Il faut dire que l’enjeu est de taille. Le secteur du
XI, nº378, p. 423-424 ; J. CARBONNIER, Droit civil, III, nº142, p. 242. 2 ).
33. Pour l’auteur, les institutions juridiques constituent un facteur bâtiment, représente à lui seul 46% de la consommation
d’inertie et ne permettent pas le fonctionnement adéquat du droit de
l’environnement. Le droit devrait prendre en considération « la complé-
mentarité des fonds et l’interdépendance des formes d’utilisation des parcs nationaux ou des réserves naturelles.
ressources naturelles » (J. de MALAFOSSE, Le droit de l’environnement, 36. V. not. La thèse de référence sur le sujet : M. LUCAS, Etude juridique
le droit à la nature, Montchrestien, 1973, 262 p., spéc. p. 5 ; V. aussi de la compensation écologique, LGDJ, 2015.
du même auteur : « La propriété gardienne de la nature », in Etudes 37. Tel était le cas des mesures de compensation prévues au titre
offertes à Jacques Flour, Défrénois 1979, p. 335 et s). de l’autorisation de défrichement imposées par l’arrêté inter-préfec-
34. Le triptyque ERC (éviter, réduire, compenser) a intégré le droit toral des préfets de la Seine Saint Denis, de Seine et Marne, de Val
français dès 1976, et se trouve consacré au niveau international et eu- d’Oise autorisant la création et l’exploitation de la ligne 17 Nord du
ropéen. Pour une présentation du mécanisme, v. G. LERAY, L’immeuble réseau de transport du Grand Paris Express (TA Montreuil, 2e ch. 15
et la protection de la nature, op. cit., spéc. nº383 et s. nov. 2019, Ass. France Nature environnement Ile de France et a ; req.
35. Tel est le cas, notamment, des zones de protection spéciale et 1902037, comm. Monteillet, G. LERAY, « Droit de l’environnement », D.
des zones spéciales de conservation du mécanisme Natura 2000, des 2020.1012).

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d’énergie en France, et 25% des émissions de gaz à effet générale. La remarque n’est pas nouvelle45, mais elle
de serre38. Face à ce constat, plusieurs réactions sont en ne trouve pas encore une réelle affirmation générale. Il
cours, sans qu’un véritable satisfecit n’en ressorte encore. s’agit d’envisager l’influence environnementale du bâti-
Performance énergétique. Il s’agit en premier lieu ment, non seulement sous l’angle de la consommation
de rechercher de la performance énergétique. Plusieurs d’énergie induite par son occupation, mais de réfléchir
interventions majeures du législateur marquent la pour- en terme de cycle de vie. Il s’agit alors d’appréhender la
suite de cet impératif39. L’objectif est connu40  : limiter place de l’environnement dans la vie du bâtiment du
dès le stade de sa conception la consommation énergé- « berceau à la tombe »46, en y intégrant notamment l’éner-
tique du bâtiment et valoriser les bâtiments à énergie gie grise des matériaux, ainsi que la gestion des déchets
positive41. L’accent était initialement mis sur la perfor- de chantier. Cette évolution est en marche dans le droit
mance énergétique des bâtiments neufs, puis il s’étend positif. En témoigne la loi économie circulaire47, qui
progressivement au domaine des immeubles exis- crée des filières de responsabilité élargie du producteur
tants42. La contrainte générée par la performance éner- (REP), soumettant ainsi au principe pollueurs-payeurs
gétique est dans l’ensemble acceptée par la profession, des acteurs du secteur du bâtiment qui n’avaient aupa-
en ce qu’elle est devenue un atout commercial, notam- ravant pas à intégrer ces impératifs dans leurs projets.
ment par le biais du recours aux labels43. Les mesures Ces exigences témoignent de la prise de conscience pro-
incitatives sont en outre nombreuses pour dépasser les gressive de la part du législateur que la seule lutte pour
objectifs légaux. Ainsi, le droit de l’urbanisme permet la consommation énergétique n’est pas suffisante. La
un bonus de constructibilité aux maîtres d’ouvrage dont doctrine remarque d’ailleurs combien l’immeuble lui-
le projet de construction est exemplaire du point de vue même peut être source de nuisance à l’environnement48,
énergétique44. et appelle une réaction du droit pour assurer la conser-
Performance environnementale. En second lieu, le vation de sa destination environnementale. Pour l’im-
droit de la construction s’ouvre à une performance plus meuble urbain, comme pour l’immeuble extra-urbain,
une approche intégrée de son impact environnemental
global doit être construite.
38. Chiffres clés du climat France, Europe et Monde, Datalab, Com- Voilà le seuil minimal de la fonction attribuée à l’im-
missariat général au développement durable, éd. 2019. meuble urbain. Elle est générale par le biais du droit de
39. On pense notamment aux Loi « Grenelle », mais aussi à la loi nº l’urbanisme, mais mal adaptée à l’immeuble urbain ; elle
2015-992 du 17 août 2015 sur la transition énergétique et la croissance
verte. Plus récemment encore, c’est le cas de la loi nº 2019-1147 du 8 est spéciale, par le biais du droit de la construction, mais
nov. 2019, relative à l’énergie et aux climat (v. not. B. MALLET-BRICOUT, ne permet, le plus souvent, de voir l’environnement que
« Le droit climatique en intentions et en action », RTD Civ. 2020 p.197). par le prisme des économies d’énergies.
40. Il est imposé par l’article L. 111-10 CCH, et opère un renvoi aux
objectifs listés par l’article L. 100-4 C. énergie.
41. V. pour des présentations récentes : D. RASANDRATANA, « Le droit 45. F.-G. TREBULLE, « L’accroissement de la prise en compte du déve-
de la construction et la réglementation thermique au secours du cli- loppement durable dans le secteur de la construction », RDI 2008, nº4.
mat, Entre bonnes intentions et difficultés d’application », RDI 2018 p. 46. V not. sur ce sujet dans le secteur du bâtiment  : F.-G TREBULLE,
580 ; B. LORMETEAU, « Une transition énergétique en construction », RDI « Évolutions du droit communautaire des déchets intéressant le sec-
2019. 425 ; v. aussi B. Le Baut-Ferrarèse, « Une nouvelle loi au soutien teur de la construction », RDI 2009 p.156.
de la transition énergétique », Dr. envir. 2019. 460, partie 1 à propos 47. Loi nº 2020-105 du 10 févr. 2020 relative à la lutte contre le gaspil-
des apports de la loi nº 2019-1147 du 8 novembre 2019 relative à lage et à l’économie circulaire. V. spéc. art. 7 et 51.
l’énergie et au climat. 48. Le Professeur Bacache constate ainsi « que l’immeuble peut être
42. B. MALLET-BRICOUT, art. préc. source de dommages à travers ses matériaux ou ses équipements ».
43. V. not. Rénovation énergétique, Bâtimétiers nº 44 - 2016, Dos- Font en outre peser un risque de dommages « les antennes relais de
sier, FFB (Fédération française du bâtiment) [En ligne] https://www. téléphonie mobile installées sur des immeubles, de ceux causés par
ffbatiment.fr/federation-francaise-du-batiment/laffb/mediatheque/ l’amiante ou le plomb ou des risques de pollutions de l’environnement
batimetiers.html?ID_ARTICLE. dues aux activités dangereuses exercées par le propriétaire ou l’exploi-
44. Art. L. 151-28, 3º C. urb. Ainsi, un dépassement des règles de tant de l’immeuble et qui se répercutent sur la santé des personnes
gabarit, pouvant aller jusqu’à 30% est offerte au projet visant une bénéficiaires de l’environnement atteint » (M. BACACHE, « L’immeuble,
consommation inférieure de 20% à celle imposée par la règlementa- source de dommages environnementaux et sanitaires », in F. LEDUC, P.
tion thermique des constructions neuves. PIERRE (dir.), L’immeuble et la responsabilité, Bruylant, p. 463).

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II. La fonction ajustée A. Immeuble urbain en copropriété et énergie


renouvelable
Copropriété et environnement. L’immeuble
urbain est fréquemment soumis au régime impératif Installation de production d’énergie et coproprié-
de la copropriété, source d’une complexité de sa situa- té. Les immeubles soumis au régime de la copropriété
tion environnementale. Objet de la loi de 1965, la copro- peuvent être, sans difficulté technique ou juridique par-
priété des immeubles bâtis n’a de prime abord d’autre ticulière, le socle d’installations de production d’énergie
intérêt que d’organiser l’impossible : concilier les inté- renouvelable50. Afin d’alimenter les parties communes,
rêts concurrents et antagonistes de propriétaires qui se l’immeuble tout entier, voire de revendre le surplus, un
partagent un immeuble bâti et ses parties communes49. copropriétaire seul, ou le syndicat des copropriétaire
L’objet est tout à fait étranger à l’environnement. Mais peut poursuivre cet objectif51. Dans tous les cas, l’équipe-
ici comme ailleurs, le travail de sape de l’environne- ment peut être installé sur une partie privative, ou une
ment se révèle ponctuellement. La démarche d’in- partie commune.
tégration de l’environnement n’est à ce stade plus Implantation sur une partie commune. Even-
impérative. Elle se fait volontaire. Le droit encourage tuellement à l’initiative d’un ou de plusieurs coproprié-
une démarche vertueuse, que les copropriétaires sont taires, le syndicat peut être amené à faire installer sur
libres d’adopter ou de négliger. les parties communes un équipement de production
Le couperet de l’assemblée générale. La confron- d’énergie renouvelable. L’implantation doit être votée
tation de l’enjeu environnemental avec la copropriété par l’assemblée générale, soulevant l’inévitable question
révèle des blocages, mais permet aussi de mettre en de la majorité requise pour que la résolution soit adoptée.
valeur des surfaces qui échappent souvent à l’atten- L’opération peut être sans doute qualifiée de travaux
tion des copropriétaires. Tel est sensiblement le cas des d’amélioration, et devrait alors nécessiter un vote à la
toits et terrasses. Or, le plus souvent, les toitures sont, majorité de l’article 2652. Toutefois, afin d’encourager
en tant que partie du gros œuvre, qualifiées de parties les pratiques vertueuses visant les travaux d’économie
communes. Toute modification de celles-ci nécessite d’énergie, c’est la majorité de l’article 2553 qui devra être
la mise en marche d’un processus formalisé par la loi atteinte54. Nonobstant cette faveur, il se peut que l’ins-
de !1965, qui rend incertain l’atteinte de l’objectif : l’adop- tallation modifie la destination de l’immeuble55, ce qui
tion d’une résolution en assemblée générale. Dans le impose un vote à l’unanimité en assemblée générale.
domaine des énergies renouvelables, le législateur,
conscient de ces difficultés, a assoupli les exigences 50. La loi de 1965 ne s’y oppose pas. Dans des droits étrangers
de majorité devant l’assemblée générale afin qu’un connaissant également le régime de la copropriété des immeubles
bâtis, un phénomène comparable peut se retrouver. V. pour le cas
projet favorable à l’environnement soit adopté plus ai- du Japon  : H. TERAO, «  La transition énergétique dans le droit de la
sément (A.). Une autre hypothèse, n’a pas encore reçu copropriété au Japon  », AJDI 2020 p. 97  ; et pour celui du Québec  :
cette faveur  ; celle du développement de l’agriculture Y. Joli-Cœur, « Le développement durable et le droit de la copropriété
québécois », Droit et Ville 2011/2 (Nº 72), p. 31 et s.
urbaine (B.). 51. S. BENILSI, « L’implantation de panneaux photovoltaïques ou d’éo-
liennes dans une copropriété », Rev. Loyers, nº928, 1er juin 2012.
52. Celle-ci nécessite que la résolution reçoive les votes de la majorité
de tous les copropriétaires présents, représentés ou absents détenant
au moins les deux tiers des voix de tous les copropriétaires.
53. Il s’agit de la majorité absolue, soit la majorité des voix de tous les
copropriétaires, qu’ils soient présents, représentés ou absents.
54. Depuis la loi nº85-1470 du 31 déc. 1985, les travaux d’économie
49. V. M. BOUDOT, « Rapports de l’individuel et du collectif dans la co- d’énergie sont soumis à la majorité de l’article 25 de la loi de 1965.
propriété du Code civil », in La copropriété à la croisée de l’entre-soi et La loi Grenelle 2 y a inclus les « travaux d’économie d’énergie ou de
de l’individualisme, Recherches sur l’intuitu personae et la privatisation réduction des émissions de gaz à effet de serre ». V. J.-M. TALAU, « La
des pratiques au sein de la copropriété des immeubles bâtis, Actes du modification de la loi nº65-557 du 10 juillet 1965 par la loi ‘Grenelle
colloque du 20 juin 2014, Université François Rabelais de Tours, AJDI, II’ », Loyers et copr. 2010, étude nº11.
2015. 247. 55. S. BENILSI, art. préc.

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Conformément à l’article 10 de la loi de 1965, le coût de chaude collective peuvent faire l’objet d’une résolution
l’installation, et les charges d’entretien et celles liées au adoptée à la majorité simple de l’article 2459. Pour cer-
fonctionnement des installations seront répartis entre taines copropriétés, un audit énergétique doit d’ailleurs
les copropriétaires en fonction de l’utilité que présente être conduit60.
l’équipement pour chaque lot de copropriété, c’est-à-dire Outre cette orientation dédiée à l’aspect énergétique
du critère dit de l’utilité objective. et thermique de la copropriété, une autre piste peut être
Implantation sur une partie privative. Le copro- suivie afin d’améliorer la fonction environnementale de
priétaire peut souhaiter implanter une installation de l’immeuble concerné.
production d’énergie renouvelable sur sa partie priva-
tive, ou sur les parties communes, en demandant au
syndicat d’y procéder. Sur son lot, le copropriétaire est B. Immeuble urbain en copropriété et agriculture
libre d’installer un panneau photovoltaïque ou des éo- urbaine
liennes56. Toutefois, cette activité ne doit pas contreve-
nir à l’article 9 de la loi de 1965 qui conditionne la liberté Intérêt de l’agriculture urbaine. Le régime de la
de jouissance à l’absence d’atteinte aux droits des autres copropriété peut en effet présenter une résistance sen-
copropriétaires ou à la destination de l’immeuble. De sible au développement de l’agriculture urbaine. L’enjeu
ce second critère, on peut craindre qu’il soit une arme n’est pas anecdotique61, car un développement cohérent
à la disposition des autres copropriétaires si d’aven- permettrait de produire 10% de la nourriture consommée
ture l’installation heurtait l’harmonie architecturale de par la ville considérée. La FAO y dédie de nombreuses ré-
l’immeuble57. flexions62, et accompagne la Pacte de politique alimen-
A l’inverse, désormais, l’assemblée peut imposer au taire urbaine signé à Milan en 2015 par plusieurs des
copropriétaire, à la majorité de l’article 25, d’installer sur plus grandes villes du monde63. Non contraignant, il n’en
son lot des travaux d’intérêt collectif, dont des installa- porte pas moins une valeur symbolique remarquable. Le
tions de production d’énergie renouvelable58. L’atteinte droit français n’est pas hostile à ces considérations64 très
aux droits du copropriétaire sur son lot est remarquable, vertueuses pour l’environnement. La particularité de
et témoigne sans doute d’un phénomène de fond tendant l’agriculture urbaine, contrairement à ses formes plus
à faciliter l’amélioration énergétique du bâtiment. classiques, est qu’elle s’établit sur des sites de natures
Travaux de rénovation énergétique. Une démarche très variées. Elle peut être exploitée sur le sol dispo-
énergétique vertueuse ne peut toutefois se contenter de nible. Toutefois, le sol libre étant une denrée rare en ville,
se concentrer uniquement sur la production de l’éner- elle peut être amenée à être installée sur toutes les sur-
gie. Elle doit se doubler d’un renforcement de l’isolation faces disponibles, y compris, on l’annonçait, les toits et
thermique du bâtiment. Prenant acte de cet impératif, le terrasses. Bien entendu, l’agriculture urbaine peut être
législateur a, dans le même esprit, assoupli les règles de
majorité. Ainsi, les travaux d’isolation thermique, ceux 59. Loi nº 2015-992 du 17 août 2015 relative à la transition énergé-
tique pour la croissance verte.
dédiés à l’installation, la régulation ou le remplacement 60. Rép. min. nº 82003 : JOAN, 14 juin 2016, p. 5494, FERON H.
de systèmes de chauffage ou de production de l’eau 61. Et très rationnel si l’on se souvient que « l’agriculture moderne est
née dans les villes » (M. AUGE-LARIBE, La révolution agricole, Albin Mi-
chel, 1955, p. 147).
56. La question de cette implantation sur une partie privative ne se 62. Ces réflexions sont regroupées au sein de l’agenda alimentaire
pose d’ailleurs sans doute que pour les copropriétés horizontales, urbain (Cadre d’action de la FAO pour l’agenda alimentaire urbain, FAO,
dans lesquelles un copropriétaire souhaiterait installer un panneau Rome, 2019). Certains rapports sont d’ailleurs dédiés à l’intégration de
photovoltaïque ou une éolienne sur son toit, alors partie privative de l’enjeu par le droit de l’urbanisme (Y. CABANES, C. MAROCHINO, « Integre-
sa maison individuelle incluse dans une telle copropriété (S. BENILSI, ting food into urban planning », FAO, UCL press, 2018).
art. préc.). 63. Pacte de politique alimentaire urbaine de Milan, cadre de suivi,
57. P. CAPOULADE, D. TOMASIN, « La copropriété », Dalloz Action, 9e éd. FAO, Rome, 2019.
2018/2019, nº422.22. 64. B. GRIMONPREZ, « Vers un concept juridique d’agriculture de proxi-
58. J.-M. ROUX, La loi « Grenelle 2 » dans la vente, le bail et la coproprié- mité », in Agriculture et ville : vers de nouvelles relations juridiques (dir.
té, Dr. & Patr. 2012, nº210, p. 44. D. ROCHARD, B. GRIMONPREZ), LGDJ, 2016, p. 185 et s.

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installée ailleurs que sur un immeuble soumis à la co- se conformer à des contraintes nombreuses, qui pour-
propriété, mais alors, elle n’appelle pas de remarque par- raient faire obstacle à la réalisation du projet. Tel est par
ticulière au regard du droit civil. Le propriétaire, en zone exemple le cas de la législation relative au contrôle des
urbaine, comme en zone agricole, peut décider, en vertu structures68, qui pourrait conditionner l’exploitation à
de l’usus que lui confère son droit, de se faire agriculteur. une autorisation préfectorale. Celle-ci est imposée no-
Encore lui faudra-t-il respecter le droit applicable à l’ac- tamment au regard des seuils de production pour les
tivité. Ce n’est toutefois pas ici l’immeuble, ni le droit s’y ateliers hors-sol et des coefficients d’équivalence relatifs
rapportant, qui soulève des difficultés65. Compte tenu du aux cultures spécialisées fixées par le schéma directeur
contexte de tension foncière qui caractérise la ville, il est régional69. La question se posera en ville, où les exploi-
fréquent que les activités agricoles viennent à s’installer tations tombent fréquemment dans le giron de cette
sur des immeubles soumis au régime impératif de la loi obligation.
de 1965. Copropriété et fonction environnementale. A droit
Copropriété et agriculture urbaine. Le dévelop- constant, la fonction environnementale de l’immeuble
pement du recours à l’agriculture urbaine se heurte à peut donc être timidement renforcée dans les im-
l’imbroglio des droits de propriétés antagonistes qui ca- meubles soumis au statut de la copropriété. Deux obsta-
ractérise l’immeuble en copropriété. Rares sont en effet cles se dressent toutefois à une prise en compte intégrée.
les règlements de copropriété à prévoir d’ores et déjà D’abord, la fonction environnementale est principale-
une destination agricole à cette partie de l’ouvrage. Dans ment envisagée par les textes sous l’angle exclusif de
la majeure partie des hypothèses, une modification du la performance énergétique du bâtiment. Ensuite parce
règlement sera nécessaire. L’agriculture étant une acti- que, contrairement à un immeuble détenu intégrale-
vité nouvelle au sein de la copropriété6, seuls, en effet, ment par un seul propriétaire, la décision de renforcer la
les immeubles ayant une destination large peuvent l’ac- fonction environnementale de l’immeuble en coproprié-
cueillir sans modification du règlement de copropriété. té doit passer par un vote de l’assemblée générale des co-
À défaut, il convient de recueillir l’accord unanime des propriétaires, dont l’issue est souvent incertaine, pour
copropriétaires66, car l’installation d’une activité agricole des motifs parfois sans prise avec la raison70.
sur le toit d’un immeuble en copropriété peut constituer
un changement de destination.
Agriculture urbaine et droit rural. Résoudre cette III. Protection de la fonction
question ne fait, au demeurant, qu’en soulever d’autres.
Comment juridiquement adapter le statut de l’exploitant Les indices d’une fonction environnementale iden-
à la situation particulière d’un terrain agricole située sur, tifiée ne sauraient seuls convaincre que le droit attri-
ou à côté d’un immeuble urbain  ? Plusieurs pistes sont bue celle-ci à l’immeuble urbain. Encore faut-il que des
explorées67, mais n’ont pas encore reçues les faveurs du voies d’actions, judiciaires ou non, permettent de dé-
législateur. Outre ces incertitudes, l’agriculture urbaine, fendre celle-ci. Aucune action idoine n’est prévue. Reste
au même titre que l’agriculture conventionnelle, doit que d’autres peuvent venir au secours de la défense de

65. Ibid. spéc. p. 11. 68. Art. L. 331-1 C. rur.


66. Toute modification de la destination, telle que prévue par l’article 69. B. GRIMONPREZ, « Vers un concept juridique d’agriculture de proxi-
9 de la loi de 1965 nécessite, pour le juge, un vote unanime des pro- mité », art. préc.
priétaires, notamment lorsqu’il s’agit d’autoriser une activité interdite 70. Pour une analyse sociologique de la prise de décision de la ré-
car contraire à la destination initialement arrêtée par le règlement de novation thermique, sans doute transposable à l’hypothèse de
copropriété (Civ. 3e 16 sept. 2003 ; nº02-16.129). l’installation d’équipements de production d’énergie, v. G. BRISEPIE-
67. D. KRAJESKI, « L’adaptation des conventions de jouissance au sta- RRE, « Comment se décide une rénovation thermique en copropriété
tut de l’immeuble  », in Agriculture et ville, op. cit.  ; C. HERMON, «  Les ? Un nouveau mode d’organisation de l’habitat comme condition de
contraintes environnementales de l’agriculture dans un contexte l’innovation énergétique », Flux 2014/2 (nº 96), p. 31. On y apprends
urbain », in Agriculture et ville op. cit. ;; H. BOSSE-PLATIERE, « Ville et agri- que c’est souvent un copropriétaire engagé, le « leader énergétique »
culture : radiographie libre des instruments du partage de l’espace », d’après l’auteur, qui rend possible la décision d’économie d’énergie en
op. cit. compensant les défaillances du syndic.

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l’environnement dans l’immeuble en ville. Tel est le cas urbain des occasions de troubles  »74. Cependant, il faut
de l’action en cessation d’un trouble de voisinage (A.), d’emblée rappeler que l’action est moins efficace lors-
mais également du droit spécial des installations clas- qu’elle est conduite en ville qu’à l’extérieur de celle-ci. A
sées pour la protection de l’environnement (B.). mesure que l’habitat se fait plus dense, que les activités
de la zone se font plus bruyantes, polluantes, irritantes,
disgracieuses ou nauséabondes, la conviction du magis-
A. La protection contre le voisinage trat sera plus difficile à emporter. C’est que l’action toute
entière est tributaire de la démonstration du caractère
Dualité de l’action en cessation d’un trouble anormal du trouble. Or, celui-ci est interprété en fonc-
anormal de voisinage. Nul doute aujourd’hui que la tion des conditions de temps et de lieu75. Telle nuisance
théorie des troubles anormaux de voisinage revête une anormale en zone périurbaine, devra être normalement
dimension environnementale71. L’influence de l’envi- supportée par celui qui s’en plaint en zone urbaine. Que
ronnement sur la notion de voisinage a été largement le trouble trouve sa source dans un milieu urbain peut
commentée72, et une lecture positiviste de la théorie des tendre à rehausser le seuil de l’anormalité. La règle n’est
troubles anormaux du voisinage conduit à y trouver un pas systématique, et elle est déclinée par les juges du
fondement d’inspiration écologique : « celui du droit des fond en fonction du cas d’espèce. Le même constat peut
individus à une certaine qualité de vie qui est repris à l’ar- être dressé de longue date à propos d’un trouble provo-
ticle 1er de la Charte de l’environnement »73. Pour autant, qué dans une zone industrielle76, ou touristique77.
l’action peut autant être utilisée pour protéger l’environ- Trouble anormal et protection de l’environne-
nement que pour en dénoncer les conséquences. Il ne ment. Ainsi en ville, les voisins d’un immeuble peuvent
faut pas s’y tromper, il y a là une synonymie regrettable ; veiller à ce que celui-ci respecte l’environnement, en
ce que l’action protège, ce n’est pas l’environnement dénonçant devant le juge les excès des activités qui y
per se, mais l’environnement subjectif du voisin, lui sont menées. La perte d’ensoleillement, question fré-
offrant un moyen de défense de la jouissance paisible quente en ville est appréciée selon une jurisprudence
et normale d’un immeuble, se dressant potentiellement quasiment constante. L’ensoleillement, ou la vue ne
contre l’environnement. peuvent pas, en ville être immuable et ne donnent pas
Trouble anormal et ville. L’action n’est pas can- naissance à un droit acquis au bénéfice des immeubles
tonnée à la ville, mais elle y trouve un terreau parti- déjà construits. L’édification de nouvelles construction,
culièrement fertile en occasions de contentieux. Le qui viendraient assombrir un fonds ne sauraient dès lors
doyen Cornu l’évoquait : « la vie contemporaine, par ses en ville être qualifiée de trouble anormal78. Voilà cepen-
grands chantiers ou ses grandes conquêtes, mais aussi, dant un exemple de défense de l’environnement sub-
les travaux terminés, par la promiscuité que resserrent jectif du voisin, sans grand effet pour l’environnement
ses grands ensembles, fait surabonder dans l’univers

74. G. CORNU, Droit civil, Introduction, les personnes, les biens : Mont-
chrestien, 7e éd., nº 1097, cité par N. Reboul-Maupin, Droit des biens :
Dalloz, 5e éd., nº359.
71. J.-P. BAUD, « Le voisin protecteur de l’environnement », RJE 1978/1, 75. V. not. Cass. 3e civ. 3 nov. 1977, D. 1978.434, note F. CABALLE-
p. 16. Les potentialités de l’action en tant qu’outil de protection de l’en- RO. Dans cet arrêt, la Cour rappelle que « les juges du fond apprécient
vironnement sont identifiées par la doctrine. V. N. REBOUL-MAUPIN, « Le souverainement en fonction des circonstances de temps et de lieu, la
droit du voisinage, instrument possible de préservation de l’environne- limite de la normalité des troubles de voisinage ».
ment », in F. ROBBE, B. Grimonprez (dir.), « Le droit des biens au service 76. Civ. 3e, 18 juil. 1972, D. 1974, Jur. P. 73, note SALLE DE LA
de la transition écologique », Dalloz Thèmes et commentaires, 2018. MARNIERRE.
72. «  L’ampleur nouvelle prise par le droit de l’environnement modi- 77. V. Civ. 2e, 6 juin 2002, nº00-17.733, RDI 2003, p. 46, note. F.-G. TRE-
fie la perception et le rôle du voisinage » ; v. Not. B. GRIMONPREZ, « Le BULLE; v. aussi : CA Caen, 10 mai 1994.
voisinage à l’aune de l’environnement », in Variations sur le thème de 78. Not. Civ. 3e, 27 févr 2020, nº 18-22558 ; Civ. 3e, 5 sept. 2012, nº11-
voisinage, J.-P. TRICOIRE (dir.), coll. PUAM, 2012, p. 143, spéc., nº 4. 21.771 et pour des décisions plus anciennes mais dont les principes
73. V. N. REBOUL-MAUPIN, « Les biens du bioacteur : quelle influence du furent précurseurs  : TGI Rennes, 13 mai 1996, RG nº95003686, CA
droit de l’environnement sur le droit des biens ? », BDEI, 2009, 19. Rennes, 25 févr. 1997, RG nº9409797.

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ARTÍCULOS

lui-même. Le magistrat, en vérité se borne à vérifier si en cessation dirigées par des riverains85. D’autres à l’in-
le trouble est conforme aux inconvénients normaux de verse, retenaient le trouble86. On avait alors pu craindre
la vie urbaine79, qui imposent que « tout propriétaire se un renversement de paradigme, conduisant le juge à
trouve généralement exposé au risque de voir des im- qualifier le trouble dès lors qu’il était impossible de rap-
meubles édifiés sur des parcelles voisines »80. Plus utile porter la preuve de l’innocuité d’une activité, en l’occur-
à la protection de l’environnement lui-même, la lutte rence des ondes provoquées par les antennes relais87.
contre le bruit est l’objet récurent de nombreuses actions On voit dans ces exemples des illustration du rôle
fondées sur un trouble anormal de voisinage en ville81. vertueux de l’action en cessation d’un trouble anormal,
Par ailleurs, de nombreuses actions avaient été in- qui peut permettre la protection de la situation environ-
tentées il y a quelques années pour dénoncer, princi- nementale de l’immeuble urbain.
palement en zone urbaine, l’implantation d’antennes Trouble anormal, adversaire de l’environnement.
de téléphonie mobile. Avant que le contentieux ne se La dimension subjective de l’environnement pris en
tarisse, notamment parce que le juge judiciaire n’a, en la considération dans le cadre de l’action en cessation
matière, qu’un rôle limité82, plusieurs décisions avaient d’un trouble anormal de voisinage entraîne cependant
été rendues. Si le juge judiciaire ne peut pas se pronon- des conséquences défavorables à l’environnement lui-
cer sur l’implantation d’une antenne relai elle-même83, même. Le fait qu’une nuisance soit provoquée par la
il demeure compétent pour connaître des litiges oppo- nature en ville rend plus aisément qualifiable son ca-
sant des opérateurs téléphoniques à des riverains, no- ractère anormal. Tel a pu être le cas, en jurisprudence,
tamment pour décider d’une éventuelle indemnisation, de la proximité d’animaux88, ou de végétaux89. Encore
voire de mesures concrètes en réponse à une action faut-il toutefois s’entendre sur la notion de ville. En effet,
fondée sur un trouble anormal de voisinage84. Rappe- dans les zones périphériques d’une ville, les choses se
lant que le trouble doit être caractérisé par un degré troublent. Il est normal d’y supporter les chants d’un
de certitude suffisant, et face aux incertitudes scienti- coq90, mais pas les déjections d’un cheval91. L’action
fiques quant à la nocuité de la proximité des antennes peut se retourner contre l’intérêt général de préserva-
relais, des juges refusaient de faire droit aux demandes tion de la nature. À cela rien d’illogique si l’on considère
la raison d’être de la théorie des troubles anormaux de
voisinage  : protéger le voisin d’une nuisance excessive
de proximité.
79. Civ. 3e, 1er févr. 2005, nº03-19664, RDI 2006 p. 45 note. F.-G.
TREBULLE. Trouble anormal et verdissement de la coproprié-
80. V. not. CA Paris, 2e ch. A, 14 mars 2000, cité par G. MEMETEAU, obs té. Surtout, l’action en cessation d’un trouble anormal
sous CA Besançon, 27 août 2002, Gaz. Pal. 2003, somm. 3749. de voisinage peut faire obstacle aux orientations ver-
81. V. par exemple pour la nuisance provoquée par une ICPE: Cass. 2e
civ., 17 juill. 1991 : Bull. civ. 1991, II, nº 234 ; JCP G 1991, IV, p. 367 ; JCP tueuses évoquées plus tôt au sein d’une copropriété. Elle
N 1991, II, p. 85 ; Gaz. Pal. 1991, 1, pan. jurispr. p. 300. Le juge judiciaire
conserve en la matière toute latitude pour exiger de l’exploitant d’une 85. TGI Avignon (1ère ch., 3e sect.), nº07/02026, 16 juin 2009, Boua-
ICPE qu’il déplace au sein de son terrain la source de la nuisance (CA louan c/ SA Bouygues Télécom. TGI Bourgoin-Jallieu, nº07/00204,
Poitiers, 18 juill. 2017, nº 17/00067). Amatucci c/ SA Bouygues Télécom, 30 juin 2006.
82. T. confl., 14 mai 2012, C3844, D. 2012, p. 1930, note. G.-J. MARTIN ; 86. CA Versailles, 4 févr. 2009, nº RG 08/08775.
v. aussi Civ. 1ère, 10 déc. 2014, nº 13-25692, LEDIU févr. 2015, nº EDUC- 87. P. JOURDAIN, RTD civ. 2009, p. 327 ; M. Boutonnet, D. 2009, Point de
315025-31502, p. 6, note E. UGO. vue, p. 499 ; RCA 2009, comm. 75, G. Courtieu ; v. aussi N. REBOUL-MAU-
83. Car cela, pour le Tribunal des conflits, constituerait «  une im- PIN et B. MALLET BRICOUT, « Droit des biens », Dalloz 2009, p. 2300.
mixtion dans l’exercice de la police spéciale dévolue aux autorités 88. C’est le cas de la présence de ruches (CA Rouen, 4  mars
publiques compétentes en la matière » (décision préc.) 1953, Gaz. Pal. 1953. 2. 92).
84. Se pose alors la question de sa marge de manœuvre pour aména- 89. La diminution de visibilité liée à la croissance de végétaux peut par
ger une activité autorisée par l’administration. V. T. confl., 23 mai 1927, exemple constituer un trouble anormal de voisinage (CA Bourges, 16
Neveux et Kohler : S. 1927, 3, jurispr. p. 94 ; G. LERAY, N. REBOUL-MAUPIN, mars 2006, nº05/01422, JCP 2006. IV. 3186).
« Compétence du juge judiciaire pour connaître des atteintes portées 90. TI Rochefort sur Mer, 5 sept. 2019, nº11-19-000233, Responsabi-
au droit de propriété par une activité régulée par l’administration », JCP lité civile et assurances, nº11, nov. 2019, obs. L. BLOCH, D. actualité, 12
G, nº 14, 2 Avril 2018, 387, note sous Civ. 1ère, 31 janv. 2018, nº 16- sept. 2019, note N. KILGUS.
28.508, P+B. 91. CA Colmar, ch. 3 a, 13 janv. 2020, nº 18/03478.

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peut en effet être une arme offerte aux justiciables exer- construction et de l’habitation permet en effet d’invoquer
çant une action guidée par le syndrome NIMBY92. un privilège de préoccupation.
Le voisin qui refuse de voir un copropriétaire, ou le
syndicat des copropriétaires installer une éolienne, ou
un panneau photovoltaïque sur leur immeuble trouvera B. La protection contre l’activité conduite sur
dans l’action en cessation d’un trouble anormal de voisi- l’immeuble
nage, sonore ou esthétique, une voie de recours de choix.
Celle-ci peut même être conduite par un copropriétaire ICPE et ville. L’immeuble lui-même, par les activi-
du même immeuble. L’article 9 de la loi de 1965 impose tés qui y sont conduites, doit pouvoir être défendu pour
en effet que la liberté de jouissance du copropriétaire sur que ses capacités environnementales soient préservées
sa partie privative, on le disait, ne porte pas atteinte aux sur le long terme. Lutter contre les répercussion des ac-
droits des autres copropriétaires. Celui qui décide, sur tivités les plus nuisibles, tel est notamment l’objet de la
son lot, d’édifier un tel équipement peut être condamné police des installations classées pour la protection de
à le retirer, et à s’acquitter du paiement de dommages et l’environnement (ICPE). Toute la matière a pour objet de
intérêts au voisin victime du trouble93. protéger des intérêts identifiés par l’article L. 511-1 du
Par ailleurs, le développement en ville de l’activité Code de l’environnement95 contre les dangers et incon-
agricole ne manquera pas de provoquer ponctuellement, vénients liés à l’activité industrielle.
ou généralement, des mouvements d’hostilité de la part Certaines ICPE sont situées en cœur de ville, d’autres,
du voisinage. Les inévitables conséquences olfactives les plus dangereuses, soumises à autorisation, et clas-
ou sonores de l’activité agricole peuvent en effet être sées à l’un des seuils Seveso, plutôt en périphérie96. Il est
confrontées à une tolérance bien moindre dans les zones en effet fréquent que l’installation d’une ICPE entraîne la
densément habitées94. On perçoit la difficulté de déve- constitution d’un glacis, inconciliable avec les centres
lopper au cœur des villes ces activités face à ces résis- villes, assuré juridiquement par plusieurs types de ser-
tances. En périphérie, à la lisière des villes, les tensions vitudes non aedificandi97.
ne sont pas en reste. Les exploitations encore en place, Remise en état et usage futur du site. L’un des
peu à peu entourées et menacées par l’extension de l’ur- enjeux essentiels du régime des ICPE est la délicate ques-
banisation peuvent toutefois se prévaloir d’un bouclier tion de la remise en état, dont les modalités décideront
contre l’action du voisin. L’article L. 112-16 du Code de la du sort de l’immeuble sous-jacent à l’activité. En impo-
sant que les arrêtés d’autorisation prévoient les condi-
tions de remise en état des lieux après la cessation de
l’activité98, le législateur cherche notamment à préserver
92. Not In My Back Yard (« pas dans mon jardin »). Parfois également
nommée NEIMBY (Not Environnement In My Back Yard, « pas d’envi-
ronnement dans mon jardin »), voy. not. A. POMADE, « NIMBY et NEIMBY : 95. Il s’agit de « la commodité du voisinage, (...) la santé, la sécurité,
regard d’un juriste sur deux syndromes atypiques », Env., nº197, janv. la salubrité publiques, (...) l’agriculture, (...) la protection de la nature,
2012, p. 11-18, NIMBY (not In My Back Yard, « pas dans mon jardin », de l’environnement et des paysages, (...) l’utilisation rationnelle de
F. Ascher, Essai sur la société contemporaine, Éditions de l’Aube, l’énergie, (...) la conservation des sites et des monuments ainsi que les
Collection « Monde en cours », 2000, p. 136, GOOMBY (Get Out Of My éléments du patrimoine archéologique ».
Back Yard, « sortez de mon jardin »), LULU (Local Unacceptable Land 96. V. M. DUMONT, «  Les villes françaises à l’épreuve des nouveaux
Use, « refus local d’utilisation des terres ») ou BANANA (Build Absolu- enjeux environnementaux », Chap. 15, in L. CAILLY, M. VANIER (dir.), La
tely Nothing Anywhere Near Anybody, « ne rien construire auprès de France, une géographie urbaine, Armand Collin, 2010, 368 p., spéc. p.
quiconque  »). Sur le sujet, voy. not. L. MILLET, Contribution à l’étude 289 et s.
des fonctions du droit de propriété (fonction sociale et fonction écolo- 97. Le préfet peut notamment délimiter un périmètre où pourront être
gique), op. cit., p. 21-22). édictée des servitudes particulières s’imposant à toutes construction
93. V. à propos de la sanction d’un trouble anormal causé par une afin de constituer ce glacis de protection (art. L. 112-1 C. urb.). Ces
exploitation des parties privatives pourtant conforme au règlement de servitudes, non indemnisées, sont parfois perçues comme le signe de
copropriété : Civ. 3e, 29 déc. 2012, nº10-28.618, Rev. Loyers 2012/926, la consécration d’un droit de nuire au profit des installations classée
nº1444, p. 180 note P. DECHELETTE-TOLOT. (M. PRIEUR, « La maîtrise de l’urbanisation autour des installations in-
94. B. GRIMONPREZ, « Vers un concept juridique d’agriculture de proxi- dustrielles », RJ envir. 1988. 281).
mité », art. préc. 98. Art. R. 181-43, 4º.

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ARTÍCULOS

l’immeuble en amont de l’exploitation des risques de Immeuble urbain et ICPE. Il n’y a pas en tant que
celle-ci. En atteste la question fondamentale de l’usage telles de précisions dans la loi à propos du statut de l’im-
futur du site. La loi impose à l’exploitant de placer son meuble urbain en matière d’ICPE. Il suit dès lors le même
site mis à l’arrêt définitif dans un usage tel qu’il ne destin que les autres, et sera l’objet, en fin d’exploita-
puisse pas porter atteinte aux intérêts mentionnés à l’ar- tion, d’une remise en état sans ambition pour l’environ-
ticle L. 511-1 du Code de l’environnement99. Toutefois, nement per se. Toutefois deux particularités de fait, lié
le Conseil d’Etat a précisé que la réhabilitation du site au contexte de tension foncière des villes doivent être
doit permettre non seulement de protéger ces intérêts, soulignées.
mais encore, « au surplus, de prendre en compte l’usage D’abord, la situation des ICPE exploitées dans des
ultérieur du site »100. C’est que l’enjeux des sites pollués centres-villes, ou à proximité immédiate de ceux-ci
ne réside pas tant dans la présence de la pollution elle- entraîne fréquemment pour l’immeuble une situation
même, mais plutôt dans le risque que celle-ci peut faire plus favorable. Lors de la remise en état, la réhabilita-
naître. Or, ce risque sera évalué à la lumière de l’usage tion du site sera souvent envisagée pour accueillir des
auquel sera affecté le terrain. Plus celui-ci sera sensible, usages biens différents à celui qui s’achève. Le contexte
plus les mesures de réhabilitation seront contraignantes. urbain de rareté du foncier entraîne bien souvent des
Pour identifier cet usage, la loi prévoit un méca- changements de destination du site qui nécessiteront
nisme en plusieurs temps. En principe101, désormais, une dépollution plus ambitieuse que celle qui aurait été
l’arrêté préfectoral d’autorisation ou d’enregistrement imposée afin, simplement, de permettre sur le site un
fixe l’état dans lequel devra être remis le site lors de usage comparable à la dernière période d’exploitation105.
l’arrêt définitif de l’installation. A défaut, les modalités Ensuite, le contexte urbain est marqué par la recon-
de remise en état doivent être issues d’un accord entre versions des friches industrielles. La tendance permet,
l’exploitant, le maire et le propriétaire. Si aucun accord parfois hors du cadre de la police des ICPE, de renforcer
n’est possible, l’exploitant doit alors faire en sorte que la fonction environnementale du site en ouvrant ses
le terrain permettre un usage futur du site comparable usages à d’autres activités. Tel était l’une des avancée
à celui de la dernière période d’exploitation de l’installa- permises par la loi ALUR, qui encourage notamment la
tion mise à l’arrêt. Voilà en pratique l’usage futur le plus reconversion de friches industrielles en zones résiden-
couramment admis102. On perçoit qu’il entraîne alors tielles106. La démarche est particulièrement intéressante,
une obligation de remise en état a minima. Bien entendu, pour peu qu’on la mette en relation avec l’objectif général
la jurisprudence, parfois, se dresse contre ce principe, de lutte contre l’expansion urbaine. Elle permet en effet
notamment en cas d’incompatibilité manifeste d’un tel de limiter la consommation de terres agricoles ou natu-
usage avec l’usage futur de la zone103. Bien qu’il s’agisse relles, par la réhabilitation de terrains autrefois rendus
d’une orientation très minoritaire, le juge a même parfois impropres à tout autre usage qu’industriel, à cause des
imposé la remise du site dans son état initial104. excès de l’activité. La faisabilité scientifique de ces réha-
En dehors de ces hypothèses exceptionnelles, le bilitations n’est plus discutée107, mais elle se heurte à des
droit commun de la remise en état n’est donc pas orienté
vers l’appréhension de la protection de l’environnement
lui-même. 105. M.-L. LAMBERT, « Concilier risques sanitaires liés aux sols pollués
et renouvellement urbain », Droit et Ville 2014/2 (Nº 78), p. 97 et s.
106. A.-C. CAMBIER, « Reconversion de friches industrielles : un enjeu
99. Art. L. 512-6-1 C env. pour le logement », RDI 2014, p. 369 ; M. A. Fichet, « La reconversion
100. CA. 12 janv. 2009, Association France Nature environnement, des friches industrielles : les nouvelles perspectives offertes par la loi
nº289080, BDEI, 2009, 19, comm. F.-G. TREBULLE. ‘ALUR’ », BDEI, 2014, 52.
101. Art. L. 512-6-1 C. env. 107. Quelques opérations médiatiques ont été conduites, fondées
102. V. not. S. ROYER, « Réhabilitation d’un terrain ayant accueilli une sur des outils juridiques existants. C’est notamment le cas de la réha-
installation classée : quelles précautions ? », Defrénois 9 janv. 2020, nº bilitation écologique par EDF du site d’Arjuzanx, constitué de terrains
155c5, p. 31 couverts auparavant par une mine de lignite, qui a permis de créer le
103. TA Cergy-Pontoise, 9 déc. 2011, nº 0712429. plus grand site français d’hivernage de grues cendrées (v. Site officiel
104. CAA. Marseille, 3 juil. 2008, M. et Mme Mendès, nº07MA00223. de la réserve [En ligne] http://www.reserve.arjuzanx.fr/). V. AUSSI : J.-M.

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considérations politiques et financières sur lesquelles le vingt ans plus tôt n’aurait pas nécessité plus de quelques
droit n’a parfois pas prise. lignes. L’immeuble urbain n’est pas dénué de fonction
environnementale, elle y est simplement plus pâle
*** qu’ailleurs. Que donnera cette analyse dans vingt ans ? .

Réalité et fugacité de la fonction environnemen-


tale de l’immeuble urbain. Au rebours du paradigme
du Code civil, voilà quelques années que la doctrine ci-
viliste est convaincue qu’il faut rompre avec la percep-
tion unitaire de l’immeuble, afin d’y voir à nouveau une
accumulation d’utilités108. Or, on le disait en ouverture,
l’immeuble urbain comporte avant tout une utilité es-
sentielle : celle d’être le socle des activités anthropiques.
A l’inverse de l’immeuble situé hors de la ville, la marque
de la fonction environnementale y est évanescente. La
ville, qui par essence a chassé la nature, n’a pas pour
considération première de protéger l’environnement.
La prise en compte par le droit de la biodiversité urbaine
et des enjeux environnementaux en ville est récente.
Elle n’a encore marqué que marginalement l’immeuble
urbain. Le domaine individuel de l’immeuble urbain, la
part de ses utilités abandonnées aux intérêts individuels,
offre une latitude d’action au propriétaire bien plus im-
portante que dans les immeubles naturels ou ruraux.
Le seuil à partir duquel il répond des excès de son ac-
tivité est apprécié avec moins de rigueur en ville, là où
l’environnement naturel est le plus réduit. Le domaine
commun, symbole de la quote-part des utilités de l’im-
meuble dédiées à l’intérêt général s’en trouve en consé-
quence amoindrie.
Le droit de l’urbanisme, qui maîtrise son destin,
peine à lui seul à astreindre à l’immeuble urbain une
fonction environnementale. Lorsque l’immeuble sup-
porte une construction, le droit insiste sur la maîtrise
de l’emprunte énergétique de l’immeuble, que ce soit
lors de son édification, ou de son occupation. Pourtant,
le paysage juridique évolue. La même analyse conduite

JOANE, «  Friches industrielle et sols pollués  : une nouvelle terre pro-


mise ? », La Gazette des communes, 20 mars 2014.
108. V. not. W. DROSS, «  Une approche structurale de la propriété  »,
RTD civ., 2012, 419 ; F.-G. TRÉBULLE, « La propriété à l’épreuve du pa-
trimoine commun  : le renouveau du domaine universel  », art. préc.
Pour une présentation historique de la notion : A.-M. PATAULT, « Regard
historique sur l’évolution du droit des biens, Histoire de l’immeuble cor-
porel », in L’évolution contemporaine du droit des biens, Journée René
Savatier, 1990, nº1.

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ARTÍCULOS

Vista aérea del Riachuelo, CABA.

PÁGINA 67 / NOVIEMBRE 2021 Foto / Gentileza: Peter Bauza


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Enrique Viale

Extractivismo urbano en épocas de Urbanoceno

Enrique Viale El Antropoceno como crisis es también un Urbano-


Abogado (UBA). Especialista en Derecho ceno. En Argentina, el 92% de la población vive en ciuda-
Ambiental (UBA). Fundador de la
Asociación Argentina de Abogados des (el promedio mundial es de 54%), concentrada en un
Ambientalistas. Miembro del Tribunal 30,34% de su territorio. Solo en el Área Metropolitana de
Ético por los Derechos de la Naturaleza Buenos Aires, el 0,4% de la superficie total del país, vive
y del Comité Ejecutivo de la Global
Alliance for the Rights of Nature el 31,9% de la población total. A nivel global, en 2007 por
(Alianza Global por los Derechos primera vez la población urbana superó a la rural; actual-
de la Naturaleza). Autor de diversos mente es del 54% y para 2050 se espera que dos tercios
libros y artículos especializados en
Desarrollo, Política, Derecho y Justicia de la humanidad vivan en ciudades. Este proceso ocurre
Ambiental. Fue asesor legislativo en el mientras las ciudades siguen ocupando solo el 0,5% de la
Senado de la Nación y actualmente es superficie del planeta. Es decir, cada vez nos concentra-
consultor ambiental y columnista en
distintos medios de comunicación mos en menos espacio.
En nuestra región habitamos ciudades planificadas
por y para la especulación inmobiliaria, cuya contraca-
ra es la emergencia habitacional y la insuficiencia de
espacios públicos verdes. Dominadas por la dictadura
del automóvil que se conjuga con transportes públicos
saturados. Estas características pusieron bajo la lupa a
las vidas urbanas en las cuarentenas por la pandemia
del COVID-19 y evidenciaron la necesidad de un cambio
radical en la forma en que (mal) vivimos en las metrópo-
lis. Nuestras grandes ciudades se transformaron en una
trampa mortal, sobre todo para las poblaciones vulnera-
bles, hacinadas y privadas de los servicios básicos.

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ARTÍCULOS

El extractivismo urbano través de indicadores como la construcción de metros


cuadrados y el aumento de la valuación de los inmue-
La lógica extractivista también desembarcó en las bles. De esta manera se impone un sistema especulati-
grandes ciudades, a pesar de que no tienen petróleo, mi- vo que implica privatizar beneficios y socializar costos,
nerales, bosques nativos o campo para monocultivos. y que consolida un modelo de ciudad exclusivo para las
No son los terratenientes sojeros ni las megamineras, clases medias y altas.
sino los especuladores inmobiliarios los que expulsan Así, en los últimos diez años, en Buenos Aires se
y provocan los desplazamientos de la población, aglu- construyeron 20 millones de m2 y, en el mismo período,
tinan riqueza y territorios comunes, se apropian de lo la población que vive en sus villas de emergencia creció
público, ocasionan daños ambientales generalizados y un 50%.1 En contrapartida, casi la mitad de los inmue-
desafían a la naturaleza en el marco de la degradación bles del exclusivo barrio de Puerto Madero están vacíos.2
institucional y social. También este fenómeno se observa en otras ciudades
Lo que denominamos “extractivismo urbano” es una como Bogotá (Colombia)3 donde el mercado de vivienda
idea nueva y, por lo tanto, en construcción. Constituye está fuera de control y además planificado para agudizar
una variante extrema del urbanismo neoliberal, se nutre la segregación.4
de la misma lógica de los monocultivos intensivos o de Asimismo, al ritmo de ciudades cada vez más exclu-
la megaminería y provoca, al igual que ellos, la destruc- yentes se suma la naturalización del avance de la priva-
ción de la multiplicidad y la acumulación y reconfigu- tización de los espacios públicos. La (poca) naturaleza,
ración negativa del tejido urbano. La entrega de bienes las tierras fiscales y los espacios públicos existentes son
comunes como tierras, inmuebles y espacios verdes que completamente sacrificables, en pos del “crecimiento”
pertenecen al Estado convierte a la especulación inmo- de la ciudad y la generación de renta para las corporacio-
biliaria en la pata urbana de la acumulación por despo- nes inmobiliarias.5 Se consideran un “vacío” que debe lle-
sesión. Los barrios pierden sus identidades, tanto por el narse con negocios y cemento. En esta línea, se avanza
desplazamiento de sus pobladores históricos como por
el cambio de morfologías y estéticas constructivas, y sus 1. Según el censo nacional de 2010, la población que vive en vi-
llas se incrementó, entre 2001 y 2010, de 110.000 personas a
habitantes no participan en la decisión de las políticas de 160.000/180.000, es decir que hubo un aumento del 52%. Y, como
planeamiento urbano. la población porteña creció en esos nueve años en apenas 114.013
En suma, el concepto de extractivismo, que fue utili- personas, se desprende que la mitad de ese crecimiento tuvo como
destino las villas y los asentamientos, con sus consecuencias am-
zado para estudiar las actividades primarias centrando la bientales, sanitarias y de infraestructura.
atención en los espacios rurales, territorios indígenas y 2. En 1991, el total de viviendas suntuosas alcanzaba el 6,6% del total;
zonas campesinas, es trasladado aquí a las ciudades para en 2011, esa cifra trepó al 30,8%.
3. Según datos de la Secretaria de Planeación Distrital de Bogotá,
analizar los procesos de acumulación por desposesión desde 2004 hasta 2016 se han construido alrededor de 41,5 millones
que se dan sobre el bien común que resulta fundamen- de metros cuadrados en vivienda. Del total de las unidades, 256.235
tal en este caso: el suelo urbano. Conceptualizar de esta (el 57%) son viviendas privadas, 97.921 (el 22%), viviendas de interés
social -VIS- y 68.912 (el 15%), viviendas de interés prioritario -VIP-, sien-
manera constituye una herramienta significativa para do el mercado de vivienda el sector que más crecimiento ha tenido
trabajar sobre numerosas problemáticas que se articulan en el siglo XXI y destacando que alrededor del 68% de las VIP y VIS
en torno a las dinámicas de la especulación inmobiliaria, han sido construidas fuera de la ciudad, concentrándose en el nodo
suroccidental.
entre ellas: la privatización de los espacios públicos, la 4. ZIBECHI, Raúl y COLECTIVA HUERTOPÍA, “Extractivismo Urbano”, di-
segregación social, la gentrificación, la mercantilización ciembre de 2017, disponible en http://colectivahuertopia.blogspot.
de la vivienda, el déficit habitacional, el crecimiento de com/2017/12/extractivismo-urbano-por-raul-zibechi-y.html?m=1
5. Según un relevamiento del Observatorio del Derecho en la Ciudad
villas y asentamientos, la expansión de urbanizaciones (observatoriociudad.org), durante las dos gestiones de Mauricio Macri
cerradas, la degradación ambiental. como jefe de gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, entre
Las grandes ciudades latinoamericanas se han con- 2008 y 2015, se privatizaron 205,8 hectáreas de tierra pública. Mien-
tras que durante la administración de Horacio Rodríguez Larreta, de
vertido en una ilustración paradigmática del proceso de 2016 a 2019, la ciudad remató 225,65 hectáreas. Un negocio millona-
extractivismo urbano. El éxito de una ciudad se busca a rio con tierra del Estado en el que grandes especuladores inmobiliarios

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sobre las superficies verdes en áreas urbanas y periur- La ciudad es pensada, planificada y definida por
banas. La ciudad pierde sus zonas de impermeabilidad las corporaciones inmobiliarias y no por la ciudadanía.
y esto ocasiona un incremento de las inundaciones. Se El extractivismo urbano lesiona la democracia. Las cor-
construye cada vez más en altura y cada vez a mayor poraciones inmobiliarias actúan con la habilitación del
altura. La ciudad se asfixia a sí misma. Asimismo, la poder político, que les facilita una normativa permisi-
construcción descontrolada no es siquiera acompañada va para construir en zonas destinadas a otros fines, las
con la ampliación correspondiente de la infraestructura exime de impuestos (incluso en paralelo con el incre-
y así las redes de servicios básicos colapsan. mento tributario para el resto de la sociedad) y, si resulta
El extractivismo urbano impulsa la mercantiliza- necesario, pone a las fuerzas de seguridad del Estado a su
ción de la vivienda hasta el paroxismo, convirtiendo los servicio para reprimir las eventuales resistencias socia-
inmuebles en una especie de commodity, una mera mer- les a estos procesos desiguales, privatistas y expulsivos.
cancía, mera especulación. No se construye para habitar, El extractivismo urbano busca liberar a la ciudad
sino para especular. El inmueble deja de ser un bien de de pobres y, en cierta medida, también de amplios sec-
uso para convertirse en un bien de cambio.6 En realidad tores medios, en el marco de una emergencia habitacio-
en estos procesos son los propios derechos que se con- nal que afecta a los sectores más vulnerables. El Estado,
vierten en mera mercancía, especialmente el derecho a presente para brindar el marco jurídico necesario para
la vivienda y a la ciudad. Se construye “vivienda” exclu- garantizarle el lucro a los grandes grupos privados, está
sivamente para quienes puedan pagarla; la ciudad se ausente en lo que podría ser una eventual regulación del
hace cada vez más elitista. La emergencia habitacional mercado inmobiliario, tanto en operaciones de compra-
y social aumentan. venta como en alquileres, ausencia que profundiza la
El extractivismo urbano ha privatizado hasta el aguda crisis habitacional.7 El precio de la tierra y de las
ocio y la recreación: centrados en la figura del ciudada- viviendas aumenta para todos y cada vez es más difícil
no-consumidor, los shoppings (malls) se han converti- alquilar o adquirir una vivienda. Se produce el efecto de
do en las nuevas “plazas” a las que solo acceden quienes casas sin gente y gente sin casas. Muchos no pueden
pueden consumir y se han multiplicado los lugares de sostener los nuevos costos y tienen que desplazarse por
esparcimiento pagos. Por otro lado, hay un elemento presión económica a otros barrios o salir de la ciudad
central para destacar en la discusión sobre la creciente (gentrificación).
tendencia de habilitar actividades comerciales dentro Este tipo de dinámica robustece la idea de una
de plazas y parques. No se trata solamente de que atra- ciudad cada vez más excluyente. No solo es incapaz de
vesamos una crisis de espacios verdes porque contamos incorporar a las nuevas poblaciones migrantes, sino
con menos metros cuadrados de “verde” que lo reco- que a muchas familias pobres no les queda otra opción
mendable, sino de la función social y de interacción que que trasladarse a barrios informales, donde habitan en
cumplen plazas y parques. Junto con su papel ecológico, viviendas caracterizadas por el hacinamiento, la falta
son uno de los pocos lugares donde todos somos iguales, de servicios públicos básicos y, en muchos casos, sin
donde el dinero no sirve, un espacio “fuera del comercio” acceso a una infraestructura mínima. Siempre amena-
en las grandes ciudades. Incorporar la lógica del dinero zados por la posibilidad del desalojo o la erradicación,
dentro de plazas y parques rompe esa igualdad y distin- estos sectores se encuentran en permanente emergen-
gue lugares según la posibilidad individual de consumir. cia habitacional, ambiental y sanitaria.
Esta misma lógica recorre los barrios cerrados de
se dividieron la ciudad: Elzstain (IRSA), Costantini (Consultatio), Sancor la Provincia de Buenos Aires, que se han extendido a
Seguros, Inversa y el grupo Werthein (Landmark), entre los principales.
6. La especulación inmobiliaria es el proceso de compra de tierra niveles inimaginables. Estas urbanizaciones amenazan
y/o viviendas (o de su construcción) para su posterior reventa, una
vez que ha aumentado su valor. Así el especulador genera automá-
ticamente ganancias y el suelo urbano y la vivienda se convierten en 7. Es inaceptable que en la CABA no existan políticas públicas para dis-
simple mercancía (valor de cambio), perdiendo paulatinamente su ca- minuir las viviendas ociosas ni mecanismos de recupero de plusvalía
rácter de derecho (valor de uso). como estrategias básicas para enfrentar los déficits habitacionales.

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ecosistemas estratégicos y frágiles, como los humeda- habitantes.9 Inundación, barrios anegados, autos bajo el
les y las cuencas fluviales, imprescindibles para la sus- agua y vecinos en los techos de las casas fueron algunas de
tentabilidad del aglomerado metropolitano. Asimismo, las postales de una tormenta que dejó un mínimo de 89 per-
acentúan las desigualdades, pues tienden a desplazar a sonas muertas. Una de las zonas más afectadas fue la loca-
las poblaciones vulnerables allí asentadas y generan un lidad de Tolosa, debido al desborde del arroyo El Gato, uno
proceso de concentración de tierras. de los más contaminados de la provincia. Cuando bajaron
Como señala la geógrafa e investigadora Patricia las aguas comenzó otra etapa en este tipo de catástrofes –
Pintos: más “silenciosa” pero igualmente dañina– relacionada con
las enfermedades y epidemias cuyas consecuencias nunca
La anexión de ingentes superficies de suelo al se contabilizan.
aglomerado se tradujo en una rápida amplia- Vecinos, organizaciones sociales y asambleas barria-
ción de la mancha urbanizada bajo la forma de les que luchan contra la construcción indiscriminada de
múltiples archipiélagos urbanos conectados torres y barrios privados, la privatización de la tierra y en
entre sí y con la centralidad principal –la ciudad defensa de los espacios verdes y los humedales habían
de Buenos Aires– por el sistema de autopistas anunciado la posibilidad de este desastre. Al igual que
metropolitanas construido poco tiempo antes. ocurre con quienes resisten la megaminería y la sojiza-
(...) La naturaleza ofrecida adquiere la forma ba- ción en las provincias, sus expresiones y reclamos fueron
nalizada de lagunas y canales artificiales, bajo minimizados.
la retórica de la oferta de los deportes náuticos La paradoja es que los humedales son rellenados y
y, cuando es posible, de la promesa del acceso destruidos para construir barrios privados que, luego, se
directo al río desde cada urbanización.8 venden como “una vuelta a la naturaleza”. “Mientras esto
sucede, los humedales y otros ecosistemas valiosos son
Los humedales funcionan como enormes esponjas sustraídos de sus valiosas funciones ambientales y redu-
que actúan como reguladores hídricos ante eventos climá- cidos a la condición de espacios sin identidad propia y sin
ticos extremos. Para la construcción de los barrios cerrados historia, a una sucesión de espacios periféricos clonados, a
se necesita una drástica transformación del terreno y de transformarse en periferias sin rumbo”, concluye Patricia
sus funciones naturales a través de obras de terraplenado, Pintos.
relleno, excavación y refulado. Solo en 2014, al menos 9.200 En la Patagonia, la dinámica del extractivismo urbano
hectáreas de humedales de la cuenca del río Luján se con- se observa a través de megaemprendimientos turísticos y
virtieron en countries o barrios privados –con terraplenes residenciales que producen como resultado el cierre de los
y rellenos– que impiden el normal escurrimiento de las espacios públicos (acceso a costas de ríos y lagos), el cerca-
aguas fluviales. En 2015 la localidad de Luján sufrió la peor miento de los territorios y la amenaza a ecosistemas estraté-
inundación de los últimos treinta años, con miles de eva- gicos y frágiles. Accesos que deberían ser libres y públicos
cuados y las aguas entrando en su famosa basílica. sufren permanentemente este tipo de atropellos. Alambra-
Muchos recuerdan el fuerte temporal de lluvias de dos, terraplenes, muelles irregulares van enunciando el
abril de 2013, que produjo una gran inundación en la lo- nuevo modelo de cercamiento de tierras, ríos y lagos. Estos
calidad de La Plata. Cayeron 392 milímetros de agua en megaemprendimientos urbanísticos son comparables a
menos de cuatro horas y las consecuencias del evento cli- las urbanizaciones cerradas acuáticas o polderizadas que
mático extremo sacudieron a la capital bonaerense y sus encontramos en la zona metropolitana de Buenos Aires
(Luján, Tigre, Berazategui y Quilmes, entre otros) pero, en
este caso, enclavados en la región cordillerana.
8. PINTOS, Patricia, “Extractivismo inmobiliario y vulneración de bienes
comunes en la cuenca baja del río Luján”, en VÁSQUEZ DUPLAT, Ana
María (comp.), Extractivismo urbano. Debates para una construcción 9. En la misma fecha, en la CABA –lejos de la atención mediática– dis-
colectiva de las ciudades, Fundación Rosa Luxemburgo, Centro de Es- tintos asentamientos y villas sufrieron las secuelas del temporal en el
tudios y Acción por la Igualdad, El Colectivo, Buenos Aires, 2017. marco de una urbe en emergencia habitacional.

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Algunas claves para salir del extractivismo grandes ciudades donde la relación con la naturaleza
urbano es prácticamente nula. Las ciudades viven una desco-
nexión permanente, y cada vez más creciente, de la
naturaleza. El investigador boliviano Mario Rodríguez
1) Participación ciudadana en la planificación señala con agudeza:

Un urbanismo democrático inmuniza contra los pro- La ciudad se encaramó en el simbólico domi-
blemas urbanos. La producción urbana debe ser eminen- nante, como el lugar privilegiado de distan-
temente participativa. La planificación de los barrios, del ciamiento de la naturaleza, como el lugar de la
destino de los bienes públicos y los presupuestos, entre civilización, como el lugar del éxito moderno,
otras cosas, deben elaborarse con la voz de la ciudadanía. como la materialización del progreso y del
Las corporaciones inmobiliarias no pueden seguir siendo desarrollo. La ciudad se identificó como dis-
quienes planifiquen la ciudad. Resulta urgente poner en tanciamiento de lo campesino, y en nuestro
valor las experiencias de producción social del hábitat continente invadido eso significa, también, dis-
como mecanismos para la construcción de una ciudad tanciamiento de lo indígena, en oposición a lo
verdaderamente igualitaria. rural que se relaciona con “dependencia” de los
Como señala la ecofeminista Ana María Vazquez ciclos de la naturaleza.10
Duplat, el urbanismo feminista es una clave fundamen-
tal contra el extractivismo urbano, en tanto integra una Debemos reparar la separación que tienen los habi-
visión de ciudad pensada para la reproducción de la vida tantes urbanos respecto de la naturaleza, así como de las
y no para la productividad del capital. Las mujeres deben fuentes de nuestra alimentación y la vida.
ser las grandes protagonistas de la planificación urbana. También ante el cambio climático resulta vital
El stock de tierra y de propiedades de dominio público “enfriar” las ciudades que son particularmente sensibles
disponibles debe ser información pública. La ciudadanía a los aumentos de temperaturas, ya que sus superficies
necesita acceso total a esta información para realizar un son mayormente impermeables y almacenan la energía
control social del uso de las mismas y poder poner freno solar por el efecto de “islas de calor”. Se necesitan más
a la enajenación de nuestros bienes urbanos comunes. La árboles, incluso bosques urbanos, y espacios verdes pro-
función social/ambiental de la tierra y la vivienda es un con- piamente dichos11 en las ciudades, donde la participación
cepto esencial en la pelea contra el extractivismo urbano. vecinal sea decisiva en el diseño, la gestión y su cuidado,
El negocio de construir edificios es muy distinto del de potenciándolos como lugares de conexión con la natu-
construir ciudades. Es necesario cambiar el modelo de raleza12 y de encuentro e integración social. Prohibido
ciudad expansivo que depreda el territorio, por uno que prohibir pisar el pasto, que la gente pueda volver a conec-
permita adaptar la ciudad al cambio climático. La ciudad tarse con la (poca) naturaleza que hay en una ciudad.
debe empezar a evaluarse con indicadores que midan el
buen vivir y no la cantidad de asfalto, ladrillos, cemento y
acero. Trasformar el modelo de movilidad, preservar los 10. RODRÍGUEZ, Mario, Alternativas al capitalismo/colonialismo del si-
humedales y los espacios verdes, así como la desconta- glo XXI, Grupo Permanente de Trabajo sobre Alternativas al Desarrollo,
Fundación Rosa Luxemburg / Abya Yala, Ecuador, enero de 2013.
minación de las fuentes de agua que nutren la ciudad son 11. Por ejemplo, la mayor parte de las plazas en la CABA están ocu-
políticas imprescindibles. padas con cemento (tendencia que crece ante cada remodelación o
“puesta en valor”). Más del 30% de la superficie absorbente  de casi
todos los espacios verdes de la Ciudad están cementados. Debemos
aumentar la cantidad de espacio verde (propiamente dicho) junto al
2) Ruralizar la urbanidad plantado de vegetación nativa en los espacios públicos y promover el
contacto e interacción.
12. Debe concebirse a los espacios verdes urbanos como sistemas
Se torna urgente repensar el modelo urbano, ambientales integrados, potenciando los procesos naturales, favore-
debemos “ruralizar” la urbanidad, sobre todo en las ciendo corredores biológicos y la reproducción de la flora y fauna local.

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“Ruralizar la urbanidad” es una política ambiental, tradicionales hasta las nuevas: desde salud pública com-
productiva, alimentaria, social y sobre todo cultural que pleta, educación de calidad en todos los niveles (desde
supone una reconciliación urbana con la naturaleza, re- los 35 días hasta la universidad) o infraestructura, hasta
conectándonos a través de la transformación tanto de políticas de género y de ocio y recreación.
sus espacios públicos, reverdeciéndolos y potenciándo- Para promover este arraigo en ciudades pequeñas
los, como de sus sistemas de alimentación y movilidad. y medianas se debe también garantizar tierra para pe-
En una ciudad como Buenos Aires deben promoverse queños y medianos productores de alimentos mediante
huertas comunitarias en cada barrio, en todas las escue- la creación de cordones verdes que provean alimentos
las, plazas, parques y hasta en las veredas. El dictado de frescos y baratos a toda la población.
la materia “agroecología” en todas las escuelas y la pro- Además, de esta manera se promueve la soberanía
moción de mercados o ferias de pequeños productores alimentaria mediante sistemas de producción y dis-
en cada barrio. En consonancia con un plan alimenta- tribución, dirigidos al desarrollo de mercados locales
rio agroecológico donde la capacidad de compra estatal agroecológicos de pequeños productores, solidarios
(para escuelas y hospitales) genere el doble beneficio de para fomentar una cultura asociativa y comunitaria de
garantizar alimentos sanos, frescos y baratos y poten- responsabilidad ciudadana en el consumo. “En cada mu-
cie a los productores agroecológicos. Paralelamente, el nicipio debe haber un tambo, un matadero (de faena arte-
transporte no motorizado debe ser prioritario, quitán- sanal), la granja para los pollos y los huevos y un cordón
dole, progresivamente, el espacio a los automóviles par- verde que rodea la ciudad para garantizar el acceso a
ticulares para darle lugar, incluso en las avenidas, a las alimentos frescos y sanos a toda la población”, señaló
bicicletas y peatones. la incansable Dra. Myriam Gorban, quien desde hace
décadas enseña sobre soberanía alimentaria14. Con las
políticas adecuadas, el modelo campesino-agroecoló-
3) Promover el arraigo gico podría triplicar el empleo en el campo y, en locali-
dades semirurales, reducir sustancialmente la presión
Por su parte, en un país de las dimensiones de Ar- sobre las grandes ciudades ejercida por la migración,
gentina, que además está fragmentado y desconectado, mejorar la calidad nutricional de los alimentos y elimi-
resulta imprescindible repensar la relación entre lo rural nar definitivamente el hambre.
y lo urbano, y neutralizar esa máquina succionadora de
migración interna que son las grandes ciudades, sumi-
nistrando a los pueblos y ciudades rurales y semirurales 4) Disputa de sentidos
las herramientas económicas, educativas, sanitarias, co-
nectivas y jurídicas para que retengan a su propia pobla- La lucha en los territorios urbanos es por el control
ción. Es decir, promover el arraigo13, garantizando desde de sus espacios e implica una disputa de sentidos: qué
el Estado las principales demandas sociales, desde los es lo público, quién decide la planificación urbana, para
qué y qué se construye, el carácter de bien de uso de la
13. En la localidad de San Antonio de Areco (Provincia de Buenos vivienda, la relación de la ciudad con la naturaleza, el
Aires), el ex intendente Francisco (Paco) Durañona puso en práctica una sentido de las grandes obras urbanas, qué es una plaza
política de arraigo entre 2011 y 2019. Entre otras cosas se conformó
una compañía municipal de alimentos donde se capacitó a familias y para qué sirve, si tiene solo un sentido paisajístico,
sin empleo y a productores de pequeña y mediana escala junto al entre otras cosas. Es necesario dejar de entender a las
estudio de alimentos con alta demanda que podían ser producidos calles solamente como vías de comunicación –como
localmente. También se generaron ferias semanales con cooperati-
vas, productores locales y regionales, donde se ofrecían productos de son concebidas desde el extractivismo urbano– y volver
altísima calidad regionales y que promovían un contacto directo del
productor al consumidor. Asimsimo, se creó la denominada “tarjeta
soberana” donde a 300 familias muy vulnerables se le otorgaban mil
pesos por mes para gastar exclusivamente en productos saludables, 14. https://www.rionegro.com.ar/soberania-alimentaria-en-tiempos-
frescos y nutricionales de origen local. de-pandemia-1384833/

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a proyectarlas como lugares de encuentro, de relación e


interacción social.
En suma, se trata de la lucha por democratizar la
ciudad para transformarla, para abandonar los paráme-
tros de la ciudad “moderna”, para reconstruir ciudades
que sean el hogar, para formar habitantes solidarios, no
competitivos, no consumistas, ambientalmente respon-
sables, que compartan los bienes comunes, partícipes
activos de las acciones de gobierno. Así como es nece-
sario desmercantilizar la naturaleza, en las ciudades hay
que desprivatizar sus espacios públicos, convertirlos en
verdaderos bienes comunes: sus plazas, sus calles, sus
costaneras y sus parques.
Frente al extractivismo urbano, no solo se problema-
tizan conceptos como el del derecho a la vivienda y a la
ciudad, el acceso justo al hábitat y a los bienes comunes.
Asimismo, se ponen en común experiencias de resisten-
cia y lucha concretas que vislumbran un horizonte eman-
cipatorio para la construcción colectiva de alternativas.

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Puente ferroviario sobre el Riachuelo, CABA.

PÁGINA 75 / NOVIEMBRE 2021 Foto / Gentileza: Peter Bauza


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Gabriela Merlinsky

Justicia ambiental urbana.


Una construcción desde abajo

Gabriela Merlinsky Introducción


Doctora en Ciencias Sociales, en co-tutela
(Area sociología), Universidad París 8/
(UBA). Magister en Ciencias Sociales del En esta presentación quisiera reflexionar en torno a
Trabajo. CEA (UBA). Investigadora Adjunta la construcción de una línea de investigación que tiene
(CONICET), con sede en el Instituto de
un pie en la sociología ambiental y el otro en la ecolo-
Investigaciones “Gino Germani”. Área de
Estudios Urbanos. Facultad de Ciencias gía política. Este esfuerzo de constitución de un campo
Sociales (UBA). de investigación ha ido en paralelo a una emergencia y
Profesora en el Doctorado en Ciencias
multiplicación de diferentes movilizaciones socioam-
Sociales (UBA). Profesora Titular Interina
y profesora Adjunta Regular en la bientales en América Latina. Estas últimas se recono-
Facultad de Ciencias Sociales (UBA). cen en una porosidad de discursos que circulan en las
asambleas, los movimientos de justicia ambiental, fe-
minismos territoriales, investigaciones comunitarias
y también en las producciones de las autoras y autores
de las ciencias sociales, particularmente aquellos que se
entroncan en el paraguas amplio de la ecología política
latinoamericana.
Las ideas que aquí voy a presentar han madurado en
diferentes experiencias colectivas: el acompañamiento
de las carreras académicas de jóvenes científicas y cien-
tíficos, trabajos de extensión universitaria, proyectos de
comunicación pública de la ciencia, la participación en
diferentes debates públicos y el diálogo interdiscipli-
nario con colegas de otras disciplinas. Todo ello a partir
de un involucramiento en la política universitaria y las

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ARTÍCULOS

batallas por la educación pública, algo que implica un determinadas elecciones institucionales. E incluso, en
proceso formidable de hibridación de conocimientos e algunas ocasiones, puede haber una dimensión ontoló-
impulsa la construcción de marcos de creatividad para gica, es decir conflictos en torno al carácter mismo de
emprender una tarea académica que, en esta región del lo que existe y puede ser conocido, como por ejemplo
mundo, está profundamente atravesada por el colonia- cuando los actores dicen que el agua y las montañas
lismo persistente en nuestras sociedades y por la ex- tienen propiedades agentivas, son seres vivos, tienen
periencia traumática de hacer ciencia en períodos de derechos, etc. Esto muestra que hay múltiples realidades
alternancia entre democracia y gobiernos autoritarios. no humanas y formas de convivir con ellas.
En las acciones colectivas que reclaman por sitios Mi interés en esta exposición es mostrar que los
contaminados, humedales, inundaciones, el impacto de conflictos ambientales pueden ser estudiados como
la minería o las consecuencias de los agroquímicos en la analizadores sociales, es decir que pueden revelar aspec-
salud (entre tantas otras demandas), los actores ponen en tos de prácticas sociales invisibilizadas. Y si prestamos
juego saberes diversos y exponen múltiples formas de atención y usamos las categorías de análisis adecuadas,
sufrimiento ambiental. “Ser afectada” por esas experien- podremos examinar los resultados de esos conflictos en
cias me llevó a tomar contacto con otras teorías sobre el términos de la identificación de fallas sistémicas de las
mundo, para luego hacerlas dialogar con el saber socio- políticas públicas y la emergencia de asuntos que son
lógico, porque el conocimiento de los procesos sociales sistemáticamente excluidos por el sistema político.
es también parte del sentido o la orientación que toma La experiencia de los movimientos de justicia am-
su rumbo y no el reflejo de una realidad indiferente al biental es reveladora de la necesidad de crear públicos
conocer. subalternos y espacios públicos no institucionales para
A medida que fui avanzando en las investigaciones, que aquellos grupos que presionan por cambios indis-
esto devino en el enriquecimiento de un enfoque que pensables para enfrentar la crisis ambiental puedan
pudiera dar cuenta de la generalización de unas prác- ser escuchados. Por otra parte, si calibramos la mirada
ticas que –en un lapso relativamente corto de tiempo y y prestamos atención a los modos de deliberación que
en forma paralela a la evolución de mi trabajo– fueron surgen a partir de los conflictos, podemos identificar
construyendo causas públicas en torno a un ámbito nuevas formas de elaboración de problemas que pro-
dinámico en el que diferentes conflictos ambientales ducen cambios territoriales, jurídicos y político-institu-
fueron ganando visibilidad. El aspecto más importante cionales. Este último aspecto es lo que denominamos
es que estas prácticas abrieron paso a otras visiones de productividad de los conflictos.
la naturaleza que se contradicen con la idea más difun- En este trabajo deseo mostrar que los dilemas vin-
dida de una “caja de recursos” (Law, 2004). Este aumento culados a la justicia ambiental tienen que ver con los
de la visibilidad de ciertas causas, la existencia de accio- diferentes principios que orientan los criterios de dis-
nes colectivas y estos cambios asociados a las signifi- tribución y reconocimiento en una sociedad. Al mismo
caciones sobre el mundo socionatural dan cuenta de un tiempo, quisiera reforzar un punto que tiene que ver con
proceso de construcción social y política de la cuestión la cuestión social urbana. En las grandes metrópolis de
ambiental. América Latina esto adquiere una relevancia mayúscu-
Me propongo compartir algunos resultados de esta la porque implica conectar la cuestión ambiental con la
investigación en torno a las disputas que surgen alrede- desigualdad en el acceso a la ciudad y así prestar aten-
dor del acceso, la apropiación, la distribución, el control ción a la oportunidad diferencial que tienen grupos y
y la destrucción de los recursos naturales y los ecosis- clases sociales de acceder a suelo urbano de calidad. En
temas. Estos conflictos, que denominamos ambientales, razón de la especulación inmobiliaria, de la estratifica-
implican además una dimensión cultural que puede ser ción de los mercados de suelo y, en virtud de las prácti-
subyacente o explícita, es decir, en torno a diferentes cas de las clases medias y altas, que son marcadamente
formas de entender las redes de la vida, las valoraciones discriminatorias con respecto a quién puede “merecer la
de la naturaleza o el significado de lo justo o injusto en ciudad”, importantes fracciones de las clases populares

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se ven obligadas a vivir en territorios de escaso valor diagnóstico en los que “el saneamiento del Riachuelo”
económico, como las tierras fiscales abandonadas, espa- aparecía como el tema central en materia de política
cios urbanos inundables, áreas contaminadas y territo- ambiental. Sin embargo, nada de esto tenía implican-
rios sin servicios sanitarios. cias concretas en el proceso decisorio ni se expresaba en
He realizado diversas investigaciones en torno al programas, proyectos o estrategias de implementación.
conflicto por la recomposición ambiental de la Cuenca Años atrás había trabajado en Villa Jardín, un asenta-
Matanza-Riachuelo en la Ciudad Autónoma de Buenos miento popular emblemático del sur del Riachuelo en el
Aires, un caso estructural emblemático en materia de municipio de Lanús y, a partir de este renovado interés
derecho ambiental que, sin embargo, deja muchas cues- por la cuestión ambiental, retomé mis vínculos con di-
tiones sin resolver en materia de justicia ambiental. ferentes organizaciones en los barrios de la Cuenca
Hacia el final de la presentación me detendré en algunas Matanza-Riachuelo. Y nuevamente volví a constatar que,
repercusiones y derivaciones que trascienden el caso en lugares como Villa Inflamable (municipio de Avella-
para mostrar la importancia capital de entender la estre- neda) o Villa Lamadrid (municipio de Lomas de Zamora)
cha relación existente entre la cuestión social y la cues- había una situación de alta exposición a situaciones de
tión ambiental. peligro y sufrimiento ambiental: ausencia de agua y
cloacas, inundaciones recurrentes, localización de las
viviendas sobre suelo contaminado, problemas de salud
Un breve relato en primera persona originados por el contacto con metales pesados. Nada
de esto entraba en el proyecto de la Agenda XXI porque,
La reflexión en torno al conflicto del Riachuelo me además, se trataba de una iniciativa que (por ser de un
abrió la puerta para indagar en torno a las tensiones entre solo gobierno) tenía como límite el margen izquierdo
derechos y el modo en que algunos logran visibilidad a del Riachuelo. Pompeya y más allá la inundación, como
expensas de otros. Yo tenía un recorrido de investigación dice el tango Sur.
relacionado con los temas de sociología del trabajo, par- En aquel momento mi hipótesis de trabajo era que
ticularmente en torno a la economía informal y su papel esos territorios de gran relegación social (muchos de
en los procesos de reproducción social de los sectores esos espacios siguen sin aparecer en los relevamien-
populares. Y había iniciado una carrera de investigación tos catastrales) no tenían visibilidad para las políticas
que quedó interrumpida por la gran desestructuración públicas porque no había lugar en ellas para la cuestión
y desmantelamiento del sistema científico que ocurrió ambiental entendida como un problema de salud colec-
a fines de los años noventa. Fue entonces que conseguí tiva. En los documentos del Gobierno de la Ciudad Au-
trabajo en la primera Secretaría de Ambiente, creada por tónoma de Buenos Aires, el Riachuelo era la referencia
el Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. de un paisaje urbano naturalizado referido al curso infe-
Allí tuve el placer de trabajar con Alejandro Rofman, rior y la desembocadura, es decir, sin abarcar la realidad
quien me sumó a un grupo encargado de elaborar un de catorce municipios metropolitanos y sin dar cuenta
programa de Agenda XXI para la ciudad. Cuando empecé de la presencia de estos territorios de relegación social.
a revisar la literatura y los debates de las conferencias En los textos, las referencias a la “limpieza del Riachue-
internacionales sobre el ambiente, tomé contacto con lo” decían poco y nada sobre la degradación ambiental
un campo de problematización global de la cuestión am- entendida como una cuestión social y esto tenía que ver
biental y, lo primero que me asombró, fue ver el contraste con que no había referencia alguna a los problemas vin-
con su invisibilidad como problema público no solo en culados a formas de ocupación del suelo propias del ur-
la Ciudad Autónoma de Buenos Aires sino también en el banismo popular. En ese sentido, la cuestión ambiental
resto del país. era un problema sin agencia humana.
En ese breve paso por la función pública me resultó En 2003 logré volver a la investigación académica
además sorprendente encontrar infinidad de documen- y allí inicié una línea de investigación sobre pobreza y
tos oficiales, informes de consultorías y documentos de riesgo ambiental en los barrios populares de la Cuenca

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ARTÍCULOS

Matanza-Riachuelo, más específicamente en la cuenca ello, necesitan encontrar aliados para iniciar una coope-
baja y en los municipios del sur metropolitano. El ración reflexiva. Hemos trabajado muchos años con las
trabajo en equipo nos llevó a un amplio espectro de mo- vecinas y vecinos del Foro Hídrico en Lomas de Zamora,
vilizaciones por temas de acceso al suelo urbano, dispo- grandes expertos en las redes de agua y saneamiento de
sición de residuos, provisión de agua potable y eventos la Región Metropolitana de Buenos Aires. Sus acciones
recurrentes de inundaciones; problemas intrínseca- colectivas han contribuido a repolitizar el nexo existente
mente relacionados con la cuestión ambiental, pero que, entre el acceso al agua, la desigualdad social y la justicia
sin embargo, eran tratados como cuestiones de falta de ambiental.
cobertura de servicios públicos. Fue entonces cuando Es al calor de los conflictos que la cuestión ambien-
hubo que reformular las preguntas para comprender el tal gana importancia social y política, y abre una discu-
lugar específico de las organizaciones territoriales en sión sobre derechos desestabilizadores. Al referirme a
la construcción social y política de la cuestión ambien- ello aludo a que estas demandas implican la correaliza-
tal. En lugar de pensar que el ambiente no le importa a ción de diferentes derechos: a la salud, a la vivienda, al
nadie (como decía el slogan de un libro de un periodista agua y el saneamiento, a las reivindicaciones de género,
en esa época) me propuse entender de qué manera estos etc. Se trata de construcciones colectivas que emergen y
temas podrían entrar en la agenda de las organizaciones, se redefinen en el contexto de las luchas sociales y que
aunque no fueran definidos como ambientales. Frente desestabilizan los modos de intervención del sistema
a nosotros se desplegaba un vasto repertorio de con- político y las políticas públicas. Porque no es posible
flictos por el acceso a la tierra y los recursos: este fue un una respuesta focalizada en estas demandas; no se trata
momento de apertura cognitiva y de reformulación de exclusivamente de recursos materiales, de provisión de
nuestra agenda de investigación. La cuestión ambiental vacantes en la escuela o de políticas de reparación eco-
estaba presente en los barrios populares y, aunque no era nómica de los daños ocasionados. Muchas veces lo que
nombrada como tal, podía reconocerse en un sinnúme- se ha dañado no se puede reparar y lo que se requiere es
ro de conflictos en torno al acceso, disponibilidad, apro- un cambio sustancial en la definición del problema para
piación y gestión de la tierra y los recursos naturales. En sumar aspectos que tienen que ver con el tratamiento de
ese sentido, el problema era su escasa visibilidad y ello las desigualdades sociales.
se debía a que estas demandas estaban encabezadas por Por otra parte, pasado el largo interregno de crisis
actores sociales con mucha dificultad para hacerse oír. económica e institucional de los años noventa, esta hi-
Comencé a prestar atención a la construcción social pótesis en torno a la falta de movilización ambiental fue
y política de la cuestión ambiental desde un conjun- refutada por la acción misma de diferentes colectivos
to de prácticas organizativas que integran el campo de que, en diferentes lugares de Argentina y desde comien-
lo que Joan Martínez Alier (2004) ha denominado “eco- zos del presente milenio, han desarrollado diferentes ac-
logismo de los pobres” y que –de manera más precisa– ciones tanto de oposición a la minería a cielo abierto, al
hoy denominamos “ecologismo popular”. Cuando uno daño de los agroquímicos en la salud y la denuncia por
intercambia ideas con las y los protagonistas de estos los impactos sociales y ambientales del fracking, como
movimientos descubre que allí tiene lugar un proceso a la protección de humedales y la defensa de los glacia-
de construcción de conocimiento en torno a diferentes res. Y estas movilizaciones han empujado de diferentes
asuntos complejos que requieren la incorporación de maneras una juridificación del ambiente, ya sea por la ju-
saberes sociotécnicos. A quienes la degradación am- dicialización de los conflictos como por la presión social
biental les jaquea su supervivencia cotidiana, ya sea por por la sanción de leyes de presupuestos mínimos de pro-
los daños producidos por los basurales a cielo abierto, el tección ambiental, entre las cuales las más importantes
impacto de los metales pesados en la salud o las inun- son la ley de bosques y la ley de glaciares.
daciones recurrentes, les es dado iniciar sus propias in- Estos procesos sociales y políticos enriquecieron mi
vestigaciones para encontrar las causas y, sobre todo, mirada sobre la construcción de demandas en las que se
las responsabilidades de aquello que los afecta; y, para producen enlaces entre reclamos por el acceso a la tierra,

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la resistencia al centralismo de los gobiernos nacionales, Una perspectiva sociológica para el estudio de
la defensa de bienes comunes como el agua, los dere- los conflictos ambientales
chos indígenas, diversas vertientes del feminismo y el
ecofeminismo, la defensa de los territorios, la protección Esta perspectiva comparativa, que busca dar cuenta
de ecosistemas complejos como las cuencas o las onto- de las formas de estructuración de los conflictos y de sus
logías relacionales que implican otra forma de entender consecuencias más allá de los casos, nos ha permitido
el lazo entre humano y no humano. Aquí el aprendiza- llevar adelante una investigación de largo plazo que ha
je más importante fue constatar que no existe un movi- sido publicada en tres volúmenes (Merlinsky, 2014; 2016;
miento unificado denominado “ambientalismo”; por el 2020). Quisiera presentar aquí algunas premisas que
contrario, es importante establecer en cada caso qué es orientan estas investigaciones y lo primero que debo
lo que se defiende y, para dar cuenta de ello, es necesario decir es que los conflictos son un elemento constitutivo e
comprender qué es lo que está en juego en cada conflicto. ineludible de las relaciones sociales. En general, cuando
Dos conflictos fueron particularmente decisivos tengo que presentar estas ideas ante diferentes expertos,
para esta construcción social y política del ambiente en actores de la tecnociencia, funcionarios y promotores
Argentina: el conflicto por las plantas de celulosa en el de proyectos que son resistidos por los colectivos, estoy
río Uruguay y el conflicto por la recomposición ambien- obligada a confrontar con un modo de concebir el con-
tal del Riachuelo, que –a partir de una denuncia presenta- flicto en tanto obstáculo o anomalía. Entonces tengo que
da por habitantes de Villa Inflamable– se transformó en explicar que para las autoras y autores de las ciencias so-
un caso judicial testigo en torno al derecho colectivo a un ciales, los conflictos son ámbitos de socialización, como
ambiente sano. Los dos casos fueron muy importantes aseguraba Simmel; son un elemento estructurante de las
en términos de reflexionar sobre el proceso de selección relaciones de clase, como lo señalaban Marx y Engels, y
social del riesgo. A partir de estos casos, el tema ambien- también son formas de expresión de diferentes maneras
tal ingresó en las políticas públicas (esto no quiere decir de antagonismo político, como diría Chantal Mouffe​.
que sea un asunto resuelto), las movilizaciones ambien- Si queremos acercarnos al modo en que los actores
tales ganaron presencia pública y el tema empezó a ser piensan su práctica social será importante considerar
concebido en materia de derechos. Esto último tuvo que las condiciones sociohistóricas que generan los conflic-
ver específicamente con el conflicto por la recomposi- tos y, desde ese lugar, prestar atención al mensaje que
ción ambiental de la Cuenca Matanza-Riachuelo, donde traen los actores que son parte del campo contencioso.
la intervención de la Corte Suprema de Justicia de la Para ello será necesario eludir una perspectiva norma-
Nación implicó el tratamiento del problema en térmi- tiva que busque lograr el consenso a cualquier precio y
nos de un derecho constitucional de carácter colectivo: tomar distancia de aquellos relatos y narrativas que solo
el derecho a un ambiente sano. buscan imponer un orden social autoritario.
Sin embargo, como se ve claro en el caso del En este sentido, conviene cambiar la mirada y en-
Riachuelo, la existencia de consenso en torno al daño tender que conflicto no es igual a obstáculo; esto nos per-
terminal (es una de las diez cuencas más contamina- mitirá entender cuestiones clave que están en juego en
das del mundo) no implica que –a más de una década la estructuración de un problema y que habitualmente
de la declaración de competencia originaria de la Corte quedan invisibilizadas. Si miramos a través del conflic-
Suprema de Justicia de la Nación– este asunto se haya to estaremos en condiciones de desarrollar un análisis
resuelto. La recomposición ambiental del Riachuelo dinámico del campo contencioso para dar cuenta del
implica hacer frente a la complejidad de un conflicto de modo en que emerge un nuevo orden de problemas.
escala metropolitana, que afecta varios millones de per- Es importante entender que la mirada de los actores
sonas e involucra un conjunto de desigualdades en el evoluciona junto con los acontecimientos y debo decir
acceso a la ciudad; todo ello hace que sea de muy difícil que es fascinante descubrir que hay ciertos lengua-
resolución (Merlinsky, 2013). jes para nombrar los problemas que antes no estaban

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ARTÍCULOS

disponibles y que empiezan a formar parte de los reper- el ámbito local, regional, nacional o internacional, suele
torios de los actores. ocurrir que el mismo conflicto es definido de manera
En la Cuenca Matanza-Riachuelo hay organizacio- distinta en cada uno de esos niveles. Lo que allí tenemos
nes que defienden los humedales y estas iniciativas eran es que hay varios conflictos, que se relacionan entre sí
incluso anteriores a la judicialización del conflicto. A de maneras impredecibles, a pesar de que todos ellos
partir de la creciente repercusión del caso judicial, estos utilicen como referente a los mismos hechos que han
actores pudieron iniciar un proceso de puesta en agenda ocurrido en un lugar determinado. Por ejemplo, cuando
del tema. Y quienes integran las asociaciones son los que la sentencia de la Corte Suprema de Justicia llegó a los
han logrado crear estatutos especiales para la delimita- barrios populares de la Cuenca, el derecho al ambien-
ción de esos sitios como áreas de reserva y son también te sano quedó retorcido en un argumento inverso que
quienes explican el tema con palabras apropiadas y implicaba la exigencia del desplazamiento de las vi-
logran adaptarlo al lenguaje científico para dar a conocer viendas ubicadas en el camino ribereño. Esto desató (o
cuáles son las funciones ambientales que cumplen estos mejor dicho reabrió) un conflicto por el acceso al suelo
sitios en materia de regeneración de ambientes dañados. urbano y el derecho a la vivienda. Otro ejemplo surge de
Y cuando nos dicen esto, estos actores no copian las de- examinar lo que ha sucedido con la sanción y posterior
finiciones que están en los libros, hacen una adaptación aplicación de la Ley de Protección de Bosques Nativos
del lenguaje a partir de sus formas de cohabitar en esos en Argentina. Al igual que el resto de las leyes de presu-
espacios, sus modos de circulación y también con el puestos mínimos, requiere de un proceso de reglamen-
valor que le asignan al paisaje. Es preciso decir que este tación a través de la sanción de leyes provinciales de
uso de un lenguaje contraexperto se deriva del conflicto, ordenamiento territorial de los bosques nativos. En cada
dado que no estaba antes disponible en los repertorios provincia hay diferentes niveles de avance en términos
de los actores sociales. de su aplicación efectiva y en ningún caso se ha deteni-
Por esa razón, es muy importante estudiar las con- do el proceso de deforestación; ello se debe a que la re-
diciones de producción de los conflictos dejando de glamentación está atada a la dinámica de los conflictos
lado una mirada que analiza los fenómenos a partir de territoriales en cada provincia donde actores económi-
condiciones ideales o imaginadas. Esto implica además cos poderosos generan diferentes formas de veto, pues
alejarse de una visión iluminista que busca posicionar la su interés central está en la expansión de la frontera
agenda de los movimientos sociales. Al ser producto de agropecuaria.
un proceso de interpretación en plena evolución y, por La referencia a la productividad de los conflictos
ser un ejercicio de escritura plural, los análisis no pro- nos lleva a analizar su potencialidad para transformar
ponen una posición única de enunciación. La narración asuntos, debates y decisiones en otros ámbitos terri-
debe contener a las otras y los otros que son protagonis- toriales, jurídicos y político institucionales. No todos
tas de los conflictos; en ese sentido, hay una vocación de los conflictos logran repercusión y es interesante ver
permanecer abiertos a su encuentro. Aquí nuestro aporte las razones que están detrás. Muchas veces los activis-
consiste en un enfoque interdisciplinario y una metodo- tas se preguntan y nos preguntan qué deberían hacer
logía que se apoya en estudios de caso, algo que permite para lograr mayor repercusión pública. La respuesta
interesantes análisis comparativos. es muy difícil y es importante entender que, si se pro-
Es importante prestar atención a las arenas del con- ducen cambios en la forma de registrar el problema, si
flicto, allí donde se elaboran causas, bienes comunes y algunos temas entran en la agenda de la política pública
problemas públicos (Cefaï, 2002; Gusfield, 1981). La exis- es porque esos ámbitos de deliberación se pudieron ex-
tencia de estos espacios se reconoce a través de canales tender en diferentes escalas. Y ello tiene que ver con la
de expresión como la prensa, los espacios legislativos, capacidad política de ciertos actores de lograr ampliar el
los ámbitos judiciales, las protestas y los petitorios. Y lo reclamo y que este adquiera múltiples sentidos.
propio de los conflictos es que pueden desplazarse en Lo primero que hacen los actores es buscar elemen-
diferentes escalas. Cuando se observa la deliberación en tos que puedan amparar su reclamo, si existe alguna

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legislación a la que puedan recurrir y constituir como peligrosos en Warren County. Este movimiento ganó
una herramienta. Hay estudios específicos sobre la judi- visibilidad no solo por reclamar al Gobierno Federal por
cialización del conflicto para pensar de qué manera este acciones discriminatorias en las políticas de protección
procedimiento incide tanto en la reconfiguración de la ambiental, sino también por una campaña en la que de-
justicia como de la demanda. Esa ampliación del debate safiaron a las grandes organizaciones ambientalistas
público abre interrogantes sobre lo justo y lo injusto en como Sierra Club, Greenpeace, Amigos de la Tierra, el
determinadas elecciones institucionales y para exami- Fondo de Defensa Medioambiental, etcétera (conocidos
nar esa discusión hay que revisar cuáles son los modelos en Estados Unidos bajo el nombre de “los diez grandes”),
subyacentes acerca del orden social, el conflicto y el por su falta de involucramiento en las luchas de las co-
merecimiento. munidades de clase trabajadora, afroamericana y nativo
americana. En una carta enviada a este grupo insistie-
ron en la existencia de un sesgo racial en los procesos
La justicia ambiental. Una construcción desde de contratación laboral de estas organizaciones y en su
abajo falta de interés por cuestiones de la supervivencia de los
grupos de trabajadores y trabajadoras que están expues-
Han sido los movimientos de justicia ambiental en tos al peligro ambiental. En su carta ironizaron sobre la
diferentes partes del mundo los que han puesto en evi- extraña paradoja: un movimiento (se referían al movi-
dencia el lazo existente entre la desigualdad social y la miento ambientalista de grandes organizaciones) que
injusticia ambiental. Esto ha permitido definiciones de enaltece la armoniosa coexistencia de los individuos
la justicia ambiental elaboradas “desde abajo”, median- con la naturaleza y que se preocupa por su continua su-
te producciones de sentido e intensas políticas de co- pervivencia (especialmente de los problemas de pérdida
nocimiento que, como pudimos ver, implican también de hábitat), pero no muestra interés por supervivencia
nuevos vocabularios. Se trata de modalidades de cons- de los seres humanos que han perdido sus hábitats y sus
trucción social y política de la cuestión ambiental que fuentes de alimentación.
parten de problemas acuciantes de la reproducción Más allá de la frontera de Estados Unidos hay casos
social en conexión con demandas vinculadas al trabajo, resonantes y de enorme fuerza simbólica que entron-
el hábitat, el ambiente y la discriminación social. En can diversos reclamos por la justicia ambiental con una
ese sentido, es importante observar el desenlace de los visión en la que “naturaleza” y “ambiente” son percibidos
conflictos ambientales para identificar qué intereses como lugares y conjuntos de relaciones que sostienen
han prevalecido y cómo esto se ha saldado en términos un modo de vida; en palabras de Giovanna Di Chiro, esto
de los principios de justicia que orientan las elecciones implica proteger “el lugar donde vives, trabajas y juegas”
institucionales. (Di Chiro, 1998). Podemos citar varios ejemplos alrede-
El movimiento afroamericano por los derechos dor del mundo como el movimiento chipko en la India,
civiles en Estados Unidos dio el nombre de “racismo que es la expresión de la lucha de las mujeres durante
ambiental” a la localización deliberada de áreas de resi- casi cuarenta años por la conservación de los bosques
duos tóxicos en los sitios de residencia de las comunida- y en contra del monocultivo de árboles en las regiones
des afroamericanas. La alianza entre un ambientalismo del Himalaya, en las provincias de Garhwal y Kumaon
de base y los reclamos por derechos civiles dio lugar a (Shiva, 1991). También los movimientos que en Nigeria
un movimiento de justicia ambiental que ha dado bata- reclaman por vertidos de petróleo crudo y por la quema
llas en casos muy resonantes como el de Love Canal – de gas residual, acciones que contaminan el Delta del
un barrio en el que la instalación de viviendas sociales Níger y que han dado lugar a un movimiento de resis-
sobre un antiguo vertedero industrial trajo problemas tencia comunitario con momentos muy críticos de vio-
graves de salud a los niños de la comunidad–, o la acción lencia, tal como sucedió en 1995 cuando el poeta y líder
civil de bloqueo de los camiones que traían residuos comunitario Kenule Beeson Saro Wiwa fue asesinado.
con policrobifenilos (PCB) a un vertedero de residuos

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ARTÍCULOS

En América Latina esta discusión abarca aspectos al punto inicial sobre la dimensión cultural: los colecti-
que tienen que ver con la justicia global y l el persisten- vos hacen referencia al derecho a ser escuchado en los
te colonialismo de nuestras sociedades; de este modo, términos que dicta la propia cultura y a ser reconocidos
se ponen en cuestión aquellas inequidades entre países como sujeto de derechos.
que dan lugar a diferentes formas de deuda ecológica. La cuestión central que introducen los movimientos
Asimismo, se denuncian las prácticas económicas que de justicia ambiental se relaciona con el debate sobre la
desplazan la contaminación hacia los países del tercer desigualdad. Cuando los actores afectados por la con-
mundo y que también incrementan la carga del daño en taminación del Riachuelo reclaman por problemas de
aquellas regiones donde los trabajadores están menos salud colectiva o las madres del “Barrio Ituzaingó Anexo”
organizados (Acselrad et al., 2009). Los movimientos de- se movilizan por los casos de cáncer relacionados con
nuncian el acaparamiento de recursos como el agua, la las fumigaciones del agronegocio, de lo que nos hablan
tierra, la biodiversidad o infraestructuras sociales y de es de un problema en el que también se ponen en juego
saneamiento, aspectos que implican una amenaza para procesos discriminatorios.
la destrucción de empleos, comunidades, pueblos indí- En el ejemplo del Riachuelo, los barrios populares
genas y economías campesinas. de la cuenca no cuentan en el mapa, no son parte del
Está claro que no es posible referirse a las acciones paisaje urbano que se nombra y sigue pendiente una
colectivas en América Latina como si hubiera una fusión enorme deuda social en infraestructura de agua, sanea-
de identidades o como si los procesos sociohistóricos en miento y vivienda social. Y esto enseña mucho sobre
cada país se hubieran dado del mismo modo. Por el con- derechos desestabilizadores, porque se trata de un con-
trario, las definiciones localizadas de la justicia ambien- flicto estructural de escala metropolitana que tiene que
tal guardan diferencias importantes regionales e incluso ver con una forma de crecimiento urbano de espalda a
al interior de cada país. Del mismo modo, las construc- los ríos, un modelo de industrialización que se sirvió
ciones colectivas que buscan exponer la desigualdad del agua como colector de efluentes industriales y del
socioambiental se superponen con cuestiones de clase, reclutamiento de una mano de obra que migró para ser
de género y étnicas que son marcadores centrales de las parte de ese proceso de sustitución de importaciones y
desigualdades en América Latina. luego quedó excluida del mercado de trabajo, condenada
Es importante destacar el rol protagónico de las a vivir en sitios de degradación ambiental.
mujeres en estos movimientos. Las movilizaciones que Y aquí hay que tener en cuenta esta situación no es
dan lugar a diferentes conflictos ambientales muchas privativa de la Cuenca Matanza-Riachuelo, pues la su-
veces se originan a partir de intereses prácticos de perposición entre la vulnerabilidad social y el riesgo
género, es decir, la necesidad imperiosa de responder ambiental también ocurre en los territorios de la cuenca
a las demandas de la reproducción. Si esa “feminiza- del Río Reconquista. Al mismo tiempo, si la desemboca-
ción de la protesta” debe entenderse como resultado de dura del Riachuelo es más visible en el barrio de La Boca,
las relaciones sociales del sexo, lo interesante es que el esto sucede a expensas de una frontera borrosa un poco
proceso de organización de las mujeres genera condi- más al sur, casi sobre el Río de la Plata, donde se localiza
ciones para la redefinición del rol socialmente asignado el Polo Petroquímico Dock Sud. A la vera de estas insta-
como cuidadoras del ambiente y la salud para transfor- laciones, en Villa Inflamable, las familias sufren por pro-
marlo en una mirada sobre la interdependencia como blemas de salud derivados de la convivencia con suelos
base para su movilización política. y agua contaminados con plomo. Ya en 2003 un estudio
Los reclamos no solo incluyen el aspecto distributi- epidemiológico de salud de los niños en edad escolar
vo, es decir, cómo se reparte la carga del daño ambiental estableció que el 50% de los casos relevados presentaba
o los beneficios económicos, sino también cuestiones de concentraciones superiores a los 10 mg/dL de plomo en
reconocimiento, es decir, en torno a las políticas de repa- sangre, es decir que se hallaba por fuera de los rangos ad-
ración de los cuerpos afectados y los ambientes degrada- misibles para la salud humana (JICA II, 2003). Estos resul-
dos (Fraser y Honneth, 2006; Young, 1990). Y aquí vuelvo tados volvieron a confirmarse en un estudio realizado

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por la Autoridad de la Cuenca Matanza-Riachuelo, que la sentencia de la Corte Suprema de Justicia) se requie-
mostró que la diferencia entre los niveles de plomo en re modificar esquemas de funcionamiento institucional,
sangre y loa trastornos de desarrollo psicomotor iden- sistemas de reparto de poder jurisdiccional y un rol muy
tificados en Villa Inflamable duplica los valores regis- activo por parte del Estado en el control y la regulación
trados en otras villas y asentamientos de la Cuenca de las actividades económicas.
Matanza-Riachuelo (DPN, 2015). Y para que el reclamo por justicia ambiental tenga
Y fue precisamente el caso de los habitantes de Villa respuesta se requiere un rol activo de los reclamantes.
Inflamable el que estableció las bases para la denuncia Porque la justicia ambiental tiene que ver con la distri-
original por la recomposición ambiental de la Cuenca bución, el reconocimiento y con la posibilidad de alterar
Matanza-Riachuelo. Sin embargo, aun cuando hay un el balance de poder. Esto implica que los afectados sean
caso judicial abierto y se ha creado un organismo para considerados como parte del conflicto, que sus recla-
responder a la demanda, durante más de una década los mos sean reconocidos como intereses legítimos, que
grupos más afectados por la degradación ambiental no existan mecanismos de participación en las decisiones
han podido hacer oír su voz en lo que refiere a sus de- que puedan ser monitoreados y que se pueda mensurar
mandas por el derecho a la ciudad. Por un lado, no son si hay un cambio en el balance de poder a favor de los
un actor con voz en el proceso judicial; por el otro, las afectados. Para ello también debemos hacernos pregun-
medidas implementadas son fragmentarias, no atienden tas sobre nuestro trabajo de investigación: ¿qué conoci-
a la cuestión social y no incorporan criterios de justicia miento producimos? ¿el conocimiento de quién cuenta?
que reconozcan efectivamente (es decir con políticas pú- ¿dónde publicamos? ¿a qué públicos queremos llegar?
blicas efectivas) el derecho al agua y el saneamiento, al Es importante encontrar caminos para activar, visibi-
hábitat saludable, a la educación y a la salud, entre otros. lizar, conectar, poner en red todos estos saberes en un
Hay una espera expuesta que exige políticas de re- plano de igualdad, se llame esto ecología de saberes,
paración a los cuerpos afectados y a los ambientes de- comunidades de pares extendidos o investigación cola-
gradados y esto no es un problema de compensaciones borativa. Si esto sucediera estaríamos en mejores condi-
monetarias; por el contrario, el lenguaje al que se apela ciones de debatir en torno a las diferencias culturales y
refiere al derecho a ser escuchado en los términos que valorativas respecto a cómo se define lo justo y si la jus-
dicta la propia cultura y al reconocimiento como sujetos ticia ambiental cuenta en las decisiones institucionales.
de derecho. Y esto también muestra por qué los conflic-
tos ambientales son desestabilizadores tanto para el
sistema político como para los modos de hacer de las po-
líticas públicas. Para el sistema político porque no hay
manera de dar respuesta mediante los modelos tradicio-
nales de cambio de favores por votos, porque lo que la
gente pide cuando se involucra en estos conflictos son
cambios muy profundos; y, para las políticas públicas,
porque se requieren acuerdos muy fuertes de goberna-
bilidad que tomen en cuenta la complejidad ambiental
y que superen la visión estrecha de los límites físicos de
las jurisdicciones.
El conflicto por la recomposición ambiental de la
Cuenca Matanza-Riachuelo deja al desnudo una situa-
ción estructural, donde la causa de la violación de de-
rechos refiere a prácticas o políticas sistémicas. Para
mejorar la calidad de vida de la población que vive en
la Cuenca Matanza-Riachuelo (que es el eje central de

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ARTÍCULOS

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ARTÍCULOS

Casas construidas sobre un curso de agua en el Barrio


Rodrigo Bueno, Costanera Sur, Bs. As, Argentina.

PÁGINA 87 / NOVIEMBRE 2021 Foto: MPD-CABA


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Clothilde Baudouin, Fabian Lévêque , Karl Berthelot y Guillaume Faburel

Le droit a l’epreuve des injustices sociales,


climatiques et ecologiques
Retours d’expériences de Notre Affaire à Tous et bilan de l’enquête
« Vivre les fournaises urbaines »

El derecho a la prueba de las injusticias sociales, climáticas y ecológicas


Comentarios de Notre Affaire à Tous y resultados de la encuesta “Vivir en hornos urbanos”

Clothilde Baudouin Introduction


Coordinatrice de la vie associative - Notre
Affaire à Tous
Le droit doit étudier les inégalités climatiques et
Fabian Lévêque écologiques en milieu urbain pour mieux révéler les mé-
Doctorando, Université Lyon 2, UMR
canismes responsables de telles situations.
Triangle.
Qu’elles ou ils vivent dans les pays des Nords ou des
Karl Berthelot Suds, les populations les plus défavorisées sont toujours
Doctoranda, en la École des Hautes
bien plus exposées et vulnérables aux effets du change-
Études en Sciences Sociales (EHESS).
ment climatique : les inégalités des situations sociales,
Guillaume Faburel spatiales et économiques tendent d’ailleurs à se renfor-
Profesor, Université Lyon 2, UMR
cer en période de crise sanitaire. Habitant des environ-
Triangle.
nements exposés à de multiples pollutions et avec une
moindre capacité de protection face à la survenue de cer-
tains risques, les femmes et personnes isolées, les mino-
rités ethniques et raciales ainsi que les précaires sont les
premières victimes collatérales dans la plupart des ca-
tastrophes écologiques et climatiques. 
Plusieurs questions se posent dès lors : quelle attitude
ou positionnement adopter devant ces réalités vécues mais
pour le moins descriptives et par là même largement docu-
mentées ? Quels peuvent être les apports du droit devant de
telles situations d’inégalités ? Vaut-il mieux porter directe-
ment assistance aux premières concernées, les soutenir ju-
ridiquement dans les démarches de reconnaissance de leur

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statut de victimes ? A l’inverse ou en complémentarité, le l’environnement. Depuis 2015, l’association utilise l’arme
droit ne peut-il pas répondre à ces injustices en s’attaquant du droit pour protéger le vivant, les communs naturels
directement aux responsables de tels bouleversements et le climat et défendre l’intérêt général face aux intérêts
écologiques qui demeurent le plus souvent impunis privés et court-termistes qui détruisent notre planète,
devant leurs inactions. Ce sont autant de questionnements par inconscience ou indifférence.
qui ont largement impulsé la création de l’association Le sens de l’histoire est celui de l’élargissement des
Notre Affaire à Tous… A côté des actions juridiques, l’as- droits. Nous, êtres humains, avons lutté, pour nos droits
sociation s’est peu à peu concentrée sur la documentation civils et politiques, pour nos droits sociaux et culturels. Il
des impacts de l’inaction. Car mettre en lumière les respon- est désormais temps de nous battre pour nos droits envi-
sables du changement climatique nous mène incontesta- ronnementaux. Comme dans toute lutte pour une exten-
blement à reconnaître qu’il y a d’ores et déjà des victimes sion de nos droits, nous subissons des revers. Pourtant,
de l’inaction. Parce que les villes abritent une grande partie nous n’avons plus le temps d’attendre.
de la population française, une alliance est née entre Notre Sur tous les continents, le levier juridique face à
Affaire à Tous et des chercheurs et doctorants en sciences l’urgence climatique est de plus en plus mobilisé. Les
sociales afin d’étudier les vécus climatiques et les engage- contentieux climatiques se multiplient : des citoyennes
ments écologiques dans cinq villes du sud de la France. et des associations se tournent vers les tribunaux pour
Après avoir spécifié les actions menées par l’associa- faire respecter leurs droits, contestent le manque d’am-
tion Notre affaire à Tous en matière de droit environne- bition des politiques des Etats et dénoncent la responsa-
mental depuis son existence (I), cet article reviendra en bilité des entreprises les plus polluantes. Aux Pays-Bas,
détails sur l’analyse des inégalités sociales, climatiques en décembre 2019, la Cour Suprême de la Haye a confir-
et écologiques en France qui se trouvent exacerbées mé les jugements favorables rendus par le Tribunal de
dans le contexte contemporain de bouleversements (II). district de La Haye en 2015 et par la Cour d’appel de La
Le troisième temps dévoilera les résultats d’une enquête Haye en 2018, ordonnant à l’État néerlandais de prendre
réalisée à l’été 20191 sur les vécus habitants du change- toutes les mesures additionnelles pour réduire ses émis-
ment climatique, plus particulièrement dans les milieux sions de gaz à effet de serre d’au moins 25% d’ici fin 2020.
urbains méridionaux, et sur les engagements écolo- Une victoire historique pour l’association Urgenda qui a
giques qui peuvent s’ensuivre (III).  porté cette action en justice aux côtés de 886 néerlandais.
  es. Cette décision montre que le recours à la justice est un
outil effectif aux mains des citoyennes, permettant de
contraindre les pouvoirs publics à l’action par le droit2. 
I « Notre Affaire à Tous » : agir par le droit pour Nul n’est aujourd’hui tenu responsable de la dé-
mettre fin à l’impunité des responsables du gradation de notre environnement : ni les entreprises
changement climatique et protéger les droits pollueuses, ni les pouvoirs publics dont la mission est
fondamentaux pourtant la poursuite de l’intérêt général. C’est pourquoi
Notre Affaire à Tous agit pour construire de nouvelles
  responsabilités juridiques en matière environnemen-
Notre Affaire à Tous œuvre pour la justice cli- tale, à travers des actions en justice comme l’Affaire
matique, le respect et l’amélioration du droit de du Siècle, l’assignation de Total pour manquement au
devoir de vigilance, ou encore différents recours contre
des projets imposés et polluants partout en France.
1. FABUREL Guillaume, LEVEQUE Fabian, BERTHELOT Karl, GIRAULT Ma-
thilde, FERREIRA Loriane et NICOLAS Clémentine, Vivre les « fournaises
urbaines » Enquête sur les vécus climatiques et les engagements éco-
logiques dans les villes du sud de la France durant l’été 2019, Rapport 2. . Urgenda Foundation v. Kingdom of the Netherlands,
final de l’UMR Triangle pour Notre Affaire à Tous, décembre 2019, Climate Case Chart, Sabin Center for Climate Change Law, dis-
disponible sur : https://notreaffaireatous.org/une-enquete-inedite-sur- ponible sur : http://climatecasechart.com/non-us-case/urgenda
les-vecus-climatiques-dans-cinq-grandes-villes-francaises/ -foundation-v-kingdom-of-the-netherlands/

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La volonté de garantir la justice sociale et environne- nous efforçons de mettre en lumière les témoignages
mentale nous guide dans notre action en justice contre des citoyennes directement concernées et travaillons
l’État. Parce que la France a pris un retard conséquent sur à l’élaboration de nouvelles pistes d’action pour faire
l’ensemble des secteurs de sa politique climatique. En respecter les droits fondamentaux et améliorer le droit
matière d’efficacité énergétique des bâtiments surtout, de l’environnement. C’est ainsi que nous avons entamé
5 millions de ménages français vivent en situation de une réflexion autour d’une potentielle action de groupe
précarité énergétique3. Elle est également en retard en environnementale. 
matière d’efficacité énergétique dans les transports, Nous sommes convaincues que le droit peut consti-
puisqu’elle a beaucoup plus investi dans le transport tuer un levier de mobilisation citoyenne. Nos actions ne
routier que ferroviaire, perpétuant notre dépendance à la se définissent pas seulement par les outils juridiques :
voiture, et renforçant l’injustice que représente la fiscali- nous mobilisons et faisons vivre une communauté de
té environnementale actuelle4. Cette même fiscalité qui citoyennes impactées par le changement climatique,
pèse cinq fois plus dans le budget des ménages les plus d’élues locaux, de collectifs se battant pour la préserva-
modestes que dans celui des plus riches, alors que ces tion de leur environnement proche, à travers des péti-
derniers sont de 40 à 2000 fois plus pollueurs5. tions, des appels à témoignages ou encore des marches
Nos droits sociaux sont aujourd’hui remis en cause pour le climat. La mobilisation autour du droit est es-
par les crises environnementales et climatiques. Face à sentielle pour engager un rapport de force avec les res-
ce constat, Notre Affaire à Tous accompagne et protège ponsables de la crise afin de leur ouvrir les yeux sur les
les victimes du changement climatique pour faire conséquences concrètes de l’inaction climatique.
reconnaître leurs droits et l’obligation des pouvoirs Nos actions sont ainsi guidées par la volonté d’ins-
publics de les protéger. La justice climatique est néces- tituer un véritable droit environnemental et de la nature.
saire pour assurer l’état de droit et le contrat social. Les Nous voulons établir, par la jurisprudence, la transfor-
États doivent se doter de nouveaux instruments juri- mation de notre droit, et la mobilisation citoyenne, une
diques pour garantir les droits individuels et collectifs responsabilité de l’humain vis-à-vis de la nature.
de leurs citoyennes et protéger les droits de la nature et
du vivant. Nous connaissons l’héritage légué par le mou-
vement des droits civiques aux Etats-Unis qui proclama, II. Reconnaître et documenter les atteintes du
dès 1992, 12 principes pour la justice environnemen- changement climatique sur les droits fondamen-
tale6. Nous savons que les violences environnementales taux : focus sur les situations inégalitaires renfor-
s’ajoutent aux violences sociales, qu’elles ne font qu’un, cées par les effets du changement climatique et
et que la protection des droits de la nature est une condi- les crises écologiques 
tion de l’égalité et du respect des droits humains. Nous
Dans le monde entier, les plus vulnérables sont les
premiers à souffrir de la détérioration des écosystèmes.
3. Observatoire national de la précarité énergétique, disponible sur :
http://onpe.org/ Paradoxalement, c’est souvent par l’argument de la lutte
4. Demande préalable indemnitaire de l’Affaire du Siècle, Notre Affaire contre la pauvreté et pour le développement que les mé-
à Tous, Oxfam France, Greenpeace France, Fondation pour la Nature ga-projets industriels, destructeurs de l’environnement,
et l’Homme.
5. GADREY Jean, En France, les très riches émettent 40 fois plus de car- sont justifiés. Pour Notre Affaire à Tous, justice écono-
bone que les pauvres, mais les pauvres paient plus de 4 fois plus de mique, sociale, climatique et environnementale sont
taxe carbone en % de leurs revenus !, Alternatives économiques, 20 no- indissociables. Nous soutenons et défendons les po-
vembre 2018, disponible sur : https://blogs.alternatives-economiques.
fr/gadrey/2018/11/20/en-france-les-tres-riches-emettent-40-fois- pulations victimes de crimes environnementaux ou de
plus-de-carbone-que-les-pauvres-mais-les-pauvres-paient-plus-de-4- dégradations, pollutions et atteintes à l’environnement
fois-plus-de-taxe-carbone-en-de-leurs-revenus altérant leur capacité à jouir pleinement de leur droit à
6. DI CHIRO Giovanna «  La nature comme communauté  » in Hache
Emilie (dir.), Écologie politique. Cosmos, communautés, milieux, Édi- un développement inclusif et durable. Le « droit à un en-
tions Amsterdam, Paris, 2012. vironnement sain », droit constitutionnel inscrit au sein

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de la Charte de l’environnement, doit être garanti pour d’inégalités de santé, de logement, d’information, d’ac-
tous et toutes et reconnu comme un droit universel, in- compagnement face aux risques, d’accès à un environne-
temporel et inaliénable. Notre action est ainsi tout autant ment sain et préservé et à certaines activités récréatives.
environnementale que sociale et démocratique.
Un large pan de notre action se focalise sur la docu-
mentation des atteintes aux droits, le rassemblement et 1) L’émergence de la justice environnementale
la parole donnée aux « victimes » ou « témoins » de l’inac- en France et dans le monde
tion climatique, afin de reconnaître en justice les préju-
dices subis par les plus démunis face au changement Née aux Etats-Unis dans les années 1970, la notion
climatique et de leur assurer un accès effectif au juge. de «  justice environnementale  » (environmental justice)
A travers le projet «  Inégalités climatiques et envi- définit cette inégalité devant différents facteurs envi-
ronnementales  »7, nous montrons que les citoyennes ronnementaux : changement climatique, accès à l’eau,
français.es sont directement confrontées aux effets du partage des richesses issues de la biodiversité, etc. Pour
changement climatique dans leur vie sociale et écono- la première fois, le lien est fait entre la localisation d’acti-
mique. Il s’agit aussi de montrer que les personnes les vités polluantes, les rejets de déchets toxiques et les lieux
plus affectées par le changement climatique sont les de vie de minorités ethniques et sociales (afro-améri-
personnes les plus vulnérables socialement, économi- cains, populations autochtones, hispaniques)11, ce lien
quement, politiquement et à faire connaître les problé- ayant de graves impacts sur la vie quotidienne des po-
matiques qu’elles rencontrent. Car, à l’échelle mondiale, pulations. Rapidement, le terme de racisme environ-
les 10% les plus riches rejettent 50% du CO2 émis annuel- nemental est apparu. Les conséquences de l’ouragan
lement dans l’atmosphère, tandis que les 50% les pauvres Katrina à l’été 2005 à la Nouvelle-Orléans sont révéla-
n’en rejettent que 10%8. En France, les très riches émettent trices. Celui-ci a majoritairement touché les popula-
40 fois plus de carbone que les plus pauvres9, en cause tions noires et hispaniques à cause de leurs plus grandes
des déplacements en avion, des logements plus grands vulnérabilités et leur moindre résilience : évacuer leurs
et mieux chauffés, des équipements électroniques nom- quartiers d’habitation a notamment été plus difficile12. 
breux, une nourriture plus abondante et carnée. En France, c’est à partir des années 2000 que l’intérêt
Les plus pauvres sont les plus exposés aux risques pour les inégalités environnementales s’éveille dans les
environnementaux : qu’il s’agisse de pollutions, d’inon- champs de la recherche, notamment dans les sciences
dations, de sécheresse ou encore d’ouragans, les capaci- sociales. Les études mettent en avant le rapport entre
tés de résilience des personnes les plus précaires face à pauvreté, cohésion sociale, environnement et cadre de
ces risques est moindre et les risques sanitaires auxquels vie. Les questions mettent du temps à intégrer le débat
ils font face sont plus importants, notamment le risque public et restent d’abord réservées aux chercheuses et
de développer des maladies respiratoires chroniques10. chercheurs. L’opinion publique s’est encore peu emparée
Partout les inégalités s’accumulent et s’aggravent au de ces questions et les a peu réexploité en revendications,
contact de dégradations environnementales : qu’il s’agisse contrairement au mouvement américain de la justice en-
vironnementale. Elles intègrent le débat public à travers
7. Disponible sur : https://notreaffaireatous.org/inegalites-climatiques/ la question du droit à la ville et de la qualité de vie13. Au
8. GORE Timothy, Oxfam, Inégalités extrêmes et émissions de CO2, 2
décembre 2015. début des années 2000, les travaux de Lydie Laigle et
9. GADREY Jean, En France, les très riches émettent 40 fois plus de car-
bone que les pauvres, mais les pauvres paient plus de 4 fois plus de
taxe carbone en % de leurs revenus !, Alternatives économiques, 20 no- 11. CROSEMARIE Pierrette, Inégalités environnementales et sociales :
vembre 2018, disponible sur : https://blogs.alternatives-economiques. identifier les urgences, créer des dynamiques, 2015.
fr/gadrey/2018/11/20/en-france-les-tres-riches-emettent-40-fois- 12. KEUCHEYAN Razmig,  La nature est un champ de bataille : essai
plus-de-carbone-que-les-pauvres-mais-les-pauvres-paient-plus-de-4- d’écologie politique, 2018.
fois-plus-de-taxe-carbone-en-de-leurs-revenus 13. COSTES Laurence, Le Droit à la ville de Henri Lefebvre : quel hé-
10. WILKINSON Richard et PICKETT Kate, L’égalité, c’est mieux : pourquoi ritage politique et scientifique ?, Espaces et sociétés 2010/1 (nº
les écarts de richesse ruinent nos sociétés, 2013. 140-141), p. 177-191

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Vincent Oehler sur les inégalités environnementales14 propagation du virus18. L’Agence Européenne pour l’En-
ont abouti à l’identification de quatre inégalités envi- vironnement (AEE) a observé que la France et l’Italie, deux
ronnementales  : l’inégalité d’exposition aux nuisances des pays les plus touchés par l’épidémie sont d’ailleurs
urbaines (le bruit, la pollution, etc.) et aux risques (natu- les plus pollués en particules fines d’Europe. Nos modes
rels, technologiques, industriels, sanitaires), l’inégalité de vie urbains sont au cœur de ces dégradations : la
d’accès à l’urbanité et à un cadre de vie de qualité, l’inéga- pandémie de coronavirus est partie de Wuhan, « une ville
lité liée à l’héritage et au développement des territoires qui a subi fin 2019 près de deux mois d’un niveau excep-
urbains, l’inégalité d’agir sur l’environnement et d’inter- tionnel aux particules fines PM2.5 »19. Cette crise sanitaire
peller la puissance publique pour améliorer le cadre de mondiale a aussi montré l’exacerbation des inégalités
vie. Mais les approches des inégalités restent encore, sociales dans la crise sanitaire. Comme face aux dégra-
en France, bien trop statiques et descriptives. Les outils dations environnementales, les plus démunies sont les
communément employés par la puissance publique plus touchées et souvent ignorées des politiques pu-
(évaluation par la statistique, approche techno-centrée bliques : migrantes, personnes âgées et isolées, détenus,
de l’environnement, etc.) ne renseignent aucunement la travailleurs précaires, femmes occupant des métiers
dimension sensible des territoires de vie et la dimension à risques et sous-rémunérés (hôtesses de caisse, infir-
vécue des injustices15, et encore moins les dynamiques mières, aides-soignantes), personnes sans domicile fixe.
socio-spatiales et mécanismes politico-administratifs Les vulnérabilités se superposent. 
et démocratiques à l’œuvre derrière de telles situations
inégalitaires16.
Les inégalités environnementales affectent aussi la 2) Les (grandes) villes, fortement révélatrices
santé et plus largement les conditions de vie. Grandir de situations d’injustices socio-écologiques  : les
dans un milieu pollué augmentera les chances de outils réglementaires, une solution adaptée ?
maladies et diminuera probablement les possibili-
tés d’ascension sociale. Un rapport de l’OMS confirme Les villes, qui abritent près de 80% de la popula-
qu’une exposition à un environnement pollué et tion française, sont particulièrement vulnérables aux
dégradé renforce l’exposition aux risques de santé. risques liés au changement climatique et concentrent
Ainsi « l’environnement affecte de manière significa- 67 % des émissions (directes et indirectes) de gaz à effet
tive plus de 80% des principales maladies chroniques, qui de serre du pays20. La segmentation des villes ne fait
sont désormais à l’origine de près des deux tiers des décès que renforcer les impacts inégalitaires des dégrada-
annuels sur la planète »17.   tions environnementales et du changement climatique.
L’épidémie du COVID-19 a d’ailleurs montré que Les quartiers à forte vulnérabilité sociale subissent une
la pollution de l’air a été un facteur aggravant de la plus forte exposition aux risques et à la pollution ainsi
qu’une plus forte exposition sonore. Les populations
vulnérables ont également une capacité moindre à s’ex-
14. LAIGLE Lydie et OEHLER Vincent, Les enjeux sociaux et environ-
nementaux du développement urbain : la question des inégalités traire de la ville pour des activités de loisirs, à l’inverse
écologiques, Rapport final pour le PUCA – MELT, Centre Scientifique et
Technique du Bâtiment, Paris, 2004, 100 p.
15. DELDREVE Valérie, Pour une sociologie des inégalités environne- 18. Stéphane MANDARD, Coronavirus : la pollution de l’air est un facteur
mentales, Peter Lang, Ecopolis, Vol 24, Bern, 2015  ; Alice CANABATE, aggravant, alertent médecins et chercheurs, Le Monde, 30 mars 2020,
Comment saisir les inégalités environnementales?, Éléments de déchif- disponible sur : https://www.lemonde.fr/planete/article/2020/03/30/
frage en Seine-Saint-Denis. Les catégories mises à l’épreuve des vécus, coronavirus-la-pollution-de-l-air-est-un-facteur-aggravant-alertent-me-
Fondation d’écologie politique, décembre 2017 decins-et-chercheurs_6034879_3244.html
16. FABUREL Guillaume, « Les inégalités environnementales comme 19. Collectif, L’air que l’on respire, c’est le même pour tous…, La Tribune,
inégalités de moyens des habitants et des acteurs territoriaux », Es- 30 mars 2020, disponible sur : https://www.latribune.fr/opinions/
pace populations sociétés, 2008/1. tribunes/l-air-que-l-on-respire-c-est-le-meme-pour-tous-michel-jo-
17. Organisation mondiale de la santé, Prévenir la maladie grâce à un nasz-843768.html
environnement sain, une estimation de la charge de morbidité impu- 20. WWF France, Le défi climatique des villes : vers des métropoles
table à l’environnement, 2007, 19p. françaises alignées avec l’Accord de Paris, 2018

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des populations plus aisées qui, bien que vivant dans  A l’échelle des villes, les maires et les conseils mu-
les centres-villes très denses par rapport aux banlieues nicipaux ont donc le pouvoir de sanctuariser certains
parfois moins exposées, ont la possibilité d’y échapper espaces en révisant notamment les plans locaux d’ur-
régulièrement. Les expériences de canicules touchent banisme (PLU), ou PLU intercommunaux (PLUI), en dé-
également plus gravement les quartiers défavorisés clarant, par exemple, des espaces inconstructibles ou
par rapport aux quartiers favorisés, comme l’a montré encore en créant de nouvelles zones vertes. Faire respec-
la canicule de 200321. Au-delà des risques de mortalité ter les obligations environnementales à l’échelle locale
accrus, les périodes de canicule sont de manière géné- est possible et nécessaire. Les maires peuvent impul-
rale plus difficiles pour les personnes vivant dans des ser des changements majeurs. Si le PLU ne prend pas en
grandes villes, «  éloignées de la mer, dans un environne- compte les objectifs du SRADDET, il est en principe pos-
ment très urbanisé et sans végétation aux alentours, dans sible de demander au maire, qui a compétence pour le
un domicile vétuste… »22.  faire, de mettre à l’ordre du jour du conseil municipal son
La mise en œuvre concrète d’actions par les collec- abrogation ou sa modification. Un administré pourrait
tivités françaises a pris du retard dans la majorité des ainsi saisir le maire d’une demande en ce sens. Toutefois,
territoires : seules quinze collectivités ont établi un Plan il ne s’agit que d’un rapport de prise en compte et ceci n’a
climat-air-énergie territorial (PCAET)23, sur les 740 aux- donc pas de réelle force contraignante.  
quelles incombe cette obligation prévue par la loi de Face aux impacts des dégradations environnemen-
transition énergétique de 201524. Surtout, ces PCAET n’ont tales et du changement climatique dans les villes et le
aucune obligation d’être alignés sur l’Accord de Paris qui manque d’action politique, l’approche par le vécu et l’ex-
prévoit de maintenir le réchauffement global en dessous périence directe des populations dans les villes nous
de 2 ºC, voire de 1,5ºC d’ici à la fin du siècle. Pourtant, les semble essentielle. En effet, l’approche par les outils de
solutions sont connues : favoriser les mobilités douces mesure pour calculer des inégalités et les moyens de
et mettre en place des zones à faibles émissions, propo- l’urbanisme réglementaire pour planifier la transition
ser moins de viande dans les cantines scolaires, rénover ne permettent pas de renseigner un certain nombre de
les logements ou encore s’approvisionner en énergies situations d’injustices telles qu’elles sont vécues dans
renouvelables. les milieux de vie urbains. L’enquête «  Vivre les four-
La stratégie nationale bas-carbone (SNBC) française naises urbaines » est le fruit d’une alliance unique et es-
ne peut être appliquée sans une approche locale des sentielle entre Notre Affaire à Tous, l’Université Lyon 2
enjeux environnementaux et climatiques. Présentée et l’UMR Triangle25. Cette enquête inédite se concentre
comme un « outil fédérateur, de pilotage et de coordina- donc sur les vécus climatiques et les engagements éco-
tion », la SNBC s’adresse aux décideurs publics à l’échelle logiques de 130 habitantes de 5 grandes villes du sud
nationale, régionale et intercommunale. La stratégie est de la France. Les habitantes se mobilisent aujourd’hui
mise en œuvre sur le plan local par le SRCAE (Schéma ré- pour réclamer la justice et demander à vivre dans
gional du climat, de l’air et de l’énergie), puis par le futur des territoires vivables. 
schéma régional d’aménagement, de développement
durable et d’égalité des territoires (SRADDET) et par les
plans climat-air-énergie territoriaux (PCAET).

21. Ibid.
22. Agence française de sécurité sanitaire environnementale, Les re-
commandations “canicules”, disponible sur : https://solidarites-sante. 25. FABUREL Guillaume, LEVEQUE Fabian, BERTHELOT Karl, GIRAULT Ma-
gouv.fr/IMG/pdf/Les_recommandations_canicule.pdf: thilde, FERREIRA Loriane et NICOLAS Clémentine, Vivre les « fournaises
23. ADEME, Territoires & Climat, Mobilisons nos énergies, disponible urbaines » Enquête sur les vécus climatiques et les engagements éco-
sur : https://www.territoires-climat.ademe.fr/opendata logiques dans les villes du sud de la France durant l’été 2019, Rapport
24. Décret nº 2016-849 du 28 juin 2016 relatif au plan climat-air-éner- final de l’UMR Triangle pour Notre Affaire à Tous, décembre 2019,
gie territorial, JORF nº0150 du 29 juin 2016 disponible sur : https://notreaffaireatous.org/une-enquete-inedite-sur-
texte nº 5. les-vecus-climatiques-dans-cinq-grandes-villes-francaises/

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III. Les affects climatiques et les injustices y sont rarement discutées28. Sans compter que les expé-
socio-écologiques au fondement d’engagements riences ordinaires habitantes de ces bouleversements
politiques ordinaires. Le cas des « fournaises demeurent globalement exclues  des débats : rarement
urbaines ». les politiques urbaines appréhendent les ressentis
urbains des périodes de canicule ou bien encore les
Lieux de concentration d’une majorité grandis- incertitudes inhérentes aux futures conditions d’habi-
sante de la population mondiale, les villes, métropoles tabilité en milieu urbain. Pourtant, et c’est l’hypothèse
et mégapoles participent aux effets du changement cli- qui a guidé l’enquête «  Vivre les fournaises urbaines  »,
matique global tout en les subissant. Alors qu’elles ne les expériences sensibles et affectives, quotidiennes et
représentent que 2% de la surface de la Terre, les villes concrètes du changement climatique peuvent devenir
n’en sont pas moins responsables de 60% des émissions des leviers de concernement écologique29 et donc po-
de gaz à effet de serre et consomment 78% de l’énergie tentiellement d’engagement politique. Les formes d’at-
mondiale26. De nombreux travaux se sont centrés sur tachement qui peuvent unir les êtres à leurs milieux de
ces enjeux pour mieux comprendre le rôle des villes et vie ainsi que les expériences qui s’y déroulent orientent
des aires urbaines dans les altérations climatiques  : ils non seulement les comportements mais plus encore les
ont par exemple permis de révéler que les circulations rapports au monde, notamment dans des formes de vie
de l’air et le cycle de l’eau sont fortement perturbés dans renouvelées.
les milieux urbains. L’urbanisme moderne serait très lar- 130 entretiens semi-ouverts (2/3 de questions ou-
gement responsable de ces phénomènes : réduction du vertes, 1/3 de questions fermées) ont alors été menés
parcellaire pour concentrer, verticalisation du bâti pour dans 2 villes moyennes (Nîmes et Narbonne) et 3 métro-
densifier, imperméabilisation des sols pour viabiliser… poles du sud de la France (Toulouse, Montpellier, Mar-
au point de générer ce qu’il est désormais commun d’ap- seille). Le choix s’est porté sur ces villes méridionales
peler des « îlots de chaleur urbain » (ICU)27. car elles sont d’ores et déjà très exposées aux effets du
Or l’ensemble des solutions technologiques (pour changement climatique (inondations, sécheresses, cani-
améliorer l’adaptation et la résilience des villes) et les ins- cules)30 exacerbés par la densification. Les impressions
tances locales de démocratie participative (élaboration de «  fournaises urbaines  » telles qu’elles ont été expri-
citoyenne des plans climat urbains) ne permettent pas mées à travers des ressentis de suffocation et d’asphyxie
de soulever ou de répondre à l’envergure des problèmes estivales sont autant de manifestations concrètes des
posés par les évolutions métropolitaines (l’accentuation vécus habitants des changements climatiques, au fon-
incessante des logiques de densification, la concentra- dement de colères (1). Elles trouvent des relais directs
tion aiguë des activités économiques et des flux de cir- dans des mutations urbaines jugées responsables de la
culations, l’accélération forcenée des rythmes de vie, dégradation des milieux de vie et de situations d’injus-
les situations d’injustices écologiques et relégations tices socio-écologiques (2). L’inaction et la déconnexion
sociales que génèrent compétitivité et croissance mé- des responsables politiques aux préoccupations des
tropolitaine, etc.). Les problématiques des impacts écolo-
giques et climatiques engendrées par la métropolisation 28. Justice climatique et perspectives pour la France, les avis du CESE,
septembre 2016.
29. Issu de la sociologie de l’engagement, le terme de «  concerne-
ment » prend une dimension proprement écologique lorsqu’il désigne
26. Site de l’ONU Habitat  : https://www.un.org/fr/climatechange/ci- l’interdépendance affective aux situations environnementales et à
ties-pollution.shtml leurs maux que les individus entretiennent avec leur milieu de vie (Bru-
27. Les « îlots de chaleur urbaines » désignent un microclimat singu- net Philippe, « De l’usage raisonné de la notion de « concernement » :
lier aux villes durant l’été qui est influencé par des formes urbaines de mobilisations locales à propos de l’industrie nucléaire  », Natures
densité, des matériaux imperméables (ciment, béton, zinc, verre, etc.) Sciences Societes, 2008, Vol. 16, no 4, pp. 317‑325.).
et des activités anthropiques concentrées. La combinaison de ces 30. CRAMER Wolfang, GUIOT Joël et KATARZYNA Marini, « Les risques
éléments participe à une absorption accrue de l’énergie solaire qui, liés aux changements climatiques et environnementaux dans la
restituée lentement la nuit, crée des écarts notoires de températures région Méditerranée », Mediteranean Experts on Climate and environ-
entre un centre urbain et sa périphérie. mental Change, 2019, 36 p.

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ARTÍCULOS

habitant.e.s conduiraient à des opinions très critiques « Quand tu as des pics de pollution, c’est pas agréa-
à l’égard du champ politique traditionnel ainsi qu’à des ble. Tu suffoques, le métro, c’est un enfer. Ici tu as
formes renouvelées d’engagement (3). toujours ce petit air marin qui te rafraichit tou-
jours un peu plus que quand tu es en pleine ville,
en pleine fournaise où là, clairement, tu as pas d’air
1) Des impressions de fournaises urbaines du tout… » (Marseille, Vauban, Femme, entre 15
largement partagées et 29, profession intermédiaire).

L’épreuve des épisodes caniculaires Au-delà de la seule suffocation, l’augmentation de


Par la concentration des activités et la verticalisation la température participerait selon les habitantes à la
du bâti, les (grandes) villes sont des lieux où les épisodes concentration dans l’air de particules polluantes à l’ori-
de fortes chaleurs sont particulièrement exacerbés, du gine de problèmes sanitaires. Des Montpelliéraines et
fait de la présence des ICU. 56 % des habitantes interro- des Marseillaises racontent avoir contracté de l’asthme
gées affirment ainsi que l’augmentation significative depuis leur arrivée en ville et faire régulièrement des
de la température estivale influe déjà sensiblement sur crises en période de canicule. Certaines ont raconté la
leurs manières de vivre. Les chaleurs ralentissent et fa- rudesse de la vie urbaine durant l’été qui n’épargne d’ail-
tiguent les corps qui ne parviennent pas à récupérer lors leurs pas les villes de moindre taille, telle Narbonne :
des phases de sommeil. Les rythmes ordinaires de vie
tendent alors à s’adapter aux besoins vitaux : « Moi aussi, je suis asthmatique et le changement
du climat m’épuise. Cela fait deux jours que je
«  En ce moment, c’est particulier. Il y a quelques prends des médicaments et je ne suis pas bien. Je
jours où je sortais à six heures du mat‘ pour rejoin- suis asthmatique et allergique. Des fois, j’ai des
dre un vieux copain qui a un traitement un peu crises d’asthme. Ce matin, j’ai pris une bouffée de
lourd, qui ne supporte plus la chaleur. Donc on sort Ventoline, c’est épuisant. » (Narbonne, Saint-Jean
tôt le matin pour marcher, profiter de l’extérieur. » Saint-Pierre, Femme, entre 30 et 44 ans, sans ac-
(Marseille, Noailles, Femme, entre 60 et 74 ans, tivité professionnelle).
retraitée31).
Ces ressentis dépendent de l’âge, du milieu social
Ces périodes de chaleur inquiètent quant à leurs et des conditions physiologiques des personnes inter-
répercussions sur les personnes les plus vulnérables, rogées. Ils peuvent également varier suivant les trajec-
comme les enfants en bas âge et les personnes âgées. toires résidentielles des habitantes : le climat ensoleillé
Des sensations de saturation et de suffocation et chaud est justement évocateur d’un style de vie méri-
Ces constats sont appuyés par des sensations d’as- dional. L’accès facilité à des espaces de rafraichissement
phyxie croissantes  : «  la ville nous fait suffoquer, l’air est (mer, rivières, arrière-pays) contribue sûrement à apaiser
rare  » (Montpellier, Port-Marianne, Homme, entre 30 et ces ressentis de fournaises urbaines.
44 ans, en insertion professionnelle). Dans les milieux Des inquiétudes latentes et des colères en sourdine
urbains à forte densité, sans véritables espaces de dé- Les observations et ressentis du changement cli-
compression, le champ lexical de l’asphyxie est apparu matique en milieu urbain génèrent inquiétudes et an-
largement structurant, dans les villes moyennes mais goisses. Plus des 2/3 des répondantes déclarent être
plus encore dans les grandes villes de l’enquête : affectées émotionnellement par le changement clima-
tique. Des sentiments comme le doute, la crainte et la
31. Tous les entretiens réalisés au cours de cette enquête ont été colère sont prégnants dans les discours :
anonymisés. Pour donner néanmoins quelques éléments pour contex-
tualiser les propos reportés, ont été systématiquement demandé les
données relatives à l’âge, au sexe, à la profession et catégories so- « Ça me touche énormément, je suis triste, ça me
cio-professionnelles et au quartier de résidence. met en colère parfois. Quand tu te dis que tu peux

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rien y faire mais que ça va être dur, qu’il va falloir Cette impression de densité est également inhé-
vraiment s’y mettre tout de suite, ça me rend surtout rente à l’accroissement de nouvelles populations, princi-
triste. Parfois, on se dit qu’on est presque dans une palement l’été avec l’arrivée de touristes et la saturation
impasse.  » (Marseille, Quartier Nord, Homme, circulatoire sur le littoral. La densification induit une mi-
entre 15 et 29 ans, étudiant) néralisation des sols puisqu’elle réduit la superficie des
espaces verts et de rafraîchissement mais aussi la place
L’expression de ces craintes et colères trouve di- de l’habitat écologique disposé à la faune et la flore. La
rectement un écho dans les orientations des politiques métropole n’offrirait ainsi pas d’espaces aérés, surtout
urbaines et métropolitaines largement questionnées et pendant les canicules :
critiquées.
« C’est animé mais ça fatigue mentalement d’être
dans un endroit toujours entouré de plein de
Un fort sentiment d’injustice face aux politiques monde, où on n’a pas beaucoup… la nature, c’est
métropolitaines ça, le vrai espace de repos. Une ville, par définition,
c’est très minéral. Alors ça ne donne pas beaucoup
L’évolution de ces affects est liée aux caractéris- d’espaces de repos, à part des parcs… un peu chez
tiques morphologiques des villes et à leurs dynamiques soi… » (Marseille, Quartier Nord, Homme, entre
récentes de métropolisation. Le sentiment croissant 15 et 29 ans, étudiant)
d’insatisfaction des milieux de vie urbain tend alors à se
confirmer32. Quelques nuances restent néanmoins à apporter.
Des affects à l’origine des critiques des politiques Ces phénomènes de densification et d’artificialisation
d’urbanisation sont surtout observés dans les grandes villes de l’en-
Les causes de telles dégradations sont à trouver quête. Les aménagements des espaces publics, cités à
du côté de deux dynamiques d’urbanisation  : la densi- Nîmes et Narbonne, viendraient davantage améliorer
fication et l’artificialisation. 76% des enquêtées disent les conditions de vie, en même temps que signifier un
avoir remarqué des changements dans leur cadre de rattrapage économique des villes moyennes (embellis-
vie et parmi ces évolutions remarquées, 43% relèvent la sement des espaces publics et aménagement des berges
densification de leur environnement. Cette dernière af- à Narbonne et la construction du Musée de la Romanité
fecterait les perceptions climatiques et dégraderait les à Nîmes).
conditions de vie urbaine, particulièrement durant les Des politiques de métropolisation accélérant la dégra-
épisodes de fortes chaleurs et dans les quartiers popu- dation du bien-être en ville
laires plus minéralisés : Derrière les politiques d’urbanisation, les habitantes
reprochent certaines orientations prises par les pou-
« De par l’architecture de la ville, il y a des avanta- voirs publics, notamment la conduite de projets favo-
ges et des inconvénients. Vu que tout est recentré, risant le tourisme de masse et les projets d’attractivités
ça fait très fermé, on a très vite très, très chaud. Le métropolitaines33. L’expansion des villes est à relier aux
canicule se fait ressentir, c’est un truc de malade. logiques capitalistiques propres à la mise en tourisme et
Là aujourd’hui, il fait 40ºC et c’est vite chiant  !  ». à la gentrification des quartiers centraux34, à Marseille
(Toulouse, Capitole, Homme, entre 15 et 29 ans, notamment. A l’unanimité des habitantes interrogées,
employé)
33. BOUTAUD Aurélien et GRALEPOIS Mathilde, « Les écoles de pensée
en urbanisme face à la métropolisation », EcoRev’, 2009.
34. CLERVAL Anne, Paris sans le peuple. La gentrification de la capitale,
32. FABUREL Guillaume,  Les métropoles barbares. Démondialiser la La Découverte, 2013 et Pattaroni Luc, « Le nouvel esprit de la ville. Les
ville, désurbaniser la terre, Lyon, France, le Passager clandestin, 2018 luttes urbaines sont-elles recyclables dans le « développement urbain
(rééd. 2019). durable » ? », Mouvements, nº 65, 2011, p. 43-56

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ARTÍCULOS

les villes ne sont pas suffisamment engagées dans des Ces dynamiques de métropolisation ont pu être
politiques d’adaptation ou de lutte contre les effets du tenues responsables du délitement des formes urbaines
changement climatique. Des attentes ont été exprimées classiques (ex  : des cœurs de quartiers au bâti bas, des
en termes d’amélioration des réseaux de transports en constructions vernaculaires « bioclimatiques », un tissu
commun afin de limiter les nuisances propres au trafic viaire étroit) et des sociabilités plus traditionnelles, non
automobile (pollution, détérioration de la qualité de l’air, seulement dans les anciens quartiers mais aussi dans les
exposition aux bruits) et de renaturation des cadres de villages d’arrière-pays :
vie comme autant d’espaces de respiration et d’aération
en ville. « C’est une ville très étendue et y’a beaucoup de vi-
Il n’est pas rare aujourd’hui de voir se multiplier des llages qui se sont fait avaler par Marseille, la mé-
actions citoyennes s’appropriant ces enjeux de végétali- tropole est en train de bouffer tout ce qu’elle peut
sation. Dans certaines grandes villes nord-américaines, bouffer. » (Marseille, Noailles, Femme, entre 60
et également de plus en plus en France, des habitantes et 74 ans, retraitée)
«  dépavent  » ainsi certaines rues35 pour y cultiver des
plantes. Favorisant les engagements communautaires, Des injustices socio-écologiques démultipliées par les
ces projets risquent néanmoins de participer insidieu- changements climatiques
sement à l’éco-gentrification de certains quartiers36, au Les décisions en faveur du développement écono-
même titre que la création de jardins partagés ou l’amé- mique à l’échelle métropolitaine et urbaine renforcent
nagement de « ruelles vertes », à Vancouver notamment37. des sentiments d’injustices parce qu’il renvoie à une hié-
Quelques personnes interviewées ont d’ailleurs rarchisation des intérêts et donc des publics et territoires
déjà pointé la mise en œuvre de projets écologiques concernés, en privilégiant des activités lucratives, par
dans certaines villes de l’enquête, mais, selon elles, cette exemple le tourisme. Sous cet angle, certaines font ainsi
tendance apparait incompatible avec la poursuite d’ob- référence à des disparités spatiales dans l’offre d’espaces
jectifs spéculatifs et accumulatifs liés à la construction verts davantage concentrés et entretenus dans les quar-
immobilière et à l’aménagement : tiers aisés. Le développement de nouvelles lignes de
transports en commun suivrait cette même logique. De
« Il y a quelque chose que je reproche : ils font trop même, la vétusté des parcs immobiliers des villes ren-
d’immeubles. Je trouve que l’urbanisation prend de forcerait la précarité énergétique des populations les
plus en plus, et même dans de quartiers comme les plus fragiles économiquement. Les inégalités au sein du
Hauts de Narbonne. Ils détruisent les collines, les parc immobilier dans les villes ont notamment été sou-
montagnes pour faire de plus en plus de logements. levées par des Narbonnaises, qui y voient une contrainte
Partout, dès qu’il y a un terrain de libre, ils mettent majeure dans les possibilités de conversion écologique
des immeubles. Je trouve à qu’à un moment, c’est des modes de vie :
paradoxal  : on veut s’engager pour la nature et
l’écologie et, en même temps, on détruit les habitats « Nous sommes dans des quartiers très anciens, en
naturels dans les garrigues ». (Narbonne, Quai de grande précarité énergétique avec des habitants
Lorraine, Homme, entre 45 et 59 ans, employé) qui ne sont pas en mesure de pouvoir vivre cette
mutation climatique. Cela freine sur leur rôle par
rapport à une citoyenneté écologique. C’est diffi-
cile pour un habitant qui rencontre d’énormes di-
35. Le mouvement Depave Paradise (http://depaveparadise.ca) est fficultés sociales, financières, de santé, de pouvoir
répandu dans plusieurs grandes villes canadiennes. se préoccuper de ce genre de choses. » (Narbonne,
36. DOOLING Sarah, « Ecological gentrification: re-negotiating justice in Saint-Jean Saint-Pierre, Femme, entre 15 et 29
the city », Critical Planning, no 15, 2008, p. 40-57.
37. QUASTEL Noah, « Political ecologies of gentrification », Urban Geo- ans, employée)
graphy, vol. 30, nº 7, 2009, p. 694-725.

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Il existe un sentiment quasi-unanime d’injustice Tout d’abord, certaines situations sociales ou géo-
pour 88% des répondantes concernant les inégalités graphiques ne peuvent y conduire. L’écocitoyenneté
propres aux effets des changements climatiques38. relayée par les pouvoirs publics nécessite en effet des
Quand ce sentiment ne concernait pas leur situation conditions de vie décentes, là où les sollicitations nor-
personnelle, il évoquait plutôt la place des générations matives sont certainement les plus nombreuses. Des
futures auxquelles on lèguerait des situations d’habiter mesures d’aides ou d’accompagnement devraient être
de plus en plus invivables mais également celle des po- mises en place pour aider les ménages plus précaires et
pulations plus vulnérables (personnes âgées) ou dému- ne pas renforcer les situations d’inégalités déjà mention-
nies (classes populaires et migrants climatiques)39. nées. Ensuite, malgré leur amplification remarquée, les
changements à l’échelle individuelle seraient insuffi-
sants pour opérer et pérenniser des évolutions structu-
3) Une désaffection des pouvoirs publics à relles à la hauteur des enjeux climatiques et écologiques.
l’origine d’engagements ordinaires ambivalents 15% des personnes interrogées ont souligné l’importance
d’actions collectives plus radicales malgré des réfé-
La normativité de l’écocitoyenneté en question : un sen- rences systématiques aux écogestes :
timent habitant d’impuissance
Pour pallier les effets du changement climatique, «  A titre individuel, je me déplace à vélo, j’essaie
les conduites collectives et pratiques quotidiennes des d’acheter ma nourriture auprès de producteurs
citoyens sont largement sollicitées40. A cet égard, près qui produisent localement et selon les règles
de 58% des enquêtées se déclarent engagées en faveur de l’agriculture biologique, mais je ne suis pas
de l’écologie. Même si l’engagement a été très diverse- dupe. Je pense que le changement ne viendra pas
ment entendu, ses thématiques portaient essentielle- par l’addition des bonnes pratiques et les vertus
ment sur des actions individuées  emblématiques des individuelles ne sauveront pas le monde. Il faut
éco-gestes : tri des déchets, changements dans les ha- politiquement s’organiser et décider de tenir
bitudes de consommation alimentaire, adaptation des compte des limites de la planète et s’autolimiter ».
comportements en matière de mobilité, rupture dans (Marseille, Belsunce, Homme, entre 45 et 59 ans,
les trajectoires professionnelles. Mais cette conver- sans activité professionnelle)
sion écologique des modes de vie a pu faire l’objet de
vives critiques face à la responsabilisation individuelle Ces comportements écologiques constitueraient
qu’elle induit41. une des stratégies politiques pour détourner l’attention
des habitantes de l’inaction politique face aux enjeux cli-
matiques42. Elle est induite par les discours considérés
38. LARRERE Catherine (dir.), Les inégalités environnementales, PUF, comme étant culpabilisants et des mesures restrictives.
2017. L’application des vignettes Crit’air pour les voitures in-
39. THEYS Jacques, «  Pourquoi les préoccupations sociales et
environnementales s’ignorent-elles mutuellement  ? Un essai d’inter- dividuelles face à la possibilité pour les paquebots de
prétation à partir du thème des inégalités écologiques », in BAULER T., croisière de continuer à amarrer dans le port ont souvent
CORNUT P. et ZACCAÏ E. (dir.), Environnement et inégalités sociales, Edi- été pris comme exemples à Marseille. Au-delà de l’as-
tions de l’Université de Bruxelles, 2007, p. 23-35 et EMELIANOFF Cyria,
« Les inégalités écologiques et environnementales au point de rupture pect punitif qui a pu être exprimé, il s’agissait surtout de
d’un modèle de développement ? », Urbia, nº11, 2010, p. 181-202. pointer les différenciations et les injustices véhiculées
40. CHRISTEN Guillaume et HAMMAN Philippe, «  La transition éner- par le traitement politique et institutionnel des enjeux
gétique face aux inégalités écologiques urbaines  », Géographie,
économie, société, vol. 20, 2017, p. 267-293. écologiques au niveau municipal. Alors même que les
41. HACHE Emilie, « La responsabilité, une technique de gouvernemen-
talité néolibérale ? », Raisons politiques, 2007, nº 28, vol.4, pp. 49-65 et
GROSSETETE Matthieu, « Quand la distinction se met au vert. Conver- 42. COMBY Jean-Baptiste et MATTHIEU  Grossetête, «  «  Se montrer
sion écologique des modes de vie et démarcations sociales », Revue prévoyant » : une norme sociale diversement appropriée », Sociologie,
Française de Socio-Economie, vol. 1, nº22, 2019, p. 85-105. vol.3, nº 3, 2012, pp. 251-266.

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ARTÍCULOS

pouvoirs locaux détiennent des compétences majeures des activités de lobbying, et le pantouflage entre ces
dans le champ de l’urbanisme et de l’aménagement, les sphères privées et publiques. Ces constats partagés
comportements individuels sont alors, pour les habi- viennent nourrir des attentes déçues, des espoirs déchus
tantes rencontrées, considérés comme des variables et des sentiments d’insatisfaction au sujet des institu-
d’ajustement. tions, ne pouvant faire fi de ces problèmes socio-écolo-
L’inaction politique et le dévoiement institutionnel de giques sans toutefois vraiment s’en saisir. Pourtant, des
l’écologie acteurs locaux prennent déjà des mesures pour conte-
La moitié des répondantes de l’enquête men- nir certaines dérives capitalistiques, en restreignant
tionnent les Etats et les collectivités locales comme les par exemple la place de l’affichage publicitaire dans les
principaux acteurs devant agir en priorité pour limiter espaces publics.
les effets du changement climatique. Mais une bonne Le désir de renouer avec d’autres formes de vie plus
fraction des enquêtées signalent également la totale in- sobres et conviviales
capacité des gouvernants à y répondre. Ces acteurs po- Devant ce constat d’emballement urbain et de dérè-
litiques seraient dépassés par l’ampleur du problème, glement accéléré, face aux sentiments croissants d’in-
dissimulant leur manque de compétences par un dis- justices et d’impuissance, des habitantes en appellent à
cours de maîtrise et d’engagement : d’autres formes d’action collective pour enrayer la distan-
ciation aux instances politiques traditionnelles et ainsi
« Les politiques ne font qu’accompagner un mou- faire émerger d’autres types d’engagement43. Des habi-
vement qui les dépasse. Ils sont impuissants à l’ex- tantes entament des changements dans leurs rapports
trême aujourd’hui. Ils sont infoutus de réfléchir aux milieux de vie, en faisant revivre des savoirs locaux
différemment à l’économie, à la création de valeur, dans des pratiques de jardinage mais aussi d’autres so-
à la mesure de la richesse. C’est catastrophique… » ciabilités locales en investissant les parties communes
(Marseille, Noailles, Femme, entre 45 et 59 ans, des immeubles. Il s’agirait davantage de privilégier des
profession intellectuelle supérieure) valeurs d’entraide et de respect plutôt que de mise en
concurrence et de prédation. A Marseille, sur la Cane-
Le terme même d’« écologie » se verrait ainsi dévoyé, bière, plusieurs habitantes d’un immeuble se sont ainsi
vidé de sa substance sociale et politique. Il serait ins- organisées pour aménager sur la rue un « conservatoire
trumentalisé dans le but de promouvoir des projets de marseillais de la menthe  ». Les résidentes mais aussi
greenwashing au point de renforcer un sentiment déjà les passantes sont invitées à se servir en menthe, sans
marqué de défiance à l’égard de la puissance publique : aucune forme de contrepartie, avec la possibilité laissée
d’en faire des boutures, la plante se prêtant au foison-
«  C’est beaucoup de récupération, beaucoup de nement, au don ou au partage. Un autre collectif d’habi-
bien-pensance. C’est mon avis tranché. Les bêtes tantes situé dans les quartiers Nord de Marseille, « l’hôtel
sont aujourd’hui nourries avec du soja. On a dé- du Nord », propose un modèle alternatif au tourisme de
foresté l’Amazonie pour nourrir toutes les bêtes masse balnéaire et axé sur les vécus d’habitantes popu-
du monde. Aujourd’hui, pour remplacer le pétrole, laires. Il mise sur l’hospitalité et sur une ouverture plus
on pense à quoi  ? A planter des kilomètres et des concrète et ancrée aux modes de vie locaux grâce à un
hectares de colza pour raffiner des pétroles [in- système d’hébergement chez l’habitant, en périphérie de
sistant sarcastiquement] naturels  ». (Marseille, la centralité urbaine et des vitrines standardisées de la
Roucas-Blanc, Homme, entre 15 et 29 ans, sans cité phocéenne.
activité professionnelle)
43. AFEISSA Hicham-Stéphane, «  «  Du possible, sinon j’étouffe ! »
L’inaction remarquée des politiques vient enfin L’écologie politique au temps des catastrophes », in Antonioli Manola
(dir.), Théories et pratiques écologiques. De l’écologie urbaine à l’imagi-
souligner, d’après les habitantes, les collusions entre nation environnementale, Presses Universitaires de Paris Ouest, 2013,
grands milieux d’affaires et décideurs politiques, par p. 67-78.

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Il s’agit ainsi de soutenir l’idée de cultures popu- climatiques des grandes villes, ces ressentis largement
laires44 et relationnelles45 de l’écologie, où chacun.e partagés engagent les prémices d’une recomposition des
pourrait contribuer à sa manière, quels que soient les « subjectivations politiques »48, entendues ici comme les
niveaux de compétences et les situations socio-écono- transformations individuelles des rapports au monde.
miques. Ces formes d’autonomie dans l’engagement Cette subjectivation traduit des incorporations conflic-
construisent progressivement une critique sociale tuelles entre, d’un côté, des injonctions écocitoyennes
existentielle, où les styles de vie présentent une portée et des appels à la responsabilisation individuelle de la
politique ordinaire46. Cela permettrait aussi selon les part des pouvoirs publics et de l’autre, des affects liés à la
personnes interviewées d’engager une transformation dépossession des capacités d’intervention sur les trans-
plus profonde des sociétés actuelles, allant à l’encontre formations urbaines et aux injustices découlant des
des modes de vie imposés et des institutions politiques effets du changement climatique, donc sur des marges
et économiques sclérosées et verrouillées, que récla- d’engagements plus ou moins stables. La subjectivation
ment tout de même 1/3 des répondantes. s’inscrit dans le « monde vécu », du sensible et de l’intime
dans lequel se croisent différents aspects politiques de
la vie en société49. Elle peut donner lieu à des formes de
Conclusion  : Vers de nouveaux engagements résistances qui ne laissent rien « transparaître en surface »
écologiques par les subjectivations climatiques mais qui bougent « en sourdine »50. C’est bien parce qu’elle
pour d’autres formes de vie plus respectueuses s’inscrit dans ce monde vécu que la subjectivation clima-
des milieux de vie. tique recèle une capacité de « subversion »51 politique face
à la destruction des écosystèmes, consciente des inéga-
Au terme de cette enquête, les 130 habitantes ren- lités capacitaires et des rapports de domination52, mais
contrées ont partagé leurs sensations et sentiments nés aussi des désirs de reconnaissance et de dignité face aux
d’expériences sensibles et directes du changement cli- responsabilités économiques et institutionnelles.
matique. Ces expériences s’affirment comme les creu- En définitive, ce travail d’enquête a été primordial
sets de réflexivité et des supports de concernement pour Notre Affaire à Tous afin de comprendre comment
écologique, social et politique. Le dérèglement clima- les ressentis climatiques, dans l’expérience sensible
tique serait en passe d’advenir comme l’opérateur d’une et ordinaire que les habitantes entretiennent avec leur
« affectivité implicative ordinaire »47 : par les inquiétudes et milieu de vie, peuvent aussi être des opérateurs de prise
les craintes, l’injustice éprouvée et l’impuissance décrite, de conscience écologique et d’engagements pluriels. La
voire des colères contenues, les individus éprouvent dégradation de ces milieux par les dynamiques urbaines
dès lors leur attachement à l’état du monde, des éco- de métropolisation contribue largement à faire émerger
systèmes et de la vie sociale. Cette affectivité ne donne des enjeux de plus en plus manifestes de justice sociale
pas nécessairement lieu à des mobilisations militantes et écologique, qui ne trouvent pas toujours réponses
conventionnelles mais elle ne conduit pas pour autant dans les politiques ou les outils de l’urbanisme régle-
à envisager l’idée d’une dépolitisation généralisée. Au mentaire. Protéger les droits fondamentaux, le droit à un
contraire, elle cristallise des implications et des engage- habitat digne et le droit du vivant à un futur viable sur
ments ordinaires plus sporadiques et constellés. Rare- Terre sont autant de missions que veut faire appliquer
ment pris en compte dans les politiques écologiques et
48. TARRAGONI Federico, « Du rapport de la subjectivation politique au
44. BRUGVIN Thierry, « Ecologie, culture populaire et culture de la pau- monde social. Les raisons d’une mésentente entre sociologie et philo-
vreté », revue du MAUSS, 2014, 13 p. sophie politique », Raisons politiques, vol.62, nº2, 2016b, p. 115-130.
45. DEVILLE Damien et SPIELEWOY Pierre,  Toutes les couleurs de la 49. STERNBERG Alice, « De la subjectivité politique dans l’écologie d’An-
Terre : ces liens qui peuvent sauver le monde, Tana, 2020. dré Gorz », EcoRev’, 2015, p. 10-19.
46. DOBRE Michelle, L’écologie au quotidien : Eléments pour une théorie 50. MARTUCCELLI Danilo, op.cit., p. 97.
sociologique de la résistance ordinaire, L’Harmattan, 2002. 51. STERNBERG Alice, op. cit., p. 17
47. MARTUCCELLI Danilo, La condition sociale moderne : l’avenir d’une 52. MARTUCCELLI Danilo,  Dominations ordinaires : explorations de la
inquiétude, Paris, France, Gallimard, 2017, p. 86. condition moderne, Paris, France, Editions Balland, 2000.

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ARTÍCULOS

Notre Affaire à Tous. Parce que les villes abritent une


majeure partie de la population mondiale, il est donc
essentiel de se poser aussi la question de leurs futures
conditions d’habiter face à l’ampleur des désastres an-
noncés et les doutes énoncés quant aux capacités de ré-
silience des modèles métropolitains.
L’autolimitation des besoins et la déconsommation
des pratiques ont pu être avancées par des habitantes
comme des leviers de résistance par l’ordinaire. Ces
ruptures dans les pratiques quotidiennes contiennent
surtout en germe des désirs d’engagement dans de nou-
velles formes de vie écologiques et manières d’habiter.
Sans doute de quoi alimenter de nouvelles conceptions
de la justice et ouvrir dès lors la voie à d’autres champs
des (mondes) possibles ?

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

La desigualdad social en la CABA.

PÁGINA 102 / NOVIEMBRE 2021 Foto / Gentileza: Peter Bauza


ARTÍCULOS

Esteban Otto Thomasz, Mariano Rubez Eriz y Mauro Ángel Chellillo

Medición de la vulnerabilidad social a las


inundaciones en el asentamiento Los Piletones
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires*

Esteban Otto Thomasz Resumen. El objetivo de este trabajo es proponer un


Lic. en Economía (UBA). Distinción
sistema de medición de la vulnerabilidad social a las
Magna Cum Laude. Magíster de la
Universidad de Buenos Aires en inundaciones en el asentamiento Los Piletones de la
Administración (MBA), especialización Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina. Mediante
en Finanzas. Doctor en Ciencias
una encuesta cerrada realizada a 50 viviendas de la zona
Económicas (UBA). Especialista en
Planeamiento Urbano y Regional inundable del mencionado asentamiento, se constru-
por el Special Program for Urban and yeron indicadores de impacto y adaptación de acuerdo
Regional Studies (MIT). Director del
con la definición de vulnerabilidad escogida. Entre los
Programa de Investigación en Valuación
de la Vulnerabilidad Socioeconómica al principales resultados se destaca una incapacidad siste-
Riesgo Climático. Facultad de Ciencias mática de adaptación, dadas las falencias estructurales
Económicas (UBA). Correo electrónico:
de infraestructura básica. En tanto, entre los indicadores
ethomasz@econ.uba.ar
de impacto, los aspectos vinculados a la salud humana
Mariano Rubez Eriz –relacionados al contacto con la basura y las excretas en
Lic. en Economía (UBA). Posgrado en
caso de ocurrencia de inundaciones– afloran como la
Planeamiento Urbano y Regional del
Special Program for Urban and Regional problemática central.
Studies (MIT). Especialista en Planeamiento El principal aporte del trabajo se basa en una propues-
Económico y Evaluación de impacto.
ta de operacionalización del concepto de vulnerabilidad
Especialista Geoespacial. Consultor
Económico en proyectos financiados en el al riesgo climático, enmarcado en una línea de investi-
BID y el Banco Mundial. Profesor Adjunto gación de diseño de indicadores prospectivos y multi-
Regular Facultad de Ciencias Económicas
dimensionales que representen mejor los riesgos y la
(UBA). Profesor vistitante(MIT); Profesor
Adjunto Maestría en Economía Aplicada, realidad socioeconómica de los grupos marginados.
Facultad de Ciencias Económicas (UCA).
Instructor Cursos Internacionales
(Universidad de Extremadura). Correo
electrónico: marianoeriz@hotmail.com

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Mauro Ángel Chellillo Sumario. 1. Introducción. 2. Marco teórico y definición


Abogado, especialista en Derecho
del problema. 2.1. Shocks climáticos y desigualdad am-
Privado y Derecho Penal (UBA). Magister
en Derecho Ambiental (Georgetown biental y social. 2.2. Asentamientos en la Ciudad Autó-
University). Becario Fulbright. noma de Buenos Aires. 2.3. El problema de la medición.
Prosecretario Coadyuvante (MPD-CABA).
3. Materiales y métodos. 3.1. Enfoque y zona estudiada.
Investigador Asociado al Programa de
Vulnerabilidades Socioeconómicas 3.2. Dimensiones y variables. 3.3 Cuestionario. 3.4. Agre-
al Cambio Climático de la Facultad gación y construcción de indicadores. 4. Análisis y re-
de Economía (UBA). Colaborador en
sultados. 4.1 Indicadores agregados. 4.2 Indicadores por
el Proyecto de Fortalecimiento “Agua
y Cambio Climático: Talleres de hogar: modelo de intervención. 5. Síntesis. 6. Bibliografía.
comunicación y sensibilización en
los barrios populares de las cuencas
metropolitanas de Buenos Aires”, dirigido
por la Dra. María Gabriela Merlinsky. 1. Introducción
Correo electrónico:
mchellillo@jusbaires.gob.ar
El cambio climático genera una amplificación de
* El trabajo de campo en el asentamiento los riesgos en los sistemas humanos y naturales, es-
Los Piletones que integra el presente pecialmente en las poblaciones menos favorecidas en
artículo estuvo a cargo del Lic. Ernesto
países de cualquier grado de desarrollo. Particularmente
Iturralde y fue financiado por la
Universidad de Buenos Aires a través del en áreas urbanas se proyectan mayores riesgos por olas
proyecto UBACyT 20020170100468BA, de calor, tormentas y precipitaciones extremas, inunda-
dirigido por la Profesora Emérita Dra.
ciones, polución del aire y escasez de agua. Estos riesgos
María Teresa Casparri.
se amplifican en aquellas poblaciones que carecen de
infraestructura social básica y que habitan en las zonas
más expuestas (IPCC, 2014).
La intensificación de los shocks climáticos cons-
tituye un factor adicional en el incremento de la des-
igualdad en los grupos poblacionales marginados del
uso de servicios e infraestructura urbana, generando
mayores problemas de justicia ambiental. La relación
entre las condiciones ambientales y sociales para el de-
sarrollo del hábitat se encuentra ampliamente debatida
y fundamentada. Si bien en los países desarrollados los
movimientos de justicia ambiental se abrieron camino
reclamando contra la contaminación industrial, en los
países en vías de desarrollo, como Argentina, las con-
diciones ambientales se encuentran condicionadas en
mayor medida por el acceso a infraestructura básica.
Puntualmente, el fenómeno de las inundaciones es
un problema que genera grandes impactos económicos
y sociales. Si bien las áreas marginales afectadas son co-
nocidas, la determinación de los canales de la amplifica-
ción de los impactos y la medición de la vulnerabilidad
social son aún un desafío a desarrollar. Sobre todo, desde
la perspectiva de un sistema de medición que permita
un mayor empoderamiento de los grupos afectados, los
cuales son en la mayoría de los casos marginados del

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ARTÍCULOS

sistema estadístico formal por tratarse de asentamien- Pulido (1996) suma otro factor al poder y la clase, que
tos informales. también gravita en esta dispar distribución de cargas y
Dentro de este contexto, este trabajo constituye una beneficios: la raza. A los fines de este trabajo engloba-
primera aproximación al problema de cómo operacio- remos en ganadores a aquellos que pueden “votar con
nalizar el concepto de vulnerabilidad social y cómo los pies”, es decir, mudarse de un área con algún pasivo
medirlo a través de un conjunto de indicadores, focali- ambiental o modificar sustancialmente las condiciones
zándose en la problemática de las inundaciones en el imperantes en el entorno en su beneficio, y segregados,
asentamiento Los Piletones de la Ciudad Autónoma de a quienes no tienen la posibilidad de hacerlo.
Buenos Aires, Argentina.

2.2. Villas y asentamientos en la Ciudad


2. Marco teórico y definición del problema Autónoma de Buenos Aires

En las ciudades argentinas la ubicación de los en-


2.1. Shocks climáticos y desigualdad ambiental claves urbanos en zonas ambientalmente degradadas
y social está principalmente asociada a la ocupación irregular
de la tierra. En la Ciudad de Buenos Aires, la forma típica
La intensificación de los shocks climáticos cons- de hábitat precario lo constituyen las llamadas “villas
tituye un factor amplificador de la desigualdad en de emergencia”. Según la Defensoría del Pueblo de la
grupos marginados, sobre todo en aquellos sin acceso Ciudad, en 2015 el 6% de la población total de la Ciudad
a servicios e infraestructura urbana, dinámica que vivía en villas, asentamientos informales y núcleos ha-
atenta contra la justicia social y ambiental. La justi- bitacionales transitorios. Aproximadamente 200.000
cia ambiental puede definirse como el trato justo y la personas habitaban en los más de 30 barrios carenciados
participación significativa de todas las personas, in- de la Ciudad, en su mayoría ubicados en la zona sur.1
dependientemente de su raza, color, origen nacional o El surgimiento de las villas en la Ciudad de Buenos
ingresos, con respecto al desarrollo, implementación Aires y la descomposición de las economías rurales del
y cumplimiento de las leyes, regulaciones y políticas interior del país fueron concomitantes. Este proceso
ambientales (US EPA, 2019). urbano comenzó cuando el modelo productivo de Ar-
La distribución del espacio y las condiciones del gentina pasó de ser netamente agroexportador a dar
hábitat también se encuentran mediadas por relaciones inicio a una incipiente industria nacional. La migra-
de poder, donde encontramos ganadores y perdedores ción del campo a la ciudad sin una adecuada planifica-
(Beck, 1986). El patrón de dicha distribución desigual ción previa sobre cómo recibir a la nueva población fue
replica el mismo patrón piramidal de la riqueza en las el puntapié inicial a este tipo de hábitat desprovisto de
sociedades contemporáneas, una extendida y crecien- infraestructura urbana. Luego, la escasez de recursos de
te base expuesta a riesgos ambientales (naturales, sa- sus habitantes derivó en construcciones precarias de sus
nitarios, tecnológicos) y una reducida cúspide alejada viviendas (Cravino, 2001).
de dichos riesgos y que goza de activos ambientales
comunes, cuando no alterando servicios ecosistémicos
en beneficio exclusivamente propio. En cambio, la dis-
tancia de los riesgos ambientales suele ser inversamen-
te proporcional a la distancia que dichos sectores tienen
respecto a las instancias de toma de decisión sobre estos
temas. Esta distribución desigual de riesgos y herra- 1. DEFENSORÍA DEL PUEBLO DE LA CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES,
La situación habitacional en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Di-
mientas para neutralizarlos perpetúa y profundiza la rección de Vivienda y Hábitat, Subsecretaría de Derechos Sociales,
injusticia ambiental. Defensoría del Pueblo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2015.

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Siguiendo a Cravino (2001), podría definirse a las la heterogeneidad de la pobreza, albergan-


“villas miseria” o de “emergencia” como ocupaciones do a “antiguos” villeros, nuevos migrantes
irregulares de tierra urbana vacante que: (del interior y de países limítrofes) y sectores
pauperizados.
a. producen tramas urbanas muy irregulares. Es i. sus habitantes son portadores de adscripcio-
decir, no son barrios amanzanados, sino orga- nes estigmatizantes por parte de su entorno
nizados a partir de intrincados pasillos, donde social. Así aparecieron apodos con connota-
por lo general no pueden pasar vehículos. ción peyorativa como “cabecitas negras”, “ville-
b. responden a la suma de prácticas individuales ros”, “negros villeros”, etc. (Ratier, 1972). Las dos
y diferidas en el tiempo, a diferencia de otras últimas denominaciones aún tienen vigencia.
ocupaciones que son efectuadas planificada-
mente y de una sola vez. Dicha descripción de las villas es coincidente con
c. las viviendas son construidas con materiales la que hace Rodríguez (2012) en relación a los “Nuevos
de desecho. Con el tiempo, algunos habitan- Asentamientos Urbanos”, destacando que las ocupacio-
tes construyen sus casas de mampostería, tal nes de inmuebles se localizaron en áreas de fuerte dete-
como se da actualmente en la mayoría de los rioro físico y ambiental, cercanas a zonas céntricas con
barrios. Sin embargo, el resultado son siempre posibilidad de acceso a fuentes de empleo. La población
viviendas deficitarias. residente allí se encuentra expuesta a enfermedades
d. poseen una alta densidad poblacional (en parte tales como hepatitis, anemia, tuberculosis, enfermeda-
como consecuencia de a), b) y c). des dérmicas, respiratorias y pulmonares debido a las
e. generalmente cuentan con buena localiza- emanaciones tóxicas de los basurales y la contamina-
ción con relación a los centros de producción ción de los cursos de agua.
y consumo, en zonas donde actualmente es Si bien en los países desarrollados los movimientos
escasa la tierra. de justicia ambiental se abrieron camino reclamando
f. en la Ciudad de Buenos Aires se asentaron en en contra de la contaminación industrial, en los países
tierras de propiedad fiscal. en vías de desarrollo, como Argentina, las condiciones
g. los pobladores las consideraban en sus oríge- ambientales se encuentran condicionadas en mayor
nes un hábitat transitorio hacia un “posible” medida por el acceso a infraestructura básica. En este
y anhelado ascenso social, expectativa que sentido la existencia de pasillos intrincados y angos-
no logró concretarse para la mayoría de sus tos, donde por lo general no pueden pasar vehículos,
habitantes. también dificulta la provisión de servicios públicos
h. los pobladores son trabajadores poco califica- básicos, ya que las maquinarias necesarias no pueden
dos o informales. En sus orígenes su inserción acceder, obligando a realizar la mayor parte de las tareas
laboral respondió a la etapa de industrializa- a mano. Al consecuente aumento de los costos operati-
ción sustitutiva de Argentina. La migración ru- vos por esta razón deben sumarse también los riesgos
ral-urbana provocó la llegada de una masa de de desmoronamiento, habida cuenta de las característi-
población que intentaba radicarse en la Ciudad cas de los suelos donde levantan estos enclaves.
de Buenos Aires o sus alrededores y buscaba El contexto del cambio climático, cuyo impacto a
emplearse. La falta de una política de provisión nivel urbano en la Ciudad de Buenos Aires se expresa
de viviendas por parte del Estado y la inaccesi- mayormente dado el incremento e intensidad de preci-
bilidad de las ofrecidas por el mercado obliga- pitaciones, actúa como un amplificador de la marginali-
ron a que muchos de ellos se asentaran en las dad socioeconómica en zonas actualmente degradadas.
villas. A partir de los años 60 se les sumaron
migrantes de países limítrofes. En síntesis, ac-
tualmente los habitantes de las villas muestran

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ARTÍCULOS

2.3. El problema de la medición de los escenarios en los que se amplifican los peligros
y se multiplica la situación vulnerable de la población
Uno de los principales desafíos de cómo las con- expuesta (González, 2018).
diciones ambientales inciden negativamente sobre el Para subrayar la construcción social del riesgo, se
entramado socioeconómico es su modelo de medición. reconoce su composición en función de las siguientes
Dadas las limitaciones de los indicadores dicotómicos y categorías: peligrosidades, vulnerabilidades, exposición
estáticos de pobreza y necesidades básicas insatisfechas e incertidumbre (Natenzon y Ríos, 2015). Entendiendo la
(NBI) (Thomasz et al., 2014; Thomasz et al., 2018) y, ante la peligrosidad como la probabilidad de ocurrencia de un
necesidad de mutar hacia un enfoque multidimensional fenómeno natural o tecnológico con potencialidad de
y prospectivo, emerge el concepto de vulnerabilidad. generar daño; la vulnerabilidad como las condiciones
La medición de la vulnerabilidad constituye un eje en sociales, económicas, culturales, etc., que exponen a una
problemáticas socioambientales, de cambio climático y, población y la hacen propensa a ser afectada y sufrir
sobre todo, en relación al manejo de los recursos hídri- daño respecto a una peligrosidad; la exposición como
cos (Downing, 2005). la conjunción entre peligrosidad y vulnerabilidad; y la
En un sentido amplio, la vulnerabilidad es definida incertidumbre, que surge cuando no se tienen todas las
como una situación latente caracterizada por la conver- respuestas desde el saber experto pero se requiere una
gencia de circunstancias que aumentan la probabilidad toma de decisión perentoria dada la magnitud de lo que
de las personas y hogares de sufrir contingencias que está puesto en juego (González, 2018).
disminuyan dramáticamente su bienestar. Es un con- El análisis de vulnerabilidad complementa los
cepto multidimensional que busca identificar factores indicadores estáticos, adoptando una perspectiva ex
que refuerzan la reproducción de procesos que deterio- ante acerca del bienestar, y amplía el análisis a indivi-
ran el nivel de vida de hogares e individuos. duos y hogares no considerados por los indicadores
La vulnerabilidad tiene su origen en la interacción estáticos, dado que su alcance es mucho más amplio
de factores internos y externos a los hogares, que confi- (McDonald, 2013).
guran su situación en un momento y espacio determi- En los últimos años, el análisis de vulnerabilidad se
nados. Los factores internos son los recursos de los que ha revalorizado en el marco de la literatura y las acciones
disponen los individuos y hogares, y las diversas estra- de política vinculadas al cambio climático. La incerti-
tegias de acción que estos les permiten desplegar para dumbre respecto a la forma en que los shocks climáticos
hacer frente a factores externos (shocks de origen natural afectan a las personas o poblaciones específicas generan
o social). A mayor cantidad, diversidad y calidad de los la necesidad de adopción de un enfoque multidimensio-
recursos que pueden movilizar los individuos y hogares nal y prospectivo (forward looking).
para responder a modificaciones del entorno, menor el Por otro lado, los shocks climáticos no generan im-
nivel de vulnerabilidad. En este sentido, el grado de vul- pactos uniformes en la población, sino que tienden a
nerabilidad de un individuo u hogar depende de los shocks generar mayores daños en poblaciones pobres y con
que enfrentan y de su resiliencia a los mismos para evitar carencias estructurales, propagando y amplificando su
que estos profundicen o activen procesos de empobreci- situación de marginalidad. La mayor frecuencia e inten-
miento (Banco Mundial, 2003). En la misma línea, Calvo y sidad de eventos climáticos extremos, combinada con
Dercon (2005) definen a la vulnerabilidad como la magni- el crecimiento de asentamientos informales en áreas
tud de la amenaza de un futuro estado de pobreza. urbanas, genera la necesidad de realizar un diagnóstico
La ocurrencia de estos shocks es abordada desde una específico que permita abordajes puntuales de poblacio-
mirada más integral hace más de treinta años, median- nes históricamente marginadas.
te la mayor ponderación de la causalidad social sobre la Si bien existen numerosos estudios vinculados a la
natural en la explicación del desastre (Hewitt, 1983). Con realización de diagnósticos de carencias y necesidades
esta nueva mirada, cobra especial relevancia la observa- en asentamientos precarios de la CABA y el AMBA, resulta
ción de las decisiones que inciden en la configuración necesaria la construcción de un sistema de indicadores

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homogéneos y focalizados que partan de una correcta afrontar situaciones de stress (Borden et al., 2007), se
definición del concepto de vulnerabilidad. Y, en segunda sigue un enfoque multidimensional para la determina-
instancia, desarrollar un medio operativo, dado que la ción de las dimensiones que agruparán las variables que
vulnerabilidad es una categoría teórica y no constituye relevadas en el trabajo de campo.
un fenómeno directamente observable (Hinkel, 2011). Para especificar el estudio, se siguen las recomen-
Uno de los desafíos más grandes del sistema de es- daciones de Hinkel (2011):
tadísticas estandarizados (en el caso de Argentina, repre-
sentado por la encuesta permanente de hogares, EPH), • Focalizar en preguntas específicas en lugar de
es la incapacidad de identificación de problemáticas definiciones generales.
puntuales en poblaciones específicas, dado que prima • Definir el significado del daño para el caso
la estandarización y la comparabilidad por sobre la re- considerado.
presentatividad. En el otro extremo, numerosos estudios • Operacionalizar el concepto teórico de vulnera-
específicos vinculados a problemas puntuales tienden a bilidad a través de una metodología específica.
perder trazabilidad a lo largo del tiempo o carecer de un • Los indicadores de vulnerabilidad serán apro-
núcleo comparable con otros estudios, o bien tienden a piados para identificar entidades a escala local
no estar diseñados para la construcción de indicadores. cuando los sistemas puedan ser estrictamente
En este sentido, el objetivo general de esta línea de definidos.
investigación es generar un sistema de indicadores que
intenten valuar la vulnerabilidad social de unidades fa- En función de tales lineamientos se definió estric-
miliares de asentamientos precarios en la CABA con un tamente el shock, el sistema y la operacionalización del
foco especial en problemas ambientales y de riesgo cli- concepto de vulnerabilidad:
mático. Se parte de una definición de vulnerabilidad que
sea loable de ser operacionalizada y un sistema de indi- • Shock: se focaliza en un único shock climático
cadores conformado por dos partes: un núcleo duro que específico, en este caso, precipitaciones que
permita la comparabilidad y un conjunto complementa- generan inundaciones.
rio que capture problemáticas específicas. • Sistema: el estudio se focaliza en unidades habi-
En tanto, el objetivo específico de este trabajo es dar tacionales de la zona inundable del asentamien-
el primer paso en la operacionalización del concepto de to Los Piletones, en el área de las manzanas 9 y 10
vulnerabilidad, en este caso estudiando puntualmente el (abarcando también una zona del asentamiento
efecto de las inundaciones en el asentamiento Los Pile- La Esperanza), que son las que inicialmente
tones de la CABA. tienen problemas de inundaciones (figura 1). Se
encuestó a una totalidad de 50 hogares, repre-
sentando una población de 234 personas.
3. Materiales y métodos

3.1 Enfoque y zona estudiada

Se parte de la definición general de vulnerabilidad, la


cual tradicionalmente se define como el nivel de exposición
y sensibilidad a shocks y la capacidad de adaptación o recu-
peración frente a la situación de daño (Kasperson et al., 2000).
Con vistas a que el nivel de vulnerabilidad se
compone de factores sociales, físicos, ambientales,
como asimismo de la capacidad de las personas para

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ARTÍCULOS

Figura 1. Asentamiento Los Piletones

Fuente. Dirección General de Estadísticas y Censo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.2

2. https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/wp-content/uploads/2016/05/CV031514.pdf

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Figura 2. Asentamiento Los Piletones, zona inundable

Fuente. Imagen aérea de Google Maps.

Tabla 1. Resumen del enfoque del estudio

Definición Vulnerabilidad Impacto + capacidad de adaptación.

Enfoque Multidimensional Diferentes variables (económicas, sociales,


ambientales, infraestructura) componen las categorías
de impacto y adaptación.

Shock Específico Se limita al efecto de las inundaciones.

Sistema estudiado Focalizado Zona inundable del asentamiento Los Piletones


(manzanas 9 y 10).

Fuente. Elaboración propia.

En la tabla 1 se resumen los aspectos salientes del 3.2. Dimensiones y variables


enfoque, espectro y amplitud del estudio. A partir de
ellos se operacionaliza el concepto a través de la defini- Para la selección de variables se partió del conoci-
ción de variables y, posteriormente, la construcción de miento previo de la problemática por parte de expertos
indicadores de impacto, adaptación y vulnerabilidad. del Ministerio Público de la Defensa (MPD) de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires. En base a dicha experien-
cia se incorporaron dimensiones vinculadas al contacto
con residuos, dada la cercanía a un basural a cielo abierto
(figura 2) y al sistema de eliminación de afluentes y ex-
cretas, dada la inexistencia de un sistema estructural
(figura 3), además de variables tradicionales vinculadas
al impacto económico, en salud y seguridad.

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ARTÍCULOS

Figura 2. (a) Zona inundable y (b) depósito de residuos


(a) (b)

Fuente. Registro fotográfico del personal del Ministerio Público de la Defensa .

Figura 3. Afluentes
(a) (b)

Fuente. Registro fotográfico del personal del Ministerio Público de la Defensa.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

El conjunto de categorías con sus respectivas varia- Siguiendo la lógica de los componentes descriptos
bles se clasificó dentro de los mencionados indicadores (caracterización social, indicadores de impacto e indi-
de impacto y adaptación del siguiente modo: cadores de adaptación) y de las categorías definidas, se
procedió al diseño del cuestionario de vulnerabilidad so-
Indicadores de impacto cioeconómica a inundaciones.
• Sobre la salud humana: contacto con excretas
y/o contacto con residuos.
• Sobre la infraestructura básica: corte de luz y 3.3 Cuestionario
agua.
• Sobre el patrimonio: pérdidas económicas. La lógica del diseño del cuestionario se basa en
• Sobre la seguridad: generación de robos. valuar los impactos y capacidades de adaptación de
forma tal que ambos conceptos puedan ser cuantifica-
Indicadores de adaptación dos. Se procedió en primera instancia a realizar pregun-
• Red social: ayuda estatal o de otras instituciones. tas con respuesta dicotómica (“si” o “no”) y, en segunda
• Acceso a servicios de salud: tipo de acceso. instancia, se presentaron diferentes opciones graduadas
• Infraestructura: tipo de provisión de energía en su mayoría en una escala ordinal del 1 al 3, represen-
eléctrica y acceso al agua potable. tando una mayor o menor afectación, bajo el escenario
de ocurrencia de una inundación.
Por último, se realiza un relevamiento de caracte-
rización socioeconómica de los integrantes del hogar, Se privilegió la simplicidad y extensión del cues-
en línea con las variables proxy de vulnerabilidad tionario, a fines de realizar la primera prueba piloto y
básicas más comúnmente utilizadas: niños menores testear la recepción y entendimiento por parte de los en-
de 5 años, adultos mayores de 65, personas con dis- cuestados (figura 4).
capacidades, personas con enfermedades crónica
(Borden et al., 2007; CCVA, 2015; Climate Ready Boston,
2016). Este último constituye el denominado “núcleo
duro” comparable, que fuera mencionado en el marco
teórico de este trabajo.

Tabla 2. Conceptos, componentes y categorías

Caracterización social Impacto Adaptación

• Niños menores de 5 años. • Salud: contacto con excretas y/o • Red social: ayuda estatal o
con residuos. comunitaria.
• Adultos mayores de 65 años.
• Infraestructura social básica: corte • Acceso a servicios de salud.
• Personas con discapacidades. de luz y agua.
• Infraestructura: tipo de provisión
• Personas con enfermedades • Patrimonio: pérdidas económicas. de energía eléctrica y acceso al
crónicas. agua potable y cloacas.
• Seguridad: generación de robos.

Fuente. Elaboración propia.

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ARTÍCULOS

Figura 4. Cuestionario

Fuente. Elaboración propia.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

3.4. Agregación y construcción de indicadores El indicador agregado de impacto se divide en 5 eti-


quetas lingüísticas de menor al mayor nivel (Tabla 3).
En cuanto a las escalas utilizadas, se utilizó una
escala del 0 a 4 tanto, para los variables de impacto como
de adaptación, siendo 0 la mejor situación y 4 la peor Tabla 3. Indicador de impacto agregado
situación en ambos casos. El método de agregación se
basa en la suma simple normalizada del scoring de cada Indicador de impacto Etiqueta
agregado(IIi) lingüística
pregunta en base a la puntuación dicotómica (0,1) o gra-
duada {1,3} para cada subindicador. En tanto, el indica-
IIi = 0 Muy bajo impacto
dor de vulnerabilidad se construye como la suma entre
impacto y adaptación, resultando una escala de 0 a 8, de IIi = 1 Bajo impacto
menor a mayor vulnerabilidad, respectivamente.
IIi = 2 Impacto medio

El indicador agregado de vulnerabilidad se define como IIi = 3 Alto impacto

IIi = 4 Muy alto impacto


𝐼𝐴𝑉𝑖 = 𝐼𝐼𝑖 + 𝐼𝐴𝑖
Fuente. Elaboración propia.
Con 0 ≤ 𝐼𝐴𝑉 ≤ 8.
Donde: En tanto, la conformación de los subindicadores de
• 𝐼𝐴𝑉𝑖 es el indicador agregado de vulnerabili- cada dimensión, compuestos por un conjunto de varia-
dad para el hogar/familia i. bles, se presentan a continuación:
• 𝐼𝐼𝑖 es el indicador de impacto agregado para el
hogar/familia i. a. Salud (H):
• 𝐼𝐴𝑖 es el indicador agregado de adaptación para
el hogar/familia i.

El indicador agregado de impacto se define de la si-


guiente forma: Donde:
𝐻𝑖 Es el indicador agregado de la dimensión salud
𝐼𝐼𝑖 = 𝐻𝑖 + 𝑆𝑖 + 𝐼𝑖 + 𝐸𝑖 para el hogar/familia i.
𝐻𝑖1 es la valuación de la familia i respecto a las ex-
Con 0 ≤ 𝐼𝐼𝑖 ≤ 4. cretas utilizando la siguiente escala:
Donde:
• 𝐼𝐼𝑖 es el indicador de impacto agregado para el
Excretas Respuesta
hogar/familia i.
• 𝐻𝑖 es el indicador agregado de la dimensión 𝐻 =01
No entra en contacto con excretas.
salud. 𝑖

• 𝑆𝑖 es el indicador agregado de la dimensión 𝐻1=1 Entra agua con excretas en el pasillo dela casa.
seguridad. 𝑖
• 𝐼𝑖 es el indicador agregado de la dimensión
infraestructura. 𝐻1=2 Entra agua con excretas dentro de lacasa.
𝑖
• 𝐸𝑖 es el indicador agregado de la dimensión
económica. Fuente. Elaboración propia.

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ARTÍCULOS

𝐻2 es la valuación de la familia i respecto al contacto


Energía eléctrica Respuesta
con la basura utilizando la siguiente escala:
𝐼 =0
1
No se le corta la luz.
𝑖
Basura Respuesta 𝐼1 =1 Se le corta la luz.
𝑖
𝐻2=0
𝑖 No entra en contacto con basura. Fuente. Elaboración propia.

𝐻2=1 Entra agua con basura en el pasillo de la 𝐼2 es la valuación de la familia i con respecto a los
𝑖 casa.
problemas que se les generan en el suministro de agua
𝐻2=2
𝑖 Entra agua con basura dentro de la casa. utilizando la siguiente escala:

Fuente. Elaboración propia.


Agua potable Respuesta
b. Seguridad (S): 𝐼 =0
2

𝑖 No se le corta el agua.
𝐼2 =1
𝑖 Se le corta el agua.
Fuente. Elaboración propia.

Donde d. Económico (E)


𝑆𝑖 es el indicador binario de la dimensión salud para
el hogar/familia i 𝐸𝑖 es el indicador agregado de la dimensión econó-
mica para el hogar/familia.

Robos Respuesta

𝑆𝑖=0 No sufrió ningún robo.


𝑆𝑖=1 Sufrió robos.
Donde:
Fuente. Elaboración propia.
• 𝐸1 variable binaria que toma valor 0 en caso de
no haber sufrido pérdidas de ropa debido a la
inundación y 1 en caso de haber perdido ropa
c. Infraestructura (I): por la inundación.
• 𝐸2 variable binaria que toma valor 0 en caso de
no haber sufrido pérdidas de mobiliario y/o
electrodomésticos debido a la inundación y 1
en caso de haber perdido mobiliario y electro-
Donde domésticos por la inundación.
𝐼𝑖 Es el indicador agregado de la dimensión infraes- • 𝐸2 variable binaria que toma valor 0 en caso
tructura para el hogar/familia i. de no haber sufrido deterioro de las partes del
𝐼1 es la valuación de la familia i respecto a la energía hogar (techo, paredes, etc.) debido a la inunda-
eléctrica utilizando la siguiente escala: ción y 1 en caso de haber sufrido deterioro en
la infraestructura de la casa por la inundación.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

El indicador agregado de adaptación se define de la 𝑅𝐸𝑖 es la valuación de la familia i respecto al acceso


siguiente forma: formal a la red eléctrica, siendo:

𝐼𝐴𝑖 = 𝐴𝑖 + 𝑅𝐸𝑖 + 𝐴𝑆𝑖 + 𝐴𝐸𝑖 Red eléctrica Respuesta

Con 0 ≤ 𝐼𝐴𝑖 ≤ 4.Donde: 𝑅𝐸𝑖 =0 Tiene acceso a red formal de electricidad.


• 𝐼𝐴𝑖 es el indicador de adaptación agregado para No tiene acceso a la red formal de
el hogar/familia i. 𝑅𝐸𝑖 =1 electricidad.
• 𝐴𝑖 es el indicador agregado de la dimensión agua. Fuente. Elaboración propia.
• 𝑅𝐸𝑖 es el indicador agregado de la dimensión
energía eléctrica.
• 𝐴𝑆𝑖 es el indicador agregado de la dimensión 𝐴𝑆𝑖 es la valuación de la familia i respecto al acceso
acceso a la salud. al sistema de salud, siendo:
• 𝐴𝐸𝑖 es el indicador agregado de la dimensión
ayuda estatal. Acceso a la salud Respuesta

1
𝐴𝑆𝑖 =0 Se atiende en sanatorios privados.
Indicador de adaptación agregado

1
Indicador de adaptación Etiqueta lingüística 𝐴𝑆𝑖 =1 Se atiende en el hospital público.
agregado (IAi)
1
IAi = 0 Muy alta adaptación 𝐴𝑆𝑖 =2 Se atiende en las salitas del barrio.
Fuente. Elaboración propia.
IAi = 1 Alta adaptación

IAi = 2 Adaptación media

IAi = 3 Baja adaptación


𝐴𝐸𝑖 es la valuación de la familia i respecto a la asis-
tencia estatal que recibe, siendo:
IAi = 4 Muy baja adaptación

Fuente. Elaboración propia. Redes/ayuda Respuesta


𝐴𝐸𝑖 =0 Recibe ayuda por parte del Estado.
𝐴𝑖 es la valuación de la familia i respecto al acceso No recibe ayuda por parte del
al agua potable, siendo: 𝐴𝐸𝑖 =1 Estado.
Fuente. Elaboración propia.

Análisis y resultados

Agua potable Respuesta


Indicadores agregados
𝐴1 =0
𝑖 Consume agua de la Red de AySA.
Al construir los indicadores a nivel de cada hogar,
𝐴1=1 Consume agua embotellada o camión
𝑖 cisterna. se registra una gran heterogeneidad en el indicador de
impacto (figura 4), mientras que el indicador de adap-
𝐴1=2 Consume agua de una perforación
𝑖 informal propia. tación es homogéneo y en la mayoría de los casos muy
cercano a los valores máximos (figura 5), representando
Fuente. Elaboración propia.
una muy baja heterogeneidad de adaptación.

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ARTÍCULOS

Figura 4. Indicador de impacto por hogar


4,0

3,5
3,5 3,33

3,0

2,5 2,33
2,5
2,33 2,33
2,25
2,08
2 2 2 2 2 2 2 2 2 2 2
2,0
1,83
1,58 1,58
1,5 1,5
1,5 1,33 1,33 1,33 1,33
1,25 1,25
1,16
1,08
1 1 1 1 1 1
1,0
0,75 0,75
0,66
0,5 0,5 0,5 0,5 0,5
0,5
0,25 0,25

0,0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51

Fuente. Elaboración propia.

Figura 5. Indicador de adaptación por hogar


4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4 4
4

3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5 3,5
3,5

3 3 3 3 3 3 3 3 3
3

2,5 2,5 2,5 2,5


2,5

2
2

1,5

0,5

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51
Fuente. Elaboración propia.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Ello se debe mayormente a que los componentes del Con la confluencia de impacto y adaptación puede
indicador de adaptación son variables estructurales que construirse el indicador de vulnerabilidad, que puede
representan falencias más allá de los riesgos climáti- servir a los fines de identificar los hogares con mayores
cos. Enla mayoría de los casos, en lo que hace a accesos a necesidades (figura 8).
servicios básicos (provisión de agua yenergía), servicios En la figura 9 se presenta el indicador correspon-
de salud y ayuda estatal, las falencias son casi totales diente a los hogares de las manzanas 9 y 10 de la Villa
en la mayoríade los casos. Los Piletones.
En tanto, el indicador de impacto tiene característi-
cas que están dadas por configuraciones particulares de
cada hogar, tales como localización, declive del terreno,
existencia de algún tipo de defensa, localización del mo-
biliario, etc., ostentando mayores fluctuaciones a nivel
de cada hogar.
Respecto a las dimensiones relevadas de impacto,
se registra el mayor valor en lavariable vinculada a la
salud humana, relacionada al contacto con basura y ex-
cretas que se generan durante una inundación (figura 6).

Figura 6: Promedio variables de impacto Figura 7: Promedio variables de adaptación

1 1
0,98 0,9
0,9 0,9 0,86
0,8 0,8 0,78

0,7 0,67 0,7


0,6 0,6
0,5 0,5
0,41
0,4 0,4
0,29
0,3 0,3
0,2 0,2
0,1 0,06 0,1
0 0
Salud Seguridad Infraestructura Economico Acceso al Energía Acceso servicios Ayuda
agua eléctrica de salud estatal

Fuente. Elaboración propia.

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ARTÍCULOS

Figura 8: Indicador de vulnerabilidad por hogar


8
7,5

7
6,33 6,25
6 6 6,08 6 6 6 6 6
6 5,58 5,83 5,83 5,83
5,5 5,5
5,33 5,33 5,33
5,08 5,25 5,25
5 5 4,83 5 5 5 5 5
5 4,75 4,66 4,75
4,5 4,5 4,5
4,08 4 4 4
4 3,83 3,66 3,75
3,5 3,5 3,5 3,5
3
3
2,25
2

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50
Fuente. Elaboración propia.

Figura 9. Indicador de vulnerabilidad en el área Villa Los Piletones

Fuente. Elaboración propia sobre mapa de la Dirección General de Estadísticas y Censo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

4.2. Indicadores por hogar: modelo de intervención El sistema de información presentado en este
trabajo permite analizar ambas escalas, es decir, la
Se derivan dos estrategias de intervención del aná- unidad macro (manzanas afectadas) y la unidad micro
lisis realizado: (hogares afectados).
En este trabajo en particular, la variabilidad de los re-
• Intervención estructural, asociada a elevar las sultados en el indicador de impactoda espacio para reali-
capacidades de adaptación y reducir el impacto, zar intervenciones puntuales en los hogares que ostentan
a través de obras de infraestructura básica. valores máximos. Los indicadores agregados presentados
• Intervención puntual a nivel de cada hogar limi- en la tabla 1 pueden desagregarse a nivel de cada hogar
tando las acciones sobre la reducción del impacto. para desarrollar políticas específicas (figura 10).

Figura 10. Indicadores de impacto por hogar


1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23 Salud
24
25 Infraestructura
26 Seguridad
27
28 Daño Económico
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
0 0,5 1 1,5 2 2,5 3 3,5 4
Fuente. Elaboración propia.

PÁGINA 120 / NOVIEMBRE 2021


ARTÍCULOS

Se observa que, al igual que en el indicador agregado, Realizando un ejercicio de simulación, y supo-
los impactos vinculados a la salud humana son u n de- niendo que las obras de agua y saneamiento reducen
nominador común a lo largo de todos los hogares. Se a cero los impactos y la adaptación de las categorías
desprende que una política de intervención transversal afectadas, se registraría la mayor reducción en el
vinculada a obras de agua y saneamiento tendría efectos impacto agregado (figura 11) y por ende también en la
sobre varias categorías en los indicadores de impacto vulnerabilidad (figura 12) del grupo estudiado.
y adaptación yque, por lo tanto, podría reducir significa-
tivamente el nivel de vulnerabilidad del grupo analizado.

4
Figura 11: Simulación del indicador de impacto ante la intervención en agua y saneamiento
(a) Indicador de impacto muestra real
3,5 Indicador de impacto

2,5

1,5

1
4,0

0,5
3,5

0
3,0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50

(b)2,5
Indicador de impacto muestra simulada
Indicador de impacto

2,0

1,5

1,0

0,5

0,0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51
Fuente. Elaboración propia.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

16
Figura 12. Simulación del indicador de vulnerabilidad ante la intervención en agua y saneamiento
(a) Indicador de vulnerabilidad muestra real
Indicador de vulnerabilidad
14

12

10

2
8

70
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50

6 Indicador de vulnerabilidad muestra simulada


(b)
Indicador de vulnerabilidad suma
5

0
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50

Fuente. Elaboración propia.

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ARTÍCULOS

Si bien la simulación realizada es meramente por precipitaciones. Conocer cuáles son los hogares
teórica, el sentido del ejercicio se basa en identificar los con mayores necesidades a través de esta metodología
elementos que generan amplificaciones de situaciones cuanti y cualitativa podría contribuir a pensar solucio-
de marginalidad. En este caso, los problemas vincula- nes más eficaces y a planificar más convenientemente
dos al acceso al agua potable y a los servicios de sanea- procesos de reurbanización o integración urbana.
miento afloran como las dimensiones con mayores Más allá del diagnóstico puntual presentado en este
concatenamientos negativos que afectan el impacto trabajo, la línea de investigación apunta a subrayar la (i)
y la capacidad de adaptación frente a inundaciones falta de datos en poblaciones de asentamientos informa-
de origen pluvial. Si bien esta situación no resulta una les de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, la (ii) falta
novedad, dado que, de acuerdo a Downing et al. (2006) el de indicadores focalizados que complementen las me-
concepto de vulnerabilidad es central tanto para el en- diciones de universales (pobreza e indigencia), la (iii)
tendimiento de la pobreza (Department of International incomparabilidad y no trazabilidad de los estudios foca-
Development, 2002), como asimismo la relación entre la lizados existentes y (iv) la singularidad de la evaluación
pobreza y los recursos hídricos (Soussan, 2005), su co- del impacto y adaptación de problemáticas ambientales
rrecta medición en el marco de un modelo de interven- y de riesgo climático.
ción resulta un desafío. La propuesta apunta a brindar parámetros objetivos
para la toma de decisión sobre la asignación de recursos
escasos en una comunidad con derechos vulnerados
5. Síntesis de forma extendida, con el objeto de hacer realidad el
derecho a la ciudad para quienes la habitan.
A nivel teórico se propuso un enfoque específi- Este tipo de enfoques interdisciplinarios y multies-
co para operacionalizar el concepto de vulnerabili- calares facilitan la identificación de las causas de la vul-
dad socioeconómica a inundaciones, permitiendo la neración de derechos aportando información valiosa
construcción de indicadores de adaptación, impacto y tanto para el diseño de políticas públicas tendientes a
vulnerabilidad. neutralizar dichas causas, así como para la definición de
A nivel empírico el modelo de medición de la vulne- una estrategia de litigio individual o litisconsorcial, para
rabilidad socioeconómica a inundaciones identificó dos remediar impactos puntuales, o colectiva, para incidir en
tipos de resultados: las causas estructurales.
Una incapacidad estructural en la adaptación, dada Uno de los interrogantes principales que se derivan
la falencia en infraestructura básica, atención médica y de esta experiencia es si el sistemade medición de vul-
redes de asistencia social formales. nerabilidad socioeconómica debe tener un enfoque
Una mayor variabilidad en los resultados del indica- totalmente diferente al abordar el problema de los asen-
dor de impacto, pero con el denominador común de una tamientos urbanos informales, dadas las características
mayor incidencia de problemas vinculados a la salud singulares de la configuración e influencia de las redes
humana, producidos por la inexistencia de un sistema sociales al interior de estos. El estudio y medición del
de agua y saneamiento. capital social como elemento de cohesión al interior de
Por último, el mismo sistema de medición permite los asentamientos y su influencia en los mecanismos de
la realización de simulaciones para evaluar posibles re- adaptación frente a desastres se plantea como una línea
sultados de intervenciones puntuales, identificando las a ser profundizada en el futuro.
dimensiones y variables que generan las mayores re-
ducciones en el índice de vulnerabilidad.
El entrecruzamiento de información relevada sobre
impactos y capacidades de adaptación permite definir la
vulnerabilidad de cada hogar ante un shock determina-
do; en este caso particular evaluamos las inundaciones

PÁGINA 123 / NOVIEMBRE 2021


REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

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PÁGINA 124 / NOVIEMBRE 2021


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PÁGINA 125 / NOVIEMBRE 2021


REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Lago Soldati, CABA.

PÁGINA 126 / NOVIEMBRE 2021 Foto: MPD-CABA


ARTÍCULOS

Roxane Chaplain

Le droit à la mobilité active, reflet des lacunes du


droit de l’environnement 
El derecho a la movilidad activa, reflejo de las carencias del derecho ambiental

Roxane Chaplain Introduction


Jurista especializada en derecho
ambiental. Maestría en la Universidad
de Paris I Panthéon-Sorbonne, autora La crise actuelle du COVID-19 que connaît le monde
de la tesina “La movilidad activa entier nous interpelle sur notre manière de nous mouvoir
como cuestión de derecho” (dirigida et appelle à une remise en cause profonde du secteur des
por Meryem Deffairi). Asistente
parlamentaria en el Parlamento Europeo. transports. Des villes comme Bogota, Mexico, New-York
Trabaja en temas de derecho ambiental ou encore Berlin, ont rapidement transformé leur aména-
europeo, en particular los referidos a la gement urbain afin de faire une réelle place aux cyclistes
justicia climática y la responsabilidad
medioambiental de las empresas. Autora et aux piétons. Dans un monde au ralenti, ces formes de
de un artículo para la Federación de mobilité plus lentes mais aussi plus respectueuses de
Usuarios de la Bicicleta en Francia,, notre environnement ont démontré leur intérêt. Des pistes
“Vélocité 157- de la LAURE à la LOM: vers_
un_droit_aux_amenagements_cyclables” cyclables temporaires sont mises en place sur les voies
(diciembre 2020), disponible en Fub.fr/ routières, des villes entières sont piétonnisées permettant
de respecter une distance de sécurité. En France égale-
ment, les acteurs de l’aménagement urbain commencent
à s’interroger sur l’opportunité que peut représenter ces
aménagements temporaires pour une politique de la mo-
bilité tournée vers l’avenir1. Au cœur des problématiques
environnementales et sanitaires actuelles, la mobilité doit
être repensée afin de limiter l’impact des déplacements
en expansion sur notre santé, notre environnement et en

1. CEREMA, «  Aménagement cyclables temporaire et confinement  :


quelles opportunités ? », Webinaire du 22 avril 2020.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

particulier sur la situation alarmante liée au réchauffe- atmosphérique, constituant la troisième cause de décès
ment climatique. en France9.
Parmi les plus émetteurs des gaz à effet de serre Face à ces enjeux, la mobilité active constitue une
(GES), le secteur des transports est le seul secteur dont réponse efficace pour pallier les maux causés par l’ac-
les émissions se sont accrues depuis 19902. En France croissement des déplacements. Cette forme de mobilité
en 2018, ce secteur n’émet pas moins de 31% des émis- qui recouvre « l’ensemble des modes de déplacement pour
sions de GES et 40% des émissions de CO23. A l’échelle lesquels la force motrice humaine est nécessaire, avec ou
internationale, le constat est le même. D’après les pers- sans assistance motorisée »10, principalement la marche à
pectives des transports du FIT (Forum international des pied, les vélos, est non seulement faiblement émettrice
transports) en 2017, les émissions de CO2 imputables au de GES mais aussi un vecteur de santé publique. Pour-
secteur des transports pourraient augmenter de 60% d’ici tant, le cadre législatif et règlementaire demeure insuf-
2050 si aucune mesure de transition efficace n’est prise4. fisant malgré une réelle volonté de faire du vélo et de
Ce niveau actuel des émissions est en pleine contradic- la marche à pied de nouveaux moyens de transport. En
tion avec les objectifs juridiques fixés au niveau national effet, conformément au Grenelle de l’environnement et
ou international. En France, la loi d’orientation des mo- aux lois qui lui ont succédé, les pouvoirs publics doivent
bilités adoptée en décembre 2019 dit loi LOM est venue promouvoir des formes de mobilité alternatives et plus
inscrire pour la première fois dans le Code de l’environ- durables11. A ce titre, la récente loi LOM reconnaît le vélo
nement un objectif ambitieux de « décarbonation complète comme un mode de transport à part entière notamment
du transport terrestre pour 2050 »5, ou autrement dit d’at- avec les prémisses d’un droit à la mobilité active12.
teindre la neutralité carbone6 dans ce secteur. Pourtant, Au-delà d’un réaménagement de la voirie publique
au niveau international comme national, la trajectoire et des infrastructures de transports, c’est toute une straté-
actuelle ne permettra pas in fine de respecter l’objectif gie globale et cohérente qui doit accompagner progressi-
fixé par les États dans l’Accord de Paris et ainsi de conte- vement ce changement de paradigme. Cette évolution se
nir le réchauffement climatique à + 1,5 ou 2ºC d’ici 20507. constate non seulement par une modification de la termino-
Ces objectifs conduisent nécessairement à réfléchir aux logie utilisée mais aussi par une évolution institutionnelle
modes de transports alternatifs aux véhicules motorisés. et conceptuelle  : le passage d’une mobilité appréhendée
Au-delà de l’enjeu environnemental, la mobilité constitue sous le prisme du droit des transports à une mobilité impul-
aussi un enjeu sanitaire. En effet, la mobilité actuelle est sée et orientée par le droit de l’environnement. Pour faire de
source d’importantes nuisances sonores8 et de pollution la mobilité active une réelle alternative à la mobilité carbo-
née, celle-ci doit s’appuyer sur un droit de l’environnement
effectif. Or, s’il existe une critique récurrente relative au droit
2. CESE, Section de l’aménagement durable des territoires, Avis sur de l’environnement, c’est bien celle de son effectivité13.
l’avant-projet de loi d’orientation des mobilités, novembre 2018, p. 6.
3. CGDD (Commissariat général au Développement Durable), Les
comptes des transports en 2018, août 2019, p. 101. 9. Selon l’ADEME, La pollution engendrée par les particules fines PM10
4. OCDE, Perspectives du transport du FIT, Résumé, 2017, p. 1. et PM2,5 et les particules ultrafines, les oxydes d’azote (NOx) et plus
5. Loi nº 2019-1428 du 24 décembre 2019 d’orientation des mobilités, particulièrement le dioxyde d’azote (NO2) présentes dans l’atmos-
art. 74. phère est en France la troisième cause de mortalité après le tabac et
6. Selon le Haut Conseil pour le Climat, la Neutralité carbone est l’at- l’alcool, causant en 2016 de 48 000 décès prématurés. Ibid.
teinte d’un équilibre entre les émissions anthropiques de gaz à effet 10. C. transp., art. L 1271-1.
de serre et les absorptions anthropiques de ces mêmes gaz sur une 11. V. la loi nº 2015-992 relative à la transition énergétique et la crois-
période donnée ou à compter d’une certaine date. HCC, Rapport an- sance verte du 17 août 2015 a consacré un titre entier à l’évolution du
nuel Neutralité Carbone, Agir en cohérence avec les ambitions, Juin secteur des transports en intégrant les problématiques environnemen-
2019, p. 57. tales et de santé publique, le titre III intitulé « Développer les transports
7. Accord de Paris, Nations Unies, 2015, art. 2. propres pour améliorer la qualité de l’air et protéger la santé ».
8. Selon l’ADEME, 80 % des nuisances sonores dans l’environnement 12. Code des transp., art. L 1111-1
proviennent des transports, dont 68 % sont imputables à la route. Voir 13. M. HAUTEREAU-BOUTONNET, E. TRUILHÉ, « Des procès pour renfor-
ADEME, Gagner en performance et réussir le passage à l’écomobilité cer l’effectivité du droit de l’environnement », Les cahiers de la justice,
pour les décideurs publics et privés, 2018, p. 10. 2019, p. 431.

PÁGINA 128 / NOVIEMBRE 2021


ARTÍCULOS

Après avoir abordé les interactions entre législation en matière de qualité de l’air19, le respect des objectifs
environnementale et mobilité active (I), la valeur juri- en matière d’émission de GES est contraignant et revêt
dique de l’objectif de mobilité décarbonée sera analysé le caractère d’une obligation de résultat. Le règlement
(II) avant d’évoquer la consécration d’un droit à la mobili- ESR de 2018 rappelle ainsi le devoir de la Commission
té active fondé sur des droits fondamentaux (III). européenne de s’assurer du respect des obligations des
États membres20 et institue un mécanisme de contrôle
de conformité assorti de sanctions en cas de non-res-
I. La mobilité active, une nouvelle obligation pect par un État membre21. Que ce soit le règlement ou
environnementale ? la décision, les règlementations européennes semble-
raient laisser aux États membres une grande marge de
Les évolutions législatives européenne et natio- manœuvre quant aux politiques publiques mises en
nale dans le secteur des transports sont le reflet de œuvre afin d’atteindre ces objectifs. Ainsi, la promotion
l’émergence puis de l’affirmation des préoccupations des modes de transports plus durables et moins émet-
environnementales et climatiques. Autrement dit, l’en- teurs notamment les modes actifs comme le vélo et la
vironnement est en phase de constituer le « vecteur es- marche permettrons d’atteindre ces objectifs.
sentiel  » de la nouvelle gouvernance dans le domaine A l’échelle nationale, l’adoption de la récente loi LOM
du transport14. répond à un besoin urgent de réforme dans le secteur
Au départ non inquiété par une régulation des des transports n’en ayant pas connu d’envergure depuis
émissions de gaz à effet de serre au niveau européen15, la fameuse loi d’orientation des transports intérieurs dite
le secteur des transports a rapidement rejoint les ac- loi LOTI en 198222. Initiée conjointement par le Ministère
tivités soumises à des restrictions en matière d’émis- des transports et le Ministère de l’environnement, la sin-
sions. Avec les bâtiments, le tertiaire et l’agriculture, gulière loi LOM dépasse les clivages ministériels, modi-
ce secteur est règlementé par la décision européenne fiant non seulement le Code des transports, mais aussi et
Effort Sharing Decision16 de 2009 suivie du règlement surtout le Code de l’environnement. Derrière son appa-
Effort Sharing Regulation (ESR)17 pour la période 2021- rence de loi sectorielle, la loi LOM revendique un effort
2030. L’objectif global fixé au niveau européen d’une général de transition énergétique se traduisant par l’ob-
réduction des émissions de 10% pour 2020 pour les sec- jectif de lutte contre le changement climatique, quasi-
teurs exclus du marché carbone est ensuite décliné en ment omniprésent23. La particularité de cette loi est de
contributions nationales minimales des États membres. légiférer pour la première fois sur la mobilité active. Un
Pour la France, cet objectif est une réduction de 14% titre entier de la nouvelle loi vise d’ailleurs à « Dévelop-
par rapport à 200518. Tout comme les valeurs limites per des mobilités plus propres et plus actives », une première
en droit français. Un autre objectif, tout aussi novateur
14. S. MOUTON, «  Chronique de droit public des transports, Janvier et ambitieux, s’inscrit dans cette perspective environ-
2013 - Novembre 2013 », Revue de droit des transports, nº4, Octobre nementale : l’engagement de décarboner le secteur des
2013, chron. 7.
15. Directive 2003/87/CE du Parlement européen et du Conseil du 13 transports terrestres d’ici 2050.
octobre 2003 établissant un système d’échange de quotas d’émission
de gaz à effet de serre dans la Communauté.
16. Décision 406/2009/CE du Parlement européen et du Conseil du
23 avril 2009 relative à l’effort à fournir par les États membres pour 19. Directive 2008/50/CE du Parlement européen et du Conseil du
réduire leurs émissions de gaz à effet de serre afin de respecter les 21 mai 2008 concernant la qualité de l’air ambiant et un air pur pour
engagements de la Communauté en matière de réduction de ces l’Europe.
émissions jusqu’en 2020. 20. Règlement 2018/842, précit., consid. 29.
17. Règlement 2018/842 du Parlement européen et du Conseil 30 21. Ibid., art. 9, § 1.
mai 2018 relatif aux réductions annuelles contraignantes des émis- 22. Loi nº 82-1153 du 30 décembre 1982 d’orientation des transports
sions de gaz à effet de serre par les États membres de 2021 à 2030 intérieurs.
contribuant à l’action pour le climat afin de respecter les engagements 23. M. BOUCTON, J. HAOUIN, «  La loi d’orientation des mobilités et le
pris dans le cadre de l’accord de Paris. réchauffement climatique  », Énergie - Infrastructure- Environnement,
18. Décision 406/2009/CE, préc., annexe II. Mars 2020, nº3, dossier 8.

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S’il paraît ambitieux, il est nécessaire d’apprécier caractère «  programmatique  », il se limite à exposer des
son caractère contraignant mais également l’ensemble objectifs à atteindre qui ne lient ni le gouvernement,
des moyens permettant d’atteindre cet objectif. ni le législateur. Dépourvue de portée normative, cette
disposition ne risque pas de mettre en cause une exi-
gence constitutionnelle27. Par cette décision, le Conseil
II. Atteindre la mobilité décarbonée, une Constitutionnel ne fait qu’appliquer sa jurisprudence
obligation de résultat ? antérieure relative à la transition énergétique28 refu-
sant de connaître des griefs tirés de la méconnaissance
La célèbre distinction entre obligations de résul- d’exigences constitutionnelles invoqués à l’encontre
tat et de moyens introduite par l’éminent juriste René de dispositions programmatiques étant dépourvues de
Demogue24 prend tout son sens appliquée à la législa- portée normative. Cette position est aussi partagée par
tion environnementale. Bien qu’introduit parmi les dis- le Conseil d’État qui rappelle à plusieurs reprises le ca-
positions phares de la nouvelle loi LOM, cet objectif est ractère non contraignant des dispositions programma-
en réalité bien plus une ligne de conduite qu’un objectif tiques, en 201329 et en 201430.
réellement contraignant (A). En outre, l’atteinte d’une Cependant, le caractère non contraignant des objec-
mobilité décarbonée doit nécessairement passer par l’in- tifs programmatiques ne dispense pas le Conseil consti-
tégration des objectifs climatiques dans la règlementa- tutionnel de vérifier le respect par ces dispositions, des
tion des transports et par leur mise en œuvre de manière normes et principes de valeur constitutionnelle. Dans
effective, ce qui n’est pas toujours le cas (B). le considérant 36 et selon une formulation de principe,
le Conseil indique que les objectifs assignés par la loi
à l’action de l’État ne sauraient contrevenir à l’exigence
A) Décarboner le secteur des transports  : un constitutionnelle qui découle de l’article 1er de la Charte
objectif non contraignant de l’environnement. Toutefois, le rôle du Conseil en
la matière est limité à s’assurer de l’adéquation entre
Avant son entrée en vigueur, la loi LOM a fait l’objet les dispositions programmatiques et les dispositions
d’une saisine constitutionnelle par 60 députés et séna- constitutionnelles poursuivies. En l’espèce, le Conseil
teurs qui contestaient la conformité à la Constitution de Constitutionnel considère que l’objectif de décarbona-
certains articles dont l’article 73 fixant un objectif de « dé- tion complète du secteur des transports terrestres « n’est
carbonation complète du secteur des transports terrestres » pas manifestement inadéquat aux exigences de l’article
d’ici à 2050. En se référant directement à la Charte de 1er de la Charte de l’environnement »31. Il précise que son
l’environnement, les parlementaires requérants esti- contrôle se limite à sanctionner des objectifs qui seraient
maient que cet objectif n’était pas suffisamment exi- «  manifestement inadéquats  » par rapport aux exigences
geant pour lutter contre la pollution de l’air et que, par
conséquent, cette disposition ne serait pas conforme au 27. Conseil Constitutionnel, commentaire, cons. const., nº 2019-794
DC du 20 décembre 2019 Loi d’orientation des mobilités, p.12
principe constitutionnel du «  droit à un environnement 28. Cons. Const., nº 2015-718 DC du 13 août 2015, loi relative à la
équilibré et respectueux de la santé »25. Par une décision transition énergétique pour la croissance verte, cons. 12.
en date du 20 décembre 201926, le Conseil constitu- 29. CE, 17 octobre 2013, nº358633, Notre-Dame-des-Landes.
30. CE, 18 juin 2014, nº357400.
tionnel rejette la demande et considère conforme à la 31. Cons. const., nº 2019-794, préc., consid. 36. «  D’une part, aux
Constitution l’ensemble des dispositions litigieuses, termes de l’article 1er de la Charte de l’environnement, « Chacun a le
en particulier l’article 73. Comme cet article revêt un droit de vivre dans un environnement équilibré et respectueux de la
santé ». Les objectifs assignés par la loi à l’action de l’État ne sauraient
contrevenir à cette exigence constitutionnelle. Le Conseil constitution-
24. R. DEMOGUE, Traité des obligations en général, t. 5, 1925, Librairie nel ne dispose toutefois pas d’un pouvoir général d’appréciation et
Arthur Rousseau, p. 536. de décision de même nature que celui du Parlement. Il ne saurait se
25. Charte de l’environnement, art. 1er. prononcer sur l’opportunité des objectifs que le législateur assigne à
26. Décision nº 2019-794 DC du 20 décembre 2019, Loi d’orientation l’action de l’État, dès lors que ceux-ci ne sont pas manifestement inadé-
des mobilités. quats à la mise en œuvre de cette exigence constitutionnelle ».

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ARTÍCULOS

constitutionnelles. La question qui reste alors en suspens Au-delà de la récente loi LOM, l’objectif de décar-
n’est pas tant de savoir si cet objectif est adéquat ou non boner le secteur des transports pourrait être atteint par
aux exigences de l’article 1er, mais plutôt s’il est suffisant une parfaite intégration des questions climatiques dans
pour assurer un « environnement équilibré et respectueux l’ensemble de la règlementation relative à la mobilité. Si
de la santé  »32. Néanmoins, la réponse à cette question l’enjeu climatique y est bien et bien présent, les moyens
relève selon le Conseil d’une prérogative du législateur, concrets assurant le respect des engagements euro-
traduisant le caractère limité de son contrôle. péens et internationaux semblent lacunaires.
L’ambition de décarboner le secteur des transports
n’est donc qu’une ligne de conduite à destination du gou-
vernement. C’est pourquoi, s’impose l’analyse des objec- B) L’intégration de l’air et du climat dans le
tifs concrets permettant, a priori, d’atteindre cet objectif secteur des transports : quelle effectivité ?
général. D’une part, le « Plan vélo et mobilités actives »33
présenté le 14 septembre 2018, aspire à une forte évo- Les engagements français à échelle européenne et
lution de la part des vélos dans les déplacements quo- internationale sont intégrés dans la Stratégie Nationale
tidiens d’ici 2024, en passant de 3% actuellement à 9%. Bas Carbonne (SNBC)37 qui indique « la marche à suivre
Pourtant, déjà en 2012, un premier Plan vélo avait comme pour conduire la politique d’atténuation des émissions de
objectif un taux d’usage global de 10% en 2020, soit +1% gaz à effet de serre dans des conditions soutenables sur le
par an sur 2012-202034. Force est de constater que, non plan économique à moyen et long termes »38. Cette stratégie
seulement l’objectif de 2012 est loin d’être atteint, mais doit être respectée dans le budget carbone39 traduisant
surtout que l’ambition a été depuis revue à la baisse. Cet les objectifs européens relatifs à la réduction des émis-
objectif également dépourvu de portée contraignante sions de GES (v. supra). Cependant, ces lignes directrices
doit être appréhendé encore une fois comme une direc- peinent à s’imposer dans la règlementation relative à la
tion devant être suivie par les autorités publiques. mobilité active.
L’adoption de la loi aurait pu être l’occasion de préci- D’une part, la récente loi LOM n’a pas à être compa-
ser des objectifs ambitieux et cette fois-ci contraignant. tible avec la SNBC, c’est d’ailleurs également le cas pour
Néanmoins, malgré son entrée en vigueur en décembre un ensemble de lois sectorielles en lien avec la transi-
2019, l’effectivité de la loi est conditionnée par l’adop- tion écologique parmi lesquelles la loi relative au lo-
tion d’une multitude d’ordonnances, une quarantaine gement et à l’urbanisme40 ou encore la récente loi sur
seulement pour le titre IV35. Aussi, des décrets d’appli- l’aménagement, le logement et le numérique41. Ces lois
cation devaient être publiés par le gouvernement pour structurantes sont souvent déterminantes sur l’évolu-
la plupart d’ici juin 2020, mais dont l’adoption semble tion des émissions de GES, sans pour autant relever di-
différée dans le contexte d’urgence sanitaire actuelle. rectement du secteur de l’énergie et de l’environnement.
Selon l’échéancier de mise en application de la loi36, près Ainsi, au-delà des conséquences directes des émissions
de 130 dispositions seraient concernées par des décrets de GES par le secteur des transports, la loi LOM a éga-
d’application. lement des effets indirects sur l’évolution du climat
causés par des projets d’infrastructure qui conduisent à

32. Charte de l’environnement, art. 1er. 37. Stratégie nationale bas carbone révisée complète relative au
33. GOUVERNEMENT, Plan vélo et mobilités actives, Septembre 2018, 22 p. décret nº 2020-457 du 21 avril 2020 relatif aux budgets carbone natio-
34. P. GOUJON, Plan national vélo établi par le groupe de travail pour naux et à la stratégie nationale bas-carbone.
le développement de l’usage du vélo, remis au Ministre chargé des 38. Art. L. 222-1 B.-I. du Code de l’environnement.
transports, janvier 2012, p. 14. 39. Décret nº 2020-457 du 21 avril 2020 relatif aux budgets carbone
35. M. BOUCTON, J. HAOUIN, La loi d’orientation des mobilités et le ré- nationaux et à la stratégie nationale bas-carbone.
chauffement climatique, Énergie - Infrastructure- Environnement, Mars 40. Loi nº 2014-366 du 24 mars 2014 pour l’accès au logement et un
2020, nº3, dossier 8, p. 8. urbanisme rénové.
36. Dossiers législatifs Loi nº 2019-1428 du 24 décembre 2019 41. Loi nº 2018-1021 du 23 novembre 2018 portant évolution du loge-
d’orientation des mobilités, échéancier de mise en application de la loi. ment, de l’aménagement et du numérique.

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une artificialisation croissante des sols. A l’aune de l’ur- de mobilité et non d’environnement, la loi Grenelle II a
gence climatique actuelle, le respect de la SNBC par les imposé pour la première fois l’évaluation des émissions
législations nationales paraît être une condition sine évitées de CO2 attendues de la mise en œuvre d’un PDU,
qua non pour contenir le réchauffement climatique à un lors de son élaboration ou révision47. Ensuite, la loi rela-
niveau qui soit viable. Cependant, juridiquement, seule tive à la transition énergétique de 201548 est venue préci-
la Programmation Pluriannuelle de l’Énergie (PPE) doit ser et renforcer cette obligation : des évaluations et des
se conformer à la SNBC n’est contraignante que pour. calculs des émissions de gaz à effet de serre générés
Faisant ce même constat, le Haut Conseil pour le Climat par les déplacements à l’intérieur du périmètre de trans-
en déduit que « le cadre actuel est juridiquement et politi- port urbain devront être réalisés lors de l’élaboration et
quement trop faible pour mener la France vers la neutralité de la révision des PDU49. Néanmoins, en pratique, le ca-
carbone en 2050 »42, qualifiant la SNBC de stratégie « isolée lendrier des échéances des stratégies nationales, régio-
et peu opérationnelle  »43 n’ayant pas d’effet structurant nales et locales rend parfois difficile la prise en compte
pour la politique climatique française. par les collectivités des évolutions récentes de la SNBC50.
Ces lacunes relatives à l’intégration des objectifs cli- Or, le manque de cohérence et de coordination entre les
matiques dans la législation nationale se retrouvent dans actions à l’échelle territoriale et nationale peut constituer
les documents de planification territoriale. Outil de pilo- un réel frein à une intégration de l’air et du climat dans le
tage et de coordination, la SNBC influence la planification secteur de la mobilité qui soit effective.
sur les territoires puisqu’elle doit être prise en compte Derrière l’objectif environnemental de décarboner
notamment dans l’élaboration des Schémas régionaux le secteur des transports et des moyens plus ou moins
d’aménagement, de développement durable et d’égalité effectifs qui permettent de l’atteindre, la question des
des territoires (SRADDET) et des Plans climat-air-énergie rapports qu’entretient la mobilité active avec les droits
territoriaux (PCAET). Pourtant, cette obligation de prise en fondamentaux et environnementaux nous amène à
compte constitue le niveau de contrainte le plus faible aborder la notion de « droit à la mobilité active ».
ne permettant pas de garantir le respect des objectifs
fixés dans la SNBC. Par conséquent, le respect des obli-
gations chiffrées de l’État au niveau européen et inter- III. Vers un droit à la mobilité active ?
national dépend en réalité de « l’ambition de plans locaux
et de l’efficacité de leur mise en œuvre »44. Parmi ces plans Si le « droit à la mobilité »51 et la notion de « mobili-
locaux, le Plan de déplacement urbain (PDU) a un rôle dé- té active  »52 ont été définis dans le Code des transports
terminant puisque dans ces objectifs, figure la volonté depuis l’entrée en vigueur de la loi LOM, le législateur
d’assurer «  l’équilibre durable entre les besoins en matière n’a aucunement pris le soin de faire naître dans le droit
de mobilité et de facilités d’accès, d’une part, et la protection français un réel « droit à la mobilité active ». Ce vide ju-
de l’environnement et de la santé, d’autre part »45. Il consti- ridique peut être analysé comme un frein à l’émergence
tue donc le pont entre la politique de mobilité à échelle de la mobilité active comme une réelle alternative aux
locale et le respect des objectifs de réduction des émis- modes de déplacement traditionnels. Pourtant, en ce
sions à échelle nationale. Alors que les premiers plans qu’elle répond à des impératifs environnementaux et de
élaborés après l’adoption de la première loi sur les trans-
ports46 visait surtout à répondre à des problématiques 47. Loi nº 2010-788 du 12 juill. 2010 portant engagement national
pour l’environnement, art. 63.
42. Haut Conseil pour le Climat, Rapport annuel Neutralité Carbone, 48. Loi nº 2015-992 du 17 août 2015 relative à transition énergétique
Agir en cohérence avec les ambitions, Juin 2019, 59 p. pour une croissance verte.
43. Ibid. 49. C. transp., art. L. 1214-8-1.
44. M. MOLINER-DUBOST, « Les obligations de l’État dans la lutte contre 50. Haut Conseil pour le Climat, Rapport annuel Neutralité Carbone,
le changement climatique », RFDA 2019, p. 633. Agir en cohérence avec les ambitions, Juin 2019, p. 55.
45. C. transp., article L1214-2, 1º. 51. C. transp., Titre du livre 1er « Droit à la mobilité » ; art. L 1111-2 ; art.
46. Loi nº 82-1153 du 30 décembre 1982 d’orientation des transports L 1111-4.
intérieurs, art. 28 et s. 52. C. transp., art L 1271-1.

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ARTÍCULOS

santé publique, le droit à la mobilité active peut trouver aggravant dans la crise sanitaire actuelle du COVID-19.
son fondement dans divers droits fondamentaux (A) et En outre, étudiant les effets du changement climatique
sa consécration en tant que droit-créance la rendrait exi- sur les droits fondamentaux, le Comité des droits de
gible de l’État (B). l’homme a déclaré en 2018 que « la dégradation de l’en-
vironnement, les changements climatiques et le développe-
ment non durable [font] partie des menaces les plus urgentes
A) La mobilité active, reflets de droits et les plus graves pour la capacité des générations présentes
fondamentaux (ou de droits environnementaux) et futures de jouir du droit à la vie »58. Par conséquent, le
droit à la mobilité active en améliorant la qualité de l’air
Le droit à la mobilité active peut être appréhen- et en limitant l’accélération du changement climatique,
dé comme un droit subjectif des individus, le fait de ne serait-il pas vecteur du respect de ces droits fonda-
pouvoir avoir recours à des formes alternatives de mo- mentaux, notamment du droit à la vie ?
bilité et par conséquent respectueuses de leur santé et de Non seulement le droit à la mobilité active est un
leur environnement, mais aussi par extension comme droit individuel propre aux personnes physiques, mais il
un droit propre à l’environnement53 ayant pour objet la peut aussi être consacré sur le fondement d’un droit à un
res communis qu’est l’air. air pur, encore en devenir. L’urgence climatique actuelle
La notion de droit à la mobilité active peut trouver sa et les effets délétères de la pollution atmosphérique sur
source dans les droits fondamentaux reconnus aux êtres la santé humaine et sur l’environnement ne cessent
humains. La Charte de l’environnement en premier lieu, d’être invoqués devant les tribunaux59. Ce nouvel argu-
confère dans son article 1er « le droit de vivre dans un en- mentaire porté à l’appréciation des juges semble consti-
vironnement équilibré et respectueux de la santé », un droit tuer une forme de plaidoyer pour la reconnaissance d’un
subjectif aux êtres humains ayant valeur constitution- nouveau droit : le « droit à l’air pur ». Pouvant être appré-
nelle54. Si la protection de l’environnement a d’abord hendé comme « la reconnaissance d’un niveau satisfaisant
été appréhendée d’un point de vue anthropocentré, c’est de jouissance des ressources communes » 60, en l’espèce l’air,
parce que celle-ci est la condition de préservation de la ce droit constitue une condition indispensable à l’effec-
plupart des droits fondamentaux55. La détérioration de la tivité du droit à un environnement sain.
qualité de l’environnement affecte directement les droits La notion d’air pur a notamment été introduite en
reconnus dans la Constitution jusqu’à violer le droit de droit européen avec la directive 2008/50/CE concernant
vivre. Cette interaction entre droits fondamentaux et la qualité de l’air ambiant et un air pur pour l’Europe61.
protection de l’environnement s’illustre parfaitement En droit français, la qualité de l’air figurait dès la loi
dans le cadre de la protection de l’air et du climat. Ainsi, de 1996 sur l’air et l’utilisation rationnelle de l’énergie
la pollution de l’air cause chaque année toujours plus (LAURE)62 parmi les  intérêts à protéger dans le Code de
de décès56 et serait, selon certaines études57, un facteur

d’une relation entre les taux de particules PM10 et PM2,5, en suspen-


53. G. MARTIN, Le droit à l’environnement, PPS 1978. 128 s, in M. PRIEUR sion dans l’air, et le nombre de personnes atteintes du coronavirus.
(dir.) et al., Droit de l’environnement, Précis Dalloz, 8e éd. 2019, p. 66. 58. CCPR/C/GC/36, Observation générale No. 36 sur l’article 6 du
54. Cons. Const., nº2008-564 DC du 19 juin 2008, loi relative aux or- Pacte international relatif aux droits civils et politiques, concernant le
ganismes génétiquement modifiés. Dans son 18ème considérant, le droit à la vie, 2018, p. 15 §62.
Conseil considère que l’article 5 de la Charte « comme l’ensemble des 59. V. par ex. CE, du 12 juillet 2017, nº394254, Les amis de la Terre ;
droits et devoirs définis dans la Charte de l’environnement ont valeur TA Montreuil, 25 juin 2019, Mme Farida T., nº 1802202 ; TA Paris, 4 juill.
constitutionnelle ». 2019, Mme N, Mme B., M. G., nos 1709333, 1810251, 1814405.
55. M. PRIEUR (dir.) et al., Droit de l’environnement, Précis Dalloz, 8e éd., 60. M. PRIEUR (dir.) et al., Droit de l’environnement, préc., 2019, p. 87,
2019, p. 73, §89. §120.
56. Selon l’OMS et l’European Heart Journal (chiffres de 2019), chaque 61. Directive 2008/50/CE du Parlement européen et du Conseil
année la pollution de l’air cause en France entre 49 000 et 67 000 dé- concernant la qualité de l’air ambiant et un air pur pour l’Europe, 21
cès, 800 000 en Europe et près de 9 millions sur Terre. mai 2008.
57. L’étude de la Société italienne de médecine environnementale 62. Loi nº 96-1236 du 30 décembre 1996 sur l’air et l’utilisation ration-
(SIMA) et des universités de Bologne et de Bari avance l’existence nelle de l’énergie.

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l’environnement qui consacre le « droit (...) à respirer un air au niveau européen et national, ce droit n’étant analysé
qui ne nuise pas à sa santé »63. Pourtant, d’après les débats que comme un « principe d’orientation »69.
parlementaires, cette disposition législative ne serait Au-delà des contentieux relatifs à la pollution de l’air,
pas l’affirmation du droit de chacun à respirer à propre- le droit à un air pur constitue également l’un des fonde-
ment parler, mais plutôt « la naissance d’une politique dont ments des contentieux climatiques. Dans un rapport sur
l’objectif est la mise en œuvre du droit [...] à respirer un air l’urgence climatique au regard du respect des droits de
pur »64. Cette position prudente du législateur s’explique l’Homme, David R. Boyd, rapporteur spécial des Nations
par le fait qu’en matière de qualité de l’air, l’intervention Unies, défend la nécessité de reconnaître un « droit à un
de l’État consiste en la définition d’objectifs, de seuils environnement sûr, propre, sain et durable, qui suppose no-
et de mesures visant à influencer le comportement des tamment un climat sûr, un air pur »70. Il considére que ce
usagers. Comme l’intervention de l’État est indirecte et droit conditionnerait le respect des droits de l’Homme
présente un caractère aléatoire65, le législateur n’a pas notamment le droit à la vie. Ce droit à «  un climat sûr,
voulu consacrer un véritable « droit à un air pur ». un air pur  » se rapproche du principe général du «  droit
C’est pourquoi, le juge a pu dans un premier temps de vivre dans un système climatique soutenable » invoqué
déduire de cet article une simple obligation de moyen dans le recours intenté contre l’État français pour inac-
des autorités publiques66. Le Conseil d’État est ensuite tion contre le changement climatique, ou «  Affaire du
venu préciser les obligations qui pèsent sur l’État en siècle »71. Ainsi, il s’agirait de reconnaître un droit subjec-
matière de qualité de l’air après avoir été saisi par l’as- tif à l’environnement ayant pour objet les res communis
sociation les Amis de la Terre. Contre toute attente, ce ou des biens environnementaux au rang desquels : l’air.
dernier affirme que les objectifs fixés en droit de l’envi- Ce droit propre à l’environnement épousant une concep-
ronnement impliquent, non pas une simple obligation tion plutôt écocentrée pourrait être le garant d’un droit
de moyen, mais bien une réelle obligation de résultat à subjectif à l’homme : le droit à la mobilité active. Ainsi,
la charge des États 67. Cet arrêt précise la portée de l’obli- en ce que la mobilité active est l’un des moyens visant
gation en adéquation avec la position adoptée par la Cour à assurer un air pur et par extension un climat sain, la
de justice de l’Union européenne (CJUE)68 : non seulement reconnaissance d’un droit à un air pur pourrait donner
l’État doit mettre en œuvre les moyens visant à limiter toute sa consistance et son effectivité au droit à la mo-
la pollution de l’air par une planification adaptée, mais bilité active.
il doit également s’assurer de l’effectivité de ces plans
dans un certain délai. A défaut, le juge administratif
constate une méconnaissance du droit national mais B) Le droit à la mobilité active, un droit-
aussi et surtout européen. Le Conseil rend en l’espèce créance ou un droit-liberté ?
une décision très ambitieuse, donnant à la législation eu-
ropéenne toute son efficacité. Néanmoins, ce qui consti- Le droit-créance confère «à l’individu le droit d’exiger
tue une obligation de résultat n’est pas tellement la mise certaines prestations de la part de la société ou de l’État»72, il
en œuvre du droit de chacun à respirer un air sain mais implique par conséquent le pouvoir d’exiger une « presta-
plutôt le respect des valeurs limites d’émissions fixées tion positive »73 de la part du gouvernement. Cette notion a

69. M. MOLINIER-DUBOST, « Le droit de chacun à respirer un air qui ne


nuise à pas sa santé », Rev. jur. env., 2003, p. 431.
63. C. envir., art. L 220-1. 70. Rapport A/74/161, 15 juillet 2019, p. 15.
64. Sénat déb., séance jeudi 23 mai 1996, JO 24 mai 1996, p. 2873. 71. Argumentaire du mémoire complémentaire de « l’Affaire du
65. M. SIRINELLI, « Droit à respirer un air pur : quelles obligations pour siècle », 20 mai 2019, p. 29 s
les autorités publiques », AJDA, 2013, p. 1506. 72. R. PELLOUX, « Vrais et faux droits de l’homme, problèmes de défini-
66. CAA Paris, 11 avril 2013, nº 12PA00633. tion et de classification », RD publ., 1981, p. 54.
67. CE, 12 juillet 2017, nº394254, Les amis de la Terre. 73. L. GAY, « La notion de “ droits-créances “ à l’épreuve du contrôle de
68. CJUE, 19 novembre 2014, aff. C-404/13, ClientEarth c/ The Secre- constitutionnalité », Cahiers du Conseil constitutionnel nº 16 (Prix de
tary of State for the Environment, Food and Rural Affairs. thèse 2002), juin 2004.

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ARTÍCULOS

été construite en opposition avec celle de « droits-liberté » pour protéger ce droit79. Le juge français a également
qui relève de la logique des libertés individuelles issus opté pour cette conception lorsqu’il admet la recevabi-
principalement de la Déclaration des Droits de l’Homme lité d’un référé-liberté fondé sur l’article 1er de la Charte
et du Citoyen de 1789. Au contraire, les droits-créance de l’environnement80. Le juge de l’urgence considère
s’appuient sur les droits sociaux consacrés par le Pré- ainsi qu’en endossant la Charte de l’environnement à la
ambule de la Constitution 1946 : le droit à l’instruction, le Constitution, le législateur a nécessairement entendu
droit à l’assistance, ou encore le droit à la protection de la ériger le droit à l’environnement en liberté fondamen-
santé. C’est pourquoi, l’étude du droit à la mobilité active tale de valeur constitutionnelle. Le droit à un environ-
en tant que droit-créance, s’analyse à travers le prisme de nement pourrait être par conséquent un «  droit mixte  »
ces droits sociaux. correspondant à la fois à un droit fondamental subjectif
En particulier, l’alinéa 11 du préambule précise que et un droit-créance. Pour le professeur Michel Prieur, par
la Nation garantie « la protection de la santé  ». Cette for- la consécration d’un tel droit, «  il ne s’agit plus de rendre
mulation sous-entend une obligation d’agir pour l’État, l’État (à travers la nation) débiteur d’un droit-créance, mais
puisque l’indicatif vaut impératif74 par principe en droit plutôt d’affirmer un droit individuel nouveau (chacun) oppo-
français. Individualisé, le droit à la protection de la santé sable à tous »81.
s’entend pour l’essentiel comme un droit créance. Ce- Assurant la protection de la santé mais aussi d’un
pendant, le Conseil ne s’est jamais prononcé sur la ques- environnement de qualité, le droit à la mobilité active
tion de savoir si la protection de la santé constituait un interroge quant à sa nature en l’absence d’une consécra-
droit fondamental75. A défaut d’être reconnu comme un tion explicite par le législateur et d’une interprétation
droit subjectif à l’individu, le droit à la protection de la riche de la récente loi par le juge. Pourtant, la position
santé constitue « une créance a minima, impliquant l’in- que l’on pourrait adopter est celle de la consécration d’un
tervention de l’État »76. droit-créance puisque le rôle de l’État est bien de rendre
Alors que la qualification du droit à la protection effectif « le droit qu’à toute personne, [...], de se déplacer et la
de la santé semble être actée, celle du droit à un envi- liberté d’en choisir les moyens, y compris ceux faisant appel
ronnement sain oscille entre droit-créance et droit-li- à la mobilité active  »82. En ce qu’il doit rendre effective
berté77 n’important pas la même signification ni portée. cette liberté de choisir les modes de déplacements, l’État
Le rapport de l’Assemblée Nationale relatif à l’appré- se rend exigible de l’obligation de « développer les mobili-
ciation de la Charte de l’environnement est pourtant tés propres et actives »83. Cette interprétation ne serait pas
clair à ce sujet, « c’est au sein des droits-créances que [...] le vide de sens puisqu’elle permettrait la saisine des juri-
droit à un environnement de qualité trouve naturellement dictions administratives en cas de carence de l’État dans
sa place  »78. Plus tard, une autre conception de ce droit la mise en œuvre de ce droit.
fondamental fut retenue : celle du droit-liberté. Cette ap- L’interprétation par le juge est nécessairement
préhension du droit à un environnement sain est issue amenée à préciser les contours de ce droit. Récemment,
notamment de la jurisprudence de la Cour Européenne dans le contexte du confinement, un référé-liberté a été
des droits de l’Homme mobilisant divers droits-libertés intenté par la Fédération des usagers de la bicyclette
(FUB) invoquant « une atteinte grave et manifestement illé-
gale à la liberté d’aller et venir et à la liberté individuelle »84

74. M. PRIEUR (dir.) et al., Droit de l’environnement, préc., 2019, p. 74, §94. 79. V. CEDH, 9 déc. 1994, G. Lopez Ostra c/ Espagne,  nº 16798/90 ;
75. P. EGÉA, « Les formes constitutionnelles de la santé », RDSS nºHS CEDH, 18 juin 2002, Öneryildiz c/ Turquie, nº 48939/99.
2013, Constitutions et santé, p. 34. 80. TA Châlons-en-Champagne ord. 29 avril 2005, Conservatoire du
76. Ibid. patrimoine naturel de Champagne-Ardenne, nº 0500828.
77. M. MEKKI, « Charte de l’environnement : « Écologisation » du droit 81. M. PRIEUR, « Les nouveaux droits », ADJA, 2015, p. 1157.
civil des biens à l’aune de la Charte de l’environnement », nº 2014-394 82. C. envir., art. L 1111-1.
QPC, Sté Casuca, La Semaine Juridique Edition Générale nº 26, 30 Juin 83. V. la Loi nº 2019-1428 du 24 décembre 2019 d’orientation des mo-
2014, 761. bilités, titre III intitulé « développer les mobilités propres et actives ».
78. Rapp. AN nº 1595, 19 mai 2004, spéc. p. 72. 84. Requête en référé-liberté devant le CE, 20 avril 2020, 22 p.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

face à la multiplication des verbalisations de cyclistes


et la fermeture d’itinéraires sécurisés. Par cette saisine,
ils entendent «  faire reconnaître le vélo comme moyen
de transport  légitime ». Sans pour autant faire appel à la
notion de mobilité active, ce référé-liberté pourrait être
le point de départ d’une réflexion menée vers la recon-
naissance d’un réel droit à la mobilité active (comme une
liberté fondamentale).

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ARTÍCULOS

Contrastes de una ciudad desigual, CABA.

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Leila Devia

Ciudades sostenibles en el marco del COVID-19

Leila Devia La pandemia del COVID-19 ha transformado el es-


Abogada, especialista en Régimen
cenario global y muchas noticias comentan el mejora-
Jurídico de los Recursos naturales
(UBA). Doctora en Ciencias Jurídicas miento del estado del ambiente. Sin embargo, el impacto
(USAL), estudios de posdoctorado (UBA). económico y social de dicha pandemia, ambos pilares
Profesora titular de Derecho de Recursos
de la sustentabilidad, son centrales también a la hora de
Naturales y Protección Ambiental (UBA).
Titular de Régimen Jurídico de los repensar cómo se desarrollarán las actividades producti-
Recursos Naturales de la carrera Franco vas y sociales en un futuro.
Argentina (USAL). Profesora visitante de la
La especificidad de la crisis del coronavirus debe
Universidad de Toulouse y Universidad
París I. Directora del Centro Regional también ser tenida en cuenta a la hora de la caída en los
de Capacitación y Transferencia de precios de los combustibles que, con anterioridad a dicha
Tecnología dependiente del Convenio
crisis, suponía un aumento en la demanda por parte de
de Basilea, con sede en el INTI. Correo
electrónico: lumiere@inti.gob.ar los consumidores. Sin embargo, en el momento actual
una parte creciente de la población mundial está confi-
nada en sus hogares, muchas fronteras se han cerrado,
lo que motivará una caída profunda del consumo. La ge-
neralización del teletrabajo, por ejemplo, puede persistir
más allá de la emergencia sanitaria y fomentar nuevos
modelos empresariales y de movilidad, tanto domésti-
cos como internacionales. La apuesta de la industria es
a largo plazo y la electrificación de la movilidad parece
acelerarse.
En esa línea se está pensando que la actual crisis
ofrece la oportunidad para un nuevo modelo económi-
co diferente, aprovechando el mayor papel del Estado,

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ARTÍCULOS

en lo que se ha dado en llamar el New Green Deal, que socioeconómicos y su impacto en la vida de las perso-
tiene como eje la descarbonización y la transición a una nas, con énfasis en los grupos vulnerables.
economía verde por parte de los sectores productivos. Como bien señala Nahuel Oddone en su nota “Lide-
Pero, por otra parte, el colapso financiero hará difícil esa razgos públicos, compromiso social y responsabilidad
reconversión. individual”, “[...] el desafío no es gestionar la incertidum-
Es necesario mantener la transición energética en bre sino las inseguridades mutuamente aseguradas”.
las agendas políticas. China, Estados Unidos y la Unión
Europea tendrán un papel preponderante en la acelera-
ción de la transición energética, que puede contrarrestar Ciudades inclusivas, seguras, resilientes y
las consecuencias de la pandemia al contribuir con la re- sostenibles frente a la pandemia
ducción de los gases de efecto invernadero.
La crisis del coronavirus ofrece una oportunidad Desde la perspectiva de la ciudad, la pandemia del
para profundizar estos temas. El COVID-19 nos mostró COVID-19 confirma la necesidad de pasar de una tra-
que puede suceder algo similar frente a una crisis dición de innovación para el crecimiento sostenido, a
climática. una estrategia de innovación para el cambio social que
Las tecnologías digitales representan también una permita la sostenibilidad del ecosistema.
oportunidad para derribar finalmente las barreras para La Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible reco-
la inclusión social y económica en tiempos de COVID-19. noce que la gestión del medio urbano es fundamental
Cabe destacar que, para aprovechar esta oportuni- para la calidad de vida. Es importante planificar las ciu-
dad, se necesita acceso a dispositivos y plataformas digi- dades y los asentamientos humanos con miras a fomen-
tales y asegurar capacitación en las habilidades digitales tar la cohesión comunitaria, la seguridad de las personas
para usar esa tecnología y que la misma brinde oportu- y estimular la innovación y el empleo.
nidades de empleo. Se deben reducir los impactos negativos de las ac-
Estos tres pilares del empoderamiento digital serán tividades urbanas, tales como la generación de residuos
indispensables para superar la crisis económica y mediante el reciclado de materiales y el uso racional del
sanitaria. agua y la energía. Esto requiere el acceso al agua potable
En materia de derechos humanos, las pandemias y a las energías renovables. Se debe promover la gestión
tienen el potencial de afectar gravemente el derecho a del riesgo y fomentar la resiliencia (Naciones Unidas,
la salud y, en consecuencia, el Estado tiene la obligación 2015).
de instrumentar medidas de contención, asegurando ese Entre los Objetivos para el Desarrollo Sostenible
derecho, y de sostener a las personas de mayor riesgo no (ODS), el número 11 contempla el papel que juegan las ciu-
sólo por su edad sino por las condiciones laborales y de dades en el desarrollo sostenible: lograr que las ciudades
precariedad en el trabajo informal. y los asentamientos sean inclusivos, seguros, resilientes
Asimismo, se ven afectadas ciertas libertades fun- y sostenibles. Su consecución requiere el cumplimien-
damentales, que están determinadas por restricciones a to de 16 metas en las que se integran los temas urbanos
la movilidad, con el objeto de generar una adecuada dis- más relevantes: vivienda y servicios básicos; transporte
tancia social, para combatir la pandemia. y energía sostenibles; urbanización inclusiva, planifi-
En este contexto en que se visualizan oportunida- cación y gestión participativas; patrimonio cultural y
des y desafíos para la sustentabilidad, no sólo ambiental natural; reducción de riesgos de desastres, así como mi-
sino también económica, en el que la transición energé- tigación y adaptación al cambio climático y resiliencia;
tica adquiere un rol preponderante y el teletrabajo y la reducción del impacto ambiental, con especial atención
digitalidad pueden llegar a ser uno de los caminos para a la calidad del aire y los desechos municipales; espa-
erradicar la pobreza, es necesario desarrollar nuevas ca- cios públicos seguros y verdes; vínculos positivos entre
pacidades vinculadas al manejo de la crisis y a la pros- zonas urbanas, periurbanas y rurales; uso eficiente de
pección de escenarios que permitan mitigar los costos

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recursos; e infraestructura resiliente y sostenible (Na- olvidados, donde los habitantes pasan dificultades para
ciones Unidas, 2015). cubrir sus necesidades elementales. Las tendencias más
Las acciones específicas para alcanzar el desarrollo recientes incluyen los desplazamientos hacia poblados
sostenible de las ciudades y los asentamientos humanos secundarios, ciudades despobladas, zonas periurbanas y
son la Nueva Agenda Urbana acordada en la Conferencia ciudades de tránsito.
de las Naciones Unidas sobre la Vivienda y el Desarrollo Con motivo del COVID-19 se configura una nueva
Urbano Sostenible (Hábitat III), realizada en Quito el 23 problemática para la ciudad y su ambiente. Esto, sumado
de diciembre de 2016. Las ciudades y los asentamientos a la exclusión de los migrantes en el acceso formal a
deben ser entendidos como espacios inclusivos, justos, la tierra, a la vivienda, a los mercados de trabajo y a la
seguros, sanos, accesibles, asequibles, resilientes y sos- atención de las necesidades básicas. Por lo general, este
tenibles, a fin de promover la prosperidad y la calidad de grupo de personas que vive en las ciudades reside en
vida para todos, favorecer la inclusión social, erradicar barrios marginales, donde los contagios de enfermeda-
la pobreza y el hambre, reducir las desigualdades, pro- des se multiplican.
mover un crecimiento económico sostenido, inclusivo y La Nueva Agenda Urbana y la Agenda 2030 para el
sostenible, lograr la igualdad de género, mejorar la salud Desarrollo Sostenible proyectan alcanzar ciudades y
y el bienestar humanos, fomentar la resiliencia y prote- asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilien-
ger el medio ambiente. tes y sostenibles. En el contexto del COVID-19, la rápida
Dicha agenda tiene en consideración brindar apoyo urbanización aumenta significativamente la cantidad
a las ciudades que acogen a migrantes, con el espíritu de personas en riesgo, pues la ausencia de planeamien-
de la cooperación internacional, tomando en cuenta las to favorece la generación de asentamientos informales
circunstancias nacionales. En el marco de las ciudades, descontrolados. Por otro lado, los gobiernos locales son
las autoridades locales tienen que contribuir al fortaleci- el nivel más cercano a los ciudadanos y juegan un rol
miento de los vínculos entre las zonas urbanas y rurales fundamental en la provisión de servicios e infraestruc-
que presentan las migraciones. tura, a fin de proteger la salud humana y el ambiente.
En el caso de los migrantes internos, que se tras- Entre los objetivos del Programa de las Naciones
ladan a las ciudades y a las zonas urbanas, se encuen- Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Ha-
tran aportes positivos como la diversidad y la creación bitat) se encuentra el de aumentar la resiliencia de las
de nuevos vínculos entre distintas localidades. Sin ciudades frente a los impactos de las crisis naturales y
embargo, el aumento de dichas migraciones en tiempos humanas. Se entiende por resiliencia “la capacidad de
de pandemia exige nuevos enfoques en la gobernanza los asentamientos humanos para resistir y recuperar-
urbana y distintas modalidades de gestión para lograr se rápidamente de cualquier peligro plausible”, lo que
una planificación sostenible. implica volver rápidamente a la situación estable ante-
La geografía de los flujos migratorios está cam- rior, además de reducir el riesgo y daño. La resiliencia
biando en consonancia con el paradigma actual. Las adopta un enfoque frente a múltiples amenazas mien-
ciudades del planeta que se han convertido en lugares tras que la gestión para la reducción de riesgos se con-
de destino de los migrantes ahora son más populosas. centra en una amenaza a la vez.
Todas las ciudades del mundo experimentan un mo- El Programa Perfiles de Ciudades Resilientes (CRPP,
vimiento constante de personas que se trasladan entre por su sigla en inglés), lanzado por ONU-Habitat, tiene
comunidades urbanas, regionales, nacionales y mun- por fin apoyar a los gobiernos locales en el desarrollo
diales. El aumento de los flujos migratorios en todo el de capacidades que mejoren su resiliencia median-
mundo es un propulsor clave del crecimiento urbano te la creación de un enfoque de planificación y gestión
contemporáneo. Estos movimientos configuran formas urbana amplio e integrado, con herramientas para medir
distintas de asentamientos urbanos que van desde el y elaborar un perfil de la resiliencia de ciudades frente a
surgimiento de las grandes ciudades globales (Londres, todo tipo de amenazas.
Nueva York y Tokio) hasta asentamientos informales

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ARTÍCULOS

“Se consideran los siguientes diez aspectos • Proteger ecosistemas y barreras naturales
básicos en dicho perfil para la resiliencia en las para mitigar inundaciones, marejadas y
ciudades: otras amenazas frente a las cuales la ciudad
pueda ser vulnerable. Adaptarse al cambio
• Gestionar la organización y coordinación climático mediante la creación de buenas
para comprender y reducir el riesgo de de- prácticas de reducción de riesgos.
sastres, sobre la base de la participación de • Instalar en la ciudad sistemas de alerta
grupos de ciudadanos y la sociedad civil. temprana y capacidades en gestión de
Formar alianzas locales. Garantizar que emergencias, y llevar a cabo regular-
todos los sectores comprendan su papel en mente simulacros de preparación para
la preparación y reducción de riesgos de emergencias.
desastres. • Después de una catástrofe, garantizar
• Asignar un presupuesto para la reducción que las necesidades de los sobrevivientes
de riesgos de desastres y ofrecer incenti- sean el eje de la reconstrucción y, a la vez,
vos para que propietarios, familias de bajos apoyar a sus organizaciones comunales en
ingresos, comunidades, comerciantes y el el diseño y aplicación de respuestas, como
sector público inviertan en la reducción del reconstrucción de casas y medios de vida”. 1
riesgo que enfrentan.
• Mantener actualizada la información sobre
los peligros y vulnerabilidades, preparar
evaluaciones de riesgos y utilizarlas como Conclusiones
base para los planes y decisiones de desa-
rrollo urbano. Garantizar que esta informa- Antes de la difusión del COVID-19, la situación social
ción y los planes para la resiliencia de su se estaba deteriorando, como muestran los índices de
ciudad sean de fácil acceso al público y se pobreza y desigualdad. Este estado de situación provoca
analicen a fondo participativamente. migraciones hacia las ciudades, lo que agrava la salud
• Invertir en mantener una infraestructu- ambiental y tiene repercusiones negativas en el empleo.
ra esencial para la reducción de riesgos, Las altas tasas de informalidad y los sistemas de protec-
como canales de drenaje adaptados donde ción social se ven afectados. En última instancia, una
sea necesario para lidiar con los cambios solución sostenible a los problemas generados por el
climáticos. COVID-19 será la contención coordinada del virus.
• Evaluar los sistemas de seguridad de todas Uno de los desafíos de las ciudades sostenibles es
las escuelas y centros de salud y si es nece- un replanteo de su planificación, enfocado en la con-
sario actualizarlos. ciencia social y climática.
• Aplicar y hacer cumplir normas realistas En síntesis, el escenario post pandemia deberá
de construcción segura y principios de ubicar en el centro de la toma de decisiones una fuerte
planificación del uso del suelo. Identificar conciencia ambiental y social.
áreas seguras para ciudadanos de bajos in-
gresos y mejorar los asentamientos infor-
males en la medida de lo posible.
• Garantizar que se ejecuten programas edu-
cativos y de capacitación sobre la reduc- 1. RODRÍGUEZ ALDABE, Yosu, “Potenciar la resiliencia de las ciudades y
ción de riesgos de desastres en las escuelas sus territorios de pertenencia en el marco de los acuerdos sobre cam-
bio climático y de la Nueva Agenda Urbana”, Documentos de Proyectos
y las comunidades locales. (LC/TS.2018/91), Comisión Económica para América Latina y el Caribe
(CEPAL), Santiago, 2018, p. 25.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Bibliografía

ESCRIBANO, Gonzalo y LÁZARO TOUZA, Lara, Energía, clima y coronavirus, Real Instituto
Elcano, 27 de marzo de 2020, ARI 31/2020.

BOGDAN-MARTIN, Doreen, “Digital Technologies are the Path to ‘Generation


Equality’”, ITUNews, 6 de marzo de 2020, disponible en https://news.itu.int/
digital-technologies-are-the-path-to-generation-equality/.

ODDONE, Nahuel, “Liderazgos públicos, compromiso social y responsabilidad”, Clarín


digital, 10 de abril de 2020. Disponible en https://www.clarin.com/opinion/liderazgos-
publicos-compromiso-social-responsabilidad-individual_0_OOlQ8Sypb.html.

RODRÍGUEZ ALDABE, Yosu, “Potenciar la resiliencia de las ciudades y sus territorios de


pertenencia en el marco de los acuerdos sobre cambio climático y de la Nueva Agenda
Urbana”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2018/91), Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL), Santiago, 2018.

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ARTÍCULOS

Viviendas en barrios populares.

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Silvia Nonna, Sergio Di Sarcina y Federico Lopez Bouille

Sostenibilidad, ciudad sostenible, gobernanza y


planificación en la CABA

Silvia Nonna 1. Sostenibilidad


Doctora en Derecho (UBA). Profesora
Titular de Derecho de los Recursos
Naturales y Protección del Ambiente, 1.1 Concepto
Facultad de Derecho, UBA.
Entendemos por sostenibilidad la satisfacción de las
Sergio Di Sarcina
necesidades actuales sin comprometer la capacidad de
Abogado (UBA). Docente de la Facultad de
Derecho, UBA. Maestrando en Políticas las generaciones futuras de satisfacer las suyas, garan-
Públicas en la Universidad Austral. tizando el equilibrio entre cuidado del ambiente, bien-
Asesor legal en la Secretaría de Ambiente
estar social y crecimiento económico. Nos referimos a
de la Ciudad Autónoma de Buenos Ares.
un proceso que integra lo social y lo ecológico basado
Federico Lopez Bouille en un comportamiento que busca un ideal común y que
Abogado (UBA). Docente de la Facultad de promueve el progreso económico y social respetando el
Derecho (UBA). Maestrando en Gestión
ecosistema y la calidad del ambiente.
Ambiental (ITBA).
El adjetivo sostenible refiere a algo que está en con-
diciones de conservarse o reproducirse por sus propias
características, sin necesidad de intervención o apoyo
externo.
En tal sentido, coincidimos en que “la sostenibili-
dad puede ser definida como la práctica de mantener los
procesos globales de productividad reemplazando los
recursos de forma natural o por el hombre con recursos

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ARTÍCULOS

de igual o mayor valor sin degradar o poner en peligro necesidades”2. Consiste en una idea de tres dimensiones:
los sistemas biológicos naturales.”1 sostenibilidad ambiental, social y económica, contrapo-
La sostenibilidad se basa en tres factores primordia- niendo el problema de la degradación ambiental que tan
les: sociedad, ambiente y economía. Factores interrela- frecuentemente acompaña el crecimiento económico y,
cionados e intercondicionados que deben mantenerse en al mismo tiempo, la necesidad de ese crecimiento para
equilibrio y al mismo tiempo deben fortalecerse entre sí. aliviar la pobreza.
El concepto de sostenibilidad involucra también La tesis presentada por el “Informe Brundtland” fue la
aspectos como: lo finito y delimitado del planeta; la base de todas las discusiones que nortearon la Conferen-
escasez de los recursos naturales y la consecuente nece- cia de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible,
sidad de usarlos de manera racional; la contaminación; en 1992 (Río 92), dando origen a importantes documentos
el crecimiento de la población; la producción más limpia que, en conjunto, han cambiado toda la perspectiva am-
tanto de la actividad industrial como de la agricultura. biental hasta entonces desarrollada.
Desde entonces, la Organización de las Naciones
Unidas y los distintos Estados parte han utilizado este
1.2. Antecedentes y ODS concepto basal para generar estrategias, objetivos, indica-
dores, planes y programas para apoyar a los países en pos
Ya a fines de los años 80 comienza a plantearse la de un desarrollo sostenible.
necesidad de construir una solución que resuelva un Con el advenimiento del nuevo milenio, la ONU
problema que aparentaba ser meramente dicotómi- dispuso los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM),3
co: desarrollo vs. sostenibilidad. En ese sentido, el libro los cuales constaban de ocho objetivos que los 191 Estados
Nuestro futuro común, presentado en 1987 por la Comi- miembro de las Naciones Unidas acordaron tratar de al-
sión Mundial para el Medio Ambiente y el Desarrollo de canzar para 2015. La Declaración del Milenio de las Nacio-
la ONU, fue el primer intento de eliminar esta supuesta nes Unidas, firmada en septiembre de 2000, comprometía
confrontación entre desarrollo y sostenibilidad. Para la a los dirigentes mundiales a luchar contra la pobreza, el
posteridad, este informe sería comúnmente conocido hambre, la enfermedad, el analfabetismo, la degradación
como “Informe Brundtland”, atento a que la menciona- del medio ambiente y la discriminación contra la mujer.4
da comisión se encontraba encabezada por la Dra. Gro Dentro de estos ocho objetivos, se destacaba el objetivo
Harlem Brundtland, reconocida científica noruega. Nº 7: “garantizar la sostenibilidad del medio ambiente”.
Dicho informe analizó la situación coyuntural del No obstante, estos ODM se plantearon un horizonte
mundo en ese momento y, producto de ese análisis, de- por demás optimista, y las metas propuestas no pudieron
mostró que el sendero elegido por la sociedad global ser alcanzadas en su totalidad.5
estaba dejando cada vez más gente en la pobreza y la En la recta final de este período temporal comprendi-
vulnerabilidad, por un lado, y destruyendo el ambiente, do entre 2000 y 2015 se desarrolló, en 2012, la Conferencia
por otro, y es por ello que, a través de un análisis metó- de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, nue-
dico, buscó encontrar medios prácticos para revertir los vamente en Río de Janeiro, que se conoció como Río+20.
problemas ambientales y de desarrollo del mundo. Este nuevo encuentro global fue el puntapié inicial para
Finalmente, llegó a la afamada y mundialmen- que todos los Estados parte llegaran al consenso global en
te conocida definición de sostenibilidad que tenemos
hoy en día, mediante la cual se define al desarrollo sos- 2. Para más información ver “Desarrollo sostenible”, https://www.
tenible como la satisfacción de “las necesidades de la un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml.
3. ODM, https://www.undp.org/content/undp/es/home/sdgoverview/
generación presente sin comprometer la capacidad de mdg_goals.html.
las generaciones futuras para satisfacer sus propias 4. Para más información ver https://www.who.int/topics/
millennium_development_goals/about/es/.
5. Ver DI PAOLA, M. E., “Objetivos de Desarrollo Sostenible: ¿Opor-
1. LYNN, Kahle y GUREL, Eda, Communicating Sustainability for the tunidad o Desencanto? Fortalezas y desafíos en su proceso de
Green Economy, Atay Editors, s.l., 2014. construcción global”, en: Informe Ambiental Anual, FARN, 2015.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

torno a la necesidad de revisión y rectificación de estos Por otra parte, son también una herramienta para
Objetivos del Milenio, y “una conclusión importante fue la planificación y seguimiento para todos los Estados,
la necesidad de constituir objetivos que pudieran medir el desde una perspectiva internacional, regional, nacional
desarrollo sustentable y no solo los aspectos económicos y local.
del crecimiento”.6
Es menester destacar que, en paralelo, fue gestándose
un proceso de gobernanza global, multinivel, que hoy en 2. ODS Nº 11 y ciudades sostenibles
día cuenta con una gran cantidad de tratados y de compro-
misos multilaterales y que constituye una de las piedras En la línea de lo antes expuesto, los ODS receptan de
basales del desarrollo sostenible a escala global. manera más eficiente y eficaz la realidad coyuntural a
Como conclusión de todo este proceso, en 2015 la ONU nivel global. Específicamente el objetivo Nº 11 trata la
aprobó la Agenda 2030 sobre el Desarrollo Sostenible, una cuestión de las ciudades y comunidades sostenibles.
oportunidad para que los países y sus sociedades em- Atendiendo a la realidad global, ya para 2015 más de
prendan un nuevo camino con el que mejorar la vida de la mitad de la población mundial vivía en zonas urbanas,
todos, sin dejar a nadie atrás. Se trata de los Objetivos de con una tendencia al aumento progresivo, con estimacio-
Desarrollo Sostenible (ODS). nes que llegan a dos tercios de la humanidad viviendo en
ejidos urbanos para 2050. Es por ello que se entiende que
no podemos lograr un desarrollo sostenible sin transfor-
1.3. Los ODS mar radicalmente la forma en que construimos, planifi-
camos y administramos los espacios urbanos.
Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) se Las migraciones internas y el aumento de la pobla-
constituyen en una convocatoria de Naciones Unidas a ción a nivel mundial han generado un rápido crecimien-
todos los Estados del mundo para afrontar en conjunto to de las urbes en todo el mundo generando cambios
los grandes desafíos que enfrenta la humanidad, con la sustanciales en las mega ciudades, especialmente en el
intención de garantizar a todas las personas igualdad de mundo desarrollado, así como también en los barrios
oportunidades para llevar una vida mejor. marginales circundantes.
La Agenda 2030 cuenta con 17 ODS7, que incorporan Los objetivos específicos del ODS Nº 11 plantean ele-
desde la eliminación de la pobreza hasta el combate al mentos centrales para la planificación urbana, como por
cambio climático, la educación, la igualdad de la mujer, ejemplo “aumentar la urbanización inclusiva y sosteni-
la defensa del medio ambiente o el diseño de nuestras ble y la capacidad para la planificación y la gestión parti-
ciudades.8 cipativas, integradas y sostenibles de los asentamientos
Se incluyen 169 metas y 231 indicadores que se humanos en todos los países” o “[r]edoblar los esfuerzos
consideran universales y transformadores. Universa- para proteger y salvaguardar el patrimonio cultural y
les porque se aplican a todos los Estados y transforma- natural del mundo”.9
dores porque implican un cambio de paradigma en la Ya desde comienzos del siglo XX, Patrick Geddes, en
búsqueda y consolidación del desarrollo sostenible con su libro Cities in Evolution (1915), nos introduce concep-
la integración de las dimensiones social, ambiental y tos esenciales para la planificación urbana relacionados
económica. a “[p]ensar globalmente, actuar localmente”. El objetivo
final esta expresión, que no aparece textualmente en su
libro, es que la población internalice la idea de que cada
6. Ver CANZIANI, P. y DI PAOLA, M. E., “Los desafíos de la sustentabilidad
para el 2016: Laudato Si y Objetivos de Desarrollo Sostenible”, en: In-
forme Ambiental Anual, FARN, 2016.
7. ODS, https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable-
development-goals/. 9. Para más información ver https://www.undp.org/content/undp/
8. Para más información ver: https://www.un.org/sustainabledevelo es/home/sustainable-development-goals/goal-11-sustainable-ci-
pment/es/. ties-and-communities.html#targets.

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ARTÍCULOS

una de sus acciones puede repercutir en la salud del Diversidad Biológica (CDB)11 elaboró para fines de 2012
planeta en su conjunto. el documento “Perspectiva de las Ciudades y la Diversi-
Como podemos ver, desde la génesis de la planifica- dad Biológica – Medidas y Políticas”, que proporciona un
ción urbana, las ciudades tuvieron un rol fundamental y resumen de una evaluación a nivel mundial de los vín-
se convirtieron en un elemento basal a la hora de atender culos entre urbanización, diversidad biológica y servi-
las cuestiones ambientales, teniendo en cuenta que los cios de los ecosistemas.
habitantes de estas urbes suelen tener su primer contac- Dicho informe contó con la participación de más
to con la naturaleza allí. Cada vez somos más humanos de 120 científicos de los distintos Estados parte y allí se
viviendo en ciudades que se expanden, muchas veces presentan 10 mensajes clave para fortalecer la conserva-
sin la planificación deseada, y que se asientan en lugares ción y la utilización sostenible de los recursos naturales
que ya forman parte o se encuentran inmersos en un en un contexto urbano. A su vez, se presenta la interac-
ecosistema determinado. ción entre el fenómeno de la expansión urbana y los de-
La guía establecida por la Organización de Nacio- nominados “puntos calientes de la diversidad biológica”
nes Unidas en el ODS Nº 11 insta a los Estados parte a no o hotspots, zonas ricas en diversidad biológica, principal-
solo incluir la variable ambiental en cualquier planifi- mente poco elevadas, selváticas o costeras.12
cación urbana, sino también hacer de esta inclusión un En general, los asentamientos urbanos se han loca-
eje central, que permita maximizar los beneficios de lizado cerca de cuerpos de agua y también es frecuente
todos estos reservorios de naturaleza que se encuentran encontrarlos en regiones con ecosistemas ricos y di-
en medio de las ciudades, pensando en cómo mejorar versos. Es por esta razón que, hoy en día, no es inusual
las condiciones de vida de todos los habitantes de este ver ciudades con áreas protegidas dentro o cerca de sus
planeta. límites –que brindan de esta manera importantes contri-
buciones a la diversidad biológica del lugar– y presentan
también un paisaje de ocio y recreación para sus habi-
2. 1. Gestión de la biodiversidad en las ciudades tantes, e incluso pueden aumentar el almacenamiento y
la captura de carbono, contribuyendo de esta manera a la
La gestión de la biodiversidad comprende procesos lucha contra el cambio climático.
a través de los cuales se planifican, ejecutan y monito-
rean las acciones para la conservación y uso sustentable
de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos10 2.2. Áreas protegidas en el ejido urbano
que estos elementos brindan. Es por ello que, ante un
escenario de creciente expansión de las zonas urbanas, La creación de áreas protegidas en el ejido urbano
el desafío de gestionar de manera eficiente la biodiver- no es el único abordaje que las ciudades han adoptado
sidad se convierte en un elemento central, atento a que en pos de la conservación y uso sustentable de la biodi-
todo crecimiento urbano se producirá transformando versidad. Algunos de los ejemplos que suelen verse en
zonas eminentemente ricas en recursos naturales en distintas ciudades son:
terrenos urbanos, modificando considerablemente el
estado inicial de dichos ecosistemas. • Plantación de especies arbóreas o plantas au-
Esta interacción entre el avance urbano y la biodi- tóctonas en parques, jardines, jardines ver-
versidad no ha pasado desapercibida para la comunidad ticales o incluso a los costados de las rutas y
global, y es por ello que la secretaria del Convenio sobre autopistas a modo de cortinas forestales.

10. La Clasificación Internacional Común de Servicios Ecosistémicos


(CICES) define a los servicios ecosistémicos como “las contribuciones 11. El Convenio sobre la Diversidad Biológica (1992).
que los ecosistemas hacen al bienestar humano y que son distintos 12. “Perspectiva de las ciudades y la diversidad biológica”. Para una lis-
de los bienes y beneficios que las personas derivan posteriormente de ta de los editores, autores, colaboradores y créditos, por favor consulte:
ellos”. https://www.cbd.int/en/subnational/partners-and-initiatives/cbo.

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• Ampliación de los espacios verdes urbanos Estos ejemplos de acciones, si son planificadas y
mediante el incentivo para la instalación de coordinadas, pueden ofrecer una alternativa para la
techos verdes y huertas orgánicas. gestión de determinados espacios urbanos. En algunos
• En este apartado es dable destacar el ejemplo casos, incluso pueden no requerir mayores recursos por
de “Agricultura Urbana” en La Habana, Cuba.13 parte de la administración municipal, pero sí una firme
Si bien en todo el territorio cubano más de 54 convicción por parte de las distintas esferas de gobier-
mil hectáreas se dedican actualmente a la agri- no de que la inclusión de estrategias de conservación y
cultura urbana, solamente en La Habana se uso sustentable de la biodiversidad debe ser uno de los
producen más de 4 millones de toneladas de pilares en la adopción de políticas locales relativas a esta
vegetales al año. La agricultura urbana produce planificación y gestión urbana.
el 90% de las frutas y verduras que se consumen
en La Habana.
• Restauración de humedales en zonas urbanas o 3. Gobernanza y sostenibilidad
periurbanas para el control de inundaciones y
como parte del sistema de drenaje urbano. 3.1. El Estado frente a la sostenibilidad

Un ejemplo destacado de esto se conoce como “In- Con una urbanización creciente y una mayor
fraestructura verde de aguas pluviales”, en Seattle, demanda de servicios –y recursos naturales para satis-
Estados Unidos14. En dicha ciudad, la infraestructura facerlos–, las ciudades se han transformado en prota-
verde de aguas pluviales o Green Stormwater Infrastruc- gonistas de la agenda ambiental global. En este sentido,
ture (GSI por su sigla en inglés), representa un conjunto los Estados deben aplicar políticas locales en el marco
de prácticas de gestión de aguas pluviales distribuidas de una planificación general que tenga en cuenta los
por toda la ciudad de Seattle que imitan los sistemas na- tres pilares del desarrollo sostenible: ambiental, social y
turales. El GSI es utilizado a través de múltiples escalas económico. Dicho esto, cabe preguntarnos: el Estado en
y sitios, incluidas las áreas residenciales y comerciales, sus tres niveles y tal cual lo conocemos, ¿tiene las herra-
ofreciéndole a las comunidades distintos beneficios, mientas y capacidades para lograr este reto?
además de la mera gestión de aguas pluviales. Para comenzar este apartado, vamos a examinar tres
Otro caso de estudio interesante se da en el “sumi- grandes condimentos que complejizaron de sobremane-
nistro de agua, alcantarillado y limpieza ambiental” en ra la toma de decisiones de los Estados: el tipo de proble-
Cartagena de Indias, Colombia15. Allí se restauró un im- mas que debe atender, la definición de la Agenda 2030
portante humedal costero y varios hábitats degradados y la irrupción de las Tecnologías de la Información y la
con el objeto de eliminar aguas negras y mejorar las con- Comunicación (TIC).
diciones sanitarias y el acceso al agua potable por parte
de los habitantes pobres de la ciudad. Todo el proceso
fue supervisado por un grupo multidisciplinario de ex- Los problemas
pertos que diseñó y seleccionó los sitios que debían in-
tervenirse para llegar al objetivo trazado. Este proceso El Estado actúa en función de los problemas que
incluyó una evaluación del impacto ambiental acumu- están en la agenda púbica y son priorizados por los to-
lativa, siendo la primera de su tipo en suelo colombiano. madores de decisión, condicionado por los recursos
materiales y humanos disponibles. Por ello, entender
y definir correctamente cada “problema” es clave para
13. Para más información ver: https://www.ecured.cu/Agricultura_ encontrar la solución precisa que este requiere, es decir,
urbana_en_Cuba-. aplicar recursos de modo eficiente y ser eficaz en su eje-
14. Paramásinformaciónver:https://www.seattle.gov/utilities/environment
-and-conservation/projects/green-stormwater-infrastructure. cución para cumplir el objetivo buscado.
15. Para más información ver: http://observatorio.epacartagena.gov.co/.

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Por ejemplo, frente a un problema de salud en niños “problemas perversos”, que son difíciles de entender en
que viven a la vera del Riachuelo, dependiendo de cómo cuanto a sus causas determinantes y su solución16.
se entienda el problema, se desplegará la estrategia de Esto es particularmente importante ya que, como
solución. De este modo, podremos enumerar soluciones decíamos, entender mal un problema redunda en
como: mejorar un hospital cercano, realizar una política aplicar una “no solución”, que incluso puede empeorar
de alimentación saludable, “limpiar el Riachuelo...” y, si la situación preexistente o implicar costos excesivos e
entendemos que debemos optar por esta última opción, impactos no considerados. Todo ello, además, perjudi-
¿cuál es la causa de la contaminación? ¿Solamente las in- ca la credibilidad y la confianza de las personas en los
dustrias? ¿Podemos cerrar todas las industrias contami- gobernantes.
nantes? ¿Cómo impacta la solución encontrada en otros Por ello, teniendo en cuenta las crecientes deman-
ámbitos de la sociedad? das y las escasas herramientas con las que cuenta el
Actualmente los Estados tienen que resolver situa- Estado, se requiere una rápida adaptación a los tiempos
ciones para los cuales originalmente no fueron diseña- presentes, a riesgo de socavar las bases del sistema de
dos. Cabe recordar que la aparición de los Estados tal gobierno y de la democracia.
como los conocemos surgió, básicamente, para proteger
la libertad de las personas y garantizar los derechos de
propiedad en base a normas preestablecidas. La Agenda 2030
Este rol del Estado se fue expandiendo en múltiples
frentes y con una complejidad particular en cuestiones El ambiente se instaló en la agenda pública de una
ambientales. Ya a finales del siglo XIX surgieron proble- manera exponencial en los últimos treinta años, tanto a
mas de salud que requirieron su intervención pero, en nivel local como global. Por ello, y luego de muchos es-
definitiva, no eran más que incipientes normas de polí- fuerzos y algunos fracasos, se dio pie a la definición de
tica ambiental que regulaban, por ejemplo, el vuelco de una estrategia global en torno al desarrollo sostenible a
efluentes a los ríos y la actividad de los saladeros. través de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. De
Siguiendo esta línea de ideas, el avance de lo que este modo, quienes hoy toman decisiones deben, nece-
en derecho administrativo entendemos como “poder de sariamente, revisar si su política se encuentra alineada
policía” –originalmente entendido como una potestad con dichos objetivos.
del Estado para limitar y restringir derechos a fin de res- La Agenda 2030 nos llama a actuar con un desafío
guardar la seguridad, salubridad y moralidad públicas– sumamente interesante en busca de un nuevo equili-
promediando el siglo XX se extendió a prácticamente brio: promover la igualdad y eliminar la pobreza, lo cual
cualquier iniciativa que tuviera como fin garantizar el requiere desarrollo económico, pero a la vez limitar la
bienestar social. expansión de actividades productivas que conspiren
De este modo, los problemas “de policía” que llegan contra los principios de la protección ambiental.
a manos de los tomadores de decisión son cada vez más Este nuevo escenario requiere de mucha innova-
difíciles de abordar y resulta más complejo encontrar ción, no solo por parte de las instituciones públicas, sino
una solución adecuada que optimice recursos y mini- también del sector privado y la ciudadanía en general,
mice impactos negativos en otras áreas. para lo cual se deben diseñar nuevos marcos institucio-
Asimismo, es posible distinguir los “problemas nales y legales, y explorar fuentes de financiamiento
dóciles”, esto es, aquellos que se definen fácilmente, se para encarar una senda de para un nuevo desarrollo.
pueden “aislar” del entorno para aplicarle una solución
y son de naturaleza fundamentalmente técnica (por
ejemplo, la cantidad de camas necesarias para un hos-
pital que atenderá a una población determinada); de los
16. HARMON, Muchael M. y MAYER, Richard T, Teoría de la Organización
para la Administración Pública, Fondo de la Cultura Económica, Méxi-
co, 1999, p. 37 y ss.

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Participación pública y TIC Y lo que es más importante: los datos abiertos pro-
mueven el involucramiento de los ciudadanos, que se
En paralelo, la tecnología ha multiplicado la capa- transforman en colaboradores, por ejemplo, desarrollan-
cidad de la ciudadanía para ser parte de la toma de deci- do aplicaciones móviles que mejoran algún aspecto de la
siones. En la actualidad, es muy difícil encontrar en los vida cotidiana y, de este modo, asumen un rol más activo
centros urbanos personas que no posean un celular y incluso en la toma de decisiones públicas.
conexión a internet. Por otra parte, la aparición de tecno-
logías disruptivas como el Big Data17 y la Internet de las
Cosas18 están cambiando rápidamente la forma en que 3.2. Gobernanza
vivimos y trabajamos. En línea con ello, permanentemen-
te se ponen a disposición de todas las personas un sinnú- Problemas complejos, desafíos ambientales con
mero de herramientas digitales, muchas de acceso libre y compromisos ambiciosos pero necesarios, crisis de repre-
gratuito, que permiten una nueva interacción social. sentatividad y una sociedad capaz de incidir en la agenda
Por otra parte, a través de las tecnologías de la in- pública a través de las TIC, son los condimentos que dieron
formación y la comunicación (TIC), las sociedades se lugar a la imposición del concepto de “gobernanza”.
transformaron en grandes generadoras de datos. Prácti- Superando un modelo de gobernabilidad jerárquico
camente todas las actividades cotidianas pueden medirse top-down (de arriba a abajo), en el que una cantidad redu-
de alguna forma u otra, lo cual implica una materia prima cida de personas, si bien elegidas por la ciudadanía, toma
invaluable para la toma de decisiones. Hoy los Estados decisiones en un ámbito relativamente lejano de los pro-
tienen los medios para publicar todos los datos que blemas del común de las personas; el concepto de gober-
generan, y esto poco a poco se va transformando en una nanza implica el despliegue de estrategias para que los
obligación, no solo ante el pedido de información de la diferentes actores de la sociedad se transformen en verda-
ciudadanía, sino también de manera proactiva a través de deros colaboradores del gobierno.
lo que se denomina “transparencia activa”. De este modo, los tomadores de decisiones pueden
Los datos públicos no solo favorecen la transparen- captar el conocimiento que se encuentra disperso en la
cia y la rendición de cuentas por parte del Estado, sino sociedad y en manos de los propios actores involucrados,
que permiten contextualizarlos y transformarlos en in- a fin de evaluar preferencias, medir impactos y reunir la
formación útil y capaz de generar valor. Esto es muy re- mayor cantidad de evidencia posible para promover po-
levante para aplicar estrategias con impacto ambiental líticas consensuadas, que en definitiva se ajusten a las ne-
positivo ya que, por ejemplo, los datos sobre el uso del cesidades reales de la población.
transporte público, al permitir medir su efectividad, re- Sin embargo, este modelo novedoso, que comenzó
diseñar rutas y prestar servicios públicos más eficientes, a discutirse hace pocas décadas y tiene un rápido creci-
genera beneficios ambientales a través de la disminu- miento, no es fácil de implementar. No se trata de publicar
ción de la contaminación del aire generada por una mala datos en Internet ni de programar aplicaciones para los
gestión de la movilidad urbana. celulares: la gobernanza implica un cambio cultural para
la dirigencia política, para la estructura burocrática, para
el sector privado y para toda la ciudadanía en general.
17. Big data implica la posibilidad de procesar, almacenar y utilizar Primero, es necesario reconocer que no toda la socie-
una enorme cantidad de datos que permanentemente generan las dad civil es bella, transparente y despojada de poderes e
personas a través de la conexión con la red. intereses,19 ni va a participar espontáneamente en todas
18. Internet de las Cosas o “IoT”, por su sigla en inglés, se refiere a la
posibilidad de conectar objetos a la red para que puedan emitir y pro-
cesar datos y ser utilizados de forma remota. Por ejemplo, aplicados a 19. ACUÑA, C., “Repensando los claroscuros de la incidencia política
una política ambiental, los cestos de residuos (“cosas”) podrían contar de la sociedad civil: obstáculos y debilidades”, citado en 12 Notas
con un sensor conectado a Internet que emita información sobre su de concepto para entender mejor al Estado, las políticas públicas y
utilización, lo cual permitiría planificar una mejor distribución de los su gestión [en línea], CAF, 2017. Disponible en: https://scioteca.caf.
mismos y una mejor planificación de las rutas de recolección. com/bitstream/handle/123456789/1029/12%20notas%20de%20

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los canales que abra el Estado. Segundo, las estrate- espacio físico delimitado, en general reducido, en el que
gias de gobernanza no deben caer en ciertos vicios que desarrollamos nuestra vida bajo determinadas y conse-
la tornan contraproducente, a saber: i. ser un procedi- cuentes condiciones. Quienes vivimos en las ciudades lo
miento formal al solo efecto de cumplir con la etapa de hacemos de manera interrelacionada por componentes
consulta, sin una vocación verdadera por cambiar la de- físicos y biológicos, así como también sociales, cultura-
cisión que se somete a consideración; ii. establecer me- les y económicos, sin dejar de tener en cuenta cuestiones
canismos de consulta que solo pueden ser accesibles políticas y la regulación jurídica.
para un sector de la sociedad con conocimientos y recur- Se trata de diferentes variables que necesitan equi-
sos tecnológicos apropiados, lo que puede generar una librio y equidad, con atención a los cambios que se van
sobrerrepresentación en perjuicio de los sectores más produciendo sobre el medio físico urbano y los impac-
desfavorecidos; iii. llevar a consulta pública cuestiones tos que se generen, algunos de los cuales resultarán in-
triviales, mientras que el fondo de los lineamientos de evitables y otros prevenibles.
política pública sigue siendo definido en escritorios y Entendiendo que es posible, así como también nece-
lejos de la población objetivo. sario, prever las transformaciones sobre el medio, sobre
Siguiendo a Archong Fung,20 la participación no es lo social y sobre lo económico buscando una armónica
buena en sí misma y solo tiene sentido si mejora tres relación entre todas las variables.
ejes: legitimidad de la decisión, justicia y eficacia en la
gobernanza. De este modo, el autor señala que las ins-
tancias de participación, cuando están bien diseñadas, 4.1. ¿Qué sucede en la Ciudad Autónoma de
permiten la expresión de actores que de otro modo no Buenos Aires?
podrían hacerlo (mejora la legitimidad), permiten un
control ex ante de la implementación de la política, que A partir de la reforma de la Constitución Nacional en
por lo tanto obtendrá mayor consenso, será más efectiva 1994, a la Ciudad de Buenos Aires le fue reconocido un
y promoverá la equidad (mejora la justicia y la eficacia). nuevo estatus jurídico, equiparable con el de una provin-
Este punto es particularmente sensible en materia cia. De este modo, pudo establecer su propia estructura
de política ambiental, teniendo en cuenta la enorme di- de gobierno, basada en una nueva Constitución que data
ferencia de posición en la que se encuentran los diferen- de 1996, y que, producto de la particularmente capacitada
tes actores involucrados en una situación particular; por y movilizada sociedad civil, recogió muchas demandas
ejemplo, entre una gran industria y un grupo de vecinos y las receptó en un texto sumamente progresista.
que sufre los efectos de la contaminación. Debido a ello, Así, ya en el primer artículo se define a la orga-
las instancias de participación pública han tenido un nización institucional como una “democracia partici-
auge importante de la mano de los crecientes conflictos pativa”. Luego, en el artículo 19 dispone la creación del
socioambientales, con distinto grado de efectividad. “Consejo de Planeamiento Estratégico”, reglamentado
por la Ley Nº 310, que constituye un órgano consultivo
que brinda un espacio de participación a organizacio-
4. Ciudad sustentable nes sociales representativas del trabajo, la producción,
religiosas, culturales, educativas, los partidos políticos y
El ambiente de la ciudad es sin duda el resultado de otras organizaciones no gubernamentales, con el fin de
la acción humana, intensa en muchas ocasiones, en un elaborar y proponer Planes Estratégicos Consensuados
que ofrezcan fundamentos para la elaboración de “polí-
concepto%20para%20entender%20mejor%20al%20Estado%2C%20 ticas de Estado”.
las%20pol%C3%ADticas%20p%C3%BAblicas%20y%20su%20gesti%- Siguiendo esta misma línea, reviste particular
C3%B3n.pdf?sequence=12&isAllowed=y. interés el título segundo, específicamente su capítulo
20. FUNG, A., “Poniendo al público de nuevo en la gobernanza: Los de-
safíos de la participación ciudadana y su futuro”, en: Acta Republicana cuarto, referido a las “políticas especiales” en materia
Política y Sociedad, Nº 14, 2015. ambiental. Allí, si bien hay varios lineamientos de

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política ambiental, podemos destacar la mención del formulación o ejecución de programas. Asimismo, debe
Plan Urbano Ambiental y el requisito de celebrar audien- crear un organismo consultivo y honorario, compuesto
cias públicas para aprobar la realización de cualquier por representantes de entidades vecinales no guberna-
emprendimiento que sea susceptible de un relevante mentales, redes y otras formas de organización para la
efecto ambiental. deliberación, asesoramiento, canalización de demandas,
Reglamentando dichas mandas, la Legislatura san- elaboración de propuestas, definición de prioridades
cionó rápidamente la Ley Nº 6 de audiencias públicas presupuestarias y de obras públicas y seguimiento de la
y, por Ley Nº 71, creó el Consejo del Plan Urbano Am- gestión.
biental, presidido por el Jefe de Gobierno y conforma-
do por 14 personas con reconocida capacidad técnica
y 6 titulares de órganos de gobierno con competencia 4.2. Planificación – Programas
en Planeamiento Urbano, Ambiente, Obras Públicas,
Transporte, Tránsito y Hacienda. Dicho Consejo elaboró La planificación del medio físico en lo urbano se
en 2009 el Plan Urbano Ambiental, aprobado por la entiende como el conjunto de acciones que se organizan
Ley Nº 2.930, y marca una hoja de ruta para la identifica- con el objeto de preservar la calidad de vida de los ciu-
ción e implementación de las principales estrategias de dadanos/habitantes, apuntando a la prevención y, en su
ordenamiento y mejoramiento territorial y ambiental de caso, a la corrección de los impactos no deseados de la
Buenos Aires. actividad humana sobre el medio.
Por otra parte, siguiendo un breve repaso por la Con una mirada estratégica es necesario planifi-
Constitución de la Ciudad, también encontramos as- car, formular proyectos y desarrollar programas que
pectos de política ambiental en cuanto al desarrollo eco- apunten a la preservación del medio y a la mejora de la
nómico, que según reza el artículo 48, debe asegurar “el calidad ambiental de las ciudades.
bienestar social y el desarrollo sostenible”. Asimismo, En esta línea, la Ciudad de Buenos Aires tiene una
se establece el carácter participativo del presupuesto a agenda ambiental muy variada que se manifiesta en
través de procedimientos de consulta de asignación de acciones de distintos órganos que van desde el Plan de
recursos (por ejemplo, hoy, materializado mediante la Movilidad Sustentable (dependiente de Jefatura de Ga-
plataforma “BA Elige”). binete), la promoción del reciclado a través de coopera-
En el ámbito de la Legislatura, la participación tivas de Recuperadores Urbanos (Ministerio de Espacio
pública se encuentra receptada: en la contemplación Público e Higiene Urbana), hasta el programa Escuelas
de la convocatoria a audiencias públicas por parte de Verdes (Ministerio de Educación), entre otros.
este poder, del Poder Ejecutivo o de las Comunas, para En particular, nos interesa destacar especialmen-
debatir asuntos de interés general de la ciudad o zonal; te la actividad de la Agencia de Protección Ambien-
en el derecho a iniciativa del electorado para la presenta- tal — APRA–, entidad autárquica creada en 2008 por la
ción de proyectos de ley; y en el procedimiento de doble Ley Nº 2.628, con la misión de planificar, programar y
lectura, que establece una instancia de audiencia pública ejecutar acciones tendientes a proteger la calidad am-
para determinados proyectos, entre los que se destacan biental y cumplir con la política ambiental de la Ciudad
el Código de Planeamiento Urbano –hoy Código Urba- de Buenos Aires.
nístico–, el Código Ambiental –aun no sancionado–, el De este modo, la Agencia desarrolla diferentes polí-
Código de Edificación y el ya mencionado Plan Urbano ticas y programas, que podemos dividir en dos grandes
Ambiental. grupos: por un lado, aquellos que tienen como objetivo
Por último, la Constitución establece la división generar conciencia ambiental y promover la participa-
de la ciudad en comunas, que constituyen unidades de ción de la comunidad; por otro, los que buscan transfor-
gestión política y administrativa con competencia terri- mar a los vecinos en aliados para la gestión de residuos
torial, y tiene entre sus competencias la evaluación de que tienen características de peligrosidad.
demandas y necesidades sociales y la participación en la

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ARTÍCULOS

En el primer grupo de programas podemos men- cloacales, conductos pluviales, cuerpos de agua
cionar las acciones que se llevan adelante en el deno- o al suelo, y fomentando actividades de recicla-
minado Paseo Ambiental Sur, ubicado en el barrio de do y la gestión ambientalmente adecuada, se
Villa Soldati. Allí, se realizan actividades de educación ha sancionado la Ley Nº 3.166. Dicha norma se
ambiental y se cuenta con espacios para la innovación enfoca, por un lado, en los grandes generadores,
en materia de agricultura urbana, hidroponía y energías quienes tienen que gestionarlo obligatoriamen-
renovables. Asimismo, podemos destacar el programa te contratando a un recolector debidamente
Ecosellos, de adhesión voluntaria para establecimientos registrado, y promueve la disposición inicial
públicos o privados, cuyo objeto es fomentar la imple- diferenciada por parte de los denominados “Pe-
mentación de planes que promuevan sostenibilidad en queños Generadores Domésticos”.
las áreas de eficiencia energética, uso del agua, gestión c. Pilas. La gestión de pilas en desuso fue regu-
de residuos, utilización de insumos y gestión ambiental. lada recientemente a través de la Ley Nº 5991.
Dentro del segundo grupo de programas, se desta- La particularidad de esta norma es la incorpo-
can las políticas en el marco de los denominados Resi- ración del principio de responsabilidad exten-
duos Sólidos Urbanos Sujetos a Manejo Especial (RSME), dida al productor, bajo el cual se obliga a los
es decir, aquellos que por su tamaño, volumen, cantidad productores y/o importadores de pilas de uso
y/o sus potenciales características de peligrosidad, noci- común a presentar un plan de gestión ambien-
vidad o toxicidad, deben sujetarse a un Plan de Gestión tal de pilas en desuso y financiarlo. Dicho plan
Ambiental diferenciado del resto de los Residuos Sólidos debe contener mecanismos de recolección,
Urbanos.21 Para tal universo de residuos, se están imple- transporte, valorización, tratamiento y dispo-
mentando políticas y programas que propician el invo- sición adecuada. Asimismo, incluye obliga-
lucramiento de los productores y los consumidores para ciones para los distribuidores, intermediarios
asegurar una adecuada gestión. y cualquier persona responsable de la puesta
En este sentido, hacemos un breve repaso de las en el mercado de pilas para asegurar que los
principales políticas: vecinos posean la suficiente cantidad de espa-
cios físicos próximos a su domicilio para depo-
a. Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos sitar sus pilas.
(RAEE). A partir de la sanción de la Ley Nº 2.807,
se estableció un sistema que promueve el reúso Por último, existen otras iniciativas que merecen ser
o reciclado de aquellos aparatos electrónicos mencionadas:
en desuso pertenecientes al Poder Ejecutivo
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dicha a. Iniciativa “Mejor sin plástico”, dentro de la cual
norma y su reglamentación consideran a este se encuentra la normativa referida a la eli-
tipo de residuos como particularmente peligro- minación progresiva de bolsas plásticas, y la
sos y, a partir de allí, se desarrolló el sistema flamante norma que prohíbe el uso de sorbe-
para gestionar, no solo aquellos dados de baja tes plásticos de un solo uso en determinados
por el Poder Ejecutivo, sino también la recep- espacios.
ción de los aparatos que desechen los vecinos b. Plan gratuito de recambio de lámparas domici-
de la Ciudad. liarias convencionales por nuevas luminarias
b. Aceites Vegetales Usados (AVU). Con el obje- led, especialmente en barrios vulnerables.
tivo de evitar el vertido de los aceites vegeta- c. Plan de recepción de cartuchos de tinta y tóner
les y grasas de fritura usados a los colectores que, teniendo en cuenta sus características de
peligrosidad, requieren un tratamiento como
21. Definición establecida en la Resolución Nª 522/2016 del Ministe- “residuo peligroso”.
rio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación.

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d. Programa de Regeneración de Ecosistemas área protegida en el ejido urbano. La Reserva Ecológica


Urbanos, que busca lograr soluciones susten- Ciudad Universitaria - Costanera Norte (RECUCN),24 es
tables e innovadoras a problemas ambientales un área protegida, situada en el norte de la ciudad, en el
propios del contexto urbano, basadas en el con- barrio porteño de Belgrano, entre la costa del Río de la
cepto de infraestructura verde. Plata y la Ciudad Universitaria de Buenos Aires. Desde
e. Elaboración y difusión del Mapa Estratégico de 2012 se encuentra catalogada como reserva natural mu-
Ruido de la Ciudad de Buenos Aires. nicipal. Su superficie se compone de 18 hectáreas, y
f. Datos abiertos sobre el monitoreo de la calidad cuenta con más de 200 especies de plantas y más de 200
del aire, actualizado diariamente. especies de animales vertebrados terrestres.

4.3. Gestión de la biodiversidad en la CABA 4.4. Proyectos

Siguiendo con lo mencionado precedentemente, la Las reservas ecológicas constituyen el ejemplo más
Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha sido una de las claro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en lo que a
ciudades latinoamericanas pioneras en la incorporación gestión de la biodiversidad respecta, y también es dable
de la variable ambiental en diferentes políticas y progra- recordar que muchas áreas de gobierno han llevado ade-
mas, no solo circunscribiendo su ámbito de aplicación a lante proyectos que contienen una variante ambiental
los planes, programas y proyectos desarrollados por la en el eje central de sus políticas.
Agencia de Protección Ambiental (APRA). En ese sentido, muchos de los proyectos tienen
En esta línea, un claro ejemplo de gestión de la bio- su comienzo en la órbita de la Secretaría de Desarrollo
diversidad en el ámbito de la ciudad se da en el caso de Urbano, dependiente de la Jefatura de Gabinete de la
la Reserva Ecológica Costanera Sur,22 una de las reser- Ciudad. Dicha Secretaría diseña e implementa políti-
vas urbanas más grandes de América Latina, tanto por cas públicas con el objeto de mejorar la calidad de vida
la biodiversidad que alberga como por su extensión. La en la Ciudad. Para ello, se planifican acciones vincula-
misma se compone de 350 hectáreas, en las que alberga das a las áreas de vivienda, infraestructura y servicios.
más de 2.000 especies distintas de aves, mamíferos, anfi- Esta Secretaría es la responsable de diseñar las políticas
bios, reptiles y vegetación autóctona, destacándose más e instrumentar los planes destinados al planeamiento
de 343 especies de aves que sobrevuelan el área. Desde urbano de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, siendo
2005 dicha reserva fue declarada Sitio Ramsar, por ser un actor fundamental en la implementación del ya men-
considerado un humedal de importancia internacio- cionado Plan Urbano Ambiental (PUA).
nal para su conservación, y forma parte de los 23 sitios Algunos de los proyectos destacados llevados ade-
Ramsar que hay en el país.23 La Reserva Ecológica desa- lante por esta Secretaría, que constituyen lo que aborda-
rrolla tareas fundamentales para la gestión de la biodi- mos con anterioridad como intervención en el marco de
versidad urbana, ya que no solo cuenta con un centro de la gestión de la biodiversidad, son:
educación ambiental, sino también con un vivero donde
crecen unos 8.000 ejemplares de alrededor de 100 espe- • Manzana 66.25 Este proyecto transformó una
cies vegetales diferentes que pueblan su suelo. manzana en la zona central de Once y la con-
Si bien la Reserva Ecológica Costanera Sur se trata virtió en una plaza, diseñada por el reconocido
del único humedal urbano en la Ciudad de Buenos artista Pablo Siquier, que contiene una amplia
Aires reconocido a nivel internacional, no es la única área de juegos infantiles, áreas de descanso,

22. Para más información ver: https://www.buenosaires.gob.ar/ 24. Para más información ver: http://www.recucn.com.ar/.
reservaecologica/sitio-ramsar. 25. Para más información ver: https://www.buenosaires.gob.ar/
23. https://www.buenosaires.gob.ar/reservaecologica/sitio-ramsar. desarrollourbano/desarrollo/manzana-66.

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ARTÍCULOS

canteros con plantas nativas y una escuela de advenimiento del nuevo milenio, la ONU dispuso los
nivel inicial (jardín y preescolar). Se convirtió Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), por los cuales
de esta manera en un pequeño oasis, al estar en se gestó un proceso de gobernanza global, y se llegó a la
una de las zonas con mayor déficit de parquiza- aprobación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desa-
do (aproximadamente 0,38 m2 de espacio verde rrollo Sostenible (ODS).
público por habitante) de la Ciudad de Buenos Entre los 17 objetivos planteados, se incorpora el de
Aires. Ciudades y Comunidades Sostenibles -ODS 11, que insta
• Paseo del bajo.26 Este corredor vial de 7,1 kiló- a los Estados parte a no solo incluir la variable ambiental
metros conecta las autopistas Illia y Buenos Ai- en cualquier planificación urbana, sino también hacer
res-La Plata, y ha incorporado más de 136.000 m² de esta inclusión un eje central, que permita maximizar
de espacios verdes (el equivalente a 6 manza- los beneficios de todos estos reservorios de naturaleza
nas), que sirven no solo como corredor verde y que se encuentran en medio de las ciudades, pensando
peatonal, sino que también incluye una gran bi- en cómo mejorar las condiciones de vida de todos los ha-
cisenda que conecta el interior del parque, can- bitantes del planeta.
teros con pastizales nativos e iluminación led. Con una urbanización creciente y una mayor
demanda de servicios –y de recursos naturales para sa-
Si bien existen numerosos casos de intervenciones tisfacerlos–, las ciudades se han transformado en prota-
urbanas que contribuyen a la gestión de la biodiversi- gonistas de la agenda ambiental global. En este sentido,
dad en este conglomerado urbano, los destacados aquí los Estados deben aplicar políticas locales en el marco
constituyen buenos ejemplos de políticas públicas con de una planificación general que tenga en cuenta los
foco en la variable ambiental, y es por ello que deseamos tres pilares del desarrollo sostenible: ambiental, social y
mencionarlos en el presente artículo. económico.
La creación de áreas protegidas en el ejido urbano
no es el único abordaje que las ciudades han adoptado
5. Conclusiones en pos de la conservación y uso sustentable de la biodi-
versidad, hay otros ejemplos de acciones planificadas y
La sostenibilidad se basa en factores primordiales coordinadas que pueden ofrecer una alternativa para la
como sociedad, ambiente y economía. Factores interre- gestión de determinados espacios urbanos. En algunos
lacionados e intercondicionados que deben mantenerse casos, incluso pueden no requerir de mayores recursos
en equilibrio y al mismo tiempo deben fortalecerse entre por parte de la administración municipal, pero sí de una
sí. Involucra también aspectos como lo finito y delimi- firme convicción por parte de las distintas esferas de
tado del planeta, la escasez de los recursos naturales y gobierno de que la inclusión de estrategias de conserva-
la consecuente necesidad de usarlos de manera racio- ción y uso sustentable de la biodiversidad debe ser uno
nal, la contaminación, el crecimiento de la población, la de los pilares en la adopción de políticas locales relativas
producción más limpia tanto de la actividad industrial a esta planificación y gestión urbana.
como de la agricultura. La planificación del medio físico en lo urbano se
En la década de 1980 comienza a plantearse la ne- entiende como el conjunto de acciones que se organi-
cesidad de buscar la solución a un problema que apa- zan con el objeto de preservar la calidad de vida de los
rentaba ser meramente dicotómico: desarrollo vs. ciudadanos/habitantes, apuntando a la prevención y,
sostenibilidad. A través de un análisis metódico comen- en su caso, a la corrección de los impactos no deseados
zaron a buscarse medios prácticos para revertir los pro- de la actividad humana sobre el medio. Requiere de una
blemas ambientales y de desarrollo del mundo. Con el mirada estratégica y de planificación.
En esta línea, la Ciudad de Buenos Aires tiene una
26. Para más información ver: https://www.buenosaires.gob.ar/ agenda ambiental muy variada que se manifiesta en ac-
planeamiento/visionciudad/paseo-del-bajo. ciones de distintos órganos. En particular, la Agencia de

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Protección Ambiental –APRA–, desarrolla diferentes po-


líticas y programas, que podemos dividir en dos grandes
grupos: por un lado, aquellos que tienen como objetivo
generar conciencia ambiental y promover la participa-
ción de la comunidad; por otro, los que buscan transfor-
mar a los vecinos en aliados para la gestión de residuos
que tienen características de peligrosidad.
Por su parte, y en relación con la gestión de la biodi-
versidad, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires ha sido
una de las ciudades latinoamericanas pioneras en la in-
corporación de la variable ambiental en diferentes polí-
ticas y programas.

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ARTÍCULOS

La gran Ciudad y el río

PÁGINA 157 / NOVIEMBRE 2021 Foto / Gentileza: Peter Bauza


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Aline Treillard

La ville intelligente a la (re)conquete de la nature


urbaine : perspectives pour le droit de l’action
publique locale
La ciudad inteligente en la re(conquista) de la naturaleza urbana: perspectivas del
derecho de la acción pública local

Aline Treillard Introduction


Doctora en Derecho Público, Université
Grenoble-Alpes.
Que se «  trame  »-t-il en ville  ? Sans l’ombre d’un
doute, des avancées en elles-mêmes problématiques.
En effet, la ville durable et la ville intelligente1 consti-
tuent actuellement deux modèles en pleine efferves-
cence2. Recouvrant des réalités polymorphes3, chacun
des modèles prône l’intelligence collective tout en pro-
posant de nouvelles formes de démocratie. Pour satis-
faire aux ambitions de chacun d’eux, les projets urbains,
les nouvelles infrastructures et les nouveaux espaces de

1. Vocable mieux connu sous la référence à la « smart city ». Elle se


définit comme « une ville qui cherche à répondre aux problèmes pu-
blics via des solutions basées sur les TIC sur la base d’un partenariat
multipartite basé sur la municipalité  ». Notre traduction, European
Parliament, Mapping Smart Cities in the EU, Directorate General for In-
ternal Policies, Policy Department, 2014, 196 p.
2. Voir entre autres, F. DUCOL, Droit et développement urbain durable,
Thèse de doctorat en droit, Dijon, 2016, 304 p. ; J.-B. AUBY, Droit de la
ville. Du fonctionnement juridique des villes au droit à la ville, LexisNexis,
2ème ed., Paris, 2016, 348 p. ; Colloque Berger-Levrault – Chaire MADP
de Sciences Po du 29 septembre 2015, Smart cities : l’innovation au
cœur de l’action publique ?, Berger-Levrault, 2016, 150 p.
3. A. BOURDIN, Du bon usage de la ville, Descartes et Cie, Paris, 2009,
174 p.

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ARTÍCULOS

gouvernance s’accroissent4. Dans ce cadre, faisant tour à grandes superficies comme de superficies intermé-
tour appel à des procédés de démocratie administrative diaires, sont bien souvent saturées de bâtis et de réseaux
et de droit souple, de nouvelles modalités de création de interconnectés. Cette dynamique renforce la fragmen-
la norme et du consensus se multiplient. Par ailleurs, les tation des habitats et l’artificialisation des sols10. Elle
autorités publiques peuvent aujourd’hui compter sur de génère des pollutions d’ordre chimique, atmosphérique,
puissants outils d’observation, de pilotage et de surveil- lumineuse, sonore etc. À ces difficultés s’ajoutent des
lance pour mettre les nouvelles technologies – et bientôt formes nouvelles de pollution découlant directement du
l’intelligence artificielle – au service de la protection de recours aux objets connectés11. Prenant le contre-pied de
l’environnement5. Technologiquement performants, ces déséquilibres, quarante ans après la première grande
ces outils ont toutefois laissé de côté de nombreuses loi française en matière de conservation de la nature, le
dimensions parmi lesquelles l’amélioration des ser- législateur français a adopté la loi pour la reconquête de la
vices publics, le renforcement des missions sociales de biodiversité, de la nature et des paysages. Autant attendue
la ville et des fonctions environnementales qu’elle doit que critiquée, cette loi est une étape fondamentale dans
poursuivre6. Si l’on se concentre sur ce dernier aspect, l’histoire du droit de l’environnement12. D’une part, le lé-
bien des constats peuvent être dressés. De nombreuses gislateur a exprimé sa nouveauté en apportant des modi-
institutions et groupes de travail nous renseignent conti- fications substantielles à certains procédés traditionnels
nuellement sur l’évolution de l’état de la nature en ville7. de protection des espaces naturels et d’autre part, la loi
Nous savons désormais que la diversité biologique subit s’est distinguée par la création de nouveaux espaces de
une érosion sans précédent sur l’ensemble des terri- protection. Ces deux grands mouvements sont tout à fait
toires. Plusieurs causes sont identifiables et parmi elles, cohérents avec le titre de la loi, fort éloquent, duquel on
les scientifiques soulignent les effets dévastateurs de retiendra le maître mot : « reconquête ». Les objectifs du
l’extension urbaine. La ville s’étend toujours plus. Entre législateur sont clairs mais, en ce qui concerne les ter-
2000 et 2010, l’espace urbain français a ainsi augmenté ritoires urbains, comment intervenir et reconquérir un
de 10% pour atteindre 22% du territoire de sorte que 80% espace déjà organisé et bien souvent saturé ? Comment
de la population française est désormais urbaine8. Les construire le consensus autour de cette ambition qui em-
grandes villes économiques, les littoraux et la région prunte un vocabulaire belliqueux ?
alpine sont rattrapés par une urbanisation galopante. En C’est ici que le potentiel de l’aménagement numé-
parallèle, l’INSEE a constaté une accélération du nombre rique des territoires se dessine et offre des perspectives
et de la taille des petites agglomérations qui poursuivent intéressantes pour assurer le renouvellement du droit
majoritairement le modèle critiqué de la métropole9. de la protection de l’environnement. Pour bien saisir les
Il en résulte que de nombreuses agglomérations, de tenants et les aboutissants de l’aménagement numérique
des territoires pour le droit de l’environnement, il faut
4. Pour un exemple, voir A. PIEDEVACHE, De l’ÉcoQuartier à la Smart
City : les villes allient stratégie et technicité pour répondre au développe- 10. Les sols artificialisés désignent les sols qui ne sont pas des es-
ment durable : cas d’étude du quartier de Lorette à Saint-Malo, Mémoire paces naturels, agricoles ou forestiers. France stratégie, Objectif «
de master 2, Institut d’urbanisme de Grenoble, 2017, 114 p. Zéro artificialisation nette » : quels leviers pour protéger les sols ?, Rap-
5. Voir particulièrement B. CYRULNIK, Smart city : une autre lecture de port au ministre de la Transition écologique et solidaire, au ministre de
la ville, Ovadia, Nice, 2019, 234 p. la Cohésion des territoires et des Relations avec les collectivités terri-
6. Voir l’article L110-1 du Code de l’urbanisme. toriales et au ministre chargé de la Ville et du logement, juillet 2019, 54
7. On notera en particulier le travail du CESE : A. JAEGER (dir.), La nature p.
en ville : comment accélérer la dynamique ?, avis du CESE, 11 juillet 11. Voir en particulier A. DJAZOULI-BENSMAIN, « Le déchet numérique :
2018, 90 p., J.O.R.F du 18 juillet 2018. Voir également B. REYGNOBELLET, objet juridique non identifié », Droit et ville, 2019/1, pp. 147-160.
« La demande sociale de nature en ville », in La nature dans la ville, 12. De nombreux articles en font la présentation de sorte que nous ne
Biodiversité et urbanisme, Rapport du CESE, Paris, 2007, p. 83. reviendrons pas en détail sur son contenu pour, de manière plus dis-
8. F. CLANCHE et O. RASCOL, Le découpage en unité urbaine de 2010, cursive, retenir les deux principales caractéristiques de la loi. Pour un
Insee première, nº1364, août 2011, 4 p. Consulter également https:// panorama, lire A. VAN LANG, « La loi Biodiversité du 8 août 2016 : une
donnees.banquemondiale.org/indicateur/SP.URB.TOTL.in.zs ambivalence assumée », AJDA, 2016, pp. 2381-2390. Voir également S.
9. B. BREVIL, «  Quand les grandes villes font sécession  », Le Monde JOLIVET, « Espaces naturels : les nouvelles frontières de la protection »,
diplomatique, mars 2020, p. 1, 16-17. RJE, 2016/4, pp. 629-645.

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rappeler qu’il a longtemps été difficile pour les pouvoirs lement, etc. sont autant de services que la nature peut
publics de penser la conservation de la nature en dehors rendre aux territoires urbains. Le Grenelle de l’environ-
des zones protégées qui étaient alors quasi-exclusive- nement et l’ensemble des lois qui se sont ensuite ins-
ment délimitées dans les espaces ruraux. L’évolution des crites dans son esprit ont alors cherché à faire émerger
sciences de l’écologie depuis les années 197013, la prise une culture commune et à mobiliser les acteurs territo-
en compte du global14 et le renouvellement des percep- riaux toujours plus soucieux de recueillir le consente-
tions du rapport entre l’Homme et la nature15 ont toute- ment des administrés et plus encore d’exporter, sur leurs
fois considérablement modifié les lignes directrices de territoires, les principes de la démocratie participative, à
la conservation de la nature permettant d’intégrer cette savoir les principes de publicité, de participation, de dé-
dernière dans les projets d’aménagement urbains beau- libération et de motivation19.
coup plus réticulaires. De même, la connaissance de Pour accompagner la conciliation des exigences de
plus en plus précise des services écosystémiques a fa- la ville durable et de la ville intelligente, le législateur et
vorisé l’extension des objets d’attention du droit de l’en- les pouvoirs publics en général ont pris des mesures et
vironnement qui s’intéresse désormais de plus en plus débloqué des financements destinés à accélérer la cou-
à l’ensemble des espèces et des espaces remettant ainsi verture numérique du territoire20. À moyen terme, les
en cause son paradigme premier : la rareté16. Ce nouvel autorités publiques devraient donc utiliser l’interopéra-
intérêt porté à la nature ordinaire17 projette sur la nature bilité des systèmes proposés par les réseaux intelligents,
un vivier de solutions pour lutter contre les principaux dits smart grids, pour aménager l’espace public, l’obser-
maux environnementaux de la ville18. L’essor de la lutte ver, le piloter, surveiller la nature et orienter ou maîtriser
contre les changements climatiques renforce d’ailleurs les services écologiques. Cette ambition suggère que les
un peu plus ces projections. Régulation de la pollution technologiques de l’information et de la communication
atmosphérique, séquestration du carbone, régulation (ci-après, les TIC) sont dotées de propriétés écologiques.
de la température locale, réduction des eaux de ruissel- Or, il n’en est rien21. Les actions des pouvoirs publics
vont donc devoir être motivées. La saisine du Conseil du
numérique par la ministre de la transition écologique et
13. Voir J.-P. DEWARRAT, R. QUINCEROT, W. MARCOS et B. WOEFFRAY,
Paysages ordinaires : de la protection au projet, Sprimont, Belgique, solidaire et le secrétaire d’État chargé du numérique sur
2008, 95 p. et M. BONNIN, Les corridors écologiques : vers un troisième l’opportunité de faire converger les transitions numé-
temps du droit de la conservation de la nature ?, L’Harmattan, Paris, riques et environnementales atteste néanmoins d’une
2008, 270 p.
14. Voir Y. BERARD, «  Introduction. Le global, nouvelle grandeur poli- sincère volonté de faire converger les modèles de la ville
tique de la nature ? », NSS, 2015/3, Vol. 23, p. 218. durable et de la ville intelligente. Dans ce sens, deux pro-
15. Voir L.-E. FRIAS, Responsabilidad y sostenabilidad ecologica, una blématiques peuvent être posées simultanément : dans
etica para la vida, Universidad Autonoma de Barcelona, Facultad de
Filosofía y Letras, Barcelona, 2006, 321 p. et R. BEAU, Ethique de la quelles mesures la mobilisation du numérique et de l’in-
nature ordinaire, Publications de la Sorbonne, Paris, 2017, 342 p. telligence artificielle pourraient promouvoir l’applica-
16. Cf. les rapports du Millenium Ecosystem Assessment. Sur ce tion et le développement du droit de la conservation de la
point, lire G. SERPANTIER, P. MERAL et C. BIDAUD, « Des bienfaits de la
nature aux services écosystémiques », Revue électronique en science nature ? Dans ce contexte, les activités numériques parti-
de l’environnement, Décembre 2012, vol. 12, nº3. Disponible en ligne.
17. La nature ordinaire désigne «  un compartiment imbriqué de na-
ture sous influence humaine, dont les traits fonctionnels produisent 19. J. Chevallier, « De l’administration démocratique à la démocratie
des interactions mutuellement profitables. Elle désigne aussi bien des administrative », RFAP, 2011/1, p. 219.
espaces communs en « creux de la protection environnementale », 20. Voir le plan du gouvernement pour la France très haut débit dont
c’est-à-dire des espaces en friche, délaissés, exploités, aménagés, que l’objectif est de garantir une couverture complète du territoire en très
des espèces abondantes dont l’état de conservation est a priori favo- haut débit d’ici 2022. 20 milliards d’euros d’investissement sont mobi-
rable » in A. TREILLARD, L’appréhension juridique de la nature ordinaire, lisés pour ce chantier.
Thèse de doctorat en droit public, Université de Limoges, soutenue le 21. Selon un rapport de l’Université des Nations-Unies de Bonn, l’im-
8 novembre 2019, p.42. plantation de nouveaux équipements numérique génère 50 millions de
18. Cf. UICN, Définition des solutions fondées sur la nature, Motion tonnes de déchets électroniques par an. C.P. BALDE, F. WANG, R. KUEHR,
WCC-2016-Res-069-FR, Congrès de l’UICN par exemple les travaux de J. HUISMAN, The global e-waste monitor – 2014, United Nations Univer-
l’UICN, Hawaï, septembre 2016. sity, IAS – SCYCLE, Bonn, Germany, 2015, 80 p.

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ARTÍCULOS

ciperont-elles du renouveau démocratique et écologique lations successives vont réorganiser le droit des espaces
plébiscité par le Parlement européen qui estime que les protégés sans toutefois réellement le compléter efficace-
villes de demain seront des « plateformes pour la démo- ment sur le plan territorial26. C’est plutôt du côté du droit
cratie, le dialogue culturel et la diversité » et de « lieux de de l’urbanisme qu’on peut identifier quelques évolutions
régénération verte, écologique ou environnementale »22 ? notables notamment avec la loi du 23 février 200527 qui
La ville intelligente concourt au renouvellement a créé les « périmètres de protection des espaces agricoles
des perceptions de la nature urbaine – donc du champ et naturels périurbains » dont la mise en place relève de
d’application du droit de l’environnement – (I) et ce re- la compétence des conseils départementaux sous la sur-
nouvellement est susceptible de procurer une grille de veillance du ministre de l’environnement. À partir des
lecture pour analyser la convergence des transitions nu- années 2000, un virage est amorcé. L’extension spatiale
mériques et environnementales dans le champ du droit de la conservation de la nature est réalisée par l’intermé-
de l’action publique locale (II). diaire du droit de l’urbanisme. Elle reste toutefois limitée
aux espaces péri-urbains. Il faut attendre le 12 juillet 2010
pour que les instruments de conservation de la nature
I. Un modèle de développement inédit pour (re) entrent véritablement en ville grâce aux trames vertes
trouver des espaces à protéger et bleues28. La prise en compte des besoins en matière
d’environnement et de biodiversité dans les documents
À titre liminaire, il est intéressant de procéder à une d’urbanisme sera quant à elle imposée par la loi ALUR
rapide chronologie spatiale du champ d’application de 201429. Qu’elle se réalise par l’intermédiaire du droit
du droit de la conservation de la nature. Ce droit s’est de l’environnement ou du droit de l’urbanisme, l’arrivée
d’abord concentré sur les espaces naturels ruraux. Ainsi, spatiale du droit de la conservation de la nature dans la
le 1er juillet 1957, le législateur consacrait la notion de ville est donc très tardive30. Le recours aux nouvelles
réserves naturelles désignant des espaces au sein des- technologies et aux objets connectés semble toutefois
quels il convient d’assurer «  la conservation de la faune, pouvoir rééquilibrer les termes de cette équation. Il faut
de la flore, du sol, des eaux, des gisements de minéraux et
de fossiles et, en général, du milieu naturel » dès lors qu’ils 26. Notamment, Loi nº76-629 du 10 juillet 1976 relative à la protec-
« présente[nt] une importance particulière ou qu’il convient tion de la nature, J.O.R.F. du 11 juillet 1976, Décret nº 77-1295 du 25
de les soustraire à toute intervention artificielle susceptible novembre 1977 pris pour l’application des articles 3 et 4 de la loi nº
76-629 du 10 juillet 1976 sur la protection de la nature et concernant
de les dégrader »23. En 1959, c’est au tour des espaces na- la protection de la flore et de la faune sauvages du patrimoine naturel
turels sensibles d’être créés dans le but de « préserver la français, J.O.R.F du 26 novembre 1977, Loi nº 2006-436 du 14 avril
qualité des sites, des paysages, des milieux naturels et des 2006 relative aux parcs nationaux, aux parcs naturels marins et aux
parcs naturels régionaux, J.O.R.F du 15 avril.
champs naturels d’expansion des crues et d’assurer la sau- 27. Cf. Loi nº 2005-157 du 23 février 2005 relative au développement
vegarde des habitats naturels  »24. Puis, dans les années des territoires ruraux, J.O.R.F. du 24 février 2005.
soixante, la règlementation sur les parcs nationaux et 28. Loi nº2010-788 du 12 juillet 2010 portant engagement national
pour l’environnement, J.O.R.F. du 13 juillet 2010. Selon l’article L371-1
parcs naturels régionaux voient le jour25. Pendant près du Code de l’environnement, les trames vertes et bleues sont un ré-
de 40 ans, très peu de nouveaux mécanismes spatiaux seau de continuités écologiques terrestres et aquatiques et « ont pour
de protection de la nature seront mis en place. Des légis- objectif d’enrayer la perte de biodiversité en participant à la préserva-
tion, à la gestion et à la remise en bon état des milieux nécessaires
aux continuités écologiques, tout en prenant en compte les activités
22. European Union, Cities of tomorrow; challenges, visions, ways humaines, et notamment agricoles, en milieu rural ainsi que la gestion
forward, Regional Policy, October 2011, 116 p. Voir également, V. PETIT, de la lumière artificielle la nuit ».
« Transition écologique et numérique. Vers des territoires communs ? 29. Loi nº2014-366 du 24 mars 2014 pour l’accès au logement et un
», Revue d’économie régionale et urbaine, 2017/5, p. 797-818. urbanisme rénové, J.O.R.F. du 26 mars. Elle impose par exemple aux
23. Article L.332-1 du Code de l’environnement. autorités chargées de la planification urbaine de procéder à une ana-
24. Article L.142-1 du Code de l’urbanisme. lyse de la consommation d’espaces natures, agricoles et forestiers et
25. Loi nº60-708 du 22 juillet 1960 relative à la création de parcs na- de fixer des objectifs les limitant.
tionaux, J.O.R.F. du 23 juillet 1960 et Décret nº67-158 du 1 mars 1967 30. On insiste sur la dimension spatiale car le droit des espèces pro-
instituant des parcs naturels régionaux, J.O.R.F. du 2 mars 1967. tégées ne fait pas de telles distinctions.

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en effet observer d’une part que le recours aux objets collectivités territoriales de simplifier les démarches
connectés pour la gestion des ressources naturelles est administratives et ainsi d’accélérer le déploiement des
de plus en plus banalisé31. D’autre part, on peut s’aper- réseaux34. Par exemple, le nouvel article L. 632-2-1 du
cevoir que les objets connectés jouent un rôle certain en Code du patrimoine prévoit désormais que les autori-
matière de prévention des atteintes à l’environnement sations d’urbanisme, environnementales ou au titre des
et d’amélioration constante de la qualité de ce dernier32. sites classés instruites dans le périmètre d’un site pa-
Dans ce cadre, il est possible de constater que l’aména- trimonial remarquable ou aux abords d’un monument
gement numérique des territoires peut considérable- historique soient soumises à un simple avis consultatif
ment favoriser l’appréhension de la nature en ville (A) de l’architecte des Bâtiments de France quand la législa-
au point de mettre en perspective de nouveaux espaces tion antérieure imposait un avis conforme. La nouvelle
publics que l’on peut, à la fois de manière divertissante rédaction de l’article L. 34-9-1 du Code des postes et des
et sincère, qualifiés d’espaces publics « augmentés » (B). communications électroniques réduit quant à elle à un
mois (contre deux) le délai entre le dépôt par l’opérateur
exploitant du dossier d’information auprès du maire et
A. L’appréhension de la nature en ville améliorée la demande d’autorisation d’urbanisme. L’article 221 de
par l’aménagement numérique des territoires la loi ELAN rend également facultative la procédure de
publicité et de mise en concurrence préalable des au-
L’aménagement numérique du territoire désigne torisations d’occupation du domaine public en matière
l’ensemble des opérations publiques et privées visant au de communication électronique alors qu’elle était aupa-
déploiement de la couverture numérique de ce dernier. ravant obligatoire. Dans le même ordre d’idée, par dé-
En ce sens, le gouvernement français s’est fixé trois ob- rogation à l’article L.424-5 du Code de l’urbanisme, il ne
jectifs. D’ici 2020, la couverture mobile de qualité permet- sera plus possible pour les autorités administratives de
tant l’ensemble des usages de la 4G doit être généralisée retirer un permis de construire relatif à un projet d’im-
afin de garantir à tous un accès au haut débit (supérieur plantation d’antennes de radiotéléphonie mobile avec
à 8 Mbit/s) ou au très haut débit. D’ici 2022, l’ensemble leurs systèmes d’accroche, leurs locaux et leurs installa-
des territoires d’infrastructures numériques de pointe tions techniques35. Ce faisant, la réalité physique du ter-
devront être dotés d’un accès au très haut débit (supérieur ritoire sera transformée par ces nouveaux équipements.
à 30 Mbit/s). Pour réaliser ces objectifs, le législateur a En parallèle, la réalité sociale du territoire sera elle aussi
adopté le 23 novembre 2018 un ensemble de dispositions renouvelée. Les représentations, les pratiques et les
à destination des collectivités territoriales, propriétaires usages des individus vont être modifiés36. Dès lors, il faut
et opérateurs privés pour « accélérer la couverture numé- s’attendre à de lourdes conséquences géographiques,
rique des territoires  »33. Quelques dispositions méritent sociales et politiques. Une quantité astronomique d’in-
ici d’être présentées. Le législateur français est en effet formations va être en effet recueillie et traitée simulta-
revenu sur de nombreuses garanties pour permettre aux
34. On notera au passage qu’elles sont distinctement critiquables du
31. C’est le secteur de l’eau, bien commun par excellence, qui est le point du vue de la protection de l’environnement et de l’information
premier affecté. Le service de l’eau promet d’être grandement perfor- des citoyens
mé par les TIC. Véolia et IBM ont par exemple passé un contrat avec 35. À rebours des protections instaurées par la loi Littoral et la loi Mon-
la métropole de Lyon pour installer des capteurs et piloter en temps tagne, on notera également que l’interdiction de construire ou installer
réels les ouvrages, lutter contre les fuites, anticiper les phénomènes de nouvelles infrastructures en dehors des espaces urbanisés sur une
pluvieux etc. bande littorale de 100m à compter de la limite haute du rivage ou des
32. En parallèle, il faut indiquer que l’usage de ces mêmes outils pour plus hautes eaux pour les plans intérieurs et l’obligation de construire
la répression des atteintes à l’environnement se développent de plus les antennes relais en continuité avec l’urbanisation existante en zone
en plus. Cf. le recours aux caméras de vidéosurveillance pour éviter les de montagne sont levées. Ces modifications visent clairement à ce
décharges sauvages en ville. qu’émerge un véritable système d’information réticulaire.
33. Loi nº 2018-1021 du 23 novembre 2018 portant évolution du lo- 36. A. LE ROUX et M. THEBAULT, « Territoire et territoire numérique de
gement, de l’aménagement et du numérique, J.O.R.F du 24 novembre la résistance des consommateurs  », Questions de communication,
2018. 2018/2, pp. 55-74.

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nément, faisant de la ville un tout unifié alors qu’elle a nées. Cette appréhension plus complète des espèces, de
longtemps été segmentée. Progressivement, c’est donc leurs besoins et de leurs cycles de vie vient « clairement
un véritable métabolisme urbain que préparent les opé- en soutien de la réglementation protectrice adoptée la
rations d’aménagement numérique du territoire37. plupart du temps bien avant l’émergence de ces nou-
Aménagée de telle sorte, la ville sera très vite velles technologies  »41. De cette manière, il est clair
capable de renseigner les opérateurs et les usagers en que «  les données récoltées grâce aux objets connectés
temps réel sur la structure et le fonctionnement des peuvent alors permettre d’adapter le statut juridique de
quelques écosystèmes encore présents et sur le cycle l’espèce (plus ou moins strictement protégée) mais aussi
de vie des espèces anthropisées qui les composent38. la protection des espaces qu’elle fréquente (spéciale-
Ce système territorial renouvelé par la pluralité des ment en ce qui concerne leur délimitation) »42.
«  réseaux d’action et d’acteurs formés de  composantes for- Suivant cette logique, on peut être amené à penser
melles et non formelles »39 concourt à la construction d’un que l’aménagement numérique des territoires urbains
territoire tiers, un territoire numérique, dont la particu- favorise l’« environnementalisation » du droit qui leur est
larité est de mettre l’accent sur la proximité. Les inte- applicable. Comme indiqué précédemment, c’est avant
ractions ordinaires de l’humain à son environnement tout la fonction corrective des TIC qui est ici intéressante.
pourront en effet immédiatement être prises en charge En fournissant une extension des services d’observa-
par les réseaux d’actions et d’acteurs. De là à affirmer que tion et de surveillance en temps réel des écosystèmes
l’aménagement numérique de la ville laisse entrevoir et de leur fonctionnement, la ville intelligente permet-
une appréhension plus complète de la nature, du rôle trait en effet de mieux connaître la nature et de modéli-
et des fonctions des écosystèmes urbains, il n’y a qu’un ser les services et fonctions qu’elle rend : en somme, de
pas à franchir. L’exemple de la suite logicielle I-Tree ap- quantifier des objets jusqu’ici uniquement qualifiés. À
partenant au domaine public en témoigne40. En propo- titre d’exemple, on sait déjà que les outils numériques
sant de comprendre et mesurer les bénéfices des arbres renforcent les observations directes de la nature par les
en milieu urbain, elle permet aux décideurs et citadins scientifiques et par la société civile. Vecteurs de données
d’estimer à leur juste valeur la fonction des arbres dans la plus conséquentes et de meilleures qualités pour les
ville au-delà de leur dimension esthétique. Cet exemple premiers, ils sont également vecteurs de patrimoniali-
rappelle plus généralement les bénéfices juridiques du sation de la nature pour les seconds43. L’observation de
recours aux objets connectés pour la conservation des la nature par les outils numériques peut aussi indirecte-
espèces de faune sauvages. Depuis plusieurs années, ment permettre d’adapter les infrastructures humaines
l’usage des colliers-émetteurs reliés à des équipements aux besoins de la faune et de la flore urbaines. L’instal-
informatiques permettent en effet de suivre le dépla- lation de capteurs de mouvement sur les infrastructures
cement des espèces à distance et en temps réel. L’ap- d’éclairage public pour déclencher ce dernier unique-
port de ces dispositifs est sans équivoque. Il permet de ment en cas de présence humaine permet par exemple
comprendre les migrations et d’anticiper, pour l’avenir, de lutter contre la pollution lumineuse44. Suivant cette
les zones de migration nécessaires aux espèces concer-
41. S. JOLIVET, «  Objet connecté et environnement  : une liaison
ambivalente  », Communication écrite dans le cadre de la journée
37. F. ORSONI, « La ville intelligente, de l’utopie aux réalités », Droit et d’étude « La vie connectée », sous la responsabilité scientifique de Y.
ville, 2015/2, p. 113. Ghamri-Doudane, Poitiers, 24 novembre 2016.
38. Pour une illustration à travers les ruches connectées, voir 42. Idem.
https://www.saint-etienne.fr/projets/developpement-durable/ 43. Citons aussi l’exemple des sentinelles de l’environnement lancée
ruches-connectees/ruches-connectees par l’association France Nature Environnement qui permet de recen-
39. D. PAQUELIN, « Espaces et territoires : fonctions des points d’ac- ser sur une carte les atteintes constatées à la nature par tous. https://
cès publics à internet dans la construction des territoires numériques sentinellesdelanature.fr/
d’appropriation des connaissances  », in L. VIERA et N. PINEDE (dir.), 44. Voir en particulier E. KNOP et al., « Artificial light at night as a new
Stratégies du changement dans les systèmes et les territoires, Maison threat to pollination », Nature, vol.548, 2017, pp. 206-209 ; L. Beaudouin,
des Sciences de l’Homme d’Aquitaine, Pessac, 2010, p. 43. « Le comportement des animaux en présence de sources lumineuses
40. Consulter la page web : https://www.itreetools.org/ (théorie de l’éclairement directionnel) », Cahiers de liaisons de l’OPIE,

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idée, l’aménagement numérique des villes serait aussi ainsi dévoilé. Une nature « hybride »50 constituée « d’un
un allié pour mieux cartographier les pollutions af- mélange de nature sauvage et domestique »51 peut alors
fectant les milieux physiques par exemple et ainsi, être révélée par une panoplie d’instruments de mesures,
concourir aux politiques de réparation en nature des de capteurs environnementaux performants et commu-
atteintes causées à l’environnement et à l’intégrité des nicants, d’images satellites, de lasers ou/et de drones.
écosystèmes. L’aménagement numérique des territoires parti-
Dans le prolongement de cette idée, il semble que cipe ainsi à rendre visible les éléments naturels les plus
la ville numériquement équipée puisse aussi constituer communs qui n’ont jusque-là que très peu été appréhen-
un puissant levier pour favoriser les relations, de plus en dés et qui aspirent à l’être. Cette forme d’intelligence ter-
plus dégradées45, entre les humains et la nature. En effet, ritoriale fait ainsi émerger de nouveaux centres d’intérêt,
les TIC forment aussi un moyen alternatif pour faire voire même un nouveau patrimoine qui mérite à la fois
exister toutes les « autres » natures. Le droit de l’environ- d’intégrer les infrastructures vertes et de bénéficier de
nement et les politiques de protection de l’environne- mesures de protection. Cette mise en lumière est consi-
ment sont en effet marqués par un vice d’attention. S’ils dérablement bienvenue dans le contexte actuel de tran-
se sont longtemps concentrés sur les espaces ruraux, sition écologique et numérique. Elle fournit de nouvelles
comme cela a déjà été mentionné, ils établissent aussi pistes de réponses à la question que se posait tout à fait
le plus souvent une frontière mentale entre l’extraordi- légitimement M. Prieur il y a quelques années, à savoir,
naire et l’ordinaire, le premier faisant l’objet de toutes «  le droit permet-il véritablement de protéger les espaces à
les attentions (en termes juridique, financier, technique, protéger ? »52.
humain...) tandis que le second est largement ignoré.
Or, force est d’admettre que cette frontière mentale ne
connaît pas de correspondance aussi exacte dans l’espace B. La mise en perspective d’espaces publics
physique. Dans ce cadre, le point fort des TIC est de propo- « augmentés »
ser une nouvelle lecture de l’espace physique dégagé de
ces préjugés anthropocentristes. Ils permettent d’iden- En levant le voile sur les éléments naturels les plus
tifier toute la palette des formes d’expression de nature communs des espaces anthropisés, l’aménagement nu-
en ville, bien souvent totalement imbriquées dans les mérique des territoires étend les frontières de ces der-
activités humaines, cette caractéristique qui la rend très niers. Cet état des lieux contraste évidemment avec les
peu visible. De cette manière, les TIC peuvent nous ap- représentations collectives de la ville. Comme en té-
prendre à voir la nature juste sous nos yeux46 : la nature moignent les récents débats publics en matière de lutte
ordinaire47. Tantôt banals, tantôt délaissés48, tantôt nui- contre l’artificialisation des sols53, on peut légitimement
sibles ou spontanés, l’ensemble des espèces et espaces
«  en creux de la protection environnementale  »49 est explorer ? », Bulletin de l’association de géographes français, 91-1,
2014, [en ligne], consulté le 25 mars 2020. URL : http://journals.opene-
dition.org/bagf/1902
vol.19, nº3-4, 1985, pp. 25-41 ; 458 p. Voir également, P. Billet, « Trop de 50. C. MOUGENOT, « De la nature ordinaire à la nature attachante »,
lumière nuit », in Itinéraires du droit et terres des Hommes, Mélanges Nature sciences sociétés, 2018/2, vol.26, p. 191. Voir aussi C. MOUGE-
en l’honneur de J.-M. Breton, Mare & Martin, Paris, 2017, pp. 617-628. NOT, Prendre soin de la nature ordinaire, Paris, Editions de la maison des
45. Sur ce point voir C. FLEURY et A.-C. PREVOT-JULLIARD, Le souci de la sciences de l’Homme, Paris, 2003, 231 p.
nature : apprendre, inventer, gouverner, CNRS Editions, Paris, 2017, 377 51. Idem.
p. 52. M. PRIEUR, « L’introuvable protection des espaces à protéger », in
46. S. LAUGIER, « L’ordinaire transatlantique », L’Homme [En ligne], nº Gouverner, administrer, juger, Mélanges en l’honneur de J. Waline, Dal-
187-188, 2008, p. 183. loz, Paris, 2002, p.345 et s.
47. Lire Le Courrier de la nature, «  La nature ordinaire. L’identifier, la 53. Le plan biodiversité du 4 juillet 2018 contient un objectif de « zéro
rencontrer, la protéger », nº spécial, 2019. artificialisation nette des sols ». À sa suite, un rapport de France stra-
48. G. CLEMENT, Manifeste du tiers-paysage, Editions du commun, tégie publié le 23 juillet 2019 propose des solutions pour coupler la
2016, 59 p. densification des villes à la renaturation des espaces artificialisés. J.
49. V. FOURAULT-CAUËT, « Les espaces en creux de la protection en- FOSSE (dir.), Objectif «  zéro artificialisation nette  », quels leviers pour
vironnementale, de nouveaux terrains de recherches et d’action à protéger les sols ?, France stratégie, juillet 2019, 54 p. Le 25 juillet 2019,

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penser que la ville a déjà conquis tous les territoires à perturbées voire empêchées56. Si cette problématique
conquérir. Dès lors, il peut apparaître bien abscons de se est aujourd’hui de mieux en mieux traitée par le légis-
demander quels autres territoires la ville pourrait encore lateur – qui n’a toutefois pas encore rendu obligatoire
conquérir sans mettre en péril la qualité de vie des géné- la définition territoriale de trames noires57 –,un autre
rations futures. Pourtant, en proposant un rapport aug- type de pollution sensorielle n’est toujours pas prise en
menté de l’humain à son environnement, le numérique compte de manière efficace par le droit de l’environne-
met bel et bien en lumière de nouveaux espaces du quo- ment. Il s’agit de la pollution sonore. Alors même qu’il est
tidien (les cours d’écoles, les toitures, les murs...). Sur ce scientifiquement établi que le bruit généré par les acti-
point, certains auteurs de sciences politiques n’hésitent vités humaines stresse l’ensemble des espèces et crée
d’ailleurs pas à évoquer la notion de territoire augmenté, une plus grande sensation de vulnérabilité par rapport
ou hyperterritoire, qui « doit être comprise de manière à aux éventuels prédateurs, il n’existe que très peu de dis-
la fois extensive (territoire étendu) et intensive (intensi- positions législatives chargées de protéger la santé des
fication des capacités du territoire et de ses résidents) »54. non-humains. Pourtant, la pollution sonore bouleverse
Compte tenu de son caractère a-territorial, ce territoire la communication intraspécifique des espèces. Cer-
hybride est encore mal appréhendé par le droit. Pour- tains oiseaux sont par exemple amenés à modifier leur
tant, au sein de cet hyperterritoire, le numérique et la di- chant afin de dépasser l’ambiance sonore anthropique.
versité biologique peuvent dialoguer. Ils chantent plus fort et/ou plus aigu. Cela affecte le ca-
Ce rapport augmenté à l’espace offre la possibi- ractère séduisant du chant et trouble directement leur
lité de saisir autrement l’influence des perturbations reproduction. Par ailleurs, ce stress provoque des modi-
anthropiques sur la nature. Très précisément, les nou- fications anatomiques et immunitaires de sorte que les
velles technologies du numérique aident à saisir les espèces apparaissent entre elles moins séduisantes58. La
insuffisances sensorielles de l’ordre juridique actuel. pollution sonore affecte donc plus spécifiquement la sé-
L’exemple de la lutte contre la pollution lumineuse il- lectivité des espèces et conduit à une homogénéisation
lustre parfaitement bien cette mise en perspective. de la diversité biologique59. Sur une échelle à plus long
L’utilisation des images satellites a récemment permis terme, des effets en cascade se font également ressentir.
aux pouvoirs publics de prendre acte des effets de la La pollinisation de la flore est en effet bien moindre dès
pollution lumineuse sur les espèces. Les conséquences lors que les espèces fuient toujours plus loin et désertent
pour l’environnement sont alarmantes : perturbation du de plus en plus les espaces bruyants, fortement ou peu
rythme nycthéméral des espèces55, perturbation de la artificialisés. En résumé, s’il est bien certain que l’artificia-
fréquence, de la temporalité et du but des déplacements, lisation est la cause majeure d’érosion de la diversité biolo-
réduction des surfaces d’habitats aux zones les plus gique et de la disparition d’écosystèmes ou d’espèces qui
sombres, isolement de la population, modification de le composent, d’autres perturbations anthropiques moins
la génétique des populations, préjudice aux relations in-
terspécifiques par la modification des rapports proies/
56. R. SORDELLO et al., « Effet fragmentant de la lumière artificielle.
prédateurs. D’autres études démontrent également que Quels impacts sur la mobilité des espèces et comment peuvent-ils
la lumière apparaît comme un mur infranchissable pour être pris en compte dans les réseaux écologiques ? », MNHN, Centre
certaines espèces dont les migrations saisonnières sont de ressources Trames verte et bleue, 2014, 31 p.
57. R. SORDELLO, « Pollution lumineuse et trame verte et bleue : vers
une trame noire en France ? », Territoire en mouvement, Revue de
géographie et aménagement [En ligne], 35 | 2017, mis en ligne le 29
les ministères en charge de la ville, de l’agriculture et de la transition novembre 2017, consulté le 27 mars 2020. URL : http://journals.opene-
écologique ont installé un groupe de travail partenarial visant la lutte dition.org/tem/4381
contre l’artificialisation des sols. 58. Les scientifiques ont observé que les oisillons nés à proximité des
54. P. MUSSO, « Territoires numériques », Medium, 15, 2008, p. 33. Lire zones bruyantes étaient de taille plus réduite et que leur plumage était
également P. MUSSO, « Critique de la notion de territoire numérique », plus petit. De même, la coloration de ce dernier est de plus en plus
in GILLE L. (dir.), Les Dilemmes de l’économie numérique, FYP Éd., Li- terne.
moges, 2009, pp. 168-175. 59. H. SLABBEKOORN and M. PEET, « Ecology: Birds sing at a higher
55. Voir P. BILLET, « Trop de lumière nuit », op. cit. pitch in urban noise », Nature, 424, 17 July 2003, p. 267.

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évidentes conduisent à dégrader de manière aussi certaine numérique permet de se représenter autrement l’espace
l’état de nos écosystèmes. Or, en droit positif, seul l’article et de prendre en compte non plus le seul environnement
L362-1 du Code de l’environnement qui interdit par prin- perçu de l’être humain mais aussi l’environnement des
cipe la circulation des véhicules à moteur dans les espaces non-humains. En d’autres termes, l’appréhension numé-
naturels en vue d’« assurer la protection des espaces naturels » rique des objets environnementaux réduit la brutalité de
fait figure d’exception. De même qu’il a été possible d’ob- la représentation de notre environnement permettant
server un lien de cause à effet entre la satellisation de la ainsi une intervention juridique dans des tiers-lieux qui
pollution lumineuse et l’intervention législative en faveur étaient jusque-là laissés pour compte. Dès lors, la norme
de la réduction de cette dernière, on pourrait imaginer que juridique peut intégrer de nouveaux besoins. La déma-
la cartographie sonore de l’espace public puisse à son tour térialisation vient ici en soutien au droit de l’environne-
venir en soutien à la définition d’une législation adaptée ment pour penser les ambiances naturelles, lesquelles
aux besoins des populations animales anthropisées. Très participent de ce que l’on qualifie les communs de la
concrètement, l’élaboration d’une bibliothèque numérique nature. Les territoires numériques ont donc une réelle
sonore de l’espace public pourrait constituer un préalable à influence sur l’espace physique. Loin d’être virtuelle,
la constitution territoriale de zones de calme dont on pour- cette influence pousse à la déconstruction de certains
rait imaginer qu’elles évoluent dans le temps et dans l’es- acquis. Suivant une logique constructive, la régulation
pace en fonction du cycle de vie des espèces à préserver. des activités numériques pourrait dès lors ouvrir des
Les difficultés de cet exercice sont bien sûr multiples. À perspectives environnementales prometteuses pour la
titre principal, il implique de remettre en cause le schéma reconnaissance et la réalisation de droits de la nature.
habituel d’élaboration du droit de l’environnement. Clas- Les bénéfices attendus pour l’environnement naturel ne
siquement, les normes sont en effet élaborées par l’être pourront toutefois être viables que s’ils sont accompa-
humain au regard de l’environnement dans lequel il gnés de nouvelles pratiques territoriales.
évolue. Autrement dit, il est élaboré de manière unidirec-
tionnelle. La norme reste dans le champ mental de celui
qui protège, alors qu’elle gagnerait en efficacité à évoluer II. Une grille de lecture pour la transition du
dans le champ mental de celui qui est à protéger. Dans ce droit de l’action publique locale
cadre précis, l’intelligence artificielle pourrait être d’un
bon secours. La plateforme internationale Xeno-Canto ou À juste titre, le livre blanc du numérique indique que
bien encore la sonothèque du Muséum national d’histoire « malheureusement, les acteurs de l’écologie demeurent trop
naturelle sont actuellement en train de documenter les rares à s’approprier le potentiel du numérique, tandis que
sons du vivant afin, qu’à moyen terme, l’identification au- ceux du numérique font comme si le caractère apparem-
tomatique des espèces soit techniquement possible. Un tel ment « immatériel » du numérique et ses effets en termes
usage de l’intelligence artificielle permettrait non seule- d’efficience suffisaient à le rendre vertueux  »61, laissant
ment de constituer des instantanés de l’état de la diversité ainsi de côté l’empreinte énergétique des TIC ainsi que
biologique mai surtout d’encourager le législateur à définir leur empreinte environnementale relative à la consom-
par exemple la notion de paysage sonore et à élaborer un mation de ressources naturelles. Ce qui nous alerte plus
régime juridique territorial associé60. encore dans ce jeu d’acteurs, c’est l’absence de mise en
L’ingérence du numérique dans l’appréhension du balance des enjeux démocratiques. Qu’il s’agisse en effet
territoire physique pourrait dès lors considérablement de la transition numérique comme de la transition éco-
modifier le droit positif. En «  augmentant  » la réalité, logique, toutes deux impliquent un renouvellement des
c’est-à-dire en donnant à voir, fût-ce indirectement, ce qui interactions entre les individus et la puissance publique.
n’est pas ou peu visible de prime abord, la technologie du Ainsi, la convergence des transitions à l’œuvre ouvre

60. R. MURRAY SCHAFER, Le Paysage sonore, Lattès, Paris, 1979. Voir 61. IDDRI, FING, WWF France, GreenIT.fr (ed.), Livre blanc Numérique et
également les travaux de B. Krause. Environnement, 2018, p. 5.

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de nouvelles perspectives pour le droit de l’action pu- personnes publiques de comprendre, manipuler et ex-
blique locale (A). En même temps, la généralisation de plorer les données numériques du parc. Dans le même
la « nature connectée » ne doit pas laisser oublier que le ordre d’idée, des citoyens engagés acceptent aujourd’hui
progrès technique présente intrinsèquement «  des pro- d’être des «  citoyens-capteurs  » afin de mesurer par
blèmes plus difficiles que ceux qu’il résout »62 (B). exemple, la qualité de l’air à l’échelle d’un bassin de vie,
ou bien encore, pour rebondir sur les développements
précédents, la qualité de l’environnement sonore. Ces
A. La régulation numérique des territoires dispositifs de mesures environnementales sont le plus
naturels urbains  : un moyen au service de la souvent fabriqués par les citoyens eux-mêmes, réunis
civic tech dans des ateliers participatifs et les données collectées
en Open Data servent ensuite à alimenter des politiques
Le développement de bases de données relatives publiques locales. Avec ces exemples, on comprend
à l’environnement, la découverte de nouveaux espaces vite que les technologies du numérique renouvellent
ainsi que leur traitement par des procédés dits d’intel- les capacités de mobilisation citoyenne. Sur le plan
ligence artificielle ouvrent des perspectives pour une institutionnel, la régulation numérique de l’environne-
nouvelle gouvernance du vivant. La régulation numé- ment laisse supposer une intervention plus étendue du
rique de l’environnement présente en effet deux avan- citoyen dans l’ensemble du cycle de vie d’une idée po-
tages indissociables. D’une part, elle accompagne la litique, de son idéation à son évaluation. Cette externa-
montée en compétences des citoyens. D’autre part, elle lité positive n’est toutefois théoriquement féconde qu’à
modifie le cadre de participation démocratique habituel. la condition qu’elle repose sur des initiatives inclusives,
S’agissant premièrement de la montée en compé- autrement dit que chaque citoyen ait un accès physique
tences des citoyens, on peut illustrer le propos en men- et intellectuel à cette démarche, ce qui ne va pas de soi,
tionnant plusieurs exemples distincts. La convergence y compris pour les digital natives63. En dépit d’une évi-
des transitions écologiques et numériques donne en dente fracture numérique, les récentes évolutions du
effet lieu à la création de nouveaux espaces citoyens droit de la conservation de la nature démontrent que le
collaboratifs. Des Infolab sont ainsi crées sur certains législateur français souhaite encourager les relations ex-
territoires d’innovation dans le but de partager avec le périmentales entre les citoyens et les données environ-
plus grand nombre les données récoltées par les TIC et nementales privées ou publiques. Aussi, à l’occasion de
partant, de sensibiliser les acteurs issus de divers hori- l’adoption de la loi du 8 août 2016 pour la reconquête de la
zons qui forment la société. À l’heure actuelle, il n’existe biodiversité, de la nature et des paysages, il a inscrit à l’ar-
pas de plateforme qui recense l’ensemble de ces tiers- ticle L411-1-A.-I du Code de l’environnement l’obligation
lieux, mais en matière d’environnement, certains ont pour l’ensemble des maîtres d’ouvrage publics ou privés
bonne presse. On pense par exemple, au niveau euro- de verser au Muséum National d’Histoire Naturelle les
péen, au projet Open Source BeeHives développé au données brutes de biodiversité acquises à l’occasion des
sein du FabLab Barcelona dont la mission est de lutter études d’évaluation préalable ou de suivi des impacts ré-
contre le déclin du nombre d’abeilles par la fabrication alisées dans le cadre de l’élaboration des plans, schémas,
de ruches faites-maison, connectées et dont les plans programmes et autres documents de planification afin
sont disponibles en ligne en Open Source. À une échelle d’enrichir l’offre publique de l’Open Data. Ainsi, les
bien plus locale, on peut encore citer l’Infolab dédié à plateformes de collectes de données sont continuelle-
la biodiversité du grand parc de Miribel Jonage à Lyon ment renseignées au point que certaines d’entre elles,
qui permet aux citoyens, associations, entreprises, initialement actives à l’échelle nationales (telle Tela Bo-
tanica ou Flora Data), peuvent désormais développer

62. J. ELLUL, « Réflexions sur l’ambivalence du progrès technique », La


revue administrative, 1965, p. 380- 63. J. BRYGO, « Peut-on encore vivre sans internet ? », Le Monde diplo-
391. matique, août 2019, pp. 18-19.

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l’offre d’Open Data par région et, par effet cascade, en- nement introduit dès lors de la démocratie dans le pro-
courager la réalisation d’atlas de biodiversité, ces carto- cessus de production de la norme là où elle se limite
graphies locales qui permettent aux décideurs publics classiquement au processus de décision67.
de mieux connaître la valeur environnementale de leur Nonobstant, si les TIC permettent la création de nou-
territoires64. Les avantages collectifs de cette production veaux espaces d’expression dans lesquels les individus
croisée des connaissances sont nombreux  : production peuvent être plus facilement informés et sensibilisés, ils
de valeur, de satisfaction, de bien-être, de responsabilisa- forment aussi un nouvel espace de défection dont les au-
tion et de désindividualisation dans le rapport à la nature torités publiques doivent prendre la mesure. Effective-
soit autant d’externalités positives qui ne sont pas intui- ment, le numérique est aussi un territoire de résistance68
tivement associées au numérique, bien au contraire. comme le rapportent plusieurs études en sciences poli-
Secondement, la régulation numérique de l’envi- tiques et sociologie. Tout d’abord, il faut avoir à l’esprit
ronnement peut accompagner les mouvements de ré- que l’aménagement numérique des territoires renou-
appropriation démocratique des biens communs65. En velle la thématique des équipements de pouvoir large-
effet, à l’appui des exemples précités, on observe sans ment débattue dans les années 1970 et 198069. Ensuite,
difficulté que lorsque les instruments numériques de les TIC favorisent la multiplication des données pouvant
régulation de l’environnement sont aussi mis au service brouiller ou complexifier des éléments autrement
des citoyens, ils facilitent le partage d’information tout accessibles. Enfin, «  en permettant de joindre des in-
en fournissant un support à la transparence des actions dividus initialement isolés géographiquement et idéolo-
des acteurs publics/personnes publiques. Les civic-tech giquement »70, le numérique facilite la mobilisation des
(pour « technologies civiques ») participent ainsi à la créa- mouvements de masse. À certains égards donc, la ville
tion de biens communs numériques se réclamant d’inté- intelligente est tout autant un problème qu’une solution.
rêt général. Plus largement, elles mettent en perspective La régulation numérique de l’environnement ne créée
l’étendue de l’engagement citoyen qui ne se limite pas pas uniquement des externalités positives en matière
temporellement aux seuls processus électoraux ou for- d’action publique locale.
mellement, aux seules étapes de fabrication de la norme Cette ambivalence révèle avec force les oppositions
dans lesquelles le législateur et le pouvoir règlementaire sur le sens et la portée qu’il faut donner à la crise écolo-
leur définissent une place (le plus souvent, numérique, gique, notamment sur le plan socio-territorial.
voire fictive66). La régulation numérique de l’environ-

64. Article L411-1 du Code de l’environnement tel que modifié par la B. Les dérives latentes d’une régulation sur-
loi « biodiversité ». mesure de la nature
65. Voir tout particulièrement les travaux d’Elinor Ostrom. Par
exemple, E. OSTROM, Gouvernance des biens communs : pour une nou-
velle approche des ressources naturelles, Boek Supérieur, Bruxelles, Les risques environnementaux associés aux objets
2010, 301 p. connectés sont de plus en plus connus et renseignés.
66. Cf. par exemple l’ordonnance nº 2017-80 du 26 janvier 2017 rela-
tive à l’autorisation environnementale, J.O.R.F. du 27 janvier 2017 qui a
fusionné les différentes enquêtes publiques propres à l’ensemble des dématérialisés ». Il est ici légitime de s’interroger sur l’interprétation
procédures d’instruction prévues par les différentes législations secto- administrative et jurisprudentielle de cette notion de projet d’intérêt
rielles du droit de l’environnement. Voir aussi l’ordonnance nº2020-306 national à caractère urgent dont la réalisation primerait sur les procé-
du 25 mars 2020 relative à la prorogation des délais échus pendant la dures de démocratie administrative.
période d’urgence sanitaire et à l’adaptation des procédures pendant 67. M. BAUWENS, Sauver le monde, Vers une économie post-capitaliste
cette même période, J.O.R.F. du 26 mars qui revient (temporairement) avec le peer-to-peer, Paris, Éditions Les Liens qui libèrent, 2015, p.148.
sur les modalités de l’enquête publique. L’article 12 de cette ordon- 68. A. LE ROUX et M. THEBAULT, « Territoire et territoire numérique de la
nance prévoit ainsi que «  lorsque le retard résultant de l’interruption résistance des consommateurs », art. cit.
de l’enquête publique ou de l’impossibilité de l’accomplir en raison de 69. FOURQUET, F., & MURARD, L., Les équipements du pouvoir, villes,
l’état d’urgence sanitaire est susceptible d’entrainer des conséquences territoires et équipements collectifs, Union générale d’éditions, Paris,
difficilement réparables dans la réalisation de projets présentant un in- 1976, 318 p.
térêt national et un caractère urgent  », «  l’enquête publique en cours 70. A. LE ROUX et M. THEBAULT, « Territoire et territoire numérique de la
se poursuit en recourant uniquement à des moyens électroniques résistance des consommateurs », art. cit., p.61.

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ARTÍCULOS

Très rapidement, on rappellera que les TIC ont une em- humaine72  ? Plus précisément, comment pourrait-elle
preinte écologique colossale. Les besoins en énergie être arbitrée avec les politiques de conservation de la
des centres de traitement pour stocker l’ensemble des nature spontanée dont les bénéfices écologiques ne sont
informations recueillies sont démesurés71. L’analyse plus à démontrer73 ? Dans le même ordre d’esprit, que de-
du cycle de vie des produits numériques montre égale- viendraient les « indésirables » ? Des « spams » du cyber
ment une consommation de ressources très importante, espace public  ? Pour éviter les hiatus entre les apports
allant à rebours d’une société qui tend à être durable. De des nouvelles technologies et le risque d’une approche
cette manière, la construction d’infrastructures pour les unique de la conservation de la nature mettant de côté
univers augmentés intègre plutôt bien les politiques les politiques de gestion extensive, il conviendrait que
néolibérales qui font de la nature une ressource à exploi- les représentations sociales et politiques des TIC soit dé-
ter. En ce sens, elles se coupent des ambitions portées couplées de leur fonction de surveillance. Autrement
par les politiques de transition. Bien souvent, les ana- dit, elles devraient davantage constituer un support au
lyses convergentes se trouvent épuisées avec ces deux service d’une fin  - ici, la transition socio-écologique -
débats. C’est pourtant ignorer tout un autre éventail de qu’une fin déterminant des moyens. Dans ce contexte,
dérives que le défaut d’encadrement juridique des acti- le numérique doit pouvoir trouver sa place dans les pra-
vités de régulation numériques de l’environnement fait tiques de planification territoriale et de gestion et non
courir à nos sociétés. l’inverse.
À titre liminaire, il convient certainement de rap- Si les projets de régulation numérique de l’environ-
peler que le numérique n’est pas intrinsèquement  au nement sont effectivement développés sur l’ensemble
service de la nature car, par définition, le vivant n’a pas du territoire, de nombreuses problématiques juridiques
besoin des technologies pour exister. A priori, il joue vont se poser en fonction des options techniques rete-
donc plutôt un rôle dans son altération que dans sa nues. Premièrement, dans la mesure où les représenta-
conservation. Suggérer que le numérique est indispen- tions sont une source matérielle du droit74, la première
sable à la gestion de la nature et à l’amélioration de la problématique est relative à l’influence des TIC sur la
qualité de l’environnement revient en effet à imposer valeur sociétale accordée à la nature. La régulation nu-
une nouvelle forme de dépendance hiérarchique entre mérique de cette dernière renouvelle en effet la question
l’Homme et la nature là où l’interdépendance et la solida- de la valeur largement étudiée dans notre discipline75. Il
rité seraient plus à même de dessiner un projet de société va bien falloir donner une valeur à la nature pour que les
durable. En termes de gestion de la nature, on peut tout
de suite identifier des vices sous-jacents à la régulation 72. En ce qui concerne les territoires ruraux, le Conservatoire d’es-
numérique de la nature. Cette dernière pourrait rapi- paces naturels Normandie Ouest a par exemple lancé en 2017 un
programme régional d’espaces en libre évolution (PRELE) sur les
dement conduire à une forme de sélection des espèces territoires dont il a la charge. D’autres conservatoires comme le
végétales et animales en fonction de leurs caractéris- Conservatoire d’espaces naturels d’Auvergne ou le Conservatoire
tiques écologiques, ce que les politiques de lutte contre du Languedoc-Roussillon ont aussi développé des programmes
similaires.
les changements climatiques pourraient sévèrement ac- 73. S. BONTHOUX, L. VOISIN, S. BOUCHE-PILLON et S. CHOLLET, « More
centuer. Dans ce cas, comment pourrait-elle se concilier than weeds : spontaneous vegetation in streets as a neglected ele-
avec les politiques de conservation de la nature qui sug- ment of urban biodiversity », Landscape and Urban Planning, 2019/185,
pp. 163-172.
gèrent que des espaces soient laissés sans intervention 74. J. CARBONNIER, Sociologie juridique, Presses universitaires de
France, 2ème édition, Paris, 2004, 415 p.  ; P. AMSELEK, Brèves ré-
71. S. BROKA, « Le numérique carbure au charbon », Le Monde Diplo- flexions sur la notion de « source du droit », Archives de philosophie
matique, mars 2020, p.3. L’économie numérique représenterait plus du droit, tome 27, 1982, p. 253. Voir aussi C. THIBIERGE, « Sources du
de 4% de la consommation d’énergie primaire au niveau mondial et droit, sources de droits : une cartographie », in Mélanges en l’honneur
cette consommation augmente en moyenne de 9% par an. Cf. F. BOR- de P. Jestaz, Libres propos sur les sources du droit, Dalloz, Paris, 2006,
DAGE (dir.), «  Empreinte environnementale du numérique mondial  » p .540.
(PDF), GreenIT.fr, octobre 2019 et Maxime EFOUI-HESS (dir.), « Climat : 75. Voir par exemple M. HAUTEREAU-BOUTONNET et E. TRUILHE-MA-
l’insoutenable usage de la vidéo en ligne  », The Shift Project, Paris, RENGO, Quelle(s) valeur(s) pour la biodiversité ?, Mare & Martin, Paris,
juillet 2019. 2017, 325 p.

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outils numériques puissent renseigner les opérateurs et les protégés. C’est d’ailleurs pour ces raisons que le cinéaste
usagers en leur suggérant une gamme de choix et en leur Jean-Michel Bertrand, réalisateur des films « La vallée des
permettant d’en apprécier les conséquences76. En ce sens, il loups  » et «  Marche avec les loups  » a toujours refusé de
conviendrait de penser les liens entre les outils numériques communiquer l’entièreté de ces données dans le but d’évi-
et l’approche écosystémique promue par la Convention sur ter la destruction de ces espèces protégées par la Conven-
la Diversité Biologique. De cette façon, les zones humides tion de Berne de 1979 et la directive « Habitats » de 1992. Si
longtemps dépréciées pourraient par exemple être mieux cet exemple est un peu caricatural, il ne doit pas dissimu-
intégrées dans les politiques de planification en raison de ler les réels enjeux politiques et économiques que posent
leur participation essentielle au bien-être économique, sa- la connaissance des milieux, des espèces et des fonctions
nitaire et sociale d’une collectivité77. Toutes les recherches écosystémiques. Les « traces numériques » des espèces pro-
actuelles sur les solutions fondées sur la nature pourraient tégées devraient donc faire l’objet d’une attention toute par-
dès lors enrichir les algorithmes des outils numériques78. ticulière de la part du législateur. Dans l’hypothèse où les
Les indésirables d’hier pourraient alors devenir les désirés écosystèmes acquerraient des droits, on pourrait peut-être
de demain. Mais qu’adviendrait-il des indésirables à venir ? même envisager un parallèle audacieux avec le droit au
La maturation intellectuelle, éthique et psychologique de la respect de la vie privée ou bien encore le régime juridique
ville numérique est peut-être encore insuffisante pour mis en place dans le cadre du droit à l’oubli numérique82.
espérer qu’elle participe à la remise en cause de la « biparti- L’idée d’étendre la notion de données d’intérêt général aux
tion manichéenne »79 du monde vivant. thèmes clés de la transition écologique par exception à la
Deuxièmement, la question du statut juridique des directive européenne sur la protection juridique des bases
données numériques doit être étudiée. Cette probléma- de données83,  afin de pouvoir effectuer, à des fins de re-
tique doit permettre de concilier différents droits, parmi cherche, des traitements de masse sur des informations qui
lesquels le droit à un environnement équilibré et respec- y sont stockées, doit donc être scrupuleusement étudiée et
tueux de la santé et le droit au respect de la vie privée80. Il attentivement articulée avec les enjeux en matière de pro-
faut ici avoir à l’esprit que l’ouverture des données ne se fait tection de l’environnement. Le temps est donc désormais
pas toujours au service de la nature. Le « détournement des venu d’interroger le cadre juridique de l’intelligence artifi-
données environnementales fournies par les objets connectés cielle écologique.
au profit de personnes malintentionnées »81 est une hypothèse Parmi les autres nombreuses problématiques
qu’il faut sérieusement envisager. La science ouverte peut posées par la régulation numérique de la nature, on
effectivement aller à l’encontre de la législation en matière identifie troisièmement des dérives latentes quant au
de protection des espaces et des espèces, même les plus risque de fin de l’autonomie de la délibération publique.
L’équipement connecté est et reste un équipement de
76. A. PICON, Smart cities. Théorie et critique d’un idéal auto-réalisa- pouvoir et par conséquent un équipement de maîtrise de
teur, éditions B2, Paris, 2013, 120 p. la nature. La difficulté est que cette maîtrise de la nature
77. Voir https://theconversation.com/un-outil-pour-mesurer-concre- se répercute dans le champ politique par une maîtrise
tement-les-apports-de-la-biodiversite-130020
78. Cf. UICN, Définition des solutions fondées sur la nature, Motion quasi-complète de la délibération. Les représentations et
WCC-2016-Res-069-FR, Congrès de l’UICN par exemple les travaux de les discours peuvent être en effet rapidement parés des
l’UICN, Hawaï, septembre 2016. vertus de la science à laquelle est classiquement attri-
79. S. JOLIVET, «  L’espèce protégée de la loi de 1976 est-elle encore
menacée ? », Droit de l’environnement, juin 2016, nº246, p. 223. buée le privilège de la vérité. Ce sont ces menaces tacites
80. On évacuera ici les risques sanitaires que peuvent présenter les
infrastructures et le régime juridique qui doit par conséquent leur être 82. M.-P. CAMPROUX DUFFRENE, « Réflexion critique sur l’attribution de
réservé, mais il convient d’avoir à l’esprit que ces éléments sont eux droits aux écosystèmes. Pour une approche par les communs  », in
aussi juridiquement déterminants pour la construction d’une société C. VIDAL et J.-P. MARGUENAUD, Droits des êtres-humains et droit des
durable et juste d’un point de vue social et environnemental. autres entités : une nouvelle frontière ?, Mare & Martin, Paris, à paraître
81. S. NADAUD, « Nature connectée : quelles conséquences pour la en 2020.
protection des droits environnementaux de l’Homme ? » in R. ENCINAS 83. Directive 96/9/CE du Parlement européen et du Conseil, du 11
DE MUNAGORRI et al. (dir.), Sciences et droits de l’Homme, Mare & Mar- mars 1996, concernant la protection juridique des bases de données,
tin, 2017, p. 199. J.O.U.E. du 27 mars 1996.

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ARTÍCULOS

qui mettent en péril le bien-fondé de la délibération son sens87. Si la ville intelligente permet d’optimiser la
humaine. D’une part, la naturalisation des systèmes d’in- gestion des ressources par le traitement automatisé de
formation promeut une vision scientifico-technique de données, il est essentiel que les pouvoirs publics et les
la nature éloignée de tout rapport de sensibilité84. D’autre citoyens soient impliqués dans la gouvernance de ces
part, tout en sachant que les fondements des discussions outils pour contrôler les effets produits par les algo-
à venir seront les données récoltées par les algorithmes, rithmes. De cette manière, le numérique ne serait non
se pose la question de savoir si la démocratie à l’heure pas au service de la nature, mais bel et bien au service
des TIC n’est pas un oxymore. Dans un tel cas, il y aurait des femmes et des hommes désireux de la protéger. Pour
d’un côté les données justes – celles recueillies par les in- l’heure, rien ne permet donc d’affirmer avec certitude
frastructures - et de l’autre la pensée des êtres humains, que l’intelligence artificielle pourra démocratiquement
incertaine, autrement dit aléatoirement juste, le juste « contribuer à diminuer toutes nos consommations et à am-
étant dans cet univers un construit alors que dans le plifier toutes nos actions en faveur du respect et de la restau-
champ numérique, il apparaît comme « un matériau prêt ration des écosystèmes  » comme le prétend pourtant le
à l’usage »85, en résumé, une vérité. La réflexion humaine, récent rapport de C. Villani88. Ainsi, tandis que la fiction
le dialogue, l’échange, le compromis et le consensus juridique a depuis des siècles servie l’utopie démocra-
n’ont alors plus la même place et le même intérêt. Par tique au point de former entre elles un tout solidaire, rien
ailleurs, en dépit de tous les chantiers mis en place par ne laisse encore entrevoir que la mobilisation du numé-
le gouvernement, la fracture numérique est bien réelle. rique participera aux renouvellements démocratiques
De « fausses » confiances pourraient dès lors s’immiscer et écologiques envisagés tant par les pouvoirs publics
dans les interstices de cette fracture numérique et ainsi que par la société civile. Pour cause, de la même manière
déstabiliser les institutions administratives contempo- qu’une expérience scientifique vise à voir son objet et
raines en accentuant les problèmes démocratiques. La construit rationnellement son protocole en conséquent,
confiance passe en effet par la participation à la construc- les mesures adoptées dans la ville intelligente ont un
tion de l’institution, ce que les droits procéduraux garan- objectif, une ligne de mire. Les capteurs ne sont pas dis-
tissent. Toutefois, dans un contexte de fracture, cette posés arbitrairement mais poursuivent toujours une fin.
confiance est ébranlée86. La réception institutionnelle de Or il faut bien garder à l’esprit que les données produites
la méfiance pourrait entraîner des pratiques verticales et peuvent postérieurement être valorisées à d’autres fins.
inégalitaires dans la prise de décision publique, mettant
en péril les efforts récemment déployées en matière de
transparence de l’action publique.
À la lumière de l’ensemble de ces éléments, la pro-
position de renforcer la transparence des systèmes de
calcul dans la ville intelligente contenu dans le livre
blanc Numérique et environnement de 2018 prend tout

87. IDDRI, FING, WWF France, GreenIT.fr (ed.), Livre blanc Numérique
84. Y. CHEVALIER, « Les systèmes d’information : une gouvernance en et Environnement, 2018, 34 p. Le livre blanc Numérique et environne-
réseaux pour l’entreprise et les organisations ? », in L. VIERA et N. PINE- ment de 2018 a dressé les chantiers à mettre en place pour assurer la
DE (dir.), Stratégies du changement dans les systèmes et les territoires, convergence des transitions décrites plus haut. Quatre catégories ont
op.cit., p.17. été identifiées : 1ºréduire l’empreinte écologique du numérique, 2ºu-
85. John DEWEY, La quête de certitude ; une étude de la relation entre tiliser le numérique pour mieux concevoir les politiques écologiques,
connaissance et action, Paris, Gallimard, 3ºsoutenir l’innovation numérique en faveur de l’écologie et 4ºmobili-
2014, 334 p. Cité in M. CHOPPLET, « Smart city : quelle intelligence pour ser le potentiel des données au service de la transition écologique.
quelle action  ? Les concepts de J. Dewey, scalpels de la ville intelli- 88. C. VILLANI (dir.), Donner un sens à l’intelligence artificielle. Pour une
gente », Quaderni, 2018/2, p.75. stratégie nationale et européenne, Rapport dans le cadre de la mission
86. N. LUHMANN, La Confiance. Un mécanisme de réduction de la com- parlementaire confiée par le 1er Ministre du 8 septembre 2017 au 8
plexité sociale, Economica, Paris, 2006, 123 p.105. mars 2018, p.130.

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Quema de residuos sólidos urbanos.

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ARTÍCULOS

Guillermo J. Holsman

Estrategias e incentivos para lidiar con los


residuos sólidos urbanos

Guillermo J. Holsman Qué hacer con aquello que ya no necesitamos ha


LLM por la New York University.
sido una incógnita y, en muchos casos, también un pro-
blema desde el comienzo de las sociedades sedentarias.
Si bien en un comienzo la cantidad de material descarta-
do era muy inferior a los volúmenes que se manejan en
las sociedades contemporáneas, la necesidad de desha-
cerse de ese material de forma adecuada no era menor.
Desde la construcción de la Cloaca Maxima en la
Roma del Siglo VI AEC hasta la ejecución del Sistema
Riachuelo en la Buenos Aires del Siglo XXI EC. Desde las
montañas de residuos que se formaban en las puertas de
las ciudades medievales a la construcción de grandes re-
llenos sanitarios. La historia de la humanidad está acom-
pañada de residuos y de diferentes técnicas para lidiar
con ellos.1
Pero si bien la historia del manejo de los residuos
es importante, resulta aún más importante su actuali-
dad. En este trabajo se revisarán diferentes enfoques
y modelos existentes con respecto al manejo de los

1. Si bien no todos estos residuos constituyen la misma categoría


de residuos, y consecuentemente no son tratados ni abordados de la
misma manera, se toman estos ejemplos de todos modos para ilus-
trar la importancia histórica del tema en estudio.

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residuos urbanos y se buscará arribar a una posible so- Pero si en cambio debemos entender por desecho a
lución para lidiar con algunos de ellos. aquello que ya no tiene un uso, entonces si tenemos un
Pero antes de empezar por el cómo, debemos problema con los residuos reciclables y reutilizables,
empezar por el qué. Entonces, comencemos por definir puesto que por definición esos residuos todavía tienen
qué vamos a entender por residuos urbanos y por algún uso, ya sea en su forma actual o previa transforma-
su gestión, para poder pasar luego a cómo es y cómo ción fisicoquímica.
debería ser esa gestión. Esta posible problemática fue discutida por la Corte
Las sociedades generan una gran cantidad de re- Suprema de Justicia de la Nación en el fallo INVAP,3 en
siduos de diversos tipos. La que nos interesa particu- donde una persona pretendía invalidar un acuerdo entre
larmente en este trabajo es la variedad de residuos el INVAP y la Australian Nuclear Science & Technology
“urbanos”, que se diferencian particularmente de los con- Organization por la provisión de un reactor nuclear y el
siderados “rurales”. eventual tratamiento del combustible gastado. Si bien no
A su vez, dentro de esta categoría de residuos fue lo que decidió el caso, ya que la Corte falló en favor de
“urbanos”, nos enfocaremos particularmente en los con- INVAP por otros motivos, se discutió y se hizo hincapié
siderados “domiciliarios”, que en la legislación argen- en la diferencia entre el desecho nuclear y el combusti-
tina se definen como “[...] aquellos elementos, objetos o ble gastado, ya que este último no sería considerado un
sustancias que como consecuencia de los procesos de desecho, al poder ser transformado y aún utilizado.4
consumo y desarrollo de actividades humanas, son des- Esta diferencia entre lo que es y no desecho puede
echados y/o abandonados”.2 Por lo tanto, no considerare- implicar un trato diferente de las sustancias desechadas,
mos en este trabajo los residuos industriales o aquellos ya que podría implicar la necesidad de aplicar diferentes
que requieran un tratamiento especial y específico, criterios al momento de su recolección. Sin embargo, la
como ser los peligrosos, radiactivos o patogénicos. legislación argentina no hace esta diferencia.
Como puede observarse, la definición de residuo do- Una vez que identificamos qué es un residuo
miciliario que brinda la normativa argentina no permite debemos analizar qué hacer con él. Este proceso es co-
diferenciarlos de aquellos que no son estrictamente de nocido como gestión de residuos y consiste en una serie
procedencia domiciliaria. Ello toda vez que “los procesos de pasos que, para la legislación argentina, consta de
de consumo y desarrollo de actividades humanas” que siete etapas: generación, disposición inicial, recolección,
según la normativa les dan origen, podrían desarrollarse transferencia, transporte, tratamiento y disposición
en la industria, el comercio o cualquier otro tipo de acti- final.5
vidad humana. Por lo tanto, entenderemos por residuos Al ser una ley de presupuestos mínimos, la
a aquellos elementos, objetos o sustancias que son desecha- Ley Nº 25.916 es poco más que un endeble andamiaje de
dos y/o abandonados. criterios e instrucciones generales que las jurisdicciones
Si bien este recorte es aún bastante amplio, entien- locales deben tener en cuenta al momento de regular
do que puede ser también en algún punto problemático la materia propia de la ley. Por este motivo, esta ley no
a la hora de tratar cierto tipo de residuos, en particular provee demasiados detalles sobre las diversas etapas de
los reciclables y reutilizables. Este problema se debe a la gestión de residuos, más allá de una sucinta descrip-
qué debe entenderse por desechado. Si se debe enten- ción de cada una. Por lo tanto, será necesario recurrir a
der solamente algo apartado o excluido, entonces el pro- leyes locales para poder analizar con mayor detalle este
blema no es tal, ya que basta con que se separe algo de,
digamos, el hogar, para que se lo considere desechado y 3. Corte Suprema de Justicia de la Nación, “Schroder, Juan c/INVAP
S.E. y E.N. s/ Amparo”, 2010, Fallos 333:570,
por lo tanto residuo. 4. Si bien el caso INVAP versa sobre un tipo de residuo que advertí iba
a excluir del análisis, me parece de todos modos ilustrativo para resal-
tar la importancia de la distinción entre lo que es considerado desecho
y lo que no, puesto que el tratamiento que reciben uno y otro puede ser
2. Ley Nº 25.916 de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental muy diferente.
para la Gestión Integral de Residuos Domiciliarios, Artículo 2º. 5. Ley Nacional Nº 25.916, Artículo 3º.

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ARTÍCULOS

proceso. Para eso recurriré más adelante a las Leyes faciliten su reutilización, reciclado, valorización o per-
Nº 1854 y Nº 5991 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. mitan la eliminación menos perjudicial para la salud
Antes de pasar a las normas locales, me gustaría humana y el ambiente.”9
hacer hincapié en dos aspectos de la gestión de residuos En sintonía con este criterio que deben seguir
urbanos. La primera de ellas es la que considero debería quienes introducen productos pasibles de ser conver-
ser la primera etapa del circuito; una etapa anterior a la tidos en residuos, la ley establece como uno de sus ob-
generación. Me refiero a una etapa de planificación y jetivos específicos el de “[p]romover la reducción del
reducción de los materiales que eventualmente puedan volumen y la cantidad total de residuos sólidos urbanos
convertirse en residuos. El segundo aspecto es la nece- que se producen”. No la de reducir la cantidad de resi-
sidad de generar incentivos en la población para poder duos destinados a disposición final, sino la cantidad de
cumplir con las metas ambientales deseadas y lograr residuos que se producen.
que los residuos sean descartados de la forma más efi- Este compromiso por reducir la cantidad de resi-
ciente posible. Volveré sobre este punto más adelante. duos generados encuentra mayor respaldo en los obje-
La etapa previa no es lo suficientemente considera- tivos de tratar de modificar las actividades que “generen
da en la Ley Nº 25.916, la que se limita a mencionar como residuos difíciles o costosos de tratar, reciclar y reutili-
parte de sus objetivos el de “[l]ograr la minimización de zar”10 y eventualmente los productores de esos residuos
los residuos con destino a disposición final”.6 “de difícil o imposible reciclaje se [hagan] cargo del reci-
Si bien es cierto que podría interpretarse en este claje o la disposición final de los mismos”.11
objetivo que se pretende minimizar los residuos con Más aún, la norma pone en cabeza de un grupo de
destino a disposición final mediante la minimización de generadores, a los que llama generadores especiales,12 la
los residuos que se producen en primer lugar, no existe obligación de “adoptar medidas tendientes a disminuir
nada en el texto de la norma que permita inferir eso. Ese la cantidad de residuos sólidos urbanos que generan”.13
objetivo parecería estar orientado más a la revaloriza- Sin embargo, y a pesar de lo que dice la norma local,
ción o recuperación de lo que la sociedad descarta de no existe una política pública para llevar a cabo todas
manera incremental. estas metas. Existe una serie de requisitos que se deben
En efecto, el mismo Artículo 4º establece en su cumplir para alcanzar una serie de objetivos, pero no
inciso b) como otro de sus objetivos el de “[p]romover existe una hoja de ruta para llegar ahí.
la valorización de los residuos domiciliarios”.7 Por otro Si bien es cierto que existen algunos programas des-
lado, no hace ninguna mención a la disminución de la tinados a cierto tipo de residuos, como en el caso de las
generación de residuos. pilas, no se han tomado medidas similares para lidiar
Afortunadamente, esta deficiencia de la norma con otro tipo de residuos, aun cuando la metodología
nacional de presupuestos mínimos es suplida por la podría ser similar, si no idéntica. Veamos con un ejemplo
Ley Nº 1854 de la CABA, la que establece que el “[...] produc- puntual cómo sería eso posible.
tor, importador, distribuidor, intermediario o cualquier En la órbita de la Ciudad Autónoma de Buenos
otra persona responsable de la puesta en el mercado de Aires se sancionó la Ley Nº 5991 de Gestión Ambiental
productos que con su uso se conviertan en residuos”8 de Pilas en Desuso, mediante la cual se considera a las
deben cumplir con una serie de criterios. pilas como Residuos Sólidos Urbanos Sujetos a Manejo
Entre esos criterios se encuentran la obligación de
“[e]laborar productos o utilizar envases que, por sus ca- 9. Ibídem, Artículo 9º, inciso a.
racterísticas de diseño, fabricación, comercialización 10. Ibídem, Artículo 9º, inciso i.
11. Ibídem, Artículo 9º, inciso n.
o utilización, minimicen la generación de residuos y 12. La Ley de la CABA toma la definición de generador especial que
da la Ley Nacional, la que los define como “aquellos generadores que
producen residuos domiciliarios en calidad, cantidad y condiciones
6. Ley Nacional Nº 25.916, Artículo 4º, inciso d). tales que, a criterio de la autoridad competente, requieran de la imple-
7. Ibídem, inciso b). mentación de programas particulares de gestión...”
8. Ley CABA Nº 1854, Artículo 9º. 13. Ley de la CABA Nº 1854., Artículo 14, inciso a.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Especial. La ley define Residuo Sólido Urbano Sujeto Más allá de las dificultades que puedan surgir al
a Manejo Especial a “[...] aquellos que por su tamaño, momento de buscar el destino final de las pilas usadas,
volumen, cantidad y/o sus potenciales características entiendo que la Ley Nº 5991 posee un problema aún
de peligrosidad, nocividad o toxicidad, deben sujetarse a mayor: los incentivos. La norma ofrece pocos incen-
un Plan de Gestión Ambiental diferenciado del resto de tivos a los sujetos obligados para cumplir con ella, y
los Residuos Sólidos Urbanos”.14 nulos incentivos a los consumidores para contribuir a su
Según la misma ley, este plan consiste en un “[...] cumplimiento.
conjunto de actividades interdependientes y comple- La Ley Nº 5991 ofrece muy pocos incentivos a los
mentarias entre sí destinadas a recolectar, transportar, sujetos obligados para dar cumplimiento a la norma. Bá-
valorizar, tratar y disponer los residuos de éstas, de- sicamente los incentivos son la necesidad de contar con
biendo adecuarse a programas y planes de manejo es- un Plan de Manejo (se asume que es necesario para poder
pecíficos”.15 Adicionalmente, y a fin de cumplir con sus operar, aunque la norma no lo diga), y la pasibilidad de
objetivos, la norma permite emplazar contenedores de ser sancionado con una multa en caso de incumplir.19
recepción de pilas en lugares de acceso público e ins- La norma no provee de ningún incentivo al con-
talaciones del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sumidor de pilas para deshacerse de las pilas de forma
(G.C.B.A.), cuyo mantenimiento y gestión dependerá de sustentable, más allá del sentido de deber que cada in-
los productores, importadores, distribuidores e interme- dividuo posea. Más aún, la norma le impone una carga,
diarios, que son los sujetos obligados.16 que es la de llevar las pilas usadas a algún punto de reco-
Los sujetos obligados deberán presentar un plan de lección, que puede ser el comercio donde se adquirieron
manejo, el cual deberá cumplir con una serie de requisi- u otro lugar. Esto resulta especialmente importante ya
tos, entre los cuales se encuentra el “tratamiento y/o dis- que la captación de las pilas usadas es una de las obli-
posición final del residuo”,17 que es lo esperable de una gaciones de los sujetos obligados, que podrían ver frus-
norma que lidia con residuos, sean estos peligrosos o no. trados sus objetivos por la falta de “cooperación” de los
Puesto que en el territorio de la República Argentina consumidores.
no existen plantas de tratamiento y recuperación de Como adelanté más arriba, entiendo que es fun-
pilas, la única alternativa viable entonces es la disposi- damental a la hora de diagramar este tipo de políticas
ción final o la exportación de las pilas usadas. La disposi- públicas la correcta distribución de incentivos puesto
ción final de las pilas usadas podría representar algunos que, si se deja todo librado a la buena voluntad de las
problemas para la Ciudad de Buenos Aires, puesto que partes intervinientes, estaremos en igual situación que
la misma no cuenta con rellenos de seguridad en su te- si no contásemos con norma alguna. Evidentemente, si
rritorio, lo que obligaría al envío de las pilas usadas al todos nos deshiciéramos de nuestros residuos de forma
territorio de otra jurisdicción, lo que implicaría invaria- sustentable, no habría necesidad de obligar a alguien a
blemente el tránsito por el territorio de la Provincia de hacerlo de una u otra manera.
Buenos Aires, que cuenta con una prohibición de ingreso Probablemente no existe mejor incentivo que el
de residuos peligrosos en su territorio.18 económico. Una forma posible de incluir un incentivo
económico en este sistema es mediante un esquema de
depósito y devolución. Este esquema consiste en el pago
14. Ley de la CABA Nº 5991., Artículo 1º.
15. Ibídem, Articulo 3º. de un extra al momento de adquisición del producto, y la
16. Ibídem. devolución de esa suma al momento de entregar el pro-
17. Ibídem., Artículo 41. ducto en la forma en que se pretende que se haga.
18. Constitución de la Provincia de Buenos Aires, Artículo 28. La nor-
ma en cuestión habla de “prohibir el ingreso en el territorio de residuos
tóxicos”, que si bien puede ser entendido o no como sinónimo de pe-
ligroso, entiendo que ambas acepciones aplicarían a las pilas usadas.
La discusión sobre la constitucionalidad de esa prohibición y si las parece importante remarcar la existencia de un potencial conflicto en
pilas usadas deben ser consideradas o no como un residuo peligroso el cumplimiento de una norma local.
en los términos de la Ley Nº 24.051 exceden a este trabajo, pero me 19. Ley de la CABA Nº 5991, Artículo 12.

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ARTÍCULOS

Este sistema no sería novedoso para el consumidor 843.000 botellas de plástico de 1.5 litros,25 en un área de
argentino, ya que es un esquema ampliamente usado cobertura con una población de alrededor de 15 millones
por las compañías de bebidas gaseosas, tanto con y sin de habitantes.
alcohol,20 que cobran una suma extra al momento de ad- En el sistema noruego se incluye un logo identifi-
quirir la botella, para luego poder “reutilizar” la botella catorio en los envases que forman parte del esquema,
a modo de canje por una nueva al momento de realizar para que los consumidores puedan saber fácilmente
una nueva compra. En Argentina usualmente es menos qué envases deben llevar a reciclar. Los envases vacíos
depósito y devolución y más depósito y trueque, pero la pueden ser llevados a cualquier local que venda las
metodología no resulta extraña. bebidas identificadas con el logo, que están obligados
Este esquema podría aplicarse tranquilamente a las a aceptarlos. Los locales pueden elegir de qué manera
pilas, cobrando un extra por pila adquirida, generando recibir los envases, ya sea de forma manual o mediante
así un incentivo en los consumidores para deshacerse una “máquina expendedora inversa”, que recibe botellas
de las pilas de forma correcta, y recibir así su depósito y emite un comprobante, y devuelve el depósito.26
inicial. Este esquema está a cargo de Infinitum, una
Entonces, al existir una norma específica para un empresa formada por empresas de los sectores de pro-
residuo considerado de manejo especial, y al haber un ducción de bebidas y de ventas de bebidas, en partes
esquema familiar, podría considerarse la expansión de iguales. En definitiva, por los principales actores dentro
este andamiaje normativo para incluir más residuos de este sistema, además de los consumidores, claro.
considerados de manejo especial. Creo que un gran Es esta empresa la encargada de la infraestructu-
candidato para un próximo paso en el manejo de los ra del esquema de depósito y devolución en Noruega,
residuos domiciliarios son los envases de bebidas de mediante la colocación de las “máquinas expendedoras
plástico y aluminio. Son bienes de consumo masivo, la inversas”, de la recolección de los envases vacíos, de su
infraestructura para su recolección y reciclaje existe, y transporte y de su reciclaje.
las experiencias en el mundo son muy prometedoras. El caso noruego agrega una complejidad mayor, ya
Me gustaría mencionar brevemente el caso noruego, que existe un impuesto ambiental que grava los envases
un caso paradigmático sobre reciclaje de envases de de bebidas. Como incentivo adicional, se exime del pago
bebidas, ya que suele servir como modelo de muchos de ese impuesto si se alcanza cierta taza de retorno de los
otros. Allí se utiliza un sistema de depósito y devolu- envases, que actualmente está fijada en 95%. Los miem-
ción para casi todos los envases de plástico PET21 y de bros del esquema de depósito y devolución a través de
aluminio,22 Noruega recicló en 2019 casi 600 millones de Infinitum lograron esa taza de retorno en al menos dos
latas de aluminio y más de 556 millones de botellas de ocasiones desde el 2012.27
plástico PET,23 con una población de menos de 5 millo- Lo hasta acá dicho demuestra que es posible reducir
nes y medio de habitantes. En contraste, según datos del la cantidad de residuos producidos mediante la reutili-
CEAMSE24, en el primer trimestre de 2020 se reciclaron zación de algunos productos que en la actualidad no se
aprovechan, o no se hace de forma competente.
Es importante destacar la existencia de programas
20. En este caso, las empresas embotelladoras no están obligadas a exitosos en el mundo, utilizando una infraestructura no
llevar adelante este esquema. Sin embargo, resulta más económico
levar y reutilizar, o reciclar y reutilizar, los envases recuperados que
tener que producir un envase desde cero. Es un incentivo económico
-reducir costos- el que lleva a las empresas a tomar esta medida.
21. Polietileno Tereftalato 25. La información proviene del inicio de la página del CEAMSE, aun-
22. Algunos productos como jugos, bebidas vegetales, leche, produc- que no provee ningún otro tipo de información que ese. Disponible en
tos lácteos o de cacao están exentos de este sistema. https://www.ceamse.gov.ar
23. Infinitum, 2019 in numbers, disponible en https://infinitum.no/ 26. Infinitum, Collection schemes, disponible en https://infinitum.no/
english/deposit-facts-of-2013 (en inglés) english/collection-schemes
24. La Coordinación Ecológica Área Metropolitana Sociedad del 27. Infinitum, Annual Report 2019, disponible en https://infinitum.no/
Estado articles-in-english/infinitum-annual-report-2019/

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

muy disímil a la existente hoy en Argentina, y en parti-


cular en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
La introducción de los incentivos correctos puede
ayudar a aumentar las tasas de retorno de productos re-
ciclables, permitiendo así reducir considerablemente
la generación de residuos, en particular en las grandes
urbes.

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ARTÍCULOS

Puente Avellaneda reflejado, CABA.

PÁGINA 179 / NOVIEMBRE 2021 Foto: gentileza/Peter Bauza


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Norbert Foulquier

La tarification sociale du service de l’eau


La tarifa social del servicio de agua

Norbert Foulquier L’accès à l’eau potable est un besoin vital dont une
Profesor de derecho público en la
trop large partie de la population mondiale est encore
Université Paris 1 - Panthéon-Sorbonne.
Codirector del SERDEAUT. malheureusement privée. Ce n’est donc pas un hasard
si la plupart des villes se trouvent à proximité des cours
d’eau et si l’accès à ce bien naturel, via la construction de
réseaux d’acheminement et de traitement, a accompagné
l’urbanisation de tous les pays depuis le XIXe siècle. Les
imbrications des enjeux de la salubrité publique et de
l’urbanisation n’ont fait qu’encourager ce mouvement1.
Toutefois, même dans les pays globalement riches,
tous les habitants ne bénéficient pas des services de
distribution d’eau potable et d’assainissement. Soit les
réseaux ne couvrent pas tout leur territoire, soit le tarif
de l’accès à ces services est trop élevé. Cette dernière
cause peut surprendre car comparé à d’autres presta-
tions, le prix de l’eau potable semble très modique. Ainsi,
en France, pour les particuliers, le prix du litre d’eau via
les réseaux publics est de 0,0030 euros en moyenne.
Selon Eaufrance, un service public officiel d’information
sur l’eau, en 2014, un ménage français dépensait 477,60

1. J.-L. HAROUEL, L’eau dans le paysage urbain depuis le Moyen Age,


p. 1397, Pour un droit commun de l’environnement. Mélanges en l’hon-
neur de Michel Prieur, Paris, Dalloz, 2007.

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ARTÍCULOS

euros par an, pour une consommation de 120 m3. Dans à l’eau potable dans des conditions économiquement ac-
les autres pays européens, les prix sont souvent un peu ceptables par tous. /Les coûts liés à l’utilisation de l’eau, y
plus élevés mais cela s’explique par les caractéristiques compris les coûts pour l’environnement et les ressources
géographiques du pays (la longue façade maritime et la elles-mêmes, sont supportés par les utilisateurs en tenant
rareté de l’eau douce au Danemark) ou par des taxes spé- compte des conséquences sociales, environnementales
cifiques comprises dans le prix de l’eau (l’impôt pour la et économiques ainsi que des conditions géographiques
protection des digues aux Pays-Bas ; la taxe sur le traite- et climatiques ».
ment des eaux de pluie en Allemagne)2. De plus, en vertu de la loi nº 2007-290 du 5 mars 2007
En réalité, si ce prix paraît faible en absolu, il se instituant le droit au logement opposable et portant di-
révèle relativement élevé pour les populations pauvres. verses mesures en faveur de la cohésion sociale, la distri-
La paupérisation d’une frange de la population trans- bution d’eau ne peut pas être interrompue, même en cas
forme l’accès à l’eau potable en un véritable problème de non-paiement des factures (art. L. 115-3 du code de l’ac-
social qui vient amplifier et complexifier le droit au loge- tion sociale et des familles). Le Conseil constitutionnel a
ment, tout en constituant un problème environnemental reconnu cette disposition conforme à la Constitution par
de premier ordre car l’eau est un bien fragile, surtout dans sa décision du 29 mai 2015, en faisant découler cette in-
les espaces urbanisés. Et ce problème s’aggrave lorsque terdiction de l’objectif à valeur constitutionnelle de droit
se développent des politiques de privatisation de l’eau3. à un logement décent6. Mais comme le précise le Conseil
La réaction a été l’adoption d’une Charte sociale constitutionnel, cette disposition ne supprime pas l’obli-
de l’eau, par l’Académie de l’eau. De son côté, le Conseil gation pour les usagers en situation de précarité d’hono-
Européen sur le Droit de l’Environnement4 a adopté un rer leurs dettes envers le fournisseur d’eau. Celui-ci peut
rapport sur le droit à l’eau, mais ces textes ne sont pas donc engager des actions en justice pour recouvrer ses
juridiquement contraignants. Des traités internationaux créances et aggraver la situation financières de ces per-
donnent une assise juridique au droit à l’eau5, mais leur sonnes. Pour éviter ces situations, le plus simple est de
sanction en cas de non respect restent difficile. Quant à réduire le prix de l’eau.
la France, le droit à l’eau y a un fondement juridique : ce- En France, cette réponse à ce grave problème de
lui-ci n’est pas constitutionnel, mais législatif, ce qui n’est santé publique et de réalité des droits fondamentaux a
pas sans conséquence. tardé, car l’idée d’une tarification sociale de l’accès à l’eau,
Depuis la loi nº2006-1772 du 30 décembre 2006, l’ar- c’est-à-dire d’une tarification plus favorable aux ménages
ticle L. 210-1 du code de l’environnement dispose : « L’eau ayant de faibles revenus, a longtemps été exclue par le lé-
fait partie du patrimoine commun de la nation. Sa pro- gislateur (I). Il n’en a pleinement admis le principe qu’en
tection, sa mise en valeur et le développement de la res- 2019 (II). Toutefois, ce progrès fait paradoxalement ressor-
source utilisable, dans le respect des équilibres naturels, tir quelques injustices (III).
sont d’intérêt général. / Dans le cadre des lois et règle-
ments ainsi que des droits antérieurement établis, l’usage
de l’eau appartient à tous et chaque personne physique, I – Une tarification sociale de l’eau longtemps
pour son alimentation et son hygiène, a le droit d’accéder impossible

2. Site de Que-choisir, « le prix de l’eau. L’impossible comparaison eu- Longtemps, les dispositions législatives ont interdit
ropéenne », 2013. aux communes, qui sont responsables du service public
3. H. SMETS, L’eau n’est pas une marchandise ordinaire, p. 1469, Pour de l’eau, de fixer des tarifs variant en fonction de la ri-
un droit commun de l’environnement. Mélanges en l’honneur de Michel
Prieur, Paris, Dalloz, 2007. chesse des consommateurs.
4. https://www.worldwatercouncil.org/fileadmin/wwc/Programs/ En effet, en vertu de l’article L. 2224-1 du code général
Right_to_Water/Pdf_doct/eau_CEDE_20021_01.pdf des collectivités territoriales, « les budgets des services
5. B. DROBENKO, Petite histoire d’un droit en devenir : le droit à l’eau, p.
109, Patrimoine vivant, entre nature et culture. Mélanges en l’honneur
de Jérôme Fromageau, Paris, Mare & Martin, 2019. 6. Conseil const., 29 mai 2015, nº 2015-470 QPC.

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publics à caractère industriel ou commercial exploi- l’ensemble du territoire, mais de façon progressive. Dans
tés en régie, affermés ou concédés par les communes, un premier temps, elle a fait l’objet d’une expérimenta-
doivent être équilibrés en recettes et en dépenses ». L’ar- tion. Elle n’a été généralisée qu’en décembre 2019.
ticle L. 2224-2 précisant qu’il « est interdit aux communes
de prendre en charge dans leur budget propre des dé-
penses au titre [de ces] services publics  ». Or le service A – L’expérimentation de la tarification sociale
public de l’eau a été qualifié de service public à caractère de l’eau
industriel ou commercial : les communes ne pouvaient
donc pas fixer des tarifs de l’eau inférieurs à coût réel de La mise en place de la tarification sociale de l’eau en
ce service. Les personnes pauvres en ont fait les frais. Et France a d’abord été autorisée seulement dans quelques
ce d’autant plus que la jurisprudence administrative in- communes. En effet, par la loi nº 2013-312 du 15 avril 2013
terdit que le tarif maximum pour un service public soit dite « Brottes » du nom du député qui en a été le rappor-
supérieur à son coût de revient, ce qui aurait permis que teur à l’Assemblée nationale, le Parlement a autorisé à
les usagers aisés compensent les rabais accordés aux titre expérimentale l’intégration de critères sociaux dans
pauvres afin que le budget du service soit à l’équilibre. le montant des redevances de ces services. Ce recours
La raison de cette interdiction de financement par par l’expérimentation doit, à notre avis, tout autant à un
le budget communal du service public de l’eau est la souci de bonne légistique qu’à la crainte qu’inspirait aux
volonté des pouvoirs publics « de ne pas porter entrave à pouvoirs publics étatiques la remise en cause de l’article
la concurrence »7. C’est pourquoi « ces activités sont sou- L. 2224-1 du code général des collectivités territoriales.
mises à un équilibre budgétaire strict, dont les conditions Initialement, cette expérimentation devait durer
sont définies aux articles L. 2224-1, L. 2224-2 et L. 2224-4 seulement cinq ans. Mais, comme elle a eu du mal à se
du Code général des collectivités territoriales (CGCT). mettre en place, elle a pris du retard. Il fallut que la loi
Dans un objectif de transparence des tarifs et de vérité nº 2018-1317 du 28 décembre 2018 de finances pour 2019
des prix, les recettes propres du service doivent couvrir la proroge jusqu’au 15 avril 2021. Près de 50 collectivités
l’intégralité de ses dépenses, à l’exclusion de toute prise ont participé à cette expérimentation. Finalement, au
en charge par le budget de la commune, sous forme de cours de l’année 2019, un rapport d’évaluation a été établi.
subvention d’équilibre ou de financement par le budget Celui-ci n’était pas particulièrement encourageant car il
principal de certaines dépenses ». soulignait la difficulté pour les communes d’identifier la
Dit autrement, c’est parce que le législateur a imposé population ayant besoin de la tarification sociale de l’eau
que le service public de distribution de l’eau et de son as- et de mesurer les effets bénéfiques de cette politique8.
sainissement fonctionne sur le modèle de l’entreprise Toutefois, le contenu de cette évaluation très super-
et surtout, ce faisant, parce qu’il a considéré que l’eau est ficielle n’a pas arrêté le gouvernement et le parlement
un bien marchand, qu’il a interdit jusqu’aux années 2010 a généralisé la tarification sociale de l’eau en décembre
toute forme de tarification sociale de l’eau. 2019.

II – La tarification sociale de l’eau aujourd’hui B – La généralisation de la tarification sociale de


admise l’eau

La tarification sociale de l’eau a été acceptée tardive- La tarification sociale de l’eau a été généralisée sur
ment en France. Elle n’a pas été instaurée d’un coup sur l’ensemble du territoire français par l’article 15 de la loi

7. Par ex. voir la réponse ministérielle nº 103591 à une question parle-


mentaire : http://questions.assemblee-nationale.fr/q12/12-103591QE. 8. https://www.ecologique-solidaire.gouv.fr/sites/default/files/Rap-
htm. port_experimentation_eau_loi-Brottes_2019_0.pdf

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ARTÍCULOS

nº 2019-1461 du 27 décembre 2019 relative à l’engagement Cette aide prend des formes différentes. Elle peut
dans la vie locale et à la proximité de l’action publique. passer par une tarification spéciale ou une aide finan-
Cette disposition a introduit un nouvel article L. cière permettant de supporter la tarification de droit
2224-12-1-1 dans le code général des collectivités terri- commun. Les textes ouvrent la faculté d’instaurer une
toriales. Selon son premier alinéa, « Les services publics tarification dégressive en fonction du nombre de per-
d’eau et d’assainissement sont autorisés à mettre en sonnes et des revenus et de la compléter par une aide
œuvre des mesures sociales visant à rendre effectif le financière pour les familles les plus miséreuses. Cette
droit d’accéder à l’eau potable et à l’assainissement dans aide peut leur être directement versée. Afin que leur
des conditions économiquement acceptables par tous, destinataires ne s’en servent pas à d’autres fins, elle peut
tel que prévu à l’article L. 210-1 du code de l’environne- aussi leur être adressée sous forme de « bons » ou encore
ment. Ces mesures peuvent inclure la définition de être versée à des organismes d’aide sociale qui ensuite
tarifs tenant compte de la composition ou des revenus transfèreront ces fonds à l’exploitant du service de l’eau.
du foyer, l’attribution d’une aide au paiement des fac- Le législateur a voulu laisser le plus de souplesse pos-
tures d’eau, une aide à l’accès à l’eau ou un accompagne- sible aux communes afin que cette aide soit la mieux
ment et des mesures favorisant les économies d’eau. adaptée à la situation de chacune des familles dans le
Ces mesures peuvent également inclure la définition besoin.
de tarifs incitatifs définis en fonction de la quantité Cette réforme devait s’accompagner d’une modifica-
d’eau consommée. La part incitative s’ajoute à une part tion du financement des services publics de l’eau.
fixe déterminée selon les modalités de tarification clas- Tout d’abord, le législateur a amendé l’article L.
sique ». Ce texte est complété par l’article L. 2224-12-4 du 2224-2 du code générale des collectivités territoriales
code général des collectivités territoriales qui précise interdisant jusqu’alors les subventions des communes
que « La tarification de l’eau potable aux abonnés domes- aux budgets des exploitants des réseaux d’eau. Doréna-
tiques peut tenir compte du caractère indispensable de vant, par dérogation à cet article, « les communes et leurs
l’eau potable et de l’assainissement pour les abonnés en groupements mettant en œuvre ces mesures peuvent
situation particulière de vulnérabilité en prévoyant un contribuer à leur financement en prenant en charge dans
tarif progressif pouvant inclure une première tranche leur budget propre tout ou partie du montant des dé-
de consommation gratuite ». penses prévues à cet effet par les services publics d’eau
Ainsi, non seulement le conseil municipal n’est plus et d’assainissement, dans la limite de 2 % des montants
obligé d’imposer une même tarification à l’ensemble des hors taxes des redevances d’eau ou d’assainissement
foyers de la commune, sans distinction de leur compo- perçues  » (CGCT, art. L. 2224-12-1). Ainsi, le législateur
sition, mais il peut aussi tenir compte de leur situation accepte que les prestations du service public industriel
financière. En effet, l’article L. 2224-12-1-1 autorise la ta- et commercial de l’eau et de l’assainissement accordées
rification de l’eau en fonction du nombre de personnes aux populations dans le besoin soient en partie finan-
dans le foyer, ce qui rend possible une tarification moins cées par l’impôt, c’est-à-dire par la solidarité publique.
élevée pour les familles nombreuses. Toutefois, comme Ensuite, le code général des collectivités territo-
les familles nombreuses ne sont pas toujours néces- riales précise que si « la progressivité du tarif peut être
siteuses et que le législateur voulait aider les familles modulée pour tenir compte des revenus et du nombre
pauvres à pleinement jouir du droit à l’eau, celui-ci ha- de personnes composant le foyer, le prix au mètre cube
bilite les conseils municipaux à adopter une tarification de la tranche de consommation supérieure ne pouvant
spéciale pour les foyers «  en situation particulière de toutefois excéder le double du prix moyen au mètre
vulnérabilité ». cube pour une consommation de référence fixée par
Ces dispositions donnent donc aux communes la arrêté des ministres chargés de l’environnement et de la
possibilité d’aider différemment toutes les familles – et consommation ». Sans le dire, le législateur accepte que,
pas seulement les plus pauvres – selon leurs besoins et par dérogation aux règles de calcul des redevances pour
leurs finances. services publics, le prix au mètre cube de la tranche de

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

consommation supérieure dépasse le prix de revient constitutionnelle, l’aide financière pour éviter que les
de la fourniture de ces services de l’eau. Ainsi, les per- foyers défavorisés se trouvent dans l’incapacité de régler
sonnes aisées assujetties «  à la tranche supérieure  » leurs factures d’eau n’aurait pas à être imposée de façon
participent au financement des usagers dans le besoin, identique dans toutes les communes.
même si le législateur plafonne leurs redevances. Là Toutefois, laisser aux collectivités territoriales le
encore, à rebours du financement traditionnel des ser- choix de mettre en œuvre ou non ce droit est surprenant,
vices publics industriels et commerciaux, le législateur surtout dans une République qui est constitutionnelle-
crée une solidarité entre les usagers. ment « une et indivisible ». Certes, le principe constitu-
tionnel d’égalité n’interdit pas au législateur de traiter
différemment les administrés, mais encore faut-il que
III – Une tarification sociale de l’eau encore la différence de traitement soit en rapport avec la légis-
injuste lation en cause et qu’elle se justifie par un motif d’inté-
rêt général9. Or il est difficile de percevoir ce qui justifie
L’instauration d’une tarification sociale de l’eau en qu’un pauvre du nord et un pauvre du sud de la France
France est évidemment un progrès pour la population ne soient pas traités de la même façon, à cause des choix
pauvre. Toutefois, cette réforme pourrait être améliorée. politiques des communes, en matière de tarification des
services de l’eau.

A – Le principe d’égalité
B – La liberté des communes
Tout le mécanisme mis en place par le législa-
teur repose sur le bon vouloir des communes. En effet, Enfin, non seulement le législateur n’a pas imposé à
celles-ci n’ont pas l’obligation d’instaurer une tarification toutes les communes d’instaurer une tarification sociale
sociale de l’eau. Il s’agit d’un choix politique qui variera de l’eau, mais si celles-ci mettent en œuvre ce disposi-
d’une commune à l’autre, en fonction des orientations tif, elles ne peuvent pas y affecter tous les financements
politiques des élus donc de la majorité des électeurs, qu’elles souhaitent. Comme nous l’avons vu, les aides
ainsi que de la capacité financière des communes à fi- autorisées se limitent à 2 % du coût total des redevances
nancer cette aide. Autrement dit, le respect du droit à perçues par l’exploitant du service de distribution et d’as-
l’eau des familles pauvres dépendra du lieu de leur do- sainissement de l’eau. Dès lors, si c’est une large partie
micile. Ce droit ne sera pas réalisé de façon similaire sur de la population locale qui a besoin de cette aide, pour
l’ensemble du territoire national. respecter ce plafond des 2 %, la commune devra réduire
Juridiquement, cette différence de traitement le montant de l’aide accordée à chacun des foyers dans
interroge. le besoin.
Tout d’abord, la tarification sociale de l’eau est, Une nouvelle fois, il vaut mieux pour les pauvres ne
comme l’interdiction des coupures d’eau pour impayés, pas être trop nombreux, même quand ils vivent sur un
une mise en œuvre de l’objectif à valeur constitution- territoire dont les autorités publiques sont généreuses.
nelle du droit à un logement décent. Or même si le droit
au logement décent n’est pas un droit fondamental en
tant que tel, mais seulement un objectif à valeur consti-
tutionnelle, il devrait valoir pour tous les administrés
sans distinction, sans dépendre de la bonne volonté des 9. Selon le Conseil constitutionnel, « « le principe d’égalité ne s’oppose
communes. Il est vrai, il faut le reconnaitre, que dès lors ni à ce que le législateur règle de façon différente des situations diffé-
que l’interdiction des coupures d’eau pour impayés vaut rentes ni à ce qu’il déroge à l’égalité pour des raisons d’intérêt général
pourvu que, dans l’un et l’autre cas, la différence de traitement qui en
pour l’ensemble du territoire, on pourrait considérer que résulte soit en rapport direct avec l’objet de la loi qui l’établit ». Cons.
l’essentiel – l’accès à l’eau – est assuré. Faute d’une norme const., 9 avr. 1996, no 1996-375 DC, Rec., p. 60.

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ARTÍCULOS

Espacio verde

PÁGINA 185 / NOVIEMBRE 2021 Foto / Gentileza: Peter Bauza


REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

María Virginia Gorosito, Verónica Carmona Barrenechea y Natalia Martinez

Ambiente y desarrollo sostenible en el derecho


internacional de los derechos humanos

María Virginia Gorosito Introducción


Abogada (UCA). Maestranda en
Problemáticas Sociales Infanto-
Juveniles (UBA) y en Derechos Humanos, En los últimos cincuenta años hemos transitado un
Política Fiscal y Crisis Financiera en período en el que se ha comenzado a desarrollar un verda-
Europa y América (Unitelma Sapienza
dero cambio en torno a la cultura ambiental.
Universidad de Roma). Responsable
de la Secretaría Letrada de Derechos Esto se ha producido no solo en razón de los contun-
Internacional de los Derechos Humanos dentes estudios y desarrollos en materia ambiental, sino
del MPD.
también debido a las terribles consecuencias que la hu-
manidad está enfrentando. Entre ellas, el calentamiento
Verónica Carmona Barrenechea
Lic. en Ciencia Política (UBA). Maestranda global, el efecto invernadero, la reducción de la capa de
en Políticas Sociales (UBA) y en ozono, la contaminación, deforestación y degradación
Derechos Humanos, Política Fiscal y
del suelo, la extinción de especies y pérdida de biodiversi-
Crisis Financiera en Europa y América
(Unitelma Sapienza Universidad de dad, el derretimiento de los glaciares y la escasez de agua
Roma). Integrante de la Secretaría Letrada dulce, entre muchas otras problemáticas resultantes del
de Derecho Internacional de los Derechos
propio accionar humano.
Humanos del MPD.
El daño ambiental, lamentablemente, ha dejado de
Natalia Martinez ser una amenaza para convertirse en un serio problema
Abogada (UBA). Integrante de la Secretaría de la humanidad.
Letrada de Derecho Internacional de los
En este contexto, el derecho internacional de los de-
Derechos Humanos del MPD.
rechos humanos ha destinado sus esfuerzos para desa-
rrollar instrumentos y acuerdos que permitan encarar
globalmente esta problemática.
En razón de ello, en el presente artículo nos propone-
mos efectuar un repaso cronológico del desenvolvimiento

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ARTÍCULOS

del derecho internacional ambiental, haciendo hincapié En cuanto a los principios se destaca el 21, que de-
en los instrumentos más salientes. sarrolla “[...] la obligación de asegurarse que las activida-
De este modo, y sin pretensión de exhaustividad, co- des que se lleven a cabo dentro de su jurisdicción o bajo
menzaremos por la Declaración de Estocolmo de 1972, su control no perjudiquen al medioambiente de otros
que se constituye como el primer instrumento de derecho Estados o de zonas situadas fuera de toda jurisdicción
internacional ambiental, hasta llegar al Acuerdo de París nacional”. Además, el principio siguiente (el 22) se aboca
de 2016. a que los Estados “[...] deben cooperar para continuar desa-
Sobre estos documentos realizaremos una breve des- rrollando el derecho internacional en lo que se refiere a la
cripción, señalando los principales aportes y avances que responsabilidad y a la indemnización a las víctimas de la
darán cuenta de la evolución constante y sostenida del contaminación y otros daños ambientales que las activi-
derecho internacional ambiental. dades realizadas dentro de la jurisdicción o bajo el control
Por otro lado, resaltaremos dos instrumentos recien- de tales Estados causen a zonas situadas fuera de su juris-
tes que se han desarrollado en América Latina y repre- dicción”. A través de estos dos principios se abordan cues-
sentan un progreso de suma importancia para la región. tiones fundamentales como el principio de prevención y
Nos referimos específicamente a la Opinión Consultiva la responsabilidad de los Estados.
23-2017 de la Corte Interamericana de Derechos Humanos Otro hito de aquel año en Estocolmo fue la crea-
sobre Medio Ambiente y Derechos Humanos y al Acuerdo ción, en el marco de la Asamblea General de la ONU, del
Regional sobre el Acceso a la Información, la Participa- Programa de las Naciones Unidas para el Medio
ción Pública y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambien- Ambiente (PNUMA), mediante la resolución 2997 de
tales en América Latina y el Caribe, Acuerdo de Escazú. “Disposiciones Institucionales y Financieras para la Coo-
Por último, presentaremos una pequeña recapitula- peración Internacional en lo Relativo al Medio Ambien-
ción y reflexiones finales. te”,2 que se encuentra en plenas funciones al día de hoy y
es la autoridad ambiental líder en el mundo, encargada de
establecer la agenda ambiental dentro del sistema de Na-
II. La Declaración de Estocolmo y los primeros ciones Unidas.3
documentos de derecho internacional ambiental Luego, en 1983, fue creada la Comisión Mundial
sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo por medio
En el marco de la Primera Conferencia de las Nacio- de la Resolución 38/161 de la Asamblea General.4 Esta
nes Unidas sobre el Medio Ambiente Humano, que tuvo Comisión presentó en 1987 el informe “Nuestro futuro
lugar entre el 5 y 16 de junio de 1972, se adoptó la De- común”,5 también conocido como “Informe Brundtland”,
claración de Estocolmo sobre el Medio Ambiente por quien era presidenta de la Comisión y primera mi-
Humano.1 Esta declaración se constituyó como el primer nistra de Noruega. Fue en este documento donde por
documento de derecho internacional de este tipo. primera vez se abordó el desarrollo sostenible como con-
La declaración cuenta con 26 principios y una serie cepto, afirmando que “[...] está en manos de la humanidad
de proclamas iniciales en las cuales aborda la vincula- hacer que el desarrollo sea sostenible, duradero, o sea, ase-
ción entre los problemas medioambientales y los distin- gurar que satisfaga las necesidades del presente sin com-
tos países según el grado de desarrollo de cada uno. De prometer la capacidad de las futuras generaciones para
esta forma, en los países desarrollados los problemas
medioambientales están generalmente relacionados con 2. Ver https://undocs.org/es/a/res/2997(XXVII).
la industrialización y el desarrollo tecnológico, mientras 3. Para mayor información: https://www.unenvironment.org/es-.
4. Ver Resolución A/RES/38/161, del 19 diciembre 1983. Proceso de
que en los países en desarrollo están motivados por el elaboración de la perspectiva ambiental hasta 2000 y más adelante.
subdesarrollo. Las resoluciones aprobadas por la Asamblea General durante el 38º
periodo de sesiones pueden encontrarse aquí: https://www.un.org/es/
documents/ag/res/38/list38.htm.
1. La misma se encuentra disponible en: http://www.ordenjuridico. 5. El informe se encuentra disponible en: https://undocs.org/
gob.mx/TratInt/Derechos%20Humanos/INST%2005.pdf es/A/42/427.

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satisfacer las propias”.6 Y, en esta dirección, asevera que conocida como Cumbre de la Tierra, donde se aprobaron
no puede haber un crecimiento económico sostenido sin tres grandes acuerdos: el Programa 21, la Declaración de
un medioambiente sostenible. Río sobre medioambiente y desarrollo y la Declaración de
Así, a través de doce capítulos y dos anexos, este los principios para la ordenación sostenible de bosques.
contundente reporte aborda de manera independiente y De esta manera, el Programa 219 aborda los proble-
con un lenguaje claro el derecho fundamental de todos mas acuciantes y busca preparar al mundo para los retos
los seres humanos a un medioambiente adecuado para del próximo siglo mediante propuestas y recomendacio-
su salud y bienestar (ver principio 1 “derecho humano nes concretas que se encuentran estructuradas en cuatro
fundamental“). secciones. La primera sección aborda las dimensiones so-
Por otra parte, en 1985 se llegó al acuerdo del Con- ciales y económicas; la segunda, la conservación y gestión
venio de Viena para la protección de la capa de ozono, de los recursos para el desarrollo; la tercera sección se fo-
aprobado y firmado por veintiocho países. Dos años más caliza en el fortalecimiento del papel de los grupos princi-
tarde, se firmó el Protocolo de Montreal,7 cuya entrada pales y la cuarta desarrolla los medios de ejecución.
en vigor se produjo en enero de 1989. El objetivo principal Por su parte, la Declaración de Río sobre
de este protocolo es la protección de la capa de ozono me- medioambiente y desarrollo10 reafirma y amplía lo
diante la toma de medidas para controlar la producción establecido en Estocolmo. Así, proclama 27 principios
total mundial y el consumo de sustancias que la agotan, sobre medioambiente y desarrollo que delinean los de-
incluyendo a casi cien sustancias químicas en diversas rechos y las obligaciones de los Estados.
categorías. En este curso, reafirma el principio de prevención,
Es un documento con precisiones técnicas, basadas esbozado anteriormente en el principio 21 de Estocolmo
en evidencia científica, sobre las sustancias que agotan y, a su vez, insta a los Estados a desarrollar normativa
de la capa de ozono, con indicadores de base y calenda- relativa a la “responsabilidad e indemnización respecto
rio gradual de reducción de producción y consumo, con a las víctimas de contaminación y otro daños ambienta-
el objetivo eventual de eliminarlas por completo. Al igual les”, presente en el principio 13 de esta declaración y de
que otros instrumentos en materia ambiental, establece conformidad con el principio 22 de Estocolmo.
un calendario con obligaciones diferenciadas para países También, llama a todas las personas y a todos los
desarrollados y países en desarrollo. Estados a colaborar para erradicar la pobreza como re-
Es destacable que este acuerdo ambiental logró la ra- quisito ineludible para el desarrollo sostenible.
tificación universal, por lo que representa un importante Adicionalmente, resulta interesante destacar el
hito en materia de cooperación internacional.8 principio 7, que establece que los Estados tienen res-
ponsabilidades comunes pero diferenciadas, en tanto
han contribuido en distinta medida a la degradación del
III. Río de Janeiro y la Cumbre de la Tierra: medioambiente mundial.
importantes avances Por otra parte, es el primer instrumento internacio-
nal que reconoce de manera expresa el empoderamiento
Durante el mes de junio de 1992, se llevó a cabo en la de las mujeres, pues en su principio 20 pone de relieve el
ciudad de Río de Janeiro la Conferencia de Naciones papel fundamental en la ordenación del medioambiente
Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, y en el desarrollo que desempeñan las mujeres y la nece-
sidad de contar con su plena participación para lograr el
desarrollo sostenible.
6. Ver https://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml.
7. El texto completo del Protocolo de Montreal puede consultarse
aquí: https://ozone.unep.org/treaties/montreal-protocol/.
8. En 2003, el ex Secretario General de Naciones Unidas, Kofi Annan, 9. Para ver el Programa 21 completo: https://www.un.org/spanish/
declaró: “Tal vez el acuerdo internacional más exitoso hasta la fecha esa/sustdev/agenda21/index.htm.
ha sido el Protocolo de Montreal”. https://www.un.org/es/events/ozo- 10. Dispobibleen:https://www.un.org/spanish/esa/sustdev/documents
neday/background.shtml /declaracionrio.htm.

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ARTÍCULOS

Por último, uno de los principios más relevantes que función decisiva que desempeña la mujer en la conser-
incorpora la Declaración de Río es el principio 10,11 que vación y la utilización sostenible de la diversidad bio-
incluye el derecho a la participación, el acceso a la infor- lógica” y la necesidad de “[...] la plena participación de la
mación y acceso a la justicia.12 mujer en todos los niveles de la formulación y ejecución
Además de la Declaración de Río sobre medioam- de políticas encaminadas a la conservación de la diver-
biente y desarrollo, logró constituirse el primer con- sidad biológica”.
senso mundial en torno al desarrollo sostenible de los Por otro lado, la Convención Marco sobre
bosques, mediante la adopción de la “Declaración au- Cambio Climático (CMNUCC),15 que había sido adopta-
torizada, sin fuerza jurídica obligatoria, de prin- da en Nueva York un mes antes de que la Cumbre tuviera
cipios para un consenso mundial respecto de la lugar y entró en vigor el 21 de marzo de 1994. Su objeti-
ordenación, la conservación y el desarrollo soste- vo es lograr la estabilización de las concentraciones de
nible de los bosques de todo tipo”.13 gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel
Asimismo, durante la Cumbre de la Tierra, dos que impida interferencias antropógenas peligrosas en
convenciones fueron presentadas para la firma de los el sistema climático. Se destaca que mediante esta Con-
países. vención, las partes se comprometen al intercambio de
Por un lado, el Convenio sobre la Diversidad Bio- información de orden científico, tecnológico, técnico, so-
lógica,14 que establece como objetivos “[...] la conserva- cioeconómico y jurídico sobre el sistema climático, así
ción de la diversidad biológica, la utilización sostenible como también a efectuar registros sobre las emisiones
de sus componentes y la participación justa y equitativa antropógenas. Además, la Convención insta a las partes
en los beneficios que se deriven de la utilización de los a promover programas de educación y sensibilización
recursos genéticos”. sobre el cambio climático. Asimismo, establece la obli-
Este convenio es el primero en la materia y entre gación de facilitar el acceso público a la información
sus múltiples disposiciones llama a los Estados parte a sobre el cambio climático y sus efectos, como también la
fomentar la educación y sensibilización en torno a la di- participación ciudadana en el estudio del cambio climá-
versidad biológica, a promover el intercambio de infor- tico y en la elaboración de respuestas.
mación y a incentivar la cooperación científica y técnica Posteriormente, en 1995, dentro del marco de la
internacional en la esfera de la conservación y utiliza- CMNUCC se iniciaron las negociaciones para operativizar
ción sostenible de la diversidad biológica. Se destaca y dar una mayor respuesta a la problemática del cambio
que, al igual que la Declaración de Río, reconoce “[...] la climático, que tuvo como resultado, en diciembre 1997, la
firma del Protocolo de Kyoto,16 cuyo principal objetivo
es la reducción de las emisiones de seis gases de efecto
11. “Principio 10. El mejor modo de tratar las cuestiones ambienta-
les es con la participación de todos los ciudadanos interesados, en invernadero (GEI) que causan el calentamiento global, con
el nivel que corresponda. En el plano nacional, toda persona deberá el fin de promover el desarrollo sostenible. Este protoco-
tener acceso adecuado a la información sobre el medioambiente de lo se convirtió en el primer acuerdo internacional con
que dispongan las autoridades públicas, incluida la información sobre
los materiales y las actividades que encierran peligro en sus comu- obligaciones jurídicamente vinculantes para países de-
nidades, así como la oportunidad de participar en los procesos de sarrollados, “[...] ya que les impone una carga más pesada
adopción de decisiones. Los Estados deberán facilitar y fomentar la en virtud del principio de ‘responsabilidad común pero
sensibilización y la participación de la población poniendo la informa-
ción a disposición de todos. Deberá proporcionarse acceso efectivo a diferenciada y capacidades respectivas’, porque reconoce
los procedimientos judiciales y administrativos, entre estos el resarci-
miento de daños y los recursos pertinentes.” 15. Ver https://unfccc.int/files/essential_background/background_pub
12. Estos derechos son retomados en el Convenio de Aarhus y el lications_htmlpdf/application/pdf/convsp.pdf
Acuerdo de Escazú, que se abordarán más adelante en este artículo. 16. Protocolo de Kyoto, disponible aquí: https://unfccc.int/sites/default
13. Ver https://wrm.org.uy/fr/autres-informations-pertinentes/principios /files/resource/docs/spanish/cop3/kpspan.pdf. En febrero de 2005, al
-sobre-bosques-declaracion-de-principios-para-el-manejo-sustenta- alcanzar el número de países signatarios, entró el vigor este protoco-
ble-de-bosques/. lo. Para ver el listado actualizado de los 192 países: https://unfccc.int/
14. Este Convenio entró en vigor el 29 de diciembre de 1993. Puede process/parties-non-party-stakeholders/parties-convention-and-ob-
consultarse aquí: https://www.cbd.int/doc/legal/cbd-es.pdf server-states?field_partys_partyto_target_id%5B512%5D=512.

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que son los principales responsables de los actuales altos Decisiones de la Cumbre22 y la Declaración de Jo-
niveles de emisiones de GEI en la atmósfera”.17 hannesburgo sobre el Desarrollo Sostenible.23
Se destaca que el primer período de compromiso del Mediante esta última, los Estados asumen la respon-
Protocolo comenzó en 2008 y finalizó en 2012, en tanto el sabilidad colectiva de promover y fortalecer, en todos los
segundo período empezó el 1 de enero de 2013 y terminó planos, el desarrollo económico, social y la protección
en 2020, conforme el acuerdo alcanzado en la Enmienda ambiental.
de Doha en diciembre de 2012.18 En esta línea, destacan los avances y renuevan los
compromisos asumidos desde Estocolmo a esta parte,
al mismo tiempo que llaman al fomento del diálogo y la
IV. Nuevo milenio: nuevos compromisos cooperación entre pueblos como clave para lograr el de-
sarrollo sostenible.
En 2000, se llevó a cabo en la ciudad de Nueva York Por último, y entre otras cosas, se comprometen a
la Cumbre del Milenio, oportunidad en la que los fortalecer y mejorar la gobernanza en todos los planos
Estados adoptaron de forma unánime la Declaración para lograr la aplicación efectiva del Programa 21, los
del Milenio.19 Objetivos de Desarrollo del Milenio y el Plan de Aplica-
Mediante esta Declaración, los Estados reafirman ción de las Decisiones de la Cumbre de Johannesburgo.
su fe en la Organización de las Naciones Unidas y en
su Carta,20 como “[...] cimientos indispensables de un
mundo más pacífico, más próspero y más justo”. V. A 20 años de la Conferencia en Río de Janeiro
Asimismo, reconocen a la libertad, igualdad, solidari-
dad, tolerancia, respeto de la naturaleza y responsabilidad Veinte años después de la Cumbre de la Tierra, se
como valores fundamentales, que resultan esenciales para llevó a cabo la Conferencia Río+20, que tuvo lugar
las relaciones internacionales del siglo XXI. entre el 20 y 22 de junio de 2012 en la ciudad de Río de
Adicionalmente, se comprometen a crear un entorno Janeiro. Su resultado fue el documento “El futuro que
propicio para el desarrollo y la erradicación de la pobreza, queremos”,24 mediante el que los Estados renovaron su
tanto a nivel nacional como mundial, atendiendo las ne- compromiso en favor del desarrollo y del futuro soste-
cesidades especiales de los países menos adelantados. nible para el planeta y para las generaciones presentes
En el mismo orden, establecen una serie de objetivos y futuras.
para 2015, entre los que se destaca la reducción a la mitad Allí, incluyeron específicamente un apartado sobre
del porcentaje de personas que viven con menos de un ciudades y asentamientos humanos sostenibles, en el
dólar, el de las personas que pasan hambre y el de las que que se reconoce, en otras cosas, la necesidad de aplicar
no tienen acceso al agua potable. También, la obligación un enfoque holístico del desarrollo urbano y los asenta-
de finalizar la escuela primaria para todos los niños y mientos humanos que incluya viviendas asequibles e
niñas del mundo, la reducción de la mortalidad materna e infraestructura y priorice la mejora de los barrios margi-
infantil, la promoción de la igualdad de género, la autono- nales y la renovación urbana.
mía de la mujer y la sostenibilidad del medioambiente. Asimismo, este documento reconoce en todas las
Posteriormente, en 2002 se llevó a cabo la Cumbre secciones el empoderamiento de las mujeres y su papel
Mundial sobre Desarrollo Sostenible en Johannes- fundamental en el desarrollo sostenible, como también la
burgo,21 de la que surgió el Plan de Aplicación de las necesidad de brindarles oportunidades y que se garantice
su plena participación en todas las instancias.
17. Para mayor información ver https://unfccc.int/es/kyoto_protocol.
18. Ver https://unfccc.int/process/the-kyoto-protocol/the-doha-amen 22. Disponible en: https://www.un.org/spanish/esa/sustdev/POIsp-
dment. toc.htm.
19. Disponible en: https://www.un.org/spanish/milenio/ares552s.htm. 23. Disponible en: https://www.un.org/spanish/esa/sustdev/WSSDsp
20. Disponible en: https://www.un.org/es/charter-united-nations/. _PD.htm.
21. Celebrada del 26 de agosto al 4 de septiembre de 2002. 24. Disponible en: https://undocs.org/es/A/RES/66/288.

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ARTÍCULOS

Por último, se destaca que las partes reafirman su plantea objetivos y compromisos universales, cada país
compromiso para alcanzar el desarrollo sostenible. En fija sus propias metas nacionales, siguiendo los linea-
razón de ello, establecen un grupo de trabajo abierto que se mientos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
abocará a elaborar una propuesta de objetivos de desarrollo Por último, en diciembre de 2015 se llevó cabo la
sostenible, teniendo como base los Objetivos del Milenio, Conferencia de París sobre el Clima (COP21). Allí, 195
que deberá ser presentada ante la Asamblea General. países firmaron el primer acuerdo vinculante mundial
sobre el clima, el Acuerdo de París, que entró en vigor
en noviembre de 2016.28
VI. No dejar a nadie atrás: la Agenda 2030 para el El objetivo de este acuerdo es reforzar la respuesta
Desarrollo Sostenible mundial a la amenaza del cambio climático, en el con-
texto del desarrollo sostenible y de los esfuerzos por
Habiéndose avanzado en el trabajo encomenda- erradicar la pobreza. Para ello, los gobiernos acordaron
do en la Conferencia Río+20, en septiembre de 2015, los reducir las emisiones de gases de efecto invernadero,
Estados miembro de las Naciones Unidas aprobaron 17 entendiendo que en los países en desarrollo el proceso
Objetivos como parte de la Agenda 2030 para el De- podrá resultar más largo, por lo que parte del acuerdo
sarrollo Sostenible. Esta nueva agenda ha tomado los incluye la ayuda internacional a estos países para una
Objetivos del Milenio y los ha desarrollado de modo más mejor adaptación al plan.
abarcativo, ya que “[...] constituyen un llamamiento uni- El Acuerdo de París reconoce, además de la impor-
versal a la acción para poner fin a la pobreza, proteger tancia de evitar, reducir al mínimo y atender los daños
el planeta y mejorar las vidas y las perspectivas de las y perjuicios debidos a los efectos adversos del cambio
personas en todo el mundo”.25 climático, la necesidad de cooperar con sistemas de
Esta Agenda pone gran énfasis en la necesidad de alerta temprana, preparación para emergencias y seguro
afrontar las desigualdades, el crecimiento económi- contra riesgos.
co, las ciudades y las comunidades sostenibles, la vida Por último, reconoce la necesidad de contar con el
de los ecosistemas terrestres, la acción por el clima y la compromiso de las ciudades y otras administraciones
vida submarina, como también la igualdad de género, el subnacionales, de la sociedad civil y el sector privado
acceso a la educación de calidad, el hambre cero, el fin de para lograr los objetivos del Acuerdo.
la pobreza, la paz, la justicia y las instituciones sólidas,
entre otra serie de objetivos e indicadores de desarrollo.26
Es interesante señalar que la Agenda 2030 se cons- VII. Una mirada sobre dos hitos latinoamericanos:
truye sobre la misma definición que ya en 1987 se acuñó la Opinión Consultiva de la Corte Interamericana29
en el Informe “Nuestro futuro común”, indicando que el y el Acuerdo de Escazú
“desarrollo sostenible se ha definido como el desarro-
llo capaz de satisfacer las necesidades del presente sin Una mirada más detallada acerca de la región lati-
comprometer la capacidad de las futuras generaciones noamericana da cuenta de los desarrollos e importantes
para satisfacer sus propias necesidades“.27
De esta forma el desarrollo sostenible triangula
28. Ver https://unfccc.int/files/essential_background/convention/
el crecimiento económico, la inclusión social y la pro- application/pdf/spanish_paris_agreement.pdf.
tección del medioambiente. Por eso, si bien la Agenda 29. Corte Interamericana de Derechos Humanos. Opinión Consultiva
OC 23-17 del 15 de noviembre de 2017, solicitada por la República de
Colombia. “Medioambiente y derechos humanos“ (Obligaciones esta-
25. Ver: https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/ tales en relación con el medioambiente en el marco de la protección y
26. Para ver el listado completo de objetivos y metas de desarrollo garantía de los derechos a la vida y a la integridad personal - interpre-
sostenible:https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/sustainable- tación y alcance de los artículos 4.1 y 5.1 en relación con los artículos
development-goals/. 1.1 y 2 de la Convención Americana sobre Derechos Humanos). El
27. Ver https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/development texto completo de la OC puede encontrarse aquí: http://www.corteidh.
-agenda/. or.cr/docs/opiniones/seriea_23_esp.pdf

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avances que se han dado en los últimos años en materia medioambiente no solamente por su conexi-
ambiental. dad con una utilidad para el ser humano o por
En primer lugar, destacamos la Opinión Consulti- los efectos que su degradación podría causar en
va 23-17 sobre Medio Ambiente y Derechos Humanos30 otros derechos de las personas [...], sino por su
emitida por la Corte Interamericana de Derechos importancia para los demás organismos vivos
Humanos en 2017. Esta opinión resulta fundamental en con quienes se comparte el planeta, también
tanto es una de las primeras veces que la Corte Intera- merecedores de protección en sí mismos.33
mericana se expide sobre la relación entre un medioam-
biente sano y otros derechos fundamentales.31 En la misma línea, luego de una amplia fundamen-
En esta Opinión Consultiva la Corte entiende el derecho tación, la Corte prosigue con las obligaciones derivadas
humano a un medioambiente sano como un derecho con de los derechos a la vida y a la integridad personal, en
connotaciones tanto individuales como colectivas. Así, por el contexto de la protección ambiental, cuyo foco más
un lado señala que “[e]n su dimensión colectiva, el derecho relevante radica en las obligaciones estatales y princi-
a un medioambiente sano constituye un interés universal, palmente en el desarrollo que este Tribunal realiza en
que se debe tanto a las generaciones presentes y futuras torno al acceso a la justicia en vinculación el derecho al
[...]”. En cuanto a la dimensión individual, hace referencia medioambiente sano.
a que “[...] la degradación del medioambiente puede causar En este orden, la Corte enumera tres tipos de obli-
daños irreparables en los derechos humanos, por lo cual gaciones estatales. Primero, la obligación de prevención,
un medioambiente sano es un derecho fundamental para que incluye las medidas que deben adoptar los Estados,
la existencia de la humanidad”.32 tanto de regulación, supervisión y fiscalización, así
Asimismo, la Corte pone en evidencia el derecho al como también los estudios de impacto ambiental;
medioambiente sano como derecho autónomo, el cual planes de contingencia, entre otras medidas. Segundo,
la obligación de cooperación, que incluye el deber de
[...] a diferencia de otros derechos, protege los notificación, consulta, negociación e intercambio de in-
componentes del medioambiente, tales como formación con los Estados potencialmente afectados.
bosques, ríos, mares y otros, como intereses jurí- Tercero, las obligaciones de procedimiento, las cuales
dicos en sí mismos, aún en ausencia de certeza comprenden el acceso a la información, la participación
o evidencia sobre el riesgo a las personas indi- pública y el acceso a la justicia.
viduales. Se trata de proteger la naturaleza y el En cuanto a estas últimas, la Corte ha señalado en
reiteradas oportunidades que el acceso a la justicia cons-
tituye una norma imperativa del derecho internacional.
30. Esta Opinión Consultiva fue solicitada por Colombia a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos “sobre las obligaciones de los En particular, en el contexto de la protección ambiental
Estados en relación con el medioambiente en el marco de la protec-
ción y garantía de los derechos a la vida y a la integridad personal” en [...] el acceso a la justicia permite al individuo
el contexto de que la construcción y las grandes obras de infraestruc-
tura afecten de forma grave el medioambiente marino en la Región velar por que se apliquen las normas ambienta-
del Gran Caribe, y en consecuencia el hábitat humano esencial para el les y constituye un medio para remediar cual-
pleno goce. quier violación a los derechos humanos que
31. En el Sistema Interamericano de Derechos Humanos (SIDH), el
derecho a un medioambiente sano está consagrado expresamente hubiera sido causada por el incumplimiento
en el artículo 11 del Protocolo de San Salvador (PSS): “1. Toda persona de normas ambientales, incluyendo los recur-
tiene derecho a vivir en un medio ambiente sano y a contar con servi- sos y la reparación. Ello también implica que
cios públicos básicos. 2. Los Estados parte promoverán la protección,
preservación y mejoramiento del medio ambiente”. Asimismo, este el acceso a la justicia garantiza la plena realiza-
derecho debe considerarse incluido entre los DESC protegidos por el ción de los derechos a la participación pública y
artículo 26 de la Convención Americana. Por ello deben aplicarse de
manera transversal los principios de progresividad y no regresividad;
la utilización del máximo de los recursos disponibles.
32. Opinión Consultiva 23-17, párr. 59. 33. Opinión Consultiva 23-17, párr. 62.

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ARTÍCULOS

el acceso a la información, a través de los meca- lo que es más importante, se establecen meca-
nismos judiciales correspondientes.34 nismos para llevarlos a efecto.38

En segundo lugar, destacamos la adopción regional Por último, ponemos de relieve que el proceso
de un convenio cuyos ejes fundamentales giran en torno de elaboración y negociación del Acuerdo de Escazú
a los derechos de acceso a la información, a la participa- incluyó a 24 países miembros de la CEPAL y contó con la
ción y a la justicia. firma de 14 Estados en la ciudad de Escazú, Costa Rica,
Nos referimos puntualmente al Acuerdo de en marzo de 2018.39 Es importante mencionar, que al
Escazú,35 cuyo nombre completo es Acuerdo Regional momento de la redacción de este artículo no cuenta con
sobre el Acceso a la Información, la Participación Pública el número establecido de ratificaciones, por lo que aún
y el Acceso a la Justicia en Asuntos Ambientales en no ha entrado en vigor.40
América Latina y el Caribe, adoptado en 2018. Debemos
señalar que este acuerdo tiene como antecedente el Con-
venio de Aarhus,36 que fue firmado en junio de 1998, VIII. Palabras finales
entró en vigor en octubre de 2001 y es vinculante para
numerosos países de Europa y de Asia Central.37 A lo largo de este artículo hemos desarrollado el
El Acuerdo de Escazú, parte de la base de Río+20 y se desenvolvimiento del derecho internacional ambiental.
fundamenta en el principio 10 de la Declaración de Río Así, hemos abordado las principales conferencias, tra-
de 1992. Como ha señalado la Secretaria Ejecutiva de la tados y otros instrumentos internacionales que le han
CEPAL, Alicia Bárcena, dado cuerpo a esta rama del derecho. De esta forma, se
señalaron algunas características particulares de cada
[...] es un instrumento jurídico pionero en instrumento, especialmente los avances observados y
materia de protección ambiental, pero también los desarrollos conceptuales más salientes.
es un tratado de derechos humanos. Sus princi- En este sentido, observamos continuidades argu-
pales beneficiarios son la población de nuestra mentativas y conceptuales a lo largo de los años que le
región, en particular los grupos y comunidades han dado estabilidad y robustez a estos instrumentos. De
más vulnerables. Su objetivo es garantizar el este modo, sus razonamientos se han ido nutriendo y es-
derecho de todas las personas a tener acceso a pecializando en base a los avances de la ciencia.
la información de manera oportuna y adecua- En esta línea de continuidades observamos que la de-
da, a participar de manera significativa en las finición de desarrollo sostenible acuñada por Brundtland
decisiones que afectan sus vidas y su entorno
y a acceder a la justicia cuando estos derechos 38. Ver el prefacio firmado por la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL en
hayan sido vulnerados. En el tratado se recono- la página 7 del siguiente documento: https://repositorio.cepal.org/
cen los derechos de todas las personas, se pro- bitstream/handle/11362/43595/1/S1800429_es.pdf
39. El Acuerdo Regional se abrió a la firma de los 33 países de Amé-
porcionan medidas para facilitar su ejercicio y, rica Latina y el Caribe el 27 de septiembre de 2018 en la sede de las
Naciones Unidas en Nueva York, coincidiendo con el Debate General
Anual de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Deberá ser
ratificado por 11 Estados para entrar en vigor. Al momento cuenta
34. Opinión Consultiva 23-17, párr. 234. con 22 firmas y 9 ratificaciones. Para ver el listado actualizado de fir-
35. El texto completo puede consultarse en el repositorio de la CE- mas y ratificaciones: https://observatoriop10.cepal.org/es/tratados/
PAL: https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/43595/1/ acuerdo-regional-acceso-la-informacion-la-participacion-publica-ac-
S1800429_es.pdf ceso-la-justicia-asuntos.
36. El texto original del Convenio de Aarhus puede consultarse aquí: 40. Se destaca que Argentina tuvo un rol fundamental en la ne-
https://www.unece.org/fileadmin/DAM/env/pp/documents/cep43s. gociación como uno de los cinco integrantes de la mesa directiva,
pdf siendo negociador y firmante. Sin embargo, al día de la fecha aún res-
37. Para ver el listado actualizado de países, firmas y ratificaciones ta que ratifique este Acuerdo, aumentando así el número de países,
del Convenio de Aarhus: https://treaties.un.org/Pages/ViewDetails. lo que permitiría la entrada en vigencia de esta importante normativa
aspx?src=IND&mtdsg_no=XXVII-13&chapter=27&clang=_en#1. internacional.

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en el informe “Nuestro futuro común”, de 1987, es casi pues allí se incluyó de manera expresa la importan-
idéntica a la que se continúa utilizando al día de la fecha cia del empoderamiento de las mujeres y su rol esen-
y que se ha constituido como columna de los Objetivos de cial para el desarrollo sostenible. Este ha sido el punto
Desarrollo Sostenible dentro de la Agenda 2030. inicial de un desarrollo que se ha ido consolidando a lo
En consonancia con ello, se destaca el tratamiento largo del tiempo.
de las obligaciones de los Estados. Pues si bien se en- El tema del derecho al medioambiente sano ha fi-
tiende que estas obligaciones son compartidas por todos nalmente ingresado de manera definitiva y con suma
los países a nivel internacional, las responsabilidades contundencia en la agenda pública. Luego de décadas de
tienen distintos grados, de acuerdo a las capacidades debates en ámbitos científicos, espacios internacionales
de cada Estado. A modo ilustrativo, se observa que los y foros académicos, el medioambiente y el desarrollo se
países más desarrollados tienen una responsabilidad han tornado parte de nuestra cotidianeidad, calando en
mayor que los países en desarrollo, y compromisos más todas las esferas sociales y políticas.
inmediatos en el tiempo para reducir sus emisiones de Los esfuerzos destinados a la educación, el fortale-
sustancias contaminantes. cimiento de la cultura ambiental y el acceso a la infor-
En la misma línea, se observa que todos los docu- mación han generado una mayor sensibilización social
mentos señalan la erradicación de la pobreza como con- en torno a la problemática. Sin embargo, aún persiste
dición necesaria para lograr el desarrollo sostenible. una gran brecha entre el cumplimiento efectivo de las
Asimismo, se advierte que todos los instrumentos agendas de desarrollo y la asunción de verdades respon-
promueven el acceso a la información y la participación sabilidades. En este marco, la degradación ambiental
ciudadana. avanza de modo preocupante y a ritmos acelerados, por
Por otra parte, en clave de género es primordial lo que las acciones y el verdadero compromiso se tornan
destacar lo que significó la Declaración de Río en 1992, absolutamente urgentes e impostergables.

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ARTÍCULOS

Derecho a un ambiente sano.

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Marcelo Alberto López Alfonsín

La protección constitucional ambiental en la


Ciudad Autónoma de Buenos Aires*
El acceso a la información, la ordenación territorial y la educación
ambiental como instrumentos del paradigma del desarrollo humano

Marcelo Alberto López Alfonsín Introducción


Doctor en Derecho con orientación en
Derecho Constitucional (UBA), Magister
en Ambiente Humano (UNLZ), profesor A modo introductorio, corresponde señalar que
universitario de grado, posgrado y la protección constitucional local de la CABA es muy
doctorado, Juez en lo Contencioso
similar a la que se encuentra contemplada en el artículo
Administrativo de la CABA.
41 de la Constitución Nacional introducido en la reforma
*El presente trabajo tiene como base de 1994. Si bien la CABA tiene un estatus constitucional
el comentario del capítulo ambiental
especial, en virtud de su propia autonomía y del hecho
realizado con Elisabeth Berra en
BASTERRA, Marcela (Dir.), Constitución de mantener la condición de Capital de la República
de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina, lo cierto es que la Constitución de la Ciudad
Editorial Jusbaires, 2018.
Autónoma de Buenos Aires realiza un desarrollo más
extenso sobre la protección del ambiente en el ámbito
local que la cláusula federal.
En primer término, se categoriza al ambiente como
“patrimonio común”, lo cual se diferencia de los restantes
bienes merecedores de tutela jurídica. Ello por cuanto,
como consecuencia de dicha clasificación, es insuscep-
tible de apreciación pecuniaria y apropiación individual.
El fundamento de tal reconocimiento surge de los prin-
cipios políticos que atraviesan la temática ambiental,
tales como: universalidad, equidad intergeneracional,
progresividad, sustentabilidad, cooperación, entre otros.
El capítulo ambiental porteño, al igual que la Consti-
tución Federal, consagra la concepción del derecho sano

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ARTÍCULOS

como un derecho-deber a partir del calificativo “sano” y aparece el deber de volver las cosas al estado anterior en
se fundamenta en el compromiso intergeneracional de el que se encontraban.
su preservación. En este orden de ideas, no puede soslayarse que la
El constituyente previó expresamente una cualidad problemática del daño ambiental no sólo impacta mo-
que debe calificar al ambiente: la sanidad, calidad que dificando el deber de reparación por el de recomposi-
acompaña desde sus orígenes a la corriente ecologista. ción, sino que pone en cuestión dos de los presupuestos
El término “sano” no está exclusivamente ligado a la pre- básicos de atribución de responsabilidad en el tradicio-
servación y no contaminación de los elementos que in- nal derecho de daños. Concretamente estamos haciendo
tegran el ambiente, sino que es utilizado de una manera referencia a la posibilidad de comprobar el nexo causal
más abarcativa. En efecto, este deber se extiende a los y la idea de existencia de un gravamen cierto o probable
ámbitos construidos por el hombre para que cumpli- para que entre en funcionamiento el andamiaje propio
menten determinados requisitos mínimos de bienestar. del derecho de daños, dado que en la antigua arquitectu-
En segundo lugar, también de manera concordante ra sólo los daños ciertos eran resarcibles.
con la Ley Fundamental, prescribe que el daño ambien- Entonces, el conflicto de interpretación aparece bá-
tal conllevará prioritariamente la obligación de recom- sicamente cuando se vincula el daño al ambiente con el
poner. Es decir que una vez que se produce el perjuicio derecho genérico de daños. Besalú Parkinson1 ha expli-
aparece el deber de recomposición, lo que significa que cado este problema, en forma categórica, a través de lo
las cosas deberán volver al estado anterior en el que se que denominó la “metamorfosis de la responsabilidad
encontraban. civil”. En este orden de ideas enseña que el desarrollo
No puede soslayarse que el derecho ambiental tiene del sistema de responsabilidad civil ha evidenciado
la particularidad de impactar en las distintas ramas del que, en el marco político, social y económico del codi-
derecho, poniendo en cuestión las posturas clásicas im- ficador Vélez Sársfield, los daños eran producidos por
perantes en cada una de ellas, que deberán ser repensa- el ser humano. Dentro de esta concepción, la responsa-
das e interpretadas a la luz del nuevo paradigma. No es bilidad civil funcionaba como una sanción dado que la
ajeno a esta circunstancia el derecho de daños, cuyos conducta del hombre generaba una indemnización: sólo
postulados también tendrán que ser rediseñados si lo se responsabilizaba al autor cuando era culpable –ya sea
que se pretende es otorgar una tutela judicial efectiva al que la culpabilidad se originara por una conducta deter-
derecho fundamental a un ambiente sano. Ciertamente, minada o por la vigilancia de las cosas–. No obstante,
el daño ambiental pone en jaque las teorías tradicionales este sistema de responsabilidad subjetiva o por culpa
respecto a la función del derecho de daños y a la atribu- no pudo subsistir cuando aparecieron los problemas
ción de responsabilidad que contempla. derivados de la transición de la economía agrícola a la
El artículo 41 de la Ley Suprema introduce en el producción industrial. Ello por cuanto este nuevo orden
marco constitucional la noción de “daño ambiental” y económico introduce un nuevo supuesto de daño: aquel
lo hace desde una lógica novedosa para nuestro orde- que nace con el uso de herramientas industriales de pro-
namiento jurídico interno. La Constitución de la Ciudad ducción. Esta situación fue gestionada por la responsa-
Autónoma de Buenos Aires se orienta en estas mismas bilidad civil a través de lo que se conoce como la “teoría
coordenadas, desde la necesaria perspectiva desde el del riesgo”, basada en una responsabilidad objetiva y en
derecho público. Adviértase que todo el régimen de la idea de resarcimiento. Ya no se requiere comprobar la
daños fue pensando desde sus orígenes a partir de la culpa del autor; por el contrario, alcanza con probar el
idea de reparación. Sin embargo, el dispositivo constitu- hecho, el perjuicio y la relación de causalidad que existe
cional establece que “[e]l daño ambiental conlleva prio- entre ambos.
ritariamente la obligación de recomponer”. Es decir que,
dejando a un lado la lógica reparativa, se postula la re-
composición de los perjuicios como una obligación pri- 1. BESALÚ PARKINSON, Aurora V. S., Responsabilidad por daño ambien-
maria: esto es, que una vez acaecido el daño ambiental tal, Editorial Hammurabi, Buenos Aires, 2005, pp. 53/59.

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Ya en el siglo XXI se introduce una nueva categoría: Ley Nº 24.051,3 que prohíbe el ingreso de residuos peli-
los daños graves e irreversibles. En esta hipótesis la re- grosos y la constitucionalización de dicha prohibición
paración carece de sentido y cobra vital importancia la en 1994, muchas provincias adoptaron textos similares.
prevención, dado que de lo que se trata es de actuar para Las mencionadas negativas fueron materializadas de
que el daño no se produzca. Bajo esta lógica, el sistema diferentes formas en las jurisdicciones provinciales;
de responsabilidad se convierte en una herramienta muchas decidieron incorporarlas al texto de la Consti-
trascendental para tutelar el ambiente. tución local, tal es el caso de la Ciudad de Buenos Aires,
En forma similar, Francois Ewald2 hace hincapié mientras que otras optaron por instrumentarlas en
en la existencia de tres paradigmas correspondientes leyes o decretos. Independientemente de las distintas
a etapas históricas diferentes. El primero, titulado de la maneras en las que fueron establecidas; lo cierto es que
“responsabilidad” aparece en el siglo XIX, estructurado el objetivo principal es proteger a la persona humana así
a partir de la figura del sujeto responsable, tiene como como a su entorno ambiental de los riesgos que atañen
función primordial la sanción y reparación del daño. estos desechos y efluentes radiactivos tanto en el pre-
Los elementos determinantes son la acción humana y la sente como en el futuro.4
antijuridicidad, por ende alcanza con probar la autoría y
el efecto dañoso. El segundo paradigma es el de la “so-
lidaridad”, gestado a fines del siglo XIX y principios del El acceso a la información ambiental
sigilo XX, cuyo disparador fueron los accidentes de trán-
sito. Esta categoría es gestionada desde la perspectiva de En su cláusula constitucional ambiental, la Ciudad
su repartición, entendiendo la responsabilidad como un consagra el derecho a la información pública ambien-
hecho social. Por consiguiente, se postula un régimen de tal. Es inobjetable la influencia que tuvo y mantie-
prevención colectiva de riesgos centrada en la noción ne el derecho internacional como fuente primera del
de “solidaridad”, que tiene como principal figura a los derecho ambiental. La Declaración de Río de Janeiro
seguros. Lo determinante es el daño cierto y la relación sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo, en el principio
causal, con el atenuante de la probabilidad –adecuación 10 establece:
de la vinculación causal–. Finalmente, el paradigma
de la “seguridad” irrumpe hacia fines del siglo XX con El mejor modo de tratar las cuestiones ambien-
la aparición de los daños graves e irreversibles. Estos tales es con la participación de todos los ciuda-
ponen en evidencia la imposibilidad de canalizarlos a danos interesados, en el nivel que corresponda.
través de los sistemas de responsabilidad –individuales En el plano nacional, toda persona deberá tener
o colectivos– diseñados a partir de la previsibilidad, ya acceso adecuado a la información sobre el
que se trata de riesgos posibles e impredecibles que se medioambiente de que dispongan las autori-
mueven en el campo de la incertidumbre. dades públicas, incluida la información sobre
La Constitución porteña, además, define a la Ciudad los materiales y las actividades que encierran
como “territorio no nuclear”, prohibiendo además el peligro en sus comunidades, así como la opor-
ingreso, elaboración, transporte y tenencia de residuos tunidad de participar en los procesos de adop-
radiactivos. Cabe recordar que luego de la sanción de la ción de decisiones (...).5

2. EWALD, Francois, “Le retour du malin génie. Esquisse d’une phi- 3. Ley Nº 24.051, publicada en el B.O. del17/01/1992.
losophie de la précaution”, en GODARD, Olivier (dir.), Le principe de 4. BASTERRA, Marcela I., “Problemática Ambiental en la Jurisprudencia
précaution dans la conduite des affaires humais, Editorial de la Maison de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”, Revista de Derecho Público.
des Sciences de l’homme, París, Francia, 1997, citado por BERROS, Derecho Ambiental III, Año Nº 1, Santa Fe, 2010, pp. 295-329.
María Valeria, “Algunas reflexiones para re-observar el problema am- 5. Puede ampliarse en NÁPOLI, Andrés M., “Acceso a la informa-
biental”, Revista Nueva Época, Nº 7, Facultad de Ciencias Jurídicas ción y participación pública en materia ambiental. Actualidad
y Sociales, Universidad Nacional del Litoral, Santa Fe, Buenos Aires, del principio 10 en la Argentina”, Fundación Ambiente y Recursos
2009, pp. 3-7. Naturales (FARN), Asociación Marplatense de Estudios Ambientales

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ARTÍCULOS

La información que los ciudadanos reciban resulta Además, la legislación prevé expresamente que “no
imprescindible para una efectiva tutela de este derecho puede exigirse la manifestación del propósito de la re-
fundamental. Algunos autores6 consideran así que quisitoria” (art. 6º). De lo que se desprende que no es re-
el derecho de acceso a la información ambiental es quisito acreditar interés alguno para ejercer el derecho
un principio general del derecho ambiental e incluso de acceso a la información estatal como bien público,
señalan la relación género –derecho de acceso a la in- lo que indudablemente coadyuva a garantizar su pleno
formación pública– y especie –derecho a la información ejercicio.
ambiental–. En cuanto al tipo de información que puede ser so-
La constitucionalización de este mandato también licitada, la norma en su artículo 2º prescribe que com-
se da en el derecho público provincial argentino en prende toda aquella contenida en documentos escritos,
conjunto. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires no se fotografías, grabaciones, soporte magnético o digital, o
mantuvo ajena a este proceso y receptó este derecho en en cualquier otro formato. No obstante, especifica que
varias normas; así, la Constitución porteña dispone en el órgano peticionado no tiene el deber de producir
su artículo 1º que la Ciudad organiza sus instituciones información.
como democracia participativa y adopta para su gobier- Ahora bien, es trascendental aclarar que la informa-
no la forma republicana y representativa, estableciendo ción que sea proveída debe ser completa, veraz y perti-
asimismo que todos los actos de gobierno son públi- nente; esto implica la entrega de la totalidad de los datos
cos. A mayor abundamiento, el artículo 12 garantiza “el que posee, sin que medie ninguna clase de reserva. A su
derecho a comunicarse, requerir, difundir y recibir infor- vez, la veracidad exige que la información suministrada
mación libremente”; el artículo 46 asegura a los usuarios sea real y concreta. Por último, que sea adecuada requie-
y consumidores el acceso a una información transpa- re un vínculo directo con el objeto de la petición.
rente, adecuada, veraz y oportuna, a fin de proteger su Específicamente el derecho de acceso a la infor-
salud, seguridad y patrimonio. También los artículos 53 mación pública ambiental ha sido reglamentado por la
y 105, inciso 1º, en materia de administración de recursos Ley Nº 303.8 De conformidad con dicha legislación, “[t]
públicos, así como respecto de los contratos en los que el oda persona tiene derecho a solicitar y recibir informa-
Gobierno fuese parte, respectivamente. Y por supuesto, ción sobre el estado y la gestión del ambiente y de los
como venimos analizando, la cláusula ambiental in fine. recursos naturales, (...) sin necesidad de invocar interés
En lo que respecta al desarrollo infraconstitucional especial alguno que motive tal requerimiento” (art. 1º).
de esta prerrogativa fundamental cabe destacar, en prin- Por otra parte, define a la información ambiental en
cipio, que la Ley Nº 1047 reforzó el derecho a requerir y los siguientes términos:
recibir información. La legitimación activa es concedi-
da a “todas las personas” mientras que la legitimación a. Cualquier tipo de investigación, dato, informe
pasiva comprende desde todas las entidades guberna- concerniente al estado del ambiente y los recur-
mentales de la Ciudad hasta cualquier organismo en el sos naturales; b. Las declaraciones de impacto
que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tenga partici- ambiental de obras públicas o privadas proyec-
pación, por mínima que sea. tadas o en proceso de ejecución; c. Los planes y
programas, públicos y privados, de gestión del
Integrales (AMEAI) y Centro de Derechos Humanos y Ambiente (CEDHA), ambiente y de los recursos naturales y las ac-
Buenos Aires, 2006. tuaciones o medidas de protección referidas al
6. SÁNCHEZ MORÓN, Miguel, “Transposición y garantía del derecho de mismo (art. 3º).
acceso a la información sobre el medio ambiente”, Instituto Vasco
de Administración Pública, colección Urbanismo y Medio ambien-
te, Oñati, 1998, citado por MARTÍN, Santiago J., “El derecho de libre La norma es aplicable a la información obrante en
acceso a la información pública”, en: JIMENEZ, E. (coord.), Derecho poder del Gobierno de la Ciudad, de cualquier autoridad
Ambiental. Su actualidad de cara al tercer milenio, Editorial Ediar,
Buenos Aires, 2004, p. 332.
7. Ley Nº 104, publicada en el B.O.C.B.A del 29/12/98. 8. Ley Nº 303, publicada en el B.O.C.B.A del 13/01/2000.

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incluyendo a contratistas, concesionarias y empresas pri- de prerrogativas que tienen como objetivo garantizar
vadas que presten servicios públicos en su territorio (art. 2º). la armonía entre el hombre y su entorno, con la consi-
En cuanto a las obligaciones de los sujetos legitima- guiente repercusión que tiene en los derechos funda-
dos en forma pasiva, el artículo 5º prescribe que deberán: mentales individuales, por una parte, y en los derechos
1) Prever una adecuada organización y sistematización sociales, por la otra.
de la información que se genere en las áreas a su cargo; Por ende, hoy no existen dudas sobre su inclusión
2) Facilitar el acceso directo y personal a la información en el catálogo de los denominados “derechos humanos
que se les requiera y que se encuentre en la órbita de su de tercera generación”, claro está, sin pretender agotar de
competencia y/o tramitación, sin perjuicio de adoptar este modo su caracterización con una orientación mera-
las medidas necesarias para evitar el entorpecimiento mente historicista. La protección eficaz del ambiente no
del normal desarrollo y funcionamiento de sus activida- depende exclusivamente de los aspectos normativos, ni
des; y 3) Otorgar, facilitar e informar quién pudiera tener de la actuación de los poderes públicos; por el contrario,
la información ambiental solicitada. La autoridad de es indispensable que esta tutela legal se complemen-
aplicación es el organismo del Poder Ejecutivo con com- te con el activismo judicial ejercido en pos de la sal-
petencia ambiental (art. 7º), en la actualidad la Agencia vaguarda de ese derecho, por el diseño de las políticas
de Protección Ambiental. públicas y, finalmente, por el accionar de cada habitante
En lo que concierne al procedimiento, la normativa en su carácter de parte integrante del ambiente. La con-
dispone que la solicitud deberá ser presentada ante la au- cepción del derecho ambiental fue receptada como un
toridad de aplicación, con la identificación del requiren- derecho-deber. Por un lado, el derecho de toda la ciuda-
te, sin estar sujeta a ninguna otra formalidad (art. 9º). La danía a gozar de un ambiente sano y, por el otro, el com-
misma deberá ser satisfecha en un plazo de quince días promiso de su preservación en respuesta a la solidaridad
hábiles o treinta si la información se encontrara en poder intergeneracional.
de terceros. Dicho lapso podrá ser prorrogado por otros A esta misma dirección apunta la línea jurispru-
quince días hábiles más, si mediaran circunstancias ex- dencial más reciente de la Corte Suprema de Justicia de
cepcionales que impidieran reunir la información peti- la Nación. Al respecto en el leading case “Mendoza”,9 el
cionada en el plazo contemplado. En este supuesto, el Máximo Tribunal sostuvo:
órgano requerido deberá comunicar las razones por las
cuales hará uso de la prórroga (art. 10). El reconocimiento de estatus constitucional del
El artículo 12 consagra el principio de gratuidad, al derecho al goce de un ambiente sano, así como
enunciar que: “No se podrán imputar otros costos a la so- la expresa y típica previsión atinente a la obli-
licitud de información que no sean los que surjan de la gación de recomponer el daño ambiental no
solicitud de copias de los registros o documentos en los configuran una mera expresión de buenos y
que conste la información requerida”. deseables propósitos para las generaciones del
A su vez, el artículo 17 dispone que quedará excep- porvenir, supeditados en su eficacia a una po-
tuada toda información que: 1) se encuentre resguarda- testad discrecional de los poderes públicos, fe-
da o protegida por leyes especiales; 2) afecte la esfera de derales o provinciales, sino la precisa y positiva
privacidad de las personas, y 3) se encuentre vinculada decisión del constituyente de 1994 de enumerar
con las inspecciones y otros procedimientos a llevarse y jerarquizar con rango supremo a un derecho
a cabo por el Gobierno de la Ciudad, antes de su realiza- preexistente (...). La tutela del ambiente importa
ción. En estos casos, las entidades públicas o privadas el cumplimiento de los deberes que cada uno de
deberán remitir al solicitante, por intermedio de la auto- los ciudadanos tienen respecto del cuidado de
ridad de aplicación, un informe fundado que establezca los ríos, de la diversidad de la flora y la fauna,
las causales de manera indubitada (art. 11).
La recepción constitucional de este instrumento de 9. CSJN, Fallos 329:2316, “Mendoza, Beatriz S. y otros c/ Estado Na-
política ambiental representa una categoría sustantiva cional y otros”, 2006.

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ARTÍCULOS

de los suelos colindantes, de la atmósfera. Estos el medioambiente es el “conjunto de circunstancias cul-


deberes son el correlato que esos mismos ciu- turales, económicas y sociales en que vive una persona
dadanos tienen a disfrutar de un ambiente sano, o grupo humano”.
para sí y para las generaciones futuras, porque En sentido amplio, puede aseverarse que el ambien-
el daño que un individuo causa al bien colecti- te es el entorno donde las personas desenvuelven su
vo se lo está causando a sí mismo. La mejora o existencia; comprensivo no sólo de la naturaleza sino
degradación del ambiente beneficia o perjudica también de las modificaciones que sobre esta realiza el
a toda la población, porque es un bien que perte- ser humano. Lo que significa que puede ser conceptua-
nece a la esfera social y transindividual, y de allí lizado como la sumatoria de la naturaleza –incluyendo
deriva la particular energía con que los jueces recursos y elementos naturales– y las manifestaciones
deben actuar para hacer efectivos estos manda- humanas –sociales, culturales y económicas–.
tos constitucionales. En suma, se entiende por “ambiente” a la sistema-
tización de diferentes valores, fenómenos y procesos
tanto naturales como sociales que condicionan, en un
determinado tiempo y espacio histórico, la vida y el
Ordenamiento territorial ambiental desarrollo de organismos vivos, en una simbiosis inte-
gradora de relaciones de intercambio del hombre con
El paradigma ambiental transita un camino que los demás seres vivos, de los individuos entre sí, como
toma especialmente en cuenta el interés colectivo para también entre los diferentes recursos naturales renova-
garantizar el individual. Así, en aras de salvaguardar bles y no renovables.
relevantes valores comunitarios –entendiendo como Es decir, que puede ser definido como “aquel sistema
bien tuitivo la propia naturaleza– permite limitar de- global constituido por elementos naturales, artificiales
rechos individuales. En similar sentido, se pronunció de naturaleza física, química o biológica, sociocultura-
el Tribunal Constitucional español10 al admitir el valor les y sus interacciones, en permanente modificación
“calidad de vida” y, como una derivación lógica, la ne- por la acción humana o natural, que rige y condiciona
cesaria tutela del ambiente, como criterios legitimado- la existencia y el desarrollo de la vida en sus múltiples
res para imponer restricciones al derecho de propiedad manifestaciones”.11
y demás actividades económicas lesivas para dichos Siguiendo esta línea argumental, el ambiente puede
bienes constitucionales. concebirse en forma restrictiva o amplia. Para la primera
Así, supone un planteamiento positivo al estable- postura está integrado por el conjunto de elementos
cer directrices básicas de acción tendientes no sólo a físicos que lo rodean –o entre los cuales se desenvuel-
proteger y defender, sino también a mejorar y, cuando ve– la existencia de las personas. Así, la tierra, el aire, el
corresponda, restaurar el ambiente. Constituye una agua, la flora, la fauna y todos aquellos objetos materia-
concepción concreta de la interacción del hombre y la les que son obra del hombre, conforman el ambiente,
naturaleza, a través de la cual se consideran los sujetos sean elementos de carácter natural o artificial. Mientras
históricos que operan en un determinado medio en el que para la segunda concepción –amplia–, el ambiente
que estos desarrollan su personalidad. abarca también las circunstancias y condiciones físicas,
Es del caso remarcar que la conceptualización del sociales, culturales y económicas bajo las cuales se des-
ambiente ha sido objeto de un arduo debate doctrinario; envuelve la vida humana.
en efecto, coexisten una multiplicidad de definiciones Ciertamente existen diferentes tendencias vincu-
que abarcan elementos sociales, culturales, bióticos y ladas a la definición del ambiente. Un concepto res-
abióticos que interactúan en un espacio y tiempo delimi- tringido incluye únicamente los recursos naturales y la
tados. Según el diccionario de la Real Academia española
11. LORENZETTI, Ricardo L., “La protección jurídica del ambiente”, LL
10. STC 227/1988, 29-11-88. 1997-E, p. 1463.

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interacción entre estos. En contraposición, una concep- El artículo 8º de la Ley General del Ambiente enuncia al
ción amplia comprende además el paisaje y los deno- ordenamiento ambiental del territorio como uno de los
minados “valores ambientales” de utilidad, agrado o de instrumentos de la política y la gestión ambiental pero
placer producidos por el ambiente. Entre estos últimos, sin definirlo. Por su parte, el artículo 9 del mismo cuerpo
están contemplados los valores de uso y los intangibles.12 normativo dispone que el ordenamiento ambiental de-
De lo expuesto surge con absoluta claridad que el sarrollará la estructura de funcionamiento global del
ambiente no es una acumulación de diversos elementos, territorio de la Nación y se generará mediante la coor-
sino que debe ser entendido como un sistema integrado; dinación interjurisdiccional entre los municipios y las
esto es, como un conjunto de elementos que interactúan provincias, y de estas y la Ciudad de Buenos Aires con la
entre sí, provocando nuevas propiedades que no resultan Nación, a través del Consejo Federal de Medio Ambiente,
inherentes a los elementos aislados. En consecuencia, se siendo este último quien deberá considerar la concerta-
adopta una visión sistemática: el ambiente debe ser con- ción de intereses de los distintos sectores de la sociedad
siderado como un todo, es decir, en forma holística. entre sí, y de estos con la Administración Pública.
Desde esta perspectiva, es decir, enrolándose en A su vez, el artículo 10 hace referencia al proceso
una concepción amplia del ambiente –comprensiva de ordenamiento ambiental poniendo el énfasis sobre
de los bienes sociales, naturales y culturales– el orde- el principio de realidad ambiental, en tanto contempla
namiento territorial deja de ser una mera planificación que deberán considerarse los aspectos políticos, físicos,
de los usos del suelo transformándose en la manifesta- sociales, tecnológicos, culturales, económicos, jurídicos
ción del modelo de desarrollo deseado que integra, entre y ecológicos de la realidad local, regional y nacional, a
otros aspectos, las aspiraciones sociales en relación a los fin de asegurar el uso ambientalmente adecuado de los
bienes colectivos. recursos ambientales, posibilitar la máxima producción
En un país federal como el nuestro, la primera cues- y utilización de los diferentes ecosistemas, garantizar la
tión que debe ser tenida en cuenta es la preeminencia mínima degradación y desaprovechamiento y promover
local del ordenamiento ambiental del territorio. Para lo la participación social en las decisiones fundamentales
cual se torna necesaria la coordinación institucional en del desarrollo sustentable. Como puede observarse, una
sentido horizontal a nivel de cada jurisdicción y la coo- de las notas principales del ordenamiento ambiental del
peración entre las diferentes esferas de poder. En este territorio es la participación ciudadana en su proceso de
sentido, la noción de “presupuesto mínimo de protección elaboración, por lo que debe construirse de “abajo hacia
ambiental” adquiere fundamental importancia, atento el arriba”, ya que de lo contrario se produciría la imposición
carácter de protección básica y equidad territorial que de un determinado modelo, lo que choca palmariamen-
aporta este concepto en la Constitución Nacional y que te con la legislación de referencia. Esta característica, a
ha sido desarrollado en la legislación nacional, especial- su vez, se ve robustecida por lo dispuesto en el artículo
mente en la Ley General del Ambiente Nº 25.67513 y las 21 de la Ley General del Ambiente al apuntar que: “La
leyes sectoriales de presupuestos mínimos de protec- participación ciudadana deberá asegurarse, principal-
ción ambiental. Estas normas deben ser respetadas tanto mente, en los procedimientos de evaluación de impacto
por las instancias provinciales como por las locales, y ambiental y en los planes y programas de ordenamien-
también ser complementadas desde dichas realidades to ambiental del territorio, en particular, en las etapas de
tanto en su sustancia como en su implementación.14 planificación y evaluación de resultados”.
A mayor abundamiento, el dispositivo legal prescribe
que en la localización de las distintas actividades antrópi-
12. DI PAOLA, María Eugenia, “El daño ambiental”, en Constitución de la
Nación Argentina y normas complementarias. Análisis doctrinal y juris- cas y en el desarrollo de asentamientos humanos, deberá
prudencial, t. II, Editorial Hammurabi, Buenos Aires, 2010, p. 218/231. tenerse presente, de manera prioritaria: a) La vocación de
13. Ley Nº 25.675, publicada en el B.O. del 28/11/2002. cada zona o región, en función de los recursos ambien-
14. FUNDACIÓN AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES (FARN), “El Ordena-
miento Ambiental del Territorio como herramienta para la prevención tales y la sustentabilidad social, económica y ecológica;
y transformación democrática de conflictos socio-ambientales”, p. 18. b) La distribución de la población y sus características

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ARTÍCULOS

particulares; c) La naturaleza y las características par- En consecuencia, la participación pública es conditio sine
ticulares de los diferentes biomas; d) Las alteraciones qua non para la validez del mismo. Esta exigencia es per-
existentes en los biomas por efecto de los asentamientos fectamente lógica si se tiene en cuenta que las decisiones
humanos, de las actividades económicas o de otras acti- gubernamentales que pueden afectar a toda la pobla-
vidades humanas o fenómenos naturales; y e) La conser- ción tienen muchas más posibilidades de ser efectivas
vación y protección de ecosistemas significativos. y perdurables a lo largo del tiempo si se consideran ade-
Sentado ello, cabe remarcar que el ordenamiento cuadamente al momento de su planificación todos los in-
ambiental del territorio tiende a promover el funciona- tereses que se ponen en juego. Es decir, si el proceso es
miento integrado, homogéneo y solidario de las distintas cerrado lo que disminuye es la legitimidad de la decisión.
esferas del Estado frente a los intereses de la sociedad. Desde esta óptica, la participación pública aumenta
De una interpretación integral de la legislación surge que las posibilidades de integrar el desarrollo con la preserva-
la finalidad última de esta herramienta estratégica de la ción del ambiente, lo que en última instancia contribuye a
política ambiental es tener ordenado ambientalmente mejorar las condiciones de vida de todos los habitantes.15
todo el territorio nacional, lo que obviamente implica que De lo expuesto surge que tanto la Ley General del
cada provincia y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires Ambiente como la Constitución de la Ciudad de Buenos
realicen las acciones tendientes a alcanzar dicho objeti- Aires prevén un amplio margen para la participación
vo coordinando sus acciones a través del Consejo Federal ciudadana, que da margen para la implementación
de Medio Ambiente (COFEMA). De ello se desprende que de una democracia más participativa. Los estándares
se trata de un concepto transversal en tanto no es posible están fijados, resta afianzar en la práctica el compromi-
circunscribirlo únicamente al ámbito del derecho, sino so conjunto de la población y las autoridades públicas
que es preciso complementarlo con nociones políticas, para que el derecho de participación sea efectivamente
económicas y sociales de una zona determinada. garantizado.
Del marco normativo reseñado pueden extraerse A su vez, el precepto constitucional objeto de este
las características principales que se le exigen al orde- análisis en catorce incisos consigna verdaderas polí-
namiento, entre las que se destacan: a) Desplegar una ticas de Estado. Puede advertirse que el constituyente
estructura que contenga el funcionamiento del territorio porteño entendió y otorgó trascendencia definitiva a la
argentino, de manera global; b) Concertar intereses, tanto cuestión ambiental de manera tal que todos los poderes
a nivel de los diversos sectores sociales como de estos del Estado deben diseñar políticas de acción teniendo en
con el Estado; c) Garantizar el uso “ambientalmente ade- cuenta los resguardos señalados.16
cuado de los recursos ambientales, posibilitar la máxima
producción y utilización de los diferentes ecosistemas”,
asegurando que la degradación y el desaprovechamiento Educación ambiental
sean mínimos, y d) Construir dicha estructura con base
en la participación social y la coordinación interjurisdic- Por último, mención especial merece el último
cional en dos escalas: Municipios/Provincias y Provin- inciso destinado a la educación ambiental en todas las
cias – Ciudad de Buenos Aires/Nación. La articulación modalidades y niveles, cuestión que también ha sido
de la segunda escala debe realizarse a través del COFEMA. contemplada junto con la información ambiental en el
Por su parte, la cláusula constitucional porteña artículo 41 de la Ley Suprema.
impone la indispensable implementación de políticas
de Estado en materia ambiental que integren en forma 15. FUNDACIÓN AMBIENTE Y RECURSOS NATURALES (FARN), Manual de Ciu-
dadanía Ambiental. Herramientas para ejercer los derechos de Acceso a
transversal el planeamiento, la gestión, el desarrollo eco- la Información Pública, Participación Ciudadana y Acceso a la Justicia,
nómico, social y cultural. En lo que específicamente con- Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Buenos Aires, 2010, p. 19.
cierne al ordenamiento ambiental del territorio dispone, 16. PIERINI, Alicia, LORENCES, Valentín, y COMPARATORE, Luis, Derecho
Ambiental. Aportes para un mejor planificación, gestión y control en
en concordancia con la normativa federal, que el mismo materia ambiental metropolitana, Editorial Universidad, Buenos Aires,
deberá ser elaborado a través de un proceso participativo. 2007, p. 65.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

Con relación a la educación ambiental, cabe recono- En el artículo 14 se establece categóricamente la


cer como antecedente de vital importancia el principio importancia de la educación ambiental como una herra-
19 de la Declaración de Estocolmo –1972– que expresa: mienta idónea para trasmitir valores, comportamientos
y actividades acordes con un ambiente sano entre los
Es indispensable una educación en labores ciudadanos, orientando sus conductas hacia la conserva-
ambientales, dirigida tanto a las generacio- ción de los recursos naturales y su utilización sostenible,
nes jóvenes como a los adultos, y que preste la de forma tal que redunde en beneficio de una mejora en
debida atención al sector de la población menos la calidad de vida a nivel general.
privilegiada, para ensanchar las bases de una Finalmente, el artículo 15 de la citada ley dispone
opinión pública bien informada y de una con- que, “[l]a educación ambiental constituirá un proceso
ducta de los individuos, de las empresas y de continuo y permanente, sometido a constante actualiza-
las colectividades, inspirada en el sentido de ción que, como resultado de la orientación y articulación
su responsabilidad en cuanto a la protección y de las diversas disciplinas y experiencias educativas,
mejoramiento del medio en toda su dimensión deberá facilitar la percepción integral del ambiente
humana. Es también esencial que los medios y el desarrollo de una conciencia ambiental (...)”. A su
de comunicación de masas eviten contribuir vez, ordena a las autoridades la coordinación con el
al deterioro del medio humano y difundan, por COFEMA de los programas para la implementación en
el contrario, información de carácter educativo los sistemas de educación. Teniendo posteriormente
sobre la necesidad de protegerlo y mejorarlo, las distintas jurisdicciones, el deber de instrumentar los
a fin de que el hombre pueda desarrollarse en programas básicos consensuados mediante las normas
todos los aspectos. correspondientes.17

La educación ambiental debe estar orientada hacia


la comunidad. Debe interesar al individuo en un proceso A modo de colofón
activo para resolver los problemas en el contexto de rea-
lidades específicas, así como fomentar la iniciativa, el En suma, los tres instrumentos aquí analizados
sentido de la responsabilidad y el empeño de edificar –acceso a la información, ordenamiento territorial y
un futuro mejor. Por su propia naturaleza, la educación educación ambiental– impactan desde el paradigma
ambiental puede contribuir poderosamente a renovar constitucional ambiental de la CABA en la legislación
el proceso educativo. Con objeto de alcanzar estos ob- local. Son elementos que todos los actores políticos y
jetivos, la educación ambiental exige la realización de jurídicos deben tener presentes al momento de la im-
ciertas actividades específicas para colmar las lagunas plementación en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires
que, a pesar de las notables tentativas efectuadas, siguen de un modelo de gestión que consagre el paradigma
existiendo en los sistemas de enseñanza. del desarrollo humano diseñado por los constituyentes
Es preciso mencionar que la misma también se en- hace ya más de un cuarto de siglo, y que en tiempos que
cuentra contemplada por la Ley General del Ambien- exigen repensar la Ciudad no deben estar ausentes.
te como uno de los objetivos de la política ambiental; al
respecto el artículo 2º prescribe: “La política ambiental
nacional deberá cumplir con los siguientes objetivos: (...)
h) Promover cambios en los valores y conductas sociales
que posibiliten el desarrollo sustentable, a través de una
educación ambiental, tanto en el sistema formal como en
el no formal (...)”. Asimismo, el artículo 8º de la misma nor-
mativa menciona, entre otros, la educación en la materia 17. LOPEZ ALFONSIN, Marcelo A., Derecho ambiental, Editorial Astrea,
como un instrumento de la política y la gestión ambiental. Buenos Aires, 2012, pp. 124-125.

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ARTÍCULOS

Contrastes de la ciudad.

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Laura Rocha

Periodismo, ecología y ciudades

Laura Rocha No sé si alguna vez les ha pasado a ustedes


Periodista ambiental. Cofundadora
pero el Jardín Botánico es un parque dormido en
y presidenta de la Asociación Civil
Periodistas por el Planeta, fue el que uno puede sentirse árbol o prójimo siempre
columnista ambiental del diario y cuando se cumpla un requisito previo. Que la
La Nación durante diecisiete años.
ciudad exista tranquilamente lejos.
Cubrió cumbres internacionales del
clima (la COP en Buenos Aires, Río+20, El secreto es apoyarse digamos en un tronco
la Cumbre de París y la COP22 en y oír a través del aire que admite ruidos muertos
Marrakech) así como varios eventos
cómo en Millán y Reyes galopan los tranvías (...).
internacionales relacionados con el
clima. En la actualidad es periodista
Fragmento del poema A la izquierda del roble,
freelance de Infobae. Conduce hace diez
años el programa de radio “Cuestión de Mario Benedetti.
Ambiental”, en FM Cultura.

La ciudad moderna tal como la conocemos aparece


muchas veces desconectada del ambiente natural que la
rodea. Sin embargo, el suelo urbano, los espacios verdes,
ríos y arroyos que las cruzan, algunas veces entubados,
otras a cielo abierto, son parte de la vida cotidiana de mi-
llones de personas acostumbradas a patear el asfalto.
Argentina, en tanto integrante de América Latina, está
dentro del grupo de países que cuentan con las más altas
tasas de urbanización del planeta. Y la Ciudad de Buenos
Aires forma parte de una inmensa mancha urbana.
Ambas realidades deben ser tenidas en cuenta a la
hora de poder hacer un análisis sobre la comunicación y

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ARTÍCULOS

el periodismo ambiental así como su rol y protagonismo las otras ciudades escinde temas relacionados directa-
para comprender las complejidades socioeconómicas mente con cuestiones ambientales y los transforman o
que caracterizan a las grandes urbes. El desafío de en- atienden con recursos concernientes a otras áreas como
tender acabadamente estas relaciones no sólo fortalece- Desarrollo Social (como si no estuviera relacionado con
ría el rol de los cronistas urbanos sino también el diseño el medio), Economía o Desarrollo Urbano. Ejemplos
de políticas públicas metropolitanas. sobran, aunque en este artículo empezaré por referirme
Naciones Unidas,1 en su informe GEO-4, reconoce y analizar algunos de ellos: gobernanza metropolitana,
el carácter multidimensional de la pobreza y afirma que contaminación de cuencas, residuos y espacios verdes.
disminuye la capacidad de las personas para respon- La gobernanza metropolitana no sólo debe medirse
der y adaptarse a los cambios del entorno. La pobreza en términos de eficiencia para el diseño de políticas
y la desigualdad son hoy expresiones primordialmente públicas sanitarias, de movilidad o económicas. El am-
urbanas y se plantean como dos de los retos más impor- biente juega un rol central en todas esas definiciones.
tantes para el presente milenio. El ambiente no responde a una única jurisdicción. La
Pese a la complejidad de los problemas ambien- contaminación del aire de la Ciudad de Buenos Aires no
tales presentes en las ciudades ellas son, hoy más que se detiene cuando se cruza el Puente Pueyrredón hacia
nunca, el lugar donde se concentra y dinamiza la eco- Avellaneda o a la inversa. Tampoco sucede eso con los
nomía, donde se desarrollan e implementan los avances parques ribereños, verdaderos corredores ecológicos. La
tecnológicos, donde la producción cultural encuentra gestión de residuos, que aparece claramente como una de
su espacio natural y el lugar, por excelencia, donde el las pocas políticas vernáculas interjurisdiccionales, des-
Estado nacional, regional y/o local, toma las decisiones; atiende, sin embargo, la realidad económica y social del
lo que las posiciona en el siglo XXI como el factor más rol fundamental de los recicladores. Con estos ejemplos
influyente en el desarrollo a nivel global.2 se puede ver claramente que la agenda de los medios de
Esta definición recuerda el estatus político que han comunicación obedece, en la mayoría de los casos, a la
ido ganando las ciudades, independientemente de los agenda política. La falta de incentivos a la especializa-
Estados nacionales. Cómo Nueva York, Buenos Aires, ción del periodismo y la transición en la que ha entrado
San Pablo, Barcelona o Tokio, por mencionar algunas el negocio de las empresas periodísticas colaboran con
megalópolis, pueden entrar en una suerte de compe- este escenario poco favorable para el abordaje integral.
tencia por la calidad de vida, de servicios, de bienestar, En términos políticos, aunque existen ensayos de
de destino turístico. Es allí donde, según la mirada de la entes interjurisdiccionales en el Área Metropolitana de
catedrática holandesa Saskia Sassen (La ciudad global, Buenos Aires es aún muy precario su alcance político
1991), desde 1980 se han instalado, indistintamente, las real, así como también la dimensión que el ambiente
grandes empresas multinacionales y ello ha acelerado juega en estos escritorios. En el mismo sentido, cuando
la globalización. se conoce una noticia relacionada con estos temas, el
¿Es este proceso el que ha disociado la relación de los debate periodístico apunta a mostrar de forma binaria
hombres con la naturaleza? No creo que así sea. La polu- el conflicto. Un distrito versus el otro, sin mayores ex-
ción y la contaminación en las grandes urbes europeas plicaciones que presupuestos o recursos.La contamina-
data de varios siglos, así como el despojo por los ambien- ción de las cuencas de agua y sus efectos sobre la vida
tes naturales. Sin embargo, la nueva agenda urbana que de las personas es uno de los problemas que enfrentan
proponen los gobiernos para poder estar “a la altura” de las grandes urbes, especialmente en América Latina.
En la Ciudad de Buenos Aires, el Riachuelo es el mejor
1. Programa de Naciones unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), ejemplo. En términos de calidad ambiental de las aguas,
“Informe Perspectivas del Medio Ambiente Mundial: medio ambiente no sólo el río corre con niveles de oxígeno que no per-
para el desarrollo (GEO-4)”, Madrid, 2007. miten el desarrollo de la vida en muchos de sus tramos,
2. Marcela Navarrete-Peñuela, “Desarrollo urbano sustentable: el gran
desafío para América Latina y los preparativos para Hábitat III”, Revista sino que los arroyos que desembocan en él también
Luna Azul, Nº 45, 2017. padecen la polución y la arrastran.

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

¿Se trata sólo de un conflicto ambiental? De ninguna (ACUMAR) y a un racconto de la ineficiencia en el cum-
manera, pero lo ambiental atraviesa toda la problemáti- plimiento de esa manda judicial. Las historias de los
ca. Porque es la contaminación la que multiplica los pro- afectados aparecen, en general, como datos de color y
blemas de la inequidad. Esto no sólo ocurre con un río no como causa y consecuencia de la inacción política
que reparte mugre, también sucede con los efectos que y judicial.
el cambio climático genera en el planeta. Quienes tienen La gestión de residuos en el AMBA no es menos
menos recursos, son los que más padecen sus efectos. complicada. El problema se replica en otras grandes
En la serie de cuadernillos “Las radios comunitarias ciudades de América Latina. En estas latitudes, en la
en la Cuenca del Riachuelo” realizada por la Facultad de región metropolitana donde se generan por día 21.000
Ciencias Sociales de la UBA, se reflexiona largamente toneladas de residuos diarios,44 se eligió el relleno
sobre el rol y los alcances del periodismo ambiental. sanitario como modo de disposición final de los de-
sechos. Todos los que permanecen abiertos están en
Frente a la información económica o la política, territorio bonaerense. Alrededor de los residuos, tema
la información ambiental parece que quieren que sí está en la agenda ambiental, también apare-
que siga siendo de ‘segunda división’, como lo cen los recuperadores urbanos, llamados cartoneros
son también la información sobre asuntos so- en la Argentina. En nuestro país, los residuos son ju-
ciales, ciencia y cultura. Y eso a pesar de que risdicción municipal y es por eso que las soluciones
serán los problemas ambientales que ahora se dependen de cada municipalidad. No existe una ley
vislumbran los que obligarán a frenar el actual nacional sobre separación de residuos y prácticas para
sistema de desarrollo y a buscar políticas más mejorar la recolección desde el origen. Las iniciativas
sostenibles para garantizar la supervivencia y su cumplimiento dependen de cada municipio. No
sobre el planeta (...). existe tampoco una ley nacional de envases que exija a
Desde este punto de vista, podemos reflexionar los fabricantes que sean responsables de los residuos
que los periodistas ambientales que trabajan en que generan los productos que venden, conocida como
medios masivos también están inscriptos en la Responsabilidad Extendida del Productor.
lógica de los medios de comunicación. Es decir Con la crisis del 2001 empezaron a aparecer en las
que la propia mercantilización de la información calles estas personas que comenzaron buscando en
hace que la temática ambiental quede subordina- los residuos una forma de supervivencia. Años más
da por diferentes razones (motivos económicos, tarde decenas de cooperativas funcionan como ver-
políticos, culturales, interrelacionados). En este daderas pequeñas empresas que mostraron a buena
sentido, los medios comunitarios pueden esta- parte de la clase política que los residuos son recursos.
blecerse como un territorio más fértil para un Sin embargo, aún no consiguen que las políticas de
periodismo ambiental entendido más allá de la gestión de basura sean integrales. Y, nuevamente, la in-
lógica de la especialización profesional .3 equidad vuelve a mostrar lo difícil que resulta obtener
un logro y cómo lo ambiental es otra vez ignorado en
¿Qué sucede con los grandes medios? Más allá de desmedro de una urgencia social. Cuánto más sencillo
la calidad y extensión de las coberturas, la dinámica sería encararlo conjuntamente.
que se ha presentado en el caso Riachuelo apunta a
informar respecto del ente interjurisdiccional creado
tras la sentencia de la Corte Suprema de Justicia en
2008, la Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo
4. Entrevista a Francisco Suárez, experto en residuos, antropólo-
go e investigador de la Universidad Nacional de General Sarmiento,
3. “Periodismo Ambiental (cuaderno II)”, Facultad de Ciencias Socia- Infobae, 17/08/2019. Disponible en https://www.infobae.com/def/
les de la UBA, http://www.sociales.uba.ar/wp-content/blogs.dir/219/ def-medio-ambiente/2019/08/16/crisis-ambiental-se-producen-21-
files/2018/02/cuaderno-II-nuevo.pdf. 000-to neladas-de-residuos-por-dia/.

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ARTÍCULOS

El sitio periodístico paraguayo El Surti5 aporta circunscribe a los centímetros de verde que podamos
estos datos respecto a la actividad de los recicladores pisar, sino que el análisis es más profundo.
en América Latina: Como se dijo al principio, estos lineamientos que
planteo presentan un gran desafío para el periodis-
• De 18 países de la región, en 11 los reciclado- mo. Estos temas, que no son los únicos (no mencioné
res se aglutinan en movimientos nacionales. parques industriales, huertas urbanas, pesticidas en el
Según un estudio de la Red Latinoamericana y agua e industrias extractivas que se desarrollan en otras
del Caribe de Recicladores (Red LACRE), el 61% jurisdicciones pero terminan en el puerto de Buenos
de los países estudiados posee políticas públi- Aires o generando energía para las áreas residenciales
cas con enfoque de reciclaje que incluye a los más pobladas), deben ser todos atendidos para mejorar
recicladores. esas coberturas en los medios de comunicación.
• La mayoría de los 4 millones de recicladores in- Pero no puedo seguir este análisis sin mostrar
formales en América Latina son mujeres que se qué es lo que sucede con los periodistas ambientales y
organizan para sobrevivir con el reciclaje. Y, a la con los medios de comunicación en la Argentina y en
vez, nos salvan a todos. América Latina. El periodismo está atravesando, como
muchos otros sectores, una transición cuyo resultado no
Cada latinoamericano, cada latinoamericana genera puede predecirse aún. La irrupción de las redes sociales
un kilo de basura al día en promedio y la región en su y el uso globalizado de la Web ha cambiado por comple-
conjunto produce unas 541.000 toneladas, lo que repre- to redacciones y medios.
senta alrededor de un 10% de la basura mundial. Este En ese sentido, también ha cambiado el periodismo
trabajo periodístico es interesante y es un gran ejemplo ambiental. Un aspecto positivo es que las preocupacio-
porque muestra todas las aristas de la actividad de los nes de las personas, canalizados a veces por las redes, y
recicladores: la social, la económica, la laboral y la que los acuerdos internacionales, como el Acuerdo de París
pretende disminuir la brecha de desigualdad. Todo atra- de 2015, han generado un aumento en la circulación de
vesado por lo ambiental. noticias referidas al ambiente en el mundo. Esta tenden-
Como último ejemplo de complejidad y abordaje cia también se replica en el país y en la región. Así la
ecológico en las ciudades aparecen los espacios verdes. describe Fermín Koop, periodista especializado en am-
Es tal vez la medida promedio que ha encontrado el biente fundador del portal Claves 21 en Periodismo Am-
planeta de determinar la cantidad de m2 de verde de la biental en América Latina:6
que puede disfrutar cada habitante. En la Ciudad de
Buenos Aires, como sucede con cualquier otro indicador, El periodismo ambiental ha experimentado
el acceso es dispar. Hay barrios en donde árboles, plazas cambios sustanciales en América Latina en las
y parques están a menos de 200 metros de las personas últimas décadas, pasando de ser casi invisible en
y otros, como la zona centro, donde los balcones son la los medios de comunicación de la región a tener
única fuente “verde”. un papel más significativo. Esos acontecimien-
Aquí la variable entre los espacios verdes y la po- tos reflejaron el creciente número de conflictos
blación está muy relacionada con la evolución en los sociales y ambientales en la región, ya que un
precios del suelo urbano que no para de aumentar en la número cada vez mayor de reporteros se intere-
capital argentina de la mano del pretendido desarrollo só en cubrir esos temas, abriendo así las puertas
urbano. Las teorías de mayor densificación y los cambios a una amplia gama de proyectos de periodismo
en los códigos de planeamiento avalan este crecimiento independiente sobre cuestiones ambientales.
que no hace más que acrecentar las diferencias. Es im- América Latina está considerada como uno de
portante destacar aquí entonces que lo ambiental no se los lugares más peligrosos del mundo para los

5. El Surti, https://archivo.elsurti.com/historias/economia-reciclaje. 6. Ver: https://claves21.com.ar

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REVISTA INSTITUCIONAL DE LA DEFENSA PÚBLICA

ecologistas y los defensores de los derechos o Ciudad, según el medio, el tema y el artículo del que
humanos. Cada año se encuentra en la cima del se trate. Es así que puede suceder que, por ejemplo, una
número de activistas muertos por luchar contra noticia sobre calidad de aguas del Riachuelo pueda publi-
una presa, la perforación de petróleo o proyec- carse en cualquier de estos tres apartados mencionados.
tos de minería Al periodista que se dedica a cubrir temas ambienta-
Estos conflictos violentos sacudieron muchas les en la Ciudad de Buenos Aires también le toca compe-
salas de redacción, que generalmente descuida- tir en la agenda con secciones como Política o Economía
ron las cuestiones ambientales, publicando sólo cuando se toca algún tema de desarrollo urbano con
pequeños artículos que ni siquiera se publica- fuertes intereses económicos o cuando se debate el abul-
ban diariamente. Los medios de comunicación, tado presupuesto de la jurisdicción o incluso cuando se
principalmente periódicos y revistas, comenza- elige jefe de gobierno. Muy pocas veces los periodistas
ron a recibir llamadas y cartas por las crecientes que se dedican a temas ambientales tienen protagonis-
tensiones en las actividades extractivas, que no mo en estas ocasiones.
podían ser ignoradas. Un pequeño pero activo Aunque la descripción no aparece como optimis-
grupo de reporteros comenzó a presionar a sus ta, poder desarrollar las nuevas narrativas y acercar los
editores para aumentar la cobertura ambiental. temas en toda su complejidad al público presenta una
Muchos medios de comunicación experimen- gran oportunidad para los periodistas ambientales. Esta
taron un cambio de paradigma fundamental crisis ante la que nos puso el COVID-19 en 2020 muestra
al comenzar a informar sobre cuestiones que que la naturaleza es resiliente. Que a pesar de la acción
dos décadas antes nunca habrían llegado a la humana las especies y los ambientes se recuperan
primera página de un medio de comunicación cuando no hay actividad de las personas. Y que la salud
latinoamericano. humana depende de la relación con la naturaleza. Que un
A pesar del mayor papel que se le ha dado a las virus puede empezar a esparcirse en un mercado de una
noticias ambientales en la región, los repor- ciudad multitudinaria y alcanzarnos. Que la inequidad
teros especializados aún enfrentan una limi- sigue siendo el mayor problema que afecta a la huma-
tación que tardará mucho tiempo en cambiar. nidad. Es una gran oportunidad y un gran desafío para
No importa el país, en toda América Latina el las políticas públicas. Y para los periodistas ambientales.
número de periodistas que informan sobre el
medioambiente sigue siendo muy bajo, lo que
limita la cobertura. Sólo hay un puñado de pe-
riodistas especializados en medioambiente en
cada uno de los países de la región. La calidad
y el alcance de la cobertura informativa suele
estar vinculada a sus esfuerzos y perseveran-
cia individuales, ya que normalmente tienen
que convencer a sus editores de que les den
suficiente espacio. La mayoría de estos espe-
cialistas trabaja para publicaciones digitales e
impresas, lo que limita el periodismo ambien-
tal fuera de estos formatos.

A este escenario se puede agregar que ninguno de


los diarios impresos de Argentina cuenta con un suple-
mento o sección especial sobre ambiente. En general, las
noticias se ubican en las secciones de Sociedad, Ciencia

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Agradecimiento a Peter Bauza

Agradecemos la colaboración de Peter Bauza, fotógrafo alemán


especializado en fotografía documental, por haber cedido algunas
de las imágenes su  investigación documental  sobre la Cuenca
Matanza-Riachuelo para ilustrar esta Revista.

Su trabajo se destaca por contar historias de vida a través


del lenguaje visual. Desde hace 20 años, vive en Sudamérica y
frecuentemente viaja a África, donde hace foco a través de su
lente en temas sociales, geopolíticos, ambientales, especialmente
vinculados con salud y culturas desprotegidas. 

La obra de Bauzá ha sido expuesta en varios museos, y sus fotos


se han publicado en numerosos medios internacionales como The
Washington Post, Marie Claire, The Guardian, Clarín, La Nación, etc.

Entre otros reconocimientos a su trabajo, en 2017 fue ganador del


premio World Press Photo en la categoría Historias Contemporáneas.

Más información en peterbauza.com 


Edición y diseño a cargo de la Dirección
de Comunicación Institucional

Dirección de Prensa
Lic. Claudia Román

Edición
Lic. Sofía De Giovanni
Lic. Florencia Di Santo
Prof. Marcela Ferradás
Catalina Lanús
Lic. Ana Mangialavori
Correctora
Patricia Andrea Porchia

Diseño
Diseñador Gráfico Marcelo Miraglia
Diseñadora Gráfica Ana Laura Pasquadibisceglie
Directora de Arte Aixa Rizzo
Diseñadora en Comunicación Visual Florencia Sisti

Fotografía y Contenidos Digitales


Ángel Aberbach
Facundo Barreto
Realizadora María Amanda Celi
Lic. Juan Duacastella
Guillermo Fernández
Mariano Fernández
Lic. Marianela Nappi
Yanina Palmeyro
Raquel Pannunzio
Lic. Florencia Paltrinieri
Diseñadora Audiovisual Glenda Ross
Lic. Martina Tarelli

Equipo de Prensa
Lic. Mariana Cáceres
Pablo Chernomoretz
Lic. Mariana Domínguez
Jimena Fernández Rearte

La presente publicación ha sido elaborada con la tipografía


Journalist Text del tipógrafo Sergio Rodriguez.

Publicación del Ministerio Público de la Defensa de la Ciudad


Autónoma de Buenos Aires. Defensoría General. Edificio Dr. Arturo
Enrique Sampay, México 890 (CABA).

Comentarios, sugerencias y colaboraciones:


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