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ESTUDIOS ROMANOS
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RESUMEN
ENSAYOS Y ESTUDIOS
Marta Variali, «Cuanto más los ganará el héroe de arriba». El padre Resta y el deseo de
uniformidad en la época de Pietro da Cortona en el ciclo de la nave de Santa Maria in
Vallicella ......................... ... ............................................................. ... ..... 189
Alessandro Mazza, El Jardín Orsini, luego Villa Conti en Terme Eleniane: uno
contaminación singular entre antiguo y barroco ............................................... .......... 209
Ronald T. Ridley, ¡No más agua en las cuerdas! Una leyenda en la mudanza del Vaticano
Obelisco .................................................. .................................................... .......... 293
Massimiliano Ghilardi, La fábrica de mártires en la Roma de finales del siglo XVIII ........ 307
Gianluca Schingo, Anfiteatro Flavio: restauraciones, demoliciones y reconstrucciones entre los siglos XIX y
siglo 20 ................................................ .................................................... ......... 343
Domenico Rocciolo, Ennio Francia, sacerdote romano y crítico de arte .......................... 403
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4 Resumen
NOTAS E INTERVENCIONES
RESEÑAS
Vida del Instituto Nacional de Estudios Romanos (La Redacción) ................................ 499
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*
Esta aportación, una reelaboración de reflexiones ya parcialmente anticipadas en el
ensayo El santo con dos pies izquierdos. Notes on the genesis of ceroplastic corpisants, Città di
Castello 2019, debe mucho a la cortesía de amigos y colegas que no han escatimado consejos y
documentos sobre el tema. Entre tantos, permítanme agradecer especialmente a Gabriela
Sánchez Reyes, a quien debo mucha documentación fotográfica y fructíferos y continuos
intercambios de información sobre el tema de los corpisanti, y a Don Antonio Minucci, párroco de
Sorano, por haberme permitido con gran voluntad de investigar los restos mortales de Santa
Felicissi pero. También fueron preciosas las frecuentes comparaciones con Don Damiano Pomi y
no menos precioso el material fotográfico que me ofrecieron varias veces Terenzio Flamini, Don
Damiano Grenci, Giuseppe Mariucci, Giorgio Nestori, Gianluca Nicolini, Attilio Ravelli y Manuele
Scagliola.
1
Sobre Antonio Magnani, un médico de Sorano hasta ahora completamente desconocido,
se me permite ahora referirme a lo reconstruido en M. Ghilardi, Antonio Magnani y la invención
del corpisanti en ceroplastic, en Ceroplastics. El arte de la cera, comisariada por R. Ballestriero - O.
Burke - FM Galassi, Roma 2019, págs. 59-66.
2 Véase A. Selvi, santa Felicissima mártir copatrona de Sorano. Traslado del cuerpo desde
Roma y fiestas de la década 1772-1781, en «Maremma. Boletín de la Sociedad Histórica Marem
mana”, 2-3 (1931), pp. 79-111.
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5 Sobre los oficios del sacristán, véase lo recogido por G. Moroni, sv Sagrista del papa, en G.
Moroni, Diccionario de erudición histórico-eclesiástica desde San Pedro hasta nuestros días, I-CIII,
Venecia 1840-1861, LIX ( 1852), págs. 171-196. Véase también la cuidadosa imagen propuesta por G.
Monti, De Palatii Apostolici Sacrista brevis historia e genuinis documentis desumpta, en «Analecta
Augustiniana», 16 (1973), pp. 233-247 e Id., La Sagrista del Palacio Apostólico. Apuntes históricos,
en «Boletín Histórico Agustiniano», 13 (1937), pp. 132-149. Con referencia particular al cuidado de
las reliquias, me permito referirme también a Il Sacrista, el pintor y las reliquias a mi estudio.
Una carta inédita de Angelo Rocca, Praefectus Sacrarii Apostolici, en "Analecta Augustiniana", 76
(2013), pp. 131-150. Por último, véase ahora la detallada y preciosa contribución de J.-M.
Ticchi, Mons. Sacristé y la distribución de las reliques des catacombes en el espacio italiano, en
Reliques romaines. Invention et circulation des corps saints des catacombes à l'époque moderne,
sous la direction de St. Baciocchi - Ch. Duhamelle, Roma 2016, pp. 175-223.
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Incluso antes de que las reliquias óseas del santo llegaran a manos de
Magnani -las reliquias en realidad le habían sido concedidas pero hubo
tiempos burocráticos para que los huesos salieran del labio papal sanoteca
con todas las autorizaciones notariales-, este último se puso manos a la obra
para buscar identificar a todos los trabajadores que participarán en la creación
del simulacro. Una rica y preciosa correspondencia manuscrita nos informa
sobre estos aspectos. De hecho, fue necesario que un gran número de
artesanos especializados trabajaran en la construcción de la reliquia: un
carpintero para la creación de la urna, un dorador para la pintura dorada de
algunas partes de la caja, un vidriero para la producción de placas de vidrio
que cerraban el estuche dejando el cuerpo a la vista, un tapicero que realizaría
el revestimiento del majestuoso relicario, un terassaio que se encargaría de
arreglar la cama y los cojines sobre los que se colocaría el cuerpo y un sastre
que proporcionaría y cosería la tela que hace para vestir el preciado simulacro.
A ellos obviamente se agregó un médico que se encargaría de la recomposición
anatómica de los huesos, pero el mismo Magnani se había propuesto para
este propósito. Un gran número de artesanos, por tanto, se habrían implicado
en la construcción de la reliquia, para lo que, por tanto, se necesitaba mucho
dinero. Por esta razón, Magnani inmediatamente comenzó a pedirle a Leandri
que recolectara tantas limosnas como fuera posible en el mismo Sorano. Y,
para ello, sin duda, el párroco habría sido de gran ayuda si el domingo,
durante la misa, hubiera advertido a los fieles de los trabajos que se estaban
realizando en Roma, pidiéndoles que donaran grandes donaciones para
contribuir así a los gastos. . Magnani en sus cartas es muy explícito al
respecto: se necesitaban muchos fondos para crear el simulacro, a pesar de
que todos los trabajadores involucrados ofrecían su trabajo a precios muy
bajos. Esto se debió a que la relación de trabajo estuvo mediada por el respeto
que los artesanos le tenían al Príncipe Ruspoli, gracias a lo cual Magnani
pudo beneficiarse de tarifas muy convenientes y competitivas. De un cálculo
inicial de los gastos que Magnani sometió a Le Andri, para la realización del
simulacro, se habrían necesitado en total doce escudos y veinte baiocchi, una
cifra bastante considerable para la época, que sin embargo debía parecer
bastante limitada dado que muchos artesanos involucrados habían prometido
hacer su trabajo gratis. Las obras, sin embargo, avanzaron muy lentamente debido a la falta
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6 Ver Gaceta Toscana 45, 1772, p. 3: «Sorano 11 de octubre. Vista esta tierra sumamente
favorecida por la bondadosa caridad de SP Clemente XIV. felizmente Reinando con el don del
Sagrado Cuerpo de S. Felicissima martirizada en Faleria, ciudad destruida en los confines de la
antigua Etruria, el júbilo con que todo este pueblo, con la eliminación del número de Señores
Extranjeros, recibió el preciado tesoro es indecible. El Rvdmo. Cabildo con todo el Clero, el
Magistrado y Compañías, salió fuera de los muros para recibir el Venerable Arca en cuyo interior,
ricamente ataviada con estilo heroico, vemos a la dicha Santa con una redoma de cristal llena
de su Sangre, en orden ordenado. Larguísima y devota Procesión seguida de continuos disparos
de mortales, y gran número de antorchas. Con este tren fue llevada a la Colegiata, donde en
medio de una gran copia por la tarde, fue colocada en el nuevo Altar levantado en medio del
Sancta Sanctorum. Seguidamente se dio el comienzo de la Misa solemne, momento en el cual en alabanza de dich
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Heroína, un elegante Panegírico fue recitado por el P. Gaetano da Sestino, predicador capuchino,
que recibió el aplauso universal de los ciudadanos y de los extranjeros, que aún más desde lugares
lejanos concurren a venerar el Santo Depósito».
7 Archivo Histórico del Vicariato de Roma, Parroquia de Santa Maria in Campo Carleo, Status
animarum, 1788, hoja s/n. El recuento de las Rubricelle de las calles de Roma, conservadas en los
Archivos de Estado de Roma, permite identificar con precisión la casa del cirujano soranés, ubicada
en los números 16-17 de Via dei Carbonari: Archivos de Estado de Roma, Presidencia de la Calles,
B. 424.
8 Sobre lo cual, con bibliografía, véase por último lo recogido por R. Lazcano, Episco pologio
Agustiniano. Vida, Obra, Escritos, Retratos, Escudos Episcopales, Fuentes, Bibliografía y Webgrafía
de Cardenales, Patriarcas, Nuncios, Primados, Arzobispos, Obispos, Sacristas Pontifi cios,
Prelados, Vicarios y prefectos apostólicos de la Familia Agustina (Agustin Agustinos Descalzos de
Portugal, Agustinos Descalzos de Italia, y Agustinos Asuncionistas) desde Inocencio IV a Benedicto
XVI, I-III, Madrid 2014, III, pp. 2898-2900.
9 Para un retrato reciente del cual ver ibid., II, pp. 1393-1398.
10 Que el suyo era un cargo oficial, o que estaba "licenciado" para la actividad de recomponedor
de restos óseos de catacumbas, se desprende claramente de un pasaje de un volumen de P. Paoli,
Noticias relativas al cuerpo de San Feliciano mártir descubierto en el cementerio de Priscilla el año
MDCLXVI y transportado de Roma a Giugliano, feudo de los Signori Principi di Stigliano Colonna,
Roma 1796, p. 45: “El cuerpo de nuestro santo examinado por separado por el perito cerúsico don
Antonio Magnani, quien licenciado por la Secretaría de Monseñor Sacrista Pontificio, se encarga
de examinar los santos cuerpos cuando son extraídos del cementerio”.
11 El Diario Ordinario de Chracas - también conocido como el Diario Ordinario, Diario de Roma
o, más simplemente, Chracas es un -, periódico impreso en Roma por la familia Chracas a partir de
la segunda década del siglo XVIII. Gracias a la información política, cultural y artística que allí se
recoge, Chracas es una fuente de primera importancia para la investigación histórica sobre Roma
entre los siglos XVIII y XIX. Véase M. Formica, Cambios políticos y continuidad editorial: las
gacetas de la imprenta de Chracas, en De la erudición a la política. Periódicos,
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Fig. 1 - Dolcedo, Colegiata de San Tommaso Apostolo, cuerpo de San Próspero (foto M. Scagliola)
periodistas y editores en Roma entre los siglos XVII y XX, editado por M. Caffiero - G. Monsagrati, Milán 1997, pp.
103-126.
12 Cfr . Diario Ordinario, número 2256, 13 de agosto de 1796, pp. 3-4.
13 Cfr . Diario Ordinario, número 28, 7 de abril de 1805, pp. 2-6; Diario ordinario, número
31, 18 de abril de 1807, págs. 2-15 (detalle pág. 4).
14 Cfr . Diario Ordinario, número 48, 17 de junio de 1807, pp. 6-8.
15 Cfr . Diario Ordinario, número 270, 3 de agosto de 1803, pp. 4-8; Diario ordinario, número
273, 13 de agosto de 1803, págs. 7-10.
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Fig. 2 - Sorano, Colegiata de San Niccolò, cuerpo entero de Santa Felicissima en su composición
original realizada por Antonio Magnani (foto A. Minucci)
nuevamente del diario ordinario de Roma, del cuerpo de San Víctor mártir,
exhumado del cementerio de San Sebastiano en Appia, que fue reensamblado
"en una figura muy similar" por Magnani y permaneció expuesto a la veneración
pública durante cuatro días en la parroquia dedicada a Santo Tomás en Parione
antes de ser enviada a la iglesia arciprestal, dedicada a Sant'Agostino, del Monte
San Savino cerca de Arezzo en Toscana16.
Durante la obra, sin embargo, Magnani, familiarizándose cada vez más con
el material a recomponer y moldear, modificó el tipo y la morfología del simulacro
relicario, pasando del cuerpo semiextendido sobre el codo (de origen etrusco y
ya conocido en el mundo de Katakombenheiligen
germanici17) al cuerpo completamente tendido sobre una cama plana, según
una tipología probablemente inspirada y derivada de Bernini18. A este respecto,
por ejemplo, no será inconveniente recordar que Santa Felicissima di Sorano,
como se ha dicho, la primera realización de Magnani, en su primera fase
Fig. 3 - Sorano, Colegiata de San Niccolò, el cuerpo de Santa Felicissima, extraído de la urna,
reposando sobre la mesa de la sacristía (foto M. Ghilardi)
19 Durante la limpieza y reconocimiento de la urna que realicé con Don Antonio Minucci en
la mañana del 17 de agosto de 2019, a sugerencia del mismo párroco, que ya les había
consultado, pude encontrar, escondido bajo el disfraz del mártir, dos documentos importantes
ambos manuscritos reportados en papel de calco. Este es el informe preciso de los resultados
del reconocimiento realizado en el verano de 1972 con motivo del bicentenario del traslado de
las reliquias de Roma a Sorano. Transcribo a continuación su contenido, señalando que el primer
documento, escrito por Don Enzo Baccioli, entonces párroco de la Colegiata de San Niccolò di
Sorano, no está fechado, pero sin duda fue redactado en agosto de 1972; mientras que el
segundo, refrendado por el Obispo de Grosseto y Administrador Apostólico de la diócesis de
Sovana-Pitigliano, Mons. Primo Gasbarri, por el Obispo Auxiliar de la misma diócesis, Mons.
Adelmo Tacconi, por Mons. Girolamo Vagaggini de la Curia Episcopal y del párroco de Sorano
Don Enzo Baccioli, está fechado el 16 de octubre de 1972. Texto del primer documento:
«Bicentenario del Traslado del Cuerpo de Santa Felicissima.
Leyenda (sic). El 17 de agosto de 1971, el párroco d. Enzo Baccioli, anunció al pueblo su
intención de celebrar en 1972 el bicentenario del traslado del cuerpo de la mártir Santa Felicissima
de Roma a Sorano el 2-3-4-5 de octubre de 1772. La idea fue aceptada con interés por la
personas a las que se les pidió un aporte de £ 1200 por familia para las siguientes obras: 1) urna
nueva para reemplazar la vieja desgastada por el tiempo. El antiguo en madera, el nuevo en
hierro forjado. 2) Restauración del cuerpo del Santo,
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De sus manos
expertas y de su
laboratorio artesanal
-un verdadero taller
especializado en la construcción de la santidad martirial- salió un gran
número de corpisanti en unos cuarenta años de actividad, todos
sustancialmente muy similares entre sí en los rostros (fig. 4) - a pesar
de los principios de lamadera
fisonomía20-
con patas
, en de
las león
poses,
de en
orolas urnas de
luego procedí a sellar la urna nueva, hecha con cinta de algodón blanca provista del cierre
entrelazado con lacre con el sello de la Curia Episcopal de Pitigliano. + Primer Consejero
Delegado de Gasbarri. + Adelmo Tacconi Obispo Auxiliar. D. Enzo Baccioli Arcipreste. Mons.
Girolamo Vagaggini Rector de la Catedral. El cierre real de la urna tuvo lugar hoy 16 de octubre
de 1972 a las 19 horas». Estos documentos, por tanto, nos permiten afirmar con seguridad que
el simulacro tal y como podemos admirarlo hoy en Sorano es el resultado de una arbitraria -y
bastante bizarra- recomposición realizada hace algo menos de cincuenta años por el entonces
párroco con la ayuda de algunos Fieles soranos que recogieron limosnas para llevar a cabo la
obra donando, como en el caso de la mujer del farmacéutico, sus propios bienes, en este caso
concreto una peluca rubia y el vestido que llevaba la hija para la comunión. La urna en la que
aún hoy reposa el cuerpo, sin embargo, es la original del siglo XVIII y no, como indican los
documentos, la caja de hierro forjado realizada para la ocasión por el herrero Fernando Bizzi a
partir de un diseño de Mario Rossi: la cuerpo del santo, de hecho, debió ser trasladado más
tarde de nuevo a la caja de madera original (pero despojada de las patas de león que
originalmente debían sostenerlo), mientras que en la caja de hierro se colocó una estatua de
madera de Cristo yacente, todavía visible hoy en la iglesia. También sabemos que la máscara
de cerámica blanca que se coloca en el rostro del difunto para ocultar el cráneo a la vista de
los fieles es obra del conocido escultor aquesiano Mario Vinci, fallecido recientemente (20 de
noviembre de 2018) y es particularmente célebre por las obras de arte sacro contemporáneo.
Además, en la recomposición de los restos mortales de Felicissima se modificó la postura del
cuerpo, antes apoyado sobre el codo derecho y ahora completamente en decúbito supino,
reemplazando en su mayor parte la ropa original, ahora reducida a una parte limitada de la
falda. Los guantes de punto de plata -aunque añadidos a nuestros días son, salvo uno, los
cuatro anillos que se pueden admirar en la mano izquierda del santo- y las sandalias que lleva
el cuerpo (aunque muy reordenadas) son originales de la composición del finales del siglo
XVIII. , pero todo el simulacro se ve significativamente afectado por las intervenciones de
recomposición, que han alterado gravemente, deformándolo por completo, la ambientación original.
20 En el volumen L'art de connaître les hommes par la physinomie, tomo 2, París 1820, pp.
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Fig. 5 - Dolcedo, Colegiata de Santo Tomás Apóstol, urna-relicario de San Próspero cubierta
por una puerta de madera pintada imitación pórfido (foto M. Scagliola)
pintadas a imitación del pórfido para realzar la realeza del martirio (fig. 5), en los
colchones y cojines, en los elementos decorativos, en los "contra-jarrones dorados
para la redoma de sangre" 21 (fig. 6) y en los ricas túnicas, casi había sido una
producción en serie producida a escala industrial (fig. 7). La única variante, en
función del sexo de los mártires, es la vestimenta: vestidos "heroicos", declinados
como milites Christi, con yelmo emplumado (fig. 8), sable largo con guarda de la
empuñadura a ellos (fig. 9) y lorica squamata22 (en las tres versiones posibles:
plateada, dorada y mixta), hombres (fig. 10); imagina a las mujeres como sponsae
Christi, virginales y azucenas, con vestidos blancos o rosa antiguo decorados con
delicados motivos florales (fig. 11). Similar a este último en la vestimenta, tanto
masculina como femenina, niños (fig. 12). Todos los corpisanti, hombres, mujeres y niños, visten
33-34, el autor -Johann Kaspar Lavater- relata el comentario irónico y polémico de un anónimo
escéptico antifisonomista que se preguntaba por qué los esqueletos encontrados en las
catacumbas romanas -todos recompuestos con el mismo rostro- eran todos juzgados como
mártires sin el leyes de la fisonomía que permiten ayudar a distinguir los rasgos de los no
mártires de los huesos faciales de los que realmente lo fueron en vida.
21 Sobre el «vaso sanguíneo», también pensado como pieza de colección, se me perdonará
que me refiera a mi ensayo Sanguine tumulus madet. Devoción a la sangre de los mártires de
las catacumbas en la Edad Moderna, Roma 2008.
22 La imitación de las láminas metálicas de la coraza presumiblemente llevada por los
mares de Tiro, las squamae, se obtuvo gracias a la meccatura de una finísima hoja de plata
incrustada en las prendas de la parte superior delantera del vestido del body.
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Fig. 7 - De la comparación entre algunos simulacros realizados por el taller de Antonio Magnani es
evidente captar las similitudes de los corpisanti, de las urnas de madera y de todos los
tapices decorativos. En el sentido de las agujas del reloj: Giugliano in Campania, San
Feliciano; Dolcedo, San Próspero; Correggio, Santa Clementina; Montelparo, San Paolino
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Fig. 10 - Montefiore
dell'Aso, Iglesia de
San Filippo Neri, busto
de San Fedele (foto D.
Grenci)
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Fig. 11 - Bari, Catedral de San Sabino, busto Fig. 12 - Roma, Casa Generalicia de los
de Santa Colomba (foto G. Padres Pasionistas, busto de San
Néstori) Florido (foto M. Ghilardi)
Fig. 13 - Roma, Basílica de Sant'Agostino en Campo Marzio, detalle del manto de San
Benedetto (foto M. Ghilardi)
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un manto celeste decorado con estrellas metálicas aplicadas y ribeteado con una
puntilla de hilo dorado tejida con palmetas (fig. 13).
Una producción, por lo tanto, casi en serie, de modo que a los cuerpos de
certeza atribuibles para la documentación a Magnani -pienso, por ejemplo, en
San Ágape venerado en Chiari23 (fig. 14) o en San Feliciano venerado en
Giugliano in Campania24simulacros
(fig. . 15)-, que
es posible
son tipológicamente
atribuir a su obra
idénticos
aquellos
a las
creaciones que ciertamente realizó you25: pienso entre los muchos, meramente
a modo de ejemplo, en el "gemelo" corpisanti - en
Hagiografía de Irpinia (siglos V-IX), Actas del III Congreso Internacional, Mirabella Eclano, 22-
24 de octubre de 2015, Avellino 2019, págs. 399-423.
26 Cf. La reliquia de San Justino mártir desde el nacimiento del culto de las reliquias hasta la restauración
hoy dia. Conservado en la Colegiata de San Silvestro Papa, Fabrica di Roma 2010.
27 En agosto de 2018, con la dirección científica de Gabriela Sánchez Reyes, del Instituto Nacional de
Antropología e Historia en la Ciudad de México, un equipo internacional multidisciplinario de académicos llevó
a la Parroquia de Nuestra Señora de la Asunción, en Lagos de Moreno, Jalisco, México, una serie de
investigaciones no invasivas sobre el simulacro de Hermión, analizadas en profundidad con la técnica de
radiología digital. En espera de que se procesen y publiquen los datos generales y definitivos de las
investigaciones científicas, favor de consultar el artículo Tecnología de vanguardia confluye en el estudio del
relicario de san Hermión Mártir, en Lagos de Moreno, Jalisco, en "Boletín. Instituto Nacional de Antropología
e Historia”, 341, 25 de septiembre de 2018, disponible en http://www.inah.gob.mx/boletines/7586-tecnologia-
de-vanguar dia-confluye-en-el-estudio-del -relicario-de-san-hermion-martir-en-lagos-de-moreno-jalisco.
Aquí me permito agradecer a mi colega y amigo mexicano por haberme involucrado en el equipo de estudiosos
coordinado por usted.
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Fig. 17 - Montelparo, Iglesia de los Santos Pedro y Silvestro, cuerpo de San Paolino (foto G.
Mariucci)
28 Cfr. P. Paoli, Noticia relativa al cuerpo de san Feliciano mártir hallado en el cementerio
de Priscila, cit., pp. 45-62.
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Fig. 18 - Montelparo, Iglesia de Santi Pietro e Silvestro, detalle de la mano derecha de San
Paulino (foto G. Mariucci)
Fig. 19 - Osma, Parroquia de Santa Cristina, corposanto di Santa Cristina (foto de internet)
siglo, de Cleto Corrain sobre diferentes grupos de cuerpos de catacumbas de Roma: los resultados
de los análisis osteométricos han mostrado en este caso cómo la atención a la topografía anatómica
por parte de los cajistas esqueléticos era casi nula.
Como Corrain, de hecho, ha podido esclarecer con certeza, quienes colocaban los huesos en los
majestuosos relicarios de cera antropomorfos lo hacían a veces sin los mínimos conocimientos
médicos, es decir, disponiendo varios huesos a granel, incluso de diferentes individuos, en el
maniquíes Aparentemente, la única necesidad de los cajistas era simular -haciéndolo intuitivo bajo la
capa de cera- un esqueleto humano y para ello a menudo recurrían a recursos artesanales, como la
unión forzada de distintos huesos o el cambio de tamaño de los mismos. . . Ver C. Corrain
- V. Terrible Wiel Marin - F. Mayellaro, Reconocimiento de los "cuerpos santos" de la Iglesia de S.
Giorgio en Monselice (Padua), Monselice 1989, p. 97: «Aquellos que volvieron a montar los huesos
de los Mártires, trasladados a S. Giorgio en Monselice, siguieron métodos diferentes. Solo en casos
raros han recompuesto los huesos respetando plenamente la topografía anatómica, como por ejemplo
para S. Benedetto. En la mayoría de los casos, sin embargo, el cuerpo humano fue simulado por un
maniquí de tela, que contenía algodón, en cuyo contexto los huesos se insertaron la mayoría de las
veces a granel y, solo a veces, conservando al menos parcialmente su posición real.
[…] Los guantes, sin embargo, y los zapatos estaban rellenos en su mayoría con algodón o, incluso,
con algodones y huesos irrelevantes. De ello se deduce, por tanto, una falta de cultura o de interés
anatómico. Nos llamó la atención, sin embargo, el cuidado que se prodigaba en fijar, de algún modo,
los cráneos con una mezcla de cola de carpintero, arcilla y aserrín de huesos, en rellenar los alvéolos
vacíos con bolas obtenidas del torneado de huesos esponjosos de los mártires mismos, al remodelar
las narices con fragmentos de huesos unidos por la mezcla antes mencionada. En algunos casos, en
los que el "Cuerpo Sagrado" era demasiado largo en comparación con el nicho del gabinete en el que
debía ser colocado, los fémures eran acortados por la remoción, mediante aserrín, de segmentos
intermedios de hueso». Sobre el reconocimiento de este mismo grupo de mártires, véanse también
las consideraciones de M. Panetto - V. Terrible Wiel Marin, Reconocimiento de los presuntos mártires
cristianos del santuario de Monselice (1982-1983), en El culto de San Valentín en el Véneto. Actas de
la conferencia de estudio, Monselice, 25 de octubre de 2008, editado por F. Rossetto, Padua 2009, pp. 99-
121. Además del levantamiento sobre los cuerpos de Monselice, en la provincia de Padua, Corrain
también investigó un grupo de esqueletos trasladados desde Roma y venerados en Lendinara, en la
provincia de Rovigo, y también en este caso pudo documentar una falta total de atención en la
recomposición de los cuerpos: cf. C. Corrain, La llamada “Iglesia de los Santos Cuerpos” en Lendinara
(Rovigo), en Ravennatensia XI, Actas de la conferencia de Comacchio, 1981, Cesena 1986, p. 152:
«quien dispuso los fragmentos óseos de los miembros a lo largo de las ventanas, no siempre prestó
atención (también porque no sabía) a la distinción entre miembros superiores e inferiores y entre
segmentos proximales y distales; que a veces se sospecha que los huesos no pertenecen al mismo
individuo”. La costumbre de manipular significativamente las reliquias de hueso para hacerlas más
atractivas con fines de exhibición -no solo para las reliquias de cera- debió ser una práctica bastante
sistemática en la Edad Moderna: en el caso de las mártires Attinia y Greciniana, veneradas en
Volterra, la El estudio antropológico ergonómico y patológico de sus restos destaca una notable
interpolación de los dientes: cf. G. Fornaciari et al., Estudio antropológico ergonómico y patológico de
las santas Attinia y Greciniana, en "Rassegna volterrana", LXXX-LXXXI (2003-2004), pp. 281-294.
31 Debo toda la documentación de archivo inédita sobre la mártir Fortunia mencionada en esta
contribución a mi amigo Terenzio Flamini, a quien agradezco eternamente su cordial y valiosa
colaboración. Además, debemos un librito útil fuera del comercio, titulado
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según Fochetti, no habría sido necesario hacer una máscara de cera, porque
“esto no es necesario, mientras decía el señor Antonio, es costumbre no
llevarla, pero lo que es admirable, y es secreto, tira un velo transparente sobre
su rostro, manos y pies, que parece carne con sus contornos naturales, y al
acercarse a él se ven sus propios huesos formados por sus respectivos
miembros». También en el caso de Fortunia, como consta en la misma carta,
Magnani, al analizar los huesos, reconoció en los restos óseos signos de
martirio cruento34. Los costos cada vez mayores, incluso en las etapas
preliminares, llevaron al arcipreste de Poggio Cinolfo a sugerir a Fochetti
cambiar de proveedor, es decir, recurrir a los canales administrados por el
Custodio de Cementerios y Reliquias en lugar de los carísimos coordinados por el Sacrista35
Abril de 1842 - Había sido enviado a París, en la iglesia de Notre-Dame-des-Victoires, a principios de 1863
después de plusieurs mois de trabajo: V. Dumax, Sainte Aurélie. Note sur cette jeune sainte et sur ses
reliques que possède l'église de Notre-Dame-des-Victoires, París 1864, p. 26: "Ainsi qu'il se pratique en Italie,
le Pape avait donné l'ordre que les saints ossements fussent placés dans un Corpo Santo ou figure modelée
en cire représentant sainte Aurélie, telle qu'elle avait dû être au moment de son martyre . Plusieurs mois
étaient nécessaires pour l'exécution de ce travail".
34 “De la fractura de la cabeza, sin embargo, se puede inferir que ella sufrió mucho en su cuerpo, y de
los signos que quedaron y visibles allí, como dijo Magnani, que ninguno de los profesores parece que más
allá del tormento de los hierros ardientes yo la mató con unos cuantos golpes de garrote".
35 Ciertamente no es este el lugar para entrar en detalles sobre la cuestión, pero ciertamente no está de
más aclarar brevemente cuáles eran los canales a través de los cuales era posible obtener las reliquias del
cementerio en la Edad Moderna. Habitualmente, de hecho, y de forma totalmente impropia incluso en los
estudios más recientes y más profundos, se tiende a generalizar sobre los "productores" de las reliquias de
las catacumbas, identificando en las jerarquías eclesiásticas más amplias y genéricas a los creadores y
dispensadores de los restos óseos sagrados antiguos. En verdad, tras un primer momento -en las décadas
finales del siglo XVI y en la primera mitad del XVII- en el que la búsqueda y posterior distribución de las
reliquias experimentó cauces de aleatoriedad y dispersión (y fue gestionada en aparente autonomía por
varias órdenes religiosas), a partir del pontificado de Clemente X, la tarea de extraer y distribuir las reliquias,
extraídas según los criterios distintivos identificados por la Congregatio indulgentiarum et sacrarum
reliquiarum, se centralizó en la figura del Cardenal Vicario, entonces Gaspare Carpegna , a quien, el 13 de
enero de 1672, el pontífice con un escrito apostólico especial dirigió Diversae Ordinationes about extractem
Reliquiarum ex Coemeteriis Urbis, & Locorum circumvicinorum, illarumque custodiam, & distributionem (ver
Bullarium Romanum seu novissima et accuratissima collectio Apostolicarum Constitutionum. Ex autographis ,
quae ali in Vatican Secretiqueori Sedis Apostolicae Scriniis asservantur. Cum Rubricis, Summariis, Scholiis,
& Quadruple index, tomus septimus, Complectens Constitutiones a Clemente X. editas, Rome, Typis, et
Expensis Hieronymi Mainardi in Platea Montis Citatorii, 1733, XCII, pp. 161-162). El cardenal vicario, como
indica el breve clementino, tenía la facultad de nombrar a su propio ministro para supervisar todas las
operaciones de exhumación y conservación de los restos óseos de los mártires de las catacumbas romanas:
es, en esencia, el acta de fundación de la Custodia de las Sagradas Reliquias y Cementerios y, en
consecuencia, de la figura del Custodio de las reliquias.
Sin embargo, según el escrito de Clemente X, una parte de las reliquias sacadas de las fosas del Custodio
dependiente del cardenal vicario deberían haber ido al Praefectus Sacrarii Apostolici,
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el sacristán pontificio, agustino desde 1367, que habría debido custodiarlos y administrarlos
directamente por cuenta del Pontífice. Reconocida tempranamente la falta de practicidad de
este método que implicaba un difícil reconocimiento de las autoridades respectivas en materia
de reliquias y una entrega no siempre clara e inmediata, se estableció que el Sacristán Pontificio
dispusiera de un equipo propio de canteros y autóctonos presbíteros auténticos. impresos
-productos, como los de la Custodia, de las prensas de la Imprenta Apostólica- en los que
estampar su propio sello auténtico. La confusión, como se puede imaginar fácilmente, no debió
ser poca, sobre todo al principio, también porque los equipos de canteros utilizaban a menudo
los mismos cementerios, auténticos depósitos de santidad. Y los contrastes entre Custodio y
Sacristi eran a menudo muy acalorados. A los allanamientos oficiales, dado el inducido
económico derivado de la demanda cada vez mayor de restos óseos de los mártires de las
persecuciones, hay que añadirle los ilícitos, no menos infrecuentes que los reconocidos por las
autoridades competentes, al menos a juzgar por los numerosos documentos de archivo. relativo
a juicios contra falsificadores y cazadores de reliquias no autorizados.
36 «Me habla de un fraile de San Agustín; éste es de los Scalzi, y que el cardenal vicario
sirvió, no al sacristán, pero esto precisamente porque era un chapucero, y que tenía
prohibido poner unos huesos dentro de un títere de cartón, y el cardenal vicario ha hecho
una muy mala impresión dado que estos santos cuerpos o son marionetas por orden del
Arzobispo fueron quemados en la plaza pública de Madrid, y el tribunal se quejó al de Roma».
37 Una nota redactada por Fochetti para el arcipreste de Abruzzese -un documento muy
preciado para nosotros (fig. 21)- nos permite conocer en detalle los costes afrontados por
los fieles de Poggio Cinolfo para la realización y obtención de todo el simulacro de Fortunia ,
o 51 scudi, que es un poco menos del doble en comparación con el cuerpo de Felicissima
recompuesto por Magnani unos treinta y cinco años antes. El mayor gasto, a juzgar por la
lista, se debió a la urna, 18 scudi, seguido, por una cantidad igual a 12 scudi, por el hilo de
plata necesario "para encadenar los huesos y unir el cuerpo". Los "trabajos" de Magnani, tal
como se especifica en la lista de pagos, no fueron calculados, ya que Monseñor Sacrista se
habría ocupado de ellos directamente al finalizar.
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En mayo de 2006, a
petición de las autoridades
eclesiásticas de Poggio
Cinolfo, en previsión de las
celebraciones por el segundo
centenario del traslado de
las reliquias, se identificaron
las reliquias del presunto
mártir romano38. Tras abrir
la urna y retirar los preciosos
tejidos de seda lisa y mascata
que cubrían el cuerpo de la
santa (fig. 22), apareció un
mani doblado en cartón
prensado (fig. 23), cosido
con bramante en las uniones
principales y relleno de guata. y paja, en cuyo interior se encontraban algunos de los
principales huesos de un individuo femenino - la determinación del sexo se realizaba
sobre la base de la morfología de los caracteres sexuales secundarios del cráneo y la
pelvis39
-, cerca de 1,65 m40 de altura y murió entre el 25 y el 30
38 El precioso y preciso Informe sobre la Restauración y Conservación de Reliquias, escrito por Luigi
Capasso y Ruggero D'Anastasio, se encuentra publicado en el citado volumen de T. Flamini, Fortunia el cuerpo de
un Santo, cit., pp. 36-47.
39 Véase DR Brothwell, Excavando huesos. La excavación, el tratamiento y el estudio de los restos óseos
humanos, Oxford 1981.
40 El cálculo se realizó sobre la base de los parámetros codificados por Mildred Trotter y Goldine C. Gleser:
cf. M. Trotter - GC Gleser, Estimación de la estatura a partir de huesos largos de blancos y negros estadounidenses,
en "American Journal of Physical Anthropology", 10 (1952), pp. 463-
514; Iid., Una reevaluación de la estimación de la estatura basada en las mediciones de la estatura tomadas
durante la vida y de los huesos largos después de la muerte, en "American Journal of Physical Anthropology", 16 (1958),
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Fig. 22 - Poggio Cinolfo, Iglesia de Santa Fig. 23 - Poggio Cinolfo, Iglesia de Santa Maria Assunta, vestido y
manto de Maria Assunta, busto de cartón de Santa Fortunia. se pega
Cabela señalar
cabeza que
de los
el prensado
huesos deallas
que
manos y antebrazos de Santa Fortunia (foto T. Flamini)
páginas. 79-123; Iid., corrección de errores de "Estimación de la estatura a partir de huesos largos de blancos
y negros estadounidenses", en "American Journal of Physical Anthropology", 47 (1977), págs. 355-356.
41 Como es habitual, la edad fue evaluada por paleopatólogos sobre la base del grado de reabsorción de
las suturas craneales, del crecimiento del hueso púbico y de la evaluación del desgaste dental del difunto: cf.
RS Meindl - CO Lovejoy, Cierre de sutura ectocraneal. Un método revisado para la determinación de la edad
esquelética en el momento de la muerte basado en las suturas lateral-anterior, en "American Journal of Physical
Anthropology", 68 (1985), pp. 57-66; TW Todd, Cambios de edad en el hueso púbico, en American Journal of
Physical Anthropology, 4 (1921), pp. 1-70; DR Brothwell, Excavando huesos. La excavación, tratamiento y
estudio de restos óseos humanos, cit.
Fig. 24 - Poggio Cinolfo, Iglesia de Santa Fig. 25 - Poggio Cinolfo, Iglesia de Santa Maria Assunta,
detalle de la ver Maria Assunta, detalle de la cabecera
a partir
de lasdehaciendas
Santa Fortunia
de Santa
(fotoFortunia
T.
Flamini)
junto con hilo y alambre de hierro (foto
T. Flamini)
43 La información la obtengo de la lectura del volumen aún inédito de Gabriela Sánchez Reyes
(Reliquias y relicarios en México: circulación, ostentación y veneración de cuerpos de los santos, p.
362), al que, una vez más, agradezco el querer compartir conmigo y discuta los resultados de sus
investigaciones en curso.
44 Cfr . Tecnología de la vanguardia confluye en el estudio del relicario de san Hermión Mártir, cit.
45 La costumbre de colocar los fragmentos óseos de difícil reconstrucción en el centro de los
maniquíes debió ser propia del siglo XIX y, además de los corpiños ceroplásticos recompuestos
por Magnani, también se ha encontrado en otros simulacros relicarios. Pienso, por ejemplo, en san
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Zenón de Verona, cuyas reliquias fueron encontradas el 22 de marzo de 1838 e inmediatamente después
solemnemente recompuestas y redistribuidas. Durante el reconocimiento realizado el 19 y 20 de octubre de
1938, cien años después del hallazgo, el forense anotó: “Se constató que (los huesos, scil.) estaban
contenidos en una jaula de alambre, con forma de cuerpo humano, cubierto con un velo de seda. Los huesos
se dispusieron en su posición anatómica mutua para representar, en la medida de lo posible, el esqueleto
humano. Únicamente en la cavidad correspondiente a la cavidad pleural (o mejor torácica) y abdominal se
recogieron numerosos fragmentos de huesos, mal identificables y en parte de aspecto carbonoso, que fueron
extraídos y colocados separadamente para hacer reliquias” (cf. F. Segala , Le reliquie di san Zeno. Historia
del reconocimiento, en Recognition of the reliquies of St. Zeno. Herencia de fe e investigación científica,
Verona 2014, pp. 55-61, cita en la página 58 - contribución ya publicada, con el título Le reliquie del obispo
S. Zeno en la cripta de su basílica, en «Zenonian Historical Yearbook», [1983], pp. 11-23).
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49 La bula Relata semper debe leerse en Bullarii romani continuatio Summorum Pontificum
[…], Tomus sextus, Pars prima, Pii VI, Prati 1843, pp. 464-473.
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en México entre 1780 y 1792 (sólo uno, Cristóbal [fig. 27], es posterior, de 1802:
véase más abajo), gracias a las relaciones privilegiadas establecidas con el Sacristán
Pontificio, Francesco Saverio Cristiani de Montagranarese. Un solo cuerpo, el de
Santa Teodora, como lo atestiguan los auténticos aún existentes52, llegó a México,
a Xalapa, en el estado de Veracruz, por los conductos del Custodio de Reliquias y
Cementerios, entonces canónigo romano Giacomo Severini. Y es una verdadera
lástima que el cuerpo de Teodora no sobrevivió a los desórdenes de la Guerra
Cristera, porque -aún con los criterios modernos de la radiología digital- habríamos
tenido la oportunidad de comprobar qué contenía realmente el simulacro y cuán
diferente era comparado con su contenido. a los simulacros puestos en circulación
en esos mismos años por el Pontificio Sacristán, pues del taller de Magnani: el
corposanto de Teodora, de hecho, en los tumultos de la Cristiada fue llevado a la
plaza pública por los partidarios de Plutarco Elías Calles y le prendieron fuego, tras
lo cual -despojada del relicario antropomórfico que incorporaba los restos óseos-
pareció ser a los ojos de los perseguidores sólo "una grosera armazón de alambre
rellena de algodón y estopa y cubierta de una capa de cera" 53. Por otra parte, el
corposanto de San Cristóbal es posterior, pero sin duda perteneciente por atribución
estilística a la bot tega de Magnani, conservado -junto con el simulacro de San Pío,
este último sin embargo de unas décadas anteriores54- en la Catedral de Morelia55 .
En efecto, San Cristóbal, como prueba la cédula expedida a Ramón Pérez Anastariz
el 10 de octubre de 1802, no llegó a México hasta principios del siglo XIX, en tiempos
del pontificado de Pío VII, gracias al sucesor de los cristianos como Sacristán
Pontificio, Mons. Giuseppe Barto lomeo Menochio.
55 Toda la información sobre este cuerpo se la debo a mi amiga Gabriela Sánchez Reyes, quien
de corazón gracias por querer compartirlas conmigo.
56
ASVR, Parroquia de Santa Maria en Campo Carleo, Muerta de 1773 a 1810, hoja
incontable.
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Fig. 28 - Roma, Archivo Histórico del Vicariato de Roma, Parroquia de Santa Maria in Campo
Carleo, Liber mortuorum (foto M. Ghilardi)
châsse à l'ordinaire, les autres trouvent bon de les place dans une figures en cire ornée avec
plus ou moins de goût. Ce dernier use, moins touchant peut-ètre que le premier, semble avoir
été inspiré pour subvenir à la difcilé que l'on trouvait de placer convenablement, dans un
reliquaire, les parties des ossemens que le temps a pres que réduites en poussière, et qui
cependant n'en sont pas moins vénérables. Nous croyons que cette circonstance est culoz
indifférente; corn on ne peut que s'étonner de voir ceux, pour lesquels un corps saint est un
objet de raillerie, donner ensuite with a lot of chaleur and zèle leur avis sur les convenances
en cette matière ". Sin embargo, no todos eran de la misma opinión: Émile Chavin de Malan,
por ejemplo, argumentó que el uso de efigies de cera en realidad sería contrario al espíritu de
la iglesia; cf. Y. Chavin de Malan, Les catacombes, en Revue littéraire et critique publiée par
la société de Saint Paul, tomo segundo, París 1843, pp. 97-106, cit. en P. 105, núm. 2: «El
grotesco y pitoyable coutume qui a eu je ne sais qui pour inventeur et pour propaganda teur
de fondre des ossements saints dans des effigies de cire, nous paraît entièrement oponer à
esprit de l'Église. Par malheur, la cendre précieuse de notre Vincent de Paul a subi cet
ultraje!». Esta sentencia, algunos años más tarde, también fue relatada y compartida en la
entrada Saints inconnus del Tome sixième del célebre Dictionnaire de l'Histoire Universelle
de l'Église, embrassant de la manière la plus complète et dans tous ses détails, par ordre
alphabétique, l'his toire des idées, des faits, des actes, des personnages, etc., aquí
appartiennent aux Annales de l'Église Catholique, depuis la naissance de Notre-Seigneur Jesus-Christ jusqu'au
d'un discurs préliminaire sur l'action réparatrice et civilisatrice de l'Église catholique dans le
monde, par ML-F. Guérin, publicado por M. l'Abbé Migne, París 1873, coll. 1120-1123, cit.
para col 1121-1122, núm. 2473: «“ Mais alors, dit à ce propos ME Chavin (loc. Cit.), On ne
renfermait pas les ossements dans de grotesques effigies de cire comme de nos jours. C'est
une pitoyable coutume, qui a eu je ne sais qui pour inventeur et pour propagateur, et que
nous voudrions voir abandoner". Sauf avis et la décision de autorité compétente, c'est-à dire
la Sacrée Congrégation des Rites, nous partageons, pour notre compte, ce sentiment.
Nous pensons que la piété serait plus touchée et plus salutairement impressionnée a la vue
des ossements des Saints eux-mêmes plutôt que par cells de ces effigies de cire dont on les
couvre et qui les cachent à nos yeux!».
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El artista está superado; ses yeux mourants, corn pleins de grâce, étaient à
demi-fermés. Une mustache naissante ornait cette bouche charmante, qui à
demi-fermée avait encore l'air de prier. A cette vue, la jeune fille voisine de Ju
lien pleura à chaudes larmes; une de ses larmes tomb sur la main de Julien60.
Fig. 29 - Calasca, Iglesia Parroquial de S. Antonio abate, corposanto di San Valentino (foto D. Pomi)
64 Sobre el papel de los corpisants como regalos preciosos, me remito ahora a las interesantes
reflexiones de I. Fiumi Sermattei, «A different system in gifts to be give to Sovereigns». Objetos y
herramientas de la diplomacia leonina, en De la intransigencia a la moderación. Las relaciones
internacionales de León XII, editado por I. Fiumi Sermattei - R. Regoli - PD Truscello, Ancona 2018, pp. 293-
346, part. páginas. 300-302.
65 Véase F. Ciappara, Traduciendo “Holy Bodies” in Malta, 1667-1795, en «Historical Reflections»,
43, 3 (2017), pp. 1-17, pág. 12
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Fig. 30 - Tepotzotlán, México, Museo Nacional del Virreinato, San Constancio, óleo sobre
lienzo, siglo XVIII (foto de internet)
Fig. 32 - Craco, Convento de San Pietro, corposanto di San Vincenzo (foto de internet)
Fig. 33 - Nueva York, Iglesia de San José, copia del simulacro conservado en Craco (foto
Internet)
Massimiliano Ghilardi