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RESUMEN
El presente artículo estudia y saca a la luz un lienzo inédito de San Francisco meditando con una calavera
vinculado al obrador de Zurbarán. A día de hoy se conocen varias versiones de esta obra que los especialistas
en la materia relacionan con el círculo del pintor extremeño, así como copias de peor calidad e interés, exis-
tiendo a su vez ejemplares de cuerpo entero y de más de medio cuerpo. A este último formato corresponde el
cuadro que protagoniza esta investigación (1’02 m. x 0’82 m.) perteneciente a una colección particular portu-
guesa. Esta pieza de notable calidad tiene grandes similitudes con la que dio a conocer el historiador alemán
Hugo Kehrer en 1918, propiedad por entonces de los herederos de José Gestoso, también adscrita al obrador del
artista de Fuente de Cantos.
PALABRAS CLAVE:
San Francisco meditando con una calavera, obrador de Zurbarán, pintura barroca, Portugal, coleccionismo.
ABSTRACT
The present article studies and brings to light a hitherto unheard-of canvas of St. Francis in Meditation, lin-
ked to Zurbarán’s workshop. Several versions of this work are known today which specialists in the matter re-
late to the Extremeñan painter’s circle, as well as copies of lesser quality and interest; there are also full body
and half body versions. The painting that interests us here is of the latter type (1.02 m. x 0.82 m.) and belongs
to a private Portuguese collection. Of noteworthy quality, this painting has great similarities to the one brought
to light by German historian Hugo Kehrer in 1918, which at that time belonged to the heirs of José Gestoso,
also ascribed to the workshop of the artist from Fuente de Cantos.
KEY WORDS:
Saint Francis in Meditation, Zurbarán’s workshop, Baroque painting, Portugal, collectionism.
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San Francisco fue uno de los santos más re- fas del artista de Fuente de Cantos, por otro los cua-
presentados por Zurbarán y su obrador, de ma- dros ideados por él mismo materializados en co-
nera que se conservan numerosos cuadros pre- laboración con sus discípulos; el tercer nivel co-
sididos por el fundador de la orden franciscana rrespondería a los lienzos del obrador ejecutados
tanto en oración, en éxtasis, según la visión del a partir de un modelo príncipe del pintor extre-
Papa Nicolás V, en el momento de la aparición meño; el cuarto está conformado por obras pro-
de la Virgen en la Porciúncula, meditando con pias de sus ayudantes y el quinto correspondería
una calavera en las manos, etc., existiendo a su a los lienzos de vulgares imitadores3.
vez variantes en función de la postura y dispo- En relación con lo anterior actualmente se co-
sición adoptadas por el protagonista, detalles de nocen muchas versiones de San Francisco me-
su indumentaria, fondo, etc. Hoy día se conocen ditando con una calavera salidas del obrador de
muchas obras de esta temática tanto del pintor Zurbarán, así como innumerables copias, exis-
de Fuente de Cantos, incluso autógrafas, como tiendo a su vez ejemplares de cuerpo entero y de
de su obrador. Este último punto resulta, como más de medio cuerpo. A este último formato per-
es sabido, especialmente espinoso hasta consti- tenece el lienzo que damos a conocer aquí (1’02
tuir una auténtica maraña, fruto, entre otras co- m. x 0’82 m.), localizado en una colección par-
sas, de las numerosas atribuciones erróneas que ticular portuguesa. Este tipo de obras formaban
a lo largo del tiempo se han adscrito a diferen- parte de series de santos fundadores de órdenes
tes discípulos del pintor extremeño o a él mis- religiosas, de ordinario integradas por cuadros que
mo. La situación se complica aún más por los in- representaban a figuras como San Agustín, San
numerables imitadores que Zurbarán tuvo en la Ignacio de Loyola, Santo Domingo de Guzmán
época e incluso posteriormente, al albur del éxi- o el propio santo de Asís entre otros. Su destino
to comercial de su obra. Así fueron muchos los preferente fue el comercio americano, donde fue-
que se dedicaron a copiar con mayor o menor ron muy demandados por conventos y templos
acierto sus cuadros, piezas que a la postre tení- con una clara intención evangelizadora, repre-
an buena aceptación en el mercado, aunque no sentando a los santos con los atributos que les
fueran de calidad, puesto que eran mucho más eran propios. De hecho, Zurbarán fue un pintor
económicas que las realizadas por el maestro del especialmente dotado para trasladar al lienzo los
Siglo de Oro y sus discípulos directos1. Precisa- valores e ideales religiosos, aparte de ser suma-
mente una de las singularidades de Zurbarán, que mente persuasivo gracias a su marcado realismo
dio transcendencia a su obra, al tiempo que fa- en los personajes y los objetos, todo lo cual le per-
cilitó su difusión, fue su capacidad para crear mo- mitía llegar fácilmente al espectador. Hoy día hay
delos que como consecuencia de lo señalado an- varias series en el Nuevo Continente, mientras que
teriormente acabaron generando una estela de en España tan solo se tiene constancia de una,
copias, imitaciones, variantes, etc.2. la correspondiente al convento de las Capuchi-
Dentro de ese contexto María Luisa Caturla es- nas de Castellón de la Plana4, de la que ya se hizo
tableció cinco círculos. Así, por un lado, esta re- eco Ponz en 1788 en el duodécimo tomo de su
putada zurbaranista consideró las obras autógra- Viaje de España. Este ciclo también incorpora un
San Francisco meditando con una calavera de
cuerpo entero, cuyo fondo tiene manifiesto pa-
1 Muchos especialistas se han referido y han denunciado recido con el de la mayoría de las obras que re-
la problemática de las abundantísimas atribuciones que cogemos en el presente texto, incluido el lienzo
hoy no se mantienen, así como el conocimiento todavía que damos a conocer, pero se separa de todos ellos
escaso del obrador de Zurbarán en cuanto a la identidad por la circunstancia de que el santo lleva la co-
de todos sus integrantes y la labor de los mismos. Entre
otros muchos cabe citar las aportaciones de Odile Delenda
gulla calada, mientras que en el resto tiene la tes-
y Enrique Valdivielso a esta cuestión. DELENDA, Odile, ta descubierta.
(con la colaboración de ROS, Almudena), Zurbarán. Los
conjuntos y el obrador, vol. II, Madrid, Fundación de Arte
Hispánico, 2010 y VALDIVIELSO, Enrique, “La herencia 3 CATURLA, María Luisa, “Francisco de Zurbarán”, en
sevillana de Zurbarán”, en PÉREZ SÁNCHEZ, Alfonso Emi- VV.AA, Zurbarán, Madrid, Ministerio de Educación
lio (director), Zurbarán ante su centenario (1598-1998). Nacional, 1953, p 47.
Seminario de Historia del Arte, Fundación Duques de So- 4 Vid. una minuciosa bibliografía sobre esta serie del Con-
ria – Universidad de Valladolid, Salamanca, 1999, pp 161- vento de las Capuchinas de Castellón de la Plana en NA-
175. VARRETE, Benito, “Zurbarán y su obrador. Pinturas para
2 NAVARRETE PRIETO, Benito, “Santas de Zurbarán: De- el Nuevo Mundo”, en NAVARRETE, Benito (con la cola-
voción y persuasión”, en VV.AA, Santas de Zurbarán: De- boración de DELENDA, Odile), Zurbarán y su obrador. Pin-
voción y persuasión, Sevilla, Instituto de la Cultura y las turas para el Nuevo Mundo, México, Museo Nacional de
Artes, 2013, p 25. San Carlos, 1999, p 47.
Fig. 1. “San Francisco meditando con una calavera” (1’02 m. x 0’82 m.). Obrador de Zurbarán. Colección particular (Portugal).
tó notablemente su colectánea tras la supresión De esa primera venta de 1921 quedaron ex-
de los monasterios y órdenes religiosas en Por- cluidas la biblioteca, que contaba con impor-
tugal con la proclamación de la República en tantes libros de gran valor, aparte de incuna-
1910 y la consiguiente subasta de bienes ecle- bles y manuscritos de relevancia 26, y la
siásticos. A partir de entonces compró muchas colección de numismática que salieron al mer-
piezas medievales y renacentistas provenientes cado posteriormente, siendo vendida la prime-
de antiguos cenobios. ra por lotes.
Fig. 2. Detalle de “San Francisco meditando con una calavera” (1’02 m. x 0’82 m.). Obrador de Zurbarán. Colección particular (Portugal).
como queda dicho, está muy oscurecido por an- cuadros de fundadores de órdenes religiosas del
tiguos barnices. Por lo demás el sayal está eje- pintor de Fuente de Cantos que de ordinario apa-
cutado con el mismo tipo de trazos y toques li- recen flanqueados por árboles, montañas más o
geros arriba señalados, al tiempo que unas menos escarpadas, diferentes edificios, etc. La pe-
ligerísimas y decididas pinceladas perfilan con ni- queña construcción claramente evoca, como he-
tidez todo el contorno de la figura que de este mos adelantado, las arquitecturas en las que gus-
modo queda perfectamente deslindada del entorno taban recluirse el propio santo y varios de sus
natural que la envuelve. compañeros para dedicarse al ayuno y la oración
Como es norma en la mayoría de las versio- en esa zona de las estribaciones de los Apeni-
nes de este tipo de cuadros, San Francisco se re- nos. Esa parte de la composición sugiere cierta
corta sobre la garganta de Sassi di Maloloco del búsqueda de profundidad con una sabia distri-
Monte Subasio del municipio de Asís, paraje es- bución de la luz por la alternancia de zonas en
pecialmente escarpado, delimitado, de una par- sombra con otras iluminadas, resultando la
te, por un agudo pico que dibuja una vertical, gruta especialmente potenciada por una mani-
que sobresale por detrás de la espalda del san- fiesta claridad. Tanto este tratamiento lumínico
to, mientras que en el flanco contrario destaca como la abertura hacia el fondo y la disposición
la modesta cabaña erigida con piedras y ramas. en esviaje son recursos frecuentes en este tipo
En definitiva corresponde a un tipo de compo- de soluciones. El colorido de este entorno natu-
sición que Guinard denominó paisajes bastido- ral incluye marrones, pardos, grisáceos y verdes
res29, solución recurrente, por otra parte, en los azulados con muchos matices.
A la consecución de la profundidad también
29 GUINARD, Paul, “¿Zurbarán pintor de paisajes?”, en Goya,
contribuye el celaje nublado, que en esta versión
64, Madrid, 1965, p 210. está plagado de cúmulos de textura algodono-
Fig. 3. Detalle de “San Francisco meditando con una calavera” (1’02 m. x 0’82 m.). Obrador de Zurbarán. Colección particular (Portugal).
correspondiente de la Real Academia de la His- Hasta donde sabemos fue Ramón Torres Mar-
toria y de la de San Fernando y formó parte de tín quien en 1963 precisó el nombre de pila del
la Comisión Provincial de Monumentos Histó- dueño35, dato del que, sin embargo, han pres-
ricos y Artísticos de su provincia natal entre 1878 cindido algunos investigadores posteriormente.
y 1917, dictaminando sobre la resolución de nu- Previamente, en 1960, el zurbaranista Paul
merosos proyectos acometidos durante esos Guinard también se hizo eco de esta pieza, in-
años. En su faceta de profesor de la Escuela de sistiendo en lo aportado por Kehrer. No obstan-
Artes e Industrias y Bellas Artes de la capital his- te, añadió que por entonces el lienzo estaba en
palense impulsó el estudio y los modelos de la paradero desconocido, al tiempo que lo consi-
cerámica sevillana del siglo XVI, que tanta im- deró una réplica del aludido cuadro de Villalba
portancia adquirieron a principios de la pasada del Alcor, si bien con el fondo de paisaje sim-
centuria en paralelo al auge de la estética re- plificado y modificado36. En esa relación con el
gionalista. aludido cuadro onubense se ratificó Tiziana Fra-
En la referida monografía Kehrer recogió el ti en los años setenta, limitándose casi a repe-
cuadro bajo el título de San Francisco de Asís, tir lo afirmado por Guinard la década anterior37,
lo reprodujo a toda página, aportó las medidas mientras que más recientemente Benito Navarrete
de la obra, repetidas ulteriormente por los estu- en el catálogo de la exposición Zurbarán y su
diosos que se han hecho eco de este lienzo, los obrador. Pinturas para el Nuevo Mundo, reali-
apellidos del propietario y la ubicación del lien- zada con la colaboración de Odile Delenda, que
zo en la residencia de Gestoso de la sevillana ca-
lle Gravina34.
ceramico.net/bio_gestosoyperezjose.htm (Consultado el 18
de julio de 2015).
34 35 TORRES MARTÍN, Ramón, Zurbarán, el pintor, cit., p 230.
En el catálogo consta Graviana, lo que sin duda es una
36 GUINARD, Paul, Zurbaran et les peintres espagnols de la
errata. No obstante, este dato es muy valioso para con-
cretar el propietario del cuadro por entonces, puesto que vie monastique, París, Les Editions du Temps, 1969, p 250.
37 FRATI, Tiziana, La obra pictórica completa de Zurbarán,
Gestoso vivió y murió en un inmueble de esta calle al que
actualmente corresponde el nº 31. Este edificio ostenta una Barcelona-Madrid, Clásicos de Arte Noguer Rizzoli Edi-
placa de cerámica que alude a esa circunstancia de la bio- tores, 1976, p 110. (Hemos manejado la versión españo-
grafía del estudioso sevillano. Vid. http://www.retablor- la del original italiano de este libro, publicado en 1973).