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Obesidad, sociedad, discriminación: Un círculo vicioso difícil de romper.

Vanesa Stefan Miranda Seguel, 4I y vane.miranda.seguel@gmail.com

La población mundial se encuentra en conocimiento hace algunos años de la existencia de


una pandemia que involucra a los cinco continentes, una que se inicio antes del descubrimiento
del virus SRAS-CoV-2, la cual compromete a gran parte de la población mundial, la Obesidad. Si
bien dicha enfermedad no ha sido el centro de los grandes noticieros, ni tampoco portada por más
de una semana en los grandes periódicos mundiales, si es algo que nos involucra a todos tanto
directa o indirectamente, ya sea en el aspecto de salud, emocional, sicológico, social entre otros.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha clasificado la obesidad como una pandemia no
infecciosa, pero que a la vez esta es la causante de más de 2,8 millones de muertes a nivel
mundial, además ya se ha considerado como un problema en países de altos, medianos y bajos
ingresos. (1). Se debe dejar de ver la Obesidad como un problema netamente de exceso de peso o
de exceso de consumo de calorías, y comenzar a verlo como un problema social, sicológico y
cultural. El tratar de avanzar en una sociedad que asuma y genere los cambios necesarios para
erradicar la discriminación hacia las personas que no encajan con los cánones de belleza
establecidos; el intentar que la sociedad elimine los prejuicios, la discriminación, el clasismo e
inclusive la estigmatización hacia quienes luchan constantemente con la malnutrición, esa si es
una meta que se puede y debe lograr prontamente para que así en conjunto se logre controlar y
eliminar esta pandemia llamada Obesidad.

Cuando se comienza a investigar en la literatura existe un sinfín de estudios que hablan


sobre la Obesidad, prevención, tratamiento, determinantes socioculturales, etc. En la mayoría de
estos estudios se encuentran las personas como sujetos a investigar, pero en pocas ocasiones se
estudia a los sujetos “sanos” sobre que piensan o como actúan ellos frente a personas con dicha
enfermedad, quizás sería interesante en un futuro encontrar estudios en donde se determine que es
lo que hace a las personas el discriminar a otras ¿Será por cultura? ¿O será porque los seres
humanos rechazamos todo lo que sea diferente a lo que se nos impone? ¿Realmente hay
conciencia en el daño que se puede generar en la otra persona con un comentario sobre su aspecto
físico? Además, debemos pensar que la discriminación no es sólo un punto, sino que conlleva a la
estigmatización, miedo, repudio, desconfianza, baja autoestima, bullying y una serie de
complicaciones sociales y culturales.

En un estudio se plantea el estado nutricional como una forma de clasismo, es decir, que
se describe a la sociedad delgada con aquellos que poseen un poder adquisitivo mayor, en donde
la delgadez es idealizada y deseada, relacionada con la autodisciplina y el control; mientras tanto
que la obesidad se ve como la autoindulgencia, la falta de autodisciplina y de fortaleza moral (2).
Esto ataca directamente la autoestima de las personas, agrede la libertad de cada persona, en
muchas ocasiones las personas con malnutrición son juzgadas solo por el hecho de tener una
enfermedad que es visible, en reiteradas ocasiones se les tacha de perezosos, despreocupados,
depresivos, que desean llamar la atención, que no tienen amor propio, pero nadie puede saber el
porqué de su estado de salud, no saben cómo se siente dicha persona día a día, cuantas veces ha
intentado mejor su calidad de vida y cuantas de ellas ha fallado. La sociedad en sí no logra
aceptar personas diferentes, a pesar de que existan campañas nacionales (en Chile existe “Elige
Vivir Sano” y “Vida Sana”) estas no dan mayores resultados, sino que se ha notado que aumenta
el grado de discriminación social hacia las personas con malnutrición.

Hoy en día se ve en las mismas calles, las personas evitan acercarse a alguien con
sobrepeso u obesidad, o simplemente comienzan a hacer muecas o gestos que genera molestia en
las demás personas y repudio hacia las personas con exceso de peso. Muchos aún creen que es
una decisión de cada persona el encontrarse bien nutrido o con una malnutrición por exceso, no
creen que es un problema más allá de alimentarse bien o no, es un problema que involucra la
psiquis de las personas y en su entorno, ya que esto no es un problema personal, sino que es un
problema familiar y del entorno que los rodea. Por ejemplo, imaginemos una situación en un día
cotidiano, que una persona con mal nutrición por exceso va a realizar las compras de mercadería,
muchos de los ciudadanos (por lo menos en Chile) observarán con una mirada aguda y
prejuiciosa sobre lo que va a colocar en el carro, y si son productos con una alta cantidad de
sellos o considerados no saludables, ejercerán una presión sobre esa persona o incluso es posible
el escuchar comentarios como “Mira lo que come, con razón esta así de gorda”, “Que se cosa la
boca mejor, y así gasta menos en comida y se cuida un poco”, “Ella nunca va a poder ser una
persona normal”. Es sabido que las personas con Obesidad sienten esa presión social y esto les
dificulta el poder realizar las elecciones correctas de alimentos, les genera una sensación de
estrés, ansiedad y disminución de su control inhibitorio a la hora de realizar la disminución
calórica (3).

No debe ser nada fácil el saber que todas las acciones son juzgadas por una sociedad que
no posee los conocimientos necesarios para ayudar realmente a las personas, muchos se
encuentran arraigados con los cánones de belleza y aceptación antiguos. En los países
occidentalizados el canon de belleza y del éxito es el de la delgadez o la esbeltez; por lo tanto, la
discriminación hacia el exceso de peso se ha generalizado y agudizado, instaurándose en la
sociedad obesófoba. (4) La sociedad actúa como juez en todas aquellas acciones que las personas
realizan, creyendo tener alguna autoridad sobre los demás, o creyendo que el aparentar una vida
“ideal” les da el poder o el derecho de poder discriminar y juzgar al otro a su antojo. Inclusive
estos se pueden ver en niños en edad preescolar y escolar, ¿Cuántos casos de Bullying se ven en
mundo por temas de discriminación? De todos esos casos ¿Cuántos de ellos terminan en un
desorden alimentario, suicidio u otra enfermedad en la vida adulta? Pero en estos casos es sabido
que los niños son influenciados totalmente por los padres, por lo tanto, si ven o escuchan a sus
padres discriminar o referirse groseramente a una persona con malnutrición por exceso, ellos lo
tomaran como algo normal. Se ha descrito en un estudio que los padres pueden contribuir, entre
muchos otros, al entorno estigmatizante que experimentan los jóvenes con sobrepeso/obesidad,
que se ha asociado con el funcionamiento psicosocial y la salud infantil negativos. (5)

Si se examina a lo largo del ciclo vital se encontrarán niños, adolescentes, adultos y


adultos mayores con Obesidad, es decir, no es un problema que sólo atañe a un grupo etario. Pero
lamentablemente la sociedad ve la enfermedad como sinónimo de suciedad, de que sea netamente
falta de fuerza de voluntad y esto se expresa en simples dichos como “Es solo necesidad de cerrar
la boca”, “Debe dejar el pan y verá que baja de peso” si realmente fuese tan fácil como lo ven
ellos no existirían cirujanos bariátricos, sicólogos, terapeutas, sociólogos, nutricionistas,
nutriólogos, entrenadores físicos. Quizás hoy en día la tecnología ha generado una
desinformación en la población, o muchos creen que por “seguir” a un profesional en redes
sociales ellos también pueden emitir juicios u opinar con respecto a una disciplina (lo cual ocurre
mucho en el ámbito de la nutrición), quizás como seres humanos nos hemos dejado llevar por la
tecnología y la hemos usado para nuestra conveniencia personal, en vez de utilizarla de manera
colectiva.
La mal nutrición por exceso puede llegar a afectar distintos ámbitos de la vida, ya sea,
social, familiar, educacional, laboral, sexual, entre otros. Un estudio realizado en mujeres
canadienses para la inserción en el mundo laboral dio a conocer que además de las conocidas
consecuencias negativas para la salud, la obesidad también tiene un efecto negativo adicional en
el empleo, el cual ha sido comparable con los impactos de la salud mental o el uso de drogas
ilícitas en el empleo (6). En México, se realizó un estudio similar al estudio canadiense, en donde
se postuló a hombres y mujeres obesas a diferentes empleos y se obtuvo que existe mayor
discriminación hacia mujeres obesas en comparación con hombres obesos, además que una
mujer obesa debiese enviar un 37% de currículos para obtener el mismo número de devoluciones
de llamada que una mujer no obesa (7). Esto debiese ser un indicador de que la sociedad no se
encuentra preparada para la inclusión de personas con sobrepeso/obesidad en sus diferentes
empleos y/o actividades cotidianas, además deja entre ver la mayor presión que existe hacia las
mujeres por parte de la sociedad ¿Por qué una mujer con mal nutrición por exceso es más
cuestionable social y moralmente en comparación con un hombre en las mismas condiciones?
¿Será quizás porque a los hombres no les genera complicaciones metabólicas la mal nutrición por
exceso?, ¿Aún se piensa que las mujeres deben estar siempre entre los cánones de belleza
establecidos y porqué a los hombres no se les exige lo mismo? ¿Por qué las mujeres además de
ser mamás, dueñas de casa, trabajadoras y un sinfín de labores más, también deben poseer un
“físico de revista” si no es cotidiano encontrar un hombre que encaje en los prototipos de belleza?
Si bien la prioridad para realizar los cambios de alimentación necesarios debe ser por salud y no
por la presión social, un alto porcentaje de las consultas a nutricionistas o expertos en el área de
la nutrición es efectivamente para mejorar su aspecto externo, por vanidad, por discriminación o
por la estigmatización que la misma sociedad genera.

Es tiempo de que como sociedad se deje a un lado la pasividad, la conformidad y


empoderarse de los problemas sociales, se debe comenzar a mirar a nuestro alrededor y
reflexionar si realmente estamos actuando frente a la discriminación contra personas con
sobrepeso/obesidad o si somos netamente parte de una masa que solamente se sienta a observar
como la discriminación, la exclusión, el clasismo y los prejuicios destruyen vidas de personas que
realmente pueden llevar una guerra dentro de si mismas.
La sociedad debe comenzar a abrir su mente, corazón y oídos; pensar primero en como se
siente el otro, cultivar la empatía para que con ello se logre generar esa conexión tan necesaria
para que vencer los estereotipos y los patrones de discriminación. Quizás con pequeños actos,
tales como el no decir a los hijos “Oh que está gordito tu amigo, no se te valla a pegar la
costumbre de comer tanto” o el no describir físicamente a las personas con mal nutrición por
exceso con adjetivos como “gorditas, llenitas, ballenitas, bolitos” y otro adjetivo que exponga que
presenta un problema de alimentación. Siempre los cambios sociales comienzan por casa, quizás
el intentar disminuir los juicios de valor hacia las demás personas; nadie puede saber cuanto
lucha el otro por poder levantarse cada mañana y lograr salir adelante.

Se debe intentar tanto como sociedad como en el ámbito personal, el derribar mitos y
prejuicios acerca de las personas con sobrepeso y obesidad, se les debe ver como personas
enfermas, que luchan constantemente contra su enfermedad la que como muchos saben es difícil
de vencer porque se encuentra en cada paso que uno da, en cada esquina, en cada momento del
día. Por lo tanto, se debe aprender que el poseer un estado nutricional normal, no les hace
superiores a los demás, no les da el derecho de humillar a nadie, de exigir los estándares de
belleza en cada persona, el discriminar a alguien sólo por cuál es el número que arroja una
balanza.

Los seres humanos somo más que un montón de músculos, huesos y tejidos, somos entes
pensantes, que hemos evolucionado en el tiempo según las necesidades del ambiente, y en este
caso, el ambiente esta pidiendo a gritos que la discriminación hacia personas con malnutrición
por exceso se termine, que en vez de exclusión sean más las oportunidades que se les brinden
para que puedan dar ese paso en la vida y mejor su estado de salud y bienestar, que en vez de
prejuicios se instaure la cultura de pensar que puede ser lo que le afecta al otro, el no emitir los
juicios de valor de valor antes de que alguien los pida, el no estigmatizar a las personas por su
estado físico.

No podemos esperar que la obesidad se tome los medios de comunicación y sea una
noticia a nivel mundial o que genere una mayor cantidad de daños a la salud de los que ya
provoca, el tiempo de actuar y tomar conciencia sobre la profundidad del problema es ¡Ahora!, el
momento de tomar las decisiones correctas es hoy; quizás con pequeños cambios podemos
generar que las grandes masas se muevan. Es mejor comenzar tarde que nunca comenzar a
cambiar nuestros prejuicios y la discriminación hacia las personas que son catalogadas como “no
aptas” para la sociedad.

Bibliografía.

1. Organización Mundial de la Salud. 10 Datos sobre la Obesidad. OMS [Internet].


[Consultado 26 Febr. 2021]. Disponible en:
https://www.who.int/features/factfiles/obesity/es/.
2. Energici, M. Acosta, E, Bórquez, F, Huaiquimilla, M. Gordura, Discriminación y
Clasismo: un estudio en jóvenes de Santiago de Chile. Psicología & Sociedade [Internet].
2017. [Consultado 26 de Febr. 2021]; 29:1-9. Disponible en:
http://www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0102-
71822017000100237&lang=es
3. Araiza, A. Wellman, J. El estigma del peso predice el control inhibitorio y la selección de
alimentos en respuesta a la importancia de la discriminación por peso. Elsevier [Internet].
2017 [Consultado 27 Febr. 2021]; 114: 382- 390. Disponible en:
https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0195666317303094?via%3Dihub
4. Bautista, M. Márquez, A. Ortega, N. García, R. Alvarez, G. Discriminación por exceso de
peso corporal: Contextos y situaciones. Revista Mexicana de trastornos alimentarios
[Internet] 2019 [Consultado 27 Febr. 2021]; 10(1); 121-133. Disponible en:
http://www.scielo.org.mx/pdf/rmta/v10n1/2007-1523-rmta-10-01-121.pdf.
5. Lydecker, J. O´Brien, E, Grilo, C. Los padres tienen sesgos tanto implícitos como
explícitos contra los niños con Obesidad. J Behav Med [Internet]. 2018 [Consultado 28
Febr. 2021]; 41 (6): 784 – 791. Disponible en:
https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/29728951/
6. Sari, N. Acan, B. El efecto del peso corporal en el empleo entre las mujeres canadiense:
evidencia de datos canadienses. Can J Public Health [Internet] 2018 [Consultado 28 de
Febr. 2021]; 109 (5 – 6). 873 – 881. Disponible en:
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7. Campos, R. Gónzalez, E. Obesidad y discriminación en la contratación. Econ Hum Biol
[Internet] 2020 [Consultado 28 Febr. 2021]; 37: 100850. Disponible en:
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