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522 La formación del Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales

es capaz de resolver ciertos problemas fun­ escalonar las decisiones en diferentes eta­ Capitulo XV La aproximación a los problemas urbanísticos
cionales, propios de un moderno centro de pas, como es necesario en esta clase de
negocios. La imposibilidad de conocer pre­ empresas. ^QUITec?
viamente las utilizaciones precisas impide la De esta manera se demuestra que la nueva %
definición de ios ambientes y de las fachadas arquitectura no sirve sólo para construir ex­ o ‘*
al modo tradicional y, por lo tanto, sería ab­ céntricas moradas de algunos clientes fuera
surdo pensar en aplicar aquí el consabido de lo común, sino que es la condición indis­
disfraz estilístico. En cambio el nuevo len­ pensable para la renovación del centro de las
guaje consiente la realización de ía deseada ciudades y atañe por ío tanto, al interés de
flexibilidad distributiva y la capacidad de todos.

1. Legislación y experiencias urbanísticas rededor de 1.100.000 viviendas construidas


en la posguerra con estas subvenciones, es decir, cerca de la
tercera parte de toda la producción de edi­
En muchos países europeos, el problema ficios inglesa; también Weíwyn, ía segunda
de la vivienda se agudiza de improviso en la ciudad-jardín de Hoxvard, se aprovecha de
posguerra. La deficiencia de viviendas se las ventajas de la ley Addison. En Suecia, el
debe, no tanto a los daños de la guerra que Estado garantiza los intereses de los presta­
sólo son importantes en Francia, donde se mos a las iniciativas pavadas, especialmente
destruyeron alrededor de 350.000 viviendas, a las cooperativas; por este motivo surgen en
cuanto al paro de la actividad de la cons­ este periodo algunas importantes cooperati­
trucción de edificios durante el conflicto, en vas de edificación, como la H.S.B. de Esto-
los países beligerantes y en muchos de ios colmo (1924), que ocupa un lugar prepon­
neutrales. Además, el coste de construcción derante en la realización de ios planes
de ¡as viviendas aumenta más rápidamente urbanísticos de la capital sueca. En Bélgica
que el coste de la vida, debido, en parte, al se funda, en 1920, la Societé Nationale des
encarecimiento de los materiales, de la mano Habitations á Bon Marché, que no construye
de obra y de ios solares, en parte causado por por su cuenta, sino que financia a otras so­
la demanda de nuevos tipos de edificación, ciedades. En Francia existe la antigua ley
cada vez más perfeccionados. De este modo, Siegfried de 1894. perfeccionada en 192S por
la intervención del Estado para asegurar una la ley Loucheur, pero la actividad de la edi­
vivienda a las ciases más humildes se hace ficación privada marca ei paso y en los lu­
cada vez más necesaria. gares donde la necesidad de nuevas vivien­
La intervención del Estado se efectúa de das es más aguda, como por ejemplo en
dos maneras: con créditos y facilidades con­ Pans, se hace necesaria la intervención dei
cedidas a las asociaciones privadas o con la Estado.
construcción de viviendas por iniciativa di­ El segundo sistema es más apto para el sa­
recta de las entidades públicas. neamiento de situaciones de emergencia. En
En Inglaterra se adopta sobre todo el pri­ Francia, una ley de 1912 permite a las ad­
mer sistema; por efecto de las'leyes Addison ministraciones municipales construir vivien­
(1919), Chamberlam (1923), Wheatlev das populares y, en conformidad con esta
(1924) y Greenxvood (1930) ei Estado se ley, se crea, en 1914, FOffice Mumcipale des
compromete a subvencionar hasta el 75 % a Habitations á Bon Marché de París, que em­
las iniciativas públicas y privadas que res­ pieza a funcionar en 1920. En 1915 se crea
petan determinadas normas distributivas e otra oficina análoga del departamento del
higiénicas; en 1936, cuando las distintas leyes Sena, que construye en la posguerra cierto
se unifican en la Housing Act, se cuentan al­ número de barrios satélites en la banlieue pa-
La formación de Movimiento Moderno en Europa entre lar dos guerras mundiales La aproximación a los problemas urbumslicos 525

nsiense (entre los que figuran las casas-torre de los productos industriales; tiene, por lo
de Beaudouin.y Lods en Drancy), con un to­ tanto, necesidad absoluta de disminuir los
tal de 18.000 viviendas. En Inglaterra; los en­ costes de producción, limitando los salarios,
tes públicos, entre otros, pueden beneficiarse y esto sólo io puede lograr manteniendo ba­
de las subvenciones gubernativas. El más im­ jos los alquileres de las viviendas. Por esto en
portante es el London City Council, que en­ Viena -—y en menor medida en otras ciuda­
tre 1920 y 1936 construye 70.000 viviendas, des— la Administración se compromete en
de las cuales 25.000 en Becontree, en Essex, un colosal programa de construcción, finan­
que constituye hasta el momento el mayor ciando a fondo perdido con impuestos es­
conjunto de edificación subvencionada, rea­ peciales fuertemente progresivos, de modo
lizada en el mundo. Se trata, en su mayoría, que puedan apoyar su carga sobre todo en
de casas unifamiliares, circundadas de am­ las clases acomodadas; limitándose a exigir a
plias zonas verdes; sin embargo, ia amplitud ios inquilinos un alquiler correspondiente a
de esta iniciativa, que crea artificialmente los gastos de administración y conservación.
una ciudad de 125.000 habitantes, suscita Sólo en Viena se construyen, mediante este
graves problemas de organización, resueltos procedimiento, alrededor de 60.000 vivien­
sólo en parte. En Alemania, una de las últi­ das, agrupadas en grandes unidades arqui­
mas leyes dictadas por el Imperio, en 1918, tectónicas homogéneas, a menudo formando
obliga a las ciudades de Prusia a crear ofici­ patios y provistas de numerosos servicios;
nas municipales para la edificación; el prin­ una de ellas, el Kal Marx Hof (figs. 588 y 589)
cipio de la responsabilidad del Estado de dar comprende 1300 viviendas, con instalacio­
una casa a todos sus ciudadanos, es incor­ nes deportivas, parvularios, lavanderías, am­
porado en la Constitución de la República de bulatorios médicos, biblioteca, oficina de co­
Weimar y sus medios financieros serán ase­ rreos, comercios; otra, el Sandleitenhof, con
gurados por uña ley de 1924, que instituye un casi 1600 viviendas, posee ademas una sala
impuesto del quince por ciento sobre el al­ para espectáculos. En este programa de
quiler de las viviendas ya construidas; se cal­ construcciones toman parte los mejores ar­
cula que casi la mitad de la producción de quitectos austríacos, Hoffmann, Holzmeis-
edificios entre la inflación y la crisis se debe ter, Frank y la arquitectura lleva, a menudo,
a las iniciativas públicas (entre ellas, la Weis- la huella de la monumentalidad wagnenana.
senhof de Stuttgart). También las ciudades Mientras que las iniciativas de edificación
holandesas organizan sus oficinas técnicas y pública aumentan hasta llegar a controlar, en
realizan los primeros barrios municipales, algunos casos, la mayor parte de las nuevas
con la ayuda de arquitectos de primer orden construcciones de casas y barrios, las inicia­
como Oud y Dudok. En Italia los Institutos tivas urbanísticas —es decir, el control indi­
para casas populares intensifican su activi­ recto sobre todos los asentamientos públicos
dad y realizan, entre las dos guerras, alre­ y privados, por medio de leyes y planes re­
dedor de 80.000 viviendas. guladores— no aumentan en la misma me­
La Administración socialista de Viena a dida, sirio que quedan más o menos limitadas
partir del año 1920 constituye el caso más a las establecidas en los primeros decenios
instructivo de un programa masivo de edifi­ del siglo’*XX. En Inglaterra la ley urbanística
cación municipal, dirigido sin preocupación de 1909 se perfecciona con la de 1919 —que
alguna por el balance entre inversión y renta. hace obligatorios los planes de crecimiento
La República austríaca, limitada a sus nue­ para las ciudades mayores y autoriza la for­
vos confines establecidos por el Tratado de mación de los planes regionales—, con la de
Versaües, tiene una población desproporcio­ 1925, que autoriza a los Consejos de los con­
587. Diagrama de la producción de edificios durante el periodo de entreguerras en Francia (línea de puntos), en In*
glaterra (línea continua) y en Alemania (línea de trazos); en el eje de ordenadas, el número de viviendas construidas nada a los recursos naturales y, para sobre­ dados a promover los planes urbanísticos en
cada ano vivir, sólo puede contar con la exportación su territorio y, por fin, por la ley de 1932, que
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empiezan sólo en 1932, después de haber puesto que responde a ios criterios de la pro­
sido instituida la región parisiense, y el plan, ducción industrial, pero también una eco­
•que lleva el nombre de Prost, no se aprueba nomía de pensamiento al proyectar, puesto
hasta 1939, en vísperas de la segunda guerra que permite distribuir los esfuerzos intelec­
mundial. Un trabajo análogo para Londres tuales de la manera más rentable, situando
empieza en 1937, pero queda interrumpido cada decisión en eí tiempo a la escala opor­
al estallar la segunda guerra. En Berlín se tuna. Se detalla así, de forma satisfactoria, la
proyecta un pian general entre 1920 y 1925 naturaleza de la actividad urbanística y su re­
que se realiza, parcialmente, durante el pe­ lación con ía arquitectura: de hecho, se re­
ríodo entre la inflación y la crisis. En Roma, conoce que es ya imposible abarcar con eí
el régimen autoritario hace aprobar por pro­ control individual todo el campo del pro­
cedimientos expeditivos un nuevo pian en yecto y que es necesario escalonar las de­
1931 y realiza algunas transformaciones mo­ cisiones en varios grados, actuando de lo
numentales previstas para el centro; eí plan general a lo particular, dividiendo ía respon­
es superado por los acontecimientos ya antes sabilidad entre proyectistas . distintos, en
de ía guerra, pero no se cambiará hasta 1959, tiempos y a escalas diferentes.
influyendo ampliamente en ia expansión de Pero, por el momento, la definición de los
ja ciudad a partir de 1945. elementos representa el primer paso deci­
En esta situación irrumpen las propuestas sivo, puesto que sirve para romper con las
del Movimiento Moderno, maduradas du­ costumbres heredadas de la cultura tradicio­
rante el decenio entre la paz de 1919 y la cri­ nal; así, eí movimiento moderno, en una pri­
sis de 1929. Es evidente que el objetivo del mera época, tiende a menospreciar los pro­
movimiento es la indicación de una alterna­ blemas de la composición de conjunto,
tiva a la ciudad burguesa posliberal, y no una concebida como un proceso casi deductivo
correción de conflictos; es por lo tanto ine­ de montaje.
vitable una solución de continuidad entre ía La lógica de ios hechos obliga, sin em­
búsqueda moderna y la práctica corriente,, bargo. a ampliar progresivamente el campo
aunque enriquecida por las contribuciones de acción: de la tipología de los edificios ai
de las vanguardias que actuaban antes del barrio, del barrio a la ciudad; pero el retraso
ano 1914. acumulado, por exiguo que sea, se revela de •
588-589. Víena, el conjunto residencial Karl Marx Hoí, de C. Ehn Gropius y Le Corbusier ven justamente la cisivo, puesto que la coyuntura económica y.
necesidad de volver a empezar y descom­ más tarde, la política no de|an más tiempos
poner el hecho arquitectónico en sus com­ a la maduración de las experiencias. De he­
unifica las disposiciones anteriores exten­ duzca, fijando las normas generales para ia apli­ ponentes elementales, para plantear eí pro­ cho, cuando, alrededor de 1930, el Movi­
diendo la obligación de los planes a cada te­ cación y salvaguarda de los valores existentes. blema de ía composición con la necesaria miento Moderno se compromete seriamente
rreno urbanizado o no (por ¡o tanto también generalidad. Así, la casa se descompone en en los problemas urbanísticos, ía producción
a ¡os centros antiguos, siempre que se pre­ una serie de productos elementales, y el pro­ de edificios ya disminuye, a causa de la crisis
sienta su transformación). Estas disposicio­ En los demás países europeos la legisla­ yecto se divide en una sucesión de tiempos: económica, y madura ia regresión política
nes son, sin embargo, facultativas en la ma­ ción urbanística procede, por regla general, primero se ponen a punto las partes, luego que conducirá en breve tiempo a la segunda
yoría de ios casos y no obligan a ninguna con mayor retraso: una íey general se se estudian sus combinaciones; análoga­ guerra mundial.
actuación. aprueba en Suecia y en Finlandia en 1931, en mente un barrio se descompone en una sene
Dinamarca en 1939, en Italia en 1942 y en de elementos edifícatenos (las células de vi­
La preparación de un proyecto —dicen las ins­ Francia sólo después de la segunda guerra vienda, las calles, los edificios públicos, etc.)
mundial. 2. Las primeras aplicaciones de los nuevos
trucciones oficíales— no implica, de ningún y la ciudad se concibe como una agrupación
La planificación de las grandes ciudades, siandards en la posguerra alemana
modo, la intención de proceder a construir sobre de barrios, reunidos en grupo o en grupos de
el terreno considerado, ni tampoco la previsión empezada antes de la guerra, continúa entre grupos, según la jerarquía de las funciones.
de una próxima actuación. El objetivo es regular muchas dificultades. En Francia prosiguen Esta metodología sirve para obtener una En principio. ía distinción entre arquitec­
y dirigir ia transformación Cuando ésta se pro­ las discusiones sobre el pian; los proyectos economía de medios en la realización. tura moderna y arquitectura tradicional de-
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pende de la aceptación o del rechazo de a la calle; junto a estos barrios realiza algu­
la estandardización de ios elementos, que nas escuelas que se encuentran entre las me­
rompe la continuidad del tejido urbano tra­ jores de la Alemania de entreguerras.
dicional y debilita o destruye totalmente Pero en Frankfurt, una sene de circuns­
—es decir, descarta para el futuro—la «com­ tancias favorables contribuyen a la realiza­
posición conjunto» que, en el trazado urbano ción de un programa único en Alemania, por
tradicional o de vanguardia, representa to­ lo que se refiere a coherencia y extensión.
davía el instrumento que absorbe cualquier Antes de ía guerra, el burgomaestre Adickes
nueva intervención en el sistema de la ‘ciudad promueve la ley para la expropiación de los
burguesa. terrenos —cuya importancia general se ha
Así, en Viena, los nuevos barrios de la ad­ señalado en el capítulo XI— y logra para la
ministración socialista se realizan de modo ciudad numerosas áreas periféricas. En 1924,
unitario y cerrado para resistir la compara­ le sustituye en eí cargo Ludwig Landmann,
ción con el trazado de los barrios burgueses convencido defensor de la planificación pú­
pero, sin embargo, admiten su misma lógica blica, y este nombra al experimentado ar­
(la nueva tipología de edificio estudiada por quitecto Ernst May director de todas las
Loos en la primera posguerra es descartada construcciones municipales. Antes de 1919,
después de 1922), En Rotterdam, en los años May había irabajado con Unwin en Inglate­
1924-1925, Oud introduce polémicamente rra y, entre 1919 y 1924, había dirigido una
nuevos tipos de casas alineadas, aptas para empresa pública de casas populares en Sch-
la repetición en sene indefinida, pero las em­ lesien.
plea sólo en grupos limitados y acabados con El encuentro entre un burgomaestre y un
elementos especiales, es decir, que remtro- proyectista muy afines como Herriot y Gar-
duce en los planes de conjunto las reglas tra­ rner en Lyon, en el periodo anterior a la gue­
dicionales de la simetría y el decoro, como ya rra, es decisivo para el éxito de la obra.
hemos dicho en el capítulo XIII. Landmann crea para May un nuevo cargo, el
Después de 1924, en Alemania, la inves­ Dezernent fiir Bauwesen, con muy amplios
tigación sobre la estandardización de la ti­ poderes, y lo defiende contra toda la oposi­
pología de los edificios se desarrolla, y ad­ 590-594. Frankfurt am Main situación general de los
ción, May había proyectado anteriormente
nuevos barrios residenciales al otro lado del valle del
quiere relieve urbanístico cuando aborda casas de estilo tradicional, pero en Frankfurt Nidda (en negro, la parte construida antes de la crisis;
conjuntos bastante grandes, que se apartan adopta en seguida el nuevo estilo.propuesto en blanco, la proyectada); planta del bamo Graunheim
del trazado vinculante de la ciudad burguesa por Gropius, Taut y Haesler, que «debe en­ y Rómerstadr, dos vistas del barrio Rómersladt y uno de
v entran en relación con los grandes espacios contrar su primera realización concreta en los tipos de edificación unificados
no construidos del territorio. En muchas ciu­ los programas públicos de edificación y ur­
dades administradas por el partido social- banismo» ’■
demócrata ios arquitectos modernos dirigen En el breve periodo entre la inflación y la
los programas de edificación municipal: Taut crisis de 1920, May realiza en Frankfurt al­
en Magdeburg, Haesler en Celle, May en rededor de 15.000 viviendas (el 90 % de la
Frankfurt, Wagner en Berlín. Taut trabaja producción total), casi todas situadas en una
en Magdeburg sólo hasta 1924; demasiado zona al norte de la ciudad, en el valle del
poco para poder organizar un programa con­ Nidda, y separadas del núcleo tradicional
sistente. Haesler construye en Celle algunos por medio de una zona verde: un «nuevo
barrios ejemplares —Italienischer Garten, Frankfurt», autónomo y en pleno campo,
año 1923; Georgsgarten, 1924— y por pri­ provisto cíe escuelas, centros comerciales y
mera vez sustituye a ía tipología tradicional restaurantes. La tipología de los edificios es
de la edificación (casas aisladas o bloques
continuos siguiendo calles) por filas de casas i. L. Landmann, «Zuin Ge ten», en *Das Nene Frank-
de tres tipos orientados perpendicularmente furi¡>t 1916, niirn. 1, pp. 1-2.
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ampliamente estandardizada para facilitar la 3. La urbanística de Gropius


producción en serie.de los elementos cons­
tructivos y de algunas instalaciones fijas Detrás de toda experiencia moderna ale­
como, por ejemplo, la famosísima «cocina de mana se encuentran los modelos teóricos y
Frankfurb». En los planes de conjunto la re­ las solicitudes de la Bauhaus; los documen­
petición de las filas de viviendas, orientadas tos recogidos en la Bauhaus-Archiv de
de igual manera, varía, girando de vez en Darmstadt y publicados parcialmente por
cuando la alineación para adaptarse a la con­ Wingler2 demuestran el febril trabajo reali­
figuración dei terreno. La importancia inter­ zado duramente aquellos años para promo­
nacional de la experiencia de May se con­ ver, comparar, discutir y defender gran nú­
firma en la reunión del segundo CIAM, en mero de propuestas y realizaciones, en
1929, en Frankfurt. distintos lugares. Pero,.precisamente, según
En Berlín falta una dirección unitaria de las tesis de ia Bauhaus, ia-enseñanza no
los programas municipales y las empresas puede ser únicamente indirecta sino que re­
constructoras siguen direcciones distintas: el quiere una demostración práctica; así, Gro­
planteamiento moderno es defendido por pius compromete su escuela en una sene de
Martín Wagner (1885-1981), el arquitecto que intervenciones concretas, que se apoyan so­
dirige una de las secciones de la oficina técnica bre las sucesivas fases del razonamiento teó­
municipal y que promueve, en 1924. ía for­ rico.
mación de la Gemeinnützige Heimstátten- Ya desde un principio, no se trata de de­
Akuengesellschaft (Gehag), la mayor socie­ mostrar un muebíe o un edificio aislado, sino
dad de edificación berlinesa; bajo el consejo eí ambiente construido, del que forma parte
de Wagner, la Gehag nombra a Bruno Taut integrante cualquier producto; la nueva me­
director de sus construcciones de 1924 a 1933 todología abarca todo el ciclo del proyecto,
y realiza algunos grandes barrios: Berlín-Bntz desde el mobiliario hasta la planificación te­
(1925) y Berlín-Zelilendorf (1926). Aquí tam­ rritorial, y un elemento cualquiera —una si­
bién impone Taut una rigurosa unificación lla, una casa, un barrio— es válido como mo­
de la tipología de la edificación (cuatro en delo repelible a escala supenor.
Britz, tres en Zehlendorf); pero varía artifi­ Esta exigencia queda inoperante mientras
ciosamente las planimetrías de los barrios duran las dificultades económicas de ia pos­
FRElFLXCHENSCHEMA STAUTGEMEINDE BERLINu.UMGEEEMJ.ZDNE
para conferir a ios grandes conjuntos una guerra: la casa «am Horn» es el prototipo de
aparente unidad. Los barrios quedan relati­ una colonia de viviendas unifamiliares nunca
vamente aislados de la periferia precedente realizadas; ¡as casas para los profesores de ia
y son estudiados en relación con el sistema Bauhaus se repiten sólo en unos pocos ejem­
ciudadano de parques.? zonas agrícolas vin­ plares; sólo en 1926 el pequeño barrio Tor­
culadas, definido por Wagner en 1929. La teo en Dessau, encargado por la Reichsfors-
menor coherencia del programa berlinés de­ chungsgesellschaft se convierte en un pau-
pende también del leadership menos satis­ sible laboratorio para verificar los conceptos
factorio; 'falta un administrador decidido teóricos de ía escuela.
como Landmann y el papel de May está re­ El barrio está compuesto por casas en fila
partido entre Wagner —que se interesa so­ de dos pisos. Los tres tipos de edificio son es­
bre todo por los problemas cuantitativos— y tudiados con extremo cuidado; las estructu­
Taut —que se interesa principalmente por ras sustentantes son muros de carga trans-
los problemas cualitativos—. La síntesis afir­
595-596. Berlín, planta del barrio Bntz, y situación de mada teóricamente por Gropius y por el pro­
las zonas verdes, preparada por la oficina urbanística de 2. H. M. Wingler. Das Bauhaus, Branische, año 1962;
pio Taut no llega a realizarse dentro de las versión castellana: La Bauhaus. Wetuuir. Dessau, Berlín:
la ciudad por iniciativa de Martín Wagner. En negro, las
zonas verdes públicas; en irazos verticales, las zonas ru­ instituciones. 1919-1933. Editorial Gustavo Gilí, S.A.. Barcelona.
rales 1975.
La formación ¡Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales La aproximación a los problemas urbanísticos 533

fundamentales trabajos de Alexander Klein3


[1879-1961], ñg. 600), en los criterios de com­
posición de barrios existe todavía una ex­
traordinaria confusión: se pasa de las casas
unifamiliares realizadas en ios barrios-jardín
de Bruselas a los monumentales patios vie-
neses y a ios bloques holandeses, sin que las
diferencias puedan justificarse por una pro­
porcional variedad de los modos de la vida.
Para poder dar una solución definitiva a
los problemas del housing, Gropius com­
prende que debe enfrentarse con la competi­
ción profesional en campo abierto, tomando
contacto directamente con las fuerzas eco­
nómicas y políticas que dirigen la produc­
ción de la edificación. Así, abandona en 1928
la escuela y se establece en Berlín como pro­
fesional liberal.
En 1927 gana el concurso para el barrio
Dammerstock en Karlsruhe y, para la cons­
trucción de las casas, pide la colaboración de
600-601. A. Klein, estudios de distribución para la
Retchsforschungsgesellschaft (1928) otros nueve arquitectos.4 El plan de conjunto
es sencillísimo: todos los bloques están
orientados de Norte a Sur, para distribuir si­
métricamente sobre las dos fachadas la ilu­
|unto es, en cambio, bastante dudosa. El pro­ minación solar, y están servidos por calles
grama —casas en fila con huertos individua­ peatonales, ya que las de vehículos corren
les— obliga a seguir de cerca vínculos perpendicularmente de Este a Oeste (ñg.
derivados de la parcelación ya existentes v 602). La variedad, que parece ausente en el
representa un camino intermedio entre ciu­ plan general, queda restablecida por la ar­
dad y campo, poco apto, en este momento, quitectura, puesto que los bloques son de al­
para inspirar una clara imagen arquitectó­ turas distintas (de dos a cinco pisos), siendo,
nica. por lo tanto, distinta la separación entre ellos
Gropius advierte probablemente estos de­ y resueltos de manera distintas por los nueve
fectos, asi como la imposibilidad de reme­ proyectistas.
diarlos quedándose en el ámbito de la Bau­ Es bastante notable que el barrio no tenga
597-598-599. Dessau, el barrio de Torten, en la actualidad y en 1926 (W. Gropius, 1926-1928) haus. De hecho, el compromiso didáctico, un espacio central y no quede cerrado en sí
que procede necesariamente de forma lenta mismo, sino estrechamente relacionado con
y analítica, no puede concillarse fácilmente los espacios circundantes; los edificios públi­
con el compromiso urbanístico, que requiere cos y los edificios complementarios se sitúan
versales, trabados por ¡¿cenas de hormigón, ievanta un edificio de cuatro pisos que con­ tempestividad y rapidez para sintetizar los al margen del recinto, en los puntos más ade-
y en las casas de 1927 estos muros están pin­ tiene fas viviendas mínimas y la cooperativa múltiples factores en juego.
tados de color distinto por los cerramientos de consumo. El mobiliario procede de los ta­ Las dificultades de la Bauhaus reflejan, 3. A. Klein, «Neues Verfahren zur Untersuchung von
frontales, acentuando el juego de los cuerpos lleres de la Bauhaus con lo que las medidas por otra parte, las de la cultura europea. Kleinwohnungsgrundnssen», en Slcidiebau, 1928, p. 16;
salientes y entrantes, puesto que todas las de las habitaciones pueden ser calibradas a Mientras las investigaciones sobre la com­ véase del autor: Vivienda mínima: 1906-1957. Editorial
paredes orientadas paralelamente a la hilera Gustavo Gilí, S.A., Barcelona, 1980.
partir de los muebles. posición de la tipología de edificios avanzan 4. A. Físcher, C. M. Grod, O. Haesler, W. Lochs-
son claras y las orientadas perpendicular­ Mientras la tipología de los edificios está con éxito y convergen hacia resultados de va­ tanipfer, W. Merz, W. Riphahn.F. Roeckle, F. Roessler,
mente son oscuras. En el centro del barrio se muy bien estudiada, la composición de con- lor general (aparecen en este período los H. D. Roesiger.
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cuados para reconducir el tejido del nuevo


barrio al tejido urbano, mientras ios recortes
menos regulares, como los extremos de las
parcelas hacia la Heidelbergerstrasse, son
cuidadosamente arreglados mediante movi­
mientos de tierras.
Si la visión urbanística de Gropius actual­
mente no va más allá del barrio, es necesario
notar que el concepto de barrio ha vanado
profundamente: no se trata ya de una com­
posición que se mantiene por sí misma, sino
de una modificación calculada y ordenada en
eí ambiente de la periferia; se trata de rela­
cionar entre sí estas dos realidades distintas,
que se interfieren y contrarrestan recípro­
camente.
Puede servir de ayuda la comparación con
algunas pinturas de Klee. Considérese un di­
bujo de 1928, que lleva el título de Mecánica
de un barrio urbano (fig. 604) (eí Dammers-
tock y muchos otros barrios de la época se 602. W. Gropius. barno Dammersiock en Karlsruhe
basan en la constancia del ángulo recto): (1928)
Klee muestra la variedad cualitativa que
puede nacer de la repetida aplicación de este
principio, siempre y cuando no se proceda de Es por lo tanto natural que, en el siguiente
una manera mecánica, sino teniendo pre­ barrio, la Siemensstadt/ cortado por una lí­
sente, a cada paso, la infinita gama de ías po­ nea de ferrocarril y una carretera.curva, Gro­
sibles decisiones, puestas de manifiesto en el pius subordine la composición a estos ele­
dibujo por las bifurcaciones del trazado y las mentos preexistentes: el largo edificio de
calculadas inclinaciones respecto a ios ejes Bartning, con apartamentos orientados ha­
octogonales. cia el Sur, se sitúa a lo largo de la carretera
En el cuadro Castillo para construir en la que va de Este a Oeste; al otro lado se dis­
seiva de 1926 (fig. 603) Klee estudia ios efec­ ponen perpendicularmente ios bloques de
tos creados por la introducción de una forma Hanng con apartamentos a dos fachadas,
regular y orientada, en eí producto de un es­ mientras al sur del ferrocarril los edificios de
fuerzo irregular, donde se agrupan muchas Scharoun convergen encuadrando el paso
directrices entrecruzadas. La forma perturba subterráneo. Gropius se reserva el proyecto
el fondo, se abre un camino y se agarra a los de tres bloques de casas cerca deí cruce prin­
elementos que la rodean con su propia ley cipal, que es el centro virtual, muy poco más
dinámica; Klee se enfrenta, metafórica­ acentuado, del barno (fig. 605-609).
mente, con el mismo problema que se plan­ Aquí también los edificios públicos se dis­
tean ios arquitectos; interrumpir el tejido ponen periféricamente y sirven para resolver
urbano, complejo y desordenado, con un los nudos y testas de los bloques residencia­
edificio o un barno unitario, pero teniendo les. No queda ningún residuo de las peque­
en cuenta en eí proyecto las probables mu­ ñas y fatigosas composiciones que complican
taciones que se producirían en el ambiente e
intentando conciliar entre sí ambas realida­ 5. En colaboración con O. Bartning, F. Forbal, H.
des heterogéneas. Hiinng, Henning, H. Scharoun. 603-604. P. Klee, Castillo para construir en la selva, 1926; Mecánica de un barrio urbano, 1928
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la distribución de los barrios contemporá­ tica y determina las líneas a lo largo de las
neos, incluidos los dos de Taut en Bntz y cuales conviene seguir las investigaciones.
Zehiendorf? recién acabados. No cree que ía vivienda mínima sea una en­
La red de tránsito rodado es muy redu­ tidad abstracta, definible a priori, y, por lo
cida, la jerarquía de funciones clara e inme­ tanto, no se propone definir en absoluto la
diatamente legible, la uniformidad de las mejor forma de viviendas:
condiciones higiénicas de cada vivienda está
asegurada por Ja regularidad deí trazado, El problema de la vivienda mínima (Mintmal-
mientras que se aprovecha celosamente cada wohmmg) consiste en establecer el mínimo ele­
incidencia para variar y enriquecer la com­ mental de espacio, aire, luz y calor que el hombre
posición. En resumen: cada elemento está necesita.para poder desarrollar plenamente sus
motivado racionalmente y tiene el mismo ca­ funciones vitales, sin limitaciones debidas a la vi­
vienda misma, es decir,.un mínimo modas vtvcndi
rácter sincero y persuasivo de las cercanas
en vez de un modus non mortendi.1
estructuras industriales; por primera vez un
barrio obrero tiene un trazado unitario y la 605-607. \V. Gropius, barrio Sieniensstadt en Berlín
Se trata, precisamente, de estudiar la re­
solidez necesaria para no hacer un mal papel (1930)
lación entre una forma física y un conjunto 608-609. Tipos de edificación del Dammerstock (XV.
comparado con la fábrica, respetando siem­
de exigencias vitales «no sólo económicas Gropius) y del Siemenssiadt (H. Scharoun)
pre y en cada una de sus partes la escala hu­
—advierte dos años más tarde— sino, sobre
mana y las exigencias, tanto más frágiles, de todo, psicológicas y sociológicas» 3 Además;
la intimidad doméstica.
esta relación no puede deducirse a pnon,
Los proyectos para edificios públicos que
sino que debe ser captada en la práctica; la
Gropius prepara de 1926 a 1931 —especial­
búsqueda debe empezar de las dificultades
mente los teatros, desde el proyecto teórico experimentales en las formas de vivir que
realizado en 1926 para Piscator (figs. 608-
son propias de un lugar y de un tiempo de­
610) hasta el concurso para el teatro de Jar­
terminado.
kov en 1931— se hallan en estrecha relación
Partiendo de estos principios, Gropius
con las experiencias urbanísticas. El énfasis
compara las dos soluciones tradicionales que
expresivo de estos edificios, con estructuras
se emplean en nuestros días, la vivienda uni-
oblicuas y aparatosas, elementos rodantes,
familiar aislada y la vivienda colectiva, re­
tachadas cruzadas por escaleras y rampas,
husando tomar partido, en abstracto, por la
sirve sin duda de complemento al rigor y a la
una, como VVnght, o por la otra, como Le a quienes están ligados a un trabajo fijo a ha­
simplicidad de la edificación residencial, que
Corbusier. Cada una, de hecho, presenta
se reduce a la repetición de unos pocos tipos cer largos recorridos cotidianos.
ventajas e mcovementes: ía vivienda unifa- La vivienda colectiva disminuye la inde­
de edificios, uniformemente orientados. Los
miliar permite un contacto directo entre vi­
edificios públicos constituyen, de hecho, la pendencia de las familias y complica un poco
vienda y jardín, una mayor independencia y
base de la ordenación urbana, donde se con­ la vida, especialmente a los niños, pero fa­
flexibilidad, pero es más cara, tanto por su
centran los valores singulares, representati­ vorece el espíritu de la comunidad y se halla
instalación como por su uso; ademas, la dis­
vos, expulsados del tejido residencial du­ dentro de la línea de las tendencias sociales
minución de la densidad de ios barrios obliga modernas, que limitan, poco a poco, algunas
rante el proceso de normalización. (El
acento, por ahora, está puesto en las vivien­ funciones familiares orgamzándolas en
das, pero luego los problemas deí centro cí­ forma de servicios colectivos; además, es más
7. W. Gropius, «Die so2iologischcn Grundlagen dcr
vico —deí corazón, como se dirá entonces— económica, permite una mayor densidad y
Minimahvohnu.ng», en Die Justiz, vol. 5, num. 8, 1929;
ocuparan el primer plano.) véase Alcances de la arquitectura integral, cu. p. 138. acorta los recorridos de los trabajadores, au­
Entre 1929 y 1931 Gropius da una siste­ 8. W. Gropius, «Flach, Mittel-oder Hochbau?», en mentando el tiempo libre disponible para las
matización teórica a su experiencia urbanís- Rationelle Bebauungsweisen, Sluitgart, 1931, p. 26; trad. distracciones.
casi, en W. Gropius, Alcances de la arquitectura integral, Según el peso que puedan tener tales ven­
cu. p. 153 y en C. Aymonino, La vivienda racional. Po­
6. En colaboración con H. Hiinng, R. Salvisberg. M. nencias de los Congresos CIAM: 1929-1930, Editorial
tajas y tales inconvenientes, en relación con
Wagner. Gustavo Gilí, Barcelona, 1976“ las disponibilidades económicas, con las ocu-
53S La formación de Movimiento Moderno en Europa entre fas dos guerras mundiales en aproximación a los problemas urbanísticos 539

paciones y las orientaciones psicológicas de De este razonamiento derivan dos líneas 608-609. Tipos de edificación del Danuncrstock (XV.
cada capa social, se preferirá una u otra so­ de estudio. Puesto que las casas altas cons­ Gropius) y del Siemensstadt (H. Scharoun)
lución; en las condiciones alemanas del mo­ tituyen un nuevo tipo de edificio, es necesa­
I
mento la vivienda unifamiliar conviene úni­ rio demostrar con argumentos urbanísticos
camente a ias clases medias, mientras que la que pueden sustituir con ventajas a los ha­
vivienda colectiva aparece como la forma bituales bloques de tres-cinco pisos. Para las
más adecuada para la construcción popular, casas unifamiliares, en cambio, se trata de un i
puesto que en este caso la economía (al re­ problema estrictamente tecnológico: la li­
partir ios beneficios de las intervenciones pú­ mitación de su uso depende, sobre todo, del
blicas entre mayor número de personas) y ía coste, y es necesario intentar reducirlo mon­
densidad (al disminuir los recorridos de los tando la casa con elementos susceptibles de
trabajadores, en su mayoría empleados y producirse en serie índustriaimente, y de
obreros) se convierten en las exigencias do­ aquí nacen las investigaciones sobre la pre-
minantes, a las que es necesario sacrificar el fabncación.
aislamiento y la libertad espacial. Pero una A la primera línea de estudio pertenecen
vez hecho este sacrificio, es preciso buscar, los proyectos para el barrio experimental de
sin prejuicios, qué forma de vivienda colec­ Spandau-Haselhorst de 1929 (fig. 615) y los
tiva permite desarrollar al máximo las ven­ modelos expuestos en las exposiciones de
tajas mencionadas. Aumentando el número París de 1930 y de Berlín de 1931. Pero Gro-
de los pisos se ve que: pius no logra construir ninguna de sus casas
aitas en Alemania, ya sea a causa de las du­
— Aumenta, a igualdad de separación en­ das de las autoridades o bien a causa de la
tre los cuerpos construidos, y, por tanto, a resistencia de los técnicos y, especialmente,
igualdad de condiciones higiénicas, ía den­ por la disconformidad en instalar ascensor
sidad de construcción; o bien, a igualdad de en las viviendas populares. La primera uni­
condiciones higiénicas, la densidad de cons­ dad residencial de diez pisos, según el con­
trucción; o bien, a igualdad de densidad, los cepto de Gropius, se realizará en 1934 en
edificios pueden alejarse más entre sí. Holanda, como explicaremos más adelante,
— Disminuyen algunos costes, es decir, la en el capítulo XVII.
incidencia de ios servicios colectivos, de las La segunda línea de estudio sobre la pre­
instalaciones, de las calles; aumentan en fabricación tiene una historia más antigua:
cambio ios costes de la construcción propia­ ya en 1909, mientras trabaja con Behrens,
mente dicha, a causa de ias estructuras de Gropius propone a E. Rathenau, presidente
carga y de los ascensores. de la AEG, un Programa para la fundación
de una sociedad general para la construcción
1 610. AV. Gropius, el Toialtheatec estudiado en 1926 por
En Alemania, teniendo en cuenta todos de viviendas sobre lina base artística unitaria. Pisca tor
estos factores, el optimum se halla entre ios En ios primeros años de la posguerra, 611 (abajo a la derecha). Una propuesta de Hilbersei-
diez y los doce pisos: con esta altura se ob­ cuando dirige la Bauhaus, sigue estudiando mer para Berlín (alrededor de 1930)
tiene la deseada coincidencia de amplios es­ teóricamente ei problema y, en 1924, enun­
pacios y de fuerte densidad de construcción cia el principio fundamental que repite, )
y, por lo tanto, una concentración satisfac­ luego, muchas otras veces: l
toria de los servicios sin que el coste de pro­
ducción aumente de manera prohibitiva. En
La mayoría de los ciudadanos de un país tienen
cambio, los habituales edificios de tres a iguales costumbres de vivir y habitar; no se com­ I
cinco pisos deben considerarse como un ca­ prende, por tanto, por qué nuestros edificios no
mino irracional, puesto que no ofrecen ni las deban someterse a una unificación parecida a la
ventajas de las casas unifamiliares ni las de de nuestros vestidos, zapatos o coches... De todas
los bloques altos. formas, es preciso evitar ei peligro de una estañ­
La formación de Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales La aproximación a los problemas urbanísticos 541

dardización demasiado rígida... y las viviendas de­ ía edificación o de cualquier otro campo, en formas rústicas y medievalizantes. Los
ben ser proyectadas de modo que se tengan en puesto que se necesita, por el contrarío, re­ economistas expresan sus dudas sobre la afir­
cuenta las necesidades individuales derivadas del mada autosuficiencia y sobre la posibilidad
partir el trabajo entre el mayor numero po­
uunaño de la familia y de la profesión del cabeza
sible de obreros. El paro es también fuente de que los inquilinos puedan sustentarse con
de familia, asegurando su flexibilidad. Por lo
tanto, es necesario estandardizar y producir en se­ de preocupaciones políticas, suscita el re­ los productos de sus parcelas a menudo muy
rie, no toda la vivienda, sino sus partes, de manera cuerdo de la revuelta espartaquísta de 1919 reducidas,11 pero el razonamiento econó­
que puedan formarse, combinando, los distintos y las insurrecciones socialistas en Austria; de mico se apoya, en última instancia, en una
tipos de vivienda.9 ahí nace el miedo, a que los barrios obreros opción política; los arquitectos que escogen
de mucha densidad, concebidos de manera el programa moderno de las viviendas altas
En 1926, en el barrio de Tórlen, en Des- orgánica e integrados en la red urbana, pue­ o el programa tradicionalista de ios cottages,
sau, se realiza una prefabncación parcial; dan facilitar ía organización política de la se definen vírtuaimente a favor o en contra
otro intento se cumple en 1927, en la Weis- clase obrera y lleguen, incluso, a transfor­ de la integración de la ciase obrera en la ciu­
senhof de Stuttgart, dónde se construyen dos marse en bases de resistencia de los insur­ dad moderna.
viviendas unifamiliares con esqueleto metá­ gentes (Pérsico recuerda «el estupor de ios Asi, la presión de los acontecimientos, en
lico, labiquería de corcho y recubrimientos periodistas de toda Europa, cuando los in­ el momento en que imposibilita el trabajo de
exteriores en fibrocemento. ,En 1931, Gro­ quilinos de las casas populares de Viena dis­ los arquitectos modernos, y la misma presen­
pius inventa para La Hirsch Kupter únd pararon desde las ventanas como si fueran cia física de algunos de ellos en territorio ale­
Messingwerke A. G., un tipo de vivienda mí­ troneras, atrincherándose en las Siedhmgen mán, efectúa también una clarificación cul­
nima ampliable (fig. 616), realizada con pa­ como si se tratara de fortaleza».)10 La ma­ tural decisiva y pone en evidencia cuáles son
neles de madera autoportantes, revestidos nera de eliminar ía doble dificultad, econó­ los valores que están en ]uego en la discusión
en el interior por placas de fibrocemento y mica y política, se encuentra en la colonia aparentemente académica sobre la forma del
en el exterior por planchas de cobre ondu­ rural, que los gobiernos democráticos empie­ barrio.
ladas; pero aquel mismo ano esta experien­ zan a poner en práctica después de 1931, y se Gropius y sus colaboradores creyeron, en
cia se detiene a causa de la crisis económica convertirá en el tipo predilecto de asenta­ un principio, que era suficiente poner a
612. El barrio Bad Dürrenberg de A. Klein (1930)
v poco después la subida al poder de los nazis miento a partir de 1933, bajo eí poder de los punto los procesos técnicos y formales, los
interrumpe ambas experiencias. nazis (figs. 617-620). distintos modos de trabajo en el campo de ía
El fracaso de Gropius en ambas líneas de Las colonias son exactamente lo opuesto a construcción (el «cómo» de que hablaba
acción se debe, indudablemente, a ía preci­ los barrios proyectados por Gropius: se si­ Mies) para poder esperar, en este terreno,
pitación de los acontecimientos exteriores, túan en pleno campo, para los parados, o en las fuerzas políticas y económicas. En 1928,
pero este breve suceso tiene una significa­ la extrema periferia de la ciudad, para los su­ Gropius es el primero en advertir que todo
ción cultural muy importante, porque repro­ bempleados que debe, periódicamente, pre­ esto no basta y se compromete personal­
duce a pequeña escala la dificultad central sentarse ai trabajo; pero se encuentran siem­ mente a entrar en contacto con la realidad
del movimiento moderno respecto a la socie­ pre aisladas, a la debida distancia entre sí. económica, convencido de tener el tiempo
dad contemporánea. Cada familia recibe una parcela de terreno suficiente para entablar un diálogo con aque­
Durante los anos de su gran actividad que le asegurará su manutención total o par­ llas fuerzas y dirigirlas en el sentido deseado;
como profesional liberal en Berlín, la pro­ cial, de modo que se establezca en ese lugar pero el tiempo falta, y las fuerzas económicas
ducción de la edificación alemana se estanca, de manera fija. Se excluye, desde un princi­ y políticas se dirigen sordamente hacia la
primero, de 1928 a 1931, y luego se hunde pio, toda industrialización, porque la cons­ parte opuesta, chocando con los frágiles dis­
afectada por la cnsis económica general (fig. trucción de las viviendas debe emplear un positivos de la cultura arquitectónica.
587); se forma una masa ingente de parados máximo de mano de obra y, a menudo, el fu­ El intento de llevar a la realidad, con eí
v subempleados, que plantea un grave pro­ turo inquilino es llamado para que contri­ mismo orden de etapas, el procedimiento
blema social y vuelve tnactuaí cualquier pro­ buya con su trabajo a la realización de su analítico estudiado en la Bauiiaus y de con­
puesta de aumentar la productividad de casa. trolar el conjunto partiendo del control de
Los arquitectos tradicionalistas se apode­ los elementos ha fracasado, porque se sub­
9. W. Gropius, prólogo a A. Meyer, Ein Versucia- ran rápidamente del tema, interpretándolo valoran los problemas organizativos que sur-
haits des Baidlauses, Munich, 1925 (Bauhaiisbiicher,
iium. 3); vease Alcances de la'arquuectura integral, cu., 613-614. Un barrio en Liverpool, «tal como es y como 10. E. Pérsico, «Profezia ddFarchiíe iluta» (1935), en 11. H. Kampfmeyer, Wohnstatie und Arbeitstalte, cit.
s>. 155; hubiera podido ser» (C. Bauer, Modera housmg, 1934) Scriui critict e polettua, Milán, 1947, p. 205. por Fanello en Arclüiettura, 1937, p. 605.
542 La formación de ¡Movimiento ¡Moderno en Europa entre ¡as dos guerras mundiales La aproximación a ios problemas urbanísticos

617-620. La construcción extensiva baio el nazismo. Planta general de la coloma «Am Sommerwald», en las cercanías
de Pirmasens (de Architettura, 1937); tipo de edificación de la colonia «Auf díc Brilcke» en las cercanías de Rottweil
(P. Scñáffer, 1937-1940, de Der Baunietsier, 1941) v una sene de viñetas propagandísticas: AJ la construcción treinta
años antes, en el «Sistema» (democrático) v en el Tercer Reich; B) «Mi casa es mi castillo»
-¡44 La formación de Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales
La aproximación a los problemas urbanísticos 545

REDENTS
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621-622 (izquierda). Dos de los paneles presentados por Le Corbusier ai CIAM de 1930: el rédent, elemento estructural
de ía ville radíense, comparado con los tejidos de la ciudad tradicional
623. Sección del cuerpo de fábrica de! rédent

gen de la entidad de los intereses en juego y Oud— prefiere imputar a la rigidez del mé­
de la velocidad de las transformaciones. El todo racional las dificultades del momento,
ritmo de los acontecimientos se ha demos­ Gropius da, una vez más, un ejemplo deci­
trado mucho más veloz que el ritmo de los sivo, evitando una contraposición que lleva­
pensamientos. ría el problema a nivel metafísico y buscando
En este momento aparece la duda acerca obstinadamente, a nivel de las circunstancias
del método de trabajo y, de hecho, aquí em­ históricas, las soluciones específicas a.las di­
pieza la polémica antirracionalista, dirigida ficultades encontradas.
no sólo por los más ancianos, sino también La llegada al poder de los nazis imposibi­
por los j’óvenes, que consideran las experien­ lita la continuación de las experiencias ale­
cias de los años vemte como adquiridas, pero manas; pero la búsqueda iniciada en la patria
prefieren etiquetarlas con uno de los térmi­ puede proseguir en otros lugares —en Ingla­
nos dialécticos comentes —racionalismo, terra primero y luego en América— con el
funcionalismo— y contraponen a los valores mismo espíritu.
racionales los valores metarracionaíes, según
la eterna oscilación del debate de vanguar­
dia. 4. La urbanística de Le Corbusier
Esta duda se transforma así en piedra de
toque del compromiso de los arquitectos mo­ Le Corbusier, en la introducción al se­
dernos; mientras una gran mayoría —que in­ gundo volumen de su Oeuvre complete, es­
cluye personalidades de primera fila, como cribe:
546 Moderna en Europa entre las dos guerras mitmliales ¿_ü aproximación a los problemas urbanísticos 547

El azar ha querido que el primer volumen aca­ coherente, sin tener en cuenta ios compro­
base en 1929. Este año era, en cierto modo, para misos momentáneos.
nosotros el fin de una larga serie de investigacio­ Para la ciudad moderna encuentra incluso
nes. 1930 inauguraba un ciclo de nuevas preocu­ un nombre de batalla: la ville radíense; el
paciones: los grandes trabajos, los grandes acon­
proyecto completo (dibujado entre 1929 y
tecimientos de la arquitectura y de la urbanística,
la era prodigiosa de la puesta a punto de una 1930, después dei viaje a América) se realiza
nueva civilización maquinista... De ahora en ade­ en 17 láminas que ei maestro lleva consigo
lante no hablaré más de revolución arquitectó­ para enseñarlas en varias ocasiones.
nica, que ya está realizada; la urbanística se con­ El punto de partida de la ville radíense es,
vierte en la preocupación dominante.12 precisamente, la residencia; no es ella quien
debe adaptarse a un trazado urbano dado,
Y así es; pero la separación entre la inves­ sino que debe determinar el nuevo trazado
tigación de Le Corbusier y los programas ur­ de toda la ciudad. Las células de habitación
banísticos contemporáneos ya se había pro­ iguales y acopladas producen un cuerpo de
ducido y los ritmos de investigación son fábrica de longitud indefinida que, doblado
independientes de las ocasiones de verifica­ en ángulo recto, permite el aprovechamiento
ción concreta. Así, Le Corbusier está capa­ de las dos orientaciones: la Este-Oeste (con
citado para formular el trazado de la ciudad viviendas a ambos lados y calle interior), la
moderna antes que nadie y de manera más Norte-Sur (con viviendas sólo a Sur v calle
perimetraí a Norte). La forma de los quie­
12. Le Corbusier, introducción a la Oetivre complete, bros que va formando un giro repetido e in­
1929-1934, Zurich, 1952, p. 11. vertido es ei rédent: un edificio de once pisos

624-625 (izquierda). Propuestas de plan para Montevideo (1929) y Río de Janeiro (1934)
626. El plan A para ?\rgel (1930)
La formación de Movimiento Moderno en Europa entre las ¿los guerras mundiales La aproximación a los problemas urbanísticos 549
548

(como en la teoría de Gropius) y 400 metros


de pasaje, separado por lo menos doscientos
metros deí edificio de enfrente; las construc­
ciones y las autopistas, que cruzan cada 400
metros, se levantan sobre pilous y dejan
completamente libre el terreno, convertido
en un parque que ios peatones pueden re­
correr en todas direcciones, donde se sitúan
las escuelas, los parvularios» los teatros, los
campos deportivos.
Todo esto debe convertirse en el tejido ur­
bano normal: los lugares de trabajo deberán
levantarse en su cercanía: las industrias li­
geras, las industrias pesadas, la cuy de los ne­
gocios con los rascacielos situados entre el
verde. .
Este modelo teórico puede adaptarse a
gran número de casos concretos y Le Cor-
busier no pierde ninguna ocasión para pro­
ponerlo. En 1929 vuelve sobre su antiguo
proyecto para el centro de París y propone
soluciones para las ciudades de América del
Sur: Río, Sao Paulo y Buenos Aires; en 1930
estudia una ordenación de la zona de los
alrededores de la puerta Maillot, aprove­
chando la colocación de un monumento a
Foch; en 1933 participa en el concurso para
la ordenación del nuevo barrio de Amberes
al otro lado del Schelda y prepara un pro­
yecto para el ensanche de Ginebra; de 1930
a 1934 presenta vanas soluciones del plano
regulador de Argel (ñg. 626), proyectando
superponer a la ciudad dos autopistas, una
paralela y otra perpendicular a la costa,
apuntando hacia un centro administrativo
formado por rascacielos; en 1934 estudia el
proyecto para una fábnca-modelo y el pian 627. Proyecto para el saneamiento del ilót insalubre.
regulador de Nemours, también en África; niim. 6 de París (1936)
en 1935 publica el libro La ville radíense.
donde, con sugestivas imágenes, formula
nuevamente su teoría urbanística, puntual­
mente aplicada durante el mismo año a las
ordenaciones de Heüocourt y del valle de
Zlin para la organización Bat’a, en 1936 el
plan de Río de Janeiro y el ilót insalubre de
628 (en la pagina de la derecha}. Un detalle de la casa
Paos (fig. 627), en 1938 a la ordenación de la
Ciarte (Le Corb usier y P. Jeanneret, 1930)
cabeza del puente de Samt-Cloude y al plan 629-630 (en la página de la derecha}. Ginebra, perspec­
de Buenos Aires. La nueva revista de Le tiva y sección de la casa Ciarte
550 La formación de Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales
La aproximación a los problemas urbanísticos 551

Corbusier, que sale de 1930 a 1933. lleva el


y menos grave, los efectos de la crisis eco­
significativo título de Plans.
nómica europea— Le Corbusier tiene oca­
Todos estos planos son, además, imágenes
sión de construir algunos edificios de notable
arquitectónicas a escala urbana o paisajista.
tamaño, donde el compromiso urbanístico
Le Corbusier pasa por encima de la proble­
está no sólo virtualmente presente, sino que
mática de la actuación, con sus problemas de se traduce en efectiva incidencia sobre el am­
etapas, de competencias y de grados de pro­
biente ciudadano: eí pabellón suizo en la
yecto. que tanto preocupan a los alemanes;
Cité Umversitaire de París (figs. 631-633), la
pero, quizá por esta razón, sea el único que
casa de viviendas Clarté en Ginebra (figs.
tiene en aquella época una idea ciara de la
628-630) y la Cité du Refuge para el Ejército
ciudad moderna como alternativa total a la de Salvación, también en París (figs. 634-
antigua. En sus dibujos resalta la cualidad
636).
unitaria, singular, de la futura realidad ur­
Una casa colectiva, para inquilinos que no
bana, que aparece por lo tanto mucho más
se conocen con anticipación, constituye un
concreta que los esquemas repetitivos pro­ tema muy diferente de la vivienda para un
puestos por Gropius o Hilberseimer.
determinado propietario; las exigencias fun­
Ninguna de estas propuestas será acep­
cionales no pueden definirse a través de una
tada; Le Corbusier las recoge en un volumen
relación directa con el diente, sino que es
que se publica en 1935, precisamente con el
preciso tener en cuenta las tendencias ge­
título de La ville radieuse: la nueva ciudad se nerales del mercado, del probable acerca­
ha transformado en un libro y el nuevo pai­
miento, de los problemas que nacen de las
saje puede ser demostrado, como en los años
relaciones entre inquilinos, etc.; la conser­
veinte, sólo a través de obras arquitectónicas
vación se convierte en un problema impor­
aisladas.
tante y debe preverse exactamente desde un
631-632-633. París, pabellón suizo en la Cité Universi- De hecho, entre 1930 y 1933 —mientras
634-635-636. París, Cité du Refuge (Le Corbusier v P. principio. Quizá por estas razones el immeu-
taire (Le Corbusier y P. Jeanneret, 1930) Francia sufre, aunque de manera más lenta bie Clarté de Ginebra posea calidades de co-
Jeanneret, 1932.
552 La formación de Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales La aproximación a los problemas urbanísticos 553

rrección técnica, de concreción y medida su­ tinto: se trata aquí de un solar bastante de­ 5. La urbanística de los CIAM
periores a todas las obras precedentes; se safortunado e irregular, que presenta sólo
trata de un bloque de nueve pisos excepcio- dos cortas fachadas a Este y a Sur, y que Las reuniones de los CIAM, entre 1929 y
nalmente profundo, que contiene 43 apar­ plantea un grave problema de distribución. 1933, tratan de problemas urbanísticos y la
tamentos dúplex y algunas tiendas; la estruc­ Le Corbusier demuestra que, utilizando sucesión de los temas indica la ampliación
tura es de acero, rígidamente modular, y el como punto de partida, no el volumen per­ progresiva del campo de estudio.
revestimiento de materiales duraderos: pie­ mitido por las ordenanzas, sino el programa El segundo congreso, de 1929 en Frank-
dra, vidrio; las dos escaleras interiores, ilu­ distributivo y articulando los vanos elemen­ furt, se ocupa de definir el concepto de vi­
minadas únicamente desde arriba, son úni­ tos en cuerpos de fábrica separados, se vienda mínima, como punto de partida para
camente de vidrio y metal, dejando así que puede llegar a situar convenientemente to­ ios razonamientos sobre la edificación sub­
la luz filtre a través de los pisos hasta la dos los ambientes, según sus funciones, y lo­ vencionada. Esta reunión, como la sucesiva,
planta baja. La distribución de las viviendas está influida, sobre todo, por el grupo ale­ 637. El lipo de edificación Exisienvmmmum discutido
grar así sacar partido de las propias dificul­
en los CIAM en 1929
en dos niveles permite introducir en los pisos tades del solar para obtener singulares mán y por las experiencias en curso en vanas
algunos ambientes a doble altura, variando efectos expresivos. El edificio se caracteriza, ciudades de Alemania, siendo la primera en­
la uniforme ordenación de las habitaciones y sobre todo, por el juego apretado de los vo­ tre todas ía de Frankfurt, de E. May. Los ca­
evitando, en el exterior, la uniforme super­ lúmenes, que componen una especie de es­ racteres de la vivienda mínima se establecen ya mencionada: ¿casas bajas, medias o altas?
posición de las plantas, puesto que los bal­ cena- abstracta frente y encima de la gran vi- basándose en la sociología de la época, fun­ Bóhm y Kaufmann, de Frankfurt, analizan
cones continuos se suceden sólo cada dos dnera continua de la fachada sur (fig. 636). dada en observaciones estadísticas o en em­ los gastos, R. Neutra describe las ordenanzas
pisos, introduciendo así un ritmo mas mo­ El estudio de los matenales es un aspecto brionarias teorías evolucionistas (Gropius se americanas para casas altas, el bohemio K.
derado y dejando libres los otros espacios en subordinado (ios volúmenes de muro están refiere a los trabajos de F. MüUer-Lyer). Así, Teige resume las condiciones de la construc­
vidrio transparente y opaco (fig. 628). revocados o bien cubiertos de cerámica se observa que la dimensión de las viviendas, ción subvencionada en los diferentes países.
El pabellón suizo de la Ciudad Universi­ blanca) y el edificio presenta vanos defectos de acuerdo con los higienistas, puede redu­ Le Corbusier interviene con una de las po­
taria nene también exigencias representati­ léemeos debidos al deseo de enfrentarse, con cirse considerablemente, mientras que la ilu­ nencias más importantes, poniendo en dis­
vas, que se cumplen por medio de la varie­ reducida experiencia y escasa disponibilidad minación, la ventilación y la luz del sol deben cusión los dos problemas límites: eí de la ciu­
dad de las formas de los materiales y con el de dinero, a problemas nuevos; por ejemplo, aumentarse; se hace notar que la creciente dad y : el de la autoridad encargada de
énfasis atribuido a algunos elementos fun­ la vidriera de cierre hermético se ha demos­ emancipación de ios individuos en el seno de promover las mejores soluciones.
cionales, como los grandes pilares aislados trado incompatible con las instalaciones la familia exige dar a cada miembro aduíto La forma esquemática en que se expresa
que sostienen el bloque de los dormitónos; de acondicionamiento, por lo que, reciente­ una habitación, aunque pequeña, y se reco­ el maestro francés sirve para delinear con
frente a la entrada de los ambientes comunes mente, se le ha debido añadir un brise-soleiL noce, por otra parte, que las actuales ten­ gran eficacia ios problemas de fondo de la
se ha creado, así, un pórtico agradable y Los tres edificios examinados se insertan dencias solidarias prefieren las casas de cultura urbanística contemporánea. Escribe:
fresco, que introduce de pronto al visitante en el tejido urbano con una violenta solución viviendas colectivas a las individuales, al me­
en la realidad constructiva del edificio y lo­ de continuidad, quizá menos visible en el nos en las aglomeraciones industriales. ¿La gran ciudad es un hecho bueno o malo?
gra realizar felizmente el paso entre interior caso del colegio suizo debido al gran tamaño Una-vez establecidos los siandards, apa­ ¿Cuáles deben ser sus límites: uno, dos, cinco,
y exterior. Por primera vez Le Corbusier re­ de los espacios contiguos. rece el problema económico. Precisamente diez millones de habitantes? Aquí no debemos
chaza el expediente del revoque blanco uní- contestar a estas preguntas; el fenómenos de las
De hecho, las tres obras son fragmentos de el hecho de que las ciases menos adineradas
grandes ciudades existe y representa, en ciertos
forme y procura que cada superficie se ca­ un nuevo tipo de ciudad que, insertándose no pueden pagarse una casa habitable y que
momentos, un acontecimiento jerárquico de ca­
racterice por los- materiales empleados; el en la actual, fuerzan irresistiblemente su es necesaria la intevención dei Estado, hace lidad; la gran ciudad se convierte en un centro de
hormigón armado se deja sin recubrir, con trama; Le Corbusier es perfectamente cons­ que el problema de la vivienda se plantee atracción que recoge y devuelve los efectos espi­
las huellas del encofrado; ios muros se apla­ ciente de ello y busca cada ocasión para am­ como problema de mínimos, puesto que rituales nacidos de tan intensa concentración. Las
can con paneles de hormigón vibrado y la pa­ pliar la lógica del edificio ai terreno que lo cualquier derroche se traduciría en una ma­ grandes ciudades son. en realidad, puestos de
red del fondo de la sala común es de piedra rodea,, para enmarcarlo en un ambiente mu­ yor injusticia. La misma consideración exige mando.u
natural. El edificio adquiere una inesperada cho más vasto. Su resentimiento por los fra­ que también se reduzcan los gastos generales
materialidad e indica, con notable anticipa­ casos en la práctica de sus proyectos se trans­ ai mínimo: del terreno, de Las calles, etc. Así, Le Corbusier capta así la relación esencial
ción cronológica, una tendencia que dentro forma en una tensión extrema para co­ del problema de la tipología de la edificación entre los problemas urbanísticos más gene-
de poco se extenderá ampliamente por la ar­ municar, a través de la arquitectura cons­ se pasa necesariamente al problema del ba­
quitectura europea. truida, un sistema completo de reglas metó­ rrio, tratado, en 1930, en el tercer Congreso 13. Le Corbusier, «Le parcellemeni du sol des vilies»,
El problema de la Cité du Refuge es dis­ dicas y de ideas. de Bruselas. en Rattonelle Bebauungswetsen, p. 49, irad. casi, en C.
Gropius plantea el problema en la forma Aytnonmo, La vivienda racional, cu.
554 La formación de Movimiento ¡Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales
La aproximación a los problemas urbanísticos

rales y los sociales y políticos. Pero aquí se vertirá en la única posible y las reuniones co­ realizados, aunque se opongan obstáculos de or­ sustituir una experiencia que no ha existido.
detiene y previene: lectivas sólo pueden consolidar teóricamente den económico, sentimental o de ordenanzas ur­ Es, por lo tanto, natural que los CIAM
los resultados alcanzados hasta entonces. banas.17 propongan un código de principios generales
Estemos al corriente de las formas que adopta Es decir, en ios inicios de los años treinta, que suenan a abstractos y casi irónicos en un
la actual evolución, pero, por favor, no nos ocu­ el CIAM de Bruselas no está capacitado El IV Congreso tiene lugar en 1933, a mundo atormentado, donde se están po­
pemos aquí de política y sociología. Estos dos fe­ para discutir de nuevo el problema del ba­ bordo de una nave que va de Marsella a Ate­
nómenos son infinitamente complejos; además niendo en duda las mismas reglas de la con­
rrio, sino que sólo puede recoger y catalogar nas. Se enfrenta con el problema de la ciudad vivencia humana. Pero precisamente res­
existe el aspecto económico y no estamos califi­
las experiencias válidas, a fin de que no se examinando treinta y tres casos,10 pero esta pecto a estas circunstancias ia naturaleza
cados para discutir en el Congreso estos arduos
problemas. Lo repito; debemos considerarnos pierdan. • vez no se publica ningún informe oficial; sólo teórica del documento adquiere una precisa
sólo arquitectos y urbanistas y, en este terreno En las páginas del volumen publicado al en 1941 se edita en París un documento anó­ significación y un gran valor político. Hu­
profesional, hacer conocer a quien corresponda año siguiente por iniciativa del CIAM,16 la nimo (redactado por Le Corbusier), con pre­ biera sido fácil para los congresistas, en 1933,
las posibilidades y las necesidades de orden ar­ producción de edificios en Europa del de­ facio de Jean Giraudoux, la Carta de Atenas. y aún más para Le Corbusier, en 1941, pre­
quitectónico y urbanístico.14 cenio precedente queda diligentemente re­ El hecho de que se examinen treinta y tres cisar técnicamente su gestión e intentar una
señada y juzgada según criterios uniformes; ciudades y no se haga el balance de treinta y racionalización de los métodos o de los mo­
Cuando empieza la enumeración de estas no llega el eco de los grandes problemas de tres experiencias concretas de planificación delos corrientes, ofreciendo a los operadores
necesidades: ciudad-jardín vertical, calles in­ fondo que la conyuntura económica plantea, es bastante significativo. De hecho, los pro­ de su tiempo indicaciones precisas y más
teriores, tejados planos, construcción inde­ en los mismos años, en los distintos países. tagonistas del Movimiento Moderno quedan adelantadas; así actúan, dos años después, en
pendiente de las calles, llega a una con­ Las conclusiones oficiales reflejan el ma­ fuera de las experiencias urbanísticas de este Francia, ios redactores de la ley urbanística
secuencia política: disponibilidad del suelo lestar de esta situación; se comprueban al­ período; sólo están capacitados para com­ del 11 de jumo de 1943 y, un año más tarde,
independiente de la propiedad privada. gunos obstáculos que deben eliminarse: la probar el desorden de las ciudades, enunciar en Italia, ios responsables de la ley de 1942.
¿Cómo conseguirlo? «Ante las manifestacio­ falta de ordenanzas para la parcelación, la como contraposición las características de Casi contraria es la intervención de ios
nes incontestables, indiscutibles del pro­ persistencia de las construcciones en man­ orden y funcionalidad que deberían ser pro­ CIAM y de Le Corbusier: la nueva urbanís­
grama moderno, la autoridad aparecerá en la zana cerrada, la desconfianza en los nuevos pias de la ciudad moderna e indicar los me­ tica no puede reducirse en una mejora téc­
forma adecuada. Pero respetemos la crono­ métodos de. construcción, el prejuicio de las dios necesarios para lograrlas. nica de ia comente, sino que constituye una
logía de los acontecimientos: los léemeos de­ construcciones de estilo en los centros anti­ Los experimentos parciales de Berlín y de verdadera y propia alternativa, que exige
ben formular, (a autoridad ya aparecerá.»*5 guos, las dificultades económicas, la falta de Frankfurt han sido interrumpidos por la cri­ ante todo una inspiración política distinta. Sí
La exhortación a no discutir de política y interés de las autoridades, en los países me­ sis económica; eí programa de construccio­ las circunstancias hacen improbable esta al­
sociología va contra los alemanes. Pero tam­ nos desarrollados, por los estudios v los re­ nes populares del Ayuntamiento de Viena ternativa, hay que enunciaría en forma utó­
bién ellos han formulado un programa, téc­ sultados obtenidos en el extranjero. está parado desde la quiebra del Kredít- pica, pero clara, no diluida en compromiso
nicamente factible y científicamente co­ Tampoco ia cuestión planteada por Gro- Anstalt en 1931; en otros lugares o falta una aceptable por las fuerzas dominantes.
rrecto, antes de tener en cuenta las fuerzas pius: casas altas, medias o bajas, recibe una presencia cultural eficaz del Movimiento El planteamiento de las discusiones no es
políticas que lo deberán ejecturar e indepen­ respuesta concreta: Moderno o la legislación está demasiado una ciudad que funcione mejor, sino una ciu­
dientemente de las circunstancias del debate atrasada para permitir nuevas experiencias. dad que funcione para todos y reparta equi­
político. La experiencia en el campo de las casas bajas y Ni siquiera después de 1933 se permite a los tativamente entre sus ciudadanos los bene­
El acuerdo establecido con algunas fuer­ medias (de 4-5 pisos) es ya suficiente para |uzgar miembros del CIAM ensanchar su campo de ficios de las posibles mejoras; se trata de
zas políticas —como ios socialdemócratas en su eficacia, mientras que para las casas altas dis­ acción del barrio a la ciudad, con la sola ex­ nuevo del ideal de Moros, el «arte para to­
Alemania— funcionó durante las primeras ponemos sólo de la experiencia americana, pero cepción de Holanda, como explicaremos más dos» que se ha transformado ahora, frente a
únicamente en viviendas de lujo. El Congreso adelante. EÍ examen de lo que sucede en
fases de este programa, pero hubiera podido los regímenes autoritarios, en un preciso ob­
comprueba que esta forma de vivienda puede
reducirse en las sucesivas; ahora están lle­ treinta y tres ciudades del mundo no puede jetivo político. Así, en ei momento decisivo,
ofrecer una solución al problema de la vivienda
gando al poder otras fuerzas que no admiten mínima, pero sin que se pueda demostrar que sea la opción de los CIAM se sitúa exactamente
ningún acuerdo. Los arquitectos se ven obli­ la única forma deseable. Es, pues, necesario con­ en oposición al tecnicismo que se suele con­
gados a marcharse y buscar otros países más 17. «Stellungnahme des Brüsseler Kongresses zu
tinuar el examen de todas ¡as posibilidades de las Flach, Mittei-odér Hocltbau», en op. cu., p. 74.
siderar propio de la tendencia racionalista.
favorables (May está ya preparándose para casas altas y estudiar su eficacia en los ejemplos 18. Se trata de Amsterdam, Atenas, Bruselas. Balti­ Esta opción se evidencia hoy claramente
marchar a Rusia), o bien quedarse y esperar. more, Bandung, Budapest, Berlín, Barcelona, Charle- leyendo, a distancia, los párrafos conclusivos
La posición aislada de Le Corbusier se con­ roí, Colonia, Como, Dalat, Detroit, Dessau, Frankfurt de la Carta de Atenas:
16. Rattonelle Bebauungsweisen, redactado por V. a. M.t Ginebra, Genova, La Haya, Los Angeles, Lilto-
Bourgeois. S. Gtedion, V. Van Eesteren. R. Stejger, na, Londres, Madrid, Oslo, París, Praga. Roma Rotter­
14 IbilL, pp. 51-52. Stuttgart. 1931, trad. casi, en C. Aymomno, La vivienda Actualmente, la mayoría de las ciudades se pre­
dam, Estocolmo. Utrecht, Verona, Varsovia, Zagreb,
15. Ibid., p. 57. racional, cu. sentan como ia imagen del desorden. Estas ciu-
Zunch.
556 La formación de Movimiento Moderno en Europa entre las dos guerras mundiales La aproximación a los problemas urbanísticos 557

prever las etapas en el tiempo y en el espacio, con ganización de las ciudades, es necesario empezar
el fin de unir, en fecunda armonía, los recursos urgentemente y, por otro, las condiciones de ex­
naturales del hombre, la topografía del conjunto, tremo fraccionamiento de la propiedad del suelo.
los datos económicos, las necesidades sociológi­ La grave contradicción que resulta evidente
cas y los valores espirituales... aquí plantea uno de los problemas más agudos de
El núcleo básico de la urbanística está consti­ nuestra época: la urgencia de regular con un ins­
tuido por la célula de habitación (una vivienda) y trumento legal la disponibilidad del suelo útil,
su inserción en un grnpo representa una unidad para corresponder a las necesidades vitales del in­
de habitación de tamaño eficaz. dividuo en plena armonía con las necesidades co­
Partiendo de esta unidad de habitación se es­ lectivas. El interés privado quedará subordinado
tablecerán, dentro del espacio urbano, las relacio­ al interés público.19
nes entre vivienda, lugares de trabajo e instala­
ciones dedicadas a las horas libres.
Para resolver esta grave tarea es indispensable 19. Trad. casi. 19762. Los CIAN! se reunieron luego,
utilizar los recursos de la técnica moderna que, en 1937, en París. Después de la guerra, se reunie­
con la ayuda de sus especialistas, apoyará el arte ron, en 1947, en Bridgewaier; en 1949. en Bérgamo; en
1951 en Hoddesdon; en 1953, en Aix-en-Provence;
de la construcción con todas las garantías de la
en 1956, en Dubrovnik; v por última vez, en 1959, en
ciencia y la enriquecerá con los inventos y recur­ Otierlo. La asociación, en su forma original, se demos­
sos de la época... tró incapaz de enfrentarse con ios problemas de la nue­
Existen dos realidades antagónicas. Por un va conyuntura cultural, v sus protagonistas acordaron
lado, la entidad de los trabaios que, para la or­ disolverla.

638. Una escena deJ film Metrópolis de Fritz Lang (1927)

dudes no corresponden en modo alguno a su fi­ Los punios clave de la urbanística consisten en
nalidad, que sería la de satisfacer las fundamen­ las cuatro funciones: habitar, trabajar, descansar
tales necesidades biológicas y psicológicas de sús (en el tiempo libre), circular.
habitantes. Los planes determinarán la estructura de cada
Esta situación denuncia, ya desde los inicios de uno de los sectores atribuidos a las cuatro funcio­
la era de la máquina, la incesante multiplicación nes clave y fijarán su respectiva ubicación en el
de los intereses privados. conjunto.
La violencia de los intereses privados deter­ El ciclo de las funciones cotidianas: habitar, tra­
mina una desastrosa ruptura del equilibrio entre bajar, descansar (recuperar) será regulado por la
la presión de las fuerzas económicas por un lado urbanística con la más rigurosa economía de tiem­
y la debilidad del control administrativo y la im­ po, considerando la vivienda como centro de las
potencia de la solidaridad social por otro... preocupaciones urbanísticas y como punto de
La ciudad debe asegurar, en el plano espiritual partida para cualquier valoración...
como en el material, la libertad individual y los Es necesario y urgente que cada ciudad esta­
beneficios de la acción colectiva. blezca su programa promulgando las leyes que
Dentro del dispositivo urbano, el dimensio- consientan su actuación.
nado de cada cosa sólo puede regularse a escala El programa deberá formarse a base de rigu­
humana. rosos análisis, dirigidos por especialistas, y deberá

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