Está en la página 1de 30

Índice

Los extraterrestres existen............................................................................2


¿Ha pasado un ángel?...................................................................................6
El ejército de Dios.......................................................................................10
Trabajadores celestiales..............................................................................14
¿Existen los ángeles de la guarda?..............................................................18
Agentes secretos con licencia para matar...................................................22
Los ángeles y la Gran Comisión.................................................................26

1
Los extraterrestres existen
Jesucristo habla de ellos en muchas ocasiones. Pablo los menciona y
Pedro incluso tuvo el privilegio de ser liberado por un ángel.
Llevo enseñando sobre extraterrestres desde hace 26 años. La Biblia los
llama “ángeles”. He enseñado sobre el tema en diferentes seminarios,
iglesias y países. La reacción de los alumnos suele ser siempre la misma:
“Es la primera vez que oigo algo sobre este tema de una forma
sistemática”.
Y otra cosa curiosa suele ocurrir: a veces -después de la clase- alguno de
los estudiantes empieza a contarme acontecimientos de su vida que hasta el
momento no se había atrevido a compartir con casi nadie por miedo a
quedar en ridículo o peor: exponerse al peligro de ser considerado como
creyente ingenuo e inmaduro. Lo que me suelen contar normalmente tiene
que ver con alguna situación de peligro donde la actuación de una persona
desconocida evita una tragedia. Y esa persona no suele esperar a que nadie
le dé las gracias. Simplemente desaparece sin dejar rastro.
Por supuesto, no estoy en condiciones de evaluar la veracidad de cada
caso. Y es cierto: algunos me parecen más creíbles que otros. Pero al
mismo tiempo no conozco a ningún creyente que niegue la existencia de
los ángeles. Tampoco existe ningún versículo en la Biblia que indique que
los ángeles hayan dejado de hacer su trabajo: estar muy pendientes del
pueblo de Dios. Y para eso no necesitan permiso, ni de teólogos, ni de
gobiernos.
Pues bien. Aún así: poco se sabe de ellos, ¿no? Tan poco por lo visto
que hasta en las teologías sistemáticas que forman parte de mi biblioteca,
ninguna dedica más de unas pocas páginas al tema.
¿Realmente tan poca importancia tienen los ángeles que se mencionan
nada menos que 110 veces en el Antiguo Testamento y 150 veces en el
Nuevo Testamento?
Por si esto fuera poco, hay otra curiosidad: prácticamente no existe
pueblo o cultura donde no haya tradiciones en cuanto a la existencia de los
ángeles.
El teólogo inglés John Owen -poco sospechoso de ser un místico-
escribió hace 300 años en su famoso comentario de siete tomos sobre la
epístola a los Hebreos:
2
“Dios no ha mencionado o revelado [el ministerio de los ángeles] para
nada. Él espera alabanza y gloria sin cesar por ello; pero ¿cómo podemos
alabarle por algo sobre lo cual no sabemos nada? El ministerio de los
ángeles es por lo tanto algo que tenemos que examinar con toda
sobriedad.”1
¿Qué lugar tienen los ángeles en nuestra teología? ¿Cuántas veces
pensamos en ellos? ¿Cuántas predicaciones hemos escuchado sobre el
tema?
En su libro sobre los ángeles2, Billy Graham menciona que él nunca
había escuchado a nadie predicar a los ángeles. Parece que particularmente
en la teología no se toman en serio a estos seres invisibles y misteriosos
creados por Dios.
¿A qué se debe este silencio extraño en la teología cuando el mundo
post-moderno está fascinado con con el tema? Algunos libros de autores
seculares sobre los ángeles llegaron a ser bestsellers. Y no digamos lo que
hay en el cine: Tony Kushner ganó un premio Pulitzer en 1985 por una
película donde un ángel visita a un hombre con SIDA. Incluso la HBO
sacó una mini-serie basándose en Angels in América en 2003. En It's a
Wonderful Life, un ángel aprendiz devuelve la esperanza a un hombre a
punto de suicidarse. Y son solo unos pocos ejemplos.
Por supuesto no pretendo que estas películas representen de forma
adecuada lo que la Biblia nos enseña de estos seres casi siempre invisibles.
Pero a veces me da la sensación de que el mundo está más interesado en
ellos, que los seguidores del Señor. O tal vez debería ser más preciso: que
los seguidores del Señor en el mundo occidental. Porque también es cierto
que en otras culturas -por ejemplo en Asia o África- el tema es bastante
más popular, pero infelizmente distorsionado por muchas ideas paganas y
supersticiosas.
Otra posibilidad es simplemente negar su existencia. Y esta idea no es
nueva. En los tiempos de Jesucristo fueron los saduceos los que siguieron
en esta línea: negaron su existencia y de paso también la resurrección.
Parecían discípulos de Rudolf Bultmann3 con 2000 años de antelación.4
Los saduceos en versión moderna siguen entre nosotros en forma de
1 John Owen. An Exposition of the Epistle to the Hebrews. Vol 1. III, p. 255 (traducción
del autor).
2 Billy Graham. Ángeles, Agentes Secretos de Dios, Nelson Pub., ed. 2012
3 Rudolf Bultmann: Neues Testament und Mythologie (1941), p.4
4 Hechos 23:8
3
teólogos que enseñan que la idea de la existencia de seres angélicos es
completamente inaceptable para la mente moderna. Al mismo tiempo, estos
teólogos no tienen ningún problema en especular sobre la forma en la cual
vida inteligente puede existir en otros planetas5.
Bultmann y su intento de “desmitologizar” el Nuevo Testamento no
tenía sitio para los ángeles en su cosmovisión. Para él y sus seguidores no
había ángeles en el nacimiento de Cristo ni en su resurrección. Porque
entre otras cosas, tampoco creyeron en la resurrección.
No puedo dejar de pensar que este tipo de teólogos se parecen mucho a
Balaam, quien no reconoció la existencia de un ángel incluso teniéndole
enfrente. Para darse cuenta de esta realidad necesitaba de la intermediación
de un asno que estaba más al tanto de la realidad del mundo invisible 6
incluso sin certificado de estudios teológicos.
Pero entre la mayoría de los creyentes parece que prevalece la idea: ¿por
qué deberían interesarnos los ángeles si Dios nos ha dado a su Hijo?
La Biblia no nos transmite esta indiferencia. Todo lo contrario: nos
empobrece esta ignorancia y el desinterés por un tema muy extendido en
las páginas de la Biblia. Dios no solamente nos ha dado a su Hijo, sino
también a los ángeles aunque con propósitos bien distintos. El Hijo muchas
veces aparece rodeado de ellos7. Y como veremos, ellos tenían y tienen una
función importante en la historia de la redención.
Jesucristo habla de ellos en muchas ocasiones. Pablo los menciona y
Pedro incluso tuvo el privilegio de ser liberado por un ángel.
Pero empezamos al inicio.
¿Dónde habla la Biblia del origen de los ángeles? Si leemos la historia
de la creación de todas las cosas en Génesis 1 y 2, no encontramos ninguna
referencia que nos pudiera ayudar. La creación de los ángeles no aparece.
Sin embargo, vale la pena buscar en otros sitios. El salmo 148, por
ejemplo, nos dice en el versículo 6: “Los hizo ser eternamente y para
siempre. Les puso ley que no será quebrantada.”
Esto significa que ellos no son eternos, sino deben su existencia -igual
que los seres humanos y todo lo demás- a la explícita voluntad creativa de
Dios.

5 Ted Peters: Science, theology, and ethics (2003) chapter 6: "Exotheology:


Speculations on Extraterrestrial Life”.
6 Números 2:21ss.
7 Juan 1:52; Mateo 26:53.54.
4
¿Cuándo exactamente creó el Señor a los ángeles? A esta pregunta, la
Biblia no da ninguna respuesta y no quiero despilfarrar este espacio para
especulaciones e ideas que dependen en gran medida de la imaginación de
cada uno.
Solo quiero mencionar que algunos ven una conexión posible entre la
creación de las estrellas y la de los ángeles. Sin embargo, en la lección
magistral que Dios dio a Job en el capítulo 38 sobre los grandes enigmas y
hazañas de la creación, menciona lo siguiente:
¿Sobre qué están fundadas sus bases [de la tierra]? ¿O quién puso su
piedra angular, cuando alababan todas las estrellas del alba, y se
regocijaban todos los hijos de Dios?8
Y esto podría indicar que los ángeles ya existían antes de la creación de
la tierra. Y efectivamente: el primer versículo de la Biblia habla
primeramente de la creación de los cielos antes que la de la tierra, por lo
menos en una sucesión lógica. La expresión “los cielos” en este caso habla
indudablemente del mundo invisible. Así también lo indica Colosenses
1:16 donde aprendemos que el Hijo fue el Creador de todo lo que hay en el
mundo invisible.
Para empezar, ya son algunos detalles muy interesantes. Pero veremos
más en las próximas semanas.
Estamos rodeados de seres que son invisibles, extraterrestres,
inteligentes y fascinantes. Vale la pena -creo- dedicarles algunos artículos
para fomentar nuestra reflexión.

8 Job 38:5.6
5
¿Ha pasado un ángel?
Los ángeles son seres espirituales e inteligentes, creados como
individuos y con nombre.

En un tiempo donde la dignidad de la vida humana sufre cada vez más


atropellos, hacemos bien en recordar el lugar especial que Dios ha querido
dar al hombre. Una forma de hacerlo es compararnos con los ángeles. Nos
damos cuenta enseguida de una cosa: Dios nos ha dado un lugar de honor
en su plan de salvación. Hemos recibido promesas que los ángeles anhelan
saber. Nos preguntamos: ¿en qué se distinguen los ángeles de nosotros? Y
¿qué tenemos en común con ellos?
Para tenerlo más claro, es importante desprendernos de algunas
leyendas urbanas. Un error muy extendido es la idea que un ser humano se
convierte en ángel después de su muerte. De allí, por cierto, viene la
expresión “ha pasado un ángel” cuando una conversación llega a un punto
muerto y nadie sabe qué decir. Originalmente se refería al supuesto paso de
un difunto en forma de ángel y el silencio respetuoso por su presencia
invisible. Es interesante, pero nada más que folclore. Un ser humano lo
seguirá siendo para siempre. Nunca se convertirá en un ángel. Tampoco
después de la muerte.
¿Qué información nos da la Biblia sobre los ángeles?
Son seres creados por Dios, normalmente invisibles para nosotros, que
sirven día y noche en su presencia. Y la Biblia nos enseña algo muy
interesante: no son superiores a los hombres. Es cierto: ellos tienen más
poder y fuerza ahora. Pero hay una diferencia fundamental que nos
distingue de ellos: los ángeles no fueron creados a la imagen de Dios. Adán
y Eva sí. Dios creó a los ángeles antes que a los hombres, pero fue la
primera pareja y sus descendientes quienes recibieron el mandato divino de
administrar la tierra1. Incluso después de la caída no hemos perdido este
privilegio. El hombre tiene una consideración especial en el plan de Dios.
Nuestro rango es superior. De hecho, en 1 Corintios 6:2 leemos que algún
día juzgaremos a los ángeles. Y los apóstoles nos instruyen que son los
ángeles que aprenden ahora de nosotros ciertos detalles que tienen que ver
con el plan de salvación.

1 Génesis 1:16
6
Los ángeles son seres espirituales e inteligentes, creados como
individuos y con nombre. No tienen sexo y por lo tanto no procrean ni
forman familias. Su número, por lo tanto, no varía.
Un ser humano tiene cuerpo y alma. Nace, crece y muere. Los ángeles
no viven el mismo proceso: en el día de su creación eran perfectos. Y no
cambian, ni mueren. De los ángeles “malos”, llamados “demonios”
hablaremos en otro momento.
Esa diferencia entre ángel y hombre se demuestra precisamente en la
encarnación del Hijo de Dios. Jesucristo no vino para salvar a los ángeles
caídos. Asumió la naturaleza humana, no la angélica. Nuestro Salvador no
dejó esa naturaleza humana - ahora glorificada -, ni jamás la dejará. Eso
permite solamente una conclusión: en la jerarquía de la creación, los
ángeles ocupan un rango inferior al hombre.
Los ángeles sirven a los creyentes, y jamás mandan sobre ellos.Desde su
trono, el Señor manda a sus ángeles como “espíritus ministradores” para
los creyentes2. Sirven a los creyentes, pero jamás mandan sobre ellos. Y
una cosa más nos puede sorprender: desconocen algunos detalles del plan
de salvación3. No entienden por experiencia propia lo que significa que el
Hijo dio su vida para la salvación de los pecadores. No son hijos adoptados
del Padre, sino que siguen siendo siervos. Cristo murió por los hombres, no
por los ángeles caídos.
Estas son algunas de las diferencias entre estos seres enigmáticos y
nosotros. Es como para llenar un libro. Pero hay más. Mucho más.
Hablamos un poco de su naturaleza.
Hablar sobre lo invisible es como pedir a una persona que ha nacido
ciega describir la belleza de una pradera llena de flores. Sin la ayuda de los
que pueden ver será imposible. Lo mismo nos pasa con el mundo invisible.
Pero gracias a Dios podemos “ver” con la ayuda de su Palabra.
Los ángeles no tienen cuerpo y son por lo tanto invisibles. Pero invisible
no significa inactivo. No están sometidos ni al espacio, ni al tiempo. Pero
no están en todos los lugares en todo tiempo. Tienen una naturaleza
espiritual pero cuando es necesario pueden tomar forma humana. Ese
detalle, por cierto, de los demonios no se dice ni una sola vez en la Biblia,
a pesar de tantas historias de apariencias del diablo y sus demonios en
forma humana. La Biblia no nos da pie para estas ideas.

2 Hebreos 1:14
3 1 Pedro 1:12
7
Y en esa forma humana los ángeles aparecen varias veces en la Biblia.
Algunos ejemplos: dos ángeles en forma de hombres pidieron a Lot salir de
Sodoma. En el día de la resurrección, las mujeres que fueron a la tumba
vieron dos hombres con vestidos relucientes. Uno estaba incluso sentado
en la piedra de la tumba4.
Normalmente aparecen en forma de varones. Pero puede llegar como
una sorpresa que no siempre es así. En Zacarías 5:9 se nos presenta a dos
ángeles que aparecen como mujeres.
Dios les ha dado inteligencia: Los ángeles tienen conocimientos
profundos de muchas cosas. Otra cosa que nos llama la atención: el Señor
ha provisto a los ángeles con gran inteligencia desde el inicio. Son seres
espirituales, no tienen cerebro físico y a la vez tienen conocimientos
profundos de muchas cosas. Al mismo tiempo quieren aprender y desean
saber ciertas cosas que tienen que ver con el evangelio 5. Más aún: aprenden
por medio de la Iglesia acerca del plan de salvación 6. Y esto nos demuestra
que no son omniscientes. Y de paso da a la Iglesia un ministerio pocas
veces mencionado: el pueblo de Dios revela ciertos aspectos del plan de
salvación no solo a seres humanos sino también a seres angélicos, y eso sin
darse cuenta. Una razón más para preparar los sermones a conciencia.
Estando en la presencia de Dios tienen sin lugar a dudas una visión más
clara de todo lo que pasa en nuestro mundo y en el mundo invisible. Ven
mucho más que nosotros, pero no saben todo.
Sin embargo, esta capacidad intelectual no les lleva a una actividad
autónoma. Solo interfieren en el mundo en la medida que Dios lo ordena.
Otro aspecto de su naturaleza tiene que ver con la ética. Los ángeles
tienen una naturaleza profundamente moral. En la escritura se les aplica el
adjetivo “santo” en varios lugares. El hecho de que una parte de ellos se
rebelaron contra Dios nos enseña que saben perfectamente distinguir entre
lo que Dios quiere y lo que no quiere.
Hay un aspecto muy interesante en este sentido que tiene que ver con su
obediencia incondicional. En el padrenuestro se pide “hágase tu voluntad,
como en el cielo, así también en la tierra.” Es decir: de la misma manera
como ellos obedecen a Dios en el cielo, también nosotros debemos hacerlo
aquí en la tierra para que la voluntad de Dios sea hecha. En esto son
nuestros ejemplos.
4 Mateo 28:2
5 1 Pedro 1:12
6 Efesios 3:10
8
Pero el aspecto que sin lugar a dudas más nos impresiona es el poder y
la fuerza que tienen estos seres invisibles. Pueden hacer cosas
impresionantes como matar a 180.000 soldados en un día o liberar a Pedro
de una cárcel de alta seguridad7, acción digna de una novela de servicios
secretos. Por lo tanto, Pedro les describe como “mayores en fuerza y en
potencia”8.
Y como último nos damos cuenta de que los ángeles tienen emociones.
No sabemos si lloran pero eso sí: alaban a Dios y además en voz alta 9. Es
lo que pasó por ejemplo según el relato de Lucas cuando nació nuestro
Señor. Es imposible alabar a Dios y no sentir gozo y alegría.
Y esos sentimientos también los tienen cuando un pecador encuentra el
camino de la salvación: “Así también hay alegría entre los ángeles de Dios
por un pecador que se convierte.”10
No sé si hoy ya ha pasado un ángel por mi despacho. Por si acaso espero
haberle dado una alegría escribiendo estas cosas.

7 2 Reyes 9:35 y Hechos 12


8 2 Pedro 2:11
9 Apocalipsis 5:12
10 Lucas 15:10
9
El ejército de Dios
Hoy vamos a sumergirnos un poco más en este mundo de seres muy
activos pero ocultados a nuestros ojos para conocerlos algo mejor.

Estamos rodeados continuamente de seres invisibles. No nos hablan. No


los escuchamos. Pero silenciosamente vigilan sobre el pueblo de Dios.
Solo en muy contadas ocasiones algunos han tenido el privilegio de ver
que es cierto lo que Eliseo en su momento dijo a su siervo: “Más son los
que están con nosotros que los que están con ellos.” 1 Y finalmente Dios le
abrió los ojos y “el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de
fuego alrededor de Eliseo”. Tal vez fue esta historia la que inspiró a
Dietrich Bonhoeffer para su famosa poesía con el título “Poderes buenos
siempre nos abrazan”, escrita en los últimos meses de su vida en la cárcel.
La primera estrofa dice:

Rodeado solo de buenos poderes,


fielmente protegidos ante el mal,
así vivamos todos nuestros días,
con fe y con alegría hasta el final.

En en caso de Bonhoeffer, Dios el Padre tenía por bien no hacer


intervenir su ejército. Tampoco lo hizo cuando murió su propio Hijo en la
cruz. Son guerreros capaces de acabar en una noche con una superpotencia
militar como los asirios y al mismo tiempo tan tiernos como para proteger
a un niño.
Hoy vamos a sumergirnos un poco más en este mundo de seres muy
activos pero ocultados a nuestros ojos para conocerlos algo mejor.
Esa dimensión invisible para nuestros ojos que la Biblia llama “cielo”,
no es un sitio caótico sino de una belleza indescriptible y de una armonía
perfecta. Dios lo creó así porque Él es un Dios de orden. De la misma
manera como el mundo visible - incluso después de la caída - está bien
estructurado así lo es también el mundo de los ángeles.

1 2 Reyes 6:16
10
Dios ha creado los ángeles para servirle y para adorarle. Esto se expresa
en la palabra que en griego se usa para ellos: angelos. Son mensajeros. La
palabra hebrea mal’ák expresa la misma idea.
¿Cuántos ángeles hay? La Biblia no lo dice y esto ha fomentado las
especulaciones de los teólogos de todas las épocas.
Algún rabino enseñó que Dios tenía para la protección de cada israelita
10 millones de ángeles porque había tantos espíritus malos en el mundo.
También entre los cristianos había debates sin fin sobre el número de
ángeles que existen. Famoso se hizo el debate escolástico sobre cuántos
ángeles podían bailar sobre la punta de un alfiler. Algunos entendidos
efectivamente llegaron a la conclusión de que Dios había creado 400
millones. Otros creyeron que había un ángel detrás de cada brizna de
pastos.
Podríamos encontrar muchos ejemplos más de estas especulaciones
infructuosas - hasta en nuestros días. Lo cierto es que la Biblia no nos dice
el número de los ángeles. Pero la impresión que tenemos es que debe de
ser enorme. Daniel 7:10 menciona que delante del trono de Dios hay
millones de millones de ellos. Lucas nos habla de una multitud de las
huestes celestiales2 que aparecieron a los pastores. Después de su
detención, Jesucristo dijo que el Padre en el cielo podría haber mandado 12
legiones de ángeles. Si lo tomamos literalmente, estamos hablando de
120.000 solo para este cometido. Aunque desconocemos su número, pero
sabemos que se trata de una cantidad enorme3.
La Biblia usa la expresión del “ejercito” celestial. De hecho, uno de los
títulos de Dios es “Señor de los ejércitos”. Y es una referencia a los ángeles
que están a su mando, dispuestos a llevar a cabo a sus órdenes, como el
libro de Daniel y sobre todo el libro de Apocalipsis nos enseñan. La idea
del “ejército” implica una jerarquía con rangos y funciones distintos. Las
expresiones “principados”, “dominios” y “tronos” nos indican
precisamente en esta dirección.
Pero aunque nos gustaría tener muchos más detalles sobre este tema, la
Biblia no nos las facilita. Incluso el gran teólogo Agustín confesó que
desconocía el orden de la jerarquía angélica.
Sin embargo, algo sabemos. Hablamos primeramente de los más
importantes que son los arcángeles. Sabemos los nombres de uno: Miguel.

2 Lucas 2:13
3 Hebreos 12:22; Apocalipsis 5:11; Mateo 26:53
11
En Daniel 10:13 él es llamado “uno de los principales príncipes, lo cual
indica que tiene que existir más de un arcángel.
La tradición judía habla de siete arcángeles en total con nombres
incluídos: Uriel, Rafael, Reguel, Sariel, Remiel, Gabriel y Miguel. Es
curioso que Apocalipsis 8:2 habla de “los siete ángeles que estaban en pie
ante Dios”. Es bien posible que la tradición judía sea acertada. De todos
modos hay que ser prudente. Gabriel es el único otro ángel que conocemos
por su nombre. Sin embargo, la Biblia no le llama explícitamente
“arcángel”.
Tanto Miguel como Gabriel aparecen el Antiguo como en el Nuevo
Testamento. Miguel, cuyo nombre significa “¿quién es como Dios?”, tiene
una relación especial con Israel.
El libro de Daniel nos presenta un cuadro muy interesante de una
auténtica guerra que se lleva a cabo entre el Reino de Dios y los reinos de
este mundo. También el Nuevo Testamento sabe algo de esta guerra
espiritual4.
Un acontecimiento especial es la lucha misteriosa entre Miguel y
Satanás por el cuerpo muerto de Moisés. Otra escena famosa de la
intervención de Miguel encontramos en Apocalipsis 12. El versículo 7 nos
describe como Miguel y los ángeles bajo su mando vencieron a Satanás y
los echaron del cielo. Es reconfortante que se describe ni un solo caso en la
Biblia donde Satanás gana una lucha contra el ejército de Dios.
El único otro ángel cuyo nombre conocemos es Gabriel (“Dios es mi
guerrero”). La Biblia le menciona más veces que a Miguel. Daniel tiene
contacto con él y mantiene largas conversaciones con este mensajero de
Dios mientras que su mensajes a Zacarías y a María eran más bien breves.
Luego están los misteriosos serafines, con sus seis alas. Su nombre
viene de una raíz hebrea que significa “fuego”. Eran serafines los que se le
aparecieron a Isaías5. Aparecen como seres con caras, pies y manos que se
comunican de tal manera que Isaías los entiende. Parece que su ministerio
está directamente relacionado con Dios y su trono.
Es interesante que incluso los serafines no pueden mirar directamente a
la gloria de Dios en su trono. En señal de reverencia y temor, cada uno de
ellos cubre su cara con dos de sus alas. El pasaje nos instruye que alaban a
Dios con labios puros.

4 Efesios 6:12
5 Isaías 6
12
Y como último hablamos brevemente de los querubines. Es curioso que
la Biblia no menciona ninguna interacción entre los ángeles y Adán y Eva
antes de su caída. La primera vez que se mencionan ángeles en la Biblia es
precisamente después de la expulsión de ambos del paraíso. Ese es el
momento cuando aparecen los querubines.
Son ellos los que vigilaron la entrada del jardín de Edén con una
espada66 impidiendo de esta manera el acceso a este recinto sagrado. En el
libro de Éxodo, son dos querubines hechos de oro los que se colocaron
encima del arca del pacto. También en el primer templo había
representaciones de querubines en las paredes7. Ellos simbolizaban la
presencia divina y el misterio y las maravillas de su gracia.
Esto fue nada más que un breve retrato del ejército de Dios que nos
rodea y nos cuida al pueblo de Dios - aunque no nos damos cuenta. Vale la
pena concienciarnos de que están ahí porque nos da ánimo en tiempo de
aflicción. La segunda parte de la estrofa de la poesía de Bonhoeffer que
cité antes así lo expresa:

Poderes buenos siempre nos abrazan


y la confianza nos animará
pues Dios siempre guiará nuestro destino
y en cada nueva aurora él estará.

6 Génesis 3:24
7 I Reyes 6 y 2 Crónicas 3
13
Trabajadores celestiales
Los ángeles como viajeros entre dos mundos interfieren en los
acontecimientos de este mundo. Y su presencia es real.

Los ángeles son los trabajadores de Dios, encargados de tareas


específicas. La raíz de la palabra “ángel” en hebreo, está relacionada
precisamente con el trabajo. Tienen horario continuo. No hay indicios de
que ellos tengan día de descanso o vacaciones. Incesantemente están
activos.
Cuando Jesucristo estaba aquí en la tierra seguramente tenían turnos
adicionales. Era el momento clave de la historia y esto se reflejaba en sus
actividades. Solo quiero resumir algunas:

• Anunciaron el nacimiento de Jesucristo (Lucas 1:26-33 y 2:13).


• Protegieron al recién nacido Salvador (Mateo 2:13).
• Fortalecieron a Cristo después de su tentación (Mateo 4:11).
• Se prepararon para defender a Jesucristo (Mateo 26:53).
• Fortalecieron a Jesucristo en el jardín (Lucas 22:43).
• Removieron la piedra de la tumba (Mateo 28:2).
• Anunciaron su resurrección (Mateo 28:6).
• Certificaron su ascensión al cielo (Hechos 1:11).

La lista no está completa.


Es evidente: cuando se hubo cumplido el tiempo, llegó la fase decisiva
del plan de salvación de Dios. Ahora el Hijo asumió una naturaleza
humana adicionalmente a su naturaleza divina. El cielo tocó la tierra.
Jesucristo llevó a cabo su obra definitiva para redimirnos.
Los que trabajaban entre bastidores eran los ángeles. Estaban en alerta
roja.
Hacemos bien en no pasar por alto el papel que desempeñaron ellos en
la vida de Jesucristo. No podemos afirmar los grandes hechos del plan de
salvación sin reconocer la realidad de todo lo que es el mundo espiritual.
Si leemos los evangelios, nos damos cuenta de esta inusual actividad de
los ángeles dese el inicio hasta el final. Y una cosa nos llama la atención:
son silenciosos, discretos y eficaces. Y jamás atraen la atención a sí
mismos. En esto son un gran ejemplo a seguir.
14
Aunque no lo dicen, por el testimonio de los evangelios es evidente que
ellos desean que el plan de salvación se lleve a cabo. Por eso acompañaban
la venida del Hijo a este mundo con su adoración (Hebreos 1:6). En los
evangelios vemos continuamente apariciones de ángeles. Y Jesucristo tenía
mucho que decir sobre ellos.
Aquellos tiempos eran especiales y únicos. Pero el trabajo de los
ángeles en esta tierra no terminó allí. Y ahora tal vez llegamos a uno de los
temas más interesantes para nosotros: el ministerio de los ángeles con los
creyentes y con la Iglesia en su conjunto.
Los primeros dos capítulos de la carta a los Hebreos nos dan alguna
información muy interesante en este contexto. Son ellos los enviados “para
servicio a favor de los que serán herederos de la salvación.” (Hebreos
1:14). Es decir: nosotros.
Es interesante que los ángeles no se mencionan en la Biblia hasta
después de la caída de Adán y Eva. Pero a partir de este momento son los
instrumentos para que el plan de salvación se lleve a cabo en contra de la
resistencia de las huestes malignas. Sus apariciones son, por lo tanto,
muestras de la gracia divina. Ellos cuidan del pueblo de Dios (Hebreos
1:14). Sus apariciones son siempre una señal de la intervención directa y
sobrenatural de parte de Dios.
Los acontecimientos de este mundo - no solamente los que contribuyen
específicamente al plan de salvación - son influenciados y dirigidos por
ellos. Un buen ejemplo de esto es el libro de Apocalipsis, y eso
irrespectivamente de cómo lo interpretemos. El hecho queda: son ángeles
que ejecutan las órdenes divinas en acontecimientos que ocurren aquí en la
tierra. Los ángeles no solamente forman parte de la historia, sino que ellos
hacen historia.
Pero también existe lo que podríamos llamar un ministerio de perfil bajo
de los ángeles. Nos vigilan y nos observan (1 Corintios 4:9 y 1 Timoteo
5:21). Incluso están presentes cuando la iglesia se reúne. Me temo que
somos muy poco conscientes de esto: en un culto de una iglesia no
solamente están presentes los que vemos, sino también un número
indeterminado de observadores celestiales. Confieso que esta es una de las
razones por las que a mí personalmente me trae sin cuidado si predico en
una iglesia donde hay 5 personas o 500. Prepararé mis mensajes
exactamente con el mismo cuidado. Y no solamente por los 5 visibles, sino
porque sé que voy a tener espectadores invisibles que también se merecen
un sermón bien preparado.
15
Y aunque no los escuchamos: no me cabe duda de que forman parte de
la gloria incluso de la iglesia más pequeña que se reúne en el local más feo.
Calvino escribió: “De aquí que estén presentes en las asambleas cuando
los fieles se juntan para invocar a Dios, y que la Iglesia les sea como un
teatro en el que admiran la inmensa y sorprendente sabiduría de Dios”1.
Cuando Dios mandó a los querubines con una espada de llamas para
impedir que Adán y Eva entrasen de nuevo al paraíso en su estado caído,
era una forma de ejercer la gracia divina con la presión eficaz de una
amenaza angélica.
No cabe duda de que los ángeles conocen la relación de cada uno con
Dios. Ellos nos aman y tienen el deseo de vernos reconciliados con Dios
para compartir el cielo con nosotros (Lucas 15:10)
No son gobiernos, ni élites escondidas ni conspiraciones internacionales
las que rigen el destino del este mundo. Es nuestro Dios de Pacto y el
ejército a su mando.
Nuestro Dios envía a sus mensajeros para prestar ayuda a nosotros que
aún estamos de peregrinaje a casa (Hebreos 2:16). Sin que nosotros nos
demos cuenta, los ángeles reciben órdenes para trabajar en nuestro favor y
beneficio. Están absolutamente sometidos a la voluntad divina. Un ejemplo
muy ilustrativo es lo que ocurre a Pedro en la cárcel. Dios escucha las
oraciones de la iglesia por la liberación de Pedro, y ni Pedro ni la iglesia se
lo creen.
No siempre ocurren milagros de este tamaño. Pero ocurren. Y lo que es
más sorprendente aún es que desde el ángel de rango más bajo hasta el
arcángel Miguel, todos están al servicio del Señor y al servicio de la
Iglesia. Pero al formar parte de la creación de Dios tenemos tajantemente
prohibido venerarlos o adorarlos.
En su comentario sobre Hebreos 1:14, el teólogo puritano John Owen
hace hincapié en la expresión “enviados” y comenta que esto es algo
continuo y constante. “Están en la presencia de Dios y enviados
continuamente por Él, a veces unos y a veces otros - pero siempre los
adecuados para su cometido”2.
Los ángeles son instrumentos de Dios para llevar a cabo su gobierno
sobre toda la creación. Los procesos históricos no se entienden aparte de la
participación de ángeles. Pero en el último instante todo tiene un propósito

1 Juan Calvino: Institución de la Religión Cristiana, III, xx, 23


2 John Owen: Hebrews, vol. 3, p. 239, Edinburgh (1854).
16
mayor: el bienestar del pueblo de Dios. Para conseguir esta meta, imperios
enteros aparecieron y desaparecieron. Esta es la buena noticia detrás de las
noticias de cada día: no son nuestros gobiernos, ni conspiraciones
internacionales las que rigen los destinos de este mundo. No es una élite
escondida o poderes a la sombra. Es nuestro Dios de Pacto y el ejército a
su mando.
Los ángeles como viajeros entre dos mundos interfieren en los
acontecimientos de este mundo. Y su presencia es real. En la medida en la
que un creyente madura en su fe, va ganando fuerza la convicción de esta
realidad.
Los ángeles nos prestan sus servicios incluso cuando esta vida termina.
Todos tenemos que morir algún día, a menos que el Señor vuelva antes.
Pero incluso muriendo, no estaremos solos. Dios mandará a sus enviados
especiales para acompañarnos en nuestro camino a casa. Lucas 16:22
expresa con claridad lo que en Job 33:23 parece algo enigmático: ángeles
nos acompañarán a la presencia del Señor y recogerán a los elegidos del
Señor para su Reino eterno (Mateo 24:31).
La expectativa de estas cosas nos facilita tremendamente despedirnos de
este mundo cuando nos toque. Es el momento en el que a todos de repente
se nos abrirán los ojos. Y finalmente conoceremos a nuestros consiervos
que ya llevan muchos años cerca de nosotros.

17
¿Existen los ángeles de la guarda?
Esta es una pregunta muy antigua en la historia de la fe cristiana.

¿Tiene todo el mundo un ángel de la guarda? ¿Un ser celestial asignado


a nosotros de por vida? Hay muchas personas que están convencidas de
ello. La pregunta es muy antigua en la historia de la fe cristiana. Pero
¿apoya la Biblia realmente esta creencia? Antes de llegar a responderlo
vamos a dar un pequeño paseo por la historia.
El primer documento afirmando que cada persona tiene un ángel de la
guarda es el Pastor de Hermas. Este documento del final del siglo I dC
habla incluso de dos ángeles que siempre nos acompañan: uno que es
bueno y otro que malo. Oportunamente, su autor nos da también las pautas
necesarias para saber cómo escuchar al ángel bueno y rechazar al malo1.
Un teólogo que mucho escribe sobre el tema es Orígenes en el siglo III.
El populariza la idea de que cada alma humana está bajo el cuidado de un
ángel2. El teólogo alejandrino escribe mucho sobre el tema, pero raras
veces aporta algún dato bíblico de solidez. De todos modos, el
neoplatonismo de Orígenes y muchas de sus ideas sectarias me inspiran
poca confianza.
Ideas similares tenían Basileo de Cesarea, Gregorio el Grande,
Crisóstomo, Agustín, Tomás de Aquino y un largo etcétera de autores a
través de los siglos. El problema es siempre el mismo: no suelen basarse en
los textos bíblicos, sino que simplemente repiten algunas de las creencias
populares que existieron en la Iglesia desde el inicio en cuanto a este tema.
Esto también pasa con Jerónimo y Agustín de Hipona. Uno siempre tiene
la sospecha que ellos intentan explicar el tema en términos especulativos y
más bien filosóficos.
De allí no nos sorprende que el Catecismo de la Iglesia Católica enseña
en cuánto a los ángeles de la guarda que: “(…) desde la infancia a la
muerte la vida humana está rodeada de su custodia y de su intercesión”3.
El catecismo cita a Basilio: “Cada fiel tiene a su lado un ángel como
protector y pastor para conducirlo a la vida”4.
1 XI, 6
2 Peri Archon I, 5, 4
3 Catecismo de la Iglesia Católica, parr. 336
4 Ibid.
18
El problema es que la idea de la intercesión y de la asignación de un
ángel de la guarda realmente viene del capítulo 12 del libro apócrifo de
Tobit. El ángel que habla en este capítulo es supuestamente Rafael.
Teológicamente no anda muy fino porque dice en el mismo capítulo: “Dar
limosna salva de la muerte y purifica de todo pecado”5.
Esta afirmación - que va en contra de todo lo que enseña la Biblia - no
nos inspira mucha confianza en la enseñanza de un libro que con todo el
derecho ni judíos ni cristianos han considerado como parte del Canon,
hasta que la Iglesia Católica cambió de idea en el siglo XVI.
Todo esto lleva al teólogo reformado holandés Bavinck a constatar que
la idea de un ángel de la guarda sencillamente tiene raíces paganas6.
Y es cierto: podemos leer y releer la Biblia sin poder encontrar la idea
de un ángel de la guarda asignado específicamente a una persona. Solo hay
dos referencias en el Nuevo Testamento que parecen abrir la posibilidad de
la existencia de un ángel específico asignado a cada creyente.
Uno es el famoso versículo de Mateo 18:10 donde Jesucristo habla de
los niños y de “sus ángeles”. Sin embargo, hay que ser escrupuloso a la
hora de leer el texto. No necesariamente implica la idea de un ángel
asignado particularmente a cada niño. Lo cual no quiere decir que el Señor
no cuida particularmente de los niños y los protege. Y no nos cuesta
creerlo. Cada persona que ha tenido hijos tiene que llegar a esta
conclusión. Que un niño normal y corriente llegue a la edad de adulto,
requiere sin lugar a dudas la intervención de cuidadores invisibles y más de
un milagro.
Calvino, que por cierto es uno de los teólogos que más habla de los
ángeles, menciona cómo Dios los usa continuamente para llevar a cabo su
voluntad aquí en la tierra: mandan viento y lluvia, llevan guerras a las
naciones pero también cuidan y protegen al pueblo de Dios. El reformador
de Ginebra resume esta verdad así:

En cuanto a si a cada uno de los fieles se le ha dado un ángel


propio que le defienda o no, no me atrevo a afirmarlo como
cosa cierta. … También cuando Jesucristo dice que los ángeles
de los niños ven siempre el rostro de Su Padre (Mt. 18.10) da a
entender que hay ciertos ángeles a los cuales se les confía el

5 Tobit 12:9.
6 Hermann Bavinck: Reformed Dogmatics, p. 467
19
cuidado de los niños. Pero yo no sé si de aquí se debe deducir
que a cada uno se le ha asignado el suyo particular”.7

Y luego hay un solo versículo en Hechos 12 donde también podríamos


ver indicios para la existencia de un ángel de la guarda. Un ángel le libera a
Pedro de la cárcel y le lleva a la casa de María, madre de Marcos.
Es curioso que en el caso de Jacobo -preso en la misma carcel- Dios no
mandó a ningún angel liberador. Algún día sabremos el porqué. Pero
volviendo a la historia. Nos relata Lucas:

Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar


una muchacha llamada Rode, la cual, cuando reconoció la voz
de Pero, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo
adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta. Y ellos
le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era.
Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!8

Aparte de leer la Escritura bajo iluminación del Espíritu Santo, también


ayuda el sentido común. Yo personalmente no citaría este versículo para
apoyar una doctrina como la de la existencia de un ángel de la guarda. ¿Por
qué? Muy fácil, porque los que están en el otro lado de la puerta no dan ni
una: la muchacha no está loca. Ellos creen que sí. El que está delante de la
puerta es Pedro. Ellos creen que es su ángel. ¿Ellos creen que existe un
ángel de la guarda? Las probabilidades de acierto teológico en este caso
hablan en su contra.
En esta línea argumenta también Calvino:

Parece que les vino esto a la memoria por la opinión que


entonces comúnmente se tenía de que cada uno de los fieles
tenía su ángel particular. (…) Sea lo que quiera, no es preciso
preocuparse excesivamente por lo que no tiene mayor
importancia para nuestra salvación.”9

Tomando en cuenta los textos bíblicos y el testimonio de la patrística


más bien llegamos a la conclusión: había en aquel entonces, igual que hoy,
7 Juan Calvino: Institución de la Religión Cristiana, I, XIV, 7
8 Hechos 12:13-15
9 ibid.
20
ideas sobre los ángeles que no exactamente cuadran con la revelación
divina. Pero Pedro tampoco les echa un discurso apostólico sobre
angelología para corregir la idea. Por lo menos que sepamos.
No tenemos un ángel de la guarda, sino todos los que nos hagan falta.
En lo personal, eso me lleva también a la conclusión de que sin lugar a
dudas, como vimos la semana pasada, el Señor cuida a su pueblo y a cada
una de las personas que lo componen. Y pone el número de ángeles que
hagan falta para que lleguemos bien a nuestra casa celestial. Porque esta
gran verdad tiene amplio apoyo en la Biblia. Somos protegidos y
guardados por ángeles. Por lo visto, no tenemos un ángel de la guarda.
Tenemos todos los que hagan falta. Versículos que lo apoyan hay
montones. Solo quiero mencionar Hebreos 1:14, Salmo 91:11 y Salmo
34:7.
No veo ningún problema en que podamos pedir al Señor que él mande
un ángel para protegernos en cierta situación. A veces lo hace incluso sin
que se nos ocurra esa idea.
Recuerdo a Elías, el gran profeta. Corriendo por su vida se dejó caer
debajo de un arbusto y pidió al Señor que pusiera fin a su vida. Y en
respuesta a su oración, Dios le manda un ángel, con el don especial de
motivarle, merienda incluida. “No se muere uno así como si nada”, parece
haber sido el mensaje angélico. “Sigue tu camino. Pero antes come y
bebe”. La historia -una de mis favoritas- está en 1 Reyes 19.
Dios usa ángeles para nuestro bien. Porque él nos cuida. Y si en algún
momento el Señor nos va a invitar al cine celestial para ver la película de
nuestra vida (pero esta vez desde otra perspectiva), estoy seguro de que
vamos a asombrarnos de cuantas veces el Señor nos ha cuidado
divinamente por medio de sus ángeles.
Y es mejor que sean muchos que solo uno. Y mejor diferentes turnos
que siempre los mismos. Lo digo más bien por mí. No sé si el mismo ángel
aguantaría haber estado las 24 horas desde hace ya muchos años alrededor
de un servidor.

21
Agentes secretos con licencia para matar
La Biblia nos habla de una lucha espiritual: están involucrados seres
invisibles de naturaleza diferente a la humana.

Los ángeles de Dios no solamente tienen una misión especial con la


Iglesia y con cada uno de los creyentes. Ellos también interfieren de forma
directa en asuntos que podríamos llamar de gran “envergadura
internacional”. Y cuando actúan no piden permiso. Incluso tienen licencia
para matar.
En este sentido el título del famoso libro de Billy Graham es mucho
menos sensacionalista de lo que puede parecer a primera vista 1. Son
agentes divinos y actúan de forma perfectamente invisible y eficaz. A su
lado hasta el Mossad parece una peña de aficionados.
Desde el día de la Ascensión, nuestro Señor Jesucristo está sentado
sobre el trono del universo. Desde allí gobierna los asuntos del mundo
visible e invisible.
En este mundo los acontecimientos se siguen con velocidad de vértigo.
Mientras estamos observando lo que está pasando, los ángeles están
activamente involucrados en la historia de la humanidad. No es nada
nuevo. Ha sido así desde el principio.
Aunque la expresión está ya muy vista y en muchos casos mal usada no
cabe duda: la Biblia nos habla de una lucha - si se quiere: una guerra -
espiritual. Y “espiritual” significa: están involucrados seres invisibles de
otra naturaleza diferente a la humana.
Vaya por delante un hecho muy importante: no estamos hablando de una
lucha entre iguales. Los huestes de las tinieblas (de las cuales vamos a
hablar en otro episodio) no acampan a sus anchas. Son los ángeles de Dios
los que llevan la iniciativa y tienen el control. Y en eso cumplen órdenes
divinas. Nunca actúan por iniciativa propia cunado interfieren directamente
en los asuntos de este mundo. Detrás de cada telediario hay una realidad
que se esconde ante los ojos de reporteros y espectadores.
Hay dos libros bíblicos que nos demuestran esta verdad con nitidez:
Daniel y Apocalipsis.

1 Billy Graham: Los ángeles: agentes secretos de Dios, Nelson Pocket (2012)
22
Al leer el libro de Daniel nos quedamos impresionados: detrás de los
acontecimientos políticos y militares que implican el paso de cuatro
imperios bien conocidos por el escenario de la historia mundial hay
ángeles llevando a cabo los cometidos divinos.2
Dios usa sus ángeles para llevar acabo su justicia. No son chicos
inofensivos y bonachones con cara de niño regordete y rizos rubios, sino
seres capaces de matar a todo un ejército, como el de los asirios bajo el
mando de Senaquerib ante las puertas en Jerusalén en el año 701 3. También
fue un ángel quien mató al rey Herodes en Hechos 12.
Es curioso que de ambos acontecimientos existe una versión “secular”.
Heródoto - el historiador griego - nos cuenta que una plaga de ratas4 acabó
con el ejército de los asirios, camino a Egipto5.
En el caso de Herodes Agripa (Hechos 12:23) tenemos un relato de Flavio
Josefo. El historiador judío relata como Herodes estaba dando una fiesta en
Cesarea en honor al emperador romano Claudio. Agripa vestía una túnica
tejida con hilo de plata que reflejaba los rayos del sol. En medio de
aplausos de los presentes empezó a sentirse mal y fue trasladado a su
morada donde fallecería cinco días después.6
Las intervenciones de ángeles en los asuntos de este mundo también se
mencionan en casi todos los capítulos del libro de Apocalipsis. Y esta
afirmación es válida independientemente de nuestra interpretación del
libro. El santuario en el cielo es el lugar donde se decide lo que va a pasar
en la tierra. Es uno de los mensajes centrales del libro de Apocalipsis. Y los
agentes que llevan a cabo estos decretos son los ángeles. Nos damos cuenta
al leer Apocalipsis que su tarea no se agota en la adoración delante del
trono celestial. La información que el último libro de la Biblia nos da poco
tiene que ver con el sentimentalismo y las creencias populares. Los ángeles
anuncian a veces7 los juicios de Dios. Pero sobre todo: los llevan a cabo.
Tienen un poder sin límites para hacerlo.
En este sentido también tienen una tarea importante relacionada con la
segunda venida del Señor Jesucristo al final de los tiempos y del castigo de
los que se oponen a la voluntad de Dios. Cuando el Señor separará “las

2 por ejemplo Daniel 10:21 y 12:1


3 2 Reyes 19
4 Como transmisores de la plaga bubónica
5 Heródoto: Historia II, 141
6 Flavio Josefo: Antigüedades, XIX, 8,2
7 Génesis 19:13
23
ovejas de los cabritos”8 , serán los ángeles quienes “recogerán de su reino a
todos los que sirven de tropiezo, y a los que hacen iniquidad, y los echarán
en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.”9
Ahora ¿cuál será el futuro de los ángeles una vez terminada la faena?
Todo lo que vemos, acontecimientos pequeños y grandes, cobra un
significado distinto para el creyente que toma en serio lo que en la
Escritura se nos revela. Fueron creados en santidad. Ellos no cayeron,
porque eran ángeles elegidos. Ahora ya no pueden pecar. En un momento
fueron confirmados por Dios en su estado de santidad. Para siempre
acompañarán a la Iglesia en su adoración de Dios. Y esta es la razón por la
que los ángeles no necesitan un Salvador. No tuvieron una segunda
oportunidad, como nosotros. Aquellos que decidieron no seguir la rebelión
de Lucifer quedan del lado del Señor para siempre. Aunque no tenemos
versículos que hablan con detalle sobre este hecho, la impresión general
impone su criterio: los ángeles están en un estado perfecto de obediencia.
Por esta razón se les caracteriza con los adjetivos “elegido” 10 y “santo”11.
Para siempre acompañarán a los creyentes en su adoración y servicio
delante del Señor.
No podemos hablar de este tema sin sacar una conclusión que es
evidente: todo lo que vemos todos los días - acontecimientos pequeños y
grandes - cobra un significado distinto para el creyente que toma en serio
lo que en la Escritura se nos revela.
Esto significa que no estamos ante acontecimientos históricos inconexos
e impulsados por el azar. Toda la historia es la historia dictada por Dios y
escrita por sus ángeles. Hay patrones repetitivos en la historia que son
simplemente muy llamativos. Sería materia para un libro entero.
Hemos visto que hay dos versiones de lo que pasó en el campamento de
los asirios o en el mitin de Herodes Agripa: una versión secular y una
versión más amplia que toma en cuenta las dimensiones espirituales. De la
misma manera podemos extrapolar estas verdades y preguntarnos:
¿Cómo será la versión objetiva -es decir: desde el punto de vista divino-
de otros acontecimientos históricos? Algún día sabremos la respuesta.
Tengo una larga lista en mente, pero voy a mencionar solo unos pocos
eventos:
8 Mateo 25:32
9 Mateo 13:42.42
10 1 Timoteo 5:21
11 Marcos 8:38
24
• ¿Qué le impidió a Hitler destruir las tropas aliadas hacinadas en el
puerto de Dunkerque en 1940?
• ¿Cómo explicamos la disolución pacífica de un imperio tan
sangriento como el de la URSS?
• ¿Qué le impidió el 26 de septiembre de 1983 al coronel soviético
Stanislav Petrov autorizar un golpe nuclear contra EE.UU. cuando
durante un cuarto de hora una falsa alarma indicaba un ataque
nuclear contra su país?12
• ¿Cómo explicamos que en muchos de los grandes atentados
terroristas (por ejemplo el del 11-M en Madrid) mueren mucho
menos personas que podrían haber muerto al llevarse acabo los
planes malignos de sus autores?

Por supuesto se pueden encontrar ejemplos adversos, por ejemplo: ¿cómo


puede haber sobrevivido Hitler 22 atentados?13.
Estos casos tenemos también a lo largo y ancho de toda la Biblia. Pero
del diablo y sus huestes hablamos en otro momento.
La historia está llena de estas incongruencias. La lógica humana puede
explicar mucho. Pero no todo. Nos falta la versión completa.
Hoy por hoy me animo y me alegro de que los agentes secretos de Dios
están cumpliendo su misión según lo previsto en el plan de Dios. Y este
plan de Dios prevé la victoria de Cristo y su pueblo. No se le puede oponer
ninguno de los que conspiran contra Dios. Porque Dios desde los cielos se
ríe de ellos a carcajadas14. Y me parece que sus ángeles con Él.

12 Artículo en El País Stanislav Petrov, el hombre que sí salvó al mundo


13 Artículo en Wikipedia List of assassination attempts on Adolf Hitler
14 Salmo 2:4
25
Los ángeles y la Gran Comisión
La Biblia apoya claramente la idea de que la existencia e interacción
de los ángeles con nuestras vidas y ministerios es una realidad.

Proclamar el evangelio es una tarea que Dios ha dado a su Iglesia. Pero


no ha dejado su pueblo solo ante esta tarea. Aparte del ministerio del
Espíritu Santo es evidente que los ángeles desde el inicio han participado
activamente en la Gran Comisión, llevando a cabo tareas de apoyo. Uno no
puede leer el Nuevo Testamento sin llegar a esta conclusión.
Voy a citar de nuevo al teólogo John Owen que escribió: “Dios usa
ángeles… por el bien de aquellos que son herederos de la salvación, para
revelarles la grandeza y la gloria de la tarea de reunir, preservar y redimir
su iglesia”.1
Si definimos el evangelismo como “proclamación de las buenas
nuevas”, entonces los ángeles hicieron la primera declaración de la historia
que habla del nacimiento del Salvador. Lo mismo ocurrió después de su
resurrección: las palabras “no está aquí, pues ha resucitado” 2, salen de la
boca de uno de los mensajeros celestiales.
En 42 ocasiones los evangelios mencionan a los ángeles y a sus
actividades. 21 veces aparecen en el libro de los Hechos. Su papel de
apoyo en la fase inicial del evangelismo llama la atención, pero raras veces
se habla de ello. Quiero mencionar solo unos pocos ejemplos:
Los apóstoles querían proclamar la resurrección de Jesucristo. Pero las
autoridades tenían algo en contra. Encarcelaron a algunos de los apóstoles.
Pero en varias ocasiones un ángel los sacó de la cárcel3.
Fue un ángel quien habló a Felipe y le dio instrucciones para
encontrarse con un ministro de la reina de Etiopía4. Un ángel preparó la
primera proclamación del evangelio en la casa de un pagano: la del
centurión romano Cornelio5. La lista de eventos es larga.
Curiosamente, los creyentes somos muy dados a reconocer la oposición
de Satanás a la obra misionera. Pero raras veces se menciona que la

1 The Works of John Owen, Edinburgh (1854), vol. XIX, p. 246 (trad. del autor)
2 Mateo 28:6
3 Hechos 5:19; 12:19
4 Hechos 8:26
5 Hechos 10:30-32
26
historia tiene también otra cara: la participación de los ángeles en esta
tarea. ¿A qué se debe este silencio? ¿Por qué no los tenemos más en
cuenta? Nuestro Dios no ha cambiado. Él sigue enviando a sus ángeles
para trabajar en favor de aquellos que proclaman el evangelio. Esta verdad
tiene una base teológica sólida.
Por eso, no me extraña que la historia del evangelismo y de las misiones
mundiales está llena de testimonios muy creíbles del apoyo angélico en
momentos muy críticos.
Desde que empecé a escribir esta serie de artículos no han parado de
llegarme testimonios de hermanos -y por cierto: de diferentes
denominaciones y teologías- que me han contado sus experiencias en este
sentido. Y son experiencias perfectamente avaladas por la Escritura.
Algunos me han confesado que nunca se atrevieron antes a contarlo por
miedo a ser tachados de místicos, ilusos y poco serios.
¿No es precisamente la falta de tomar en serio el ministerio de los
ángeles -tan frecuentemente mencionado y descrito en las páginas de la
Biblia- una razón que nos resta valor y decisión a la hora de proclamar las
verdades divinas? El ejército de Dios es una realidad. Satanás y sus huestes
lo saben. Pero muchos cristianos simplemente lo ignoran.
Es verdad: las iglesias de la Reforma se pronunciaron con cierto
cuidado a la hora de hablar del tema. Pero se pronunciaron. Que lo hicieron
con cuidado era una reacción entendible ante los excesos de adoración y
veneración de los ángeles en la Iglesia Romana.
Como ya mencioné en un artículo anterior, Juan Calvino desarrolló una
angelología muy detallada y bien elaborada en su obra magna, la
Institución de la Religión Cristiana. Recomiendo la lectura de esta parte a
todo el mundo, también a aquellos que no suelen comulgar mucho con
Calvino porque lo que extrae de la Escritura es inapelable y raras veces fue
escrito de forma tan concentrada y a la vez entendible.
Nos hace mucha falta la profunda dependencia de la Escritura en este
tema que sufre por un lado de un sensacionalismo desmesurado y por otro
lado de un mutis absoluto en el mundo evangélico. La Biblia apoya
claramente la idea de que la existencia e interacción de los ángeles con
nuestras vidas y ministerios es una realidad. Dios abre las ventanas del
cielo para interferir en los asuntos de esta tierra. Y, como hemos visto,
manda sus ángeles para servir a su Iglesia. Su presencia nos es aliento, pero
también aviso.

27
Al mismo tiempo vemos que los mensajeros celestiales tajantemente
rechazan cualquier forma de veneración o incluso adoración.6
Normalmente, su actuación es discreta e invisible para nuestros ojos. El
autor de Hebreos incluso escribe que algunos creyentes han acogido
forasteros en sus casas que eran ángeles7. Abraham era el primero. Pero
seguramente no el último.
Quiero ser muy claro: la obra de Jesucristo en nuestra salvación es
fundamental y única. Él es nuestro único y suficiente Mediador. Solo en Él
hay salvación. Pero esta verdad no nos debería llevar a la conclusión de
que Dios ya no se sirve del ministerio sobrenatural de los mensajeros
celestiales para llevar a cabo su voluntad. No deberíamos ceder el espacio
de este tema a los discípulos del esoterismo y la Nueva Era que usan
conceptos paganos para promover su idea de los ángeles, ajenas a la Biblia.
El ministerio incesante de los ángeles debería ser de ánimo para una
Iglesia misionera, pero a la vez perseguida y bajo asedio - más que nunca
antes en su historia. Misión y persecución van mano en mano. Si la Biblia
algo nos enseña sobre el tema es la simple verdad: Dios no deja
desamparada a su Iglesia perseguida.
El judío Michael Horowitz escribió en la introducción del libro de Paul
Marshall con el título “Their blood cries out” (su sangre clama):
“La persecución creciente de cristianos se parece de una forma
preocupante a la persecución de los judíos (…) durante una buena parte de
la historia de Europa”.8
Los cristianos, el grupo más perseguido del mundo, son cabezas de
turco en los regímenes islámicos y comunistas de este mundo y en una
manera creciente también en las democracias occidentales con su
secularismo radical y militante.
Y en este contexto nos viene bien esta verdad: no estamos solos en esta
batalla espiritual. A veces Dios demuestra su cuidado interviniendo en
favor de sus hijos que sufren. Y muchas veces el mundo también se
beneficia de paso9.
Dios conoce nuestras flaquezas, los peligros a los cuales nos vemos
expuestos y las constantes amenazas a nuestras vidas, a veces incluso
6 Apocalipsis 22:8.9
7 Hebreos 13:2
8 Michael Horowitz en Paul Marshall: Their blood cries out, Dallas (1997), p.16 (trad.
del autor)
9 Hechos 27:24
28
desconocidas para nosotros. Sin su intervención constante en forma de
innumerables guardianes, la historia sería bien distinta. Dios se sirve de sus
ángeles para consolarnos en nuestras debilidades. Si a Jesucristo le hizo
falta en su batalla decisiva en Getsemaní, cuanto más a nosotros.
Vivimos en un tiempo donde los poderes malignos parecen ocupar cada
vez más terreno. Pero nunca deberíamos olvidar que no estamos solos. Y
además estamos en el lado del vencedor. En el cumplimiento del propósito
divino los ángeles están acampando alrededor del pueblo de Dios. Estoy
convencido de que la falta de reconocimiento del ministerio de los ángeles
en nuestras vidas tendrá una consecuencia importante: debilitarnos
espiritualmente. Sigue válida la palabra de Eliseo a su siervo atemorizado:
“No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que
están con ellos.”10
Cuando la Iglesia se reúne solemnemente para rendirle culto a su Dios y
Salvador, los ángeles están presentes. Y cuando los cristianos claman en su
desesperación “líbranos del mal”, los recursos del Señor no flaquean. Con
derecho nosotros no extendemos el Reino de Dios con la ayuda de la
espada. Sería un método tan ineficaz como mundano. Pero la Iglesia
triunfante y victoriosa cuenta con la ayuda de las huestes celestiales
ordenadas para servir al pueblo de Dios. Y donde los ángeles actúan los
imperios tiemblan y caen. Lo notarán también en su momento los imperios
de nuestros días. Ellos caerán, pero la Iglesia y su evangelio sigue
triunfando.

10 2 Reyes 6:16
29

También podría gustarte