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VIOLENCIA INTRAFAMILIAR
I.- DESARROLLO TEMÁTICO
CLASIFICACIÓN.
1.- VIOLENCIA DE COMPETENCIA DEL JUZGADO DE
FAMILIA.
CONCEPTO VIF.
Será constitutivo de violencia intrafamiliar todo maltrato que
afecte la vida o la integridad física o psíquica de quien tenga o haya tenido
la calidad de cónyuge del ofensor o una relación de convivencia con él; o
sea pariente por consanguinidad o por afinidad en toda la línea recta o en
la colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o de su cónyuge o
de su actual conviviente.
También habrá violencia intrafamiliar cuando la conducta referida
en el inciso precedente ocurra entre los padres de un hijo común, o recaiga
sobre persona menor de edad, adulto mayor o discapacitada que se
encuentre bajo el cuidado o dependencia de cualquiera de los integrantes
del grupo familiar” (Art.5 Ley 20.066).
JORGE CORSI, la define como: “Todas las formas de abuso que tiene
lugar entre los miembros de la familia, entendiendo abuso por la acción u
omisión que ocasiona daño físico y/o psicológico a otro miembro de la
familia”.
CARACTERÍSTICAS.
1.- SE DA EN EL ÁMBITO AFECTIVO. Al darse en el seno de la familia,
de esto se deriva un efecto importante: la imposibilidad de plantearlo,
enfrentarlo y remediarlo con la misma claridad y entereza que si fuera un
acto de un tercero. Los afectos involucrados impiden tal objetividad y en
muchas ocasiones perciben la violencia como un mal necesario.
SITUACIÓN DE RIESGO.
Cuando exista una situación de riesgo inminente para una o más
personas de sufrir un maltrato constitutivo de violencia intrafamiliar, aun
cuando éste no se haya llevado a cabo, el tribunal, con el solo mérito de la
denuncia, deberá adoptar las medidas de protección o cautelares que
correspondan.
Se presumirá que existe una situación de riesgo inminente como la
descrita en el inciso 1 del art.7, en los siguientes casos:
1.- Cuando haya precedido intimidación de causar daño por parte
del ofensor; o
2.- Cuando concurran además, respecto de éste, circunstancias o
antecedentes tales como:
A) Drogadicción.
B) Alcoholismo.
C) Una o más denuncias por violencia intrafamiliar.
COMPETENCIA.
1.- REGLA GENERAL. Corresponderá el conocimiento de los
conflictos a que dé origen la comisión de actos de violencia intrafamiliar,
regulados en la Ley 20.066, al Juzgado de Familia dentro de cuyo territorio
jurisdiccional tenga residencia o domicilio el afectado (Art.81 inciso 1 de
la Ley 19.968).
2.- COMPETENCIA EXTENSIVA ESPECIAL. Corresponderá:
a) A CUALQUIER TRIBUNAL que ejerza jurisdicción en asuntos
de familia.
b) Al FISCAL DEL MINISTERIO PÚBLICO.
c) Al JUEZ DE GARANTÍA según corresponda, que tome
conocimiento de una demanda o denuncia por actos de violencia
intrafamiliar, deberá, de inmediato, adoptar las medidas cautelares del
caso, aun cuando no sea competente para conocer de ellas.
En caso de concurrir conjuntamente como víctimas de violencia
intrafamiliar personas mayores y niños, niñas o adolescentes, el juez podrá
siempre adoptar las medidas de protección en conformidad a la ley.
El procedimiento por actos de violencia intrafamiliar se regirá por
las normas contenidas en este Párrafo y, en lo no previsto en ellas, por el
Título III de esta ley. (Art.81 de la Ley 19.968).
ACTUACIÓN DE LA POLICÍA.
1.- En caso de violencia intrafamiliar que se esté cometiendo
actualmente, o ante llamadas de auxilio de personas que se encontraren al
interior de un lugar cerrado u otros signos evidentes que indicaren que se
está cometiendo violencia intrafamiliar, los funcionarios de Carabineros o
de la Policía de Investigaciones deberán entrar al lugar en que estén
ocurriendo los hechos, practicar la detención del agresor, si procediere, e
incautar del lugar las armas u objetos que pudieren ser utilizados para
agredir a la víctima.
2.- Deberán, además, ocuparse en forma preferente de prestar
ayuda inmediata y directa a esta última.
3.- El detenido será presentado inmediatamente al tribunal
competente, o al día siguiente si no fuere hora de despacho,
considerándose el parte policial como denuncia.
4.- Si no fuere día hábil, el detenido deberá ser conducido, dentro
del plazo máximo de 24 horas, ante el juez de garantía del lugar, a fin de
que éste controle la detención y disponga las medidas cautelares que
resulten procedentes, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 92 de
esta ley. (Art.83 de la Ley 19.968).
OBLIGACIÓN DE DENUNCIAR.
Las personas señaladas en el art.175 del Código Procesal Penal
estarán obligadas a denunciar los hechos que pudieren constituir violencia
intrafamiliar de que tomen conocimiento en razón de sus cargos, lo que
deberán efectuar en conformidad a dicha norma estos son:
a) Los miembros de Carabineros de Chile, de la Policía de
Investigaciones de Chile y de Gendarmería, todos los delitos que
presenciaren o llegaren a su noticia. Los miembros de las Fuerzas Armadas
estarán también obligados a denunciar todos los delitos de que tomaren
conocimiento en el ejercicio de sus funciones;
b) Los fiscales y los demás empleados públicos, los delitos de que
tomaren conocimiento en el ejercicio de sus funciones y, especialmente,
en su caso, los que notaren en la conducta ministerial de sus subalternos;
CARACTERÍSTICAS.
1.- El maltrato habitual debe menoscabar, de tal entidad al
ofendido o lesione en su integridad física o psíquica, es decir, debe ser
enorme, debemos mencionar que cuando existe violencia cruzada, en
virtud del principio de inocencia se deberá absolver o bien aplicar el
principio de no perseverar por el fiscal.
2.- Debe enmarcarse en el contexto de una relación de poder entre
víctima y victimario, si esta no existe no podremos hablar de maltrato
habitual.
3.- Debe existir un daño, debidamente acreditado a través de
informes o pericias en la persona afectada, que acredite más allá de toda
duda razonable la culpabilidad (aplicación del principio a contrario sensu).
En materia de Derecho Procesal Penal, en la investigación deben
acreditarse necesariamente estos tres elementos, para la configuración de
maltrato habitual, sea punible.
CLASIFICACIÓN.
El delito de maltrato habitual, se puede clasificar de las siguientes
formas:
1.- COMO DELITO DE ACCIÓN. El verbo rector consiste en “ejercer
habitualmente violencia física o síquica”. El hecho de que se emplee la
expresión “ejercer” implica que se requiere la realización de un acto, es
decir, se excluye claramente la posibilidad de que se cometa este delito por
omisión. Sin embargo parte de la doctrina estima que es probable que este
tipo sea cometido por omisión.
2.- COMO DELITO RESULTATIVO. Junto con esto la expresión
“ejercer” implica que este delito no exige medios comisivos específicos o
formas de acción especiales por lo que estamos en presencia de un delito
resultativo.
3.- COMO DELITO DE PELIGRO CONCRETO. Y no de resultado porque
no requiere que se cause un determinado efecto para que se sancione al
hechor.
4.- COMO DELITO DE ACCIÓN PENAL PÚBLICA PREVIA INSTANCIA
PARTICULAR: Es decir, es un delito que no puede perseguirse de oficio por
el Ministerio Público sin que el Tribunal de Familia previamente haya
evaluado los antecedentes de la causa y califique el maltrato como
habitual, conforme el inciso final del art.14 el Ministerio Público sólo
podrá dar inicio a la investigación por el delito tipificado en el inciso
primero, si el respectivo Juzgado de Familia le ha remitido los
antecedentes, en conformidad con lo dispuesto en el art.90 de la Ley
19.968.
HABITUALIDAD.
En esta materia debemos considerar las siguientes precisiones:
1.- SUJETO ACTIVO: Puede ser cualquier persona ya que el tipo penal
no exige que el autor tenga una calidad especial. Debe haber llevado a
cabo dos o más actos constitutivos de maltrato (deben ser de distinta
naturaleza);
2.- SUJETO PASIVO: Puede ser cualquier persona que tenga o haya
tenido la calidad de ex – cónyuge del ofensor o relación de convivencia con
él, pariente por consaguinidad o afinidad en toda la línea recta o en el
PRÁCTICA FORENSE JUZGADOS DE FAMILIA 403
colateral hasta el tercer grado inclusive, del ofensor o su cónyuge o actual
conviviente, padre e hijo común o recaiga sobre personas menor de edad o
discapacitada (Art.5 de la Ley 20.066); y
3.- Debe existir proximidad temporal entre los actos constitutivos
de maltrato.
Precisados estos conceptos y del tenor de la disposición legal citada
aparece claramente que el verbo rector de la figura que sanciona es
“maltratar”, pero exige que ello lo sea con “habitualidad”, es decir,
estamos frente a un delito que requiere reiteración de actos que
importan la afectación de la integridad física o psicológica de una
persona, teniendo en consideración que los hechos deben producirse,
además, con una proximidad en el tiempo.
Para la acreditación de los hechos, no basta con la simple
declaración del requerido, ni son suficientes las declaraciones de los
funcionarios aprehensores (en su caso), que señalen haber visto discutir a
personas, pues, ¿quién no ha discutido en la vía pública, más
discretamente o menos discretamente?, perfectamente posible es que haya
habido un intercambio de palabras, que no necesariamente sirvan para
acreditar el hecho.
La cantidad de episodios, así como el tiempo que media entre ellos,
no son suficientes, deben formar la convicción al juez, para considerar que
se está en presencia de la figura de maltrato habitual, teniendo presente,
además, que se debe aportar como elementos probatorios antecedentes
suficientes que sustenten la ocurrencia de los hechos invocados por el
Ministerio Público.
El juez, deberá valorar la prueba aportada, para acreditar el hecho
actual y jamás podrá acreditar los antecedentes que el Juzgado de Familia
habría considerado y le remitiera al ente persecutor, ya que no acreditan
fehacientemente la ocurrencia o existencia de los hechos.
En este sentido, es oportuno y necesario reiterar que el estándar de
prueba en el ámbito penal debe ser más alto dentro del sistema
judicial, pues, se trata de poner en actividad el derecho punitivo que
constituye la “última ratio” y que afecta bienes jurídicos de diversa
relevancia en relación a lo que sucede en materia civil, pero que en su
centro se desarrolla y debate la aplicación de una sanción respecto de
conductas que contienen valor negativo, alcanzando con intensidades
diferentes la vida de los sujetos objeto de pretensión punitiva.
Además, recordemos la máxima del Derecho Procesal Penal
consagrada en el Código del ramo: “Que, nadie puede ser condenado por
delito, sino cuando el Tribunal que lo juzgare adquiriere, más allá de toda
duda razonable, la convicción de que realmente se hubiere cometido el