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Preparado por
Mg. Juan Camilo Hernández
Gastrónomo
Antes de comenzar a utilizar cualquier técnica de cocina hay que realizarse ciertas preguntas
sobre el plato en cuestión. Por ejemplo: cómo se elabora, para qué, porqué, qué voy a utilizar
y para quién, son preguntas que nos tendríamos que responder, siendo este el primer paso para
crear una receta. Ferran Adrià explica muy bien en sus libros el proceso de creación y
diseño de un plato.
Esta filosofía puede apoyarse en conceptos como lo aprendido, las vivencias y lo que se ha visto
sin olvidar a quién va dirigido y quienes serán los clientes.Para poder crear un plato lo más
importante es conocer en profundidad el producto, es decir, cuáles son sus cortes más
apropiados, sus cualidades organolépticas, las diversas técni-cas de cocción posibles, sus
posibles presentaciones, etc.
La creación del plato depende de la manifestación artística del cocinero. El éxito a la hora de
crear un plato, reside principal-mente en su originalidad y en la armonía de los alimentos que lo
componen, sabiendo utilizar la técnica adecuada para cada pro-ducto.Una elaboración con una
técnica de cocinado corta hace que se aprecien más las cualidades organolépticas del alimento,
sin embargo, una cocción prolongada con los alimentos tendrá un resultado y sabor
diferente.Por todos es sabido que un factor importante a tener en cuenta es la estacionalidad
y características del producto para que el profesional pueda sacar el máximo rendimiento a
este. Para elaborar un plato, además de todo lo mencionado anterior-mente, un cocinero debe
tener las siguientes cualidades a la hora de afrontar el diseño de su nueva creación.
Una vez hemos contestado a las preguntas para qué y porqué, es momento de pasar a la fase
creativa y de diseño del plato que denominamos momento creativo. Podemos seguir 2
opciones para empezar a crear, para ello hay que seguir un esquema partiendo de la idea inicial
hasta llegar al cliente que es el destino final de nuestra fase creativa.
Tras la idea inicial pasamos a la fase de maduración, es decir, comenzamos a trabajar en dicha
creación, pensamos en las diferentes posibilidades. Todo ello lo realizamos metódicamente
pudiendo ayudarnos de diferentes recursos como videos, técnicas, charlas etc., todo ello para
aportar algo a nuestra idea inicial. En esta fase se deben realizar bocetos de lo que queremos
conseguir y cómo lo podemos presentar.Una vez superada la fase de maduración de la idea,
comenzamos con las pruebas anotando los resultados, nuevas ideas que surjan, etc. Una vez
redactado todo el trabajo en el papel, no solo las técnicas posibles, productos, resultados sino
también las diferentes posibilidades, etc., generaremos una idea mental lo más real posible del
resultado final. También debemos dejar anotados resultados gustativos, etc.El cocinero, a lo
largo de su vida profesional ha ido archivando los diferentes sabores, texturas, olores, etc.,
creando una memoria organoléptica culinaria que es de suma importancia a la hora de crear un
plato novedoso.Un método del que podemos servirnos a la hora de crear una receta es
elaborar tablas donde reflejar las diferentes técnicas, tiempo de cocción, relación de productos
y sus naturalezas, texturas, acompañamien-tos, etc. Todo esto nos ayudará a mejorar la lectura
de los resultados, así como su evaluación.
Lo primero es pensar en los productos, en sus sabores, texturas y lo que queremos conseguir de
ellos. Ahora es el turno de madurar la idea y de realizar pruebas hasta conseguir la receta
definitiva.
A la hora de crear un plato hay que respetar la naturaleza y características organolépticas del
producto, sin olvidar la sencillez en su presentación y decoración y por su puesto el sabor.
Además, hay que tener en cuenta las nuevas tendencias para que el plato quede equilibrado,
también se realizarán salsas más sencillas. La tendencia en cuanto a la decoración, viene
reflejada por la influencia oriental y minimalista.Existen ciertos elementos que restringen la
decoración de un plato tales como:
Cada cocinero crea su estilo propio por lo que es complicado imponer una técnica de
presentación. Hay diferentes estilos y técnicas, como son la rusticidad, elegancia, sencillez,
orden, aparente desorden, o la complicidad. Los cocineros, para crear un estilo definido que
los identifiquen, necesitan práctica y experiencia.
La Nouvelle Cuisine implantó algunas normas de decoración que siguen vigentes para
romper con la cocina tradicional y convertirla en moderna. Esta revolución en la cocina a la
hora de presentar los platos, también se realizó tanto en el servicio como en el recipiente
donde se presentaba la cocina, todo ello para conseguir captar la atención del cliente. Hoy
en día la vajilla utilizada es tan importante como la misma comida.
Por otro lado, y paralelamente a esto, cobra gran importancia la figura del camarero que
explicará todos los componentes del plato, siendo el encargado de realizar una
presentación del plato y comentar al co-mensal la mejor forma de degustarlo en el orden
adecuado, para que pueda apreciar todos los matices del plato correctamente.
IMPORTANTE: En cuanto a la decoración, debe estar muy estudiada para no dejar nada al
azar ni a la impro-visación. Por eso es muy impor-tante realizar una mise en place
exhaustiva y perfecta. En la co-cina deberemos tener una plan-ificación, organización y
previsión inmejorable, ya que cada ele-mento tiene su lugar, tamaño y su porqué.
Sabor
Las papilas gustativas son las que recogen la información del sabor. Además de en la lengua,
también tenemos papilas gustativas en el paladar, la faringe y la epiglotis. Todas estas células
sensitivas recogen información que es transmitida al cerebro.
El sabor está ligado al olor, esto es fácil de comprobar por ejemplo en los perfumes. Fuertes
aromas hacen variar el sabor de los alimentos debido a que la información del sabor y del olor
se mezcla en el cerebro.
Olor
La primera misión del olfato es preparar los jugos gástricos que facilitan la digestión. Los
aromas nos preparan, siendo un sistema de alarma de nuestro organismo, es decir, cuando un
aroma no nos es agradable nuestro organismo responde negativamente. El olor está
compuesto por partículas volátiles que son percibidas por el organismo, analizadas de forma
subjetiva con percepciones o intuiciones de cómo puede estar ese alimento. Podemos oler
tanto por la nariz como por la boca y también podemos recibir olores vía retro nasal (cuando
expulsamos el aire por la nariz). Un ejemplo es cuando calentamos demasiado un producto,
ya que provocamos que los aromas se volaticen y abandonen el producto. Hay que
controlar la temperatura para conseguir exactamente los aromas que buscamos. Una técnica
que facilita la concentración de los aromas es la cocción a baja temperatura al vacío, ya que la
cocción nunca supera el punto de ebullición eludiendo que los aromas se evaporen y
consiguiendo que el alimento tenga toda la potencia de olor que necesita. La combinación de
aromas requiere de una planificación y un estudio para elaborar los diferentes platos, donde
todo está controlado y no se deja nada al azar para conseguir el mejor resultado en cuanto a los
aromas del plato.
Textura
Conjunto de propiedades que se pueden percibir por los ojos, tacto, boca incluyendo las
sensaciones aspereza, suavidad, granulosidad, crujiente, etc. La textura de los alimentos
viene determinada por su contenido en agua y grasa, así como por algunas proteínas y
carbohidratos (celulosa, pectinas, almidones etc.). Las texturas se forman por la pérdida de
agua o grasa o por emulsiones y coagulación de las proteínas. La textura se percibe a través de
la masticación y del gusto. Son muy importantes las texturas en los platos, tanto que hay
personas que deciden que no les gusta un plato solo por su textura. Al crear nuevas texturas
producimos más sorpresas al cliente. Dependiendo del corte y de la preparación del alimento
obtendremos diferentes texturas, desde cremas a crujientes o espumas, gelatinas, aires, etc.
Según la textura que tiene los alimentos podemos clasificarlos en 7 grupos principalmente:
Temperaturas
Color
Según su color, un plato nos puede apetecer más o menos. El cliente come con la vista, es decir,
si una ela-boración presenta una gama de colores poco apetecibles el cliente rechazará el plato.
Los cocineros tienen que tener claros el esquema de colores, así como cuáles son más
aceptados, y sus diversas combinaciones. Aparte del color y sus combinaciones, a la hora de
diseñar un plato tenemos que respetar las proporciones, el volumen etc., ya que de estos
factores depende en gran medida el éxito del plato.Los alimentos están compuestos por
pigmentos, los cuales funcionan como indicador del color de los alimentos. Hay que tener
cuidado a la hora de cocinar los alimentos porque muchos de estos pigmentos se pueden
destruir al cocinarlos, perdiendo su color característico. También se pueden alterar u oxidarse.
El color del alimento nos da información sobre el grado de madurez, la autenticidad, variedad,
cocción, frescor, etc. En la actualidad disponemos de pigmentos artificiales que aumentan o
modifican el color de los alimentos.El color en la gastronomía tiene dos cualidades
principalmente que son impresionar y comunicar, llamando la atención del cliente y
sorprendiéndolo, provocando emociones.
Sonido
Otro sentido importante en la cocina es el sonido. Para ello se intenta sorprender al comensal
con elaboraciones que se rompen y producen sonido, con el fin para intensificar el placer de la
comida.
También podemos organizar catas de prueba para comprobar la aceptación del cliente ante el
producto.Otro método con el que contamos es el análisis de las ventas, es decir, si un producto
tiene mucha venta y mucha demanda es que funciona, en cambio un producto cuya venta es
menor hay que revisarlo para comprobar el motivo de esa poca demanda. Este tipo de análisis
es efectivo en un restaurante con carta, en cambio en un restaurante de menú degustación no
es nada efectivo.
Los resultados de cualquier establecimiento varían según sus ventas. Es importante hallar el
punto de equilibrio entre ventas y costes, y para producir rentabilidad hay que superar dicho
punto de equilibrio. Una vez que conocemos este nivel hay que proyectar unos objetivos
además hay que analizar cómo evolucionan las ventas, con el objetivo de poder actuar o
mejorar cualquier elaboración o servicio. En hostelería se debe realizar un estudio de ventas al
menos una vez al mes. Una técnica que podemos utilizar es tener muchos platos estrella, es
decir, los que tengan mucha rentabilidad y aceptación entre el público. En nuestro menú o
carta deben existir los menos platos vaca posibles, es decir, platos con mucha aceptación, pero
pocos beneficios. Y lógicamente hay que evitar los platos enigma o platos perro, es decir, los
que tienen poca aceptación o poco margen de beneficio (o ambas).Una vez analizados los
platos, su rentabilidad y su aceptación hay que incluir en la carta aquellos platos con más
aceptación y más rentables. Si el estudio nos demuestra que nuestros precios no son
aceptables, habrá que adaptar nuestra carta a las circunstancias. Las cartas hoy en día esta
obsoletas, aunque se siguen utilizando en la cocina tradicional. La tendencia actual son los
menús degustación.
Cuando un plato esté equilibrado entre la oferta y la demanda es cuando se debe ofertar en la
carta. A la hora de preparar un menú degustación no puede estar hecho al azar, sino que tiene
que ser estudiado y tener en cuenta los siguientes conceptos:
Bibliografía
Fernández, D. M. Á. (2017). Cocina creativa o de autor: uf 0070. Retrieved from
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