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PRIMER

PARCIAL 2ªEVALUACIÓN
Nombre y apellidos:
2ESO

1.- Analiza las siguientes palabras:

PAPELERÍA / CARNICERÍA / PARACAÍDAS / ACOMPLEJADOS / ENDULZAR










2.- Analiza sintácticamente los siguientes ejemplos:

El veloz coche deportivo / El altísimo árbol de la plaza / Sus ojos verde esmeralda













3.- Lee el siguiente texto e identifica en el mismo:

- Tipo de narrador.
- Descripciones y tipo de descripción.
- Diálogos y tipo.
- Realiza un resumen del texto.
- Responde a las preguntas del mismo.







«Quiero contaros una historia. Es la historia de un niño que nació el 18 de julio de 1990
en Barcelona. Con el paso de los años sufrí algunos contratiempos. Uno de los que
más se esforzaron para ganarse un sitio en el “hall de la fama” fue, seguramente, la
leucemia que tuve a los cinco años y que me dejó en silla de ruedas a los ocho. Un
buen día descubrí que tenía catorce años y ya no podía aguantar más las ganas de
viajar, y tuve la suerte de tener unos padres que no intentaron encerrarme en un
manicomio por el hecho de plantearles la idea de viajar a los catorce años”.

Aún recuerdo, lo recuerdo perfectamente, el día que emprendí mi primer viaje. ¿Estaba
nervioso? Sinceramente, sí. Sabía exactamente qué tipo de viaje quería vivir, pero no
sabía cómo. Sabía que quería conocer a las gentes de los países que iba a visitar, sabía
que quería vivir aventuras, pero nunca lo había hecho y no tenía ni idea de lo que era
posible y lo que no.
Hasta entonces había realizado algunos «entrenamientos» esporádicamente con mis
padres, que sabían que viajaría solo y tenían la ilusión de que sobreviviera a la
experiencia, pero aquí acababa mi instrucción: sabía montar mi tienda, había
preparado la mochila con lo que creía que era necesario y tenía conocimientos básicos
de supervivencia. Por lo demás, era exactamente lo que aparentaba: un chico de quince
años en silla de ruedas y con ganas de descubrir el mundo.
Por supuesto, la inexperiencia me llevó a cometer unos cuantos errores, pero, en
conjunto, diría que no me salió tan mal…

13 de agosto

Santorini es una isla muy peculiar y mi estancia en ella también lo fue. A quienes no
conocen la isla, les diré que se la tendrían que imaginar como una especie de columna
de tierra gigante de muchos metros de altura, y en cuya cima se encuentran todos los
pueblos y todos los habitantes de la isla. Para subir a lo alto de la columna puedes ir por
carretera (en bus), utilizar un teleférico o ir caminando por unas escaleras milenarias
que han matado a más de un turista, no porque no estuviesen bien construidas, sino
porque ha tenido un paro cardíaco después de subir 3487 escalones seguidos. Eso sí,
una vez llegas arriba, no puedes evitar una cierta sensación de triunfo, y a lo mejor por
eso los habitantes son tan amables y acogedores con aquellos que conseguimos subir.
En cierto modo, estamos demostrando nuestro valor por el mero hecho de haber
llegado ahí arriba.
En mi caso, por primera vez en la vida, en Santorini experimenté un fenómeno que luego
se ha ido repitiendo en otros lugares del mundo: en lugar de gastar el dinero empecé a
ganarlo, y la causa principal fue, diría yo, la ya mencionada amabilidad de los habitantes.
Por un lado, había personas que, al cabo de poco rato de conocerme, me regalaban
dinero para que pudiese seguir viajando, cosa que no me había pasado nunca y que
nunca habría imaginado que fuera posible. Pero es que, además, me era totalmente
imposible pagar lo que comía: sencillamente, no me aceptaban el dinero, e insistían en
invitarme. A lo mejor es que, después de varios días sin dormir en una cama caliente, mi
aspecto era realmente lamentable, pero el caso es que cada vez que intentaba pagar,
me encontraba con alguien que decidía invitarme. Y yo, para ser sinceros, tampoco me
esforcé en llevarles la contraria.
En definitiva, después de todo un día por la isla, mi única preocupación era conocer
gente. Entablar nuevas relaciones es un milagro que, aunque se repita una vez y otra,
no deja de sorprenderte por su aparente improbabilidad. Cuando empiezas a viajar (al
menos, a mí me pasaba), uno de los únicos temores que sientes es el de «¿y si no
conozco a nadie?». Estar un día entero sin hablar es una experiencia dolorosa, y cuando
viajas en solitario, hay ocasiones en que la barrera que te separa del resto de las
personas parece enorme. Pero en cada pueblo hay alguien esperándote, alguien que
también tiene ganas de conocer a otras personas, y siempre se da algún incidente que
hace que acabes conociendo a ese alguien hipotético que te esperaba.
El caso de Santorini no fue una excepción y el incidente refleja perfectamente lo que
estoy tratando de explicar. Después de todo un día vagando solo, yendo al puerto y a
visitar un volcán apagado que hay cerca, decidí que subir las escaleras manualmente no
era una buena idea e imploré una entrada gratuita al teleférico que me fue concedida.
Así, cuando subí a la cabina y la puerta ya se cerraba, entró una chica relativamente
joven, de pelo rubio rizado y ojos color del mar. Después de todo un día en solitario me
moría de ganas de hablar, así que cuando escuché el mágico «Where are you from?» no
fue nada difícil empezar a hablar, y pronto la chica dejó de ser «una chica» y pasó a ser
Konstantina, una estudiante de psicología de veinticuatro años recién licenciada, que
me acogió en su casa. Además, fue mi amiga y acompañante durante mi estancia en la
isla. ¿Qué habría pasado si hubiese subido en el teleférico anterior, si no hubiese subido
precisamente en este, si no hubiese decidido preguntarme de dónde era…? No lo sé,
pero es suficiente con saber que siempre encontrarás a alguien y que el mundo está
lleno de personas geniales; tanto que probablemente llegará el día en que tú mismo
serás la persona que ayudará y acogerá a alguien, en lugar de ser el acogido, y así
devolverás todo lo que te han dado. ¿Soy el único que piensa que el mundo es genial?
Fragmento de El mundo sobre ruedas, Albert Casals

1.- ¿Qué situación hace que Albert decida viajar con su silla de ruedas?
2.- ¿Cómo reaccionaron sus padres?
3.- ¿Cuál había sido su preparación previa para el viaje?
4.- ¿Qué dificultades crees que se encontró al viajar y recorrer la isla de Santorini?
5.- ¿Cómo crees, a partir de la experiencia de Albert, que son los habitantes de esta isla?
6.- ¿Cuáles son los miedos generalizados de las personas que viajan a solas?
7.- ¿Crees que este adolescente tiene un concepto del mundo y la gente optimista o
pesimista? Razona tu respuesta.
8.- ¿Santorini era la primera etapa del viaje de Albert, venía de otros lugares?
9.- ¿Qué reflexión extrae Albert cuando acaba su etapa en Santorini?
10.- ¿Crees que este joven es una persona extrovertida? ¿Por qué?

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