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Los Plaguicidas juegan un papel clave en la agricultura moderna para el control de plagas
que amenazan nuestros cultivos. En muchos casos, los niveles de productividad y
rentabilidad de un cultivo solo se pueden alcanzar mediante la aplicación de plaguicidas. Sin
embargo, frecuentemente el uso indebido de estos plaguicidas implica la amenaza para los
agricultores que los aplican, para los consumidores de los productos agrícolas y para el
medio ambiente.
El destino y comportamiento de los plaguicidas en el ambiente dependen básicamente de las
propiedades físicas y químicas del compuesto (las cuales son determinantes para su cinética
ambiental) así como de la forma en la que es liberado y de las condiciones del ecosistema.
¿Cuánto Permanece?
Depende del tipo de cultivo. Los plaguicidas solo son eficaces durante un determinado
periodo de tiempo. La cantidad de pesticida que queda después de una vida media depende
de la cantidad de pesticida aplicado originalmente.
Su vida es útil depende de los componentes activos que llevan y del tipo de formulación. A
menos que se estipule lo contrario en la etiqueta, estos productos normalmente tienen una
vida útil de dos años a partir de la fecha de fabricación.
En las dos o tres últimas décadas se vienen hablando en profundidad de los daños ecológicos
causados por el uso masivo y continuado de plaguicidas, en unos casos con razón y de base
científica y en otros muchos sin ambas.
Es evidente que las concentraciones residuales de estos productos pueden constituir, en
ciertos casos, una fuente importante de contaminación en las zonas de empleo si su situación
ha sido prolongada. Su movilidad a través del aire y/o del agua, acumulación y/o
transformación en el medio de aplicación y finalmente su biomagnificación – ya que pueden
introducirse en las cadenas alimentarias, aumentando su concentración al pasar de un
establón a otro-constituyen riegos que deben ser comparados con los posibles beneficios que
puedan producir. Hay que admitir por todo ello, que las alteraciones del equilibrio
ecológicos entre especies y medios, son debidas principalmente a la acumulación de
residuos tóxicos en el suelo y en las aguas continentales y marítimas.
Todo lo expuesto pone claramente de manifiesto la necesidad de una utilización racional de
los plaguicidas, tanto por parte de los agricultores, organizaciones, distribuciones, etc;
mediante el respeto estricto de las normativas y recomendaciones de uso. Si estas se
cumplen, la aplicación de estos compuestos no debe ocasionar graves daños en el medio
ambiente, sobre todo en un buen momento como el actual donde los estudios realizados al
respecto son bastante profundos.