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ESTUDIOS BIBLICOS – DESAFIOS PARA

JOVENES Y ADOLESCENTES 10
Exodo 1-2. ¿Santo Moisésí
Seguramente habrás escuchado alguna vez el nombre de Moisés. Y seguramente
habrás visto una o varias películas acerca de él, especialmente cuando divide las
aguas del mar, o cuando recibe de Dios las tablas con los mandamientos. ¡El gran
Moisés! Capaz de enfrentar a los hechiceros del Faraón, o ser líder de casi
1.000.000 de personas guiándolas por el desierto hasta la tierra prometida.
Dispuesto a hacer polvo un becerro de oro o a suplicarle a Dios para que no
destruyera al pueblo idólatra. Capaz de pegarle a una roca con su vara y hacer
salir agua de ella, o de sentarse, el día entero, a escuchar los problemas de las
personas y aconsejarlos con muchísima sabiduría.  Capaz de estar solo con Dios
40 días sin necesidad de comer, hablando con Él como con un amigo. Capaz de
organizar, dirigir, enseñar, aconsejar o disciplinar. Capaz de soportar las
rebeliones de algunos celosos y violentos sin descontrolarse ni perder la paz. Y
contar con el apoyo de Dios diciéndole: “Yo voy a ir con vos”. ¡Genio total!
¡Maestro de maestros! Me encantaría parecerme un poquito a Moisés.
PERO… (¿en qué historia no hay un pero?), el gran Moisés no fue siempre un
“Santo”. Hubo una época de su vida, antes de ser el gran Moisés, que fue de todo
menos santo.
José había muerto. Y aparece un Faraón gobernando Egipto que no tenía ni la
más mínima idea de quién había sido José. Lo único que sabía, y no le gustaba
para nada, era que un tal pueblo, llamado Israel, estaba llenando toda la región
fortaleciéndose mucho. ¿Qué decidió hacer?
Míralo por ti mismo: Ex.1:8 al 14-16, 18-19 y 22.
¡Este tipo estaba mal, muy mal! Porque oprimir y mandar a asesinar sólo pueden
ser ideas de un enfermo (o de un demonio).
Aún así Dios protegía a su pueblo y lo multiplicaba (1:17, 20-21).
Y es en medio de esta situación angustiante que llega al mundo el bebé Moisés;
que sin saberlo (obviamente, era bebé), ya nacía con un propósito en la mente de
Dios.
¿Por qué no es asesinado?  ¿Con quién terminó viviendo? ¿Quién fue su niñera
personal? (2:1 al 10).
Moisés creció en el ambiente pagano de Egipto, y a pesar de que su propia madre
lo crió y educó los primeros años de su vida, él fue formado en el conocimiento de
las ciencias y de la magia de ellos (Hechos 7:22).
Vivió los primeros ¡40 años! de su vida rodeado de un ambiente en el que no se
honraba a Dios sino a los ídolos. Donde la práctica de la magia, la brujería y el
curanderismo, era algo de todos los días y era parte de la “sabiduría” egipcia que
él aprendió.
Pero, además de todo esto, el “no tan santo Moisés” la hizo muy, muy fea, cuando
quiso “solucionar” problemas raciales según sus propias ideas personales.
¿Cuál era el problema?
¿Qué solución “equivocada” aplicó?
¿Y qué consecuencias humillantes experimentó? (Ex. 2:11-15).
¿¡Moisés ASESINO!? Lamentablemente sí.
¿¡Moisés conocedor de la magia y la hechicería!? Sí.
¿¡Moisés impulsivo y descontrolado!? Sí y sí.
A los 40 años, Moisés el príncipe terminó siendo Moisés el forastero (2:21- 22).
PIÉNSALO.
Si alguien te contara que una persona como Moisés sería elegido para llegar a ser
el gran Moisés (y santo), ¿le creeríasí
Mírate a ti mismo por un momento, con tus arrebatos, con tus pecados “secretos”,
con tus crisis personales, con tus actitudes descontroladas, o con tus diarias
depresiones. Si alguien dijera que puedes llegar a ser alguien totalmente distinto
(santo, útil, renovado) ¿le creeríasí
Hay alguien que piensa en ti y no quiere dejarte así como estás. Él quiere hacerte
aún mejor.

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