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Pelo
El pelo o cabello es una continuación del cuero cabelludo formada por una fibra
de queratina y constituido por una raíz y un tallo. Se forma en un folículo de la
dermis, y constituye el rasgo característico de la piel delgada o fina. La diferencia
entre la queratina de la capa córnea y la queratina del pelo es que en el cabello las
células quedan unidas siempre unas con otras, dando lugar a una queratina muy
dura. Cada uno de los pelos consiste en una raíz ubicada en un folículo piloso y en
un tallo que se proyecta hacia arriba por encima de la superficie de la epidermis.
La raíz se agranda en su base. La zona papilar o papila dérmica está compuesta
de tejido conjuntivo y vasos sanguíneos, que proporcionan al pelo las sustancias
necesarias para su crecimiento.
Índice
El pelo está constituido por queratina (proteína fibrosa), que contiene una alta
cantidad de cisteína dentro de la cual se encuentra el aminoácido cisteína que
tiene un átomo de azufre. "Las cadenas de queratina se acomodan de manera
paralela",1 las cuales se mantienen unidas por medio de tres tipos de enlaces:
Puentes disulfuro
Puentes de hidrógeno
Puentes salinos entre un ácido y una base
Existen fibras musculares lisas asociadas a cada cabello (músculo erector del
pelo). La contracción de los músculos hace que el pelo se erice, cambiando así su
ángulo con relación a la piel. Este proceso incrementa las posibilidades aislantes
de la cubierta del pelo, proporcionando así un mejor abrigo contra el frío.
En los folículos pilosos de las axilas y zonas genitales existen también glándulas
sudoríparas apocrinas, son las responsables en parte del olor corporal
característico de cada persona.
Fases de crecimiento
El pelo no crece de manera indefinida, sino que tiene un crecimiento cíclico, al que
se le llama ciclo piloso. Cada folículo posee su propio ciclo, independiente de los
que haya a su alrededor.
Fase anágena o anagen: En esta fase el pelo está pegado a la papila, nace
y crece. Dura entre 2 y 8 años,2 aunque ocasionalmente es mucho mayor.
La forma del folículo en esta fase es similar a la de una cebolla, más ancha
en la base que en el tallo. El pelo crece sin cesar debido a que las células
de la matriz del folículo se dividen por mitosis constantemente.
Fase catágena o catagen: Es una fase de transición. Se extiende unas 3
semanas,3 durante los cuales el crecimiento se detiene y se separa de la
papila, cesando la actividad de las células de la matriz, incluido los
melanocitos. El bulbo toma un aspecto cilíndrico.
Fase Telógena o telogen: Es la fase del descanso y de caída del pelo, dura
unos 3 meses.4 La raíz del pelo toma un aspecto de cerilla y permanece
insertado en el folículo.
Protección: El cabello protege al cuero cabelludo del sol y del frío. Las cejas
y las pestañas protegen los ojos del sudor que pudiera caer de la frente, los
pelos de la nariz impiden la entrada en las fosas nasales de polvo,
partículas que pueda contener el aire. También sirve para la amortiguación
de golpes y rozaduras. Dificulta las picaduras de insectos y mejora el
control de la temperatura corporal mediante disipación.
Estética: En todas las culturas el pelo ha tenido mayor o menor grado de
cuidado e importancia. Desde su peinado, lavado, recogido y adornado
hasta su total afeitado. La mucha o poca presencia de vello ha sido un
símbolo estético de múltiples significados: fortaleza, sabiduría, experiencia,
virilidad/feminidad, libertad, esclavitud, moda, religión, poder adquisitivo,
estamento social, ideología político-filosófica, identidad cultural, entre otros
muchos. Modificar su aspecto mediante tintes, permanentes o alisados, así
como en diversos peinados, ha acompañado a la moda de forma estrecha
en todas las culturas.
Tipos de pelo
En sentido unitario (es decir, en lo que respecta a cada pelo), puede haber de
ellos distintos tipos:
Pelo de cubierta, guardia o jarra: es el pelo más largo y recto, con una
terminación en punta; este tipo de pelo impide que escape el calor.
Bajo piel o borra: sirve para el aislamiento térmico, ya que es muy denso;
permite el intercambio térmico hacia el exterior, o bien lo impide.
Sensorial o vibrisas: está provisto de senos vasculares y fibras nerviosas
que envuelven la base del folículo piloso, por lo que tienen una función
sensorial.
Tipos de cabello
En función de su estructura
Elasticidad
Es la capacidad que tiene el cabello para estirarse y volver a su forma natural sin
romperse. En la mayor parte de los procedimientos químicos de belleza (tintes,
decoloración, ondulación, escamación) se hace la prueba de elasticidad para no
sobreprocesar el cabello. Resistencia
El pelo es fuerte porque las células cuticulares están unidas entre sí con una
sustancia química compleja que actúa como cemento y las mantiene también
unidas al córtex.
El cabello es resistente a:
Porosidad
Los pigmentos responsables del color del pelo son las melaninas, que son
producidas por los melanocitos de la matriz. La melanina se acumula dentro de
estas células en unos orgánulos esféricos denominados melanosomas,
delimitados por una membrana lipídica. La actividad de los melanocitos se adapta
al ciclo piloso, y se produce durante la fase anágena.
Colores de cabello
Negro:
Es la tonalidad más oscura del cabello, siendo a su vez la más frecuente debido a
una muy alta cantidad de eumelanina. Es junto con el cabello marrón los más
comunes a nivel mundial.
Castaño:
Rubio:
Se extiende desde una tonalidad casi blanca (rubio platinado) a un rubio oscuro
dorado. El rubio afresado, una mezcla de pelo rubio y rojo, es un tipo mucho más
raro que contiene más feomelanina. Puede tener casi cualquier proporción de
feomelanina y eumelanina, pero tiene solamente pequeñas cantidades de ambos.
Más feomelanina crea un color rubio más dorado o afresado, y más eumelanina
crea un color cenizo o dorado.
Muchos niños nacidos con el pelo rubio desarrollan el pelo más oscuro mientras
que envejecen, con la mayoría de los rubios naturales que desarrollan un color de
pelo de un tono rubio oscuro por el tiempo alcanzan la edad media. Las hormonas
del embarazo apresuran este proceso. El pelo rubio claro natural es raro en la
edad adulta, con demandas de la población del mundo que se extendía del 2 % de
los rubios naturales
Pelirrojo:
Varía de tonos rubios afresados a luz titian, cobre y menos comúnmente rojo puro.
Es causada por una variación en el gen Mc1r y es recesivo. El cabello rojo tiene
las cantidades más altas de feomelanina, alrededor 67 %, y generalmente niveles
bajos de eumelanina. Entre el 1 y 2 % de la población posee dicho color de pelo,
por lo que es el menos común. Se encuentra más prominentemente en los países
del Reino Unido: Escocia, Irlanda del Norte, Gales e Inglaterra; y fuera del reino,
Irlanda. Escocia concentra la mayor proporción de pelirrojas; el 13 % de la
población es pelirroja y aproximadamente el 40 % lleva el gen recesivo.
Gris o blanco:
Eumelaninas.
o Eumelanina negra: aporta el color negro.
o Eumelanina marrón: aporta el color marrón.
Feomelaninas: aportan colores trigueños o rubios.
Tricocromos: aportan colores y tonalidades rojizas.
Otros datos
Alteraciones capilares
Historia
Egipcios
Acostumbraban también los egipcios ofrecer votos a los dioses, como casi todos
los otros pueblos, para la curación de sus hijos enfermos y cuando se hallaban
restablecidos los conducían al templo, en el que les cortaban el cabello,
poniéndolo luego en una balanza y ofreciendo igual peso de oro, el que
entregaban a los que cuidaban de los animales sagrados.
Judíos
Los judíos estaban sujetos a ciertas reglas particulares acerca el modo de traer el
pelo. No se les permitía el cortarlo en redondo porque los árabes, los amonitas, los
moabitas, los idumeos y pueblos del Cedan, de Tema y de Blus los llevaban de
esta manera en forma de corona a imitación de unco. Y a esto alude lo que dice
Jeremías en el cap, IX. v. 26, y lo que leemos en el Levítico cap. XIX. v. 27. En
ciertas ocasiones se les permitía cortarse el cabello, como en caso de lepra u
otras enfermedades, en el luto, en tiempo de penitencia, etc. Llevaban sobre la
cabeza una especie de tiara como los persas y caldeos.
Antiguos griegos
Entre los griegos los jóvenes de ambos sexos no se cortaban los cabellos hasta la
época en que entraban en la adolescencia. Las muchachas se los cortaban la
víspera de su matrimonio y los ofrecían por lo común a Artemisa o a las Moiras.
Los jóvenes griegos consagraban por lo común sus primeros cabellos a Apolo o a
Asclepio, y a veces a Dioniso.
Teseo ofreció el primero su cabellera al Dios de Delfos, cuyo ejemplo fue seguido
por todos los jóvenes de distinción de Atena. Los asirios tenían una costumbre
semejante, ofreciendo los jóvenes los cabellos y los mayores en edad la barba.
Los pobres, a veces la consagraban a Hércules, o a cualquier otro dios adorado
en Atenas.
En los primeros tiempos este uso no era constante y vemos a varios héroes
consagrar su primera cabellera por un voto particular a las deidades que habían
tenido un especial cuidado de su infancia y muchas veces, a los dioses de los ríos.
Así es que Aquiles prometió la suya al río Esperqueo si volvía sano y salvo de la
guerra de Troya: pero habiendo después sabido que debía perecer en aquel sitio,
dice Homero que se cortó los cabellos y los echó sobre la pira de su amigo
Patroclo. Memnon ofreció la suya al Nilo.
Este uso de los griegos fue imitado por los jóvenes romanos, los cuales ofrecían a
alguna deidad su primera barba y cabellera. Dion lo cuenta de Augusto y Suetonio
reprueba a Calígula el haber admitido esta ceremonia religiosa. Juvenal habla de
las fiestas y convites que se hacían en semejantes casos.
Muchas veces se contentaban los jóvenes con atar los primeros cabellos a la
estatua de la divinidad a la cual los habían consagrado y Pausanias dice que la
estatua de Igia estaba casi enteramente cubierta con las cabelleras que habían
colgado o atado en ella las mujeres de Sición.
Solamente las vacantes entre las mujeres griegas eran las que llevaban el cabello
ondeante y sin ningún freno. Las muchachas se lo ataban sobre la frente o detrás
de la cabeza: pero las mujeres casadas se lo anudaban ordinariamente sobre la
nuca en una sola trenza que ondeaba sobre los hombros.
Los griegos creían que los dioses infernales cortaban un cabello a los mortales en
el instante en que las Parcas cortaban también el estambre de su vida. Así es que
la muerte en Eurípides aparece armada de una espada en actitud de cortar el fatal
cabello de la generosa Alceste para hacer una víctima consagrada a los dioses
infernales. Macrobio reconoce una imitación semejante de este pasaje de
Eurípides en Virgilio, los que indican el uso que había entre los griegos de cortar
los cabellos a los moribundos.
Antigua Roma
Los romanos adoptaron este uso de los griegos y Dionisio de Halicarnaso cuenta
que las vírgenes y matronas romanas que asistieron a los funerales de la Hija de
Virginio echaron sobre el fúnebre lecho de aquella virtuosa y desgraciada Romana
sus cabellos y las vendas de que se servían para atárselos.
Los que habían naufragado y perdido todos sus efectos ofrecían a los dioses del
mar sus cabellos como la única ofrenda que podían todavía presentar. Vemos en
la Antología que Lucilo después de su naufragio ofrece sus cabellos a los
númenes del Océano, porque no le había quedado otra cosa de que poder hacer
una ofrenda. Por esta razón Petronio llamaba a la acción de cortarse los cabellos
el último voto de aquellos que están próximos a naufragar o que han naufragado.
El mismo motivo, es decir, el reconocimiento a los dioses hacía cortar los cabellos
a aquellos que habían salido de graves enfermedades o de un inminente peligro y
por esta razón, los que se hallaban en este caso se dejaban crecer los cabellos
hasta que fuesen bastante largos para ofrecerlos.
El uso de cortarse los cabellos y de ofrecerles a los dioses del mar, echándolos a
las ondas cuando estaban en una tempestad, dio motivo entre los navegantes a la
supersticiosa opinión de que era mal agüero el cortarse las uñas y los cabellos en
una nave a menos de hallarse en inminente peligro.
Entre los romanos vemos que los acusados de grandes delitos y los que recurrían
al pueblo contra algún opresor poderoso se dejaban crecer la barba y los cabellos
en señal de dolor, los que se cortaban el día en que eran absueltos o en que
habían obtenido justicia. Algunos también, además de llevar en tiempo de aflicción
la barba y cabello largo, lo cubrían con ceniza o tierra, como los judíos y otros
pueblos.
Los filólogos están discordes acerca del modo en que llevaban los cabellos los
esclavos. Algunos creyeron que se les cortaban todos los cabellos, fundados en
aquel proverbio griego de Suidas: ¿tú eres esclavo, y tienes cabellera?, al paso
que otros creen que también se raía la cabeza a aquellos que de esclavos
pasaban a libertos, es decir, antes de darles el gorro de la libertad llamado pileus.
Esta última costumbre era fundada en la religiosa ofrenda que hacían de sus
cabellos a los dioses en reconocimiento de haber mejorado de suerte. Ovidio dice
que las melenas de los esclavos servían para hacer las cabelleras postizas.
Por la historia vemos que las damas de Cartago se cortaron sus cabellos para
hacer cuerdas que faltaban para mover las máquinas de guerra y las matronas
romanas hicieron el mismo sacrificio en honor de su patria y de su libertad en otro
apuro semejante.
Los antiguos se servían de un hierro caliente llamado calamistrum para rizarse los
cabellos. Entre los griegos y romanos solo seguían este uso las mujeres casadas
y las muchachas. Pero entre los frigios y entre los otros pueblos célebres por sus
afeminadas costumbres, esta moda era común a ambos sexos. Los sicambrios y
los germanos formaban un solo nudo de su larga cabellera, el cual era según
testimonio de Tácito su atributo característico. Este modo de anudar el cabello
pasó a proverbio y Marcial le indica con las palabras nodus rheni. Los armenios,
los sarracenos y algunos otros pueblos del Asia se ataban con varias vendas o
cintas los cabellos en derredor de la cabeza, formando a manera de una mitra. Los
partos y los persas llevaban largas cabelleras ondeantes, como se ve en algunas
de sus medallas. Los árabes, los abantidas y misios, lo mismo que los curetos y
los etolios, se cortaban el cabello por delante para que los enemigos no los
cogiesen por él en los combates. Los galos, según dice Diodoro de Sicilia,
llevaban una larga cabellera que lavaban muy a menudo con agua de cal. Los
atenienses que militaban en la caballería se dejaban crecer los cabellos y lo
mismo hacían todos los lacedemonios, tanto los soldados como los ciudadanos.
Los romanos, como se deduce de sus monumentos, llevaban los cabellos cortos,
los que dejaban crecer en tiempo de luto. Los lacedemonios los llevaban largos y
se los perfumaban con esencias al ir a dar una batalla.
Los medas y los asirios, según Heródoto, y después de ellos los persas los
llevaban ensortijados en la parte de delante y tendidos por los dos lados sobre los
hombros. Los numidas los llevaban ensortijados de lo alto de la cabeza hasta
abajo. Las mujeres atenienses y los hombres afeminados de la misma ciudad
rizaban y perfumaban sus cabellos y los cubrían con una especie de polvo
amarillo. Lucio Vero hermano del emperador Marco Aurelio echaba sobre los
suyos unos polvos de oro.
Las matronas romanas se servían de una especie de agujas para partir el cabello
en raya, con que se distinguían las mujeres casadas de las doncellas que lo traían
unido. No solo los antiguos rizaban el pelo con un hierro caliente, sino que también
esparcían algunas veces sobre de ellos polvos de oro y se los ataban con hilos o
láminas del mismo metal.
Los atenienses ponían entre sus cabellos algunas cigarras de oro. En el bajo
imperio, los hombres no se adornaban menos que las mujeres, pues al igual de
estas se ataviaban con dijes de oro y piedras preciosas, que ponían sobre sus
cabellos.
Las pelucas rubias eran en Roma muy apreciadas y venían de Germania y de los
países septentrionales de la Europa. Se dice que el arte de teñir el pelo fue
inventado por Medea. Los godos y otros pueblos septentrionales tuvieron en gran
aprecio una buena cabellera y ponían mucho cuidado en conservarla. Entre las
mujeres era una señal de virginidad, por lo que las doncellas llevaban la cabeza
desnuda y el pelo ondeante, al paso que las casadas llevaban la cabeza cubierta.
Los antiguos galos conservaban los cabellos como una señal distintiva de honor y
de libertad, por cuya razón César mandó cortárselos luego de haberles
subyugado. Los esclavos traían la cabeza rapada. Los eclesiásticos y aquellos
que abandonaban el mundo se hacían cortar el cabello y ofrecían a Dios su
cabellera para dar una prueba de su esclavitud espiritual y manifestar que
renunciaban a todos los honores mundanos prometiendo una absoluta sujeción a
Dios y a sus superiores. El abate Fleuri dice que en un principio las religiosas de
Egipto y Siria se hacían cortar los cabellos por la limpieza, al paso que en otras
partes los conservaban, siendo varias en este particular las prácticas de la
antigüedad.
En otro tiempo se juraba por la cabellera, lo mismo que ahora por el honor y el
cortarla a alguno era un desprecio e ignominia. Los cómplices en una conjuración
estaban condenados a cortarse mutuamente sus cabellos.
Edad Media
Se dio a los reyes francos el epíteto de cabelludos por acostumbrar usar una gran
cabellera y más antiguamente se dio el mismo a los jóvenes romanos que no
habían llegado a la edad de la pubertad, hasta cuya época se dejaban crecer el
cabello, lo mismo que a los eunucos y a los sacerdotes de Cibeles; pero no a los
de Belona, ni de Ceres.
Parte de estos usos parece que no fueron exclusivos de los francos, pues en
España vemos que cortar el cabello a un príncipe le inhabilitaba también para
reinar. Por esta razón dice la historia que Ervigio al intentar derribar del trono a
Wamba le dio una bebida soporífera que le privó del sentido por algún tiempo,
durante el cual le hizo cortar el cabello y que al volver en sí Wamba renunció la
corona y se retiró al Monasterio de Pampliega en donde murió en santa paz el año
687.
Sajo la primera raza de los reyes franceses, cuando se saludaba a alguna persona
de consideración no se le podía hacer un obsequio más fino y respetuoso que
arrancarse un cabello y presentárselo, con cuya acción se le manifestaba ser su
más rendido esclavo, puesto que un hombre al pasar del estado libre al de la
esclavitud se cortaba el cabello y lo presentaba a su amo o señor.
Aplicaciones científicas
Historia
Fue Casper en 1858 el primer investigador que utilizó una muestra de pelo para un
análisis toxicológico. En este caso analizó un cadáver 11 años después de su
muerte y en él encontró restos de una posible exposición a arsénico. Más tarde,
salió a la luz más información acerca del fallecimiento de otros personajes
históricos conocidos como Napoleón Bonaparte, a quien se le encontró sustancias
tóxicas entre ellas compuestos como el arsénico 125 años después de su muerte
o el análisis del propio cabello del conocido músico y compositor Ludwig van
Beethoven, donde se encontraron restos de plomo años después de su muerte.
-Si se encuentra en la punta del pelo solamente, significa que el individuo estuvo
expuesto al metal pesado en un tiempo pasado.
Para realizar un correcto análisis toxicológico del pelo se deben seguir los pasos
desarrollados a continuación, teniendo en cuenta siempre las posibles variaciones
dependiendo de la muestra.
Perspectivas de futuro
Véase también
Vello
Piel de los mamíferos
Cuero cabelludo
Lanugo
Tricotilomanía
Referencias
1.