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Bocado de seducción

A fuego lento
Cuentan que la emperatriz Catalaina de Rusia desayunaba omelette de caviar,
Casanova ingería 50 ostras al día, un deleite que también disfrutó Cleopatra,
mientras el Marqués de Sade experimentaba con tantos alimentos como amantes
marcaron sus sábanas y los calderos de brujas bullían con bebedizos para mejorar
las experiencias sexuales.
La conexión entre sexualidad y comer no es un descubrimiento nuevo o una ciencia
oculta, a lo largo de la historia ha despertado la curiosidad y se ha posicionado en el
imaginario popular, de tal manera, que su simple alusión, constituye un llamado a los
sentidos, una invitación al placer.
El uso de alimentos, bebedizos y filtros para alcanzar el deleite y potenciar al juego
de Afrodita, diosa de la belleza y la sensualidad, ha susitado cientos de estudios,
combinaciones de recetas y leyendas, a fuego lento, más que los ingredientes, las
pasiones.
Frutas, vegetales, raíces, plantas de diversa índole y animales, han hecho su
entrada en los anales del menú erótico por sus nutrientes, propiedades estimulantes,
su semejanza con los genitales o sencillamente porque son tan deliciosos que el
deleite de comerlos trasciende ese acto fisiológico tan necesario.
Algunos expertos datan esta inquietud culinaria-sexual, desde el propio origen de la
humanidad y la manzana prohibida del jardín del Edén, la cual, en efecto, es
considerada uno de los grandes incentivos de la actualidad, aunque su efecto no
posee ningún respaldo científico.
LUJURIA ENTRE SÁBANAS Y TÓNICOS DE BRUJAS
Las tradiciones asentadas en el imaginario de culturas antiguas dan cuenta de la
recurrente necesidad de buscar sustancias, trucos, actos de magia y juegos, para
estimular el deseo y la fertilidad.
Desde los calderos de brujas hasta las cocinas de los palacios reales llegaron los
deseos de aumentar la libido, ganar potencia o procrear, y para esos fines no
faltaron soluciones desde las más apetecibles hasta las más aberrantes y
descabelladas.
En la cultura egipcia las sustancias afrodisíacas eran muy utilizadas en ungüentos y
filtros de amor, -según demuestran papiros con más de cuatro mil años de
antigüedad- era frecuente fabricar una pomada de ajo para aplicarlo al pene de
hombres impotentes o mayores de edad.
Por su parte las tradiciones chinas ubican en un lugar privilegiado al ginseng, cuyas
infusiones devinieron fórmula ideal para tomar fuerzas y despertar los apetitos de la
carne.
Textos como el Kamasutra o el Ananga-Ranga, dedicaron páginas a instruir sobre el
uso de dietas para reforzar el vigor y avivar la libido, lo cual se conjuga con extensos
tratados sobre las artes de amar, posturas, movimientos y atuendos, aunque al final,
los instructivos de manual no aplican para el sexo, ni la cocina.
El Cantar de los Cantares de Salomón evocaba el erotismo como el acto de
comunión de los sentidos (gustativo, táctil, olfativo, auditivo y visual), capacidad que
trasciende las sábanas, pues la culinaria afrodisiaca apuesta por esta explosión de
posibilidades sensoriales.
No faltan en los libros de historia alusiones a los fetiches del emperador Calígula, el
apetito de Isabel II, referentes literarios como Ars Amatoria, de Ovidio que ofrece un
glosario de alimentos que aumentan el vigor y las ganas, hasta ejemplares un poco
más recientes como Afrodita de la chilena Isabel Allende que combina cuentos y
recetas provocativas.
Ya el Génesis aludía al uso de la menta para potenciar el deseo de los recién
casados al esparcirla en su lecho conyugal, así como a los beneficios de la
mandrágora que le permitió a Jacobo tener su quinto hijo con Lía.
Los poderes asociados a los mariscos tienen sus antecedentes en la leyenda de
Afrodita, quien nació de espuma de mar, mientras asirios, griegosy fenicios, legaron
el uso del azafrán y la etnia amazónica yanomani ha transmitido a sus generaciones
las prácticas con corteza del arbol Mara sifi, semillas de nainatha y otras plantas
revitalizantes.
SUGESTIÓN O REALIDAD
Si te gusta lo que ves, imagina cuando lo pruebes. Bajo ese principio funcionan
también los alimentos afrodisiacos, la mente juega su papel y convierte el más
común de los platillos en un bufet para los sentidos, como una chispa para encender
la libido.
Los expertos califican estos manjares atendiendo a diversos factores, entre los
cuales se encuentran aquellos alimentos que efectivamente actúan en el organismo,
como deshinibidores y aumentando los niveles de dopamina y testosterona, otros
por su semejanza con los genitales y algunos por su capacidad de excitar sentidos
como el gusto o el olfato.
De igual forma existen los estimulantes culturales, los cuales gozan del calificativo
afrodisiaco pero que su efecto en el rendimiento sexual puede o no estar
comprobado.
Según esta teoría, un plátano puede generar excitación por su forma fálica, así como
también lo harían unas fresas, frutas asociadas a la pasión por su color rojizo y por
ser utilizadas en juegos eróticos.
Destacan también los espárragos por su alto contenido en vitamina E que activa el
flujo sanguíneo y oxigena la zona genital, las infusiones de jengibre, cardamomo,
canela o menta, frutos secos como avellanas, las nueces o almendras y mariscos.
La lista incluye, además, la hierbabuena, el salmón, el ajo, el chocolate, y la arginina
(presente en carnes, huevos, queso, frutos secos y leche de coco), a la cual se le
atribuye la capacided de incrementar la sensibilidad del clítoris.
De igual forma, el contexto tiene su papel en estos juegos de amantes, pues una
cena de pareja puede despertar otros apetitos y no precisamente por la comida, sino
por el ambiente y el conocimiento previo de lo que puede suceder.
Para muchos sexólogos, simplemente no existe tal efecto afrodisíaco de los
alimentos, y lo que pudiera ocurrir sería el resultado de la autosugestión de la
persona ante la presencia y consumo de los mismos.
Aunque existen ciertas “ayudas” comestibles, no existen una garantías para un
mejor desempeño sexual, pues la respuesta de cada organismo es diferente y está
condicionada por factores físicos y sicológicos como la salud, hacer deportes,
mantener una dieta balanceada, trastornos depresivos, ansiedad o estrés.
CIENCIA Y AFRODISIACOS: JUEGO DE ROLES
Aunque la lista de alimentos considerados estimulantes del deseo o potencia sexual
es bien larga, no todos cuentan con investigaciones científicas que avalen su efecto.
Sin embargo varias hierbas y raíces cuentan con el aval de estudiosos de todo el
mundo, como es el caso del tubérculo andino: maca, que reduce el estrés y estimula
el deseo, el árbol asiático Gingko, del cual se producen suplementos medicinales y
la planta de fenogresco.
Mientras, estudios publicados en la Biblioteca Nacional de Estados Unidos aseguran
que el vino tinto destaca entre los potenciadores del erotismo, por sus beneficios
cardiovasculares, auqnue esas mismas investigaciones demostraron que el
consumo excesivo de alcohol inhibe el desempeño sexual.
Según el sondeo Efectos del consumo de chocolate oscuro y cacao sobre la función
endotelial y la rigidez arterial en adultos con sobrepeso, publicada en la Revista
Británica de Nutrición, esta sustancia puede aumentar el flujo de sangre en partes
del cuerpo más allá del torso, pero su relación directa con el deseo sexual no fue
demostrada.
Una investigación publicada por la International Society for Sexual Medicine, en la
cual un grupo de expertos constató los resultados de medio centenar de estudios,
señala que a pesar de las creencias sobre las ostras en torno al aumento de la
virilidad y resistencia sexual, no se ha logrado relacionar los moluscos con un mayor
impulso. Cualquier diferencia positiva se debe al efecto placebo
Entre las plantas cuyos efectos han sido constatados en los últimos años figura el
Kolatero (árbol que se cultiva actualmente en Nigeria y Costa de Marfil), con semillas
capaces de excitar y combatir el cansancio.
Igualmente, una tesis de 2015, enfocada en los afrodisiacos naturales más
populares en Estados Unidos, señalaba cómo algunos de estos productos pueden
no tener beneficio alguno e incluso resultar dañinos, ya que pueden provocar
problemas respiratorios, dolores de cabeza, irritabilidad, intoxicación, ansiedad,
fallas del corazón, entro otros problemas..
Recientes pesquizas refieren las cualidades nocivas del yohimbe, pues además de
potenciar la virilidad posee interacciones negativas con algunos alimentos y
medicamentos, y está contraindicado para personas con afecciones cardiacas.
REMEDIOS EXCESIVOS
El caldero de las brujas de la actualidad se nutre de ingredientes tan diversos como
aberrantes, a la hora de buscar remedios para aumentar el placer, no resultan
extraños en estos menesteres el cartilago de tiburón, las infusiones de sapo, huesos
de rana y jugos corporales de distintos animales, así como la sangre de cabra y la
bilis de oso.
Los animales suelen sufrir por las las falsas creencias de propiedades medicinales o
afrodisacas, como el rinoceronte, cuyo cuerno es perseguido por personas de todo
el mundo y sus propiedades son tan inocuas como comerse las uñas.
Otras especies marcadas por las leyendas y mitos en torno a la fuerza y la virilidad
son las serpientes, usadas en decenas de platillos de la cultura asiática, así como
las tortugas marinas, de las cuales se utilizan los huevos en disímiles recetas, a
pesar de estar contrindicados por el alto contenido de colesterol y el descenso de
sus poblaciones, actualmente en peligro de extinción.
Entre los remedios poco ortodoxos e incluso desagradables, pero en alta estima
popular, destaca la sangre menstrual, usada durante la europa medieval y
renacentista por sus cualidades para curar la epilepsia, las fiebres e incluso detener
incendios, torbellinos y tormentas.
Un dato curioso sobre este asunto es el consumo de criadillas de toro, testículos de
otros mamíferos e incluso pene de lobo, el cual se comercializa en varios países a
precios muy altos.
El deseo de disfrutar plenamente de la sexualidad y sus múltiples beneficos físicos y
sicológicos, provoca la búsqueda constante de métodos para elevar su calidad,
rendimiento y placer.
Casi todo vale en esa exploración de juegos, recetas y brebajes, para ponerle el
toque secreto a los asuntos de sábanas y cazuelas, esa que busca manuales y
reinventa en la práctica las instrucciones, para ponerle picante a cada plato o
postura.

Si el amor entra por la cocina, debería cocinarse a fuego lento, para conservar así
todos los sabores, olores y textura, hasta llegar a la boca, donde una explosión de
sentidos emulsione el paladar, la circulación y la libido.
El ginseng panax o ginseng rojo que se produce principalmente en Corea, ha servido
para tratar exitosamente los problemas de disfunción erectil, en tanto mangos, higos,
fresas y plátano segregan, al igualq ue otros alimentos, serotonina, la llamada
hormona de la felicidad, lo cual mejora la actividad de los neurotransmisores.
Un estudio de la universidad de Guelph en Canadá señala que el chocolate libera
endorfinas que mejora nuestronestado de ánimo, la maca aumenta la producción de
esperma y que si bien el café, no es afrodisiaco, es un estimulante poderoso.
De acuerdo con una publicación en el Journal of sex y Marital therapy, el ginkgo cura
la disfunción erectil, aunque provoca además problemas gastrointestinales, dolores
de cabeza y excitación del sistema nervioso
No se trata de agregar cientos de ingredientes, cual caldero de bruja para dar con el
elixir de la eterna pasión
Si bien algunos alimentos estimulan el deseo sexual, su efecto está mayormente
asociado a cuestiones sicológicas que físicas
El acto de comer conlleva una combinación de sentidos
el sentido del gusto está directamente conectado a la libido, el placer de degustar
trasciende la cocina para terminar en la cama como el climax necesario tras una
explosión de sabores
Oler, mirar, morder, saborear, entrar a la cocina puede parecerse a una primera cita,
los sentidos se ponen en alerta y cada sensación moviliza las conexiones del
cerebro
Despacio, como quien muerde un chocolate y lo mueve de una lado a otro de la
boca negándose a tragar y perderse cada nota de sabor
Sugestión o realidad

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