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Instituto de Terapia Gestalt Región Occidente

Supervisión colectiva de casos


Paola Alexandra Cervantes Cruz

“No hay nada más poderoso, que saberse amado por el padre”
El amor es una bellísima flor, pero hay que tener el valor de ir a buscarla al borde del precipicio. - Stendhal.

Introducción:
El paciente J acude a terapia reportando dificultad a para “superar el rompimiento con ex pareja”, piensa
recurrentemente en él, le parece “casi imposible” abrirse nuevamente al amor, se culpa por el rompimiento
vivenciando estados ansiosos durante el día y episodios de insomnio por las noches; por lo mencionado
anteriormente, decide iniciar un proceso terapéutico individual.

En un principio, mientras el paciente J expone su problemática pensamos en trabajar el duelo y la posterior


despedida de la ex pareja. Por momentos nos sentimos perdidas frente al tema, dándonos cuenta entonces
que tendríamos que ahondar más en la historia de reconocimiento y aceptación del paciente J respecto a sus
figuras parentales.
Contexto general: El paciente J vive actualmente en casa de sus padres. Es el segundo de tres hijos. Su
familia está conformada por su madre, ama de casa, el padre ingeniero civil, la hermana mayor, diseñadora
gráfica soltera, el paciente J estudiante de la carrera de Psicología y su hermana menor estudiante de
preparatoria.
Problemas: Estimada comunidad gestáltica, con el presente caso espero contar con sus valiosas aportaciones
terapéuticas con el fin de enriquecer miintervención.
Objetivo y justificación: Creo importante para la mejor integración experiencial del paciente J, reconozca
ampliamente sus sensaciones tanto corporales como internas, identifique las ideas catastróficas que se forma
y se responsabilice de éstas como una manera de auto boicotearse en lo que respecta a la vivencia y
superación del duelo; por lo que el objetivo terapéutico va encausado a lo antes mencionado para que el
paciente J comience a hacer cambios significativos y benéficos para su salud integral.
Todos nosotros crecemos mediante el ejercicio de la capacidad de discriminar, la que en sí misma es función
del límite entre lo propio y lo otro. Tomamos algo del ambiente, le devolvemos algo al ambiente. Aceptamos ó
rechazamos lo que el ambiente tiene para ofrecernos. Podemos crecer únicamente si en el proceso de tomar,
digerimos y asimilamos plenamente. Lo que hemos asimilado verdaderamente del ambiente pasa a ser
nuestro para hacer lo que nos plazca. Lo podemos retener o lo podemos devolver en su forma nueva, su
destilación a través de nosotros.
Pero lo que tragamos íntegro, aquello que aceptamos indiscriminadamente, lo que ingerimos en vez de
digerir, pasa a ser un parásito, un cuerpo extraño que hace de nosotros su morada. No forma parte nuestra
aun que presente la apariencia de serlo. Aún es parte del ambiente. Es fácil ver este proceso de crecimiento
por asimilación de desestructuración y digestión desde un punto de vista físico.

Presentación del caso:


Antecedentes:
Estado inicial del paciente: El paciente J es un joven de 20 años, estatura media, complexión delgada, tono de
piel medio claro. Se presenta con un correcto nivel de higiene y aliño, su tono de voz es agudo y bajo, usa
ropa juvenil tipo casual, zapatos tenis y lentes graduados. Camina lentamente y tarda en buscar un lugar
dentro del consultorio. Gesticula recurrentemente al hablar y continuamente sonríe aun y cuando narra
momentos tristes y/o de enojo. Al hablar mueve constantemente sus manos, tocándose recurrentemente el
cabello (arreglándolo aparentemente).
Diagnóstico supuesto: Inferimos entonces que el paciente presenta un bloqueo en la frontera del contacto
expresiva, las constantes sonrisas de su rostro a la par de estar narrando momentos tristes y/o de enojo, su
tono de voz bajo y carraspeo constante de garganta, la respiración contenida a nivel cuello así como
las referencias verbales a sus sentimientos de culpa constantes nos llevan a realizar dicho diagnóstico.
Ahora bien, basándonos en el ciclo de la experiencia gestalt, identificamos la introyección y la retroflexión
como evitaciones del contacto, impidiéndose así el avanzar en su propia experiencia y poder vivenciar el
duelo con su ex pareja para recuperar así la proyección negativa en el mismo. Creemos entonces que al
darse la recuperación proyectiva, el paciente se dará cuenta de la verdadera necesidad afectiva contactando
así con la falta de reconocimiento oportuno de su padre y sanando su herida de infancia respecto al abandono
emocional vivido.
Resultados esperados: A partir del trabajo terapéutico en la recuperación proyectiva y resignificando en el
aquí y el ahora la herida de infancia de abandono respecto a su padre, esperamos que el paciente comience
a vivenciar cambios significativos referentes a sus malestares fisiológicos (episodios ansiosos, caracterizados
por taquicardias y sensaciones de pánico así como el insomnio nocturno), así como una manera sana de
entablar relaciones de pareja, evitando la confluencia con la misma.
Resultados o eventos inesperados: Durante el proceso terapéutico del paciente J, comienza a manifestar
primeramente la disminución de los episodios ansiosos antes referenciados. Comenta que se siente más
lúcido y consciente, las tomas de decisiones le son cada día más fáciles; así como experimentar insomnio en
escasas noches durante las semanas del proceso. Sigue acudiendo con regularidad a sus consultas
semanales, mostrando disposición y apertura al tratamiento terapéutico.

Desarrollo de la intervención:
El paciente J se presenta puntual a su cuarta sesión terapéutica. Anteriormente habíamos estado trabajando
en el establecimiento de la empatía profunda, posteriormente trabajó en la segunda sesión en la profunda
tristeza que ocultaba bajo la “máscara de la ansiedad”, en la tercera sesión trabajamos su “miedo a la
soledad”.
J se sienta de inmediato en el mismo lugar del consultorio, acomoda dos cojines a su lado derecho y saluda
cordialmente.
J: Hola…¿ Qué clima tan loco verdad?
T: ¿Si te parece? ¿Qué lo hace loco para ti?
J: Pues sí, que esté tan cambiante…así ni se cómo vestirme (Se arregla el cabello y sonría).
T: ¿Y a ti te gusta tener el control entonces?
J: Algo (sonríe de nuevo).
T: Veo que sonríes… ¿Te das cuenta que lo haces constantemente?
J: Si, creo que ya es algo mecánico… desde siempre lo hago creo.
T: ¿Cuándo es desde siempre?
J: Desde niño creo… (Carraspea y vuelve a sonreír). Incluso cuando M rompió conmigo estaba sonriendo
(Sus ojos se humedecen de lágrimas y vuelve a sonreír).
T: ¿Qué pasa ahora, qué sientes?
J: Tristeza creo…(sonríe)
T: Háblame de ese niño que aprendió a sonreír en contra de sus sentimientos.
J: (Suspira profundamente y sonríe) Pues… me viene un recuerdo… una fiesta de cumpleaños de mi prima
había un brincolín hermoso…un castillo rosa de la bella durmiente…(Carraspea).
T: (Interrumpo) Te voy a pedir que me lo sigas narrando como si ocurriera en éste momento, como si ahora lo
haces, lo sientes por favor.
J: Ok… Llego a la fiesta con mi familia… mis hermanas y yo gritamos de emoción al ver el brincolín. Mi mamá
se va a saludar a mis tías y mis hermanas corren al brincolín, yo corro con ellas (su tono de voz baja, sus ojos
se humedecen). Me subo y brinco con mis primas, mis hermanas… escucho que me hablan: ¡J… BÁJATE A
LA CHINGADA DE ALLI!... (comienza a respirar más rápido y profundo)..
T: ¿Quién te grita?
T: Mi papá, volteo y esta enojadísimo, me grita que me baje delante de mis primas y mis hermanas… yo me
asusto y voy… Intento ponerme mis zapatos y el los agarra rápido con la mano, me jala del hombro y me lleva
a una mesa… (Comienza a llorar) … me sienta en una silla del rincón y me grita: ¡Que no ves que es un
brincolín de niñas! ¡¿Eres una puta niña. O que chingados?!.. (continua llorando y se aprieta el pantalón con
las manos)
T: (Pasando un cojín a sus manos) Aprieta aquí, que tus manos expresen lo que sientes.
J: Estoy asustado… yo solo quiero jugar… soy un niño… (Carraspea y sigue llorando)
T: Eres un pequeño verdad… solo quieres jugar. Díselo a papá, hoy no estás solo; estoy aquí contigo.
J: Soy un niño… quiero jugar con mis primas… (llorando y apretando el cojín, comienza a arañarse la pierna)
T: Aquí en el cojín, aquí aráñalo, apriétalo… dile: ¡Estoy asustado!
J: (Araña más fuerte el cojín, le da un puñetazo) ¡Estoy asustado papá! ¡No me grites que deje de llorar y
sonría! ¡No quiero sonreír! (emite gruñidos, sigue dando puñetazos)
T: (Poniéndole más cojines) ¡Eso, sigue gruñendo, abre tu boca, expresa! (Modela el gruñido y los puñetazos)
J: (Sigue gruñendo, da puñetazos más rápidos, sigue llorando) ¡Soy un niño, quiero jugar, quiero jugar, quiero
jugar! (sigue golpeando los cojines hasta que comienza a cansarse) ¡Quiero que me quieras papá! ¡Quiéreme
papá! (comienza a sollozar, baja su cuerpo con sus brazos temblorosos cansados). CLIMAX DE LA
T: Ríndete entonces…(baja su cuerpo tocando su espalda.) INTERVENCIÓN
J: (Tendido en el piso boca abajo, llora abrazando los cojines) Quiéreme papá…. Necesito que me quieras…
T: Abraza a papá… así, ahora sin pelear, llénate de él… Dile que necesitas.
J: Papá (abrazando el cojín, continua en el piso) necesito que me quieras así como soy, que me aceptes…
que me dejes jugar con mis primas, que tiene que sea rosa yo quiero brincar… quiero divertirme…
T: Di “Quiero expresar con mi cuerpo mis sentimientos”
J: Quiero expresar con mi cuerpo mis sentimientos, que tiene si estoy triste, si estoy enojado… sonreír
cuando así lo sienta… (Sigue abrazando el cojín).
T: (Modelando al papá) “Aquí estoy HOY para ti hijo” “Eso era todo lo que tenía para darte” “TE QUIERO
MUCHO HIJJO”
J: (Suspira profundamente…sonríe, sigue abrazando al cojín).
T: Llénate de lo positivo de papá, toma la fuerza, el amor…
J: (comienza a sentarse, sigue con los ojos cerrados, y abrazando el cojín) Y ahora soy yo el que me rechazo,
el que me detengo de expresar, de amar, de sentir…quiero aceptarme
T: En positivo di: Voy a aceptarme y dile cómo vas a hacerlo.
P: Me acepto, me amo, voy a permitirme reír si así lo siento, y llorar si estoy triste… Y quiero brincar en el
brincolín.(se ríe)..
T: Muy bien J….Conforme te vas incorporando, vas regresando a tu edad actual, 20 años… Poco a poco
reincorpórate… integra a papá, alójalo en alguna parte significativa de tu cuerpo.
J: (Suelta el cojín y lleva las manos a su pecho)… Aquí… (suspira).
T: Cuando te sientas preparado, a tu tiempo y a tu ritmo, te voy a pedir que despacio regreses al aquí y al
ahora… y lentamente abras tus ojos.
CIERRE DE LA
J: (Abre sus ojos)
ACTIVIDAD
T: ¿Cómo estás J?
J: Tranquilo, mejor… me siento lleno (se lleva sus manos al pecho)
T: Muy bien, ¿Cómo te vas? ¿Qué necesitas?
J: Me voy lleno, fortalecido… siento mi cara diferente (gesticula)… Necesito abrazar a mi papá, eso haré
cuando llegue… Gracias.

5. Discusión y conclusiones.

Los tabúes contra el comportamiento expresivo empiezan temprano: no toques, no te muevas, no llores, no te
masturbes, no te hagas pis… y así se van trazando las fronteras. Lo que comenzó en la infancia continua
mientras crecemos, solo que más sutilmente. Nos hacemos más inclusivos, y hasta encontramos situaciones
nuevas a las que podemos aplicar las prohibiciones originarias.
Por lo tanto, debe aprender a ampliar sus fronteras de valores, de modo que abarquen quizá la
autodeterminación u otros valores que, una vez incluidos dentro de esas fronteras, conduzcan a la resolución
creativa de los valores que ahora parecen incompatibles. La expansión de su sistema de valores le
proporcionó nuevo apoyo para la acción, y ofreció algunas alternativas a su existencia estereotipada. “Terapia
Guestáltica” Erving y Miriam Polster. Amorrotou Editores. Buenos Aires .
Técnica expresiva.
El percatarse se puede incrementar mediante la supresión o la expresión. El exagerar la expresión de un
impulso es un enfoque igualmente efectivo que el darse cuenta incrementado.
El expresarse –es decir, traducir los sentimientos y la comprensión de uno en acciones, formas, palabras, --
es realizarse en sentido literal de uno, hacerse real. Sin tal realización somos fantasmas y sentimos la
frustración de no estar plenamente vivos.
En terapia guestáltica, las técnicas expresivas podrían ser consideradas como instancias de alguno de éstos
tres grandes principios: la iniciación de las acciones, el completar las acciones y la búsqueda de lo directo.
“La vieja y novísima Gestalt” Naranjo, Claudio. Editorial Cuatro Vientos. Chile.
INICIACIÓN DE LA ACCIÓN.
Maximización de la expresión: Instigar directamente al paciente para que exprese (Introyecto).
T: Díselo a papá, hoy no estás solo; estoy aquí contigo.
J: Soy un niño… quiero jugar con mis primas… (Llorando y apretando el cojín, comienza a arañarse la pierna)
T: Aquí en el cojín, aquí aráñalo, apriétalo… dile: ¡Estoy asustado!
J: (Araña más fuerte el cojín, le da un puñetazo) ¡Estoy asustado papá! ¡No me grites que deje de llorar y
sonría! ¡No quiero sonreír! (emite gruñidos, sigue dando puñetazos)
T: (Poniéndole más cojines) ¡Eso, sigue gruñendo, abre tu boca, expresa! (Modela el gruñido y los puñetazos)
J: (Sigue gruñendo, da puñetazos más rápidos, sigue llorando) ¡Soy un niño, quiero jugar, quiero jugar, quiero
jugar! (sigue golpeando los cojines hasta que comienza a cansarse) ¡Quiero que me quieras papá! ¡Quiéreme
papá! (comienza a sollozar, baja su cuerpo con sus brazos temblorosos cansados).

La forma activa es valiosa en el caso de los evitadores de riesgos, aquellos que tienen una marcada división
entre las respuestas verbales-intelectuales y su conducta emocional-impulsiva. En tales casos, la prescripción
de hacer algo podrá conducir al paciente a revelar un aspecto de él totalmente inaccesible mediante las
formas verbales. 2
La técnica de solicitar al paciente incrementar la expresión de sonidos guturales, puede ser valioso para
intensificar la expresión que sus palabras u otras acciones no permitirían. De ésta manera, el mensaje
transmitido a través de éstos sonidos pueden servir de catalizadores del contacto, permitiendo al paciente
intensificar el auto- percatarse del paciente.
Técnica de integración.
En términos generales, toda técnica expresiva es una técnica de integración, porque expresar significa traer al
percatarse lo que estaba disociado de éste, o traer al dominio de la acción algo que la persona llevaba en su
mente como un pensamiento, imagen, o sentimiento disociado, y por lo tanto ineficaz.
Asimilación de proyecciones: Atribuir al ambiente, personas o cosas, cualidades o sentimientos propios, que
no estamos dispuestos a reconocer como tales.
La proyección constituye una ilusión, pero también una realidad. Un aspecto importante de la terapia
guestáltica es la asimilación de las proyecciones. Es decir incorporar en nosotros mismos, lo que hemos
desheredado, reconociendo como parte de nuestra experiencia aquello que hemos colocado fuera de
nosotros. Según Perls, el temor neurótico a ser rechazado es una consecuencia de la proyección del propio
rechazo del individuo por los demás. “La vieja y novísima Gestalt” Naranjo, Claudio. Editorial Cuatro Vientos.
Chile.
J: (comienza a sentarse, sigue con los ojos cerrados, y abrazando el cojín) Y ahora soy yo el que me rechazo,
el que me detengo de expresar, de amar, de sentir…quiero aceptarme
T: En positivo di: Voy a aceptarme y dile cómo vas a hacerlo.
P: Me acepto, me amo, voy a permitirme reír si así lo siento, y llorar si estoy triste… Y quiero brincar en el
brincolín.(se ríe).
Normalmente la herida del abandono se reaviva con el padre de sexo opuesto. Regularmente quien sufre de
abandono también sufre de rechazo (con el padre del mismo sexo). Mientras sigamos estando resentidos con
alguno de nuestros padres, tendremos dificultades con las personas del mismo sexo que nuestro padre a
quien no hemos perdonado. Para perdonar, no hay nada mejor que comprender que él/ella son también
víctimas de sus padres, y que les acusamos de algo que nosotros mismos hacemos a ellos.
Quien sufre de abandono siente que no tiene suficiente alimento afectivo. Para no sentir esa carencia
afectiva, se construyen la máscara de la dependencia.
Los pacientes dependientes, como el caso de J; piensan que nunca serán capaces de valerse por sí mismos,
y que necesitan a alguien a quien apoyarse o a quién seguir culpando de su inmovilidad ante la vida. Algunas
partes de su cuerpo se muestran flácidas o sin tono muscular, incluso podemos observar la creación de
“mascaras” de aceptación.
El gran miedo a estar solo de J, lo lleva entonces a auto rechazarse para crear una protección paradójica
neurótica. Pueden entonces seguir en la búsqueda de aprobación constante, como lo hace J con sus
constantes sonrisas incongruentes, contradiciendo así su existencia emocional. Vive en la esperanza
emocional de que en el futuro las cosas pueden cambiar.
J por lo tanto tiene problemas con la palabra “dejar”. Es por eso que al escuchar de su ex pareja “te voy a
dejar” se sintió profundamente herido. Tienen dificultades en dejar una situación, persona o lugar, es por eso
que J seguía fijado a la experiencia pasada de rechazo respecto a su padre, reactualizándola de manera
neurótica con el duelo postergado con su ex pareja.
La emoción más intensa que siente un dependiente es la tristeza. Buscan la compañía de los demás para no
sentir esa tristeza, pero si como J siguen vivenciándose en el presente como “niños rechazados” buscaran la
compañía de parejas abandonadoras.
Así como J, los dependientes tienen miedo de todas las formas de autoridad, por lo que suelen mostrarse
sumamente agradables e incluso hasta seductores; pues piensan que alguien autoritario es frio y no va a
cuidarse de ellos
Temen recibir demasiada atención de los demás, por miedo a sentir emociones demasiado profundas de
abandono. Tan pronto la relación se vuelve intensa, buscan una manera de hacer que acabe, resultando esto
sumamente doloroso pues al igual que J, proyectan esos sentimientos de auto rechazo en las parejas.
Necesitan atención de su pareja, pero no dan al otro lo que le piden. Los pacientes como J suelen acusar a
sus padres (muchas veces con fundamentos reales como en el caso de J) de abandonarles en la vida. No se
dan cuenta que viven en el hoy como niños asustados, temerosos de un padre represos y ausente
introyectado..
Cuando se dan cuenta del problema que trae su dependencia, al igual que J, lo ideal será comenzar a
explorar los introyectos que fijan al paciente al pasado así como al auto rechazo. El trabajo con técnicas
expresivas nos permitió en el caso de J, incrementar sus sensaciones y ampliar su auto-percatase para así,
poder contactar con su rabia, y posteriormente con el dolor de abandono.
La técnica de integración le permitió a J así como a pacientes con casos similares, no quedarse estancados
en la parte del reclamo a la figura parental, lo que suele ocasionar culpa neurótica en el paciente; si no que al
identificar su proyección de auto rechazo, pudo lograr la integración positiva del padre; fortaleciéndose y
encaminándose para modificar su manera de relacionarse con los hombres. “No hay nada más poderoso, que
saberse amado por el padre”.
Concluyo entonces que el rechazo, es una gran herida que se instala en nuestro ser y para evitar que duela,
que los demás la perciban, nos ponemos la máscara del “agradable” “seductor”, contradiciendo así nuestra
existencia emocional. No todo el mundo tiene la herida del rechazo, aunque se haya sentido rechazado
alguna vez en su infancia, ésta herida la vivimos nosotras durante mucho tiempo como “timón” de nuestras
vidas, creamos máscaras: la máscara de la dependencia (auto- rechazo). Si esa herida no se sana, se va
haciendo cada vez más profunda y el cuerpo comienza a mostrar síntomas. El proceso terapéutico de la
maestría nos a permitido contactar y sanar ésta herida de rechazo, permitiéndonos así evolucionar a la
sanidad integrativa.

Reporte teórico del capítulo:

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