Está en la página 1de 2

Los foraminíferos (Foraminifera, latín "portadores de orificios"1) son protistas ameboides,

principalmente marinos, aunque también hay especies de agua dulce, caracterizados por
un esqueleto o concha constituido por una o más cámaras interconectadas que fosiliza
con relativa facilidad. Son llamados a veces coloquialmente "arena viviente", en alusión a
su hábitat bentónico en el fondo marino mimetizándose con la arena. Los septos que
separan las cámaras están perforados por uno o más orificios de interconexión
denominados forámenes, los cuales dan nombre al grupo. Su protoplasma está
diferenciado en un endoplasma y un ectoplasma del cual emergen seudópodos retráctiles
(en este caso, reticulopodios granulados) que el organismo usa para la locomoción,
captura de presas y creación de su esqueleto calcáreo.

Los foraminíferos suelen considerarse como el grupo más importante de microfósiles


marinos debido a que son organismos muy abundantes en los sedimentos. Además,
presentan una gran diversidad de especies, que son de gran utilidad en los estudios de
tipo bioestratigráfico, paleoecológico, paleoceanográfico, etc.2

Se han descrito unas 10 000 especies actuales de foraminíferos,34 además de unas 40 000
especies extintas, conocidas por sus fósiles.5 Por lo general tienen un tamaño menor a 1
mm, pero algunas especies alcanzan hasta 20 cm.6

Los foraminíferos son fundamentalmente marinos y la mayoría viven sobre o dentro de los
sedimentos del fondo marino (es decir, son bentónicos), mientras que algunos flotan en la
columna de agua a distintas profundidades (es decir, son planctónicos). Unos pocos se han
encontrado en agua dulce o en condiciones salobres y se han identificado algunas
especies en el suelo a través del análisis molecular de ADN ribosómico.78 Se los encuentra
en todas las latitudes y profundidades, incluyendo las regiones polares y las fosas abisales.

El tamaño típico de los foraminíferos está comprendido entre 0,1 y 0,5 cm, aunque existen
especies con tamaños que van desde 100 µm hasta casi 20 cm. Los foraminíferos son
organismos heterótrofos que se alimentan de pequeños organismos tales como
diatomeas o bacterias que capturan con una red de seudópodos. Las especies de
foraminíferos más grandes son capaces de capturar nematodos y crustáceos.

Algunos foraminíferos tienen como endosimbiontes a algas unicelulares de diversos


linajes, tales como algas verdes, algas rojas, algas doradas, diatomeas y dinoflagelados.
Las especies más grandes pueden contener una gran cantidad de algas, densamente
empaquetadas, constituyendo verdaderas granjas de algas. Ciertos foraminíferos son
cleptoplásticos, es decir, conservan los cloroplastos de las algas que ingieren, de forma
que estos orgánulos siguen realizando la fotosíntesis dentro del foraminífero.9

Las dos características distintivas de los foraminíferos son la concha y la red de


seudópodos. La célula de los foraminíferos se divide en un endoplasma granular situado
dentro de la concha y en un ectoplasma transparente que emerge de la concha a través de
una abertura principal o de muchas perforaciones. El ectoplasma usualmente rodea
completamente la concha y es el responsable de su construcción, apoyado por los
seudópodos. Existe un flujo continuo de citoplasma entre las cámaras de la concha, a
través de los orificios internos, incluso en las especies con complejos caparazones.

Los seudópodos se forman a partir del ectoplasma y están limitados por la membrana
celular y sostenidos por microtúbulos. Los foraminiferos presentan mecanismos para el
rápido ensamblado y desensamblado de los microtúbulos, que permiten la rápida
extensión y retracción de los seudópodos. Estos son utilizados para la locomoción, fijación
al sustrato, construcción de la concha y para la captura de alimento. La longitud de los
seudópodos depende de la especie: en algunas los seudópodos son dos o tres veces la
longitud del cuerpo, mientras que en otras alcanzan hasta 20 veces esta longitud.10 El
movimiento de los foraminíferos se produce mediante la fijación de algunos seudópodos
al sustrato, empujando al resto de la célula. La velocidad típica de desplazamiento es de 1
a 2,5 cm/hora.

Los seudópodos se denominan granurreticulopodios (reticulopodios granulados), pues


están constituidos por citoplasma granular, y son largos, finos y ramificados, formando por
amontonamiento (anastomosis) la red de reticulopodios. A lo largo de los seudópodos se
produce un flujo citoplasmático bidireccional que lleva gránulos, los cuales pueden
consistir en partículas de diversos materiales, mitocondrias, vacuolas digestivas o que
contienen productos de desecho, dinoflagelados simbióticos, etc. Por esta razón uno de
los sinónimos del grupo es Granuloreticulosa, aunque el proceso de transporte de los
gránulos todavía no se comprende completamente.

También podría gustarte