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Psicoanálisis y Educación. Una Relación Centenaria. Estado Del Arte. Ana Carolina Ferreyra
Psicoanálisis y Educación. Una Relación Centenaria. Estado Del Arte. Ana Carolina Ferreyra
Unidad de Investigación
A MODO DE INTRODUCCIÓN
Antes de referirnos descriptivamente a las formas que adquirió en las distintas épocas, la relación
entre el psicoanálisis y la educación (incluyendo a la pedagogía como expresión disciplinaria), nos
interesa caracterizar el marco en el que se inscribe la educación de la época por un lado y el
contexto de surgimiento, justificación e implicación del psicoanálisis, por otro.
En lo que a la educación se refiere, antes de la aparición del psicoanálisis, ésta “estaba enmarcada
por las nuevas disciplinas originadas en el siglo XIX: la psicopedagogía y la pedagogía social,
ambas definidas a partir del modelo médico-asistencial de la época, determinado por la entrada de
los médicos al asilo (Pinel, s.XVIII) y la creación de la psiquiatría. Esa fue también la época del
surgimiento del concepto moderno de escuela: un espacio obligatorio, laico y gratuito con el
objetivo de homogeneizar la formación de las masas trabajadoras y de crear una categoría social.
Los no homogeneizables, como los idiotas o los delincuentes, fueron considerados en un primer
momento como ineducables aunque más adelante promovieron la creación de la educación especial.
(Los primeros intentos fueron realizados por Seguin, en 1837, con los idiotas).
1
El siglo XIX promocionó así la colaboración entre el campo de la salud mental y el campo de la
educación. La educación se convirtió en un espacio de cura: educar era insistir sobre un sujeto para
que modificara su conducta. (…) El ideal que implicaba ese espíritu reformador se mantuvo como
paradigma educativo hasta el inicio de este siglo: ideal del bien del educando para obtener una
felicidad igual para todos.” (Aromi, A. et al.; 1997)
En este contexto del mundo educativo, en el que de lo que se trataba (con diferentes métodos) era
de modelar el carácter (con influencias de pedagogos como Fichte y Pestalozzi entre otros) se dio el
encuentro con el psicoanálisis.
Ya Castilla del Pino (en su prólogo a la versión reducida de la biografía de Freud escrita por Ernest
Jones) justifica la importancia de la obra de Freud, entre otras cosas, “como constitutiva del
conjunto de los instrumentos intelectuales del hombre contemporáneo, válida para la interpretación
del mundo en términos genéricos, junto a otros instrumentos, como pueden serlo, por ejemplo, las
concepciones de la física contemporánea (cuántica, relativista, indeterminista -Planck, Einstein,
Heisenberg), las de la biología, las de la lógica (Frege, Russel, Wittgenstein), las del marxismo,
etc.” (Jones, E.; 1985)
Desde esta perspectiva, era esperable que el psicoanálisis “entrara en contacto” con la educación, y
más aún si aceptamos la radical afirmación de Brohm 1(1976) cuando nos recuerda que Freud
abordó la mayor parte de las formas superestructurales de la sociedad burguesa, desde la Familia
hasta la Educación y la Cultura en general.
En lo que al contexto histórico de surgimiento del psicoanálisis se refiere, sabemos con López
Salgado (López Salgado; 2004) que algunos aspectos sociopolíticos importantes y otros de índole
personal, orientaron el pensamiento “crítico, negativista y divergente de este discurso inaugural”, y
nos referimos tanto a la época victoriana y al clima segregacionista que se daba a través de las
ideologías fascista y nazi, como a la propia condición de Freud respecto de su judaísmo, su
nacionalidad y su posición de clase.
Respecto del campo epistemológico, no podemos omitir una referencia a las dificultades del
psicoanálisis para lograr su justificación tanto interna como externa, la que permitiera su
reconocimiento y legitimidad por parte de la comunidad científica de la época.
1
Brohm, J.-M.: Psicoanálisis y revolución – Ed. Cuadernos Anagrama Nº99 – Barcelona, 1975 citado por
López Salgado José en “Psicoanálisis y educación: ¿una relación imposible?” – Ponencia presentada en el II
Foro de Psicoanálisis: ¿La Universidad un espacio para la enseñanza del Psicoanálisis? – Facultad de
Psicología – Universidad Autónoma de Querétaro – México – 26/10/2004
2
La misma Mireille Cifali (Cifali; 1992) entiende que de hecho, el acercamiento a otros campos fue
una estrategia freudiana para quitar a los médicos el ejercicio del psicoanálisis, siendo esto posible
gracias al apoyo o al éxito que tuvo entre los pedagogos; y nosotros podemos agregar, en pos de
consolidar su legitimación.
En lo que toca al contexto de implicación del mismo psicoanálisis, López Salgado (López Salgado;
2004) nos recuerda que uno de los factores epistemológicos que dan origen al nacimiento del
psicoanálisis, es el autoanálisis de Freud. De allí que podamos identificar por momentos la relación
entre los procesos inconscientes del investigador y la naturaleza del objeto de investigación.
Para cada momento histórico de la relación entre ambos campos que definamos, iremos despejando
los modos de vinculación o en qué distintas posiciones se fue ubicando el psicoanálisis respecto del
campo educativo-pedagógico.
Para ello acudiremos en ayuda de las conceptualizaciones que realizan autores como Juan Besse,
Miquel Bassols, Jean-Claude Filloux e inclusive la misma Mireille Cifali, para abordar los sentidos
de aplicación, extensión o intensión como modos posibles de este vínculo.
Por último, en cuanto a la manera en que el material será presentado, hemos decidido realizar una
periodización con la idea de situar en cada época el leit motiv que impulsa la relación entre ambos
campos, intentando describir el contexto social e histórico, analizar el modo en que esta relación se
produce y dar cuenta de los autores que en cada ocasión se ocupan del tema.
Tomaremos una primera época (desde los alrededores de 1900, hasta aproximadamente 1938) a la
que denominaremos “El período optimista y el surgimiento de la pedagogía psicoanalítica: 1909-
1938”.
Una segunda época (entre 1938 y la década de los 60’ ), cuyo título será: “El exilio y sus
consecuencias: 1939 – 1960”
Y una tercera época (desde los 60’ a la actualidad), al que daremos en llamar: “¿El resurgimiento de
las utopías?: 1960 – 2009”
PRIMERA ÉPOCA
3
Para poder comprender el origen del optimismo freudiano (y de sus seguidores), tal vez debamos
primero recordar ciertas coordenadas temporo-espaciales cuya influencia entendemos no fue menor
en el desarrollo de los hechos a los que haremos referencia, de manera tal de visualizar cómo se van
entramando la dimensión social y la dimensión subjetiva que permitieron en Freud la elaboración y
el desarrollo de sus conceptualizaciones.
Casullo sitúa el principio del siglo XX como el pleno corazón del espíritu moderno; “(…)espíritu
moderno, donde todo era posible, construible, y donde, también, todo podría desaparecer en un
segundo. (…) Crítica radical al mundo, fascinación del mundo (…) la Modernidad es eso. Son
diferencias, contradicciones, abismos, injusticias, sueños, utopías; Modernidad es esa permanente
posibilidad de construir el mundo y de ejercer sobre él la crítica activa (…)ejercer la crítica
rotunda pero conservando toda la esperanza en que precisamente lo que hay en la Modernidad es
absolutamente recuperable para la utopía que yo defiendo.(…)” y por otro lado nos dice que
Viena, a su vez, “tiene ese algo de abracadabra, de esotérico, de magia y secretos donde vamos
incursionando (…)Todo lo concentra ese Imperio Austrohúngaro cuya capital es Viena: los checos,
los eslovacos, los húngaros, los polacos, todos esos pueblos (…) contiene en su interior diecinueve
o veinte nacionalidades (…) Viena que de alguna manera va a generar una contradictoria y
dolorosa conciencia en algunos de los intelectuales (…) conciencia de lo aparente, de lo banal (…)
Viena es básicamente un lugar que se hizo famoso por los bares, las tertulias y las reuniones
intelectuales. En los bares se lee el diario, se conversa; la intelectualidad vive, se junta, se
concentra en los bares, en la bohemia, el político, el artista, la prostituta, el plástico, todos se
reúnen en los bares como diario espacio cultural. Ahí está Freud (…)” (Casullo Nicolás; 1996)
Ese Freud que, a decir de Jean-Claude Filloux (Filloux, J.C.; 1988) hacia 1909 llevaba publicados
“La interpretación de los sueños” (1900), “La psicopatología de la vida cotidiana” (1901), “Tres
ensayos de una teoría sexual” (1905) y ya manifestaba su preocupación por el psicoanálisis aplicado
por ejemplo en textos como: “La indagatoria forense y el psicoanálisis” (1906) y “El creador
literario y el fantaseo” (1908). Pero que también y fundamentalmente convocaba en la Sociedad
Psicoanalítica de Viena (WPV) algo más que candidatos a analistas, como lo enuncian voces de la
época como la de Dora Hartmann:
“Cuando uno en esa época pertenecía al movimiento psicoanalítico, uno era parte de un
grupo de jóvenes rebeldes. Ya sobre la base de ese hecho, todas esas personas estaban
estrechamente unidas. Todas creían en algo, que era bastante diferente, bastante
4
revolucionario, por lo cual eran segregados de los círculos académicos, y uno sabía que
uno con ello no podía obtener ni prestigio ni dinero”2
“Bettelheim: En aquella época (en Viena) parecía tan improbable que el psicoanálisis
fuera a generar tanto interés público, y teníamos tantos adherentes. En ese tiempo, cuando
yo entré éramos un pequeño grupo, tal vez veinte personas o por ahí, los que
conformábamos esa sociedad internacional psicoanalítica. Todos se conocían entre sí.
Eran a veces amigos, a veces enemigos. Pero era un pequeño grupo, un grupo esotérico si
querés. (…)
El psicoanálisis era visto por sus practicantes, más amplio que trabajar solamente con
psiques individuales. Más que cualquier cosa era visto como un movimiento humanista.
(…) Si bien Freud tenía cierto escepticismo sobre la efectividad de la terapia
psicoanalítica, nunca dudó de que el psicoanálisis conduciría a una profunda
comprensión de la psique humana y de la vida intelectual humana, en la que él estaba muy,
muy interesado.(…) Era un movimiento humano, un movimiento humanista más que
cualquier otra cosa. No era un movimiento médico.
Bettelheim: Sí”
2
Dora Hartmann (in: Reichmayr 1990, S. 121) en Dr. Roland Kaufhold “Edith Buxbaum (1902 - 1982), eine
Pionierin der Psychoanalytischen Pädagogik und antifaschistische Aktivistin: Von Wien über New York
nach Seattle/Washington” Edith Buxbaum (1902-1982), una pionera de la pedagogía psicoanalítica y
activista antifacista: De Viena pasando por Nueva York, a Seattle/Washingon” (traducción nuestra) en : ed.
Esther Altshul Helfgott: www.edithbuxbaum.com consultada el 07/2009
3
Extraído del ultimo diálogo entre Bruno Bettelheim y Rudolf Ekstein el 10.1.1990 en Los Angeles (la
traducción es nuestra)”
5
vieneses en el transcurso de sus “reuniones de los miércoles”; y para ser más exactos, en aquella
oportunidad “los intercambios acerca de la educación tenían por mira muy precisa la prescripción
de medidas muy claras de la forma en que los niños debían quedar ubicados, por un lado, respecto
de los afanes pedagógicos de sus padres, y por otro, en relación a otros estamentos de la
socialización (grupos de pares y escuelas)”. (Vallejo; 2008)
Fue por esa época, en 1908, que Sandor Ferenczi, uno de los primeros discípulos de Freud, impartió
en Salzburgo una conferencia en nombre del psicoanálisis sobre el tema: “Psicoanálisis y
pedagogía”, cuestionando el carácter represivo de la educación, el cual se constituiría en caldo de
cultivo para las neurosis (no olvidemos que Ferenczi manifestaba un asiduo interés por lo social,
con colaboraciones no solamente en el campo de la pedagogía sino también en el de la criminología
(Aromi, A.; 1997)).
Un año después, el pastor Oskar Pfister, pedagogo apasionado por el psicoanálisis, envía a Freud
sus textos -de inspiración psicoanalítica-: “Alucinación y suicidio en los escolares” y “Cura
psicoanalítica de almas y pedagogía moral” como señal del inicio de un proyecto que se inscribe en
la posibilidad de extender el psicoanálisis a otras disciplinas; proyecto por otro lado anhelado y
apoyado por el mismo Freud .
Si bien en las comunicaciones con el pastor Pfister se habla en términos de “extensión” del
psicoanálisis a otras disciplinas, nos vemos aquí obligados a reflexionar sobre las concepciones
acerca de la manera en que se establecen las relaciones entre ambos saberes.
Juan Besse (Besse, J; 2005) nos dice que “Los usos efectivos de un saber son materializaciones del
hacer, de modo tal que las distinciones entre una y otra posición sólo nos serán aprehensibles si, a
condición de no moralizar la disputa, el problema se plantea como un debate entre dos praxeologías.
(…)Tras los términos anidan, por lo menos, dos concepciones acerca de cómo pueden establecerse
las relaciones entre el psicoanálisis y los otros saberes.”
Y citando a Assoun, refiere a la recuperación del psicoanálisis aplicado cuando dice que “la
posición freudiana traduce al mismo tiempo la convicción firme de una especificidad irreductible
del psicoanálisis, en su objeto y en su experiencia propia – lo que la expresión fara da sa traduce
vigorosamente- y una apertura de la ´ciencia del inconsciente´ hacia sus fronteras, especialmente
hacia las ciencias de lo social- lo que la expresión psicoanálisis aplicado (angewandte
Psychanalyse) significa con firmeza. (…)”4
4
Assoun, P-L.(2001) {1999], pp.149-150 citado por Besse, op.cit. pp.3
6
Se trataría entonces de “aprehender el movimiento por el cual el inconsciente, como objeto sui
generis, tiende a ´aplicarse´ a lo ´social´, movimiento que hay que acompañar y pensar”5
5
Assoun, op.cit.
7
Un tercer grupo, (…) habla (…) de una direccionabilidad pedagógica que busca mudar la
teoría psicoanalítica en práctica pedagógica (Klaus Brauner, 2001:1219ff;Franz
Wellendorf, 1976:300ff; Kurt Singer:1981:293) Según Kurt Singer la pedagogía
psicoanalítica desarrolló las experiencias del psicoanálisis para la pedagogía. “
En el período que hemos recortado, ubicamos tres textos freudianos en los que se ven cifradas las
esperanzas de Freud respecto de lo que definimos como “aplicación” del psicoanálisis al campo
educativo, así como también intentamos leer cómo entiende él dicha aplicación.
Estos tres textos se distribuyen a lo largo de todo el período demarcado y no obstante muestran un
cierto viraje de uno a otro.
El primer texto al que hacemos referencia es de 1913 y es su Introducción al libro de Oskar Pfister
(Freud, S.; 1913). Allí Freud explicita con gran optimismo lo que daremos en llamar sus
“expectativas profilácticas” y lo dice con estas palabras:
Con similar optimismo encontramos un texto de la misma época, aparecido en una revista italiana
“2scientia”,6 en el cual se nos dice:
“Una vez que los educadores se hayan familiarizado con los resultados del psicoanálisis,
encontrarán más sencillo reconciliarse con ciertas fases del desarrollo infantil, y no
correrán el riesgo, entre otros, de exagerar las mociones pulsionales socialmente inútiles o
perversas en el niño…Nuestras mejores virtudes nacen como formaciones reactivas y
sublimaciones de nuestras peores disposiciones. La educación debería preocuparse
cuidadosamente por satisfacer estas fuentes de fuerzas fecundas y limitarse a favorecer los
procesos por los cuales estas energías son conducidas por el buen camino. Es en una
educación psicoanalíticamente orientada donde reposa aquello que podemos esperar de
una profilaxis individual en las neurosis.”
6
Capítulo “L´intères du point de vue Pédagoguique” Rev. 2scientia ed. Retz – citado por J-C. Filloux en
Filloux, J-C: “Psicoanálisis y educación: puntos de referencia” – versión consultada el 07/2009 en
http://www.geomundos.com/salud/psicosocial/psicoanalisis-y-educacion-puntos-de-referencia.html
8
Respecto de esta primera etapa, Filloux (Filloux, J-C; 1988) insinúa que acaso estaría la expectativa
puesta en el advenimiento de una nueva generación de hombres.
Nosotros, por nuestra parte podemos sospechar, al menos para algunos casos (como Pfister y
Zulliger) que esto se debe a la influencia de la pedagogía inspirada en la “historia del espíritu” y el
vitalismo; recordemos que Pfister era pastor protestante, y que Zulliger al igual que numerosos
médicos o pedagogos suizos se hallaba influido por la ética protestante y la tradición de la "cura de
almas”.
Respecto de Zulliger, sabemos que: tomó contacto con el psicoanálisis a partir de su formación
como maestro, la cual tuvo lugar con quien posteriormente fuera uno de los fundadores de la
Zeitschrift für Psychoanalytische Pädagogik (Revista de Pedagogía Psicoanalítica): Ernst Schneider,
que fue analizante de Pfister, y que ya por el año 1921 escribió, a partir de su experiencia como
maestro de escuela primaria de un medio rural en la Suiza alemana, una obra titulada: “Experiencias
psicoanalíticas en la escuela primaria”.
Catherine Millot (Millot,C.; 1975) sugiere que, la elaboración teórica del complejo de Edipo [1910-
1912] constituye un punto de torsión que entraña una primera ruptura con el optimismo de los
textos de 1907-1908, aún cuando, para esta época en Inglaterra “surgió la más conocida y
prolongada experiencia educativa de influencia psicoanalítica: Summerhill.
A. S. Neill, inspirado en los planteamientos de Sigmund Freud y Wilheim Reich, crea en 1921
Summerhill, “la escuela de libertad”, experiencia que duró más de cincuenta años. La idea de Neill
era crear una escuela que revolucionara la forma de vida de los que ingresaran en ella, haciendo que
los niños vivieran una experiencia educativa en plena libertad, sin represiones, para que
internalizaran una cultura y una escala de valores a favor de la igualdad, la libertad, el amor y la
vida.
Para Neill, esta experiencia constituía una forma de vida que tenía efectos profilácticos y
terapéuticos en los niños y jóvenes que la compartían.” (Anzaldúa Arce; s/f)
Volviendo a Freud, el segundo texto al que haremos referencia es el prólogo que él mismo hace a la
obra de August Aichhorn, y corresponde a 1925.
En 1925 August Aichhorn publica su libro “Juventud descarriada” y Freud escribe un prólogo en el
que claramente pone de manifiesto su optimismo respecto de la aplicación del psicoanálisis al
campo pedagógico, aunque veremos que esta vez no sin cierto reparo, al decir:
9
“Entre todas las aplicaciones del psicoanálisis, ninguna ha despertado tanto interés,
suscitado tantas esperanzas y, por eso, atraído a tantos investigadores capaces como la
teoría y la práctica de la educación infantil.(…)
El psicoanálisis podía enseñarle muy poco de nuevo en la práctica, pero le aportó la clara
intelección teórica de lo justificado de su obrar, permitiéndole fundamentarlo ante los
demás” (Freud, S.; 1925)
No obstante Freud tiene especial cuidado en delimitar los campos, lo que se verifica cuando expresa
sus dos advertencias, a saber:
Y que “el trabajo pedagógico es algo sui generis, que no puede confundirse con el influjo
psicoanalítico ni ser sustituido por él. El psicoanálisis del niño puede ser utilizado por la pedagogía
como medio auxiliar, pero no es apto para reemplazarla”
Hacia el final de este texto podemos leer también la apertura de Freud en términos de promoción
del “psicoanálisis profano”, cuando dice que se referirá a la posición del pedagogo, y agrega: (…)
“cuando éste ha aprendido el psicoanálisis por experiencia en su propia persona, habilitándose para
aplicarlo en apoyo de su trabajo (…) es preciso (…) concederle el derecho de practicar el análisis, y
no es lícito estorbárselo por estrechez de miras.”
Nos interesa resaltar muy especialmente esta “apertura” puesto que sabemos (Jagdt; 2006) que la
Sociedad Psicoanalítica de Viena era la única que admitía “legos”/no médicos entre sus candidatos,
lo que llevó a muchos candidatos de otras nacionalidades (norteamericanos, rusos, franceses,
ingleses, alemanes, etc.) a formarse en Viena. La presencia de los norteamericanos, según veremos
más adelante tuvo una importante influencia en el destino de muchos de los llamados “pedagogos
psicoanalíticos”.
De hecho, Siegfried Bernfeld, quien tendrá una participación activa en toda la denominada
“pedagogía psicoanalítica”, fue uno de los primeros no médicos (era pedagogo) que ejerció el
psicoanálisis a partir de preguntarse: “¿cómo se podría influenciar a los niños, cómo se les podría
juzgar con equidad, de qué manera podría uno orientarse en el caos de los diversos métodos
10
pedagógicos, sin poseer previamente unos conocimientos científicamente fundados sobre la
naturaleza y el desarrollo infantil, sin una psicología?” (Aromi, A.; 1997)
Es decir que, si bien la preocupación por la profilaxis de la neurosis existía y de forma explícita (y
tal vez hasta era la preocupación más importante), no era esta la única preocupación.
En cuanto al tercer texto, nos referimos a la Conferencia 34 (texto de 1933), en la misma nos
encontramos con un Freud que piensa la aplicación, ya no en términos de una educación que evitará
la contracción de la neurosis; claramente apunta más a ejercer su influencia sobre los educadores y,
a través de ellos sobre los niños.
Se impone en este caso entonces la noción de un educador analizado o informado sobre
psicoanálisis, que elabore un proceso educativo que permita una educación sobre la realidad7.
Freud busca determinar cómo la educación puede alcanzar un máximo de beneficio y un mínimo de
daños, debiendo el educador, recorrer los difíciles problemas entre “el escollo del dejar hacer y el
escollo de la prohibición”, para reconocer la naturaleza particular de la constitución del niño,
adivinar lo que se desarrolla en su vida psíquica inacabada, otorgarle la justa medida de cariño y
conservar sin embargo una autoridad eficaz.
“El análisis de los maestros y educadores parece una medida profiláctica más eficaz aún que el de
los niños”.
A partir de aquí, tal lo expresa Filloux (Filloux, J.C.;1988) queda claro que Freud propone la
aplicación del psicoanálisis al campo de la educación, entendiéndola a esta como una educación
7
Filloux, J-C.: op.cit.
11
actualizada en el marco escolar o familiar que se inspire en los trabajos del psicoanálisis; ahora el
cómo, no está explicitado.
Las objeciones a tal aplicación aparecen por el lado de lo que se le exigiría al educador, aunque esto
se daría de la mano de ciertas herramientas para “acompañarlo” en esta exigencia; sobre todo si
consideramos que para esta misma época comienza a editarse la Zeitschrift für psychoanalytische
Pädagogik -Revista de pedagogía psicoanalítica- que según Leandro de Lajonquière (de
Lajonquière, L; (1999) 2000) comienza su aparición en 1926 con edición a cargo de Heinrich Meng
y Ernest Schneider y contando con el auspicio de la Asociación Psicoanalítica de Viena (WPV)
(aunque como veremos, su edición sólo durará hasta 1937).
Los títulos de algunos de los artículos publicados en la Revista de Pedagogía psicoanalítica nos dan
una idea de los temas que preocupaban, así como también de los actores involucrados, a saber:
B. Bornstein (1930): “Relación entre el desarrollo sexual y el intelectual” (…) “La psicogénesis de
la pseudodebilidad” (1936),
Reich, Wilhelm. (1926a): Los padres como educadores – La coerción educativa y sus motivos
Redl, Fritz. (1932): Consulta educativa, ayuda educativa y tratamiento educativo
Reich, Wilhelm. (1926b): Los padres como educadores – La posición de los padres hacia el
onanismo infantil.
Pfister, Oskar. (1929a): Los errores/las faltas de los padres
8
Hasta aquí, citados en Kaufhold, R.(2002): “Aprender a leer, en las primeras horas de clase de la escuela
primaria, con el “Pequeño pato blanco” O: Aportes de Bruno Bettelheim a una psicología del aprender a
leer” Online: (07/2009)http://www.suesske.de/kaufhold_wagner.htm
12
Freud, Anna. (1932b): Educadores y neurosis.
Behn-Echenburg, Hans. (1926): Sobre la investigación sexual infantil y nuestra orientación para
ella.
Esta es también la época a la que muchos estudiosos del tema se refieren como “del surgimiento de
la pedagogía psicoanalítica”, aún cuando les resulte dificultoso definir el concepto de “pedagogía
psicoanalítica”.
El Dr. Roland Kaufhold, en una entrevista con Rolf Wagner9 dice:
“El concepto de pedagogía psicoanalítica hoy no es tan fácil de establecer, está histórica-
y socialmente enraizado. En los 20 y 30, en Viena y en Berlín se dio un pequeño pero en
extremo productivo movimiento pedagógico-psicoanalítico.
Yo nombro aquí a Anna Freud, Siegfried Bernfeld y Otto Fenichel, los que junto con otros
entre 1926 y 1937 editaron los anales de pedagogía psicoanalítica. Para los tiempos que
corrían, escribieron con un coraje increíble, muchas cosas descubiertas por primera vez,
se expresaron sobre el inconsciente de los niños, especularon sobre la interdependencia
entre represión sexual y problemas de aprendizaje. Todas cosas que en la pedagogía, y
sobre todo en la [educación] pedagogía especial están hasta hoy desatendidas,
sencillamente olvidadas, o reprimidas.”
Filloux (Filloux, J-C; 1988) nos advierte que la mayoría de los textos de la Revista de Pedagogía
Psicoanalítica, son anteriores a la conferencia freudiana antes mencionada, y sin embargo son más
avanzados respecto a los desarrollos posteriores de un psicoanálisis aplicado a la educación y
representativos de una tendencia que distingue, como no lo hizo Freud, la problemática de la
educación (que incluye la educación escolar y la educación familiar) de la problemática pedagógica
en el marco específico de la escuela, de las relaciones maestro-alumno que se instituyen y de la
personalidad del pedagogo.
9
Kaufhold, R.: “Pedagogía psicoanalítica – una charla entre Roland Kaufhold y Rolf Wagner” publicada en
la revista de los pedagogos “Freinet” – Rev. Preguntas y ensayos Nº 100 – Julio 2002. en (traducción del
alemán es nuestra) Versión Online visitada el 07/2009 en www.freinet.paed.com/news/reviews.php?
op=showcontent&id=1(la
13
Las contribuciones a la revista proceden de diferentes maestros y analistas de Austria, Alemania,
Suiza, Hungría, Gran Bretaña, Francia, Suecia, Polonia y Rusia.
A esta altura podrá preguntarse el lector por qué entonces la referencia única a Viena, y es que aún
cuando hemos hablado de Hans Zulliger en Suiza, podríamos hablar de la sociedad de trabajo
pedagógico en Berlin o de las investigaciones educativas de Fritz Redl en USA, Vera Schmidt en
Moscú, y tantos otros, una mirada más detenida muestra sin embargo que el centro de este
movimiento estuvo en Viena y que los distintos movimientos en los otros lugares se vinculan
directa- o indirectamente con Viena.
(Cuestión esta que lleva a muchos autores a definir a la Pedagogía psicoanalítica como aquel
movimiento estrictamente enmarcado en lugar y fecha: Viena, 1900-1937 (Kaufhold,2002;
Jagdt,2006, entre otros) ).
Aún cuando inicialmente este movimiento se desarrolló con la expectativa puesta en la profilaxis de
la neurosis a partir de una educación apropiada, los pedagogos psicoanalíticos fueron cayendo
progresivamente en cierto pesimismo.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Primera época
10
Los datos sobre la Revista de pedagogía psicoanalítica fueron tomados del sitio web:
http://www.answers.com/topic/zeitschrift-f-f-psychoanalytische-p-dagogik (12/08/09) (la traducción del
alemán es nuestra)
14
-Anzaldúa Arce, Raúl Enrique: Psicoanálisis y Educación “La perturbación del inconsciente: los
dilemas de mirar la otra escena” Universidad Pedagógica Nacional – México – s/f consultado en
agosto de 2005 en: http://www.imced.edu.mx/EthosWeb/Archivo/43-119.pdf.
-Aromi, A. (redactora) y otros: “Psicoanálisis-educación: conexiones” en Freudiana Nº20
Publicación de la Escuela Europea de Psicoanálisis de Catalunya – Paidós – Barcelona - 1997
-Besse, J.: “Entre la aplicación y la extensión. Puntuaciones exploratorias sobre psicoanálisis-
investigación social” – Versión ampliada del artículo homónimo publicado en Acheronta. Clínica y
transmisión, Sección Psicoanálisis en extensión, Nº21, Revista de Psicoanálisis y Cultura, Buenos
Aires, julio, 2005.
-Casullo, N.: “Viena del 900: Un barómetro crítico de la cultura” en Casullo, N.; Förster,R.;
Kaufman, A.: “Intinerarios de la modernidad: Corrientes del pensamiento y tradiciones intelectuales
desde la ilustración hasta la posmodernidad” Universidad de Buenos Aires – Oficina de
publicaciones del CBC – Bs.As. Argentina – 1996
- Cifali,M: ¿Freud pedagogo? Psicoanálisis y Educación – Ed. Siglo XXI – México - 1992
- Freud, S: Introducción a Oskar Pfister, Die psychoanalitische Methode (1913) en O.C. Tomo XII
– Amorrortu Editores – Bs.As. – 1993
-Freud, S.: Prólogo a August Aichhorn, Verwahrloste Jugend (1925) en O.C. Tomo XIX –
Amorrortu Editores – Bs.As. – 1993
-Jagdt, Ole Peter: “Textos pedagógicos de Anna Freud: Reconstrucción de una línea de desarrollo
de la pedagogía psicoanalítica” Tesis doctoral presentada en 2006 en la Escuela de Ciencias
Aplicadas Hamburg – Facultad de Trabajo Social – Consultada en julio de 2009 en
http://www.annafreud.de/index/html (la traducción del alemán es nuestra)
- Kaufhold, R.: “Pedagogía psicoanalítica – una charla entre Roland Kaufhold y Rolf Wagner”
publicada en la revista de los pedagogos “Freinet” – Rev. Preguntas y ensayos Nº 100 – Julio 2002.
15
en Versión Online visitada el 07/2009 en www.freinet.paed.com/news/reviews.php?
op=showcontent&id=1 (la traducción del alemán es nuestra)
16
SEGUNDA ÉPOCA
“La pedagogía psicoanalítica- en el sentido de un Movimiento- existió sólo hasta 1938. Tras 1938
hubo pedagogos y pedagogas psicoanalíticos que se ocuparon en diferentes lugares, de diferentes
temas.( …) Seguramente es indiscutible que quizás los ensayos educativos de Fritz Redl y Bruno
Bettelheim, asì como también algunos escritos de Horst Richter, puedan inscribirse en la tradición
de la pedagogía psicoanalítica. También es de apreciar, el que desde los años 1990 en la Sociedad
Alemana de Ciencias de la Educación exista una Comisión de pedagogía psicoanalítica.” No
obstante, solamente entre los años 1920 y 1930 y en Viena, tuvo lugar lo que podemos definir
como pedagogía psicoanalítica. (Jagdt; 2006)
Kaufhold (Kaufhold; 2001) señala cómo en los años 20`y 30`del siglo pasado, aún cuando ese
movimiento reformista crítico de la sociedad [el de los “pedagogos psicoanalíticos”], desarrolló una
productividad extraordinaria sobre todo en Viena (entre las que contamos con la mencionada
Revista de pedagogía psicoanalítica), hoy esta tradición se halla olvidada casi por completo,
fundamentalmente porque a causa del fascismo la mayoría de sus miembros fueron conducidos o al
exilio o a los campos de concentración en donde muchos de ellos murieron.
A estos acontecimientos atribuye el autor el hecho de que dicho movimiento se haya “borrado de
nuestra conciencia” (y hace especial hincapié en lo que aconteció en la sociedad germano-parlante)
y nosotros podemos agregar, que también es a partir de esto que podemos narrar la historia desde
dos “lugares sociales”11, a saber: Estados Unidos y Europa, dado que, como veremos, los conceptos
y aplicaciones no se desarrollan de la misma manera en un lugar que en otro.
En la misma línea en la que venimos trabajando, Tillmann Kreuzer (Kreuzer; 2007) quien también
sugiere dividir el desarrollo de la pedagogía psicoanalítica en fases, dice que
“ después de 1945, la pedagogía psicoanalítica entró en una suerte de hibernación.”
11
Con esta expresión parafraseamos a Kaufhold [citado por Jagdt (2006)] quien a su vez juega con el título de
una obra de Bernfeld “El lugar social y su importancia en la neurosis, el desamparo y la pedagogía” (1929) en
donde discute la influencia de las condiciones sociales y materiales en el desarrollo de los niños (Siegfried
Bernfeld, 1969b) (la traducción del alemán es nuestra)
17
No obstante, en el exilio; fundamentalmente en los Estados Unidos, encontramos las huellas de la
tradición de esta emigración; huellas que recién a finales de los años 60´se escucharán nuevamente
(al menos en los claustros germanos) (Kaufhold; 2001).
Tal como lo mencionáramos antes, el hecho de que la Sociedad Psicoanalítica de Viena (WPV)
aceptara candidatos legos, hizo que, para la fecha en que Anna Freud dictaba sus seminarios de
análisis de niños (desde 1927), la sociedad estuviera altamente concurrida por “pedagogos y
pedagogas americanos” que se instalaron en Viena para formarse en psicoanálisis, ya que en los
Estados Unidos la condición para la formación de analistas era un título médico previo
(posteriormente uno de psicólogo también). Entre los profesionales norteamericanos que se
formaron en Viena contamos con: Ruth Mack Brunswick, Dorothy Tiffany-Burlingham, Sidney S.
Biddle, Hymann Lippmann, Ralph Kaufman, Estelle Levy, Molly Putnam, Edith B. Jackson,
Margret Fries, Helene Tartakoff, Julia Deming, Le Roy Maeder, John Dorsey, Muriel Gardiner,
Elizabeth Bryant, George y Esther Mohr, Helen Ross y Hildegard Thun. (Kaufhold; 2001)
“Fue a Estados Unidos a donde emigró, lejos, la mayor parte de los miembros de la Sociedad
Psicoanalítica de Viena. Después de 1938 los miembros de la SPV se “distribuyeron” como sigue:
Estados Unidos (51), Uruguay (1), Polonia (1), Palestina (4), Bosnia (1), Inglaterra (14), Italia (1),
Holanda (3). 17 miembros permanecieron en Austria. Nueve miembros murieron en campos de
concentración del tercer Reich” (Elke Mühlleitner; 1992)
En una compilación publicada por Ammon (Ammon; 1973 citado por Kaufhold; 2001) hay tres de
las obras de Edith Buxbaum publicadas en alemán. En ellas la autora se refiere a los “pedagogos-
psicoanalíticos colegas también expulsados de Viena” y menciona a Erik H. Erikson, Otto Fenichel,
Anna Freud, Anny Katan, Ernst Kris, Margarete Mahler, así como también René Spitz.
Podemos reconocer en esta lista a algunos de quienes trascendieron en la historia del psicoanálisis
como perteneciendo a la “Psicología del Yo”.
Por esta época Anna Freud describía por primera vez, y en forma exhaustiva, un importante grupo
de funciones del Yo, y demostraba, en su trabajo presentado en el Congreso de Budapest (1937) que
18
las vicisitudes de la teoría psicoanalítica y el cambiante foco de interés psicoanalítico se reflejan en
el punto de vista que se tiene acerca de la educación: “cada extensión en la comprensión teórica
conlleva al descubrimiento y corrección de posiciones falsas en la educación. Por ejemplo, hubo
una época, en que “la prevención de las neurosis” fue considerada como la principal contribución
psicoanalítica a la educación.” (Freud, A. citada por Hartmann H.; 1960))
Anna Freud sostenía también que una comprensión psicoanalítica más precisa del Yo cambiaría la
educación, tanto en su dirección general como en el manejo de casos individuales.
Hartmann (Hartmann, H; 1960) haciéndose eco de Anna Freud refiere cómo hasta ese momento la
“psicología psicoanalítica del yo” había trabajado casi exclusivamente en el estudio psicológico del
conflicto, y propone como línea a seguir trabajando y explorando “las zonas libres de conflicto en el
proceso de adaptación a la realidad”
No podemos dejar de reconocer en estas palabras, una lectura particular de “El porvenir de una
ilusión” (Freud; 1927, citado por Millot, C.;1975)) texto en el que, a decir de Catherine Millot,
Freud cifraba su esperanza en lo que él denominaba una “educación para la realidad” la cual se
esforzaría en asegurar la supremacía de la inteligencia y de la razón como modos únicos capaces de
“controlar” la pulsión.
La participación política de muchos de los psicoanalistas “de la primera generación” (gran parte de
ellos militantes del Partido Comunista o del Socialismo), hizo que a su llegada a los Estados Unidos
no pudieran continuar con sus prácticas e investigaciones de la misma manera en que lo venían
haciendo en Europa, debiendo “adaptarse”12 a la nueva sociedad.
Lo interesante es que, muchos de ellos, aún cuando no poseían título médico, lograron muy
rápidamente insertarse en el “mundo psicoanalítico”.
Tomemos por ejemplo el caso de Edith Buxbaum, quien, habiendo exigido a su ingreso a los
Estados Unidos, que se inscribiera “Doctor” en su pasaporte (referido al “ph. D ”), logró un puesto
de Profesora ni bien llegó, y muy pronto, sin rendir examen médico, se le permitió instalarse como
psicoanalista en Nueva York. De ahí en más, intercedió para que se le permitiera la salida de Viena
a otros colegas (entre los cuales estaba su primo Bruno Bettelheim).
Su trabajo titulado “El rol de los padres en la etiología de los trastornos de aprendizaje” se puede
considerar como uno de los primeros trabajos sobre pedagogía psicoanalítica en lengua alemana
12
Dejamos para otra investigación el estudio sobre la derivación de esta “adaptación” y sus influencias en las
teorizaciones del Psicoanálisis del Yo
19
posteriores a la Segunda Guerra. Este trabajo apareció en 1964 en la revista”The Psychoanalitical
Study of the Child” (19, S. 421ff) (“El estudio psicoanalítico del niño”) una revista norteamericana
que podría considerarse la continuación de la Zeitschrift für Psychoanalytische Pädagogik
(Kaufhold; 2001)
Con mayor o menor facilidad, muchos de los psicoanalistas que emigraron a los Estados Unidos
(algunos directamente, otros vía los países nórdicos o Inglaterra) se insertaron en el campo laboral y
en las asociaciones profesionales.
La mayoría de ellos se dedicó a la enseñanza del psicoanálisis de niños y a la clínica con niños
(fundamentalmente con niños con severos disturbios emocionales). Muchos de ellos se vincularon
con instituciones educativas, pero por lo general en su rol de analistas de niños y ya nunca más
como miembros de Movimiento alguno.
Los trabajos de Margaret Mahler sobre autismo y psicosis infantil; los trabajos sobre pedagogía de
los Kibbutzim del matrimonio Kris; la “terapia situacional” o el trabajo con el ambiente propuesto
por Bettelheim en la escuela ortogénica Sonia Shankman; los trabajos sobre adolescencia de Peter
Blos; las influencias de August Aichhorn en los desarrollos de Redl y Eissler.
Respecto del mismo período en Francia, Elisabeth Roudinesco (Roudinesco, E.;1993 [1994])
escribe: “La guerra estallaba en un momento en que el paisaje del psicoanálisis estaba
modificándose por el hecho de la llegada al escenario histórico de la segunda generación francesa:
la de Lacan, Nacht, Lagache y Françoise Dolto” (…)
En marzo de 1938 Freud se exiliaba en Gran Bretaña, para morir el 23 de septiembre de 1939.
En Alemania, bajo la égida de Jones, se había instaurado una política de colaboración de ciertos
psicoanalistas con los nazis (Roudinesco; 1993 [1994]).
En Francia, “(…) mientras la facción chovinista de la SPP quedaba diezmada desde los primeros
años de guerra, el clan internacionalista se veía obligado a la fragmentación. La mayoría de sus
representantes escogieron la ruta del exilio.” (Roudinesco, [1993]1994)
Y respecto de los pocos psicoanalistas parisinos que habían elegido continuar sus actividades
profesionales, sabemos que se dedicaron exclusivamente a tratamientos y análisis didácticos.
“Estaba fuera de cuestión publicar nada durante la Ocupación” (Roudinesco; [1993]1994)
20
Es interesante verificar cómo en el mismo J.Lacan se da este “paréntesis” en su obra (al menos en lo
que conocemos de ella) ya que entre 1939 y 1945 no encontramos ninguna obra que él haya escrito.
En 1938 J. Lacan publicaba “La famille” (Encyclopède française París, Larousse, 1938 tomo
8.40.3-16 y 42.1-8), texto en el cual, del valor del padre en la familia se desprendería cierta
fecundidad subjetiva que permitiría al sujeto tener acceso al rostro del Otro o cierta fecundidad
cultural que el Edipo entraña con él y, más precisamente, sus virtudes idealizantes indispensables
para la producción cultural y la historia misma de las sociedades. (Zafiropoulos, M; [2001] 2002)
Si bien podemos pensar que, muy probablemente sus ideas podrían haber hallado eco en el campo
educativo, no hallamos referencias importantes de la época.
Anna Freud, en su exilio en Inglaterra, continuaba sus trabajos en relación con el desarrollo infantil,
enriqueciéndolos a partir de su dirección del hogar para niños huérfanos de la guerra que dirigía y
recién en 1956 vuelve a publicar sobre temas relacionados con la educación (“Aplicación de los
conocimientos del psicoanálisis a la educación infantil”)(Jagdt; 2006)
No desconocemos el hecho de que hacia el final de la guerra, comienzan a surgir nombres como
Françoise Marette (casada con Dolto), y J. Favez Boutonier, quienes en 1946 crean junto a George
Mauco, el Centre Psychopédagogique Claude Bernard “trabajo pionero en el uso del psicoanálisis
como intención psicoterapéutica en centros médico-pedagógicos” (de Lajonquière, L.; [1999]2000)
o como lugar de “implementación de una pedagogía curativa” (Filloux, J-C.;1988) también de
inspiración psicoanalítica, que permitiera el tratamiento psicoterapéutico de niños y adolescentes así
como una mejor comprensión del alumno por el maestro. En 1967, los desarrollos psicopedagógicos
con base en la teoría psicoanalítica permitían a Mauco analizar el problema de la identificación y la
transferencia del alumno con el maestro, destacando la enorme influencia que el maestro ganaba
con estos fenómenos.” (Anzaldúa Arce, E: s/f)
También sabemos que Maud Mannoni en esa época trabajaba en Anvers con niños y adolescentes
débiles mentales y psicóticos.
En el marco del surgimiento de movimientos críticos referidos a las instituciones que se iba
perfilando, “conceptos como los de transferencia, Superyó, fantasma e identificación, son utilizados
para aclarar y explicar lo que sucede en una clase, pero señalan que “toda tentativa de introducción
del psicoanálisis a la clase requiere una mínima formación de maestros”” (Anzaldúa Arce, E.; s/f).
No obstante, será recién hacia finales de los años 60´ y principios de los 70´ que veremos cierto
“resurgimiento” o “reaparición en la conciencia” para algunos (Kaufhold; 2001) o consolidación
para otros (de Lajonquière; 1999) de cierta aproximación del psicoanálisis al campo educativo.
21
Un dato llamó nuestra atención, y es que en el rastreo bibliográfico realizado, recién en este período
hace su aparición en escena el hemisferio sur y más precisamente Sudamérica, ya que en 1938
Durval Marcondes crea la primera Clínica de Orientación Infantil del Servicio de Inspección
Médico-Escolar del Instituto de Higiene de San Pablo en Brasil (de Lajonquière; [1999] 2000) .
Fundador de la primera Sociedade Brasileira da Psicanálise, Marcondes invitó a René Spitz como
primer analista didacta de la misma, invitación que no pudo concretarse debido a la situación
política que vivió San Pablo hacia 1932. Recién en 1936 fue el Dr. Adelheid Koch de la Escuela de
Berlín quien arribó a la región.
Con respecto a lo que sucedía en Argentina, en medio de una “confusión producida entre los
psiquiatras pavlovianos, los médicos psicosomáticos y los caídos en desgracia (filósofos) de la
existencia que habían dominado la psicología durante diez años amparados por la Gestalt aparece la
carrera de psicología para enfatizar el culturalismo”
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Segunda época
-Anzaldúa Arce, Raúl Enrique: Psicoanálisis y Educación “La perturbación del inconsciente: los
dilemas de mirar la otra escena” Universidad Pedagógica Nacional – México – s/f consultado en
agosto de 2009 en: http://www.imced.edu.mx/EthosWeb/Archivo/43-119.pdf.
22
-Hartmann, Heinz: “La psicología del Yo y el problema de la adaptación” – Editorial Pax-México
S.A.– Asociación Psicoanalítica Mexicana. A.C. – México – 1960
-Kaufhold, Roland: Edith Buxbaum (1902 - 1982), “Una pionera de la pedagogía psicoanalítica y
activista antifascista. De Viena, a través de Nueva York, hasta Seattle/Washington” en
http://www.edithbuxbaum.com (visitado en julio de 2009) editado por Esther Altshul Helfgott (la
traducción del alemán es nuestra)
-Roudinesco, Elisabeth: Lacan: esbozo de una vida, historia de un sistema de pensamiento – Ed.
Fondo de Cultura Económica – Bs. As. – Argentina – 1994
-Zafiropoulos, Markos: Lacan y las ciencias sociales: La declinación del padre (1938-1953) – Ed.
Nueva Visión - Bs. As. – Argentina – 2003
TERCER ÉPOCA
Es prácticamente imposible abordar lo que aconteció con nuestro tema hacia los años 60’ y de allí
en más, sin mínimamente explicar el contexto en el que se produce.
Hay grandes cambios, sin cuyo conocimiento, no podemos entender a la generación de los 60’.
“En 1945 (…) va a comenzar una etapa de capitales de inversión muy fuerte, de industrialización y
de desarrollo, sobre todo en la Europa devastada, a través de lo que se denominó el Plan Marshall.
(…) Nace un fuerte capitalismo de desarrollo y de consumo” (Casullo, N.; 1996)
23
Y como dirá Perry Anderson [nace] “un nuevo tipo de cultura que no reconoce antecedentes en la
historia de Occidente: la cultura del consumo, la cultura de los medios masivos desplegados a
ultranza, la cultura de la democratización cultural, la cultura de las nuevas necesidades, de las
nuevas demandas” (Perry Anderson, citado por Casullo, N.; 1996) características que, podemos
afirmar, se han exacerbado en los últimos años.
Continúa Casullo:
Es en este contexto que surgen las corrientes anti-institucionalistas (dentro de las cuales se inscribe
la crítica a la institución escolar de la mano de Ivan Illich).
Lo que preocupa a Illich, “como a otros educadores de la época, no es la práctica pedagógica en sí,
sino el impacto de la escolarización sobre la sociedad y la forma de promover una educación que
“se pregunte en qué condiciones puede florecer la curiosidad de las personas”” (Gajardo, M; 1993)
Al parecer, algunos de los vientos críticos que soplan sobre las instituciones encuentran
argumentación o al menos cierto eco en la teoría psicoanalítica.
Vemos así como se abre una línea, dentro de las relaciones entre psicoanálisis y educación, la cual
podríamos nombrar como “tradición interpretativa” para diferenciarla de aquella que “trata de
extender la práctica analítica, “la cura”, a la práctica educativa, es decir, intervenir
psicoanalíticamente para mejorar la educación” (Anzaldúa Arce; s/f), tendencia la primera, que se
ubicaría dentro de la concepción de aplicación del psicoanálisis, entendiendo a aquella que toma al
psicoanálisis como “teoría general” posicionado en cierta exterioridad “en el sentido de una
contraciencia” (tal como lo plantea Besse a partir de los postulados de Foucault)13; mientras que la
segunda tendencia, bien podría pensarse ora en términos del psicoanálisis en intensión en el sentido
de aquel saber que se produce cada vez, en cada caso, ora en términos de extensión, en el sentido de
13
Foucault, M. “Las palabras y las cosas. Una arqueología de las ciencias humanas” capítulo X. Citado por
Besse, J. op.cit.
24
aquello que interesa al psicoanálisis (en la evocación del texto freudiano: “Múltiple interés del
psicoanálisis”) (Bassols, M.; 2007)
Las críticas se refieren tanto a las instituciones como a la pedagogía tradicional, a los métodos
empleados, etc.
En 1969, en Alemania, Walter Schraml publica su obra “Iniciación a la pedagogía psicoanalítica”,
retomando textos previos de Meng y Zullinger sobre la sublimación y elaborando una tipología
psicoanalítica del educador. (Filloux, J-C; 1988).
También hacia “1967, los desarrollos psicopedagógicos con base en la teoría psicoanalítica
permitían a Mauco [quien desde 1945 venía trabajando junto a F. Doltó y a Juliette Favez-
Boutonnier en el Centro Médico-pedagógico Claude Bernard] analizar el problema de la
identificación y la transferencia del alumno con el maestro, destacando la enorme influencia que el
maestro ganaba con estos fenómenos.
En 1970, Xavier Audoard propone un nuevo modelo educativo fundado en que la escucha educativa
debiera ser semejante a la escucha psicoanalítica; el maestro entonces debería convertirse en un
“educador analista” que no se impondría pero haría “surgir el sentido””.(Anzaldúa Arce;s/f) Y para
esta figura pretendía acuñar el término éducteur (Filloux, J-C.; 1988)
Por otro lado, a decir del mismo Anzaldúa Arce, hacia 1970 “la propuesta de una “Pedagogía
Psicoanalítica” oscilaba entre buscar en el psicoanálisis el auxilio teórico para comprender e
intervenir en los procesos educativos, hasta la idea de hacer del maestro una especie de
“psicoanalista educativo”. La mayoría de los trabajos y experiencias tendían a enfatizar el carácter
profiláctico y terapéutico del empleo del psicoanálisis en la educación, por esta razón, se sugería en
forma más o menos explícita la necesidad de que el maestro se psicoanalizara y se formara, en
mayor o menor grado, como psicoanalista para que pudiera aplicar, con fundamentos, la teoría y la
técnica del psicoanálisis en el aula.” (Anzaldúa Arce, R.; s/f)
La idea sería que: puesta “en jaque” la educación, cabría revisar uno a uno los factores escolares de
rendimiento14 que hacen a la misma; y en esta tarea, el psicoanálisis provee una luz que permite
iluminar ciertas oscuridades.
“En 1963 surge en Francia un movimiento denominado “Pedagogía Institucional”, que hace un
análisis crítico de la institución escolar estableciendo, a partir de la construcción de un marco
14
Apelamos aquí a la noción que propone Rubén Cervini, según la cual una parte importante de las
diferencias del rendimiento promedio entre las escuelas no es explicada por las variables socioeconómicas,
siendo probable que esto se vincule con algunas variables referidas a la escuela, a las que por ello denomina
factores escolares del rendimiento. La investigación sobre tales factores se dirige, entonces, a identificar las
características de la escuela o del aula; de sus estructuras o de sus prácticas; de la persona del director,
del maestro o del alumno, que ayudan a predecir cuál será el rendimiento promedio esperado de un alumno
determinado, en una escuela dada. (Rubén Cervini ;s/f)
25
teórico propio, la vinculación que existe entre la escuela y los intereses socio-políticos en un
momento histórico determinado. Se examina el origen de la escuela y se critica implacablemente el
régimen jerárquico y burocrático en el que está imbuida, proponiéndose la autogestión pedagógica
como la forma de revolucionar la educación y propiciar un cambio en todas las esferas sociales.”
(…) “La orientación psicoanalítica [de este movimiento], encabezada por Aída Vázquez y Fernand
Oury, hace una propuesta pedagógica inspirada esencialmente en los planteamientos de Freinet y la
aplicación del psicoanálisis de inspiración lacaniana al campo educativo. Esta orientación es la
heredera directa del movimiento de “Psicoterapia Institucional”, que originó todo el movimiento de
análisis e intervención institucional en Francia.” (Anzaldúa Arce; s/f)
Dentro de esta postura crítica de las instituciones, es de destacar la obra de Maud Mannoni, quien
realiza un cuestionamiento a la pedagogía, a las instituciones (y en particular a las de salud mental y
pedagógicas) que incluye lo político, llegando a proponer como alternativa aquello que su Escuela
de Bonneuil representa, a saber una “institución estallada” noción que le permite intentar sustraerse
a los perjuicios y abusos que toda institución coagulada implica (Mannoni, M; 1988).
En su obra “La educación imposible” Maud Mannoni plantea que “no puede abordarse nada en el
campo de la psiquiatría ni en el campo de la enseñanza si no se comienza poniendo radicalmente en
tela de juicio el monopolio médico, pedagógico, administrativo (monopolio de títulos y de la
administración de los “cuidados”), fuente de todos los abusos de poder (…)la institución escolar y
la institución médica reunidas han desarrollado hasta el absurdo lo que se puede llamar un abuso de
poder basado en la perversión del saber(…)
La paradoja de Bonneuil [según sus propias palabras], es que allí no se hace psicoanálisis (lo que va
parejo con un rechazo de la institución) pero todo lo que se hace está rigurosamente basado en él,
no usándolo como técnica sino como subversión de un saber y de una práctica. (…)”(Mannoni, M.;
1994)
Maud Mannoni escribe muchos artículos en donde aborda cuestiones referidas al campo educativo y
como dijimos, lo hace tanto en su dimensión política, como desde su dimensión pedagógica e
institucional.
Sus escritos presentan además de reflexiones teóricas, viñetas ilustrativas de sus propuestas.
Y ya en la época en la que Maud Mannoni escribía, la cuestión de la necesidad de una escuela que
contemplara la singularidad de sus alumnos estaba planteada ( Mannoni, M.; 1973).
En la misma Francia, en 1979 Fraçoise Dolto junto a un grupo pequeño “funda la 'Maison Verte' un
lugar de socialización precoz donde los niños y las niñas desde su nacimiento hasta los tres o cuatro
años, acompañados de sus padres o abuelos, son atendidos por un equipo de acogida de tres
26
personas una de las cuales es psicoanalista .Una 'Maison Verte' es un lugar para hablar, jugar y
reducir tensiones y donde también se aprenden prohibiciones que estructuran la personalidad”15
La propuesta de Dolto resulta muy interesante y al parecer se ubica en un punto que vincularía el
psicoanálisis con la educación (en un sentido más amplio que las relaciones psicoanálisis-
pedagogía), ya que desde el fundamento mismo de su propuesta la direccionalidad es hacia quienes
se “encargan” del niño (contemplando la posibilidad de que a la “casa verde” asistan el niño y sus
padres, el niño y sus abuelos, el niño y su niñera…es decir, el niño y su “Otro de los cuidados
ajenos”16)
Tal como veremos, es muy prolífica la obra existente de este período, y tal como iremos refiriendo,
muy amplio y variado el repertorio de temas abordados.
En 1978, J-P Bigeault y G.Terrier, publican una obra intitulada “La ilusión psicoanalítica en
educación”, en la cual denuncian la ilusión de tal pedagogía psicoanalítica por lo que entienden
sería una desnaturalización del psicoanálisis (Filloux, J-C; 1988; Anzaldúa Arce; s/f)
En los años posteriores, Catherine Millot escribirá en diversos artículos y libros, por un lado sus
críticas a la pedagogía analítica planteando la antinomia entre el proceso pedagógico y el analítico
(Millot, C: 1979); y por otro, su crítica a la obra de Bigeault y Terrier en la medida en que
presupone que sus planteamientos podrían conducir a error al lector, dado que no se trata de
pedagogos que logran aplicar la teoría psicoanalítica al campo educativo, sino que, en el intento de
aplicar lo que ellos entienden que sería el psicoanálisis, lo hacen a costa de la desaparición del
educador. (Millot, C.; 1980)
Vemos surgir a partir de aquí, múltiples publicaciones (en su mayoría ensayos) que basan sus
interpretaciones tanto en observaciones y trabajo de campo, como en relecturas de trabajos
anteriores:
En algunos casos y en diferentes latitudes Claude Rabant, Octave Mannoni, Shoshana Felman y
Laéria Fontenele, teorizan acerca del deseo de saber en juego en la escena educativa y el papel de la
transmisión.
Para el primero, tras haber analizado los textos de la pedagogía activa y el Emilio (de Rousseau), la
conclusión es que de lo que se trata en pedagogía es de sustituir el deseo de saber del alumno por el
deseo de saber de otro.
Naturalmente, abordar la cuestión del deseo, es indisociable de otro tema como es el vínculo/la
relación/ la transferencia entre maestro y alumno.
15
Texto obtenido en: http://www.vidapositiva.com/nota.asp?idnota=5331
27
Y en este sentido, Octave Mannoni, en su conferencia pronunciada en la Facultad de Psicología y
Ciencias de la Educación en la Universidad de Lovaina, en 1970, titulada “Psicoanálisis y
enseñanza (siempre la transferencia)” (Mannoni, O.; 1982) se pregunta por las características
particulares de “la enseñanza escolar” que tiene modo de “encierro”, y concluye en la importancia
del papel del maestro en el destino del deseo de saber del alumno, advirtiendo por ejemplo sobre la
necesidad de que el adulto esté interesado en aquello que transmite.
Shoshana Felman por su parte, aborda la cuestión de la transmisión desde una crítica a la pedagogía
por un lado, pero vinculándola a la ética del psicoanálisis por otro, proponiendo retomar lo que
denomina la poética del corpus Freudiano a partir del reconocimiento de la posición de discípulo
freudiano de Lacan, la cual permite, a su vez, ubicar a este último como maestro. (Felman, S.; s/f)
Raúl Anzaldúa Arce nos recuerda que una de las exposiciones más claras y completas de cómo se
ha empleado el psicoanálisis para comprender el proceso educativo es la de Marcel Postic en su
libro La relación educativa, publicado en 1979, en el que dedica la tercera parte del libro a exponer
este tema, analizando cuestiones como los fantasmas, la transferencia y la identificación (Anzaldúa
Arce, R.; s/f)
Y entramos aquí en una línea que concentra sus miradas en la persona del educador, en su posición,
en el modo de desempeñar su rol, su “perfil psicológico”, etc.
La psicoanalista brasileña Laéria Fontenele, publicó Pedagogía y discurso del deseo en 1986, y
realiza allí un análisis del discurso de las diferentes pedagogías (tradicional, nueva, tecnicista y
crítica) y muestra los “deseos” y las relaciones imaginarias (maestro-alumno) que subyacen en los
discursos de estas propuestas educativas. (Anzaldúa Arce, R.; s/f)
Daniel Gerber en “El papel del maestro, un enfoque psicoanalítico”, analiza el rol del educador en
función de su posición de sujeto supuesto saber en la transferencia y el autor “sostiene que el
maestro debería cuestionarse sobre su práctica, en especial sobre la forma en que ejerce el poder en
la relación educativa, reconocer sus creencias y reflexionar en qué medida su ideal de ser un “buen
maestro” y en su búsqueda de perfección narcisista puede haber pretendido moldear a sus alumnos a
su imagen y semejanza, obstaculizando su aprendizaje.” (Gerber, D. citado por Anzaldúa Arce; s/f).
Por otro lado, se realizaron análisis sobre el deseo de enseñar sostenidos en el deseo de amar-ser
amado (propuesto por Marie Claude Baietto) y en la obra de Claude Puyade Renaud se introduce la
dimensión del cuerpo en el discurso que sobre el mismo sostienen docentes y alumnos (Filloux, J-C;
1988)
Siguiendo con la cuestión de la relación docente alumno se destaca especialmente la obra de Janine
Filloux (Du contrat pédagogie, le discours inconscient de l’ecole (1974) y Clinique et pédagogie
(1983)). La autora toma como objeto de análisis la dinámica inconsciente de la relación pedagógica
28
y de los fantasmas subyacentes realizando uno de los pocos trabajos de campo sobre la transferencia
y la contratransferencia, trabajo que hoy podríamos retomar a la luz de la problemática sobre la
autoridad. La autora realiza entrevistas no dirigidas a profesores y alumnos de secundario por un
lado, y por otro reflexiona sobre la práctica educativa como puesta en escena de una relación de
generación y filiación simbólicas, concluyendo en la necesidad del diálogo entre la clínica y la
pedagogía.
Otras vertientes de la relación entre psicoanálisis y educación se dieron en el campo de lo
grupal/institucional, y aquí, figuras como las de Didier Anzieu y René Käes (Filloux, J.C; 1988) son
de destacar y sirvieron de soporte teórico a autores como los mexicanos Araujo Paullada y Pardo de
Araujo, quienes a partir de la intervención desde el análisis institucional arriban a interrogantes
acerca de la implicación/afectación de la subjetividad docente, tan vulnerable a la valoración social,
proponiendo que la teoría del sujeto que aporta el psicoanálisis debe formar parte del bagaje cultural
de los docentes. (Araujo Paullada, G. y Pardo de Araujo, C.; s/f).
También interrogadas por la subjetividad docente, pero abordándola a través de una investigación
basada en los datos que aportan las “historias de vida de los docentes”, las brasileñas Rosana
Márcia Rolando Aguiar y Sandra Francesca Conte de Almeida publican en 2008 “Mal-estar na
Educaçao: O Sofrimento Psíquico de Professores”. En su libro, las autoras reflexionan, por un lado
sobre la formación de los profesionales y la necesidad de que la misma privilegie al sujeto docente
“que aprende con su historia de vida, sus relatos de experiencia y, sobre todo, con la reflexión
sobre la praxis, en sus conexiones con el contexto social en el cual la escuela está inserta” (Rolando
Aguiar. R.M.; Conte de Almeida, S.F.; 2008 – la traducción es nuestra). Las autoras proponen
además que, dado que la queja, el sufrimiento y el goce suelen ser una de las salidas encontradas
para el malestar en educación, las escuelas deberían poder contar con un profesional capaz de oír y
hacer circular las diversas voces institucionales, “relanzando la palabra dicha y confrontándola con
la polisemia de los significados y sentidos que despierta”, sostenidas en que con la circulación de la
palabra podrá existir una cierta “oxigenación” en la institución.
Acudiendo también a los aportes del psicoanálisis “lacaniano” y retomando los aportes de la
pedagogía social entre otros, en España educadores sociales, trabajadores sociales y psicoanalistas
entre quienes podemos nombrar a Hebe Tizio, Violeta Nuñez Pérez, Susana Brignoni, Segundo
Moyano, Ana Aromi, Lidia Rodriguez, Encarna Medel, Xavier Orteu, Mikel Leo, algunos reunidos
en el Grupo de investigación sobre Psicoanálisis y Pedagogía del Instituto del Campo Freudiano de
Barcelona, otros desde la Universidad, otros desde la Fundación Europea para el Psicoanálisis,
sostienen desde hace más de diez años una labor a partir de la cual teorizan sobre cuestiones como:
la importancia del lugar de los contenidos de la cultura como elemento tercero en la relación
29
docente-alumno, la posición de los profesionales, la asimetría necesaria en la transmisión y
desarrollan herramientas de abordaje específico de algunas situaciones, (como por ejemplo el
Soporte Técnico, dispositivo que se propone como un espacio y un tiempo de lectura, intentando
rastrear operadores que vuelvan legibles algunas situaciones actuales) (Brignoni – Esebbag; 2003.
Volviendo a Latinoamérica, Kathia Alvarado Calderón apela a los fenómenos transferenciales,
proponiendo la posibilidad de que como educadores descifremos la red simbólica e imaginaria que
se construye en las aulas, de manera tal de crear mejores condiciones de aprendizaje, dado que
sostiene un alumno “constituido por afectos inconscientes que se disparan en toda relación
significativa y que inciden en el desempeño escolar”. La autora también apela a la formación
profesional cuando concluye la necesidad de garantizar desde el currículo una sólida formación
pedagógica no solamente en lo que a teoría y conducción de los procesos de aprendizaje se refiere,
sino también a la necesidad de un acompañamiento y una “constante reflexión acerca de los
procesos personales que el estudiante de educación vivencia durante su formación académica” y
durante su práctica pedagógica. (Alvarado Calderón, K.; 2004)
Centrados en la cuestión de la posición del docente en el discurso y en el tema de la transmisión,
nos encontramos con trabajos como el de Sanabria en Venezuela, Mirta Bicecci en México o
Marcelo Pereira en Brasil, que elaboran sus investigaciones sobre la base de la teoría de los cuatro
discursos de Jacques Lacan (Lacan,J; 1970 [1992]).
En el caso de Mirta Bicecci, la autora refiere que en un esfuerzo por hacer comprensibles ciertos
resortes inconcientes presentes en el acto educativo, la pedagogía acude al psicoanálisis, puesto que
entiende que, si la misma se reconoce como “la ciencia especializada en la transmisión” y su propio
objeto de estudio es la circulación de los saberes entre los sujetos, como ciencia que es, no puede
“borrar” al sujeto tal como lo hace la ciencia moderna. En la misma línea, la autora pretende dar
cuenta del retorno del sujeto en el problema de la transmisión del saber (Bicecci, M.; 1993).
En el caso del brasileño Marcelo Pereira, el autor, percatado del malestar imperante en educación y
particularmente en el cuerpo de profesores, se pregunta por la manera en que se daría la
construcción teórica que permitiera dar cuenta de la desautorización del profesor hoy en día y
propone que la misma vino de la mano de la pérdida de la tradición y de la religión. Haciendo un
recorrido de lectura y un análisis profundo de los discursos y del lugar del Padre, el autor concluye
que es necesario plantear la maestría como condición contingente y al acto de enseñar como
provisorio cuando dice: “un maestro nunca es el final, él es apenas un pasaje, una bisagra a través
de la cual se abre la ventana para invitar a los tantos guiados a la travesía” (Pereira, M.; 2008; la
traducción es nuestra).
30
En el caso de Sanabria, sus estudios se dedican al vínculo pedagógico en tanto lugar en donde se
manifiestan los malestares actuales, postulando que “las dificultades de la educación y de los
discursos pedagógicos no responden simplemente a una situación histórica contingente y transitoria
o a las limitaciones de este o aquel modelo pedagógico, sino que en ella hay algo esencialmente
fallido, inherente a su estructura misma”, lo que lo lleva a postular que tal vez sea esto lo que tiene
de más creativo el campo pedagógico, concluyendo el autor en que se trata entonces de “ repensar el
espacio escolar y el discurso pedagógico a partir de los nuevos sentidos que adquiere hoy por hoy la
tarea esencial de toda educación que no es otra que la de tender puentes que enlacen al sujeto con la
amplitud del mundo, su actualidad y sus exigencias culturales, y le permitan encauzar y poner a
circular su propio deseo en las redes sociales y económicas” (Sanabria,A.;2007)
No podemos dejar de mencionar al Dr. Leandro de Lajonquiére y la Prof. Dra. María Cristina
Machado Kupfer, responsables del LEPSI (Laboratório de Estudos e Pesquisas Psicanalíticas e
Educacionais Sobre a Infância ) de la Facultad de Educación de la Universidad de San Pablo, Brasil
quienes también desde hace más de diez años vienen trabajando y escribiendo mucho sobre el tema,
y que desde hace unos pocos años integran junto a la Carrera de Especialización de Posgrado en
“Infancia e Institucion(es)” de la Universidad Nacional de Mar del Plata; el Centro de Estudios en
Psicología y Legalidad de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional de Rosario; el
Centro de Estudios Superiores, Universidad Mayor de San Simón en Cochabamba, Bolivia y el
Programa de Investigación, formación y Clínica Socioeducativa a cargo de la Mg. Perla
Zelmanovich de la FLACSO, el Proyecto de Fortalecimiento de Redes Interuniversitarias a través
del cual se vienen realizando actividades e intercambios académicos que versan sobre la cuestión.
BIBLIOGRAFÍA CONSULTADA
Tercera época
- Alvarado Calderón, K.: ¿Qué nos puede aportar el psicoanálisis en la comprensión de las
relaciones en la escuela? En Actualidades Investigativas en Educación, Revista electrónica del INIE
(Instituto de Investigación en Educación de la Facultad de Educación de la Universidad de Costa
Rica) – 2004 (consultada online en mayo de 2009)
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dilemas de mirar la otra escena” Universidad Pedagógica Nacional – México – s/f consultado en
agosto de 2009 en: http://www.imced.edu.mx/EthosWeb/Archivo/43-119.pdf
- Araujo Paullada, G. y Pardo de Araujo, C.: “El psicoanálisis para (en) la Institución Escolar” –
México – en: http.//www.geomundos.com/salud/psicosocial/el-psicoanalisis-para-en-la-institucion-
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ilustración hasta la posmodernidad” Universidad de Buenos Aires – Oficina de publicaciones del
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Curriculum y Prácticas Escolares en Contexto – Cohorte 12 – FLACSO - Argentina
-Felman, S.; “Psicoanálisis y educación: Enseñanza terminable e interminable” en Bentolila- López,
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-Filloux, Janine: “Du contrat pédagogie, le discours inconscient de l’ecole, Dinod – 1974
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-Mannoni, Maud: “Lo que falta en la verdad para ser dicha” – Editorial Nueva Visión – Bs. As. –
1988
-Mannoni, Maud: “La educación imposible” – Ed. Siglo XXI – México – 1994
-Mannoni, Octave: “Un comienzo que no termina: tranferencia, interpretación, teoría” – Paidós –
Bs.As.- 1982
-Millot, C.: Freud Anti-Pedagogo – Editorial Paidós – Bs. As. – Argentina – [1979] 1982
-Millot, C: “L’educateur incastrable et les pedagogies molles” – Ornicar? Nº20-21/ Paris – 1980 (la
traducción es nuestra)
- Pereira, M. R.: “A impostura do Mestre” – Ed. Argumentum – Belo Horizonte – Brasil - 2008
-Rolando Aguiar, R.M; Conte de Almeida, S.F.: “Mal-estar na educaçao: O Sufrimento Psiquico
dos Professores” – Juruá Editora – Curitiba - 2008
- Sanabria, A. “El vínculo educativo: apuesta y paradojas. El deseo de enseñar entre la función
civilizatoria y el discurso universitario”. Paradìgma. [online]. dic. 2007, vol.28, no.2 [citado 19
Agosto 2009], p.197-210. Disponible en la World Wide Web:
<http://www.scielo.org.ve/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1011-
22512007000200010&lng=es&nrm=iso>. ISSN 1011-2251. A continuación el lector podrá
encontrar un listado de la bibliografía existente sobre el tema tal como la hemos podido recopilar y
agrupar según las temáticas abordadas.
ANEXO BIBLIOGRÁFICO
-ALMEIDA, S.F.C. DE: “O adolescente e a eduacaçao: a funçao (im)possivel dos ideais educativos.
En: Congresoo Internacional de Psicanálise e suas conexoes. O adolescente e a modernidade – Río
de Janeiro: Companhia de Freud – 1999
-DE LAJONQUIERE, L. :“Piaget e Freud: uma aproximacao possível?” Anais da I Jornada de
Psicologia da Educacao, año 1994, Universidade Federal de Pelotas– 1995
34
LIBROS Y ARTÍCULOS QUE ABORDAN LA TEMÁTICA DESDE LA
PERSPECTIVA DEL SUJETO DE LA EDUCACIÓN
- DE LAJONQUIERE, L.: De Piaget a Freud- para repensar los aprendizajes – Bs.As. Nueva Visión
– 1996
-DE LAJONQUIERE, L: “A escolarizacao de criancas com DGD” estilos da clínica, n°3 (1997c)
- DOLTO, F.: “La causa de los niños” Ed. Paidós – Bs.As. – Argentina – 1991
- KIEL, L.: “De sin límites a limitados”. En: Materiales para la Capacitación. CePA. Gobierno de la
ciudad de Buenos Aires. Disponible en www.buenosaires.gov.ar/areas/.../cepa/primaria.php ,2005
- MINNICELLI, M. (Comp) Infancia, legalidad y juego en la trama del lenguaje. Noveduc: Bs. As
– México,2008
- ZELMANOVICH, P. Variaciones escolares En: Revista L´Interrogant. Fundació Nou Barris per a
la Salut Mental. Nº 8. Febrero, 2008.
35
LIBROS Y ARTÍCULOS QUE ABORDAN LA TEMÁTICA DESDE LA
PERSPECTIVA DEL AGENTE DE LA EDUCACIÓN (SU POSICIÓN, SU
FORMACIÓN, SU MALESTAR, otros)
-BOVET, P :Preface a l’psychanalyse au service des éducateurs, d’ O. Pfister, Berna, Bircher, 1921
- GERBER, Daniel. “El papel del maestro, un enfoque psicoanalítico”, en Raquel Glazman
(comp.). La docencia: entre el autoritarismo y la igualdad. SEP-Caballito. México, 1986
- RAMÍREZ, Beatriz (Coord.) De identidades y diferencias. Expresiones de lo imaginario en la
cultura y la educación. UAM-A. México, 2007.
- RAMÍREZ, Beatriz “La formación: una perspectiva psicoanalítica” en Raúl Anzaldúa y Beatriz
Ramírez (Coord.) Formación y tendencias educativas. UAM-A. México, 2003
- RAMÍREZ, Beatriz a formación: entre la práctica docente y las significaciones imaginarias del
trabajo” en Marco Antonio Jiménez (Coord.) Encrucijadas de lo imaginario. UACM. México,
2007.
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- ZELMANOVICH, P. Nuevas ficciones para la producción de nuevas Autoridades En: Revista El
monitor de la educación, 5º Epoca, nº 20, mar. 2009.
Dossier: La autoridad docente en cuestión. Ministerio de Educación Ciencia y tecnología de la
Nación. Argentina. Versión Disponible en: http://www.me.gov.ar/monitor/nro20/index.htm, 2009
- ZELMANOVICH, P. La escuela y los profesionales del niño. En: Jornadas de LEPSI FEUSP. San
Pablo, Brasil. Publicação eletrônica dos Anais do VII Colóquio Lepsi / I Congresso Ruepsy In
Anales del 7 Formação de Profissionais e a Criança-Sujeito, 2008 [online]. ISBN 978-85-60944-12-
5 Versión Disponible en: http://www.proceedings.scielo.br/scielo, 2008
ZELMANOVICH, P. (2005) Arte y parte del cuidado en la enseñanza En: Revista El monitor. Nº4,
Dossier: Cuidar enseñando. Ministerio de Educación Ciencia y Tecnología de la Nación Argentina
Versión Disponible en: http://www.me.gov.ar/monitor/nro4/index.htm
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-ALVARADO CALDERÓN, Kathia: “¿Qué nos puede aportar el psicoanálisis en la comprensión
de las relaciones en la escuela? En INIE (Revista electrónica Actualidades Investigativas en
Educación del Instituto de Investigación en Educación de la Facultad de Educación de la
Universidad de Costa Rica )– Julio 2004
-FILLOUX, J.: “Sur le concept de transfert dans le champ pédagogique”. Rev. Francaise de
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-FILLOUX, Jean Claude: Intersubjetividad y formación. UBA-Novedades Educativas. Buenos
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- CLAPARÉDE, E.: Les innovations les plus importantes du domaine de la pédagogie depuis le
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-CIFALI, M & IMBERT, F.: Freud e a pedagogía. Sao Paulo: Loyola – 1999
- FAIN, M. ET ALII.: Les trois métiers impossible. París: Les Belles Lettres (1987)
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- FERENCZI, S.: “Psychanalyse et pédagogie” en Ouvres completes I – Payot
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-FILLOUX, Jean Claude: “Psicoanálisis y educación: puntos de referencia” en Cero en conducta,
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- GIRALDI, G. Educación y Psicoanálisis- Ed. Homo Sapiens
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_ KUPFER , M.C: Educacao terapéutica: o que a psicanálise debe pedir á educacao. Estilos da
clínica, n°2 – 1997
- LOMBARD G.: Apport des sciences fondamentales aux sciences de l’education, Epi, 1974
- OURY, Fernand y A. Vásquez. Hacia una pedagogía del siglo XX. Siglo XXI. México, 1976
- RABANT, Claude. “La ilusión pedagógica” en José A. Serrano (comp.). El campo pedagógico:
ilusión, institución e investigación. ENEP-Aragón. México, 1990, p. 1-90.
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-RICHARD, G.: Psicoanálisis y educación – Oikos – Tau S.A. Ediciones - 1972
.
ARTÍCULOS DE SIGMUND FREUD QUE ABORDAN LA TEMÁTICA
“PSICOANÁLISIS Y EDUCACIÓN”
A MODO DE CONCLUSIÓN
Hasta aquí, hemos realizado un paneo que pretende dar cuenta del “gran relato” que nos cobija a
quienes intentamos el abordaje del malestar educativo actual.
Tal lo refleja el texto producido, no estamos inventando nada que no se haya inventado.
Sabemos que educar, al igual que curar y gobernar, se cuenta entre las tareas que Freud mencionó
como “tareas imposibles”, en el sentido del saber previo que poseemos sobre el desfase entre los
objetivos propuestos y los resultados que se obtendrían.
43
Ello no nos impide continuar en la búsqueda de ese punto “óptimo”, que consideramos está de la
mano del “introducir al educador en el “sentido” de lo ineducable” (Assoun, P.L.; 2003), y en ese
sentido…vaya este pequeño aporte.
44