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Escuela Normal Rural Gral.

“Matías Ramos Santos” de San Marcos


Zacatecas

Materia: Educación inclusiva


Nombre de los alumnos:
Brayan Angel Acosta Padilla
Cesar Eduardo Alonso Camacho
Adrián Alemán Camarillo
Erika Delgado Acosta Padilla
3o E

Nombre de la maestra: Patricia Avalos Arenas


Fecha de entrega: 20 de Noviembre 2021
IGUALDAD, INCLUSIÓN, DIVERSIDAD, BARRERAS E
INTERCULTURALIDAD
Desde nuestro pasado, la desigualdad de personas se ha visto muy influenciada por diversos
aspectos que caracterizan e identifican a una comunidad de individuos, pues bien, el
comportamiento de la sociedad, la economía, la práctica cultura, e incluso la ideología
política que muchos de ellos practican, hacen de su función, un fenómeno muy complejo y
polivalente en relación al trato desigual que se mantiene entre las personas, en este caso el
antecedente de la educación y el justificante que se le otorgaba daban como origen a una
constante lucha entre hombres y mujeres y que hoy en día a un sigue permaneciendo y
buscando la manera que todos por iguales recibamos el mismo trato, manteniendo así
mismo, la igualdad entre los contribuyentes sociales, para la UNICEF (2019), la igualdad
“significa que mujeres, hombres, niñas y niños deban gozar, por igual, de los mismos
derechos, recursos, oportunidades y protecciones.”, de modo que si lo vinculamos en el
ámbito educativo, tenemos que todos los constituyentes de nuestra sociedad educativa
(niños, niñas, maestros, maestras, directivos, discapacitados, personal de apoyo, etc.) están
obligados a recibir y dar un igualitario entre las nuestras percepciones, de la misma manera,
es de gran importancia que se practique la inclusión, definida según la UNESCO, (s.f.)
como “un enfoque que responde positivamente a la diversidad de las personas y a las
diferencias individuales, entendiendo que la diversidad no es un problema, sino una
oportunidad para el enriquecimiento de la sociedad, a través de la activa participación en la
vida familiar, en la educación, en el trabajo y en general en todos los procesos sociales,
culturales y en las comunidades.” Pues bien, la diversidad, se refiere a la diferencia o a la
distinción entre personas, animales o cosas, a la variedad, a la infinidad o a la abundancia
de cosas diferentes, a la desemejanza, a la disparidad o a la multiplicidad, en tal caso,
podemos clasificar a la diversidad por ser cultural (refleja la multiplicidad, la convivencia y
la interacción de las diferentes culturas coexistentes), étnica (unión de diferentes pueblos en
una misma sociedad, y que cada uno posee sus propias costumbres, lenguaje, piel,
religiones, fiestas tradicionales, vestimenta, comida.), lingüística (existencia de una
multiplicidad de lenguas dentro de un espacio geográfico.), biológica (variedad de seres
vivos que existen en la tierra), sexual (heterosexualidad, homosexualidad, bisexualidad) y
funcional (fenómeno, característica o hecho de todos los individuos de la sociedad por igual
o de un determinado grupo social, para referirse que cada uno de ellos tiene unas
determinadas capacidades.).
Tomando en cuenta lo anterior, si no se pone en marcha ninguno de los aspectos antes
mencionado, es posible, que las oportunidades se trasformen en barreras, que no permitan
que los sujetos de acción lleven a cabo sus actividades cotidianas con facilidad y con el
respeto que se merecen todos los constituyentes de una sociedad, dando origen a que la
enseñanza y aprendizaje que surge en las escuelas, no se lleven a cabo como se tenían
previsto, pues bien, las barreras de aprendizaje, definidas según el DOF (2018), “son
aquellas que hacen referencia a las dificultades que experimenta cualquier alumno o
alumna, con mayor frecuencia los educandos que están en una situación de vulnerabilidad.
Estas barreras surgen de la interacción entre los estudiantes y sus contextos: instalaciones
físicas, organización escolar, relación entre las personas, ausencia de los recursos
específicos, la implementación de enfoques de enseñanza y evaluación no adecuados a las
características, necesidades e intereses de los educandos, entre otros.” (pág. 50). Y que a
través de la interculturalidad podamos buscar soluciones al problema que nos permitan
entender la realidad actual que estamos viviendo, Zimmermann (1998:68), citado por Vigil
(s.f.), define la interculturalidad como “el conjunto de actividades y disposiciones
destinadas a terminar con los aspectos y resultados negativos de las relaciones
interculturales conflictivas. También se puede entender como una contribución al
establecimiento de relaciones pacíficas, al mutuo entendimiento, al derecho a vivir la
propia cultura, a la tolerancia, y, en fin, a la autodeterminación cultural” (pág. 2), en este
caso, la interculturalidad en la educación pretende favorece la comunicación, los acuerdos y
la integración de todos en la sociedad, en busca de nuevos horizontes que permitan a través
de las dificultades corregir dichas acciones por medios de estrategias que abonen al pleno
desenvolvimiento del alumnado.
MODELOS DE INCLUSIÓN Y DE EXCLUSIÓN
Educación inclusiva.
La educación inclusiva supone un modelo de educación que pretende atender a las
necesidades de todos los niños y niñas, jóvenes y adultos considerando especialmente
aquellos casos en los que puede existir un riesgo de exclusión social.
No se trata solo de prestar atención a personas con discapacidad sino a todo el alumnado sin
distinguir por la raza, la condición social, la cultura o la religión, entre otros aspectos.
Algunas de las diferencias entre el enfoque tradicional en la educación y la educación
inclusiva, son las siguientes:
● En el enfoque tradicional se diagnostica a cada alumno y alumna para determinar
una categoría y solucionar el déficit que existe, sin embargo en la educación inclusiva
simplemente se analizan las características de cada estudiante para determinar los apoyos
que serán necesarios.
● El enfoque tradicional se centra en el estudiante, mientras que el inclusivo lo hace
en la clase.
En definitiva, en la educación inclusiva no se utilizan programas especiales para
determinados estudiantes, sino que en la misma aula se responde a las necesidades de cada
estudiante.
¿Cómo trabajar de forma inclusiva en el aula?
Trabajar de forma inclusiva en el aula es una de las claves de la educación de calidad,
algunas de las pautas que se pueden seguir son las siguientes:
● Conocer a los alumnos y alumnas. Los profesores deben tomar el tiempo que sea
necesario para conocer al alumnado considerando a cada persona como un individuo con
sus particularidades. Los juegos, las preguntas y la observación son básicas para alcanzar
ese conocimiento.
● Uso de métodos más activos. Otra clave consiste en el uso de actividades que
fomenten un pensamiento crítico, de forma que los alumnos y alumnas se planteen
problemas y soluciones, es decir, se hagan preguntas sobre el mundo que les rodea. En
definitiva, se trata de poner el foco en que todos los estudiantes intervengan.
● Evaluaciones diferentes. Si el aprendizaje es diferente, la forma de evaluar también
debe serlo, de manera que se consideren las particularidades de cada niño y niña.
Educación Exclusiva.
Exclusión: Es un proceso de separación de las personas o grupos sociales de los ámbitos
sociales propios de la comunidad en la que se vive, que conduce a una pérdida de
autonomía para conseguir los recursos necesarios para vivir, integrarse y participar en la
sociedad de la que forman parte.
La exclusión social es un proceso que afecta a millones de personas en todo el mundo, tanto
en los países en vías de desarrollo como en las prósperas sociedades occidentales.
La sociedad de la información en la que estamos inmersos está demostrando una triple
diferencia social. Por un lado, la seguridad de los privilegiados con trabajo fijo y pleno
disfrute de sus derechos individuales y sociales. Por otro, la inseguridad de los que tienen
trabajos eventuales y viven en permanente estado de ansiedad y escepticismo y, por último,
el desarraigo del mercado laboral de amplias capas de la población. Todo ello conduce a la
dualización de la sociedad.
En ocasiones el sentimiento que muchas personas experimentan de no ser valoradas, ni
tenidas en cuenta en la sociedad por lo que son. Esa exclusión social se anticipa o se
prepara en procesos de exclusión educativa que, como aquella, tiene múltiples caras:
● Falta de acceso a los sistemas educativos.
● Escolarización segregada en dispositivos especiales.
● Educación de «segunda» para los más desfavorecidos.
● Fracaso escolar.
● Maltrato entre iguales por abuso de poder.
● Desafecto.
Se trata de un fenómeno que no sólo tiene que ver con la pobreza y que en cualquier
momento puede abatirse sobre las personas. Es decir, el sentimiento de vulnerabilidad de
nuestros alumnos no sólo es observable en los sectores estructuralmente pobres sino que
afectos a la población escolarizada y no escolarizada, aunque de diferentes formas.
El concepto de exclusión implica un proceso de separación entre grupos distintos entre sí y
supuestamente homogéneos dentro de sí mismos. Pero esta separación no es tan simple: la
exclusión también incorpora una valoración diferencial entre estos grupos ya que uno es
considerado mejor que el otro y esto conlleva a comportamientos diferenciales con uno u
otro grupo lo que instaura diferencias en el acceso a oportunidades y beneficios.
ESCUELAS INCLUSIVAS COMO SON Y CÓMO ORGANIZARSE
El proceso para construir un modelo de escuela incluyente no es lineal ni homogéneo, sino
gradual, discontinuo y heterogéneo. Depende del punto de partida de cada institución y de
las metas que se van planteando en diferentes etapas.
Es necesario trabajar de manera colectiva algunos valores como el respeto a la diversidad,
la tolerancia, la autocrítica y la participación social. Definir políticas institucionales que
puedan orientar a la comunidad escolar en la construcción de un modelo de escuela más
abierto y flexible que ponga el énfasis en las personas. Concretar dichos lineamiento en
prácticas educativas a nivel de aula, escuela y comunidad. La diversidad tanto del
alumnado como del profesorado se convierte en un valor de enriquecimiento para todos.
El desarrollo de una escuela incluyente tiene cinco etapas, de acuerdo a las sugerencias
propuestas por el Index, documento realizado por la Oficina Regional de Educación de la
UNESCO para América Latina y el Caribe (OREALC/UNESCO Santiago), un modelo
desarrollado en Gran Bretaña, que ha sido traducido y adaptado a diversos contextos y
países. Este modelo funciona siempre que prevalezca el espíritu central del proceso del
Índice, es decir, la revisión, consulta, recopilación de información y plan de desarrollo de
una escuela inclusiva, que ayude a romper con las barreras del aprendizaje y la
participación.
La escuela inclusiva tiene algunas características las cuales son las siguientes:
1. La escuela inclusiva se basa en la visión del niño/a capaz.
2. En la escuela inclusiva no existen requisitos de acceso ni mecanismos de selección
para la entrada de sus alumnos/as.
3. La escuela inclusiva persigue la mejora de la calidad de vida de los niños/as y sus
familias.
4. En la escuela inclusiva establece una relación positiva de colaboración con las
familias; regida por el respeto, actitudes reflexivas, empáticas, de escucha activa y
proactivas.
5. En la escuela inclusiva, los maestros/as se convierten en un recurso y apoyo que
guía a los alumnos/as en su proceso de aprendizaje.
6. La escuela inclusiva tiene como objetivo formar a personas con sentido
democrático, desarrollar un espíritu crítico y de cooperación.
7. En la escuela inclusiva se parte del respeto al alumno/a, planteando el proceso de
enseñanza-aprendizaje desde sus motivaciones.
8. En la escuela inclusiva los aprendizajes tienen un carácter comprensivo, crítico y
multidisciplinar.
9. La escuela inclusiva evalúa el progreso de los alumnos/as de forma global, teniendo
en cuenta sus capacidades de forma individualizada.
10. La escuela inclusiva tiene sitio para TODOS los alumnos/as.

Como organizarse para ser una escuela inclusiva


Sensibilizar a la comunidad educativa. No podemos transformar nuestro centro en una
escuela inclusiva e intercultural si no existe un convencimiento ni un compromiso de la
comunidad educativa en esta meta. El cambio actitudinal de la comunidad educativa es
clave, por lo que en primer lugar debemos aportarles toda la información necesaria sobre
este modelo educativo. Podemos empezar aportando información en los tablones de la sala
de profesores, colocando carteles o aportando folletos en la entrada del centro, y por
supuesto organizar charlas y talleres informativos y de sensibilización para concienciar de
la importancia de apostar por un modelo de escuela inclusiva e intercultural para favorecer
el desarrollo educativo y personal de todos, evitando situaciones de exclusión,
discriminación y de fracaso escolar.
Transformar la participación de la comunidad educativa. En la mayoría de los centros
educativos, existen unos cauces de participación como el Consejo escolar, la junta de
delegados y delegadas, la asociación de madres y padres (AMPA) y el Claustro de
profesores, los cuales permiten recoger la visión de la comunidad educativa y aportar ideas
que pueden ser tenidas en cuenta. Pero en una escuela inclusiva e intercultural se debe
intentar ir a más y lograr implicar a todos los miembros de la comunidad educativa
(profesorado, alumnado, familias, personal de administración y servicios, voluntariado,
entidades sociales del entorno…) en la gestión y organización del centro educativo.
Aumento de la presencia de profesionales y voluntarios en las aulas. Es fundamental
aumentar los recursos humanos dentro de las aulas para favorecer la atención personalizada
del alumnado. En primer lugar, tal y como se explicó anteriormente, se debe fomentar las
metodologías de enseñanza-aprendizaje basadas en el aprendizaje cooperativo. Previamente
a ello, es importante formar al alumnado en habilidades sociales para el trabajo en equipo,
así como en actitudes y valores como la tolerancia, la solidaridad, el respeto, la empatía, la
asertividad, la escucha activa y la resiliencia, entre otros. También los recursos humanos
deben realizar una formación previa en este sentido. Dentro de las aulas, se debe permitir la
entrada de voluntariado que ayude al profesorado en la dinamización de las tareas, así como
permitir la entrada de los especialistas de Pedagogía Terapéutica y Audición y Lenguaje,
entre otros maestros y educadores, para que realicen sus tareas educativas y de apoyo
dentro del aula ordinaria, sin tener que sacar de ésta a ciertos alumnos y alumnas para
trabajar en aulas externas.
Realizar una adecuada gestión de los recursos humanos, materiales, didácticos y
espaciales. Se debe realizar un inventario con todos los recursos que necesitemos para
llevar a cabo las actividades educativas programadas y para ayudar a que todo el alumnado
pueda participar en las actividades educativas que planifiquemos. Realizaremos una
evaluación inicial de las necesidades que presenta el alumnado y de aquellos recursos que
puedan necesitar para poder fomentar su participación, rompiendo todas las barreras para el
aprendizaje y la participación que pudieran surgir. Una vez analizados los recursos que
necesitaremos y solicitados, deberemos reflexionar si la comunidad educativa presenta la
formación adecuada para saber emplearlos de manera didáctica.
Dotar al departamento de orientación de todos los recursos necesarios. El
departamento de orientación tiene un importante papel a la hora de detectar las necesidades
educativas del alumnado, apoyar el desarrollo de la función tutorial en las aulas, promover
la puesta en marcha de medidas que favorezcan la convivencia y la participación
democrática de las personas, asesorar en metodologías de enseñanza-aprendizaje
favorecedoras de contextos inclusivos, trabajar la transición del alumnado entre etapas
educativas, y un largo etcétera. Es por ello que requiere disponer del espacio y de los
recursos didácticos y materiales necesarios para poder llevar a cabo sus tareas. Eso incluye
disponer de más de un orientador dentro del departamento para poder ofrecer la atención
necesaria a toda la comunidad educativa, acorde a las necesidades del centro educativo.
Formación permanente de la comunidad educativa. Para poder llevar a cabo todo esto,
es necesario que la comunidad educativa reciba el asesoramiento y la capacitación
necesaria para poder participar en las diversas metodologías de enseñanza-aprendizaje
llevadas a cabo, utilizar los recursos educativos específicos y ayudas técnicas para apoyar el
aprendizaje y la participación del alumnado, mejorar sus habilidades para trabajar en
equipo, aprender nuevos métodos de enseñanza-aprendizaje, profundizar en las necesidades
y pautas educativas para trabajar con determinados colectivos de alumnado, aprender
estrategias comunicativas para poder trabajar con determinados colectivos (por ejemplo, el
empleo de sistemas aumentativos y alternativos de la comunicación, SAAC), aprender a
analizar e interpretar las diferentes culturas existentes, etc.
Fomentar el liderazgo inclusivo. El liderazgo inclusivo es aquel que trabaja para mejorar
las condiciones de aprendizaje del alumnado a partir de los principios de la educación
inclusiva y que motiva a que se inicie un proceso de reflexión entre todos los miembros de
la comunidad educativa con vistas a crear una escuela más inclusiva, y que toda la
comunidad educativa se comprometa a lograrlo, superando sus dificultades, apoyándose
mutuamente y coordinándose para lograr los objetivos comunes, así como comprometerse
con los valores inclusivos. Para ello, se debe crear un clima de trabajo donde se fomente el
respeto y el diálogo igualitario, la implicación y compromiso de la comunidad educativa,
apostar por un modelo inclusivo, la promoción de valores inclusivos y democráticos,
compartir un proyecto que apueste por el cambio y una preocupación por obtener los
medios necesarios que permitan alcanzar nuestros propósitos.

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