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Actitud de oración

Sinopsis
Una actitud por la cual se desarrolla una relación constante entre Dios y los
creyentes.
Una forma de vida
Lc 2.37
Lucas 2.36-37 “y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se
apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y
oraciones”.
Ver también Sal 5.3; Sal 55.17; Sal 109.4; Dn 6.10–11; Dn 6.13
Salmo 5.3 “Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me
presentaré delante de ti, y esperaré”
Salmo 55.17 “Tarde y mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él
oirá mi voz”
Salmo 109.4 “En pago de mi amor me han sido adversarios; Mas yo
oraba
Daniel 6.10–11 (RVR60) — 10 Cuando Daniel supo que el edicto
había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas de su
cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba tres veces al día, y
oraba y daba gracias delante de su Dios, como lo solía hacer antes.
11 Entonces se juntaron aquellos hombres, y hallaron a Daniel
orando y rogando en presencia de su Dios.
Daniel 6.13 (RVR60) — 13 Entonces respondieron y dijeron delante
del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá, no te
respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste, sino que tres
veces al día hace su petición.
Surge del deseo de estar con Dios
Sal 130.5–6
Salmo 130.5–6 (RVR60) — 5 Esperé yo a Jehová, esperó mi alma;
En su palabra he esperado. 6 Mi alma espera a Jehová Más que los
centinelas a la mañana, Más que los vigilantes a la mañana.
Ver también Sal 42.1–4; Sal 84.1–2
Salmo 42.1–4 (RVR60) — 1 Como el ciervo brama por las corrientes
de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2 Mi alma tiene
sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré
delante de Dios? 3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche,
Mientras me dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? 4 Me
acuerdo de estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo
yo fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre voces
de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta.
Salmo 84.1–2 (RVR60) — 1 ¡Cuán amables son tus moradas, oh
Jehová de los ejércitos! 2 Anhela mi alma y aun ardientemente
desea los atrios de Jehová; Mi corazón y mi carne cantan al Dios
vivo.
Surge de un conocimiento de la necesidad que solo puede ser
satisfecha por Dios
1 Ti 5.5
1 Timoteo 5.5 (RVR60) — 5 Mas la que en verdad es viuda y ha
quedado sola, espera en Dios, y es diligente en súplicas y oraciones
noche y día.
Ver también Sal 86.1; Sal 105.4
Salmo 86.1 (RVR60) — 1 Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame,
Porque estoy afligido y menesteroso.
Salmo 105.4 (RVR60) — 4 Buscad a Jehová y su poder; Buscad
siempre su rostro.
Demuestra una confianza continua en Dios
Jn 15.5–8
Juan 15.5–8 (RVR60) — 5 Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el
que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque
separados de mí nada podéis hacer.6 El que en mí no permanece,
será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los
echan en el fuego, y arden.7 Si permanecéis en mí, y mis palabras
permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será
hecho.8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto,
y seáis así mis discípulos.
Ver también Sal 63.1–8
Salmo 63.1–8 (RVR60) — 1 Dios, Dios mío eres tú; De madrugada
te buscaré; Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca
y árida donde no hay aguas, 2 Para ver tu poder y tu gloria, Así como
te he mirado en el santuario. 3 Porque mejor es tu misericordia que
la vida; Mis labios te alabarán. 4 Así te bendeciré en mi vida; En tu
nombre alzaré mis manos. 5 Como de meollo y de grosura será
saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi boca, 6 Cuando
me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite en ti en las vigilias de
la noche. 7 Porque has sido mi socorro, Y así en la sombra de tus
alas me regocijaré. 8 Está mi alma apegada a ti; Tu diestra me ha
sostenido.
Involucra un corazón recto con Dios
Is 1.15–17
Isaías 1.15–17 (RVR60) — 15 Cuando extendáis vuestras manos, yo
esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando multipliquéis la
oración, yo no oiré; llenas están de sangre vuestras manos. 16
Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de vuestras obras de delante
de mis ojos; dejad de hacer lo malo; 17 aprended a hacer el bien;
buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano,
amparad a la viuda.
Ver también Mt 6.7; Mr 12.40
Mateo 6.7 (RVR60) — 7 Y orando, no uséis vanas repeticiones,
como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
Marcos 12.40 (RVR60) — 40 que devoran las casas de las viudas, y
por pretexto hacen largas oraciones. Estos recibirán mayor
condenación.
Involucra la necesidad de estar alerta
Mt 26.41
Mateo 26.41 (RVR60) — 41 Velad y orad, para que no entréis en
tentación; el espíritu a la verdad está dispuesto, pero la carne es
débil.
Ver también Mi 7.7; Lc 21.36; Col 4.2
Miqueas 7.7 (RVR60) — 7 Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios
de mi salvación; el Dios mío me oirá.
Lucas 21.36 (RVR60) — 36 Velad, pues, en todo tiempo orando que
seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que
vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre.
Colosenses 4.2 (RVR60) — 2 Perseverad en la oración, velando en
ella con acción de gracias;
Necesita ser mantenida especialmente en circunstancias difíciles
Lc 18.1
Lucas 18.1 (RVR60) — 1 También les refirió Jesús una parábola
sobre la necesidad de orar siempre, y no desmayar,
Ver también Hab 3.16–19; Hch 16.25; 1 Tes 5.17; 1 P 4.7
Habacuc 3.16–19 (RVR60) — 16 Oí, y se conmovieron mis
entrañas; A la voz temblaron mis labios; Pudrición entró en mis
huesos, y dentro de mí me estremecí; Si bien estaré quieto en el día
de la angustia, Cuando suba al pueblo el que lo invadirá con sus
tropas. 17 Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos,
Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den
mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya
vacas en los corrales; 18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me
gozaré en el Dios de mi salvación. 19 Jehová el Señor es mi
fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me
hace andar.
Hechos de los Apóstoles 16.25 (RVR60) — 25 Pero a medianoche,
orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían.
1 Tesalonicenses 5.17 (RVR60) — 17 Orad sin cesar.
1 Pedro 4.7 (RVR60) — 7 Mas el fin de todas las cosas se acerca;
sed, pues, sobrios, y velad en oración.
Ejemplos de personas con una actitud constante de oración y mostró
resultados
Ana, oró por un hijo
1 Sm 1.20
1º Samuel 1.20 (RVR60) — 20 Aconteció que al cumplirse el
tiempo, después de haber concebido Ana, dio a luz un hijo, y le
puso por nombre Samuel, diciendo: Por cuanto lo pedí a Jehová.
Ver también Is 1.10–18
Isaías 1.10–18 (RVR60) — 10 Príncipes de Sodoma, oíd la
palabra de Jehová; escuchad la ley de nuestro Dios, pueblo de
Gomorra.11 ¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de
vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros
y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni
de ovejas, ni de machos cabríos. 12 ¿Quién demanda esto de
vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para
hollar mis atrios? 13 No me traigáis más vana ofrenda; el
incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el
convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras
fiestas solemnes. 14 Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas
solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas;
cansado estoy de soportarlas. 15 Cuando extendáis vuestras
manos, yo esconderé de vosotros mis ojos; asimismo cuando
multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas están de sangre
vuestras manos. 16 Lavaos y limpiaos; quitad la iniquidad de
vuestras obras de delante de mis ojos; dejad de hacer lo malo;
17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al
agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda. 18
Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si vuestros
pecados fueren como la grana, como la nieve serán
emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a ser
como blanca lana.
Elías, un hombre ordinario que oró
Stg 5.17–18
Santiago 5.17–18 (RVR60) — 17 Elías era hombre sujeto a
pasiones semejantes a las nuestras, y oró fervientemente para
que no lloviese, y no llovió sobre la tierra por tres años y seis
meses. 18 Y otra vez oró, y el cielo dio lluvia, y la tierra produjo
su fruto.
Ver también 1 Re 17.1; 1 Re 18.41–46
1º Reyes 17.1 (RVR60) — 1 Entonces Elías tisbita, que era de
los moradores de Galaad, dijo a Acab: Vive Jehová Dios de
Israel, en cuya presencia estoy, que no habrá lluvia ni rocío en
estos años, sino por mi palabra.
1º Reyes 18.41–46 (RVR60) — 41 Entonces Elías dijo a Acab:
Sube, come y bebe; porque una lluvia grande se oye.42 Acab
subió a comer y a beber. Y Elías subió a la cumbre del Carmelo,
y postrándose en tierra, puso su rostro entre las rodillas.43 Y
dijo a su criado: Sube ahora, y mira hacia el mar. Y él subió, y
miró, y dijo: No hay nada. Y él le volvió a decir: Vuelve siete
veces.44 A la séptima vez dijo: Yo veo una pequeña nube como
la palma de la mano de un hombre, que sube del mar. Y él dijo:
Ve, y di a Acab: Unce tu carro y desciende, para que la lluvia no
te ataje.45 Y aconteció, estando en esto, que los cielos se
oscurecieron con nubes y viento, y hubo una gran lluvia. Y
subiendo Acab, vino a Jezreel.46 Y la mano de Jehová estuvo
sobre Elías, el cual ciñó sus lomos, y corrió delante de Acab
hasta llegar a Jezreel.
Nehemías, un hombre que descubrió el plan de Dios a través de la
oración
Neh 1.4
Nehemías 1.4 (RVR60) — 4 Cuando oí estas palabras me senté
y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del
Dios de los cielos.
Ver también Neh 1.5–11; Neh 2.4–5
Nehemías 1.5–11 (RVR60) — 5 Y dije: Te ruego, oh Jehová,
Dios de los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto
y la misericordia a los que le aman y guardan sus
mandamientos; 6 esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos
para oír la oración de tu siervo, que hago ahora delante de ti día
y noche, por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los
pecados de los hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí,
yo y la casa de mi padre hemos pecado. 7 En extremo nos
hemos corrompido contra ti, y no hemos guardado los
mandamientos, estatutos y preceptos que diste a Moisés tu
siervo. 8 Acuérdate ahora de la palabra que diste a Moisés tu
siervo, diciendo: Si vosotros pecareis, yo os dispersaré por los
pueblos; 9 pero si os volviereis a mí, y guardareis mis
mandamientos, y los pusiereis por obra, aunque vuestra
dispersión fuere hasta el extremo de los cielos, de allí os
recogeré, y os traeré al lugar que escogí para hacer habitar allí
mi nombre. 10 Ellos, pues, son tus siervos y tu pueblo, los
cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano poderosa. 11
Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a la oración de tu
siervo, y a la oración de tus siervos, quienes desean reverenciar
tu nombre; concede ahora buen éxito a tu siervo, y dale gracia
delante de aquel varón. Porque yo servía de copero al rey.
Nehemías 2.4–5 (RVR60) — 4 Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides?
Entonces oré al Dios de los cielos,5 y dije al rey: Si le place al
rey, y tu siervo ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá,
a la ciudad de los sepulcros de mis padres, y la reedificaré.
David, sustentado en medio de las pruebas
1 Sm 30.6
1º Samuel 30.6 (RVR60) — 6 Y David se angustió mucho,
porque el pueblo hablaba de apedrearlo, pues todo el pueblo
estaba en amargura de alma, cada uno por sus hijos y por sus
hijas; mas David se fortaleció en Jehová su Dios.
Ver también 2 Sm 22.1–4; Sal 3.1–8
2º Samuel 22.1–4 (RVR60) — 1 Habló David a Jehová las
palabras de este cántico, el día que Jehová le había librado de
la mano de todos sus enemigos, y de la mano de Saúl.2 Dijo:
Jehová es mi roca y mi fortaleza, y mi libertador; 3 Dios mío,
fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y el fuerte de mi
salvación, mi alto refugio; Salvador mío; de violencia me libraste.
4 Invocaré a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré
salvo de mis enemigos.
Salmo 3.1–8 (RVR60) — 1 ¡Oh Jehová, cuánto se han
multiplicado mis adversarios! Muchos son los que se levantan
contra mí. 2 Muchos son los que dicen de mí: No hay para él
salvación en Dios. Selah 3 Mas tú, Jehová, eres escudo
alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza. 4 Con mi
voz clamé a Jehová, Y él me respondió desde su monte santo.
Selah 5 Yo me acosté y dormí, Y desperté, porque Jehová me
sustentaba. 6 No temeré a diez millares de gente, Que pusieren
sitio contra mí. 7 Levántate, Jehová; sálvame, Dios mío; Porque
tú heriste a todos mis enemigos en la mejilla; Los dientes de los
perversos quebrantaste. 8 La salvación es de Jehová; Sobre tu
pueblo sea tu bendición. Selah
Daniel, cuya paciencia en oración fue recompensada
Dn 10.12
Daniel 10.12 (RVR60) — 12 Entonces me dijo: Daniel, no
temas; porque desde el primer día que dispusiste tu corazón a
entender y a humillarte en la presencia de tu Dios, fueron oídas
tus palabras; y a causa de tus palabras yo he venido.
Ver también Dn 9.1–19
Daniel 9.1–19 (RVR60) — 1 En el año primero de Darío hijo de
Asuero, de la nación de los medos, que vino a ser rey sobre el
reino de los caldeos,2 en el año primero de su reinado, yo
Daniel miré atentamente en los libros el número de los años de
que habló Jehová al profeta Jeremías, que habían de cumplirse
las desolaciones de Jerusalén en setenta años. 3 Y volví mi
rostro a Dios el Señor, buscándole en oración y ruego, en
ayuno, cilicio y ceniza. 4 Y oré a Jehová mi Dios e hice
confesión diciendo: Ahora, Señor, Dios grande, digno de ser
temido, que guardas el pacto y la misericordia con los que te
aman y guardan tus mandamientos; 5 hemos pecado, hemos
cometido iniquidad, hemos hecho impíamente, y hemos sido
rebeldes, y nos hemos apartado de tus mandamientos y de tus
ordenanzas. 6 No hemos obedecido a tus siervos los profetas,
que en tu nombre hablaron a nuestros reyes, a nuestros
príncipes, a nuestros padres y a todo el pueblo de la tierra. 7
Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la confusión de rostro,
como en el día de hoy lleva todo hombre de Judá, los moradores
de Jerusalén, y todo Israel, los de cerca y los de lejos, en todas
las tierras adonde los has echado a causa de su rebelión con
que se rebelaron contra ti. 8 Oh Jehová, nuestra es la confusión
de rostro, de nuestros reyes, de nuestros príncipes y de
nuestros padres; porque contra ti pecamos. 9 De Jehová nuestro
Dios es el tener misericordia y el perdonar, aunque contra él nos
hemos rebelado, 10 y no obedecimos a la voz de Jehová
nuestro Dios, para andar en sus leyes que él puso delante de
nosotros por medio de sus siervos los profetas. 11 Todo Israel
traspasó tu ley apartándose para no obedecer tu voz; por lo cual
ha caído sobre nosotros la maldición y el juramento que está
escrito en la ley de Moisés, siervo de Dios; porque contra él
pecamos. 12 Y él ha cumplido la palabra que habló contra
nosotros y contra nuestros jefes que nos gobernaron, trayendo
sobre nosotros tan grande mal; pues nunca fue hecho debajo
del cielo nada semejante a lo que se ha hecho contra Jerusalén.
13 Conforme está escrito en la ley de Moisés, todo este mal vino
sobre nosotros; y no hemos implorado el favor de Jehová
nuestro Dios, para convertirnos de nuestras maldades y
entender tu verdad. 14 Por tanto, Jehová veló sobre el mal y lo
trajo sobre nosotros; porque justo es Jehová nuestro Dios en
todas sus obras que ha hecho, porque no obedecimos a su voz.
15 Ahora pues, Señor Dios nuestro, que sacaste tu pueblo de la
tierra de Egipto con mano poderosa, y te hiciste renombre cual
lo tienes hoy; hemos pecado, hemos hecho impíamente. 16 Oh
Señor, conforme a todos tus actos de justicia, apártese ahora tu
ira y tu furor de sobre tu ciudad Jerusalén, tu santo monte;
porque a causa de nuestros pecados, y por la maldad de
nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo son el oprobio de todos
en derredor nuestro. 17 Ahora pues, Dios nuestro, oye la oración
de tu siervo, y sus ruegos; y haz que tu rostro resplandezca
sobre tu santuario asolado, por amor del Señor. 18 Inclina, oh
Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos, y mira nuestras
desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado tu nombre;
porque no elevamos nuestros ruegos ante ti confiados en
nuestras justicias, sino en tus muchas misericordias. 19 Oye,
Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y hazlo; no
tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu nombre es
invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo.
La iglesia primitiva, fue fundada sobre oración
Hch 1.14
Hechos de los Apóstoles 1.14 (RVR60) — 14 Todos éstos
perseveraban unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y
con María la madre de Jesús, y con sus hermanos.
Ver también Hch 2.42; Hch 4.23–31; Hch 6.4; Hch 12.5
Hechos de los Apóstoles 2.42 (RVR60) — 42 Y perseveraban
en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros,
en el partimiento del pan y en las oraciones.
Hechos de los Apóstoles 4.23–31 (RVR60) — 23 Y puestos en
libertad, vinieron a los suyos y contaron todo lo que los
principales sacerdotes y los ancianos les habían dicho.24 Y
ellos, habiéndolo oído, alzaron unánimes la voz a Dios, y dijeron:
Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el
mar y todo lo que en ellos hay;25 que por boca de David tu
siervo dijiste: ¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos
piensan cosas vanas? 26 Se reunieron los reyes de la tierra, Y
los príncipes se juntaron en uno Contra el Señor, y contra su
Cristo. 27 Porque verdaderamente se unieron en esta ciudad
contra tu santo Hijo Jesús, a quien ungiste, Herodes y Poncio
Pilato, con los gentiles y el pueblo de Israel, 28 para hacer
cuanto tu mano y tu consejo habían antes determinado que
sucediera. 29 Y ahora, Señor, mira sus amenazas, y concede a
tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, 30 mientras
extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y
prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. 31 Cuando
hubieron orado, el lugar en que estaban congregados tembló; y
todos fueron llenos del Espíritu Santo, y hablaban con denuedo
la palabra de Dios.
Hechos de los Apóstoles 6.4 (RVR60) — 4 Y nosotros
persistiremos en la oración y en el ministerio de la palabra.
Hechos de los Apóstoles 12.5 (RVR60) — 5 Así que Pedro
estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar
oración a Dios por él.
Pablo, oró por todas las iglesias que fundó o visitó
Col 1.9
Colosenses 1.9 (RVR60) — 9 Por lo cual también nosotros,
desde el día que lo oímos, no cesamos de orar por vosotros, y
de pedir que seáis llenos del conocimiento de su voluntad en
toda sabiduría e inteligencia espiritual,
Ver también Ro 1.9–10; Ef 1.16; Flp 1.4; 1 Tes 3.10; 2 Tes 1.11; 2 Ti
1.3; Flm 4
Romanos 1.9–10 (RVR60) — 9 Porque testigo me es Dios, a
quien sirvo en mi espíritu en el evangelio de su Hijo, de que sin
cesar hago mención de vosotros siempre en mis oraciones,10
rogando que de alguna manera tenga al fin, por la voluntad de
Dios, un próspero viaje para ir a vosotros.
Efesios 1.16 (RVR60) — 16 no ceso de dar gracias por
vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,
Filipenses 1.4 (RVR60) — 4 siempre en todas mis oraciones
rogando con gozo por todos vosotros,
1 Tesalonicenses 3.10 (RVR60) — 10 orando de noche y de
día con gran insistencia, para que veamos vuestro rostro, y
completemos lo que falte a vuestra fe?
2 Tesalonicenses 1.11 (RVR60) — 11 Por lo cual asimismo
oramos siempre por vosotros, para que nuestro Dios os tenga
por dignos de su llamamiento, y cumpla todo propósito de
bondad y toda obra de fe con su poder,
2 Timoteo 1.3 (RVR60) — 3 Doy gracias a Dios, al cual sirvo
desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me
acuerdo de ti en mis oraciones noche y día;
Filemón 4 (RVR60) — 4 Doy gracias a mi Dios, haciendo
siempre memoria de ti en mis oraciones,

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