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Indigena i América AMERICA INDIGENA ORGANO TRIMESTRAL DEL INSTITUTO INDIGENISTA INTERAMERICANO Director: MIGUEL LEGN-PORTILLA Secretario: DEMETRIO SODI M. Subsecretario: ALFREDO LOPEZ AUSTIN Val XXIV MEXICO, D. F. JULIO, 1964 | NUM. 3 SUMARIO EDITORIAL Tass ¥ Proptsitos del V Congreso Indigenista Interamericano 207 Task and Purposes of the V Interamerican Indian Congress .. 209 ARTICULOS Costes Mays antigua y Tzotzil Contemporinea, por Econ Z. Vogt ait pment Experience in a Centrai American ooo ean cgesl tan 221 Contribaciin al Estudio de los Aymaras (Secimda Parte), por nso Bouroncle Carreén way B88 RESENAS BIBLIOGRAFICAS El Problema Racial en la Conquista de América y el Mestizaje, por Alejandro Lipschutz. (Alfredo Lépez Austin) . ee a8 Cidice Borgia y Comentarios al Cédice Borgia, por Edward Seler. (Juan Adolfo Vazquez) Estructura y Desarrollo de las Comunidades Rurales. (Estudio de una Area del Bajio (Romita, Gto.) ), eS varios autores. (De- metrio Sodi M.) aa 113 9 ene 272 CONTRIBUCION AL ESTUDIO DE LOS AYMARAS (Segunda parte)* por ALFoNso Bouroncie Carre6n, SUMMARY ‘The Aymara people, one of the oldest in America, is actual- ly found located in the periphery of Lake Titicaca, in a cons- tant fight against an environment which gives them scarce re- Sources of subsistence. In this second part of the study, a continuation of the one published in the proceding issue, the author describes the vital cycle of the Aymaras, from their Hinde to their death, and analizes the knowledge of the people, their magic and religion practices and the actual process of acculturation. ‘A people of artists, they manifest and liberate themselves through music and dances. Their everyday poverty is forgot: fen awhile among the rich and many-colored finery of the dancers, the oppression, of which they are lasting victims, is driven back with nimble movements were the Indians turn over their feelings 10 enter into contact with the deity, to express erotic wishes and to make satire of their dominators, ‘This paper ends with the analysis of psicological and social aspects, there, the author focuses the behavior of the Aymaras, the use of toxics, entertainment and games, their continuous mi- grations, the existence of prostitution and the social organiza- tion, both in their internal relations as in the ones which result from their contact with the outside world, ‘Gedo Vital Les diferentes momentos de la vida se encuentran asociados a pric Seas y costumbres que la tradicién ha consagrado, y la falta de edu- cecién hace que por el momento perduren. Las caracterfsticas fisio- Seicas humanas y las pricticas o etapas que de ella se derivan, sobre sed en los momentos trascendentales, son asociadas a lo misterioso, Gende influyen o pueden hacerlo las fuerzas sobrenaturales; el com- portamiento queda asociado a la tradicién y no a la necesidad; el Scismo sigue primando como resabio del ancestro y falta de = La primera parte de este articulo fue publicada en América Indfgena, sctemen XXIV, nimero 2 Aesécica Indigena.—Vol. XXIV, N’ 3.—Julio, 1964. 234 América Indigena Nacimiento Para que se siga manteniendo el vinculo de familia, el esposo ¢s el que debe atender el parto; en la prictica es algtin familiar feme- nino quien Jo hace, pero el padre est4 presente. Para facilitar el parto, se administra a la parturienta un brebaje consistente en Ia in- fusién de 3 cabezas de colle (hierba local), a la que se afiade un pequefio trozo de jaboncillo; si se presentan dificultades por tra- tarse de una distocia, se coloca de pie a la enferma y, abrazindola por la espalda, la sacuden para que salga la criatura; cuando la ma- niobra no da resultado 0 se presentan complicaciones, se recurre a Jos curanderos o parteras empiricas; los primeros colaboran con sus exorcismos, las segundas con su ignorancia, y ambos someten a la pobre gestante a ritos y maniobras que muchas veces la Ievan al agotamiento, a Ia infecciém y en no pocos casos a la muerte; pero siempre la culpan de flojera y de que no quiere tener a su hijo; es la causa por la que éste no nace. En algunas localidades y en los Altimos afios, cuando el caso se presenta dificil, recurren a los ser- vicios del médico local o de alguna obstetriz. Acontecido el nacimiento, proceden a cortar al nifio el cordén umbilical con un pedazo de tiesto; hacerlo con un elemento cortante de metal, determina que el nifio va a tener la propensién de romper las cosas 0 gastar rapido la ropa que use, por Io que, de acuerdo a sus abuciones, hay que evitarlo. El nifio es bafiado y, para evitar que se enfrie, le colocan en la fontanela un trocito de lana negra. Utilizan el meconio o primer excremento de Ia criatura para prepa- rar una pasta con Ia que le untan detrds de las orejas, para evitar que le dé aire; suclen colocarle tierra en el ombligo para evitar las hemorragias. Al nifio se le protege de males y maleficios; para evi- tar que se resfrie, hay que impedir que sea visto por extrafios; se evitan en el hogar los ruidos molestos, ya que podrian determinar que perdie- ra e] Animo. Cuando el nifio comienza a ser llevado fuera del domicilio, en especial al campo, los malos espiritus pueden hacer presa de él mientras duerme; para impedir tal cosa, cuando el nifio es deposi- tado en sus cobijas sobre el suelo, a poca distancia de su cabeza se clava en el suelo un cuchillo, una aguja, 0 cualquier objeto punzante metilico, con lo cual se conjura el peligro. Los espiritus malignos no podrin tocar al nifio porque, al acercarsele, el objeto metdlico los conduciré a la profundidad de la tierra, La criatura puede ser causa de que caiga alguna desgracia sobre la colectividad; esto sucede cuan- do no ha sido bautizado, razén por la que los aymaras hacen bauti- Contribucién al Estudio de los Aymaras 235 sx 2 sus hijos lo antes posible, para evitar la caida de heladas 0 ‘@ranizadas sobre los sembradios; en esta filtima costumbre se aprecia Ge intervencién directa de los curas que, al atemorizar a los campesi- ees tratan de fijarlos a sus érdenes. La parturienta también es objeto de pricticas especiales, después 21 alumbramiento y por 40 dias; para evitar se resfrfe, le envuelven See pies con una banda que va del empeine a la concavidad plantar, Se que es més un adorno que un abrigo; igualmente dias antes del arto y hasta 20 dias después de él, se Je venda la cabeza con una Seta que va de Ia frente al occipital y con ello se evita que pueda ‘ewebatarse —tener fiebre—; por lo mismo proporcionan los alimen- =s sin al Las hemorragias postparto se previenen administrando infusiones @ terra quemada, para lo cual recogen del interior de los fogones <= poco de barro cocido, lo muelen y administran, Existe la creencia = cl parto no sélo provoca Ia abertura del conducto pélvico y va- seal, sino que también distiende al organismo en general y por lo tent es necesario regresarlo a su situacién normal; para ello proceden al frotado y fajado y asi “volverles a cerrar el cuerpo”. Esta maniobra se realiza tres dias después del alumbramiento; se prepara una pasta een sebo de vaca y yerbas suministradas por el brujo, se le unta todo | cuerpo a la mujer y con una bayeta se le faja la regién abdominal y después se le envuelve en una frazada calentada al sol. Los ali- smentos los toma en escudillas de barro y usa los dedos o cucharas @e madera: si tuviera que usar una de metal, se envuelve el mango para evitar que lo toque, porque el fro de los metales puede enfer- ssarla. Guarda reposo durante 8 dias y para conseguir su recupera~ ‘@ém se absticne de hacer uso del agua o efectuar caminatas langas Basta pasados los 40 dias. Matrimonio Debemos entenderlo como la unién consensual de una pareja que comienza a vivir junta, al margen de las ceremonias. En Ia actualidad cl matrimonio tiene dos origenes; el afectivo y | no quita que se desarrolle utilitario, primando este ltimo, Io cual Trataremos de ei juego amoroso, especialmente entre los jévenes. explicar ambos aspectos. En Ia unién interesada, podemos considerar al matrimonio como ena simple expresién econémica; es un factor que puede solucionar 236 América Indigena dl problema del trabajo. No interesa que una mujer acuda con hijos al matrimoaio y es mejor que asi suceda, ya que la prole no es un problema; es considerada como una forma de incrementar el capital y apenas pueden los nifios desarrollar algunas actividades, son puestos en ellas, En estas oportunidades el matrimonio es una fria transac- cién en la que lo finico que se aprecia son los beneficios que las partes puedan obtener; este tipo de unién es una imposicion que se hace sobre los contrayentes, sin intervenir sus sentimientos, opinio- nes o preferencias. Se obliga su acatamiento, aunque la desobedien- cia no es punible, y la falta se olvida y perdona ripidamente. En Ia unién sentimental, como buenos hijos de Ja tierra, el amor se inicia en el campo, de preferencia durante las faenas que en él se desarrollan. Tienen un sistema peculiar de enamorarse; juegan més con la accién que con palabras; el pellizco o ligeros empujones son formas de requiebro; a la distancia hacen notar su presencia con espejos, tratando de hacer incidir la refraccién Iuminosa sobre 1a cara; lanzarse piedrecillas es una forma de galanteo. La muchacha da a entender su aquiescencia con sonrisas; su rechazo est4 leno de insultos ¢ improperios. En algunas localidades, el varén se manifiesta quitando una pren- da 0 adorno a la clegida; el silencio de ésta es muestra de someti- miento, El amor entre los aymaras no es de tipo platénico, y cuando una pareja entra en entendimiento, rapidamente Ilegan a su culminacién Para ello suelen emplear dos sistemas; sustraen a Ja zagala una pren- da y se van con ella, obligando a la propietaria a seguirlos para re- cuperarla y de esa manera se alejan a buen recaudo; o bien emplean métodos més expeditivos; emprenden a empellones con la elegida 0, tomAndola de una mano, comienzan a jalarla; la muchacha se condu- ce como victima y, para cubrir las apariencias, ofrece resistencia a medias, pero Ilega siempre a donde nadie los ve. Esta es la raz6n por Ja que la virginidad de la novia al legar al matrimonio carece de importancia, pero cuidan mucho de las relaciones con extrafios, es- pecialmente con los blancos; la mujer que tiene relacién con ellos es repudiada en su medio y dificilmente consigue matrimonio. Es de buen tono que la mano de la pretendida sea solicitada por tres veces; en las dos primeras peticiones se rechaza a los solicitantes y en la tercera se acepta su peticién. Si el rechazo persiste y hay en- tendimiento entre los novios, él la rapta o ella se fuga a la casa de su suegro; posteriormente los padres del novio van a pedir disculpas y queda concertada la unién, Cuando el rechazo no es seguido por Contribucién al Estudio de los Aymaras 237 sexi de los amantes, se producen reyertas y encono entre las Para el petitorio, el novio y sus padres 0 mayores se presentan = & casa de la novia cargados de presentes que consisten en mezcla _ @4 alcohol con agua, coca, dulces, pan, chalona, etc. Comienzan “es Bbaciones y a ingerir los regalos; el padre de la novia expone todos “es defectos de su hija ¢ incluso le afiade algunos figurados, para que seea i pretendiente lo que se lleva y no hayan reclamaciones ulte- Geees La fiesta del compromiso cobra animacién a la par que se ‘eesumen las botellas; los suegros, en la euforia alcohélica, se pro- Ses respeto y carific, mientras los novios desaparecen para iniciar == vida conyugal. (Geando el matrimonio ha sido concertado, los padres de ambos ‘& participan a familiares y amigos, los cuales, frente a la noticia, Se Senten obligados a colaborar en la instalacién del nuevo hogar y seeedarios en las mayordomias. Les novios viven en la casa de los padres del varén por un afio, ‘=sminado cl cual proceden a construir su propio hogar. La unién se realiza en dos etapas; en un primer momento los ‘S=Stes inician su vida conyugal, pero por simple y mutuo consenti- SSto; esto es considerado como matrimonio a prucba o s¢rvinacuy, ‘Aceoximadamente dos afios después proceden a definir su situacién; Pema separarse y lo hacen en mutuo respeto y armonia; ella se Ile- = 2 los hijos, y los bienes los reparten equitativamente. La mujer, Spu6 de esta prucha, puede volverse a unir en servinacuy 0 ma- ‘Steonio; su experiencia primera no es mal vista y los hijos pueden se hasta un aliciente. En el caso que decidan proseguir unidos, pro- escan Iegalizar Ja situacién con el matrimonio civil y religioso, La semonia matrimonial cobra gran trascendencia durante los festcjos, @ les que se dirige toda su economia. Familiares y amigos contribu- especialmente los solteros, mediante el ayni o ayuda mutua. Co- Jeean en una bolsa su aporte y lo entregan al novio, para que éste les Gewwelva el doble cuando ellos a su vez se casen. Les festejos del matrimonio se continian por varios dias, inician- dese en la casa del padrino, el cual teéricamente est comprometido = agasajarlos todo el primer dia; de su casa salen a la casa de los Spoxados, y en el camino los masicos interpretan el casarasiri o mar- ba nupcial aymara, que expresa Ja fe de los contrayentes de perma- secer unidos y el anhelo que tienen de cimentar su hogar en armonia; © por exo que esta marcha s6lo se interpreta cuando la unién es @efnitiva, al final del servinacuy. En su desfilar por los campos el See alll 238 América Indigena baile es continuo; risas y miisica Ilenan el ambiente. Las mujeres de la familia del novio preceden en el baile a la pareja, entonando can- tos alusivos; Ia reciben como hermana y le ofrecen un nuevo hogar. El padrino de arras, que sera el segundo oferente, ya que los fes- tejos del segundo dia le corresponden, muestra y conduce los sim- bolos de la compra catélica, mientras que la antigua wuyfala, reem- plazada ahora por la bandera nacional, es Ilevada como estandarte. Los padres de ambos corren con los festejos del tercer y cuarto dias; son los novios los que lo haran a partir del quinto y proseguirin mientras exista dinero para hacerlo. El matrimonio definitive marca una separacién familiar; en el concepto aymara las hijas se pierden con el matrimonio, ya que pasa- ran a servir en otro hogar, abandonando el paterno, mientras que s¢ ganan las nueras porque son incorporadas al trabajo en su nuevo fa- milia, La unién se efectiia entre presonas del mismo grupo, aunque es infrecuente el matrimonio entre parientes. Procuran que los nuevos hogares surjan del mismo pueblo aymara y no es aceptado el casa- miento con personas de otra lengua Los varones buscan en la boda no sélo cimentar su economia, sino un complemento a sus actividades; las mujeres enfermizas o deformes son desechadas y en esta tradicional prictica eugenésica, se dirigen sobre aquellas que demuestren capacidad y actividad. De esa manera obtienen un elemento iitil en el desarrollo de su trabajo. Muerte El final de la vida es tomado con resignacién y demuestran gran filosofia en esas circunstaneias; procuran brindar al agonizante tran- quilidad y que su retiro sea en armonia con todos, que no parta con resentimiento, y en los momentos finales, m&s que cuidarlo de su enfermedad, procuran hacerlo de su mente. Cuando una persona enferma y su condicién es de gravedad, se co- munica a los parientes para que retinan y traigan a los amigos; igual- mente Hevan junto al lecho a los enemigos o personas con quienes pudo haber estado disgustado, para que se amiste, Consideran que cuando una persona persiste en su enojo o no ha sido perdonado 0 no merece el perdén, su agonia se prolonga y no puede morir. Frente a la enfermedad, luchan con todos los recursos que puede proporcionarles el medio y su ignorancia; cuando comprenden que 239 Contribucién al Estudio de los Aymaras @ cxorcismos, ritos y pécimas el enfermo agrava y entra en Seecinales, aceptan Ia situacién con resignacién. No desesperan = la mmerte; Ia consideran un fenémeno natural y no pocas == alisio. Durante siglos han presenciado cémo las epidemias ‘eon ellos y que sus recursos son impotentes para contener el & & enfermedad; por eso reciben al destino conforme se pre- Peedecido el deceso, lavan el cadaver para que se presente lim- ‘== es mansiones de Ia otra vida; simbélicamente el lavado se Bee = i cuerpo. Lo que pretenden es limpiar el espiritu para que Gece inmaculada perpetéie su existencia, El muerto, si los recur- ‘% pemniten, es amortajado con una especie de saya confeccionada Gees cuyo color difiere segiin la edad y vida sexual. Para los © solteros vingenes el color es blanco: para quienes tuvieron Seees sexuales, al margen de su estado civil, el gris y un cordén = les cubren la cabeza con una especie de cucurucho de la ‘i, que semeja capucha de fraile franciscano. Los mayores, para su diltimo viaje una bolsa de coca que se las prenden a ora Te afficci6n que causa el deceso puede quedar arraigada en las por lo cual es necesario eliminar esa posibilidad; emplean ‘= He un cordén o tacarafia donde anudan hilas de diferentes Sethes santos como asistentes haya en el funeral; el cordén es pa- Ste bre cl cadaver y después un maestro de ceremonias, que es exp o collasiri, lo pasa frente a cada persona; después de ligera geeefieciin y maccullar lo que A dice es una oracién, arranca la Sls gee corresponde a la persona, dando por finalizado el duelo & aka uno. Despu del entierro, barren la tumba con una manta negra, ‘Sees apreciar los presagios que el difunto les indique. Al dia siguien- = seresan al cementerio y observan si existen huellas de pisadas de sesiscls sobre la sepultura; si existen, quiere decir que moririn mas Gesiinres o que tendrin pérdidas de ganado. ‘Al séptimo dia lavan la ropa del difunto y a la noche del octa- s> frente a las prendas de vestir, realizan el velorio, durante el eesl 2 més de abundantes libaciones, tratan de descubrir los secre- = Ge] futuro mediante la lectura de Ja buenaventura en hojas de exes: cada persona coloca hojas seleccionadas entre las mejores y, ese de untarlas con sebo, va formando pequefios montones en & melo y, seaiin la distribucién, Jen Ia suerte; posteriormente mez- ex algunas de esas hojas con diversas yerbas sefialadas por los en- 240 América Indigena tendidos; fuera del domicilio, en algin cerro, forman un pequefio timulo con esa mezcla y alguna prenda de ropa del difunto y le prenden fuego; con este rite, pagan tributo a los malos espiritus para que sean favorables al difunto a la par que se despicen del muerto, desedndole que tenga buen viaje. Esa misma noche, en el aposento donde murié la persona, tratan de determinar si la tierra se llevara a algin otro, para lo cual punzan el suelo del cuarto; si se hunde cr: algiin lugar, rellenan el orificio con hojas de coca y de esa manera evitan Ja muerte, ya que estén rellenando las futuras sepulturas con regalos a la tierra, En cl dia de difuntos y durante tres afios evan ofrendas de co- mestibles a la tumba. En Ja actualidad ya no los dejan para el consu- mo del muerto, sino los van entregando a las personas que se acercan a rezar por él. Al cuarto afios suspenden este rito. Instruccion El pueblo aymara tiene que ser considerado como no alfabeto, porque como pueblo, en su lengua nativa, carece de escritura y no se ha hecho ningiin esfuerzo para adaptar la fonética aymara a los grafismos latinos, ni para desarrollar la escritura de divulgacién entre el pueblo. En la Colonia existieron algunas publicaciones en lengua aymara, pero fueron traducciones que hicieron los espafioles exclusivamente para el uso de ellos; en la actualidad no existe nin- gin pequefio diccionario del aymara al espafiol y la instruccién que se departe en las escuelas es en castellano. En funcién de este idioma, analizaremos el grado de alfabetizacién alcanzado por el grupo étni- co collagua. Debemos expresar que el grado de instruccién alcanzado por el grupo esta muy por debajo de la tendencia y deseos del pueblo, lo que sera analizado en los acépites siguientes. De acuerdo al censo efectuado en Yunguyo, tenemos que el 74.1% de la poblacién mayor de 5 afios es analfabeta, con un manifiesto predominio femenino, 46.2% en relacién a 27.9% en los varones (cua- dro 6) ; en la poblacién alfabeta, el mayor porcentaje corresponde a los con instruccién elemental o primaria; 16.6%, correspondiendo a Ia ins- truccién superior el menor yolumen: 0.3%. Es interesante observar que existe poblacién autodidacta, ya que sin escolaridad tenemos que el 1.2% sabe leer y el 6.8% lee y escribe; ello de por si nos indica del deseo de aprender que existe en esta poblacién. Contribucién al Estudio de los Aymaras 241 ‘Lis cifras del pirrafo anterior deben ser tomadas con cierta re- per las dos razones siguientes: 1* La poblacién es de habla pero su escolaridad es en castellano; si muchas veces tienen 4 para comprender la conversacién castellana, sobre todo los © mujeres, entonces, gcomprenden lo que leen?; 2” El haber ‘pcos afios en la escuela no quiere decir que los conocimien- ‘seeendidos se guardan de por vida, sobre todo si no hay pricti- & eos: en Ia regién aymara, hay muy poca difusién de papel y esti casi exclusivamente en manos ajenas, lo cual determi- ‘= salidos de Ia escuela no vuelvan a leer y mucho menos @ Ee be organizacién comunal son Jos hombres los que tienen los y las mujeres las obligaciones; esta es la razén por la que Geeemecci6n es patrimonio preferente para los varones, quedando esjeres relegadas al hogar y al analfabetismo. En los ‘ltimos este esquema comicnza a cambiar y las mujeres afluyen en las Ses pero siempre en minoria. Ls mmstruccién es restringida; gran mimero de escolares slo pue- conseguir los primeros afios de escuela, ya que los colegios rurales Geparten algunos grados de instruccién elemental; al terminar apa, quienes deseen continuar estudiando deben transladarse “= seas localidades o recorrer enormes distancias para asistir a escue- ‘Se cee instruccién més avanzada; si persisten en el estudio y deben ‘eeeurrir a los centros de secundaria, el asunto asume caracteres de petbiema casi insoluble, por la falta de colegios y lo precario de ‘eenemia del lugarefio. El aprovechamiento escolar esta disminuido por dos factores: ‘© Ge desnutricién crénica en que viven los nifios, y 2° las enormes ‘Gesencias que deben recorrer para Iegar a sus escuelas y que en ‘gipemes casos alcanzan de 15 a 18 kilémetros, por lo que llegan a Gis completamente extenuados. Les factores que confluyen a mantener el analfabetismo 0 el bajo ‘eel educacional son: conectado al primer punto, el idioma y la Geke de escuclas que pudieran atender a la poblacién escolar; en stecsén al segundo, ademés de los factores ya mencionados, el que Sex excolares deben atender a las faenas del campo en Ia siembra y eeecha; Ia falta de responsabilidad de muchos maestros; la calidad & focales y mobiliario, que en su mayoria son inapropiados para Ta Gencsin pedagégica. En oposicién a Io anterior encontramos que el pueblo aymara esté Geeco de superarse en funcién a la instruccién, comprende la im- 242 América Indigena Portancia de ella; por eso, infinidad de comunidades campesinas construyen sus propios locales escolares y mantienen profesores en ellos; tratan de asimilar las experiencias favorables que observan en el mundo exterior y en los tiltimos afios han surgido estudiantes ay- maras en las universidades a pesar del enorme esfuerzo que ello representa, El estudiante tiene retentiva, agilidad mental y facilidad en la asociacién de ideas; cuando el medio le es favorable, demuestra igual capacidad y rendimiento que el estudiante de cualquier otra latitud lo que falta es orientarlo y darle la posibilidad que desarrolle su inteligencia e iniciativa, Religién En las publicaciones oficiales como en algunos diccionarios, se manifiesta que la religin catélica es la predominante entre los ay- maras. Nada més alejado de la verdad. Este grupo étnico es panteista con manifestaciones de fetichismo. Una de estas manifestaciones es el ritual que practican en las iglesias adorando a la imagen en relie- ve y no al simbolo que representa; veneran al santo patrono de su templo y menosprecian al mismo santo en el santuario vecino; tan sélo el propio es capaz de conferirles beneficios. Han efectuado mezela de Io oriundo con lo catélico y, sin llegar a una nueva sintesis, practican ambas creencias y se someten a ellas, mds por temor, fruto del desconocimiento, que por aceptacién razo- nada o por fe. No establecen diferencia de principios, por lo que se identifican con ambas y en sus ritos rinden tributo a todas las dei- dades Adoran por igual a las piedras y a las fuerzas de la naturaleza, a algunos animales, como las fieras, y a las imdgenes de los templos. Su concepto en materia religiosa es simplista y todo lo que no com- prenden o se manifiesta como fuerza por encima de ellos puede ser un simbolo 0 manifestacién de seres superiores; la tierra y el firma- mento, por ser las fuentes de la vida, son quienes enmarcan el deve- nir humano o establecen la muerte; son los seres supremos y enlazan © identifican con ellos las imagenes eclesidsticas o los fenémenos me- tereoldgicos. La cultura aymara no ha plasmado leyendas sobre sus origenes. Son los gentilares o primitivas tumbas donde fijan su primer ances- tro. No van més all, y su vineulacién con la mitologia es por demas Contribucién al Estudio de los Aymaras 243 Sex Establecen conexiones difusas entre los primitivos dioses y Ge stcuos cementerios; pero no precisan Ja dependencia de unos a ‘sees ¥ tampoco el parentesco que a ellos los une con estos seres Sepesiores; creen que existe una conexién, pero no logran precisarla. Ee <= fenémeno en la esfera intuitiva, pero no de conocimiento. Fe- Geese en Ia actualidad no han surgido entre ellos genealogistas f= basindose en sofismas o fabulaciones, traten de establecer le- senddss sobre sus origenes. Ls pricticas religiosas son efectuadas con respeto y sineeridad; “ee son fervorosos ni dados a las prdcticas misticas. La deidad es vene- Se <= cl momento oportuno sin perder més tiempo del necesarios Ge Givinidades estin con ellos o las encuentran por los caminos, sexta por la que son poco afectos a irlas a buscar. Lo anterior moti- ex que os actuales curas catélicos, para reunir a la feligresia, ofrez- <= 2 cambio de su asistencia alimentos u otro tipo de ayuda y Seectan para ello con la obligatoriedad que la autoridad politica ees de establecer entre los ciudadanos, sea con amenazas, coaccio- ses © por mandato disciplinario. Igualmente Ia iglesia catdlica en Ge eesién aymara, ha organizado brigadas catequistas profesionales = para ello emplean gente de la misma colectividad a quienes adies- s== para asi doblegar la resistencia natural que el campesino tiene i sacerdote, por ser éste el simbolo de la presién y de la explo- sestin introducida por los conquistadores y continuada en la Repa- Shea Miran a los frailes con respeto, pero jams los han convertido = ci sefugio de sus tribulaciones; Jos prrocos no han logrado despla- se ni reemplazar a los lideres naturales de cada colectividad; y los ebietives de los actuales curas yanquis, mediante metodologia moder- == lograr Jo anterior para quedar ellos como tnicos dirigentes y esentadores del pensamiento collagua, En su meta de lograr estable- eer la hegemonia norteamericana tratan incluso de utilizar los ser- sites del magisterio local, que en la actualidad se encuentra supe- xado al Servicio Cooperative Peruano-Norteamericano de Instruc- cin. Las pricticas religiosas comprenden diferentes rituales, ejercitados = las oportunidades correspondientes. Labores agricolas, nacimien- cx o muertes, viajes, etc., son oportunidades propicias para ello. ‘Antes de iniciar la siembra, rinden homenaje a la fertilidad,

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