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Elizabeth Santa Cruz de Oviedo Santos.

El impresionismo, movimiento artístico que surgió en Francia a finales del siglo XIX,
rompió con los conceptos establecidos hasta entonces, niega el academicismo y las
enseñanzas de los grandes maestros que habían sido transmitidas hasta entonces. Con el
desarrollo científico-tecnológico y la aparición de la fotografía, el arte de la pintura se
vio obligada a reinventarse. Esta vez los artistas intentarán plasmar en sus obras la
belleza de lo efímero, de lo sensorial y lo emotivo que albergan las escenas comunes.
Fue un movimiento revolucionario que mostró al mundo una nueva manera de
representar y visualizar e incluso las trabas que encontró al principio no pudieron evitar
su triunfo.

Uno de los principales exponentes del movimiento fue Claude Monet cuya obra se
componía principalmente de paisajes. En sus composiciones prescindía de los detalles
mientras que se esmeraba por conseguir los efectos de la luz y los reflejos como es el
caso de La Grenouillere donde un grupo de personas están reunidas en un restaurante
en el rio Sena. El autor utiliza pinceladas sueltas para recrear el paisaje y las formas
están hechas a partir del color. Sobre el río reposan algunos botes que no aparecen
completos en la imagen, otro elemento característico del impresionismo, que permite al
espectador concluir la imagen. Monet trabaja minuciosamente los reflejos de la
vegetación en el agua así como las partes donde la luz incide con mayor o menor
intensidad. Nos muestra el goce de la sociedad burguesa, que frecuentaba lugares como
estos, combinándolo con el placer de admirar la quietud natural de las aguas del Sena.

Una obra que tuvo gran repercusión fue su Impresión: sol naciente cuyo nombre fue
usado de manera despectiva por la crítica y que haría que el movimiento fuera bautizado
con el término ‘’impresionista’’ posteriormente. La resonancia de la obra radicó en los
colores utilizados por el autor, la mezcla de colores complementarios superpuestos,
como son el naranja y el azul fue algo totalmente nuevo para el público. En esta obra los
colores son puros y se van mezclando sobre el óleo. Claude nos trasmite la fugacidad de
un momento como este, proyectando el reflejo y la brillantez del sol sobre el agua,
auxiliándose solo de lo pictórico y lo colorista.

Monet fue sin duda un fiel representante del impresionismo que pintaba lo que veía, los
contrastes, las luces, las sombras. Llegó a pintar incluso sobre temas que nadie había
desarrollado como es el caso de su serie St. Lazare donde nos muestra varias imágenes
de la terminal parisiense, lo que demuestra la vinculación del nuevo arte con la ciencia,
los adelantos de la época y su disposición de respaldarlos. Los nuevos artistas, entre
Elizabeth Santa Cruz de Oviedo Santos.

ellos Monet dejan de imitar la naturaleza para representar la manera en que el lente
humano percibe la realidad.

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