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La Revolución Solar y Lunar suelen trabajar a un nivel más mundano y concreto, en las áreas de

vida referidas a las cuestiones de cada día, en lo cotidiano y específico. Es aquí donde podemos
“bajar” la interpretación de una carta natal a acciones concretas de vida, como por ejemplo,
referidas a una determinada transacción comercial, compromiso, parejas,  inversiones, trabajo y
vocación, estado de una mascota, posibles síntomas y enfermedades, etc.

En términos sintéticos, podemos enumerar los pasos más significativos a tener en cuenta a la hora
de interpretar una Revolución, a saber:

. Una revolución solar puede interpretarse como una carta en sí misma, pero antes debemos tener
en cuenta la carta natal sobre la que se superpone y considerar que nada que no esté prometido en
la carta natal podrá acontecer aunque esté sugerido en la revolución.

 Siendo una revolución SOLAR, el principio solar es el que estará rigiendo la interpretación y será el
Sol, su posición por signo y por casa, sus aspectos y estado cósmico quien determinará la dirección
del año.

 Lo anterior es válido referido a la Luna en una Revolución Lunar.

. El regente del Ascendente anual será de fundamental importancia también, conjuntamente con el
signo Ascendente y su superposición sobre la carta natal.

 Por dónde “sale” el regente del ascendente en la carta natal, nos dirá cómo operará la persona y
accionará las situaciones de vida que se presenten durante el año, como así mismo el área que
activará.

 Deberemos considerar e interpretar las superposiciones de cada casa a su correspondiente sector


de la carta natal. O sea, Casa II anual se superpone a Casa VIII natal; Casa III a Casa IX, etc, casa
por casa.

 La revolución se superpone sobre la carta natal pero no a la inversa; es decir, la carta natal no se
superpondrá a la revolución solar o lunar.

 Un planeta que aspecta partil al Ascendente se hará notar de manera muy preponderante durante
el año y teñirá la revolución solar con su energía. Actuará como si existiera un pasadizo directo
entre su accionar y el ascendente o lo que veremos del año.

 El Medio Cielo y su superposición a la natal, nos hablará de cuáles serán las aspiraciones
laborales, sociales y profesionales de la persona durante el año por venir. Cualquier planeta
ubicado en Casa X o saliendo por aspecto partil al MC dará la pauta de las energías que la persona
dirigirá hacia esa meta o proyecto.
 Los quincuncios indicarán un año especialmente tenso, de antagonismos y luchas declaradas o
subconscientes dependiendo de los signos que relacionan y el principio indicado por los planetas
conectados.

 Las casas angulares son más fuertes que las sucedentes y que las cadentes. Cualquier planeta
ubicado en cúspide o cerca de un ángulo actuará más fuertemente, siempre dependiendo del
estado cósmico del mismo. Pero aún así no pasará desapercibido aunque esté débil por posición
celeste.

 Se aplica en revolución el mismo principio que para la carta natal: cuando un planeta se ubica
dentro de los 5º anteriores a una cúspide se considera actuando en la casa siguiente.

 La naturaleza de los signos de las cúspides indicarán el movimiento del área indicada por dicha
casa durante el año. Signos cardinales suelen necesitar actuar con decisión y empuje, iniciar cosas
y liderar; signos mutables indican movimiento y cambio; signos fijos se opondrán a cualquier
necesidad de variación, inicio o movimiento.

 Muchos planetas ubicados en Casa IV pueden indicar que los sucesos del año que abarca la
revolución solar pueden no realizarse dentro de dicho año sino “trasladarse” al año siguiente. Por
este motivo es importante trabajar siempre con las tres revoluciones: la anterior, la que está en
curso y la siguiente.

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