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LA CASA 8 EN LA CARTA NATAL

En lo mundano:
Sexo, Muerte y Dinero

En lo psicológico:
El poder del Subconsciente

En lo espiritual:
La profunda transformación de nuestra alma
que nos pide vaciar la pesada vasija de antiguas encarnaciones

La Casa VIII representa las crisis profundas de nuestras vidas y cómo reaccionamos ante ellas o qué capacidad de
regeneración tenemos ante las mismas.

Tradicionalmente la Casa VIII se relaciona con la muerte, pero no únicamente con la muerte en un
sentido físico, sino también simbólico. Es decir, la Casa VIII representa las crisis profundas de nuestras
vidas y cómo reaccionamos ante ellas o qué capacidad de regeneración tenemos ante las mismas. Por ejemplo,
cómo nos adaptamos o afrontamos los distintos periodos de la vida: infancia, adolescencia, juventud, madurez,
vejez y muerte.

Sin embargo, no hay que tener ningún miedo por tener muchos planetas en la Casa VIII, lo cual puede señalar a una
persona profundamente interesada en el más allá o alguien comprometido con las terapias, físicas o psicológicas.
Por ejemplo, un médico, un psicólogo, un astrólogo, etc. pueden tener una destacada Casa VIII. Generalmente, una
Casa VIII poblada de planetas también señala que la persona atravesará varios cambios de escenario y de situación
en su vida, que deberá pasar por grandes transiciones de una etapa a otra.

Otras veces, una Casa VIII con importantes planetas como el  Sol o la Luna señala la carencia de la figura paterna o
materna en años clave para la educación del individuo. En cierto modo, esta casa implica renuncia. Pero, mientras
para unas personas la renuncia puede dar un sentimiento de pérdida, para otras, puede suponer una liberación y
una posibilidad de empezar de cero. Por ejemplo, las herencias están relacionadas con esta casa y, con frecuencia,
los planetas ubicados allí advierten de las dificultades en todo cuanto esté relacionado con herencias o
testamentos. 
Pero esta casa es la opuesta a la dos (la de la economía y los recursos personales), por lo que también representa
los recursos ajenos.

Por ejemplo, esta casa habla de los recursos de la pareja y de cómo compartimos lo nuestro con lo suyo. Los
planetas en la Casa VIII también hablan de los préstamos y, en definitiva, todo dinero, bien o recurso que nos llega
sin haberlo ganado personalmente.

Los planetas situados en esta casa dan habilidad para penetrar en lo más profundo y no quedarse en las
apariencias de las cosas. También confieren cualidades para la transformación personal o para ayudar a la
transformación y evolución de las personas con las que se entre en contacto. Bien empleados, los planetas situados
en esta casa sirven para tener una visión más profunda de todo.

La sexualidad y todo cuanto a ella concierne también está representada por esta casa, que es una de las más enigmáticas y
misteriosas de las doce Casas que hay en un horóscopo. En el fondo, los planetas en esta casa nos hablan de cómo compartimos
con los demás o cómo llegamos a combinar nuestras energías con las suyas.

Como Perséfone, mediante la relación nos hundimos en un mundo ajeno. En el sexo y en la intimidad, descubrimos
y compartimos partes de nosotros mismos que normalmente se mantienen ocultas. Las relaciones son los
catalizadores del cambio.

Toda influencia de esta Casa, limpia y regenera, atrayendo a la superficie (generalmente por la vía de una relación
actual) problemas que quedaron sin resolver en relaciones anteriores.

Existe una herencia instintiva primordial: envidia, celos, codicia, rabia, pasiones que bullen, necesidad de poder y
dominio. En el ámbito de esta Casa, pueden darse fantasías destructivas que pueden estar al acecho, ocultas tras
fachadas gentiles.

No podemos transformar algo que condenamos.


También está relacionada con el PLANO ASTRAL. El signo y los planetas de Casa VIII nos muestran de qué manera
nos enfrentamos a las fases de transición en nuestra vida.

La muerte que la mayoría de la gente experimentará en la Casa VIII es la muerte del ego, o la muerte de una cara,
de un acto, de una situación, o de la personalidad que se transformó en aburrida y que se agotó en todos sus
aspectos de evolución, porque se niega a comenzar algo de nuevo por miedo a entrar en una situación que no
conoce. Y esto es todo lo que el alma pide en la Casa VIII. Aunque cuando hay planetas presentes, puede pedir un
poco más. El signo que está en la cúspide de esta casa nos dirá el enfoque o acercamiento que estas experiencias
tendrán y hasta cómo se verán.

Muchos de nosotros no nos damos cuenta que cada año (cuando el Sol, Mercurio y Venus recorren la Casa VIII),
pasamos por una "muerte menor". En el caso del Sol, una dirección anual de nuestros planes debe morir para dejar
paso a otra; con Mercurio, un grupo de ideas que teníamos durante el año, muere para dar paso a nuevas ideas;
con Venus, un set de valores sobre los que nos parábamos, deja paso a otros en un morir y renacer.

Los otros planetas pasan no tan seguido y exigen muertes más profundas a medida que nos alejamos del centro.
Marte exige, cada dos años, que matemos una línea de actividad o de acción; Júpiter, cada 12 años, entierra algún
éxito para hacer lugar el nacimiento de otro; Saturno, cada 29 años, destruye una identidad que nos sostenía para
que brote una nueva. Urano, una vez en la vida, con intervalos de 7 años, trata de electrocutar cualquier cosa que
Saturno haya establecido, para que florezca una nueva realidad.

Sexo:
- Cómo la personalidad se sumerge en el proceso de individuación a través de la experiencia sexual
- Qué busca la persona en el acto sexual y qué trae a él.

Muerte:
- Suponga que realmente muere un poco cada año, cada mes, cada instante, de alguna manera

Dinero:
- Cuándo debo vender o comprar; o simplemente no actuar financieramente
- Qué trabajo parecería ser la mejor apuesta
- Habrá legados, herencias, dinero de los demás?

Los temas de Casa VIII siempre tienen algo que ver con el mundo subterráneo,
con las profundidades, con lo desconocido y misterioso. Cuando hablamos de Casa VIII siempre flotan fantasmas en
el aire y nos hacen recordar las alturas impresionantes y las profundidades más oscuras de la experiencia humana.
Cuando decimos que una persona tiene un claro "tipo/carácter de Casa VIII", queremos transmitir que es una
persona de increíbles profundidades que raramente las muestra a menos que su psiquis íntima esté desatada,
desinhibida; sucede cuando esa persona se corrió de las apariencias y las superficialidades hacia un sustrato más
abajo, donde verá el impacto que el mundo tiene sobre su persona. Es la vida vivida intensamente, no la vida
teórica. La vida en su esencia caótica, no aquella que ordena; la vida como una sinfonía compuesta de acordes
armónicos e inarmónicos, en contraposición con la partitura hermosa, perfecta, que suena como azúcar a los oídos.

La vida, para las personas que se mueven lentamente hacia una individuación y reconocimiento psicológico, es una
intriga, un misterio, y uno mismo debe convertirse en su propio mago en esos momentos cruciales. La Casa VIII nos
brinda ese poder una vez que la persona asume el riesgo de conocerse verdaderamente.

MIRANDO DENTRO DE LA CASA VIII:

Veamos lo que nos sugiere la Casa VIII en nuestra carta natal, en términos de reencarnación o eterna realidad, si
está enfatizada o no.

1.- Un énfasis de planetas en esta casa, nos muestra sin dudas que esta personalidad está involucrada con un alma
que ha tenido muchas experiencias de vida en esta tierra.

2.- Planetas presentes en esta casa, indican capacidades de profundización de la persona ya que ha tenido
experiencias anteriores de esta índole, pero que en esta vida debe pasar por experiencias de transformación a
través del sexo, el subconsciente, las actividades sociales o los negocios (inversiones).

3.- El signo de la Casa VIII (cúspide) probablemente nos muestre el tipo de poder (Fuego = acción; Tierra = práctico;
Aire = intelectual; Agua = emocional) que debe ser utilizado ahora para recuperar recursos del pasado. Indica
también el tipo de acercamiento, el enfoque, que mostraremos en cada proceso de transformación de nuestro ego.
4.- La posición por casa del planeta que rige esta casa, indicará la esencia de la experiencia donde la
transformación debe realizarse, es allí donde comenzará el proceso. Si es un planeta personal o social, la tarea
deberá ser integrada concientemente a nuestra personalidad; si se trata de un planeta transpersonal, el proceso se
hará desde el inconsciente pero surgirá al subconsciente; a partir de aquí la persona es quien decidirá si lo lleva al
conciente o no.

5.- La fase del Sol y la Luna en el momento de nacer, indicará el propósito de esta persona a través de una serie de
experiencias e indicará qué transformación tendrá lugar a través del sexo, las relaciones, los negocios, la
destrucción del ego y la toma de conciencia del poder el alma.

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