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Posadera - Estudio Amplio
Posadera - Estudio Amplio
DRAMATIZACIÓN
LA POSADERA, DE CARLO GOLDONI
Educación Secundaria
Título: Dramatización. La posadera, de Carlo Goldoni
Autor: Carlo Goldoni
Dirección del taller de teatro y coordinación editorial: Ignacio Aranguren
© de esta edición, Gobierno de Navarra.
Departamento de Educación
© Cuaderno didactico: autores citados en el interior
1.ª edición, 1.ª impresión (2009)
Fotografías: Adolfo lacunza, Javier del Real
Ilustraciones: Vicente Galbete
Diseño gráfico: Macunix ideas para estampar
Impresión:
ISBN: xxxxx
D.L.: XXXX
5
PRESENTACIÓN
6
ÍNDICE
Primer acto 15
Segundo acto 60
3. Resumen 107
3.1. Resumen extenso de la obra 107
3.2. Resumen breve 110
6. Estructura 114
7
Primera parte
7. Personajes 116
7.1. Personajes principales 116
7.2. Personajes secundarios 125
7.3. Otros personajes 129
8
Primera parte
Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
Texto de la obra
La posadera
de
Carlo Goldoni
11
Texto de la obra
PERSONAJES
Mirandolina, la posadera
Conde de Albaflorida
Marqués de Forlipópoli
Caballero de Rocatallada
Gino, su criado
Fabricio, criado de la posada
Deyanira, actriz
Hortensia, actriz
Esta adaptación para el Taller de Teatro del I.E.S. Navarro Villoslada ha sido realiza-
da por su director, Ignacio Aranguren, de acuerdo con las necesidades artísticas y los
criterios pedagógicos propios de un grupo de teatro escolar, que carece, como es lógi-
co, de ambiciones profesionales o de ánimo de lucro por su trabajo.
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Texto de la obra
PRIMER ACTO
CANCIÓN PRÓLOGO
La posada de las sábanas blancas
Mirandolina, Oficial y Coro
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
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Primera parte
© Adolfo Lacunza
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Texto de la obra
Oficial: Pero más tiran tetas que carretas –el oficial le replicó.
Mirandolina: Mis sábanas han sido –contestó la patrona–, son y serán tan blancas
para que el amor y los sueños lo sean.
Y no entiendo que haya gentes que esta razón no vean.
En cuanto a enamorada, que no loca, lo estoy, sí señor, de la vida,
con lo que a nadie ofendo.
Ya digo que no entiendo a los que encubren la verdad
y al pan no llaman pan ni al vino, vino, sino necesidad.
Y, por último, señor oficial, lléveles a las brujas que le hicieron la denuncia
el recado de que más les valiera conservarse en salmuera
y atender al amante, al novio o al marido,
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Primera parte
Las sábanas y demás ropa tendida son recogidas por los criados y criadas de la posada. El
decorado representa el patio de un caserón florentino que en su día pudo ser un palacio,
pero que hoy se encuentra convertido en posada. Con en fondo del tema musical que luego se
cantará, vemos un abigarrado conjunto de personajes que entran y salen, van y vienen. Todo
transmite una gran vitalidad. El Marqués de Forlipópolis reparte saludos y carantoñas a
diestro y siniestro, dejándose querer, sin advertir la ironía de cuantos le reverencian. El Coro
de Criados se adelanta a primer término y cantan tomando al público por confidente.
CANCIÓN
Como al galgo le ha quedado
al marqués su marquesado
Coro de Criados y Criadas
(Letra: Juan Guerrero Zamora.
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
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Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
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Primera parte
(En escena hay dos mesas separadas en las que se han sen-
tado el Marqués de Forlipópolis y el Conde de Alba Florida.
Ambos se miran con recelo.)
Marqués. Pues, a pesar de todo, entre vuestra merced y yo hay bastante diferencia.
Conde. Nadie lo diría. En la posada, vuestro dinero vale tanto como el mío.
Marqués. Pero la posadera tiene atenciones conmigo que a la vista están.
Conde. Lo que yo veo es que vuestra merced terminará por meterse en camisa de
once varas.
Marqués. Nunca serán varas bastantes para mi alcurnia. Soy el marqués de
Forlipópolis.
Conde. ¡Vaya una cosa! Y yo el conde de Albaflorida.
Marqués. Pero mi marquesado me viene de casta. En cambio, el vuestro es un conda-
do… (Se le ocurre, se ríe de su propia ocurrencia.)… ¡al contado!... (Se retuerce de
risa.) ¡Un condado… al contado!
Conde. ¡Yo compré mi condado cuando vuestra merced vendió su marquesado!
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Texto de la obra
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Primera parte
CANCIÓN
El dinero nada puede
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: Juan Carlos Múgica)
Mal…
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Texto de la obra
CANCIÓN
Aún hay clases señor mío
Conde y Marqués
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
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Primera parte
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Texto de la obra
Gino. Servidor.
Caballero. ¡Me río yo de las chinches!
Gino. ¡Nos reímos de las chinches!
Caballero. Pero hay otras cosas aquí de las que no puedo reírme.
Marqués. ¡Mirandolina!
Caballero. ¿Cómo?
Marqués. (Al Conde.) ¡Otro que se ha enamorado de Mirandolina!
Conde. Ese era el motivo de nuestra discusión cuando llegásteis.
Caballero. ¿Enamorado yo? ¿Mirandolina? (Ofendidísimo.) ¿Con quién tengo el
honor, caballeros?
Marqués. Marqués de Forlipópolis.
Conde. Conde de Albaflorida.
Caballero. Siendo así, paso por alto la ofensa de haber supuesto que yo pueda ena-
morarme. (Llama.) ¡Gino! ¿Has oído semejante disparate? (A los otros.) Mis excusas,
pero la suposición de vuestras mercedes es descabellada. ¿Mujeres a mí? La mujer es
una enfermedad, caballeros. Y, es más, la tentación que provoca nuestras más bajas
pasiones. Y, es más, un agente del pecado. Y, es más, la manzana (Con asco.): esa
fruta tan... redonda.
Marqués. Pues, con perdón, yo no creo que Mirandolina se parezca a nada de lo que
decís. En todo caso, a la manzana.
Conde. Si la conocierais, no hablaríais así.
Caballero. Sepamos quién es. Es por pura curiosidad, Gino.
Marqués. Pero ¿ni eso sabéis?
Conde. Mirandolina es nuestra posadera.
Caballero. ¡Ah, nuestra posadera! ¡A nuestra posadera buscaba yo! ¿Dónde está?
¿Dónde se esconde?
Conde. En este momento, según creo, se está bañando en esa habitación.
Marqués. Mírela y, después, juzgue.
Conde. Aunque sus cualidades queden ocultas.
Caballero. ¿A qué cualidades os referís?
Conde. A las espirituales, caballero. Es limpia, bienhablada, de excelente gusto y
simpática a no poder más.
Marqués. Aparte lo que se ve.
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Primera parte
CANCIÓN
Ninguno hable mal de quien canta
Mirandolina y Criados
(Letra: Juan Guerrero Zamora.
Música: José María Bardagí
sobre un tema popular italiano
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
Mirandolina: En mi posada
no hay santo y seña.
¡Oh, bella, ciao, bella, ciao,
bella, ciao, ciao, ciao!
No hay más puerta
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Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
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Primera parte
(Aparece Mirandolina.)
28
Texto de la obra
(Entra Fabricio)
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Primera parte
CANCIÓN
No hay patrón donde mande marinera
Mirandolina y Criadas
(Letra: Juan Guerrero Zamora.
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
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Texto de la obra
Coro: (Estribillo.)
Coro: (Estribillo.)
Coro: (Estribillo.)
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Primera parte
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Texto de la obra
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Primera parte
Caballero. Con todo, sois una excepción notable. Nunca encontré mujer alguna que
pensara como vos.
Mirandolina. Gajes del oficio, caballero. Una posadera ve y oye tales cosas que…
Vamos, que comprendo muy bien a los que recelan de nuestro sexo. Y ahora, si me lo
permitís…
Caballero. ¿Tenéis prisa?
Mirandolina. No quisiera importunaros.
Caballero. Por el contrario, me entretenéis.
Mirandolina. ¿Lo ve vuestra señoría? Lo mismo hago con los demás. Procuro acom-
pañarlos cuando se sienten solos, distraerlos de sus preocupaciones… ¿Y qué es lo
que pasa? Pues que toman el rábano por las hojas. Pero ya sé que vuestra señoría es
de los que toman el rábano… por el rábano.
Caballero. Incluso habrá muchos que se enamoren de vos, como si lo viera.
Mirandolina. ¿Se da cuenta? ¡Enamorarse, y enamorarse, además, de una mujer!
¿Le parece que es natural?
Caballero. Debilidades y miserias humanas.
Mirandolina. A las que no cedería yo por todo el oro del mundo. En fin y perdóne-
me el caballero la franqueza: hablar con vuestra señoría ha sido para mí como un
respiro. ¡Ojalá se pudiera siempre conversar tan libremente y sin malicia! Conque
mándeme, que le serviré como a nadie en este mundo.
Caballero. ¿Y por qué ese trato de favor?
Mirandolina. ¿Cómo que por qué? Porque vuestra señoría me gusta.
Caballero. (Con otro sobresalto.) ¿Que os gusto yo?
Mirandolina. (Muy inocente.) Me gusta porque no es mujeriego ni de esos que se
enamoran.
Fabricio. En este patio no pasarán calor. Si se dignan esperar aquí, en unos minutos
tendrán dispuesto un aposento de su gusto. Llamaré a la patrona para que les atien-
da. Es un honor albergar a tan ilustres damas. (Se retira.)
Deyanira. ¡Uy, ilustre! Que Dios le conserve el olfato, porque lo que es la vista…
Hortensia. Tomándonos por damas, nos servirán mejor.
Deyanira. Pero nos cobrarán más caro.
Hortensia. Para las cuentas se entenderá conmigo. Hace ya mucho que corro el
mundo…
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Texto de la obra
Fabricio. Mientras viene la patrona, ilustrísimas señoras, les agradeceré que me den
sus nombres para el libro de registro.
Deyanira. (Aparte a Hortensia.) Se acabaron los títulos.
Hortensia. ¿Es costumbre hacerlo así?
Fabricio. Lo manda la ley, ilustrísimas señoras.
Deyanira. (Aparte.) ¡La ley, tú, la ley!
© Adolfo Lacunza
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Primera parte
Mirandolina. Señoras…
Hortensia. Buenas tardes, muchacha.
Deyanira. (Inclinándose.) Señora patrona…
Hortensia. (Reconviniéndola para que adopte modales más altivos.) ¡Condesa!
Deyanira. (Cómicamente altiva, pasándose.) Buenas, moza.
Mirandolina. (A Hortensia.) Permítame que bese su mano.
Hortensia. (Se la extiende.) Sois muy amable.
Mirandolina. (Después de besarla, a Deyanira.) Y también vos.
Deyanira. Dejad, no hace falta…
Hortensia. Condesa, las clases privilegiadas deben confraternizar con el pueblo.
Deyanira. (Extendiendo, remisa, la mano.) Es que yo…
Hortensia. No podéis imaginaros lo económico que resulta sonreír al pueblo en el
momento oportuno. Excuso decir dar a besar la mano.
Mirandolina. Os lo ruego.
Deyanira. (Al recibir el beso, da un respingo sofocando la risa.) ¡Es que me hace
cosquillas!
Mirandolina. ¿Se ríe de mí vuestra señoría?
Hortensia. ¡Qué disparate! De ninguna manera. Es -ya os lo ha dicho- muy cos-
quillosa… El barón, mi marido… (Deyanira se ríe a carcajadas.)
Mirandolina. Para la señora, por lo visto, no hay clases: se ríe de todas.
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Texto de la obra
(Entra el Marqués.)
Marqués. ¿Molesto?
Mirandolina. Su excelencia no molesta nunca.
Hortensia. (Alerta, aparte.) De excelencia le trata.
Deyanira. (Escéptica.) ¡Sí, sí, excelencia!
Mirandolina. (Presentando.) La baronesa Hortensia de Cerro y la condesa Deyanira
del Sol.
Marqués. ¡Oh, cumplidísimas damas!
Hortensia. Vuestra señoría ¿quién es?
Marqués. Soy el marqués de Forlipópolis.
Deyanira. Compadre nuestro.
Marqués. ¿Cómo decís?
Hortensia. (Codazo a su amiga.) La condesa es muy bromista…
Marqués. Ah, el humor es el almíbar de la alta sociedad. Me complace mucho que
se hospeden aquí. Ya verán cuán garbosa es la posadera. Casi se diría que tiene san-
gre azul.
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Primera parte
(Entra el Conde.)
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Texto de la obra
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Primera parte
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Texto de la obra
CANCIÓN
Además de cocinar
Mirandolina, Criados y Criadas
(Letra: Juan Guerrero Zamora.
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
MÚSICA INCIDENTAL
(Juan Carlos Múgica)
Conde. (Riendo.) Habéis hecho bien en sinceraros conmigo, que no me valen fingi-
mientos. Antes de veros, ya me distéis el tufo de cómicas. (Se sienta).
Deyanira. (Sentándosele en las rodillas.) ¿Y te gusta el tufo, conde?
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Primera parte
Caballero. ¡Gino!
Gino. (Entra, muy lánguido.) Mi amo.
Caballero. La cena.
Gino. (Suspirando.) ¡Ay, qué brusco! Con lo fino que era antes mi amo.
Caballero. Soy como me place, majadero.
Gino. Será como os place, pero, desde luego, mi amo ya no es el de antes. (Sale.)
Conde. Esta copa vale para ti, buena pieza, pero a ti te está ancha. Estás un poco
raquítica.
Deyanira. ¿Raquítica yo? (Se echa a llorar cómicamente.)
Conde. Pero mujer…
Hortensia. Lo que el señor conde quiere decir es que no estás a la moda.
Deyanira. ¡Pues estaba! Si el rey de Francia no hubiera tomado amante tan opulen-
ta, lo seguiría estando.
Conde. Las modas cambian mucho. Unas veces suben y otras bajan. Pero esto se
arregla pidiendo más copas. ¡Mozo!
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Texto de la obra
Deyanira. ¡Si te lo dije! ¡Que el ungüento de aquel médico era una engañifa!
Conde. ¿Es que no me oyen? ¡Ah, de la posada! ¿Qué esperan para traer la cena?
Fabricio. ¿Oye cómo llama el señor conde? Pero la patrona ha querido que su seño-
ría fuera servido antes que nadie.
Caballero. Muy amable.
Deyanira. ¡Y yo venga a frotar! ¡Y cuanto más frotaba, menos crecía!
Conde. ¿Cuánto más frotabas, menos crecía? ¿Qué quiere decir eso?
Hortensia. Compró una untura para crecer el seno. Pero como si nada.
Conde. ¿Para hacer crecer el seno, has dicho? (Ríe a carcajadas) ¡Y cuanto más frota-
bas menos crecía! ¡Cuanto más frotabas...! (Todos se contagian con sus carcajadas.)
Fabricio. La mesa está puesta. Ahora vendrá la patrona a servirle la comida.
Caballero. (Sobresaltado.) ¿Por qué la patrona?
Fabricio. Una atención que os dispensa. (Sale.)
Conde. Buena está, bueno está. Andad a arreglaros un poco. No quiero que los cria-
dos os vean así. Yo voy a buscar a esos bergantes.
Conde. ¿Os habéis vuelto sordos? ¡Llevo horas pidiendo que se me sirva!
Fabricio. No se sofoque su ilustrísima que en seguida será servido... (Sale.)
Conde. ¿Que no me sofoque? ¡Me quejaré a la patrona! (Sale por el lado opuesto.)
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Primera parte
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Texto de la obra
Hortensia. Pues lo que es yo no pienso perderle de vista, no sea que alguna dobla se
le haya quedado en las costuras de la casaca.
Conde. Tendrías que descoserle todo para encontrarla y ni aún así. De todas formas,
con intentarlo no perdemos nada y nos divertiremos. Es uno de esos viejos verdes que
en seguida se encandilan. Pero un consejo: tendréis que seguir fingiendo que sois
damas.
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Primera parte
(Irrumpe el Marqués.)
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Texto de la obra
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Primera parte
Marqués. Un elixir así se bebe gota a gota. ¡Hola, copitas! (Entra un Criado con
enormes copas.)
Marqués. ¡Qué ordinariez! ¿Crees acaso, bribón, que el vino de Chipre puede beber-
se en cazos? ¡Más pequeñas! (Como en un juego de cajas chinas, el criado saca de
las anteriores otras copas más pequeñas.) ¡Más! (Sigue el juego.) ¡Más todavía!
(Sigue el juego.) Aún no son del tamaño conveniente. (Por fin las copas son míni-
mas.) Justo. (El criado desaparece.) Un poco grandes, pero pueden pasar.
Mirandolina. ¿No nos bastaría con olerlo?
Marqués. Bastaría, ya lo creo, pero esta noche me siento derrochador. (Escancia
echando en las copas solo un dedo de vivo. Ofrece las copas a los demás, se extasía.)
¡Qué néctar! ¡Qué ambrosía! ¡Qué delicado maná! (Bebe. Los otros han bebido tam-
bién, intercambiándose miradas de asco.)
Marqués. ¿Qué me decís?
Caballero. Excelente.
Marqués. ¿Y a vos os gusta, Mirandolina?
Mirandolina. Yo soy muy franca, señor marqués, y la verdad: a mí me parece empa-
lagoso. Aunque debiera decir miniempalagoso.
Marqués. Se ve que no sois entendida y lo siento. Lo siento mucho. ¡Más copitas,
hola!
Mirandolina. ¿No es mucho derroche para una sola vez?
Marqués. Quiero que el conde aprenda de mis refinados gustos. (Un criado entra
con tres copitas.) Éstas, éstas son las apropiadas. (Echa un poco de vino en cada
una.) Ve al conde de Albaflorida y dile de mi parte que tengo interés en invitarlo a él
y a las damas que le acompañan (El criado se va.)
Caballero. Estáis muy generoso.
Marqués. Pues así siempre. ¿Le habéis enseñado el pañuelo que os regalé,
Mirandolina?
Mirandolina. Le daría el aire y se estropearía.
Marqués. Eso sí que es verdad. Y, a propósito de aire, mucho me temo que este
manjar se haya enfriado. Permitidme. (Se pone a comer.)
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Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
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Primera parte
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Texto de la obra
CANCIÓN
Y cu y cu-cu-ru-cú
Caballero y Coro
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
Caballero: Y cu y cu-cu-rru-cú
¿Será la rana o su canesú?
Coro: Y cu y cu-cu-rru-cú,
canta la rana cu-cú cu-cú.
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Primera parte
Caballero: ¡Y ja y ja-ja-ra-já
murmura el viento en la oscuridad!
Coro: Y ja y ja-ja-ra-já
¿será el viento o no lo será?
Caballero. ¿Qué es lo que siento dentro de mí? ¿Y fuera? ¿Qué es lo que siento
fuera? ¡Ah, luna, antorcha de las más carnales pasiones! ¡Ah, noche perfumada y
blanda, reino de la lujuria! ¿Qué es eso? ¿Qué he oído? (Lo que ha oído son las
risas, que traman algo, del Conde, Deyanira Y Hortensia, que sigilosamente abren la
cortina.) ¿Cómo resistir la tentación que esa libertina vecindad arroja sobre mí?
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Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
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Primera parte
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Texto de la obra
CANCIÓN
Ya están aquí los cómicos
Canon a tres voces
(Letra y música:
Juan Carlos Múgica)
Ya están, ya están
ya están aquí los cómicos.
Nos contarán
sus historias de amor.
Se burlarán de la torpe ambición.
Nos cantarán
su más dulce canción.
Se vestirán
de payaso y de arlequín
A Colombina
querrán seducir
y sufrirán
de celos el dolor.
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Primera parte
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Texto de la obra
Nos cantarán
su más dulce canción.
No dejarán que
la tristeza reine aquí.
Nos hablarán
en versos de la luz
Nos cubrirá un manto de emoción.
Nos cantarán
su más dulce canción.
CANCIÓN
Somos los cómicos
(Letra y música:
Juan Carlos Múgica)
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Primera parte
Somos alérgicos
a la mediocridad.
Estar aquí,
tan solo aquí.
En esta luz
que hace soñar
nuestra mirada.
Sentir el aliento
tenaz y resuelto
de nuestra juventud
puesta en pie de amor.
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Texto de la obra
Estar aquí,
cantando así,
Con la emoción
de que mi voz suene en la nuestra,
de que nuestros pasos
alcancen la huella
de nuestra ambición
por alzar el telón.
Y que surja la vida,
plena la vida, al fin,
en libertad sin condición.
TELÓN
59
Primera parte
SEGUNDO ACTO
CANCIÓN
Hoy el día nació indiferente
Mirandolina
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
60
Texto de la obra
Mirandolina. Señor.
Caballero. ¿Qué hay, Mirandolina?
Mirandolina. Me dijo Fabricio que habéis pedido la cuenta porque vais a marcha-
ros. Tomad.
Caballero. ¿Qué os pasa? ¿Estáis llorando?
Mirandolina. No, señor, falta de descanso. Con la llegada de los cómicos… Cuando
no duermo bien, me lloran los ojos.
Caballero. ¿Os lloran…? Bien. Dadme la cuenta.
Mirandolina. Aquí la tenéis.
Caballero. ¿Sólo veinte reales? ¿Con tan generoso trato sólo veinte reales?
Mirandolina. Esa es la suma.
Caballero. ¿No os habéis olvidado del vino de Borgoña?
Mirandolina. Lo que regalo no lo pongo en cuenta.
Caballero. Ah, ¿era un regalo?
Mirandolina. Perdóneme el caballero esa libertad.
Caballero. Pues los dos platos extraordinarios que me habéis dado esta mañana
tampoco están incluidos. ¿Son otro regalo?
Mirandolina. Perdonadme esa libertad. Aceptadlo como muestra de…
Caballero. Pero ¿qué tenéis?
Mirandolina. No sé si es el humo, o algo que se me metió en los ojos…
Caballero. No quisiera que os hubiese pasado nada mientras me hacíais esos sabro-
sos manjares.
Mirandolina. Si fuese por eso, lo sufriría… con gusto.
Caballero. (Tras una pausa, se repone.) Bien. Tomad. Aquí tenéis dos doblas.
Disfrutadlas a mi salud (Cuando el Caballero está a punto de salir de escena,
Mirandolina se desvanece en una silla.)
Caballero. ¿Cómo? ¡Ay! ¡Ay de mí! ¡Mirandolina! ¡Mirandolina, reponeos! ¡Se ha
desmayado por mi causa! ¿Estará enamorada de mí? Pero ¿así, de pronto? ¿Y por
qué no? ¿No estoy yo enamorado de ella? ¿Qué es lo que he dicho? Mirandolina
mía… ¿Mía llamo a una mujer? Oh, ¡qué hermosa es!… ¡Qué hermosa!… Pero no
vuelve en sí. ¡Mirandolina! ¡Mirandolina! Si tuviera algo con que reanimarla…
Pobrecita, buscaré alguien… (Saliendo.) ¡Hola! ¿No hay nadie? ¡Hola!
Mirandolina. (Incorpora la cabeza, guiña al público y dice.) ¡Cucú!
Caballero. (Vuelve trayendo un vaso de agua.) ¡Aquí estoy! Y sigue desmayada…
No hay duda, esto es una prueba irrefutable de que me quiere… (Salpicándola con el
agua.), Mirandolina… Que soy yo… Mirandolina… Que ya no me voy… Que me
quedo… Dios mío, qué apuro… Cómo le suda la frente… Vamos, Mirandolina mía,
ánimo…
61
Primera parte
62
Texto de la obra
CANCIÓN
Quien presumía de santo
Coro de Criados
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
Coro: A-li-o-lí-o-lá
(Estribillo.) ¿por qué, por qué será
que haya hombres que presuman,
que haya hombres que presuman,
a-li-o-lí-o-lá,
¿por qué, por qué será
que haya hombres que presuman
de no tener que dar.
A mí me salió un novio
que tiri-tiritaba,
pero nadie sabía
de qué pie cojeaba.
Meterme a averiguarlo
tentarlo hubiera sido,
pero nunca he sabido
por qué parte tentarlo.
(Estribillo.)
El que se vanagloria
de mucha resistencia
o es de la competencia
o es el bobo de Coria.
Al que nos llama locas
63
Primera parte
se le suele escapar,
falto de otro lugar,
la fuerza por la boca.
(Estribillo.)
(Estribillo.)
64
Texto de la obra
Fabricio. La plancha.
Mirandolina. ¿Abrasando?
Fabricio. Menos que yo.
Mirandolina. ¿Tienes fiebre?
Fabricio. Tengo… lo que no me sé. (Se va.)
Mirandolina. Hoy, por lo visto, el horno no está para bollos. (Plancha.)
65
Primera parte
66
Texto de la obra
67
Primera parte
Mirandolina. Las quemaduras hay que curarlas en caliente que, si no, dejan cicatrices.
Caballero. (Siguiéndola, seguido a su vez por las Criadas.) En el corazón tengo yo
esas cicatrices…
Mirandolina. Ahí no creo que lleguen mis criadas. ¡Avinagradle, mozas, que el
caballero está muy dulce!
Caballero. (Quitándose a las Criadas de encima como puede.) Como vos me habéis
puesto, ingrata…
Mirandolina. ¡Fabricio, plancha!
Caballero. ¡A ese no le llaméis! ¡Que vayan éstas! ¿No me habéis oído? (Las
Criadas hacen reverencias burlescas y salen.) Pero a ese Fabricio dejadle donde está.
Mirandolina. (Más fuerte.) ¡Fabricio, Fabricio y Fabricio, plancha!
Caballero. ¡Ese hombre me pone fuera de mí! ¡Los celos me devoran!
Mirandolina. Muy bien. Iré yo a la cocina.
Caballero. ¡Yo os la traeré!
Mirandolina. ¿Vuestra señoría con una plancha? Ay, no, que se le caerían los ani-
llos. (Yéndose.) Revienta, que así aprenderás a despreciar a las mujeres.
CANCIÓN
El caballerete
Coro de Criadas
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: José María Bardagí
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
Que el caballerete
lelo, lelo, lelo, lalo
con la posadera
lelo, lelo, lelo, lo,
se ha quedado lelo,
lelo, lelo, lelo, lalo
y musarañado
lelo, lelo, lelo, lo.
68
Texto de la obra
Que el caballerete
se ha pasmado,
se ha prendado,
calabaceado
la patrona le dejó.
Queda empatronado
con el aire desairado
y un pasmo le ha dado
al que nunca se pasmó
Que Mirandolina,
lina, lina ,lina, fina
a las cuatro esquinas
cuatro nones le burló
69
Primera parte
70
Texto de la obra
Mirandolina. ¡Puertas! ¡Puertas! ¡Necesito puertas para impedir el paso a ese hom-
bre feroz que me persigue! ¡Ay qué sofoco! Es lo que tiene divertirse con un hom-
bre, que termina fuera de sí. ¡Un sátiro rabioso parece éste! Y lo malo es que la
noticia ha corrido como la pólvora.
71
Primera parte
72
Texto de la obra
ESCENA LÍRICA
Desmayarse, atreverse, estar furioso
(Letra: Lope de Vega
Música: Juan Carlos Múgica)
73
Primera parte
(Entra Fabricio.)
74
Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
75
Primera parte
Caballero. ¡Muy bien! ¡Contaré hasta cinco, y después derribaré esta puerta!
Viejas. (Ad libitum, por lo bajo, metiendo cizaña.) Muy bien... Diga que sí... Esto
sólo se limpia con sangre... ¡No se deje! ¡Mancha que limpia!... ¡A por la engañado-
ra! ¡Que su señoría es muy hombre!... ¡Zúrrele la badana!... ¡Déle! ¡Un bel morir
tutta la vita onora!... Cómale los hígados... ¡A por ella!... ¡Venga!... ¡A cortarle las
orejas! ¡Guerra!
Fabricio. ¿Qué hago?
Marqués. ¿Te hacen falta las orejas?
Conde. Abre, que aquí estamos nosotros.
Marqués. Me pondré a cubierto. (Se esconde donde puede.)
Fabricio. ¡Ya voy!
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Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
77
Primera parte
Fabricio. Sus señorías pagan para ser servidos en cosas lícitas y honestas, pero no
pueden pretender que en el precio de la posada entre también la buena fama de la
posadera. (Todos protestan.)
Caballero. ¿Qué estás diciendo? ¿Tú qué sabes lo que le he mandado? ¿Qué tienes
tú que meterte en mis asuntos?
Conde. Señor marqués: las clases privilegiadas deben solidarizarse.
Marqués. ¿Dónde llegarían, si no, las pretensiones de la chusma?
Conde. Fabricio, vete.
Marqués. (Siempre parapetado por la mesa.) ¡Fuera!
Caballero. Gracias, señores. ¡Fuera! Ya lo has oído. Somos tres, mayoría: es una
decisión democrática. ¡Fuera!
Fabricio. Me iré fuera, señores, pero vuestras mercedes no lograrán salirse con la
suya. (Se va.)
Conde. Y ahora que la alta cámara puede deliberar, como debe, a puerta cerrada,
sin testigos de baja condición, os diré, señor caballero, que me río de los hipócritas.
Caballero. ¿Qué insinuáis?
Marqués. (Emergiendo, poco a poco.) Yo nada sé, amigo.
Conde. No insinúo. Afirmo. Y lo que afirmo es que su señoría, con toda esa historia
de que las mujeres nos inducen a pecar, lo que buscaba era robarme el corazón de
Mirandolina.
Caballero. (Al Marqués.) ¿Sostenéis vos tal infamia?
Marqués. Si yo no he despegado la boca...
Conde. Soy yo quien os habla. Claro que os perdonaré si estáis avergonzado de
vuestra fea conducta.
Caballero. Me avergüenzo, sí, pero no de mi conducta, sino de seguir escuchándoos
sin decir que mentís.
Conde. ¿A mí un mentís?
Marqués. (Aparte.) ¡No entiendo nada! ¡Pero si el ofendido era yo! (A los otros.)
Pero, ¿qué demonios está ocurriendo aquí?
Caballero. (Al Marqués.) Este hombre no sabe lo que dice. ¿Le estáis oyendo?
¡Exijo una rectificación!
Marqués. Pero, bueno, yo os lo cedo. Yo no he de entrometerme.
Conde. Sois un embustero.
Marqués. ¡Adiós! (Quiere irse, pero el Caballero le retiene.)
Caballero. ¡Quedaos!
Conde. Y os voy a ajustar las cuentas...
Caballero. Ya veremos quién ajusta las cuentas a quién. (Al Marqués.) ¡Dadme acá
vuestra espada!
Marqués. Pero, señor conde ¿qué le importa a vuestra señoría que el caballero quie-
ra a Mirandolina?
Caballero. ¿Cómo que yo quiero a Mirandolina? ¡No es verdad, y miente quien tal dice!
78
Texto de la obra
79
Primera parte
CANCIÓN
Al que inventó la espada
Mirandolina y Coro
(Letra: Juan Guerrero Zamora
Música: José María Bardagí)
Arreglo: Juan Carlos Múgica)
80
Texto de la obra
Mirandolina. Claro que no lo es y no creo que haya nadie que puede dudar de su
palabra. Que lo digan Deyanira y Hortensia.
Deyanira. Servidora.
Hortensia. Servidora.
Mirandolina. ¿No es acaso el caballero insensible a las tentaciones de la carne?
Hortensia. Yo quise tentarlo y me dio calabazas.
Deyanira. Dobles.
Mirandolina. ¿Lo ven? Por mi parte confieso que intenté enamorarle y como si
nada. Ni pestañeó siquiera. Está patente que nunca se dejaría enredar... por las
pasiones. Señor marqués, por cierto, ese frasquito de oro que sin duda os llevasteis
por descuido, ¿no lo tendréis a mano?
Marqués. Pero ¿cómo sabéis?... Lo tengo, que lo tomé porque la señora Deyanira
tenía mareos... Pero, como ya no los tiene, os lo devolverá al punto.
Mirandolina. Dádselo al caballero. El espíritu de melisa le reanimará, que lo
encuentro un poco lacio.
Marqués. (Llevándoselo al Caballero.) Es un espíritu muy rico. Os sentiréis mejor.
Caballero. ¡Dejadme en paz!
Marqués. ¡Siempre la tomáis conmigo!
Conde. No sabe con quién desahogarse. Eso prueba lo enamorado que está.
Mirandolina. Si lo estuviera de mí, no podría soportar que yo fuese de otro ya que
los celos lo abrasarían. Pero ya veréis cómo lo soporta.
Caballero. ¿Qué quiere decir eso?
Conde. ¿Es que vais a casaros?
Marqués. (Al Conde.) ¡Va a casarse! ¡Va a casarse!
CANCIÓN
Habemus Parejam
Toda la compañía
(Letra y música:
Juan Carlos Múgica)
81
Primera parte
© Adolfo Lacunza
82
Texto de la obra
83
Primera parte
CANCIÓN DE LA MORALEJA
Toda la compañía
(Letra y música: Juan Carlos Múgica)
(Estribillo.)
84
Texto de la obra
CANCIÓN EPÍLOGO
Vida
Toda la compañía
(Letra y música: Juan Carlos Múgica)
Vida.
Poner la vida
en el espejo azul
de una sonrisa.
En un temblor de piel,
en un amanecer,
con tu calor para poder soñar.
Vida.
Vuelvo a la vida
si al fondo de tu voz
suena mi nombre;
si puedo caminar
al lado de tu luz;
solo si tú me das tu amor.
Vida.
Sentir la vida
en la memoria fiel de una caricia,
en la honda emoción,
mudos en un rincón,
de una canción
que hablaba de los dos.
85
Primera parte
Vida.
Jugar la vida
a contener mi voz
en tu mejilla:
a saber que al volver
me acogerá tu paz:
tal es la forma de tu amor.
Y de esta manera
termina
LA POSADERA.
TELÓN
86
Texto de la obra
© Adolfo Lacunza
87
Segunda parte
Cuaderno didáctico
y actividades
© Adolfo Lacunza
Cuaderno didáctico
sobre el autor, el texto original, la versión y la representación
del Taller de Teatro Escolar del I.E.S. Navarro Villoslada de
Pamplona de la obra La posadera de Carlo Goldoni, con
propuestas de actividades para el aula y su solucionario
EQUIPO REDACTOR
Análisis dramático:
Aránzazu Beorlegui
M.ª Luisa Delgado
M.ª Villar Fernández
Juan Ramón Goya
M.ª Luisa Jiménez
Pedro Jimeno
Raquel María
Milagros Martínez
José Antonio Martínez
M.ª Ángeles Utrera
Análisis musical:
Juan Carlos Múgica
Análisis escénico:
Vicente Galbete
Coordinación:
Ignacio Aranguren
ANTECEDENTES
Desde 1454, año en que se firmó la paz de Lodi, tras introducirse por primera
vez en la historia de Italia la noción de “equilibrio” entre las potencias vecinas, los
Estados italianos se preocupan por mantener en la península este equilibrio. Milán,
Florencia, Venecia, Nápoles y el Papado, a veces, incluso fingían solicitar ayuda al
extranjero para asustar a sus vecinos.
SIGLO XVIII
95
Segunda parte
obligó al Duque de Saboya a intercambiar Sicilia, que aún poseía recursos, por
Cerdeña. Después del matrimonio de Felipe V con Isabel de Farnesio, Italia fue de
nuevo un campo de batalla en el que se enfrentaron los ejércitos de España
(Alberoni) y del Imperio Austriaco. Isabel de Farnesio obtuvo los estados de
Nápoles y Parma para sus hijos.
A mediados del siglo XVIII, Italia continuaba dividida y ocupada por los extran-
jeros, si bien se notó cierta renovación intelectual y social: En Milán, Beccaria ense-
ñaba Economía política; en Módena, Muratori inició la investigación objetiva de las
fuentes de la Historia; en Nápoles, la Filosofía de la Historia de Vico seguía consi-
guiendo adeptos; en Venecia, se produjo una renovación del Teatro y de la Pintura
96
Cuaderno didáctico
97
Segunda parte
pasa a ser un auténtico director de escena, aunque éste otorgara el máximo prota-
gonismo al actor. Ese nuevo director artístico pudo montar de manera totalmente
original los materiales escénicos, integrándolos en un orden teatral nuevo. En defi-
nitiva, se ofreció una interpretación distinta del hombre, del mundo y de la histo-
ria. El actor, mientras tanto, cultivó su personalidad, erigiéndose poco a poco en
protagonista del hecho escénico, llegándosele incluso a sacralizar. El teatro cruza-
ba el siglo bajo el contraste con el espectacular desarrollo que había experimenta-
do en el anterior. No pocas confesiones del momento documentan el espíritu deca-
dente del mismo. Ya no había ingenios -se decía en España-, y fuera de nuestro
país, Shakespeare y Molière no habían encontrado continuadores de su talla. Sin
embargo, desde Francia e Italia se dejaban oír voces que se rebelaban contra esa
decadencia.
Esos efectos, placenteros y útiles, siempre unidos, amalgamados entre sí, forman el
objeto del teatro. Objeto máximo, que consiste en la moral dispuesta agradablemen-
te en acciones para incitar y animar a los espectadores a la virtud.
98
Cuaderno didáctico
1.4.1. INTRODUCCIÓN
99
Segunda parte
100
Cuaderno didáctico
1.4.3. POLÉMICA
En los últimos años del San Lucas, otro rival, más inteligente, más preparado
que Chiari, es decir, Carlo Gozzi, luchó contra él en una pugna encarnizada; este
polemista y batallador mordaz y sarcástico a quien no agradaba la reforma que
había emprendido Goldoni con la comedia, compuso primero El almanaque, obra
en la que ridiculizó a sus adversarios y, especialmente a Goldoni. Para rivalizar aún
más con él en lo dramático, compuso sus numerosas Fiabe. Con ellas alcanzó la vic-
toria sobre los adversarios y, demostró lo hábil que era como dramaturgo al uso al
suscitar el interés del público mediante recitaciones improvisadas de las entonces
condenadas máscaras del teatro del Arte. Tras el enorme éxito de las Fiabe se
agostó su vena creativa, y únicamente compuso ya obras de carácter menor. Y
como Gozzi tampoco perdonaba a Chiari en sus ataques, éste decide aliarse con
Goldoni, su antiguo adversario, en 1761. Recordemos que Chiari se opuso a
Goldoni y escribió para el teatro algunas réplicas de sus obras. Enfrentó, por ejem-
plo, La viuda astuta de Goldoni a La escuela de las viudas (1749), y a El filósofo
inglés, El filósofo veneciano. La batalla se exacerbó más aún pero la mejor respues-
ta a los detractores fue la que únicamente el genial Goldoni podía dar, esto es,
escribir aún más que todos.
Los últimos años del San Lucas son verdaderamente memorables: de 1759 son
Los enamorados; de 1760, Los rústicos, Un curioso accidente y La casa nueva; de
1762, Don Todero regañón y Las riñas en Chioggia. Pero ya en agosto de 1761
había recibido una invitación de la Comedia italiana de París con un contrato de
dos años. Al no poder obtener una decorosa situación en su patria, se vio obliga-
do, a su pesar, a aceptar el contrato; aunque antes de partir, se despidió de Venecia
con La comedia alegórica: Tarde de carnaval, y el público le gritó arrepentido su
“¡hasta la vista, hasta pronto!»; pero Goldoni ya no volvió nunca.
101
Segunda parte
lutos que afligieron a la familia real hizo que pasaran los estudios de italiano a
segundo término, lo que no fue obstáculo para que al cabo de unos años se le
asignaran unos emolumentos fijos. Trasladado de Versalles a París, no dejó de
desarrollar su actividad preferida. En 1771 escribió en francés El gruñón bienhe-
chor, que fue la última comedia digna de él, ya que El avaro fastuoso, de 1772-
73, sólo es el último y débil eco de los genuinos acentos goldonianos. En 1776
fue llamado de nuevo a Versalles para enseñar el italiano a las hermanas de Luis
XVI, Clotilde y Elisabeth; pero al cabo de unos años, temeroso de que le perjudi-
caran los aires de esta ciudad, consiguió que el encargo fuera transferido a su
sobrino y volvió definitivamente a París. Pocas cosas son dignas de mención en los
últimos trece años de su vida.
De 1784 a 1787 compuso en francés también Las Memorias, que podrían con-
siderarse como su última comedia. París le agradaba cada vez más; sin embargo,
llevaba Italia en su corazón y parecía redescubrir, en la distancia, las insuperables
bellezas de su país. No dejó perder nunca ocasión de citar la literatura italiana
digna de rebasar los límites patrios. Terminadas las Memorias, vivió todavía seis
años cargados de grandes acontecimientos, entre los que debía sentirse un poco
asustado quien, como él, no había conocido nunca el «mersor civilibus undis». Hay
que añadir a esto la maltrecha salud y las privaciones que se hicieron sentir cada
vez más cuando el nuevo gobierno, La Asamblea Legislativa, le suprimió la pensión
real. Murió en su pobre casa de la calle de San Salvador el 6 de febrero de 1793;
y el día siguiente, Marie Joseph Chenier, ignorante del triste suceso, consiguió que
se le restituyera la pensión, que pasó después a su viuda.
Tras el Momolo cortesano, comedia del 38, obra en la que la parte del protago-
nista fue escrita casi por completo, comienza la “reforma técnica” que le iba a con-
ducir a abandonar para siempre la improvisación de la comedia del arte. En
noviembre de 1771 en el Teatro Italiano de París representa El malhumorado bien-
hechor, obra que suscitó la admiración de Voltaire.
Emprendió la reforma aun siendo acusado de traidor por su propio público, con
un paulatino abandono de la Commedia dell’Arte. Su proceso de renovación con-
siste en la eliminación progresiva de todos sus elementos fantásticos e inverosí-
102
Cuaderno didáctico
miles máscaras, lazzi (escenas más o menos breves, de tono jocoso y humorístico
que, con o sin palabras, se improvisaban en momentos determinados; contenían
todo tipo de recursos propios del actor: canto, acrobacias, expresión corporal),
zanni o criados astutos y /o algo lerdos etc. Con Goldoni la improvisación será sus-
tituida por la fijación escrita del texto.
Esta reforma fue más allá del mero aspecto técnico puesto que lleva también a
cabo una reforma ideológica al hacerse los personajes goldonianos cada vez más
realistas y los argumentos más verosímiles.
Goldoni fue un “ojeador” perspicaz del alma de su época y la supo llevar a esce-
na; pasa por ser también un conservador inclinado al progresismo; de cultura
amplia, ingenio agudo, con gran sentido del humor y amor por la vida.
Buen creador de caracteres, sus máximos logros los consigue con la conjunción
de diferentes tipos de personajes; es un perfecto pintor de ambientes, nunca exen-
tos de una fina sátira y dentro del espíritu moralizante del siglo. En ello, el dramatur-
go veneciano sigue las máximas del clasicismo griego: «La comedia se inventó para
corregir vicios y po-ner en ridículo las malas costumbres; y cuando la comedia de los
antiguos se hacía de esta manera, todo el pueblo decidía.» Goldoni fue un autor pro-
lífico. Una parte considerable de su producción la componen obras inspiradas en la
Commedia dell'Arte, en las que felizmente condensa, de forma literaria, toda una
tradición que apenas había dejado textos. Para algunos, esta fijación textual puede
significar una traición al espíritu de dicho género, a su improvisación y espontanei-
dad. No obstante, hemos de decir en su descargo que Goldoni nos ofrece unos
103
Segunda parte
ejemplos de calidad que suponen un nuevo aliciente estético para cuantos practican
este género. Aún hoy en día se programan con absoluta normalidad obras como
Arlequín servidor de dos amos. En sus últimos años de vida, transcurridos en París,
Goldoni asimiló el estilo y las modas de los franceses, que, por lo demás, también
influyeron en los ingenios más importantes de todos los países; por todo ello
Goldoni es considerado el fundador de la comedia moderna en Italia.
104
2. TÍTULO Y JUSTIFICACIÓN
Cuaderno didáctico
3. RESUMEN
Acto primero
1.4. El conde invita a cenar en su habitación a las dos actrices, a la par que
Mirandolina va a servir al caballero la cena en la habitación de éste. Se produce así
una doble escena en la que vemos cómo el conde y las dos cómicas se entregan a
juegos y conversaciones subidos de tono, mientras Mirandolina, con el pretexto de
haber encontrado un hombre que no la persigue ni intenta aprovecharse de las
mujeres, finge estar encantada en compañía del caballero, haciéndole beber más
de la cuenta y jugando con él al gato y al ratón para engatusarlo sin que éste se
percate de la burla. A lo largo de esta doble escena el marqués irrumpe en la habi-
tación en la que están el caballero y la posadera para aprovecharse de la situación
y poder comer y beber sin gastar de lo que no tiene.
107
Segunda parte
Acto segundo
1.1. Sale Mirandolina, triste y llorosa, fingiendo estar enamorada del caballero,
que se dispone ya a partir de la posada. Incluso la posadera simula un desmayo
ante él, que, apresuradamente, va a buscar agua para hacerla volver en sí. Acuden
también el marqués y el conde. Los tres discuten porque creen que el caballero ha
dado a la muchacha un bebedizo para aprovecharse de ella. El caballero, en el tira
y afloja de la discusión, derrama sin querer unas gotas de agua sobre el marqués,
que se siente ofendido por este hecho. Cuando los pretendientes salen de la esce-
na, ella se incorpora, al mismo tiempo que se burla de los tres presuntuosos.
1.3. Tras irse Mirandolina, aparece en escena el marqués, que viene a pedirle al
caballero una satisfacción por haberle manchado su traje con el agua. El caballero
le pide perdón; pero el otro sigue haciéndose el ofendido hasta que, al fin, el caba-
llero se presta a batirse en duelo; ante lo cual el marqués se acobarda y adopta una
actitud defensiva y un tanto ridícula, acusando al caballero de estar enamorado de
Mirandolina. Éste, al no querer aceptarlo, sale de la escena. Es entonces cuando el
marqués encuentra el frasquito de melisa en el cesto donde lo había tirado
Mirandolina.
108
Cuaderno didáctico
1.6. Quedan solos los tres pretendientes, quienes se enzarzan en una pelea,
especialmente el conde y el caballero. El primero achaca al segundo que le ha
robado el corazón de Mirandolina y que todas sus ideas contra las mujeres eran fal-
sedades y el caballero, que no quiere reconocerlo, se ofende porque lo están lla-
mando mentiroso. Tras una parodia de duelo entre ambos ofendidos, Mirandolina
irrumpe en escena y detiene la pelea, asegurando que el caballero no está enamo-
rado de ella porque es insensible a los encantos femeninos. Aprovecha para decla-
rar su amor a Fabricio, quien se sorprende ante lo desacostumbrado de tal decla-
ración. El conde se ofrece a dotar a la novia y el marqués a darle su protección;
pero Mirandolina rechaza dotes y protecciones y pide a los tres pretendientes que
se busquen otra posada, con lo que Fabricio se da por satisfecho, confiando así en
el amor de Mirandolina.
109
Segunda parte
Además se añade al cortejo un caballero engreído que habla mal de las muje-
res y al que Mirandolina, la posadera, va a “castigar”, enamorándolo, para hacerle
pagar caras sus palabras.
Al enredo se suman también dos cómicas que van a servir para poner de mani-
fiesto la tacañería del marqués y la vulgaridad del conde.
A su vez, el marqués y el conde sienten celos del caballero porque creen que
Mirandolina ha caído en sus brazos y al final se enzarzan los tres en una especie de
duelo.
110
Cuaderno didáctico
4. LOS TEMAS
El tema central es el amor, el cual aparece como motor de las acciones huma-
nas. Aparece en torno a la protagonista de la obra, Mirandolina (la Posadera), teñi-
do siempre de humor (“el almíbar de la alta sociedad”) e instalado, por ello, en un
tono cómico que salpica toda la obra. El amor se manifiesta por medio de:
Los celos de casi todos los protagonistas entre sí: de Fabricio por el conde;
del Marqués y del Conde, por el Caballero; del Caballero por Fabricio.
111
Segunda parte
Otros temas:
La envidia representada en casi todos los personajes: del Conde por el linaje
del Marqués, de éste por el dinero del Conde, del Caballero por la decisión final
de Mirandolina.
112
Cuaderno didáctico
5. ESPACIO Y TIEMPO
Externos:
Internos:
113
Segunda parte
6. ESTRUCTURA
6. 1. ANÁLISIS GENERAL
La obra está compuesta de dos actos. En cada uno de ellos aparecen entremez-
clados cuatro tipos de textos:
En esta comedia podemos ver las tres partes esenciales de una obra de teatro:
planteamiento, nudo y desenlace.
PLANTEAMIENTO O PRESENTACIÓN
NUDO O DESARROLLO
Podemos considerar que esta segunda parte se inicia cuando Mirandolina com-
prende la actitud del Caballero hacia las mujeres y decide seducirlo para darle una
lección.
114
Cuaderno didáctico
Una segunda línea en el desarrollo de los conflictos viene dada por la relación
entre el Caballero y la posadera. Por una parte, el primero desprecia a las mujeres
y no va a renunciar a sus principios racionales de ninguna manera; y, por ello, se
enfrenta a la protagonista que, a su vez, intentará con todas sus artes justamente
lo contrario: seducirlo y hacerle comprender que las emociones llegan a vencer
cualquier comportamiento exclusivamente racional.
Para hacer más compleja esta parte surgen dos personajes de cierta importan-
cia: Hortensia y Deyanira. Ambas son comediantas deseosas de pasarlo bien y con
su actitud agudizan los conflictos entre los personajes masculinos porque las dos
intentan aprovecharse del Conde, del Marqués y del Caballero. Su comportamien-
to ayuda a la estrategia urdida por Mirandolina ya que fomenta los celos, la envi-
dia y la rivalidad de los pretendientes.
Por último, el desarrollo concluiría con la evidencia por parte del Caballero de
que ha sido vencido por la protagonista y de que se ha convertido en el nuevo rival
del Conde y el Marqués. Por su parte, Mirandolina, asustada de hasta dónde le han
llevado sus dotes de seducción, se plantea cuál va a ser el final de esta historia y si
Fabricio, su criado, no podría ser la solución definitiva para acabar con los rumores
que la acusan de mujer frívola y costumbres licenciosas.
DESENLACE
Esta parte comienza muy al final de la obra para mantener el enredo lo más posi-
ble: enfrentamiento de los tres protagonistas masculinos, humillación del
Caballero, celos mal contenidos de Fabricio…
Todo ello termina con la decisión de la posadera de casarse con Fabricio, recha-
zando a sus tres distinguidos pretendientes.
115
Segunda parte
7. PERSONAJES
MIRANDOLINA
116
Cuaderno didáctico
FABRICIO. La plancha.
MIRANDOLINA. ¿Abrasando?
FABRICIO. Menos que yo.
MIRANDOLINA. ¿Tenéis fiebre?
MIRANDOLINA. (…) Aprecio en cuanto vale que me queráis dotar, pero sería mi
marido el que terminaría dotado... si yo accediera..
Es una mujer bella y atractiva que subyuga a sus huéspedes, pues todos están
enamorados de ella. Mirandolina es consciente de sus encantos y los sabe manejar
embaucando con coquetería a los hombres pero sin dejarse dominar por la pasión:
(…) ¿Que me dejo rondar? ¡Pues claro! ¿A qué mujer no le gusta? Si bien se mira, de
ese modo cumplimos nuestros deberes sociales. Pues ¿Qué sería de tanto modisto,
peluquero, joyero y otras profesiones si las mujeres, así de pronto, decidiéramos no
agradar?
A cada cual su función. Y la nuestra es ponerle sal a la vida. Pero de eso, a que cual-
quiera nos tome por guiso en el que puede meter su cuchara según su antojo, va
un abismo).
Desde el primer momento sabe que se va a casar con Fabricio, pero mientras
tanto aprovecha su situación y belleza para pasárselo bien y divertirse coquetean-
do con los huéspedes de la posada. A pesar de su coquetería y desenfado, su
honestidad es reconocida por todos:
117
Segunda parte
CABALLERO. Me lavo y me baño. Pero con leche de asna. Entre otras virtudes, posee
la de impedir, no siendo transparente, que caigamos en la tentación de mirar nues-
tra vergonzante desnudez.
(Aparece Mirandolina.)
Ama su libertad por encima de todo, con excepción de su buena fama, ya que
antes que andar en boca de todos decide casarse con Fabricio:
¿No lo dije? Hasta en romances va ya la historia. Dios mío, mi nombre por tabernas,
terrazas y patios. ¡Qué diría mi santo padre si levantara la cabeza! Menester será que
resuelva algo, que la fama es frágil y cualquier deslenguado te deja hecha un pingo
[...] ¿Qué hago? Ya sé: le prometeré a Fabricio casarme con él y así me protegerá.
118
Cuaderno didáctico
Resulta por tanto Mirandolina una protagonista, aunque no del todo rompedo-
ra, como es lógico en el siglo XVIII, muy moderna para su tiempo y a la que el
público actual puede sentir muy cercana y por otra parte admirar por su inteligen-
cia, simpatía, moderación y sensatez.
MARQUÉS DE FORLIPÓPOLIS
119
Segunda parte
¡Todavía hay principios! [...] ¡Todavía hay una moral! [...] ¡El deber no es pignorable!
[...] ¡Todavía hay clases, señor mío!
Parece regirse por el código caballeresco frente al conde, que es más vividor y
mundano, pero en el fondo él también es hipócrita y su veneración por Mirandolina
no puede vencer su orgullo de pertenecer a una clase superior. Por ejemplo, llega
a afirmar que si no tuviera él tanta alcurnia se casaría con la posadera.
120
Cuaderno didáctico
Mantiene durante toda la acción una rivalidad con el conde y no sólo respecto
a Mirandolina. Se venga de él contando a la posadera las intenciones que tiene de
pagar una dote para su boda:
MARQUÉS. ¡Me las pagaréis, conde! ¿Sabéis lo que me propuso hace un rato?
MIRANDOLINA. ¿Dotar mi boda con trescientos escudos?
Es uno de los personajes más cómicos de la obra por sus ridículos aires de gran-
deza y por su tacañería, rasgos con los que Goldoni juega a lo largo de toda la
obra.
CONDE DE ALBAFLORIDA
todo:
121
Segunda parte
El conde es menos hipócrita que el marqués, no tiene por qué aparentar rique-
za, pues la posee. Es más vividor y mujeriego:
Las señoras son libres de hacer su deseo, pero en mi mesa no caben más de tres.
Y ahora que la alta cámara puede deliberar, como debe, a puerta cerrada, sin testi-
gos de baja condición, os diré, señor caballero, que me río de los hipócritas.
Este personaje es, quizás, el menos hipócrita de los aristócratas que aparecen
en esta obra y quizás también el menos cómico por estar menos caricaturizado.
122
Cuaderno didáctico
CABALLERO DE ROCATALLADA
Harta me tienen los hipócritas. Vade retro, ocasión de pecado. Y, entre tanto, la pro-
cesión va por dentro. En la tierra todo está desnudo, menos la hipocresía, como dijo
aquél.
Picores no tengo, pero por cierto que los tendré si uso esas sábanas que me habéis
puesto. (…) ¿Lo ven? ¡Agua! Italia vive en plena barbarie (...) Me lavo y me baño, pero
con leche de asna. Entre otras virtudes, posee la de impedir, no siendo transparen-
te, que caigamos en la tentación de mirar nuestra vergonzante desnudez.
Como vemos es muy pudoroso. Quiere evitar todas las tentaciones y separarse
de todo deseo carnal y esto, claro está, incluye primordialmente a las mujeres.
123
Segunda parte
Es frío y cerebral; como buen ilustrado pretende usar su razón en todos los
aspectos de su vida, hasta en el amor. Lucha contra sus instintos y finge que no le
dominan, pero al final sucumbe ante los encantos de Mirandolina y se deja llevar
de forma irresistible por la pasión que le ha suscitado la protagonista:
No me atormentes más. Estimo a las mujeres, las adoro, las idolatro si son como vos.
Se siente celoso de Fabricio: “¡Ese hombre me pone fuera de mí! ¡Los celos me
devoran!” Ya no sabe qué hacer. Sin embargo, es capaz de mentir respecto de su
amor aun cuando la pasión lo devora, demostrando hipocresía y cobardía:
MARQUÉS. Pero, señor conde ¿qué le importa a vuestra señoría que el caballero
quiera a Mirandolina?
CABALLERO. ¿Cómo que yo quiero a Mirandolina?. ¡No es verdad, y miente quien
tal dice!
Incluso es capaz de batirse en duelo por defender esa mentira, y aún llega más
allá al negarlo delante de la misma Mirandolina.
Le cuesta reconocer que ha sucumbido ante los encantos de una mujer, máxime
después de haber negado, desde que llegó a la posada, su disposición a dejarse
llevar de las pasiones mundanas.
Se cree por encima de los demás y hace gala de su posición social de forma alta-
nera, así cuando responde a Fabricio: “No es a ti a quien tengo que rendir cuen-
tas. Cuando yo mando, quiero que se me sirva. Para eso pago.” Es frío y displicen-
te en su trato con los demás, especialmente con Gino.
124
Cuaderno didáctico
FABRICIO
Ya aparece así anunciado algo que será importante al final de la obra y que jus-
tificará que Mirandolina se case con él.
Fabricio siente celos de los nobles que visitan la posada y del trato lleno de sim-
patía que les dispensa Mirandolina. Desde sus primeras intervenciones quedan
patentes esos celos como se puede observar en la cita anterior y en otras ocasiones.
FABRICIO. Mientras coma vuestro pan, obligado estoy a serviros. (Va a irse.)
MIRANDOLINA. Oye, oye, que a mí no me gustan los estómagos agradecidos...
FABRICIO. No diréis lo mismo de la gente noble.
MIRANDOLINA. ¿Qué estás insinuando?
FABRICIO. Que desde que hay tanto linaje por aquí, ya no os dignáis mirar a los
pobres.
MIRANDOLINA. ¿No te digo lo que hay? Además de ciego, lelo. Anda, anda, tráe-
me la plancha y no me hagas hablar.
(...)
FABRICIO. La plancha.
MIRANDOLINA. ¿Abrasando?
FABRICIO. Menos que yo.
125
Segunda parte
La misma Mirandolina lo reconoce así cuando duda de si querrá casarse con ella:
¿Qué hago? Ya sé: le prometeré a Fabricio casarme con él y así me protegerá. Pero
la verdad es que le he hecho concebir tantas esperanzas que ya debe estar cansado
de creerme.
Sus señorías pagan para ser servidos en cosas lícitas y honestas, pero no pueden pre-
tender que en el precio de la posada entre también la buena fama de la posadera.
Por supuesto la sinceridad de su amor está muy por encima de la de los demás
pretendientes. Su amor por Mirandolina es verdadero. Al pretender casarse con
alguien de su misma condición social, la solución al conflicto dramático no se apar-
ta de las costumbres sociales de la época.
Se trata de las dos cómicas que juegan un papel secundario en la obra. Ambas
son de condición social baja pero para obtener beneficios, fingen ser aristócratas.
Deyanira se hará llamar condesa Deyanira del Sol, romana; y Hortensia, barone-
sa Hortensia del Cerro, de Palermo.
126
Cuaderno didáctico
Deyanira es inclusera:
CONDE. (Fuera.) Esta copa vale para ti, buena pieza, pero a ti te está ancha. Estás
un poco raquítica.
(...)
HORTENSIA. Lo que el señor conde quiere decir es que no estás a la moda.
127
Segunda parte
Primero quieren congraciarse con el Marqués para que les haga regalos. Así dice
Deyanira: “¿No habría otro pañuelo igual en Florencia?”, pero en cuanto aparece
el conde y se dan cuenta de que es él quien tiene dinero, desprecian al marqués y
buscan la amistad del conde, “interesadas” una vez más en el dinero.
DEYANIRA. (Yendo también hacia el conde.) Y romana yo, que he vivido en Nápoles
(pícara.) donde su señoría goza de una fama...
(...)
HORTENSIA. Solas estamos y, si el señor conde lo desea, a solas le diremos por qué.
CONDE. Ardo de impaciencia. Mirandolina, mandad que preparen tres cubiertos en
mi aposento ¿Se dignarán cenar conmigo?
HORTENSIA. Aceptamos su fineza.
MARQUÉS. Pero yo estoy invitado por estas señoras.
DEYANIRA. Poco a poco, que fuisteis vos quien nos invitó .
Son dos personajes de carácter claramente cómico que dan ligereza y frescura
a esta obra.
128
Cuaderno didáctico
GINO
CABALLERO. ¡Gino!
GINO. (Entra muy lánguido.) Mi amo.
CABALLERO. La cena.
GINO. (Suspirando.) ¡Ay, qué brusco! Con
lo fino que era antes mi amo..
(Entra Gino, lánguido como siempre.)
CIEGO
VIEJAS ENLUTADAS
129
Segunda parte
CÓMICOS
MÚSICOS
© Adolfo Lacunza
130
Cuaderno didáctico
8. LENGUAJE Y ESTILO
Señalamos a continuación los rasgos más destacados en los distintos planos lin-
güísticos.
NIVEL FÓNICO
NIVEL LÉXICO
131
Segunda parte
Uso humorístico de prefijos: “Yo soy muy franca, señor marqués, y la verdad:
a mí me parece empalagoso. Aunque debiera decir miniempalagoso”. Mirandolina
se burla del tamaño ridículamente pequeño de la copa.
RECURSOS ESTILÍSTICOS
132
Cuaderno didáctico
Comparaciones: Sincera y libre como el viento. Limpia como una patena, fina
como un huso, airosa como un mimbre, cimbreante como una caña, redonda como
la fresca sandía.
Contraste: ¡Oh, qué par de lunares! ¡Oh, qué par de bellezas! ¡Oh, que par de
diosas! ¡Oh, qué par de sanguijuelas para una sangría!
Paralelismo: Así son las mujeres. Burlándose de quienes las adoran, corren
tras quienes las desprecian.
133
Segunda parte
NIVEL SINTÁCTICO
Cambio del orden lógico: Argumentos no me faltan. Quien tiene dineros para
pagarse bulas, carne come en cuaresma). Obligado estoy a serviros. Siciliana, cora-
zón ardiente. Una cena frugal es cuanto necesito.
Frases nominales: ¡Vaya con los trescientos escudos! No ceno nunca. La línea.
¡Mozo, una copa!
Frases inacabadas: ¡Qué dinero ni qué…! Las mujeres, caballero… No, señor,
falta de descanso.
134
Cuaderno didáctico
9. ANÁLISIS MUSICAL
135
Segunda parte
A todas las canciones les he compuesto una introducción instrumental con dos
finalidades: en primer lugar, crear el tiempo suficiente para que el coro entre en
escena y además para que lo haga “en trance de situación”. En segundo lugar,
para que los cantantes solistas tengan tiempo emocional suficiente para pasar del
texto hablado al cantado.
136
Cuaderno didáctico
Las dos baladas finales Estar aquí y Vida me han dejado alguna que otra cica-
triz que, como dice el Caballero de nuestra función, son cicatrices en el corazón.
He intentado conciliar la belleza melódica que toda balada exige con la firmeza rít-
mica que el estilo pop impone: de ello se ocupa el arreglo instrumental.
El trabajo con las actrices y actores cantantes ha requerido intervenir en los dos
aspectos en los que la música pop (entiéndase cualquier tipo de música de consu-
mo actual) es terriblemente deficitaria: las chicas no tienen referentes para cantar
en “registro de cabeza” y los chicos no saben cantar en “registro de pecho”. Si
queríamos un espectáculo de “amplio espectro” había que subsanar dichas caren-
cias. Además, si queríamos cierta elegancia de colorido vocal había que aprender
algo sobre el canto “oscuro” tan característico del bel canto. Explicar si lo he con-
seguido y, sobre todo, cómo excedería con mucho su paciencia y la mía.
137
Segunda parte
No obstante, cualquier análisis del espectáculo del Taller de Teatro que se vaya
a realizar en el aula deberá tener presente que el texto original de Goldoni fue
escrito únicamente para siete personajes y que no incluye ninguna música.
En efecto, en el texto original Mirandolina juega con el amor de tan distinta natu-
raleza que le profesan el conde, el marqués, el caballero y Fabricio. La trama se
complica con la aparición de Deyanira y Hortensia, las dos cómicas que, sin embar-
go, saben fingir menos que la posadera. Dos criados sin nombre pero con algún
texto completan el reparto original y sirven para llevar y traer cuanto se les pide.
En cuanto a los personajes, algún crítico ha señalado acerca de los mismos cier-
ta falta de hondura y de penetración sicológica. Tal vez la pieza, concebida como
un juego galante al servicio del lucimiento de una actriz que la representaría en
unos carnavales venecianos, pase demasiado deprisa por los sentimientos de los
personajes. De esta manera su mundo interior queda en exceso supeditado a la
brillantez del diálogo y de la intriga, con un desenlace convencional que acata la
tiranía del decoro social y respeta las leyes de la comedia.
138
Cuaderno didáctico
Esta es, a grandes rasgos La locandiera de Goldoni. Un clásico italiano del siglo
XVIII que resulta un claro exponente del teatro de su tiempo. No obstante, la pieza
conserva valores suficientes para merecer pasar de las baldas más inaccesibles de la
biblioteca a nuestros escenarios. Su humor, su picardía, su aire de cuadro de época
o las posibilidades de una puesta en escena elegante, sin olvidar tampoco su nómi-
na limitada de actores, hacen que no resulte nada insólito, incluso en España, ver
anunciada la obra en las programaciones de los festivales de teatro clásico.
El texto original cumplía solo a medias los objetivos de un taller de teatro esco-
lar. Los directores del Navarro Villoslada valoraron su interés en los aspectos antes
señalados, pero decidieron concebir un espectáculo en el que pudieran participar
casi treinta jóvenes intérpretes, por lo que nuestra posada se pobló de criados y
criadas hasta parecer un hotel de lujo.
139
Segunda parte
10.2. ESCENOGRAFÍA
140
Cuaderno didáctico
141
Segunda parte
142
Cuaderno didáctico
143
Segunda parte
PANEL FRONTAL
144
Cuaderno didáctico
CONSTRUCCIÓN LIBROS
145
Segunda parte
10.3. ILUMINACIÓN
Hecha esta diferenciación, solo cabe señalar que en la parte realista del espec-
táculo la iluminación marca el paso del atardecer a la noche y de ésta al amanecer
del día siguiente, así como la diferencia entre el patio exterior y las dos habitacio-
nes interiores de la posada.
10.4. VESTUARIO
Como tiene que ser, cada traje proporciona al espectador mucha información
acerca del personaje que lo viste: su clase social o estamento, su personalidad, su
edad…
El Marqués es un noble a la antigua usanza que viste una moda un tanto anti-
cuada. Lleva una peluca empolvada y se aparta de los malos olores de la posada
mediante un pañuelo perfumado. Es, según lo define el caballero, un carcamal ridí-
culo.
El Conde, más joven, es un nuevo rico mucho más arriesgado en el vestir, tanto
en el colorido como en el corte de su traje. Su elegancia resulta aparatosa, así como
sus ademanes resultan una imitación amanerada y excesiva de los del marqués.
146
Cuaderno didáctico
CONDE
147
Segunda parte
MARQUÉS CABALLERO
En este apartado de personajes nobles habría que incluir con sus matices a
Deyanira y Hortensia, las cómicas que se hacen pasar por nobles gracias al vestua-
rio de sus comedias. Visten trajes y pelucas con toques de exageración, lo que
hace que Mirandolina las reconozca enseguida por el tufo. En otras escenas, ambas
visten ropa interior dieciochesca. Por cierto, visten dos de los figurines de más
laboriosa confección debido a la complejidad del patronaje de estos paños meno-
res tan sofisticados.
148
Cuaderno didáctico
CONDESA MARQUESA
GINO
149
Segunda parte
CRIADAS
CRIADA 1 CRIADA 2
150
Cuaderno didáctico
CRIADO 1 CRIADO 2
CRIADO 3 COCINERO
151
Segunda parte
152
Cuaderno didáctico
153
Segunda parte
10.5. ATREZZO
Se han cuidado de manera especial los muebles (mesas, sillas, etc.) que se utili-
zan en la obra para que respetaran cierto estilo de época. Lo mismo sucede con
los platos, fuentes, copas, planchas y otros muchos objetos que entran y salen de
escena.
154
Cuaderno didáctico
1 2 3
4 5 6
155
Segunda parte
7 8 9
10 11 12
13
156
Cuaderno didáctico
10.6. INTERPRETACIÓN
En cuanto al caballero, la primera pregunta que surge nada más leer el texto es
el porqué de su aversión a las mujeres. Descartada la homosexualidad, hemos jus-
tificado esta misoginia como la propia de un ilustrado dieciochesco harto de con-
vivir con cierto tipo de mujeres frívolas e insustanciales. El caballero, para nosotros,
157
Segunda parte
huye del modelo, bastante común en la aristocracia, que las cómicas Deyanira y
Hortensia caricaturizan. Y cuando por fin se encuentra con una mujer que tiene
personalidad e ideas propias para gobernar su vida, que ama la libertad por enci-
ma de todo, que viste con gusto y sencillez, que es bella y alegre sin necesidad
de “lunares ni dengues fingidos”, el caballero sale de su mundo y se enamora de
Mirandolina.
158
Cuaderno didáctico
momentos empuja, también con valor simbólico, un carrito repleto de librotes del
caballero. No obstante, ese peso de la cultura libresca le causa problemas cuando
alguna criadita burlona juega con sus sentimientos. Su aparición en escena con el
carro constituye un buscado homenaje a la commedia dell’ arte evocando los lazzi
o escenas de enlace en las que los criados realizaban alguna pantomima acrobáti-
ca o momento humorístico como un paréntesis de la acción principal. Este perso-
naje, además, abre y cierra la obra vestido con un traje dieciochesco blanco. Viene
a ser la síntesis visual de toda la atmósfera del espectáculo. Valórese el trabajo cor-
poral del intérprete.
El coro de la comedia musical está compuesto por criados y criadas que man-
tienen grandes semejanzas entre sí y algunas sutiles diferencias dentro de una rápi-
da caracterización sicológica. En el coro aparecen:
159
Segunda parte
10.7. DIRECCIÓN
160
Cuaderno didáctico
Pero todo el equipo de dirección ha procurado que todo su trabajo pase des-
apercibido para que sean los alumnos los verdaderos protagonistas de La posade-
ra. Sea cual sea la valoración del resultado final por parte de los jóvenes, no pode-
mos olvidar que la lección más duradera que el Taller de Teatro busca transmitir a
sus espectadores es el descubrimiento de las posibilidades de un grupo unido con
un proyecto compartido.
161
Segunda parte
11.1. Título. ¿Por qué crees que se titula así? ¿Te parece acertado este título?
Ponle otro que no tenga que ver con ningún personaje en concreto.
11.2. Autor. Busca información sobre el autor: biografía, época a la que perte-
nece, título de algunas de sus obras etc.
11.4. Estructura.
Externa: ¿Cuántos actos tiene la obra? ¿Hay pocas o muchas escenas en cada
acto? En la obra se alternan partes habladas y cantadas. ¿Para qué crees que sir-
ven las canciones? ¿Son todas del mismo tipo?
11.5. Espacio y tiempo. ¿Dónde se desarrolla la obra? (país, ciudad, lugar, etc.)
¿Hay diferentes espacios escénicos? Aunque no se dan fechas concretas, ¿en qué
época podemos suponer que se desarrollan los hechos? ¿Cuánto dura la acción
aproximadamente?
11.6. Temas. En la obra es fundamental el tema del amor pero mezclados con
él aparecen también el humor, la seducción, los celos, el dinero, el clasismo… Pon
ejemplos de la obra en que se perciban estos temas.
162
Cuaderno didáctico
163
Segunda parte
12.9. La música es muy importante en esta obra. ¿Para qué crees que sirve?
¿Son todas las canciones del mismo tipo? ¿Qué es lo que más te ha gustado de la
música?
12.10. ¿Te has fijado en la iluminación? ¿Qué cambios hay en ella y para qué
sirven?
12.11. Haz en unas diez líneas una síntesis de tu valoración global de la repre-
sentación incluyendo texto, músicas, interpretación, decorados, vestuario y direc-
ción. ¿Recomendarías la obra a otras personas? ¿Qué les dirías?
164
Cuaderno didáctico
12.12. Señala los aspectos de funcionamiento del Taller de Teatro que conoz-
cas. ¿Por qué los sabes?
165
Actividades para
1.º y 2.º de ESO
Actividades 1º y 2º ESO
1. EL AUTOR Y SU ÉPOCA
Se podrían definir los términos y hacer que los alumnos buscaran la respuesta
en un libro de texto. Así se trabajaría el “área de competencias básicas”: “apren-
der a aprender y autonomía en el manejo de la información”.
1º y 2º ESO
4. ¿Cuáles son los dialectos de cada una de ellas?
Son monarcas Borbones, que suben al trono con Felipe V tras una guerra de suce-
sión, al morir sin descendencia Carlos II, último rey de la dinastía de los Austrias.
169
Segunda parte
Carlos III fue el rey de España entre 1759-1788 y es el Carlos VII de Italia por-
que tras la guerra de sucesión se cedió al Emperador Carlos VI Cerdeña, Nápoles
y el Milanesado.
170
Actividades 1º y 2º ESO
2. EL TÍTULO
Porque la obra está ambientada en una posada regentada por una posadera
joven y guapa que cuenta con varios pretendientes, lo cual va a dar origen a toda
la trama y al enredo de la obra.
Ver justificación del título. Respecto a la segunda pregunta, además de las dife-
rentes acepciones de la entrada de la palabra, el diccionario registra otra entrada
en femenino plural, tal vez poco conocida del alumnado actual, pero muy común
en otras épocas. Se trata de la palabra posaderas con el sentido de “nalgas”, que
probablemente fuese una especie de eufemismo o una metonimia.
1º y 2º ESO
tuye el campo semántico de los “lugares que sirven para detenerse, dormir y
comer, normalmente pagando por ello”. Trata de buscarlas todas.
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Segunda parte
Solución:
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172
Actividades 1º y 2º ESO
3. EL RESUMEN
3. Rellena los huecos para que estos fragmentos estén completos y tengan
sentido:
1º y 2º ESO
4. En este ejercicio último se puede orientar a los alumnos poniéndoles las
palabras que faltan en un orden diferente al que deben aparecer en el resu-
men. También se podría optar por dejarles realizar el ejercicio sin ningún tipo
de orientación. Si se opta por lo primero, se tratará de que amplíen un poco su
vocabulario en los tres o cuatro huecos que lo permiten, sugiriéndoles palabras
más cultas que las que ellos pondrían (engreído, urdirá, mofarse). Con la segun-
da posibilidad se pueden trabajar los sinónimos.
173
Segunda parte
4. EL TEMA
3. Une cada personaje con los rasgos que les caracterizan en la obra:
1, 2, 6, 7, 8
3, 4, 8
1, 2, 7, 8
1, 2, 6, 8
1, 5, 8
El amor, los celos, la seducción... son temas universales y presentes en todas las
épocas. Hoy en día con la proliferación de los programas televisivos de tono rosa
se presentan esos asuntos con más frivolidad.
174
Actividades 1º y 2º ESO
1º y 2º ESO
175
Segunda parte
5. EL ESPACIO Y EL TIEMPO
En Florencia, Italia.
2. ¿Tiene alguna relación este autor con ese país? ¿Sabes en qué ciudad
nació Goldoni?
Respuesta libre.
7. ¿En qué época se desarrolla la obra? ¿Se dice en algún momento? ¿Por
qué habrá elegido ese año el autor?
176
Actividades 1º y 2º ESO
largo de la obra. Ese es el año en que se escribió y se estrenó “La Posadera” así
que la comedia se sitúa en un momento absolutamente actual para el autor.
1º y 2º ESO
177
Segunda parte
6. LA ESTRUCTURA
Dos.
Acto es una parte de la obra que termina con una bajada del telón.
Escena es cada una de las partes en que se divide un acto de una obra teatral
en la que están presentes los mismos personajes.
3. ¿Cuándo crees que comienza la 2.ª escena del primer acto en esta obra?
El nudo termina con la rendición del Caballero, el enfrentamiento entre los tres
rivales masculinos y la duda de Mirandolina sobre cuál va a ser su decisión final.
Respuesta libre.
Respuesta libre.
178
Actividades 1º y 2º ESO
Obra teatral de conflictos ligeros y muchas veces divertidos que terminan feliz-
mente.
Obra teatral de conflicto serio en la que los protagonistas acaban vencidos por
elementos fatídicos.
Respuesta libre.
1º y 2º ESO
179
Segunda parte
7. LOS PERSONAJES
Mirandolina.
Respuesta libre
5. ¿Crees que Fabricio está celoso por el trato que Mirandolina otorga a
algunos huéspedes de la posada? Razona tu respuesta basándote en la obra.
Sí, como se demuestra en el texto: “Mucho os interesa ese huésped”; más ade-
lante: “que desde que hay tanto linaje por aquí ya no os dignáis mirar a los pobres
y, luego: “(fingiendo indiferencia) ¿Ah, sí? ¿Con cuál de vuestros pretendientes?”,
refiriéndose a la posible boda de Mirandolina.
Las viejas, el criado del caballero (Gino), los otros criados de la posada, los cómi-
cos, el ciego y los músicos porque su papel es poco relevante.
7. ¿Por qué crees que Deyanira y Hortensia se hacen pasar por aristócratas?
¿De quién es idea?
Se hacen pasar por aristócratas porque esperan sacar ventajas con ello como,
por ejemplo, obtener un mejor trato en la posada.
180
Actividades 1º y 2º ESO
1º y 2º ESO
181
Segunda parte
8. LENGUAJE Y ESTILO
182
Actividades para
3.º y 4.º de ESO
Actividades 3º y 4º ESO
1. EL AUTOR Y SU ÉPOCA
Se podrían definir los términos y hacer que los alumnos buscaran la respuesta
en un libro de texto. Así se trabajaría el “área de competencias básicas”: aprender
a aprender y autonomía en el manejo de la información.
3º y 4º ESO
unidades, arquetipo, escena y acto.
Son monarcas Borbones, que suben al trono con Felipe V tras una guerra de suce-
sión, al morir sin descendencia Carlos II, último rey de la dinastía de los Austrias.
187
Segunda parte
Carlos III, fue el rey de España entre 1759-1788 y es el Carlos VII de Italia por-
que tras la guerra de sucesión se cedió al Emperador Carlos VI Cerdeña, Nápoles
y el Milanesado.
188
Actividades 3º y 4º ESO
Nota: Quizás se conozcan muchas más por lo que sería oportuno trabajar trans-
versalmente el cotilleo, el “despelleje”, etc., muy al uso en todos esos programas
tan zafios que suelen ver adolescentes y no adolescentes y donde lo cutre parece
ser la tarjeta de visita hoy en nuestra sociedad.
Algunas otras memorias tienen más enjundia y sinceridad como puede verse en
las de algún personaje histórico el cardenal Mitszentzi, el político Charles de
Gaulle, el humorista Gila, etc.
Otras son escritas de forma novelada por ej. Memorias de África, de Isak
Dinesen, subtitulada Lejos de África-Sombras en la hierba, que ha sido llevada al
cine. El libro contiene una sincera evocación de muchos momentos y avatares de
la vida, se basa la obra en muchos recuerdos emotivos y sinceros y está escrito a
posteriori.
3º y 4º ESO
Pío Baroja tiene dos libros de memorias, Juventud y egolatría y A la vuelta del
camino.
La lista se podría dejar abierta para ser ampliada a conveniencia de cada uno.
189
Segunda parte
10. ¿A qué puede deberse que Goldoni, en su época, fuera más valorado y
admirado (Voltaire, El Rey Luis XVI, Los responsables del Teatro Italiano de
París, los espectadores de sus propias obras, etc.) en Francia que en Italia?
Libre.
Sugerencias: Quizás porque las clases sociales altas apreciaban el teatro y la cul-
tura italiana o porque veían en su teatro la línea de Molière o porque al situar a los
personajes en otro contexto espacial, los espectadores no se considerarían retrata-
dos o reflejados en la escena; porque su “chauvinismo” era fomentado desde la
escena al situar los vicios, errores, debilidades humanas fuera de sus fronteras y, en
definitiva, porque los pioneros en general, y él lo fue, en la reforma de la comedia
en Italia no suelen llevarse la mejor parte.
190
Actividades 3º y 4º ESO
2. EL TÍTULO
Porque la obra está ambientada en una posada regentada por una posadera
joven y guapa que cuenta con varios pretendientes, lo cual va a dar origen a toda
la trama y al enredo de la obra.
Ver justificación del título. Respecto a la segunda pregunta, además de las dife-
rentes acepciones de la entrada de la palabra, el diccionario registra otra entrada
en femenino plural, tal vez poco conocida del alumnado actual, pero muy común
en otras épocas. Se trata de la palabra posaderas con el sentido de “nalgas”, que
probablemente fuese una especie de eufemismo.
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3º y 4º ESO
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Segunda parte
Solución:
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Actividades 3º y 4º ESO
3. EL RESUMEN
f) A su vez el marqués y el conde sienten celos del caballero porque creen que
3º y 4º ESO
Mirandolina ha caído en sus brazos y al final se enzarzan los tres en una especie
de duelo.
El orden es d, c, e, a, f, b.
193
Segunda parte
4. EL TEMA
No. Es ella la que juega con los hombres. Al final de la obra siente temor ante
la reacción violenta del caballero por sentirse desdeñado.
Respuesta libre.
194
Actividades 3º y 4º ESO
Respuesta libre.
3º y 4º ESO
195
Segunda parte
5. EL ESPACIO Y EL TIEMPO
1. ¿En qué país y ciudad se desarrolla la acción? ¿Por qué crees que el autor
la sitúa ahí?
5. ¿En qué época se desarrolla la acción y por qué crees que el autor la ha
elegido?
6. Señala rasgos propios del siglo XVIII que puedan percibirse en la obra:
muebles, utensilios, vestuario etc. ¿Hay diferencias de atuendo entre persona-
jes de distinta clase social o profesión?
196
Actividades 3º y 4º ESO
La acción debía durar un máximo de 24 horas. En esta obra no hay datos con-
cretos que marquen el tiempo aunque parece que transcurre más de un día. De
todos modos, la acción no excedería demasiado ese límite exigido por los neoclá-
sicos.
3º y 4º ESO
197
Segunda parte
6. LA ESTRUCTURA
Dos.
Acto es una parte de la obra que termina con una bajada del telón.
Escena es cada una de las partes en que se divide un acto de una obra teatral
en la que están presentes los mismos personajes.
El nudo termina con la rendición del Caballero, el enfrentamiento entre los tres
rivales masculinos y la duda de Mirandolina sobre cuál va a ser su decisión final.
Obra teatral de conflictos ligeros y muchas veces divertidos que terminan feliz-
mente.
Obra teatral de conflicto serio en la que los protagonistas acaban vencidos por
elementos fatídicos.
198
Actividades 3º y 4º ESO
Respuesta libre.
Respuesta libre. (Se puede intentar que la respuesta vaya en la línea de valorar
el amor verdadero frente a convenciones sociales o intereses económicos).
3º y 4º ESO
199
Segunda parte
7. LOS PERSONAJES
Pueblo: Las viejas, el criado del caballero (Gino), los otros criados de la posada,
los cómicos, el ciego y los músicos.
El conde utiliza modales más bruscos, menos refinados, fruto quizás de su pro-
cedencia, y otorga gran valor al dinero como medio de conseguir lo que se propo-
ne. Es también más inmoral.
200
Actividades 3º y 4º ESO
Respuesta libre.
3º y 4º ESO
201
Segunda parte
8. LENGUAJE Y ESTILO
202
Actividades 3º y 4º ESO
“¡Se va tan contenta porque cree haberme sacado una joya! ¡Mira que no dis-
tinguir el oro de la bisutería! Menos mal que me sale barata. Ahora, si Mirandolina
quiere el frasco le tendré que comprar otro. Pues se lo compraré. Cuando tenga
con qué.
3º y 4º ESO
prefijo “con” (en compañía), el lexema “frater” (hermano) y el sufijo “-izar”, con el
que se forma el verbo. Un sinónimo sería “relacionarse”, “aproximarse”.
11. A lo largo de la obra, se emplean, muchas veces con tono irónico, distin-
tos tratamientos: “Ilustrísimos señores”,“Vuestra señoría”, “Su Excelencia”,
“Su Ilustrísima”. ¿Se siguen usando hoy en día? ¿En qué contextos sociales o
profesionales?
12. Dice el marqués: “Solo que yo no diría dotar, sino subvencionar” Mira
en el diccionario el significado de ambas palabras. ¿Qué diferencia semántica
hay entre ellas? ¿Qué relación guardan entre sí?
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Actividades para
Bachillerato
Actividades Bachillerato
1. ¿ Qué es la “Commedia dell’ Arte”? ¿Qué relación tiene Goldoni con ella?
Esta técnica de los italianos fue muy apreciada en toda Europa desde el siglo
XVI y especialmente en Francia. La lengua italiana además era conocida por bas-
tante gente de la clase social alta (recuérdese que Goldoni fue requerido en pala-
cio por el propio rey Luis XVI para instruir a sus familiares en dicha lengua, como
dijimos en su biografía). París acogió con entusiasmo a los comediantes cisalpinos
que hizo traer Catalina de Médicis; al principio compartieron con Molière la sala
Petit-Bourbon y luego la sala del Palais Royal; desde 1680 tuvieron para ellos solos
el Hôtel de Bourgogne. Los actores italianos y especialmente Trivelin y Scaramouche,
fueron bien acogidos y saltaron pronto a la fama; en sus comedias representadas
aparecían tipos invariables y convencionales y tenían la habilidad y el arte de intro-
ducir en un pequeño esbozo literario previo, “canovaccio”, improvisados diálogos,
cantos, mímica expresiva, saltos, juegos malabares, etc., haciendo que su imagina-
ción completara dicho esbozo alterándolo, ampliándolo, manipulándolo (véase lo
que se dice de Goldoni y los centones en otra cuestión).
Siguiendo por las tendencias populares del mimo latino y de los jaculatori, que
tuvieron cierto arraigo en las farsas de las “Sacras Represtaciones”, la comedia se
apoyaba cada vez más en el movimiento, la burla, y la improvisación. Ecos de los
rasgos de las comedias de Plauto, de “El Decamerón” y de las comedias de pas-
tores, agrandados por el efecto de la imaginación, pueden rastrearse en la come-
dia renacentista que, a diferencia de la tragedia, desciende a la amabilidad, a la
cordialidad para así poder tratar con mayor libertad los problemas de la clase
media que representa. La comedia viene a ser un documento social de primera
magnitud, reflejo de los modos de vida y un ejemplo de las buenas y sobre todo
de las malas costumbres, hecho desde los cánones burgueses propios del momen-
BACHILLERATO
to. Así se configura un entramado teatral satírico, moralista y a la vez espectacular
que, avanzando el siglo, adquirirá tonos más melodramáticos. A veces se encuen-
tran ya galerías de tipos de marcado acento realista: uso de dialectos, personajes-
tipo, preferencia casi absoluta por la prosa etc., abren mayores cauces de compren-
sión entre el escenario y el público.
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Segunda parte
Cada actor constituía un personaje que estaba caracterizado por una máscara.
Los personajes eran arquetipos con unas características propias.
Hay tres categorías: criados, amos y los amantes. Criados (zanni) de proceden-
cia rural y algo tontos, que reciben golpes, se burlan de los viejos, pretenden ven-
der a su hermana al mejor postor, etc. El más importante Arlequín de Bérgamo y
su popular compañero Brighella; Polichinela de origen napolitano, que es algo filó-
sofo, Pedrolino, Sganarello... etc; Colombina es la criada, compañera de Arlequín
y pretendida por el amo; otras, Coralina, Esmeraldina, etc. Amos: Pantalón, comer-
ciante veneciano; el Doctor, ignorante supino, es de Bolonia; el Capitán, que repre-
senta el poder militar, puede apellidarse Matamoros, Basilisco, etc. Humilla a los
criados como campesinos que son; es un tipo muy característico, procedente del
sentir crítico italiano sobre la presencia militar española en sus tierras; es español y
a la vez bravucón, fanfarrón, pusilánime, cobarde… un eco del “miles gloriosus”.
Los enamorados: una pareja de jóvenes que suelen ser hijo o hija de Pantalón, o
viceversa del Doctor, suelen ir sin máscara y tienen nombres bucólicos como
Rosana, Angélica o Florindo, Octavio. De procedencia petrarquista, son más dig-
nos que los fantoches con los que conviven en los escenarios y por tanto el ele-
mento crítico está más atenuado en ellos.
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Actividades Bachillerato
No debe olvidarse lo que en París hizo por ella tras ser reclamado por el Teatro
Italiano. (Véase biografía).
Los cambios no suelen ser bien aceptados y, si además alguien tiene éxito con
ellos, mucho peor.
Los rivales únicamente son conocidos por los estudiosos de esa época y
Goldoni sin embargo, tiene una proyección universal hoy.
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Segunda parte
Muchos de los “famosetes” de ahora han escrito las suyas y se inventan un pasa-
do a medida de sus inquinas, que puede resultar una bomba de relojería para los
aludidos. Suelen ser frecuentes las de las “EX”: por ej. Mª Luisa Merlo, Marisa
Medina, Lucía Bosé, María Jiménez, Begoña Aranguren, aunque algunos de sus
maridos no se quedan atrás, por ejemplo, Vilallonga.
Nota: Quizás se conozcan muchas más por lo que sería oportuno trabajar trans-
versalmente el cotilleo, el “despelleje”, etc., muy al uso en todos esos programas
tan zafios que suelen ver adolescentes y no adolescentes y donde lo cutre parece
ser la tarjeta de visita hoy en nuestra sociedad.
Algunas otras memorias tienen más enjundia y sinceridad como puede verse en
las de algún personaje histórico el cardenal Mitszentzi, el político Charles de
Gaulle, el humorista Gila, etc.
Otras son escritas de forma novelada por ejemplo, Memorias de África de Isak
Dinesen, subtitulada Lejos de África-Sombras en la hierba, que ha sido llevada al
cine. El libro contiene una sincera evocación de muchos momentos y avatares de
la vida, se basa la obra en muchos recuerdos emotivos y sinceros y está escrito a
posteriori.
Pío Baroja tiene dos libros de memorias, Juventud y egolatría y A la vuelta del
camino.
La lista se podría dejar abierta para ser ampliada a conveniencia de cada uno.
210
Actividades Bachillerato
Detractores.
Carlo Gozzi, (véase biografía de Goldoni) Entre1761 y 1765 compuso con inten-
ción polémica diez Fiabe o fábulas dramáticas en las que aparecen las máscaras y
los chistes de la Commedia dell Arte. Son leyendas orientales, cuentos infantiles,
escenas satíricas de tema contemporáneo. La polémica se agudizó cuando a las
obras de Gozzi, llenas de elementos maravillosos, Goldoni opuso 16 obras escri-
tas en una sola temporada, en las que puso de relieve la importancia que conce-
día a la descripción realista y a los caracteres. Para evitar a su rival, al que se había
unido uno de sus antiguos adversarios, el Abate Chiari, se marchó a Paris. En
Memorias inútiles, de 1797 recogió sus altercados con Goldoni y Gratarol.
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Segunda parte
13. ¿A qué puede deberse que en su época fuera más valorado y admirado
(por ejemplo, entre otros, por Voltaire, el Rey Luis XVI, los responsables del
Teatro Italiano de París, los espectadores de sus propias obras, etc.) en Francia
que en Italia?
Libre.
Sugerencias: Quizás porque las clases sociales altas apreciaban el teatro y la cul-
tura italiana o porque veían en su teatro la línea de Molière o porque al situar a
los personajes en otro contexto espacial, los espectadores no se considerarían
retratados o reflejados en la escena; porque su “chauvinismo” era fomentado
desde la escena al situar los vicios, errores, debilidades humanas fuera de sus fron-
teras y, en definitiva, porque los pioneros en general y él lo fue en la reforma de la
comedia en Italia no suelen llevarse la mejor parte.
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Actividades Bachillerato
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Segunda parte
Libre.
J. Ortega y Gasset con sus Teorías-ideas acerca de la novela y Pío Baroja; el pri-
mero dice del segundo que “sus novelas no tienen ni argumento, ni técnica ni per-
sonajes” y éste le responde que “la novela es un género ancho y proteico, vital y
complejísimo que admite las más diversas manipulaciones” lo que viene a ser
según Cela “un saco en el que cabe todo”.
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Actividades Bachillerato
2. EL TÍTULO
Porque la obra está ambientada en una posada regentada por una posadera
joven y guapa que cuenta con varios pretendientes, lo cual va a dar origen a toda
la trama y al enredo de la obra.
Ver justificación del título. Respecto a la segunda pregunta, además de las dife-
rentes acepciones de la entrada de la palabra, el diccionario registra otra entrada
en femenino plural, tal vez poco conocida del alumnado actual, pero muy común
en otras épocas. Se trata de la palabra posaderas con el sentido de “nalgas”, que
probablemente fuese una especie de eufemismo.
Libre.
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Segunda parte
Era unha noite de chuvia e de frío Era una noche de lluvia y de frío
a que eu pasei, no muiño do río! la que pasé en el molino del río;
Toda contenta empecei a cantar, toda contenta empecé a cantar,
pra non ter medo e á noite pasar! para no tener miedo y la noche pasar.
Dum, dum, petan á porta, Dum, dum, llaman a la puerta,
saio a correr: echo a correr:
é Marquexiño es Marquexiño
que viña moer. que viene a moler.
Viña cun conto, levado do demo Venía con un cuento, traído por el diablo
cousas que as mozas, cosas que la mozas,
moitas non queremos! muchas no queremos.
O pillo decía: eu quero moer, El pillo decía: yo quiero moler,
no muiño do río, oxe tén de ser. en el molino del río, hoy tiene que ser.
No meu muiño non moe ninguén, En mi molino no muele nadie,
tódos o queren porque moe ben. todos lo desean porque muele bien.
Que moe ben, dirano os tolos, Que muele bien, lo dirán los locos,
pro, polo visto, non moe pra todos. mas, por lo visto, no muele para todos.
E se ti queres, pra mi moerá Y si tú quieres, para mí molerá
e se non queres xa te pesará . y si no quieres ya te pesará.
E, se me pesa, hei de pousar Y si me pesa, me he de aguantar
pero, por ti, non he de chamar pero, por ti, no voy a llamar.
Pero Marquixo, como é "caradura» Pero Marquixo, como es caradura
fóise achegando e colleume a cintura. se fue acercando y cogió mi cintura.
Eu teño xenio, logo me enfadei, Yo tengo genio, así que me enfadé,
co aliviadoiro, no lombo lle dei. con el orinal, en la espalda le di.
Botéino fora, e cerreille a porta Lo eché afuera, y le cerré la puerta
porque pensei que lle daba unha volta. porque pensé que iba a volver.
Pobre Marquixo, qué mal lle saleu, Pobre Marquixo, qué mal le salió,
que levou na chepa, e mais non moeu. que llevó en la chepa y ya no molió.
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Actividades Bachillerato
Las semejanzas son tanto de tono, como de personajes. En ambos casos la pro-
tagonista es una mujer sola, que está en un establecimiento público donde se ofre-
ce un servicio, sea alojamiento y comida (la posada), sea la molienda del trigo
(molino). Tratando de aprovecharse de esta circunstancia, un caballero la requiere
de amores con fines casi siempre poco lícitos. Tanto en la canción como en la obra
de teatro, posada y molino parecen estar aislados de lugares de población. El tono
es pícaro en ambas piezas, y en ellas el lenguaje adquiere un doble sentido de
carácter claramente sexual, en la obra de teatro sucede en alguna ocasión y en la
cancioncilla resulta más notorio. Otra semejanza es que tanto la posadera como la
molinera no son mujeres que se amilanen, al contrario saben salir airosas de situa-
ciones comprometidas y se valen por sí mismas. Quizá la diferencia más notable
son algunas de las circunstancias; en la canción es de noche y la molinera está
absolutamente sola, sin nadie a quien recurrir; así que el peligro es mucho mayor;
sin embargo Mirandolina en cierto modo está protegida por las gentes que le rode-
an y sobre todo por su criado Fabricio.
Las dos son ocurrentes y astutas y saben valerse por sí mismas para salir de
situaciones comprometidas. Evidentemente, en la obra teatral el carácter del per-
sonaje está más desarrollado. Mirandolina parece más pícara y más coqueta, es ella
misma quien provoca situaciones de galanteo que la comprometen y de las que
luego debe salir. La molinera de la canción se da de bruces con este hombre, que,
al parecer, sin que ella haya intervenido para nada, viene con muy malas intencio-
nes. Al ser el requerimiento mucho más directo por parte del caballero y encontrar-
se ella sola en el molino, la muchacha tiene que actuar de forma expeditiva y vio-
lenta. Mirandolina, en cambio, tiene quien la ayude y recurre mucho más a la astu-
cia y a la sagacidad que a la fuerza. En principio, el personaje teatral es más una
BACHILLERATO
mujer “urbana” y aguda, que pretende burlarse de los hombres que la desprecian,
bien sea por desenmascarar su hipocresía o por otros motivos más sutiles. Sin
embargo el personaje de la canción da la impresión de ser más primario y rural, al
utilizar la fuerza. La primera gana al hombre por la inteligencia; la segunda se pone
a su altura con sus mismas armas físicas.
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Segunda parte
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Actividades Bachillerato
3. EL RESUMEN
e) Al enredo se suman también dos cómicas que aparecen por la posada. Éstas,
con sus intervenciones, van a servir para poner de manifiesto la tacañería del mar-
qués y la vulgaridad del conde.
f) A su vez el marqués y el conde sienten celos del caballero porque creen que
Mirandolina ha caído en sus brazos y al final se enzarzan los tres en una especie de
duelo.
El orden es d, c, e, a, f, b.
BACHILLERATO
3. Resume la obra de manera detallada.
4. Comenta el empleo de los conectores que nos han dado las pistas para
ordenar el texto de manera coherente.
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4. EL TEMA
Personal.
Personal.
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Libre.
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Segunda parte
5. EL ESPACIO Y EL TIEMPO
2. La obra es neoclásica, del siglo XVIII, y como tal debía someterse a la regla
de las tres unidades. ¿Sabes en que consisten? ¿Se mantienen en La posadera?
Respuesta libre. Se puede ayudar a percibir que hay muchas más diferencias
que semejanzas. Más humorística y ligera la italiana, más “instructiva” la española.
Las protagonistas, Mirandolina y Paquita, son absolutamente diferentes en actitud,
carácter y comportamiento. Las dos obras tienen en común la defensa del amor
verdadero y, por supuesto, el hecho de ser comedias las iguala en el final feliz.
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Actividades Bachillerato
6. LA ESTRUCTURA
Dos.
Acto es una parte de la obra que termina con una bajada del telón.
Escena es cada una de las partes en que se divide un acto de una obra teatral
en la que están presentes los mismos personajes.
El nudo termina con la rendición del Caballero, el enfrentamiento entre los tres
rivales masculinos y la duda de Mirandolina sobre cuál va a ser su decisión final.
4. ¿Qué papel crees que desempeñan las canciones en la obra? ¿Son todas
del mismo tipo?
Las canciones son de dos tipos diferenciados; unas que aportan parte del con-
tenido argumental y sustituyen a diálogos hablados y otras, por el contrario, apo-
yan la acción, a veces la comentan coralmente y siempre dan color y vivacidad a la
escena.
5. ¿Crees que el desenlace feliz, propio de una comedia, puede tener algún BACHILLERATO
otro significado?
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Segunda parte
Respuesta libre.
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Actividades Bachillerato
7. LOS PERSONAJES
1. Basándote en la obra ¿podrías dar razones que te lleven a dudar del amor
de Mirandolina por Fabricio?
Respuesta libre.
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Segunda parte
El conde utiliza modales más bruscos, menos refinados, fruto quizás de su pro-
cedencia, y otorga gran valor al dinero como medio de conseguir lo que se propo-
ne. Es también más inmoral.
Respuesta libre.
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Actividades Bachillerato
8. LENGUAJE Y ESTILO
Caballero: ¿Lo ven? ¡Agua! Italia vive en plena barbarie. Si hubierais vivido,
como yo, en las grandes cortes de Francia….
2. Señala los rasgos propios del registro coloquial que hay en el monólogo
de Mirandolina, cuando habla de la coquetería femenina. Se encuentra en el
acto primero y comienza “Uy, lo que ha dicho! El excelentísimo señor marqués
de la Miseria…”
Cambio del orden lógico de las oraciones (Harta me tienen los hipócritas.
Guerra le daremos);
Mirandolina habla a Deyanira de “vos”. ¿Qué persona verbal utiliza? ¿Qué nom-
BACHILLERATO
bre recibe este uso? ¿Qué diferencia con su empleo en el español de América?
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Segunda parte
Prefijos como “super”, “extra”, “ultra”…, repetición del adjetivo, oración com-
parativa o consecutiva…
Exhortación:” ¡huyamos!”
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