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3. Características generales.
4. Tipo de adaptación.
6. Bibliografía.
7. Anexo I.
1. Introducción
La música durante mucho tiempo ha estado ligada a otras artes. Ya sea como parte de
un contexto social común o simplemente por intención propia, los artistas de una zona
se han impregnado de los anteriores y han tenido una serie de características comunes.
No nos sorprendemos cuando un artista crea una escultura basada en un cuadro, un
edificio basado en una película o una canción basada en una poesía. Sin embargo, entre
todas las artes hay una que a todos les ha llamado la atención en algún momento: la
literatura. Asombra la facilidad con que las palabras introducen al lector en un mundo
paralelo donde todo es posible y pueden surgir mil sorpresas más. En el ámbito musical
tenemos el ejemplo de cómo Romeo y Julieta de Shakespeare inspiró a Prokofiev o Los
cuentos de las Mil y Una Noches llamaron la atención a Rimsky-Korsakov. No es de
extrañar que una novela española tan importante como Don Quijote de la Mancha de
Miguel de Cervantes haya servido de inspiración a muchos compositores. Las aventuras
del fantasioso hidalgo se publicaron en 1605 y cuatro siglos después han pasado por la
mente de Manuel de Falla, Barbieri, Tchaikovsky… Y además en multitud de formas:
poemas sinfónicos, música de cámara, óperas, zarzuelas, obras solistas… Lo que
también implica la relación que tienen las obras con los personajes y la historia en sí.
En este trabajo, entre todos los posibles he elegido analizar una zarzuela llamada La
Venta de Don Quijote, creada por Shaw y Chapí.
La Venta de Don Quijote está catalogada como comedia lírica y como zarzuela de un
solo acto. Su estreno fue el 19 de diciembre de 1902 en el Teatro Apolo de Madrid y
tuvo una valoración muy positiva por parte de la crítica, algo no muy frecuente en la
época.
El libreto fue creado por Carlos Fernández Shaw (1865-1911) Poeta, dramaturgo y
periodista gaditano. Tras trabajar en Madrid como redactor en varios periódicos en 1899
abandonó el periodismo para centrarse en su papel como escritor dentro del género
chico y la zarzuela después del éxito que alcanzó La Revoltosa (1897) libreto que él
redactó junto a José López Silva. Fue libretista también de zarzuelas como La Chavala
(1898) Las Bravías (1896) La Canción del Naufrago (1903)… y óperas como La vida
breve (con música de Manuel de Falla)
La crítica aplaudió la unión de estos dos maestros, Shaw y Chapí, indicando que se
trataba una apuesta arriesgada teniendo en cuenta lo arraigado que estaba el género
chico en el Teatro Apolo y las innovaciones que incluyeron en esta zarzuela. Sin
embargo destacaron que la historia se quedaba corta con un solo acto puesto que la
novela caballeresca daba mucho más de sí.
Shaw plantea un relato atípico y arriesgado entremezclando al autor con los mismos
personajes de su obra.
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Estas dos últimas fruto de la colaboración con Shaw.
3. CARACTERISTICAS GENERALES
4. TIPO DE ADAPTACIÓN
En este caso Shaw decidió mezclar la famosa novela “Don Quijote de la Mancha” con
Miguel de Cervantes. Esta inclusión del autor junto con sus propios personajes supone
grandes cambios respecto a la obra original, lo que fue bastante arriesgado de cara a la
crítica. Don Alonso representa claramente al personaje de Don Quijote y Blas al de su
escudero, Sancho Panza. En cambio a Miguel de Cervantes se le representa como el
Señor Miguel, un hombre de pocas palabras, taciturno, que, a su salida de la cárcel se
hospeda en la venta buscando inspiración para su nueva vida, queda gratamente
sorprendido por Don Alonso y decide escribir un relato sobre ese hombre.
La acción3 trascurre en una venta manchega en la que se hospeda el Señor Miguel. A
esta llegan la sobrina, el cura y el ama de llaves de Don Alonso buscando a este que
anda desaparecido. El Ventero los manda por un camino y en cuanto estos desaparecen,
Don Alonso hace su aparición a golpe de estoque en la posada. En su locura confunde el
lugar con un castillo, al Ventero por un señor y a sus dos hijas como bellas damas que
intenta cortejar. Una de ellas ya andaba prendada de un Arriero y por unas confusiones
y otras, a Don Alonso lo acaban echando.
Es muy curioso el uso del folclore musical que hace Chapí explotando la seguidilla
durante toda la obra. Cecilio de Roda (1902) crítico musical, escribió “Don Quijote está
personificado en un tema heroico, lleno de dignidad y nobleza. La Mancha en unas
seguidillas manchegas, guitarrescas y de sabor ingenuamente popular, que cambian de
color a cada paso, (…)” También cabe destacar el planteamiento parecido al de La
Revoltosa que hizo Chapí, dando más importancia a los conjuntos vocales que a los
lirismos individuales.
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Para escuchar los audios y obtener más información sobre algunos aspectos musicales consultar el
Anexo I
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Para más información sobre el libreto y algunos aspectos musicales consultar el Anexo I
5. IMPRESIÓN PERSONAL SOBRE LA OBRA Y SU ADAPTACIÓN
El libreto tiene muchos puntos graciosos que me han sacado más de una sonrisa, por
algo escogí precisamente una zarzuela. Pero, en cambio, musicalmente no me parece
gran cosa. El tema de la seguidilla me parece excesivamente repetido o simple para lo
que considero a Chapí. Sin embargo, me gusta como emplea el cambio temático para
reflejar el carácter de cada escena y la dificultad que tienen las rápidas intervenciones
alternantes entre coro y solistas.
6. BIBLIOGRAFÍA
La orquesta comienza con una leve introducción iniciada por un redoble de caja. Al
abrirse el telón se observa el patio de la venta en el que se está celebrando el final de la
siega, por lo que varias personas comen y beben alrededor de las mesas. Se muestra un
primer tema de carácter señorial y en su repetición en piano ya aparece en la cuerda y la
madera el ritmo propio de las seguidillas en tres por cuatro que continuará
prácticamente durante toda la obra. Más adelante el viento metal continua con el
carácter del principio acompañado por este incesante ritmo en la cuerda finalizando con
un ritardando y un calderón que da comienzo a las seguidillas propiamente dichas.
Los aldeanos piden vino con celeridad golpeando los platos con las cucharas y cuando
es traído brindan, bailan y halagan sus poderes. La orquesta acompaña con el motivo de
las seguidillas las continuas entradas entre las mujeres y los hombres del coro y el
Arriero. Cuando el Arriero piropea y adula a Maritornes, dando a entender su amor por
ella, el coro repite sus palabras y la orquesta responde acompañando con un tema más
legatto, contrastando con el carácter festivo anterior. De nuevo, al grito de “¡A bailar
seguidillas!” el tema principal irrumpe con fuerza mientras las mujeres danzan entre
ellas.
Escena II: El Ventero irrumpe en escena quejándose del ruido y echa a todos, exceptuando al Arriero que
se queda tonteando con Maritornes hasta que el Ventero lo echa.
Escena III: El Cura, el Ama, la Sobrina y el Barbero llegan a la venta y le preguntan al Ventero si ha
visto a Don Alonso y a Blas. Él les cuenta cómo en un camino cercano un tipo parecido atacó a unos
arrieros creyendo que llevaban una princesa cautiva. Preocupados, todos salen en su búsqueda.
Escena IV-V: Al Ventero y al Cuadrillero el nuevo huésped (el Señor Miguel) no le da buena espina,
hablan con él tratando de informarse. Les cuenta que hace poco salió de la cárcel, que es escritor, que se
dedica a estudiar a los hombres en vez de a los libros y que perdió la mano en Lepanto.
Escena VI-VII: Entran todos los de la venta en escena asustados por la aparición de Don Alonso que
anda en búsqueda de su escudero y toma la venta por un castillo. Cree que Maritornes es una princesa, le
besa la mano y el Arriero, airado, le increpa, pero Tomasa lo tranquiliza. Después Don Alonso halaga a
esta por ser la hija del dueño del castillo. Don Miguel lo informa de que no puede ir piropeando a
cualquier dama si todavía no ha elegido la suya y les da entender al resto que deben de seguirle el juego al
hombre. De pronto, Blas, el escudero, entra en escena y encuentra a su amo.
Escena VIII: Estrofas y coro. “¡Ay, Don Alonso!” – Audio 2
Después del dueto musical Don Alonso le cuenta a Blas que Tomasa (la bella dama, hija
del castellano) se ha enamorado de él y que él no puede fallar a su amada Tisbe (su
amor recién inventado) Deciden pasar la noche en la venta/castillo y salen todos de
escena para descansar.
Por la noche el Señor Miguel se dispone a dormir. En el foso, los metales anuncian la
noche y la cuerda les responde recordando de nuevo el motivo de seguidilla principal.
Mientras se acuesta, el Señor Miguel recita unos versos asombrado por las
excentricidades de Don Alonso y Blas. Un Pastor entra en escena con su rebaño
cantándole a la luna y a su amor, la cuerda acompaña con un motivo corto y
descendente y entre estrofa y estrofa el motivo de la seguidilla regresa. Cuando este se
va un nuevo tema atresillado surge por parte de los metales finalizando en una llamada
de trompeta lejana que anuncia una nueva escena. Don Alonso despierta, sale de su
cuarto y comienza a cantar, elogiando sus valores como caballero, acompañado por este
nuevo tema. Por casualidad pilla a Maritornes, en busca de su Arriero amado, y la
locura le hace creer que es a él al que busca. En este caso la música cambia por
completo adaptándose al carácter de la escena. La cuerda comienza una melodía
romántica mientras las maderas recuerdan el omnipresente motivo de la seguidilla
indicando lo humorístico de la escena, pero en un tono menor con algunas disonancias
para marcar tensión. Él declama y canta llenándola de halagos y ella, aterrada, intenta
huir. Consigue tomarla de la mano contarle cómo le profesaría su amor si no fuese
Tisbe ya su amada. De pronto el Arriero entra en escena, los sorprende, cree que ha sido
engañado y arremete contra Don Alonso. El tempo cambia del binario lento molto
expresivo anterior a un ternario vivo animado. Se alternan las entradas de los
protagonistas de la escena: Maritornes, el Arriero y Don Alonso, con la gente de la
posada que despierta sobresaltada: Don Miguel, Tomasa, el Ventero, Blas, el
Cuadrillero y el coro. Finalmente la escena concluye con un repetido tutti al grito de
“Silencio, ¡por Dios!” que la orquesta acompaña a su vez con un remarcado proceso
cadencial. El Ventero sin dudarlo le asesta un guantazo a Don Alonso sin que este se dé
cuenta y él lo confunde con un gigante. Comienza un nuevo caos, todo el mundo intenta
explicar su visión de la situación.
Escena XI: Conjunto “Todos están locos aquí menos yo” – Audio 4
La Sobrina, el Cura y el Ama irrumpen en el patio y le piden a Don Alonso que se vaya
con ellos de vuelta a casa. El Cura lo termina engañando con que una princesa
necesitaba su ayuda. Para gusto del resto, emprenden camino. La música comienza
recuperando el motivo principal de trompetería y caja del primer número musical.
Varias intervenciones separadas se despiden de Don Alonso. A continuación un pasaje
donde se recita mientras la orquesta sigue con el mismo tema de fondo: el Señor Miguel
sale tras él y se presenta, Don Alonso hace lo propio, revelándole su nombre de
caballero “Don Quijote de la Mancha”. El Señor Miguel se queda solo, extrañando a ese
hombre y decide escribir la novela que todos conocemos. El tema de la seguidilla
vuelve a irrumpir de nuevo finalizando con un tutti orquestal.