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Visión general del Celador

como profesional del sistema


sanitario público.
Los profesionales J; la Sanidad.
El trabajo en equipo.
El celador como integrante
de los equipos de trabajo del
Sistema Sanitario. Las unidades
clínicas de gestión

1. Visión general del Celador como profesional del sistema sanitario público
2. Los profesionales y la Sanidad
3. El Celador como integrante de los equipos de trabajo del Sistema Sanitario 1 .J
4. Las unidades clínicas de gestión
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Visión general del Celador como profesional del


sistema sanitario público
1.1. El personal subalterno
El Estatuto de Personal no sanitario al Servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad
Social establece en su artículo 9° que el grupo de Personal subalterno tendrá a su cargo las fun-
ciones propias de su denominación, prestando la colaboración que le sea requerida en orden al
debido cumplimiento de su misión y estará constituido por:

a) Escala general, compuesta por las siguientes clases:

- Jefes de Personal Subalterno.

- Celadores.
b) Escala de Servicio, compuesta por las siguientes clases:

- Fogoneros.

- Planchadoras.

- Lavanderas.

- Pinches.

- Limpiadoras.

1.2. Marco jurídico


Después de la promulgación de la Constitución Española, el personal estatutario sanitario no
se había actualizado, siendo regulado por estatutos preconstitucionales; es por ello que ha sido
necesario actualizar y adaptar el régimen jurídico de este personal. Esto se lleva a cabo por me-
dio de una nueva Ley (Ley 55/2003, 16 diciembre, del Estatuto Marco del personal estatutario de
los Servicios de Salud), que establece las normas básicas relativas a este personal y aprueba su
Estatuto Marco, todo ello de conformidad con la Constitución Española, en su artículo 149.1.18.

Hasta hace bien poco, el personal que prestaba sus servicios en Instituciones Sanitarias de la
Seguridad Social se regían por tres estatutos:
- Estatuto Jurídico del Personal Médico de la Seguridad Social (Decretos 3169/1966 y
1873/1971).
- Estatuto de Personal Sanitario no Facultativo de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad
Social (Orden de 26 de abril de 1973).

- Estatuto de Personal no Sanitario al servicio de las Instituciones Sanitarias de la Seguridad


Social (Orden de 5 de julio de 1971 ).
Estos tres Estatutos son: el estatuto de personal médico, el estatuto de personal sanitario no
facultativo y el estatuto de personal no sanitario de tales centros e instituciones.

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VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

Los Pediatras se regían por Los Celadores se regían por el Estatuto


el Estatuto Jurídico del Personal Médico de Personal no Sanitario al servicio de las
de la Seguridad Social Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social

Los Fisioterapeutas se regían por el Estatuto


de Personal Sanitario no Facultativo de las
Instituciones Sanitarias de la Seguridad Social

Como comentamos al principio del tema, estos fueron publicados hace más de 30 años, por lo
que cuando se publicó la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función
Pública, en su disposición transitoria cuarta se establecía que, el personal regulado por estos tres
Est atutos citados, se regirían por la legislación que al respecto se dictare.

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Así, la Ley 30/1984, de 2 de agosto, de Medidas para la Reforma de la Función Pública, mantuvo
vigente en su totalidad el régimen estatutario de este personal.

Asimismo, la Ley 14/ 1986, General de Sanidad, determina que los profesionales se regirán por
lo establecido en el Estatuto Marco que tendría que aprobar el Gobierno, así como los diferentes
Reales Decretos sobre reestructuraciones del Ministerio responsable de sanidad y sus correspon-
dientes órdenes de delegación de las atribuciones, han ido detallando las competencias que en
materia de personal tienen los diversos Órganos del Departamento.

Una vez aprobada la Ley 55/2003, de 16 de diciembre, se regula este personal estatutario. En
este nuevo Estatuto Marco las funciones de los Celadores no vienen recogidas, pero en la disposi-
ción transitoria sexta de la Ley 55/2003 se da validez a las antiguas funciones (Estatuto Personal no
sanitario de las Instituciones sanitarias de la seguridad social) mientras no se desarrollen normas
nuevas.

1.3. Funciones del Celador


El Celador suele ser la primera persona con la que contactan enfermos y familiares al llegar a
la Institución; de la forma en que se establezca este contacto se p uede originar una buena o mala
impresión de los mismos. Por eso es necesario la adecuada formación de este personal, tan indis-
pensable en todo el ámbito de las Instituciones por los múltiples servicios que presta. El trabajo de
los Celadores es tan necesario que sin el concurso de los mismos se llegaría a paralizar la marcha
de la Institución.

Sus funciones vienen recogidas en el Estatuto de


Personal no Sanitario concretamente en el artícu lo 14.2.
Los Celadores, en el ejercicio de sus funciones:
1. Tramitarán o conducirán sin tardanza las comu-
nicaciones verbales, documentos, correspon-
dencia u objetos q ue les sean confiados por sus
superiores, así co mo habrán de trasladar, en su
caso, de unos servicios a otros, los aparat os o
mobiliario que se requiera.

2. Harán los servicios de guardia que corresponda


dentro de los turnos que se establezcan.

3. Realizarán excepcionalmente aquellas labores


de limp ieza que se les encomiende cuando su
realización por el personal femenino no sea
idónea o decorosa en orden a la situación, em-
p lazamiento, dificultad de manejo, peso de los
objetos o loca les a limpiar.
4. Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan uso indebido
de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterio ro o instruyéndoles en el uso y
manejo de las persianas, cortinas y útiles de servicio en general.

S. Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometido olas necesida-
des del servicio lo requieran.

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VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

6. Vigilarán las entradas de la Institución, no permitiendo el acceso a sus dependencias más


que a las personas autorizadas para ello.

7. Tendrán a su cargo la vigilancia nocturna, tanto del interior como del exterior del edificio,
del que cuidarán estén cerradas las puertas de servicios complementarios.

8. Velarán continuamente por conseguir el mayor orden y silencio posible en todas las depen-
dencias de la Institución.

9. Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías que encontraren
en la limpieza y conservación del edificio y material.

1O. Vigilarán el acceso y estancias de los familiares y visitantes en las habitaciones de los en-
fermos, no permitiendo la entrada más que a las personas autorizadas, cuidando no intro-
duzcan en las Instituciones más que aquellos paquetes expresamente autorizados por la
Dirección.

11 . Vigilarán, asimismo, el comportamiento de los enfermos y de los visitantes, evitando que


estos últimos fumen en las habitaciones, traigan alimentos o se sienten en las camas y, en
general, toda aquella acción que perjudique al propio enfermo o al o rden de la Institución.

Cuidarán de que los visitantes no deambulen por los pasillos y dependencias más que lo
necesario para llegar al lugar donde concretamente se dirijan.

12. Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución como en el
servicio de ambulancias.

13. Ayudarán, asimismo, a las Enfermeras y Ayudantes de planta al movimiento y traslado de


los enfermos encamados que requieran un trato especial en razón de sus dolencias para
hacerles las camas.

14. Excepcionalmente, lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o que no pue-
dan realizarlo por sí mismos, atendiendo a las indicaciones de las Supervisoras de planta o
servicio o personas que las sustituyan legalmente en sus ausencias.

15. En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento, rasurarán a los enfer-
mos masculinos que vayan a ser sometidos a intervenciones quirúrgicas en aquellas zonas
de su cuerpo que lo requieran.

16. En los quirófanos auxiliarán en todas aquellas


labores propias del Celador destinado en estos
servicios, así como en las que les sean ordenadas
por los Médicos, Supervisoras o Enfermeras.

17. Bañarán a los enfermos masculinos cuando


no puedan hacerlo por sí mismos, siempre de
acuerdo con las instrucciones que reciban de las
Supervisoras de plantas o servicios o personas
que las sustituyan.

18. Cuando por circunstancias especia les concu-


rrentes en el enfermo no pueda éste ser movido
sólo por la Enfermera o Ayudante de planta, ayu-
dará en la colocación y retirada de las cuñas para
la recogida de excretas de dichos enfermos.

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19. Ayudarán a las Enfermeras o personas encargadas o amortajar a los enfermos fallecidos,
corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio.

20. Ayudarán a la práctica de autopsias en aquellas funciones auxiliares que no requieran por
su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el cadáver. Limpiarán la mesa de autopsias
y la propia sala.

21. Tendrán a su cargo los animales utilizados en los quirófanos experimentales y laboratorios,
a quienes cuidarán, alimentándolos, manteniendo limpias las jaulas y aseándolos, tanto an-
tes de ser sometidos a las pruebas experimentales como después de aquéllas y siempre
bajo las indicaciones que reciban de los Médicos, Supervisoras o Enfermeras que les susti-
tuyan en sus ausencias.

22. Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre
diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se estén realizando a los mismos, y mucho
menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las
consultas hacia el Médico encargado de la asistencia del enfermo.

23. TambiF.n serán misiones del Celador todas aquellas funciones similares a las anteriores
qu( les sean encomendadas por sus superiores y que no hayan quedado específicamente
reseñadas.

El personal cuyas funciones a realizar no hayan sido objeto de especial desarrollo en el Estatuto,
las efectuarán en consonancia con las características propias de su especialización.

1.4. Funciones del Jefe de Personal Subalterno


El Jefe de Personal Subalterno pertenece al grupo de personal subalterno concretamente a su
escala general (junto con los Celadores), sus funciones vienen recogidas en el Estatuto de Personal
no Sanitario concretamente en el artículo 14.1. Le corresponde la ejecución de las siguientes misio-

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nes, sin perjuicio de las que independientemente puedan confiársele por el Director Gerente y el
Director de Gestión y Servicios Generales de la Institución:
1. Ejercerá, por delegación del Director de Gestión y Servicios Generales, la jefatura del perso-
nal de Celadores y ordenará y dirigirá el cumplimiento de su cometido.
2. Instruirá convenientemente al personal a sus órdenes para que la realización de su trabajo
sea eficaz y de calidad.
3. Constatará que el personal de oficio y subalterno cumple
el horario establecido en la Instit ución y permanece cons-
tantemente en su puesto de trabajo.
Existen situaciones urgentes en las cuales los Celadores
deben permanecer en su servicio una vez acabado su tur-
no (ausencia de algun compañero, ser requerido por la
supervisora para ayudar, etc.). Si esto ocurriese el Celador
se quedará e informará al Jefe de Personal Subalterno
para que este tome las medidas oportunas.
4. Vigilará personalmente la limpieza de la Institución.
5. Ejercerá el debido y discreto control de paquetes y bul-
tos de que sean portadoras las personas ajenas a la
Institución que tengan acceso a la misma.
6. Mantendrá el régimen establecido por la Dirección para el acceso de enfermos, visitantes y
personal a las distintas dependencias de la Institución.
7. Cuidará del orden del edificio, dando cuenta al Administrador de los desperfectos o altera-
ciones que encuentre.

8. Cuidará de la compostura y aseo del personal a sus órdenes, revisando y exigiendo que
vistan el uniforme reglamentario.
9. Informará a los familiares de los fallecidos en la Institución sobre trámites precisos para
llevar a cabo los enterramientos y en caso necesario, les pondrá en contacto con la oficina
administrativa correspondiente para completar la información.

1O. Realizará aquellas funciones de entidades análogas a las expuestas que les sean ordenadas
por el Director Gerente o el Director de Gestión y Servicios Generales de la Institución.

1.S. Funciones de asistencia al Personal Sanitario Facultativo y no


Facultativo
El personal sanitario de las Instituciones Sanitarias, ya sea personal facultativo (médicos, far-
macéuticos, analistas, biólogos, etc.), como no facultativo (enfermeros, matronas, fisioterapeutas,
auxiliares de enfermería, etc.) realiza las funciones propias de su categoría: asistenciales, de investi-
gación, de cu idados de enfermería, etc.

El Estatuto de Personal No Sanitario asigna a los Celadores determinadas funciones de asistencia


al personal sanitario cuando éste actúa en el ej ercicio de las tareas sanitarias que les corresponden.

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El carácter de funciones de asistencia al personal sanitario lo pone de manifiesto el hecho de


que la mayor parte de ellas sean funciones de «auxilio» o de «ayuda» a dicho personal, si bien algu-
nas son tareas ejercidas autónomamente a indicación del personal sanitario. En todo caso se trata
de funciones no sanitarias que el Celador debe realizar bajo la dependencia del personal sanitario.

J\
Estas funciones de asistencia suponen el desempeño en los centros sanitarios de las siguientes
tareas por parte de los Celadores:

- Ayuda en el aseo de los pacientes hospitalizados.

- Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda éste ser movi-
do sólo por la Enfermera o Ayudante de planta, ayudará en la colocación y retirada de las
cuñas para la recogida de excretas de dichos enfermos.

- Ayudarán, asimismo, a las enfermeras y ayudantes de planta al movimiento y traslado de


los enfermos encamados que requieran un trato especial en razón de sus dolencias para
hacerles las camas. La responsable de la acción será siempre la enfermera.

- Prestar ayuda al personal técnico superior en la realización de placas realizadas con material
portátil.

- En caso de ausencia del peluquero o por urgencia en el tratamiento, rasurarán a los enfer-
mos masculinos que vayan a ser sometidos a intervenciones quirúrgicas en aquellas zonas
de su cuerpo que lo requieran. En el resto de los casos (siempre que no haya peluquero) y
en áreas donde no exista un Celador lo hará la auxiliar de enfermería o la enfermera.

- Acompañar al personal de enfermería cuando traslada niños ingresados fuera de las unida-
des infantiles.
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- Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, documentos, corres-


pondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así como habrán de trasla-
dar, en su caso, de unos servicios a otros, los aparatos o mobiliario que se requiera.

- Pasar a las parturientas a la mesa de paritorio (potro ginecológico), colocándole las perne-
ras si es preciso.

- Ayudar en los casos en que haya que practicar a la parturienta anestesia epidural.

- Ayudar a situar a los pacientes en las mesas de exploraciones, de placas radiográficas, etc.

- Ayudar al personal de enfermería cuando tiene que medicar o curar a pacientes que no
colaboran (niños, encamados, enfermos mentales...). Su ayuda estará siempre dentro de sus
funciones sin extralimitarse en ellas (traer el carro de curas, sujetar al paciente, colocarlo en
determinada postura, etc.).

- Ayudar al personal médico en pruebas que requieran la sujeción de niños: punciones lum-
bares, extracciones, etc.

- Ayudar a los pacientes al aseo e inmovilización de enfermos recién operados cuando aún se
encuentran en la sala de despertar/reanimación.

- Ayudar a colocar los pacientes que van a ser intervenidos en la mesa de quirófano.
- Colaborar en las maniobras de reducción de pacientes psiquiátricos agitados.

- Acompañar a los pacientes y el personal de enfermería en los paseos de los enfermos


psiquiátricos.

- Inmovilizar o practicar sujeción mecánica a los enfermos mentales agitados que lo requie-
ran, a indicación del personal sanitario.
- Sujetar a los pacientes a los que se les va a realizar lavados gástricos o suturas.

- Ayudar al personal sanitario en la colocación de yesos en pacientes traumatizados, cuando


se le requiera.
- Ayudar al personal sanitario en la preparación de cadáveres.

- Ayudar a mover de posición a los enfermos ingresados que por su estado lo requieran.
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2. Los profesionales y la Sanidad


2.1. Compromiso de calidad en la prestación de servicios
La MISIÓN de la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía es promover la excelencia en la
prestación de servicios de salud, mediante la garantía de su calidad y mejora continua, en beneficio
de los ciudadanos andaluces.

Su VISIÓN es situar el Sistema Sanitario Público de Andalucía como referente de calidad en los
niveles nacional e internacional, a partir de la implantación continuada y progresiva de elementos
de mejora desde todos los ámbitos implicados en los servicios de salud.
Los VALORES que inspiran su actividad contemplan la independencia, la objetividad, la impar-
cialidad y la confidencialidad, así como el reconocimiento al ciudadano como principal protagonis-
ta y beneficiario de la calidad.

La Agencia de Calidad tiene como Objetivos Principales o Fundamentales:


- Impulsar y promover el desarrollo del Modelo Andaluz de Calidad de la Consejería de Salud,
en todos los centros y organizaciones sanitarias andaluzas.

- Incrementar continuamente la confianza de los ciudadanos hacia el sistema sanitario anda-


luz, mediante la garantía de unos servicios de calidad.
- Promover la mejora continua del servicio que se presta en los centros y organizaciones sa-
nitarias y por los profesionales sanitarios, mediante la identificación de espacios de mejora.

El Código Ético de la Calidad Sanitaria de Andalucía:


- Está basado en la Misión, Visión, Valores y Objetivos.

- Afecta a todas las personas que, de manera permanente o puntual, forman parte de la
misma.
- Hace alusión al modo de relacionarse con los ciudadanos, con los centros, los profesionales
internos y externos, los miembros de comités técnicos asesores, colaboradores y con los
miembros del equipo de la Agencia.

- Ha de ser útil para resolver conflictos en la práctica y anticiparse a los mismos.

- Expresa compromisos bilaterales del profesional con la Agencia y viceversa.

- Ha de servir para reforzar la confianza y crear un clima de compromiso y valores compartidos.

- Cumple con una función pedagógica de los profesionales, sobre cómo se desarrollan las
distintas actuaciones.

Principios éticos
Compromiso frente a las Personas:

- El Ciudadano:

* Los profesionales pertenecientes a la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía ten-


drán presente en todas sus actuaciones, decisiones y procedimientos de trabajo al
Ciudadano como principal protagonista y beneficiario de la ca lidád.
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VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

La interrelación con los ciudadanos estará presidida por el respeto a sus derechos y dig-
nidad. Se seguirán las indicaciones contenidas en el libro de Estilo del Servicio Andaluz
de Salud, en aquellos aspectos que le sean de aplicación (trato, cortesía, intimidad, ma-
nejo de la historia de salud, etc.).

- El Respeto y la Transparencia:

* Las relaciones con todas las personas con las que se entre en contacto estarán basadas
en el respeto y la transparencia.

Compromiso frente a nuestro Cometido:

- El Reconocimiento:

* Se mostrará una actitud de reconocimiento hacia la Calidad ya presente en los servicios


que el Sistema Sanitario Público Andaluz viene prestando.

- La Confidencialidad:

* Se garantizará la Confidencialidad sobre las informaciones recogidas en el curso de sus


actividades de evaluación y acreditación, aun cuando ya no exista vinculación entre el
profesional y la Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía.

* Se obtendrá el consentimiento previo de los centros y profesionales, para utilizar cual-


quier información procedente de la acred itación con fines de ejemplo de buenas prác-
ticas y benchmarking.

- La Objetividad, Imparcialidad y Responsabilidad:

* Se tratará con Objetividad el análisis y evaluación de los elementos, instituciones, profe-


sionales, etc. Los hallazgos, conclusiones e informes estarán soportados en evidencias,
sobre la base de la veracidad y la exactitud.

* Se actuará con Imparcialidad y Responsabilidad en la toma de decisiones relacionadas


con los procesos de acreditación y evaluación.

* Se identifica rán y comunicarán los posibles conflictos de interés que puedan presentar-
se, para garantizar la Independencia en las valoraciones y la ausencia de sesgos.

- La Integridad

* Los miembros de la Agencia de Ca lidad Sanitaria de Andalucía no se someterán a nin-


gún compromiso económico ni de otro tipo (regalos, obsequios, etc.) procedente de
organizaciones o personas ajenas que pudieran influenciarlos en el ejercicio de sus de-
beres.

* Se rehusará utilizar la condición de miembro de la Agencia para obtener beneficio o


trato preferente alguno.

- Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TICs):

* Se soporta buena parte de sus procesos en las TICs. Se hará un uso responsable y ade-
cuado de las mismas en relación con las actividades a las que están dirigidas.

* El entorno WEB de la Agencia cumplirá con los requisitos que le sean de aplicación, de-
rivados de los correspondientes códigos de conducta o criterios de calidad para sitios
WEB de salud.

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Compromiso frente a la Sociedad:


- La Mejora:

* La Agencia de Calidad Sanitaria de Andalucía es una organización sin ánimo de lucro,


que define la Acreditación como el proceso mediante el cual se observa y reconoce que
la atención que prestamos a los ciudadanos en materia de salud responde a nuestro
modelo de calidad, siempre con la finalidad de favorecer e impulsar la mejora continua
de nuestras instituciones, profesionales, formación, etc.

* Propiciar la mejora del Sistema Sanitario de Andalucía es una exigencia ética de todos
los que forman parte de la Agencia.

Los profesionales deben responder al realizar sus funciones al modelo de calidad del Sistema
Sanitario de Andalucía en relación con 1Ocriterios:
- Orientación al ciudadano.
- Promoción de la Salud.
- Atención al Individuo y a la Familia.
- Gestión por Procesos.
- Trabaj o en Equipo.
- Actitud de Progreso y Mejora Continua.
- Compromiso con la Docencia.
- Compromiso con la Investigación.
- Uso Eficiente de los Recursos.
- Orientación a Resultados.

2.2. Objetivos y organización sanitaria


Una organización no mide su eficacia por el número de objetivos que pretende alcanzar, sino
por los que alcanza. Por ello y por el aprecio que en torno a sí misma - y a su desempeño- es capaz
de concitar entre aq uellos con quienes trabaja y a quienes va dirigida.

De otro lado, una característica importante en una organización como el SAS es la diversidad.
Diversidad cuyas manifestaciones se ponen de relieve en no pocas facetas de nuestra realidad sanitaria.

La tarea experta de un equipo de cirugía se completa con la pericia del cuidado de enfer-
mería. La tarea admirable de un equipo oncológico que cuida a un enfermo en fase terminal
se completa con la eficacia profesional en atención primaria para mantener sostenida la digni-
dad y la calidad de vida del paciente y de su familia en tal momento. La eficacia resolutiva de
un médico de familia se completa con la tarea del especialista hospitalario en la continuidad
o con la enfermera en el domicilio. La actuación profesional del personal no sanitario propor-
ciona el soporte imprescindible de la atención a la salud y del cuidado eficaz a la enfermedad.
Más de un centenar de puestos profesionales diferenciados (desde un Celador encargado de turno a
un técnico de salud de distrito, desde un supervisor de enfermería a un jefe de sección, por ejemplo) y
casi dos centenares de perfiles profesionales distintos (desde un ginecólogo a un auxiliar de enfermería,
desde un farmacéutico a un ingeniero técnico), configuran una extraordinaria diversidad en modos y
quehaceres en torno a una tarea, por lo demás única: promocionar y proteger la salud, recuperar y cui-
dar en la enfermedad; ayudar a nacer y ayudar también en los últimos momentos de la vida.
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VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

La diversidad -y la complejidad- es una realidad en la vida de nuestra organización y en mu-


chas organizaciones hoy en día. Y es ahí donde, entre otros elementos, adquieren una vital impor-
tancia funciones y prácticas organizacionales como la formulación adecuada de obj etivos, la eva-
luación, el establecimiento de prácticas basadas en criterios científicos, y un largo etcétera ligado a
la profesionalización de todo nuestro trabajo clínico y no clínico.

Tener claro como profesionales qué se quiere hacer, cuáles son los objetivos y tareas y que
además todos los profesionales se sientan valorados y partícipes en sus organizaciones y unidades,
es clave para perseguir la mejor atención centrada en el paciente y para seguir avanzando como
organización. Y para mantener además el alto aprecio social que tenemos, no sólo por lo que ha-
cemos (ocuparnos del bien más preciado: la salud y la vida), sino además por cómo lo hacemos (la
valoración sobre el servicio que ofrecemos).

2.3. Cualidades y aptitudes


2.3.1. Cualidades
1. Cualidades intelectivas
- Nivel intelectual: capacidad para pensar y decidir qué hacer y cómo en cada momento
y en especial para responder adecuadamente en momentos de urgencia.

- Nivel cultural: debe ser el adecuado para que le permita una capacidad de asimilación
de conocimientos esenciales para el desempeño de su trabajo.

2. Cualidades físicas
- Buena salud para resistir el ritmo de trabajo.

- Habilidad motora, sobre todo manual, para que los movimientos sean precisos y coor-
dinados.
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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

3. Cualidades psíquicas
- Control nervioso, para desarrollar sus actividades en un ambiente en ocasiones «hostil»
o «difícil», sin que esto afecte en el trato con la persona, que en todo momento será
amable.
- Control emotivo, entereza en determinadas situaciones altamente emocionales.

- Control de sensaciones, evitando exteriorizaciones de sensaciones desagradables, etc.

4. Cualidades personales

- Trato humano y apoyo continuo a la persona.

- Amabilidad, simpatía, delicadeza, paciencia, discreción, empatía, etc.

2.3.2. Aptitudes
1. Inteligencia

- Capacidad para clasificar y comprender todo lo observado.

- Razonamiento.

- Capacidad de decisión en cuanto a soluciones de problemas que pueden presentarse


de manera imprevista.

- Memorización de protocolos de actividades a realizar, y de todo lo observado.

2. Capacidad de percepción

Deberá ser capaz de percibir datos que emanen de la persona a su cuidado:

- El oído. Que le permitirá escuchar toses, gritos, gemidos, ruidos extraños (por ejemplo
respiraciones anormales), sollozos, etc.

- La vista. Observando erosiones, cambios de color de la piel, en el aspecto del enfermo


(por ejemplo, el cambio en el color de la orina), et c.

- El olfato. Captando olores que se pueden producir tanto en el paciente como en el


hogar y que deben ser tratados adecuadamente (por ejemplo, olor a gas debido a un
escape), etc.

- El tacto. Percepción de cambios en la temperatura, estado de la piel, etc.

3. Aptitud para el trabajo

- No deberá ser una persona malhumorada o irritable.

- Deberá abandonar sus preocupaciones personales durante el tiempo de trabajo.

- Debe desarrollar una personalidad para actuar con serenidad ante cualquier situación,
por desagradable o peligrosa que sea.

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VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

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2.4. La realidad socioprofesional mujer-hombre en el SAS


Una organización como el SAS tan grande y extensa como la nuestra, por sí sola, constituye un
reflejo del conjunto de la sociedad. El perfil socioprofesional de género que presenta -cuya repre-
sentación gráfica resumida se ofrece en el gráfico adjunto- es una foto no fija, sino dinámica, sujeta
en la actualidad a un continuo movimiento de cambio, como el resto de la sociedad. Entre esos
cambios, la feminización en las profesiones médicas es un hecho especialmente evidente. Así como
un reequilibrio en no pocas especializaciones sanitarias y no sanitarias de nuestra organización.
Como lo es también, una mayor presencia femenina en las funciones directivas y de responsabili-
dad. Las dimensiones del cambio y las tendencias, sin embargo, sólo son evaluables a partir de una
mayor perspectiva temporal.

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3. El Celador como integrante de los equipos de trabajo


del Sistema Sanitario
3.1 . El Grupo de trabajo
3.1.1. Concepto
Para que pueda considerarse como un grupo a un nú-
mero de personas, es preciso que concurran una serie de
elementos o circunstancias:
- Decisión voluntaria y consciente por parte de los
que lo forman, de conseguir la obtención de un fin
común, que será el propio del grupo.

- Perfecta integración de todos sus miembros de modo


que estén atemperados los caracteres de los mismos,
para que resulten lo más homogéneos posibles.

- Existencia propia, esto es, tener personalidad pro-


pia distinta a la de sus miembros.

En consecuencia, puede definirse al grupo como «conjunto de individuos que actúan integ ra-
dos hacia la consecución de un fin común».

3.1.2. Funcionamiento
La dinámica o funcionamiento de un grupo de trabajo puede estudiarse desde dos puntos de vista:

- Subjetivo: desde el cual se incluirían los factores t ales como: procurar la adecuación de
carácter con los demás miembros para una mej or integración; identificación total con el fin
del g rupo al que se pertenece; capacidad y eficacia en la ejecución del trabaj o; y entusias-
mo ante los obstáculos y resistencia ante la frustración.

- Objetivo: que exige las siguientes características de la actividad: determinación del fin a
obtener de modo trnnsparente y conocido para todos st1s miembros; descripción de solu-
ciones mediante la utilización de las sugerencias y soluciones expuestas por los m iembros;
decisión por el superior, teniendo en cuenta los niveles de sugerencias expuestos por los
miembros; ejecución, a través de las funcio nes de cada miembro, e intentando evitar todo
conflicto entre los mismos.

3.2. El trabajo en equipo

3.2.1. Concepto de equipo


El trabajo en equipo representa, hoy día, la forma de funcionamiento a la que aspiran todas las
organizaciones modernas.
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VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

Es importante aclarar y diferenciar los conceptos, pues el término "trabajo en equipo" hace re-
ferencia a una forma muy específica de desarrollar unas funciones, que va más allá del hecho de
trabajar en grupo o muy cerca los unos de los otros.
Grupo y equipo son dos conceptos diferentes. En el contexto de los trabajadores de la salud, un
grupo sería un conjunto de personas que desarrolla su labor en un espacio o institución sanitaria.
Cada uno realiza su t rabajo, responde individualmente del mismo y no depende directamente del
trabajo de sus compañeros. Por ejemplo el grupo de Celadores de un determinado centro, o el
grupo de personal de un determinado servicio.
Un equipo, sin embargo, sería un grupo de personas que se organiza para realizar una activi-
dad con un objetivo preciso. Responden en conjunto del trabajo realizado por cada uno de ellos,
por ejemplo, los diferentes miembros de una UCl-móvil.
El equipo se refiere a un conjunto de personas interrelacionadas que se organizan para llevar a
cabo una determinada tarea, mientras que el grupo se refiere a ese conjunto de personas sin con-
siderar un objetivo común y sin interrelación.
En el grupo de trabajo cada miembro puede tener una manera particular de funcionar, mien-
tras que en el equipo es necesaria la coordinación, lo que va a exigir establecer unos estándares
comunes de actuación, que propiciará la estrecha colaboración y la cohesión entre sus miembros,
que no encontramos habitualmente en los grupos de trabajo.
Para que exista un equipo, debe haber un conjunto de personas relacionadas entre sí que tra-
bajan para conseguir objetivos comunes y que, además, están convencidas de que los objetivos se
alcanzan mejor trabajando juntas.
La organización en los grupos de trabajo es muy jerárquica, mientras que en los equipos las
jerarquías, aun existiendo, se diluyen. Existe un responsable, pero dentro del equipo todas las cate-
gorías laborales funcionan con igualdad porque comprenden que todas son necesarias para con-
seguir su objetivo.

Todos los equipos son grupos, pero no todos los grupos son equipos.

A lo largo de este tema, esperamos aclarar suficientemente estos conceptos, e insistir en la


importancia de un verdadero trabajo en equipo entre los profesionales de la salud.

Parece obvia la utilidad de los equipos multidisciplinares, pero la experiencia demuestra que,
en muchos casos, no se conoce en profundidad cuál es su funcionamiento, las ventajas que pre-
27
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

senta, ni tampoco las dificultades que suelen aparecer y que en la mayoría de los casos tienen fácil
solución. Este desconocimiento da al traste, en numerosas ocasiones, con la buena voluntad de
muchos grandes profesionales.

3.2.2. Importancia y utilidad del trabajo en equipo


Se sabe hace mucho tiempo que la capacidad de resolver problemas, especialmente si son
complejos, es mucho mayor por parte de los equipos, que de los individuos aislados. Se suele decir
que "ninguno de nosotros es tan inteligente como todos nosotros juntos''.
El trabajo en eq uipo implica que todas las personas involucradas estén orientadas hacia una
meta común, logrando la sinergia que les permitirá llegar más rápido y mejor que si cada uno hace
simplemente una parte del trabajo.

La sinergia es la integración de elementos que da como resultado algo más grande que la
simple suma de éstos, es decir, que todos juntos trabajando en equipo somos más eficaces que la
sumatoria de todos nuestros trabajos individuales.

El ejemplo más característico es el de la orquesta. El sonido de cada instrumento por separado


puede ser más o menos agradable, pero no se puede comparar con los resultados que se obtienen
cuando todos funcionan a la vez y de forma coordinada.
El trabajo en eq uipo no es simplemente la suma de aportaciones individuales, implica un grupo
de personas trabajando de manera coord inada en la ejecución de un proyecto, de cuyo resultado
final es responsable todo el equipo a pesar de que cada uno desarrolle tareas diferentes.

Un ejemplo de equipo sanitario sería el personal que trabaja en el área quirúrgica. Para que
una intervención quirúrgica concluya con éxito, necesitamos de muchos profesionales realizando
su aporte. Previamente al acto quirúrgico, el personal administrativo habrá citado al enfermo, el
enfermero realizará las pruebas de preanestesia, el Celador trasladará el paciente, el personal de
limpieza tendrá todas las instalaciones preparadas, el auxiliar de enfermería confirmará la existen-
cia del instrumental necesario asegurando su esterilidad. En el propio acto, el cirujano, el anes-
tesista, los enfermeros instrumentista y circulante, el AE, etc., deben funcionar coordinadamente
realizando cometidos específicos. Desde luego que para realizar un tipo de trabajo se necesita más
cualificación que para realizar otro, pero para el trabajo en equipo es importante comprender que
es necesaria la intervención coordinada de todos ellos y que todos se necesitan para poder actuar.

28
VISIÓN GENERAL OH CELADOR COMO PROFESIONAL OEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

La salud de la población es un fenómeno complejo que no puede ser entendido sólo desde el
punto de vista de un profesional: médico, enfermero, farmacéutico, psicólogo, fisioterapeuta, auxi-
liar de enfermería, Celador, etc.; son necesarias diferentes perspectivas en los análisis y las interven-
ciones. La noción de equipo implica, por un lado, una visión global que se aporta desde diferentes
puntos de vista y, por otro, el aprovechamiento del talento colectivo, producido por cada persona
en su interactuación con las demás.

Todos los miembros de los equipos de salud tienen como objetivo último la mejora de la salud de
la población y en esta aspiración, son en gran medida interdependientes los unos de los otros y cada
uno de ellos debería apreciar el valor de los conocimientos y las habilidades de los demás. El espíritu
del equipo al enfrentar cada nuevo problema sería:"todos nosotros contra el problema, y no los unos
contra los otros''. Es por esto que la decisión de trabajar en equipo va más allá de ser una "imposición
de la institución"y tiene necesariamente que ser compartida por cada uno de los integrantes.

La utilidad del funcionamiento en equipos está fuera de toda duda, y aporta beneficios que
pueden ser constatados:

- Disminuye la carga de trabajo, ya que varias personas colaboran.

- Se desarrolla el respeto y la escucha.

- El trabajo, la reflexión y la discusión conjunta producen mejores resultados que los aportes
individuales.

- Permite organizarse de una manera mejor.

- Mejora la calidad de los resultados. Con una mayor satisfacción percibida por el paciente y
su familia.

- Optimización de recursos materiales y humanos.

- Aumenta la motivación de los profesionales.

Pero para que un equipo pueda ser eficiente debe cumplir con determinadas características:

- Complementariedad. Los diferentes miembros deben dominar todas las parcelas del pro-
yecto que aspiran a realizar.

- Coordinación. El grupo de profesionales, con un responsable bien definido a la cabeza,


debe actuar de forma organizada con vista a sacar el proyecto adelante. Es fundamental la
elaboración consensuada de protocolos y guías de actuación.

- Valoración. La labor que cada miembro del grupo desempeñe debe ser reconocida y valo-
rada por el resto, y al mismo tiempo ser satisfactoria para él mismo. Estas dos características,
valoración de los demás y autovaloración, se convierten en el mejor factor motivacional de
los individuos y del equipo.

- Motivación-incentivación. Acción encaminada a impulsar el comportamiento de otras


personas en una determinada dirección, que se estima conveniente.

- Comunicación. El trabajo en equipo exige una comunicación abierta entre todos sus
miembros, esencial para poder coordinar las distintas actuaciones individuales. Hay que
asegurarse de que existan suficientes canales de comunicación que permitan a todos los
miembros conocer los objetivos generales que guían su trabajo. Las estructuras muy j erar-
quizadas dificultan la comunicación, por lo que conviene desarrollar un estilo de relación
que, aun respetando las funciones de cada cual, permita la expresión franca y directa.

29
11111 CELADORESDEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Compromiso. Cada miembro asume voluntaria-


mente el compromiso de aportar lo mejor de sí
mismo, para conseguir los objetivos del grupo y de
la organización en general.

- Aprendizaje. El aprendizaje colaborativo se ca-


racteriza por la interdependencia positiva entre las
personas participantes en un equipo, quienes son
responsables tanto de su propia formació n como
la del equipo en general. Sus miembros se necesi-
tan unos a otros y cada uno aprende de los demás
compañeros con los que interactúa día a día.

- Confianza y empatía. Si bien los miembros no tie-


nen por qué ser amigos íntimos, sí es importante
que entre ellos exista una buena relación de traba-
jo y que cada uno confíe en el trabajo de los demás.
Cada persona se fía del buen hacer del resto de sus
compañeros. Esta confianza le lleva a aceptar an-
teponer el éxito del equipo al propio lucimiento
personal.

- Cohesión. Para que un equipo funcione es fundamental que esté cohesionado. La cohe-
sión probablemente aparecerá si se cumplen algunas de las características anteriores: si
hay confianza y empatía entre sus miembros se pueden comunicar con libertad y se sienten
valorados y motivados.

3.2.3. Proceso de integración


A la hora de constituir un equipo de salud, existen determinados factores que, si bien no nos
aseguran el éxito en la consecución de sus objetivos, sí que facilitan su desa rrollo.

3.2.3.1. Número de participantes


No existe un número ideal en su composición, pero en general se admite que deben ser grupos
reducidos. La cifra recomendada suele estar en torno a 10, aunque puede variar dependiendo de
la función que cumplan. Un grupo menor puede ser insuficiente y carecer de recursos y uno mayor
volverse poco operativo.

3.2.3.2. Participación y consenso


Es conveniente mantener una participación equilibrada de todos los miembros, por lo que es
preferible un bajo perfil jerárquico, que facilite y estimule la expresión de todos los puntos de vista.

Un momento importante será durante las reuniones, que se debe procurar sean frecuentes y
provechosas y donde se estimulará la participación y comunicación de todos los integrantes del
equipo.

30
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

3.2.3.3. Objetivos y reglas establecidas


Además de los obj etivos mayores, propios de la institución donde se enmarca el equipo, se
deben definir los o bjetivos propios, que deben ser realistas, alcanzables y conocid os por todos.

Los procedim ientos y guías de actuación también suelen derivar de la institución mayor, pero
conviene definir por acuerdo el ajuste de estos a la realidad concreta, así como las reglas de funcio-
namiento que sean propias a las situacio nes en las que t rabaj e el equipo.

Las normas establecidas deben ser claras, conocidas y aceptadas por todos los miembros.

3.2.3.4. Clima favorable


Para conseguir un clima de trabajo cordial y transparente, donde los integrantes trabajen en
armonía e involucrados con los resultados del conju nto, probablemente el factor más importante
será partir de una actitud favorable de los integrantes al trabajo en eq uipo. Otros factores como la
edad de los miembros, la buena formación o la experiencia laboral, pueden también influir aunque
en menor medida.

3.2.3.5. Roles y responsabilidades


Cada integrant e debe ser consciente de sus habilidades, comprender lo que se espera de él
y conocer su rol y el de los demás. Es f undamental q ue quien estructura el equipo conozca est as
habilidades. Los roles implican responsabilidades, que serán utilizadas para evaluar el rendimiento
de los miembros del eq uipo.

3.2.3.6. Autoevaluación
Los equipos más eficaces son aquellos capaces de realizar su propia autocrítica. Un equipo ne-
cesita examinarse periódicamente y revisar su proceder. Las reuniones de autoevaluación deben
estar incluidas dentro de la p lanificación de actividades grupales. Se debe remarcar equilibrada-
mente lo positivo y lo negativo, sin ignorar ninguno de los dos aspectos.
31
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

3.2.4. Los equipos multidisciplinares: ventajas y dificultades


Expresiones como "trabajo en equipo" o "equipo multidisciplinar" parecen estar de moda
en el ámbito de la sanidad, pero ni todo grupo de profesionales constituye en sí mismo un equi-
po, como explicábamos anteriormente, ni para todas las actividades son necesarios los equipos
multidisciplin'ares.

Hay muchas actividades que, por su poca complejidad, pueden realizarse de forma autónoma
por un solo profesional. Son trabajos donde una sola persona es autosuficiente y sería innecesario
e incluso tedioso la participación de otros. No es que sean tareas poco importantes, sino que ad-
miten poca variabilidad aun teniendo mucha importancia. Por ejemplo, la unidad de esterilización
de instrumental dentro de un hospital, suele contar sólo con uno o varios auxiliares de enfermería
que conocen perfectamente el funcionamiento de la maquinaria. No es necesaria la opinión de
nadie más. Es un procedimiento importante pero de un funcionamiento simple, por lo que no es
necesario ningún equipo específico para llevarlo adelante.

Construir y hacer funcionar un "equipo de trabajo multidisciplinar" es una labor lenta que exige
esfuerzo y dedicación, y que se reserva para aquellas actividades en las que el nivel de complejidad
es tan alto que sería imposible que un solo profesional pudiera abarcar los diferentes aspectos que
presenta. En estos casos sí sería necesario constituir un equipo de trabajo formado por especialistas
que cubran todas las áreas afectadas.

El caso más claro en sanidad son los Equipos de Atención Primaria, que no sólo prestan asisten-
cia sanitaria, sino que se ocupan de la promoción de la salud en la zona, la educación sanitaria de
la población, los estudios epidemiológicos, etc.; en este caso, dada la complejidad de los objetivos
a conseguir y que afectan a distintas especialidades profesionales, sí está claramente justificada la
creación de equipos multidisciplinares.
La puesta en marcha de un equipo de trabajo es un proceso complejo que pasa por diferentes
etapas:
- Inicio. Suele predominar la disponibilidad y la visión positiva. Los miembros se sienten ilu-
sionados con su proyecto y mantienen relaciones cordiales entre ellos.

Primeras dificultades. Cuando la actividad va desarrollándose aparecen también las pri-


meras dificultades que originan tensión y roces entre sus miembros, aflorando los diferen-
tes puntos de vista.

- Acoplamiento. Se tarda un tiempo hasta que se produce el acoplamiento de los miembros.


Normalmente se superan los enfrentamientos personales y el proyecto sale adelante.
- Madurez. El eq uipo está acoplado, controla el trabajo y sus miembros han aprendido a tra-
bajar juntos (conocen los puntos débiles de sus compañeros y evitan herir sensibilidades).
El equipo entra en una fase muy productiva.
- Agotamiento. Los equipos pueden funcionar con eficacia durante años, pero en ocasiones,
alguno de sus miembros debe ser reemplazado, bien por cuestiones administrativas o per-
sona les o bien por padecer el síndrome de burnout. Sea cual fuere el motivo, deberemos
afrontar la incorporación de un nuevo miembro que habrá de pasar por las diferentes eta-
pas por las que pasó el equipo en su conjunto. Al estar el equipo consolidado, la incorpora-
ción de nuevos miembros resultará menos traumática.
Pero además de ser un proceso complejo y laborioso, presenta otras dificultades, entre las que
cabe destacar:

32
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

- La dilución de responsabilidades. Si la responsabilidad cae sobre todo el grupo, puede


ocurrir que determinadas actividades asistenciales no se realicen convenientemente y no
. se sepa exactamente quién es el responsable. Aunque la responsabilidad global debe ser
de todo el grupo, debe quedar claro qué profesional se ocupa de cada uno de los aspectos.
- Lentitud en la respuesta. Al tender a tomar las decisiones de forma colegiada, puede ocu-
rrir que una respuesta necesaria se demore en el tiempo.
- Diferente consideración de los miembros del equipo. En la dinámica de funcionamiento
se considera a todos los miembros del equipo por igual, pero social y administrativamente
esto no es así. Unas profesiones están mejor remuneradas y consideradas que otras y esto
puede ser fuente de conflictos.
- Las actitudes individuales. El individualismo o la falta de visión de conjunto de uno de los
miembros puede afectar al trabajo de todos ellos.
- La dificultad para mantener la cohesión. Los equipos de trabajo más eficientes son aque-
llos en los que existe una gran cohesión entre sus miembros. La cohesión depende de mu-
chos factores y no es algo que tienda a surgi r de forma espontánea.
- El pensamiento de equipo. Una de las dificultades para el buen funcionamiento de los
equipos es lo que se denomina "pensamiento de equipo''. Es un proceso que se desarrolla a
veces dentro de los equ ipos de trabajo q ue les lleva a tener una visión particular, propia, de
la rea lidad. Sería algo así como "Nosotros tenemos razón y los demás están equivocados".
Este fenómeno es muy habitual en los equ ipos sanitarios, que en ocasiones tienden a pen-
sar que sólo ellos hacen las cosas "bien''.

3.2.5. Roles
Al margen de la distribución oficial de funciones, que vendrá determinada prioritariamente por
la categoría profesional de cada uno de los miembros, en todos los equipos podemos encontrar
diferentes roles (entendidos como funciones o papeles que alguien cumple dentro de un grupo
humano, sin haberle sido asignados), que en ocasiones pueden ser de mucho interés para el grupo
y en otras dificultar el normal funcionamiento.
Cada uno de los miembros del equipo, tiene tendencia a desarrollar más un tipo de rol que otro,
aunque una misma persona puede desarrollar en el tiempo roles diferentes e incluso antagónicos.
Este cambio de roles puede producirse incluso durante una misma jornada.

Se habla de ro les funcionales y disfuncionales.

Los roles disfuncionales son aquellos orientados a la satisfacción de los intereses individuales y
suelen expresar las dificultades por las que pasa el equipo.

- El crítico. Es una persona destructiva, todo le parece mal pero no aporta soluciones. Suele
deteriorar el ambiente de trabajo.

- El negativo. Tiene una visión negativa y tortuosa de todo lo que le rodea. No le parece bien
lo que se hace pero tampoco considera que se pueda hacer otra cosa.

- El pícaro. Se aprovecha de manera sutil del resto de los compañeros. Su aportación al equi-
po es nula y suele terminar deteriorando el ambiente de trabajo.

Los roles funcionales se dividen en roles de producción y de mantenimiento.

33
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Los roles funcionales de producción son todos aquellos comportamientos que contribuyen al
desarrollo del grupo y a la productividad:

- El iniciador. Es el que siempre está dispuesto a probar cosas nuevas. Suelen ser poco per-
manentes pero son ideales para implantar nuevos procedimientos.
- El activador. Su principal ca racterística es el dinamismo. Es la persona idónea para impul-
sar proyectos que estén funcionando con poca fuerza.

- El intelectual. Es el que tiene mayor gusto por las cuestiones teóricas. No es especialmente
dinámico, pero suele ayudar a aclarar ideas y procedimientos.
- El colaborador. Siempre está dispuesto a ayudar a sus compañeros.

Los roles funcionales de mantenimiento son aquellos comportamientos que contribuyen a que
el grupo continúe unido mediante la creación de una atmósfera agradable para los miembros.

- El empatizador. Son individuos con mucho gusto y facilidad para las relaciones humanas.
Es imprescindible para convertir al equipo en un lugar acogedor.
- El gracioso. No suele faltar en los equipos. Sus aportaciones profesionales suelen ser muy
discretas pero en cambio cumple un papel fundamental: relaja el ambiente, quita tensión,
crea una atmósfera más cálida, lo que puede contribuir a una mayor cohesión del equipo.

- El positivo. Empuja hacia delante, busca el éxito del equipo y se involucra decididamente
en el proyecto; contagia su entusiasmo al resto de los compañeros.

Estos roles son modelos teóricos que difícilmente encontraremos "puros" en nuestra práctica
diaria, pero que sí pueden ayudarnos a comprender la dinámica dentro de los propios equipos.

3.3. El liderazgo en el grupo

3.3 .1. Consideraciones generales


Partiendo de la distinción entre autoridad y poder, basadas en la legitimación y en la fuerza
respectivamente; la dirección, en cualquier organización, debe ser considerada en un doble as-
pecto: jefatura y mando; la primera corresponde a la estructura lógico formal de la organización,
mientras que el segundo se refiere a la capacidad de formación de las personas que la integran, a la
autoridad que se ejerce sobre otros, de ahí la diferencia entre jefatura y mando y entre jefe y líder.

En consecuencia, la función de mando y el liderazgo consiste en integrar individuos o grupos


hacia los fines de la Administración, o sea, dirigir eficazmente la conducta de otros. A este respecto,
su estudio podría efectuarse desde un doble punto de vista psicológico (de las personas con sus
cualidades correspondientes) y sociológicos (so bre la organización o grupo humano en el que se
desenvuelve la persona).

De lo anteriormente expuesto podemos definir al líder como «aquél con capacidad para for-
mar, orientar y dar criterio a un determinado grupo de Celadores, en una institución sanitaria».

El liderazgo se ha definido en términos de rasgos individuales, conductas, influencias sobre


otras personas, patrones de interacción, relaciones entre roles, ocupación de una posición adminis-
trativa, y la percepción de otros acerca de la legitimidad de la influencia.

34
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

3.3.2. Características que deben reunir los líderes


Podemos citar:

- Decisión, iniciativa y responsabilidad.

- Inteligencia, capacidad y experiencia profesional.

- Actividad, vigor físico y capacidad de trabajo.

- Equilibrio emotivo.

- Integridad moral y aptitud para el trato.

- Sentido práctico y capacidad organizativa.

Las funciones del líder, con relación al grupo, deben ser:


- Definir la misión y el papel del grupo.

- Imbuir el espíritu del grupo.


- Ordenar y controlar los conflictos internos.

De donde se deduce que el líder debe abandonar la idea simplista de que la organización lo
que debe es marchar, funcionar sin más, sino que el objetivo último debe ser la rea lización de sus
fines pero coadyuvando con ellos a la consecución del bien común. Por ello, su ejercicio requiere: la
adecuación del líder con el grupo; la decidida voluntad de ser líder, aplicando las reglas y principios
de las relaciones humanas; elogiar más q ue reprender; interesarse por los problemas individuales y
del grupo; informar en la mejor medida posible; buscar la participación en las decisiones y encon-
trar el apoyo de sus superiores y subordinados.

La capacidad para dirigir se pone de relieve en la consecución de los objetivos de orientar, mo-
tivar y guiar a los subordinados. Los esfuerzos que realice el directivo para influir en el comporta-
miento del individuo o del grupo tendrá éxito en la medida en que éstos respondan a sus intentos.
Si el individuo responde por el líder, este habrá tenido éxito, y el liderazgo será eficaz ya que el
individuo responderá dado que deseará ganar algo por su actividad y esfuerzo.

Para lograr los objetivos reseñados, el líder ha de ocupar una posición de autoridad legítima,
pues en caso contrario su papel podría llegar a distorsionar los objetivos g lobales de la o rganización.
La autoridad legítima debe ir acompañada de unos conocimientos técnicos que sustenten y
respalden su tarea directiva, así como el estar dotado de un poder coercitivo y premiador que, en
definitiva, le permita apoyar la actividad dirigida a los objet ivos de la organización.

35
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Por último, el líder debe ser una persona atenta a los intereses del grupo y a sus preocupacio-
nes, capaz de conseguir y de aproximarse a los objetivos individuales de los miembros del grupo.

3.3.3. Habilidades de dirección de grupos


Uno de los requisitos básicos en la dirección de grupos es tener la capacidad de formar y desa-
rrollar un equipo eficaz; esto no sólo consiste en seleccionar a los miembros del grupo en función
de sus conocimientos, capacidades, posición, etc., sino también en emplear las habilidades necesa-
rias para que se den las siguientes condiciones:
- Objetivos y tareas claramente comprendidos por todos, y de carácter cooperativo.
- Compromiso de los miembros con los objetivos del equipo.
- Comunicación abierta, precisa y eficaz de ideas y sentimientos.
- Confianza, aceptación y apoyo elevados entre los miembros.
- Aprovechamiento de las capacidades, conocimientos, experiencia y habilidades de los
miembros.
- Distribución de la participación.
- Afrontamiento constructivo del conflicto.
- Procedimientos adecuados de toma de decisiones y solución de problemas.

Alcanzar estos supuestos exige del líder llevar a cabo y/o coordinar una serie de funciones y
habilidades como son: establecer el punto de partida del grupo (planificar), ponerlo en marcha
(iniciar), vigilar que vaya por el camino adecuado (controlar), procurar que sus miembros man-
tengan relaciones óptimas (apoyar), distribuir la información necesaria (informar) y comprobar lo
adecuado del proceso (evaluar).

4. Las unidades clínicas de gestión


4.1. Introducción
La gestión clínica es una nueva y más eficiente organización funcional de la atención sanitaria
basada en una red distribuida de espacios organizativos de ámbito multiprofesional.
El objetivo fundamental de la gestión clínica se centra en prestar una atención sanitaria integral
y de alta calidad en nuevos espacios compartidos que cuentan con la participación efectiva de los
ciudadanos y en los que los profesionales sanitarios se integran en equipos configurados con crite-
rios de agrupación eficiente en base a la afinidad de sus ámbitos de conocimiento específico, en el
seno de uno o varios centros asistenciales, enlazando las necesidades de salud de la ciudadanía y
las expectativas legítimas de los profesionales.
La gestión clínica compromete a todos los integrantes del sistema sanitario público de
Andalucía y pone el énfasis en la calidad de los resultados de salud, en la participación de los ciu-
dadanos y en la gestión de las competencias de los profesionales. Se articula con la participación
de todas las personas pertenecientes a un mismo equipo y acumula todo el conocimiento que
éstas aportan para definir e implementar sus estrategias. A través del trabajo colaborativo, las siner-
36
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

gias profesionales, el consenso organizativo basado en la evidencia científica y la estrategia de alta


resolución, se descentraliza la toma de decisiones clínicas para conseguir los mejores resultados,
superando y abarcando la tradicional gestión por objetivos, orientando e impregnando todas las
actuaciones sanitarias hacia la satisfacción de las necesidades de los ciudadanos.
Bajo los postulados de la gestión clínica, los profesionales se desenvuelven en la toma de deci-
siones con diferentes grados de descentralización y autonomía en el uso adecuado de los recursos
asignados en su ámbito competencia!.
La gestión clínica también se fundamenta en la gestión eficiente por parte de los profesionales
de las partidas presupuestarias de gasto y consumos más representativos y con impacto real en la
actividad asistencial o de salud pública que éstos desarrollan.

4.2. Definición
La Unidad de gestión clínica es la estructura organizativa en la que se materializa la gestión
clínica en los centros sanitarios del Servicio Andaluz de Salud.

La Unidad de gestión clínica está integrada por personas de ámbito multiprofesional pertene-
cientes a distintos estamentos, disciplinas y categorías, de uno o varios Distritos, Hospitales o Áreas
de Gestión sanitaria, que prestan una atención sanitaria integral, en el ámbito de su competencia,
a la población asignada para lo que se les asignan unos recursos planificados.
La UGC se vertebra en torno a la afinidad de las áreas de referencia del conocimiento en
Salud d e sus profesionales y a las necesidades sanitarias y de protección de la salud de los
ciudadanos a los que específicamente atienden. Las áreas de referencia del conocimiento en
salud se corresponden con la definición de profesiones sanitarias tituladas y reguladas en los
grupos de nivel licenciado y diplomado y los títulos oficiales de especialistas en Ciencias de
la Salud respectivos previstos en el artículo 2 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de orde-
nación de las profesiones sa nitarias. En el ámbito de los cuidados sa nitarios, se adaptan a los
nuevos estudios universitarios de grado.
Las Unidades de gestión clínica dependen orgánica y funcionalmente de la Direcciones
Gerencia de los centros sanitarios a los que se encuentran adscritas.

37
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.3. Régimen jurídico


La Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias, establece en su
artículo 4.3 que los profesionales sanitarios desarrollan, entre otras, funciones en los ámbitos asistencial,
investigador, docente, de gestión clínica, de prevención, de información y de educación sanitarias.

El artículo 10.1, dispone que las Administraciones sanitarias, los servicios de salud o los órga-
nos de gobierno de los centros y establecimientos sanitarios, según corresponda, establecerán los
medios y sistemas de acceso a las funciones de gestión clínica a través de procedimientos en los
que habrán de tener participación los propios profesionales; y en el apartado 2 del mismo artículo
establece que tendrán la consideración de funciones de gestión clínica las relativas a la jefatura
o coordinación de unidades y equipos sanitarios y asistenciales, las de tutorías y organización de
formación especializada, continuada y de investigación y asistenciales, y las de participación en
comités internos o proyectos institucionales de los centros sanitarios dirigidos entre otros, a asegu-
rar la calidad, seguridad, eficacia, eficiencia y ética asistencial la continuidad y coordinación entre
niévelos o el acogimiento, cuidados y bienestar de los pacientes.

En el ámbito de la atención primaria el Decreto 197/2007, de 3 de julio, por el que se regula


la estructura, organización y funcionamiento de los servicios de atención primaria de salud en el
ámbito del Servicio Andaluz de Salud regula específicamente las Unidades de gestión clínica de
Atención primaria en los artículos 21 a 27.

En el ámbito de la salud mental el Decreto 77/2008, de 4 de marzo, de ordenación administra-


tiva y funcional de los Servicios de Salud mental en el ámbito del Servicio Andaluz de Salud, regula
específicamente las Unidades de gestión clínica de Salud mental en los artículos 12 a 19.

No existe sin embargo normativa específica que regule las Unidades de gestión clínica de los
hospitales y áreas de gestión sanitaria del Servicio Andaluz de Salud

4.4. Estructura
La estructura de las UGC estará determinada, fundamentalmente, por los problemas de salud
relevantes y las necesidades sanitarias de la población y la afinidad de las áreas de referencia del
conocimiento en salud de los profesionales implicados, de forma que se posibilite la articulación
efectiva de la gestión por valores y el desarrollo de una atención sanitaria integral.

Con carácter general, los equipos de profesionales que se estructuren en una UGC resultarán de
la agregación eficiente de los mismos, simplificando su organización y superando la fragmentación.

La estructura de una Unidad de gestión clínica estará determinada por los siguientes criterios:

- Calidad.

- El contexto histórico y sociodemográfico.

- La cartera de servicios aprobada por la Administración Sanitaria.

- El mapa de competencias de los profesionales.

- Las tecnologías disponibles.

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VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

4.S. Clasificación
Atendiendo a las características de los centros en los que se residencian y del nivel en el que
ejercen sus actividades las Unidades de gestión clínica podrán configurarse como:
a) Unidades de gestión clínica de Atención primaria: aquellas que desempeñan sus activida-
des en el nivel de Atención Primaria de Salud dentro de un único centro sanitario.
b) Unidad de gestión clínica de Atención hospitalaria: aquellas que desempeñan sus activi-
dades en el nivel asistencial hospitalario dentro de un único centro sanitario.
c) Unidad de gestión clínica de Salud mental: para ámbitos de referencia del conocimiento
de acuerdo con lo previsto y regulado en el Decreto 77/2008, de 4 de marzo, de ordena-
ción administrativa y funcional de los servicios de Salud Mental en el ámbito del Servicio
Andaluz de Salud, autorizándose expresamente la configuración de Unidades de Gestión
Clínica de Salud Mental de ámbito provincial.
d) Unidad de gestión clínica intercentros: aquellas que desempeñan sus actividades en un
único nivel asistencial y pertenecen a dos o más Distritos, Hospitales o Áreas de gestión
sanitaria.
e) Unidad de gestión clínica interniveles: aquellas que desempeñan sus actividades en los
dos niveles asistenciales con adscripción a uno o más Distritos y uno o más Hospitales o
dentro de un mismo centro sanitario configurado como Área de gestión sanitaria.
Las Unidades de gestión clínica podrán desarrollar cambios en su configuración cuando con-
curran criterios de organización funcional que lo aconsejen en aras a lograr más eficiencia a través
de una asistencia sanitaria de mayor calidad en sus resultados con reducción de costes. Dichas
propuestas podrán ser formuladas por parte de las Direcciones Gerencia de los centros sanitarios
a la Dirección Gerencia del Servicio Andaluz de Salud que, en su caso, las aprobará mediante reso-
lución motivada.
Las Unidades de gestión clínica intercentros e interniveles suponen la máxima expresión ope-
rativa de la gestión clínica al producirse el desempeño profesional en un entorno colaborativo inte-
grado que transciende la tradicional ordenación funcional de la asistencia.
De conformidad con lo previsto en el artículo 8.2 de la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de
Ordenación de las profesiones sanitarias, podrán realizarse alianzas estratégicas entre distintas
Unidades de gestión clínica y otros equipos asistenciales o investigadores del SSPA para el desarro-
llo de proyectos de gestión compartida que se consideren eficientes y efectivos, con una duración
limitada en el tiempo.

4.6. Autorización
La autorización de la UGC corresponde a la persona titular de la Dirección Gerencia del Servicio
Andaluz de Salud, que dicta la correspondiente resolución, a propuesta de la Dirección Gerencia de
los centros sanitarios y tendrá una vigencia de cuatro años.
En el caso de Unidades de gestión clínica con carteras de servicios de especial complejidad, con
carácter excepcional su autorización podrá ser por períodos inferiores a cuatro años.
Con carácter general, las UGC estarán sometidas a un proceso continuo de seg uimiento, eva-
luación y tutela por parte de las Direcciones Gerencia de sus Distritos, Hospitales y Áreas de gestión
sanitaria al objeto de velar por el cumplimiento de los supuestos que motivaron su autorización.
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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Específicamente, se llevara a cabo una evaluación ordinaria con carácter anual para la valoración
de los resultados en salud y el grado de cumplimiento de los objet ivos contemplados en el acuerdo
de gestión de cada UGC.

4.7. Composición
La UGC está compuesta por el conjunto de profesionales sanitarios e investigadores autori-
zados del SSPA, de áreas de referencia del conocimiento en sal ud afines, y otros profesionales
del área de gestión y servicios que realizan labores t écnicas, administrativas y de soporte, per-
t enecientes a las diversas categorías y estamentos, adscritos a uno o varios centros sanitarios
funcionalmente relacionados, que con el fin de p restar una atención int egral a la sa lud de
los ciudadanos se organizan y estructuran conjuntamente bajo criterios de calidad, eficacia,
efectividad y eficiencia.
Atendiendo al área de referencia del conocimiento en salud de sus profesionales sanitarios,
la composición de las Unidades de gestión clínica se articulará en los siguientes ámbitos de
multidisciplinariedad:

a) Con profesionales del área de referencia de conocimiento de cuidados en salud o del área
sanitaria de formación profesional que proceda, y una o más de las disciplinas de las recogi-
das en el ámbito del ej ercicio profesional por los artículos 2 y 3 de la Ley 44/2003, de 21 de
noviembre, de ordenación de las profesiones sanitarias.

b) Con profesionales de las áreas de referencia de conocimiento con disciplinas vinculadas a la


protección de la salud.
Formarán parte de la UGC tanto los profesionales, sanitarios y no sanitarios, que realicen la
totalidad de su desempeño profesional en los dispositivos asistenciales correspondientes a su
ámbito de actuación y que, como tales, figurarán relacionados en el acuerdo de gestión de la UGC,
como aquellos profesionales con dedicación parcial de su jornada a la misma debido a que su
desempeño laboral sea compartido entre varias Unidades de gestión clínica. En estos casos, se re-
querirá el acuerdo previo entre las direcciones de las mismas sobre los porcentajes de vinculación
del profesional en cada una de ellas con base a su dedicación y funciones y así quedará consignado
en los correspondient es acuerdos de gestión. En estos casos, la suma total de los desempeños no
podrá exceder del 100%.

Necesariamente y sin excepción, todos los profesionales t endrán objetivos individuales a


alcanzar y participarán en el cumplimiento de los objetivos de su UGC según su ámbito de res-
ponsabilidad y compet encia. En función de su grado de cumplimiento de los mismos, recibirán
los incentivos variables correspondientes del complemento del rendimiento profesional, dentro
del marco presupuestario autorizado y de acuerdo con la normativa legal y reglamentaria vigente.

La totalidad de los profesionales de la UGC dependerán j erárquica y funcionalmente de la di-


rección de la misma.

No puede integ rarse en las UGC ni el personal directivo de los centros sanitarios del SSPA ni
los profesionales que desempeñen funciones dependientes directamente de la dirección de los
centros.
Tal y como establece el artículo 15 del Decreto 197/2007, de 3 de julio, por el que se regula
la estructura, organización y funcionamiento de los servicios de atención primaria de sa lud en el
ámbito del Servicio Andaluz de Salud, las Unidades de gestión clínica de Atención primaria de
40
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

salud, con carácter general, estarán integradas por profesionales de diferentes categorías adscritos
funcionalmente a las zonas básicas de salud. No obstante, también podrán configurar Unidades de
gestión clínica específicas o integrarse en otras ya existentes los profesionales sanitarios de aten-
ción primaria invo lucrados en la atención infantil y los profesionales sanitarios pertenecientes a
las áreas de salud bucodental, fisioterapia, matronas, cuidados críticos y urgencias, salud pública y
farmacia, contemplados en los artículos 16, 17, 18 y 19 del citado Decreto.

En el caso de profesionales pertenecientes a Unidades de gestión clínica de Salud mental se


estará también a lo dispuesto en materia de adscripción de personal en el Decreto 77/2008, de 4
de marzo, de ordenación administrativa y funcional de los servicios de Salud mental en el ámbito
del Servicio Andaluz de Sa lud.

4.8. Funciones
La función primordial de la UGC es prestar una atención sanitaria de calidad a la población asig-
nada, desarrollando de manera integrada las actuaciones de prevención, promoción de la salud,
asistencia, cuidados, rehabilitación, investigación, innovación, docencia, formación y gestión de los .
recursos asignados. En el seno de la UGC, los profesionales desempeñan sus actividades profesio-
nales y configuran su desarrollo profesional.

Sin perjuicio de las funciones específicamente asignadas a las Unidades de gestión clínica de
Atención primaria en el Decreto 197/2007, y a las Unidades de gestión clínica de Salud mental en el
Decreto 77/2008, en general, son funciones de las Unidades de gestión clínica las siguientes:

a) Facilitar y favorecer el ejercicio efectivo de los derechos y garantías sanitarias de los ciuda-
danos a los que atiende.

b) Proporcionar a los ciudadanos, en el ámbito de competencia de la UGC, de manera integra-


da y en continuidad, la protección de la salud y las actuaciones asistenciales individuales
y colectivas propias de sus características y ámbito de actuación bajo la dirección de sus
centros de referencia y en coordinación con el resto de dispositivos del sistema sanitario

41
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

público de Andalucía. Y, más específicamente, la promoción y prevención de la salud, el


diagnóstico y tratamiento de las enfermedades y los cuidados y rehabilitación necesarios.

c) Desarrollar los mecanismos de coordinación con las demás Unidades de gestión clínica del
sistema sanitario público de Andalucía con los que está relacionada con el fin de lograr una
atención sanitaria integrada con criterios de continuidad y cohesión.

d) Posibilitar y facilitar hasta su máximo nivel el desarrollo profesional de los miembros de la


UGC en el seno de la misma en los términos previstos en las normas aplicables.

e) Incorporar a la gestión d iaria de las actividades de la UGC la participación profesional a tra-


vés de la intervención de los profesionales en la organización y funciona miento de la UGC
y las estructuras que la componen, cuidando especialmente la participación en la elabora-
ción de la propuesta de obj etivos anuales y su consecución, así como la transparencia en la
evaluación de los resultados.

f) Desarrollar las actuaciones profesionales en el marco de la gestión por procesos y planes y


estrategias de salud, incorporando a su práctica un modelo de mejora permanente y cons-
tante de la calidad y articulando la continuidad asistencial entre los diferentes niveles de
asistencia con los que la UGC se relaciona.

g) Trasladar a la Dirección Gerencia de su/s centro/s sanitario/s las aportaciones, criterios y


valoraciones objetivables que pudieran ser incorporadas a su acuerdo de gestión, propi-
ciando acciones de consenso.

h) Proponer e implantar, en su caso, las estrategias de gestión y organización que faciliten la


formalización por parte del Director de la UGC del acuerdo de gestión así como la consecu-
ción de los objetivos previstos en el mismo.

i) Optimizar los recursos asistenciales y de sa lud pública asignados a través de un uso profe-
sional adecuado y eficiente de los mismos.
j) Como parte fundamental de su actividad asistencial y de manera inseparable de ésta,
corresponde a la UGC, de acuerdo con los postulados establecidos en el Plan Integral de
Formación de la Consej ería de Salud, llevar a cabo actividades docentes y formativas inhe-
rentes a los profesionales de la misma y en particular:
- La elaboración de un Plan específico de formación de la UGC basado en las necesidades
identificadas a través de la gestión por competencias de sus miembros, la formación
continua de los profesionales y la transferencia del conocimiento a su práctica diaria.
- La formación pregraduada y postgraduada correspondiente a las diferentes categorías
profesionales y áreas de referencia del conocimiento en salud, de acuerdo con las nor-
mativas y convenios vigentes en cada momento en estas materias.
k) Dentro del marco presupuestario establecido en su acuerdo de gestión y sin perjuicio de la
posible disponibilidad de otros fondos y ayudas públicas, la UGC planificará y desarrollará
actuaciones, p rogramas y proyectos en las sig uientes áreas:

- Investigación y ot ros ámbitos científicos de pública concurrencia relacionados con los


fines de la UGC, en coordinación con el centro o centros a los que pertenezca y bajo la
tutela de los organismos competentes en investigación de la Consejería de Salud.

- Innovación y desarrollo.
1) Propiciar la participación d irecta, efectiva y real de los ciudada nos en la gestión de la UGC.
42
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

m) Participar en los órganos colegiados de asesoramiento y gestión de los centros sanitarios,


de los órganos directivos centrales del Servicio Andaluz de Salud y de la Consejería de
Salud.

n) Participar en la elaboración del Contrato-Programa del/de los centro/s sanitario/sen que se


ubique.

o) Aquellas otras que se recojan en su acuerdo de gestión o sean establecidas por las
Direcciones Gerencia de los centros para el mejor cumplimiento del Contrato Programa
correspondiente, así como cualquier otra que le atribuya la normativa vigente.

4.9. Dirección de la Unidad


Para cada UGC existirá una única dirección a todos los efectos que dependerá orgánica y fun-
cionalmente de la Dirección Gerencia del centro de adscripción de la misma, excepto en el caso
de las Unidades de gestión clínica intercentros e interniveles en las que las Direcciones Gerencia
de los centros sanitarios de adscripción acordarán delegar sus funciones propias al respecto en la
persona titular de una de ellas, y las Unidades de gestión clínica de protección de la salud en las
que la dependencia funcional será de las Delegaciones Provinciales (actualmente Territoriales) de
la Consejería de Sa lud (actualmente Consejería de Igualdad, Salud y Políticas Sociales).

El desempeño de la titularidad en la dirección de la UGC se hará en régimen de dedicación


exclusiva y por periodos cuatrienales sometidos a evaluación de carácter renovable.

A los efectos administrativos y retributivos del director de las Unidades de gestión clínica de
Atención primaria de Salud, se estará a lo dispuesto en las disposiciones adicional tercera y transi-
toria segunda del Decreto 197/2007, de 3 de julio, por el que se regula la estructura, organización y
funcionamiento de los servicios de Atención Primaria de Salud en el ámbito del SAS.

A los efectos administrativos y retributivos del Director de las Unidades de gestión clínica de
Salud mental, se estará a lo dispuesto en la disposición adicional segunda del Decreto 77/2008, de
4 de marzo, de ordenación administrativa y funcional de los Servicios de Salud mental en el ámbito
del SAS.
En el ámbito de los centros hospitalarios y áreas de gestión sanitaria del SAS el cargo de
Director de UGC está asociado al nivel de Jefe de Servicio/Sección facultativo o Jefe de bloque
de enfermería/Supervisor que corresponda, conforme a lo establecido en los artículos 19 y 20 del
Decreto 105/86, de 11 de junio, sobre ordenación de asistencia sanitaria especializada y órganos de
dirección de los hospitales.
La persona que desempeñe la dirección de la UGC, bajo la superior dirección y tutela de la
Dirección Gerencia de su/s centro/s sanitario/s y dentro del marco presupuestario autorizado y los
recursos asignados, desarrollará las actividades asistenciales y de otro orden que profesionalmente
le correspondan y tendrá, además, las siguientes funciones generales:

a) Organizar y gestionar, delegando aquellas que considere oportunas en otros cargos inter-
medios, todas las actividades y actuaciones de la UGC, incluyendo las asistenciales, docen-
tes, de investigación e innovación, así como los recursos humanos, materiales y económicos
asignados, con el primordial objetivo de mejorar los resultados en salud de la ciudadanía a
la que atienden.

b) Definir las estrategias de la UGC, impulsando y facilitando su correcta implantació n,


ayudado por el resto de cargos intermed ios, con la finalidad de asegurar el óptimo
43
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

cumplimiento del acuerdo de gestión de la UGC y del Contrato Programa del centro/s
de adscripción.

c) Implantar y verificar el cumplimiento de las orientaciones contempladas en los procesos


asistenciales priorizados por la Consejería de Salud en la práctica asistencial cotidiana de la
UGC, así como aquellas otras guías de actuación basadas en la mejor evidencia disponible
que permitan la mejora continua de la práctica clínica y de los estándares de calidad asumi-
dos por la UGC.

d) Elaborar la propuesta de acuerdo de gestión de la UGC, contando con la participación de


los profesionales, en función de las necesidades de la población a la que atiende y en máxi-
ma coherencia con el Contrato Programa de su/s centro/s.

e) Formalizar el acuerdo de gestión con la Dirección Gerencia de su/s centro/s.

f) Asumir y, en su caso, delegar en los responsables de las áreas de referencia del conocimien-
to en salud la responsabilidad organizativa superior en orden a facilitar la incorporación a la
práctica cotidiana de la UGC de la totalidad de las actividades docentes de pregrado y post-
grado, investigadoras e innovadoras que la misma tenga autorizadas, en el marco del Plan
Integral de Formación y del Plan Estratégico de Investigación, Desarrollo e Investigació n del
sistema sanitario público de Andalucía.

g) Fomentar e implantar, junto con los responsables de las áreas de referencia del conoci-
miento en salud, programas para canalizar la participación ciudadana de forma efectiva
garantizando el respeto a la autonomía personal, toma de decisiones e intimidad y el resto
de los derechos de su población atendida en relación a la atención recibida.

h) Contribuir con diligencia y celeridad a que la dirección del centro/s pueda gestionar las re-
clamaciones y sugerencias de los ciudadanos que afecten a su UGC de forma rápida, eficaz
y satisfactoria, gestionando la elaboración de los informes de los profesionales en el ámbito
de sus competencias y cualquier otra de las actuaciones contempladas en la reglamenta-
ción vigente.

i) Impulsar y establecer, de acuerdo con la Dirección Gerencia de su centro/s las alianzas y


acuerdos de colaboración con otras Unidades de gestión clínica o con otras entidades pres-
tatarias de atención sanitaria del sistema sanitario público de Andalucía, con el fin de me-
jorar la accesibilidad de los ciudadanos a los servicios, la efectividad clínica y el uso óptimo
de los recursos sanitarios.

j) Participar activamente y propiciar la implicación de los profesionales de su Unidad de


Gestión Clínica en la gestión del cuadro de m andos y otros sistemas de información institu-
cionales así como contribuir a su veracidad y fiabilidad.

k) Favorecer y facilitar junto con los responsables de las áreas de referencia del conocimiento
en salud la interlocución de la UGC con las sociedades científicas correspondientes a sus
ámbitos de responsabilidad.

1) Proponer a la Dirección del centro/s la modificación de la cartera de servicios de la UGC en


base a la planificación sanit aria de la Consejería de Salud, las evidencias científicas, la acre-
ditación de las competencias de los profesionales y los recursos tecnológicos disponibles
en el centro/s y en la propia UGC.

m) Proponer a la Dirección del centro/s, en orden a dar una m ejor respuesta a las necesidades
en salud de la población a la que la UGC atiende, los cambios que considere necesarios en

44
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

la organización estructural y funcional de la UGC para lograr un mejor cumplimiento de sus


objetivos.

n) Diseñar y materializar acciones de mejora sobre la seguridad y la consecuente gestión de


riesgos en su UGC.

o) Asumir la presidencia del Comité Director de la UGC.

p) Ostentar la representación oficial de la UGC.

q) Cualesquiera otras funciones que le sean encomendadas de forma motivada por la


Dirección de su/s centro/s o por los marcos reglamentarios vigentes.

Corresponde a la dirección de la UGC aplicar la gestión por valores a la misma, en un entorno


adecuado de motivación, dirigiendo y coordinando a los profesionales adscritos a la misma con me-
todologías óptimas que permitan el enriquecimiento personal y del grupo. Y más específicamente:

a) Realizar una gestión por competencias, elaborando y/o actualizando, junto con los res-
ponsables de las áreas de referencia del conocimiento en salud, el mapa de las competen-
cias profesionales de su UGC, de acuerdo con la cartera de servicios autorizada por el/los
centro/se impulsando acciones de mejora organizativa y modernización en el ámbito de la
gestión de los profesionales.

b) Contribuir al establecimiento de los niveles de autonomía personal adecuados que permi-


tan el cumplimiento de los objetivos de la UGC y un desempeño orientado a la excelencia
para el conjunto de los profesionales de la misma

c) Optimizar el uso de las distintas herramientas de la gestión de las personas, poniendo es-
pecial énfasis en la delegación y en la dirección participativa, con la finalidad de garantizar
un desarrollo profesional individual máximo de todos y cada uno de los trabajadores que
conforman la UGC.

d) Promover y facilitar, junto con el resto de los cargos intermedios, las estrategias que permi-
tan la acreditación de las competencias de los profesionales y objetivar el nivel de calidad
reconocido de la UGC mediante la acreditación oficial de la misma para poder optar a un
mayor grado de descentralización y autonomía.

e) Proponer mediante informe razonado a la Dirección Gerencia del/de los centro/s sanitario/s
la convocatoria de la cobertura de las plazas vacantes de la UGC, en régimen eventual, in-
terino o definitivo, según proceda, e identificar junto con los responsables de las áreas de
referencia en salud el perfil competencia! de las mismas, participando, en su caso, en la
evaluación de dichas competencias de acuerdo con el régimen normativo legal y reg la-
mentario vigente.

f) Establecer, de acuerdo con la Dirección Gerencia del/de los centro/s y ayudado por los res-
ponsables de las áreas de referencia del conocimiento en salud, la distribución del horario
de trabajo de los profesionales que mejor facilite la satisfacción de las necesidades asisten-
ciales de su población y la consecución de los objetivos de la UGC, dentro del marco norma-
tivo aplicable al personal estatutario de los servicios de salud y, en su caso, de las alianzas
estratégicas que la propia Unidad de gestión clínica tenga suscritas.

g) Autorizar, a propuesta de los responsables de las áreas de referencia del conocimiento en


salud, los permisos y licencias en su ámbito de competencias y, en todo caso, formular e
informar a la dirección del/de los centro/s de aq uellas otras propuestas en estos aspectos
que atañan a los componentes de la UGC.
45
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

h) Asignar y comunicar, directamente o mediante delegación en los responsables de las áreas


de referencia del conocim iento en salud, a cada uno de los profesionales de la UGC sus
objetivos individuales con carácter anual, en orden a lograr el óptimo cumplimiento de los
objetivos de la UGC y del Contrato Programa del centro sanitario.

i) Realizar, directamente o mediante delegación en los responsables de las áreas de referencia


del conocimiento en salud y otros cargos intermedios, la evaluación de las actividades d e-
sarrolladas por las personas adscritas a la UGC ponderando su grado de contribución para
lograr los mejores resultados previstos en el acuerdo de gestión y en el Contrato Programa
del centro.

j) Llevar a cabo la evaluación anual del desempeño profesional individual de todos los miem-
bros de la UGC, pudiendo delegar estas funciones en otros cargos intermedios de la Unidad
sin perjuicio de que, en todo caso, asumirá la responsabilidad final sobre dicha evaluación.

k) Autorizar, previa propuesta de los responsables de las áreas de referencia del conocimiento
en salud, la asistencia de los profesionales de la UGC a cursos, congresos y otras actividades
de formación con criterios de equidad, objetividad y transparencia.

1) Autorizar y en su caso gestionar, junto con los responsables de las áreas de referencia del
conocimiento en salud, la asignación de todas las bolsas de viaje o cualquier otro tipo de
ayudas de fondos públicos o privados para el desarrollo de actividades de formación, do-
centes o investigadoras, individuales o colectivas, de los miembros de la UGC.

m) Ayudado por los cargos intermedios de la UGC, controlar el absentismo laboral de los
miembros de la misma, promoviendo y desarrollando acciones que permitan un control
adecuado y juicioso del mismo.

n) Gestionar de forma eficiente, de acuerdo con la Dirección Gerencia del/de los centro/s y
ayudado por los responsables de las áreas de referencia de conocimiento en salud, el nú-
mero y duración de los nombramientos por sust ituciones, ausencias, licencias y permisos
reglamentarios, incluido el plan de vacaciones anuales.

o) Establecer el reparto individual de la bolsa de incentivos obtenidos por la UGC, de forma


objetiva y de acuerdo con lo establecido en su acuerdo de gestión, en el marco de los cri-
terios establecidos por los ó rganos de dirección del SSPA. En todo caso, las asignaciones
personales estarán en función del g rado de consecución de los objetivos individuales.

p) Gestionar, con la ayuda de los cargos intermedios de la UGC, la aplicación de las actividades
previstas en los planes preventivos de riesgos laborales e informar a la Dirección del/de los
centro/sen relación con las incidencias que afecten a los m iembros de la misma.

Son funciones específicas de la dirección de la UGC en el área de la gestión económica y presu-


puestaria las siguientes:

a) Fomentar e implantar programas y estrategias que permitan el cumplimiento de los pactos


de consumo de su acuerdo de gestión a través del uso adecuado y eficiente de medicamen-
tos, de las nuevas tecnologías y del material fungible conforme a la normativa vigente.

b) Config urar junto con la Dirección Gerencia del centro/s, en base a su Contrato-Programa/s,
el marco presupuestario de la UGC para cada ejercicio anua l incorporándolo al acuerdo
de gestión, pudiendo delegar las actuaciones que considere convenientes en otros cargos
intermedios de la UGC y realizar su seguimiento periódico a través del análisis, la evaluación
y control d e las pa rtidas presupuestarias establecidas implementando las acciones correc-
toras para evitar su desviación,
46
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

c) Colaborar, personalmente o mediante delegación expresa, en los procedimientos de identi-


ficación y evaluación de las características clínicas relevantes para la adquisición y contrata-
ción de bienes y servicios de la UGC y, en caso de ser requerido para ello, en los correspon-
dientes a su/s centro/so al SSPA, conforme a las normas aplicables.

d) Planificar y ejecutar, en colaboración con los otros cargos intermedios de la UGC, las estra-
tegias para la mejora de la eficiencia en la gestión de bienes y servicios, con énfasis especial
en el uso adecuado de los mismos y su custodia y almacenamiento.

4.1 O. El Comité Director


Cada Unidad de gestión clínica dispondrá de un Comité Director, presidido por la persona titu-
lar de la Dirección de la UGC que desarrollará funciones asesoras en el seguimiento y planificación
de las actividades y objetivos de la propia UGC.

El Comité Director se reunirá, convocado por su presidencia, al menos una vez cada seis meses
y con la periodicidad que se considere conveniente para garantizar el cumplimiento de los fines y
objetivos de la UGC.

La composición del Comité Director de la UGC se atendrá a los siguientes criterios:

- La presidencia será ejercida por la persona que desempeñe la dirección de la UGC.

- Todas las personas que formen parte del mismo serán profesionales pertenecientes a la
UGC y en activo, si bien el Director podrá convocar en calidad de invitados a profesionales
de la misma con encargos funcionales o profesionales externos a ella.

Al Comité Director de la UGC le corresponden las siguientes funciones:

a) Elaborar, aprobar y, en su caso, actualizar las normas internas de funcionamiento del Comité
propiciando un entorno de trabajo participativo.

b) Asesorar a la dirección de la UGC en la elaboración de su acuerdo de gestión.

c) Participar en el análisis reflexivo y en las acciones de retroalimentación derivadas del se-


guimiento del acuerdo de gestión de la UGC y proponer las medidas de mejora que se
determinen.

d) Asesorar a la dirección de la UGC en la gestión y resolución de conflictos que afecten a la


UGC.

e) Elaborar y actualizar en cada ejercicio los Planes de formación, de docencia, de investiga-


ción, de innovación y desarrollo para los profesionales de la Unidad de gestión clínica, de
acuerdo a las directrices de su Acuerdo de Gestión.

f) Impulsar y, en su caso, promover y actualizar las actuaciones de participación ciudadana de


la UGC incorporando mejoras a partir del análisis de las vías de participación establecidas
al objeto de garantizar el ejercicio de los derechos ciudadanos con ocasión de la atención
sanitaria recibida.

g) Velar por la calidad asistencial en la UGC, para lo cual podrá acordar la creación de un
Comité de calidad dependiente de la persona que ostente la Dirección de la misma, defi-
niendo anualmente el encargo de los objetivos del mismo.

47
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZDE SALUD

h) Elaborar y, en su caso, actualizar un plan de mejora de la seguridad de los pacientes en


el seno de la UGC.

i) Asesorar a la dirección de la UGC en la acreditación de la calidad de la misma.

j) Colaborar con la dirección de la UGC en la rea lización de informes sobre las actividades
y actuaciones llevadas a cabo para su traslado a la Dirección Gerencia del/de los centro/s
sanitario/s.

k) Asesorar a la dirección de la UGC formulando propuestas para la mejora en la asignación de


los incentivos.

4.11. El Consejo Asesor


Los Distritos, Hospitales y Areas de gestión Sanitaria del Servicio Andaluz de Salud crearán
un Consejo Asesor de la Gestión Clínica baj o la dependencia orgánica y funcional de la Dirección
Gerencia del centro.

La presidencia del Consejo Asesor de la gestión clínica será ejercida por la persona titular de la
Dirección Gerencia de cada centro.

Las vocalías del Consejo Asesor de la gestión clínica serán designadas por la presidencia y serán
las siguientes:

- Todas las personas que desempeñen la titularidad de los puestos de dirección de las
Unidades de gestión clínica. En el caso de Unidades de gestión clínica intercentros, sus di-
recciones tendrán representación en cada uno de los centros de adscripción.

- Todo el personal directivo de las áreas asistenciales del centro sanitario.

El Consejo Asesor de la gestión clínica desarrollará las sigu ientes funciones:

a) Conocer el contrato-programa del centro y participar en la redacción y elaboración del mis-


mo a través de la formulación de propuestas.

b) Garantizar, en el marco de la corresponsabilidad, que los acuerdos de gestión de las UGC


son coherentes en su correlación con los objetivos contenidos en el contrat o-programa de
su centro y articulan, en su conjunto, la totalidad de propuestas del mismo trasladando a
cada Unidad de Gestión Clínica, en la proporción adecuada en función de su ámbito, los
compromisos del centro con el sistema sanitario público de Andalucía en cada ejercicio.

c) Realizar el seguimiento del grado de cumplimiento del contrato-programa de su centro a


t ravés del cuadro de mandos y otros sistemas de información corporativos, reforzando en
todo momento los criterios de comparabilidad y m aterializando propuestas orientadas a la
mejora continua de los resultados de las Unidades de gestión clínica y orientación hacia la
excelencia del centro.

d) Colaborar con la dirección del centro en el análisis de la evaluación an ual del grado de cum-
plimiento de los Acuerdos de Gestión, con especial énfasis en la correspondencia con el
grado de consecución de los objetivos contemplados en el contrato-programa del centro.

e) Conocer e informar, en su caso, el Plan de inversiones del centro.

48
VISIÓN GENERAL DEL CELADOR COMO PROFESIONAL DEL SISTEMA SANITARIO PÚBLICO 11111

f) Conocer, en términos de transparencia y respetando la confidencialidad que determine el


ordenamiento vigente, los criterios de distribución de las asignaciones del complemento
de rendimiento profesional a las Unidades de gestión clínica de su centro.

g) Conocer e informar sobre estrategias conjuntas del centro sanitario en materia de innova-
ción y desarrollo,
h) Hacer propuestas de mejora de la coordinación asistencial entre las diferentes Unidades de
gestión clínica y proponer a la Dirección Gerencia del centro pactos y alianzas.
i) Elaborar propuestas de mejora sobre la articulación en las Unidades de gestión clínica de
los Procesos asistenciales y las estrategias definidas por los Planes integrales.

j) Elaborar propuestas para mejorar y aumentar la financiación de los programas de


investigación.

k) Ayudar y asesorar a la Dirección Gerencia del centro en la gestión y resolución de conflictos


que, con carácter general, afecten al desarrollo de la gestión clínica en el centro y, específi-
camente, elaborar los informes que, en su caso, les corresponda.
1) Aquellas otras funciones que le sean encargadas por la Dirección Gerencia del centro.

49
El Celador en su puesto de
trabajo l. El Celador en las
Unidades de Hospitalización,
Bloque Quirúrgico y en las
Unidades de <iuidados
Críticos J Urgencias

1. El Celador en las Unidades de Hospitalización


2. El Celador en el Bloque Quirúrgico
3. El Celador en las Unidadesde CuidadosCríticos
4. El Celador en lasUnidades de Urgencias
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. El Celador en las Unidades de Hospitalización

1.1. El servicio de admisión yvigilancia


1.1.1. La Unidad de Admisión de Pacientes
Aunque la cumplimentación administrativa viene desarrollada por auxiliares administrativos,
siempre se encontrarán, en las distintas unidades de Admisión, Celadores, los cuales suelen con-
ducir a los usuarios hacia las distintas dependencias que les vienen asignadas previa indicación
del Jefe de Personal Subalterno. Esta área de actividad depende y está adscrita a la Gerencia del
hospital (en el caso de los hospitales donde no exista Gerencia esta actividad queda adscrita a la
División Médica).

1.1.1.1. Admisión de ingresos


La unidad de admisión de ingresos se ubicará próxima a la puerta principal del Hospital, en
lugar fácilmente accesible y convenientemente señalizado.

A) Funciones

Las funciones en Admisión de Ingresos son:

1. La gestión de las camas de hospitalización, según la ordenación establecida por la


Dirección del Hospital:

- Asignación de cama: cuando sea precisa una cama, tanto solicitada de urgencias, con-
sultas externas o lista de espera, admisión se encarga de localizar y adjudicar dicha
cama (todo ingreso o consulta en el hospital se realizará siempre a través del Servicio o
Unidad de Admisión).

- Organización de la lista de espera: si no hay disponibilidad de camas, el paciente será


incluido en la lista de espera, con indicación médica.

La gestoría de usuarios desarrollará en admisión la gestión de la lista de espera de los


pacientes cuyo ingreso no es urgente sino ordinario, pasando, por tanto, a ser un ingre-
so programado, con distintos grados de prioridad, a la espera de cama disponible.

La lista de espera se actualizará constantemente.


52
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Aviso a los pacientes del día y hora del ingreso.


- Recepción y registro de los pacientes.
Admisión cumplimentará t odos los registros de ingreso y alta, en sistema manual o
informatizado, y mantendrá los archivos y Libros de Registro según las disposiciones
reglamentarias vigentes. Se registrarán los siguientes datos:
* Nombre y apellidos del paciente.

* Sexo y fecha de nacimiento.

* Domicilio y localidad de residencia.

* Profesión o actividad.
Números de DNI y de Documento de la Seguridad Social.

* Personas allegadas. Teléfono de contacto.

* Número de ingreso y de Historia Clínica.

* Fecha y hora del ingreso.


·• Facultativo o autoridad que ha dispuesto el ingreso.

* Especialidad médica a la que se ha adscrito.

* Constancia de si el ingreso es como:


beneficiario de la Seg uridad Social,
como privado, con cargo a mutuas de
Accidentes de trabajo, compañías de
seguros, etc.
* Diagnósticos de entrada y de salida.

* Fecha del alta.


* Causa del alt a: curación, alta volunta-
ria, traslado a otro centro, defunción,
otras causas.
* Otros.

2. Identificación de los pacientes. Admisión procederá a garantizar la identificación del pa-


ciente y conocerá en todo momento la exacta localización del mismo dentro del hospital,
para lo cual es imprescindible la colaboración de los enferm eros de las p lantas de hospita-
lización. Se podrá utilizar el sistema de pulsera donde consten nombre y dos apellidos del
paciente y la cama asignada. Igualmente, se proveerá a los recién nacidos en el hospital del
mismo sistema de identificación.
3. Control y autorización de traslados. Cualquier servicio del hospital, en el momento de
traslado de un paciente a otro servicio, y previo a producirse, solicitará del servicio de
Admisión la autorización de dicho traslado, el cual no se producirá hasta que el servicio de
Admisión lo conceda.
Sólo en el caso de un t raslado urgente se rea lizará el trámite a posteriori. En caso de traslado
a otro hospital se interpretará como un alta del hospital.
4. Control y autorización de altas. Cua lquier servicio de hospitalización del hospital, en el
momento de producirse el alta del paciente, notificará en la Unidad de Admisión tal alta, la
cual se producirá formalmente cuando Admisión la anote en sus registros.
53
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Admisión llevará un registro diario de camas ocupadas y camas libres, con lo cual conocerá
de forma permanente la relación de camas disponibles y elaborará diariamente el censo de
ocupación de camas.

5. Establecimiento del régimen económico provisional de la prestación asistencial. El


régimen definitivo lo determinará la unidad de cargos con la que Admisión estará adecua-
damente coordinada.

6. Custodia de pertenencias. Cualquier paciente puede utilizar la unidad de Admisión como


depósito de pertenencias. Admisión garantizará su custodia y registrará debidamente los
bienes u objetos en depósito. En la práctica sólo se custodian provisionalmente los bienes
de los pacientes ingresados por urgencias.

B) Actividades

Las actividades más relevantes en Admisión de Ingresos son:

- Registro de datos administrativos, tanto en soporte manual como informático: libro de


ingresos-altas, historia clínica, ficha u hoja de ingreso-alta, libro de ambulancias, etc.

- Localización en archivo de Historia Clínica de ingreso anterior, en los reingresos.

- Confección diaria y actualización constante de la «Planilla» (o «Planning») de situación de en-


fermos. El censo diario de pacientes ingresados se referirá a una única hora censal, normal-
mente a las 00:00 horas de cada día, independientemente de la hora real a la que se realice.

- Recuento diario de movimientos para proceder al «cuadre» de datos sobre camas disponi-
bles, ocupadas, libres, en relación con los ingresos, altas y traslados.

- Impresión de listados diarios de ingresos y altas (gestión por ordenador).

- Confección y entrega de pases de visita. Entrega de documentación o folletos informativos so-


bre los servicios del hospital e información de la existencia del servicio de información al usuario.

1.1.1.2. Admisión de urgencias


La unidad de admisión dispondrá de un dispositivo orgánico en la puerta de urgencias del
hospital a fin de recibir al paciente, registrar su entrada y salida, y distribuirlo a la consulta o servicio
que corresponda.

Admisión de urgencias puede actuar de dos maneras:

- Como oficina delegada durante el día.

- Como unidad central de Admisión en festivos, noches, etc.

A) Funciones

Son funciones específicas de Admisión de urgencias:


1. Recepción y registro de los pacientes: se registrarán los siguientes datos, tanto en los
soportes manuales como mecanizados de que disponga la Unidad (libro de urgencias, HC
de urgencias, etc.):
- Número de orden.
- Nombre y apellidos del paciente.
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El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO1 11111

- Sexo y fecha de nacimiento.

- Números de DNI y de Documento de Seguridad Social.


- Teléfono.

- Persona que lo remite a urgencias: médico de familia, especialista, autoridad, propia


iniciativa.

- Nombre del facultativo encargado del paciente que ha solicitado el ingreso.

- Motivo de la urgencia.

- Medio de acceso.

- Fecha y hora de ingreso.

- Servicio que lo atiende.

- Si ingresa cadáver.

- Diagnóstico provisional.

- Destino: ingreso en observación, en planta, traslado a otro hospital, remisión a las con-
sultas externas del hospital, a su médico de cabecera o al especialista.

2. Remisión del paciente al Servicio que corresponda.


3. Determinación del régimen económico provisional.
4. Custodia de pertenencias del paciente, si es necesario.

B) Actividades

Las principales actividades en Admisión de urgencias son:


- Registro de datos administrativos, tanto en soporte manual como informático: libro de ur-
gencias, HC de urgencias, libro de ambulancias, etc.
Avisos al servicio de ambulancias.
- Cumplimentació n de partes por lesiones al Juzgado de Guardia o partes de defunción.
- Cumplimentación de modelos estadísticos básicos.
- Todas las derivadas de las funciones de Admisión de hospitalización en los ho rarios en que
urgencias funcione como unidad central de Admisión en noches y festivos.

1.1.1.3. Traslado de enfermos


El traslado de un paciente puede realizarse dentro del mismo centro asistencial u hospital de un
servicio a otro, o bien de un centro asistencial a otro diferente.

Po r lo general, las causas que motivan el traslado de un paciente suelen deberse a:

- Un cambio en la evolución de su enfermedad.

- A petición del propio enfermo o sus familiares en algunos casos.

- La necesidad de aplicar un tratamiento médico o quirúrgico q ue no p uede suministrarse en


el primero de los casos.
55
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Cualquier traslado implica seguir el protocolo ya señalado en el servicio de la Admisión.

Además, es necesario que para el traslado del paciente de una unidad asistencial a otra se tenga
en cuenta y a punto, lo siguiente:

- Vestir al paciente para ser trasladado, aunque algunos enfermos abandonan el servicio en
pijama o bata. Si el paciente puede hacerlo por sí mismo hay que facilitarle un ambiente de
privacidad para que se cambie el pijama y se ponga ropa de calle. Si presenta limitaciones
en la movilidad y no puede hacerlo por sí mismo hay que ayudarle a cambiarse de ropa.

- Verificar el servicio a donde va destinado y solicitar la autorización tal y como se ha señalado.

- Disponer el medio en el que va a ser trasladado y transportado: cama, camilla, silla de rue-
das, ambulancia, etc.
- Es necesario explicarle al paciente y/o sus familiares lo que se va a hacer y por qué se va a
trasladar.

- Disponer todas las pertenencias personales del paciente para ser trasladadas o bien entre-
garlas a sus familiares cuando proceda.

- Hay que ayudarle a sentarse, acostarse, etc., en el dispositivo en que va a ser trasladado.

- Realizar el transporte con la mayor comodidad posible para el paciente y realizarlo en el


menor tiempo.

- Informar al servicio receptor sobre la incidencia del traslado para el paciente.

- Informar al servicio desde donde fue trasladado sobre la hora, lugar y servicio que se ha
hecho cargo del mismo.

Sólo en casos urgentes, de extrema gravedad, que no permiten espera de trámites administra-
tivos, se puede realizar el traslado y hacer a posteriori la solicitud del cambio.

El enfermo será dado de baja en el hospital desde el que es trasladado y posteriormente se le


dará de alta en el que es acogido.

Los traslados dentro d el mismo hospital, de un servicio a otro, exige también que el servicio de
Admisión lo autorice siguiendo el protocolo de solicitar la autorización de un Servicio y la confor-
midad del servicio receptivo.
56
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

1.1.2. Servicio de Atención al Paciente


El Servicio de Atención al Paciente (SAP) o Servicio de Información al Usuario (SIU) es el respon-
sable de informar al mismo, así como de atender y garantizar la tramitación de las reclamaciones que
se puedan producir. Esta área de actividad depende y esta adscrita a la Gerencia del hospital (en el
caso de los hospitales donde no exista Gerencia esta actividad queda adscrita a la División Médica).

1.1.2.1. Funciones
1. Orientación al usuario durante su estancia en el centro sanitario, referida al propio
centro:
- Ubicación de los servicios y unidades del centro.

- Horarios de los distintos Servicios.


- Información a los pacientes sobre las horas de visita y consulta para la información médica.

- Referida a servicios ciudadanos ajenos al centro:

* Medios de transporte.

* Hospedería para familiares.

2. Procurar una mayor colaboración entre los usuarios y el personal que trabaja a su servicio.
3. Tutelan el cumplimiento de los derechos de los/as pacientes y usuarios/as.

4. Atención personalizada a familiares:


- Disminuir la preocupación de los familiares.

- Información a los familiares sobre la planta o servicio en el que se encuentran los pa-
cientes, incidencias, tiempos de espera, traslados, etc.

- Localización de familiares por el servicio de megafonía para traslado de avisos, informa-


ción o llamadas telefónicas del exterior.

S. Proponer a la Dirección las normas de estancia en el centro:


- Normas de régimen interno.

- Recomendaciones de estancia.
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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Organizar el sistema de visitas.


- Acreditar a los visitantes en horarios especiales.

- Realizan encuestas entre los usuarios, comunicando sus resultados a la dirección del
centro.
- Confeccionar y entregar a los usuarios protocolos conteniendo documentación relativa
a los servicios de Admisión, plantas, urgencias, servicios generales, etc. y toda la infor-
mación y servicios que puede ofrecer; se incluye la carta de derechos y deberes de los
usuarios de los Servicios de Salud.
6. Canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias:
- Existe un Libro de Reclamaciones oficial a disposición de los usuarios. Toda reclamación
es atendida puntualmente y contestada por el Director Gerente o persona en quien
delegue del centro. La tramitación que se deriva de la reclamación es confidencial.
- En el caso de los centros sanitarios donde no exista Servicio de Atención al paciente
existirá igualmente Libro de Reclamaciones. Otra entidad donde se puede presentar
una reclamación es en el Registro de la Delegación Provincial de Salud.
- Existen buzones de sugerencias, dispuestos para recoger felicitaciones y propuestas
para la mejora de la atención sanitaria, así como los impresos cumplimentados de la
encuesta de opinión.
- La encuesta de posthospitalización es un impreso que se entrega a todo paciente hos-
pitalizado, durante su estancia o en el momento del alta, para que conteste a las cues-
tiones que se le plantean, con la finalidad de conocer el estado del centro desde el
punto de vista del usuario para corregir posibles deficiencias y mejorar los servicios.
- Los Servicios de Información al Usuario (SIU) complementan su función informativa con
medios técnicos que, además, aportan entretenimiento a los usuarios:

" Puntos de información interactiva.


* Información en pantallas de televisión.
* Videos de entretenimiento.

* Paneles de «cinta sin fin».


- Los impresos de quejas, encuestas y de sugerencias pueden ser cumplimentados en
forma anónima o nominativa si así lo desea el paciente.

1.1.2.2. Actividades
Las principales actividades que se desarrollan en el SIU/SAP son:

- El servicio de atención al paciente estará a disposición de atender personalmente al mismo,


o a sus parientes próximos, representantes o acompañantes.
- En particular proporcionar información a los pacientes y a sus familiares sobre la organiza-
ción del hospital, servicios disponibles, horarios de funcionamiento y de visitas y otras acti-
vidades que puedan contribuir a ayudarles, facilitarles y mejorar su estancia en el mismo.
- Las reclamaciones a que hubiere lugar se tramitarán por escrito a través de este servicio,
siendo estas sometidas a los responsables de la división que corresponda, debiendo darles
respuestas por escrito, firmada por el Director Gerente, o persona en q uien delegue.
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El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Coordinar la atención a la persona maltratada.


- Transmisión inmediata de la información solicitada.

- Recepción y aviso de llamadas


telefónicas.
Elaboración de informes referidos a
las reclamaciones.

Coordinación con otros servicios y


unidades del centro.

- Elaboración de estadísticas:
* Nivel de satisfacción de los usuarios.

* Motivos de queja o reclamación.

* Tipo de información solicitada.

- Mantenimiento y actualización de la cartelería de Información.

1.1 .3. Vigilancia


1.1.3.1. Consideraciones generales
Una de las funciones de los Celadores es la vigilancia tanto de las entradas de la institución,
como el acceso y estancias de los familiares y visitas de los enfermos, al igual que el comportamien-
to de los enfermos y visitantes dentro de la institución.
El Celador de puerta (ya sea del hospital general como el de urgencias) recibirá con prontitud y
cortesía a los visitantes que accedan a la institución dispuesto a atender y contestar las preguntas
que puedan formularle y estén dentro de su competencia. Con carácter general, no se permiten las
visitas de niños menores de 12 años.
Informará de las consultas externas, indicando lugar, día y hora de las mismas. Controlará así
mismo la entrada de toda persona prohib iendo el paso a toda aquella que no vaya provista del
correspondiente justificante. Cuidarán para que no deambulen por los pasillos más de lo necesario
para llegar al lugar concreto donde esté el paciente.
El Celador podrá también desempeñar la misión de vigilancia nocturna interior y exterior del
edificio (en muchos hospitales estas funciones han sido delegadas a guardias de seg uridad), cuidan-
do que las puertas de los servicios complementarios queden bien cerradas, el control de las luces,
tanto interiores como exteriores y dar parte a sus superiores de cualquier anomalía que observe.
En cuanto a las funciones sobre control de entrada y sa lida de personas ajenas a las dependen-
cias, tales como trabajadores de reparto de objetos adqu iridos, mensaj eros, etc., o de usuarios o
administrados que vengan a efectuar gestiones administrativas, procederá a controlar la identifi-
cación de dichas personas. Las visitas externas programadas sin relación con los pacientes suelen
portar un pase especial emitido por la dirección del centro.
La labor de vigilancia conlleva también el control sobre la apertura y cierre de los accesos a la
misma, su iluminación, etc. Siempre que se les solicite, por parte de alguna persona de la institu-
ción (médicos, jefes de servicios, etc.), que dejen abierta alguna puerta, deben ponerlo en conoci-
miento del Jefe de Personal Subalterno.
59
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Tomarán también las medidas necesarias en aras a la seguridad de los edificios, locales o es-
pacios confiados, anotando y dando cuenta a sus superiores de las anomalías e incidencias que
observen. En los casos en que alguna anomalía pueda ocasionar peligro inminente a los usuarios
(un extintor en el suelo, una cornisa a punto de caer, un ascensor con la puerta abierta sin la cabina
dando paso al foso, etc.) y el Celador no pueda solucionarlo permanecerá allí hasta que pueda
comunicárselo a alguien.

El Celador, con la necesaria prudencia y buen criterio, deberá comprobar si las personas que
están en el interior de los locales han sido debidamente autorizadas para ello, no permitiendo la
presencia de quienes no lo estén. Así mismo prohibirá la entrada a toda persona que presente
muestras de suciedad, promueva alborotos o vaya embriagada.

Tampoco permitirá la entrada de personas que lleven comida o bebida, obligándoles a dejar
ésta en la portería para su posterior entrega a la salida de la Institución. Si observara alguna perso-
na fumando le recordaría la prohibición de fumar en toda el área hospitalaria (Ley 28/2005, de 26
de diciembre, de medidas sanitarias frente al tabaquismo y reguladora de la venta, el suministro, el
consumo y la publicidad de los productos del tabaco).

El Celador vigilará la salida de los enfermos, quienes


deberán acreditar el alta o autorización para abandonar la
Institución. En el caso de no tener la acreditación se pondriá
en conocimiento de los inmediatos superiores.

Como se deduce de lo anteriormente expuesto, es esta


una función extremadamente delicada en donde se ponen
en juego los «valores humanos» de la persona del Celador,
ya que debe informar, permitir o prohibir accesos, vigilar,
inspeccionar, impedir comportamientos o acciones, etc., y a
veces pueden parecer contradictorios con los derechos de
los usuarios de los servicios de salud.

1.1.3.2. Funciones de control


Las labores de acogida y asistencia a los usuarios pueden llevar aparejada la función de control
de su entrada y salida.
El ejercicio de esta función supone una filtración de los contactos a mantener, orientando y
registrando los mismos y sus posteriores salidas, con objeto de controlar y regular adecuadamente
el acceso a los locales de las personas externas al centro.
El personal encargado del control recibirá con prontitud y cortesía a los visitantes que acceden
a los locales de recepción del centro, utilizando, cuando fuere necesario (y su puesto de trabajo
exija un perfil lingüístico del otro idioma oficial) el idioma requerido.
En cuanto a las funciones anteriormente descritas sobre control de entrada y salida de personas aj e-
nas a la dependencia, tales como trabajadores de reparto de objetos adquiridos, mensajeros..., o de usua-
rios o administrados que vengan a efectuar gestiones administrativas, se seguirán los siguientes trámites:
- Req uerirán la identificación de la persona mediante la exhibición del DNI, cuya numeración
se apuntará en un libro de registro habilitado al efecto con sus hojas debidamente foliadas
y selladas.
En dicho libro se consignarán los datos personales (nombre y apellidos) y dependencia a la
que se dirige entregándole una tarjeta identificativa.
60
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Solicitarán la identificación, procedencia o destino de los objetos o muebles (máquinas de


escribir, ordenadores, etc.), que pretendan introducirse o sacarse de la dependencia.

- En caso de que existiera aparato de detección (escáner) se utilizará para cerciorarse sobre la
ausencia de objetos o armas peligrosas.

Significar que dichas tareas de vigilancia se extienden a las dependencias situadas en otras
plantas superiores a la de acceso al edificio, efectuándose rondas de comprobación conforme a
instrucciones del servicio para determinar la normalidad de las oficinas o instalaciones.

Estas funciones se podrán efectuar en varios turnos de mañana, tarde y noche, y una vez termina-
dos se elaborará una parte de incidencias que se remite al superior, a los efectos oportunos. Cuando
proceda, el personal controlador emitirá el correspondiente pase de visita que facilitará al visitante.

Mientras hacen labores de control y vigilancia pueden encontrar o les pueden hacer llegar al-
gún objeto que se haya olvidado en la institución; en ese caso el Celador lo entrega en la unidad
destinada a objetos perdidos, o en su defecto a su inmediato superior.

Otro supuesto que puede encontrarse un Celador mientras hace sus funciones de vigilancia es
encontrar a alguien haciendo fotos sin permiso dentro de la institución (alguna persona ingresada
de relevancia social, fotos de las instalaciones, etc.), la actuación del Celador sería no permitir que
saque más fotos y avisar al Jefe de Personal Subalterno.

Por último, hay que añadir que este personal controlará visualmente la salida de las visitas,
procediendo cortésmente a su despedida y, en su caso, recogiendo los correspond ientes pases de
visita emitidos. Al finad de cada jornada elabora rá un parte de incidencias.

1.1.3.3. Tarjeta de control eidentificación


A los efectos de identificación en el exterior del espacio donde desarrolla su labor, estando el
empleado público en el desempeño de su función, bastará la tarjeta de control del Departamento u
Organismo, siempre que incluya fotografía y las denominaciones del Departamento u Organismo,
nombre, apellidos, número del documento nacional de identidad y el puesto de trabajo. Todo ello
sin perjuicio de otras medidas de seguridad que en el proceso de identificación y circulación ten-
gan establecidas desde la Dirección.

El personal deberá llevaren sitio bien visible la tarjeta de identificación mientras esté de servicio.

Las tarjetas de identificación son personales e intransferibles.


61
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1.1.3.4. Control de bultos o paquetes sospechosos


En el Estatuto de Personal no sanitario, en relación con las funciones de los Celadores en el tema
del control de paquetes dice lo siguiente: "se debe cuidar que no se introduzca en las instituciones
más que aquellos paquetes autorizados por la dirección''.
Los Celadores encargados del control de entrada y salida podrán comprobar, cuando así se les
encomiende, el contenido de los bultos o paquetes sospechosos que el personal o los usuarios del
servicio entren o saquen de los locales. Con amabilidad se le comunicará que para pasarlo debe
comunicarlo a un superior concretamente al Jefe de Personal Subalterno.
Deben declararse a la entrada los objetos que a la salida pudieran dar lugar a dudas sobre la li-
citud de su tenencia. Todo el personal ha de colaborar con estos vigilantes facilitándoles estas com-
probaciones, de acuerdo con el art. 18 del Estatuto de los Trabajadores, el cual declara lo siguiente:
«Sólo podrán realizarse registros sobre la persona del trabajador, en sus taquillas y efectos parti-
culares, cuando sean necesarios para la protección del patrimonio empresarial y del de los demás
trabajadores de la empresa, dentro del centro de trabajo y en horas de trabajo. En su realización
se respetará al máximo la dignidad e intimidad del trabajador y se contará con la asistencia de un
representante legal de los trabajadores o, en su ausencia del centro de trabajo, de otro trabajador
de la empresa, siempre que ello fuera posible».
No se deberá permitir la salida sin autorización de ningún objeto o material de servicio que no
hubiese sido declarado a la entrada.
Cuando por obras u otra ca usa, alguna dependencia precise dar salida a un considerable volu-
men de objetos o material, deberá participarlo al personal de control de entrada y salida para su
debido control.
Si la persona afectada por estas comprobaciones se negase a facilitarlas, se le identificará y
retendrá dando cuenta al responsable de seguridad en la unidad respectiva, quien se personará
inmed iatamente en el lugar de los hechos resolviendo lo procedente.
Si se tratase de un individuo al servicio del propio organ ismo, el mismo podrá solicitar la pre-
sencia de su Jefe inmediato para que informe o esté presente en las comprobaciones necesarias y
en tanto se produce la presencia de dicho Jefe y del de Seguridad, el interesado podrá ausentarse
dejando en depósito los objetos o paquetes sospechosos, de los que se le dará recibo.

1.1.3.5. Estancia de los usuarios de los servicios del centro


El personal vigilante se compone de los trabajadores que tienen a su cargo la seguridad y vigi-
lancia de locales o dependencias abiertas o cerradas, zonas, instalaciones o fincas que se les asig-
nen y con sujeción a las instrucciones generales o específicas que se les imparta.
Sus trabajos podrán realizarlos bien en turnos de día o de noche, según se especifique en su
contrato de trabajo y/o puesto de trabajo que ocupe en la relación de puestos de t rabajo.
Los vigilantes (que pueden ser los Celadores) rea lizarán labores de información sobre la depen-
dencia; apertura y cierre puntual de los accesos a ella; control de la iluminación, etc.
Tendrán y tomarán aquellas medidas necesarias en aras a la seguridad de los edificios, locales
o espacios confiados. También tomarán nota y darán cuenta de cuantas anomalías e incidencias
observen y les ocurra.
Denunciarán a sus superiores, para traslado, en su caso, a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad
del Estado o Policía Local, todas las infracciones que se produzcan en las zonas y actividades que
estén sometidas a su vigilancia y custodia.
62
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

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Los Celadores velarán por el buen funcionamiento de la Institución

Centrándonos en la est ancia de los usuarios de los servicios del centro, los vig ilantes podrán,
durante su misión de vigilancia en el interior de los edificios, exigir la identificación de cuantas per-
sonas no lleven la tarjeta y le ofrezcan dudas en cuanto a la misión que ejerzan.

En las zonas «reservadas», de máxima seguridad, sólo permitirán la estancia o circulación de


quienes lleven la tarjeta especial que autoriza su presencia en ellas. Los autorizados a entrar, no
adscritos a la dependencia, deberán firmar en un libro de control la entrada y la salida de la misma.

Los vigilantes, no perm itirán que nadie permanezca, sin autorización, en los distintas unidades
en las horas que no se p resta servicio en ellas.

Los vigilantes ej ercerán la vigilancia debida en los espacios muertos de los locales, evitando
manipulaciones ilícitas, circulación indebida de personas u ocultación de objetos en ellos.

Si alguna persona estimase q ue un vigilante se excede en su cometido o trata de ejercitar ac-


ciones injustificadas lo pondrá en conocimiento de sus Jefes y éstos en el de la Inspección General.

1.1.3.6. Medidas ante situaciones de atentado o altercado público


Entre las medidas previstas ante riesgos de atentado o altercado p úblico, la Ley Orgánica de
Protección de la Seguridad Ciudadana señala las siguientes:

a) Desalojo de locales y disolución de reuniones o manifestaciones. Las autoridades com-


petentes adoptarán las medidas necesarias para proteger la celebración de reuniones o
manifestaciones procurando que no se perturbe la seguridad ciudadana. Sin embargo, po-
drán disponer el desaloj o de los locales y el cierre provisional de los establecimient os pú-
blicos mientras no existan otros medios para evitar las alteraciones graves de la seguridad
q ue se estuviesen produciendo.

Dichas autoridades, por medio de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, podrán disolver, en
la forma que menos perjudique, las reuniones en lugares de tránsito público y las mani-
festaciones, en los supuest os prevenidos en el artículo 5 de la Ley Orgánica 9/1983, de 15
de julio, reguladora del derecho de reunión. También podrán disolver las concentraciones
de vehículos en las vías públicas y retirar aquéllos o cualesquiera otra clase de obstáculos
cuando impidieran, pusieran en peligro o dificultaran la circulación por d ichas vías.

Antes de llevar a efecto dichas med idas, las unidades actuantes de las Fuerzas y Cuerpos de
Seguridad deberán avisar de tales medidas a las personas afectadas.
63
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

En el caso de que se produzcan alteraciones de la seguridad ciudadana con armas o con


otros medios de acción violenta, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán disolver la
reunión o manifestación o retirar los vehículos y obstáculos, sin necesidad de previo aviso.

b) Registro de armas. Los agentes de la autoridad podrán realizar, en todo caso, las com-
probaciones necesarias para impedir que en las vías, lugares y establecimientos públicos
se porten o utilicen ilegalmente armas, procediendo a su ocupación. Podrán proceder a la
ocupación temporal, incluso de las que se llevan con licencia o permiso y de cualesq uiera
otros medios de agresión, si se estima necesario, con objeto de prevenir la comisión de
cualquier delito, o cuando exista peligro para la seguridad de las personas o de las cosas.

c) Limitación de permanencia en lugares públicos. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de


Seguridad podrán limitar o restringir, por el tiempo imprescindible, la circulación o perma-
nencia en vías o lugares públicos en supuestos de alteración del orden, la seguridad ciuda-
dana o la pacífica convivencia, cuando fuere necesario para su restablecimiento. Asimismo,
podrán ocupar preventivamente los efectos o instrumentos susceptibles de ser utilizados
para acciones ilegales, dándoles el destino que legalmente proceda.

Para el descubrimiento y detención de los partícipes en un hecho delictivo causante de grave


alarma social y para la recogida de los instrumentos, efectos o pruebas del mismo, se podrán esta-
blecer controles en las vías, lugares o establecimientos públicos, en la medida indispensable a los
fines de este apartado, al objeto de proceder a la identificación de las personas que transiten o se
encuentren en ellos, al registro de los vehículos y al control superficial de los efectos personales
con el fin de comprobar que no se portan sustancias o instrumentos prohibidos o peligrosos. El
resultado de la diligencia se pondrá de inmediato en conocimiento del Ministerio Fiscal.

d) Identificación de personas. Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad podrán


requerir, en el ejercicio de sus funciones de indagación o prevención, la identificación de
las personas y realizar las comprobaciones pertinentes en la vía pública o en el lugar donde
se hubiere hecho el requerimiento, siempre que el conocimiento de la identidad de las
personas requeridas fuera necesario para el ejercicio de las funciones de protección de la
seguridad que a los agentes encomiendan la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana
y la Ley Orgánica de Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.

De no lograrse la identificación por cualquier medio, y cuando resulte necesario a los mis-
mos fines del párrafo anterior, los agentes, para impedir la comisión de un delito o falta, o al
objeto de sancionar una infracción, podrán requerir a quienes no pudieran ser identificados
a que les acompañen a dependencias próximas y que cuenten con medios adecuados para
realizar las diligencias de identificación, a estos solos efectos y por el tiempo imprescindible.

1.2. Habitaciones de los enfermos y habitaciones comunes


1.2.1. Unidad del paciente
1.2.1.1. Estructura general y composición
La unidad de paciente es el área formada por el espacio de la habitación, el mobiliario que en
ella hay y los materiales que utiliza el enfermo durante el tiempo que esté hospitalizado.

En una habitación de hospital habrá tantas unidades de pacientes como número de camas.

64
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Una unidad tipo está formada por:


- Cama hospitalaria.
- Accesorios para la cama: colchón, almohada, barandillas, etc.
- Lencería de cama.
- Ropa para el paciente: pijama, camisón, bata, etc.
- Mesita individual. Al lado de la cama y accesible por parte del paciente.
- Silla o sillón para la persona enferma y silla o sillón para el acompañante. Colocado en luga-
res que no corten el paso a la cama ni al baño.
- Vaso.

- Caja para guardar las prótesis.


- Palangana.
- Cuñas o botellas.
- Lámpara de luz indirecta.
- Piloto o luz de emergencia. Luz que permanece encendida por la noche para entrar en la habi-
tación sin molestar al paciente o en los casos que el paciente necesite levantarse por la noche.
- Timbre de alarma. Actualmente se utiliza un sistema de luces para evitar los ruidos.

- Toma de oxígeno y toma de vacío.


- Pie para suero.
- Escabel.
- Armario ropero.
- Biombo o cortinillas para asegurar la intimidad del residente.
- Útiles para el aseo personal (jabón, peine, esponja, etc.).
- Material para movilizaciones: silla de ruedas, muletas, andador, etc.
La habitación debe ser lo suficientemente amplia como para que quepa todo el mobiliario con
holgura, y estar ordenada de manera que la limpieza sea fácil.
El mobiliario debe ser blanco o de color claro para poder ver fácilmente la suciedad. El material
del que esté hecho debe ser lavable.
La silla o sillón para el enfermo debe estar al lado contrario de la mesita de noche, cerca de la
cabecera de la cama, de manera que al paciente le resulte fácil sentarse sin tener que desplazarse.

65
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1.2.1.2. Características
El Celador debe conocer las características mínimas que debe reunir la habitación del enfer-
mo, cuidando de manera especial de que las condiciones sean las mejores posibles. Estas son:

- Espacio suficiente.

- Debe recibir luz directa del sol, a ser posible.

- De fácil ventilación.

- Tranquila y a poder ser sin ruidos.

- Pintada en tonos claros, sin manchas ni deterioros importantes en las paredes.

- Temperatura adecuada.

- A poder ser con baño incorporado o posibilidad de acceder a un baño próximo.

- Con mobiliario adecuado.

Espacio
La habitación debe tener el espacio suficiente para que los cuidados al paciente puedan ha-
cerse de la mejor manera posible. Además, si es amplia, permite al paciente sentirse más cómodo
y confortable.

En las habitaciones de dos o más camas debe existir el espacio suficiente entre cada dos, siendo
el mínimo espacio aconsejado de 1,20 m.

Entre la cama y la pared lateral también debe existir un mínimo de 1, 1O m.

La altura de los techos mínima debe ser de 2,50 m.

La puerta de entrada a la habitación debe tener el ancho suficiente que permita el paso de
carros, camillas, camas, aparatos para exploraciones, etc.

Iluminación
La luz natural es un elemento indispensable en las
habitaciones de los enfermos. La luz del sol influye po-
sitivamente en el estado de ánimo de los pacientes y
favorece su recuperación.

La entrada del sol directamente en las habitaciones


es también un agente desinfectante importante (agen-
te antituberculoso).

No siempre es posible en la habitación conseguir


una iluminación natural de intensidad suficiente para
favorecer el estado de ánimo. Cuando ello no sea así
debe complementarse con la iluminación artificial,
cuya intensidad debe estar bien calculada.

66
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Ventilación
Cuando el hospital no disponga de aire acondicionado habrá que ventilar abriendo la ventana
de la habitación (10-15 minutos día). En otras bibliografías consultadas indican que se debe abrir
las ventanas en espacios cortos de tiempo y alternativamente. En definitiva, para que el aire no esté
viciado, debe renovarse todos los días, ya sea por aire natural o de aparato acondicionado.
Hay que procurar que, cuando se abra la ventana, el aire que entre no incida directamente
sobre el enfermo, evitando así cambios bruscos de temperatura en el aire que respira, sobre todo
en invierno.
En los hospitales modernos, con circuito cerrado de aire acondicionado, no deben abrirse las ven-
tanas para ventilar. El aire se renueva constantemente y, además, si se abre, el circuito se descompensa.

Color de las paredes


Debe estar pintada con colores claros y sin brillo, que no absorban la luz ni produzcan reflejos
molestos.

El blanco mate parece el color más ade-


cuado para las habitaciones.

El estado de la pintura debe estar intac-


to, sin manchas ni deterioros importantes.
Periódicamente deben adecentarse las habi-
taciones realizando una limpieza con desinfec-
ción en profundidad, y volviendo a pintarlas.
De esta manera se garantiza un estado de con-
servación e higiene de las instalaciones que
influye en la calidad asistencial prestada.

Sonorización
Las habitaciones deben ser tranquilas y sin ruidos, ya que un excesivo ruido ambiental puede
provocar trastornos nerviosos a los pacientes. Los modernos hospitales son construidos teniendo
en cuenta la necesidad de un aislamiento acústico de las habitaciones.
El personal sanitario utilizará calzado con suela de goma, para que no haga ruido.
Los aparatos de radio yTVen las habitaciones deben tener el volumen muy bajo. La conversa-
ción con los enfermos debe hacerse también en tonos bajos.
A las horas del descanso, el Celador/a debe bajar las persianas para evitar una gran intensidad
de luz, o apagar las luces y velar porque no se produzcan ruidos.

Temperatura de la habitación
Los hospitales con circuito cerrado de ventilación disponen de sistemas automáticos de control
de la temperatura adecuando esta a las necesidades programadas.

La temperatura de las habitaciones debe oscilar entre los 20-22 °C, según las épocas del año.
Temperaturas inferiores pueden hacer al paciente sentir frío. Temperaturas superiores hacen que
se sienta molesto por el calor.
67
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Humedad
Definimos la humedad como la cantidad de agua que permanece en el ambiente. Los límites
que se consideran aceptables oscilan entre 40-60%, si bien, existen patologías que requieren una
disminución del grado de humedad.

Como norma general entendemos que el calor se hace más insoportable con un grado de hu-
medad alto y una temperatura elevada, ya que se ralentiza la evaporación a través de la piel.

Mobiliario
Es imprescindible que en toda habitación exista: cama, mesita de noche, armario, silla y/o sillón,
baño incorpo rado si es posible y si no fuera así un lavamanos, toma de oxígeno, toma de aspiración
e interfono.

La cama y el mobiliario en general debe estar adaptado a las características de los pacientes.
Así, por ejemplo, el servicio de traumatología debe disponer de camas ortopédicas, entre otros.

Baño
El baño está incorporado a las habitacio-
nes y consta de todas las piezas de un baño
completo. Además presenta barras de segu-
ridad en sanitario, ducha, bañera para evitar
accidentes.

1.2.2. La cama hospitalaria


Las camas de hospital tienen unas características adaptadas particularmente a las personas que
están continuamente o durante mucho tiempo en ellas.

1.2.2.1. Características de la cama hospitalaria


- Están equipadas para que el enfermo ahorre energía. Muchas de ellas están mecanizadas.

- Están constituidas de forma que el personal que atiende a los enfermos llegue fácilmente a ellas.

- Los colchones son generalmente duros para facilitar un buen soporte al cuerpo.

- Se mueven fácilmente, para ello están provistas de un sistema de ruedas y frenado de las
mismas. Las ruedas deben ser de goma para que protejan de la humedad, aíslen de posibles
fugas eléctricas (electricidad estática) y no hagan ruido en su traslado.

- Las dimensiones de una cama estándar son:

* Ancho: 80-90 cm.

* Largo: 190-200 cm.

* Altura: va a depender de si lleva o no colchón; sin colchón unos 70 cm.


68
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Una vez instalada en la habitación, la cama debe de reunir una serie de requisitos:

* Debe de ser accesible desde tres lados (por ambos laterales y los pies de la cama).
* Frente a ella no habrá ninguna fuente de luz.

* Su ubicación nunca será debajo de una ventana ni muy cerca de una puerta.

1.2.2.2. Tipos de camas hospitalarias


La más utilizada en los hospitales es la denominada cama mecánica articulada. Aparte de este
tipo de cama existen otros modelos diferentes, cada uno de los cuales está diseñado para cumplir
una determinada función. Entre ellos destacamos:
- Cama articulada. El somier se divide en dos o tres segmentos móviles, encargados cada
uno de ellos de alojar diferentes zonas corporales. El superior es para la cabeza y espalda, el
central para la pelvis (en el caso de presentar tres segmentos) y el inferior para las extremi-
dades inferiores.
Los distintos segmentos de somier se mueven mediante la utilización de una manivela, o
bien, mediante sistemas electrónicos.
Otro de los dispositivos con los que está equipada esta cama es de ruedas para su transpor-
te, además de un sistema de frenado.

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- Cama metálica de somier rígido. Es una variación


de la anterior pero no permite la movilidad por
segmentos, presenta el inconveniente de no poder
colocar a los pacientes en determinadas posiciones
anatómicas importantes como, por ejemplo, Fowler.
- Cama ortopédica, traumatológica o de Judet. Está
indicada para pacientes que sufren fracturas o pará-
lisis de las extremidades. Posee un marco, marco de
Balkan, cuya finalidad es la de suj etar las poleas y el
resto del equipo de tracción, que cuelga de él.
El equipo de tracción mencionado anteriormente
tiene por finalidad aplicar fuerzas sobre un hueso,
músculo o articulación para alinear fracturas, evitar
deformidades o disminuir el dolor. (!'j
69
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Cama o mesa de exploración, potro ginecológico. Es utilizada para la exploración gine-


cológica así como para el momento del parto. Se compone de un colchón duro que se
cubre con una sábana. Hay un modelo articulado y otro no articu lado.

- Incubadora. Se emplea para mantener al recién nacido


prematuro en un ambiente propicio de temperatura y
humedad. En la incubadora se consiguen una serie de
objetivos que sin ella sería imposible alcanzar; estos son: ::1 -
conservar el calor corporal, mantener la humedad, pro-
porcionar 0 2 y prevenir las infecciones al estar aislado. ,..
1
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'f~
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- Armazón para el volteo (Foster). Su misión es la de
facilitar el cambio postura! en aquellos pacientes que
únicamente pueden hacerlo con gran dificultad y bajo
control. El cambio se realiza de manera manual.

Está compuesta por dos armazones sobre uno de los


cuales se encuentra siempre descansando el paciente,
mientras que el otro se encuentra recogido en un so-
porte situado en la parte inferior de la cama cuando no
se usa.
El dispositivo para voltear al paciente está situado a la altura normal de la cama y permi-
te conservar la tracción que se ejerce sobre cabeza y/o pies mientras dura dicho volteo.
Debido a la aparición de la cama electrocircular está en desuso.
- Cama electrocircular o de Striker. Consta también de un doble dispositivo para el volteo
pero, a diferencia del anterior, el viraje se realiza por medio de un motor eléctrico, permi-
tiendo giros de 180°. Está indicada para pacientes en los que la inmovilización corporal
debe de ser absoluta pero respetando siempre una posición normal, como es el caso de
lesionados medulares, politraumatizados y quemados.

- Cama libro. Es una variedad de la cama articulada con la particularidad de que permite la
angulación lateral. En cuanto a su utilidad se reserva a personas que deben permanecer
largos periodos de tiempo inmovilizadas.

70
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Cama de levitación. Utiliza un flujo continuo e inten-


so de aire que permite que el paciente permanezca
en suspensión, de esta forma se evita el contacto con
cualquier accesorio de la cama. Se emplea en unida-
des de grandes quemados.
- Cama roto-test. Es una cama que mantiene en un
giro continuo al paciente, por lo que es considerada
un magnífico mecanismo para la prevención de úlce-
ras por presión (UPP), ya que produce una disminu-
ción de los puntos de roce en el cuerpo del enfermo.

- Camillas. Son camas ampliamente utilizadas en los


ámbitos sanitarios, principalmente para traslados de
pacientes o bien en consultas para exploración. Las
hay rígidas y articuladas.

Otros tipos de camas de descanso menos utilizadas o en desuso son:


- Gatch. Cama con un dispositivo articulado por el que puede levantarse al paciente
hasta una posición de semisentado.
- Nelson. Cama metálica con ruedas, en la que el enfermo puede adoptar diversas posi-
ciones por angulación del colchón para el drenaje postural de la bronquiectasia.
- Sanders. Cama adecuada para cambios posturales pasivos en el tratamiento de las
afecciones arteriales oclusivas crónicas.

(Fuente: diccionario terminológico de ciencias médicas)

1.2.2.3. Accesorios de la cama hospitalaria


- Barra de tracción. Armazón metálico que pende
del denominado marco de Balkan (también llama-
do cuadro balcánico) y su misión es la de facilitar
la incorporación del enfermo. Está indicada para
enfermos que presentan fracturas de miembros
inferiores.

Al no requerir herramientas para su instalación y


montaje, es el Celador el responsable de su colo-
cación en las camas de traumatología.

- Rejas de seguridad o barandillas. Protectores


de metal que se sujetan en los laterales de la cama
y su principal misión es la de evitar caídas de ni-
ños y enfermos que presentan alteración del nivel
de consciencia o se encuentran en estado de agi-
tación. Generalmente, dichas barandillas poseen
un mecanismo que permit e bajarlas para que se
pueda acceder cómodamente al enfermo sin ne-
Barandillas de seguridad
cesidad de que sean quitadas.

71
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Tabla de cama. En ocasiones recibe el nombre


de tabla de fracturas; consiste en un soporte que
se coloca debajo del colchón de la cama hospi-
talaria para darle mayor rigidez favoreciendo la
postura anatómica del cuerpo. Existe también
una tabla específica para los pies denominada
soporte para los pies donde se evita la rotación
al estar en decúbito.

- Soporte o pie de suero. Generalmente se adap-


ta a la cabecera de la cama. De él penden los bo-
tes de suero. Hoy en día suelen ser dispositivos
autónomos de la cama y regulables en altura,
también los hay que cuelgan del techo.

- Centinelas de cama o protectores de las ba-


randillas. Son almohadillas de polietileno hin-
chadas con aire y ubicadas a los lados de la cama
Soporte o píe de suero
con la finalidad de prevenir lesiones y caídas.

- Arco de cama o férula de acero. Se trata de un dispositivo que se coloca sobre el paciente
para que la ropa de la cama descanse sobre él y evitarle el peso de la misma.

- Pupitre. Se trata de un respaldo regulable, compuesto por un marco metálico colocado a


45 °C, que ayuda al paciente a adoptar la posición de Fowler.

- Almohada. Facilita que el paciente pueda adoptar diferentes posiciones sin resbalarse.
Siempre se utilizan varias para cada paciente, ya que ayudan en los cambios posturales
(actualmente hacen estas función los denominadas cuñas-tope).
- Colchón. Hoy día podemos encontrar en el mercado una amplia variedad de colchones,
entre los que destacamos:

* Colchón de muelles. Es el tipo de colchón que podemos ver en el hospital con más asi-
duidad. Dependiendo de su demanda, podrá constar de una o varias piezas.

* Colchón antiescaras o alternating. Está com-


puesto por dos motores que accionan un
compresor-descompresor, que permiten el
llenado y vaciado sucesivo de una especie de
bolas neumáticas. Generalmente, cada cua-
tro minutos se invierte el ciclo. Su finalidad
no es otra que la de evitar la aparición de úl-
ceras por presión sobre una misma zona del
cuerpo facilitando la circulación sanguínea.
Es muy utilizado.

* Colchón de agua. Es otro dispositivo utiliza-


do en la prevención de escaras, puesto que
reparte las presiones sobre una gran super-
ficie, reduciendo de esta manera los puntos
de apoyos locales. Necesita 100 litros para
llenarse. No es muy utilizado hoy en día.

72
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

* Colchón de agua y bolas de poliuretano. Tampoco son muy utilizados hoy en día. Están
compuestos por bolas de poliuretano y por agua (de 1Oa 12 litros). Se coloca encima de
un colchó n normal y a continuación se cubre con una sábana. La temperatura adecuada
tiene que ser de unos 30 °C, aproximadamente. Las bolas actúan como aislante y así
evita la sensación de frío que se produciría al enfriarse el agua.

1.2.2.4. Ropa de cama o lencería


Las unidades del hospital que están relacionadas con la ropa y el vestuario del centro son la la-
vandería, lencería y costura. Estas unidades están gestionadas por las gobernantas/es cuya misión
es organizar, supervisar y distribuir las tareas realizadas por el personal de lavandería y los suminis-
tros necesarios para la producción y la distribución de ropa.

En la lavandería se procesa la ropa sucia y contaminada, la lencería se ocupa de la clasificación


y distribución de los uniformes del personal del hospital y del control del almacén de ropa y la cos-
tura de etiquetado, reparación, confección, etc.

Las funciones de los Celadores en estos servicios pueden variar de un hospital a otro, destacan-
do: descarga de ropa sucia en cinta, carga-descarga de lavadoras, transporte, carga y desca rga de
carros para lavar en el túnel de lavado, reposición de detergentes, etc.

Piezas de lencería
La cama hospitalaria debe tener los siguientes elementos de lencería:

- Cubierta de colchón. Se trata de una funda impermeable utilizada para cubrir el colchón,
protegiéndolo así de la humedad. Actualmente existen colchones con ella ya incorporada.

- Sábanas. Bajera y encimera. Que deberán ser sustituidas por otras cada vez que se ensucien
o mojen y su tacto no será rugoso (suelen ser de algodón).

La sábana que ejerce la función de entremetida se sitúa entre la pelvis del enfermo y el hule.
Es de tamaño inferior a la bajera. Su misión fundamental es la de proteger. También la po-
demos utilizar para desplazar al enfermo (es necesario dos personas) hacia la cabecera de
la cama cuando éste se ha ido resbalando y se encuentra muy cerca de los pies de la cama.

73
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Hule impermeable. Su ubicación es entre la sábana bajera y la entremetida. Su finalidad es


la de proteger. Son de material de plástico por lo que aumenta la incomodidad del pacien-
te, se puede sustituir por pañales de celulosa desechables.
- Mantas. Su composición es lana ya que este material es más caliente y ligero. General-
mente son de color claro y nunca deben estar en contacto con la piel del enfermo.

- Colcha. Se coloca cubriendo la manta. Generalmente es blanca.

- Funda de almohadas. Se les coloca una funda de tela que debe ser cambiada al menos
diariamente, además de cada vez que sea necesario.

Orden de la lencería en la cama


1. Colchón y su funda.
2. Bajera.
3. Hule.
4. Entremetida.
5. Encimera.
6. Manta.
7. Colcha.
8. Almohada y su funda.

¿Cómo se dobla la lencería?


- La sábana bajera se dobla a lo largo y con el derecho hacia adentro.

- La sábana encimera se dobla a lo ancho y con el revés hacia adentro.

- La sábana entremetida y el hule se doblan a lo ancho con el derecho hacia adentro.


- La manta y la colcha se doblan a lo ancho y con el derecho hacia adentro.

Técnica para hacer la cama desocupada


1. Colocación de la sábana bajera

1. Colocar la ropa que se va a utilizar para hacer la cama sobre el sillón del enfermo.
2. Utilizando ambas manos, coger la parte superior de la colcha y doblarla hacia el centro y
realizar el mismo procedimiento con el borde inferior. A continuación proceder a retirarla.
En caso de que no se vaya a volver a colocar se introduce sin airearla en la bolsa q ue se ha
preparado para echar la ropa sucia.
3. La manta y la sábana superior se retiran de igual forma que la colcha.
4. Para quitar la entremetida, se coge ésta por el centro de los bordes superior e inferior.

S. Para quitar la sábana bajera hay que seguir el mismo procedimiento empleado para la
entremetida.
6. Una vez que se haya retirado toda la ropa sucia hay que lavarse las manos.
74
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

7. A continuación se extiende la sábana bajera sobre


la cama de tal manera que no queden ni pliegues
ni arrugas que puedan contribuir a la formación de
úlceras por presión y a que el enfermo se sient a in-
cómodo. Las esqu inas se doblan en forma de mitra,
inglete o pico. Seguidamente se procede a remeter
los lados.
El procedimiento a seguir para realizar la esquina de
mitra o inglete es el que a continuación se detalla:
1. Remeter la sábana en la parte de la cama en la que
se quiera rea lizar la esquina.
2. Levantar la sábana para formar un triángulo.

3. Traer hacia abajo la parte superior del triáng ulo.


4. Remeter la parte que queda debajo del colchón.
Mitra o inglete
2. Colocación de las demás piezas

Una vez tengamos ya colocada la sábana baj era, se continuará de la siguiente forma:

- Lo primero que haremos será extender de forma transversal el hule en el centro de la cama (el bor-
de superior debe de quedar de 30 a 37 cm de la cabecera de la cama) y con los lados remetidos.
- Encima del hule colocaremos la entremetida, de forma que lo cubra completamente (la
finalidad de ambos es evitar que el enfermo moje la sábana inferior).
- El siguiente paso consistirá en desdoblar la sábana encimera, empezando desde la cabe-
cera hacia los pies de la cama. Si lo que vamos a hacer es una cama cerrada doblaremos
entonces las esquinas en forma de mitra y remeteremos los laterales. Por contra, si lo que
vamos a realizar es una cama abierta, sólo doblaremos la esquina en forma de mitra.
- Es conveniente la realización de un pliegue a los pies de la cama o bien aflojar la sábana, con
la finalidad de que el enfermo pueda mover los pies.

- A continuación colocaremos la manta sobre la sábana encimera, realizando también las


esquinas de mitra y el pliegue. El borde superior de la manta debe quedar a unos 15 cm del
cabecero de la cama.
- Colocar la colcha de forma que el pliegue superior de la colcha se extienda aproximada-
mente 2,5 cm más allá de la manta. Remeter el borde superior por debajo de la manta.
- Realizar el mismo procedimiento ya comentado para la colcha.
- Doblar la parte superior de la sábana de arriba sobre la colcha formando un embozo de
unos 15 cm aproximadamente.
- Colocar la funda de almohada.
- Si la cama está asignada a un paciente, doblar hacia detrás la ropa de arriba hacia un lado o
bien hacia el centro de la cama.
- Eliminar la bolsa de la ropa sucia según la política del centro.

- Por último, lo que tenemos que hacer es lavarnos las manos y cambiarnos de guantes, para
evitar la transmisión de microorganismos.
75
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Técnica para hacer la cama ocupada


Cuando el enfermo deba guardar reposo absoluto o se encuentre incapacitado para levantarse,
se le debe hacer la cama con él acostado y manteniendo una alineación corporal adecuada y cómoda.

La cama ocupada se debe realizar entre dos auxiliares (o un auxiliar y un Celador) que se coloca-
rán cada uno a un lado de la cama, de forma que mientras uno hace su parte de la cama el Celador
sostiene al enfermo.

Técnica
1. Explicar el procedimiento al paciente y pedir su colaboración si es posible.

2. Lavarse las manos.

3. Preparar la ropa de lencería.

4. Retirar la ropa superior, a excepción de la sábana, doblando el borde superior hacia el infe-
rior y luego en cuartos.

S. Colocar la ropa sucia en la bolsa destinada para ello.

6. Colocar al enfermo en decúbito lateral y retirar por el lado libre de la cama la bajera, el hule
y la entremetida, enrollándolo todo hacia el centro de la cama procurando que no entren
en contacto con el enfermo.

7. A continuación se procederá a extender la sábana bajera limpia y sobre ella el hule y la


entremetida.

8. Posteriormente se colocará al paciente en la otra posición de decúbito lateral, para enton-


ces retirar, por el lado de la cama que queda ahora libre, la ropa sucia y colocar luego correc-
tamente la limpia.

9. Una vez realizado el paso anterior, proceder a la colocación de la ropa superior como se descri-
bió anteriormente, procurando extender la sábana encimera desde la cabecera hacia los pies.

10. Eliminar la bolsa de la ropa sucia según la política del centro.

11. Por último proceder al lavado manos y al cambio de guantes, para evitar la transmisión de
microorganismos.

Técnica para hacer la cama quirúrgica


El procedimiento es el mismo que para la cama desocupada, pero añadiendo un hule y una
entremetida más, que se colocarán en la cabecera de la cama o en la parte alta de la bajera, para,
de esta forma, facilitar la limpieza ante un posible vómito. En este tipo de cama queda prohibida la
colocación de la almohada y las medidas de asepsia deben cuidarse al máximo.

Formas de abrir la cama para la recepción del enfermo


1. Cama desocupada
La cama desocupada se puede abrir de tres formas d iferentes:

a) En pico. Para ello se procede a doblar dos veces en el mismo sentido el extremo superior de
la cama correspondiente al lado por donde va a entrar el paciente.
76
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

b) En abanico o fuelle. Para abrirla de esta forma, tenemos que coger los dos extremos del
embozo y doblarlos hacia los pies de la cama para luego volver a subirlos hacia la mitad de
la cama en sentido inverso.
c) La tercera forma consiste en tirar del extremo de la ropa de cama hacia los pies, hasta que que-
de descubierta la mitad de la cama, y después volver a doblar hasta llegar al final de la cama.
2. Cama quirúrgica
Antes de proceder a abrirla hay que realizar una especie de embozo o dobladillo a los pies de la
cama. A partir de aquí la cama quirúrgica se puede abrir de dos maneras diferentes:
a) En triángulo o pico. Para conseguir este tipo de apertura tenemos que coger los extremos
de cada embozo y unirlos de tal forma que a la altura de la mitad de la cama obtengamos
el pico del triángulo que se ha formado. A continuación se coge el pico del triángulo y se
comienza a plegar en abanico hasta el lado opuesto de la cama.
b) En abanico lateral. Para ello t enemos que tirar de los extremos de los dos embozos y ple-
garlos en abanico hacia el lateral de la cama.

1.2.3. Actuaciones del Celador en las habitaciones de los enfermos


Cuando un Celador comienza a trabajar en una unidad
de hospitalización lo primero que debe hacer es presentarse
a la supervisora/o de enfermería ya que es la/el responsable
principal del funcionamiento de la planta.
Una vez que le indican su cometido se observa que las
funciones a realizar por los Celadores en las habitaciones de
los enfermos y zonas comunes de las Instituciones son muy
variadas, pudiéndose destacar, entre ellas:
- Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que
los enfermos no hagan uso indebido de los enseres y
ropas de la Institución, evitando su deterioro o instru-
yéndoles en el uso y manejo de las persianas, cortinas
y útiles de servicio en general.
Se evitará al enfermo o a los familiares tocar equipos o
aparatos que sólo deben manipular los profesionales.

- Servirán de ascensoristas cuando se les asigne especialmente ese cometido o las necesida-
des del servicio lo requieran.
- Realizar excepcionalmente aquellas labores de limpieza que se les encomiende cuando la
realización por el personal femenino no sea idónea o decorosa en orden a la situación, em-
plazamiento, dificultad de manejo, peso de los objetos o locales a limpiar.
- Velarán continuamente por conseguir el mayor orden y silencio posible en todas las depen-
dencias de la Institución. Esto incluye control del volumen de la televisión, control del tono
de voz del paciente y de los familiares, control de los aparatos de radio y música, etc. En los
casos que se incumpla esta premisa se entrará en la habitación y se les pedirá que bajen el
volumen pues están causando molestias al resto de los enfermos.
- Darán cuenta a sus inmediatos superiores d e los desperfectos o anomalías que encontra-
ren en la limpieza y conservación del edificio y material. Si detectaran que algún artículo
77
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

del mobiliario (cortinas, persianas, mesilla, sillón, etc.) de la Institución estuviera dañado lo
pondrían en conocimiento de sus superiores.
- Vigilarán el acceso y estancias de los familiares y visitantes en las habitaciones de los en-
fermos, no permitiendo la entrada más que a las personas autorizadas, cuidando que no
introduzcan más que aquellos paquetes expresamente autorizados por la Dirección.
- En el momento de la visita médica se encargarán de desalojar a las visitas de las habita-
ciones, incluso las que dispongan de pase permanente (una excepción a esta función es
el caso de los pacientes pediátricos ya que se les permite estar al familiar con pase perma-
nente). No olvidemos que el acceso y las estancias de los familiares está condicionado a las
necesidades asistenciales.
- Vigilarán el comportamiento de los enfermos y visitantes, evitando que estos últimos fu-
men en las habitaciones (está prohibido fumar en todas las instituciones sanitarias), traigan
alimentos o se sienten en las camas y, en general, toda aquella acción que perjudique al
propio enfermo o al orden de la Institución.
- Cuidarán que los visitantes no deambulen por los pasillos y dependencias más que lo nece-
sario para llegar al lugar donde concretamente se dirijan.
- Tendrán a su cargo el traslado de los enfermos.
- Excepcionalmente, lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o que no pue-
dan realizarlo por sí mismos, atendiendo a las indicaciones de los Supervisores de planta o
servicio o personas que los sustituyan legalmente en sus ausencias.
- Cuando por circunstancias especiales concurrentes en el enfermo no pueda éste ser movi-
do sólo por el enfermero o el auxiliar de enfermería, ayudarán en la colocación y retirada de
las cuñas para la recogida de excretas de esos pacientes.
- Ayudarán al personal Sanitario o personas encargadas a amortajar a los enfermos falleci-
dos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio.

1.3. El aseo de pacientes


1.3.1. Atención a las necesidades de higiene del paciente
Entre los hábitos y estilos de vida saludables
figura la higiene adecuada de las personas.

Esta higiene tiene como base para su desa-


rrollo una evaluación adecuada y la existencia de
los medios necesarios para llevarla a cabo.

En las personas enfermas (hospitalizadas o


no) la higiene adquiere una importancia esen-
cial en cuanto pasa a depender, en gran medida,
del grado de invalidez o de las capacidades para
realizarla.

Así, la higiene de los pacientes enfermos, sobre todo hospitalizados, recae en el auxiliar de
enfermería (apoyado a veces por los Celadores), lo que exige una serie de atenciones a las nece-
sidades de los pacientes en cuanto a la higiene corporal (piel), cabellos, ojos, oídos, genitales, etc.
78
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

1.3.2. Concepto de higiene


La higiene es una suma de procesos que permite una mejor
defensa de la piel contra las enfermedades. Sin higiene personal
corporal, la enfermedad es más grave ya que el organismo se
hace menos resistente. El auxiliar de enfermería (como hemos
visto en temas anteriores, el Celador podrá ayudar al auxiliar e
incluso realizar la higiene él solo) es el responsable de la limpieza
del enfermo; su papel consiste en dejarlo en las mejores condi-
ciones de defensa posible, asegurándole una higiene perfecta.

En la persona enferma la higiene debe hacerse más minucio-


samente que en un individuo sano, ya que los cuidados de lim-
pieza se efectúan con objeto de que la piel cumpla eficazmente
sus funciones.

1.3.3. Generaldades de la piel. Higiene de la piel


El sistema tegumentario está formado por la piel y sus anexos (faneras). Las faneras construyen
o ayudan a la piel en sus funciones, son: pelo, uñas, glándulas sudoríparas y glándulas sebaceas.

La piel es el órgano de mayor extensión en el cuerpo humano. Representa una superficie de


más de 2 m 2 • Es una envoltura o cubierta resistente y flexible. Pesa entre 4-5 kg. Tiene un grosor
variable seg ún las partes del cuerpo oscilando entre 0,5-2 mm (aunque hay zonas donde el grosor
puede ser de 4 mm o más).

La piel está formada por tres capas: epidermis, dermis e hipodermis.

Epidermis:
Estrato córneo

Estrato grunuloso
Estrato espinoso
Estrato basal

Glándula
Sebacea

Bulbo piloso

79
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La piel sucia de orina o excrementos corre el riesgo de macerarse e infectarse. Por eso se explica
igualmente la importancia de los cuidados de limpieza y la necesidad de aseo en los genitales va-
rias veces al día (todas las veces que sea necesario).

Con un correcto aseo del paciente se pretende:

- Conservar el buen estado de la piel, eliminando la suciedad y el sudor (con este procedi-
miento eliminamos también el mal olor). Sólo con una buena limpieza e higiene se consi-
gue que la piel realice sus funcio nes con normalidad y no se produzcan infecciones, etc.

- Estimular la circulación sanguínea, al estar el paciente mucho tiempo acostado se disminu-


ye el retorno venoso.

- Reducir la temperatura corporal en caso de fiebre, si se realiza el baño o ducha con agua fría.

- Refrescar al paciente, para que sienta sensación de confort y bienestar aumentando así su
autoestima.

Trátese del aseo completo o del aseo de una zona del cuerpo, debemos referirnos a los mismos
principios que se abordan en el cuidado del enfermo, la técnica y el material.

1.3.3.1. El enfermo
- Tener en cuenta el pudor de la persona, pues a nadie le gusta mostrar su desnudez en esas
circunstancias y ante personas extrañas. Para minimizarlo se cubre al paciente con una sá-
bana de forma parcial.

- Moverlo con suavidad.

- Actuar rápidamente para disminuir el riesgo de cansancio.

- Evitar el enfriamiento. Para esto, descubrir sólo la región a limpiar y cubrir el resto del cuer-
po. Utilizar biombos o cortinas que eliminen las corrientes de aire.

- Secar después de los cuidados y recalentarlo si se ha enfriado.

Reinstalar cómodamente a la persona.

1.3.3.2. La técnica
Se actuará con metodología durante el aseo. Se limpiará cada zona del cuerpo una a una. La
secuencia del procedimiento seguirá e~te orden:

1. Preparación del material antes del procedimiento, que se insta lará al alcance de la mano.

2. Informar al paciente del procedimiento a realizar y pedir su ayuda si es posible.

3. Posición sistemática del enfermo, la más cómoda posible, reduciendo al máximo sus
movimientos.

4. Protección del enfermo y de la cama.

S. Evacuación de las aguas, ropas sucias, etc.

6. Volver a poner todo en orden.

7. Los cuidados se administrarán desde la derecha, a excepción del lavado, que se hará desde
arriba hacia bajo.
80
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

1.3.3.3. El material
- Los elementos de protección: hule, sábana pequeña, manta de baño.

- Los elementos de lavado: toallas, guantes, esponjas, palangana, agua, jabón, crema hidra-
tante, jarra, etc.

- Los elementos de recambio: ropa del enfermo,


ropa de cama.

- Los elementos de evacuación: orinal plano o


cuña, bolsa para la ropa sucia o cubo, etc.

1.3.3.4. El aseo completo y el baño


- Lavado de pies, diario. Lavado de cabellos, una
vez a la semana. Baño de limpieza, en principio
diario, bien en la bañera si se puede o, si no es
así, en la cama.

- Cualquiera que sea el aseo que se practique


y sobre todo si es completo deberá vigilarse,
como ya se ha dicho, la temperatura de la habi-
tación y las corrientes de aire.

- El aseo diario es aquel que se realiza todos los días, pero de una manera más simplificada,
es decir, todos los días no se lavan los cabellos, etc.

- Protección: la piel evita la entrada de microorganismos al medio interno, al compor-


tarse como una estructura semipermeable.
- Regulación térmica: ayuda a mantener la temperatura corporal dentro de un valor constante.
- Excreción: eliminación del sudor.
- Síntesis: en la piel se sintetizan carotenos, vitamina D y la melanina.
- Discriminación sensorial: en la piel se alojan receptores para el tacto, presión, calor,
frío y dolor.
- Secreción de sebo con propiedades antimicrobianas.

Principales funciones del sistema tegumentario

1.3.4. Higiene del enfermo


Tomando como referencia el Estatuto de Personal No Sanitario vemos que se le atribuyen a los
Celadores en relación con esta temática las siguientes funciones:

"Excepcionalmente, lavarán y asearán a los enfermos masculinos encamados o que no


puedan realizarlo por sí mismos, atendiendo a las índicaciones de los Supervisores de planta o
personas que los sustituyan legalmente en sus ausencias".
"Bañarán a los enfermos masculinos cuando no puedan hacerlo por sí mismos, siempre
de acuerdo con las instrucciones que reciban de los Supervisores de plantas o servicios o per-
sonas que los sustituyan''.
Para la realización de este cometido es necesario que el Celador conozca los tipos de aseo y la
forma de realizarlo. Los aseos de los enfermos pueden realizarse en ducha, bañera o en la cama.
81
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1.3.4.1. Baño en ducha


Se realiza a los pacientes que pueden levantarse
o aquellos que tienen alguna indicación específica.
Normalmente este paciente sólo necesita una ayuda
mínima, para ello se dispondrá del equipo necesario
(dos toallas, pijama o camisón, bata, zapatillas, jabón o
gel, peine, pasta de dientes y bolsa para la ropa sucia) y
se procederá de la siguiente forma:

- Se explicará al paciente lo que va a realizar.

- Se preparará el equipo necesario para hacerlo,


poniéndolo todo a su alcance.

- Se le acompañará, si fuera necesario, hasta el


cuarto de aseo para comenzar la ducha.

- Procederá a recoger todo lo utilizado y acom-


pañará al paciente a la cama, una vez hubiera
concluido.

1.3.4.2. Aseo en Baño


Se realizará con aquellos pacientes que pueden levantarse pero que, por determinadas circuns-
tancias, no pudieran ducharse. Se prepara el equipo necesario para poder realizarlo y se procederá
de la siguiente forma:

- Se llenará la bañera con agua caliente, comprobando su temperatura con un termómetro


de baño para que tenga la adecuada.

- Se explicará al paciente lo que se va a realizar.

- Colaborará con el paciente en el aseo, en mayor o menor medida, según la independencia del
mismo para poder realizarlo por sí solo, ayudándole a desnudarse, a entrar en la bañera, etc.

,,---

- Atenderá al paciente mientras se baña y le ayudará a secarse, vestirse e instalarse de nuevo


en su cama.

- Procederá a recoger el material que se ha utilizado en el baño.


82
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

1.3.4.3. Baño en la cama completo


Se realiza en aquellos pacientes que, conservando o no la movilidad, deben permanecer en la
cama. Es conveniente que lo lleven a cabo dos personas, para aumentar la seguridad del paciente
y disminuir el tiempo empleado.

Se debe realizar tantas veces como sea necesario pero, como mínimo, una vez al día, por la
mañana, coincidiendo al mismo tiempo con el cambio de sábanas de la cama.

Normas generales para el aseo

- Evitar que en la habitación haya corrientes de aire. La


temperatura ambiental adecuada es de 24 °C aproxi-
madamente.

- Temperatura del agua para el baño entre 37-40 °C.

- Preparar el material necesario y tenerlo a mano.

- Lavar cada zona del cuerpo una vez.

- Colocar al paciente en la posición más cómoda posible.

- Es importante incidir en el secado para evitar la aparición


de alteraciones cutáneas.
El secado exhaustivo evita
- Procurar preservar la intimidad del paciente, mantenién- la maceración de la piel
dolo desnudo el menor tiempo posible.

Material necesario para el aseo del paciente

- Material de protección: hule, entremetida, manta de


baño y biombo, si fuese preciso.

- Material para el lavado: toallas (2), esponja, palangana


con agua caliente (45 °C).

- Jabón desinfectante.

- Jarra con agua.

- Alcohol.

- Gasas y pinzas de Kocher y de Duval. Carro con material necesario


para el aseo y baño del paciente
- Cuña.

- Tijeras de punta roma para uñas.

- Pasta de dientes, cepillo y seda dental para la boca.

- Champú, peine, cepillo y secador para el pelo.

83
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Procedimiento

Para hacer el baño en cama, completo, se procede de la siguiente manera:

- El Celador debe lavarse las manos previamente.

- Informar al paciente del procedimiento a realizar.

- Paciente en decúbito supino, retirar la colcha y la manta de la cama. Tapar al enfermo con
una manta de baño, destapando sólo las partes que vayamos a lavar.

- El aseo se realiza por partes, haciendo enjabonado, enjuague y secado antes de pasar a la
zona siguiente.

- En todos los pasos a seguir se colocará la toalla de forma que proteja la almohada o la cama.

- El orden de lavado es el siguiente:

* Cara, cuello y orejas. Se moja una torunda en el agua, cogiéndola con las pinzas para
limpiar los párpados (una para cada ojo); seguidamente el pabellón auricular y poste-
riormente el contorno de la boca y aletas de la nariz. Finalmente cara y cuello, secándo-
los con otra toalla.

* Brazos y manos. Se coloca una toalla debajo y se lava de arriba hacia abajo. Meter las
manos del paciente en un recipiente con agua caliente, para facilitar la limpieza y el
cortado de las uñas. Se lavan las axilas.

* Tórax. En las mujeres lavar y secar bien el pliegue submamario. Para limpiar la zona pec-
toral hay que tenerla descubierta el menor tiempo posible o bien hacerlo por debajo de
la toalla que la cubre.

* Abdomen. Proceder igual que en todas las partes descritas.

* Extremidades inferiores. Se le co loca el pie en un recipiente con agua como ocu-


rría con la mano. Primero se lava un miembro siempre de arriba hacia abajo y des-
pués se hace lo mismo con el otro. Se prestará especial atención a la limpieza entre
dedos.

Hay que secar muy bien los pliegues interdigitales (entre los dedos) para evitar compli-
caciones como la maceración, esto nos llevaría a edemas y rotura de la piel provocando
la aparición de úlceras.

La humedad también facilitaría la aparición de hongos precursores de enfermedades


micóticas.

* Espalda y nalgas. Colocar al paciente en decúbito lateral con una toalla extendida a lo
largo de la espa lda. El lavado se hace también de arriba hacia abajo.

Genitales externos (región perineal). Se le coloca una cuña debajo del periné con las
piernas separadas y flexionadas.

La higiene de los genitales se hace siempre en la dirección de genitales a región anal y


nunca a la inversa. Se trata d e evitar el arrastre de gérmenes del ano hacia los genitales,
sobre todo en las mujeres.

Se hace con agua y un antiséptico no irritante, en lugar de jabón.


84
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Después del baño se le cambia el pijama o camisón y a continuación se cambia la cama.

1.3.4.4. Vestido y desvestido del enfermo


En el hospital se suele utilizar como ropa de los pacientes el camisón y el pijama de dos cuerpos.
Tanto los tejidos empleados como su propio diseño hacen que sea cómoda y de fácil manejo.

El procedimiento de vestido y desvestido del paciente incluye:

- Colocarse guantes para realizar el procedimiento (informar al paciente).

- Desnudarlo procurando que el paciente esté tapado con una toalla o con la sábana.

- El camisón se retira por la cabeza. Se enrolla previamente, sacándole, si se puede, los dos
brazos a la vez. Si no se puede, sacar primero un brazo y después el otro.

- La ropa se introduce en una bolsa para posteriormente mandarla a la lavandería.

- Para vestirle el camisón limpio se hace igual que para quitarlo pero a la inversa.

- Pijama: la chaqueta se desabrocha y se saca primero un brazo y después el otro. El pantalón


se va bajando y se retira.

- En los pacientes con venoclisis o traumatismo en un miembro, debe ser el miembro afecta-
do el último en desvestir y el primero en ser vestido.

Cambio de camisón del enfermo encamado con suero

- Proceder a la abertura del camisón.

- Sacar la manga del camisón del brazo libre del sistema de suero.

- Quitar el bote del palo de suero y después sacar la manga del brazo que tiene el sistema,
con siderando el sistema de suero y el recipiente del mismo como partes del brazo. Es decir,
pasar la manga por el brazo, sobre el sistema y hacia el bote de suero.

- Tener la precaución de no bajar el bote de suero por debajo de la zona del brazo del paciente en la
que está insertado el catéter, ya que si ocurre lo contrario refluirá sangre por el sistema de suero.

- Colocar de nuevo el bote sobre el palo de suero.

- Poner el camisón sucio sobre la silla o en la bolsa de la ropa sucia.

- Para poner el cam isón limpio, comenzar por el brazo que tiene el sistema de suero. Para ello,
desenganchar el frasco y hacer pasar el camisón por el bote de suero y por el sistema.

- Enganchar de nuevo el frasco y deslizar la manga del cam isón por el brazo. Luego, deslizar
la otra manga por el brazo libre.
85
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2. El Celador en el Bloque Quirúrgico


2.1. Normas de actuación en los quirófanos
2.1.1. Introducción
El quirófano es una de las áreas, dentro de la Institución Sanitaria, en la que los Celadores des-
empeñan funciones propias. La zona quirúrgica es bastante compleja en cuanto al material y equi-
po que se utilizan, por lo que se requiere que los Celadores guarden una serie de normas en el
desarrollo de su actividad. El trabajo que va a realizar en este servicio difiere del que lleva a cabo
en el resto del hospital.
Los grandes progresos en medicina y cirugía han permitido un desarrollo importante en esta
área, aumentando el número de intervenciones, la cantidad de aparatos y materiales quirúrgicos,
así como la formación del personal que desarrolla su labor en el área quirúrgica. Por todo ello, ha-
blaremos en esta unidad de las características generales de los quirófanos, del papel del Celador
en este servicio y de las peculiaridades en cuanto a vestimenta y distribución de espacios y zonas.

2.1.2. Concepto de quirófano


El quirófano es el área de la Institución Sanitaria donde se realizan las operaciones quirúrgicas.
La cirugía se puede definir como la parte de la medicina que tiene como fin curar, paliar o diagnos-
ticar enfermedades así como reparar o mejorar sus posibles secuelas por medio de intervenciones
manuales. Existen muchos tipos de intervenciones quirúrgicas, con mayor o menor complejidad
y riesgo, pero todas requieren unas condiciones específicas de higiene y esterilización para poder
realizarlas con seguridad.

Una intervención quirúrgica puede ser clasificada atendiendo a diversos parámetros:

En función del objetivo que se persigue con su realización, la intervención se clasifica en:

1. Diagnóstica: para determinar la causa de los síntomas (ej.: extracción de un fragmento de


tejido para biopsia).

2. Curativa: resección d e la parte enferma (ej.: extirpación de una masa tumoral).


86
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

3. Reparadora o reconstructiva: fortalecer zonas debilitadas, volver a unir zonas que se en-
cuentran separadas, corregir deformidades, etc.

4. Estética: mejorar el aspecto.

S. Paliativa: aliviar los síntomas (ej. dolor) sin curar la enfermedad.

6. Exploratoria o exploradora: sería, por ejemplo, realizar una laparotomía explo ratoria
para observar los órganos de la cavidad abdominal después de un traumatismo abdomi-
nal severo.

La cirugía también se puede clasificar en menor o mayor, según su complejidad y el riesgo que
conlleve, por lo que pasaría a denominarse cirugía de alto riesgo o cirugía de bajo riesgo.

Según el grado de contaminación de los tejidos, se clasifica en:

- Limpia: cuando no se penetra en vía respiratoria, tubo digestivo, tracto genitourinario o


cavidad orofaríngea, ni se accede a tejidos infectados. Son aquellas heridas que cicatrizan
por la denominada primera intención. El riesgo de contaminación es exógeno.

- Limpia-contaminada: cuando se penetra en cavidades comunicadas con el exterior.

- Contaminada: son las heridas abiertas recientes (menos de 4 horas), operaciones con alte-
raciones de la técnica estéril.

- Sucia o infectada: cuando se trata de heridas traumáticas no recientes (más de 8 horas)


con tejido desvitalizado.

Al período de tiempo que transcurre desde que un paciente va a ser intervenido, se prepara
la intervención, se realiza la misma y hasta que es dado de alta en el hospital, se le conoce con el
nombre de perioperatorio. Dentro de él podemos distinguir tres fases claramente identificadas.
Dichas fases son:

- Preoperatoria: es la fase que antecede a la intervención. Comienza con la preparación del


paciente y finaliza cuando éste es colocado en la mesa de operaciones. Algunos autores si-
túan el inicio de esta fase en el momento de decidir que se va a intervenir quirúrgicamente
al paciente.

- Transoperatoria: es la que transcurre desde que el paciente es colocado en la mesa de


operaciones hasta que abandona el quirófano. También se denomina acto quirúrgico y se
puede desarrollar a su vez en 5 fases (sección y separación de tejidos, unión de los tejidos
para conseguir su cicatrización, hemostasia, exploración operatoria y cirugía endoscópica).

- Postoperatoria: es la fase que precede a la intervención. Comienza con el traslado del pa-
ciente a la sala de rean imación/recuperación, más comúnmente conocida como sala de
despertar, y finaliza cuando el paciente es dado de alta.

2.1 .3. Estructura yorganización del bloque quirúrgico


El denominado bloque quirúrgico está funcional y físicamente diferenciado del resto del hos-
pital. Se compone de un conjunto de instalaciones acondicionadas y equipadas para poder realizar
en ellas las intervenciones quirúrgicas con las mayores garantías, y de un personal (sanitario y no
sanitario) asignado al servicio, que debe poseer una formación específica (aunque no siempre aca-
démicamente reconocida), para realizar con eficiencia su trabajo.
87
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2.1 .3.1. Instalaciones


El bloque quirúrgico suele situarse en una zona del hospital tranquila y con poco tránsito, aun-
que bien comunicada con el resto de las unidades.

Atendiendo a las normas de asepsia y antisepsia, se divide en varias áreas con diferente tipo de
restricciones en lo referente a la circulación de personal, enfermos y material:

- Area de intercambio. Aquí encontramos el área de recepción de pacientes, los despachos,


los vestuarios y la sala de estar del personal:

* Los almacenes, en el bloque quirúrgico existen diversos almacenes para guardar el ma-
terial quirúrgico, aparatos, sueros, camillas, farmacia en general, etc.

* La zona de descanso del personal está compuesta por salas acondicionadas para el des-
canso del personal entre cada intervención.

* Los vestuarios son zonas de intercambio, poseen dos puertas, una por la que se accede
con ropa de calle y otra de salida al pasillo de quirófano, una vez uniformado o vestido
con el traje de quirófano. Existen vestuarios para los profesionales que forman el quiró-
fano y otros para los pacientes que llegan en régimen ambulatorio.

* La zona de recepción de pacientes es la sala donde se instala y permanecen los enfermos


que vienen en cama o ca milla hasta que se les pasa a la camilla quirúrgica para ser ope-
rados, también denominada transfer o zona de transferencia de camas. La cama vacía
se deposita en la esclusa.

- Área limpia. Para esta área es necesario el uso de gorro y "papis''. A este espacio pertenece
el pasillo limpio y el almacén de material estéril.

- Área estéril o aséptica. En esta área será necesario el uso de gorro, papis o calzas y mas-
carilla, incluso cuando no se esté realizando ninguna intervención. Está formada por los
quirófanos, la zona del lavado quirúrgico y las áreas de preparación del instrumental estéril:

•· La sala de lavado de manos quirúrgico es la sala anexa al q uirófano, donde el personal


estéril (el cirujano, sus ayudantes y la enfermera instrumentista), realizará el lavado qui-
rúrgico de manos, para así, proceder al acto quirúrgico.
88
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

* La intermedia es el almacén o dependencia anexa al quirófano, que se comunica con


este a través de una ventana. En este almacén se guardan las cajas de instrumentación,
así como el material fungible y sueros de uso frecuente en las intervenciones quirúrgi-
cas. En cada quirófano suele haber una intermedia, que estará asistida por una auxiliar
de enfermería, la cual trasladará el instrumental quirúrgico y suministrará el material
necesario para la intervención.

- Área sucia. También llamada zona séptica, es un área adyacente al quirófano o pasillo de
circulación, por la que se va eliminando todo el material sucio procedente de la interven-
ción. No necesita ninguna indumentaria especial.

- El antequirófano es la sala o dependencia, anexa al quirófano, que sirve para proporcionar


atención y asistencia al paciente, así como lleva r a cabo los cuidados que requiera este an-
tes de ser operado (también es el lugar donde se queda la cama del paciente al pasarlo a la
mesa de operaciones). También es el lugar donde el Celador debe permanecer durante la
intervención estando atento a aquello para lo que se le pudiera requerir.

- La sala de reanimación, es aquella donde se recibe a los pacientes una vez practicada la
intervención quirúrgica, dándoles los cuidados y asistencia necesaria hasta que estos se
recuperen de la anestesia y estén en cond iciones para su traslado a la planta de hospitaliza-
ción que corresponda.

Para el control de acceso al quirófano y en función de la vestimenta necesaria podemos dividir


el área quirúrgica en varias zonas:

- Zona sin limitaciones de acceso: es la que hay a la entrada del bloque quirúrgico y va des-
de la puerta que delimita el principio de esta zona hasta los vestuarios y zona de recepción
de pacientes. A esta zona se puede acceder con ropa de calle o con un uniforme normal.

- Zonas semilimitadas: en ellas se requiere el uso de uniforme aséptico de dos piezas. Además
del uniforme también se requiere el uso de zuecos quirúrgicos o, en su defecto, se cubrirán
los zuecos con calzas o papis para evitar la contaminación del área. Además es preceptivo el
uso de gorro para cubrir el pelo. Son zonas semi limitadas los pasillos de limpio y sucio, ade-
más de los almacenes de aparatos y demás locales situados a partir de los vestuarios.
89
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Zonas limitadas: en estas zonas, además de uniforme quirúrgico, calzas o zuecos quirúrgi-
cos y gorro, es obligatorio el uso de mascarilla. Están formadas por las salas de intervencio-
nes, así como los antequirófanos y los cuartos de lavado de manos prequirúrgico.

Otros autores consultados nombran estas 3 zonas como: negra (se corresponde con la zona
sucia), gris (zona limpia) y blanca (zona estéril).
Los Celadores destinados al área de quirófanos tienen acceso permitido a todas sus áreas, por
lo que deben conocer cuáles son las prendas que deben llevar en cada momento.

El quirófano debe estar construido con unas determinadas características para prevenir posi-
bles contaminaciones:
- Las paredes, techo y suelo deben estar construidas con un material no poroso de fácil
limpieza.
- No debe haber ventanas y existirá una instalación de aire acondicionado independiente de
la del resto del hospital y con capacidad para renovar el aire entre 15 y 20 veces por hora. El
sistema poseerá filtros de partículas de alta seguridad.

- Puertas que disminuyan la turbulencia del aire, al abrirse y cerrarse.

- La temperatura debe mantenerse entre 17 y 23 °C (la excepción está en los quirófanos de


pediatría que pueden necesitar temperaturas superiores a 25 °C) para disminuir el creci-
miento bacteriano evitando así la aparición de infección. Una temperatura alta aumentaría
el riesgo de explosión de los gases empleados.

La humedad del ambiente debe mantenerse entre 50 y 60%, así se genera un medio relati-
vamente conductor, permitiendo que la electricidad estática se descargue a tierra a medida
que se genera.
- La combinación de humedad elevada y temperatura baja es deseable también para evitar
la deshidratación del tejido expuesto del paciente.

- Las unidades de iluminación del techo se instalarán en un solo pivote en vez de sobre raíles
(los raíles de las luces del techo son difíciles de limpiar y los mangos pueden contaminarse).

- La instalación debe estar insonorizada.

2.1.3.2. Equipo quirúrgico


El equipo que atiende al paciente durante el periodo operatorio puede dividirse en dos catego-
rías básicas: miembros lavados estériles y miembros no estériles.
Los miembros del equipo lavados estériles son los siguientes:

1. Cirujano: especialista médico que realiza la intervención.


2. Ayudantes del cirujano: pueden variar en número.
3. Enfermera instrumentista. Aunque tal categoría no está reconocida académicamente en la
actualidad, es indudable que esta función debe cumplirla alguna enfermera con conoci-
mientos y experiencia suficientes.
Los miembros no estériles del equipo pueden incluir los siguientes:
1. Anestesista. Médico especialista en anestesiología y encargado de todo el proceso
anestésico.
90
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

2. Enfermero/a circulante. Asiste al paciente a su llegada a quirófano, lo cuida (constantes vita-


les, perfusiones endovenosas ... ) durante la intervención y sirve de intermediario entre los
miembros estériles y no estériles, aporta el material que se pudiese necesitar...

3. Auxiliar de enfermería. Durante la intervención permanece en la zona intermedia y entrega-


rá a la enfermera circulante lo que esta le solicite.

4. Otros (enfermera de apoyo al anestesista, Celador, limpiadora ...).

2.1.4. Conocimiento de los recursos técnicos, instrumental y material en general


Los elementos más habituales que nos podemos encontrar en la sala de operaciones son:

Mesa quirúrgica o mesa de operaciones:


donde se coloca al enfermo para ser opera-
do. Es una camilla especial provista de dis-
...
positivos para modificar la altura (autoele-
vables) y las articulaciones (articulada), que
además consta de diversos accesorios para
colocar al paciente en la posición adecua-
da (correas para brazos o muñecas, tabla
braquial o soporte para brazos, soportes
para hombros, estribos o perneras, bolsas
de arena, etc.). El colchón suele estar cu-
bierto de caucho conductor. Es imprescin-
dible, que disponga de una buena toma de
tierra. La mesa quirúrgica puede ser fija o
disponer de ruedas. Según la especialidad
del quirófano (traumatología, oftalmolo-
gía, ginecología, etc.), existirán modelos de
mesas y accesorios adecuados para cada
especialidad quirúrgica.
Arco de anestesia, es un accesorio metálico, que se fija a la mesa quirúrgica encima del pa-
ciente y permite separar la zona de anestesia de la zona de intervención o campo quirúrgico.
- Lámpara quirúrgica o cialítica, normalmente son dos y se encuentran suspendidas del te-
cho por encima de la mesa quirúrgica. Pueden ajustarse con libertad en cualquier posición
o ángulo sobre la mesa quirúrgica. Deben estar diseñadas para proporcionar una luz focal y
no producir sombras. Deben ser de fácil limpieza.

91
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Lámparas supletorias: además de la iluminación general del quirófano y de las lámparas


quirúrgicas, también se dispone de lámparas auxiliares provistas de ruedas para su despla-
zamiento, que pueden trasladarse por los distintos quirófanos.

- Aparato de anestesia, también llamado carro o equipo de anestesia. Es un armario con


ruedas que permiten su desplazamiento; va equipado con diversos aparatos y material de
anestesia como monitores cardíacos, pulxiosímetro, esfigmomanómetro, electrodos para la
monitorización cardiaca, recipientes de gases anestésicos, etc. Dispone de diversos compar-
timentos y cajones que contienen material variado para la anestesia como laringoscopio,
tubos endotraqueales y sondas de diversos tamaños, cánulas de Guedel, fiadores o guías,
mascarillas oronasales de diversos tamaños, sondas nasogástricas y de aspiración, etc.

- Sistema de aspiración, recipiente que se conecta a las tomas de vacío y sirve para aspirar
sangre y secreciones del paciente durante la intervención.

- Mesa de instrumentación, es una mesa metálica provista de ruedas, en la cual, la enfer-


mera instrumentista coloca el instrumental quirúrgico necesario para la intervención. Suele
tener forma semicircular y se recubre con paños estériles durante la intervención.

- Mesa auxiliar, llamada también mesa mayo o cigüeña, es una mesa metálica provista de
ruedas, donde se coloca el material de uso continuo para la intervención (bisturí, separado-
res, pinzas, tijeras, batas, guantes, etc.).

- Escabel: especie de taburete o banqueta sin respaldo utilizado en quirófano.

- Armarios con material indispensable, sirven para el almacenamiento de suturas, apósitos,


sistemas de drenaje, bolsas colectoras, etc.

- Negatoscopio: es una pantalla provista de un sistema de iluminación que permite visuali-


zar radiografías, tomografías, resonancias magnéticas del paciente.

- Bisturí eléctrico: utiliza corriente eléctrica modificada, para cortar tejido y para coagular
pequeños vasos sanguíneos. Posee un terminal negativo o p laca, que se fija al paciente y
permite recoger la corriente eléctrica que circula por su cuerpo durante la intervención.

- Carro de parada: también llamado carro de Soporte Vital o de emergencia. Es un mueble


con ruedas, donde podemos encontrar todo el material y la medicación necesaria para re-
92
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

solver una situación de extrema urgencia, como, por ejemplo, una parada cardiorrespirato-
ria. Dispone entre otros con los siguientes elementos:

* Tabla de parada cardiorrespiratoria, es una superficie dura que se coloca bajo el pacien-
te y permite practicar adecuadamente la técnica de SVB (Soporte Vital Básico).

* Desfibrilador con palas, cardiocompresor, marca pasos externo ...

* Resucitador, respirador manual o balón de oxígeno (ambú), con mascarilla oronasal.

* Diversos cajones con material para intubación endotraqueal, electrodos, sondas y me-
dicación diversa.

- Aparatos de RX portátiles: permiten el estudio radiológico del paciente en el transcurso


de una intervención. Suele estar formado por dos elementos que son: un tubo emisor de RX
y monitores de visualización de la imagen. El Celador es el encargado de su traslado dentro
del área quirúrgica y el técnico en radiodiagnóstico es el que se encarga de su manejo y
aplicación de técnicas radiológicas.

- Instrumental. Tijeras de Mayo, bisturíes, pinzas de Kocher, pinzas de Pean, pinzas de Kelly,
pinzas mosquito, agujas de sutura, hilo de sutura, portaagujas, separadores, valvas, etc.

2.1.5. Riesgos relacionados con quirófano


2.1.5.1. Riesgo de infección relacionado con la intervención

Reglas básicas de la asepsia quirúrgica

Durante la cirugía deben seguirse determinadas reglas para crear y mantener un campo estéril
con un margen de seguridad bien definido. La práctica estricta de las siguientes reglas elimina o
minimiza la posible contaminación:

1. Dentro del campo estéril debe usarse sólo material estéril. Si hay alguna duda sobre la este-
rilidad de un objeto se considera como no estéril.

2. Las batas del personal lavado se consideran estériles por delante, del hombro a la cintura, y
las mangas hasta cinco centímetros por encima del codo.

3. Las mesas cubiertas con paños se consideran estériles sólo en la superficie. Cualquier obje-
to que pase del extremo de la mesa se considera contaminado y no puede ser colocado otra
vez sobre ésta.

4. Las superficies estériles deben contactar sólo con otras superficies estériles. Las personas
lavadas deben mantenerse cerca del campo estéril y, si cambian de posición, deben girar
cara a cara o espalda contra espalda.

5. Los extremos de un paquete o contenedor estéril se consideran no estériles (los límites de


lo estéril no están siempre bien definidos).

6. El campo estéril debe crearse lo más cerca posible del momento en que va a ser utilizado. El
grado de contaminación es proporcional al tiempo que permanecen sin tapar las cosas. Las
zonas estériles deben estar siempre a la vista, y una vez que se abren los paquetes de cosas
que se van a utilizar, alguien debe permanecer en la habitación para asegurar la esterilidad.

93
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2.1.5.2. Riesgo de lesión relacionado con el uso de material eléctrico


La cirugía y la anestesia dependen en gran medida de los equipos eléctricos como monitores,
lámparas de cabeza, microscopios, equipo endoscópico, mesas de quirófano eléctricas y bisturíes
eléctricos, aparatos que suponen una amenaza para la seguridad del paciente.

Los peligros eléctricos más frecuentes son el fuego, la descarga eléctrica y las quemaduras.

Las chispas provocadas por las averías de los equipos, la electricidad estática o el uso de láseres
y bisturíes eléctricos son posibles focos de ignición. Ya no se emplean gases anestésicos explosivos,
pero el uso de oxígeno a altas concentraciones para la anestesia incrementa el riesgo de fuego.

Existe la posibilidad de que se produzcan quemaduras eléctricas y térmicas, que pueden de-
berse al contacto con conductores eléctricos o al paso de la corriente a través del organismo no
bien aislado.

La protección frente a los peligros eléctricos obliga a un uso y mantenimiento adecuados de


todos los equipos quirúrgicos, y al aislamiento y toma de tierra del paciente cuando se utiliza el
bisturí eléctrico.

2.1.5.3. Riesgo de lesión relacionado con el uso del láser


Cada vez es mayor la frecuencia con que se utilizan distintos tipos de láser en la asistencia a
los pacientes, sobre todo en las técnicas quirúrgicas. El láser sirve para cortar, vaporizar, coagular y
soldar tejidos.

El haz del láser libera energía directamente a los tejidos, lo que se traduce en temperaturas
extraordinariamente elevadas. Sus peligros, tanto para el paciente como para el personal sanitario,
consisten en lesiones directas de la piel y los ojos por el haz del láser, la inhalación de humos y
partículas de material y el fuego. Todo el personal de quirófano y los pacientes conscientes deben
utilizar protección ocular frente al láser.

2.1.5.4. Riesgo de lesión relacionado con la posición del paciente


Durante la intervención, en especial mientras se mantienen los efectos de la anestesia, el pa-
ciente no puede protegerse a sí mismo frente a ningún posible peligro, por lo que el personal de
quirófano debe ayudarle para prevenir las lesiones.

Para proteger la seguridad del paciente debemos:

- Traspasar al paciente de la camilla a la mesa de operaciones, asegurándonos que lo realiza-


mos correctamente.

- Comprobar la colocación adecuada del paciente en la mesa de operaciones, evitando pos-


turas forzadas y asegurándonos una buena sujeción.

- Comprobar periódicamente la posición y los dispositivos de apoyo (correas, apoyacabeza ...)


durante la intervención.

94
EL CELADOR EN SU PUESTO DETRABAJO 1 11111

2.1.5.5. Riesgo de alteración de la temperatura corporal relacionado con las


condiciones quirúrgicas
Debido a la exposición a la baja temperatura del quirófano, la administración de líquidos intra-
venosos y la reducción del metabolismo impuesta por la anestesia, muchos pacientes sufren una
importante pérdida de calor corporal, con la consiguiente disminución de la temperatura central
del organismo.

Para limitar la pérdida de calor en el quirófano es posible utilizar distintas medidas:

- Colocar mantas calientes o térmicas al paciente cuando entra en el quirófano.

- Aumentar la temperatura ambiente mientras el paciente se halla expuesto y se prepara la piel.

- Utilizar líquidos templados para las irrigaciones y adm inistración intravenosa.

2.1.6. Actuación de los Celadores en el quirófano


Además de las funciones propias de un Celador (transportar del almacén los aparatos y uten-
si lios necesarios en los quirófanos para el normal desarrollo de las intervenciones), sus principales
tareas en esta área son:

- Trasladar a los pacientes desde sus respectivas habitaciones a las zonas de quirófano para
la realización de las intervenciones programadas, para lo que, a la vista del parte diario de
quirófanos y en coord inación con quienes realizan las intervenciones, va llevando a los en-
fermos en el o rden y con la premura que le sean solicitados. Antes de cada traslado compro-
barán que la identidad del paciente se corresponde con la Historia Clínica que le acompaña.

\
\

- Colocarán a los pacientes en la mesa de operaciones según la posición anatómica que dic-
tamine el cirujano.

- Posteriormente, después de la intervención, los trasladará a la sala de reanimación o donde


proceda (UCI, UVI, etc.). Este traslado se realizará extremando las m edidas de seguridad,
cuando el paciente ha sido sometido a anestesia general se colocará la cabeza de forma
latera l para evitar que, si tuviera vómitos, penetrasen en el aparato respiratorio del paciente
provocando broncoaspiración. Además acompañan al paciente en el traslado el Celador, e l
anestesist a y la enfermera de anestesia.
95
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Si el paciente fallece lo trasladaran al mortuorio. En los casos de amputaciones de miem-


bros también los trasladará el Celador al mortuorio previa orden del cirujano encargado de
la operación.
- Al final de la intervención ayudarán al personal de enfermería en la retirada del paciente de
la mesa de operaciones.
En el caso de intervenciones urgentes y en ausencia del peluquero, en las que el paciente no se
encuentre debidamente aseado y rasurado, ayudará al personal auxiliar a su adecentamiento, rasu-
rando a los enfermos masculinos (Orden de 5 de julio de 1971) en aquellas partes que lo necesitase.

Debe permanecer en la zona de los antequirófanos


atento a aquello para lo que se le pudiera requerir y, en
caso de tener que acceder al interior del quirófano, de-
berá cuidar al máximo la asepsia, utilizando bata, gorro,
mascarilla y calzas. Ejemplos de las tareas que se le pue-
den pedir en una intervención son:
- Transporte de muestras al servicio de Anatomía
Patológica (biopsias intraoperatorias).
- Transporte de concentrados de hematíes, pla-
quetas, etc. desde el banco de sangre. Concentrado de hematíes
- Transporte de aparatos diagnósticos (Rx, ecógrafo, etc.).

Un punto importante a tener en cuenta es que en ningún momento hará comentarios sobre las
intervenciones realizadas a los pacientes o a los familiares ya que les está expresamente prohibido,
remitiendo para ello al facultativo correspondiente.
Para sintetizar, podemos llegar a las conclusiones siguientes:
- Es necesario a la hora de trabajar en un quirófano conocer la delimitación de las zonas del
área quirúrgica.
- La propia higiene del personal es sumamente importante para evitar la contaminación. Es
necesario conocer la vestimenta que se requiere en cada zona de quirófano y la manera
correcta de colocársela y utiliza rla.
- Los Celadores de quirófano auxiliarán en todas aquellas labores que les sean propias al ser
destinados en estos servicios, así como las que les sean ordenadas por los médicos, super-
visores o enfermeras (Orden de 5 de julio de 1971).

Técnica de rasurado
a) Material. Para efectuar el rasurado se necesita el siguiente material:
- Guantes desechables.
- Batea.
- Esponja, compresa o gasa.
- Jabón.
- Maquinilla de afeitar desechable.
- Palangana con agua caliente.
- Toallas, empapadores.
- Esparadrapo ancho.
- Tijeras o rasuradora eléctrica, en caso necesario.

96 .../...
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

.../...

b) Procedimiento.
- Preparar el material.
- Lavado de manos y empleo de guantes.
- Explicar al paciente el procedimiento a realizar.
- Colocar al paciente en función de la zona a rasurar. Respetar la intimidad del
paciente y aislarlo del entorno, si fuera necesario.
- La zona a rasurar debe estar limpia; en caso contrario se debe lavar con agua y jabón.
- En intervenciones de neurocirugía, cuando el cabello sea largo, recortar previa-
mente con tijeras.
- El rasurado debe efectuarse en el sentido de crecimiento del vello. Es decir,
nunca se debe rasurar a contrapelo, para evitar cortes o lesiones cutáneas que
favorecerían la infección.
- Para evitar que queden restos de pelo en la cama del paciente, es conveniente
colocar empapadores, sabanillas o toallas.
- Enjabonar y enjuagar la zona de rasurado y a continuación afeitar con cuidado
con la maquinilla, evitando dar tirones y producir cortes o lesiones en la piel.
- Secar la zona con una toalla limpia.
- Es conveniente pasar un trozo de esparadrapo ancho por la zona rasurada para
que no queden pelos sueltos.
- Aplicar algún antiséptico, si es necesario.
- Recoger el material empleado.

2.1.7. Colocación del paciente en la mesa quirúrgica


La posición quirúrgica debe proporcionar
una exposición y acceso óptimo a la zona a in-
tervenir, sin poner en peligro la función de los
órganos ni la seguridad del paciente. Además,
debe permitir el acceso para que el anestesis-
ta induzca la anestesia y pueda controlar la vía
aérea y la administración de fármacos y líquidos
intravenosos. La anestesia suele iniciarse en de-
cúbito supino, colocando después al paciente, si
fuera necesario, en la posición requerida para la
intervención.

Todas las posiciones quirúrgicas, aunque algunas más que otras, pueden ser potencialmente
peligrosas a causa de sus efectos sobre la respiración, la circulaciÓJ\ los nervios periféricos y la piel.
Una colocación segura debe tener en cuenta las alteraciones fisiológicas producidas por la anes-
tesia y por la ubicación. Los cambios de postura de los pacientes anestesiados deben hacerse de
forma lenta, para permitir que el aparato circulatorio se adapte a los cambios de la distribución de
la sangre. Bajo los efectos de la anestesia, pueden superarse las limitaciones del paciente, como las
limitaciones de la movilidad articular, causando lesiones o dolores postoperatorios. Las limitacio-
nes o restricciones de los enfermos deben valorarse antes de inducir la anestesia.
97
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Las posiciones más usadas en las diversas intervenciones quirúrgicas son:


- Decúbito supino: plano sobre la espalda con los brazos a un lado, las palmas hacia abajo
y las piernas rectas con los pies ligeramente separados. Es la posición utilizada con más
frecuencia, usándose para intervenciones de hernias, laparatomía exploradora, colecistec-
tomía, resección intestinal y gástrica, y mastoidectomía.
- Decúbito prono: el paciente yace sobre el abdomen con la cara girada a un lado, los brazos
a los lados con las palmas pronadas, los codos ligeramente flexionado y los pies elevados
sobre la almohada para prevenir la flexión plantar. El paciente se anestesia en decúbito su-
pino, luego se pasa a prono. Se utiliza para cirugía de la espalda, espina dorsal y área rectal.
- Trendelenburg: la cabeza y el cuerpo se bajan hasta colocarse a un nivel por debajo de las
piernas y pies. Se sujeta al paciente con apoyos en los hombros y las rodillas se doblan por
medio de una mesa vasculante. La expansión respiratoria está disminuida por el desplaza-
miento hacia arriba de las vísceras; se utiliza para cirugía del abdomen inferior y pelvis.
- Trendelenburg invertido, antritrendelenburg o posición de Morestin: se eleva la cabe-
za y se bajan los pies. Se utiliza para cirugía biliar.
- Litotomía o ginecológica: el paciente yace sobre la espalda con las nalgas en el extremo
de la mesa; los muslos y las piernas se colocan simultáneamente sobre estribos para preve-
nir la lesión muscular; la cabeza y los hombros se sujetan para prevenir lesiones. Se utiliza
para cirugía perineal rectal y vaginal.
- Decúbito lateral: el paciente yace sobre el costado; la mesa puede estar doblada por la
mitad. Se utiliza para cirugía renal.
- Posición de Roser o Proetz: paciente tumbado sobre su espalda con el cuello en hiperex-
tensión. Se emplea en exploraciones, intervenciones quirúrgicas de las vías respiratorias,
intubación endotraqueal, etc.
- Posición raquídea o de punción lumbar, paciente en posición en decúbito lateral con la
espalda flexionada, piernas y caderas flexionadas, intentando acercar al máximo la cabeza y
las rodillas. Se emplea para la realización de técnicas anestésicas de la columna (raquianes-
tesia, epidural, etc.), también se emplea para realizar punciones lumbares y para la extrac-
ción de líquido cefalorraquídeo.
- Posición de kraske o Jaknnite, es una modificación del decúbito prono en la cual el pa-
ciente se coloca en decúbito prono con las caderas elevadas respecto al resto del cuerpo,
la cabeza está ladeada y los brazos se colocan flexionados sobre un soporte y las palmas de
las manos hacia abajo. Se utiliza en cirugía de hemorroides y procedimientos del área rectal
y coccígea. También es conocida como posición de navaja.
La almohada
Faja de sujeción protege cadera
e ingle

La almohada

proteg e pies.
rodillas, piernas
98
EL CELADOR EN SUPUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Posición de laminectomía, el paciente se coloca boca abajo sobre la mesa con el tronco
sobre un soporte especial que eleve el tronco sobre la mesa (trineo). Se emplea sobre todo
en intervenciones de la columna torácica o lumbar (laminectomías).

Soporte El acolchado protege


La almohada Faja de
acolchado el plexo branquial
sujeción

de seguridad

- Posición de craneotomía, el paciente es colocado en decúbito prono con la cabeza sobre-


saliendo del borde de la mesa y la frente apoyada en un soporte en el que la cabeza queda
suspendida y alineada con el resto del cuerpo.

Faja de sujeción La toalla eleva el


pecho y protege la axila

protege las piernas

NOTA: existe una clasificación clásica que refiere que las posiciones quirúrgicas básicas son
litotomía o ginecológica, Trendelenburg, genupectoral y Morest in.

2.1 .8. Vestimenta de quirófano


En el área de quirófa no se utiliza una vestiment a diferente a la que lleva el resto del personal
d el hospital. La ropa debe ser de algodón, con tejido o malla fuerte para d ificu ltar el paso de los
gérmenes, aunque, actualmente, cada vez se tiende más a utilizar materiales desechables de papel
impermeable y que son un filtro efectivo que impide el paso de las bacterias.

Los colores de la ropa de quirófano y, especialmente, las batas, deben ser sólidos, relajantes y
que absorban la luz, de manera que no reflejen la luz emitida por las lámparas, y enmascaren el co-
lor rojo de la sangre. Los colores más usados son el verde quirófano, azul verdoso y verde aceituna.
99
11111 CELADORES DELSERVICIO ANDALUZDE SALUD

Este tipo de ropa se utiliza para evitar que el personal entre con la ropa de la calle o desde otras
dependencias del hospital a la zona quirúrgica. El uniforme incluye: guantes, mascarillas (evit a el
paso de gérmenes del aparato respiratorio al paciente), batas, calzas y gorro (el pelo contiene gér-
menes que pueden afectar al paciente).

La desinfección de las manos, aun en el caso de realizar el lavado correcto, no garantiza la elimi-
nación completa de los microorganismos, por lo que es necesario utilizar guantes estériles (equipo
estéril). El equipo no estéril basta con que utilice guantes no estériles.

Los gorros están hechos de papel o tela, de muy distintos modelos, que se ut ilizan en el quiró-
fano para cubrir el cabello. Hay que colocárselo de manera que lo cubra totalmente, incluyendo las
patillas y el vello facial.
Las calzas o papis son una especie de fundas, que se usan en quirófano y áreas estériles (aisla-
mientos) para cubrir el calzado y evitar la propagación de la contaminación en esas zonas. Deben
colocarse sin tocar el calzado y es lo primero que hay que ponerse para acceder a un área est éril.
También se utilizan las ca lzas para aislar los pies del paciente, sobre todo en cirugía rectal, vaginal,
de extremidades inferiores, etc.
La bata rusa es usada en el quirófano por cirujanos e instrumentistas. Es una bata amplia, de
manga larga y p uños elásticos que, en su parte posterior, lleva una especie de pinza triangular que
al ata rla cubre completamente la espalda.
Las mascarillas son piezas de un solo uso, desechables, que, al colocarlas sobre la boca y la
nariz actúan de filtro para el aire exhalado. El aire que se expele está repleto de microorgan ismos,
que se quedan en la cara interna de la mascarilla.
Para colocarse correctamente la mascarilla hay q ue tener presentes una serie de consideraciones:
- Al colocarla debe adapt arse perfectamente a la fisionomía de la boca y la nariz, de manera
que no queden huecos para que se escape el aire exhalado.

- En el caso del personal que lleve barba, la mascarilla debe cubrirla completamente.

- Una mascarilla sólo sirve para una intervención. Cada vez q ue se inicia un nuevo acto qui-
rúrgico hay que utilizar una nueva.

El orden de la colocación de estas prendas son: calzas, gorro, mascarilla (en el caso del equipo
estéril aquí es donde se procede al lavado q uirúrg ico), bata estéril y guantes estériles. El Celador, al
entrar en quirófano, llevará gorro, mascarillas y calzas.
100
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

2.2. Normas de higiene


2.2.1. Conceptos generales
2.2.1.1. Asepsia
Se habla de asepsia para referirse a un conjunto de técnicas que garantizan la ausencia de
materia séptica o microorganismos infecciosos, tanto en superficie como en profundidad, de los
materiales expuestos o de los seres vivos.

Utiliza agentes físicos como medio para conseguir matar y eliminar los microorganismos. El
calor seco y húmedo son los más utilizados.

En la práctica clínica la asepsia se refiere al empleo de material estéril (no posee ningún tipo
de microorganismo, ni siquiera sus formas de resistencia) y su protección contra la contaminación.

Las principales técnicas de asepsia que se emplean en clínica son: lavado de manos, utilización
de guantes, limpieza de instrumental, desinfección, esterilización, etc.

2.2.1.2. Antisepsia
Consiste en utilizar productos químicos para intentar destruir los microorganismos contaminantes.

En la práctica, la antisepsia consiste en el uso de desinfectantes. No se consigue la esterilización,


es sinónimo de desinfección.

2.2.1.3. Infección
Se conoce como infección la invasión y entrada en el organismo humano de agentes extraños
vivos, ya sean bacterias, virus u hongos.

No siempre que hay una infección se produce


una enfermedad infecciosa, dado que el organis-
mo dispone de mecanismos de defensa capaces
de luchar contra el agente agresor.

Cuando el agente infeccioso vence a los meca-


nismos de defensa, crece y prolifera invadiendo te-
jidos y células a los que lesiona. Aparecen signos y
síntomas (fiebre, malestar general, erupciones cu-
táneas, etc.) y se habla de enfermedad infecciosa.

Se habla de Infestación cuando la agresión se


produce por parásitos, como es el caso del plas-
Bacteria en el torrente circulatorio
modium, tenias, helmintos, as~ris y oxiuros.

2.2.2. Desinfección
Consiste en suprimir los microorganismos patógenos existentes en la habitación del enfermo,
ropa, manos, piel, etc. No elimina todos los microorganismos ni sus formas de resistencia (esporas).
Es un procedimiento de antisepsia.
101
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Para conseguir la desinfección hay que:


- Hacer un cepillado y lavado con agua y detergente del objeto que se quiere desinfectar.

- Utilizar sustancias químicas con acción desinfectante o antiséptica.


Se denominan desinfectantes los productos químicos usados para la desinfección de objetos
y materiales clínicos. Son de uso frecuente la lejía, jabón, formol, etc. Los desinfectantes son bacte-
ricidas, es decir, capaces de matar los microorganismos.
Clasificación de los desinfectantes
- Aquellos que desarrollan su acción sobre la pared y las membranas celulares.

- Aquellos que desarrollan su acción sobre las proteínas (fenol, alcohol, etc.) y las enzimas
(cloro, yodo, etc.).
- Aquellos que desarrollan su acción sobre el núcleo celular (aldehídos).
Se dice que un buen desinfectante es aquel que tiene amplio espectro, no es tóxico ni corro-
sivo, es de bajo costo, olor agradable, biodegradable y se puede usar diluido en agua o alcohol.
Se denominan antisépticos aquellos productos químicos utilizados para la desinfección de
piel, heridas y cavidades del organismo. Son de uso frecuente la tintura de yodo, agua oxigenada,
alcohol 70°, clorhexidina, mercurocromo (cada vez menos utilizado), etc. Impiden o retardan el
crecimiento de los microorganismos.
Pueden ser bactericidas (matar) o bacteriostáticos (inhiben en el crecimiento) de las bacterias.

Un material desinfectado no está esterilizado; la desinfección no elimina a todos los microorga-


nismos y sus formas de resistencia (esporas). Pero un material que ha sido sometido a la esteriliza-
ción está por ende desinfectado, puesto que se ha eliminado cualquier forma de vida o resistencia
de las bacterias, virus, etc.

2.2.2.1. Tipos de desinfección


Los diferentes niveles de desinfección que se pueden llevar a cabo en un hospital varían depen-
diendo de los productos que se utilicen y de su concentración:

- Desinfección de alto nivel: se realiza cuando el producto que estamos utilizando es activo
frente a virus lipídicos de tamaño medio, virus no lipídicos pequeños, bacterias en su forma
vegetativa, bacilos de Koch, esporas (en determinadas circunstancias) y hongos.

- Desinfección de nivel intermedio: este nivel tiene las mismas características que la desin-
fección de alto nivel pero no es activo frente a las esporas.

- Desinfección de bajo nivel: es aquella que sólo es activa frente a virus lipídicos de tamaño
medio, bacterias en forma vegetativa y hongos.

En una desinfección de alto nivel para material de riesgo (semicrítico), el tiempo de actuación del
desinfectante será de 20-30 minutos. Para la desinfección de bajo nivel, es suficiente con 1Ominutos.

Una vez conocidos los niveles de desinfección existentes, hay que tener en cuenta varios conceptos:

Desinfección final: es aquella que se realiza cuando se ha producido el alta del paciente y las
circunstancias lo indican (ej.: paciente que presentaba infección por Neisseria meningitidis).

- Desinfección concomitante o concurrente: es aquella que se realiza cuando el paciente


está ingresado.
102
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

2.2.2.2. Consideraciones generales


- Cualquier microorgan ismo que contacte con tejidos humanos que son normalmente esté-
riles puede producir infección; por esta causa es imprescindible que todos los objetos que
puedan contactar con los tejidos estériles sean a su vez previamente esterilizados.

- Existen tejidos humanos que no requieren que los objetos que entren en contacto con ellos
estén esterilizados, pero sí que hayan pasado por una desinfección de alto nivel; un ejemplo
de este tipo de tejidos son las membranas mucosas.

- Una de las barreras más efectivas para evitar el contacto de los microorganismos con teji-
dos estériles es la piel intacta; de este modo no es necesario que los objetos que entren en
contacto con la piel sean esterilizados o desinfectados a alto nivel.

- Antes de proceder a la esterilización o a la desinfección de un objeto hay que limpiarlo, para


evitar que tenga acumulada sangre seca, pus, etc., y dificulte el paso del calor, el gas, etc.,
impidiendo así una total desinfección o esterilización.

2.2.2.3. Métodos de desinfección del material sanitario


La desinfección del material sanitario se define como el conjunto de técnicas destinadas a eli-
minar del mismo los microorganismos patógenos.

Algunos desinfectantes son capaces de desinfectar y esterilizar a la vez, en función de su com-


posición química, concentración a que se usan y tiempo de acción.

Los métodos de desinfección de material se clasifican en dos grandes grupos, según utilicen
procedimientos físicos o químicos:

Procedimientos físicos
Hervido o ebullición

El hervido consiste en sumergir en ag ua a la temperatura de ebullición el material que se quiere


desinfectar. Es un método bastante efectivo, ya que produce la inactivación de gran parte de los
gérmenes, aunque no garantiza la eliminación de las esporas.

Pasteurización
Esta técnica consiste en calentar el producto durante 30 minutos a una temperatura de 68 °C,
produciéndose posteriormente un enfriamiento rápido del producto. Con este procedimiento se
suele tratar la leche, zumo de frutas, etc.

Existe una diferencia importante entre la leche pasteurizada y la leche esterilizada y consiste
en que la primera no contiene gérmenes patógenos y la esterilizada no contiene ningún tipo de
germen.

La leche esterilizada es la que más se utiliza actualmente, ya que es más cómodo y sencillo
realizar la esterilización, consiguiéndose así un mayor tiempo de conservación.

Una técnica similar a la pasteurización es la uperización, que consiste en calentar la leche a


130-140 °C durante 1-2 segundos. Cuando el calentamiento de la leche es a 110-115 °C durante 30
minutos hablamos de la leche esterilizada.
103
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Rayos solares
Por medio de la acción de los rayos ultravioletas. Estos rayos son uno de los muchos tipos de
radiación producidos por la luz solar.
Son rayos que tienen una cierta acción bactericida, pero sólo a una determinada longitud de
onda. Actualmente se utilizan lámparas de rayos ultravioletas en quirófanos, salas de prematuros
y, en especial, en el tratamiento de la tuberculosis; la luz ultravioleta se usa en las habitaciones de
aislamiento de tuberculosos para disminuir la posibilidad de contagio.
Este tipo de radiación tiene como inconvenientes que puede llegar a producir cáncer de piel
(mela noma) y daños en la conjuntiva (conjuntivitis).
Ultrasonido
Se trata de ondas ultrasónicas producidas por la alta velocidad de giro del aparato. Estas ondas
actúan destruyendo las paredes de las bacterias.

Procedimientos químicos
Antisépticos
Son soluciones que se usan de forma tópica sobre tejidos vivos (piel, mucosas, etc.). Entre los
que más se usan se encuentran la clorhexidina al 5%, povidona yodada, alcohol etílico al 70%, etc.
La clorhexidina es un compuesto bifenólico con acción bactericida que posee un mecanismo de
acción basado en atacar a las proteínas de las membranas celu lares desnaturalizándolas y produ-
ciendo la muerte de la célula. Se utiliza para el lavado de manos quirúrgico.
Dentro de los antisépticos destacan los compuestos yodados, que tienen efectos bactericidas
y fungicidas. El más utilizado en el hospital es la povidona yodada (Betadine0 ). Para los campos
operatorios se suele emplear el yodo unido al alcohol etílico (irrita mucho la piel por lo que no es
acto para el lavado quirúrgico).
Cloruros
El de mayor uso es el hipoclorito sódico (lejía). Se usa sobre todo para desinfección de equipos,
superficies, suelos, lavabos, ropa, etc.:
- Ventajas: es barato, efectivo y actúa rápidamente.
- Inconvenientes: inestable, es muy irritante y es corrosivo para los metales.
Fenol y derivados
El fenol como tal es poco usado en la actualidad al haber sido sustituido por los metilfenoles
en la limpieza de superficies. El hexaclorofeno, debido a su eficacia antimicrobiana limitada, no se
recomienda su uso para el lavado quirúrgico o la preparación de los pacientes.
Los alcoholes más utilizados en clínica son el isopropílico y el etílico. El alcohol etílico de 70º es
un potente bactericida, mucho mayor que el de 90º. Se usa en la desinfección de la piel.
Aldehídos

El formaldehído es un importante bactericida. Se usa para la esterilización de material de goma,


caucho, etc.
El g lutaraldehído 2% es también un bactericida muy potente capaz de destruir también espo-
ras, hongos y virus. Se usa en desinfección por inmersión durante 1O minutos y en esterilización
durante 1Oh.
104
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

2.2.2.4. Técnicas de desinfección


- Inmersión: consiste en introducir instrumentos en una solución desinfectante durante
cierto tiempo.

- Loción: se empapan las bayetas en una solución y luego se utilizan para fregar.

- Vaporización y fumigación: se trata de producir vapores o gases capaces de impregnar el


aire y las superficies.

- Brumas o aerosoles: se forma un aerosol de gotas microscópicas (menores de 20 micras


de diámetro) que por su escaso peso permanecen cierto tiempo en suspensión en el aire
atmosférico.

- Pulverización: formación de gotas de mayor tamaño que en el caso anterior. Por su peso
caen rápidamente.

2.2.2.5. Clasificación del instrumental y material clínico


Se pueden clasificar los materiales utilizados en clínica, según las características y duración de
los mismos en:

- Material fungible: se caracteriza porque se deteriora con el uso, es frágil en algunos casos
y tiene una vida corta. Se trata de materiales que por sus características no pueden ser
inventariables. Puede ser desechable, es decir, de un solo uso o bien reutilizable después
de una limpieza adecuada y esterilización posterior. Se refiere al material de vidrio, sondas,
bisturí, tijeras, pinzas, etc.

- Material inventariable: se trata de materiales que tienen una vida larga y por tanto un ca-
rácter más definitivo. Por ello deben formar parte del inventario del centro, aunque tengan
un cierto desgaste y deterioro. Se refiere al mobiliario en general (camas, mesitas, sillas,
mesas, vitrinas, aparatajes o máquinas, etc.).

Siguiendo a Spaulding se puede clasificar el material sanitario según la peligrosidad infectiva del
mismo en:

- Crítico: requiere total asepsia. Es instrumental que temporal o definitivamente va a quedar


en el interior del organismo. Ej.: prótesis de cadera, válvulas cardiacas, hilos de sutura, ce-
mento óseo, instrumental quirúrgico, etc.

- Semi crítico: debe estar desinfectado. No es imprescindible su esterilización. Ej.: mascarillas.

- No crítico: estará rigurosamente limpio. En la medida de lo posible desinfectado. Este tipo


de material no está en contacto con cavidades internas del organismo, ni vías de entrada al
mismo. Ej.: ropa de la cama, orinales. Si llega a estar en contacto con un enfermo contagioso
es necesa rio desinfectarlo o incluso esterilizarlo.

2.2.2.6. Limpieza del material e instrumental clínico


Instrumentos son todos aquellos materiales de los que se vale el personal sanitario para reali-
zar exploraciones, curas e intervenciones quirúrgicas.

Normalmente es de acero inoxidable o bien una aleación de metales. Es resistente, no se oxida


y el instrumental de corte tiene buen filo.
105
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La limpieza del instrumental debe hacerse lo antes posible, para evitar que las manchas bioló-
gicas (sangre, heces, pus, restos de tejidos, etc.) se sequen y adhieran al mismo. Además se limpiará
también el material que no ha sido utilizado, pero sí seleccionado en un acto quirúrgico.

- El instrumental debe desmontarse para hacer bien su limpieza y, si es articulable, debe abrir-
se bien su articulación para garantizar la eliminación de cualquier resto o mancha biológica.

- Se sumergen en una solución antiséptica (que inhibirá o destruirá los microorganismos)


con agua fría. No debe hacerse en agua muy caliente porque el calor coagula los restos
orgánicos, haciéndose más gravosa la limpieza.
- Se desmontan o desarticulan. Practicar un cuidadoso cepillado, con especial atención a las
juntas y ranuras. Si existen orificios en el instrumental asegurarse de que están permeables
y limpios.
- Una vez que se ha comprobado que está bien limpio, hay que sacarlo del medio líquido,
enjuagarlo con agua caliente y secarlo perfectamente para evitar posibles oxidaciones y la
proliferación de microorganismos en las juntas o ranuras húmedas.

2.2.2.7. Limpieza de áreas y zonas de la institución sanitaria


La limpieza en los centros sanitarios va a depender del lugar donde nos encontremos; para
ello se establecen tres áreas según los niveles de contaminación existentes: áreas críticas (UCI/UVI,
quirófano, área de esterilización, etc.), semicríticas (zona de habitaciones de enfermos, hospital de
día, urgencias, zona de consultas externas, rehabilitación, fisoterapia, etc.) y no críticas (oficinas,
dependencias de Celadores, vestuarios, capilla, etc.).
Las áreas criticas, al tener una concentración de placa patógena muy alta, requiere un trata-
miento de limpieza especial con desinfectantes específicos que indicará el Servicio de Medicina
Preventiva.

2.3. La esterilización
Es un procedimiento empleado para la destrucción de todos los microorganismos y formas
de resistencia de los mismos (esporas). Los métodos utilizados deben garantizar la destrucción
total de cualquier forma de vida, ya sea t anto en la superficie como en la profundidad del objeto a
esterilizar.
106
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Todo objeto esterilizado está desinfectado, pero ningún objeto desinfectado está esterilizado,
al menos por principio. Cuando un objeto está esterilizado se dice que es aséptico.
Esto se explica porque en la desinfección sigue habiendo microorganismos en el material des-
infectado. Sólo se han eliminado los patógenos que son los más sensibles a los agentes utilizados.
Cuando se ha sometido el objeto a la esterilización se eliminan los microorganismos patógenos
y además los saprofitos o no patógenos. Por eso se dice que un objeto esterilizado está siempre
desinfectado.

2.3.1. Métodos de esterilización


2.3.1.1. Esterilización por agentes físicos
Las diferentes formas de esterilización por agentes físicos son: calor (húmedo o seco), radiacio-
nes ionizantes (rayos gamma o beta), rayos ultravioleta y filtros microporosos.

Esterilización por calor húmedo: autoclave


La técnica utiliza vapor saturado a presión. El vapor por sí mismo no esteriliza. Para conseguirlo
hay que someterlo en el interio r de un recipiente a una presión mayor que la presión atmosférica,
aumentando la temperatura del vapor, consiguiendo así la destrucción de todas las formas de vida.
Se utiliza para ello el autoclave.
En definitiva, el vapor de agua a presión, para que esterilice, debe estar sometido a una tempe-
ratura determinada y durante el tiempo necesario.
El autoclave es un recipiente de cierre hermético, comparable a una olla a presión que consta
de una cámara de esterilización, que lleva una llave y un manómetro para reg ular la presión y tem-
peratura que se desea alcanzar dentro. Existe además una llave de purga para la eliminación del
aire que exista dentro de la cámara.
El vapor penetra en la cámara de esterilización y alcan-
za la presión (P) deseada; este vapor se empieza a conden-
sar por contacto con los materiales expuestos a la esterili-
zación ya que están fríos.
- 1 kg de presión: 120 °C = 1 atmósfera.
- 2 kg de presión: 134 °C = 2 atmósferas.
- 3 kg de presión: 144 °C = 3 atmósferas.

La condensación del vapor desprende calor, humedeciendo y calentando simultáneamente el


material expuesto. Es necesario para ello la eliminación del aire existente en la cámara. El aire se
elimina o purga por un sistema de vacío o bien introduciendo el vapor muy rápido para así forzar la
salida de aire. En los autoclaves actuales todo el proceso es automático.
La esterilización en autoclave tiene las siguientes ventajas: económica, segura, rápida, no con-
tamina ni deja residuos y es cómoda puesto que los autoclaves son automáticos.
Pero tiene algunas desventajas o inconvenientes: deteriora los materiales de goma o plástico,
se necesita mucho tiempo para envolver los materiales que se van a introducir, exige mucho cuida-
do en la carga (disposición de los paquetes dentro de la cámara de esterilización) y los materiales
metálicos se oxidan al esterilizarlos en calor húmedo.
107
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Materiales que pueden esterilizarse por calor húmedo:


- Textiles (paños, gasas, ropas, etc.).

- Materiales duros (envases, bateas, etc.).

- Frascos de líquidos y medios de cultivo.

Los materiales a esterilizar en autoclave pueden ir envueltos en papel (crepé, celofán), que
es poroso y permite el paso del vapor, impidiendo después de extraerlo la entrada de aire en el
envoltorio.

Las telas (hilo, algodón, renselina) tienen poca duración y no garantizan la protección del con-
tenido después de extraer los paquetes del autoclave, debido a su excesiva porosidad.

Las cajas metálicas y los contenedores tienen filtros de papel bacteriostáticos en las zonas per-
foradas que garantizan su hermeticidad.

Temperatura Tiempo
121° 15-20 minutos
126° 10 minutos
134° 5-7 minutos

Tiempo necesario para la esterilización en autoclave

Esterilización por calor seco


A) Flameado

Consiste en exponer a la llama durante unos minutos el material


que se quiere esterilizar, sólo se puede esterilizar material metálico,
asas de siembra, etc. Para hacerlo se utilizan, generalmente, meche-
ros Bunsen de gas o mecheros de alcohol.

B) Incineración

Consiste en el uso de hornos crematorios (horno de Pasteur) para


quemar el material de un solo uso (jeringas, guantes, catéteres, agu-
jas, etc.), así como otros materiales contaminados biológicamente. Mechero Bunsen
108
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

C) Estufa Poupinel
- Utiliza únicamente el calor seco.
- El calor seco es bactericida (mata las bacterias) y actúa por oxidación física o por coagula-
ción de las proteínas bacterianas debido a la acción exclusiva del calor.
- Hay que tener en cuenta que el calor seco en forma de aire caliente es de difícil control y
su penetración en los materiales es lenta y desigual, no llegando uniformemente a todas
las partes. Para conseguirlo hay que exponer el material a la acción del calor durante largos
períodos de tiempo.
- La estufa dispone de un termostato para el control de la temperatura y dos pilotos o testi-
gos: uno que indica que la corriente eléctrica llega al aparato y el otro que está pasando a
las resistencias que deben calentarlo.
- No es necesario que los envoltorios del material a esterilizar sean porosos como en el auto-
clave. El más utilizado es el aluminio en forma de bolsas. Es resistente, seguro y económico.
También se usa a veces poliamida.

Temperatura Tiempo
180 °C 30 minutos
170 °( 60 minutos
160 °C 120 minutos
150 °( 2 h 30 minutos
140 °C 3 h.
120 °C Más de6 h
Tiempo necesario para la esterilización en la estufa Poupinel

Se emplea básicamente para esterilización de vidrio y material de laboratorio, polvos y sustan-


cias oleosas (aceites, parafina, grasas).

Esterilización por radiaciones ionizantes oesterilización en frío


El principio de esta técnica se basa en irradiar productos con radiaciones de energía alta que le-
sionan la materia de los organismos vivos, por efecto fotoquímico, al ocasionarse iones sobre éstos.
Los iones resultantes producen diversos tipos de reacciones químicas, cuyo efecto (el fotoquímico)
causa la muerte de los microorganismos.
Se utilizan varios tipos de radiaciones, pero de ellas destacaremos dos modalidades:
- Radiaciones gamma (rayos gamma):
Son las radiaciones ionizantes más empleadas como germicida. Con los rayos gamma se
logra la esterilización en frío o radioesterilización, que se origina al producirse la desintegra-
ción espontánea de determinados isótopos radiactivos fabricados artificialmente.
El radionúclido o isótopo radiactivo más frecuentemente empleado como productor de
radiación gamma es el Cobalto 60, que posee un gran poder de penetración sobre la ma-
teria y una gran eficacia en la esterilización, incluso en productos ya envasados en cajas o
plásticos, ya que su desintegración genera radiaciones gamma de gran energía.
Para la aplicación de los rayos gamma se utiliza un aparato en forma de cámara donde inci-
de la radiación sobre los materiales, y con las paredes plomadas, con la finalidad de prevenir
los riesgos laborales derivados de la irradiación exterior.
109
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Además de estos usos hospitalarios, las rad iaciones ionizantes poseen otras aplicaciones
higiénicas, tales como:

* La depuración de aguas residuales de instit uciones como son los campings, u otras,
donde se producen aglomeraciones de personas por temporadas.
* En la alimentación, para la prevención de determinadas zoonosis e infestaciones por la dieta.
- Rayos ultravioleta:
Son radiaciones que se producen en lámparas específicas para su aplicación germicida, que
posee un tubo emisor de las mismas. Éste debe colocarse a 40 cm de la superficie del material.
La radiación ultravio leta es considerada como un buen procedimiento esteriliza nte, aun-
que debido a su aplicación en grandes espacios ha ocasionado que se le incluya dentro del
grupo de las técnicas desinfectantes. No obstante, el efecto que posee sobre los microorga-
nismos es puramente esterilizante, siempre que estas funcionen de manera adecuada y con
el espectro ultravioleta antimicrobiano deseado.
Los rayos del sol emiten radiaciones ultravioleta que tienen efectos esterilizantes.

2.3.1.2. Esterilización por productos químicos


Los productos químicos que se utilizan en esterilización son el óxido de etileno, glutaldehído,
ácido paracético, etc.
Esterilización por óxido de etileno
El óxido de etileno es un gas incoloro, de o lor parecido al cloroformo, altamente inflamable en
presencia de aire, y tóxico. Para evitar el riesgo de inflamación, se presenta diluido con otros gases
inertes como el anhídrido carbónico.
Su acción esterilizante se debe a su toxicidad que altera las proteínas de los microorganismos.
Se dice que es bactericida porque es capaz de matar las bacterias presentes en el medio.
Su acción bactericida depende de: la concentración del gas, la temperatura de exposición, la
humedad relativa existente en la cámara de exposició n y el tiempo de exposición.
La temperatura idónea del gas, para que pueda impregnar mejor los objetos a esterilizar, es de
55-60 °C. Aunque a partir de los 30 °C ya puede ser efectivo.
La humedad es necesaria para que actúe sobre las formas de resistencia de las bacterias (es-
poras). En condiciones adversas las esporas están deshidratadas y en ese estado no pueden ser
atacadas. Debe haber una humedad del 50% dentro de la cámara y nunca podrá ser inferior al 30%.
Se necesitan de 3 a 8 horas de esterilización, dependiendo de la humedad y la temperatura.
El óxido de etileno es un producto muy utilizado en los hospitales a pesar de los grandes incon-
venientes que presenta:
- Es un gas muy inflamable (explosivo).
- Puede producir intoxicaciones agudas y crónicas (por sus condiciones de uso el tóxico pe-
netra fundamentalmente por la vía cutánea y respiratoria):
* Agudas; exposición única caracterizada por irritación de las mucosas, alteraciones gastro-
intestinales, alteraciones respiratorias, alteraciones cardiacas y alteraciones neurológicas.
* Crónicas; exposición repetida a lo largo del t iempo y que se caracteriza por el deterioro
cognitivo y neuropatías.
- Existen estudios que revelan que puede ser cancerígeno, teratogénico y prod uctor de abortos.
110
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Además de los inconvenientes anteriormente expuestos existe otro, ya que algunos de los ma-
teriales esterilizados con óxido de etileno deben ser aireados para evitar que los restos de este gas
produzcan efectos negativos en el paciente.

La aireación se puede realizar de dos maneras:

- Aireación normal: dejando el objeto en el ambiente hasta que desaparezcan los restos de gas.
- Aireación forzada: se realiza en unas cámaras especializadas (10-12 horas) introduciendo
aire a presión para hacer desaparecer el óxido de etileno.

Los materiales que se pueden esterilizar con óxido de etileno son: material de goma, plástico, cau-
cho (guantes, sondas, etc.), antibióticos, etc.

2.3.2. El servicio de esterilización


La central de esterilización en un hospital ha de estar ubicada en un lugar de fácil comunicación
con todas las unidades clínicas principalmente del bloque quirúrgico. Para evitar toda posible con-
taminación del material sucio al limpio se ha de restringir al máximo la manipulación y traslado de
dicho material. Se sitúa normalmente en planta baja o sótano. Dado que el quirófano es el principal
cliente de la central, la comunicación será directa con éste, bien en horizontal o verticalmente.
Si la comunicación es en sentido horizontal, se hará con dos circuitos (pasillos): uno para sucio y
otro para limpio. Si la comunicación es en sentido vertical se utilizarán dos montacargas: uno que
comunique las zonas limpias y otro las zonas sucias. En todo caso siempre hay dos circuitos perfec-
tamente diferenciados:

- El circuito de material limpio.

- El circuito de material sucio.

Area de preparación y empaquetado

La extensión, dotación de personal y utillaje, estarán en relación con la actividad quirúrgica,


número de quirófanos, número de partos y número de camas de que disponga el Hospital.
111
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La central de esterilización debe contar con las sigu ientes áreas:

- Área de recepción de material sucio.

- Área de lavado de carros.

- Área de lavado y secado de aparataje de anestesia.

- Área de lavado, descontaminación y secado de material.

- Área de revisión, selección y preparación de material.

- Área de preparación y empaquetado del material t extil, instrumental y fungible.


- Área de esterilizadores.

- Área de esterilizadores óxido de etileno.

- Area de entrega de material estéril y descontaminado.


- Área de almacén de material estéril.

- Almacén de material limpio.

- Despacho del Supervisor.

- Sala de docencia y reuniones.

2.3.2.1. Riesgos en la central de esterilización


Al igual que en cualquier área de hospital, en la central de esterilización existen riesgos de pa-
decer accidentes. El conocimiento sobre los riesgos más habituales por parte de los profesionales
que desarrollan su trabajo en esta área hace que se aumente la seguridad en este servicio.

Los riesgos derivados del trabajo pueden ser generales o específicos. Entre los riesgos generales
destacan por su frecuencia las caídas, las heridas, cortes y abrasiones. Las caídas pueden estar pro-
ducidas por diversas situaciones, como son:

- Falta de iluminación en algunas áreas.

Mala distribución del mobiliario, objetos e incluso de las personas.

- Falta de adherencia del suelo; esto sucede cuando se utiliza un material inadecuado para la
solería o bien el profesional emplea un calzado resbaladizo.

La prevención de este tipo de accidentes se basa en una rápida actuación sobre los factores
anteriores: limpieza correcta del suelo, organización del mobiliario, correcta ubicación de p ersonas,
iluminación adecuada en todas las áreas del servicio, etc.

Las heridas, cortes, abrasiones y contusiones se prod ucen generalmente por el material em-
pleado y por el t ipo de trabajo que se realiza. Estos riesgos se minimizan con información sobre las
actividades a realizar, utilización de guantes, separación de los objet os punzantes y cortantes de
los que no lo son, etc.

Los riesgos específicos son los derivados del material utilizado así como de las características
propias del servicio; se p ueden clasificar seg ún la naturaleza del agente que los produce, en:
Riesgos físicos:
* Quemaduras: se suelen producir al sacar el material que se ha esterilizado. Una correcta
información de los tiempos, así como el uso de guantes, evita en gran medida estos
accidentes.
11 2
El CELADOR EN SUPUESTO DE TRABAJO 1 11111

* Calor excesivo: en la central de esterilización hay una gran cantidad de aparatos que
generan calor, por lo que una deficiencia en los sistemas de ventilación provocan una
alteración del bienestar en el trabajador.
* Cansancio visual: la iluminación de los servicios de esterilización, al estar situados nor-
malmente en sótanos, plantas bajas, etc. tiene que ser artificial, por lo que es importan-
te estudiar correctamente la distribución de la luz para disminuir el riesgo de caídas.
* Descargas eléctricas: procedentes de los aparatos allí utilizados; un correcto manteni-
miento y una adecuada instalación disminuyen estos riesgos.
* Levantamiento de pesos: con la utilización de medios de transporte adecuados se evitan
lesiones musculares y articulares.
* Ruidos: los aparatos en su funcionamiento emiten ruidos y vibraciones. La utilización de
un paño verde debajo de los aparatos minimiza estos efectos perjudiciales; también es
importante un ajuste correcto de los mismos.
* Incendios: conocimiento del plan de emergencia.
- Riesgos químicos:

* Óxido de etileno: este gas es un producto muy tóxico produciendo alteraciones respi-
ratorias y dermatológicas principalmente, además de transformación tumoral y altera-
ciones cromosómicas. Los efectos perjudiciales de este gas se pueden evitar con una
adecuada instalación, aireación forzada, detector ambiental, sistemas de venti lación y
formación adecuada del personal que lo maneja.
* Eczemas: los eczemas son alteraciones de la piel producidos por la utilización de ciertos
productos químicos como pueden ser detergentes, jabones, etc. La mejor manera de
disminuir estos riesgos es la utilización de guantes.
* Toxicidad aguda respiratoria: existen productos muy utilizados en las centrales de es-
terilización que emanan vapores y puede producir toxicidad respiratoria. Las medidas
preventivas irían encaminadas a una correcta manipulación del producto así como una
adecuada venti lación de la unidad.
- Riesgos biológicos:
Los pinchazos, cortes o erosiones con material contaminado. Las medidas de protección efec-
tivas son la manipulación de objetos con guantes y vacunación antitetánica y anti-hepatitis B.

2.3.2.2. Actuación del servicio de medicina preventiva en la prevención de riesgos


Cuando una persona es contratada en la central de esterilización deberá:

- Pasar un reconocimiento médico para comprobar si es la persona idónea para el puesto.


- Vacunación antitetánica y anti-hepatitis B si no está inmunizado previamente. Las dosis de
recuerdo son cada 1Oaños para la vacuna antitetánica y de 5 años para la vacuna de la anti-
hepatitis B.
- Realización de Mantoux, siempre que no tenga uno previo positivo. El Mantoux es una
prueba que se realiza para detectar la tuberculosis.
Cada año de servicio se realizará un examen médico prestando especial atención a los siguien-
tes sistemas: piel, aparato respiratorio, aparato digestivo y realización periódica del Mantoux a
aquellas personas que lo presentaron negativo al ingreso.
113
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2.3.3. Tipos de controles de esterilización


- Control físico: con registros de presión, tiempo y temperatura.
- Control químico: se conocen con el nombre de indicadores colorimétricos. Son tiras
reactivas con franjas de colores compuestas por sales metálicas que viran (cambian) de
color solamente si se alcanzan determinados parámetros (sobre todo la temperatura).
- Control biológico: se basa en la utilización de esporas atenuadas de microorganismos den-
tro de ampollas de vidrio o plástico. Se colocan en el interior de los paquetes a esterilizar.
Las esporas que se utilizan son:
* Bacillus subtilis (variedad niger) en los ciclos del óxido de etileno.
* Bacillus stearothermophilus para los ciclos de vapor.
NOTA: los autoclaves modernos llevan integrado en el mismo aparato controles físicos y quími-
cos de esterilización.

2.3.4. Manipulación y conservación del material estéril


Una vez esterilizado el material, el periodo de duración de la esterilización es variable. Depende de:
el tipo de envoltorio utilizado, las condiciones de almacenamiento, tipo de material, transporte, etc.

2.3.4.1. Almacenamiento
Para que la conservación del material estéril sea la más adecuada el almacén debe reunir los
siguientes requisitos:
- Las paredes deben ser lisas, sin rugosidades, para facilitar su limpieza.
- El lugar donde se ubicará el almacén debe tener un acceso restringido.
- Las condiciones climáticas ideales para el mantenimiento son: ventilación (6 renovaciones
1 hora), temperatura (15 °(-25 °C) y humedad: 40%-60%.
El procedimiento a seguir, una vez esterilizado el producto, para proceder a su almacenamien-
to es el siguiente:
- El material se dejará enfriar una vez esterilizado para evitar condensaciones.
- Se comprobará: que el paquete tenga su identificación así como la fecha de esterilización,
que el envoltorio esté intacto (sin roturas ni humedades) y que los controles de esteriliza-
ción hayan sido correctos.
- El material debe ser colocado de forma que se evite su manipulación, así como organizado,
para asegurar su rotación teniendo en cuenta la fecha de caducidad.

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114
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EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

2.3.4.2. Transporte
Cuando se transporta material esterilizado a los distintos servicios del hospital, se tiene que
hacer de manera que se garantice la integridad del envoltorio. Se suele utilizar para su transporte:

- Material voluminoso ➔ carros herméticos.

- Material pequeño ➔ bolsas de plástico cerradas.

El material que se vaya a almacenar en las plantas debe ser utilizado en 24-48 horas y se colo-
cará por orden de caducidad.

El material esterilizado y debidamente empaquetado y sellado debe guardarse en lugar seco,


en cajones o vitrinas fuera del contacto directo con el aire y polvo de las habitaciones. Debe evitar-
se que esté próximo a fuentes de calor o humedad que puedan alterar su envase de aislamiento.

2.3.4.3. Caducidad
La caducidad de un material esterilizado está estrechamente relacionada con las condi-
ciones del envasado y almacenamiento. Este tiempo de caducidad garantiza la viabilidad de la
esterilización.

En condiciones normales de conservación se aceptan los siguientes tiempos:

- Triple barrera: máximo tres meses.

- Papel de grado médico (bolsa o papel mixto):

" Envase simple: seis meses.


* Envase doble: doce meses.

~íll l

- TYVEK ®: (hoja opaca fabricada con fibra de polietileno) 12 meses.

- Contenedores: 6 meses (con protección del filtro).

(Fuente: Manual de gestión de los procesos de esterilización y desinfección del material


Sanitario, INGESA).
115
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2.4. La higiene personal del Celador


El cuidado de los pacientes en un hospital comporta para el personal no sanitario (Celadores)
en contacto con aquéllos determinados riesgos de tipo infeccioso (hepatitis, tuberculosis ... ). Para
su control es conveniente seguir las normas preventivas generales y específicas siguientes:
a) A su incorporación al Centro se ha de realizar una valoración del estado inmuno/vacunal fren-
te a hepatitis, tétanos, tuberculosis, rubéola, parotiditis, sarampión, polio, difteria y tos ferina.
b) Se ha de valorar el estado de salud con el fin de descartar la posible presencia de enferme-
dades transmisibles.
c) Ha de seguir los controles periódicos realizados por el Servicio de Medicina Preventiva de
acuerdo con criterios de exposición a riesgos específicos de tipo infeccioso (tuberculosis,
hepatitis, salmonelosis, etc.).
d) Ha de cumplir las normas de higiene recomendadas, especialmente las referidas al lavado
de manos, utilización de guantes de un solo uso, mascarillas y otros elementos profilácticos.
- Entre las normas generales de asepsia el lavado de manos es el procedimiento más sen-
cillo y de mayor importancia para la prevención de la infección hospitalaria. Las manos
son el vehículo más importante de contaminación exógena de infección nosocomial. El
escaso cumplimiento de la práctica del lavado de manos por el personal puede estar rela-
cionado con la falta de motivación o de conocimiento sobre su importancia así como por
la falta de recursos disponibles (lavabos suficientes o situados de forma incorrecta, caren-
cia de toallas de papel, jabones no aceptados por el personal). Deben identificarse cuáles
son los factores responsables de la posible práctica incorrecta del lavado de manos.
- Los guantes de plástico o goma se utilizarán de conformidad con los protocolos de
actuación en cada unas de las Unidades del Hospital.
- El uso de mascarillas de alta resolución es imprescindible para el manejo de enfermos
ingresados en planta con infecciones respiratorias como la tuberculosis.
- En las zonas y servicios en los que se exija (área quirúrgica) el Celador llevará la ropa
aséptica, gorro, calzas y mascarilla obligatorios.
e) Si padece una exposición accidental (pinchazo, salpicadura, ingestión) con sustancias bio-
lógicas o materiales potencialmente contaminados, debe acudir al Servicio de Medicina
Preventiva inmediatamente y en todo caso en un plazo de tiempo no superior a 24 horas.
f) Si presenta alguna enfermedad infecciosa transmisible (diarrea, herpes, infecciones cutá-
neas...) debe extremar el cumplimiento de las Normas de Higiene. Debe consultar en cual-
quier caso con el Servicio de Medicina Preventiva.
g) Este Servicio facilita la vacunación contra: el tétanos, hepatitis B, gripe y fiebre tifoidea.

2.5. Técnica de lavado de manos


El lavado de manos del personal sanitario es una práctica higiénica muy importante y obligada,
para prevenir la transmisión de agentes infecciosos del personal a los pacientes y de unos pacientes
a otros, a través de las manipulaciones realizadas por el personal.
Las manos se consideran en clínica hospitalaria como el principal vehículo en la transmisión de
microorganismos.
116
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Es necesario recordar que, para realizar el lavado de manos de forma correcta:


- Las uñas deben ser cortas y no llevar ningún tipo de esmalte.
- No se deben llevar reloj de pulsera, anillos, sortijas, etc.
El lavado de manos en clínica se puede clasificar, según la tarea que se vaya a desarrollar, en:
- Lavado de manos rutinario o preventivo. Es aquel que debe realizarse como una medida
de higiene personal, después de las tareas habituales y cotidianas de la vida.
- Lavado de manos especial. Se diferencia del anterior en que precisa de mayor tiempo de
dedicación, generalmente se realiza durante un minuto y se hace con jabón antiséptico.
- Lavado de manos quirúrgico. Hay que enjabo-
narse las manos y antebrazos con jabón antisép-
tico durante dos minutos. El antiséptico más uti-
lizado es la clorhexidina cuyo nombre comercial
es hibiscrub., o hibitane®.

El lavado de manos debe realizarse, en la medida de


lo posible, con jabón líquido, en dosificador que no sea
necesario pulsar con las propias manos. Es preferible ha-
cer el lavado con agua fría.
Está indicado realizarse el lavado de manos:
- Al llegar al trabajo y al terminar la jornada.
- Después de estornudar, toser, limpiarse la nariz, etc., es decir, después de cualquier acto en
el que haya que hacer uso de las manos y pañuelos.
- Después de utilizar los servicios.
- Antes de comer y al terminar.
- Antes y después de realizar la higiene del paciente.
- Antes y después de movilizar un paciente.
- Después de manipular ropa sucia, cuñas, orinales, etc.
- Antes de servir las comidas y al terminar.

El lavado reiterado de las manos, es una sobrecarga para la piel de las mismas, ya que se elimina
parte de la grasa protectora que poseen y pueden aparecer irritaciones molestas (eritema). Por eso
conviene usar cremas protectoras para las manos al finalizar la jornada laboral. Hay preparados
especiales para la protección cutánea.

117
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La técnica del lavado de manos se realiza de la siguiente manera:


Material
- Agua.
- Jabón antiséptico.
- Toalla desechable.
Procedimiento
AJ Lavado de manos rutinario de tipo preventivo
1. Se aplica sobre las manos agua y jabón frotándolas entre 1O y 30 segundos, prestando es-
pecial atención a los espacios interdigitales y uñas. Los movimientos de lavado serán desde
el brazo hacia los dedos.
2. Aclarado con agua templada.
3. Secado con toalla desechable de papel, desde la punta de los dedos hacia el codo.
4. Cerrar el grifo con el codo si tiene el dispositivo adecuado, o bien con una toalla seca de papel.
BJ Lavado de manos especial
1. Se realizará con jabón antiséptico.
2. La duración será de 1 minuto.
3. Proceder según los pasos 2, 3, 4 del lavado de manos rutinario.
C) Lavado de manos quirúrgico
1. Enjabonado con jabón antiséptico durante 2 minutos, aclarado con agua tibia.
2. Cepillado de uñas 30 segundos cada mano con un cepillo j abonoso, aclarado con agua tibia.
3. Enjabonado de 2 minutos, aclarando con las puntas de los dedos hacia arriba.
4. Secado por aplicación, sin frotar, con una toalla estéril.

3. El Celador en las Unidades de Cuidados Críticos


La Unidad de Cuidados Int ensivos (UCI), también conocida por Unidad de Vigilancia Intensiva
(UVI), es un servicio altamente especia lizado en la asistencia, vigilancia y control de los pacientes en
estado crítico. En algunos hospitales las UCI son pequeñas unidades hospitalarias totalmente equi-
padas dentro del mismo, d isponiendo de servicio propio y exclusivo de Laboratorio, Radiología,
Esterilización, etc. Se ocupa de pacientes con una patología que haya alcanzado un nivel de grave-
dad tal que suponga un peligro vital actua l o potencial, susceptible de recuperabilidad.

Área de intercambio o Box


118
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Por todo ello, se puede definir como un área específica del hospita l en la que, de una mane-
ra adecuada, se puede monitorizar, realizar los procedimientos diagnósticos, ayudar de forma
controlada al mantenimiento de las funciones vitales, y administrar el tratamiento definitivo a
aquellos pacientes cuya vida se encuentra en peligro a causa de enfermedades potencialmente
reversibles.

3.1. Características de una UVI/ UCI


La ubicación de la unidad ha de ser dentro o muy próxima de la zona más técn ico-asistencial
del centro. Tradicionalmente se elige como lugar más idóneo el continuo al bloque quirúrgico, po-
siblemente como una ampliación de la reanimación. Debe tener fácil acceso desde la sección de
urgencias, ya que este es el punto de entrada normal para un enfermo grave.

Sin olvidar lo anterior, hemos de considerar también que la unidad es un lugar de hospitali-
zación, que requiere otras asistencias, como pueden ser el aseo del enfermo, com idas, visitas de
familiares, etc., por lo cual hay razones importantes para que, sin perder su buena comunicación
interior, tenga también accesos fáciles para cubrir todos los demás aspectos.

En la UCI existen varias unidades espe- 11 ;¡¡¡;;r7'


cializadas identificadas según las patolo-
gías que presentan los pacientes; dentro
de estas unidades están las áreas de inter-
namiento que reciben el nombre de Box
o Boxes. En cada una de estas unidades
existe un control de enfermería ubicado
de tal manera que permita la visualización
de todos los pacientes sin necesidad de
movilizarse (normalmente esta en el cen-
tro y las camas alrededor con el cabecero
hacia la pared).
UCI/ UVI

Hay unidades de internamiento dentro de la UCI/UVI para:

- Cardiología.

- Cirugía cardiovascular.

Sépticos (infecciosos).

Trasplantes.

- Neonatos.

- Cirugía general.

Politraumatizados.

- Grandes quemados, et c. UCI/ UVI neonatal

- Además de estas zonas de hospitalización poseen un almacén de farmacia, almacén de


lencería, vestuarios, despachos de administrativos y médicos, almacén de aparatos, etc.
119
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Son salas muy especializadas donde existen gran can-


tidad de aparatos, muchos de los cuales no se encuentran
en otros servicios del hospital, entre los que se pueden
citar: desfibriladores, caudalímetros, respiradores auto-
máticos, aparatos de radiología portátil, autoanalizadores,
bombas de infusión de medicamentos y sueroterapia, mo-
nitores de frecuencia cardíaca, marcapasos, etc.

Los tipos de pacientes que nos podemos encontrar


en estas unidades son: pacientes con infartos, con arrit-
mias inestables, pancreatitis, shock séptico, trasplantados
hepáticos, pacientes sometidos a cirugía cardiovascular,
recién nacidos con patologías varias que entrañen riesgo
vital, traumatismos craneoencefálicos, tetrapléjicos, etc.

3.2. Funciones del Celador


Los Celadores destinados en esta unidad, por las características de los enfermos continuamen-
te encamados, deben estar muy bien preparados en la movilización y cambios posturales de los
mismos. Como particularidad, el trabajo de movilización del Celador será requerido con mayor
frecuencia e incluso el transporte de los pacientes requiere aún mayores cuidados, si cabe.

Los cambios postura les se llevarán a cabo con la misma


frecuencia que en las plantas de hospitalización (cada 2-3
horas) para evitar la aparición de las temidas úlceras por
presión y siempre que estén prescritas por el Facultativo
responsable del paciente.
"Ayudarán a las enfermeras y ayudantes de plantas
(auxiliares de enfermería) al movimiento y traslado a los
enfermos encamados que requieran un trato especia l en
razón de sus dolencias para hacerles las camas". Al ser pa-
cientes con tendencia a la inestabilidad, una actuación
rápida es vital para su integridad, por ello los Celadores
estarán pendientes de colaborar en todo lo que le orde-
nen (dentro de sus funciones) la supervisora de la UCI, los
médicos y los enfermeros de la unidad.
Cuando movilizamos a un paciente asistido por
ventilación artificial, siempre debe estar presente un/ a
enfermero/a que vigile los sistemas y conexiones del res-
pirador, tubos y cánulas para evitar que en ningún mo-
mento se interrumpa o altere la ventilación.
Los Celadores deben tener toda la indumentaria que se requiere en estas unidades y que estará
compuesta por: el uniforme reglamentario, calzas, mascarilla, guantes, bata y gorro. No siempre lo
llevarán todo puesto, pues hay unidades dentro de la UCI que no precisan de todos estos medios
de barrera. Sin embargo hay otras unidades que sí, como son las de trasplantes, sépticos, etc. que
necesitan de una normas asépticas definidas.
Es importante que cuando abandonen la UCI para algún traslado de personas y objetos dejen la
bata dentro de la UCI para ponérsela cuando regresen o bien utilicen una nueva al entrar ot ra vez.
120
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Otras de sus funciones es controlar la entrada de visitas


así como su salida y que los visitantes estén debidamente au-
torizados. Asimismo, cuidarán de que durante los horarios de
visita de familiares a pacientes (en las Unidades de Cuidados
Intensivos no se permite la permanencia de ningún familiar
acompañando al enfermo) estos vistan correctamente las ba-
tas, gorros y calzas para acceder a la unidad, número de visi-
tantes por paciente, etc.

La visita de familiares se ajustará al horario establecido en


la Unidad, generalmente coincidiendo en las comidas y cenas
o después de las mismas, por tanto vigilarán que se cumplan
las debidas normas higiénicas e impidiendo a los mismos el
acceso fuera del horario establecido, orientándolos hacia di-
chas bandas ho rarias.

Proveerán que el material limpio (gorros, batas, calzas y


mascarillas si fuesen necesarias) no falte en la habitación habi-
Grúa para movilización
litada, para que los familiares de pacientes ingresados en UCI
puedan proveerse de las mismas. de pacientes

Trasladará a los pacientes, acompañado de médico y personal de enfermería, para la realiza-


ción de pruebas diagnósticas que no puedan llevarse a efecto en la Unidad de Cuidados Intensivos
(TAC, ecografías, etc.). En algunas pruebas (endoscopias, toracocentesis, punción lumbar, etc.) pue-
den requerirle que sujete al paciente para evitar daños con sus movimientos.

Aparato de rayos X portátil

Generalmente las radiografías se harán programadas diariamente mediante aparato portátil de


Rx, el Celador tomará las medidas de protección correspondientes, ayudará al técnico de Rx en la
movilización de los pacientes que lo requieran (no manejará el aparato ni colocará el chasis bajo
el paciente pues esta es una función específica del técnico en imagen para el radiodiagnóstico) y
trasladando el aparato port átil a los diversos boxes.
Serán igualmente aplicables el resto de funciones de Celadores reguladas en el artículo 14.2 de
la Orden de 5 de julio de 1971, reguladora del Estatuto de Personal no Sanitario de Instituciones
Sanitarias.
121
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

3.3. Traslado de un paciente a la UCI/UVI


Consistirá en el transporte de un paciente en situación crítica desde cualquier unidad a UCI, en
el menor tiempo posible y con las mayores medidas de efectividad en el transporte.

El Celador llamará al ascensor y bloqueará la puerta para evitar las esperas innecesarias. Avisada
la UCI, y colocado en la camilla la bala de oxígeno, desfibrilador, ambú y medicación necesaria, se
procederá al traslado con Celador, enfermera y facultativo.

El cambio de cama en UCI se hará con mucho cuidado, pues una precipitada o mala acción puede
desconectar cualquier catéter, vía u otra circunstancia que complique aún más la situación del enfermo.

Efectuado el cambio, el Celador de UCI se encarga-


rá de las tareas propias de su servicio. Posteriormente
recogeremos el aparataje necesario en el traslado (des-
fibrilador, ambú, botella de oxígeno, etc.) y los devolve-
remos a la unidad de procedencia.

En los supuestos de traslado del paciente de UCI


a servicios de diagnóstico (TAC, Ecografía, etc.), el
Celador que acompañe al mismo permanecerá cons-
tantemente junto al equipo de dicho traslado hasta la
finalización del mismo.
Insuflación con ambú

4. El Celador en las Unidades de Urgencias


4.1. Actuación del Celador en unidades de urgencias y ambulancias
4.1.1. La organización de las urgencias
4.1.1.1. Concepto
Los dispositivos de urgencias sanitarias tienen como finalidad garantizar a los usuarios del
Sistema Sanitario Público una atención sanitaria durante las 24 horas del día, para tratar los proce-
sos que no admiten demora y que, por tanto, no son susceptibles de someterse a los tiempos de
espera de la asistencia ambulatoria y de internamiento ordinarios o programados.
Urgencia médica es toda situación que lleva al paciente, testigo o familiares, a solicitar asisten-
cia médica inmediata.
Emergencia médica real es un tipo agravado de urgencia en la que existe «un peligro inmedia-
to, real o potencial, para la vida del paciente, o riesgo de secuelas graves permanentes, si no recibe
atención sanitaria cua lificada sin demora».

4.1.1.2. Dispositivos de urgencias


a) Como antecedentes tenemos:

- El Servicio Nocturno de Urgencias, creado en 1948 por el Instituto Nacional de Previsión.


- Los Servicios de Urgencia de la Seguridad Social, creados en 1964.
122
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Los Equipos de Cirugía de Urgencia.


- Las Casas de Socorro municipales.

b) Actualmente distinguimos:
- Unidades de Urgencias hospitalarias.

- Unidades de Urgencias extra-hospitalarias:

* Servicios Normales de Urgencias.


* Servicios Especiales de Urgencias.

* Servicios de Urgencias de los Centros de Salud o Puntos de Atención Continuada


(PAC).

* Servicios de Urgencias y Emergencias Sanitarias «061» «112», SAMU, SOS emergen-


cias, etc.

Unidades de Urgencias hospitalarias


Son los Servicios de Urgencias de los hospitales generales y de especialidades. Orgá-nicamente
pertenecen al Servicio especializado de Cuidados Críticos y Medicina Intensiva del hospital (tam-
bién denominado Cuidados Críticos y Urgencias) en el que se ubican. Prestan asistencia sanitaria
especializada las 24 horas. Ello quiere decir que el paciente será atendido en urgencias, en su caso,
por el médico especialista en la patología que presenta.

Descripción

Todo hospital debe garantizar la asistencia en todo momento a cua lquier tipo de urgencia mé-
dica, tanto interna como externa, b ien de forma completa o bien parcial, para, una vez asistida,
poder remitirla a otro centro de nivel superior.

Segli'in los servicios que sea capaz de ofertar el Servicio de Urgencias de un hospital, podemos
distinguir hospitales de:
Nivel 1. Es el de menor especialización.
- Nivel 2. Aumenta el número de especialidades médicas con respecto al anterior.
- Nivel 3. hospitales de referencia en los que se atienden urgencias de todas las especialida-
des médicas.
123
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Plan de Urgencias

Los fines y objetivos de la unidad de Urgencias se plasmarán en el Plan de Urgencias, en el que


se tendrán en cuenta los fines y objetivos generales del hospital, según el nivel que este ocupe en
la estructura sanitaria de la Comunidad Autónoma.

El Plan de Urgencias del hospital se integrará en el Plan General hospitalario, e incorporará


las propuestas del Servicio de Medicina Intensiva y de Urgencias, al que se adscribe el Área de
Urgencias, y de las demás unidades médicas y de enfermería.

En cuanto a la organización, el Plan de Urgencias deberá incluir una descripción detallada de la


unidad. Contemplará, al menos, los siguientes apartados:

- Organigrama, personal de la unidad y recursos materiales.

- Funciones, competencias y responsabilidades del personal.

- Programas sobre procedimientos y cuidados a realizar, así como sus responsabilidades y


limitaciones.

- Protocolo de asistencia sanitaria de urgencias.

- Circuito administrativo.

- Circuito asistencial.

- Historia Clínica.

- Programa de formación continuada del personal.

- Sistemas de control y evaluación de resultados.

Zonas diferenciadas

En la unidad de Urgencias se distinguen las siguientes zonas y áreas de trabajo:


- Área de admisión de enfermos.

- Área de espera de pacientes y acompañantes.

- Área de boxes: son cuartos o habitaciones de reconocimiento de pacientes, dotados con el


instrumental suficiente para la práctica de la medicina de urgencias.

- Area de observación: es la zona


en que los enfermos quedan
encamados para observación
clínica de su proceso, antes de
decidirse su ingreso en planta
de hospitalización o el alta.

- Área de SVB (Soporte Vital Básico).

Area de emergencias.

- Área de asistencia específica de


algunas especialidades.

- Despachos de responsables
médicos y de enfermería.
124
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Equipamiento

Los medios técnicos asistenciales con que se cuenta en urgencias son:


- Oxígeno y medios para su administración.
- Equipo de ventilación mecánica asistida.
- Desfibrilizador cardíaco con sincronizador.
- Equipo de monitorización cardio-respiratoria.
- Laringoscopio y tubos endotraquealés.
- Equipos de aspiración gástrica y traqueobronquial.
- Equipos de traqueotomía y toracocentesis.
- Equipos para drenaje pleural y pericárdico.
- Equipos para cateterización uretral.
- Torniquetes y material para clampajes vasculares.
- Instrumental de cirugía menor.
- Equipos de atención obstétrica urgente.
- Medicamentos.
- Equipos para infusión parenteral y administración de sangre y hemoderivados.

Asistencia

Todas las especialidades médicas con que cuente el hospital son susceptibles de ser atendi-
das por el Servicio de Urgencias, al menos integradas en otras especialidades más generales (por
ejemplo, el médico internista de urgencias atenderá las urgencias de reumatología, dermatología,
endocrinología, etc.).

La asistencia sanitaria prestada por la Unidad de Urgencias del hospital comprende:

- Régimen ambulatorio: asistencia en urgencias y alta al domicilio.

- Régimen de observación: permanencia en cama en sala de observación durante un máximo


de 24 horas, para ser dado de alta a domicilio o pasar a ingresar en planta de hospitalización.

Sala de observación

No se incluye, por tanto, la asistencia urgente domiciliaria.


125
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Dependencia

La unidad de Urgencias hospitalaria depende del Servicio de Cuidados Críticos y Medicina


Intensiva del hospital (también denominado cuidados críticos y urgencias en otras Comunidades
Autónomas).

Personal

a) Responsables:
- Un coordinador médico de urgencias.
- Una supervisora de enfermería.
- Un jefe de personal subalterno.
b) Personal facultativo:
- Facultativos no especialistas:
* Médicos de urgencias hospitalarias.

* Médicos generales/de familia de hospital.


Son los llamados «médicos de puerta». Prestan sus servicios exclusivamente en el
Servicio de Urgencias del hospital. Su tarea fundamental es prestar a los pacientes la
primera asistencia médica y derivarlos, en su caso, al médico especialista que corres-
ponda. Tratan y resuelven la mayoría de las urgencias.
- Facultativos en formación:
Son los llamados MIR (médicos internos residentes) que están recibiendo formación de
especialistas en el hospital durante varios años. Entre los distintos servicios en que se
han de formar se encuentra urgencias.
- Facultativos especialistas del hospital:
Son los facultativos especialistas de área y médicos adjuntos que realizan guardias mé-
dicas (de presencia física o localizadas) en la unidad de urgencias del hospital y en otras
unidades hospitalarias. Atienden las urgencias que les remiten los médicos de puerta.
c) Personal sanitario no facultativo:
- Enfermeros (ATS/DUE).
- Téc,icos especialistas.
- Auxi liares de enfermería.
- Como responsable de enfermería habrá un enfermera Supervisora de Urgencias.
d) Personal administrativo:

En admisión de urgencias.
e) Otro personal no sanitario:

Celadores de urgencias.
f) Personal del Servicio de Atención al Paciente.
El personal facultativo presta servicios en urgencias en régimen de guardias médicas, por
módulos de 17 o 24 horas, en tanto que el resto del personal sanitario y no sanitario prestas
sus servicios en urgencias del hospital en turnos rotatorios de mañanas, tardes o noches.
126
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Unidades de Urgencias extrahospitalarias


Servicios Normales de Urgencias y Servicios Especiales de Urgencias

AJ Descripción
Son los dispositivos que prestan asistencia sanitaria de urgencias no especializada entre las
17 h y las 9 h del día siguiente, así como 24 horas los domingos y festivos, hasta las 9 h del día si-
guiente. Se ubican en instalaciones propias o en los Centros de Salud y Centros de Especialidades
(Ambulatorios) a partir de las 17 horas.
1. Los servicios Especiales de Urgencia cubren la asistencia de las poblaciones más importantes
(capitales de provincia y grandes núcleos de población) contando con mayores recursos
humanos y materiales.
2. Los Servicios Normales de Urgencias cubren la asistencia de las poblaciones que cuentan con
ambulatorios y otras que, con un alto volumen de población, cuentan sólo con consulto-
rios. Con la integración de los servicios sanitarios de las Corporaciones Locales en el Sistema
Nacional de Salud, operada por la Ley General de Sanidad a partir de 1986, muchas de las
«Casas de Socorro» de los Ayuntamientos se convirtieron en Servicios Normales de Urgencias.
En las poblaciones de ámbito rural sin cobertura de urgencias por los SNU/SEU (ni por los nue-
vos Centros de Salud) son los propios Médicos Generales de los consultorios los que se encargan
también de la asistencia sanitaria urgente, ambulatoria y domiciliaria, entre las 17 y las 9 h, median-
te rotación por turnos.
En su momento llegó a haber en España varios SEU y hasta 227 SNU. No obstante hoy se pue-
den considerar como un dispositivo sanitario a extinguir al incluirse la asistencia sanitaria de ur-
gencias en los Centros de Salud, y ante la creación de nuevos dispositivos de urgencias como los
Servicios de Urgencias y Emergencias del 061 /112/SAMU.
B) Asistencia
La asistencia de los SNU y de los SEU comprende:
- Asistencia ambulatoria, en el propio centro sanitario.
- Asistencia domiciliaria, en el domicilio del paciente.
No incluye, pues, asistencia en régimen de internamiento, que sólo se presta en los hospitales.
Para la asistencia a domicilio los SNU/SEU cuentan con su propia flota de transporte: ambulan-
cias de distintas características o vehículos no ambulancias conducidos por Celadores-conductores.
C)Personal
Aparte de la estructura directiva y administrativa, el personal de los SNU y los SEU lo conforman:
- Méd icos generales/de familia.
- Enfermeros (ATS/DUE).
- Celadores, conductores o Celadores-conductores.
El personal de los SNU/SEU pertenece a un dispositivo sanitario propio y no al ambulatorio o consul-
torio en donde pueden desarrollar su labor. De este modo, la población protegida por dichos centros sa-
nitarios es atendida tanto en la asistencia ambulatoria ordinaria como en la domiciliaria y la urgente por
el médico general y resto del personal de dicho centro, hasta las 17 horas. Pero a partir de las 17 horas, y
hasta las 9 del día siguiente se garantiza la asistencia sanitaria permanente por el personal del SNU/SEU.
El régimen horario es muy peculiar: realizan una jornada de 16 horas (de 17 a 9 h) cada cuatro días.
127
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Servicios de Urgencias de Atención Primaria (SUAP) o


Puntos de Atención Continuada (PAC)

AJ Descripción
Los Centros de Salud estarán abiertos al público como
mínimo de 9 a 17 horas e incluyen su prestación de urgen-
cias. Prestarán además el resto de las horas atención conti-
nuada o de urgencias en coordinación con otros Centros o
Servicios de la Zona de Salud o Sectorial correspond iente.

La asistencia continuada de urgencias se prestará por el


personal de los Equipos de Atención Primaria de la Zona de
Salud, del Centro de Salud, en turnos rotativos.
B) Asistencia
La asistencia de urgencias comprende tanto la que se
presta en el propio centro como la domiciliaria.
Como Centros de Atención Primaria que son, las urgencias de los Centros de Salud no incluyen
régimen de internamiento, sino sólo ambulatorio y domiciliario.
C) Personal
El personal que presta servicios en urgencias de los Centros de Sa lud es el propio personal del
Equipo de Atención Primaria de la Zona de Salud:
- Médicos generales/de familia.
- Enfermeros y otro personal de enfermería.

- Personal no sanitario (Celadores, entre ellos).


Los servicios prestados fuera de la jornada establecida para la atención de las urgencias en los
Centros de Salud, se retribuyen como complemento de atención continuada.
Como se observa, la organización de las urgencias de los Centros de Salud es análoga a la de
los SNU/SEU.
La progresiva implantación de Centros de Atención Primaria con Puntos de Atención
Continuada y la cobertura por éstos de las urgencias, implica la desaparición de los SNU/SEU, por lo
que ya hoy se consideran un dispositivo a extinguir que permanece como dispositivo sanitario no
reconvertido (en la nueva organización de la Atención Primaria).

Funciones de los Celadores en las Unidades de Urgencias Extrahospitalarias

Además de las funciones generales de los Celadores, en las unidades de urgencias extrahospi-
talarias se encargan de funciones administrativas (dado que no existe este personal en los SUAP/
APC). Dentro de estas funciones están:
- Tomar los datos del paciente, así como reflejar el motivo de la consu lta.
- Verificar los datos de la tarjeta sanitaria.
Recogerá vía telefónica los avisos que se producen para atención médica domiciliaria.
- Velará por el buen funcionamiento del servicio.
- Hablará con los pacientes explicando la situación del equipo sanit ario (si están atendiendo
a un paciente de gravedad los demás pacientes deben esperar).
128
EL CELADOR EN SUPUESTO DETRABAJO 1 11111

- Facilitará la hoja de reclamaciones a usuarios que no estén de acuerdo con la atención


recibida.

- No abandonará su puesto cuando esté solo en el servicio por ausencia del equipo sanitario
(bien por atención de urgencia vital o por aviso domiciliario).

- Podrá derivar urgencias a ot ros dispositivos sanitarios (061/11 2) en situaciones de máxima


emergencia.

Servicios de Urgencias y Emergencias Sanitarias 061/112/SAMU


El Plan Director de Urgencias Sanitarias publicado en noviembre de 1988 por el Ministerio res-
ponsable de Sanidad, se propuso como objetivo la coordinación de todos los dispositivos de ur-
gencias de todos los niveles asistenciales del extinto INSALUD, para obtener la optimización de los
recursos existentes.

Un instrumento de d icho Plan ha sido la creación del Servicio de Urgencias y Emergencias


Sanitarias 061/112/SAMU, que garantiza la asistencia sanitaria de emergencia en cualquier punto
del territorio cubierto por el mismo, disponiendo, para ello, de unidades móviles de cuidados inten-
sivos, terrestres y aéreas (helicópteros) que prestan atención médica intensiva desde el momento
mismo en que se recoge al paciente.
En concreto, el Servicio 061 «presta asistencia sanitaria a las personas con urgencias médicas
cuyo diagnóstico o tratamiento requieren asistencia inmediata y de alta complejidad, a la vez que
comportan un riesgo grave para la vida o pueden producir secuelas graves y permanentes en el
individuo».

El envío de unidades móviles lo determina un coordinador médico según un test de va loración


que cumplimenta mientras atiende la llamada telefónica de la persona que ha comunicado.

Los pacientes son trasladados a las unidades de urgencias hospitalarias.

El personal del Servicio 061/1 12/SAMU lo conforman: médicos, diplomados en enfermería


(ATS/DUE) y técnicos en urgencias y emergencias (conductores).
129
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZDE SALUD

4.1.2. La actuación del Celador en la entrada de Urgencias


Nos vamos a referir a las funciones que corresponde realizar al Celador de una unidad de
Urgencias de hospital, ya que es aquí donde existen más d ispositivos sanitarios y por tanto donde
mejor se puede observar la totalidad de tareas que puede desempeñar este personal. Un Celador
en la puerta de urgencias debe tener flexibilidad y adaptabilidad en las situaciones potencialmente
cambiantes. Sus funciones son:
- Recibir a los pacientes que lleguen a la puerta de ur-
gencias, saliendo a su encuentro, acompañándolos
cuando puedan deambular por su p ropio pie o aco-
modándolos en una silla de ruedas o cam illa, según
requiera su estado. Por ejemplo, a un paciente que
llega con una fractura en la rodilla le colocará en una
silla de ruedas con soporte adecuado para inmovili-
zar la pierna afectada.

- Trasladar al paciente al mostrador de admisión de ur-


gencias para que el persona l administrativo le tome
sus datos personales y de derecho a la asistencia sa-
nitaria. En caso de que su estado de salud no le per-
mita esperar y cumplimentar este trámite adminis-
trativo, lo pasará d irectamente a la zona de triaje o a
la consulta del médico de puerta que proceda.

Triage es una palabra francesa que se escribe triaje que significa clasificación o elección y con
ella denominamos al conjunto de procedimientos sencillos ejecutados sobre una víctima que
orientan en sus posibilidades de supervivencia inmediata y determinan un tiempo límite asisten-
cial para salvaguardar su vida.

Nivel de gravedad Nivel de urgencia Tiempo de atención Color


Nivel 1 Emergencia Inmediata Roj o
Nivel 2 Muy urgente 15 minutos Naranja
Nivel 3 Urgente 30 minutos Amarillo
Nivel4 Menor urgente 60 minutos Verde
Nivel 5 No urgente 120 minutos Azul

Nivel de triaje y tiempo de atención médica recomendada

- Mantener la entrada de urgencias convenientemente surtida de carros y cam illas, así como
cubrir éstas con una sábana (estas sabanillas serán proporcionadas por los auxiliares de
enfermería), retirándola una vez que ha sido usada.

- Cuidar de que el paciente acuda a la zona de boxes o consulta de urgencias acom pañado
sólo por el número de personas que esté permitido (normalmente un familiar o ninguno).

Permitir el acceso sólo a las personas autorizadas para ello.


- Controlar que los acompañantes autorizados a permanecer dentro de la zona de boxes o
consultas con el fam iliar asistido, no accedan a otras zonas no autorizadas. Orientar al fam i-
liar que solicite información hacia el control o hacia el médico responsable.
130
EL CELADOR EN SU PUESTO OE TRABAJO 1 11111

- Cuidar de que los pasillos y zonas de circulación permanezcan despejados de público.

- Indicar a los acompañantes que pasen a la sala de espera en donde serán informados por
megafonía o directamente de las vicisitudes de la asistencia que recibe el paciente.
- Traslado de los pacientes a:
·• Sala de espera de pacientes.

Sala de yesos.

* Sala de observación.

* Radiología.

* Consultas externas.

* Servicios diagnósticos.

•· Cualquier unidad del hospital a la que haya que remitir al enfermo para la realización de
pruebas.

Los pacientes serán trasladados a pie, en camilla o en silla de ruedas, según lo requiera su
estado.

- Traslado de parturientas a Paritorio o zona de Urgencias de Tocoginecología.

- Traslado de pacientes encamados para ingreso en Planta de hospitalización llevando la do-


cumentación del ingreso que realiza admisión.

- Traslado de pacientes a quirófano de urgencias, así como la Historia Clínica del mismo.

- Revisar las balas de oxígeno que se emplean en los traslado para que estén en perfecto
estado cuando vayan a ser utilizadas.

- En caso de no haber cama para un paciente que deba ingresar, el Celador deberá traer una
desde la unidad del hospital en que se localice.

- Avisar a los allegados de los pacientes que ingresan en Planta para que los acompañen.

- Traslado de documentos:

Hojas de interconsulta.

* Cursar analíticas, mediante traslado de petición.

* Pedidos de almacén, fungibles, lencería, farmacia, etcétera.

* Partes de mantenimiento.

- Trasladar a Urgencias determinado material desde el Servicio de Lencería (almohadas, mantas).

- Trasladar al Servicio de Mantenimiento Electromédico la instrumentación médica averiada,


y traslado a Urgencia de la instrumentación médica ya reparada.

- Colaborar en la inmovilización y sujeción mecánica de fos enfermos mentales agitados.

- Sujeción de pacientes a los que se les realiza lavado gástrico o cosido de suturas (en espe-
cial niños).

- Ayudar al personal sanitario en la colocación de férulas de yeso y yesos en general a los


pacientes, cuando por alguna circunstancia se les requiera.
131
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Ayudar al personal sanitario en el lavado de pacientes (en Sala de Observación) y en la reali-


zación de determinadas pruebas (por ejemplo, las punciones lumbares que se realizan a los
pacientes encamados en Observación).
- Ayudar al personal sanitario en la realización de placas radiográficas, bien portátiles en Sala
de Observación, bien normales en el Servicio de Radiología.

- Ayudar al personal sanitario de Observación a la preparación de los cadáveres.


- Traslado de fallecidos (exitus) desde Urgencia hasta el Tanatorio del hospital, y colocación
de los cadáveres en las cámaras frigoríficas.

- Hay ocasiones en los que se notifica al Celador que en las afueras del hospital hay algún
individuo que, aquejado por alguna patología, puede necesitar ayuda urgente (por pér-
didas de consciencia, desmayo, parada cardiorrespiratoria, etc.), en este caso el Celador se
cerciorará de los hechos e informará de inmediato al personal sanitario, siguiendo sus ins-
trucciones para movilizar al paciente.

4.1 .3. El transporte de enfermos en ambulancias


4.1.3.1. El transporte sanitario
El transporte sanitario es una de las prestaciones complementarias del Sistema Nacional de
Salud.
Se denomina transporte sanitario a aquel que se realiza para el desplazamiento de perso-
nas enfermas, accidentadas o por otra razón clínica, en vehículos especialmente acondicionados
al efecto.
El transporte de enfermos, ya sea desde el lugar donde ocurra el siniestro hasta el hospital,
entre hospitales o bien incluso dentro del propio hospital, representa una tarea permanente den-
tro de cualquier sistema sanitario que requiere, no sólo de la dotación de medios adecuados y la
cualificación de los profesionales, sino, además, de una adecuada coordinación.

Sea cua l fuere el carácter del traslado, hay que tener presente que de las condiciones en las
que éste se realice, dependerá en gran medida el pronóstico del enfermo. Es por esto, por lo que
cada día más, se están protocolizando las actuaciones, unificando los documentos de entrega y
recepción de enfermos y cualificando a los profesionales que se encargan de esta tarea específica.

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Documento de prescripción de transporte en ambulancia


132
EL CELADOR EN SU PUESTO DETRABAJO 1 11111

Podemos hacer una primera clasificación de los tipos de transporte, dependiendo de:

- El carácter del transporte: primario, secundario o terciario.

- La urgencia vital: emergente, urgente o demorable.

- Según el medio de transporte: terrestre aéreo o marítimo.

Tipos de transporte dependiendo del carácter del transporte


Según el carácter del transporte podemos diferenciar transporte primario, secundario o
terciario.

Transporte primario

Es el que se realiza desde el lugar donde se produce la emergencia, ya sea en el domicilio, en


el lugar de trabajo, en lugares de publica concurrencia, en la carretera ... hasta el hospital o centro
sanitario de referencia del enfermo.

El carácter de primario se lo da el hecho de que el paciente toma por primera vez contacto con
los equipos sanitarios y no el medio de transporte que se emplee (terrestre, aéreo ... ) o la gravedad
del accidente (tanto el traslado de un paciente crítico tras un accidente de tráfico, como el de un
señor que se fracture un tobillo caminando por la calle, tienen el carácter de primario).

Transporte secundario

Es el que se realiza entre dos centros sanitarios. Admite muchas variantes y por lo tanto los
medios empleados también pueden cambiar mucho.

- El enfermo puede dirigirse desde el centro donde se encuentre a otro, para recibir un tra-
tamiento o cuidados específicos, o bien para realizarle una prueba diagnóstica de la que
carezca el centro emisor.

- Puede trasladarse al centro sanitario de la zona geográfica que le corresponda . Un señor


que tenga un accidente en Barcelona mientras está de vacaciones, pero que habitual-
mente vive en Almería, probablemente una vez estabilizado querrá estar en la ciudad
donde reside.

- Puede trasladarse a otro centro, concertado o privado, en el que por cualquier motivo, con-
sidere que se encontrará mejor.

Transporte terciario

El que se lleva a cabo dentro del propio centro hospitalario. Por ejemplo, desde una planta de
medicina interna hasta la sala de ecografías.
Es, sin duda, el más habitual, pues se realiza miles de veces al día, dentro de cada centro sa-
nitario, pero sin embargo, probablemente, es el que esté aún menos protocolarizado y requiera
de un personal menos específico, aunque debe hacerse con profesionalidad, proporcionando a
la persona seguridad y bienestar. Ya existen sin embargo en algunos centros, equipos destinados
únicamente, a la tarea de mover enfermos dentro de sus propias instalaciones, sobre todo teniendo
en cuenta, las dimensiones de algunos macrohospitales.
133
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Tipos de transporte según la urgencia vital


Según la urgencia vital distinguimos tres tipos de transportes:

Transporte emergente

El transporte de emergencia se realiza con pacientes que necesitan atención sanitaria inme-
diata, por encontrarse en situación de riesgo vital inminente, por lo tanto, se ponen en marcha sin
demora y con prioridad absoluta, en el momento en que se da el aviso.

Transporte urgente

Se realiza con pacientes con patologías que pueden entrañar riesgo vital o disfunción orgánica
grave, pero en los que en principio no se supone que de forma inmediata esté en peligro la vida, o
la aparición de secuelas invalidantes.
El traslado debe realizarse con prontitud, pero puede demorarse unas horas pues se realiza tras
el establecimiento de una indicación diagnóstica o terapéutica precisa y una vez estabilizadas las
funciones vitales del enfermo.

Transporte demorable

En general se denomina transporte demorable a todos aquellos que no precisan una activación
inmediata de los sistemas de transporte.

A su vez se subdividen en no urgentes y programados:


- Transportes no urgentes son todos aquellos que se realizan con pacientes en situación
clínica estable: los que se trasladan a otros centros a recibir un tratamiento o realizarse una
prueba diagnóstica, los que ya retornan a su centro de origen, los que se trasladan a centros
de otros puntos geográficos por razones sociales o familiares, los que han sido dados de
alta pero necesitan ser trasladados hasta su domicilio .. .

- Los transportes programados son aquellos que se rea lizan a centros sanitarios de una
manera periódica: hemodiálisis, radioterapia, rehabilitación ...

Tipos de transporte según el medio empleado


Para transportar a un enfermo se pueden utilizar diferentes medios: terrestre (ambulancia o
tren), aéreo \nelicóptero o avión), o marítimo. Si es un transporte primario, se primará la velocidad
con las suficientes condiciones de cuidados sanitarios; si el traslado es secundario, tendremos que
asegurar que el medio elegido disponga de la infraestructura necesaria para mantener el nivel de
cuidados que ya se ha establecido.
La elección de uno u otro medio de transporte se realiza sobre la base de diferentes factores
como el lugar donde se encuentre el enfermo y la gravedad de su patología, la distancia hasta el
lugar de destino, los recursos disponibles, el costo ...
No existen criterios rígidos por la cantidad de variables que pueden presentarse en cada caso,
pero en general, las distancias menores de 150 km se suelen cubrir en ambulancia, entre 150 y 300
km en helicóptero, y a partir de 300 km en avión. Aunque como prueba de lo variables que pueden
llegar a ser estos criterios, tenemos la gran cantidad de traslados internacionales (larga distancia)
que se suelen realizar en ambulancia. Los medios como el barco o el ferrocarril son menos frecuen-
tes y se suelen reservar para situaciones especiales.
134
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Transporte aéreo

Los medios aéreos que pueden emplearse son el helicóptero, el avión sanitario, o bien el avión
d e línea regular adaptado para alojar al enfermo.

El transporte en helicóptero es más costoso que en ambulancia e implica unas buenas condi-
ciones climáticas y de visibilidad para su uso. Se suele emplear en emergencias primarias en las que
el centro de destino esté a más de 150 km.

La dotación de personal es de un piloto, un mecánico, un médico con experiencia en valora-


ción, tratamiento y transporte de enfermos críticos y un ATS/DUE con experiencia en cuidados y
transporte de enfermos críticos.

El equipamiento sanitario es el mismo que el de las ambulancias asistenciales para soporte vital
avanzado: esfigmomanómetro, fonendoscopio, material de inmovilización, recipiente frigorífico o
isotérmico, instalación fija de oxígeno, respirador, balón de resucitación, equipo de aspiración eléc-
trico, monitor-desfibrilador, maletín de resucitación cardiopulmonar (con material de intubación
endotraqueal y medicación), soluciones de perfusión intravenosa, material fungible (mascarillas
de oxigenoterapia, jeringuillas, agujas, material para punciones percutáneas, sondas uretrales y de
aspiración, guantes, gasas, material de curas ... ).

Características generales del transporte en helicóptero


La mayoría de los helicópteros de asistencia sanitaria, son aparatos ligeros y de dimensiones
reducidas que aprovechan el espacio del copiloto y uno de tripulación para ubicar la camilla, que
se sitúa paralela al eje lo ngitudinal del aparato, por lo que la asistencia en ruta presenta dificultades
que deben estar previstas.
El espacio reducido es el principal problema con que nos encontraremos, por lo que es impres-
cindible estabilizar al enfermo antes de emprender el vuelo.

Como paso previo al embarque del paciente, el equipo sanitario realizará el control de la vía
aérea, drenaje de neumotórax, la canalización de vías venosas, la colocación de sonda nasogástrica
y/o vesical y la inmovilización de las posibles fracturas.

Una vez iniciado el traslado, con el paciente adecuadamente inmovilizado en un colchón de


vacío, se deberá continuar con los cuidados sanitarios, monitorizando las constantes vitales (fre-
cuencia y ritmo ca rdiaco, presión arterial, saturación de oxígeno ... ), el electrocardiograma y el resto
de los parámetros específicos.
135
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

El vuelo en helicóptero presenta en sí mismo determinadas características que pueden afectar


al paciente, a los equipos sanitarios e incluso al propio personal que realiza el traslado.

Son especialmente importante los efectos de los ruidos (en torno a los 100 dB), que impedirán
una auscultación correcta o detectar las alarmas sonoras de los equipos.

Las turbulencias durante el vuelo y las vibraciones, provocan sacudidas bruscas, que obligarán
a fijar al enfermo, personal y equipo con cinturones de seguridad. Es por esto que los fluidos a ad-
ministrar deben estar contenidos en envases de plástico, empleando para su perfusión bombas de
infusión alimentadas con baterías, ya que el conteo de gotas se hace imposible.

Los efectos de la altura pueden provocar la disminución parcial de oxígeno, pero pueden ser
minimizados si se vuela por debajo de los 1000 metros. Puede ser conveniente la reducción del
volumen a administrar en los pacientes conectados a ventilación asistida debido a la expansión de
los gases con la altura.

A pesar de la creencia generalizada, no se ha demostrado que existan interferencias reales entre


el uso del desfibrilador y el instrumental de vuelo, por lo que la desfibrilación cardiaca debe realizarse
siempre que sea necesaria con la única precaución de avisar al piloto del momento en que se realice.

Transporte marítimo

El transporte por mar se puede realizar en barco-hospital, o bien en embarcación rápida en


las ocasiones en las que el accidente ocurra en el mar y no puedan emplearse los medios aéreos
(helicóptero).

Barco-hospital

Son los menos habituales porque, por un lado, el número de accidentes en el mar es mucho
menor que en tierra firme y, por otro, en numerosas ocasiones, aun ocurriendo el accidente en el
mar, se emplean transportes aéreos para trasladar a los enfermos.
136
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

En el transporte marítimo con embarcación rápida, que sólo se emplea para cubrir cortas dis-
tancias, hay que hacer referencia a la importancia de la fijación del paciente y del material a la
estructura de la embarcación para evitar accidentes.

Transporte terrestre

El transporte terrestre se realiza en vehículos especialmente acondicionados al efecto, denomi-


nados ambulancias.

Este tipo de transporte viene regulado en los artículos 133 a 138 del ROTT (Reglamento de la
Ley de Ordenación del Transporte Terrestre) y en el Real Decreto 836/2012, de 25 de mayo, en el que
se establecen las características técnicas, el equipamiento sanitario y la dotación de personal de los
vehículos de transporte sanitario por carretera.

4.1.3.2. Clases de vehículos de transporte sanitario por carretera


Los tipos de vehículos con los que puede realizarse transporte sanitario por carretera, vienen
determinados en el Real Decreto 836/2012, de 25 de mayo. En esta Norma se establecen las carac-
terísticas técnicas, el equipamiento sanitario y la dotación de personal de los vehículos de trans-
porte sanitario por carretera.
El transporte sanitario por carretera podrá ser realizado por las siguientes categorías de vehícu-
los de transporte sanitario:
- Ambulancias no asistenciales, que no están acondicionadas para la asistencia sanitaria en
ruta. Esta categoría de ambulancias comprende las dos siguientes clases:
* Ambulancias de clase A1, o convencionales, destinadas al transporte de pacientes en camilla.
* Ambulancias de clase A2, o de transporte colectivo, acondicionadas para el transporte
conjunto de enfermos cuyo traslado no revista carácter de urgencia, ni estén aquejados
de enfermedades infecto-contagiosas.
- Ambulancias asistenciales, acondicionadas para permitir asistencia técnico-sanitaria en
ruta. Esta categoría de ambulancias comprende las dos siguientes clases:
* Ambulancias de clase B, destinadas a proporcionar soporte vital básico y atención sani-
taria inicial.

* Ambulancias de clase C, destinadas a proporcionar soporte vital avanzado.

Características de los vehículos


Todos los vehículos de transporte sanitario, sea cual fuere su clase, deberán cumplir las siguien-
tes exigencias, sin perjuicio de lo establecido por la legislación de tráfico, circulación de vehículos
a motor y seguridad vial:

- Identificación y señalización:

* Identificación exterior que permita distinguir claramente que se trata de una ambulan-
cia, mediante la inscripción de la palabra Ambulancia detrás y delante. La inscripción
delantera se realizará en sentido inverso para que pueda ser leído por reflexión.

* Señalización luminosa y acústica de preferencia de paso ajustada a lo dispuesto en la


reglamentación vigente.
137
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Documentos obligatorios:

* Registro de desinfecciones del habitáculo y del equipamiento.

* Libro de reclamaciones.

- Vehículo:

* Vehículo con potencia fiscal, suspensión y sistemas de freno adaptados a la reglamen-


tación vigente para el transporte de personas.

* Faros antiniebla anteriores y posteriores.

* Indicadores intermitentes de parada.

* Extintor de incendios, con arreglo a lo dispuesto en la reglamentación vigente.

* Neumáticos de invierno, o en su defecto cadenas para hielo y nieve, al menos para el


periodo comprendido entre noviembre y marzo, ambos incluidos.

* Herramientas para la atención del vehículo.

* Señales triangulares de peligro.

- Célula sanitaria:

a. Lunas translúcidas. En el caso de los vehículos de transporte colectivo podrán optar por
otro dispositivo que asegure eventualmente la intimidad del paciente.

b. Climatización e iluminación independientes de las del habitáculo del conductor.

c. Medidas de isotermia e insonorización aplicadas a la carrocería.

d. Revestimientos interiores de las paredes lisos y sin elementos cortantes y suelo antides-
lizante, todos ellos impermeables, autoextinguibles, lavables y resistentes a los desin-
fectantes habituales.

e. Puerta lateral derecha y puerta trasera con apertura suficiente para permitir el fácil ac-
ceso del paciente.

f. Armarios para material, instrumental y lencería.

g. Cuña y botella irrompibles.

Junto a las anteriores exigencias, cada una de las distintas clases de ambulancia deberá cumplir
las condiciones que específicamente se señalan en la norma UNE-EN 1789:2007 + A 1: 201O (esta
norma especifica que todas las ambulancias serán pintados de color amarillo, con estándares espe-
cíficos de color, como el color del cuerpo principal. El color amarillo fue escogido principalmente
porque sigue siendo visible en casi todas las personas en todas las condiciones de iluminación,
incluida la mayoría de las personas con daltonismo).

Las ambulancias asistenciales deberán contar, además, con dispositivos de transmisión de da-
tos y localización GPS con su Centro de Coordinación de Urgencias (CCU).

Deberá garantizarse en todo momento la comunicación de la localización del vehículo con el


Centro de Gestión del Tráfico correspondiente, bien por comunicación directa desde el vehículo o
bien desde el citado centro.

La disposición de camilla será opcional en las ambulancias de clase A2.


138
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Sin perjuicio de lo establecido en los apartados anteriores, los vehículos de transporte sanitario
deberán cumplir con las exigencias en materia de homologación de vehículos establecidas confor-
me a la Directiva 2007/46/CE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 5 de septiembre de 2007,
por la que se crea un marco para la homologación de los vehículos a motor y de los remolques, sis-
temas, componentes y unidades técnicas independientes destinados a dichos vehículos, así como
la normativa nacional dictada en España para su transposición.

Dotación de personal

Dotación mínima de los vehículos

Los vehículos destinados a la prestación de los servicios de transporte sanitario deberán contar
durante su realización con la siguiente dotación de personal:

a. Las ambulancias no asistenciales de clases A 1 y A2, deberán contar, al menos, con un con-
ductor que ostente, como mínimo, el certificado de profesionalidad de transporte sanita-
rio y, cuando el tipo de servicio lo requiera, otro en funciones de ayudante con la misma
cualificación.

b. Las ambulancias asistenciales de clase B, deberán contar, al menos, con un conductor que
esté en posesión del título de formación profesional de técnico en emergencias sanitarias
o correspondiente título extranjero homologado o reconocido y otro en funciones de ayu-
dante que ostente, como mínimo, la misma titulación.

c. Las ambulancias asistenciales de clase C, deberán contar, al menos, con un conductor que
esté en posesión del título de formación profesional de técnico en emergencias sanitarias
o correspondiente título extranjero homologado o reconocido, con un enfermero que os-
tente el título universitario de Diplomado en Enfermería o título de Grado que habilite para
el ejercicio de la profesión regulada de enfermería, o correspondiente título extranjero ho-
mologado o reconocido. Asimismo, cuando la asistencia a prestar lo requiera deberá contar
con un médico que esté en posesión del título universitario de Licenciado en Medicina o
título de Grado que habilite para el ejercicio de la profesión regulada de médico, o corres-
pondiente título extranjero homologado o reconocido.

139
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Dotación de personal en las empresas

La dotación mínima de personal con que deberá contar en todo caso la empresa o entidad, de
conformidad con lo que, a tal efecto, determinen conjuntamente los Ministros de Fomento y de
Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, pertenecerá a la plantilla de la empresa o entidad titular de
la autorización de transporte sanitario que deberá acreditar encontrarse en situación de alta y al
corriente de pago en las cuotas del régimen que corresponda de la Seguridad Social.

4.1.3.3. Documentación legal del vehículo


Además del permiso de conducción con la autorización BTP del Técnico que conduce la ambu-
lancia, hace falta poseer una serie de documentos legales referentes al vehículo. Esta documenta-
ción está regulada en el Real Decreto 2822/1998, de 23 de diciembre, por el que se aprueba el
Reglamento General de Vehículos (concretamente en su artículo 26):

El conductor de un vehículo queda obligado a estar en posesión y lleva r consigo, así como a
exhibir ante los agentes de la autoridad que se lo soliciten, los siguientes documentos:

- El permiso de circulación. Aquí figurarán datos como la matrícula, fecha de la primera ma-
triculación, marca y modelo, datos del titular, masa máxima autorizada (MMA), servicio a
que va destinado.
- La tarjeta de inspección técnica del vehículo (ITV). La tarjeta ITV es el documento regulado
en el artículo 13 del Real Decreto 750/2010, de 4dejunio, por el que se dictan normas so-
bre homologación de tipos de vehículos, remolques, semirremolques, así como de partes y
piezas de dichos vehículos, que se emite por los fabricantes de vehículos automóviles o los
importadores o sus representantes legales, o por las autoridades competentes en inspec-
ción técnica de vehículos en las Comunidades Autónomas, y que acredita las características
técnicas de los automóviles fabricados, así como el historial de sus inspecciones técnicas o
de sus modificaciones introducidas a lo largo de su vida útil.
- En los conjuntos de vehículos formados por automóviles que arrastran remolques o semi-
rremolques cuya masa máxima autorizada sea inferior o igual a 750 kilogramos, la tarjeta de
inspección técnica del remolque o semirremolque y en el reverso de la tarjeta de inspección
técnica del automóvil figurará que lleva instalado un sistema de acoplamiento compatible
con el del remolque, de acuerdo con la legislación vigente.

A esta documentación hay que añadir el seguro del vehículo en vigor, el cual es obligatorio
como se plasma en el Real Decreto 1507/2008, de 12 de septiembre, por el que se aprueba el
Reglamento del seguro obligatorio de Responsabilidad Civil en la circulación de vehículos a motor
y en algunos casos de tarjeta de transporte: la realización de actividades de transporte sa nitario pú-
blico o privado complementario por carretera requerirá la obtención, para cada vehículo dedicado
a la misma, de una autorización administrativa que habilite para su prestación, de conformidad con
lo dispuesto en el art. 135 del Reglamento de la Ley 16/1987, de 30 de julio, de Ordenación de los
Transportes Terrestres, aprobado por el Real Decreto 1211 /1990, de 28 de septiembre.

No será, por el contrario, precisa la obtención de dicha autorización para la realización de trans-
porte sanitario oficial por los órganos de las Administraciones públicas con vehículos de su titularidad.

También la mayoría de las Comunidades Autónomas solicitan una certificación técnico-sani-


taria acreditativa que ellos mismos facilitan (se otorgará por un plazo de dos años para vehículos
nuevos y de un año a partir del segundo año de antigüedad, hasta el cumplimiento de los ocho
años de antigüedad máxima establecida). Esta certificación está regulada en la Orden de 3 de sep-
140
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

tiembre de 1998, por la que se desarrolla el reglamento de la Ley de ordenación de los transportes
terrestres, aprobado por el Real Decreto 1211/1990, de 28 de septiembre, en materia de trans-
porte sanitario por carretera.

4.1.3.4. Documentos de objetos personales, hoja de reclamaciones ynegación al traslado


Una situación que se repite en el tiempo, es la guardia y custodia de los bienes de valor y
los objetos personales del paciente transportado. Habitualmente esta situación se solventa me-
diante la utilización de unos recipientes especiales en los que firmarán el que recibe y el que hace
entrega de los bienes. Estos recipientes suelen ir acompañados de un documento tipo en el que se
hace referencia a cada uno de los objetos.

§, ' '!~
ü~-"ñ¡~,
GUARDA Y CUSTODIA
DE BIENES De VALO U

En cuanto a las hojas de reclamaciones, estas son el principal instrumento que tiene el pa-
ciente para dejar constancia ante la Administración de su disconformidad con el servicio prestado
y reclamar su restitución o una indemnización por el daño causado.

Todos los establecimientos de las empresas están obligados a facilitarlas a los usuarios cuando
éstos la soliciten, incluido las ambulancias. Es un documento con tres copias: una para el estableci-
miento, otra para el consumidor y una para la Administración.

En la hoja de reclamaciones hay que expresar:


- Los hechos reclamados que, de forma sencilla y clara, expongan de manera concisa la razón
que ha provocado su insatisfacción, y cuál es la solución que desea obtener.

- Indicar la fecha y la hora en la que sucedieron los hechos.

- Sus datos personales, en concreto su domicilio, a efectos de recibir la contestación por es-
crito de la empresa.

- Los datos de la empresa o establecimiento; no se pueden negar a facilitárselos.

- Firmar la hoja de reclamación.

La negación al traslado es un derecho que tienen los pacientes; para poderse llevar a cabo es el
mismo paciente el que tiene que firmarlo. Es parecido a una alta voluntaria. Cuando se atiende a un
enfermo y se necesita el traslado, éste tiene que dar su conformidad, en caso contrario debe firmar
ese documento. Por cuestiones prácticas suele ser un apartado de la hoja de registros.
141
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.1.3.5. Seguridad activa y pasiva en las intervenciones


Señales acústicas y luminosas
Es preciso hacer uso de las señales luminosas y acústicas en todos aquellos casos en que la
ambulancia se encuentre activada y prestar una especial atención a:

- Circulación colapsada.

- Circulación fluida, pero densa.

- Adelantamientos en vías de un solo carril por sentido.

- Cruces con semáforos en rojo o en ámbar, haciendo uso de las mismas por lo menos cin-
cuenta metros antes.

- Cruces sin semáforo, con independencia de la preferencia.

- Calles con gran afluencia de gente o pasos de peatones.

- Circulando por el carril contrario.

- En cambios de rasante, curvas y lugares con visibilidad limitada.

- En maniobras especialmente peligrosas.

Por otra parte, podemos decidir no emplear la señal acústica cuando hay circulación fluida sin
densidad de tráfico, cuando se adelante en vías de más de un carril por sentido sin densidad de trá-
fico, cruzando semáforos en verde, en la cercanía de hospitales y cuando la patología del paciente
no lo haga aconsejable.

Las señales luminosas deben ser perfectamente vistas tanto desde la parte anterior del vehícu-
lo como de la posterior.

Hay que tener presente que el uso de señales acústicas o luminosas no exime al conductor de
responsabilidad en caso de colisión o accidente.

Empleo de la calzada
Hay que mantener una separación con los vehículos que nos precedan, equiparable a la distan-
cia de seguridad en la conducción de turismos; al mismo tiempo, es necesario circular, como norma
general, por el carri l izquierdo, evitando el cambio repetitivo a otros carriles y teniendo presente
que todos estos movimientos afectan negativamente al paciente.

En situaciones de colapso de la circulación, se puede circular sobre las líneas separadoras de los
carriles de ambos sentidos.

Cuando el colapso de la circulación sea total, se puede emplear el carril del sentido opuesto,
siempre y cuando la visibilidad sea absoluta y moderando la velocidad.

Si empleamos el arcén, debemos tener la certeza de que es transitable y que no conllevará


riesgo para el paciente.

En todas estas maniobras habrá que extremar las precauciones y no olvidar que el conductor es
responsable de los accidentes que de ellas pudieran derivarse.
142
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Estacionamiento de la ambulancia
Es preciso detener la ambulancia en un lugar que permita la adecuada realización de las tareas
asistenciales y que posibilite, del mismo modo, el normal funcionamiento de la circulación, desco-
nectando las señales acústicas.

En casos de accidentes, es preceptivo señalizar y establecer la zona de peligro, deteniendo la


ambulancia allí donde pueda servir de barrera física entre el lugar donde va a desarrollarse la actua-
ción y los vehículos que circulen en el sentido del tráfico en el que nos encontremos.

4.1.4. Transporte sanitario en situaciones especiales


Antes de detenernos en algunas consideraciones sobre las condiciones especiales de traslado
de determinado tipo de pacientes, es necesario que recordemos una serie de recomendaciones
que nos permitirán un traslado más cómodo y seguro para el paciente.
Entre estas recomendaciones, hay que destacar:
- Fijar vías venosas y sondas.
- Evitar cambios innecesarios de camillas.
- Inmovilizar, si procede, columna vertebra l y miembros.
- Colocar adecuadamente al paciente según la patología y con la cabeza en el sentido de la
marcha.

Tipo de Contraindica- Control y


Indicaciones
instalación dones precauciones
Inconscientes
Decúbito supino Víctimas graves Nivel de
Algunos heridos
Piernas extendidas Algunos heridos leves consciencia
en tórax
Decúbito supino Estabilidad de
Heridas en abdomen Inconscientes
Piernas flexionadas miembros inferiores
Decúbito supino Hipovolemia Estabilidad del pa-
Inconscientes
Piernas elevadas Shock ciente en la camilla
Alteraciones del nivel de cons- Algunos heridos Estabilidad del pa-
Posición lateral
ciencia en tórax ciente en la camilla
Heridos en tórax, conscientes Estabilidad del
Trastornos de
Semisedestación Trastornos de la ventilación paciente en la
consciencia
(cabeza elevada 30°) Traumatismos craneoence- camilla
Shock
fálicos Nivel de consciencia
Heridos muy leves Control global para
Sed estación
Edema Agudo de Pulmón ver empeoramiento

Posiciones especiales de transporte

4.1.4.1. Neonatos
Posiblemente el traslado más diferenciado sea el traslado de niños recién nacidos, para los que
se hace preciso el empleo de una incubadora.
143
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Las características que diferencian la estabilización del neonato durante su traslado compren-
den los siguientes aspectos:
- Ruido excesivo. Un sonido permanente superior a 80 dB puede incrementar espectacular-
mente la desaturación de oxígeno en la sangre arterial del neonato.
- Vibración. La vibración durante el transporte del neonato tiene un efecto incierto sobre él,
pero puede dificultar en gran medida su observación.
- Temperatura ambiental variable. Las condiciones ambientales pueden influir, notable-
mente, en la temperatura de los neonatos, haciendo indispensable el control riguroso de
un ambiente térmico neutro.
Conocidos los inconvenientes que subyacen al transporte del neonato en situación crítica, se
impone el empleo de estrategias que reduzcan al mínimo el impacto de estas dificultades:
- Estabilizar cuidadosamente al neonato antes de transportarlo, empleando para ello el tiem-
po y los medios necesarios.
- Anticiparse al agravamiento, preparando al paciente no sólo para solucionar problemas ya instau-
rados, sino para prevenir dificultades y complicaciones que puedan surgir durante el transporte.
- Preparar minuciosamente el vehículo con los medios necesarios para prestar un adecuado
cuidado al recién nacido.
- Vigilar electrónicamente el mayor número posible de parámetros fisiológicos.

4.1.4.2. Pacientes psiquiátricos


Son pacientes que presentan especiales dificultades en el manejo previo y durante el traslado.
En los casos de agitación psicomotriz será preciso la contención física y, en muchos casos, la ad-
ministración de fármacos que procuren la sedación suficiente, sin o lvidar, en ningún momento, la
utilización de habilidades comunicativas y otro tipo de intervenciones de tipo psicológico.
No debería, en ningún caso, iniciarse el traslado de un paciente agitado hasta que se ofrezcan
las garantías de seg uridad imprescindibles para su realización.

4.1 .4.3. Embarazadas


En el caso de mujeres gestantes, lo importante en el traslado es asegurar la comodidad de lapa-
ciente; para traslados por patologías de carácter general, se atenderá, de forma general a instalarla
en función de su patología, pero si el traslado sobreviene como con: ecuencia de su embarazo, la co-
locación de la gestante en la camilla seguirá las recomendaciones expresadas en la siguiente tabla:

Enfermedad - situación Posición


Hemorragia vaginal. Descenso de la cabeza (Trendelenburg).
Síndrome de compresió n de la vena cava Tronco elevado.
inferior. Decúbito lateral izquierdo.
Edema, proteinuria, hipertensión Elevación de la cabeza.
arterial (eclampsia). Decúbito lateral izquierdo.
Parto inminente. Decúbito dorsal plano o sobre el lado izquierdo.
Prolapso del cordón umbilical. Descenso de la cabeza (Trendelenburg).
Elevación de la cabeza.
Parto inminente.
Flexión máxima de las piernas.
144
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

4.1.5. Posiciones del transporte


Cualquier movilización que se realice con un enfermo para trasladarlo, independientemente
del medio de transporte que se utilice, debe ser realizada de forma planificada y meticulosa, extre-
mando los cuidados de inmovilización de columna y miembros en el caso de enfermos que hayan
sufrido traumatismos de cualquier índole.

4.1.5.1. El uso de la camilla de cuchara y el traslado a la ambulancia


El empleo de las llamadas camillas de "cuchara" o "tijera" se limita al traslado del enfermo poli-
traumatizado hasta su lugar de transporte: ambulancia, helicóptero... para posteriormente deposi-
tarlo sobre el medio de transporte elegido.

La primera maniobra a realizar es medir la camilla de tijeras, la


colocaremos sin desmontar, junto al paciente, y la alargaremos hasta
conseguir la medida más oportuna, que debería ser en todo caso, que
sobresalga del paciente, no que el paciente sobresalga de la camilla.

La segunda maniobra a realizar será desarmar en dos la camilla


situando cada parte a un lado del paciente. La parte más estrecha se
reservará para los miembros y la más ancha para el tronco.

En un primer momento habrá que girar al enfermo hasta la posi-


ción de decúbito supino, para lo cual necesitaremos, al menos, tres
personas.

El primer operador, que suele ser el de más experiencia, se encargará por un lado de dirigir la
maniobra y por otro de abrir la vía aérea. Será el responsable de traccionar y controlar la columna
cervical durante la maniobra. Manteniendo inmovilizada la cabeza mediante una ligera tracción.

El segundo operador colocará el collarín cervical (en caso de traumatismo). Alineará los miem-
bros superiores e inferiores y se situará de rodillas junto al enfermo en el lado hacia el que se vaya
a realizar el giro.

Siempre bajo la dirección del primer operador que estará permanentemente al cuidado de la
columna, el segundo y tercer operador introducirán sus manos por el lado del paciente opuesto al
que se vaya a realizar el giro, el segundo sujetará a la altura de los hombros y cadera, el tercero a
la altura de las caderas, haciendo un cruce de brazos con el segundo y sujetando a la altura de la
espinilla, para poder rotar el tronco hacia sí mismo.
145
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Con el cuerpo semirrotado, se introducirá la primera mitad de la camilla, dejando nuevamente


al enfermo en la posición original.
A continuación se realiza la misma operación pero desde el lado opuesto, con lo que tendre-
mos situado al enfermo sobre la camilla.
En la última parte de la operación, cerraremos los anclajes superiores e inferiores de la camilla y
sujetaremos al enfermo a ella al menos con tres correas (existen muchos modelos en el mercado con
diferente número de correas de afloje rápido, siendo los modelos con 4 correas los más utilizados).

Ayudándonos por las asas de la camilla trasladaremos al enfermo hasta la ambulancia y, una
vez allí, el enfermo será colocado en sentido longitudinal a la marcha (con la cabeza en el sentido
de ésta en las ambulancias o indistintamente en los helicópteros) y a su vez lo sujetaremos con las
correas de la camilla de la ambulancia, proporcionando así un mínimo movimiento del paciente en
la camilla y logrando a su vez que la columna vertebral esté completamente derecha.

4.1 .5.2. Posiciones básicas de traslado


Las posiciones básicas en las que se puede trasladar el enfermo son las siguientes:

a) Tronco semi incorporado


Es como la posición de Fowler o semifowler (dependiendo de los grados de inclinación) y se
utiliza sobre todo para trasladar enfermos con patologías respiratorias (asma, enfisema, bronquitis
crónica, edemas de pulmón, etc.), y para los que han sufrido un traumatismo craneoencefálico.

b) Decúbito supino
Sobre todo se emplea para trasladar a enfermos en los que se sospeche un posible traumatis-
mo medular.

c) Decúbito supino con piernas flexionadas


Se emplea para trasladar a enfermos con dolor o traumatismos abdominales.

146
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

d) Posición antishock
Pacientes con hipoglucemia. Hipotensión.

Cumple la misma función que la posición de Trendelenburg, pero es más cómoda para el traslado.
Se emplea, al igual que esta, para los pacientes que han sufrido un síncope o puedan realizar un shock
hipovolémico por pérdidas hemáticas, a fin de intentar restablecer y salvaguardar el riego cerebral.

e) Posición antitrendelenburg
Esta posición requiere sujeción axilar y pélvica y se emplea en posibles TCE y fracturas de
columna.

f) Posición lateral de seguridad (SIM)


Se emplea en paciente con bajo nivel de consciencia, para mantener despejada la vía aérea y
prevenir la aparición y posible aspiración de vómitos

g) Decúbito lateral izquierdo


Se emplea en pacientes embarazadas a partir de los 6 meses, en las que el tamaño del úte-
ro pueda comprimir la vena cava inferior provocando el "síndrome de hipotensión en decúbito
supino''.

4.1.5.3. Consideraciones generales del traslado


Independientemente del medio y la posición elegida para el traslado, un miembro del equipo
debe permanecer en todo momento en el compartimento asistencial junto al enfermo.

En las t rasmisiones de información hay que cuidar la confidencialidad y la intimidad del pacien-
te, poniendo atención en los comentarios que pudieran afectar al enfermo.

Durante el trayecto debemos garantizar en todo momento la monitorización de las funciones


vitales del enfermo a fin de prevenir posibles alteraciones: frecuencia y ritmo cardiaco, control de
la tensión arterial, pulsioximetría.
147
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.1.6. Funciones del Celador en ambulancias


En el antiguo Estatuto de Personal no Sanitario se establecía que los Celadores «tendrán a su car-
go el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución como en el servicio de ambulancias».

Las concretas tareas que debe realizar el Celador en relación con las ambulancias son:

- Trasladar a los pacientes en camilla o silla de ruedas desde el centro sanitario hasta la puerta
de acceso de la ambulancia y viceversa.

- Pasar al paciente desde la camilla del hospital hasta la camilla de la ambulancia cuando se
vaya a trasladar. Esta es una maniobra que se ha de realizar simultáneamente entre varios
profesionales (sanitarios y personal de la ambulancia): se colocan ambas camillas juntas, se
sujeta la sábana sobre la que descansa el paciente por varios puntos alrededor del mismo y
todos a la vez alzan la sábana con el paciente, pasándolo en un instante a la otra camilla.
- En sentido inverso, pasar al paciente desde la camilla de la ambulancia hasta la camilla del
hospital. El momento de este traspaso va a depender de la urgencia de la atención, si es de
trato inmediato se introducirá la camilla de la ambulancia hasta triaje o hasta la consulta
médica. La documentación clínica que portan los miembros de la ambulancia en relación
con el paciente será entregado por el Celador al médico de guardia.

Así mismo no bajaremos a una persona de la camilla de la ambulancia (bien a una silla de rue-
das o a una camilla del hospital) hasta que haya sido valorado por personal sanitario.

- Ayudar al paciente a introducirse en la ambulancia, en caso de que éste no vaya en camilla,


sino en silla de ruedas o por sus propios medios.

- Ayudar al conductor o conductor-Celador de la ambulancia, en caso de dificultad en la


maniobra de introducción o salida de la camilla en la ambulancia. Hoy día las ambulancias
tienen incorporados sistemas automáticos de entrada- salida de las camillas con patas ple-
gables y desplegables automáticas.

- Acompañar al paciente durante el traslado en la ambulancia si es ordenado por la supervi-


sora de urgencias. El Celador irá sentado en el asiento existente al efecto junto al enfermo.
Al llegar al destino preparará todo lo necesario para bajarlo. Como ya se ha dicho, la mayo-

148
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

ría de las ambulancias son concertadas, con su propia tripulación, por lo que esta función
rara vez se ejerce. Dentro de la ambulancia ayudará al personal sanitario en las mismas
tareas que le corresponde respecto de los pacientes encamados del hospital; por ejemplo,
mover a los que lo necesiten: ayudando en el movimiento y traslado de los enfermos enca-
mados que requieran un trato especial.

4.2. Traumatismos, heridas y quemaduras


4.2.1. Traumatismos
Se ha estimado que entre el 15 y el 20% de las muertes en politraumatizados devienen como
consecuencia de un rescate defectuoso y un inadecuado transporte, por lo que es necesario contar
con personal cualificado que acuda al lugar del siniestro y que emprenda inmediatamente la eva-
luación, estabi lización y transporte de las posibles víctimas.

La complejidad de las situaciones que se presentan y su diversidad justifican que seamos meti-
culosos en cada uno de los pasos a dar, de manera que cada uno lleve al siguiente.

La intervención prehospitalaria debe establecerse mediante una serie de pautas estandariza-


das, basadas en experiencias amplias y contrastadas, que minimicen la necesidad de decidir ante
los problemas que se presenten y permitan dar una respuesta óptima.

Con fines prácticos se ha desarrollado un decálogo de acciones, que contiene la estructura


táctica de intervención ante cualquier situación crítica y da las claves para la asistencia prehospita-
laria en todo tipo de emergencia, tanto individual como colectiva, consiguiendo así los criterios de
seguridad y eficiencia que exige nuestra intervención.

4.2.2. Fases del decálogo prehospitalario


4.2.2.1. Primera fase: Alerta
La alerta es una actitud de "espera y listos" que permite una participación positivamente activa y
adaptada ante un problema, de modo que pueda resolverse la situación determinada.

La fase de alerta incluye:

- Posibilidad de acceso al sistema por parte del usuario mediante una línea telefónica directa
de fácil memorización (3 cifras).
- Recepción asegurada del mensaje, activado las 24 horas del día.

- Análisis de la dem anda por el operador, seleccionando, confirmando y desglosando el


máximo de datos sobre la situación, para adaptar la respuesta.

- Disponibilidad del material (sanitario y no sanitario) necesario para el desarrollo de una


misión determinada con todas las garantías de seguridad y eficiencia.

- Disponibilidad de profesionales con los conocimientos y habilidades adecuados.

- Protocolización de procedimientos operativos.

- Existencia de planes preestablecidos ante diferentes situaciones de emergencia.

- Adiestramiento continuado y periódico.


149
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.2.2.2. Segunda fase: Alarma


Es el paso, sin solución de continuidad, de la fase de espera a la acción propiamente dicha. Esta
fase implica la puesta en marcha del Sistema de Emergencias. Recibida una información valorable,
los dispositivos se activan de forma automática.

La fase de alarma incluye dos aspectos:

- Análisis y tratamiento de la llamada, mediante un interrogatorio dirigido a determinar el


lugar y el motivo del siniestro, número y condiciones de los accidentados, así como locali-
zación y distribución de los recursos más próximos y orden de intervención.

- Salida inmediata del equipo de intervención y activación de los servicios de apoyo


necesarios.

4.2.2.3. Tercera fase: Aproximación


Esta fase consiste en el acceso al lugar del siniestro por el camino más seguro, rápido y más corto
(por este orden).

La llegada al punto de asistencia debe cumplir unas normas básicas de seguridad para prevenir
la aparición de nuevos riesgos y en las mejores condiciones de protección del personal, equipos y
lesionados.

La protección en estos casos incluye medidas pasivas (alarmas acústicas y visuales, elementos
reflectantes en la uniformidad, cascos...) y activas (mantener la distancia de seguridad, desconexión
de equipos eléctricos, prevención de incendios, explosiones o derrumbes...).

Es importante realizar una primera eva luación de riesgos sobreañadidos y la determinación de


las rutas y accesos preferentes para posteriores apoyos.

4.2.2.4. Cuarta fase: Aislamiento y Control


Para prevenir nuevos accidentes sobreañadidos al siniestro, impedir el acceso de curiosos y
espectadores y evitar la difusión, se acotará el lugar del evento, procediendo a balizar la zona.

Incluimos igualmente el obtener una valoración global de la situación así como la evaluación
de nuestras posibilidades asistenciales. Una segunda inspección se hace precisa para dimensio-
nar el alcance real del siniestro y hacer una estimación de las necesidades de apoyo sanitario o
de otro tipo.

Una vez obtenida toda la información será transmitida al Centro Coordinador.

4.2.2.5. Quinta fase: Triaje


El triaje es la clasificación de los pacientes en el lugar del siniestro. Su objetivo es adecuar las
posibilidades asistenciales surgidas, priorizar la actuación, determinar las técnicas de transporte
necesarias así como el momento y el medio más idóneo de transporte de cada víctima.

Esta clasificación se realiza en función del número de lesionados, edad, gravedad, distancia y
nivel de los hospitales, recursos sanitarios de la zona y medios de transporte disponibles.
150
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

En el triaje se organizará la atención de los pacientes según su gravedad

Esta clasificación se realiza en función del número de lesionados, edad, gravedad, distancia y
nivel de los hospitales, recursos sanitarios de la zona y medios de transporte disponibles.
Tras realizar el triaje, todas y cada de las víctimas tendrán asignada una categoría en función
de su criterio diagnóstico y riesgo terapéutico, del mismo modo, se le habrá colocado una etiqueta
identificativa.

4.2.2.6. Sexta fase: Soporte Vital (básico y avanzado)


Calificamos como Soporte Vital al conjunto de maniobras de reanimación indispensables que
hacen posible la supervivencia de un paciente, evitando añadir nuevas lesiones. Las medidas inmi-
nentes irán encaminadas al control de una respiración y circulación efectivas.

4.2.2.7. Séptima fase: Estabilización


Al conjunto protocolizado de actuaciones dirigidas a conseguir que las funciones ventilatorias
y hemodinámicas de un individuo críticamente lesionado están aseguradas durante el tiempo de
su traslado a un Centro Útil, lo denominamos estabilización.

Concluida la fase de Soporte Vital Avanzado, la víctima puede encontrarse estabilizada o re-
querir medidas adicionales (monitorización, tratamiento de posibles arritmias, drogas vasoactivas,
sondaje gástrico y/o vesical...) antes o durante el transporte sanitario.
151
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

En determinadas ocasiones la estabilización prehospitalaria es imposible dadas las característi-


cas de las lesiones, por lo que se efectuará el transporte inmed iatamente al Centro Útil más próxi-
mo tras las maniobras de Soporte Vital.

4.2.2.8. Octava fase: Transporte


El traslado del paciente lo efectuaremos en el medio más adecuado, con personal cualificado y
manteniendo ininterrumpidamente los cuidados que el paciente requiere. La camilla de tijeras es el
medio adecuado de transporte para paciente politraumatizados con sospecha de lesión raquídea.
En esos casos el Celador será ayudado y asesorado por el personal médico y de enfermería.

No se debe iniciar un traslado sin haber contestado correcta y racionalmente las siguientes preguntas:
- ¿A dónde? El centro de destino será el Centro Útil para esa víctima según su patrón lesiona!,
es decir, aquel que garantice su asistencia completa.
- ¿Por dónde? Por la ruta más accesible, segura y confortable, que no siempre es la más corta.
- ¿Cómo? Con las mejores garantías y soporte asistencial posible.
- ¿Cuándo? Una vez resueltas racionalmente las anteriores cuestiones.
Iniciaremos el transporte cuando el paciente se encuentre estabilizado, siempre que sea posible.
El medio de transporte seleccionado entre los disponibles será aquel que asegure la continui-
dad de los cuidados para el nivel de gravedad de la víctima.

4.2.2.9. Novena fase: Transferencia


Una vez llegados al Centro Útil, se hace necesaria e indispensable la entrega física, oral y docu-
mentada del paciente al médico receptor.

La transferencia del paciente supone el solapamiento de la asistencia prehospitalaria y hospi-


talaria sin fisuras ni interrupciones.

La transferencia debe quedar registrada en una ficha básica de Emergencia que contenga: fi-
liación del paciente, historia y patología que presenta, asistencia realizada, controles, incidencias,
centro y facultativo receptor, equipo asistencial, fecha y hora.

La trasferencia puede verse facilitada por la alerta efectuada con anterioridad a la llegada del
paciente al centro receptor por el centro coordinador.

4.2.2.1 O. Décima fase: Reactivación del sistema


Tras dejar al paciente bajo cuidados asistenciales hospitalarios, se deben reintegrar al sistema
todos los medios empleados en la intervención, revisando los equipos y reponiendo el material
gastado para quedarnos nuevamente en situación de alerta.

4.2.3. Hemorragias
La hemorragia se define como la salida masiva de sangre de los vasos sanguíneos, por la rotura
de los mismos. La rotura de un vaso sanguíneo puede ser debida a causas mecánicas (heridas, des-
garros, cortes, etc.) o bien hemorragias patológicas sin trauma aparente alguno.
152
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Una hemorragia es tanto más grave cuanto más cantidad de sangre sale y con mayor rapidez.
Si hay una pérdida de más de un litro de sangre en una persona adulta o más de medio litro en un
niño, puede considerarse una hemorragia grave y puede dar lugar a un shock hipovolémico.

Amputación de la última falange del dedo meñique

Las pérdidas de sangre que tienen lugar en un corto periodo de tiempo son más peligrosas que
las que se producen en un tiempo mayor.
Para controlar las hemorragias se produce la unión de plaquetas alrededor del vaso sangrante
para formar un coágulo que impida que siga saliendo sangre fuera del mismo.
Por todo ello, una atención urgente de la hemorragia puede resultar muy efectiva para evitar
consecuencias más graves.
Las hemorragias pueden ser:
- Internas: la hemorragia interna es aquella en la cual la sangre no sale al exterior del cuerpo,
sino que se queda acumulada debajo de la piel o en una cavidad del organismo.
- Externas: la hemorragia externa es aquella en la cual la sangre sale hacia el exterior del
organismo.
Según sea el tipo de vaso sanguíneo que sangra, se habla de:
- Hemorragia arterial: la sangre es de color rojo intenso y sale a presión, siendo más acen-
tuada la salida con la sístole cardiaca.
- Hemorragias venosas: la sangre que brota lo hace de forma continua y babeante. Es de
color rojo menos intenso que la sangre arterial (color rojo azulado).
- Hemorragias capilares: brota de múltiples puntos en forma de sábana (como si de manan-
tiales de agua se tratara). Es de colo r intermedio entre los dos anteriores.
Según la procedencia de la hemorragia se habla de:

- Hematemesis: sangre procedente del aparato digestivo que es expulsada con el vómito.
Generalmente del tracto superior. La sangre puede ir desde un color rojo hasta el negro,
propio de la sangre ya digerida. Puede presentarse en forma de vómitos con grumos que
recuerdan a los posos del café, de ahí su nombre; «vómitos en poso de café».
- Melenas: sangre procedente del aparato digestivo que es expulsada con las heces.
Generalmente procede del tracto digestivo inferior.
153
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Gingivorragia: hemorragia de las encías.

- Otorragia: hemorragia a través del oído (conducto auditivo externo).

- Epistaxis: hemorragia que se produce a través de la nariz.

- Hemoptisis: sangre procedente del aparato respiratorio que es expulsada por la boca a
través de la tos o el vómito. Es característico en la tuberculosis, cáncer de pulmón, etc.

- Víbices: hemorragias pequeñas de la piel que se producen por rotura de diminutos vasos
sanguíneos. La sangre queda acumulada debajo de la epidermis y origina imágenes peque-
ñas en forma de llama.

- Petequias: hemorragias cutáneas puntiformes, rojizas y múltiples. Se localiza en la dermis.

- Equimosis: son acumulaciones de sangre de la piel más extensas que las anteriores.
También se llaman cardenales.

- Púrpura: hemorragia de piel y mucosas que no desaparecen con la presión. Es una mácula.

- Hematuria: hemorragia del aparato urinario que cursa con eliminación de sangre en la orina.

- Hemotórax: derrame sanguíneo en la cavidad pleural.

- Menorragia: hemorragia de la menstruación.

- Metrorragia: hemorragia del aparato genital femenino de carácter patológico.

- Hemartros: derrame de sangre en una cavidad articular.

4.2.3.1. Actitud ante las hemorragias


Actitud ante una hemorragia externa
Lo más importante es controlar la hemorragia. Para ello se debe:

a) Tumbar al paciente y colocarse guantes.

b) Retirar la ropa que cubre la zona que sangra y aplicar presión sobre la zona que sangre:

Utilizando una gasa, compresa o toalla limpia se presionará fuertemente sobre la zona, y si
no disponemos de material se apretará con la misma mano, previa colocación de guantes.
En caso de que las heridas sean muy extensas se colocará un vendaje compresivo.

c) Elevación:

Para reducir la presión de la sangre en la zona afectada y controlar la hemorragia se elevará


dicha zona.

Si la zona afecta está situada en algún miembro, habrá que elevarlo de forma que quede en
posición superior al corazón.

d) Aplicar presión sobre la arteria. Esta técnica se utiliza cuando han fracasado los procedi-
mientos anteriores.

Se trata de hacer compresión con los dedos sobre la arteria y hacia el hueso, con el fin de
minimizar el flujo de sangre en el miembro.
154
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Se hará al mismo tiempo compresión en la zona sangrante y elevación.


- Si la hemorragia es en el miembro superior:
Colocar la palma de la mano bajo el brazo del paciente y presionar la arteria braquial
contra el hueso.
- Si la hemorragia es en el miembro inferior:
Colocar la palma de la mano sobre la ingle del paciente y presionar la arteria femoral.
e) Aplicación de un torniquete.
El torniquete sólo se usará en caso de que los métodos descritos anteriormente hayan fra-
casado, debido a las consecuencias tan graves que acarrea su uso.
Actuación:
- Para que no salga sangre de una arteria, el torniquete se dispondrá entre la herida y el corazón.
- Lo mejor es utilizar una venda colocándola unos cuatro-cinco dedos por encima de la
herida y dando dos vueltas alrededor del miembro sujetándola con un nudo.
- Aplicar algún objeto duro (una vara por ejemplo) dentro del nudo y hacer dos nudos
más sobre dicho objeto.
- Girar el objeto poco a poco hasta que no fluya sangre.
- Aflojar el torniquete cada 5 minutos para evitar una isquemia irreversible y trasladar al
paciente urgentemente al hospital.

Actitud ante una hemorragia interna


- Tumbar al paciente en posición de decúbito supino con la cabeza hacia un lateral y los pies
por encima de la cabeza.
Controlar la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria y el nivel de consciencia
constantemente.
- Tapar al paciente para que no pierda calor.
- En las hemorragias internas, amputaciones, politraumatismos no se debe administrar nada
por vía oral.
- Trasladar al paciente a un hospital.

Actitud ante otros tipos de hemorragias


Hemorragia de nariz (epistaxis)

- Sentar al paciente, colocándole la cabeza un poco hacia delante para que no ingiera sangre.
- Informar al paciente de la necesidad de respirar por la boca y de evitar toser o realizar mo-
vimientos bruscos para que no se deshaga el coágulo que se forma.
- Comprimir sobre la ventana que sangra con los dedos índice y pulgar unos minutos.
- Si habiendo aplicado estas medidas el paciente sigue sangrando, se le colocará un t apón de
gasa humedecido en agua destilada.
- Si no se controla el sa ngrado trasladar a un hospit al.
155
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Hemorragia dental

- Informar al paciente de que no debe hacer enjuagues con ningún producto, ni siquiera agua.

- Colocar un tapón de gasa humedecido en agua oxigenada en el lugar de la hemorragia e


informar al paciente que debe aprisionarlo fuertemente.

- Derivar al paciente al dentista.

Hemorragia de oído (otorragia)

- Colocar al paciente en decúbito lateral izquierdo o derecho según el oído afectado. Si está
afectado el oído izquierdo se colocará en posición de decúbito lateral izquierdo y a la inversa.

- No colocar gasas ni cualquier otro apósito en el oído, para facilitar la salida de sangre.

- Trasladar al paciente al hospital.

Hemorragia genital femenina

- Colocar a la paciente en posición de decúbito supino.

- Tapar a la paciente con una manta para evitar pérdidas de calor.

- Tomar las constantes vitales de forma continua.

- Administrar suero oral.

- Trasladar al hospital en la posición de decúbito supino.

4.2.3.2. Signos y síntomas de hemorragias


Las hemorragias producen diferentes síntomas:
a) Los síntomas locales se producen por la extravasación de sangre en una zona, cavidad, o
al exterior. Pueden variar desde un cuadro totalmente asintomático (petequias, etc.) a un
dolor localizado por compresión de la sangre extravasada a una cavidad (hemartros).
b) Los síntomas generales dependen de la cantidad de sangre extravasada. La gravedad de
la hemorragia depende de:
- La cantidad de sangre perdida.
- La velocidad o ritmo de la pérdida sanguínea.
- Localización de la misma, etcétera.
Una pérdida de sangre del 10-30% de la volemia (500-1.500 ce) crea problemas al organis-
mo que deben solucionarse reponiendo el volumen de líquido perdido. Una pérdida entre
30-60% (1.500-3.000 ce) es muy grave y exige una transfusión inmediata. Si la pérdida es
superior al 60% es mortal.
Los signos y síntomas más frecuentes en todas las hemorragias son: palidez, sudoración fría,
pulso rápido y débil, alteración del nivel de consciencia, evolución a shock hipovolémico.

Signos y síntomas más frecuentes en hemorragias internas: presencia de sangre en el vómito,


por vagina o recto, hematomas en distintas zonas del cuerpo, abdomen duro o muy sensible y
signos y síntomas de shock.
156
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

4.2.4. Heridas
Las heridas son lesiones que producen rotura (pérdida de la continuidad) de la piel, con peligro
de que surjan infecciones por contaminación microbiana.

Las heridas se manifiestan clínicamente por: dolor, hemorragia, separación de los bordes de la
herida.

Tipos de heridas. Clasificación


1. Según la intencionalidad del agente causante:

- Heridas intencionadas. Son las producidas por un tratamiento, tal como una opera-
ción, venoclisis o una radiación.

- Heridas no intencionadas. Se originan de forma accidental.

2. Según el grado de integridad de la piel:


- Heridas abiertas. Se producen cuando la piel o superficie de la membrana mucosa
están rotas.
- Heridas cerradas. Cuando los tejidos están dañados sin que haya habido rotura de la piel.

3. Según el grado de contaminación:


- Heridas limpias.

- Heridas sucias.

- Heridas contaminadas.

4. Según la naturaleza del agente agresor:

- Heridas incisas. Están producidas por elementos cortantes. Pueden ser intencionadas
(cirugía), o accidentales. Se caracterizan por ser heridas con bordes limpios y tendentes
a la hemorragia.
- Heridas contusas abiertas. Están
originadas por el choque violento
sobre la piel de objetos romos, como,
por ejemplo, una piedra. La piel apa-
rece equimótica, dado que la sangre
de los tejidos dañados se libera en-
tre los propios tejidos y pueden dar

-
lugar a la aparición de tejidos desvi-
talizados e isquémicos con tendencia
a la necrosis. Sus bordes son irregula-
res. Son normalmente no intenciona-
das aunque pueden ser resultado de
intervenciones quirúrgicas. Herida contusa abierta en el maxilar inferior

- Heridas contusas cerradas. Se producen cuando, a pesar del golpe, se conserva la in-
tegridad de la piel.

157
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Heridas abrasivas. Son heridas abiertas que se han originado como resultado de una
fricción. Solamente afectan a la piel. Son muy tetanígenas. Pueden ser también inten-
cionadas, por ejemplo, cuando se extraen las capas superficiales de la piel para preparar
una cicatriz.
- H!!ridas punzantes. Herida abierta realizada por un instrumento cortante que penetra
en la piel y los tejidos internos. Las heridas punzantes pueden ser accidentales (pincha-
zos) o intencionadas (colocación de drenaje). El dolor y el orificio pueden ser mínimos
y la hemorragia pequeña, pero sin embargo puede haber lesiones importantes. Son las
que tienen mayor riesgo de infección por tétanos. Si el agente vulnerante atraviesa la
piel y luego sale, la herida recibe el nombre de herida transfixiante.
- Heridas mixtas o complejas. Son aquellas en las que intervienen varios agentes causa-
les a la vez:
* Por arrancamiento: herida compleja en la que interviene un factor de tracción y/o
rotación sobre los tejidos. No suelen sangrar demasiado, ya que al estirarse los vasos
se produce una hemostasia. Son muy dolorosas, llegándose incluso a producir la
muerte por shock neurogénico. La lesión típica de estas heridas es el scalp o arran-
camiento del cuero cabelludo.
* Por asta de toro: son heridas graves, complejas, con grandes desgarros tisulares y
que pueden originar la muerte no sólo por la lesión principal, sino por las asociadas.
Tienen alta susceptibilidad de infección. Aunque el orificio de entrada sea pequeño,
puede haber grandes lesiones internas porque el asta sigue diferentes trayectorias.
* Por armas de fuego: son heridas que ocasionan grandes destrozos, ya que, aunque
los proyectiles sean pequeños, poseen una gran energía por la gran velocidad que
alcanzan. Las lesiones que produce dependerán de la distancia a la que se encuen-
tre el objeto: a gran distancia la bala entra y sale siendo el orificio de entrada y de
salida iguales y las lesiones originadas mínimas; si es a menor distancia el orificio de
salida es mucho mayor, ya que el avance de la lesión es en forma de cono. En heridas
por metralla intervienen desgarros, arrancamientos, son anfractuosas en profundi-
dad e isquémicas, lo cual favorece el riesgo de infección.
* Heridas por mordeduras: son heridas contaminadas por flora anaerobia bucal (pe-
rros, gatos, humanos, etc.); las más graves son las humanas, debido a la diversidad
de la flora bacteriana de la boca. Pueden ser incisas o punzantes, interviniendo a
veces el factor arrancamiento. Estas heridas nunca deben suturarse porque son he-
ridas altamente contaminadas y con gran riesgo de infección.
* Heridas por aplastamiento: las lesiones por compresión pueden ocasionar desgarros
y necrosis de la zona implicada.

4.2.5. Las fracturas


La fractura es una interrupción de la continuidad de un hueso y se define según su tipo y mag-
nitud. Estas lesiones tienen lugar cuando el hueso se ve sometido a esfuerzos mayores de los que
pueda soportar. Debemos diferenciarlas de las fisuras, que son fracturas longitudinales de un hue-
so (no llega a romperse por completo).

Las fracturas pueden depender de golpes directos, fuerzas aplastantes, movimientos repenti-
nos de torsión, contracciones musculares muy fuertes y por patología propia del hueso (gran debi-
litamiento por descalcificación o por un tumor óseo).
158
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Fractura del radio

Aunque el hueso es el que sufre la rotura, las estructuras adyacentes también se ven afectadas,
ocasionando edemas en tejidos blandos, hemorragia muscular y articular, luxación, rotura de ten-
dones, rotura de nervios y lesiones vasculares. Las vísceras también pueden verse afectadas por la
fuerza que origina la fractura o por fragmentos de la misma.

Los huesos tienen cierta elasticidad, lo que les permite absorber presiones potentes hasta un
punto dado sin romperse.

Las fuerzas que ocasionan las fracturas se clasifican en:


- Fuerza directa. Una fuerza violenta de alta energía con potencia suficiente para ocasionar
fracturas graves. Incluye:

* Fuerza en cuña, que fractura el hueso e impulsa un fragmento dentro de otro o dentro
de la articulación.

* Fuerza de compresión, que impulsa los huesos y los introduce mutuamente, con lo cua l
se produce una fractura incompleta, de manera que la corteza se rompe en un lado y
hay sección en el lado contrario.

* Fuerza de aplastamiento, que rompe los huesos en fragmentos.


- Fuerza indirecta. Una fuerza menos violenta con poca energía que fractura los huesos a
cierta distancia en el sitio en que se aplicó. Incluye:

* Fuerza de torsión, que es aquella que gira al hueso con potencia suficiente para romperlo.
* Fuerza de cizallamiento tangencial, que es la que se ejerce cuando parte de un hueso
queda fijo y hay una fractura de la zona por arriba o por debajo.

* Fuerza de anulación, que es la que se ejerce con un ángulo tal que en él precisamente se
fractura el hueso.

4.2.5.1. Tipos de fracturas


Una fractura completa consiste en la interrupción de la continuidad total del hueso en sen-
t ido transverso y es frecuente que se acompañe de desplazamiento del hueso con respecto a su
posición normal. En una fractura incompleta la rotura abarca sólo una parte del corte transverso
del hueso.
159
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Dependiendo de la afectación que sufra la piel, podremos hablar de fractura cerrada (fractura
simple), que no perfora la piel, en tanto que la fractura abierta se acompaña de salida del hueso por
piel o mucosa. Las fracturas abiertas s.,e clasifican en grados: la de grado I es una herida abierta
de menos de 1 cm de longitud; la de g'rado II es de mayor diámetro sin lesión extensa de los te-
jidos blandos y la de grado 111 es más grave, con lesión amplia de tejidos blandos y alto grado de
contaminación.

Fractura abierta de la tibia

Las fracturas también se describen, según la posición anatómica de los fragmentos, como frac-
turas desplazadas y no desplazadas. En los niños suele aparecer un tipo de fractura denominada en
tallo verde, consistente en una rotura en donde las partes no pierden el contacto.

Oblicua
Corta

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verde» ,
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EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

4.2.6. Gran quemado


4.2.6.1. Concepto. Generalidades
La quemadura es definida como la destrucción de los tegumentos, incluso de los tejidos sub-
yacentes, bajo el efecto de un agente térmico, eléctrico, químico o radiactivo. El traumatismo pro-
ducido no sólo destruye la capa protectora cutánea, sino que, además, causa alteraciones fisiopa-
tológicas en otros órganos y sistemas, las cuales vendrán relacionadas con el grado y extensión de
las quemaduras. Como consecuencia de ello, se producen grandes pérdidas de líquidos (fluidos)
y electrolitos originados por la masiva destrucción de los tejidos, que determinan la utilización
de medidas urgentes y agresivas de tratamiento. Las infecciones, las complicaciones gastrointes-
tinales, la desnutrición y la pérdida de masa muscular son las causas tardías determinantes de la
supervivencia y calidad final del gran quemado.

Es de suma importancia el estudio de la atención prehospitalaria al gran quemado, puesto que


después de los accidentes de tráfico son los segundos causantes de mayor mortalidad en los gru-
pos jóvenes de la población.

Con el nombre genérico de quemado encuadramos cuatro etiologías:

- El quemado térmico.

- El quemado eléctrico.

- El quemado químico.

- El quemado por radiaciones.

Consideramos al gran quemado como un poliagredido y se presenta en el medio prehospita-


lario como quemado politraumatizado o quemado intoxicado por humo. La tríada quemado-poli-
traumatizado-intoxicado por humo, presente en un 10% de los casos, supone un riesgo pronóstico
en estos sujetos.

Clásicamente se distinguen tres grados en las quemaduras:

- Primer grado. Se afecta exclusivamente la epidermis


y viene caracterizada clínicamente por eritema y dolor.

Segundo grado:

* Superficiales: se afecta toda la epidermis y parte


de la dermis. Aparece enrojecimiento y flictenas o
ampollas muy dolorosas. Bajo las ampollas pode-
mos observar una piel sonrosada e hiperémica.

* Profundas: se lesiona la dermis y clínicamente es Mano: 2%


igual a la anterior, pero manteniendo un tono más
Muslo: 9%
pálido. Su signo patognomónica es que, si conser-
va algún folículo piloso, la mínima tracción lo des-
pega con facilidad.

- Tercer grado. Se produce una destrucción total de la


Piem a: 6,5
piel y de los elementos dérmicos, incluidas las termi-
naciones nociceptivas, por lo que el dolor es escaso.
Su aspecto es de un nacarado variable que puede lle-
gar al negro. Pie: 2,5 o/,.

161
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

El cálculo de la extensión de las quemaduras se realiza exclusivamente en las quemaduras de


segundo y tercer grado, siendo el sistema más empleado el denominado "Regla de los 9''.

Las quemaduras inferiores al 10-15% las consideramos benignas desde el punto de vista vital,
entre el 15 y el 30% serán entendidas y tratadas como graves, mientras que en el momento que
superan el 30% de extensión corporal quemada se califican como muy graves.

Cálculo extensión de las quemaduras

Localización Extensión

Cabeza y cuello 9%
Tronco anterior 18%
Tronco posterior 18%
Extremidad superior 9%
Extremidad inferior 18%
Genitales 1o/o

Regla de los 9 para el cálculo de extensión de las quemaduras

4.2.6.2. Valoración clínica


Atendiendo al pronóstico vital podemos valorar tres cuadros clínicos genéricos y un caso espe-
cial, el de las quemaduras inhalatorias.

Cuadro clínico con pronóstico vital

La gravedad viene dada por alteración pulmonar, por shock hipovolémico o por ambos, corres-
pondiéndose este cuadro con quemados en más del 50% de la superficie corporal.

La primera fase postquemadura se caracteriza por un aumento de las resistencias sistémicas y,


más aún, de las resistencias pulmonares.

Las alteraciones fisiopatológicas conducen a trastornos de la ventilación por asfixia (obstruc-


ción debida a edema) o broncoespasmo.

Cuadro clínico sin pronóstico vital inmediato

En estos casos en los que no existe un compromiso vital es preciso contemplar la aparición de
complicaciones a causa de:

- Dolor y agresión neuroendocrina.

- Hipovolemia progresiva.

- Riesgo de hipotermia e infección.

Las principales causas de muerte en el gran quemado son la infección y el fallo pulmonar.

Cuadro clínico sin gravedad

Se trata de aquellos individuos que sufren quemaduras de segundo grado con una extensión
menor al quince por ciento de superficie corporal quemada y sin lesiones asociadas.
162
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Consideraciones específicas de las quemaduras inhalatorias

La quemadura inhalatoria representa un daño severo y significativo para el paciente que la


sufre. Su presencia incrementa la mortalidad de quien la padece en un 20-35%.
Sospecharemos la presencia de quemadura inhalatoria cuando el quemado ha estado confina-
do en un espacio cerrado, tenga pérdida de vello nasal, quemaduras faciales, faringe eritematosa,
disfagia, esputos carbonáceos y signos de obstrucción de la vía aérea superio r.
Pero muchos de estos signos indirectos no son necesariamente diagnósticos, de todos ellos,
el signo de más alta sospecha es que el paciente haya sido encontrado en un espacio o ambiente
cerrado y que se encuentre inconsciente o estuporoso.

4.2.6.3. Cuidados al paciente


Tras la valoración inicial, en la que se someterá al sujeto afecto de una quemadura a todas
aquellas medidas terapéuticas que sean necesarias para mantener la vida (permeabilidad de vía
aérea, intubación orotraqueal si fuese necesario; asegurar una correcta ventilación/oxigenación
y cana lizar al menos una vía venosa de grueso calibre), procederemos a valorar la gravedad de la
quemadura atendiendo a los siguientes criterios:

Criterios de gravedad
- Extensión. - Patología previa.
- Edad. - Lesiones asociadas.
- Profundidad. - Localización.

Criterios de gravedad en las quemaduras

Las medidas de cuidados generales que se aplicarán serán las siguientes:


1. Continuar manteniendo permanentemente la vía aérea permeable, favoreciendo con oxí-
geno adicional una buena ventilación.
2. Controlar las constantes vitales, instaurando sondas nasogástrica y vesical para medir la
diuresis.
3. Las medidas locales a aplicar consisten en:
- Retirar ropas y cubrir con sábana estéril o limpia.
- Baño/lavado aséptico con agua a chorro.
- No aplicar pomadas sobre la zona quemada.
- Colocar un apósito estéril con un tul graso y un vendaje funcional, si fuese preciso.

4.2.7. Alteración de la consciencia


Son varias las causas que pueden llevar a una persona a la pérdida de conocimiento o de su es-
tado de vigilia: síncope, traumatismo craneoencefálico, epilepsia, accidente cerebro-vascular, coma
hipoglucémico e hiperglucémico, uremia, etc.

- Se llama síncope, desmayo o lipotimia a la pérdida brusca y transitoria del conocimien-


to. La pérdida brusca del conocimiento se debe a la disminución del aporte de sangre al
cerebro, que da lugar a una isquemia cerebra l que lleva a un estado de anoxia.
163
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Las aglomeraciones, el calor, las emociones y el ayuno son, entre otras, causas frecuente de
la aparición de lipotimias.

Es posible que la aparición de un desmayo se acompañe previamente de la sensación de


mareo. Para evitar la pérdida de la consciencia es necesario en ese caso tumbarse en posi-
ción horizontal, boca arriba (decúbito supino), procurando elevar las piernas. Si esto no es
posible hay que procurar sentarse y agachar la cabeza entre las piernas. A su vez hay que
indicarle que respire de forma tranquila y profunda.

- Si la pérdida de consciencia se ha produ-


cido como consecuencia de un acciden-
te, traumatismo craneoencefálico, u
otro tipo de lesión orgánica, hay quema-
nipularlo con mucho cuidado ya que el
movimiento incorrecto puede dar lugar
a la aparición de otro tipo de lesiones.

Si el accidentado presenta una lesión


determinada hay que atenderle tenien-
do en cuenta el tipo de lesión. En cual-
quier caso hay que desabrochar la ropa
para favorecer la respiración, no darle
nada de beber y trasladarlo con la mayor
rapidez a un hospital. Si es preciso reali-
zar la respiración artificial.

- La epilepsia es una enfermedad del sistema nervioso caracterizada por episodios repenti-
nos de pérdida de consciencia que constituyen los ataques. Existen dos variantes de epilep-
sia, a saber:
* Gran mal o epilepsia mayor: cuando la pérdida de consciencia va acompañada de con-
vulsiones.
* Pequeño mal o epilepsia menor: en la que no hay convulsiones.
Las fases en que se produce el ataque epiléptico son:

* El paciente epiléptico que está a punto de sufrir un ataque de epilepsia (gran mal) pre-
senta una especie de premonición sensorial subjetiva denominada aura (mareo, entu-
mecimiento, olores) que le advierte que va a sufrir un ataque.

* Al poco rato cae al suelo, por pérdida de consciencia, y entra en una primera fase llama-
da fase tónica (de rigidez). Al poco rato pasa a la fase clónica (contracciones musculares
generalizadas).

" En la fase tónica el socorrista debe procurar dejar tendido al enfermo, retirar objetos
de su alrededor, aflojarle la ropa y si es posible acostarlo sobre su propio costado para
favorecer la respiración. En esta fase es difícil colocar una mordaza entre maxilares para
evitar que se muerda.
* Al pasar a la fase de contracciones clónicas hay que aprovechar cualquier instante de
relajación muscular para colocar la mordaza protectora entre los dientes. Hay que suje-
tarle la cabeza para evitar que se autolesione.
- Los accidentes cerebrovasculares (ACV) que causan apoplejía suelen deberse a hemorra-
gias cerebrales o a la formación de un coágulo intravascular en uno de los vasos cerebrales
164
El CELADOR EN SU PUESTO OE TRABAJO 1 11111

(trombosis cerebral) o de un embolismo cerebral, que es un coágulo formado a distancia y


que se ha desprendido de la pared del vaso donde se formó y ha llegado al cerebro causando
el taponamiento de un vaso cerebral (isquemia). Ocurren sobre todo en personas mayores.
- La apoplejía se presenta con signos y síntomas diversos. Aparece de forma repentina, ma-
reo a veces, dolor intenso de cabeza, la respiración se acompaña de ronquidos, pulso lento
y fuerte, pupilas desiguales, parálisis de una hemicara o hemicuerpo, etc.
El socorrista debe evitar al máximo la manipulación del paciente, intentará moverlo lo me-
nos posible, vigilará que no se produzca una obstrucción de las vías respiratorias y lo eva-
cuará rápidamente al hospital.
- El coma hipoglucémico es otra causa de pérdida de consciencia. Si la cantidad de glucosa
en sangre es muy baja se produce sudoración profusa, palidez de la piel, respiración super-
ficial, y pulso rápido que evoluciona a pulso débil cuando se pierde la consciencia.
Si la persona está consciente y puede ingerir se le da agua azucarada y se mantiene acosta-
da, recuperándose en este caso rápidamente. Si ha perdido la consciencia la administración
de líquidos debe hacerse por vía intravenosa y hay que evacuarlo lo antes posible al hospital.
- El coma hiperglucémico, debido a un exceso de azúcares en la sangre, se da en enfermos
diabéticos por falta de insulina en un momento dado. La piel del afectado está seca, se que-
ja de sed, dolor de cabeza, y se produce una somnolencia progresiva que hasta le puede
hacer entrar en coma. La respiración es entrecortada. El aliento huele a acetona. Hay que
realizar el traslado urgente al hospital.
- La uremia es una complicación grave de las enfermedades del riñón debida a la acumula-
ción progresiva de metabolitos tóxicos en la sangre, como consecuencia de las dificultades
q ue el riñón tiene para eliminarlos.
La urea elevada puede provocar un estado de somnolencia capaz de llevar al coma. Es una
urgencia que precisa de la evacuación inmediata al hospital.

4.2.8. Esguinces
Se trata de una lesión de las estructuras ligamento-
sas periarticulares a causa de torsión; hay estiramiento
o desgarro de los ligamentos de la articulación afectada.
Las superficies articulares permanecen en contacto.
Como consecuencia del desgarro, se rompen vasos
sanguíneos y surge equimosis e inflamación. La articula-
ción aparece dolorida a la palpación y sus movimientos
también provocan dolor. El grado de incapacidad funcio-
nal y dolor aumentan durante las primeras horas (dos o
tres horas después de ocurrida la lesión), en virtud de la
hinchazón y hemorragia consecuentes.
Cuando se produce un esguince, las primeras medi-
das a poner en marcha son:
- Venda de sostén y hielo alrededor de la articula-
ción lesionada. Férula posterior en esguince de tobillo

- Elevación de la articulación, si es posible, para disminuir la hinchazón y el dolor. Evitar la


posición colgante de la articulación lesionada.
165
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Colocar un cabestrillo si la articulación afectada es de la extremidad superior. Por contra, si


se trata de una articulación del miembro inferior, se procederá a mantener elevado dicho
miembro, evitando apoyar peso en ella. Las muletas sólo se usan bajo prescripción médica.

4.2.9. Luxaciones
Para que exista una luxación los ligamentos deben encontrarse desgarrados y las superficies
articulares desplazadas.

Las luxaciones pueden ser:


a) Congénitas.

b) Espontáneas o patológicas.

c) Traumáticas.

Luxación subastragalina en el tobillo

Los signos y síntomas de una luxación traumática son: dolor, deformación de la articula-
ción, cambios de la longitud de la extremidad, pérdida de movilidad normal y movimientos muy
dolorosos.
Cuando se produce una luxación de hombro (generalmente es la más frecuente), se debe pro-
ceder a la inmovilización de la articulación en la posición en que se encuentre, colocando para ello
una almohadilla grande en la axila y procediendo a inmovilizar el codo y la almohadilla con un
cabestrillo oblicuo.

4.3. Soporte Vital Básico


4.3.1. Conceptos y desarrollo de Soporte Vital Básico
Este manual recoge las recomendaciones actualizadas en 2010 por la ERC (Europeon
Resuscitotion Council) que han sido validadas y asumidas por la práctica totalidad de los profesio-
nales de la emergencia sanitaria.
En la actualidad existe un organismo internacional denominado ILCOR (lnternotionol Liosion
Committee on Resuscitotion), integrado por la AHA, el ERC, el Austro/ion Resuscitotion Council, la
166
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Heart and Stroke Foundation ofCa nada, el Resuscitation Council ofSouthern África y el Consejo Latino
Americano de Resucitación que"proporciona un mecanismo de consenso mediante el cual la cien-
cia y el conocimiento relevante internacional en emergencias cardiacas puedan ser identificados y
revisados''. Las primeras recomendaciones del ILCOR fueron elaboradas a modo de declaración de
consejos, en el año 1997 y partiendo de ellas cada una de las organizaciones ya existentes ha ido
adaptando sus guías de actuación.
La enseñanza de RCP básica, tiende a convertirse en muchos países en una prioridad de salud
pública, por el número de fallecimientos y lesiones irreversibles que podía evitar su conocimiento
generalizado. El ERC ha dado las siguientes recomendaciones para la enseñanza de la RCP Básica:
- Idealmente, las técnicas completas de RCP (compresiones y respiraciones utilizando una
relación de 30:2) deberían ser enseñadas a todos los ciudadanos.
- La formación en RCP basada exclusivamente en compresiones torácicas, puede utili-
zarse en en situaciones especiales: falta de tiempo, instrucciones telefónicas, campañas
publicitarias.
- La enseñanza del SVB debería ser obligatoria en todas las escuelas de Odontología y de
Enfermería.
- Los hospitales europeos han de asegurar un programa de formación continuada en RCP
para todo el personal médico.
- Los hospitales europeos han de tener programas para asegurar que todo el personal en
contacto directo con la atención al paciente recibe enseñanza y reciclaje en RCP.
- Todo el personal de los servicios de emergencia debería recibir enseñanza y reciclaje en SVB.

- Todos los conductores de los servicios públicos deberían estar entrenados en SVB.
- Todas las escuelas europeas habrían de incluir en sus currículos docentes la enseñanza de SVB.

4.3.1.1. Conceptos fundamentales


Durante mucho tiempo, al intentar analizar los resultados de situaciones que habían cursado
con paradas cardiorrespiratorias, se detectaba una enorme diversidad y falta de precisión de los
términos empleados. Esta falta de homogeneidad, hacía imposible los estudios comparativos y di-
ficultaba enormem ente la elaboración de recomendaciones comunes, donde pudiesen traducirse
los avances científicos.

En junio de 1990 en la abadía de Utstein en Noruega, representantes de diversas organizaciones


internacionales, se dieron a la tarea de unificar conceptos y nomenclatura. De esta forma nació el cono-
cido como "Estilo Utstein" que básicamente consiste en la elaboración de un glosario de los términos
fundamentales en la RCP y que es considerado como una de las iniciativas con mayores y mejores resul-
tados de la colaboración internacional en el campo de la resucitación cardiopulmonar (RCP).
Desde ese momento, en la práctica totalidad de los países del mundo se consensuaron las si-
guientes definiciones:
- Parada cardiaca: cese de la actividad mecánica cardíaca, confirmado por la ausencia de
pulso detectable, inconsciencia y apnea (o respiración agónica, entrecortada).
- Parada cardíaca presenciada: cuando la PC es vista, oída, o se produce en una persona
monitorizada.

- Parada cardíaca no presenciada: no hay certeza del momento de inicio.


167
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Parada respiratoria (PR): ausencia de la respiración (apnea) con presencia de actividad


cardíaca.
- Etiología de la parada cardíaca: una parada se considerará de origen cardíaco excepto
en caso de traumatismo, ahogamiento, asfixia, sobredosis, exanguinación o cualquier otra
causa no cardíaca determinada por el reanimador.
- RCP: es un término muy amplio que significa el acto de intentar lograr la restauración de
circulación espontánea. La RCP es un acto: puede ser básica o avanzada.
- Reanimación Cardiopulmonar básica (RCP- B): es el intento de restaurar circulación efi-
caz usando compresiones torácicas externas e insuflación de los pulmones con aire espi-
rado. Los reanimadores pueden facilitar la ventilación a través de dispositivos para la vía
aérea y protectores faciales apropiados para su uso por inexpertos. Esta definición excluye
la bolsa con válvula-mascarilla, técnicas invasivas de mantenimiento de vía aérea, como la
intubación y cualquier otro dispositivo para la vía aérea que sobrepase la faringe.
- Reanimación Cardiopulmonar avanzada (RCP-A): realización de maniobras invasivas
para restablecer la ventilación y circulación efectivas. El manejo de la vía aérea en RCP-A
incluye la ventilación con bolsa-mascarilla, la intubación endotraqueal (IET), la punción cri-
cotiroidea, etc. La ayuda circulatoria en RCP-A incluye la administración de medicación por
vía traqueal o venosa, el uso de desfibriladores, etc.

- Soporte Vital: es un concepto más amplio que el de RCP, al integrar, junto a las maniobras
clásicas, contenidos referidos a la prevención de las PCR y la difusión a toda la población de
estos conocimientos. El reconocimiento de la situación, la alerta a los servicios de emergen-
cia, la intervención precoz o los programas de difusión de estos conocimientos, son conte-
nidos propios del Soporte Vital. Se habla además de SV básico o SV Avanzado, dependiendo
del material que empleemos y de los conocimientos de los que lo ejecuten.
- Masaje cardíaco externo (MCE): son las compresiones torácicas realizadas por un reani-
mador o mediante dispositivos mecánicos durante la RCP para intentar restablecer la circu-
lación espontánea.
- RCP por espectadores o primeros intervinientes: cuando la RCP se inicia por personas
que no forman parte del sistema sanitario de emergencias. En general, será la persona que
presenció el paro. En algunas ocasiones, pueden ser personal sanitario, pero que no forman
parte del sistema sanitario de emergencia.

- Personal de emergencias: son individuos que responden a una emergencia sanitaria, de


manera oficial, formando parte de un sistema de respuesta organizado. Según esta defini-
ción, médicos, enfermeras o técnicos que presencian un paro cardíaco en un lugar público
e inician RCP, pero que no han respondido al suceso como parte de un sistema organizado
de respuest a, no son personal de emergencia.
- Ritmo desfibrilable o no: se refiere al ritmo inicial monitorizado; que cuando requiere cho-
que eléctrico se subdivide en fibrilación ventricular (FV) o taquicardia ventricular sin pulso
(TVSP); y cuando no lo requiere se subdivide en asistolia y disociación electromecánica.

- Oesfibriladores externos automáticos o semiautomáticos (OEA / OESA):este término,


genérico, se refiere a desfibriladores que analizan el ritmo en el electrocardiograma de su-
perficie del paciente, para detectar fibrilación ventricular o taquicardia ventricular rápida.
Los automáticos (poco frecuentes) producen la descarga al detectar la alteración, mientras
que los DESA avisan de la alteración pero req uieren de la intervención del operador para
efectuar su descarga.
168
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Recuperación de la circulación espontánea (RECE): recuperación de la circulación espon-


tánea, comprobada por la existencia de respiración, tos o movimientos. Para el personal
sanitario la RECE puede incluir la palpación de un pulso central espontáneo, usualmente
carotídeo en niños mayores y braquial o femoral en niños pequeños o lactantes, o la toma
de la presión arterial.

- RECE mantenida: cuando no se requiere MCE durante 20 min consecutivos, persistiendo


los signos de circulación.

- Recuperación de la ventilación espontánea (REVE): consiste en la reaparición de la respi-


ración espontánea en un niño previamente apneico. La respiración agónica no es una REVE.

- Fármacos: se refiere a la administración de cualquier medicación durante la RCP, indepen-


dientemente de la vía de elección (intravenosa, intraósea, intratraqueal).

- Finalización del suceso: una resucitación finaliza cuando se determina la muerte, o se res-
tablece la circulación espontánea de manera sostenida más de 20 min consecutivos.

La unificación de la terminología mediante el estilo Utstein, supuso un incuestionable avance al


propiciar que todos los profesionales "hablasen el mismo idioma''. Esto ha contribuido enormemente en
la protocolización de las recomendaciones, facilitando los estudios comparativos y los análisis porme-
norizados de las intervenciones. Desde el punto de vista de la práctica diaria, el avance ha sido también
muy notable al permitir una comunicación precisa, entre los diferentes grupos de profesionales.

4.3.1.2. La cadena de supervivencia


Si queremos aumentar la supervivencia de los afectados por una PCR, deberemos no sólo reali-
zar correctamente un tipo de maniobras sino que, además, est as deberán seguir un orden preciso.
Es lo que se conoce como "Cadena de Supervivencia".
De los cuatro "eslabones'; que componen la "Cadena de Supervivencia":
1. Activación precoz de los servicios de emergencia sanitaria.
2. RCP básica.
3. Desfibrilación precoz.
4. Soporte vital avanzado.

Los dos primeros corresponderían con SVB (Soporte Vital Básico) y los dos últimos con lo que
genéricamente se conoce como SVA - Soporte Vital Avanzado.
Los cuatro eslabones de esta cadena imaginaria, se enlazan secuencialmente y los buenos re-
sultados que obtengamos dependerán directamente de lo rápido que se activen y de lo correcta-
mente que se realice cada uno de ellos.

Activar servicios Maniobras Desfibrilación Maniabras de


de emergencia. de RCP- Básica precoz RCP Avanzada.
Pedir Ayuda Estabilización y
Traslado

169
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Activación precoz de los servicios de emergencia sanitaria

Una vez identificada la situación de parada cardiorrespiratoria, la primera medida a realizar es


la activación de los servicios de emergencias sanitarios.
Para que este eslabón funcione adecuadamente, son necesarios dos requisitos: por un lado
la correcta formación de amplios sectores de la población, para que cua lquier ciudadano pueda
identificar el estado de PCR y, por otro, la unificación y difusión masiva de los números de teléfono
de las emergencias sanitarias para que la cadena pueda ser activada de inmediato.

En este eslabón, se incluye el reconocimiento de las personas en riesgo inminente de sufrir


una parada cardiaca. La llamada, podría conseguir que se instaurase un tratamiento precoz, que
previniese la parada.

2. La RCP básica

La iniciación de medidas de RCP debe comenzar lo antes posible. La probabilidad de que una
víctima sobreviva tras una PCR está en relación directa con la precocidad con la que comiencen
las maniobras de RCP, una intervención inmediata podría doblar o triplicar la supervivencia de las
paradas cardio-respiratorias por fibrilación ventricular.
La RCP básica sustituye de forma precaria las f unciones vitales por lo que, si se realiza adecua-
damente, nos permite ganar algunos minutos hasta que lleguen los equipos de emergencia con
personal y material especializados. Incluso realizando las maniobras sólo con compresiones toráci-
cas, conseguiríamos mejores resultados que esperando sin hacer nada.
Hay que tener presente que el cerebro humano comienza a deteriorarse aproximadamente
a partir de los 4 minutos de no recibir oxígeno, por lo que únicamente la precocidad de las ma-
niobras, nos podrá asegurar que el individuo recupere sus funciones cerebrales satisfactoriamente.

Peter Safar, uno de los pioneros en la enseñanza de RCP, dice al respecto que"/a enseñanza de algo
de RCP a todas las personas, probablemente salve más vidas, que la perfección obtenida por unos pocos".

3. La desfibrilación precoz

Las causas más frecuentes de PCR son la fibrilación ventricular (FV) y la taquicardia ventri-
cular sin pulso (TVSP), alteraciones, ambas, que tienen una buena respuesta a la desfibrilación
precoz, por lo que se prioriza su aplicación, por delante de la administración de fármacos.

El buen pronóstico de la desfibrilación precoz decrece, según el tiempo que se tarde en des-
fibrilar. Cada minuto de retraso en la desfibrilación, reduce la probabilidad de supervivencia en
un 10%-12% y a los diez minutos estas posibilidades llegan a cero. Se estima que hasta un 30 por
ciento de las muertes por infarto podrían evitarse si el enfermo fuese tratado con un desfibrilador
durante los primeros minutos, cruciales para la supervivencia.

Es tan clara la evidencia, que en muchos Estados se ha regulado la instalación de desfibriladores


externos automáticos (DEA) en lugares públicos (aeropuertos, campos deportivos...), y se está for-
mando a personal no sanitario (bomberos, policías, profesores, azafatas...) para que puedan hacer
uso de estos dispositivos.

4 . El Soporte Vital Avanzado/ Cuidados post resucitación

El último eslabón de la cadena, indica la necesidad de completar la estabilización de las funcio-


nes vita les, el traslado del paciente y la aplicación de cuidados postresucitación.
170
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

En el SVA se asegurará la vía aérea, se establecerá ventilación mecánica si fuese necesaria y se


administrarán los líquidos y drogas que requiera cada caso. Los resultados logrados con carácter
inmediato con la desfibrilación precoz se consolidan cuando se asocia antes de 1O minutos el con-
junto de técnicas de Soporte Vital Avanzado (SVA).

Únicamente cuando se han estabilizado las funciones vitales del enfermo, se procederá a su
traslado hacia el centro sanitario de elección, según el caso.

Preste atención a este aspecto: únicamente cuando se han estabilizado las funciones vitales
del enfermo, se procederá a su traslado hacia el centro sanitario de elección. Con la creación de los
equipos de emergencia prehospitalaria en la década de los 90 y la implantación de la "cadena de
supervivencia" se produjo un cambio notable en los procedimientos. Ya no se trata de "correr" para
llegar lo antes posible al hospital, el enfermo se estabiliza en el lugar donde ocurra el accidente y el
traslado, se realiza posteriormente. Esta es la mejor manera de aumentar la supervivencia y minimi-
zar los efectos secundarios al accidente.

Los cuidados post - parada cardiaca, cobran cada vez más importancia, como parte de la cade-
na de supervivencia y si se realizan de forma adecuada, podría mejorar notablemente el pronóstico
del paciente.

4.3.1.3. Secuencia del Soporte Vital Básico


La expresión "Soporte Vital Básico" hace referencia a una amplia variedad de contenidos que
tienen que ver con la prevención, el reconocimiento y las intervenciones adecuadas, ante una su-
puesta parada card iorrespiratoria.

Son actuaciones sencillas que la población general debería conocer, siendo esp ecialmente
importante el ad iestramiento del personal de los servicios públicos, de aquellos que trabajen en
lugares donde se produzcan grandes concentraciones humanas y del personal san itario, para que
puedan intervenir, aun sin contar con equipos o material específico alguno.

Ante una supuesta situación de PCR, lo primero será identificar la situación. Antes que pedir
ayuda o realizar ninguna actividad, tenemos que saber qué está pasando.

La estrategia para que cualquier ciudadano pueda identificar y valorar a una víctima con una
aparente PCR es muy simple y consiste en observar, de una manera secuencial, únicamente dos
aspectos clínicos: consciencia y respiración. Según la valoración que realicemos de cada uno de
estos aspectos, corresponderá realizar una u otra intervención.

Valorar la consciencia
Oiga,
Lo primero que debemos hacer para valorar una posible lQué le pasa?
parada cardiorrespiratoria (PCR) es comprobar el estado de
consciencia del individuo.

Examinar a la víctima estimulándola auditiva y sensi-


tivamente. Se debe mover al paciente suavemente por los
hombros, gritándole en voz alta: oiga, ¿qué le pasa? En caso de
sospecha de traumatismo cervical evitaremos mover el cuello.

171
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Intervenciones según el estado de consciencia

Si la víctima contesta a nuestro estímulo (habla, se mueve ... ) tendremos la seguridad de que
se mantienen la funciones cardiorrespiratorias (respira y tiene pulso), pero esto de ninguna manera
nos asegura que estas no puedan estar amenazadas.
Déjelo como está (si la posición no supone peligro), pida ayuda y vuelva junto a él.

Deberemos permanecer junto al sujeto y evaluarlo periódicamente, hasta la llegada de los


equipos especializados. Al permanecer junto a la víctima podremos observar otras alteraciones
como hemorragias u obstrucciones, que quizás requieran de nuestra intervención inmediata por el
problema potencial que suponen.
Si la víctima está inconsciente, no responderá a estímulos auditivos ni sensitivos, por lo que
deberemos pedir ayuda y comprobar de forma inmediata la ventilación, para descartar que se en-
cuentre en PCR. En cualquier caso, en toda persona inconsciente deberemos despejar la vía aérea
mediante"la maniobra frente - mentón" o la tracción mandibular.

Maniobra
Frente - Mentón :

~
Tráq~ p~ / Esófago

f '

Responde
COMPROBACIÓN (Contesta o se mueve)
• Dejar como está

l
DE LA CONSCIENCIA (Consciente)
Oi a· ué/e asa? • Pedir ayuda
• Evaluar periódicamente
No responde
(Inconsciente)

~ - - -----~
COMPROBACIÓN
DELA RESPIRACIÓN

Apertura de la vía aérea. Maniobra Frente - Mentón

Al perderse la consciencia, la leng ua pierde su tono cayendo hacia atrás obstruyendo la entrada
de la tráquea, lo que puede provocar la asfixia del accidentado.

La forma de evitar que esto suceda es me-


diante la denominada maniobra frente-mentón
que consiste en, con la víctima en decúbito supino,
colocar una mano en la frent e y la punta de los de- Maniobra
Frente -Mentón
dos de la otra en el vértice de la barbilla, empujando
hacia arriba; de esta manera conseguimos despejar
la vía aérea.

172
EL CELADOR EN SU PUESTODE TRABAJO 1 11111

En los traumatizados la posible presencia de lesiones en


la columna cervical aconseja emplear la maniobra denominada
"tracción o elevación mandibular", que consiste en traccionar de
la mandíbula introduciendo en ella el dedo pulgar en forma de
gancho, mientras que con la otra mano sujetamos con fuerza la
frente del accidentado.
De esta forma evitamos movilizar la columna cervical, por las
Maniobra de consecuencias fatales que pudieran derivarse de esta acción, en
Tracción Mandibular unas estructuras óseas dañadas por el traumatismo.

Valorar la ventilación
Si nos encontramos con un individuo inconsciente, debemos comprobar de forma inmediata la
respiración, para lo que será imprescindible abrir previamente la vía aérea.

Para valorar la ventilación del paciente, se debe colo-


car a la victima en decúbito supino y realizar la apertura de
la vía aérea (maniobra frente-mentón), acercando a con-
tinuación la mejilla a la boca-nariz de la víctima, para de
esta forma oír y sentir la respiración del paciente, así como
ver los movimientos ventilatorios de la caja torácica.
VER, OÍR y SENTIR durante S a 1 O segundos (máxi-
mo de 10 segundos), es la manera de comprobar si el pa-
ciente está respirando con normalidad.

Intervenciones si el paciente respira

Si el paciente está inconsciente pero respira normalmente, lo colocaremos en la denominada


posición "lateral de seguridad" y buscaremos ayuda.
Si se trata de un traumatismo, como norma y por precaución, no movilizaremos al paciente, a
menos que sea absolutamente necesario para el mantenimiento de sus funciones vitales.
La posición lateral de seguridad
La posición lateral de seguridad (PLS) o posición de recuperación, se emplea para prevenir la
obstrucción de la vía aérea por la caída de la lengua hacia la faringe, o la aspiración de contenido
gástrico por el árbol traqueobronquial, en el caso de que se produzca un vómito.
La posición debe ser estable, cercana a una posición lateral real con la cabeza en declive y sin
presión en el pecho que perjudique la respiración.
Para colocar al paciente en PLS, lo haremos rodar hacia el reanimador siguiendo los siguientes pasos:

173
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Arrodillarse junto a la víctima manteniendo sus piernas estiradas.

- Realizar la abducción del brazo del paciente que tengamos más cercano, hasta ponerlo en
ángulo recto con el cuerpo. Doblar el codo, y poner la palma de la mano hacia arriba (foto 2).

- Traccionar del brazo del paciente más alejado a nosotros, cruzándolo sobre su tórax y colo-
cando la palma de la mano sobre el hombro contrario (foto 3).

- Levantar la pierna del paciente más alejada a nuestra posición, dejándola con la rodilla le-
vantada y el pie apoyado en el suelo (foto 4).

- Con una mano en la rodilla leva ntada y la otra en el hombro del mismo lado, tirar con fuerza
para girar a la víctima sobre su cost ado (foto 4).
174
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

- Colocar la pierna que ha quedado encima, de forma que la cadera y la rodilla estén dobla-
das en ángulo recto (foto 5).

Inclinar la cabeza asegurándose de que la vía aérea permanezca abierta (foto 6).

Ajustar la mano bajo la mejilla para mantener la cabeza inclinada (foto 6).

- Retirar cualquier objeto que pueda molestar al paciente.

Una vez el paciente se encuentra en PLS, se debe pedir ayuda si aún no se ha hecho y regresar
a su lado, para comprobar periódicamente que mantiene sus funciones vitales.

Intervenciones si el paciente no respira

Si la víctima está inconsciente y carece de ventilación espontánea, pediremos ayuda (para


llamar a los servicios de emergencia y buscar un DEA) e iniciaremos las maniobras de RCP (30 com-
presiones torácicas y 2 ventilaciónes).
En los primeros segundos tras una parada cardiaca, podría ocurrir que el paciente presente
alguna respiración, ocasional o bien "boqueadas'; lentas y ruidosas. Es lo que se conoce como res-
piración agónica o gasping. Ponga atención en no confundir esto con la respiración normal. En
todo caso, si tiene dudas acerca de si hay o no respiración normal, actúe como si no la hubiese.

OMPROBACIÓN DE LA RESPIRACIÓN
• Abrir vía aérea (maniobra frente mentón)
• Retirar objetos extraños Respira) , Poner en posición lateral d e seguridad
• Ver, oír y sentir Buscar ayuda

No respira
, Pedir ayud a
, Comenzar maniobras de RCP
(Dependiendo del caso se hará antes una cosa u otra)

175
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Maniobras de Soporte Vital Básico


Si hemos confirmado el diagnóstico de PCR (ausencia de consciencia y respiración) procede-
remos a realizar las maniobras de RCP Básicas que pretenden mantener y restaurar la circulación
efectiva usando compresiones torácicas externas ("masaje cardiaco") y ventilación de los pulmo-
nes con aire espirado (respiración boca-boca).
Estas intervenciones no requieren ningún tipo de equipo o instrumento, si bien se incluyen
dentro de esta definición el uso de los denominados dispositivos de barrera: protectores faciales y
mascarillas o dispositivos simples para la vía aérea.

ALGORITMO DEL SOPORTE VITAL BÁSICO EN ADULTOS

Responde

l
Oiga,
lQué le (Contesta
COMPROBAR pasa?
o se mueve) - Dejar como está
(Consciente~
LA CONCIENCIA - Pedir ayuda
- Evaluar

No responde
(Inconsciente)
j periódicamente

-·- -- Encervicales,
traumatismos
abrir la vía aérea,
- Pedir ayuda
- Abrir la vía aérea mediante la maniobra
Maniobra Frente-Mentón de tracción mandibular

Respira
COMPROBAR
LA RESPIRACIÓN
Ver, oír y sentir
(No emplear más
- Poner en posición
de 10 segundos)
lateral de seguridad
NO Respira! - Buscar a uda

- Pedir ayuda Respiración boca-boca


- INICIAR LAS Inspirar normalmente
MANIOBRAS DE y ventilar durante
RCP-BÁSICA 1 segundo, comprobando
30 Compresiones/ que el tórax se eleve
2 Ventilaciones
En PCR secundaria
a hipoxia daremos 5
ventilaciones y 1 mt, Masaje cardiaco externo
de maniobras antes Colocar las manos en
de pedir ayuda el centro del pecho
Dar 100 compresiones mt

176
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Con estas maniobras pretendemos mantener un mínimo de oxigenación y circulación, que evi-
te el daño irreparable que puede provocar en el cerebro la falta de oxígeno.

Realizaremos 30 compresiones torácicas, seguidas de 2 insuflaciones.

Los reanimadores no entrenados, pueden realizar la reanimación cardiopulmonar sólo con


compresiones torácicas, guiada por los operadores de los teléfonos de emergencia.

compres10
2 ventilac

Algoritmo de RCP Básica del adulto

Masaje cardiaco externo

El masaje cardiaco externo se realiza apoyando el talón de una mano en el centro del pecho
(mitad inferior del esternón) y el talón de la otra sobre la primera. Es conveniente entrelazar los
dedos asegurándonos que la presión no se ejerce sobre las costillas. El enfermo deberá permanecer
en decúbito supino, con las extremidades superiores a lo largo del cuerpo.

El reanimador se sitúa preferentemente arrodillado, a un lado de la víctima y, una vez locali-


zado el punto de compresión, coloca los brazos extendidos y perpendiculares al esternón. Con el
177
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

cuerpo erguido, se carga el peso sobre ellos sin doblarlos en ningún momento, para conseguir con
el menor esfuerzo físico, la mayor eficacia posible.

Para evitar el excesivo cansancio del rea ni mador será importante la altura desde la que realice-
mos el masaje, siendo en ocasiones conveniente ayudarnos de un taburete o similar.

El objetivo debería ser, comprimir hasta una profundidad de al menos 5 cm (pero no más de
6 cm) y a una frecuencia de al menos 100 compresiones/min (pero no más de 120 compresiones/
min), permitiendo el retroceso completo del tórax, y reduciendo al máximo las interrupciones de
las compresiones torácicas.

Se seguirá la secuencia de 30 compresiones/ 2 ventilaciones, independientemente del nú-


mero de reanimadores.

Se desaconseja buscar el punto de compresión mediante el método de "seguir el borde de


las costillas': por emplear demasiado tiempo. Las manos se colocan directamente en el centro del
pecho.

ADULTOS
30 compresiones torácicas
/ 2 ventilaciones

178
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Con el masaje cardiaco externo se consigue un suficiente soporte circulatorio, tanto por
la presión ejercida directamente sobre el corazón (Bomba Cardíaca), como por la realizada so-
bre el tórax (Bomba Torácica). A modo de esponja, durante las compresiones se expulsa san-
gre del corazón y los pulmones hacia los diferentes órganos, que volverá en el momento de la
descompresión.

Respiración boca-boca

Tras realizar las 30 compresiones torácicas, daremos dos ventilaciones de rescate.

Despejaremos la vía aérea mediante la maniobra frente-mentón y comprobaremos que no hay


ningún cuerpo extraño que pueda obstruir la vía aérea (alimentos, prótesis dentales ...). Si hay algún
objeto extraño que veamos, lo retiramos con nuestros dedos, pero no es oportuno realizar barrido
digital a ciegas.

Con la vía aérea despejada, taponaremos los orificios nasales, con los dedos pulgar e índice
de la mano colocada en la frente, mientras sellamos con nuestra boca la de la víctima, e insufla-
mos aire.

Haremos una inspiración normal (no profunda) y durante


aproximadamente 1 segundo insuflaremos aire, comprobando
cómo se eleva el tórax. Debe ser aire suficiente para hacer que el
pecho de la víctima se eleve, pero evitando respiraciones rápidas
o enérgicas.

Al retirarnos para que el accidentado pueda espirar, compro-


baremos con nuestra mirada el movimiento de descenso de la caja
torácica.

El tiempo total empleado en dar las dos respiraciones no de-


biera exceder de 5 segundos.

En caso necesario se puede insuflar el aire a través de la nariz o del estoma de traqueotomía,
tapando siempre el orificio por el que no se insufla.

Debe evitarse insuflar muy rápidamente o con mucha cantidad de aire, para evitar que se des- ·
víe hacia la cavidad gástrica, lo que por una parte no tendría ninguna utilidad, y por otra, facilitaría
la aparición de vómitos, aumentando el riesgo de broncoaspiración.

El aire ambiente tiene una concentración de oxígeno de aproximadamente el 21 %, mientras


que el aire que expiramos no sobrepasa el 16%, pero aun así, esta concentración es suficiente para
conseguir una cantidad de oxígeno en la sangre del paciente, que evite dañar las células cerebrales,
en espera de la llegada de los equipos de emergencia.

Los reanimadores no entrenados, pueden optar por realizar la reanimación cardiopulmonar


sin respiración boca a boca, realizando sólo compresiones torácicas. Al comprimir/descomprimir el
tórax, además del soporte circulatorio, se consigue un mínimo soporte ventilatorio.

Las maniobras de reanimación deben continuar con la misma cadencia, hasta que el enfer-
mo se recupere, llegue ayuda con equipo especializado o se produzca el agotamiento de los
reanimadores.

179
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.3.1.4. Técnicas del Soporte Vital Básico

Desobstrucción de la vía aérea


La obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño (OVACE) o
atragantamiento, puede producir la muerte en pocos minutos,
pero puede tratarse con buenos resultados, si se actúa con rapidez
y decisión.

La obstrucción parcial o completa de la vía aérea por un cuerpo


extraño provoca un cuadro repentino de asfixia que, en el peor de
5 palmadas interescaputares los casos, si no se resuelve, desemboca en hipoxia, inconsciencia,
apnea, paro cardiaco y muerte.

Si la obstrucción es parcial, el paciente mostrará una gran agi-


tación, con una ventilación más o menos dificultosa, tos y/o estri-
dor (pitos). El gesto de llevarse las manos a la garganta, es reflejo
y prácticamente universal. El estado de consciencia no suele estar
alterado en un primer momento y, en esta situación, el reanimador
debe alentar al individuo para que tosa si le es posible, por ser esta
5 compresiones abdominales
la mejor y menos traumática forma de expu lsar el cuerpo extraño.

Ante la OVACE parcial, nos limitamos a animar al afectado para


que tosa una y otra vez. Reevaluamos y estamos alerta por si em-
peora la situación.

Cuando la obstrucción es completa, el paciente no puede ha-


blar ni toser y en poco tiempo puede sobrevenir la insconsciencia.

1. Paciente consciente

Mientras el paciente está consciente, daremos S golpes inte-


rescapulares con el sujeto ligeramente inclinado hacia adelante,
para que, si conseguimos movilizar el cuerpo extraño, salga ha-
cia el exterior. Es posible que esta maniobra resuelva la situación
pero, si no es así, continuaremos realizando 5 compresiones abdo-
minales (Maniobra de Heimlich).

El reanimador se sitúa por detrás de la víctima, rodeando con


sus brazos el abdomen de ésta. Una de las manos, cerrada y con el
pulgar hacia dentro, se sitúa en el epigastrio, alejado de la apófi-
sis xifoides y del reborde costal. La otra mano agarra a la primera,
para realizar de esta forma una fuerza mayor.
Se realizan compresiones enérgicas del abdomen hacia arriba
y hacia adentro.
En embarazadas y en pacientes muy obesos se puede realizar la maniobra de modo similar,
pero abrazando el tórax del paciente (tercio inferior torácico, alejado de la apófisis xifoides, coinci-
diendo con el área de masaje cardiaco) en lugar del abdomen.

Estas maniobras se repetirán hasta la expulsión del cuerpo extraño o hasta la inconsciencia del
paciente, alternando 5 palmadas interescapulares y 5 compresiones abdominales.
180
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

2. Paciente inconsciente

Si la obstrucción no se resuelve en poco tiempo, el paciente perderá la consciencia. En este


caso, trataremos de que no sufra daño en la caída y con el paciente en posición de decúbito supi-
no, comenzaremos las maniobras de RCPb. Procederemos exactamente igual que en los casos de
paciente inconsciente sin respiración, repitiendo la secuencia de 30 compresiones torácicas y 2
ventilaciones.

Algoritmo de actuación en adultos, en los casos de asfixia por obstrucción de vía aérea,
por un cuerpo extraño

EVALUAR LA OBSTRUCCIÓN
¿Qiga qué le pasa ?

Contesta
Habla, tose, respira NO Contesta

OBSTRUCCIÓN LEVE OBSTRUCCIÓN GRAVE

- Animar a toser
- Reevaluar

CONSCIENTE INCONSCIENTE
- 5 Palmadas interescapulares - Maniobras RCP b
- 5 compresiones abdominales
- Reevaluar

Control de las hemorragias


El control de las posibles hemorragias forma parte del SVB.

Las hemorragias se detienen comprimiendo con un apósito limpio (compresa, gasa, pañuelo,
paño...) sobre el lugar del sa ngrado y, en el caso de que se produzcan en las extremidades, elevando
estas por encima del nivel del corazón. Se aplicarán cuantos apósitos sean necesarios y se realizará
un vendaje compresivo.

Aplíquese presión directa sobre la herida con uno o varios apósitos


181
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Si puede, levante el miembro herido

El uso de torniquetes está contraindicado y sólo se utilizarán en caso de producirse la amputa-


ción traumática de un miembro, pues no podríamos detener la hemorragia de otra manera. La par-
te amputada se introduce dentro de una bolsa de plástico y esta, una vez sellada, se trasladará con
el enfermo hasta el hospital, dentro de otra bolsa que contendrá hielo o nieve y agua. La temperatu-
ra ideal pa ra trasladar la parte amputada es de unos 4.0 y es importante evitar que el hielo entre en
contacto directo con la parte amputada, para evitar lesiones que dificulten su posterior reimplante.
Se colocará el torniquet e (vendas, cuerda, etc.) próximo a la parte amputada presionando hasta
detener la hemorragia pero sin apretar en exceso. Si hubiese que apretar mucho, tendremos que
aflojar cada 1O segundos (durante al menos 2 o 3 minutos) para asegurar la correcta perfusió n al
miembro.
Si la amput ación fuese incompleta, inmovilizaremos las partes con una férula en la posición
más anatómica y menos dolorosa posible y lo trasladaremos al hospital, evitando realizar explora-
ciones de ningún tipo hasta llegar allí.
En cualquier caso no facilite líq uidos ni alimentos al enfermo y acuda de inmediato a un hospital.

Colocación de cánulas orofaríngeas. Cánula de Guedel


Entre las cánulas orofaríngeas, la más conocida y usada es la cánula de Guedel. Esta se usa para
mantener la vía aérea abierta evitando, a su vez, que la caida de la lengua la obstruya.

Cánulas de Guedel
182
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Dependiendo del fabricante, existen diversos modelos, pero todos están construidos en PVC
semirrígido (o material similar) y poseen un refuerzo al principio de la misma, para evitar que, una
vez colocada, se obstruya al morderla el enfermo.
Tienen un tamaño que oscila entre 5 y 12 centímetros y que se identifica por una numeración
y, en algunos modelos, también por un color diferente.

Dependiendo del paciente al que se destine, se seleccionará la longitud adecuada, que debe
ser igual a la distancia que existe entre la comisura de los labios y el lóbulo del pabellón auricular.
Lo correcto, antes de colocarla, es medir la cánula adecuada a cada paciente.

La cánula de Guedel se coloca introduciéndola en la boca del afectado, con la concavidad hacia
el paladar para, una vez metida hasta aproximadamente la mitad, rotarla 180°, mientras se termina
de introducir hasta la faringe.

Una vez colocada, la parte más dura de la cánula debe quedar entre los dientes del paciente, de
esta manera, evitaremos posibles obstrucciones si la mordiese.

Medir la cánula antes de colocarla

Se comienza a introducir con la concavidad hacia el


paladar y posteriormente se rota 180°

El refuerzo de la cánula debe quedar entre los


dientes del paciente

Desfibrilador externo automático (DEA)


Las causas más frecuentes de parada cardiorrespiratoria (PCR) son la fibrilación ventricular
(FV) y la taquicardia ventricular sin pulso (TVSP). Estas alteraciones del ritmo, deben ser tratadas
de forma prioritaria, mediante desfibrilación externa, entendiendo como tal la transmisión de co-
rriente eléctrica, medida en julios, al músculo cardíaco a través de la pared torácica, con el objeto de
183
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

' poner fin a la FV o la TVSP. Esta acción se conoce entre los profesionales sanitarios como décarga o
choque, y de esta manera la denominaremos en adelante.

Desfibrilador manual

Numerosos estudios demuestran que el uso precoz de desfibriladores externos puede aumen-
tar considerablemente la supervivencia de los individuos que sufren una PCR. En varios países
entre los que se encuentra España (Real Decreto 365/2009, de 20 de marzo.BOE 80, Jueves 2 de
abril de 2009), ya está legislada la colocación y utilización de Desfibriladores Externos Automáticos
(DEA), en los lugares de pública concurrencia. La mayor parte de las comunidades autónomas, con
las competencias sanitarias transferidas, han regulado el uso de desfibriladores externos automa-
tizados fuera del ámbito sanitario. (Andalucía, Decreto 22/2012, de 14 de febrero; Aragón, Decreto
229/2006, de 21 noviembre; Asturias, Decreto 24/2006, de 15 marzo; Baleares, Decreto 2/2005, de
14 enero; Canarias, Decreto 225/2005, de 13 diciembre; Cataluña, Decreto 355/2002, de 24 diciem-
bre; Galicia, Decreto 99/2005, de 21 abril; Navarra, Decreto Foral 105/2002, de 20 mayo; País Vasco,
Decreto 8/2007, de 23 enero ... ).

Los denominados DEA son desfibriladores externos automáticos o semiautomáticos (ambos


se conocen con el mismo nombre), que incorporan un sistema de análisis del ritmo. Cuando un
dispositivo automático detecta un ritmo que requiere choque, se carga y suministra el choque,
mientras que el semiautomático, aconseja al reanimador cuándo suministrar el choque y éste, una
vez tomadas las debidas precauciones (a l igual que con el desfibrilador manual, no se debe tocar
al paciente en el momento de la descarga), será el que realice la acción última (oprimir el botón de
descarga) para administrarlo.

Los DEA no disponen de las palas que tienen los desfibriladores manuales y se conectan al
paciente mediante dos electrodos adhesivos de gran tamaño, que sirven al mismo tiempo para
registra r la señal del ECG analizando el ritmo cardíaco, y para transmitir la energía de la descarga,
en el caso de que fuese necesaria.

Estos dispositivos, han demostrado ser sumamente precisos y se-


guros para el paciente y para el reanimador, tanto si son usados por
personas legas como por personal sanitario. Están indicados en niños
mayores de 1 año.

Se p uede considerar efectuar compresiones torácicas antes de la


desfibrilación cuando la llegada del SEM a la escena sea después de 4-5
minutos de la llamada. DEA

184
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Procedimiento para el empleo de los DEA

Ante una posible PCR, comience a aplicar el algoritmo correspondiente.

Si al valorar la respiración comprueba que el individuo no respira, consiga un DEA.

Si tiene un DEA disponible úselo de inmediato, si no, comience con las maniobras de RCP hasta
su llegada.

- Coloque a la víctima en decúbito supino y colóquese en su lado izquierdo.

- Coloque los electrodos sobre el pecho del paciente, en posición antera-lateral (posición
esternón-ápex). La placa adhesiva del esternón se coloca en la parte superior derecha del
tórax del paciente, a la derecha del esternón debajo de la clavícula. La placa del ápex se
coloca en la parte inferior izquierda del pecho sobre el ápex del corazón, a la izquierda del
pezón en la mitad de la línea axilar.

- Encienda el dispositivo y siga las indicaciones auditivas/visuales.

Para realizar el análisis del ritmo con las máximas garantías, debe evitarse el movimiento de la
víctima y el contacto físico con ella, por lo que en este momento y durante el menor tiempo posi-
ble, deberá detener las maniobras de RCP.

Si está indicado el choque

- Asegúrese de que todo el mundo se aparta de la víctima.

- Pulse el botón de choque.

- Realice las maniobras de RCP (30 compresiones torácicas-2 ventilaciones) durante 5 ciclos
(aproximadamente 2 minutos).

- Repita el análisis o el choque como se indique.

- Si en algún momento apareciera una condición de "choque no indicado" pase al siguiente


apartado.

Imagen característica de una fibrilación ventricular

Si el choque no está indicado

- Busque signos de que hay circulación.


- Si no hubiera signos de circulación, lleve a cabo las maniobras de RCP (30 compresiones
torácicas - 2 ventilaciones) durante 2 minutos y repita el análisis.

- Seguir las instrucciones del DEA hasta que esté disponible el Soporte Vital Avanzado.
185
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Grite pidiendo
ayuda

Abra la vía aérea

Hasta qu~ ~I OEAesté cof"<adc,

Descarga Descarga
Indicada no Indicada

Aé.lnld6 11mc.dbmn1Mte.:
fk:PiOi2
durantit 2mln

Con1in1.R hi1Staque ta vl<Uma


c.omt.)oo, a d(5(Nna1:
n1011QJW.; abtlrlos ojos y
respirarnormlnxtntq,

Tenga presente que cuanto más se demore en realizar la desfibrilación, menor es la probabili-
dad de éxito.
Si no dispone de un DEA, comience con las maniobras de RCP hasta disponer de uno de estos
dispositivos o hasta la llegada de los eq uipos especializados.

Uso del resucitador manual


Es un dispositivo con un balón autoinflable y una válvula que evita la reinspiración, recibe el
nombre coloquial de ambú, en referencia a la casa comercial que los popularizo. Se utiliza para
realizar la respiración artificial de forma manual.

186
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

El de los adultos, suele tener un volumen aproximado de 1.600 mi, siendo menor en el pediátri-
co, al objeto de evitar barotraumas.

Pueden emplearse con mascarilla o directamente sobre el tubo endotraqueal (u otro de los
dispositivos para aislar la vía aérea).

Poseen una toma de oxígeno y como accesorio se suele acompañar de un reservorio con el que
se pueden alcanzar concentraciones de oxígeno cercanas al 100%.
Hay que prestar especial atención a la limpieza y correcta colocación de la válvula. Un error en
esa comprobación, puede anular la funcionalidad del dispositivo.

A pesar de su aparente sencillez, es un dispositivo difícil de usar correctamente. Es nece-


sario sellar la mascarilla sobre la cara y presionar el balón al mismo tiempo, lo que exige cierto
entrenamiento.

El reanimador se coloca por detrás de la cabeza del paciente, la extiende hacia atrás, coloca una
cánula orofaríngea (Guedel) y aplica la máscara sobre el rostro con la mano izquierda colocando
los 2-3 últimos dedos sobre la mandíbula y los demás sobre la mascarilla. Se exprime la bolsa con
la mano derecha y se observa el tórax para comprobar cómo tiene lugar la ventilación pulmonar.

Si hay dos reanimadores, uno puede realizar las 30 compresiones y el otro las 2 insuflaciones
mediante el resucitador manual.

187
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.3.1.5. ¿Cuándo debe suspenderse la RCP Básica?


Las maniobras de RCP deben mantenerse en principio hasta la llegada de los equipos especia-
lizados, excepto en las siguientes situaciones:

- Cuando el paciente recupere circulación espontánea. Nos mantendremos alerta junto al


accidentado comprobando sus funciones vitales periódicamente.

- Cuando habiéndose iniciado la RCP se comprueba fehacientemente la voluntad previa del


afectado de no recibir las maniobras de RCP (testamento vital}.

- Cuando se confirma documentalmente de forma inequívoca que la parada cardíaca se ha


producido como consecuencia de la evolución terminal e irreversible de una enfermedad
incurable.

- Cuando habiéndose iniciado sin éxito la RCP se confirma de forma indiscutible que estas
maniobras se instauraron con un retraso superior a 1O minutos con respecto a la iniciación
de la parada cardíaca (excepto situaciones como el ahogamiento, la hipotermia accidental
o la intoxicación con barbitúricos).

- Cuando después de un tiempo prudencial nunca inferior a 30 minutos continúa la ausencia


de cualquier tipo de actividad eléctrica cardíaca (excepto en situaciones de hipotermia o
ahogamiento), evidenciándose signos de hipoxia generalizada (livideces, midriasis...).
- Cuando el reanimador está exhausto, lo cual puede producirse cuando un único reanima-
dor realiza una RCP prolongada.

4.3.1 .6. Actuación del Celador


La actuación de un Celador ante una parada cardiorrespiratoria va a ser muy diferente según el
lugar donde trabaje y según el momento en el que suceda.

Si ocurre en un hospital, el personal sanitario llevará el peso de las maniobras quedando el


Celador para ayudar en lo que se le requiera. Traer el carro de paradas, colocar al paciente en de-
cúbito supino y poner la tabla corta o de SVB bajo la espalda del mismo son funciones habituales
de los Celadores. Aquí es importante adelantarse a los acontecimientos, se puede ir retirando el
cabecero de la cama por si es necesario intubar (si se decide llevar a cabo este procedimiento hay
que colocar a la víctima en posición de Roser).
En el Centro de Salud es prácticamente igual, sustituyendo la cama por la camilla y en ambu-
lancias de traslado o cuando el Celador está solo o fuera del trabajo realizará todas las técnicas que
se han explicado a lo largo del tema.

4.3.2. Soporte Vital Básico en pediatría


4.3.2.1 . Introducción
En el niño, a diferencia de lo que ocurre en el adulto, la parada card iorrespiratoria (PCR) de
origen cardiaco es poco frecuente, siendo el principal motivo las disfunciones respiratorias (obs-
trucciones agudas, neumonías, depresión respiratoria ...) seguido del fallo circulatorio por sepsis o
hemorragias. La PCR también puede afectar a niños sanos por los accidentes (sobre t od o domésti-
cos) o por muerte súbita.
188
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

Cuando el pronóstico se compara con el del adulto, suele ser peor, debido a que en la mayoría
de los casos el niño lleva en hipoxemia un periodo prolongado de tiempo, antes de producirse la
PCR, con la consecuente lesión de diversos órganos, en tanto que en el adulto la PCR se suele pro-
ducir de forma brusca sin hipoxia previa.

En los niños, es preferible modificar la secuencia de RCP que se emplea en el adulto. Por
un lado, una vez diagnosticada la situación de PCR se realizaran 5 ventilaciones de rescate y un
minuto de masaje cardiaco, antes de buscar ayuda. Por otro lado, la relación más correcta entre
compresiones y ventilaciones es de 15 compresiones y 2 ventilaciones, aunque los reanimadores
legos, podrían utilizar la misma relación que en el adulto (30:2).

4.3.2.2. Comprobación del nivel de consciencia


Para determinar el nivel de consciencia del niño, se le debe gritar mientras se le sacude suave-
mente por los hombros. Si existe sospecha de que pueda tener alguna lesión en la cabeza o en el
cuello por las alteraciones que presenta o por el mecanismo de la lesión no se debe agitar, movién-
dolo lo menos posible.

Si el niño está inconsciente pediremos ayuda y comprobaremos de inmediato la respiración.

4.3.2.3. Posición de RCP


Al niño se le debe colocar en decúbito supino sobre una superficie dura y lisa. En los lactantes
también puede utilizarse la palma de la mano o el antebrazo del reanimador en caso de reanimarle
en brazos.
En los niños pequeños, al apoyar su espalda sobre la palma de la mano del reanimador, los
hombros se elevan, permitiendo que la cabeza se extienda ligeramente hacia atrás abriendo la vía
aérea de forma adecuada.

4.3.2.4. Vía aérea


Las maniobras de apertura de la vía aérea es necesarias para poder comprobar si el niño respira,
el objetivo es conseguir que la vía aérea sea permeable.

La maniobra de elección es, como en el adulto, "la maniobra frente - mentón" (extender la ca-
beza y elevar la mandíbula) y solo cuando esta no funciona, se puede probar con la maniobra de
elevación mandibular (con los dedos pulgar e índice de cada mano, detrás de cada lado de la man-
díbula del niño y empújela hacia delante).
Después de abierta la vía aérea se debe comprobar si el niño respira, observando si existen mo-
vimientos respiratorios, escuchando su ventilación y, con la mejilla del reanimador junto a la boca
del niño, sintiendo la salida del aire (ver, oír, sentir) durante un máximo de 1O segundos.

Si el niño respira, se le coloca en posición lateral de seguridad y se pide ayuda. Si el niño tiene
dificultad respiratoria suele adoptar unas posturas determinadas que le facilitan la respiración y no
se deben modificar, limitándose el reanimador a pedir ayuda.

Si el niño no respira hay que pedir ayuda e iniciar la ventilación manteniendo abierta la vía aé-
rea. Si es un lactante, la boca del reanimador se debe aplicar abarcando la boca y la nariz del niño.
Si se trata de un niño mayor de un año se puede utilizar la técnica boca a boca de forma similar a
como se hace en los adultos. La técnica dependerá no tanto de la edad, como del tamaño del niño.
189
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Se realizan 5 ventilaciones de rescate. Insuflaciones lentas de 1 segundo por ventilación, to-


mando aire entre una ventilación y otra.

El volumen correcto de aire en cada ventilación será aquel que haga que el tórax se eleve. Es
importante insuflar aire solamente hasta que empiece a subir el pecho para evitar una dilatación
gástrica que podría provocar regurgitación del contenido del estómago. También podríamos pro-
vocar barotrauma.

4.3.2.5. Circulación
Una vez abierta la vía aérea y realizadas las 5 insuflaciones, el reanimador debe comprobar si el
niño permanece arreactivo o si aparecen signos de que hay circulación, para valorar la necesidad
de iniciar las compresiones cardiacas.

Hay que buscar durante un máximo de 1Osegundos signos de vida: movimientos, tos ... incluso
si se está cualificado, se puede comprobar el pulso (el femoral en todos los caos, o el braquial en los
lactantes o en los niños mayores de un año el carotideo).

Si el niño continúa arreactivo y sin signos de circulación, tras las 5 insuflaciones comenzare-
mos con las compresiones cardiacas con una cadencia de 15 compresiones y 2 ventilaciones.

El área de compresión en la RCP pediátrica se localiza en la mitad inferior del esternón, un dedo
por encima del apéndice xifoides.

La técnica de compresión dependerá de la edad del niño o, especialmente de su corpulencia.


En los lactantes comprimiremos con la punta de los dedos medio y anular o con la técnica "del
abrazo" (rodeando el tórax con las dos manos y con ambos pulgares sobre el esternón). En los niños
más mayores o corpulentos, se puede emplear el talón de una sola mano.

Las compresiones se realizan siguiendo un eje perpend icu lar y con la fuerza suficiente para
comprimir el tórax al menos un tercio de su diámetro.

190
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 1 11111

En los niños, al igual que en los adultos, las compresiones deben durar el 50% del ciclo, permi-
tiendo en la segunda parte de éste, la relajación del tórax. La frecuencia de las compresiones debe
ser de al menos 100 por minuto (sin pasar de 120).

4.3.2.6. Algoritmo Soporte Vital básico en pediatría

ALGORITMO DEL SOPORTE VITAL BÁSICO EN PEDIA TRÍA

DE CONSCIENCIA

No responde
(Inconsciente)
l
COMPROBACIÓN DEL NIVEL

- Pedir ayuda
- Abrir la vía aérea Respira P. Lateral Seguridad
COMPROBACIÓN DE LA - - - - Reevaluar
RESPIRACIÓN

NO Respira t
! 5 Ventilaciones de rescate
!
1

No reacciona
No signos de circulación

MANIOBRAS RCP b
15 compresiones / 2 ventilaciones

4.3.2.7. Obstrucción de la vía aérea por cuerpo extraño


En el niño, al igual que en el adulto, la secuencia de actuación ante la obstrucción de la vía aérea
por un cuerpo extraño dependerá fundamentalmente de si esa obstrucción es total o parcial.

Si la obstrucción es parcial, el niño podrá toser por lo que habrá que animarlo a que lo siga
haciendo por ser esta la manera más eficaz de expulsar el cuerpo extraño.

Si la obstrucción es total, el niño no podrá toser, por lo que seg uiremos el siguiente
procedimiento:

- 5 golpes interescapulares con el talón de nuestra mano. Si el niño es suficientemente pe-


queño, se puede sostener en decúbito prono sobre el antebrazo del reanimador, con la
cabeza más baja que el tronco y aplicar los golpes con la otra mano.

- 5 compresiones directamente sobre el tórax, al obj eto de aumentar la presión intratorácica


y ayudar a la expulsión del cuerpo extraño de la vía aérea.

Este procedimiento se seguirá repitiendo una y otra vez, hasta que el niño pierda la consciencia.
En este momento, actuaremos como ya hemos descrito para los casos de inconsciencia y ausencia
de respiración, intentaremos ventilar 5 veces y, si no hay respuesta, comenzaremos con el masaje
card iaco. Continuaremos repitiendo las maniobras de RCP b hasta la desobstrucción de la vía aérea.
191
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1
Si se visualiza el cuerpo extraño, se debe intentar su extracción manual con el dedo índice en
forma de gancho, pero no realizar un barrido digital a ciegas, ya que el cuerpo extraño puede ser
empujado involuntariamente hacia la vía aérea agravando aún más la obstrucción.

'1

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1/

Desobstrucción de lo vía aérea en lactante. Desobstrucción de la vía aérea en lactante.


Golpes en lo espalda Compresiones torácicos

192
El Celador en su puesto de
trabajo 11.
El Celador en el Área de
Consultas Externas, en
suministros, almacenes,
farmacia Yi iesto de puestos.
El (elador en Salud Mental

1. El Celador en el Área de Consultas Externas


2. El Celador en suministros, almacenes, farmacia
3. El Celador en salas de autopsias y tanatorios
4. El Celador en Salud Mental
S. Manejo de Documentación clínica y no clínica
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. El Celador en el Área de Consultas Externas


El trabajo de Celador en las Consultas Externas es básicamente una labor de apoyo a otros
profesionales como médicos y auxiliares sanitarios principalmente. Además de sus funciones ge-
nerales de vigilancia, apertura y cierre de instalaciones, etc. tiene labores específicas dentro de esta
organización. Las áreas donde pueden ser requeridos son:

- Área asistencial.

- Área organizativa.

- Puesta a punto de la consulta.

1.1. Función asistencial


Además de haber trasportado los documentos (historia clínica) y los aparatajes (instrumental
para la exploración, material para curas) necesarios para que el médico pueda iniciar la consulta
debe ayudar al enfermo a desplazarse en la consulta si tiene dificultad, a desvestirse y vestirse, a
subirse y bajar de la mesa de exploraciones, etc.

1.2. Función organizativa


La auxiliar de enfermería debe controlar el número de enfermos citados y disponer por el orden
en que van a entrar a la consulta las historias clínicas. El celador por tanto tendrá dispuesto todas las
historias clínicas necesarias para el día en el orden solicitado.

1.3. Puesta a punto de la consulta


Antes de que la consulta comience o después de que haya terminado, debe revisarse todo el
mobiliario e instrumental que se maneja habitualmente.

g
194
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Para ello se revisa la lencería, instrumental de exploraciones, carro de curas, recetas, volantes
para peticiones, etc., en definitiva, todo lo que sea necesario para la consulta siguiente.

Entre sus tareas se encuentra:

- Trasportar a lavandería la ropa sucia de la camilla, etc.


- Llevar a esterilización el instrumental ya usado que necesite esterilización.

- Traer el material esterilizado que se necesite.

2. El Celador en suministros, almacenes, farmacia

2.1. Actuación del Celador en el servicio de farmacia hospitalaria

2.1.1. El servicio de farmacia hospitalaria


La custodia, conservación y dispensación de medica-
mentos de uso humano corresponderá exclusivamente:

a) A las oficinas de farmacia abiertas al público,


legalmente autorizadas.

b) A los servicios de farmacia de los hospitales,


de los centros de salud y de las estructuras
de Atención Primaria del Sistema Nacional de
Salud para su aplicación dentro de dichas ins-
tituciones o para los medicamentos que exijan
una particular vigilancia, supervisión y control
del equipo multidisciplinar de atención a la
salud.

En la mayoría de los Hospitales existe un Servicio


de Farmacia que dependerá de la Dirección Médica. En
un Hospital la farmacia es un servicio centralizado (ser-
vicio central) al que tienen acceso todas las unidades
hospitalarias.

En un Servicio de farmacia hospitalario prestan servicio los siguientes profesionales: farmacéu-


ticos, FIR (Farmacéutico Interno Residente), DUE, auxiliares de enfermería, auxiliares administrati-
vos, y Celadores. El servicio estará bajo la dirección de un farmacéutico.

La Ley 29/2006, de 26 de julio, de garantías y uso racional de los medicamentos y productos


sanitarios establece que la administración sanitaria del Estado es el organismo competente para
valorar la idoneidad sanitaria de los medicamentos y demás productos y artículos sanitarios y que
los hospitales deberán disponer de servicios o unidades de farmacia hospitalaria con arreglo a las
condiciones mínimas establecidas por esta Ley. Los hospitales del más alto nivel y aquellos otros
que se determinen deberán disponer de servicios o unidades de Farmacología Clínica.

195
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- · Los servicios de farmacia hospitalaria ~starán bajo la titularidad y responsabilidad de un


farmacéutico especialista en farmacia hospitalaria.

- Las Administraciones sanitarias con competencias en ordenación farmacéutica realizarán


tal función en la farmacia hospitalaria manteniendo los siguientes criterios:

a) Fijación de requerimientos para su buen funcionamiento, acorde con las funciones es-
tablecidas.

b) Que las actuaciones se presten con la presencia y actuación profesional del o de los far-
macéuticos necesarios para una correcta asistencia.

c) Los farmacéuticos de las farmacias hospitalarias deberán haber cursado los estudios de
la especialidad correspondiente.

- Los hospitales que no cuenten con servicios farmacéuticos deberán solicitar de las
Comunidades Autónomas autorización para, en su caso, mantener un depósito de medica-
mentos bajo la supervisión y control de un farmacéutico. Las condiciones, requisitos y nor-
mas de funcionamiento de tales depósitos serán determinados por la autoridad sanitaria
competente.

2.1.2. Definiciones
- Medicamento de uso humano: toda sustancia o combinación de sustancias que se pre-
sente como poseedora de propiedades para el tratamiento o prevención de enfermedades
en seres humanos o que pueda usarse en seres humanos o administrarse a seres humanos
con el fin de restaurar, corregir o modificar las funciones fisiológicas ejerciendo una acción
farmacológica, inmunológica o metabólica, o de establecer un diagnóstico médico.

- Medicamento de uso veterinario: toda sustancia o combinación de sustancias que se


presente como poseedora de propiedades curativas o preventivas con respecto a las enfer-
medades animales o que pueda administrarse al animal con el fin de restablecer, corregir o
modificar sus funciones fisiológicas ejerciendo una acción farmacológica, inmunológica o
metabólica, o de establecer un diagnóstico veterinario. También se considerarán «medica-
mentos veterinarios» las «premezclas para piensos medicamentosos» elaboradas para ser
incorporadas a un pienso.

196
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Medicamentos de origen humano: se considerarán medicamentos los derivados de la


sangre, del plasma y el resto de sustancias de origen humano (fluidos, glándulas, excrecio-
nes, secreciones, tejidos y cualesquiera otras sustancias), así como sus correspondientes
derivados, cuando se utilicen con finalidad terapéutica.
- Medicamento de terapia génica, el producto obtenido mediante un conjunto de proce-
sos de fabricación destinados a transferir, in vivo o ex vivo, un gen profiláctico, de diagnós-
t ico o terapéutico, tal como un fragmento de ácido nucleico, a células humanas/animales y
su posterior expresión in vivo.
- Principio activo: toda materia, cualquiera que sea su origen (humano, animal, vegetal, quími-
co o de otro tipo) a la que se atribuye una actividad apropiada para constituir un medicamento.
- Excipiente: aquella materia que, incluida en las formas galénicas, se añade a los principios
activos o a sus asociaciones para servirles de vehículo, posibilitar su preparación y estabili-
dad, modificar sus propiedades organolépticas o determinar las propiedades físico-quími-
cas del medicamento y su biodisponibilidad.
- Materia prima: toda sustancia (activa o inactiva) empleada en la fabricación de un medica-
mento, ya permanezca inalterada, se modifique o desaparezca en el transcurso del proceso.

- Forma galénica o forma farmacéutica: la disposición


a que se adaptan los principios activos y excipientes
para constituir un medicamento. Se define por la com-
binación de la forma en la que el producto farmacéutico
es presentado por el fabricante y la forma en la que es
administrada (jarabes, supositorios, comprimidos, inyecta-
bles, pomadas, etc.).
- Medicamento genérico: todo medicamento que ten-
ga la misma composición cualitativa y cuantitativa en
principios activos y la misma forma farmacéutica, y
cuya bioequivalencia con el medicamento de referen-
cia haya sido demostrada por estudios adecuados de
biodisponibilidad.
Producto intermedio: el destinado a una posterior transformación industrial por un fabri-
cante autorizado.
- Fórmula magistral: el medicamento destinado a un paciente individualizado, preparado
por un farmacéutico, o bajo su dirección, para cumplimentar expresamente una prescrip-
ción facultativa detallada de los principios activos que incluye, según las normas de correc-
ta elaboración y control de calidad establecidas al efecto, dispensado en oficina de farmacia
o servicio farmacéutico.
- Medicamento en investigación: forma farmacéutica de un principio activo o placebo, que
se investiga o se utiliza como referencia en un ensayo clínico.
- Medicamento homeopático, de uso humano o veterinario, es el obtenido a partir de
sustancias denominadas cepas homeopáticas con arreglo a un procedimiento de fabrica-
ción homeopático descrito en la Farmacopea Europea o en la Real Farmacopea Española o,
en su defecto, en una farmacopea utilizada de forma oficial en un país de la Unión Europea.
- Medicamentos biológicos, llamados así porque son sustancias producidas por un organis-
mo vivo mediante técnicas de biotecnología. Ejemplos de estos compuestos son las vacu-
nas, inmunosueros, antígenos, etc.
197
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Producto.de higiene personal: sustancias o preparados que, sin tener la consideración


legal de medicamentos, productos sanitarios, cosméticos o biocidas, están destinados a ser
aplicados sobre la piel, dientes o mucosas del cuerpo humano con finalidad de higiene o de
estética, o para neutralizar o eliminar ectoparásitos.

- Radiofármaco: cualquier producto que, cuando esté preparado para su uso con fina-
lidad terapéutica o diagnóstica, contenga uno o más radionucleidos (isótopos ra-
diactivos).

- Farmacovigilancia: es la actividad de salud pública que tiene por objetivo la identificación,


cuantificación, evaluación y prevención de los riesgos del uso de los medicamentos una
vez comercializados, permitiendo así el seguimiento de los posibles efectos adversos de los
medicamentos.

- La Real Farmacopea Española: es el código que establece la calidad que deben cumplir
los principios activos y excipientes que entran en la composición de los medicamentos de
uso humano y veterinario. Se actualizará y publicará periódicamente.

- Preparado o fórmula oficina!: es aquel medicamento elaborado y garantizado por un far-


macéutico o bajo su dirección, dispensado en una oficina de farmacia o servicio farmacéu-
tico, enumerado y descrito por el Formulario.

2.1 .3. Objetivos y actividades en el servicio de farmacia


Los objetivos que debe cumplir el servicio de farmacia son:

- Conseguir que cada paciente reciba la terapéutica medicamentosa adecuada a sus necesi-
dades, para ello debe aconsejar en la elección de la dosis apropiada, frecuencia de adminis-
tración, duración del tratamiento, et c.

- Control mediante la Farmacovigilancia (estudio de los efectos beneficiosos y nocivos por el


uso de medicamentos). Estos estudios permiten prevenir o disminuir las reacciones adver-
sas que pueden ser producidas por una selección eq uivocada del medicamento prescrito,
utilización de dosis inadecuadas, sobredosificación, etc.

La coordinación con otros profesionales implicados en la asistencia sanitaria. El farmacéu-


tico debe tener relación con otros profesionales como: dietistas, personal de radiología,
personal de los distintos laboratorics, etc.

- Informar permanentemente soLre los avances farmacéuticos y sobre los medicamentos


para mejorar la práctica profesional.

- Realizar investigación para mejorar la terapéutica medicamentosa y evaluar los resultados


para corregir posibles deficiencias.

Las actividades que se realizan en un servicio de farmacia son:

- Control y dispensación de estupefacientes y psicotropos.

- Preparación y dispensación de: fórmulas magistrales, soluciones desinfecta ntes y antisépti-


cas, nutriciones enterales, nutriciones parenterales, citostáticos, etc.

- Control y dispensación de medicamentos extranjeros.

- Control de los botiquines existentes en las Unidades de hospitalización y demás Servicios del Hospital.

198
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

..,.


Botiquín existente en una unidad de hospitalización

- Propuesta de adquisición de determinados medicamentos, material de curas o productos.

- Envasados y reenvasados en dosis individuales de los medicamentos sólidos y líquidos


orales.
- Establecimiento de sistemas de información para control de consumos, gastos y costos.

- En general, adquisición, clasificación, conservación, control y dispensación de medicamen-


tos y demás productos de uso farmacológico.

2.1.4. Áreas que forman el servicio de farmacia


El servicio de farmacia consta de las siguientes áreas:

1. Area de almacenamiento y conservación de medicamentos

En ella se almacenan y conservan los medicamentos según sus características para cubrir las
demandas del centro. En esta área podemos distinguir entre la zona de estanterías donde los me-
dicamentos suelen estar ordenados por orden alfabético o grupos terapéuticos y la zona donde
permanecen determinados medicamentos como los sueros (empleados en fluidoterapia) que por
sus características especiales (peso, volumen, etc.) requieren de lugares específicos adecuados para
su almacenaje y conservación.

199
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Hay determinados medicamentos que precisan' una's condiciones de almacenamiento especia-


les como son:
- Los termolábiles (sensibles al calor) se guardan en camas frigoríficas.
- Los estupefacientes y psicotrópicos se guardan en armarios de seguridad, al que sólo los
farmacéuticos tienen acceso.
- Los fotosensibles se guardan en lugares específicos para ellos.

2. Area de dispensación farmacológica

Es la zona donde se dispensan los medicamentos solicitados en los formularios. Es frecuente


que en las diferentes unidades de los centros sanitarios existan pequeños almacenes de fármacos
para atender las situaciones imprevistas. En esta área el personal de enfermería dispensa los medi-
camentos una vez que ha sido autorizado por el médico.
Los pedidos de estupefacientes (regulados internacionalmente por la Convención Única de
1961 de la ONU, sobre Estupefacientes, enmendada por protocolo de 25 de mayo de 1972) y psi-
cotrópicos (regulados internacionalmente por el Convenio Internacional sobre sustancias psicotró-
picas de Viena de 1971 ), se efectúan en impresos o recetas especiales (vales de estupefacientes) la
dispensación y retirada de esta medicación suele estar controlada.
Los pedidos deben ser revisados antes de su entrega, comprobando los medicamentos servi-
dos, la dosis y sus formas de presentación.

3. Area de farmacotecnia

En esta zona se preparan dosis especiales de ciertos medicamentos según las pautas estableci-
das por la comisión de farmacia. La preparación y manipulación de estos fármacos ha de realizarse
en condiciones de higiene y asepsia para evitar riesgos sanitarios. En esta zona también se prepa-
ran fórmulas magistrales, para lo cual el servicio de farmacia cuenta con un laboratorio equipado
con el material preciso. Las fórmulas magistrales son preparados no normalizados que un médico
solicita para una circunstancia especial que sufre el paciente.

4. Area de nutrición artificial


Es la zona destinada a la preparación de las solucio-
nes de nutrición artificial enteral o parenteral, para cubrir
el aporte de nutrientes en aquellos pacientes que por su
patología lo requieran.
Nutrición entera/: es la administración de sustancias
nutritivas a través de una sonda que estará alojada en el
tubo digestivo. Normalmente se aplica a través de una
sonda nasogástrica.
Nutrición parenteral: es una técnica que se realiza
cuando no es posible una adecuada alimentación por vía
oral o por sonda. Consiste en aportar por vía endoveno-
sa todos los constituyentes de una dieta completa como
son agua, hidratos de carbono, líquidos, electrolitos, vita-
minas, aminoácidos y oligoelementos. La preparación de
la nutrición parenteral se rea liza en una zona estéril bajo
cabinas de flujo laminar garantizando la composición, es-
Cabina de flujo laminar
terilidad y la estabilidad del preparado.
200
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111
7
5. Áreas de citostáticos

Los citostáticos son sustancias farmacológicas que impiden o retardan la división celular. Se
utilizan en el tratamiento contra el cáncer.

En el área de preparación de medicamentos citostáticos se preparan medicamentos cuya mani-


pulación inadecuada puede ser peligrosa para la salud. El manejo de este tipo de preparados debe
garantizar su composición, estabilidad y la seguridad del manipulador y del medio ambiente. Esta
área dispone de una zona estéril donde existe una campana de flujo laminar vertical de alta segu-
ridad biológica con salida de aire filtrado al exterior. En ella se realiza la dosificación y preparación
de medicamentos citostáticos.

Esta zona debe reunir una serie de características mínimas, tales como:

- Área o zona aislada físicamente del resto del servicio en la que no se realicen otras
operaciones.

- Sin recirculación de aire ni aire acondicionado ambiental.


- Habitación separada con presión negativa.

- Campana de flujo laminar vertical.

- Acceso limitado solamente al personal autorizado.

- El suelo del recinto donde se encuentra ubicada la cabina no se barrerá y se limpiará con
una fregona de uso exclusivo y lejía.

Protección del manipulador. El personal responsable de la preparación de m ezclas de citostá-


ticos deberá usar el siguiente equipo de protección individual: guantes, bata, mascarilla, gafas y
gorro.

Transporte de productos citostáticos en el hospital. Los Celadores efectúan el traslado de los citos-
táticos desde el Servicio de Farmacia hasta la unidad peticionaria (normalmente Hospital de Día o
Plantas de Oncología).

Para dicho traslado se deben usar contenedores específicos que deben reunir las siguientes
ca racterísticas:

Resistencia al transporte.
- Contener exclusivamente productos citostáticos.

- Etiquetado adecuado. En el exterior del paquete se debe hacer constar la naturaleza del
contenido y paciente destinatario.

- Aislante térmico para el necesario mantenimiento de la temperatura.

Tratamiento de contaminaciones accidentales. En las zonas donde se manipulen este tipo de


medicamentos d eben existir procedimientos escritos de actuación para saber en todo momento
cómo se debe actuar ante una contaminación accidental.

Si el agente citostático contacta directamente con la piel de la persona que lo manipula, se


lavará inmediatamente la zona afectada con ag ua y jabón, durante unos 1O minutos. Si la piel se
encontrara irritada, deberá ser examinada por un especialista.

Si el agente citostático salpica los ojos se enjuagará el ojo afectado con agua o solución isotóni-
ca durante al menos 15 minutos y luego acudir al especialista (oftalmólogo).

201
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Se d~be aplicar el antídoto específico según el agente citostático.

Los derrames accidentales se pueden producir en cualquier proceso en que esté presente un
medicamento citostático (almacenamiento, preparación, transporte y/o administración), por lo
que deberán estar previstos los procedimientos y materiales necesarios para realizar la recogida.

2.1.5. Métodos de distribución ycontrol de medicamentos:


método tradicional de distribución y unidosis
La dispensación de los medicamentos y demás productos de la farmacia se hará:
- Por el método tradicional (por stocks), a las unidades de hospitalización y demás servicios.

- Por el método de unidosis (dispensación de medicamentos en dosis única).

2.1.5.1. Método tradicional de distribución


Es el método por el cual se distribuyen cierta clase de
medicamentos (sueros, u otros medicamentos, según las
necesidades de cada servicio) por stocks que se guardan
en los almacenes de farmacia que existen en los distintos
servicios o unidades del centro. Los pedidos son realizados
por la supervisora de planta y el almacenaje se debe rea-
lizar en condiciones óptimas de limpieza y conservación,
donde se debe tener en cuenta la fecha de caducidad de
cada producto almacenado. Es un método en desuso por-
que conlleva una serie de inconvenientes entre los quepo-
demos mencionar:
- Existe un mayor riesgo de contaminación e inva-
lidez del medicamento provocado por una mani-
pulación inadecuada o por las malas condiciones
ambientales.
- Exigen más tiempo por parte del personal de enfermería en la preparación de las dosis.

2.1.5.2. La unidosis
En la actualidad en los hospitales el suministro de medicamentos desde el Servicio de Farmacia
se realiza mediante la fórmula o método de "unidosis" o dosis única, es decir, en envases individua-
lizados por paciente (dispensación individualizada de medicamentos). Los medicamentos que han
de ser administrados a éstos son solicitados desde las diferentes unidades hospitalarias por los
supervisores o por los enfermeros a la Farmacia, mediante el correspondiente documento (orden
médica) firmada por el médico correspondiente especificando la medicación diaria por paciente
que se ha de suministrar.

En el Servicio de Farmacia se prepara la medicación individual en su correspondiente bolsa o


envase que será trasladada por el Celador hasta el Servicio peticionario.

Es un sistema más racional en cuanto a la preparación y distribución de los medicamentos.

202
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Entre las ventajas de este método para el Sistema Sanitario están:

- Conservación del medicamento en mejores condiciones higiénicas.

- Las soluciones orales e inyectables se dosifican con mayor precisión logrando un mayor
aprovechamiento del medicamento.

- La distribución individual por paciente y día au-


menta la seguridad y la calidad terapéutica. -·'
. -.. ~-
~ ,..
- Se reduce el tiempo empleado por el personal de
enfermería en la preparación de la medicación. .~ i _1,J-
- Se evita así la existencia de pequeños almace- . ;,.. . .,. : S~\
nes de medicamentos en todas las unidades de ~

hospitalización.

- Se controla mejor el gasto farmacéutico.

Los envases de las unidosis se identifican con los datos


d e cada paciente y se trasladan desde la Farmacia hasta
cada unidad en un «carro de unidosis» por un Celador.

Cada carro contiene los fármacos necesarios para la


tarde, noche y mañana del día siguiente, separados me-
diante unos compartimentos o sistemas de cajetines. El
Celador entregará el carro al personal de enfermería que
tenga asignados a esos pacientes.

2.1.6. Funciones del Celador en el almacén de farmacia


- Recepción de material: el Celador es el encargado
de recepcionar los paquetes, bultos y envases que los
proveedores suministran a la farmacia. Para ello debe
comprobar mediante cotejo que el material servido co-
incide con el que figura en los «albaranes de entrega»,
posteriormente en el caso de que sea correcto lo firma
y le da una copia al transportista. En caso de error o no
coincidencia no debe recepcionar el material o, en su
caso, lo pondrá en conocimiento del responsable de la
Farmacia.
- Acondicionamiento del material: una vez recepcio-
nado el material el Celador lo entregará al personal sa-
nitario, junto con la copia de albarán para que los servi-
cios administrativos contabilicen la entrada del mismo,
al objeto de que lo clasifiquen, ordenen y coloquen en
estantes.
- Determinados productos, distintos de los medicamentos, son acondicionados directa-
mente por el Celador. Por ejemplo, las garrafas de alcohol, los botes de suero fisiológico, etc.

- Transporte de material dentro de la farmacia: aparte de entregar los bultos, paquetes y


envases de medicamentos y otros productos farmacológicos hasta la zona de clasificación
203
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

del personal sanita rio y de transportar el material que él m ismo clasifica y acondiciona, el
Celador se encarga del movimiento de los bultos y cajas de gran volumen o peso dentro de
la farmacia, cuando así se le requiera.

- Distribución de medicación y demás productos galénicos a las unidades del hospital:


esta tarea de llevar los pedidos a las unidades destinatarias corresponde en unos Hospita les
al Celador de la farmacia y en otros a los Celadores de las distintas unidades (las plantas
de hospita lización, las Consultas) que solicitan los medicamentos y otros productos a la
farmacia. En todo caso la tarea del Celador consiste en transportar carros con m ed icamen-
tos o con otros productos (sueros, nutriciones enterales o parenterales, etc.) o carritos de
unidosis de medicación, desde la farmacia hasta los puestos de enfermería de las Plantas
o de otras unidades, entregando a y recogiendo del personal autorizado (enfermeros/as
supervisores) los documentos de comprobación de suministro y entrega de los pedidos.
A la vuelta deberá entregar al servicio administrativo de la farmacia dichos documentos
debidamente firmados para su control y tramitación.

Envases individua/es de un carro unidosis

- Transporte de productos desde otras unidades del hospital hasta la farmacia: determi-
nados productos que puedan recepcionarse en el Almacén General del Hospita l, deberán
ser transportados hasta la farmacia por el Celador. Ig ualmente, en el caso de haber más de
una farmacia (en los complejos hospitalarios compuestos por varios Hospitales) se despla-
zará y se encargará del traslado de material entre las m ismas.

- Dispensación de determinado material: aunque la labor de dispensación corresponde


a otro personal, el Celador de la farmacia se encarga, normalmente, de d ispensar deter-
minado material que él mismo ha ordenado o acond icionado (botes de suero, alcohol).
En caso de que alguien con competencia (por ejemplo un médico de Urgencias) se dirija
al Celador solicitándole la entrega de algún med ica mento, el Celador se limitará a pasar la
comunicación al farmacéutico responsable. Cuando un paciente o un familiar solicite alg ún
medicamento debemos recordar que el Celador no esta auto rizado para dárselos ni para
administrarlos.

- Preparación de alcohol: el alcohol que se utiliza en las unidades del Hospital está «rebaja-
do» porque se m ezcla con agua destilada, por ser más conveniente en el uso terapéutico,
suministrándose a 70 g rados. La tarea de mezclar el alcohol con el agua destilada se le suele
encomendar al Celador y consiste en verter en un depósito de gran contenido un recipiente
de alcohol y otro de agua destilada, siempre del mismo contenido y volumen para que se
mantenga la correcta proporción.
204
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Ese depósito cuenta con un grifo por el que mana el alcohol rebajado, siendo el mismo
Celador de la Farmacia quien se encarga de reponer los recipientes vacíos (garrafas) que
llegan desde las unidades del hospital para que se las llenen de alcohol. Igualmente le co-
rresponden las tareas de traslado interno de las garrafas, así como llevar hasta la farmacia
(habitualmente desde el laboratorio) los recipientes con agua destilada.
- Controles e inventarios: el Celador de farmacia debe realizar los recuentos periódicos del
material del que sea responsable al objeto de comprobar las existencias reales de los pro-
ductos almacenados en la farmacia. Igualmente colaborará en el recuento que se lleve a
cabo con ocasión del Inventario general que anualmente o con otra periodicidad se realice
en la farmacia con el mismo objeto de conocer la existencia real del material almacenado.

2.2. Actuación del Celador en el almacén


2.2.1. Los suministros
La actividad de suministro hace referencia al conjunto de tareas que tienen como finalidad
aprovisionar de materiales al almacén y servicios sanitarios. Esta adscrita a la Dirección de Gestión
y Servicios Generales del hospital.

2.2.1.1. Suministros internos y externos


Se conoce como suministro interno aquella tarea encaminada a proveer desde el almacén, a los
diversos Servicios o Unidades, del material necesario para poder llevar a cabo la actividad asisten-
cial encomendada.
Y el suministro externo tiene como finalidad la de abastecer al almacén, desde los distintos
proveedores, de la mercancía destinada al suministro interno y que previamente ha sido solicitada.

2.2.1.2. El Celador encargado de almacén


Su figura viene contemplada en el Acuerdo del Consejo de Ministros de 29/6/90 (aprobado por
Resolución de 17 de julio de 1990), que modifica el Real Decreto-Ley 3/87, sobre régimen retribu-
tivo del personal estatutario.
Las funciones que desarrolla un Celador en el Almacén General del Hospital son:
- Recepcionar el suministro mediante cotejo del albaran de entrega.
- Cargar y descargar los productos del almacén. Una vez que el transportista ha depositado
el material en el muelle de carga, el Celador revisará el albarán comprobando el número de
bultos (constituyendo la tarea más importante en esta área del almacén). Posteriormente
cargará el material para depositarlo donde proceda.
- Informar al responsable del almacén de las entradas diarias de material.
- Vigilar las entradas y salidas del almacén, así como el cierre de puertas de la zona de alma-
cenaje. No permitirá el acceso al almacén a personas no autorizadas.
- Dispensar el material que le sea solicitado mediante un vale firmado debidamente por un
superior responsable. Es importante comprobar que los vales de pedido están cumplimen-
tados correctamente.
205
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Distribuir los productos en las estanterías.

- Distribuir o trasladar desde el almacén a las distintas unidades el mobiliario y aparatos.


Tanto las jaulas de transporte como las plataformas para mercancías se enpujará desde
atras para movilizarlas, salvo en los casos donde se sale de un ascensor que se procede
tirando de ellas y caminando hacia atras.

2.2.2. Recepción y almacenamiento de mercancías. Organización del almacén

2.2.2.1. Concepto de almacén


El almacén es el lugar físico donde se efectúa la función de almacenaje (estancia provisional
de las mercancías en el almacén, implicando colocación, conservación y control de las existencias);
este lugar debe ser suficiente y tener sus correspondientes zonas de recepción y control de entra-
das, de maniobra, de preparación y de salida de artículos.

La finalidad del almacén es garantizar, mediante la distribución de pedidos, el aprovisiona-


miento de las distintas Unidades y Servicios en todo momento y a un coste razonable. El objetivo
principal del almacenaje es convertir en hábito la organización, el orden y la limpieza en el puesto
206
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

de t rabajo y para conseguir una mayor eficacia. Para que ello sea posible ha de contar con una
adecuada estructura y responsabilizar a una persona de garantizar el control y organización de
dicho almacén, ésta ha de tener en cuenta el volumen máximo a ocupar por el stock para obtener
el módulo de almacenaje adecuado a cada producto, las características de éstos y el movimiento
de entradas y salidas para evitar que los artículos queden obsoletos.

2.2.2.2. Importancia del control de almacenes


Uno de los elementos principales para el óptimo funcionamiento de un almacén es el estable-
cimiento de un buen sistema de control.
El almacén es un elemento vivo e influyente en la actividad de un centro sanitario, por ello, el lograr
un control preciso del mismo, se hace una tarea importantísima para el desarrollo de toda actividad.

Para poder controlar las existencias de un almacén, de una forma precisa, se necesita conocer
no sólo el número de entradas y salidas de las mercancías, sino también y muy importante, desde
el punto de vista logístico, de la ubicación de las mercancías en el interior del almacén y de la dis-
ponibilidad de espacios en el mismo.

2.2.2.3. Criterios de ordenación


Los criterios de ordenación del material serán los más convenientes a los flujos de entradas y
salidas, tamaño de los productos, accesibilidad, caducidad, uso clínico, etc.

La clasificación de Pareto ordena los artículos en clases "A': "B" y "C". Los artículos del tipo "A"
serían aquellos que más se utilizan y, por tanto, se guardarán en los lugares más próximos y de fácil
acceso, los de clase "B" tendrían un consumo intermedio y los de clase "C" serían aquellos que se
consumen menos y, como es lógico, tendrían una sustitución o rotación más lenta y se almacena-
rían en los lugares menos accesibles del almacén.

El control de las existencias en el almacén se realiza a través de inventarios. Por inventario se


entiende el conjunto de operaciones que se llevan a cabo para conocer las cantidades existentes
en el almacén de cada producto en un momento determinado. En su elaboración se tendrán en
cuenta únicamente los artículos en stock. Podemos distinguir varios t ipos de inventarios:

- El inventario tradicional consiste en el recuento de los artículos del almacén, para lo cual éste
debe estar cerrado y todas las operaciones de entrada y salida de artículos debidamente inte-
rrumpidas. Normalmente se realiza una vez al año, generalmente al final del año natural.

- El inventario rotativo requiere un recuento sistemático de las existencias durante todo el


ejercicio con el fin de determinar el número de veces que se consume y se repone la mer-
cancía a lo largo del año (rotación). Es de utilidad en este tipo de inventario la clasificación
"A': "B': "C: pues el recuento sistemático se puede hacer por grupos.
Las diferencias de inventario son las que se producen entre los stocks teórico y real. El control
de las entradas y salidas permite determinar el stock teórico de un artículo, cuando éste no coincide
con el recuento de dichos artículos se produce la diferencia. Estas diferencias reflejan las pérdidas
que se producen a consecuencia de errores administrativos, roturas o robos. Tiene gran importan-
cia para medir la eficacia en el control del almacén.
Una vez realizado el recuento físico de existencias es necesario proceder a su valoración econó-
mica, para ello se utilizan distintos criterios de valoración.

207
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1
El criterio de valoración de mercancías FIFO (firs t in, first out) co'nsid°era que las unidades que
salen del almacén son las más antiguas, según el criterio de renovación de artículos "primero en
entrar, primero en salir".

Por el contrario el método UFO, contempla que la valoración de las salidas del almacén se hace
teniendo en cuenta que la primera unidad que sale es la que entró la última.

2.2.2.4. Fases en la tarea de suministro


La tarea de suministro consta, a nivel general, de las siguientes fases: previsión de aprovisiona-
mientos, planificación de adquisiciones, procedimiento administrativo de contratación, petición de
material, recepción/revisión de mercancías, guardado de la mercancía, mapa de almacén, gestión
de stock, reaprovisionamiento y control económico.

A) Previsión de aprovisionamientos

Como su nombre indica, consiste en prever las necesidades de materiales de todo tipo que tenga
la Institución Sanitaria. Es el necesario primer paso en el proceso de adquisición de los suministros.

Esta actividad, al igual que las demás, está directamente relacionada con las prestaciones de la
institución de que se trate y est á encaminada a que éstas sean posibles mediante el estudio de los
medios necesarios para ello.

B) Planificación de adquisiciones

Como tarea intermedia, entre la previsión de aprovisionamientos y el procedimiento administrati-


vo de contratación, está la planificación de adquisiciones, la cual hace referencia a una necesaria ade-
cuación, de los medios con que es posible contar, a los servicios que han de prestar las Instituciones.

C) Procedimiento administrativo de contratación

Es el procedimiento mediante el cual se adquieren determinados productos o servicios. Dicho


procedimiento ha de respetar las normas de contratación administrativa establecidas en la Ley
30/2007, de 30 de octubre, de Contratos del Sector Público.

D) Petición de Material

Una vez gestionada la compra, se procede a la petición del ma-


terial por la sección administrativa de suministros.

E) Recepción/revisión de mercancías

La primera tarea de la unidad de suministros, nada más recibir


un pedido, es registrarlo.

La recepción de las mercancías se divide en tres apartados


básicos:

1.0 Recepción simple de la mercancía.

2.0 Revisión de la mercancía.

3.° Control de calidad.


208
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Cada una de estas fases ha de estar debidamente controlada, incluyendo la posibilidad de to ma


de los siguientes datos:

1.0 A la recepción de la mercancía:


- Control de pedidos: número de pedido, nombre y/o código del proveedor, pedidos pen-
dientes, cantidades entregadas, precio unitario de la mercancía, número de albarán,
importe total del albarán, etc.

- Control de bultos: datos relativos al número de bultos, cantidad de bultos, número de


unidades por bulto, peso del mismo, etc.

- Transportista: indicación del nombre del transportista, matrícula del camión en el caso
de cargas completas, nombre del conductor si fuera preciso, etc.
2.0 Para la revisión de la mercancía:
- Control por unidades: cuenteo de unidades.
- Control de lotes: recuento del número de lotes, número de unidades por lote.
- Devolución al proveedor: incluyendo la confección del albarán de los productos rechazados.
- Etiquetado de mercancía: incluyendo referencia, precio unitario, si es el caso, etc.
3. Para el control de calidad
0

- Dictamen: informe emitido por el recepcionista sobre el estado de la mercancía a su


recepción.

- Devolución al proveedor: entrada del dato referente a la cantidad y referencia de los ma-
teriales devueltos por defectuosos y/o no correspondientes.

- Entrada a rotos: dato referente a aquellos artículos que se admiten temporal o definit iva-
mente bajo la indicación de rotos y que serán repuestos o reparados por el proveedor.
Finalmente, el Celador almacenero notificará la recepció n a la unidad administrativa
correspondiente.

F) Guardado de la mercancía

Con posterioridad a la recepción ha de procederse al almacenamiento de la mercancía. Éste


ha de llevarse a cabo siguiendo criterios de clasificación que faciliten la localización cuando los
productos sean solicitados, los flujos de entradas y salidas, que vengan ordenados por el tamaño
de los productos, accesibilidad, caducidad, uso clínico, etc. Normalmente a todos los productos se
les asigna un código que servirá pa ra facilitar esta labor.

Dicha disposició n debe evitar la acumulación innecesaria de éstos, para una mejor racionaliza-
ción del gasto.

Dependiendo de las dimensiones del almacén y del volumen y peso de las mercancías, el guar-
dado de las mismas deberá reunir una serie de características propias, tales como:
- Posibilidad de formar palets de manera automática o manual.

- Debe permitir el uso de diferentes tecnologías.

- Debe permitir la posibilidad de mezclar la mercancía procedente de distintos albaranes en


un mismo palet.
209
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

co'ntrol de artículos de peso variable.

- Posibilidad de guardado parcial.

- Control de palets creados en el almacén o procedentes del exterior.

- Búsqueda de huecos en distintos momentos y de manera automática y/o manual.

- Búsqueda de huecos por referencia o por palet.

- Posibilidad de mezcla de artículos en un hueco.

- Asignación de distintas técnicas de guardado, por zonas, por grupos, por pal et, por proximi-
dad a un pasillo, etc.
- Información en tiempo real de palets pendientes de guardar y estado de la mercancía disponible.

G} Mapa de almacén

La definición del mapa del almacén pasa por una necesaria clasificación de zonas, a saber:
- Recepción/revisión.
- Pulmón de entrada.
- Zona de estanterías de almacenaje/preparación.
- Zona de apilado en bloque.
- Zona de preparación exclusiva .
- Zona de «drive-in».
- Zona de rotos.
- Zona de expediciones.
- Pulmón de salida.

H} Gestión de stock

La gestión de stock, es, quizás, la labor más importante de


todo el sistema, ya que el buen o mal funcionamiento del mis-
mo significará o no la disponibilidad de un stock físico fiable y
de los controles que lo garanticen.

Deberá garantizar la plena integridad referencial, es decir,


la posibilidad de comunicación de cualquier actualización del
stock en tiempo real. Al mismo tiempo, deberá disponer de la
posibilidad de efectuar un cierre de inventario a voluntad del
usuario y de obtener históricos de movimiento del stock.

Es básico este control de las existencias de cada artículo


para evitar situaciones de desabastecimiento que darían lu-
gar al incumplimiento de la labor asistencial encomendada a la
Institución. Para evitar esto se debe tener siempre un determina-
do stock de cada artículo que variará en función del uso de éstos.
Así, las existencias de jeringuillas desechables, por ejemplo, será
siempre mayor que la de sondas nasogástricas.

210
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Asimismo se debe llevar un control de los artículos que consume cada servicio o unidad para
evitar consumos indebidos.

1) Reaprovisionamiento y movimientos internos

El control del almacén debe de incluir, lógicamente, no solamente el control de los movimien-
tos de entrada y/o salida, («movimientos externos»), sino también el de los movimientos de reapro-
visionamiento y/o colocación/descolocación («movimientos internos»).

J) Control económico

Esta función corresponde a la Unidad de Intervención, que puede existir en cada hospital, y su
objetivo es cuidar de que se cumplen las previsiones establecidas en los Presupuestos y las normas
de contratación establecidas en la Ley de Contratos de las Administraciones Públicas.

2.2.3. Tipos de almacenes


Según el tipo de Institución de que se trate, pue-
den existir almacenes generales para todos los cen-
tros integrantes de un hospital, área hospitalaria o
zona básica de salud, o un almacén por cada edificio.
También puede haber almacenes según el tipo de
material de que se trate. Según este último criterio
se originarían tres tipos de almacenes:

- Almacenes de materiales de uso relacio-


nado directamente con los enfermos:

* Almacén de farmacia.

Almacén de material clínico fungible. En


el almacén hospitalario se pueden clasi-
ficar los materiales utilizados en clínica,
según la las características y duración de
los mismos en fungibles (aquel que se
deteriora con el uso, es frágil en algunos
casos y tiene una vida corta) e inventaria-
bles (material que tiene una vida larga y
por tanto un carácter más definitivo).

Almacén de material quirúrgico y aparataje.

- Almacenes de materiales para el funcionamiento del centro sanitario:

Almacén de papelería.
* Almacén de mantenimiento.
- Almacén de lencería:

* En este se dan conjuntamente los dos usos anteriores, pues su finalidad es tanto la pro-
visión de ropa personal y de cama a los enfermos, como el dotar del vestuario regla-
mentario al personal.
211
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2.2.4. Distribución de Pedidos


La finalidad, razón de ser y objetivo último de los almacenes es la distribución de pedidos.
Para ello, los distintos servicios o unidades de la Institución presentan sus pedidos en un impreso
normalizado que recibe distintas denominaciones (vale de almacén, hoja de pedido, etc.), para que
los Celadores almaceneros preparen los mismos. Una vez preparado, según la periodicidad previa-
mente determinada (diaria, semanal, etc.), el personal auxiliar de cada servicio o unidad retirará el
material.
Como casos excepcionales se pueden dar situaciones imprevistas de desabastecimiento, si-
tuaciones de urgencia, o los servicios que requieren del almacén materiales de entrega inmediata,
como es el caso de los servicios de mantenimiento. En estos supuestos, como es lógico, no hay días
fijados para entrega del material.
La petición del material debe hacerse, como dijimos anteriormente, en impreso normaliza-
do, debiendo ir firmada por la persona responsable del servicio (Supervisores de Planta, Jefe de
Unidad, etc.) indicando:
- Denominación del material.
- Código.
- Cantidad solicitada.
- Identificación del servicio, fecha y firma.
La mercancía será retirada junto con una copia de la hoja de pedido, en la cual el personal del
almacén habrá consignado previamente la cantidad realmente servida, junto a la que se solicitó.

2.2.5. El Código de barras


Un código de barras es sencillamente una etiqueta con un
número determinado de barras negras inscritas en ella. Cada
barra tiene la posibilidad de representar un dígito particular
de acuerdo con su posición en el código total. Si el dígito está
representado la barra es ancha; si el dígito no está presente la
barra es fina.
Los códigos de barras representan datos en una forma le-
gible por las máquinas, y son uno de los medios más eficientes
para la captación automática de datos.
Además, pueden contener una gran cantidad de información para un operador adecuadamen-
te equipado y ofrecen el beneficio adicional de suministrar la misma muy rápidamente.

La primera patente para un código de barras, que tenía forma circular, fue solicitada en 1949 en
Estados Unidos por N.J. Woodland; los códigos de barras se emplearon por primera vez a princi-
pios de la década de 1960 para identificar material rodante ferroviario.

En las distintas industrias y aplicaciones se emplean varias «simbologías» (convenciones de co-


dificación) diferentes para los códigos de barras. Una de las más utilizadas es el símbolo internacio-
nal de número de artículo, llamado símbolo EAN por las siglas en inglés de la Asociación Europea
para la Numeración de Artículos. Este símbolo se emplea en el comercio abierto para identificar los
productos al pasar del fabricante a los mayoristas, distribuidores minoristas, y de ahí al cliente final.

212
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

La principal razón para la introducción de códigos de barras en un sistema de almacenamiento,


es el adelanto que supone para la identificación de los productos en stock. La disponibilidad del
equipo necesitado para operar con ellos, puede justificar también el uso de estos códigos de barras
para una buena identificación de las ubicaciones.
Los códigos de barras utilizados como identificadores para las operaciones de almacenaje tie-
nen que ser frecuentemente leídos por aparatos manuales. Estos aparatos iluminan la etiqueta
por medio de una luz emitida por diodos y leen la luz reflejada mediante un receptor comparador
electro-óptico.
Aparte del equipo de lectura, se requerirá, además, un decodificador para interpretar las lectu-
ras en caracteres alfabéticos y números decimales y también para realizar los chequeos.

3. El Celador en salas de autopsias y tanatorios


3.1. Conceptos generales
El trabajo a realizar en el área del tanatorio por parte del Celador conlleva una serie de situacio-
nes que precisan del conocimiento de algunos conceptos:
- Exitus: palabra que proviene del latín y que significa muerte. Se utilizan también como
sinónimo defunción, deceso u óbito.
- Tanatorio, mortuorio: el tanatorio es una institución situada en un edificio separado del
hospital que presta servicios funerarios.
- Mortaja o sudario: la mortaja se emplea como vestimenta que envuelve al cadáver para
enterrarlo.
- Tanatopsia, autopsia y necropsias postmorten: consiste en la disección y examen del
cuerpo de una persona fallecida, para determinar la causa de la defunción o la presencia de
un proceso patológico.

Se distinguen dos tipos de autopsias:


* Autopsia clínica: es el examen realizado sobre el cadáver de una persona fallecida a cau-
sa de enfermedad y que tiene como objetivo final la confirmación de las causas de la
muerte.

* Autopsia médico-forense: es el estudio de un cadáver o restos humanos con el fin de


informar a la autoridad judicial de las causas y circunstancias de su muerte.

- Tanatología: se entiende por tal la suma de conocimientos relativos a la muerte, desde el


punto de vista médico-legal especialmente.

- Cadáver: todo cuerpo humano durante los cinco primeros años siguientes a la muerte real.
Esta se computará desde la fecha y hora que figure en la inscripción de defunción en el
Registro Civil.

- Restos cadavéricos: todo lo que queda del cuerpo humano terminados los fenómenos
de destrucción de la materia orgánica, una vez transcurridos los cinco años siguientes a la
muerte real.

213
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Restos humanos: partes del cuerpo humano de entidad suficiente procedentes de abor-
tos, mutilaciones, operaciones quirúrgicas o autopsias. Para su inhumación o cremación
sólo se necesita el certificado facultativo en que se acredite la causa y procedencia de tales
restos. Cuando el médico que lo extienda deduzca la existencia de posibles riesgos de con-
tagio lo pondrá inmediatamente en conocimiento de Sanidad, que adoptará las medidas
oportunas.
- Cuidados postmortem: conjunto de atenciones que se presta a la persona fallecida para su
posterior traslado al mortuorio.
- Rigor mortis o rigidez cadavérica: es el endurecimiento del cuerpo que se produce de dos
a cuatro horas después de la muerte.
- Livideces cadavéricas: como consecuencia del cese de la circulación sanguínea, los he-
matíes comienzan a romperse liberando hemoglobina y decolorando los tejidos. A esta
decoloración se la conoce con el nombre de livor mortis.

- Algor mortis: es el enfriamiento del cuerpo después del fallecimiento; se realiza en condi-
ciones normales a razón de un grado por hora. También denominado frío de la muerte.

- Putrefacción: es la descomposición de la materia orgánica muerta por la acción de las


bacterias.
- Tanatopraxia: es toda práctica mortuoria que permite la conservación y exposición del
cadáver con las debidas garantías sanitarias.

Tienen esta consideración los siguientes métodos:

a) Climatización: acondicionamiento térmico que permite mantener al cadáver durante


las primeras veinticuatro horas retardando los procesos de putrefacción. En todo caso la
climatización mantiene las condiciones ambientales de temperatura, humedad y venti-
lación mínimas necesarias para la vida.
b) Refrigeración: mantenimiento de un cadáver a temperatura muy baja mediante su intro-
ducción en cámara frigorífica con el fin de retrasar los procesos de putrefacción.

214
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

c) Congelación: método de conservación del cadáver por medio de la hipotermia.


d) Embalsamamiento: métodos tanatopráxicos que impiden la aparición de los fenóme-
nos de putrefacción.

- Tanatoplastia: método de adecuación de cadáveres por medio de técnicas de


reconstrucción.

- Tanatoestética: conjunto de técnicas de cosmética y modelado que permiten mejorar la


apariencia externa del cadáver.

Tanto las prácticas de tanatopraxia, como de tanatoplastia y de tanatoestética están pro-


hibidas en cadáveres de personas cuya causa de defunción represente un riesgo sanitario
tanto de t ipo profesional para el personal funerario como para el conjunto de la población,
según normas y criterios fijados por la Administración Pública, tales como cólera, carbunco,
rabia, peste, Creutzfeldt-Jakob u otras encefalopatías espongiformes, contaminación por
productos radiactivos o cualquier otra que en su momento pudiera ser incluida en este
grupo por las autoridades sanitarias.
- Crematorio: establecimiento funerario habilitado para la incineración de cadáveres y res-
tos humanos o cadavéricos.
- Incineración o cremación: reducción a cen izas del cadáver, restos cadavéricos o restos hu-
manos por medio del calor.

La regulación de toda clase de prácticas sanitarias sobre cadáveres y restos cadavéricos se re-
gula en España al amparo del Decreto 2263/1974, de 20 de julio, Reglamento de Policía Sanitaria
Mortuoria y de la Legislación Autonómica que regula la Policía Sanitaria Mortuoria correspondiente
a cada región.

El control sanitario de los cementerios y la sanidad motuoria corresponde a las Corporacio-nes


Locales.

3.2. Actuación del Celador en relación con los pacientes fallecidos

3.2.1. Funciones del Celador en relación con los pacientes fallecidos


La muerte es el cese total y definitivo de todas las funciones vitales del organismo humano.
En los documentos oficiales y partes de defunción es frecuente el término exitus para referirse al
momento del fallecimiento, no obstante también recibe el nombre de defunción, deceso u óbito. La
valoración y certificación de la muerte es competencia del personal sanitario, concretamente del
facultativo médico encargado del paciente, no obstante señalaremos algunos de los signos que
manifiestan que el paciente ha fallecido:

- Signos precoces: ausencia de movimientos respiratorios en la auscultación, no hay mo-


vimiento del tórax ni del abdomen, no se ausculta el latido cardíaco, desaparece el pu lso,
pérdida de sensibilidad cutánea y ausencia de tono muscular.
- Signos tardíos: enfriamiento del cadáver, rigidez cadavérica, aparición de livideces y putre-
facción cadavérica.

215
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1• fase: Muerte aparente: es aquella en que desaparecen aparentemente los fenómenos vitales.
Disminuyen los latidos cardiacos, la respiración, la tensión, hasta llegar a estar inconsciente.
2• fase: Muerte relativa: prolongación de la agonía, se suspenden de forma efectiva y duradera
las funciones nerviosas, circulatorias, respiración y siendo posible todavía mediante maniobras
de reanimación, la recuperación en algunos casos.
3• fase: Muerte intermedia: se produce una extinción/desaparición progresiva e irreversible de
la actividad biológica de los diferentes órganos y tejidos.
4ª fases: Muerte absoluta: desaparición total / absoluta de cualquier actividad biológica del
organismo.

Fases de la muerte según Gisbert Calabuig

La actuación de los Celadores en relación con los pacientes fallecidos, según el Estatuto de
Personal No Sanitario, se centrará en ayudar a las enfermeras o personas encargadas de amortajar
a los enfermos fallecidos, corriendo a su cargo el traslado de los cadáveres al mortuorio. Sobre esta
función conviene destacar dos aspectos, en primer lugar nos habla de una colaboración o ayuda al
personal sanitario relativa a la movilización y aseo del paciente fallecido para que el personal sani-
tario proceda al amortajamiento. La segunda parte de esta función establece una función exclusiva
del Celador del servicio correspondiente como es el traslado del cadáver hasta el mortuorio (si
fallece en urgencias será el Celador de urgencias quien traslade el cadáver al tanatorio).

La situación que se produce entre los familiares cuando el paciente agoniza y especialmente en
el momento del óbito es muy particular, por lo tanto es necesario prestar especial atención a dichas
personas. En dicho momento se debe tranquilizar a la familia, pedirles serenidad y silencio y, con
cierta amabilidad, que se retiren a otras dependencias.

Ante cualquier pregunta de los familiares relacionada con la muerte del paciente, causas, pato-
logía, etc., el Celador les remitirá al facultativo responsable.

3.2.2. Amortajamiento y traslado del cadáver al tanatorio


El amortajamiento del cadáver consiste en la preparación del mismo para que pueda ser velado
por :os familiares antes de proceder a su entierro o incineración.

El amortajamiento deberá realizarse en la mayor intimidad posible y en el menor plazo, para evi-
tar que aparezca el rigor cadavérico y, posteriormente, el cadáver pueda ser trasladado al tanatorio.

El amortajamiento consiste básicamente en:

- Desconectar y retirar los dispositivos, sondas y catéteres que tuviera el cadáver.

- Retirar los objetos personales del cuerpo.

- Asear el cadáver.

- Taponar los orificios naturales, por donde es frecuente que el cadáver pierda sangre o secre-
ciones, mediante algodones o gasas.

- Cerrar los ojos y la boca del cadáver y, si no fuera posible, anudar una venda desde el men-
tón a la cabeza.
216
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Sujetar los tobillos con una venda.

- Colocar el cadáver encima de una sábana grande (sudario) en posición de decúbito


supino con brazos (palmas hacia abajo) y piernas extendidas de forma alineada sobre
la cama, antes de que actúe el rigor mortis. También se puede cruzar las manos sobre el
abdomen.

- Doblar la sábana de forma que cubra todo el cadáver e identificarlo con una etiqueta colo-
cada en un lugar bien visible.

- Cubrir el cuerpo totalmente con otra sábana o con una funda con cremallera fabricada es-
pecíficamente para envolver cadáveres y pasarlo a una camilla para su traslado al mortuorio.

El traslado al mortuorio deberá realizarse, una vez recibido el parte de traslado correspondien-
te, por lugares poco frecuentados y de una forma discreta frente al resto de los enfermos o familia-
res que los visitan.
Si al cadáver debiera realizársele previamente una autopsia, deberá ser conducido por el
Celador hasta la sala correspondiente, donde será depositado en una cámara frigorífica.

El Estatuto de Personal no Sanitario establece con respecto a las funciones del Jefe de Personal
Subalterno: "Es misión suya informar a los familiares de los pacientes fallecidos en la Institución,
sobre los trámites precisos para llevar a cabo los enterramientos, y si es necesario los pondrán en
contacto con la oficina administrativa correspondiente para completar dicha información''.

3.2.3. Zona mortuoria hospitalaria


El complejo de la zona mortuoria requiere de:
a) Espacios para: recepción de cadáveres desde dentro y fuera del hospital, depósito de
cadáveres:

- Realización de autopsias y traspaso del cadáver a los trabajadores de la funeraria.


- Estancia de familiares para ver y acompañar al cadáver. Cada vez en este apartado es
más utilizado los tanatorios de empresas funerarias privadas no pertenecientes al hos-
pital, estas sobre todo dan servicios de vela de cadáveres y traslado a cementerio.

b) También se req uiere de entradas para depósito de cadáveres (ocultas si es posible a la vista
del público), estas entradas deben ser dos: una interna desde el hospital y otra externa.

c) El complejo requiere de una zona de transición entre las áreas de: depósito de cadáveres
(zona limpia) y área de disección (zona sucia).

d) Despachos para manejo de documentos por parte de: patólogos, técnicos, clínicos, perso-
nal de funeraria, etc.

Entre la zona de depósito y la zona externa encontramos:

- Los vestuarios, adyacentes a la zona de disección, sin pasillos, con otra entrada desde el
área limpia. Femeninos y masculinos (ropa protectora, material de ducha).

- Barreras físicas: que marquen los límites entre zona limpia y zona sucia, invitando al perso-
nal ajeno a mantenerse en la zona limpia.

217
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

-----------'~~- "'- --==----,

l
L

3.2.3.1. Depósito de cadáveres


- Para unos días se recomiendan 4 °C, si han de estar más tiempo, más frío. Existe normativa
autonómica (Islas Baleares) que obliga para que un cadáver pueda ser sometido a refrigera-
ción, deben haber transcurrido, al menos, cuatro horas del fallecimiento.

- Cámaras frigoríficas adecuadas con puertas a ambos extremos (disección-tanatorio), con


bandejas metálicas con ruedas.

3.2.3.2. Almacén de piezas


- Separados de las otras zonas, para guardar las piezas en formol.

- Con sistema de extracción de aire para prevenir aumento de gases de formol (máximo per-
mitido 2 ppm).
218
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

3.2.3.3. Despacho y teléfono


- Línea de teléfono externo con sistema de manos libres, para hablar con clínicos, funeraria ...
mientras se realiza la autopsia.

3.2.3.4. Área de disección


- Superficies no porosas de limpieza fácil y con drenaje rápido.

- Actualmente, mesas de acero inoxidable (la


porcelana y la cerámica se deterioraban con
facilidad).

Sistema propio de ventilación y extracción


de aire. Drenaje extractor para las mesas de
disección.

- Luminosidad intensa adecuada, con capaci-


dad mayor en las zonas de particular interés
para prevención de infecciones o cortes para
detección de lesiones sutiles.

- Para disección de órganos, tras la extracción


del cuerpo, se ha usado una mesa pequeña
sobre la mesa de disección. Lo mejor es una
zona más amplia con: mesa grande, armario
para instrumental y agua para lavar órganos
durante la disección.

3.2.3.5. Área de observación


- Médicos clínicos, postgrado, estudiantes de m edicina, enfermería, técnicos, pueden obser-
var las autopsias que se les autorice. Suelen venir con sus ropas de hospital debiendo evitar
la diseminación de infecciones por las salas del hospital.

- Zona limpia, separada del área de disección por pantalla transparente y sistema para comu-
nicación o ral. El flujo de aire no vendrá desde la zona "sucia''.

3.3. Actuaciones en las salas de autopsias ytanatorios


La autopsia o necropsia es la intervenció n q ue se realiza en un cadáver para examinar sus ór-
ganos con el objetivo de averiguar las causas de la muerte. Existen dos tipos de autopsias: clínica
y médico-forense.
La autopsia la realizará el personal médico especializado y consiste en la apertura del cráneo,
tórax, abdomen y raquis del cadáver.

La apertura del cráneo se realiza mediante una incisión cutánea que va de una oreja (apófisis
mastoide) a la otra, separando el cuero cabelludo y posteriormente se debe serrar la bóveda cra-
neal con una sierra circular, se retira la bóveda craneal y se extrae el cerebro.
219
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La apertura del abdomen y tórax se lleva a cabo mediante una incisión desde el cuello hasta el
pubis, posteriormente para la apertura completa del tórax se realiza una resección de la parte ósea
que comprende el esternón y la parte anterior de las costillas. Posteriormente se extraen los órga-
nos internos del tórax como corazón, pulmones, etc. Y los del abdomen como hígado, estómago,
intestinos, etc.

En apertura del raquis se coloca el cadáver en decúbito prono y se realiza una incisión sigue
una línea media y vertical sobre la apófisis espinosa. Para abrir el conducto raquídeo se secciona
las láminas vertebrales.

3.3.1. Autopsia clínica


Etimológicamente el término "autopsia" deriva del griego y significa "ver uno mismo'; es decir,
"ver con los propios ojos''. El termino "necropsia" también procede del griego y significa "observar
un cadáver""ver un cadáver" o "examen de un cadáver".

La autopsia clínica se regula en España mediante la Ley 29/1980, de 21 de junio, de Autopsias


Clínicas y el Real Decreto 2230/1982, de 18 de junio, sobre Autopsias Clínicas.
La autopsia clínica es el procedimiento postmortem que estudia las alteraciones morfológicas
de los órganos y tejidos como consecuencia de la enfermedad. Determina, por tanto, la naturaleza
y extensión de la misma, comprueba los resultados del tratamiento médico o quirúrgico e investiga
el posible componente contagioso, hereditario o transmisible.
Todo estudio anatomopatológico postmortem, independientemente del tamaño de la muestra
(autopsia parcial o completa) o de la técnica empleada, tiene la categoría de autopsia o necropsia,
sin embargo "no se entiende formalmente como autopsia las tomas de muestras y exploraciones
realizadas dentro de las veinticuatro horas siguientes al fallecimiento, con el objetivo de comprobar
la causa de la muerte.

Las autopsias clínicas, según su procedencia, pueden ser:

a) De pacientes ingresados en el propio hospital: autopsias clínicas hospitalarias, desglosa-


das por Unidades o Servicios.

b) De pacientes no ingresados en el propio hospital (Urgencias, Hospitalización Domi-ciliaria,


Centros de Salud, domicilios) o de pacientes provenientes de otros hospitales: autopsias
clínicas extrahospitalarias.
c) Autopsias fetales: son las autopsias practicadas a los fetos fallecidos antes de nacer. Los
criterios para establecer lo que es una autopsia fetal no están establecidos homogénea-
mente en todos los hospitales, lo que dificulta comparar cuan-
titativamente la actividad de este tipo de autopsias. Sería ade-
cuado poder delimitar en los fetos lo que corresponde a biopsia
y lo que es autopsia. Dentro de los criterios que establecen la
autopsia fetal, encontramos:

1. Criterios biológicos: el período feta l, comienza a partir de la


décima semana de gestación, después de finalizar el perío-
do embrionario.

2. Criterio temporal: corresponde al segundo trimestre de ges-


tación, que comienza a partir de la 12 semana de la fecha
de fertilización, que corresponde a la 14 semana desde el
220
EL CELADOR EN SU PUESTO DETRABAJO 11 11111

primer día del último período menstrual normal, que es la forma de valorar habitual-
mente la edad de gestación. Si se aplicara este criterio temporal, habría que considerar
autopsias fetales a partir de la 14 semana de gestación.

3. Criterio de viabilidad: las muertes fetales de menos de 22 semanas de gestación, o de


menos de 500 gramos, corresponden a fetos que no son viables. Son definidos según la
OMS como abortos, y deben ser considerados como biopsia o patología quirúrgica. La
autopsia fetal hace referencia, según este criterio, a la practicada a un feto muerto en la
fase fetal intermedia y la fase fetal tardía.

3.3.1.1. Situaciones en las que está indicada la práctica de la autopsia clínica


- Muertes en las que la autopsia pueda contribuir a la explicación de las complicaciones mé-
dicas surgidas.
- En los casos en los que la causa de la muerte o el diagnóstico principal no sea conocido con
seguridad.
- Casos en los que la autopsia aporte a la familia o a la sociedad en general datos importantes.

- En caso de muerte inesperada o inexplicable tras procedimiento diagnóstico o terapéutico,


sean médicos o quirúrgicos.
- Muerte de pacientes que participaban en protocolos de investigación hospitalaria.
- Muertes aparentemente naturales no esperadas o inexplicables, no sujetas a la legislación
forense (autopsias méd ico-legales).
- Muertes por infecciones de alto riesgo y enfermedades contagiosas.

- Todas las muertes perinatales o infantiles precoces.

- Muertes por enfermedades ambientales o laborales.

- Muertes de donantes de órgano, en vida, en los que se sospeche la existencia de algunas


enfermedades que pueda repercutir al receptor.

- Muertes ocurridas en las primeras 24 horas tras el ingreso en un hospital.

- Muertes que pudieran estar influidas por una estancia hospitalaria.

3.3.1.2. Utilidad de la autopsia clínica


- Control de calidad hospitalaria: confirmando diagnósticos
clínicos, completándolos y a veces refutándolos.

- Colaboración con Organismos de Gestión y Estadística


Sanitaria: registros de mortalidad, tumores, etc., aportan-
do datos.

- Formación de estudiantes de Medicina y Médicos Espe-


cialistas en Anatomía Patológica.

- Sesiones: conferencias clínico-patológicas con presenta-


ción de casos abiertos y/o cerrados.

221
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Proveedora de órganos, tejidos y extractos: que puedan servir para ser utilizados en bene-
ficio de los vivos, siempre que se cuente con la autorización de los familiares directos.

- Investigación: el estudio de un grupo de pacientes sometidos a estudio necrópsico puede


llevar a la identificación de una enfermedad desconocida o conocida, que se sospechaba.
- Contribución social: aparición o confirmación de enfermedades profesionales, que deben
tener compensación económica, descubrimientos inesperados de enfermedades contagio-
sas y demostración de enfermedades de carácter familiar.

3.3.1 .3. Sala de autopsias


Condiciones de los locales para la realización de estudios autópsicos clínicos:

- Sala de autopsias con una superficie mínima de veinte metros cuadrados, dotada con una
mesa de autopsias, agua corriente: fría y caliente, sistema de aspiración, desagüe accesible,
mecanismo antirretorno, iluminación eléctrica adecuada, ventilación directa o forzada y, en
cualquier caso, extractores de aire directos al exterior.

- Refrigeradores de cadáveres con capacidad para dos cadáveres cada doscientas camas de
hospitalización o fracción.

- Aseos con duchas de agua caliente y fría.

- Local de secretaría.

- Laboratorio histopatológico, propio o concertado.

- Archivo de piezas, preparaciones, informes y fotografías, propio o concertado.

Todas las instalaciones estarán dotadas de mobiliario, utillaje e instrumental necesario.

3.3.1.4. Técnica de autopsia


Se denomina técnica de autopsia al conjunto de operaciones encaminadas a investigar lesio-
nes capaces de producir muerte. Deducimos, por tanto, dos consecuencias de esta afirmación:

- Que la autopsia no es una disección general del cuerpo, sino que requiere una técnica ana-
tómica minuciosa.

- Debe respetarse toda anomalía y toda lesión que se encuentre, hasta la finalización de su
estudio.

Todas las incisiones cutáneas que se le realizan al cadáver deben ser lineales y perpendiculares
a la superficie del cuerpo, para facilitar su posterior recomposición mediante el cosido de la piel.

No debe olvidarse que el cuerpo que está en la mesa de autopsias era un paciente vivo y que se
tiene que tratar con suavidad y respeto, en un ambiente de estudio científico y eficacia silenciosa.
No se debe permitir la entrada a la sala de personal que no vaya a trabajar con el cadáver.

Existen varias técnicas de autopsia, pero sus variaciones radican en el orden y forma de
disección:

a) Técnica de Virchow: consiste en la disección de los órganos por separado, comenzando


por la cavidad craneal, y siguiendo por el cuello, cavidad torácica y abdomen. Es la más
frecuente, realizada en los hospitales.
222
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11 111

b) Técnica de Ghon: consiste en extraer los órganos en tres bloques, cuello y tórax, abdomen
y retroperitoneo, realizándose la disección separada de cada bloque.

c) Técnica de Letulle: se trata de la extracción en un solo bloque de todas las vísceras. La


disección se realiza fuera del cadáver.

3.3.1.5. Requisitos administrativos para realizar la autopsia clínica


La Administración en la normalización de los documentos básicos de la Historia Clínica y
su conservación, señalan los documentos mínimos necesa rios para la realización del estudio
postmortem:

- Datos de identificación y ubicación o procedencia del paciente.

- Resumen de la Historia Clínica especificando los t ratamientos y/o t écnicas quirúrgicas rea-
lizadas al paciente y diagnóstico clínico.
- Anotaciones sobre la posible causa de la muerte.

- Riesgos especiales que obliguen al patólogo a tomar medidas de autoprotección.

- Certificado de muerte cierta: emitido por el médico que solicita la autopsia.

- Certificado de autorización de estudio necrópsico, según modelo normalizado, que incluye


el consentimiento informado.

3.3.1.6. Proceso general para realizar la autopsia clínica


El responsable de la autopsia clínica debe ser un patólogo (prosector), pero puede ser realizada
por un Médico Residente en Anatomía Patológica bajo la supervisión del patólogo. En la realización
del procedimiento tendremos en cuenta:

- Permiso o autorización para efectuar la autopsia. Debe constar el nombre del fa-
llecido, fecha y lugar. El permiso lo dan los parientes más próximos (primera línea de
consanguinidad), cónyuge, padre o madre, hijo o hija. Si no existen parientes directos
la autorización la efectuará la persona que se hace cargo del funeral. Esta autorización
se da por escrito.

- Resumen de datos clínicos. En el informe del paciente, constará su nombre, edad, sexo,
nombre del hospital, número de la Seguridad Social, de la Historia Clínica y la fecha y hora
de la muerte. Además se acompañará de un resumen de su patología actual, antecedentes,
examen físico, datos de laboratorio, estudios complementarios, y del curso clínico de su
enfermedad, diagnóstico final y nombre y firma del médico responsable; este resumen irá
acompañado de la Historia clínica.

- Comprobar la identidad del cuerpo.

- Revisión de Instrumentos. Antes de proceder a la rea lización de la autopsia deberán estar


dispuestos todos los instrumentos y materiales que se vayan a utilizar. Estos instrumentos y
materiales estarán en una mesa auxiliar o en el extremo de la mesa de autopsias. El técnico
con la ayuda del Celador es el responsable de que todo esté correctamente preparado. La
falta de material o equipo necesario se considera una negligencia grave.

223
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Registro de datos. Se realizará a medida que avanza la procesión. Las descripciones más
exactas son las efectuadas a medida que se diseca.

- Indumentaria apropiada. La indumentaria será cómoda y consta de delantal de material


plástico debajo de la bata de operaciones, mascarilla y gafas para evitar enfermedades in-
fecciosas, los guantes de goma tendrán el tamaño adecuado al prosector. Los zapatos serán
especiales y en el caso de que no se tengan, deberán usarse calzas de un solo uso. Después
de realizada la necropsia se recomienda la ducha del personal que intervenga.

- Planificación de la autopsia. los materiales a utilizar y sobre todo en el caso en el que


se crea que se deban tomar cultivos o muestras para técnicas especiales deberán tenerse
preparados los recipientes adecuados.

- Cuidado del cadáver. Se deben tener las mismas consideraciones que con el cuerpo vivo.
Se creará un ambiente de respeto e intimidad. No se permitirá la entrada a personas ajenas
a la realización de autopsia.

- Fases de la autopsia clínica:

* Examen externo: datos de identidad (peso, talla, color de la piel y ojos), datos sobre los
datos de la muerte (fenómenos cadavéricos) y datos sobre la causa de la muerte.

* Examen interno: existen varias técnicas para la apertura de las cavidades corporales,
pero la más utilizada es la de Virchow.

3.3.2. Autopsia médico legal


Se denomina también judicial, forense, médico forenses u abducción. Se define como "la que reali-
zan por disposición de un magistrado, médicos oficialmente designados, con el fin de establecer la cau-
sa y mecanismo de la muerte, de un adulto, de un niño, recién nacido, de un feto o de restos humanos''.
De acuerdo con las normas internacionales y lo establecido en nuestra legislación, son causas
de Autopsia Médico legal obligatoria las siguientes:
- Muertes violentas: homicidios, suicidios y accidentes (tráfico, laborales y domésticos).
- Muertes no violentas: muerte súbita (brusca o inesperada}, muerte natural sin tratamiento médico
reciente, muerte natural con tratamiento médico pero ocurrida en circunstancias sospechosas, muer-
tes pos-aborto provocado, productos de aborto con muerte sospechosa y muerte por infanticidio.
224
EL CELADOR EN SU PUESTO OE TRABAJO 11 11111

- Muertes misceláneas:

* Muerte de personas detenidas en centros de detención carcelaria, centros de menores,


prisiones, etc.
·• Muertes sospechosas de personas que mantienen litigios.
* Muerte de pacientes por procedimientos clínico-quirúrgicos.

* Cadáveres no identificados.

3.3.3. La actuación del Celador en las autopsias


Tomado como referencia el Estatuto de Personal no sanitario se le atribuye a los Celadores la
siguiente función en relación a la autopsia: "Ayudarán a la práctica de autopsias en aquellas fun-
ciones auxiliares que no requieran por su parte hacer uso de instrumental alguno sobre el cadáver.
Limpiarán la mesa de autopsias y la propia sala"
No obstante la Dirección General del extinto INSALUD (actualmente denominado INGESA), por
resolución de 22 de mayo de 1981, debido al carácter especial de las funciones realizadas por los
Celadores en las salas de autopsias, decidió crear un puesto de trabajo específico denominado
"Celador Auxiliar de Autopsias': retribuido por encima del resto de puestos de trabajo de su mis-
ma categoría, tal y como recogen las distintas ordenes de confección de nóminas.

Teniendo en cuenta esta resolución en la práctica hospitalaria las funciones que realiza el
Celador Auxiliar de Autopsias se pueden concretar entre otras en:

- Transporte del cadáver desde el depósito hasta la mesa d e autopsias.

- Colocar el cadáver en la mesa donde se haya de practicar la autopsia, desamortajándolo si


fuera necesario.

- Preparar el cadáver para realizar la autopsia, así como efectuar los movimientos del mismo
que fueran necesarios para su práctica.

- Auxiliar al médico durante la autopsia en aquellas prácticas instrumentales no específicas


de profesionales titulados.

- Cualquier otra misión de carácter auxiliar que le fuere encomendada por el personal médi-
co en relación con la práctica de autopsias y las actividades habituales de anatomía patoló-
gica (pesaje de órganos, anotaciones, almacenamiento de órganos, etc.).

- Limpieza externa e interna del cadáver, rellenando los huecos viscerales (generalmente con
papel de celulosa).
225
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Recomponer y asear el cadáver una vez efectuada la autopsia.

- Volver a amortajar y colocar el cadáver en el mortuorio, cuidando del aspecto externo del difunto.

- Limpiar la mesa, la sala y el material de autopsias.

- Vigilar que no acceda a estas dependencias más que el personal autorizado para ello.

- Introducir en cubos herméticos restos humanos para su traslado e incineración por una
empresa autorizada.

- Entregar las muestras orgánicas (las biopsias serán trasladadas al laboratorio de Anatomía
Patológica donde serán procesadas y archivadas por un Técnico Superior en Anatomía
Patológica y Citología) o de otro material en los servicios correspondientes.

- Además le corresponde el traslado de comunicaciones verbales, documentos y objetos,


que le sean confiados por sus superiores.

3.3.4. Equipos, instrumental y material de autopsias


Una sala de autopsias estará equipada con los siguientes medios:

- Mesa de operaciones o mesa de autopsias. Presentará las siguientes características:

a) Deben ser de diseño sencillo, de acero inoxidable, con bordes sobreelevados o de piedra.

b) Debe contar con un sistema de drenaje, manguera con rociador y estar provista de un
reservorio para el agua y un lugar destinado al instrumental.

c) La mesa deberá estar diseñada con unos parámetros determinados: 2, 1O m de longitud por
0,75 m de anchura para que pueda albergar cadáveres de todas las tallas. Uno de sus lados
puede estar graduado en centímetros para facilitar la lectura d e la talla.

d) Constará de: conexión eléctrica, lavabo ahondado para la apertura intestinal, conexión para
aspirador, destinado a la extracción de líquidos y limpieza de cavidades del cuerpo, sistema
de balanza ubicado en una mesa contigua, para la pesada de vísceras ...
226
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

e) Mesita anexa para colocar los distintos objetos que se van a necesitar en el curso de la
autopsia, cuyo tablero sea de metal o de cristal para facilitar su limpieza. También es acon-
sejable disponer de otra para practicar los cortes de las vísceras.
- Equipo de dictado accionado por pedal.
- Equipo fotográfico.
- Equipo de rayos X.
- Campana extractora para eliminación de olores desagradables.
- Congelador.
- Sierra.
- Balanza.

- Microscopio de disección.
- Depósito de formol.
- Caja de instrumental.
- Pila con agua.
- Estantes.

3.3.4.1. Material e instrumental indispensable en una sala de autopsia


El material req uerido para llevar a cabo una autopsia
completa es muy variado. Nos limitaremos a una enume-
ración del material básico.

Dentro del material inicial de una autopsia común,


debemos disponer de:

1. Instrumentos para seccionar partes blandas y


cartílagos:
- Cuchillos: grandes y pequeños, condrótomos,
cerebrótomos, mielótomos, escalpelos, et c.

- Tijeras: grandes y pequeñas, para bronquios,


vasos y conductos, abotonados, especiales
para corazón, intestinos (enterótomo), etc.

2. Instrumentos necesarios para la sección de


huesos: costótomo, legras, sierras (de arco, de
hilo, de cadena, eléctrica), escoplos (recto, en T, en Sierra para material óseo
bayoneta), martillos, pinzas de huesos, etc.

3. Instrumentos de prensa: pinzas de disección, de dientes de ratón, de forcipresión, clamps


o enteróstatos, erinas, etc.

4. Instrumentos de medición: regla graduada, doble decímetro, compás de espesor, cono


para la medición de los orificios valvulares cardíacos, cucharones, copas graduadas, balanza.

S. Medios de sutura: agujas rectas y curvas, hilo.


227
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1 ' •
6. Instrumentos accesorios: navaja barbera, sonda acanalada, estilete, lente de aumentos,
zócalos de madera, bocales y frascos para recoger vísceras, portaobjetos, asas de platino,
tubos de ensayo estériles, medios de cultivo.
7. Medios de reproducción gráfica: equipo fotográfico y de vídeo.

8. Bisturí o un cuchillo corto; utilizado para la incisión de


la piel y apertura de cavidades.
9. Tijeras de disección:
- Con las dos puntas romas que permitirán hacer di-
secciones sin dañar ningún órgano.

- Con una punta roma y una aguda.


1O. Enterótomo: tijera especial que se utiliza para apertura de intestinos, estómago o tráquea.
Para cortar con el enterótomo, se mete por el orificio por el que salga luz la punta redon-
deada y con el filo de la punta aguda corta. Este instrumento se utiliza para no dañar las
paredes de los órganos.
11. Sonda metálica: su diámetro oscila entre 1 y 4 mm de diá-
metro. Sirve para explorar el conducto de la uretra, el con-
ducto cístico, las arterias coronarias y el útero.

12. Costótomo: es una especie de tijera muy grande que corta


los cartílagos costales. Sus dos puntas son agudas.

13. Sistema de aumento (lupas estáticas, lentes de den-


tista, microscopio de disección, etc.).
A todos estos materiales imprescindibles deben añadirse uten-
silios de limpieza (gasas, esponjas, etc.), jeringas y agujas estériles
para extracción de líquidos para cultivo, material portaagujas de su-
tura, recipientes de distintos tamaño para depositar los órganos y
diferentes líquidos de fijación según las necesidades.

3.3.4.2. Ropa protectora


- Gorro que cubra completamente el pelo.
- Gafas protectoras con visor.

- Mascarilla quirúrgica.

- Camisa o bata quirúrgica.

- Pantalones de quirófano.

- Botas de agua o zuecos de goma.

- Protectores de plástico para los brazos.

- Bata larga.

- Delantal impermeable largo.


- Guantes de látex, con buen refuerzo en la mano no dominante (izquierda o derecha; zurda).

228
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO11 11111

Todo, salvo botas y gafas, debe desecharse o lavarse adecuadamente después de la autopsia.

Botas: se introducen en baño desinfectante al acabar la autopsia en recipiente situado entre los
baños y la zona de disección.

3.4. Medidas de prevención en la sala de autopsias y tanatorios


El trabajo del Celador en la sala de autopsias conlleva una serie de actuaciones y trabajos con
diferente instrumentación cortante, lo que hace que sea necesario el conocimiento preciso de las
medidas profilácticas a llevar a cabo.

l. Guantes
- Se recomienda el uso de guantes de látex y desechables.
- Éstos son la protección de barrera más importante en este
servicio.
- Los guantes se deben usar siempre que:
* Se vaya a tocar directamente sangre y fluidos corporales así
como en el manejo o limpieza de los instrumentos.
" Manipulen objetos que se retiren del cuerpo catéteres,
sondas, etc., es decir, cualquier objeto utilizado en procedi-
mientos invasivos.
* Cuando el Celador tenga heridas o cortes en las manos, ya que constituirían una puerta
de entrada de gérmenes.

Si durante el trabajo los guantes se deterioran o se rompen el Celador se lavará inmediatamen-


te las manos y se colocará un par nuevo.

2.Batas
Las batas que se suelen usar son desechables, es decir, de un solo uso. Con la correcta colo-
cación de las batas se impide que existan salpicaduras de sangre que alcancen al tronco o a las
extremidades.

Las batas actuales son perfectamente impermeables por lo que la seguridad es mucho mayor.

3. Mascarillas y gafas
Las mascarillas y las gafas, al igual que las ba-
tas, se utilizan para prevenir las salpicaduras de
los fluidos corporales. Asimismo existen enfer-
medades que se transmiten por las vías respira-
torias (tuberculosis, etc.). Ante estas situaciones
se recomienda el uso de mascarillas de alta reso-
lución para evitar el contagio.

4. Lavado de manos
El procedimiento del lavado ordinario de
manos es uno de los pilares básicos para evitar
la contaminación a través de microorganismos.
229
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZDE SALUD

5. Pasos a seguir ante una exposición accidental con fluidos corpora les

Aunque se utilicen perfectamente los medios de protección pueden existir situaciones en las
cuales exista una exposición accidental con sangre u otros líquidos corporales.
En estos casos la manera de proceder es:

- En caso de pinchazo o cortes:

Retirar el objeto punzante.

* Limpiar la herida con abundante agua y dejar que la sangre fluya durante 2 o 3 minutos.

* Utilizar algún antiséptico y cubrir con un apósito.

* Comunicación del incidente al Servicio de Medicina Preventiva del hospital.


- Si la piel no ha sufrido ninguna lesión o herida en la solución de continuidad, se procederá
al lavado de manos con agua y jabón. Si la sangre entra en contacto con las mucosas se
lavará inmediatamente con agua.
6. Actuación sobre las instalaciones y limpieza de grandes superficies

Entre los desinfectantes más comúnmente ut ilizados se encuentran:

- Agua oxigenada o peróxido de hidrógeno. Se trata de un antiséptico catalogado como débil.


Su mecanismo de acción consiste en aportar oxígeno a los tejidos. Es empleada para la
limpieza de heridas y para facilitar la retirada de apósitos.

- Yodo. Este sí está catalogado como un


desinfectante potente (el que más so-
bre piel no lesionada) y de acción rá-
pida, pero presenta el inconveniente
de que es muy neutraliza ble.
- Feno/es. El fenol puro no se usa ya
como antiséptico, lo que se emplean
son sus derivados. El más utilizado
de todos ellos es el hexaclorofeno.
Se emplea sobre todo en el lavado
quirúrgico.

- Biguanidas. La forma de utilización más conocida es la Clorhexidina (Hibitane®, Aleo-Aloe" ).


Esta última se puede emplear en solución acuosa o en solució n alcohólica al 0,5-1-2%. Se
usa para el lavado quirúrgico y para la desinfección de objetos pequeños, sobre todo de
caucho y polietileno.

- Compuestos e/orados. Dichos compuestos presentan la propiedad de que, cuando son di-
sueltos en agua, ejercen sobre el lugar donde han sido empleados una triple acción: desin-
fectante, decolorante y desodorante. En la actualidad son los más empleados para la des-
infección de suelos y superficies en la sa la de autopsias. Un referente claro de este grupo lo
componen las lejías (hipoclorito sód ico).

- Detergentes. Son utilizados para la limpieza de superficies y de instrumental quirúrgico,


pero como desinfectantes son unas sustancias débiles, por lo que generalmente van aso-

230
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

ciados a otro tipo de susta ncia para así poseer una mayor capacidad como desinfectante.
Además de desinfectar ejercen también un efecto desodorante sobre la piel.

- Formol. Empleado en la desinfección de instrumentos y excretas y como preservador para


el mantenimiento de cadáveres o restos de los mismos. Las piezas extraídas durante una
necropsia se guardarán en recipientes con formol. Presenta como gran inconveniente que
es cancerígeno.

- Alcoholes. Están catalogados dentro del grupo de los desinfectantes de bajo poder. Están
en desuso, aunque todavía se siguen empleando para la desinfección de pequeñas zonas
cutáneas, como ocurre cuando se va administrar una inyección por vía intramuscular o en-
dovenosa, cuando se va a extraer sangre, etc. Es también utilizado en el laboratorio por su
capacidad de fijación.

A su vez es muy importante la utilización de correctos sistemas de iluminación, ventilación y


to mas de agua corriente. La mesa de autopsia debe ser de acero inoxidable para poder llevar a cabo
una buena desinfección.

?. Instrumental

El instrumental, siempre que se pueda, será


desechable y, en caso de que no lo sea, se proce-
derá de la siguiente forma:

- Utilizar guantes para su limpieza.

El material se lavará previamente an-


tes de enviarlo al departamento de
esterilización.

- Aclarar con abundante agua corriente.

- Envío al departamento de esterilización.

8. Levantamiento de carga

Las lumbalgias suelen ser problemas habituales en personas que levantan cargas. El trabajo en
los servicios de tanatorios y autopsia se desarrolla en parte manipulando cadáveres, por lo que las
técnicas correctas de manipulación deben ser conocidas.

4. El Celador en Salud Mental


Con la Ley General de Sanidad en el año 1986 (Ley 14/ 1986, de 25 de abril) se produjo la plena
equiparación del enfermo mental con los demás pacientes y usuarios que requieren servicios sani-
tarios y sociales, sobre la base de la plena integración de las actuaciones relativas a la Salud Mental
en el sistema sanitario general (art. 20 LGS).

Como consecuencia, en el ámbito de la Salud Mental, las Administraciones Sanitarias compe-


tentes adecuarán su actuación a los siguientes objetivos:

- La atención a los problemas de salud mental de la población se realizará en el ámbito co-


munitario, potenciando los recursos asistenciales a nivel ambulatorio y los sistemas de hos-
231
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

pitalización parcial y atención a domicilio, que reduzcan al máximo posible la necesidad de


hospitalizació n.
- Se considerarán de modo especial aq uellos problemas referentes a la psiquiatría infantil y
psicogeriatría.

- La hospitalización de los pacientes por procesos que así lo req uieran se realizará en las uni-
dades psiquiátricas de los hospitales generales.

- Se desarrollarán los servicios de rehabilitación y reinserción social necesarios para una ade-
cuada atención integral de los problemas del enfermo mental, buscando la necesaria coor-
dinación con los servicios sociales.
- Los servicios de salud mental y de atención
psiquiátrica del sistema sa nitario general cu-
brirán, asimismo, en coordinación con los
servicios sociales, los aspectos de prevención
primaria y la atención a los problemas psico-
sociales que acompañan a la pérdida de salud
en general.
En aplicación de estos objetivos:

1. La Salud Mental se aborda desde la Atención


Primaria y de la Atención Especializada, para
ello se han creado múltiples dispositivos en
ambos niveles asistenciales que asisten al en-
fermo mental en el ámbito extrahospitalario.
2. En efecto, la red de Hospitales Psiquiátricos
constit uía un subsistema sanitario propio y
excluido del Sistema de la Seguridad Social
hasta la Ley General de Sanidad. El propósito
de la LGS es integrar al enfermo mental en el
sistema general de asistencia sanitaria.
3. Se han creado, en los Hospitales Generales,
Unidades de Psiquiatría/Salud Mental de pa- Han ido desapareciendo tos Hospitales
cientes agudos como una unidad asistencial Psiquiátricos o Manicomios que aislaban
especializada más del Centro para ingresar al «loco» de la sociedad y del
a los enfermos mentales que, finalmente, re- resto del sistema sanitario
quieren hospitalizació n.

4.1. Concepto de Psiquiatría y Salud Mental


Entendemos por psiquiatría aquella rama de la medicina que tiene por objeto el estudio, diag-
nóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades mentales, así como de ciertos trastornos de
la personalidad y la conducta. También trata de evitar y poner remedio a ciertas variantes psíquicas
anormales.
Entendemos como anormal a lo que se desvía de la normalidad. Se considera como normal lo
que coincide con el término medio y como anormal lo que se desvía apreciablemente de éste hacia
arriba o hacia abajo (en térmi nos estadísticos).
232
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Hasta hace poco tiempo, toda la atención sanitaria estaba centrada en la enfermedad; actual-
mente, el énfasis se sitúa cada vez más en la promoción y prevención de la salud. La definición de la
OMS sobre la salud deja claro que el estado mental forma parte de la idea de salud de las personas
y de las sociedades.
Según la OMS, se define la salud como el estado completo de bienestar físico, psíquico y men-
tal, y no solamente la ausencia de enfermedades. Y la salud mental como la capacidad para conse-
guir unas relaciones armoniosas con los demás y para participar o contribuir de manera constructi-
va a la modificación del medio social o físico.
¿Es posible tener un adecuado nivel de salud sin salud mental?, la respuesta es claramente
negativa. A pesar de ello, la sociedad sigue marcando unas líneas de comportamiento y de pen-
samiento, unos elementos culturales que sistemáticamente excluyen esta parte del ser humano
relegándola a lo marginal.
La asistencia psiquiátrica ha estado segregada del resto de la atención sanitaria, hasta que la
Ley General de Sanidad lo recuperó en la red asistencial general.
En los últimos años la asistencia psiquiátrica ha cambiado en muchos aspectos. Se han creado
centros de salud mental, hospital de día, pisos protegidos, comunidades terapéuticas .. . desapare-
ciendo el llamado manicomio, donde se intentaba encerrar y alejar al enfermo mental de la pobla-
ción sana. Actualmente, los manicomios han dado paso a las unidades de agudos de los hospitales,
donde se tratan casos de carácter temporal.

4.2. Recursos asistenciales en Salud Mental


Nos referimos a todos los dispositivos integrados en el área de Salud, encaminados a la preven-
ción, asistencia y rehabilitación de las personas.
La distribución de estos recursos se atiene a determinaciones de tipo epidemiológico, exis-
tiendo un reparto proporcional al censo demográfico. La salud mental en nuestro país está
conformada por:
a) Dispositivos sanitarios.
b) Dispositivos intermedios o rehabilitadores.

4.2.1. Dispositivos sanitarios

4.2.1.1. Centro de salud mental


La estructura asistencial está sectorizada y dividida en áreas sanitarias que dependen de las res-
pectivas Comunidades Autónomas. También existen conciertos entre el Servicio Sanitario Público y
otras instituciones de carácter privado.

El objetivo de la red asistencial es la atención psiquiátrica especializada a pacientes remitidos


desde la Atención Primaria o de otros niveles sanitarios, con seguimiento continuado. Para ello
se realizarán consultas de acogida, consultas de revisión, psicoterapias individuales, de grupo, de
pareja, administración de medicación y otros tratamientos, seguimiento de enfermería, asistencias
domiciliarias, etc.

233
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Se constituye con un equipo multidisciplinar en el que se incluye n psiquiatras, psicólogos, en-


fermeros, trabajadores sociales, auxiliares de enfermería y Celadores, principalmente.

El Centro de Salud mental es la vía de acceso al resto


de dispositivos sociosanitarios en este campo de la salud

4.2.1.2. Unidad de hospitalización psiquiátrica (unidades de corta estancia)


Son unidades adecuadas a la hospitalización de pacien-
tes con enfermedades mentales, localizadas la mayor parte
en Hospitales Generales.

Están sectorizadas, y se coordinan con el resto de los re-


cursos de salud mental y asistencia psiquiátrica. Se encuen-
tran atendidas por un equipo multidisciplinar.

Trabajan las 24 horas del día, y se dedican a la atención


de los siguientes casos:

- Cuando la patología presentada pueda ser una ame-


naza para el propio paciente o para los demás.

- Fracaso de tratamientos ambulatorios en otras


instituciones.

- Separación del entorno sociofamiliar, por ser negati-


vo para el paciente o viceversa, cuando la enferme-
dad del paciente no puede ser atendida en condicio- Unidad de hospitalización psiquiátrica
nes por la familia.

Evaluación y proceso diagnóstico.

- Desintoxicación.

- Enfermedad física que se agrava con patología psíquica.


234
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

4.2.1.3. Hospital de día


Es una alternativa al ingreso total; se puede definir como una hospitalización parcial. Se debe
realizar una programación individual que comprenda: tratamientos, psicoterapia, terapia ocupa-
cional, socioterapia y reeducación.

El horario generalmente es de mañana y media tarde (9 h a 17 h), y se permanece en el propio


domicilio el resto del tiempo. El tratamiento tiene una duración de uno a seis meses.

4.2.2. Dispositivos intermedios o rehabilitadores

4.2.2.1. Centro de día


También denominados centros de rehabilitación psicosocial. Trabajan con pacientes crónicos
en situación de dependencia o con medio sociolaboral desestructurado. Su finalidad es la recupera-
ción de habilidades o destrezas para integrarse en la sociedad. Se debe llegar a la autonomía e inde-
pendencia. Se utilizan técnicas de psicoterapia individuales, grupales, terapias ocupacionales, etc.

4.2.2.2. Centro de media estancia


También denominados unidades rehabilitadoras de media estancia. Pertenecen al nivel ter-
ciario y su objetivo es la rehabilitación del paciente después de haber pasado un ingreso de 6 a 12
meses. Utiliza terapias de grupo, individuales, terapia ocupacional y formación en actividades y oficio.

4.2.2.3. Centros de larga estancia


También denominados unidades residenciales-rehabilitadoras de larga estancia. Son cen-
tros para pacientes sin autonomía, que carecen de recursos sociofamiliares; son pacientes que no
pueden seguir ningún tratamiento rehabilitador.

4.2.2.4. Talleres ocupacionales


Estos centros proporcionan a los pacientes
derivados de otros recursos asistenciales, una
formación, orientación y adiestramiento en el
trabajo de manera considerada «protegida».

Posteriormente estos pacientes pasan a


talleres protegidos, donde se les acercará al
mundo laboral.

4.2.2.5. Pisos protegidos


Se les considera de carácter terciario, y la mayoría de sus pacientes derivan de otros recursos re-
habilitadores. Su finalidad es que consigan llevar una vida completamente autónoma, en régimen
de convivencia de grupo y bajo supervisión de un trabajador social.
235
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

. ¡ ·•
Tiene carácter transitorio; sin embargo, en algunos casos en los que no se dispone de recursos
laborales, socia les o familiares, puede llegar a ser permanente.
Estos pisos varían en número de ocupa ntes, grado de autonomía, movilidad de los integrantes,
autonomía económica, sexo, etc.

4.3. Principales patologías en Salud Mental

4.3.1. Trastornos del estado de ánimo/afectividad


Afecto es un término q ue se refiere al tono emocional de una persona, que da color a su vida
psíquica. Oscila entre la euforia y la tristeza en condicio nes normales, y no interfiere en la vida
habitual. Cuando estos estados de ánimo interfieren en el comportamiento ordinario, se habla de
trastornos afectivos.
Las emociones son manifestaciones afectivas de la mente y se desarrollan en forma de modifi-
caciones en el o rganismo.
Efectivamente, los estados emocionales van acompañados de temblores o bien tensión muscu-
lar, sequedad de la boca, lagrimeo, taquicardia, palidez por vasoconstricción periférica, etc.

La regulación nerviosa de las manifestaciones emocionales radica en una serie de centros co-
nectados entre sí y hace muy complicado el estudio fisio lógico.
La neurosis es un trastorno emocional y se diferencia de la psicosis en que es reconocido por
el paciente afectado, mientras que los pacientes psicóticos ignoran su propio est ado debido a la
alteración que presenta su integración mental. Las neurosis emocionales aparecen en pacientes
con shock emocional.
La OMS (Organización Mundial de la Salud) define la neurosis como trastornos mentales
sin base orgánica demostrable en los que el paciente puede tener considerable introspección y tiene
indemne el sentido de la realidad, de forma que habitualmente no confunde sus experiencias subjetivas
y fantasías mórbidas con la realidad externa. La conducta puede estar seriamente afectada, pero la
personalidad no está desorganizada.

Según el DSM-IV los trastornos del estado de ánimo o afectivos se clasifican, a su vez, en tres
grupos:

1. Episodios afectivos:
- Episodio depresivo mayor. Trastorno afectivo mayor caracterizado por un humor disfó-
rico persistente acompañado de ansiedad, irritabilidad, temor, trastornos del sueño y
del apetito, dism inución de la energía, sentimientos de culpabilidad, disminución de
la concentración, pensamientos de muerte o suicid io (comprobar que no tiene a su
alcance medios con los que pueda auto lesionarse).
- Episodio maníaco. En el episodio maníaco encontramos un estado de ánimo anorma l-
mente elevado, expansivo o irritado y dura por lo menos una semana.

- Episodio mixto. Se dan episodios tanto maníacos como depresivos y con un período
de tiempo al menos de una semana de duración. Se pasa de la alegría a la tristeza y se
acom pañan de síntomas del episodio maníaco y depresivo mayor.
236
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

2. Trastornos depresivos:

- Trastorno depresivo mayor. Está caracterizado por uno o más episodios depresivos ma-
yores, pero sin episodios maníacos, mixtos o hipomaniacos. Este trastorno puede ser un
único episodio o recidivante. Su riesgo se da con mayor frecuencia en mujeres.

- Trastorno distímico. Es un trastorno que se caracteriza por un estado de ánimo crónica-


mente depresivo, con una duración de al menos dos meses, la mayor parte del día.

3. Trastornos bipolares. Según la OMS «constituye una psicosis afectiva que puede aparecer
ya en forma depresiva, ya maníaca, en forma sucesiva o con un intervalo de normalidad».
Se le denomina también psicosis afectiva bipolar, psicosis fasotímica y ciclotimia.

Los síntomas y signos de los estados depresivos son:

- Manifestaciones emocionales de afecto o estado de ánimo tales como depresión, tristeza,


desesperación, desaliento, vacío, anhedonia o incapacidad para sentir placer, baja au-
toestima (sentimientos negativos acerca de sí mismo), sentimientos de inutilidad, ver-
güenza y culpa, ansiedad o agitación, ira, dependencia y conducta absorbente, dudas
de sí mismo y sentimientos de impotencia.

- Manifestaciones como: ideas cognitivas tales como inquietud, preocupación, autocrí-


tica, pensamientos de autodevaluación, ideas lentas y empobrecidas, dificultad para
pensar, alteración de la memoria y de la concentración, lapsos cortos de atención, nega-
ción de perspectivas o expectativas, indecisión, ambivalencia, exageración de los pro-
blemas, percepción e imagen del propio cuerpo distorsionadas, excesiva preocupación
por la salud física (puede progresar hacia delirios somáticos), alucinaciones (delirios de
autodevaluación), e ideas de muerte o suicidio.

- Manifestaciones de conducta y motivacionales, tales como retraso psicomotor (habla len-


ta, falta de energía, fatiga), agitación psicomotora (incapacidad para estar sentado tran-
quilo, yendo de un lado para otro, retorciéndose las manos y estirándose o frotándose
el pelo, la piel, la ropa u otros objetos), discurso elaborado, expresión facial triste, falta
de atención a la higiene personal, pasividad y dependencia, ataques de fobia o pánico,
lloro, llanto, evitación, escapismo y abandono.

- Manifestaciones de síntomas físicos, tales como aumento o disminución del apetito, pér-
dida o aumento de peso, insomnio (dificultad para dormir, sueño interrumpido, desper-
tar temprano), estreñimiento, sequedad de boca, dolores generalizados, impotencia,
pérdida de deseo sexual, dolores de cabeza y visión borrosa.

4.3.2. La ansiedad
El temor y la ansiedad son una experiencia universal. Se siente ansiedad desde el nacimiento, y
los métodos que se aprenden para combatirla forman la base de la personalidad. La ansiedad no se
puede considerar por sí sola como un estado patológico. Se podrá considerar como tal cuando su
duración e intensidad sean excesivas.

La ansiedad es un trastorno neurótico cuando se caracteriza por cansancio mental, alteracio-


nes de la personalidad, estado intenso de la ansiedad, pensamientos obsesivos y actos compulsi-
vos, que producen sentimientos de angustia y sufrimiento desproporcionados a la realidad de la
situación.
237
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Según Bernard Chauveau, la ansiedad y angustia son indepenaientes de cualquier objeto o


situación real. Es un sentimiento de peligro indefinible; es la espera de una amenaza inminente.
Resumiendo: la ansiedad es «un miedo sin causa». Este es el motivo por el que se diferencia del
miedo.
Existen varios tipos de ansiedad:

- Trastorno por ansiedad simple: no tiene tratamiento farmacológico, siendo el equipo de


salud el que colabora para una resolución positiva.

- Trastorno por ansiedad generalizada: la alteración emocional es de carácter más o me-


nos persistente con tendencia a la cronicidad. Se trata con terapias de apoyo y relajación.

- Trastorno de ataque de angustia: crisis recurrentes de angustias que surgen espontánea-


mente. Sólo se ve seguro con un profesional a su lado.
- Trastornos fóbicos: rasgo especial, es la presencia de un temor irracional y persistente ante
un objeto específico, actividad y situación que determina una conducta de evitación (evita-
ción, negación, racionalización ...) del objeto o situació n temidos:

" Agorafobia: temor a los espacios abiertos.


* Fobia social: el sujeto teme y evita situaciones en las que puede estar expuesto a las
miradas de otros.
* Fobia simple: temor irracional a situaciones concretas, distinta de las dos fobias ante-
riores.

Los síntomas y signos de la ansiedad son:


Ira, hostilidad, sentimientos «inestables», alteraciones en el apetito, ya sea aumento o disminu-
ción, expectativas inquietantes y aprensión intensa. Dolor torácico, malestar, quemazón, achaques,
palpitaciones, sensación de opresión y sofoco, sequedad de boca, disnea, etc.

Psicopatología

Alteraciones de la sensopercepción

Trastornos centrales de las sensaciones


- Hiperestesia. Aumento de la percepción o sensibilidad sensorial. Se presentan en neu-
rosis (hipocondrías, depresiones, ansiedades).

- Hiperalgias. Aumento de dolor persistente, sordo y por lo general de intensidad


moderada.

- Hiperacusia. Los sonidos se perciben con mayor intensidad de lo normal.

- Hipoanalgesias. Disminución de dolor.

- Analgesia. Carencia de dolor sin pérdida de consciencia.

.../. ..

238
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Errores sensoriales

- Ilusiones: percepciones reales alteradas (en síndromes encefálicos agudos y psicosis).


Se falsifica la percepción del objeto.

- Alucinaciones: percepciones sin objeto real. El paciente tiene el convencimiento absoluto


de que se trata de algo real. No es voluntario. No se debe confundir con delirios, que cons-
tituyen trastornos del pensamiento. Pueden ser visuales, acústicas, gustativas olfativas...

Alteraciones del pensamiento

Según el curso del pensamiento


- Fuga de ideas: se observa en los estados maníacos; se nota porque el paciente empie-
za a hablar sin parar, pasando de un tema a otro. El individuo presenta distraibilidad
por las cosas de alrededor, lo cual conduce a que se aparte del tema que estaba tocan-
do y prosiga con otro totalmente diferente.
- Inhibición del pensamiento. Va ligado a cuadros depresivos; el sujeto tiene dificul-
tad en el curso del pensamiento, que se ve enlentecido y con poca verba lización.
Predominan los monosílabos. El paciente no tiene interés por la charla, puesto que
tiene gran dificultad para cambiar de pensamiento, centrándose en uno solo. Todas las
ideas son pesimistas, tristes, desagradables y desgraciadas.
- Destrucción del caudal del pensamiento. El sujeto presenta disminución de la cuantía
de conceptos, por lo que cuando quiere utilizarlos no los encuentra o presentan olvi-
do. Aparecen dos síntomas muy habituales:
* Perseveración. La respuesta de la primera pregunta que se le formuló permanece
en todas las preguntas. Es incapaz de cambiar el sentido de la respuesta. Se da una
repetición persistente de pa labras o ideas.
* Confabulación. La respuesta no guarda relación con lo preguntado, se rellenan las
lagunas con lo primero que se le ocurre.
- Pensamientos en conceptos no elaborados y próximos a lo sensorial. Se da en cuadros
oligofrénicos donde faltan las ideas que no están ligadas a lo próximo y sensorial. No
poseen la inteligencia necesaria para transmitir pensamientos alejados de lo sensorial.
- Disgregación del pensamiento. Es la dificultad del esqu izofrénico para articular sus
pensamientos, ya que hay un desbordamiento de la canalización de los mismos pro-
duciéndose asociaciones imprevisibles que los dispersan.
- Pensamiento inconexo. Es típico de las psicosis agudas orgánicas donde surge un esta-
do confusional.
Según el contenido del pensamiento

- Ideas sobrevaloradas y obsesivas: ligadas a vivencias personales que ocupan el primer


plano del pensamiento del sujeto. No se ven como inexactas; destaca la permanencia
de estas ideas en el sujeto: ideas de inferioridad, prejuicios, machismo, racismo, etc.
- Ideas obsesivas: se presentan en el sujeto constantemente; van a tener una valoración
de absurdidad. El sujeto las ve como involuntarias pero las siente como impuestas, y el
contenido es vivido como absurdo. Dan nombre a las neurosis obsesivas.
.../...

239
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Ideas delirantes: son representaciones falsas irrebatibles por la lógica, ya que el indivi-
duo mantiene un alto grado de convicción (ejemplo, ideas delirantes de g randeza, de
persecución, etc.). Constituyen el trastorno mental deno minado paranoia.
Según la forma del pensamiento
- Autismo, que se define como un aislamiento en un mundo de fantasía, propio y artifi-
cial; el sujeto se desinteresa del mundo exterior y no siente necesidad de nada.

Alteraciones del lenguaje


Trastornos del lenguaje primarios
- Afasias. Se deben a una lesión cerebral localizada y afecta tanto a la lectura com o a la
escritura. Según la zona afectada por la lesió n se verán alteradas unas u otras funcio-
nes del lenguaje.
- Disfasias. Es un trastorno del lenguaj e que afecta principalmente a la comprensión y a
la expresión.
- Dislalia. Consiste en la pro nunciación errónea de determinados sonidos. El más fre-
cuente es el rotacismo o dificultad para pronunciar la «r». El problema puede darse
en cualquier fonema, o incluso en va rios a la vez, con lo que el lenguaje puede llegar
a ser ininteligible. Cuando este t rastorno persiste más allá de los cuatro años de edad
requiere la intervención del logopeda.
Trast ornos del lenguaje secundarios
- Logorrea. Compulsión de hablar de forma acelerada. Se observa en los maníacos (lla-
mada t ambién: taquifasia, verborrea y bradifasia).
- Mutismo. Renuncia a hablar. El sujeto no se expresa verbalmente. Se encuentra en di-
versos síndromes (cuadros depresivos, estados demenciales).
- Musitación. Lenguaje demasiado bajito (estados demenciales).
- Disartria. Dificultad para articular palabra (depresiones, autismo .. .).
- Coprolalia. Lenguaj e con tacos.
- Disgregado. Palabras sueltas sin sentido (demencias).
- Pararrespuestas. Acción de responder a cosas que no se les pregunta.
- Estereotipia verbal. Es cuando la persona repite siempre lo mismo.
- Tartamudez. Pacientes con ansiedad.
- Ecolalia. El paciente repite de forma automática lo que acaba de oír. Es involuntaria y
carece de sent ido.
- Glosolalia o esquizofasia. Lenguaje incoherente en el que se utilizan formas sint ácticas
anormales. Típico del esq uizofrénico agudo.
- Neologismos (palabras inventadas). Característico de la esq uizofrenia .

•Alteraciones de la consciencia
- Confusión. El sujeto no recuerda lo que percibe, es incapaz de integrarlo en el pensamien-
to. Es una pérdida del control voluntario sobre las facultades intelectuales. Por lo tanto
hay desconexión de los tres procesos psíq uicos: percepción, recuerdo y pensamiento.
...,..
240
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Delirio. Son trastornos de curso rápido que están unidos a trastornos sensoperceptivos
(alucinaciones) y a la configuración que se hace de ellos (ideas delirantes). El pensa-
miento es incongruente o inconexo y casi siempre hay un sustrato orgánico que lo
justifique: delirium tremens (alcoholismo), delirios causados por fiebres altas .. .
- Estados crepusculares. El crepúsculo se presenta como una situación borrosa donde
las percepciones están dificultadas; se falsean las situaciones, es como si se recordara
en sueños. Su aparición es repentina y su desaparición también, y son estados cortos
en el tiempo. Suelen aparecer en enfermedades orgánicas (lesiones cerebrales, reac-
ciones exógenas agudas, etc.), en cuadros histéricos y en la epilepsia.
- Hipervigilia. Sensación subjetiva de claridad mental, que no se relaciona con una ma-
yor atención real y que puede acompañarse de distraibilidad.

Alteraciones de la atención y orientación


Perturbaciones de la atención
- Distraibilidad: concentración de la atención por poco espacio de tiempo y ante múlti-
ples estímulos. Suele acompañarse de un estado de inquietud en el sujeto.
- Inatención selectiva: bloqueo de las cosas que generan ansiedad.
- Trastorno de la sugestionabilidad.
- Folie á deux: enfermedad emocional comunicada entre dos o tres personas.
- Hipnosis: modificaciones de la consciencia inducidas artificialmente.
Perturbaciones de la orientación
- La desorientación orgánica (dificultad para situarse correctamente en cuanto fecha, hora, lugar...).
- La doble orientación (el paciente se orienta respecto a parámetros incorrectos o co-
rrectos, alternativamente).
- Falsa orientación: el paciente se maneja por sus propios parámetros incorrectos.

Alteraciones de la memoria
Alteraciones cuantitativas
- Hipermnesia. Aumento anormal de la capacidad de recordaren determinadas situaciones.
- Amnesia. Incapacidad para el recuerdo de forma total o parcial. Puede ser:
Retrógrada (respecto al período previo a la aparición del trastorno).
* Anterógrada (comprende el período siguiente a la aparición del trastorno).
* Lagunar (respecto a un período concreto).
* Afectiva (ciertos factores afectivos y emocionales hacen que la persona olvide
acontecimientos determinados de su vida).
Alteraciones cualitativas
- Paramnesia. Lo constituyen los falsos recuerdos, las distorsiones y los errores amnési-
cos patológicos. Puede referirse al recuerdo y al reconocimiento.
...!...

241
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Paramnesia del recuerdo. Se trata de una distorsión del recuerdo que la persona hace
respecto a situaciones ya vividas.
- Paramnesia del reconocimiento. El sujeto distorsiona el reconocimiento de lo vivido,
quizá por una codificación errónea.

Alteraciones de la afectividad

- Tristeza patológica. La persona se siente abatida y triste, con una disminución de su


autoestima. Se acompaña de aislamiento, inhibición psicomotriz, tendencia al llanto,
etc. Es característica de la depresión.
- Angustia patológica. La angustia es un estado de inquietud que el sujeto no puede
concretar; es una situación de miedo que tiene la característica de la expectativa, y que
mantiene al paciente en estado de alarma, a la espera de que algo le suceda.
- Alegría patológica. El paciente se siente eufórico, enérgico, optimista, hiperactivo y
con una alta autoestima. Se acompaña de expresividad, desinhibición, atención fugaz,
hiperactividad motora, verborrea, etc. Es característica de episodios maníacos. Pero
también puede aparecer en cuadros hipomaniacos cuando va acompañado de esqui-
zofrenia o neurosis.
- Labilidad afectiva. Variabilidad en la afectividad del paciente, que se manifiesta por
cambios súbitos que no guardan relación con los estímulos externos. Suele aparecer
en los estados demenciales.

Psicopatología de la psicomotricidad

- Estereotipia. Es la repetición continua e innecesaria de un movimiento simple (rascar,


flotar) o complejo (alisarse el cabello). Determinados movimientos se estereotipan y el
sujeto los ejecuta de manera repetitiva, perdiendo finalmente el sentido que tenían en
un momento determinado.
- Tics. Son movimientos rápidos automáticos, repetidos e involuntarios. Aumentan en
situaciones de ansiedad.
- Catalepsia. Actitud de inmovilidad mantenida por el sujeto, incluso con posturas que
suponen incomodidad; se acompaña con otros síntomas como obediencia automáti-
ca, negativismo, y estupor.

- Ataxia (trastorno patológico). Caracterizado por la disminución de coordinar movi-


mientos. La marcha tambaleante y el desequilibrio postura! se deben a lesiones de
la médula espinal o cerebelo que pueden ser, a su vez, secuelas de traumatismos del
parto, trastornos degenerativos, neoplasias, infecciones...
- Agitación psicomotriz. Es la alteración motora más frecuente. Se trata de movimien-
tos rápidos, continuos y sin finalidad aparente. En muchos casos va acompañada de
agresividad hacia sí mismo o hacia los otros. Puede aparecer en cuadros depresivos y
psicóticos, pero también suelen ser consecuencia del consumo de drogas, alcohol o
determinados medicamentos, así como de diversos trastornos orgánicos cerebrales.

...!...

242
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Agitación psicomotriz. Es la alteración motora más frecuente. Se trata de movimien-


tos rápidos, continuos y sin finalidad aparente. En muchos casos va acompañada de
agresividad hacia sí mismo o hacia los otros. Puede aparecer en cuadros depresivos y
psicóticos, pero también suelen ser consecuencia del consumo de drogas, alcohol o
determinados medicamentos, así como de diversos t rastornos orgánicos cerebrales.

- Estupor. Es un estado de paralización del cuerpo acompañado de mutismo que puede


durar desde segundos a semanas.

- Temblores. Movimientos musculares rápidos, involuntarios y rítmicos que afectan es-


pecialmente a la cara, cabeza y extremidades.

- Convulsiones. Son contracciones bruscas e incontro ladas de la musculatura voluntaria.


Son características de la epilepsia y de algunas enfermedades tóxico-infecciosas.

- Espasmos. Se trata de contracciones musculares involuntarias, exageradas y persisten-


tes que pueden afectar tanto a la musculatura voluntaria como a órganos internos.

Psicopatología de la inteligencia
- Retraso mental. Funcionamiento intelectual por debajo del promedio, que aparece
junto a déficit de adaptación, y que se manifiesta durante el período de desarrollo.
Coeficiente Intelectual; menor 69 (deficientes), entre 70 y 79 (borderline o de inteligen-
cia límite), entre 90 y 109 (inteligencia normal), entre 11 O y 11 9 (superdotado) y mayor
de 140 (genio).

Conceptos básicos de psicopato/ogía

4.3.3. Trastornos obsesivo-compulsivos


Según la OMS la definición que se da a estos trastornos es:
"Estados cuyo síntoma sobresaliente es un sentimiento de compulsión subjetiva (que debe ser
resistido) para efectuar alguna acción, persistir en una idea, recordar una experiencia o rumiar
acerca de un asunto abstracto. Los pensamientos no deseados que se entremeten, la insistencia de
las palabras o ideas, las reflexiones... son percibidas por el paciente como inapropiadas o carentes
de sentido. La idea obsesiva es reconocida como ajena o la personalidad, pero proveniente de den-
tro de sí misma. Las acciones obsesivas pueden adquirir un carácter casi ritual con el fin de aliviar la
ansiedad. Las tentativas para desechar los pensamientos que no son aceptados pueden conducir a
una lucha interna más acentuada con ansiedad intensa."

Se caracteriza por la incapacidad de resistir la intrusión de pensamientos o ideas persistentes, irra-


cionales e incontrolables, o temores contrarios a la forma de ser de la persona. Suele aparecer después
de la adolescencia, originándose temor, sentimientos de culpa y anticipación del castigo.
El tratamiento se puede basar en la psicoterapia para descubrir los temores básicos y para ayudar al
enfermo a distinguir los peligros objetivos de los imaginados.

243
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.3.4. La conducta psicótica


Los trastornos psicóticos se caracterizan por una importante alteración del yo y sus funciones,
que produce graves distorsiones en el pensamiento y en la percepción de la realidad. La manifesta-
ción más importante de las psicosis es la esquizofrenia.

A continuación enunciamos los distintos tipos de psicosis y nos centraremos en la esquizofrenia:

- Esquizofrenia.

- Trastorno delirante o paranoide. Es una enfermedad mental crónica que presenta un único
síntoma importante: ideas delirantes o paranoia secundaria, ideas falsas absurdas, patológicas,
pero derivadas de sucesos vividos por el sujeto y que son comprensibles psicológicamente.

- Trastorno psicótico breve. Este trastorno es de inicio agudo, pudiendo aparecer de forma
repentina o como consecuencia de un acontecimiento estresante. Su sintomatología se ca-
racteriza por la presencia de delirios, alucinaciones de cualquier tipo y confusión mental. La
sintomatología es cambiante y variable, tanto en forma como en intensidad y su duración
es de días o semanas. Es de buen pronóstico.

- Psicosis puerperal. Es un trastorno psicótico agudo


que aparece la primera semana después del parto, es
de carácter transitorio y presenta episodios de con-
fusión mental, hiperactividad o inhibición de trastor-
no afectivos.

- Trastorno esquizofreniforme. Sus síntomas son si-


milares al trastorno esqu izofrénico pero su evolución
no es mayor de seis meses, y por tanto no produce
un deterioro de la actividad social ni laboral.

- Trastorno esquizoafectivo. Se caracteriza por sínto-


mas similares a la esquizofrenia, a los que se les suma
algún trastorno del estado del ánimo o de t ipo afec-
tivo (depresivo, maníaco o maníaco-depresivo).

- Otras psicosis: trastorno psicótico compartido. Tras-


torno psicótico por enfermedad médica, psicosis
confusoníricas o psicosis de Korsakoff (trastorno psi-
cótico por abuso de sustancias en este caso alcohol).

Esquizofrenia
La OMS la definió como (1958):

"Grupo de psicosis en las que se presenta una deformación fundamental de la personalidad, una
distorsión característica del pensamiento, una sensación de ser dominado por fuerzas extrañas, delirios
que pueden ser extravagantes, percepción perturbada, anormalidades en el aspecto y que no se ajustan
a la situación real y autismo. Sin embargo, se mantiene usualmente una consciencia clara y una capa-
cidad intelectual intacta:'
Es una psicosis de inicio precoz, de curso crónico, que se caracteriza por una gran distorsión de
la realidad, con trastornos del lenguaje y la comunicación, aislamiento socia l y desorganización y
fragmentación del pensamiento, la percepción y las reacciones emociona les.
244
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

Con frecuencia hay también apatía y confusión, delirios y alucinaciones, formas del lenguaje pecu-
liares con evasividad, incongruencias y ecolalia, conducta extraña y labilidad emocional. Este trastorno
puede ser leve o requerir una hospitalización prolongada. No se conoce su etiología (origen), aunque, por
lo general, se invocan factores genéticos, bioquímicos, psicológicos, interpersonales y socioculturales.
El tratamiento consiste en la administración de tranquilizantes y antidepresivos junto con ansiolíticos.

La terapia ambiental y la psicoterapia de grupo pueden resultar muy útiles para conseguir un
ambiente adecuado en el cual el paciente pueda ponerse en contacto con la realidad, aumentar su
capacidad de comunicación y aprender a adaptarse al estrés.

4.3.5. Las demencias


La demencia se caracteriza primariamente por el deterioro de la memoria y los múltiples déficit
cognitivos, así como sus efectos sobre la personalidad y la conducta de la persona.
La demencia es un síndrome adquirido, producido por patología orgánica, que en un paciente
sin alteración del nivel de conciencia ocasiona un deterioro persistente de varias funciones menta-
les superiores, y provoca una incapacidad funcional en el ámbito social. Suele ser de curso progre-
sivo y crónico. Existen varias clasificaciones. Se distinguen entre enfermedad degenerativa del tipo
Alzheimer y la demencia vascular. La primera suele aparecer en general entre los 55-64 años, y es más
frecuente en mujeres. La segunda incluye un grupo heterogéneo en cuanto al origen y evolución.
En su evolución se pueden diferenciar: período de comienzo (reacción depresiva, trastornos
del sueño, de la memoria, errores de cálculo, etc.; puede durar de 1 año a 3); período de estado o
de confirmación de la demencia (desorganización intelectual que lleva a la desorientación espa-
cio-temporal, manifestaciones sexuales, actos incoherentes y antisociales, inicio de la incontinencia
esfinteriana, etc.; puede durar de 2 a 1O años); período avanzado en la demencia confirmada
(grave deterioro intelectual, descontrol de esfínteres, decadencia física y moral, agravación de la
sintomatología motora y muerte psíquica que antecede a la física).
Hay que aclarar que, aunque la demencia suele aparecer en la vejez, no debe considerarse
como una consecuencia normal del proceso de envejecimiento, sino que es un estado patológico.

4.3.5.1. Alzheimer
"Proceso degenerativo con cuatro estadios de gravedad y dependencia. De curso crónico. Inicio
insidioso (pérdida de memoria) hasta alcanzar un estadio máximo incapacitante".

Demencia presenil caracterizada por confusión, inquietud, agnosia, alteraciones del lenguaje,
incapacidad para realizar movimientos intencionados y alucinaciones. El paciente puede caer en
hipomanía, rechazar los alimentos y perder el control de la función esfinteriana. Los hallazgos pa-
tológicos son las placas miliares de la corteza y la degeneración fibrilar en las células piramidales
ganglionares. No existe tratamiento para la curación, pero el mantenimiento de una nutrición ade-
cuada puede retrasar la progresión de la enfermedad.

A) Etiología

La etiología de tipo Alzheimer es d esconocida aunque algunos estudios apoyan que es de


transmisión genética. Las investigaciones demuestran que en familias con esta demencia, más de
un miembro está afectado.

245
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Otros estudios señalan qu¿ los agentes virales, desórdenes metabólic~s, y los pest icidas son
causa de esta demencia, pero estos estudios no son concluyentes.

B) Clínica

Período inicial o estadio inicial (leve)

En esta etapa temprana la actividad social y laboral está alterada pero se mantiene la capacidad
para el autocuidado. Este estad io tiene una duración aproximada de 2-4 años y se observan:

- Pérdida lenta y progresiva de la memoria, incapacidad de asimilar nueva información, pér-


dida de la capacidad de abstracción.

- El paciente en esta fase se encuentra apático y desinteresado.

- Comienzan las alteraciones del lenguaje (afasia). Tiene dificultad para nombrar personas y
cosas (agnosia).

- Desorientación espacial, no reconoce bien el lugar donde está.

- Cambios de humor y síntomas de depresión.

En esta etapa el paciente es capaz de mantener una conversación, comprende bien y utiliza los
aspectos sociales de la comunicación.

Fase con fusiona/ o estadio 11 (moderado)


Este período puede comprender de dos a diez años. Surgen problemas de orientación tempo-
ro-espacial, pérdida de comunicación interpersonal, la motilidad espontánea disminuye.

Comienzan los trastornos apráxicos: "incapacidad de vestirse si se altera el orden de las ropas''.

También existe agnosia y problemas de cálculo simple.

Dentro de las alteraciones del lenguaje, en esta fase encontramos:

- Ecolalia: repetición de palabras que se le dirigen.


- Palilalia: repetición de palabras que él mismo dice.
246
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Logoc/onía: repetición de la última sílaba.


Es descuidado en su higiene personal. Como compensación a su falta de memoria, a veces
confabula o dice reconocer lo que realmente no reconoce.

Aparecen signos psicóticos, como alucinaciones e ilusiones.

Es necesaria la ayuda de un cuidador.

Fase terminal o estadio 111 (severo)


En esta fase el paciente tienen importantes deterioros tanto psíquicos como orgánicos. Hay
rigidez generalizada, posición fetal y crisis epilépticas.
Los pacientes se muestran profundamente apáticos, perdiendo las capacidades automáticas
adquiridas como lavarse, vestirse, andar o comer.

Presentan una cierta pérdida de respuesta al dolor.

La pérdida de peso es importante. El enfermo presenta incontinencia y es totalmente


dependiente.
Los pacientes terminan encamados, con alimentación asistida y suelen fallecer por neumonía,
septicemia u otra enfermedad accidental.

4.3.5.2. Demencia vascular


Se caracteriza por un deterioro progresivo de la función intelectual debido a una enfermedad
cardiovascular. Los síntomas son: alteraciones de la memoria, alteración del juicio, mal control de
los impulsos y alteración del pensamiento abstracto. Pueden aparecer delirios y alucinaciones.
Puede presentar hiperactividad o inactividad. Los hiperactivos padecen deambulación, confu-
sión y agitación.

La demencia vascular se cree que es debida a la hipertensión arterial, la enfermedad vascular


extracraneal y la enfermedad valvular del corazó n; todo esto lleva a la formación del trombo que
lleva a la disfunción cardiovascular.

4.3.5.3. Enfermedad de Pick


Forma de demencia presenil que aparece en personas de mediana edad. Este trastorno afecta
sobre todo a los lóbulos frontales y temporal del cerebro y produce t ípicamente una conducta
neurótica con desintegración lenta del intelecto, la personalidad y las emociones.

4.3.5.4. Demencia senil


Trastorno mental orgánico propio del envejecimiento. Se debe a la atrofia generalizada del
cerebro sin signos de afectación cerebrovascular. Los síntomas más importantes son pérdida de
memoria, alteración del juicio, disminución de los valores morales y estéticos, afectación del pen-
samiento abstracto, períodos de confusión, fabulación e irritabilidad, todo ello en un grado mayor
o menor. Este trastorno, de naturaleza irreversible, es más frecuente en la mujer que en el hombre,
sigue un curso progresivo y puede ser una forma tardía de la enfermedad de Alzheimer.

247
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.4. La actuación del Celador en relación con el enfermo mental


En una unidad de agudos de salud mental de un hospital, el Celador realiza las siguientes
funciones:

- Cuida del entorno ambiental de los pacientes, levantando persianas por la mañana y baján-
dolas por la noche. Favorecerá el descanso nocturno controlando los ruidos.

- Vigila a los pacientes ante posibles agresiones o autolesiones. Las unidades de agudos
poseen sistemas de seguridad para evitar "accidentes" en pacientes con ideas delirantes o
suicidas; para ello se utilizan enchufes e interruptores especiales, las ventanas poseen una
cerradura para ser abiertas, sistemas antiincendios, etc.

- Ayuda al aseo personal de los pacientes que lo precisen.

- Vigila a los pacientes que no quieren asearse para que lo hagan.

- Controla el acceso y la circulación de las personas por la Unidad/Servicio.

Recoge medicación y otros productos de la farmacia en carros de unidosis.

- Anima y acompaña a los pacientes con prescripción médica a pasear por las zonas ajardi-
nadas contiguas al centro sanitario. Es importante recomendar la realización de ejercicio
físico.

- Vigila a los pacientes en sus paseos o cuando salen al exterior en recintos acotados.

- Vigila el orden y la armonía entre los pacientes.

- Ayuda al personal sanitario en la administración de inyectables y tratamiento de pacientes


incapaces que se niegan a colaborar.

- Colabora con el equipo de profesionales de la unidad en la reducción de pacientes agitados


utilizando los medios adecuados. Por ejemplo, ayudando a sujetar a los pacientes alterados a
los que hay que aplicar sujeción mecánica.

Vigila la puerta de acceso a la Unidad. Control de entradas y salidas.

- Controla el suministro de tabaco a los pacientes que lo tienen permitido en su tratamiento.

248
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

_ Traslada pacientes a las Unidades y Consultas del


Centro que sea preciso.

- Trasladar a los/las enfermos/as en el servicio de


ambulancias.

- Recoge pedidos de los almacenes.


- Realiza las funciones de traslado de documentación
sanitaria y no sanitaria, así como, objetos o mobilia-
rio de la unidad.

4.5. Actuación del Celador ante una urgencia psiquiátrica


4.5.1. Actuación en pacientes con riesgo suicida
- Orden médica escrita y motivada en hoja de curso clínico.

- Evaluación diaria del nivel de precauciones contra el suicidio por su médico, actualizada en
órdenes médicas.

- Contacto personal continuo con algún miembro del equipo, con actitud de escucha.

- Algún miembro del equipo asistirá a las actividades en común con estos pacientes (en la
planta o fuera de ella), si así lo autoriza su médico, y siempre que sea posible.

- Si precisa utilizar material de riesgo (máquinas de afeitar, etc.) permanecer a su lado mien-
tras lo use.

- Conocer la deambulación (situación) del paciente en cada momento. Siempre que sea pre-
ciso y si no hay otra opción permanecerá en el control de enfermería (si hay poco personal)
o en aislamiento en caso de máxima vigilancia.

- Controles frecuentes durante la noche.

4.5.2. Actuación en pacientes agresivos oagitados


- El médico y la enfermera responsable del paciente deben ser avisados de inmediato.

- Control ambiental, disminuyendo estímulos externos (iluminación excesiva, ruidos, voces,


público, etc.).

- Si fuera necesario se procederá al aislamiento y sujeción mecán ica, siempre bajo prescrip-
ción médica. Este procedimiento se utilizará como ultimo recurso y sólo si otros métodos
(verbal, ambiental, etc.) han fracasado.

- En el momento de la reducción del paciente se procurará no causarle daño.

- El resto de pacientes no deben colaborar en este procedimiento por lo que se pedirá que se
retiren.

- La sujeción se llevará a cabo por todo el equipo presente, incluido el médico psiquiatra.

249
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Informar al paciente de todo el procedimiento que se va a realizar de forma clara y simple,


si es posible, antes de actuar.

- Si es en presencia de otros pacientes se hablará con ellos después de resolver la situación,


para tranquilizarlos.

- El médico realizará una valoración continua para comprobar el estado del paciente, indi-
cando el momento de la liberación. Estas prácticas no se prolongaran más del periodo es-
trictamente necesario para alcanzar su propósito.

- Información por parte del médico al paciente y a la familia, en el caso de que el paciente
deba ser ingresado.

4.5.3. Protocolo de la sujeción mecánica yterapéutica


En el campo de la salud mental siempre se han empleado tratamientos de tipo somático. A
medida que avanzan las investigaciones sobre la fisiopatología de las enfermedades mentales, se
van desarrollando nuevas modalidades de tratamiento somáticos más perfectas y sofisticadas. Al
mismo tiempo, se siguen manteniendo modalidades terapéuticas tales como las restricciones, que
fue uno de los primeros métodos de asistencia para los pacientes psiquiátricos.

Actualmente existen tres tipos de contención del enfermo psiquiátrico que son la reducción
verbal (tranquilizar, estimular la confianza, etc.), la farmacológica (fármacos para relajar al paciente)
y la reducción física (algunos autores nombran una cuarta denominada reducción ambiental - con-
trol de los estímulos, espacios adecuados ...-). A continuación desarrollaremos el procedimiento de
reducción física:

4.5.3.1. La sujeción mecánica/física


Consiste en el empleo de sistemas de inmovilización mecá-
nicos para el tórax, las muñecas, los tobillos, etc. En esta era de
preocupación por los derechos humanos y las libertades civiles,
las sujeciones mecánicas o el aislamiento deben aplicarse con
suma discreción y las máximas garantías de seguridad y debe es-
tar siempre recomendada por un facultativo médico.

La principal acción es impedir las conductas que obligan a


utilizar las sujeciones mecánicas, este debe ser siempre el último
recurso.

4.5.3.2. Indicaciones
1. Conducta violenta de un paciente que resu lte peligrosa para él mismo o para los demás.

2. Agitación no controlable con medicamentos.

3. Representan una amenaza para su integridad física debido a la negación del paciente a
descansar, beber, dormir, etc.

4. En situaciones de riesgo que no puede ser controlado de ninguna otra manera, pueden
contenerse temporalmente, para recibir la medicación, o durante largos periodos, si no

250
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

se pueden administrar los fármacos o no le hacen el efecto esperado y continúan siendo


peligrosos.

Es frecuente que los pacientes sujetos se calmen después de transcurrido algo de tiempo.

S. A nivel psicodinámico, estos pacientes incluso pueden recibir con satisfacción el control de
sus impulsos, pero deben estar indicados terapéuticamente.

4.5.3.3. Principios generales


Son aplicables en cualquier situación, aunque no existen normas fijas sobre cómo hay que ac-
tuar ante una situación de violencia (muchas veces reina la improvisación).

1. Distraer al paciente: se intervendrá cuando exista un número suficiente de personas, cua-


tro o cinco, se informará al resto de compañeros a través del teléfono o la alarma. Mientras,
se deberá vigilar y distraer la atención del paciente. Nos colocaremos a una distancia ade-
cuada. Se le informará de que está perdiendo el control pero que se le va ayudar si él lo
desea. Todo ello en un tono firme pero comprensivo.

2. Debe existir un plan de actuación preacordado. La implicación en la actuación de reducir


al paciente debe ser de todo el personal, independientemente del estamento profesional.

3. Preparación del personal: debe despojarse de todo objeto peligroso para su integridad
física y también la nuestra (gafas, relojes, pulseras, pendientes, etc.).

4. Evitar público: ya que el paciente va a adoptar una posición más heroica que la que tendría
si estuviera solo. Además servirá para aumentar la ansiedad en los demás pacientes (espe-
cialmente en pacientes paranoides).

S. Momento de la intervención: en el momento que muestra signos de violencia inmedia-


ta: ejecuta actos violentos contra objetos, si observa personas cerca, actuará contra ellas.
El momento indicado será: mientras destruye los objetos, cuando se detiene a recuperar
fuerzas.

6. Número de personas: será de cuatro o cinco, es importante que el grupo sea lo más nume-
roso posible, porque una demostración de fuerza puede ser suficiente para interrumpir la
acción. Cada una de las extremidades será sujetada por un miembro del equipo.

7. Actitud del personal: se va a reducir a un paciente con intención terapéutica. Deben dis-
ponerse de sedantes parenterales. Nunca utilizarlo como un castigo.

8. El personal será en todo momento: profesional, no mostrará cólera, ni afán de castigo,


actitud enérgica pero amable, respetuoso, evitando golpearle o someterlo a posturas hu-
millantes, se actuará impidiéndole el movimiento, evitar insultos, blasfemias.

9. Sujeción: cada miembro tiene asignada una extremidad. Se deben evitar los huesos largos
y tórax, por riesgo de lesiones. Se sujetarán las extremidades en la zona más distal.
1O. Siempre debe estar autorizada por el médico, aunque sea de forma de verbal, pero siem-
pre mejor por escrito en la hoja de órdenes médicas.

11. Se debe registrar minuciosamente la razón de la contención, la duración, el curso del trata-
miento y la respuesta del paciente mientras esté sujeto.

12. Se deben emplear exclusivamente sistemas homologados de sujeción física (ejemplo; segufix®).

251
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.5.3.4. El equipo de sujeción de segufix®


Consta de distintos elementos:
- Cinturón ancho abdominal.
- Arnés hombros-tórax.
- Tiras para cambios posturales.
- Muñequeras.
- Tobilleras.
- Botones magnéticos.
- Llaves magnéticas.

4.5.3.5. Técnica de la sujeción terapéutica


Explicarle al paciente por qué se le va a sujetar:

- Para sujetar a un paciente deberían estar un mínimo


de cuatro personas.

- Un miembro del equipo siempre debería estar visi-


ble para el paciente, y su cometido será tranquili-
zarle durante la sujeción. De esta manera se ayuda al
paciente a aliviar su temor al desamparo, impotencia
y pérdida de control.

- Deberían sujetarse con las piernas extendidas y li-


geramente abiertas para agarrarlas por los tobillos
bien a las tiras del segufix® o al travesero de la cama.

- Los brazos extendidos a lo largo del cuerpo (no se


deben entrecruzar) y separados ligeramente de
éste, para sujetarlos por las muñecas, a las tiras del
segufix® o al travesero de la cama.

- El tronco se debe sujetar firmemente a la cama con la correa especial (más ancha) diseñada
para ese efecto. Cuidando que no esté floja, porque podría deslizarse por ella y ahorcarse,
ni tampoco excesivamente fuerte, que le dificulte la respiración.

- La sujeción debe permitir administrar perfusión endovenosa por el antebrazo, así como
recibir líquidos o alimento.

- Mantener la cabeza del paciente ligeramente levantada para disminuir sus sentimientos de
indefensión y para reducir la posibilidad de aspiración pulmonar.

- Comprobar periódicamente cada poco tiempo las sujeciones por la seguridad y la como-
didad del paciente.

- Después de contener al paciente, el médico debe comenzar el tratamiento mediante una


intervención verbal.

- Incluso cuando están sujetos, la mayoría de los pacientes necesitan medicación antipsicó-
tica de manera concentrada y por vía intramuscular.
252
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Cuando el paciente esté bajo control, se deben ir eliminando las restricciones a intervalos
de cinco minutos, hasta que el paciente tenga sólo dos. Las restantes se eliminaran al mis-
mo tiempo, ya que el paciente no se puede contener con una sola sujeción.

- La sujeción mecánica debe continuar el menor tiempo posible, a medida que el paciente
se va t ranquilizando se le deben ir retirando sujeciones.

Prevenir los tromboembolismos:

a) Para evitar tromboembolismos, sobre todo en ancianos, debe liberarse una extremidad de
las cuatro cada 30 minutos.

b) Para una inmovilización superior a las 24 h o en pacientes con factores de riesgo requerirá
hacer profilaxis de trombosis, con heparina de bajo peso molecular (HBPM).

4.5.3.6. Acciones del equipo sanitario en un paciente sujeto terapéuticamente


Mantener la dignidad y la autoestima del paciente po rque la pérdida de control y la imposi-
ción de sujeciones mecánicas pueden resultar muy penosas para este:

- Preservar la intimidad del paciente.


- Explicar la situación a los ot ros pacientes sin revelar la información que el paciente conside-
re confidencial.
- Mantener contacto verbal con intervalos regulares mientras se halle despierto.

- Implicar al paciente en planes para poder finalizar la sujeción mecánica.

- Desacostumbrar progresivamente al paciente a la seguridad que supone un entorno de


aislamiento.
Mantener la integridad fisica porque ellos no van a poder atender sus necesidades fisiológicas
y p ueden sufrir los riesgos que implica la inmovilidad:
- Comprobar las constant es vitales periódicamente (enfermero).

- Ayudar al paciente en la higiene personal.


- Acompañarle al cuarto de baño o proporcionarle cuña u o rinal.

- Regular y controlar la temperatura de la habitación.

- Realizar los cambios posturales necesarios.


- Almohadillar las sujeciones.

- Ofrecer alimentos y líquidos si están prescristos por el médico.

- Observarle frecuentemente y retirar todos los objet os peligrosos de su entorno.

4.6. Internamiento del enfermo mental


La Ley de Enjuiciamiento Civil (Ley 1/2000, de 7 de enero), en su artículo 763, señala que el
internamiento forzoso del enfermo mental, requiere para ello previa auto rización judicial; y en la
misma no se regula al internamiento voluntario o involuntario, q ue es el más frecuente.
253
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1 •• •
Dentro del internamiento forzoso encontramos dos situaciones:
1.ª Internamiento urgente: en este caso se permite y recomienda el traslado del paciente de
forma inmediata a un centro psiquiátrico por decisión médica o por la persona que esté al
cuidado del interesado.
Tal y como indica el art. 763, se dará cuenta dentro de las 24 horas primeras al Juez, o bien,
si existieran problemas para ingresarlo, se solicitará en el Juzgado de Guardia su ingreso
urgente con la documentación acreditativa de encontrarse en tal situación clínica.

Ortega Monasterio y Talón Navarro (1986), dan como indicaciones médicas que aconse-
jan un internamiento forzoso las siguientes:
1. Riesgo de autoagresividad.

2. Riesgo de heteroagresividad.

3. Pérdida o grave disminución de la autonomía personal (con incapacidad para realizar


las tareas de cuidado personal más necesarias).

4. Grave enfermedad mental, que aunque no incluya inicialmente ninguno de los supues-
tos anteriores, suponga un riesgo de agravación en caso de no ser adecuadamente tra-
tada.
2.ª Internamiento ordinario no urgente: igualmente está contemplado en el art. 763 del CC y
tiene las mismas indicaciones que en el ingreso urgente. Se solicitará a la autoridad judicial,
bien por parte de familiares, tutores o centros asistenciales, la propuesta de ingreso del
paciente, y el Juez, tras examen directo del afectado y el dictamen de un facultativo por él
designado (Médico Forense u otro médico), para llegar a la existencia o no de una causa
médica que justifique el ingreso, concederá o denegará la autorización del internamiento,
poniéndolo en conocimiento del Ministerio Fiscal, como indica el art. 763 del Código Civil y
a los efectos preventivos del art. 757 apartado tercero y art. 758.
El Juez de oficio recabará información sobre la necesidad de proseguir el internamiento,
cuando lo crea pertinente, y, en todo caso, cada seis meses, y acordará lo procedente so-
bre la continuación o no del internamiento (art. 211). La información el Juez la solicitará
bien a los facultativos que le están asistiendo en el centro donde se encuentra ingresado el
paciente, o puede indicar que sea reconocido y emitir informe al respecto por un Médico
Forense o un médico especialista por él designado.

4.7. Traslado psiquiátrico


El Celador es el personal encargado de acompañar al paciente psiquiátrico en su traslado tanto
a unidades del mismo centro como a otras instituciones (ambulancia).

Son pacientes que presentan especiales dificultades en el manejo previo y durante el traslado.
En los casos de agitación psicomotriz será preciso la contención física y, en muchas ocasiones, la
administración de fármacos que procuren la sedación suficiente, sin olvidar, en ningún momento,
la utilización de habilidades comunicativas y otro tipo de intervenciones de tipo psicológico.

No debería, en ningún caso, iniciarse el traslado de un paciente agitado hasta que se ofrezcan
las garantías de seguridad imprescindibles para su realización.

254
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

S. Manejo de Documentación clínica y no clínica


5.1. Sistema de información sanitaria del Sistema Nacional de Salud
Viene regulado a partir de la Ley 16/2003, de 28 de mayo, de cohesión y calidad del Sistema
Nacional de Salud, concretamente en su Capítulo V "Del Sistema de Información Sanitaria'~
En el artículo 53 se especifica lo siguiente:

"El Ministerio responsable de Sanidad establecerá un sistema de información sanitaria del


Sistema Nacional de Salud que garantice la disponibilidad de la información y la comunicación
recíprocas entre las Administraciones sanitarias. Para ello en el seno del Consejo lnterterritorial del
Sistema Nacional de Salud se acordarán los objetivos y contenidos de la información.

El objetivo general del sistema de información sanitaria del Sistema Nacional de Salud
será responder a las necesidades de los siguientes colectivos, con la finalidad que en cada caso se
indica:
a) Autoridades sanitarias: la información favorecerá el desarrollo de políticas y la toma de de-
cisiones, dándoles información actualizada y comparativa de la situación y evolución del
Sistema Nacional de Salud.

b) Profesionales: la información irá dirigida a mejorar sus conocimientos y aptitudes clínicas.


Incluirá directorios, resultados de estudios, evaluaciones de medicamentos, productos sa-
nitarios y tecnologías, análisis de buenas prácticas, guías clínicas, recomendaciones y reco-
gida de sugerencias.

c) Ciudadanos: contendrá información sobre sus derechos y deberes y los riesgos para la sa-
lud, facilitará la toma de decisiones sobre su estilo de vida, prácticas de autocuidado y uti-
lización de los servicios sanitarios y ofrecerá la posibilidad de formular sugerencias de los
aspectos mencionados.

d) Organizaciones y asociaciones en el ámbito sanitario: contendrá información sobre las aso-


ciaciones de pacientes y familiares, de organizaciones no gubernamentales que actúen en
el ámbito san itario y de sociedades científicas, con la finalidad de promover la participación
de la sociedad civil en el Sistema Nacional de Salud.
255
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

• . 1
El sistema de información sanitaria contendrá información sobre las prestaciones y la cartera de
servicios en atención sanitaria pública y privada, e incorpo rará, como datos básicos, los relativos a
población protegida, recursos humanos y materiales, actividad desarrollada, farmacia y productos
sanitarios, financiación y resultados obtenidos, así como las expectativas y opinión de los ciudada-
nos, todo ello desde un enfoque de atención integral a la salud, desagregando por sexo todos los
datos susceptibles de ello.
Con el fin de lograr la m áxima fiabilidad de la información que se produzca, el Ministerio res-
ponsable de Sanidad, previo acuerdo del Consejo lnterterritorial del Sistema Nacional de Salud,
establecerá la definición y normalización de datos y flujos, la selección de indicadores y los re-
querimientos técnicos necesarios para la integración de la información y para su análisis desde la
perspectiva del principio de igualdad entre mujeres y hombres.
El sistema de información sanitaria estará a disposición de sus usuarios, que serán las
Administraciones públicas sanitarias, los gestores y profesionales de la sanidad y los ciudadanos,
en los términos de acceso y difusión que se acuerden en el Consejo lnterterritorial del Sistema
Nacional de Salud.
Las Comunidades Autónomas, la Administración General del Estado y las Entidades Gestoras de
la Seguridad Social aportarán a este sistema de información sanitaria los datos necesarios para su
mantenimiento y desarrollo. Del mismo m odo, las Administraciones autonómicas y estatal tienen
derecho de acceder y disponer de los datos que formen parte del sistema de información que pre-
cisen pa ra el ejercicio de sus competencias.
La cesión de los datos, incluidos aq uellos de carácter personal necesarios para el sistema de
información sanitaria, estará sujeta a la legislación en materia de protección de datos de carácter
personal y a las condiciones acordadas en el Consejo lnterterritorial del Sistema Nacional de Salud:'

5.2. Historia Clínica


5.2.1. Historia Clínica en Atención Primaria
¿Qué es la Historia Clínica?

- Información necesaria para cumplir el objetivo asis-


tencial.
- Incluye:
* Área Social: datos familiares, laborales, educacio-
nales, etc.
·• Área Preventiva: perfil de las actividades preven-
tivas, de vacunaciones previas.
•· Área médica: problemas atendidos y su segui-
miento.
¿Cuál es la utilidad de la Historia Clínica?
- Asistencial (médico, enfermera, auxiliar de enfermería, trabajador social, facilitando la
atención sanitaria del paciente individual, estableciendo un seg uimiento y detectando
problemas).

256
El CELADOR EN SU PUESTO DETRABAJO 11 11111

- Información sanitaria (cuantificar la incidencia y prevalencia de las enfermedades, haciendo


posible formular y contrastar hipótesis sobre factores que las condicionen).

- Evaluación (básicamente del proceso, pero también de la estructura y del resultado. Aporta
los elementos necesarios para programar acciones de salud, orientar la asignación de recur-
sos humanos y materiales así como planificar problemas de salud).

- Investigación epidemiológica, docencia y médico-legal.

Premisas de trabajo con la Historia Clínica

- Registro de datos que se integran en un formato organizado.


- Los datos se refieren sólo a un paciente en concreto, pueden obtenerse directa o
indirectamente.

- Registro de datos exactos, completos y particulares.

- Características variables de los datos según el Centro de Salud y el aspecto a considerar.

- Dependencia de los sistemas de información en la calidad de los registros.

Información del área social

- Datos de identificación: nombre y apellidos, dirección postal y teléfono, sexo, lugar y fecha
de nacimiento, número de S.S. y DNI, médico y enfermera asignados y fecha en la que se
realizó la historia.

- Otros datos: situación familiar, situación social, estudios y otros.

Datos preventivos

- Datos de comienzo: actividades preventivas y vacunaciones.

- Datos de seguimiento: prevención de infecciones, prevención del cáncer, hábitos de vida


inconvenientes, enfermedades crónicas y complicaciones del embarazo y parto.

Documentación básica de una Historia Clínica

- Adulto; hoja de Historia Clínica, hoja de seguimiento y carpeta con datos administrativos.

- Niño; hoja de Historia Clínica, gráficas de desarrollo y hoja de seguimiento.

- Documentación complementaria; hojas de protocolo de programas, informes de intercon-


sulta, informes hospitalarios, etc.

Elementos de documentación básica de la Historia Clínica

- Es una carpeta de cartulina que tiene dos funciones: servir de continente al resto de la
Historia Clínica y registrar la información de identificación del usuario.

La información que se recoge en esta carpeta es la siguiente:

- En el anverso: número de Historia Familiar, fecha de apertura de Historia, apellido y nom-


bre del cabeza de familia, apellido y nombre del cónyuge, domicilio, teléfono, tiempo de
asentamiento en la localidad, nombre del médico, de la enfermera y del trabajador social y
nombre del Centro de Salud.

- En el reverso: composición del grupo familiar, características de la vivienda, datos ambien-


tales, observaciones ...
257
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

5.2.1.1. Elementos de la Historia Clínica


1. Código de la historia individual, compuesto por ocho dígitos:
- Dos últimas cifras del año de nacimiento.
- Mes del nacimiento.
- Día del nacimiento.
- Iniciales de los dos apellidos.
2. Datos de la historia sociolaboral:
Actual:
- Nombre de la empresa.
- Profesión.
- Mutuas de accidentes.
Anteriores:
- Trabajos previos en ambientes nocivos.
- Si es estudiante o ama de casa.

3. Antecedentes familiares: referidos a padres, hermanos, etc., sobre todo los referidos a
1AM, ACV, HTA, diabetes, dislipemia, cáncer, e. renal.

4. Alergias medicamentosas: en(+) o en(-) subrayar con rotuladores fluorescentes y ponerlo


también en la hoja de seguimiento.

S. Antecedentes personales: deben figurar en(+) o en(-) para que conste si se le ha pregun-
tado al paciente como mínimo los referidos a HTA, diabetes, intervenciones quirúrgicas.

En caso de mujer se añade: menarquía, tipo de regla, H. obstétrica, abortos, embarazos,


partos prematuros, menopausia, cirugía ginecológica (legrados, histerectomías) y anticon-
ceptivos (especificar métodos).

6. Hábitos tóxicos:

- Tabaco en(+) o en(-). Edad de inicio expresando el número de paquetes/año.


- Alcohol en(+) o en(-). Ca lculada la cantidad en gramos de etanol al día.

- Otras drogas. Tipo y forma de consumo. Años de consumo.

7. Ejercicio físico tipo.

8. Resumen de problemas: anotar si proceden los problemas de salud más importantes, so-
bre todo los que se contemplan en el listado de patologías crónicas.

9. Otros datos de interés.

1O. Tablas accesorias.

11. Monitorización de actividades preventivas.

258
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

12. Hoja de seguimiento.


En el encabezamiento: nombre y apellidos, número de historia individual y familiar, alergias
medicamentosas si existen ...

En el margen izquierdo: toma de constantes vitales.


En el margen derecho: medicación crónica que toma, con nombre y dosis.

5.2.1.2. Archivo de la Historia Clínica


Puede ser:

- Por orden alfabético: sólo es útil en el medio rural con poca densidad de población.
- Por orden de apertura:

* Ventajas: rápida manipulación del archivo.


·• Inconvenientes: necesita un fichero accesorio por orden alfabético que dé seguridad al
archivo.
- Por orden numérico (según la clave de la fecha de nacimiento):

* Ventajas: rápida manipulación del archivo y facilidad de recuerdo del número para el
paciente.
* Inconvenientes: necesita un fichero adicional y alteraciones de las fechas de nacimiento
de algunos pacientes.
- Por orden correlativo (según el número de Historia Clínica). Con la entrada de los sis-
temas informáticos uno de los mejores métodos es esta clasificación secuencial de las
Historias Clínicas. Permite una rápida recuperación de las mismas y además facilita su
manipulación.
La utilización de la Historia Clínica se debe restringir al centro pudiendo ser utilizada por todos
los profesionales pero con la máxima garantía de confidencialidad.

5.2.2. Historia Clínica en Atención Hospitalaria


A.Primaria A, Hospitalaria

- Atención intermitente al paciente/sano. - Comienza desde el ingreso hasta el alta al pa-


- Dificultad de definición del principio y fin de las ciente no/sano.
enfermedades y los episodios. - Se delimitan con mayor exactitud ambas
- Se trabaja con problemas y no con diagnósticos. fases y episodios.

- Los pacientes/sanos conservan grandes parcelas de - Se trabaja con enfermedades que casi
libertad. siempre se diagnostican.
- Dilema continuo cura/cuidados. - Registros uniformes.
- Pluralidad de ambientes, necesidad de adaptarse - Los pacientes se ven desvinculados de su
a los mismos. medio y carecen de libertad.
- Dilema muy evidente.
- Ambiente único.

259
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La Atención Hospitalaria es muy distinta a la Atención Primaria; en el hospital el paciente pierde


sus conexiones, se le aísla y se le estudia intensamente, la historia se reconstruye hasta el tiempo
presente y se expande de forma horizontal y transversal solamente hasta el alta por curación, mejo-
ría, voluntad personal o muerte. En Atención Primaria el paciente es estudiado longitudinalmente
y la Historia se expande a lo largo del tiempo; a veces, desde su conocimiento hasta la muerte, el
paciente no pierde sus conexiones familiares, sociales y laborales. Incluso el personal sanitario se
convierte en un huésped del paciente y su familia en la atención domiciliaria.

Centro _ _ _ __ __ _ __

HABITACIÓN CAMA - -

CARPETA DE HISTORIA CLÍNICA

Profesión -------------------······· ····· ············--·----------------------··· ········ ······ ···· ············

Nombre del padre------------------·---·······••Nombre de la madr------

Nombre y dirección pariente más próximo---······•

Nombre y dirección Médico de cabecera••······-

························----- - - - - - - - - - · · ····················-··-------------------------------

...................... ····---------------------------------------·······················---- - - - - - - -

Entidad colaboradora ----·-····················- - - - -

DEPARTAMENTO/SERVICIO DOCTOR FECHA INICIAL FECHA ALTA

DIAGNÓSTICO

Cód 5513 12

260
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

5.2.2.1. Elementos de documentación básica de la Historia Clínica Hospitalaria


1. Carpeta con datos administrativos. Es una carpeta que tiene dos funciones:

- Servir al resto de la H. Clínica.


- Registrar la información de identificación del usuario.

La información que se recoge en esta carpeta es la siguiente:


En la cara exterior: N.0 de Historia, N.0 de cama, nombre y apellidos, servicio al que está ads-
crito, edad y fecha de ingreso.
En el interior: orden de las hojas de la H. Clínica en el momento del alta, N.0 de estudios ra-
diológicos que se entregan para archivo y claves de cada servicio.
2. Documentación de una Historia Clínica

- Órdenes terapéuticas. Gráfica diaria.

- Observaciones de Enfermería.

- Valoración del paciente al ingreso.

- Historia Clínica y Exploración Física.

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261
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Curso Clínico.

- Listado de problemas.

- Informe de analítica.

- Petición de estudios complementarios.

- Hoj a Clínico-Estadística.

3. Al alta del paciente: informe de enfermería e informe médico.

S.3. Conceptos generales en documentación y tipos


de documentos clínicos
5.3.1. Conceptos generales
A efectos de la Ley 41 /2002, de 14 de noviembre, básica reguladora de la autonomía del paciente
y de derechos y obligaciones en materia de Información y Documentación Clínica se entiende por:

- Centro sanitario: el conjunto organizado de profesionales, instalaciones y medios técnicos


que realiza actividades y presta servicios para cuidar la salud de los pacientes y usuarios.

- Certificado médico: la declaración escrita de un médico que dé fe del estado de salud de


una persona en un determinado mo mento.

- Consentimiento informado: la conformidad libre, voluntaria y consciente de un paciente,


manifestada en el pleno uso de sus facultades después de recibir la información adecuada,
para que tenga lugar una act uación que afecta a su salud.

- Documentación clínica: el soporte de cua lquier tipo o clase que contiene un conjunto de
datos e informaciones de carácter asistencial.

- Historia clínica: el conjunto de documentos que contienen los datos, valoraciones e infor-
maciones de cualquier índole sobre la situación y la evolución clínica de un paciente a lo
largo del proceso asistencial.

- Información clínica: todo dato, cualquiera que sea su forma, clase o t ipo, que permite ad-
quirir o ampliar conocimientos sobre el estado físico y la salud de una persona, o la forma
de preservarla, cuidarla, mejorarla o recuperarla.

- Informe de alta médica: el documento emitido por el médico responsable en un centro


sanitario al finalizar cada proceso asistencial de un paciente, que especifica los datos de
éste, un resumen de su historial clínico, la actividad asistencial prestada, el diagnóstico y las
recomendaciones terapéut icas.

- Intervención en el ámbito de la sanidad: toda actuación realizada con fines preventivos,


d iagnósticos, terapéut icos, rehabilitadores o de investigación.

- Libre elección: la facultad del paciente o usuario de optar, libre y voluntariamente, entre dos
o más alternativas asistenciales, entre varios facultativos o entre centros asist enciales, en los
términos y condiciones q ue establezcan los servicios de salud competentes, en cada caso.

- Médico responsable: el profesional que tiene a su cargo coordinar la información y la asis-


tencia sanitaria del paciente o del usuario, con el carácter de interlocutor principal del mismo
262
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

en todo lo referente a su atención e información durante el proceso asistencial, sin perjuicio


de las obligaciones de otros profesionales que participan en las actuaciones asistenciales.

Paciente: la persona que requiere asistencia sanitaria y está sometida a cuidados profesio-
nales para el mantenimiento o recuperación de su salud.

- Servicio sanitario: la unidad asistencial con organización propia, dotada de los recursos
técnicos y del personal cualificado para llevar a cabo actividades sanitarias.
Usuario: la persona que utiliza los servicios sanitarios de educación y promoción de la sa-
lud, de prevención de enfermedades y de información sanitaria.

5.3.2. Documentos clínicos de uso en Atención Primaria


Son los siguientes:

Historia Clínica.

Historia Médica. Es parecida a las hojas médicas y de enfermería que se verán en el caso
hospitalario.

Historia de enfermería. La consulta directa que los diplomados de enfermería ofrecen a


los pacientes en los Centros de Salud precisa de una Historia de enfermería. Esta historia se
centra en los cuidados de enfermería que hay que dispensar a la población relacionados,
por ejemplo, con los programas específicos para crónicos, hipertensos, diabéticos, vacuna-
ciones y educación sanitaria a los enfermos y a la población en general.

- Impreso de citación. Se refiere a la cita para la próxima consulta. Recoge datos de filiación
del paciente, día, hora, lugar y servicio al que se cita al enfermo, así como instrucciones al
enfermo de lo que tiene que hacer en caso de que se requiera algún tipo de preparación
previa para acudir a la consulta.

Impreso de solicitud de pruebas complementarias. Para dirigir a otros Servicios o a otros


centros sanitarios:

" Laboratorios (bioquímica, lenatología, microbiología, etc.).

* Radiodiagnóstico.

Anatomía Patológica. ' ~TOOClltló<li11W1-ottl9ttalf,g:U


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263
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

5.3.3. Documentos clínicos de uso hospitalario


Son los siguientes:

- Historia Clínica.

- Hoja de ingreso. Es cumplimentada por el personal administrativo. Incluye datos de filia-


ción del paciente, teléfono de contacto con familiares directos, servicio en el que ingresa,
habitación y motivo de ingreso (diagnóstico probable).

- Informe médico de urgencias. Recoge los resultados del interrogatorio, exploraciones y


pruebas complementarias realizados en el Servicio de Urgencias a la llegada al hospital, así
como la impresión diagnóstica.

- Hoja de enfermería de urgencias. Recoge las atenciones de enfermería que se prestaron


al paciente en el Servicio de Urgencias, así como la evolución en los cuidados de enfermería
en el caso de que estuviera varias horas en este servicio.

- Hoja de evolución médica. En ella cada médico anota, durante la estancia del paciente en
el hospital, sus reflexiones sobre la evolución del paciente, pruebas a realizar, alternativas
de tratamiento, etc.

- Orden de tratamiento. Se actualiza a diario. Incluye los tratamientos prescritos por los mé-
dicos, dosis, frecuencia de administración y tiempo de duración. Según sea la evolución del
paciente será necesario cambiar los tratamientos o no, de ahí que este documento tenga
que actualizarse a diario.

- Hoja de observaciones tanto para los diplomados en enfermería como para los auxi-
liares. Se constata la evolución experimentada por el paciente sobre la base de los cui-
dados de enfermería realizados. Además, esta hoja describe las atenciones de enfermería
realizadas.

- Gráficas de constantes vitales.

- Impresos de consentimiento informado. Ante la necesidad de realizar una prueba com-


plementaria o un tratamiento que entrañe cualquier tipo de riesgo para la vida del pacien-
te, es necesario informarle a él, o a los responsables familiares en caso de menores, estados
de coma, etc., mediante documento escrito que debe firmar a modo de autorización, en el
caso de que esté de acuerdo.

- Hojas operatorias. Hay tres tipos de hojas operatorias:

* La hoja de intervención quirúrgica. La utiliza el cirujano responsable de la intervenció n y


registra en ella el diagnóstico, tipo de cirugía a realizar, técnica operatoria, duración de
la intervención, toma de muestras para anatomía patológica, colocación de prótesis y
tipo, etc.

* La hoja de anestesia. Es rellenada por el médico anestesista. En ella se anotan los anesté-
sicos utilizados, dosis y tiempo de administración, gráfica de constantes vitales, balance
hídrico y cuantos problemas surjan con relación a la anestesia.

* La hoja de enfermería. Es cumplimentada por la enfermera encargada de quirófano y en


ella se hacen constar las peticiones al banco de sangre, radiodiagnóstico, los envíos a
anatomía patológica, etc.

264
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Informe clínico de alta. Lo redacta y firma el médico del Servicio encargado del paciente.
Es una especie de resumen de su Historia Clínica en el que se recogen los antecedentes
personales y familiares, motivo de ingreso, diagnóstico, tratamientos médicos y quirúrgicos
aplicados, y recomendaciones terapéuticas para el médico de familia.

- Impreso de alta voluntaria. Al igual que el anterior lo rellena el médico encargado del
paciente. Se hace a petición del propio paciente y debe ser firmado por él o quien lo
represente.

5.4. Archivo
El archivo es el lugar donde quedan almacenadas y ordenadas todas las Historias Clínicas de
los pacientes que son atendidos por un centro sanitario. Las funciones generales del archivo son la
conservación de los documentos, acceso a la documentación, sistematización del archivo, informa-
ción, educación ... Las historias se ordenan según el número que se les asignó cuando se abrieron.

El Celador es el responsable del traslado de las Historias Clínicas y documentación complemen-


taria desde la unidad hospitalaria correspondiente al archivo central. La periodicidad en la recogida
de Historias Clínicas por el Celador será fijada por el Jefe del Archivo Central de Historias Clínicas.

La información clínica de un paciente puede quedar almacenada de la siguiente manera:

- En un fichero. En él van a quedar archivados únicamente los datos esenciales del enfermo.
Este fichero podemos encontrarlo en todas las consultas y salas de un centro sanitario.

- En el archivo de consulta o de planta. En él permanece guardada la Historia Clínica del


enfermo mientras está siendo tratado de su enfermedad. En el caso de que el paciente fuera
ingresado dicha ficha pasaría a planta.

Archivo de His torias Clínicas de una Archivo central de un hospital


planta de hospital

265
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Archivo central. En él quedan almacenadas todas las historias del centro una vez que se
han cerrado, es decir, cuando el enfermo ha sido dado de alta o ha fallecido. En este archivo
permanecen almacenadas durante años.
- Libro de urgencias. En él van a quedar registrados los datos más esenciales de todo pa-
ciente que requiere de una atención urgente. Dichos datos serán: los datos de identifica-
ción del paciente, la hora a la que acude al servicio de urgencia, si es traslado a otra unidad
y a cuál, el juicio clínico y la hora en la que es dado de alta o, en último caso, la hora a la que
ha fallecido.

S.S. Actuación del Celador en el traslado de documentos


y objetos
Las funciones de los Celadores según el Estatuto de Personal no Sanitario al servicio de las
instituciones sanitarias relacionadas con la documentación clínica se traducen en la tramitación
o traslado sin tardanza de las comunicaciones verbales, documentos, correspondencia u objetos
que les sean confiados por sus superiores, así como el traslado de aparatos o mobiliario de unos
servicios a otros.

5.5.1. Funciones principales


Estas funciones se desarrollan de la siguiente forma:

1. Tramitación de comunicaciones verbales


Los Celadores han de transmitir a sus compañeros, superiores, subordinados o público las
comunicaciones verbales (instrucciones, mensajes, información, etc.) que les indiquen sus
superiores (médicos, personal de enfermería, Jefe de Personal Subalterno, etc.) o profesio-
nales autorizados, por delegación de éstos.

2. Traslado de documentación clínica y documentos

El Celador trasladará las Historias Clínicas y documentación complementaria desde la uni-


dad hospitalaria correspondiente al archivo central de la Institución.

Trasladará las historias junto con los pacientes cuando se traslade a los mismos o cuando se
le solicite.

Es importante conocer que el Celador solo deberá acceder a los datos de la Historia que le
sean imprescindibles para realizar las funciones encomendadas (nombre, habitación, cama,
etc.). Además el Celador no esta autorizado para facilitar el acceso a una Historia Clínica, si
alguien se lo solicita le indicará los pasos a seguir para solicitarlo.

Tradicionalmente el documento ha sido el «escrito con que se prueba, acredita o se hace


constar una cosa». Modernamente es «todo soporte de información que trata de enseñar
algo a alguien» o «todo elemento de información fijado sobre un soporte material o toda
expresión de pensamiento fijada materialmente y susceptible de ser utilizada para consul-
ta, estudio o prueba».

266
EL CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

El concepto de documento abarca, pues, mucho más que el documento escrito. Así, distin-
guimos los siguientes tipos de documentos:

- Según su forma, hay documentos:

* Gráficos: manuscritos, Historias Clínicas.


* Tipográficos: libros, impresos, fotocopias.

Iconográficos: retratos, grabados, fotografías, microfichas,


planos, ilustraciones, radiografías.
Plásticos: sellos, monedas, medallas.

* Fónicos: discos, compactos de música.


* Audiovisuales: diapositivas, pe lículas, vídeos.
Informáticos: cintas magnéticas, CD ROM, disquetes.
- Según su origen, hay documentos:
·• Primarios: libros, folletos, informes catálogos, Historias Clínicas.
* Secundarios: revistas de sumarios, de resúmenes o citas.
* Terciarios: perfiles bibliográficos.
Son documentos de traslado ordinario por los Celadores: hojas de interconsulta, pedidos a
almacén (general, almacén de fungibles, farmacia, lencería ... ), partes de mantenimiento,
Historias Clínicas, peticiones y resultados de analíticas y pruebas diagnósticas (radiografías,
ecografías, urografías, arteriografías, etc.), peticiones de ambulancia, partes de quirófano,
petición de exploración en otros centros e instituciones, órdenes de hospitalización, etc.

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267
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

3. Trabajo en oficinas. Los Celadores que trabajen en oficinas del hospital dependerán del
área de Gerencia y de Dirección , y se encargarán del:
- Traslado de correspondencia. Reparto de correspondencia (cartas, impresos, revistas y
correo externo o interno, en general) dentro del centro, franqueo de las corresponden-
cia que se emita al exterior, devolución al remitente cuando el destinatario esta ilegible,
traslado de documentos y de la correspondencia que impliquen salidas al exterior del
centro sa nitario, etc.
Lo tipos de correspondencia son:
* Carta ordinaria. Es la modalidad más utilizada entre particulares cuando el envío no
supera los 2 kg y no requiere entrega urgente.

* Carta certificada. Entregas en las que se garantiza la recepción mediante la firma


del destinatario o una persona autorizada. Si no pudiera entregarse, se advertirá al
receptor mediante un aviso de que dispone de 15 días para recoger el envío en una
oficina de Correos.
* Carta certificada urgente. Para aquellos envíos más urgentes. El envío de su docu-
mentación estará registrado y controlado, la entrega se realiza en domicilio y me-
diante firma del destinatario en 24 horas (promedio según origen/destino) cuando
los envíos se han depositado en oficinas antes de las 18.00 horas, y antes de las
19.00 horas en unidades de admisión masiva para clientes con contrato.

* Postal Exprés. Con Postal Exprés dispone de un tratamiento que le garantiza en el


ámbito nacional, la entrega de sus documentos en un máximo de 48 horas, a domi-
cilio y bajo firma.

* Carta urgente. Estos envíos llegan a su destino en un día hábil en el caso de España y
tres en el de Europa. Siempre se entregan en el domicilio del destinatario y pueden
tener carácter certificado entregándose bajo firma en los mismos plazos.
- Traslados de documentos; tanto internos que competan a su oficina, como el traslado de
documentos al exterior.

- Realización de fotocopias.
4. Traslado de muestras biológicas. Los Celadores se encargarán de trasladar las muestras a
los laboratorios correspondientes y recoger los resultados de las mismas.

Debido a que la proliferación bacteriana es muy intensa a temperatura ambiente el traslado


de algunas muestras no admite demoras, otras se pueden posponer refrigerándolas:

- Gasometría arterial; debe ser enviada de forma inmediata al laboratorio porque se alte-
ran los valores.
- Examen básico de orina y urocultivo; si no puede ser procesado inmediatamente se man-
tendrá en el frigorífico a una temperatura de 4 °C, no más de 24 horas.
- Coprocultivo (estudio de heces); si no puede ser procesado antes de 30 minutos se con-
servará en la nevera.

- Esputos; si no puede ser procesado antes de 2 horas se conservará en la nevera a 4 °C.


- Líquido cefalorraquídeo; en caso de que no se pueda enviar a laboratorio, la muestra se
conservará siempre a 37 °C, nunca se mantendrá a temperatura ambiente ni se guarda-
rá en la nevera.
268
El CELADOR EN SU PUESTO DE TRABAJO 11 11111

- Sangre; se conservará en anticoagulantes pudiéndose conservar 4 horas tanto a 20 ° (


como a 4 °( sin que se produzca alteración.

S. Traslado de objetos
Todos los de uso común en las Instituciones sanitarias: cajas, carros, envases, medicamen-
tos, tubos y muestras y enseres en general.

En los casos en los que no exista personal de hostelería en algún servicio concreto podría
trasladar material desde el almacén de hostelería (como por ejemplo ir al almacén de hoste-
lería y traer por mandato de la supervisora una caja de botellines de agua para los pacientes
que van a realizar pruebas en radiología).

Traslado de muestras al Laboratorio

6. Traslado de aparatos y mobiliario de un servicio a otro


Aparatos electromédicos y/o diagnósticos (electrocardiógrafos, aparatos de Rayos X, espi-
rómetros, etc.), muebles, bala de oxígeno para oxigenoterapia, proyectores, fotocopiadoras
(si se le encomienda a un Celador la realización de una fotocopia la hace pues también es
función suya), ordenadores, etc.

Celador trasladando un Electrogardiógrafo Celador trasladando sueros desde el almacén


269
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

En caso de haber peones en la plantilla del Hospital (categoría creada por ei Real Decreto Ley
3/1987, de 11 de septiembre), habrá que delimitar las funciones entre éstos y los Celadores en esta
función de traslado de aparatos y mobiliario.

El modo en que los superiores «confían» a los Celadores el t raslado de documentos, correspon-
dencia, objetos, aparatos y mobiliario no ha de ser siempre mediante una orden verbal directa. Lo
habitual es asignar por escrito los deberes que corresponden a los Celadores de cada servicio y su
ej ecución puede realizarse por iniciativa del propio Celador o a petición de otros profesionales,
aunque no sean sus superiores, y, por supuesto, por orden de aquéllos.

5.6.2. Otras funciones


Aparte de lo ya ind icado, se recogen a continuación algunas de las tareas más frecuentes de
los Celadores de las Instituciones Sanitarias relativas a esta función de traslado de documentos y
objetos:

- Entrega de avisos verbales y escritos a los compañeros, superiores o público.

- Tramitar los pedidos al almacén, recogiendo el material cuando esté dispuesto, y traslado
del mismo a la unidad correspondiente.

- Traslado de Historias Clínicas entre el archivo y las unidades del hospital: consultas, servi-
cios diagnósticos, plantas de hospitalización.

- Traslado de portafirmas desde las unidades administrativas a asistencia les hasta las
Direcciones o Jefaturas correspond ientes para que los escritos sean firmados y/o registra-
dos, en su caso, y posterior devolución a las Unidades.

- Reposición de colchones, t rasladando los viejos al almacén y recogiendo de allí mismo los
nuevos.

- Reposición de determinado material de lencería, haciendo lo mismo que con los colchones
(almohadas, fundas de colchón).

- Los Celadores adscritos a servicios de almacén se encargarán del traslado del mat erial den-
t ro del mismo.

- El Celador de quirófa no transportará los aparatos del área quirúrgica que le requiera el per-
sonal sanitario.

270
Movilización Y: traslado
de pacientes. Técnicas de
movilización. 1iraslado de
paciente encamado, en camilla
'1 en silla de ruedas. Posiciones
anatómicas básicas

1 . Conceptos fundamentales
2. Movilización de pacientes
3. Principios de mecánica corporal para la correcta manipulación de personas
inmovilizadas
4. Técnicas de movilización
S. Traslado de paciente
6. Deambulación del paciente
7. Actuación del Celador en el servicio de rehabilitación
8. Precauciones durante el traslado del paciente: oxigenoterapia
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Conceptos fundamentales
Dos de las funciones más importantes de los Celadores de Instituciones Sanitarias son el tras-
lado de los enfermos, en camilla o en silla de ruedas, a las consultas o dependencias de la institu-
ción (también en el servicio de ambulancias) y la participación junto con otros profesionales en la
movilización de pacientes. Para llevar a cabo este cometido el Celador debe conocer una serie de
conceptos, que ayudarán a realizar su labor correctamente.

1.1. Ejes y planos en el espacio


Para conocer mejor las estructuras anatómicas, el cuerpo humano puede ser dividido en planos
y ejes. Los principales son:

- Eje longitudinal. Es aquel que recorre el cuerpo en toda su longitud.

- Eje transversal. Va de derecha a izquierda y es perpendicular al anterior.

- Eje sagital. Posee una orientación de adelante hacia atrás.

Existe una correspondencia entre cada uno de estos ejes básicos y una serie de planos principa-
les, que se utilizan como referencia para situar y orientar las diferentes posiciones del paciente en el
espacio. Estos planos son los siguientes:

- Plano sagital o plano medio. Es un plano vertical que atraviesa longitudinalmente el cuer-
po (está situado en la línea media del cuerpo). Lo divide en dos mitades especulares, dere-
cha e izquierda.

- Plano transversal u horizontal. Se trata de un plano que divide el cuerpo en una zona
superior y una zona inferior. Es perpendicular al plano sagital.

- Plano coronal medio o frontal. Es el plano que, situado a la altura de la sutura coronal,
divide el cuerpo en una parte anterior y una parte posterior. Es paralelo a la frente.

- Plano oblicuo. Presenta una angulación de 45° respecto al plano sagital y al plano frontal.

1.2. Regiones y cavidades del cuerpo humano


Clásicamente, en el cuerpo humano se han descrito dos cavidades situadas en el tronco, que se
hallan separadas por el diafragma: la cavidad torácica y la cavidad abdominal.

- Cavidad torácica: en ella se encuentran la cavidad pleural, la cavidad pericárdica y el me-


diastino, de situación central, y que se sitúa entre ambos pulmones, la columna vertebral y
el diafragma.

- Cavidad abdominal: contiene la cavidad peritoneal y la cavidad pélvica.

Además de las cavidades antes referidas existen otras reg iones anatómicas, como son: extremi-
dades superiores, inferiores, cabeza, tórax y abdomen.

El abdomen se ha dividido clásicamente en nueve cuadrantes:

- Cuadrantes superiores: hipocondrio izquierdo, hipocondrio derecho y epigastrio.


272
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

- Cuadrantes medios: vacío renal derecho, vacío renal izquierdo y zona periumbilical.

- Cuadrantes inferiores: fosa ilíaca izquierda, fosa ilíaca derecha e hipograstrio en el centro.

HD: hipocondrio derecho.


EP: epigastrio .
HI : hipocondrio izquierdo.
VRD: vacío renal derecho .
ZP: zona periumbilical.
VRI: vacío renal izquierdo.
FID: fosa ilíaca derecha.
H: hipogastrio.
FIi: fosa ilíaca izquierda.

1.3. Direcciones de los movimientos


Describen los movimientos y cambios de posición que efectúen los miembros en las distintas
situaciones:
- Flexión: movimiento que implica plegar o doblar una extremidad sobre una articu-
lación.
- Extensión: movimiento que implica extender o estirar una extremidad sobre una arti-
culación.
- Abducción: movimiento de alejamiento del plano medio.

- Aducción: movimiento de acercamiento al plano medio.

- Eversión: cambio de dirección hacia fuera.

- Rotación: movimiento de giro sobre un eje.

- Circunducción: movimiento circular alrededor del eje del cuerpo.

- Pronación: giro del antebrazo que coloca la palma de la mano hacia atrás o hacia abajo.

273
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1
Inversión: cambio de direcció n hacia dentro.

y
a. Abducción b. Adducción
- Supinación: giro del antebrazo que coloca la palma de la mano hacia delante o hacia arriba.

a. Pronación b. Supinación

1.4. Posiciones anatómicas básicas


1.4.1. Concepto
Se conocen como posiciones básicas del paciente encamado, todas aquellas posturas o posicio-
nes que el paciente puede adoptar en la cama, camilla, mesa de exploraciones, etc., que son de interés
para el manejo del enfermo por el personal sanitario y no sanitario y, de manera especial, por el Celador.

1.4.2. Tipos de posiciones anatómicas


Son las siguientes:

a) Posiciones de decúbito:
Decúbito supino o dorsal o posición anatómica.

- Decúbito lateral izquierdo o derecho.

- Decúbito prono.
274
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

b) Posición de Fowler.

c) Posición de Sims o semiprona.

d) Posición ginecológica o de litotomía.

e) Posición mahometana o genupectoral.

Los cambios frecuentes de postura en los pacientes encamados tienen como finalidad:

- Evitar la aparición de isquemia en los llamados puntos de presión, debido a la acción de la


gravedad y al propio peso.

- Evitar que la ropa que cubre la cama roce la piel y llegue a producir lesiones.

- Prevenir la aparición de úlceras por presión (anteriormente denominadas úlceras por


decúbito).

- Proporcionar comodidad al paciente.

Para ello el Celador debe prestar atención a que:

- Las sábanas estén limpias, secas y bien estiradas.

- Las zonas de mayor presión corporal estén protegidas.

- Las piernas estén estiradas y los pies formen ángulo recto con el plano de la cama.

Para realizar los cambios postura les se necesitan los siguientes materiales:

- Almohadas y cojines.

- Férulas.

- Ropa limpia para cambiar la cama.

- Protectores de protuberancias si fueran necesarios.

Definimos los cambios posturales como las modificaciones realizadas en la postura cor-
poral del paciente encamado para evitar patologías derivadas de la inmovilidad (úlceras por
presión, atrofia muscular, etc.).

- El enfermo no permanecerá nunca más de tres horas en la misma posición. Deberá


ser colocado sucesivamente en decúbito supino, lateral derecho e izquierdo y prono,
tanto durante el día como por la noche.

- Los decúbitos laterales se llevarán a cabo inclinando al paciente sobre un lado y apo-
yándole la espalda con almohadas, las piernas se doblarán según el lado del que esté
y entre las rodillas se pondrá un cojín.

- El programa de cambios posturales debe estar previsto para el día y la noche, de ma-
nera que se consiga una continuidad entre las diferentes personas que cuidan durante
las 24 horas al paciente. Generalmente se realizan cada 2-3 horas para prevenir la apa-
rición de úlceras, salvo en los casos en que la presión es mayor (posición de sentado
donde se descarga todo el peso en una sola zona), los cambios se tratan cada 15 o 30
minutos. Siempre que la enfermedad lo permita se recomendará al paciente que cami-
ne o cambie de posición frecuentemente en la cama.

Programa de cambios postura/es


275
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Úlcera por presión

1.4.3. Posiciones de decúbito


Posición de decúbito dorsal, supino o anatómica:

El paciente está acostado sobre su espalda. Sus piernas están extendidas y sus brazos alineados
a lo largo del cuerpo. El plano del cuerpo es paralelo al plano del suelo. Se puede colocar un peque-
ño cojín bajo la zona lumbar para mantener la curvatura anatómica.

Es una posición utilizada para la exploración del tórax, abdomen, piernas y pies así como para
la palpación de las mamas en las mujeres. Se emplea para comenzar con la higiene del enfermo y
como punto de partida para diferentes movilizaciones.

Junto con una tabla bajo el colchón y con almohadas se utiliza en los traumatismos
dorso-lumbares.

Posición de decúbito lateral izquierdo yderecho


El paciente se halla acostado de lado. Las piernas extendidas y los brazos paralelos al cuerpo.
El brazo inferior, es decir, el que queda del lado sobre el que se apoya, está ligeramente separado y
hacia delante, evitando que quede aprisionado debajo del peso del cuerpo. La pierna que no está
en contacto con la superficie de apoyo, está ligeramente flexionada para dar mayor estabilidad.

El eje del cuerpo es paralelo al suelo. Es una posición que se emplea para rea lizar cambios
posturales en los enfermos encamados. También para la administración de enemas de limpieza,
para evitar broncoaspiraciones en pacientes que presentan vómitos o para realizar la higiene del
paciente (zona anal, genital, etc.). Es de mucha utilidad en las embarazadas para evitar el "síndrome
de hipotensión en decúbito supino" que se produce como consecuencia de la compresión del úte-
ro sobre la vena cava inferior.
276
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DEPACIENTES 11111

Posición de decúbito prono


También llamado decúbito ventral. El enfermo se encuentra acostado sobre su abdomen y pe-
cho (tumbado boca abajo). La cabeza girada lateralmente. Las piernas extend idas y los brazos t am-
bién extendidos a lo largo del cuerpo. El plano del cuerpo paralelo al suelo.

Esta posición se utiliza para las exploraciones de espalda, así como alternativa para cambios
postura les.

Las tres posiciones son fundamentales para los enfermos encamados, ya que los cambios pos-
turales realizados frecuentemente (cada 2-3 horas) evitan la aparición de úlceras por presión, al
evitar una presión excesiva, mantenida durante mucho tiempo sobre una parte o zona corporal.

1.4.4. Posición de Fowler


El paciente se halla semisentado, con la cabecera levantada formando un ángulo de 45°. Las
piernas están ligeramente flexionadas (semiflexionadas) y los pies en flexión dorsal. Existen dos
variantes que se denominan posición de semiFowler en la que la inclinación es de 30°, y se utiliza
básicamente para cambios postura les y para transporte del enfermo (cuando su estado lo permita)
y la posición de Fow ler alta en la que la inclinación es de 90°.

277
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZDE SALUD

Los enfermos con patologías card iacas, digestivas como la hernia de hiato y respiratorias
(enfermedades pulmonares obstructivas crónicas - EPOC-), tales como el asma, enfisema,
bronquitis crónica, etc., prefieren esta posición para estar en la cama, puesto que facilita la
respiración.
Se utiliza para cambios posturales y exploraciones de cabeza, ojos, cuello, oídos, nariz (oto-
rrinolaringología), garganta (ej. cambios de cánula traqueal) y pecho. Es una posición usada muy
frecuentemente en los traumatismos costales.

1.4.5. Posición de Sims


También llamada posición de semiprono o inglesa. Es similar al decúbito lateral izquierdo,
pero el brazo que queda en la parte inferior se lleva hacia atrás y el otro se coloca en flexión del
codo. La cadera superior y rodilla del mismo lado están flexionadas sobre el pecho. La cabeza está
girada lateralmente.
En esta posición se colocan los enfermos inconscientes para facilitar la eliminación de las secre-
ciones y evitar la broncoaspiración. Es una posición frecuente para la exploración del recto.

También se utiliza en la administración de enemas y medicamentos por vía rectal. Es en esta


posición donde se colocan las sondas rectales.

1.4.6. Posición ginecológica


También llamada de litotomía. La paciente se halla acostada boca arriba. Las piernas separadas
y colocadas sobre los estribos. Rodillas y cadera flexionadas 90°. Muslos en abducción.

Esta posición es utilizada en ginecología para el examen manual de pelvis, vagina, recto y para
la exploración de la embarazada. Es también la posición a adoptar en el parto.

278
MOVILIZACIÓN YTRASLAOO DE PACIENTES 11111

1.4.7. Posición de Trendelenburg


El enfermo se coloca como en decúbito supino, pero a diferencia de aquella posición, el plano
del cuerpo está inclinado 45° respecto al plano del suelo. La cabeza del paciente está mucho más
baja que los p ies.

En esta postura hay que colocar a los pacientes con shock hipovolémico, desmayos, lipotimias
para intentar restablecer y salvaguardar el riego sanguíneo cerebral.

1.4.8. Posición de Morestin oantiTrendelenburg oTrendelenburg inversa


Es la posición contraria a la anterior en la que el plano del cuerpo está inclinado 45° respecto
al plano del suelo pero la cabeza está mucho más elevada que los pies. Esta posición es utilizada
en pacientes que presenten problemas digestivos con reflujo gastrointestinal, hernias de hiato y
enfermedades respiratorias.

1.4.9. Posición genupectoral


También conocida con el nombre, aunque menos frecuente, de posición mahometana.
El paciente adopta una posición similar a la que adoptan los mahometanos para sus prácticas
religiosas.
279
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

El paciente se coloca boca abajo apoyado sobre su pecho y rodillas.

Para colocarse en esta posición primero se arrodilla y luego flexiona su cintura de forma que sus
caderas quedan arriba y la cabeza abajo en el suelo.

Sirve para extraer fecalomas, exploraciones del recto y ano, etc.

1.4.1 O. Clasificación según su finalidad terapéutica


Otra clasificación de las posiciones anatómicas que podemos encontrar en diferente bibliogra-
fía consultada es la diferenciación entre posiciones quirúrgicas y no quirúrgicas.

Posiciones no quirúrgicas:
- Posiciones decúbito:

* Posición decúbito dorsal, supino o anatómica.

* Posición de decúbito lateral izquierdo y derecho.

* Posición de decúbito prono.

- Posición de Fowler.

- Posición de Sims.

Posiciones quirúrgicas:
- Posición de litotomía o ginecológica.

- Posición de Trendelenburg.

- Posición genupectoral.

- Posición de Morestin.

280
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

Posición de Trendelenburg Posición de Morestin

2. Movilización de pacientes
Definimos movilización como el desarrollo de un programa de ejercicios encaminado a conse-
guir el restablecim iento de las funciones disminuidas por la enfermedad.
Hay dos tipos de movilización:

- Activa: las realiza el propio paciente bajo la supervisión del profesional. Consiste en la mo-
vilización de los segmentos corporales que q uiera ejercitar por medio de los músculos y
articulaciones de esos segmentos.
Se puede realiza r con resistencia o contrarresistencia (poleas, manos, etc.).

- Pasiva: son realizadas sobre los distintos segmentos corporales del paciente por fisiote-
rapeutas. Se trata de pacientes que, por su incapacidad o bien por indicación médica, no
pueden realizar el esfuerzo que requiere el ejercicio.

La inmovilidad se define como la d isminución o interrupción de la capacidad para desem-


peñar las actividades de la vida diaria por deterioro de las funciones motoras o también com o la
incapacidad para desplazarse de forma independient e en su espacio vital.

2.1. Causas del inmovilismo


El conjunto de causas desencadenantes de inmovilidad lo podemos dividir en dos grandes grupos:

Causas físicas
Dentro de las causas físicas se encuentra el envejecimiento fisio lógico, el cual es responsable
de una disminución de las facultades físicas y psíquicas y, como consecuencia de ello, podrá llegar
la inactividad del anciano. El otro gran grupo de causas físicas que son productoras de inmovilidad
tenemos que relacionarlo con det erminadas enfermedades:

- Enfermedades musculoesqueléticas: son responsables de dolor y rigidez (osteoporosis,


artrosis, fracturas, etc.) y es una de las causas más frecuentes de invalidez.

- Enfermedades neurológicas: las más frecuentes son la enfermedad de Parkinson, los acci-
dentes cerebrovasculares, las neuropatías, etc.
281
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1 1 •
- Enfermedades cardiorrespiratorias: insuficiencia cardiaca, enfermedad pulmonar obs-
tructiva crónica, vasculopatías periféricas, cardiopatía isquémica, etc.

- Alteraciones de la marcha y el equilibrio: hipotensión ortostática, caídas, síndrome post-


caída, problemas podológicos, etc.

- Pérdidas sensoriales auditivas y de visión: presbiacusia, tapones de cera, presbicia, cata-


ratas, glaucoma, etc.
- Enfermedades endocrinometabólicas: diabetes mellitus, hipotiroidismo, deshidratación,
hiponatremia, etc.
- Enfermedades agudas: traumatismos, fracturas, posoperatorio, etc.

Causas psíquicas
Dentro del conjunto de causas psíquicas que pueden desencadenar un síndrome de inmo-
vilismo se encuentran: la depresión, las demencias y los estados confusionales. Además de estos
grandes grupos reseñados como elementos clave en el síndrome de inmovilismo, no debemos
desmerecer la repercusión que tienen otros elementos como los que se citan a continuación: las
recomendaciones erróneas de reposo, el consumo de determinados fármacos, la hospitalización,
las barreras arquitectónicas en el domicilio y en el exterior, la ausencia de ayudas técnicas, la falta
de apoyo social y la soledad y el aislamiento.

2.2. Consecuencias del inmovilismo


Las repercusiones en la movilidad son:
1. En la función respiratoria: se presenta una disminución en los requerimientos de oxígeno
y tiende instintivamente a respirar de forma más lenta y superficial. La capacidad ventila-
toria disminuye, por lo que se produce un aumento de gases residuales. Hay un decreci-
miento de secreciones, que puede acumularse y favorecer el medio para el crecimiento
bacteriano (infección respiratoria).

2. En la función motriz: hay una pérdida de tono mus-


cular unida a la posibilidad de aparición de contrac-
turas y de dolor (lumbalgias), alterando o lesionan-
do el tejido muscular. Aparición de atrofia muscular
progresiva.

3. En la función cardiovascular: aparece hipotensión '


ortostática, con aumento del trabajo cardiaco, ade-
más de la posibilidad de formación de trombos.

4. En la función gastrointestinal y metabólica: puede


darse un problema de alteración nut ricional con ano-
rexia, deshidratación o alteración de la temperatura
corporal. Aparición de estreñimiento.
S. En la función urinaria: puede darse una alteración
en el vaciado vesical (retención urinaria), con riesgo
de infección y formación de cálculos.
282
MOVILIZACIÓN YTRASLAOO DE PACIENTES 11111

6. En la integridad cutánea (sistema tegumentario): dos son las problemáticas que con
mayor frecuencia afectan la integridad de la piel. Por un lado las úlceras por presión, sobre
las que la presión mantenida y el tiempo expuesto a ella juegan un papel crucial para su
aparición. Y, por otro, las dermatitis de pañal ligadas a la incontinencia urinaria.
7. En la función cognitiva: la presencia de una deprivación sensorial al disminuir los estímu-
los sensoriales (visuales, auditivos, táctiles ... ) lo que le hará cada vez más dependiente.

3. Principios de mecánica corporal para la correcta


manipulación de personas inmovilizadas
Las reglas básicas para los Celadores que realizan cambios posturales y transporte de perso-
nas son las siguientes:

1. Proporcionar una base amplia de apoyo, manteniendo separados los pies, uno ligeramente
delante del otro. Se sabe que la estabilidad de un objeto es mayor cuando tiene una base
de sustentación ancha y un centro de gravedad bajo.
2. Hacer el máximo uso de su centro de gravedad sosteniendo los objetos cerca del cuerpo.
La fuerza requerida para mantener el equilibrio del cuerpo aumenta conforme la línea de
gravedad se aleja del punto de apoyo.

3. Proteger la espalda:
- No doblarla incorrectamente.

- Hacer uso de los músculos de las piernas para moverse y levantarse. De este modo el
levantamiento estará a cargo de los músculos más grandes y fuertes (abdominales y
glúteos) que no se fatigan tan rápidamente como los pequeños.
- Considerando exclusivamente la fuerza, el ángulo de tracción óptimo para cualquier
músculo es de 90 grados.
283
11111 CELADORES DEL SERVICIOANDALUZDESALUD

4. Contraer los músculos abdominales y glúteos para estabilizar la pelvis antes de movilizar un
objeto. Esto protege los ligamentos y articulaciones contra la tensión y las lesiones. Espirar
en el momento de la fuerza.
S. Reducir al mínimo la fricción o el roce entre el objeto en movimiento y la superficie en que
está siendo movida. Esto requerirá menos energía.
Poner a favor del cuidador la fuerza de gravedad, a ser posible no trabajar en contra de ella.

6. Hacer que alguien le ayude o usar un medio mecánico, cuando se tenga alguna sospecha
de que la carga resulte demasiado pesada o difícil.

7. Colocar correctamente el pie en dirección hacia donde debe hacerse el giro para no hacerlo
con la columna.
8. Utilizar el contrapeso del propio cuerpo para aumentar la fuerza aplicada al movimiento.

9. Ayudarse con puntos de apoyo exteriores.

1O. Siempre es mejor empujar o deslizar un objeto que tirar.


11 . Trabaja r, si es posible, a una altura adecuada. Demasiado alto: hipertensión lumbar.
Demasiado bajo: espalda doblada.
12. Antes de mover a un enfermo es necesario saber qué enfermedad o lesión tiene, si se le
puede mover y por dónde se le puede coger.

13. Explicarle lo que se le va a hacer y buscar su colaboración.

4. Técnicas de movilización
Antes de iniciar cua lquier movimiento explique al enfermo lo que va mos a hacer y
el p roced imiento a seguir. Pídale que participe y ayude en la medida de lo posib le, sa lvo
contra indicaciones.

Los pasos previos a toda movilización son:


1. Preparar el material que vamos a utilizar.

2. Frenar la cama.

3. Lavado de manos.
4. Solicitar información acerca del paciente (al médico, enfermera, fisioterapeutas, etc.). Es im-
portante saber que no existe contraindicación alguna.

S. Observar con detención al paciente (sondas, sueros, drenajes, sistemas de inmovilización,


etc.). Los tubos de drenaje estarán en todo momento más bajos que el paciente para drenar
favoreciendo la gravedad, la bolsa de orina por debajo de la altura de la vejiga para que no
exista rebosamiento de orina y los botes de sueros (gotero) colocados en los soportes del
cabecero preparado para tal fin.
Si hay alguna incidencia con el gotero o con los drenajes se le comunicará al personal sani-
tario responsable del paciente.

284
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

6. Hablar con el paciente; explicarle lo que vamos a realizar. Averiguar su estado anímico (valora-
ción mental); valoración física de las partes de su cuerpo que mueve con facilidad y cuáles no.

7. Utilizar ayudas mecánicas cuando sea posible, en caso cont rario adopt ar una posición ade-
cuada (mecánica corporal).

4.1. Movilización del paciente imposibilitado en la cama


Una de las funciones más importantes del personal sanitario es la de mover y acomodar al pa-
ciente en la cama, de forma que se sienta confortable y cómodo.

Con una sistemática de cambios posturales frecuentes y buenas posiciones se evitan las úlce-
ras por presión.

Además, al realizar movilizaciones frecuentes se mejora el tono muscular, la respiración y la circulación.

Para ello es necesario colocar al paciente en unas posiciones o posturas especiales.

A la hora de movilizar al paciente encamado hay que tener en cuenta su estado y saber si éste
está en condiciones de colaborar o no y si es posible su ayuda para cam biarlo de postura.

A) Cuando el paciente no colabora


Cuando no es posible la colaboración del enfermo/a para hacer un cambio postura!, hay que
hacerlo entre dos Celadores.
Se lleva a cabo de la sig uiente forma:
a) Se coloca un Celador al lado derecho y otro al lado izquierdo de la cama, frente al enfermo/a.
b) Los pies del Celador deben est ar separados y las rodillas ligeramente flexionadas.
c) Se retira la almo hada al paciente.
d) Cada Celador introduce un brazo por debajo del hombro del paciente y el otro por debajo del
muslo. Se sujeta al paciente y se va levantando con cuidado hasta llevarlo a la posición deseada.
Otra forma de hacerlo es colocándose los dos Celado res al mismo lado de la cama.
a) Un Celador coloca uno de sus brazos por debajo de los hombros del enfermo y el otro brazo
por debajo del tórax.
b) El otro desliza los brazos a la altura y por debajo de la región glútea. Se eleva con cuidado
hasta llevarlo a la posició n deseada.
c) Alinear correctamente el cuerpo del paciente.

B) Cuando el paciente colabora


Cuando es posible la colaboración del enfermo/a para hacer un cambio postura!, puede hacerlo
una sola persona.

a) Debe colocarse al lado de la cama del enfermo, frente a él y a la altura de su cadera.

b) Indicarle al enfermo que se agarre a la cabecera de la cama y flexione sus rodillas coloca ndo
la p lanta de los pies apoyada sobre la superficie de la cama.
285
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

c) El Celador debe colocar sus brazos por debajo de las caderas del paciente.

d) Pedirle que haga fuerza con sus pies y brazos intentando elevarse. En ese momento los
brazos del Celador deben ayudarle a subir hacia la cabecera.

e) En la posición anterior puede desplazarse incluso sólo si se encuentra ágil.

4.2. Movilización del paciente con ayuda de una sábana


Se realiza entre dos Celadores o bien entre un Celador y un auxiliar de enfermería, uno a cada
lado de la cama.

a) Doblar la sábana en su ancho a la mitad.

b) Hacer un segundo doble en su largo a la mitad.

286
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

c) Colocarla al paciente por debaj o, de forma que lleg ue desde el hombro hasta el muslo.

d) Se enrolla la sábana por los laterales suj etándo la cada persona fuertemente, pudiendo mo-
ver al paciente hacia cualquier lado de la cama.

4.3. Procedimiento para mover al enfermo hacia el borde de la cama


Su empleo está justificado en todo enfermo que por cualquier circunstancia no coopere. Los
pasos a seguir son:

1. El Celador se ubicará en el lado de la cama hacia donde


se moverá al enfermo. Esta posición va a evitar que el pa-
ciente se caiga.

2. Quitar la ropa de la cama, a excepción de la sábana enci-


mera que quedará cubriendo al paciente.

3. Colocar el brazo del paciente que se encuentre más cer-


cano a nosotros a lo largo de su tórax. De esta manera se
evita la resistencia al movimiento del paciente y se impi-
de que se lesione el brazo.

4. Colocar un p ie delante del otro y flexionar las rodillas; de


esta forma aseguramos el uso del grupo de músculos de
las piernas más adecuados durante el movimiento.

S. Situar un brazo debajo del hombro más alejado del paciente, de forma que la cabeza de
éste descanse en el antebrazo manteniendo el codo doblado. Poner el otro brazo debajo
de la curvatura lumbar del paciente.

6. Tensar los músculos glúteos y abdominales, para de esta forma prepararlos para el movi-
miento y proteger a la vez a los órganos internos de lesiones.

7. Tirar de la cabeza, hombros y tórax del paciente hacia el lado que se quiere mover, balan-
ceándose hacia atrás y cambiando el propio peso al pie trasero.

8. Para mover la zona de los g lúteos del paciente, poner un brazo debaj o de la cintura de éste
y el otro debajo de los muslos. Repetir los pasos 6 y 7 tirando de los glúteos.

9. Para mover los miembros inferiores del paciente, situar un brazo debajo de los muslos y el
otro debajo de las piernas. Repetir los pasos 5 y 6 tirando de las piernas.

4.4. Procedimiento para colocar al enfermo en decúbito lateral


Este procedimiento se lleva a cabo con el objeto de aliviar las zonas de presión potencial desde la
posición anterior, para proporcionar comodidad, para realizar la higiene de la zona posterior del cuerpo,
para la ej ecución de curas en la m isma zona mencionada anteriormente, etc. Los pasos a desarrollar son:

1. Verificar que el enfermo no se encuentra muy cerca del borde de la cama. Si lo está, hay que
moverle hacia el centro.

2. Desnudar la cama, dejando únicamente cubierto al enfermo con la encimera.

3. Situarse en el lado de la cama hacia el que se quiere girar al enfermo.


287
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4. Colocar un pie delante del otro.

5. Sit uar el brazo del paciente que se encuentre más cerca lo más próximo a ti que puedas y
fuera de su cuerpo. Realizando esta maniobra se impedirá que el paciente ruede sobre él.

6. A continuación flexiona el otro brazo del paciente sobre su tórax y coloca la pierna más
alejada sobre la más cercana. Al tirar hacia adelante del brazo y de la pierna más alejados se
facilita que el paciente se vuelva hacia este lado.

7. Tensa tus músculos glúteos y abdominales y flexiona tus rod illas.

8. Coloca una mano sobre el hombro más alejado y la otra sobre la cadera más alejada.

9. A continuación gira al paciente hacia ti balanceándote hacia atrás y cambiando el peso


hacia el pie trasero a la vez que flexionas tu rod illa y bajas la pelvis.

10. Finalmente proceder a la alineación correcta del paciente y a la colocación de la ropa de la cama.

4.5. Procedimiento para mover al enfermo hacia arriba de la cama


Estos proced imient os también se pueden emplear para los cambios posturales.

Primer Procedimiento
Se emplea cuando los enfermos no cooperan, lo cual implica que se necesitan para llevarlo a
cabo dos Celadores. Los d iferentes pasos a seguir son:

1. Explicar al paciente el proced imiento.

2. Quitar la almohada.

3. Cada uno debe de colocarse a un lado de la cama con el cuerpo girado ligeramente hacia
la cabecera de la cama, con el pie más cercano a la cabecera de la cama mirando en esa
dirección y con las rodillas flexionadas.
288
MOVILIZACIÓN VTRASLADO DE PACIENTES 11111

4. A continuación cada Celador colocará su brazo más cercano al hombro del paciente por
debajo de éste mientras que el otro lo colocarán debajo de los muslos del paciente.

S. Finalmente, proceder a levantar y mover al enfermo manteniendo las rod illas rectas. No
debemos o lvidar que el grupo de músculos que interviene de forma decisiva en el levanta-
miento del paciente es el de los miembros inferiores.

Segundo Procedimiento
Tiene la misma indicación que el anterior pero se lleva a cabo con la sábana de arrastre. Para su
ejecución es necesaria también la presencia de dos Celadores.

1. Desnudar la cama, dejando únicamente cubierto al enfermo con la sábana encimera.


2. Cada uno se situará a un lado de la cama.

3. Para la colocación de la sábana se pondrá primero al paciente a un lado de la cama y por el lado
q ue queda libre se colocará la sábana doblada por la mitad. A continuación se volverá al paciente
hacia el otro lado de la cama y el Celador que ahora queda libre terminará de colocar la sábana.

4. Coger la sábana entre los dos Celadores y, a la vez que se levanta al enfermo, moverlo hacia arriba.

S. Retirar la sábana sig uiendo el mismo procedimiento que se ha empleado para colocarla.

Tercer Procedimiento
Se ejecuta cuando el enfermo coopera. Se requiere sólo una persona.

1. Utilizar el procedimiento del entrecruzamiento de brazos para levantar al paciente y así


poder retirar la almohada.

2. Acostar al enfermo de nuevo e indicarle que flexione las rodillas apoyando los pies en la
cama y que se agarre al cabecero de la cama con las manos.

3. Seguidamente pasar el brazo que se encuentra más cercano al hombro del paciente por
debajo del cuello de éste, mientras que el otro brazo lo situamos debajo de sus muslos.

4. Una vez q ue se esté preparado, se le indica al paciente que tire con sus manos hacia la ca-
becera, a la vez que se le ayuda moviendo su cuerpo hacia la misma.

S. Por último, se le coloca la almohada y se le arregla la cama.

4.6. Procedimientos para ayudar a un enfermo a ponerse de pie


4.6.1. Cuando el enfermo está acostado en su cama
Se pueden emplear dos proced imientos:

Primer Procedimiento
1. Incorporar al paciente aplicando el procedimiento de entrecruzamiento de brazos.

2. A continuación proceder a girar las piernas del enfermo hacia nosotros, dejándolas caer por
el borde de la cama.

289
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

3. Una vez que el enfermo se encuentra sentado en el.borde de la cama, debemos colocar
un pie delante de los pies del enfermo y el otro a un lado. Seguidamente le metemos por
debajo de la axila la mano que tenemos libre.

4. El siguiente movimiento consiste en doblar nuestras rodillas para así obtener la fuerza ne-
cesaria para levantar de forma suave y rítmica al enfermo. Para facilitar aún más la moviliza-
ción le indica remos al enfermo que, mientras nosotros realicemos el movimiento, se apoye
en nuestro hombro.

Segundo Procedimiento
1. Colocar al paciente en decúbito lateral (el tipo de decúbito lateral debe coincidir con el lado
hacia el cual se va a levantar al paciente).

2. Elevar el segmento superior de la cama hasta conseguir un ángulo comprendido entre 45°
y 60°. De esta forma la movilización requerirá menos esfuerzo y resultará más fácil.

3. A continuación nos colocamos en la posición opuesta a las caderas del paciente. Esta posi-
ción mejora el equilibrio y previene la torsión de nuestro cuerpo.
4. El paso inmediato es pasar nuestro brazo más cercano a los hombros del enfermo por
debajo de ellos, mientras que el otro brazo lo colocamos sobre el muslo más lejano.
Con este movimiento prevenimos que el paciente se caiga hacia atrás cua ndo esté
sentado.
S. Girar hacia la pierna de detrás de forma que las piernas del paciente se columpien hacia
adelante y nuestro peso cambie a la pierna de atrás.
6. Una vez que el enfermo está sentado en el borde de la ~ama, p roceder como en el primer
procedimiento.

4.6.2. Cuando el enfermo está sentado en un sillón


Introducir nuestros brazos por debajo de los suyos.

Pedirle que sitúe uno de sus brazos alrededor de


nuestra cintura.

- A continuación flexionamos las rodillas mantenien-


do la espalda lo más rect a posible y levantamos al
paciente de forma suave y firme.

- Mientras dura el proceso se debe proteger el cuerpo


del enfermo con el nuestro.

4.7. Movilización en pacientes con afecciones graves en la movilidad


Básicamente la movilización de pacientes con graves afecciones sigue el mismo procedimiento
que la de pacientes inconscientes o no colaboradores, pero hay que tener en cuenta varios as-
pectos q ue, si no se realizan bien, pueden incluso agravar la patología del paciente; por ello es
fundamental que el Celador se informe sobre los pacientes que debe movilizar y los identifique
correctamente.
290
MOVILIZACIÓN YTRASLADODE PACIENTES 11111

Algunas situaciones de las que hay que tener en cuenta son:

- Existen patologías en las que el movimiento está contraindicado; algunas de éstas son
aquellas en las que el paciente presenta un traumatismo craneoencefálico o espinal con un
aumento de la presión intracraneal.
- Las personas con hemiplejía (parálisis de la mitad del cuerpo) y las que presentan tetra-
plejías (pa rálisis de las extremidades superiores e inferiores) necesitan constantemente del
apoyo de los Celadores para cubrir sus necesidades básicas. Además, la inmovilidad puede
provocar complicaciones por lo que debemos tener consciencia de regular el tono normal
mediante posturas corregidas para evitar daños secundarios.
Cuando se cambia de posición a un paciente con hemiplejía, el Celador debe colocarse
del lado del que conserva su movilidad, de esta manera el paciente puede colaborar para
realizar los cambios. Los Celadores, al igual que el resto de profesionales sanitarios, deben
fomentar la autonomía del paciente y, cuando ésta no sea del todo posible, al menos propi-
ciar al máximo posible su independencia.
Cuando se pase a una persona hemipléjica de la cama al sillón debemos evitar que el pie
del lado afectado se deslice a la hora de realizar el apoyo y que la rodilla del lado afecto se
pueda doblar al realizar fuerza para erguirse.
Para lograr la deambulación lo más pront o posible, se pone énfasis en el lado sano, que
ayudará a compensar al lado afectado y la movilización se realizará con un apoyo externo
(bast ón en el lado sano).
- Cuando la gravedad lo exija el movimiento del paciente politraumatizado o con traumatis-
mos craneoencefálicos se hará con tres Celadores y bajo la supervisión del personal sanita-
rio diplomado, de esta manera se aumenta la seguridad.
- Cuando el paciente p resenta fracturas y se encuentra encamado con aparatos de tracción
por medio de pesas en los miembros inferiores, hay que realizar su higiene evitando que se
pierda la alineación de las fracturas.
Para ello, una persona debe presionar los miembros inferiores con la misma fuerza que rea-
lizan las pesas, mientras ot ra eleve al paciente y realiza la higiene de los genitales, glúteos y
miembros inferiores.

Tracción esquelética (cruentas)

Para el tratamiento de algunas fracturas de fémur, tibia y columna cervical.

La tracción se aplica directamente al hueso a través de un tornillo (Steinmann) o un alambre


metálico (Kirschner).

En la t racción esquelética se aplican 7 a 12 kg para obtener el efecto terapéutico.

Tracción cutánea

Para controlar los espasmos musculares e inmovilizar una zona antes de la cirugía.

Se utilizan pesas sobre una cinta o pieza de hule-espuma unida a la piel.

En la tracción cutánea se aplican 2 a 3 kg en una extremidad para obtener el efecto terapéutico.

Tipos: tracción de extensión de Buck, dispositivo de tracción cervical y el cinturón pélvico.

Elaboración propia a partir de "Enfermería médico-quirúrgica" Brunner y Suddarth.


Editorial Mac Graw Hi/1
291
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- En caso de pacientes tetrapléjicos, para realizar s~ higiene no se les debe girar hacia la posi:
ción de decúbito lateral, sino levantarlos en bloque para llevar a cabo la higiene posterior.

- Al movilizar pacientes con fracturas en las extremidades inferiores y que como medida te-
rapéutica las tienen enyesadas se sostiene la extremidad respetando su posición.

- En la sala de reanimación con pacientes recién operados que tengan prescrito por el ciruja-
no una movilización precoz, se pondrá especial atención en acomodar al paciente, alinearlo
y el movimiento/levantamiento se hará por fases. Al comienzo se harán movilizaciones sim-
ples donde se precise menor ayuda del paciente.

- Para proceder a la movilización de un paciente asistido por ventilación artificial debe estar
presente un DUE/ATS que vigile los sistemas y conexiones del respirador, así como los tubos
y cánulas, de manera que en ningún momento se altere o interrumpa la ventilación.

5. Traslado de paciente
En las instituciones sanitarias los traslados constituyen una práctica diaria; son muy comunes
los desplazamientos de pacientes de unas áreas a otras (generalmente a servicios como: radio-
logía, quirófanos, etc.). En el Estatuto de P.ersonal No Sanitario se recoge que los Celadores "ten-
drán a su cargo el traslado de los enfermos, tanto dentro de la Institución como en el servicio de
ambulancias''.

Cuando el Celador es requerido para trasladar un paciente a un determinado lugar del hospital,
debe hacerlo con profesionalidad, proporcionando a la persona seguridad y bienestar.

El traslado es la movilización del paciente de una zona a otra dentro del Hospital; para ello el
Celador debe cumplir una serie de normas:

- Cuando un Celador va a recoger a un paciente para trasladarlo a algún servicio del hospital
se presentará a la supervisora o persona delegada de esta explicándole su misión.

- Una vez que explica al paciente el propósito del traslado se comienza con este. Desde
ese momento el Celador es el responsable del paciente y de la documentación que le
acompañe.

- Si no es un traslado urgente y el paciente está estable el traslado se hará proporcionando


seguridad y bienestar al paciente y sin prisas.

- Una vez llegado al destino el Celador, y si el paciente se queda allí, se volverá cuando la
persona responsable se haga cargo de él.

Hay dos medios habituales para el traslado de los enfermos: la silla de ruedas y la camilla. Se
realiza el transporte en un medio u otro según sea el estado físico del paciente.

5.1. Traslados de la cama a la silla de ruedas


Hay dos situaciones:

a) Cuando el enfermo colabora.

b) Cuando no colabora porque está imposibilitado.

292
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

5.1.1. Cuando el enfermo colabora

Si el enfermo puede colaborar es suficiente con la ayuda de un solo Celador.

Forma de hacerlo:

- Se coloca la silla frenada en paralelo a la cama, con los soportes de los pies levantados.

- Se coloca la silla con el respaldo en los pies al lado de la cama que se considere más conve-
niente para el paciente. Se extiende una manta sobre la silla.

- Se ayuda al paciente a sentarse en la cama de la forma indicada y las piernas colgando hacia
ese lado.

- Se le pone la bata y las zapatillas.

- Se le pide al paciente que coloque su brazo por encima de los hombros del Celador y éste,
a su vez, debe pasar sus brazos por debajo de las axilas del paciente tratando de rodear su
cintura.

- Se le sujeta y se le ayuda a incorporarse de pie.

- Ahora hay que indicarle que se gire hasta colocarse de espaldas a la silla. Indicarle a conti-
nuación que apoye sus manos sobre los apoyabrazos de la silla.

- Está en disposición de sentarse, asegurándose de que queda bien sentado.

- Se le cubre con la manta. Está en disposición de ser trasladado.

5.1.2. Cuando no colabora porque está imposibilitado


Si el enfermo no puede colaborar no es suficiente con la ayuda de un solo Celador; es preciso
la colaboración de dos.

Forma de hacerlo:

- Hasta sentar al paciente se hace de forma similar al caso anterior.

- Los dos Celadores se colocan al mismo lado de la cama, uno a cada lado del paciente.

- Cada Celador pasará un brazo por debajo de la axila del enfermo y el otro por debajo del
muslo. Los Celadores se cogerán de las manos, y, poniéndose de acuerdo, levantarán al
paciente al mismo tiempo hasta colocarlo en la silla.

- Cubrirlo con la manta y asegurarse de que quede sentado cómodamente. Ya se puede


trasladar.

5.2. Traslado de la silla de ruedas a la cama


En ambos casos se hace siguiendo los pasos anteriores pero a la inversa.

293
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

5.3. Forma de transportar al paciente en una silla de ruedas


Siempre se empuja por detrás, excepto cuando se sale o entra en el ascensor. En este caso se
vuelve la silla y el Celador entra o sale primero que el paciente, caminando hacia atrás.

De ig ual forma se hace cuando se cruza una puerta de hojas elásticas (volverá la silla y pasará
el Celador antes que el paciente, caminando hacia atrás) o se baja una rampa (el Celador camina
hacia atrás).
Otros supuestos que ocurren muchas veces a lo largo de la j ornada laboral de un Celador (sobre
todo en urgencias) son:

- El acompañar a un paciente en silla de ruedas hacia un vehículo cuando es dado de alta.


Aquí se coloca la silla paralela al coche, frenada con los reposapiés levantados y se sigue el
mismo procedimiento.
- Levantar a un paciente del suelo (desmayo, lipotimia, etc.) para colocarlo en una silla de
ruedas; para ello situamos la silla det rás del paciente y lo cogemos por las axilas levant án-
dolo y llevándolo hacia atrás hasta sentarlo. Si el paciente está consciente puede colaborar
suj etando los hombros de los que le van a sentar.

5.4. Traslado de la cama a la camilla


La camilla se coloca en paralelo a la cama, en posición horizontal y pegada a ella, asegurándo-
nos de que la cama y la cami lla están frenadas. Debe retirarse la sábana y el cubre hacia atrás para
poder colocar al paciente. Según la constitución del paciente se necesitan dos o tres Celadores.

Es importante respetar la intimidad de los pacientes; para ello, además de utilizar biombos o
separadores, se cubrirán con una sábana.
294
MOVILIZACIÓNYTRASLAOO OE PACIENTES 11111

Forma de hacerlo:

- Uno de los Celadores coloca uno de sus brazos por debajo de los hombros del paciente y el
otro brazo por debajo de la espalda.

- El otro Celador debe colocar uno de sus brazos bajo la región sacra del paciente (nalgas) y el
otro debajo de las rodillas. Si fuera necesario una tercera persona se encargaría de cogerle
a la altura de los pies.

- Los tres al unísono deben levantar al paciente y colocarlo en la camilla.

- Se cubre el cuerpo del paciente con la ropa de la camilla.

- Si el paciente llevase una sonda colocada o un gotero de perfusión, la tercera persona se


encargará de atenderlo, mientras que los dos Celadores restantes harían el traslado.

En este caso el primer Celador colocaría uno de sus brazos bajo los hombros del paciente y el
otro brazo bajo la cintura.

El segundo Celador colocaría uno de sus brazos debajo de la región sacra y el otro debajo de
los muslos.

S.S. Forma de transportar a un paciente en camilla


El Celador siempre va detrás de la cabecera del paciente, colocando al paciente de cara al sen-
tido de la marcha. Los pies del paciente van por delante.

Al entrar en el ascensor, primero pasa la cabecera de la camilla y, al salir del mismo, primero
salen los pies del paciente. El Celador camina hacia atrás al entrar en el ascensor.

Lo mismo ocurre al subir y bajar una rampa; al subir el Celador empuja la camilla por los pies y
al bajarla el Celador se coloca delante de la camilla y camina de espaldas a la pendiente.

6. Deambulación del paciente


6.1. Técnica para caminar correctamente
Una vez que se consigue la bipedestación (mantenerse parado en ambos pies) se comienza a
entrenar la deambulación.

En la deambulación el paciente debe empezar adoptando la llamada posición de pie correcta.


Para ello debe adelantar una pierna a una distancia que le resulte cómoda inclinando a la vez la
pelvis ligeramente hacia delante y abajo.

Al posar el pie, debe apoyarse en el suelo en primer lugar el talón seguido de la protuberancia
situada en la base de los dedos y finalmente los dedos.

A la vez que se hacen los movimientos anteriores se adelanta la otra pierna y el brazo para que
se mantenga el equilibrio y la estabilidad.

Para evitar accidentes es muy importante que el Celador esté continuamente atento a los mo-
vimientos del paciente.
295
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

6.2. Técnica para el uso de bastones en la deambulación

'
• •
11. •
•• 11
Poner el bastón a unos 10cm de
••
A continuación se desplazará el peso Mover el pie o pierna afectada
la pierna no afectada. Distribuir el a la pierna no afectada y se moverá hacia adelante, de forma que
peso entre los pies y el bastón el bastón unos 1Ocm por delante del quede paralelo con el bastón
cuerpo

1
••
'
• • •

Desplazar el peso a la pierna no afectada y al bastón. Mover


la pierna no afectada por delante del bastón. Si se ha dado
• . o

Adelantar la pierna afectada, de forma que


quede paralela a la otra pierna
correctamente este paso, el talón quedará ligeramente más allá
del extremo del bastón
Movimientos a seguir para una deambulación correcta con bastón

El uso de bastones en la deambulación proporciona apoyo y seguridad al caminar y d isminuye


el esfuerzo que tiene que realizar el paciente para desplazarse.

El uso de bastón está indicado en pacientes que presentan algún tipo de lesión unilateral, pér-
d ida del equilibrio o problemas inflamatorios de una articulación que causa dolor al apoyarse y
precisa de descarga. Por el contrario, el uso de bastón está contraindicado cuando la afectación es
b ilateral, en cuyo caso es preferible la utilización de muletas o las andaderas.

La longitud del bastón debe adaptarse a la talla del paciente y debe extenderse desde el tro-
cánter mayor hasta el suelo. El extremo del mismo para su apoyo debe tener un regatón de goma
que evite que éste resbale en determinado tipo de suelos.

6.3. Técnica para el uso de muletas en la deambulación


Hay tres tipos fundamenta les de muletas:

- De aluminio o madera, que son las muletas de uso habitual: es frecuente su uso en
casos de enyesado de miembro inferior o esguinces. Su utilización exige fuerza de la mitad
superior del cuerpo y de las extremidades superiores.
296
MOVILIZACIÓN YTRASLAOO DE PACIENTES 11111

- Muletas de Lofstrand o muletas para antebrazo: tienen un anillo que se adapta al an-
tebrazo y una asidera para apoyarse. Se utilizan para personas que no tienen fuerza en la
parte inferior del cuerpo. Se suelen utilizar en pacientes parapléjicos.
- Muletas de plataforma: presentan superficies forradas o acolchadas. Son utilizadas en pa-
cientes que no pueden soportar la descarga del peso corporal sobre sus muñecas.

Está indicado el uso de muletas en el caso de lesión o debilidad de los miembros inferiores en
los que no es recomendable descargar el peso del cuerpo sobre ninguno de los miembros.

Para el uso de muletas es necesario:

1. Seleccionar el tipo de muleta que se debe utilizar.


2. Graduarla en altura estand o el paciente de pie, ajustándolas a la talla del mismo. Los
artefactos deben quedar situados 4-5 cm por debajo de la axila. Al apoyarse sobre ellas
los codos del paciente deben quedar ligeramente flexionados formando un ángulo de
15 grados.

3. Hay que indicarle al paciente el tipo de marcha que debe realizar con las muletas en función
de la lesión que presenta.
4. En señarle la marcha utilizando la secuencia de apoyo para caminar de cuatro puntos,
t res puntos o dos punt os, según que pueda soportar peso en ambas piernas, pueda
soportar algo de peso sobre una p iern a, o no pueda soportar ningún p eso sobre
ellas.
Para la secuencia de apoyo sobre cuatro puntos debe indicársele que apoye muleta derecha,
pie izq uierdo, muleta izq uierda, pie derecho.
Pa ra la marcha sobre tres puntos debe avanzar primero ambas muletas y la pierna afectada y
luego que adelante la pierna sana soportando el peso sobre ambas muletas.
Para realizar la marcha sobre dos puntos hay que ejecutar un tipo de marcha oscilante que
consiste en la alternancia de brazos y pies. Debe avanzar simultáneamente muleta derecha y pie
izquierdo, seguida de muleta izquierda y pie derecho.

297
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

.f •
. f,. •
•• 1
Con las muletas en su sitio, se
pondrá de pie erguido, con los

Adelantar la pierna
lesionada al mismo tiempo
Equilibrar el peso en ambas
muletas mientras hace
hombros relajados y los brazos que mueve las muletas avanzo, la pierna lesionada
ligeramente doblados. Utilizar hacia adelante. Mantener
las manos para apoyar el peso el equilibrio, cargando algo
de peso en la pierna no
lesionada

1
• . f, .
.f i • ••

Avanzar la pierna sana hasta
la posición que se muestra
Adelantar la pierna lesionada a
la primera posición y comenzar
aquí. Apoyar el peso en esta de nuevo desde el primer punto
pierna mientras mueve las
muletas hacia adelante

Movimientos a seguir p ara una deambulación correcta con muletas

7. Actuación del Celador en el servicio de rehabilitación


La medicina física y 1·e habilitación es la especialidad médica q ue estudia el d iagnóstico, eva-
luación, prevención y tratamiento de la incapacidad, encaminadas a facilitar, mantener o devolver
el máximo grado de capacidad funcional e independencia posible.

Dentro del Servicio de Rehabilitación de un hospital, aparece la figura de d istintos profesiona les,
entre ellos el médico rehabilitador, el fisioterapeuta, auxiliar de enfermería, logopeda, terapeuta
ocupacional, Celador... todos ellos trabajando de forma coord inada dentro del Servicio con el obje-
tivo de conseguir un óptimo tratam iento del paciente.

La disposición geográfica de este personal dentro del Servicio varía de un hospita l a ot ro, así
como la inclusión o no de alg unos de estos profesionales; variará según la cartera de servicios
ofertada por cada hospita l.
298
MOVILIZACIÓN VTRASLADODE PACIENTES 11111

Todos los hospitales con servicio de rehabilitació n disponen, al menos, de una o va rias consul-
tas médicas, do nde pasarán consulta los diferentes especialistas (médico rehabilitador, foniatra,
psicólogo, etc.) Y una o más áreas de fisioterapia, además de las áreas administrativas.

7.1. Funciones del Celador en el área de rehabilitación y en la sala


de fisioterapia
La figura del Celador dentro de las áreas de fisioterapia es fundamental ayudando al traslado
de documentos y pacientes dentro de la zona.

Dentro de las tareas más comunes de un Celador en el servicio de rehabilitación están:

7.1.1. En la zona de puerta del área de rehabilitación


- Vigilarán las entradas de la Institución, no permitiendo el acceso a sus dependencias más
que a las personas autorizadas a ello.

- Recogerán los pacientes de Rehabilitación desde las ambulancias o cualquier otro medio
de transporte. Estarán con ellos hasta que la persona responsable se haga cargo de él.

- Vigilarán el acceso y estancia de los familiares y visitantes, según las normas del Centro,
cuidando que no se introduzcan en el hospital más que aquellos objetos y paquetes
autorizados.

- No dejarán nunca abandonada la vigilancia de la puerta de entrada.


- En caso de conflicto con un visitante o intruso, requerirán la presencia del personal de
Seguridad.
- En casos excepcionales podrán ser requeridos para cualquier otra actividad contemplada
en su estatuto.
- Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre
diagnósticos, exploraciones y tratamientos que se estén realizando a los mismos, y mucho
299
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1
menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las
consultas hacia el médico encargado de la asistencia del enfermo.
También serán misiones del Celador todas aquellas funciones similares a las anteriores
que les sean encomendadas por sus superiores y que no hayan quedado específicamente
reseñadas.

7.1.2. En la sala de fisioterapia


- Tramitarán o conducirán sin tardanza las comunicaciones verbales, documentos, corres-
pondencia u objetos que les sean confiados por sus superiores, así como habrán de trasla-
dar, en su caso, de unos servicios a otros, los aparatos o mobiliario que se requieran. Cuando
un Celador traslada a un paciente siguiendo las instrucciones del personal sa nitario se hará
responsable del mismo y de la documentación que se le entregue.

- Realizarán, excepcionalmente, aquellas labores de limpieza que se les encomiende en or-


den a la situación, emplazamiento, dificultad de manejo, peso de los objetos o locales a
limpiar.

Cuidarán, al igual que el resto del personal, de que los enfermos no hagan uso indebido
de los enseres y ropas de la Institución, evitando su deterioro o instruyéndoles en el uso y
manejo de persianas, cortinas y útiles del servicio en general.

Darán cuenta a sus inmediatos superiores de los desperfectos o anomalías que encontraran
en la limpieza y conservación del edificio y material.
- Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre
diagnósticos, exploraciones y tratamientos que estén realizando a los mismos, y mucho
menos informar sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las
consultas hacia el médico encargado de la asistencia al enfermo.

- Estarán siempre localizados en la unidad a la que estén adscritos.


- En caso de conflicto con un visitante o intruso requerirá la presencia del personal de
Seguridad.
- Etc.

Dentro de toda s estas tareas, quizás la más importante sea la d e ayudar al fisioterapeuta
con el enfermo durante su tratamiento así como realizar los distintos traslados de éste dentro
de la sala de fi sioterapia o a las distintas sa las del hospital o a puertas para el transporte a su
domicilio.

Para el correcto manejo del paciente durante los traslados, el Celador deberá conocer cuál
es la forma de manejar el paciente según su patología, sus características físicas y cuáles son los
instrumentos y materiales más comunes utilizados por el paciente dentro de la sala.

Es imprescindible saber manejar al paciente atendiendo a su patología; la figura del fisiote-


rapeuta será de gran ayuda, ya que será quien aconseje realizar el traslado del paciente de una
manera u otra. Por ejemplo, un tetrapléjico en fase aguda deberá ser manejado "en bloque'; para no
alterar la recuperación de la lesión; o un hemipléjico deberá ser transportado de la silla de ruedas
a la camilla de una manera concreta, sin tirones del brazo afecto, ya que podríamos ocasionar una
lesión en ese hombro.

300
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

7.2. Funciones de los fisioterapeutas yde los auxiliares de


enfermería
Para contestar a este epígrafe recurriremos al Estatuto que regulaban estas profesiones y donde
estaban reflej adas sus funciones (aunque fue derogado por el Estatuto Marco, las funciones siguen
en vigo r):

Funciones de los fisioterapeutas según el Estatuto de Personal Sanitario no


Facultativo
Artículo 70. Son funciones de los fisioterapeutas la aplica-
ción de tratamiento con medios físicos que por p rescripción fa-
cultativa se prestan a los enfermos de todas las especialidades
de Medicina y Cirug ía donde sea necesaria la aplicación de di-
chos tratamientos, entendiéndose por medios físicos: eléctricos,
térmicos, mecánicos, hídricos, manuales y ejercicios terapéuti-
cos con técnicas especiales en: respiratorio, parálisis cerebra l,
neurología y neurocirugía, reumatología, traumatología y o rto-
pedia, coronarias, lesiones medulares, ejercicios maternales pre
y post-parto y cuantas técnicas fisioterápicas puedan utilizarse
en el tratamiento de enfermos.

Estas funciones se presta rán a Instituciones abiertas y ce-


rradas, siendo lugares de tratamiento las consultas y locales de
rehabilitación, los g imnasios terapéuticos y a la cabecera del en-
fermo en los Centros de hospitalización.

Artículo 71. Los fisioterapeutas realizarán bajo la prescripción del médico las funciones gene-
rales y específicas siguientes:

1. Colaborar en las actividades deportivas de los pacientes en el plano de asesoramiento a los


enca rgados de dichas funciones.

2. Aplicar las prescripciones médicas cumplimentando las instrucciones que reciban en rela-
ción con la especialidad.

3. Tener a su cargo el control de ficheros y demás antecedent es para el buen orden y funcio-
nam iento del servicio.

4. Vigilar la conservación y el buen estado del material que se utiliza en fisioterapia, así como
de los aparatos, procurando que estén en condiciones de perfecta utilización.

S. Poner en conocimiento de sus superiores cualquier anomalía o deficiencia que observen en


el desarrollo de la asistencia o en la dotación del servicio encomendado.

6. Realizar las exploraciones manuales prescritas por el Médico.

7. Cumplimentar ig ualmente aquellas otras funciones que se señalen en los Reglamentos de


Instituciones Sanitarias y las instrucciones propias de cada Centro, en cuanto no se opon-
gan a lo establecido en el presente Estatuto.

301
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Funciones de los auxiliares de enfermería según el Estatuto de Personal Sanitario no


Facultativo en el área de rehabilitación
Artículo 83. Las funciones de las auxiliares de enfermería en la Unidad de Rehabilitación serán:
1. El aseo y limpieza de los pacientes.
2. La limpieza y ordenación del material utilizado en la Unidad, bajo la supervisión del Personal
Auxiliar Sanitario Titulado.
3. Ayudar a dicho personal en la colocación o fijación del paciente en el lugar especial de su
tratamiento.
4. Controlar las posturas estáticas de los enfermos, con supervisión del Personal Auxiliar
Sanitario Titulado.
S. Desvestir y vestir a los pacientes cuando lo requiera su tratamiento.
6. Recoger y reponer las ropas de uso en la Unidad.
7. En general, todas aquellas actividades que, sin tener un carácter profesional sanitario, vie-
nen a facilitar las funciones del Médico y de la Enfermera o Ayudante Técnico Sanitario, en
cuanto no se opongan a lo establecido en el presente Estatuto.

7.3. Uso y mantenimiento del material auxiliar utilizado en


rehabilitación

7.3.1. Limpieza, ordenación y uso

a) La limpieza yordenación del material yaparataje utilizado


La disposición del material en el entorno ha de favorecer la seguridad del paciente para las
actividades de desplazamiento.

Hay algunos aparatos de mecanoterapia, ayudas técnicas para la marcha y mobiliario que son
utilizados por más de un paciente. Es necesario que el uso compartido de los mismos se realice en
condiciones de limpieza e higiene eliminando los restos orgánicos (piel, pelos ...) y sudor que su
empleo pudiese haber producido.

b) La asistencia en la colocación yposicionamiento del paciente en el lugar de su tratamiento


Aspectos a considerar: esta asistencia se proporcionará, teniendo en cuenta aspectos de seguri-
dad así como las particularidades propias de la afectación de cada paciente.
En el uso del diferente aparataje y recursos terapéuticos, los apoyos, contactos y ajustes han de
ser los adecuados (no han de estar ni demasiado apretados ni demasiado sueltos). Han de tener
la fijación adecuada para que no compriman los paquetes vasculonerviosos y estar atentos a cual-
quier alteración de la piel (p. e. alteraciones de sensibilidad).

Es también importante estar pendiente de las reacciones adversas que produce ese posicio-
namiento (por ejemplo, una incorporación o verticalización puede inducir mareos o vértigos por
hipotensión ortostática).
302
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

e) Vestir y desvestir a los pacientes


Algunas consideraciones: asiste al paciente en las actividades de autocuidado de vestido y calza-
do, por lo que es necesario llamar la atención sobre tres puntos de interés:
- Elección de la ropa adecuada para realizar las actividades de rehabilitación física: se elegirá
ropa cómoda que permita libertad de movimientos confeccionada en un tejido que no pro-
duzca reacciones en la piel a la sudación (se recomie nda el uso de ropas de algodón para
evitar ale rgias).

- La e lección del calzado se realizará, por un lado, atendiendo a la idoneidad para la actividad
física y, po r otro, a la seg uridad.
El calzado ha de tener una buena base de apoyo, ha de ser plano y correctamente ajustado;
las suelas del calzado han de ser flexibles y antideslizantes.
Los zapatos han de adaptarse perfectamente a la anchura y longitud del pie del paciente y
la parte posterior ha de ser cerrada. La buena adaptación evita resbalones o torceduras de
tobillo.

Hay que desechar los calzados tipo chancleta o con suelas de madera.

Es conveniente revisar las suelas y tacones de l calzado con regularidad así como las buenas
condiciones del calzado. Las zonas desgastadas pueden ser motivo de caídas.

- Recoger y repo ner las ropas de uso (sábanas para cubrir las camillas, fundas para las
almohadas...).

El uso de cada paciente de las camillas de tratamiento y del plano inclinado vend rá prece-
dido de la reposición del material de lencería correspondiente.

Se actuará de igual forma en la interposición de diferente ropa e n la aplicación de las téc-


nicas de frío y de calor para evitar el contacto directo de estas aplicaciones con la p iel de
paciente cuando la técnica así lo req uiera.

7.3.2. Ayudas técnicas para la marcha


Es importante la comprobación del buen estado de las conteras (parte distal de bastones, mu-
letas y andadores) y de las ruedas (en el caso de tratarse de andadores con ruedas).

Las conteras han de ser anchas y cóncavas para permitir una buena fijación al suelo. La parte de
la contera que contacta con el suelo no debe estar gastada y las estrías han de estar bien marcadas
ya que, de lo contrario, pueden producirse resbalones y caídas.

Es también un e lemento importante a comprobar e l estado de la empuñadu ra o apoyos


de los miembros superiores e n ayudas técn icas, su adecuada conservación para realizar una
p re nsión correcta y su higiene, dado que es la zona que se halla en contacto con la piel del
paciente (más aún si son de uso compa rtido) pues, e n ocasiones, el empleo de ayudas técnicas
es te mporal.

Otro p unto a tener en cuenta en el mantenimie nto, es comprobar si en la regulació n en altura


de las ayudas técnicas los tubos se deslizan con faci lidad y la fijación de la a ltura resulta estable y
segura.
303
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Sillas de ruedas
Constan de diferentes elementos cuya correcta conservación y mantenimiento favorecen la
comodidad y la alineación corporal adecuada en sedestación (posición sentada), la seguridad, las
transferencias y el desplazamiento.

Hay que considerar la idoneidad de: la anchura del asiento, la altura a la que está del suelo, la
altura del respaldo y de los apoya brazos y la longitud de los apoyapiés.

- Ruedas: hay que comprobar el buen estado de las cubiertas así como de los aros manuales
(si posee) para realizar el autoimpulso.

- Frenos: los frenos han de trabar correctamente el giro de las ruedas. Esta es una maniobra
básica para realizar cualquier traslado o transferencia. Los frenos deben solta rse fácilmente
y permitir el giro de las ruedas.

- Apoyabrazos: la alt ura del apoyabrazos ha de ser 2,5 cm más alta que la distancia entre el
asiento de la silla y el codo del paciente. Los apoyabrazos se han de poder retirar con faci-
lidad para poder despejar el campo de acción en los traslados y transferencias y así poder
actuar con mayor seguridad.

- Apoyapiés: para las t ransferencias es importante que éstos sean móviles y giratorios.

Si posee un soporte para apoyar las piernas, ha de evitarse la compresión sobre el hueco poplí-
teo (parte posterior, de la rodilla}, posicionando este soporte 2,5 cm inferior a éste.

Hay que evitar que el paciente se incline hacia delante para evitar las caídas. Si al paciente se
le cae un objeto hay que instruirle para que sobrepase ese objeto y que para recogerlo se incline
hacia un lado de la silla de ruedas.

En los casos de amputaciones bilaterales se lastrarán ambos apoyapiés para corregir el


desequilibrio.

En el caso de amputación por debajo de las rodillas, para prevenir el flexo de rodillas se utilizará
una tabla almohadillada para favorecer la extensión de la rodilla.

Diverso material ortoprotésico


- Cojines antiescaras: se utilizan en personas afectadas por la inmovilización para la preven-
ción de las úlceras por presión en la región de apoyo isquiático. Para este objetivo resulta
también importante la corrección de los apoyos y de la oblicuidad pélvica, así como los
304
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

cambios posturales. Para las regiones muy húmedas se recomiendan cojines transpirables
y para las regiones cálidas los cojines de silicona (porque pierden temperatura). Los cojines
antiescaras de materiales plásticos dan mayor calor y aumentan la sudación por lo que hay
que tener precaución con las lesiones en la piel.

- Cinturón de movilización: sirve para facilitar el levantamiento, el giro, el acompaña-


miento en la marcha y movimiento a los pacientes sin tener que sujetarles por sus ropas.
Proporciona un incremento de la capacidad física para sujetar al paciente y previene lesio-
nes al realizar estos procedimientos a la vez que proporciona al paciente una mayor sensa-
ción de comodidad y seguridad en el inicio de los procesos de rehabilitación.

- Órtesis posturales y de función. Su objetivo es prevenir la aparición de actitudes viciosas


a consecuencia de la inmovilidad (dispositivos para evitar la rotación externa de caderas, p.
e.) o bien compensar una función deficitaria (órtesis antiequina).

Estas órtesis suelen estar fabricadas con materiales plásticos termoconformables por lo que hay
que tomar dos precauciones: se produce una mayor sudación de la piel con el mayor peligro de re-
acciones alérgicas por lo que se interpondrá alguna prenda de algodón entre la piel y los materiales
plásticos. Por otro lado, al ser termoconformables, hemos de tener la precaución de no acercarlos a
las fuentes de calor para evitar deformaciones y preservar su buen uso.

Por último hay que señalar que ciertos materiales sintéticos (neopreno o elásticos con que es-
tán confeccionados las coderas, cabestrillos, rodilleras y tobilleras) pueden provocar escozor en
pieles sensibles, por lo que hay extremar la higiene tanto de estas prendas como de la piel del
paciente.

7.3.3. Medios auxiliares de la marcha


- Ayudas fijas:

* Pasamanos: se usan en pasillos, en hospitales, en


residencias de ancianos...

* Barras paralelas. Se usan en la reeducación inicial


de la marcha.

Ayudas autoestables:

* Andadores. Se usan generalmente con personas de


edad. Permiten una marcha en tres tiempos (avan-
ce del andador, avance de un miembro, avance del
otro miembro). Existen gran variedad de andadores:
de ruedas, fijos, articulados (avance alternativo de
un lado y luego del otro, del andador, sin levantarlo).

* Bastones multipodales. Disponen de tres o cuatro


puntos de contacto con el suelo, lo que otorga una
amplia base de sustentación. Son difíciles de utilizar
en escaleras. Obliga al paciente a realizar pasos cor-
tos debido a que la fuerza que se ejerce debe estar
centrada sobre la base de apoyo del bastón para que
no pivote. En terrenos irregulares funcionan mejor Barras paralelas
los trípodes que los bastones de cuatro puntos.
305
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Bastones:

·• Bastones simples. Son los más utilizados. Proporcionan estabilidad y equilibrio. Son ines-
tables, si sobre el bastón se ej erce una fuerza superior al 20-25% del peso corporal. Si su
empleo es bilatera l se apoya en un mismo tiempo los bastones y el miembro afecto.

7.3.4. Transfer, grúas


- Grúas. Dispositivos metálicos que por medio de una bomba hidráulica y de determinados
complementos, permiten la elevación, transporte y acomodamiento de personas en dife-
rentes lugares (cama, baño, etc.).

- Distintos tipos de transfers:

* Cabestrillo flexible de gran ayuda para los asistentes a transferir y volver a colocar pa-
cientes. Permite sujetarlos por detrás o por debajo según la situación, y ya se trate de
uno o de dos asistentes. Reduce considerablemente el esfuerzo y aumenta la seg uridad
de las transferencias.

* Fabricada en madera laminada con sección que disminuye en los extremos para desli-
zar suavemente la tabla por debajo del paciente. Con orificios asidera en ambos extre-
mos para facilitar su agarre y transporte.

* De forma cu rvada para sa lvar fácilmente la rueda grande de las sillas de ruedas. Sus
cantos redondeados y superficie lisa permiten desliza rse cómodamente sobre la ta-
bla. De plástico macizo y reforzado, resiste al ag ua y al astillado. Las almohadillas an-
tideslizantes de los extremos de la parte inferio r aumentan la estabilidad durante la
t ransferencia.

306
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

7.3.5. Otros materiales empleados en fisioterapia


Dentro del área de fisioterapia, además de los mencionados anteriormente existen materiales
que el Celador adscrito a tal área deberá conocer como:

- Planos inclinados y bipedestadores, utilizados, mediante diferentes fijaciones o cin-


chados, para colocar el paciente en posición vertical y realizar ejercicios posturales y de
columna.

- Barras paralelas regulables, de base móvil o fijas.

- Rueda de hombro, se coloca fija a la pared. Mediante un soporte móvil puede subirse y
bajarse el eje de giro para adaptarlo a la altura del paciente. Se utiliza para realizar ejercicios
de hombro.

- Espejo de reeducación, de luna cuadriculada, de pared, con ruedas...

- Saquitos de arena, utilizados como pesas en rehabilitación (antes se empleaba en planta


como apoyo de uno de los miembros inferiores del paciente para favorecer su estabilidad
cuando está acostado, hoy en día hay otros productos que cumplen la misma función).

- Poleas de pared, se le adaptarán unas pesas y se utilizarán, sobre todo, para realizar ejerci-
cios de musculación de miembros superiores

- Mesa de mano universal o mesa de Kanavel, está diseñada para la recuperación funcio-
nal de las extremidades superiores.

- Banco de cuádriceps o de Colson, su utilización más común es la de fortalecimiento de


cuádriceps.
- Bicicleta cinética.

- Tablas o discos de Bohler o Freeman, son tablas de madera de forma rectangular o circu-
lar, utilizadas para la realización de diferentes ejercicios propioceptivos.

- Jaula de Rocher, formada por cuatro planos enrejados de unos 2 x 2 m de superficie, dispues-
tos en forma cúbica que permiten la colocación de sistemas de suspensión mediante la utili-
zación de eslingas o reguladores, cuerdas, mosquetones, eses metálicas, cinchas o hamacas
de distintos tamaños, tobilleras, te~teras y una camilla de tratamiento para colocar al paciente.

Existen multitud de materiales utilizados en las unidades de fisioterapia y Rehabilitación, losan-


teriores son algunos ejemplos, los más comunes, los Celadores deberán conocerlos y así integrarse
dentro del equipo multidisciplinar del Servicio de Rehabilitación.

8. Precauciones durante el traslado del paciente:


oxigenoterapia
8.1. Introducción
Los trastornos respiratorios constituyen un conjunto de emergencias muy habituales especial-
mente durante determinadas épocas del año.

307
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Es imprescindible· que nos familiaricemos con determinadas patologías, técnicas y procedi-


mientos que vamos a necesitar conocer a la hora de enfrentarnos a una urgencia respiratoria.

Aunque todos estos trastornos suelen ir acompañados de una importante carga de ansiedad,
la actitud de calma que con nuestro comportamiento podamos transmitir al enfermo es probable-
mente, en estos casos, más importante que en ningún otro.

8.2. Insuficiencia respiratoria aguda


La principal función del sistema respiratorio es asegurar su intercambio adecuado de oxígeno
y anhídrido carbónico. En condiciones normales se transfiere suficiente oxígeno y se elimina una
cantidad adecuada de anhídrido carbónico.

Cuando uno o más componentes del sistema respiratorio fracasan en el logro de estos objeti-
vos del intercambio se produce la insuficiencia respiratoria.

La insuficiencia respiratoria (IR) se define como todo cuadro pulmonar que da lugar a una dis-
minución de la PO2 (hipoxemia) en sangre arterial, con o sin aumento de la PCO2 (hipercapnia).

Más que una enfermedad en sí misma, es la consecuencia final común de gran variedad de pro-
cesos específicos, respiratorios en su mayoría, pero también cardiológicos, neurológicos, tóxicos,
traumáticos, etc.

Existen diferentes tipos de IR según el mecanismo por el que se produzca:

- Anomalías que causan hipoventilación alveolar.

- Alteración en la relación ventilación/perfusión.

- Shunt.

- Anomalías de la difusión.

8.2.1. Valoración inicial


La clínica de la insuficiencia respiratoria es bastante inespecífica dependiendo de la hipoxemia,
hipercapnia, acidosis y de la enfermedad de base que la provoque.
308
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

La disnea (sensación de falta de aire que se manifiesta a menudo con jadeo) es el síntoma más
frecuente, aunque en los casos más graves pueden aparecer síntomas neurológicos como incoor-
dinación motora e incluso alteración del nivel de consciencia. Normalmente predominan los sínto-
mas de la enfermedad causal: fiebre, sibilancias, tos y expectoración, hemoptisis, dolor torácico, etc.

8.2.2. Estabilización ytransporte


El diagnóstico de IR es sencillo ya que se deriva del análisis directo de la gasometría arterial,
pero como ocurre que en el ámbito prehospitalario raramente dispondremos de medios para rea-
lizar esta prueba, será la intensidad de la clínica (disnea, taquicardia, taquipnea, sudoración ... ) y la
saturación de 0 2, junto con los antecedentes personales del enfermo, los indicadores que tendre-
mos que utilizar para decidir en qué momento podemos trasladar al enfermo.

En cualquier caso, a la hora del transporte deberemos mantener la calma tratando de disminuir
la ansiedad del paciente, lo que probablemente le ayude a ventilar mejor.

El traslado se realizará en posición de Fowler o Fowler alta, según la gravedad del cuadro, con
oxigenoterapia desde el primer momento y con monitorización permanente de la saturación de 0 2,
la frecuencia y ritmo cardiacos y la tensión arterial.

Se debe favorecer la eliminación de secreciones mediante fisioterapia respiratoria, aerosoltera-


pia e hidratación adecuada.
Los enfermeros canalizarán una vía venosa periférica para, según cada caso, administrar anti-
bióticos, broncodilatadores, diurético ...

8.3. Asma agudo


El asma es un síndrome de hiperactividad bronquial desen-
cadenado por múltiples causas, que produce estrechamiento de
la vía aérea de severidad variable, que puede mejorar de forma
espontánea o con tratamiento y que desde el punto de vista clí-
nico se caracteriza generalmente por disnea, tos y sibilancias de
curso paroxístico.

Los ataques pueden durar de minutos a horas, y en un pe-


queño grupo de pacientes pueden ser de mucha gravedad.

8.3.1. Valoración inicial


El asma agudo puede presentarse como una crisis de broncoespasmo que por su severidad
requiere el inicio inmediato de una terapéutica enérgica.

La broncoconstricción y la acumulación de secreciones provocan unos síntomas de: disnea pa-


roxística, tos, sibilancias (sonidos continuos de tonalidad alta, como pitidos o chirridos provocados
por el paso del aire en vías estrechadas) y secreciones bronquiales.

309
1/111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

8.3.2. Estabili~ación ytransporte


El paciente debe ser trasladado en posición de Fowler, con oxigenoterapia de forma permanen-
te a concentraciones elevadas.

Nuestra actitud debe procurar d ism inuir la ansiedad del enfermo.

En casos extremos en los que el cuadro se descompense, podría ser necesario realizar la intu-
bación orotraqueal del enfermo, por lo que debemos ayudar al facultativo a tener preparado el
material para intubación (laringoscopio, tubos, vendas, respirador automático ... ).

8.4. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica


La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una
alteración respiratoria crónica que cursa con la obstrucción del ;::==========
-------:
aire que entra y sale de los pulmones. Constituye un problema
sanitario de primera magnitud con una amplia demanda de los
servicios de neumología.

Se debe tener en cuenta que en la reagudización de un cua-


dro pulmonar crónico siempre hay un aumento de acumulación
de secreciones, congestión y edema de mucosa con lesiones
inflamatorias de la pared bronquial por irritación física (frío, re-
secamiento, polvo), química (tabaco, gases, etc.) o biológicas (vi-
rus, bacterias) y finalmente disminución de la luz bronquial por
contracción de la musculatura lisa.

8.4.1 . Valoración inicial


Una EPOC reagudizada se caracteriza por el empeoramiento de la disnea, con aumento de la tos, y
habitualmente también de las expectoraciones. Encontraremos un enfermo con un alto grado de ansie-
dad y un nivel de consciencia disminuido que puede llegar hasta el estupor, sudoración profusa y mala
perfusión. Es muy frecuente que el cuadro debute con fiebre y secreciones espesas de aspecto purulento.

En la exploración se evidenciará el aumento del trabajo respiratorio, serán audibles los roncus
(sonidos crepitantes fuertes, al final de la inspiración y durante la espiración producidos por paso
del aire a través de líquido en bronquiolos, bronquios y tráquea) y sibilantes (sonidos continuos de
tonalidad alta, como pitidos o chirridos producidos por el paso del aire en vías estenosadas).

El diagnóstico, a falta de las pruebas complementarias que se realizarán a la llegada al centro de


atención especializada, se hará basándose en la historia previa del enfermo. El agravamiento de los
síntomas se produce por factores fisicoquímicos: frío, polvo, tabaco... o factores biológicos: virus,
bacterias, que ocurre principalmente en los meses fríos del año.

8.4.2. Estabilización ytransporte


Lo trasladaremos con urgencia a un centro de atención especializada en posición de Fowler,
evitando los cambios bruscos de temperatura y con la admin istración de oxígeno humidificado a
moderada concentración.
310
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

Nuestra actitud debe procurar en todo momento disminuir la ansiedad del enfermo.

Monitorización permanente de la saturación de 0 2, la frecuencia y ritmo cardiaco y la tensión


arterial.

8.5. Oxigenoterapia
El oxígeno (0) es un gas incoloro, inodoro, explosivo y altamente inflamable, por lo que su
manejo en oxigenoterapia requiere importantes medidas de seguridad.

La oxigenoterapia consiste en la administración de oxígeno gaseoso (mezcla de aire enrique-


cida con oxígeno) a un paciente, con la finalidad de establecer la tasa normal de oxígeno en sangre.
La admini stración de oxígeno se realiza en situaciones de hipoxia.
La administración de oxígeno puro mantenida por periodos prolongados, es peligrosa puesto
que produce lesiones en el pulmón y cerebro además de ser un irritante de las mucosas. Su uso en
estado puro está desaconsejado y muy restringido.

La oxigenoterapia está indicada en todas aquellas personas que sufren hipoxia, acompa-
ñada o no de hipercapnia (asfixia, elevaciones a grandes alturas donde desciende la Pp de 0 2
intoxicaciones por gases que bloquean la hematosis normal, insuficiencia respiratoria, lesiones
del Sistema Nervioso Central que afectan al centro regulador de la respiración y alteraciones del
transporte de oxígeno en sangre como en grandes hemorragias, intoxicaciones por monóxido de
carbono etc.).

La importancia de este tema para el Celador es máxima; a menudo realizan traslados de pacien-
tes que estén sometidos a esta técnica y deben conocer todo el sistema para actuar ante cualquier
incidencia.
Es importante durante el traslado valorar el aspecto y el estado del paciente para detectar situa-
ciones de hipoxia que indicarían, o bien, un empeoramiento del cuadro o un mal funcionamiento
de los sistemas de administración de oxigenoterapia.

8.5.1. Métodos de administración de oxígeno

8.5.1.1. Equipos de oxigenoterapia


La administración de oxígeno tanto en el hospital como en los centros de salud procede de la
central de oxígeno o b ien de balas, bombonas o tanques de oxígeno.
En la mayoría de hospitales existe central de oxígeno. El oxígeno se encuentra almacenado en
la Central, situada fuera del edificio general del hospital, y llega a las habitaciones de los enfermos/
as a través de tuberías.

A continuación pasamos a describ ir los diferentes componentes de los equipos de


oxigenoterapia:
Balas de oxígeno. Las balas de oxígeno son cilindros de acero que contienen oxígeno a
una presión superior a la atmosférica y a temperatura de 21 °C. Hay diferentes tamaños de
balas, las mayores contienen 6.000 1, mientras que las pequeñas son de 350, 175 y 1SO l. Este

311
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

sistema se usa en el transporte de enfermos a los que hay que administrarles oxígeno y en
pacientes a los que se suministra oxígeno a domicilio.

Las unidades en que se expresa la capacidad de una bala puede ser: litros (1), atmósferas de
P, mm de Hg o kg/cm 3•

Bala de oxígeno

- Manómetro. Todo tanque está provisto de un manómetro que mide la presión de oxígeno
en el interior de la bala. El manómetro consta de un reloj con una circunferencia graduada
expresada en 1, mm de Hg, atmósferas, etc. y una aguja que expresa en cada momento la
presión existente en la bala.

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Manómetro, vaso y caudalímetro

- Caudalímetro, manorreductor o flujómetro. En cualquiera de los casos, tanto si el oxí-


geno se toma de la llave de paso existente en la habitación como si se t oma de una bala,
es necesa rio para poder aplicarlo al paciente un caudalímetro o flujómetro. Este permite

312
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

controlar la cantidad de oxígeno que sale de la toma por minuto. Se expresa en !/minuto.
Consta de una válvula para regular el flujo de salida de oxígeno.

- Sistema de humidificación. Para administrar el oxígeno a los pacientes hay que proveerlo
del grado de humedad adecuado para que las mucosas del enfermo no se sequen y man-
tengan la humedad adecuada tratando de evitar su irritación.

Para ello se hace pasar el gas por un frasco humidificador que contiene agua destilada. Se
llena de agua destilada hasta el nivel indicado. Debe vigilarse que el frasco siempre conten-
ga agua a 37 °C.

La tapa del frasco está perforada por dos tubos. Uno de ellos se introduce por uno de sus
extremos en el agua, unos 7-1Ocm. aproximadamente y por el otro extremo se conecta con
la toma de oxígeno. El otro tubo, se introduce por uno de sus extremos en el frasco humi-
dificador quedando 2-3 cm. por encima del agua y se conecta al dispositivo del paciente
(cánula, mascarilla, etc.).

Vaso y caudalímetro

8.5.1.2. Dispositivos para la administración de oxígeno


En la actualidad existen varios métodos para la administración de oxígeno, con características
propias y distintas aplicaciones. Se pueden clasificar en dos grupos:

- Sistemas de circuito abierto:

* Mascarillas: gafas nasales, mascarillas oronasales.

" Sonda o catéter nasal.

- Sistemas de circuito cerrado:

" Tienda de oxígeno.

* Campana de oxígeno.

Cuando el paciente está en coma o inconsciente y tiene dificultades para respirar por sí solo,
debe hacerse una intubación endotraqueal que facilita la administración de oxígeno. Si está lúcido
y colabora deben utilizarse los otros métodos (sonda o catéter nasal, gafas nasales, etc.).
313
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Métodos para la administración de oxígeno al paciente por el sistema de circuito abierto

a) Sonda o catéter nasal

Es un tubo de grosor variable y 25 cm de longitud aproximadamente, de goma o plástico


flexible y transparente. Su extremo o punta es roma y presenta uno o varios orificios en los 3
últimos cm del tubo. Se introduce por la fosa nasal hasta la orofaringe. Se tija exteriormente
con esparadrapo hipoalérgico.
Hay que vigilar su correcta posición y debe cambiarse cada 48 h. En cada cambio se alterna
la fosa en que se coloca el catéter ya que puede irritar la mucosa nasal y de la orofaringe.
b) Mascarillas
Las mascarillas pueden ser nasales o gafas nasales y oronasales.

1. Gafas nasales
Son tubos similares a las sondas, pero se adaptan a las dos fosas nasales si multánea-
mente. El oxígeno se administra al interior de las dos fosas nasales y no a una sola.
Tienen el inconveniente de que no llevan dispositivo para regular la concentración de
oxígeno y resecan mucho las mucosas. Su ventaja es que el enfermo puede hablar, co-
mer, beber, etc.

Gafas nasales

2. Mascarillas oronasales tipo Venturi o Ventimask.

Son dispositivos de plástico transparente que cubren nariz y boca. Pueden tener varios
o rificios laterales con la finalidad de que el oxígeno que fluye se mezcle con el aire am-
biental que respira el paciente.

Cada mascarilla está preparada para administrar una concentración de oxígeno deter-
minada que puede oscilar entre el 24% y 40%. Las más usadas son las que permiten
ad ministrar una concentración del 24% y 28%.

También permite regular el flujo de oxígeno por minuto. Se expresa mediante un núme-
ro (2, 4, 6, etc.), e indica los litros por minuto que hay que administrar.

Cada mascarilla presenta una numeració n: Ej: 24/2. Esto significa que para conseguir una
concentración de oxígeno del 24% hay que administrar un flujo de 2 litros por minuto.
314
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

Las concentraciones de oxígeno que se alcanzan son superiores a las conseguidas con
la sonda nasal pero, al igual que la anterior, se usan cuando se requiere administrar
concentraciones bajas de oxígeno.

Mascarilla oronasal

Además del anterior hay varios modelos en el mercado, con características peculiares:

- Mascarilla con bolsa reservorio, para administrar concentraciones superiores; 60% de


oxígeno.

- Mascarilla de traqueotomía.

- Mascarilla oronasal de no reinhalación, la que produce una concentración de oxígeno más


alta (90-95%).

2. Métodos para la administración de oxígeno al paciente por el sistema de circuito cerrado

a) Tienda de oxígeno

Son tiendas de plástico transparente tendido de un soporte metálico. El paciente respira dentro
de un ambiente aislado. Se usa especialmente en niños/as, a los que resulta incómodo y difícil colocar·
les una mascarilla de oxígeno y cuando se requiere administrar concentraciones de oxígeno elevadas.

Para mantener las condiciones óptimas de temperatura, la tienda está provista de un dispositi-
vo refrigerador con ventilador incorporado que regula la temperatura. También existe sistema de
control de la humedad y concentración de oxígeno.

b) Campana de oxígeno

Es parecida a la tienda de oxígeno. Se pone a la cabecera de la cama y se limita a la cabeza y


cuello, dejando libre el resto del cuerpo.
315
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Procedimiento para instalar una sonda o catéter nasal

- Material necesario:
* Sonda de calibre adecuado.
* Esparadrapo hipoalérgico.
* Lubricante.
* Gas y cremas para el cuidado de la nariz.
* Sistema completo de administración de oxígeno.
* Guantes estériles.
* Material para la higiene bucal.
- Técnica para instalarlo:
* Hay que calcular los cm de sonda que hay que introducir. Para ello se mide la distancia
nariz-oreja-cuello.
* Colocarse guantes estériles.
*Lubricarla sonda en su extremo distal.
* Colocar al paciente con la cabeza en hiperextensión (Roser).
" Introducir la sonda despacio, sin forzar, hasta que llegue a la altura de la úvula.
"Fijar la sonda con el esparadrapo, a un lado de la cara, procurando que quede fijada a la
altura de la oreja.
*Conectarla sonda al sistema de administración de oxígeno.
* Calibrar el flujo de salida de oxígeno.
*Cambiarla sonda de fosa nasal cada 48 h aproximadamente. A veces es necesario hacerlo antes.
* Hacer la higiene bucal.
* Cuidados de las fosas nasales (limpieza y aplicación de cremas).
* Vigilar su funcionamiento.

Procedimiento para instalar mascarillas


-Material:
* Mascarilla nasal u oronasal, del calibre adecuado, y con la concentración y flujo de oxí-
geno adecuado (24/2, 28/4, 35/6, etc.).
* Gasas.
* Si stema de administración de oxígeno.
* Material para la higiene de la boca y nariz.
- Técnica para instalarla:
*Colocarla mascarilla sujetándola con la goma por detrás de las
orejas.
* Hay que tener la precaución de que al instalarla el oxígeno no
llegue a los ojos para evitar irritaciones.
* Regular el flujo de oxígeno que hay que administrar.
* Conectarla mascarilla con el sistema de administración.
*Abrirla llave de paso.
* Vigilar su f uncionamiento.
316
MOVILIZACIÓN YTRASLADO OE PACIENTES 11111

8.5.2. Ventilación mecánica


Se denomina ventilación mecánica (VM) a todo procedimiento respiratorio que emplee un apa-
rato, denominado genéricamente respirador, para introducir aire en los pulmones del paciente.

Los procedimientos para incrementar la ventilación alveolar se dividen en dos grandes grupos,
dependiendo de cómo se acceda a la vía aérea.

Se habla de Ventilación mecánica invasiva (VMI), para referirse a aquellos casos en los que se
accede al interior de la vía aérea de forma artificial, por medio de la intubación endotraqueal, y de
Ventilación mecánica no invasiva (VMNI), para referirse a aquellos otros en los que se emplean
mascarillas nasales o faciales, en lugar de tubo endotraqueal.

8.5.2.1. Ventilación mecánica invasiva (VMI)


La asfixia se produce como consecuencia de la falta de aire (oxígeno) en los pulmones o bien
por la imposibilidad de que el aire llegue a los alveolos pulmonares (obstrucción de las vías respira-
torias; falta de los movimientos respiratorios de la caja torácica).

El respirador sustituye en estos casos a las funciones que en condiciones normales realizaría la
caja torácica (costillas, músculos respiratorios, etc.) y el diafragma.

Hay dos tipos básicos de respiradores, a saber:

- Respiradores de presión. Estos aparatos permiten regular solamente la presión de insufla-


ción y exigen una estrecha vigilancia del paciente. Se usan por lo general por periodos de
tiempo cortos y rara vez para la reanimación.

1111

Respirador de presión
- Respiradores de volumen. Estos aparatos permiten la regulación de la presión de insufla-
ción, la frecuencia respiratoria por minuto, el volumen corriente, el porcentaje de oxígeno
y la relación inspiración-espiración. Son fáciles de regular y no exigen una vigilancia tan
estrecha como en el caso anterior. Se utilizan principalmente en la reanimación respiratoria.
Atención a los cuidados del paciente intubado:
* Facilitar la higiene bucal y nasal del paciente frecuentemente debido a que la cavidad
bucal es una fuente primaria de infección para los enfermos.

* Cambios de los sistemas seg ún protocolo de la unidad. Generalmente los humificado-


res se cambian cada 24 horas y los tubos corrugados cada 48 horas.
317
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

8.5.2.2. Ventilación mecánica no invasiva


La Ventilación mecánica no invasiva (VMNI) se usa regularmente desde mediados del siglo XX,
pero fue en la década de los 80 cuando se popularizó definitivamente su uso, especialmente en los
tratamientos domiciliarios y en las emergencias prehospitalarias y hospitalarias. El aumento en la
utilización de este procedimiento terapéutico se debe, por un lado, a la mejora en la fabricación de
las mascarillas de silicona y, por otro, a la disminución de las complicaciones en relación con la VMI.

Ventajas de la VMNI:

- Suele ser mejor tolerada por el paciente.

- No suele requerir sedación.

- Su uso es más rápido y seguro y menos traumático.

- El destete suele ser igualmente más rápido y seguro.

- Permite la tos y eliminación de secreciones.

- Permite que el afectado siga usando su propia musculatura respiratoria.

- Evita las complicaciones que supone la intubación traqueal: lesiones, neumonías nosoco-
miales, barotraumatismos.

Contraindicaciones de la VMNI:

- Coma.

- PCR.
- Vómitos.

- Alteración hemodinámica grave.

1. Presión positiva continua en la vía aérea (CPAP)

El paciente respira espontáneamente (tanto en la inspiración como en la espiración) un flujo de


aire a una presión por encima de la atmosférica. Al administrar un nivel de presión constante en la
vía aérea, se consigue reclutar los alveolos colapsados.

La presión durante la inspiración (IPAP), es igual a la presión durante la espiración (EPAP), con-
siguiéndose una presión positiva al final de la espiración (PEEP).

La CPAP permite mejorar la oxigenación durante los primeros minutos del tratamiento, siendo
considerada como la forma de ventilación más fisiológica y menos traumática. El sistema más usa-
do es el de flujo libre mediante el denominado Método CPAP Boussignac.

2. La ventilación con presión de soporte (PSV)

En este caso el respirador administra una presión inspiratoria que se programa a un determina-
do valor, mientras que la espiración se realiza a presión atmosférica. Dentro de los sistemas de PSV,
el más conocido y usado es la Presión de soporte binivel (BIPAP). En esta situación, se le añade una
presión al final de la espiración (PEEP).

318
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111

j
8/PAP

Al utilizar la BIPAP, aplicamos un nivel de presión durante la inspiración (IPAP) y un nivel menor
durante la espiración (EPAP).

La VMNI, en cualquiera de sus variantes, se está demostrando como una alternativa válida en
el tratamiento de muchos trastornos respiratorios, que hasta ahora estaban abocados a la intuba-
ción orotraqueal y la conexión a ventilación mecánica, con todos los efectos secundarios que esto
producía.

En la actualidad sus principales indicaciones son:

- Insuficiencia respiratoria aguda (IRA) hipercápnica y/o hipoxémica: EPOC reagudizado, edema
pulmonar cardiogénico, crisis asmática, bronquiectasias, síndrome de distrés respiratorio agu-
do, deformidades de la caja torácica, trastornos neuromusculares (miastenia grave, distrofias ... ).

- Insuficiencia respiratoria crónica hipercápnica. EPOC, asma, fibrosis quística.

- Síndrome de las apneas obstructivas del sueño.


- Síndromes de hipoventilación alveolar por afectación de SNC.

- Apoyo para el destete del respirador tras ser sometido a VMI.

8.5.3. Aerosolterapia
La aerosolterapia es un tratamiento habitual en los servicios de ORL, pediatría, neumología y alergo-
logía, aunque también se vienen utilizando en Atención Primaria. La aerosolterapia es la forma de trata-
miento que utiliza aerosoles de manera que éstos son pulverizados para ser empleado por inhalación.

El fármaco más utilizado es el salbutamol, que es un agonista beta-adrenérgico de los recepto-


res/Jr Este fármaco en aerosol es utilizado en el tratamiento del asma bronquial y del broncoespas-
mo asociado a EPOC, bronquiectasia o infecciones pulmonares.

Como reacciones adversas del salbutamol destacan la taquicardia, palpitaciones, temblor, an-
siedad y cefaleas.

319
l
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

8.5.4. Vías aéreas artifidales: intubación endotraqueal ytraqueostomías


La actuación de los Celadores en relación con estas vías artificiales de oxigenación se limita a
conocer los procedimientos y los sistemas para que, cuando sea necesaria una movilización de los
pacientes, se haga con las máximas garantías.
También en los procedimientos, el Celador puede ser requerido para que ayude al facultativo.
Esta ayuda consistirá en colocar al paciente en la posición de Roser (con el objetivo de mantener
el cuello en hiperextensión) para llevar a cabo la intubación, controla'r la seguridad del paciente y
facilitarle al médico la ayuda que necesite dentro de sus funciones.

8.5.4.1. Intubación endotraqueal


La Intubación endotraqueal es la mejor manera de aislar una vía aérea comprometida, siendo
la técnica de elección en los casos que peligre la vida del paciente.

En la práctica hay tres tipos de intubación:

- Intubación orotraqueal. Es la más empleada. Se realizará con la ayuda de un laringosco-


pio, precisando un tubo endotraqueal con neumotaponamiento del tamaño adecuado (n.0
8 en mujeres y n.0 8,S en hombres).

- Intubación nasotraqueal. Se puede realizar en pacientes en los que se sospecha lesión


de columna cervical, fractura mandibular, o en los que la intubación orotraqueal no sea
posible. Los tubos serán de menor diámetro (n.0 7 o 7,5) y la mucosa nasal debe ser irrigada
previamente con una solución anestésica y vasoconstrictora para evitar epistaxis.

- Intubación con transiluminación. Cuando una luz brillante se introduce en la vía aérea
superior, puede ser percibida a través de los tejidos del cuello cuando se encuentra en el
interior de la laringe o tráquea. Esto permite guiar la punta del tubo a través de la glotis sin
visualizar directamente las cuerdas. Se denomina «método visual indirecto».

Cuando no es posible la intubación se utilizan otras técnicas:


- Punción cricotiroidea. Para ello se punciona con un angiocatéter del número 14 a través
de la membrana cricotiroidea. Esta técnica precisa de conexiones especiales para asegurar
una oxigenación de alta presión.

320
MOVILIZACIÓN YTRASLADO DE PACIENTES 11111
7
- Cricotiroidotomía. Existen sistemas preparados para esta técnica. En toda caso, y en situa-
ciones extremas, se puede realizar una incisión de 1 cm sobre el cartílago cricoides, intro-
duciendo el mando del bisturí girándolo posteriormente 90° para introducir la cánula de
traqueotomía.

\l

r
Material necesario para una intubación

8.5.4.2. Traqueostomía
Denominamos la traqueostomía como técnica quirúrgica mediante la cual se abre un orificio
entre el segundo o tercer anillo traqueal, cuyo objetivo es el paso de aire entre la tráquea y el exte-
rior, para permitir la respiración, por medio de una cánula.

La traqueostomía se practica en los casos de perturbación grave de la función ventilatoria, de


forma que asegure la entrada de aire en el árbol traqueobronquial.

Dichas perturbaciones pueden ser debidas a:


- Obstrucción respiratoria a nivel de orofaringe, laringe o tráquea, secundaria a: edema local
(infección, alergia o reacción a tóxicos), traumatismos, tumores, malformaciones, disfuncio-
nes neurológicas o cuerpos extraños.

- Intubación prolongada.

- Retención d e secreciones con aspiraciones frecuentes y neumonía de repetición.

- Reducción del espacio muerto en la insuficiencia respiratoria crónica.

Se puede dar el caso de que ante una disnea severa, en la que no sea posible la intubación y se
prevea una parada cardiorrespiratoria, haya que realizar una traqueotomía de urgencia.

Además de la traqueotomía reglada o la urgente, existen otras formas para permitir la entrada
de aire por la tráquea:

- Traqueotomía percutánea, menos cruenta, reduciendo el riesgo de estenosis traqueal


y disminuyendo la incidencia de infecciones, pudiéndose además realizar en la cama del
paciente.
321
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Traqueotomía translaríngea, aunque al igual que la anterior también puede realizarse en


la cama del paciente, tiene un menor uso por su complejidad, riesgos y medio de abordaje
(desde el interior de la tráquea).

8.5.5. Precauciones en la oxigenoterapia


Es necesario un comportamiento técnico correcto para evitar los accidentes. Con el fin de evitar
toda clase de errores es necesario lo siguient e:

- Prohibir fumar, así como el manejo de llamas, cerca de la instalación y del paciente.

- Las botellas se colocan verticalmente y siempre sobre un portabotellas.

- Comprobar la presión de oxígeno en las balas y tomas de la habitación, etc.

- Comprobar que el frasco humidificador contiene agua destilada hasta la señal indicada.

- Comprobar que no existan fugas en las tomas de las habitaciones.

- Controlar la temperatura de la habitación. Las temperaturas elevadas pueden aumentar la


presión.

- Al instalarlo verificar que la concentración de oxígeno, humedad y flujo son adecuados a lo


prescrito.

- Comprobar la instalación a menudo.

- Comprobar que el paciente se coloca en posición de Fowler (si no tiene contraindicación)


ya que esta es la posición ideal para realizar este procedimiento.

Comprobar el estado de la piel del paciente.

- Humedecer la cavidad oral del paciente para evitar resecaciones.

- Comprobar el estado de las fosas nasales.

- Administrar líquidos según prescripción médica.

- Especial vigilancia a los recién nacidos y prematuros. Comprobar frecuentemente el estado


de las tiendas y campanas de oxígeno.

322
Manual de estilo del Servicio Andaluz
de Salud. Valores y principios del SAS.
Características de la atención. La
atención sanitaria y su organización

1. Introducción
2. Valores y principios del Servicio Andaluz de Salud
3. Característicasde la atención
4. La atención sanitaria y su organización
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Introducción
El Servicio Andaluz de Salud tiene como misión prestar atención sanitaria a las ciudadanas y ciuda-
danos andaluces, ofreciendo servicios sanitarios de calidad, asegurando la accesibilidad equidad y satis-
facción de las personas usuarias y buscando la eficiencia y el aprovechamiento óptimo de los recursos.
En el cumplimiento de ese objetivo y para conseg uir que las personas que utilizan los servicios
del Sistema Sanitario Público Andaluz obtengan una atención sanitaria integral; los profesionales
del SAS, deberán mejorar de manera continua la atención que prestan a los ciudadanos teniendo
como objetivos no solo aspectos científico-técnicos sino también la confianza de los ciudadanos
en los servicios que se le prestan.
Cuestiones relacionadas con el respeto a las diferencias, la intimidad de los pacientes, las for-
mas de trato en la comunicación o las condicio nes que garantizan la confidencialidad de cualquier
dato son algunos de los aspectos que recoge el nuevo Libro de Estilo del Servicio Andaluz de Salud.
Cuestio nes para las que establece paut as de actuación explícitas, comportamientos éticos y modos
de hacer que se traducen en acciones concretas.
El Libro de Estilo del Servicio Andaluz de Sa lud, se estructura en dos partes:
- La primera que especifica la misión y los valores de equidad, universalidad, accesibilidad,
mejora continua de la calidad, atención integral y personalizada, eficacia y eficiencia q ue
distinguen esta organización.
- Y la segunda, en la que se definen pautas de actuación muy prácticas estructuradas en 76
apartados en los capítulos de características generales de la atención, prestaciones sanita-
ria, organización de la atención y situaciones difíciles

2. Valores y principios del Servicio Andaluz de Salud


2.1. El estilo y la misión del Servicio Andaluz de Salud
Según establece la Resolución de 12 de d iciembre de 2006 por la que se aprueba la cartera de
servicios del Servicio Andaluz de Salud, su m isión consisti rá en prestar atención sanitaria a las ciu-
dadanas y ciudadanos andaluces, ofreciendo servicios sanitarios públicos de calidad, asegurando
la accesibilidad, equidad y satisfacción de los usuarios, buscando la eficiencia y el aprovechamiento
óptimo de los recursos.
Para el logro de esta misión será indispensable, la relación directa y personal que los profesio-
nales establecerán con los usuarios. Mediante la relación con sus usuarios, el Servicio Andaluz de
Sa lud deberá mostrar los valores que le representan como organización, mediante el estableci-
miento de un estilo determinado en la relación profesional/ usuario. Estilo que deberá ser compar-
t ido en toda la organización, reflejará el nivel de calidad de los servicios sanitarios, y el respeto a las
personas que usan sus servicios.

2.2. Los valores del Servicio Andaluz de Salud como organismo


Los principios básicos que representa cualquier organismo público: equidad, calidad y eficien-
cia; adquieren especial significación en la prestación de la atención sanitaria.
- Equidad. El servicio sanitario público juega un papel fundamental en la consecución de la
igualdad de los ciudadanos en su derecho al cuidado de la sa lud.
324
MANUAL DE ESTILO DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD 11111

- Universalidad. Logro fundamental del sistema sanitario público en nuestro país es la ge-
neralización de la atención sanitaria a toda la población. En la actualidad el SAS, presta
asistencia sanitaria a todas las personas que lo necesitan, en un marco real de universalidad
de la asistencia.

- Accesibilidad, no solo evitando actitudes que puedan propiciar la discriminación, sino me-
diante el favorecimiento del acceso a los servicios sanitarios de personas que se encuentren
en situación de especial debilidad.

- Mejora continua de la calidad, mediante el respeto a la autonomía de los profesionales en


el desarrollo de su actividad, la consideración del papel asesor de las asociaciones científi-
cas, y con el apoyo al desarrollo de criterios de actuación basados en la evidencia científica.

- Atención Integral, con el establecimiento de servicios de promoción de la salud, preven-


ción, curación y rehabilitación.

- Atención Personalizada, por ser el objetivo principal del Servicio Andaluz de Salud el trato
con personas, y no con enfermedades o procesos; incorporando habilidades de relación
con los usuarios entre las competencias de los profesionales.

- Continuidad de la Atención, que no de la asistencia, pues la atención implica también


escuchar siendo esto fundamental en la búsqueda de la satisfacción del usuario.

- Eficacia, implica el actuar asegurando que las intervenciones realizadas, obtienen el máxi-
mo beneficio terapéutico para los pacientes.

Eficiencia, no mediante el recorte de gastos, sino aprovechando plenamente los recu rsos
de que se dispone para actuar más y mejor.

- Actuar como organización, y no individualmente para resolver los problemas de los usua-
rios. Materializando la idea de continuidad asistencial, como mecanismo que permitirá dar
una única respuesta a los andaluces en su necesidad de salud.

- Trabajo en equipo y actuación coordinada, ante la complejidad del sistema de atención.

- La mejora continua de la calidad, reto para todos los profesionales desde su propia res-
ponsabilidad y capacidad de actuación.
325
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

3. Características de la atención
3.1. Respetar las diferencias
La atención sanitaria generalizada a toda la po-
blación, garantizada mediante el trato con equidad a
todos los usuarios para que reciban la atención que
precisen en función de sus necesidades y sin que se
vea afectada por ningún tipo de discriminación:

- Raza, sexo, religión, orientación sexual, estado


civil, o el aspecto físico, no pueden causar di-
ferencias en la atención, ni pueden utilizarse
como expresión de ningún tipo de prejuicio.

- Una atención prioritaria no podrá ser motiva-


da más que por criterios profesionales, clíni-
cos, o normas establecidas.

- La igualdad, implica más asistencia, recursos


o más tiempo de atención a personas que ne-
cesitan apoyo más intenso.

- En el trato con los usuarios, no se realizarán


juicios morales sobre su comportamiento.

- El ejercicio de la obj eción de conciencia, ligado a la propia conciencia del profesional, no su-
pondrá juicio sobre los valo res y conciencia d e los ciudadanos que demandan los servicios.

- Se evitará el uso de palabras técnicas como adjetivos peyorativos, así como la realizació n de
juicios de valor de las personas que usan los servicios.

3.2. Comprender y respetar la intimidad de los usuarios


La intimidad debe ser preservada, a lo largo de todo el acto clínico, no obstante esta norma, de-
berá ser interpretada, y aplicada con flexibilidad, pues en algunos casos impedirían el ofrecimiento
de una buena atención (ej. Pacientes en UCI, donde es necesario para los profesionales el segui-
miento visual de todos los pacientes). También los pacientes pueden sentir pudor en determinadas
situaciones en que el profesional deberá actuar con especial cuidado.

- Será necesa rio que se habiliten espacios que permitan la atención de m anera reservada.
Teniendo derecho los pacientes a que no interrumpan los actos clínicos personas que no
tienen relación directa con los mismos.

- No se realizarán de manera conjunta consu ltas con distintos pacientes.

Cuando sea necesaria la colaboración de varios profesionales en la atención, estos no rea-


lizarán comentarios personales delante del paciente. La presencia de profesionales en for-
mación, se valorará en casos particulares.

326
MANUAL DE ESTILO DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD 11111

- La información sobre noticias de la enfermedad, debe ofrecerse manteniendo una actitud


de serenidad, y dando oportunidad a los usuarios de expresarse y responder a las dudas y
preguntas que se les planteen.

- Toda la información sobre los usuarios debe ser tratada por los profesionales con confiden-
cialidad. Desde la utilización de un tono de voz bajo en la atención, a la confidencialidad de
los datos del ciudadano que demanda unos servicios.

- En la historia clínica, no se incluirán datos que reflejen aspectos íntimos del paciente y no
tengan relación con la naturaleza clínica del resto de la historia.

3.3. Mantener la confidencialidad


En la actividad diaria los profesionales sanitarios y no sanitarios, tratarán confidencialmente
toda la información sobre los usuarios según establece la legislación, que establece también las
situaciones en las que excepcionalmente, se deberá informar a las autoridades competentes.

- La confidencialidad de la "información personal de los usuarios" se refiere tanto a los regis-


tros clínicos como a la información personal administrativa: nombre, dirección, teléfono ...

- Los profesionales del SAS utilizarán la información personal de los usuarios exclusivamente
para los fines para los que fue facilitada, y para garantizar la continuidad asistencial.

- Se cuidará el que las personas destinatarias de la información sobre un usuario, sean las que
el autoriza, o legalmente, tengan derecho a obtenerla.

- Se atenderá el deseo del usuario de que la información personal que le ataña quede entre
el profesional y el, siempre que sea posible.

- Los profesionales, no harán referencia a ningún usuario en espacios públicos de los centros
sanitarios. Se buscarán lugares reservados para ofrecer información.

- Mostrando interés los medios de comunicación sobre algún tipo de proceso asistencial de
un personaje público o de otras situaciones especiales, antes de ofrecer cualquier parte
médico, se deberá solicitar consentimiento al paciente o sus familiares.

- Deberá cuidarse la circulación de las historias clínicas de forma que no resulten accesibles a
personas ajenas al proceso asistencial.

3.4. La amabilidad, señal de profesionalidad y de respeto


Es tarea de los profesionales y signo de excelencia en su trabajo, mantener la cortesía y las
buenas maneras en todo momento, como muestra del respeto mutuo necesario en el proceso
asistencial.

- Los términos utilizados por los profesionales con referencia a los usuarios, tanto en la rela-
ción personal con ellos, o con otros profesionales, como en la documentación escrita, serán
absolutamente respetuosos.

- El tratamiento a las personas de edad avanzada, será siempre respetuoso, evitando el u so


de términos como "abuelo''. Y tratándolos con la misma consideración que al resto de los
adultos.
327
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

\
\

\
- Es el usuario quien tiene derecho a elegir el profesional sanitario que lo atiende, el profesio-
nal sanitario no escoge su s pacientes. No obstante existiendo interacción médico-paciente
incompatible con la calidad del proceso asistencial el responsable del servicio podrá acor-
dar con el usuario, el cambio de asignación.

4. La atención sanitaria y su organización


4.1. La atención sanitaria
4.1.1. Atención continuada y trabajo en equipo
- El médico responsable de un paciente, debe presentarse al mismo en la primera visita, de-
jando claras las responsabilidades individuales de cada profesional, lo mismo deberá hacer
el personal de enfermería.

- El médico respon sable deberá controlar el que las distintas actuaciones sobre su paciente
sean coherentes.

- Cuando sea necesario que otro dispositivo se ocupe de un paciente, la institución que
cuenta con la información médica, deberá ponerla a disposición del nuevo equipo para
evitar la repetición innecesaria de procedimientos.

- Cuando la situación del paciente y las características de la intervención lo permitan, se in-


formará al paciente de la función, el nombre, y que va a hacer con el cualquier personal
sanitario q ue le atienda directamente.

- El trabajo en equipo es necesario para proporcionar una asistencia de calidad a las personas
atendidas, y garantizar la continuidad de la atención.

328
MANUAL DE ESTILO DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD 11111

4.1.2. La información clínica a los usuarios


- Informar cuando el usuario lo necesita, de tolo lo que pueda afectarle, de forma que el pro-
fesional se gane su confianza, informando con un lenguaje comprensible, escuchándolo y
aclarando todo aquello que no entienda.

- Informar de manera continuada, facilitando información en todas las fases de la atención


sanitaria.

- Facilitar la información necesaria sin esperar a la petición de la misma. Será información


necesaria: la que solicite el usuario en relación con temas que le afecten, la que le ayude a
comprender el curso de su enfermedad, a entender la necesidad de cualquier intervención
y decidir asumirla, la relativa al tratamiento y las pruebas diagnósticas, la que le ayude a
mantener un estado óptimo de salud ...

- Establecer el procedimiento para que en situaciones de mayor complejidad el paciente y


sus familiares también se encuentren debidamente informados.

- El médico deberá poder ofrecer a sus pacientes toda la información sobre su enfermedad
sin ocultar datos aunque no sean favorables. En cualquier caso se deberán respetar los de-
seos de los pacientes, y siempre proceder con sensibilidad.

4.1.3. La autonomía de los usuarios: tomar decisiones sobre la salud


Los profesionales sanitarios deberán asesorar a sus pacientes, pues su experiencia y conoci-
mientos son necesarios para que estos tomen decisiones sobre el cuidado de su sa lud. Tras cumplir
esa función de ayuda, cada persona tendrá derecho a tomar decisiones sobre su salud.

- Ante usuarios que dejan la decisión en sus manos, el profesional aconsejará la opción que a
su juicio sea más adecuada.

- El consentimiento informado, reconoce a los usuarios el derecho a decidir sobre su salud a


partir del conocimiento de los efectos que pueden derivar de procedimientos diagnósticos
o tratamientos.

- El consentimiento informado, es básicamente verbal. Y el profesional debe facilitar al usua-


rio la información necesaria. El usuario debe haberla comprendido y debe aceptar sin pre-
siones la intervención.

- El consentimiento informado trata de asegurar que el usuario conoce los efectos benefi-
ciosos y perjudiciales probables: consecuencias seguras de la intervención, beneficios y
riesgos típicos, riesgos infrecuentes pero no excepcionales, y riesgos relacionados con sus
circunstancias personales.

- El consentimiento informado deberá firmarse tras el procedimiento de información; y no en


momentos inoportunos para el paciente.

- Es imprescindible solicitar consentimiento a los usuarios para participar en proyectos do-


centes o de investigación.

- La demanda de una segunda opinión facultativa, la podrá realizar el usuario en el Servicio


de Atención al Usuario.

329
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

4.1.4. Sobre el consumo de tabaco


Los centros sanitarios del SAS son centros libres de humo
de tabaco, sin excepciones. Y los m ensajes acerca del tabaco
que se ofrecen a la población son claros e inequívocos sobre
los efectos perjudiciales del mismo.

- Los profesionales sanitarios del SAS ejercen ante lapo-


blación un papel de m odelo en el consumo de tabaco.
Lo que deberá ser tenido en cuenta por todos los pro-
fesionales en sus comportamientos públicos ante los
u suarios.
í
Es responsabilidad de los p rofesionales, respetar las
normas de prohibición de consumo de tabaco duran-
te su j ornada laboral.

4.2. La organización de la atención


4.2.1. Orientación al usuario como principio
Cualquier sistema organizativo, es susceptible de posibles mejoras. Cualquier profesional que
detecte fallos; deberá, si no puede solucionarlos, comun icarlos a su superior para que puedan
resolverse.

- Los profesionales con responsabilidad en sus servicios, tienen la responsabilidad de reco-


ger información de profesionales y usuarios sobre posib les mejoras. También tiene entre
sus funciones adoptar las medidas necesarias para elim inar los errores detectados

- Revisar continuamente normas internas de funcionamiento, eliminando aquellas que ac-


túen contra las necesidades de los usuarios.

- Tener en cuenta las opiniones de los usuarios para mejorar, mediante análisis del impacto
de nuevas m edidas sobre los mismos.

- Las opiniones de los usuarios, deberán ser tenidas en cuenta para mejorar la asistencia

- Los profesionales conocerán y facilitarán el cumplim iento de la Carta de derechos y deberes


de los Ciudadanos en los servicios sanitarios públicos de Anda lucía.

4.2.2. Ayudar a los usuarios a orientarse en el uso de los servicios


- Las unidades de Atención al Usuario, realizarán todas las gestiones en las que no sea im-
prescindible la intervención personal del usuario.

- Se evitará que el usuario tenga que transportar documentación, o desplazarse físicamente


de un centro a otro, cuando sea para hacer gestiones.

- Ante cualquier cambio que afecte al usuario, será preciso informarle con la suficiente an-
telación; sobre cuando y donde se le va a atender, que t iene que h acer y q ue va a ocurrir
después.

330
MANUAL DE ESTILO DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD 11111

- El profesional que atiende a un paciente asume la función de informarle sobre las actuacio-
nes previstas en relación con su problema.

- Cuando se produzcan cambios que afecten a la atención del paciente, motivados por cues-
tiones internas; se deberá informar al usuario con la suficiente antelación. Y a ser posible en
el mismo acto de información se comunicarán todos los nuevos datos (cambio fecha de la
cita, cambio de profesional. . .).

- Si el usuario tuviera expectativas o demandas que el sistema no pudiera resolver, se le dará


explicación de porque estas expectativas no se pueden cumplir, y se le ofrecerán alternati-
vas para su mayor comodidad.

- Se evitará en la comunicación con el paciente el uso de palabras técnicas o de siglas, tanto


en la atención sanitaria, como en los trámites y gestiones. Y si estos se utilizaran, se explica-
rá que significan.

- Se facilitará ayuda a los usuarios en su orientación en los centros y servicios. Mediante una
explicación, la entrega de un plano, o la guía de un acompañante.

4.2.3. Actuar como organización para ayudar a resolver los problemas de los
usuarios
- Al detectar un profesional un fallo u omisión que pueda afecta r a un usuario, intentará so-
lucionarlo siempre que sea posible con su propia actuación, tanto si es parte de sus tareas
como si corresponde a las tareas de otro profesional. Comunicando después al responsable
de la unidad la situación para que pueda solventarse de manera definitiva.

- Para resolver los problemas organizativos, se utilizarán los canales internos de comunica-
ción, procurando resolverlos sin causar molestias a los pacientes.

- Las demandas de los profesionales a la organización, se realizarán por los cauces esta-
blecidos. Ninguna circunstancia justificaría que los profesionales usaran a los pacientes
contra otros profesionales o la misma organización para la expresión de reivindicaciones
particulares.

4.2.4. La identificación personal e institucional


- Identificarse correcta mente ayuda a que el usuario sepa quién le está atendiendo. Es obli-
gatoria la utilización de las tarjetas de identificación personal, durante el tiempo de perma-
nencia en el centro.

- La utilización de un vestuario profesional específico orienta al usuario acerca de la función


que el profesional desempeña.

- Es incorrecta la utilización del vestuario clínico fuera del centro. Salvo el diseñado con esta
finalidad.

- Identificarse correctamente, supone aceptar la responsabilidad personal, del cent ro y del


SAS como organización.

- En la identificación telefónica, se identificará el centro y la persona que le atiende.

331
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Se solicitará documentación identificativa a todos los demandantes de atención, lo que


evitará errores de identificación de pacientes y promoverá el uso de los documentos iden-
tificativos sanitarios.

- Todo el material impreso que se entregue al usuario incorporará los nombres del Servicio
Andaluz de Salud, de la Consejería de Salud y de la Junta de Andalucía. En caso de formato
gráfico, este se adaptará al Manual de Identidad Corporativa vigente.

- Se evitará que en los espacios institucionales destinados a informar a los usuarios, se colo-
que publicidad de empresas o entidades privadas, así como información interna, que debe-
rá reservarse a espacios de acceso exclusivo a profesionales.

- La adecuada señalización de los centros, medio de identificación institucional, se revisará


con periodicidad para evitar confusiones y pérdidas de tiempo del usuario.

- El uso de modelos del SAS es exclusivo para las actividades realizadas en cumplimiento de
las funciones del Organismo.

- Se utilizarán los términos Servicio Andaluz de Salud, y el nombre oficial del centro, y no los
términos Seguridad Social o Seguro.

4.3. Situaciones de conflicto


4.3.1. Peticiones no razonables de los usuarios
Se trata de situaciones excepcionales, en las que es necesario actuar con profesionalidad. Y en
la que en primer lugar se deberá analizar si los servicios están funcionando de manera adecuada,
y actuar en consecuencia.
No obstante la propia calificación como excepcionales de estas situaciones, nos indica la impo-
sibilidad de evitar las mismas. Así los usuarios pueden plantear demandas imposibles de atender.
En estos casos la norma es informar al usuario que no se puede atender su demanda, y explicar las
razones por las que esto es así.

- Cualquier conducta complaciente que apruebe una petición no razonable, supone una
descalificación hacia los profesionales que actuaron correctamente, además de dañar la
imagen del profesional que la realiza, del centro sanitario y del SAS.

- En situaciones de conflicto en la relación con los usuarios, es fundamental actuar con pro-
fesionalidad. El profesional en su respuesta al usuario, adopta la posición de representante
de la institución, por lo que debe ser una respuesta moderada, y evitando la confrontación.

4.3.2. Quejas y reclamaciones


Ante la decepción en las expectativas de los usuarios, sea esta fundada o no; la institución de-
berá actuar mediante el estudio de los posibles problemas y posibilidades de m ejora de los servi-
cios, que anteriormente los profesionales no hubieran detectado.

- Toda queja, justificada o no a criterio del profesional ante quien se expresa, deberá ser tra-
tada como una fuente de información para la mejora continua.

332
MANUAL DE ESTILO DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD 11111

- Como norma general, ante una queja, no importa la forma de expresión de la misma, siem-
pre se contestará al usuario. En las reclamaciones efectuadas a través del libro de reclama-
ciones, se cumplirá el procedimiento legalmente establecido.

- El profesional a quién el usuario expone una queja, lo atenderá tanto si la misma es resulta-
do de su actuación personal, como si no lo es. Aunque si el mismo considera que no tiene
conocimientos suficientes para ayudar al usuario, lo podrá dirigir al profesional o al servicio
que pueda atenderlo.

- La respuesta a una queja, supone escuchar para averiguar las circunstancias que la motiva-
ron, ofrecer explicaciones al usuario, e intentar resolver la situación.

- Los directores de los centros, asumirán la función de atender las reclamaciones y quejas de
los usuarios cuando estos o los profesionales, se lo demanden.

- La representación del SAS en las respuestas formales a las reclamaciones que se presenten,
corresponderá a los cargos directivos; quienes podrán delegar esta función en otras perso-
nas cuando lo consideren adecuado, y siempre bajo su responsabilidad.

333
Habilidades sociales y
comunicación. El ciudadano
como centro de nuestro Sistema
Sanitario. La comunicación
como herramienta de trabajo.
Estilos de comunicación

1. Habilidades sociales y comunicación


2. El ciudadano como centro de nuestro Sistema Sanitario
3. La comunicación como herramienta de trabajo
4. Atención e información al enfermo y familiares
S. Estilos de comunicación
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Habilidades sociales y comuni.cación


Por habilidad se entiende la "capacidad y disposición para hacer algo".
Existen ciertas habilidades que debe desarrollar todo el personal de una organización, en orden a
cumplir las expectativas del paciente y su familia. Estas destrezas se refieren a la comunicación y son:
- Comportamiento no verbal. ¿A quién no le impactan ciertas características de una persona
cuando se la ve por primera vez?, su aspecto físico, la manera de moverse, su forma de vestir, su
contacto personal con nosotros o con otras personas, etc. Estas son las habilidades que se han de
conseguir para lograr una buena imagen ante el paciente y su familia. Es muy importante cuidar el
"comportamiento no verbal" del profesional que va a prestar ayuda, porque supone alrededor del
45% de un mensaje. Es la primera impresión que se llevan de nosotros.
- Escuchar. El sentido del oído es una de las características con las que cuenta el ser humano.
Oír es un comportamiento deliberado con el cual nacemos casi todos. Escuchar va más
allá del hecho de oír, oír es una acción refleja, mientras que escuchar es una habilidad que,
aunque natural, debe ser desarrollada.
Es importante escuchar para adquirir información que permita conseguir un buen conoci-
miento del problema que tiene el familiar o el paciente, así como para mantener una sólida
relación con ellos.
Los elementos que hay que desarrollar para mejorar el nivel como escuchas y así detectar
de mejor manera las necesidades, son: la percepción, hay que prestar atención verdadera
(percibir y entender) a las expresiones de las personas. La distracción: en el momento de
escuchar a un cliente no nos podemos permitir estar desconcentrados, en ese momento
tenemos que estar al 100% con el paciente o su familiar y enfocados en lo que se nos está
comunicando. La evaluación: debemos aprender a analizar tomándonos el tiempo necesa-
rio para ello, seleccionando lo que estamos escuchando o ya hemos escuchado y determi-
nando lo que es realmente importante.

- Preguntar. Esta tercera habilidad de comunicación es muy importante porque se conside-


ra la manera más directa y sencilla para recoger la información de quien tenemos en frente;
además, es una forma de mostrar interés y empatía por nuestro interlocutor. Es importante
cuidar la forma en que preguntamos y la expresión de la pregunta. La forma en que pregun-
tamos tiene que ver con el vocabulario utilizado, la estructura, es decir, si lanzamos pregun-
tas abiertas o con múltiples alternativas, si son directas o no, etc. Se debe tratar de ofrecer
diferentes alternativas, cuando sea posible, al paciente y al familiar, además el vocabulario
siempre ha de ser respetuoso y amable. La expresión de la pregunta se relaciona con el rit-
336
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

mo, que no es más que la cantidad, frecuencia y secuencia de las palabras y con la actitud,
es decir, expresiones de aprobación o reprobación, intolerancia o cercanía ..., al efectuar la
pregunta debemos ser neutrales.

- Sentir. Mediante esta habilidad transmitimos empatía y allanamos el camino a los buenos
resultados. Cuando se habla de sentir nos referimos a ponernos en el lugar del paciente o
del familiar, a sentir lo que el otro siente con respecto a una situación o problema particular.
Para desarrollar esta habilidad debemos saber diagnosticar, escuchar y preguntar; además
debemos conocernos muy bien a nosotros mismo, nuestros servicios y las capacidades que
tenemos para resolver el problema, de esta manera podremos comprender más fácilmen-
te y ponernos en el lugar del paciente y su familiar, ya que sólo así llegamos a conocerlo
verdaderamente.

Comportamiento no verbal
Fundamento de la comunicación Escuchar
interpersonal Preguntar
Sentir

Desarrollando las cuatro habilidades podremos acercarnos más a los paciente y sus familia-
res y de esta manera adelantar estrategias que permitan acortar la brecha entre lo ofrecido y sus
expectativas.

Habilidades de relación interpersonal


La relación interpersonal es aquella que se establece entre dos o más personas y que consisten
en la interacción recíproca entre ellas. El fundamento de la relación está apoyado en la vinculación
que se establece entre estas personas, por el hecho de haberse encontrado como tales. Esta rela-
ción interpersonal involucra los siguientes aspectos: habilidad para comunicarse clara y directa-
mente, habilidad para escuchar atentamente, habilidad para solucionar conflictos y habilidad para
expresarse de manera honesta y auténtica.

Comunicarse
Fundamento de la relación Escuchar
interpersonal Sol ucionar
Expresar

Estas destrezas o habilidades en las relaciones interpersonales también pueden desarrollarse a


nivel social, de comunicación, de autoconocimiento y de límites.

En la relación interpersonal el objetivo es la ayuda.

En las relaciones interpersonales hay cinco procesos fundamentales que impactan directamen-
te en ellas: percepción, pensamiento, sentimiento, intencionalidad, acción.

- La percepción es el proceso mediante el cual las personas interpretan y organizan la infor-


mación con la finalidad de darle significado y comprensión a su mundo. Gracias a la percep-
ción se inician los procesos del pensar, sentir y actuar. En este proceso también influyen los
valores personales, las creencias, los pensamientos y el mundo de la acción.
337
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

• 1
- El pensamiento es la idea inicial a partir de la cual se analizará y evaluará la situación, para
emitir un juicio sobre lo que nos afecta y así plantear conductas y organizar acciones de
acuerdo a la información que se posee.

- El sentimiento es el estado afectivo del ánimo que se produce por causas que lo impresio-
nan vivamente y según el cual se tomarán las decisiones.

- La intencionalidad es la determinación de la voluntad en orden a conseguir un fin (objeti-


vo). Estos objetivos constituyen el "activador'' de la conducta y son la fuente principal de la
motivación.

- La acción es el hacer consciente que se expresa en objetivos. Está basado en la percepción,


en los sentimientos, en el pensamiento y en la intencionalidad.

Proceso mediante el cual las personas interpretan y organizan la información


Percepción
con la finalidad de darle significado y comprensión a su mundo.

Idea inicial a partir de la cual se analizará y evaluará la situación, para emitir


Pensamiento un juicio sobre lo que nos afecta y plantear conductas y organizar acciones de
acuerdo a la información que se posee.

Estado afectivo del ánimo que se produce por causas que lo impresionan viva-
Sentimiento
mente y según el cual se tomarán las decisiones.

lntencionalidad Determinación de la voluntad en orden a conseguir un fin (objetivo).

Acción Hacer consciente que se expresa en objetivos.

Procesos fundamentales de la relación interpersonal

Las relaciones interpersonales han de ser saludables y eficientes. Para que sean saludables han
de cumplir las siguientes premisas:

1. Honestidad y sinceridad. Nos permite explorar los límites sociales y contrastar nuestra
verdad con la de los demás.

2. Confianza. La seguridad de uno mismo alienta a obrar.

3. Respeto y afirmación. Permite la creación de un espacio psicológico y social en el que desa-


rrollar la relación personal según la propia visión de las cosas de uno y de los demás.

Gracias a ello podremos saber si la relación es saludable o no. Es saludable cuando existe compasión
(capacidad humana de sentir con el otro, de identificarse con él y de ponerse en el lugar del otro), com-
prensión (capacidad humana para entender y penetrar las cosas) y sabiduría (conocimiento profundo que
permite tener un comportamiento prudente, honesto y sincero con respeto a la libertad de decisión).

Las relaciones interpersona les son eficientes (buenas) cuando producen:

1. Satisfacción. Se describe el problema existente.

2. Autenticidad. Está orientada al problema existente.

3. Empatía. Se identifica el sujeto con el otro.

4. Compañerismo. Se desarrolla en un régimen de igualdad.

5. Efectividad. Produce provisión.


338
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

Las relaciones interpersonales son deficientes


cuando producen:

1. Frustración (no se consigue lo que se esperaba).

2. Ansiedad (produce inquietud, zozobra,


agitación).

3. Enojo (origina ira contra alguien).

4. Agresividad (provoca respuesta violenta,


desproporcionada).

S. Actitud negativa (provoca repulsa).

6. Deserción (provoca desamparo o abandono).

Honestidad.
Saludable Confianza.
Respeto.

Satisfacción.
Autenticidad.
Eficiente Empatía.
Compañerismo.
Efectividad.

Frustración.
Ansiedad.
Enojo.
Deficiente
Agresividad.
Negativa.
Deserción.

Relación interpersonal

Los problemas en las relaciones interpersonales ocurren como resultado del compromiso
de los involucrados en sus propias perspectivas, ideas, opiniones y sentimientos que abusan o
pasan por alto los de los otros. Las relaciones giran en torno a las necesidades de las personas.
Necesidades satisfechas edifican relaciones interpersonales y producen comportamientos positi-
vos. Por ello, la meta de cualquier relación es cumplir las necesidades existentes. Las necesidades
que no son cumplidas (necesidades insatisfechas) destruyen las relaciones y producen comporta-
mientos negativos.
Una relación interpersonal es buena cuando es: descriptiva, está orientada al problema exis-
tente, origina empatía, se desarrolla en un régimen de igualdad y, produce provisión. Son com-
portamientos inefectivos dentro de la relación interpersonal el juzgar, controlar, dar imagen de
superioridad, dar certeza.

Las etapas de una relación interpersonal insatisfecha son: cooperación, desquite, dominación,
aislamiento. Cooperación: la acción conjunta de unos y otros para conseguir un mismo fin requiere
seis cualidades (compromiso, objetivo común, desinterés, confianza y respeto mutuo, creatividad,
compromisos renovados). Desquite: se vuelve a la situación anterior procurando reintegrarse de lo
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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

perdido. Aparece cuando se o lvida que se es "socio" en la relación; esta etapa surge cuando se da el
paso de salir de la relación y tiene varios segmentos (asumir demasiado de la otra persona, tomar
la iniciativa para cumplir sus necesidades): demandar o manipular, agredir, luchar por el control.
Dominación: poder para disponer de lo que es de uno. Las personas dominadas sacan tres conclu-
siones antes de optar por el aislamiento (la persona no se preocupa por sus necesidades al sentir
que es rechazada y autocompasión; ven al dominador como egoísta y no como socio. Concluyen
que no tienen que perdonar a la otra persona, ya que se ha pasado el límite del aguante. Dan por
hecho que no van a cumplir sus necesidades. Aislamiento: se aparta de la comunicación y del trato
con los demás. Aparece cuando se deja de luchar, se ignora a la otra persona, cesa la comunicación,
se pierde la confianza, aparecen nuevos problemas, aparece egoísmo. El resultado es la rotura de
la relación.

Acción conjunta para conseguir el mismo fin.

Compromiso.
Objetivo común.
Cooperación Desinterés.
Confianza y respeto mutuo.
Creatividad.
Compromiso renovado.

Vuelta a la situación anterior llenándose de lo perdido. Surge cuando se


olvida la relación de"socio'~

Asumir demasiado de la otra persona.


Desquite Tomar la iniciativa para cumplir las necesidades:
- Demandar o manipular.
- Agredir.
- Luchar por el control.

Poder para disponer lo que es de uno.

La persona se siente rechazada.


Ve al dominador como egoísta y no socio.
Dominación Saca conclusiones:
- No tiene que perdonar.
- Ha llegado al límite.
- No se cumplirán las necesidades.

Deja de comunicar; se aparta del trato con los demás.

Deja de luchar.
Ignora a la otra persona.
Aislamiento Cesa la comunicación.
Se pierde la confianza.
Aparecen otros problemas nuevos.
Surge egoísmo.

Etapas de la relación interpersonal insatisfecha

340
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

La relación interpersonal ha de basarse en tres pilares fundamentales que, por orden de im-
portancia, son: sinceridad, confianza y respeto. Sinceridad: la relación ha de ser veraz, honesta, sen-
cilla, expresada de modo libre sin hipocresía y sin fingimiento. Confianza: la esperanza firme que
se tiene de alguien es un elemento vital en cualquier relación, permitiendo conocer el problema
subyacente para proporcionar la ayuda. Respeto: acatar lo que hace alguien es importante. Se con-
sigue la creación de un espacio psicológico y social en el que se respeta la intimidad personal y se
fomenta la libertad para desarrollar la visión de las cosas.

Sinceridad Confianza Respeto


Libre de mentiras e hipocresía. Esperanza firme en alguien. Acatamiento.
Honesta. Permite conocer el problema. Consigue crear intimidad.
Sencilla. Permite ayudar. Fomenta la libertad.
Libre.

Pilares fundamentales de la relación interpersonal

Pero toda relación interpersonal no siempre es positiva. Hay momentos en los que se produ-
cen situaciones negativas, desagradables, que hay que controlar tomando decisiones o adoptando
actitudes positivas para que mitiguen y difuminen el impacto dañino. El propósito es mantener
una relación de fortaleza. Para controlar estas relaciones negativas se sugiere: no dar demasiada
importancia a aquello que en realidad no la tiene, no dejar que las emociones dominen al intelecto
(en estos casos lo mejor es buscar el equilibrio emocional), respetar la posición de la otra persona y
pensar que es tan válida como la tuya, por último no encerrarse en la propia frustración, exteriori-
zando el problema hablándolo con alguien de confianza.
Para finalizar esta parte de la exposición, decir que la duración de una relación estará en función
de varios factores: número de personas involucradas, propósito de la relación, compromiso de la
relación, valor que la relación tiene para cada uno, nivel de madurez de los individuos y por último
de las necesidades cumplidas.

2. El ciudadano como centro de nuestro


Sistema Sanitario
2.1. Atención y acogida al público
2.1.1. Atención yservicio
Incluso las Instituciones públicas conservan ciertas debilidades en cuanto a la atención al públi-
co se refiere. No se debe endosar este planteamiento a la escasez de recursos materiales, financie-
ros o humanos, sino simplemente a la desorganización, y quizás la falta de interés en quienes han
tenido el poder de decisión.

Debido al dinamismo que rodea el ambiente sanitario y las exigencias de un mundo cambiante,
los entes públicos deben incorporar nuevas herramientas administrativas q ue les permitan hacer
uso efectivo de los recursos propios o asignados. Todo esto en virtud de hacer más eficaz su función
primordial como lo es cubrir las necesidades del público.
341
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Hoy en día, existen todavía muchas organizaciones que confunden esta finalidad, por lo que
sus esfuerzos encaminados a mejorar el servicio fracasan rotundamente, sin importar el sincero
interés que se tenga en lograrlo.

Entonces, si la atención en sí misma no es servicio para el público, ¿qué es en realidad el servicio?

Para el público, servicio no es simplemente cortesía, sino que este concepto tiene que ver con
una serie de factores:

1. Elementos tangibles: van desde la apariencia de las instalaciones y el equipo (exterior e


interior), la presentación del personal y materiales de comunicación, hasta la explicación de
las materias.

2. Cumplimiento: implica desarrollar el serv1c10 prometido correcta y oportunamente.


¿Recibió el resultado en la fecha prometida? ¿Lo recibió en las condiciones solicitadas?

3. Disposición: significa ayudar a los ciudadanos y ofrecer un servicio ágil.

4. Cualidades del personal: demuestran que los profesionales sanitarios son competentes
en su trabajo y capaces de inspirar confianza. ¿El médico fue cortés? ¿Conocía los requisitos
y condiciones del servicio?, etc.
S. Empatía: ofrecer acceso fácil para el ciudadano; entender sus necesidades; mantener una
comunicación constante en un lenguaje claro y sencillo.

342
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

En primer lugar, el profesional debe centrarse en el factor más importante para el ciudadano: el
cumplimiento. Todos solicitamos servicios con la finalidad de recibirlos a tiempo y en la forma correcta.

En opinión del ciudadano, atención y servicio no es lo mismo, como se demuestra en esta ana-
logía, enfocarnos en mejorar la atención al público o la imagen de los elementos tangibles (mo-
dernizar las instalaciones, uniformar al personal, etc.) no nos ayuda a que el ciudadano perciba un
servicio de calidad si no hay cumplimiento de ejecución del servicio.

Aunque cumplir los objetivos del servicio debe ser la regla en todas las organizaciones, más de
la mitad de las quejas y problemas que experimentan los ciudadanos se derivan del incumplimien-
to de los mismos.

Atención y servicio no son lo mismo; el ciudadano evalúa un servicio con base en los cinco
factores mencionados anteriormente y, de entre estos, el cumplimiento es el más importante, pues
representa más de la mitad de la evaluación.

Por eso, enfocarse en el cumplimiento permitirá a la Institución Sanitaria mejorar inicialmente


el servicio y su usuario quedará satisfecho.

Los factores para lograr que una estrategia de relaciones con el usuario sea exitosa son los
siguientes:

1. La gestión de relaciones con el ciudadano debe de ser lo más eficaz posible.

2. Se debe definir hasta dónde se desea llegar en la atención al público.

3. Siempre hay que recordar que el ciudadano desea negociar con quien le conozca, que com-
prenda lo que necesita y que satisfaga sus necesidades. Gestionar la relación con él significa
asegurarse de disponer de la información para realizarla.

4. Las mej ores herramientas no son necesariamente las de más alta tecnología. Son aquellas
que permiten recopilar y preservar información para la organización y para el ciudadano.

La mejora de las técnicas de atención al público requiere la aplicación de una metodología


diseñada para responder a los siguientes interrogantes:

1. ¿Conoce cómo funcionan los procedimien-


tos -actuales? Si están documentados, será
necesario actualizarlos constantemente. En
caso de no tenerlos documentados, será im-
prescindible emplear un esfuerzo en hacerlo.

2. ¿Están los procesos orientados al ciudadano?


Al tenerlos documentados habrá que verificar
cuál es el grado de"amigabilidad" de cada pro-
ceso con el usuario. Es lo mismo que pregun-
tarse ¿Le resuelvo un problema al ciudadano?

3. ¿Cómo orientar la organización al ciudada-


no? Lo primero es definir el alcance de esta
orientación a través de la investigación del
tema y el asesoramiento adecuado de un
experto, para luego construir un plan es-
tratégico para gestionar el cambio en la
organización.
343
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DESALUD

4. ¿Se lograrán los objetivos?'EI adiestramiento adecuado del recurso humano, la elección de
la tecnología acorde con el alcance del plan, la implantación y el monitoreo, son técnicas
que orientarán la estrategia al camino correcto en caso de alguna desviación en las actua-
ciones de atención al público.

En un entorno cada día más exigente en el que los destinatarios principales de las actuaciones
de la Administración, los ciudadanos, exigen una mayor cercanía, eficacia y eficiencia en la presta-
ción de los servicios públicos, la Administración pública ha de esforzarse por satisfacer mejor sus
necesidades y requerimientos, anticipándose a los mismos.

Es decir, uno de los principales objetivos de la Sanidad es conseguir unas instituciones moder-
nas, abiertas, transparentes y accesibles a los ciudadanos.

2.1.2. Derechos de los ciudadanos


Los ciudadanos tienen una serie de derechos frente a la Administración:

1. Derecho a obtener información sobre cualquier asunto relacionado con sus derechos, obli-
gaciones e intereses legítimos, con la utilización de los servicios públicos, y con la organiza-
ción y competencias de la Administración.

2. Derecho a ser asesorado acerca de los requisitos jurídicos o técnicos que debe cumplir en
sus actuaciones ante la Administración.

3. Derecho a identificar a las autoridades y al personal al servicio de la Administración que tra-


miten los procedimientos y a exigirles responsabilidades cuando legalmente corresponda.

4. Derecho a ser tratado con respeto y deferencia por las autoridades y funcionarios al servicio
de la Administración.

s. Derecho a conocer, en cualquier momento, el estado de la tramitación de los procedimien-


tos en los que tenga la condición de interesado, y a obtener copias de los documentos
contenidos en ellos.

6. Derecho a obtener copia sellada de los documentos que presente, a la devolución de los
documentos originales y a no presentar documentos no exigidos por las normas o que ya
se encuentren en poder de la Administración.

7. Derecho a formular alegaciones y a aportar documentos, en los términos legalmente est a-


blecidos, que deberán ser tenidos en cuenta por la Administración al resolver.

8. Derecho a que la Administración dicte resolución expresa ante sus peticiones, solicitu-
des o reclamaciones, y a que le notifique dicha resolución en los términos establecidos
legalmente.

9. Derecho a acceder a los archivos y registros de la Administración, con los límites legalmente
establecidos.

1O. Derecho a presentar sugerencias y quejas en relación con el funcionamiento de los servi-
cios públicos y los órganos y unidades de la Administración.

344
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

2.1.3. Los usuarios


2.1.3.1. Tipología
Los usuarios de una institución sa nitaria son distintos entre sí, por lo tanto no responden o reac-
cionan de la m isma manera ante la atención recibida, de ahí que cada usuario sea único y requiera
un trato personalizado, y debemos recibirle como si fuera el primer ciudadano que vemos.

Además, los rasgos de personalidad, junto con otros factores "ambienta les" (características ed u-
cativas, económicas, sociales, etc.), determinarán las motivaciones que llevan al usuario a requerir
un servicio.

Tradicionalmente se han distinguido los siguientes tipos de usuarios más habituales:

- Usuario prepotente. Cree saberlo todo y es dominante. La actitud correcta respecto al mis-
mo será: no d iscutir, demostrarle interés por sus asuntos, y pedirle su consejo y su opinión.

- Usuario desconfiado. Duda de todos y de todo, rechaza hasta los argumentos más lógicos
y es susceptible. La actitud correcta respecto al mismo será: no contradecirle, respetar sus
ideas, buscar puntos comunes y no afirmar nada que no podamos demostrar.

345
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1
Usuario discrepador. Quiere discutir, no importa sobre qué cosa. Es polémico y agresivo.
Busca rá algún punto discordante, el que sea, para generar polémica. La actitud correcta
respecto al mismo será: con educación y respeto no polem izar, dar servicio prescindiendo
de sus provocaciones y argumentar a partir de sus propias palabras.

- Usuario indeciso. Nunca está seguro. No sabe lo que le conviene. Se decide y retrocede.
Impreciso en sus argumentos. La actitud correcta respecto al mismo será: darle argumentos
aclaratorios y tomar la decisión por él, poniendo las ventajas de una opción sobre la otra.

- Usuario impulsivo. Quiere respuestas rápidas. Es nervioso, va con prisas. Conciso y breve.
La actitud correcta respecto al mismo será: valorar su tiempo dándole la información preci-
sa y correcta.

- Usuario imitador. Es influenciable y dependiente. Concede gran valor a las opiniones de


los demás. Se acostumbra a que le trate siempre la misma persona. La actitud correcta res-
pecto al mismo será: darle seguridad y confianza. Presentar opiniones favorables a nuestro
servicio. Preocuparse por él, pero no decidir por él.

- Usuario agresivo. Hay situaciones donde los pacientes o sus familiares pierden la calma
ante una situación límite relacionada con su enfermedad. La actitud correcta respecto al
mismo será: intentarlo calmar, escuchándole, transmitiéndole comprensión y razonándole
1.a situació n.
Como vemos, las tipologías aquí recogidas reflejan bastante bien lo que nos podemos en-
contrar cuando atendemos a un usuario. Lóg icamente existirán muchas m ás, y la principal mi-
sión del Celador será identificar las principales pa utas de su comportamiento, sus motivaciones
y necesidades, y así adaptar su comportamiento para atenderle de la manera más satisfact oria.

2.1.3.2. Necesidades de los usuarios


Es fundamental tratar de detectar las principales necesidades del paciente, no sólo en cuant o
al servicio que está buscando, sino también en cuanto a sus valores, motivaciones, sentimientos y
especialmente a las expectativas que se ha formado sobre la atención que se le va a prestar.

Si este proceso se desarrolla correctamente, el resto del m ismo evolucionará b ien, puesto que
ya tendremos definidas las pautas de actuación para con el paciente.

Para poder ofrecer al usuario una atención que genere satisfacción, es preciso tener en cuenta
lo q ue espera recibir cuando entra en una institución sanitaria, es decir, sus expectativas.
346
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

El ciudadano no sólo espera recibir un servicio de


calidad y con instrucciones claras (estas son algunas
de las necesidades racionales más importantes), sino
que también quiere que se le trate con educación,
amabilidad, cortesía ... (necesidades emocionales).

Las necesidades más comunes que tiene el


usuario son: ser atendido sin esperar demasiado, ser
acogido, ser orientado en buena dirección, sentirse
cómodo, ser tranquilizado y ser aconsejado.

Las respuestas a estas necesidades deben ser del


tipo siguiente:

- Necesidad de ser atendido sin esperar dema-


siado: para ello, se debe interrumpir lo que
se esté haciendo con el fin de ocuparse de la
persona que acaba de llegar. Es la mejor for-
ma de hacerle ver que es más impo rtante él,
que las tareas que se esta ban ejecutando.

- Necesidad de ser acogido: es preciso que el local sea acogedor, confortable, bonito, or-
denado..., pero también que la persona sea acogedora. Esto se manifiesta a través de
nuestra mejor sonrisa, acompañada de unas palabras de bienvenida, dichas en un tono
amistoso.

Ej. "Buenos días, ¿en qué puedo ayudarle?''.


- Necesidad de ser orientado en la buena dirección: ser orientado en la buena dirección signi-
fica guiarle correctamente. Eventualmente puede ser necesario dirigirle a un compañero.
El primero deberá asegurarse con absoluta certeza que ha sido correcta su orientación, y
el segundo, debe atender con suma cortesía al usuario, de manera que perciba un mismo
nivel de atención en ambos, sin fisuras.

- Necesidad de sentirse cómodo, de estar bien instalado. La sensación de bienestar proviene de


un conjunto de elementos: local, mobiliario, materiales, temperatura, espacio, luz y sobre
todo de la limpieza y orden que encuentre.

Para cubri r adecuadamente las necesidades de atención al usuario, debemos atenderle


transmitiendo:
- Seguridad: emitiendo confianza sobre el servicio que ofrecemos y en lo que decimos sobre
el mismo.
- Eficacia: trabajando rápido y bien.
- Amabilidad: tratando con agrado al usuario y siendo considerados.
- Cortesía: siendo respetuosos y educados.
- Discreción: en el manejo de la información interna y de los usuarios.
- Profesionalidad: asesorando con honestidad a los ciudadanos y conociendo con detalle el
servicio.

En general se usa rán fórmulas sociales de cortesía habituales en nuestra cultura, tanto en la
comunicación oral como en la escrita, siendo absolutamente respetuosos.
347
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2.1.3.3. Actuaciones frente al usuario


Teniendo en cuenta todo lo anterior, lo que se debe
hacer para crear una imagen de profesionalidad frente al
usuario es:

- Actuar con naturalidad.

- Sonreír.

- Ser sincero.

- Mantener informado al usuario.

- Tener toda la información relevante encima de la


mesa.

- Emplear el nombre y apellidos del ciudadano así


como identificarnos ante él.

Por el contrario, lo que no se debe hacer es:

- Mantener al ciudadano en suspense.

- Hablar a la vez con otros compañeros.

- Infravalorar al usuario.

- Hacer promesas que no se puedan cumplir.

- Ser negativo.

Uno de los puntos principales de la atención al público es el de las relaciones con el usuario
satisfecho o insatisfecho.

El usuario satisfecho es aquel que encuentra el servicio que necesita y ha sido atendido de la
forma que esperaba. Los usuarios satisfechos, sobre todo los asiduos, comentan a sus conocidos el
servicio recibido, e incluso animan a otros a visitar el organismo. Un usuario satisfecho es el mejor
indicador de calidad que existe, ya que publicita el buen servicio de forma desinteresada.

Pero hay que tener en cuenta el lado contrario, pues un ciudadano que considere que se le ha
atendido mal, por muy bueno que sea el servicio que ofrecemos, no hablará bien de nuestro depar-
tamento, y seguramente dará malas referencias de nosotros a la gente de su entorno.

El gran problema no es el lugar donde el usuario se manifiesta, sino en todos aquellos en los
que, por distintas razones de tiempo, comodidad, timidez, el usuario no comunica su experiencia y
por tanto no se puede reaccionar.

Es de suma impo rtancia proporcionar una buena atención y servicio a los usuarios, solucionan-
do todas sus quejas y objeciones a fin de evitar su insatisfacción.

Por otra parte, el comportamiento del Celador ha de ser el de un profesional, y esto implica
respetar la regla de oro de la organización de calidad:

Trate a los demás, como usted quiera que ellos le traten.

348
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

2.1.4. Formas de atención al público


En otro orden de cosas, se puede hablar de varios tipos de formas de atención al público:

2.1.4.1. Atención presencial


Por lo que se refiere a la atención presencial, la mayor demanda de información administrativa
de los ciudadanos, en la moderna Sociedad de la Información, hace que haya que determinar los
instrumentos necesarios para fomentar y ofrecer información a distancia, procurando evitar los
desplazamientos de los interesados, así como unificar y coordinar la múltiple información adminis-
trativa que produzcan los diferentes órganos y unidades administrativas mediante la creación de
un órgano colegiado, participado por todas las Administraciones.
Como novedad importante en la atención e información al administrado, se recoge un concepto
amplio de documento que abarca no sólo los emitidos en soporte papel, sino también los t ra nsmi-
tidos por medios electrónicos y telemáticos, facilitando con ello una comunicación más ágil entre
los propios órganos administrativos y entre éstos y los usuarios, al amparo de las nuevas tecnologías.

Las autoridades y profesionales tienen el deber general de tratar con respeto y deferencia a los
ciudadanos, facilitándoles la atención precisa para el ejercicio de sus derechos y el cumplimiento
de sus obligaciones.

2.1.4.2. Atención telefónica


El servicio telefónico realizará las siguientes funciones:
a) Ofrecer, mediante un único canal, información administrativa a través de la cual los ciuda-
danos puedan acceder al conocimiento de asuntos relacionados con sus derechos, obliga-
ciones e intereses legítimos, individuales o colectivos, y sobre la utilización de los bienes y
servicios públicos.
b) Ofrecer información administrativa de carácter general que sirva de orientación a los ciu-
dadanos que hayan de relacionarse con la Administración, y verse sobre la identificación,
fines, competencia, estructura, funcionamiento y localización de los distintos departamen-
tos:centros directivos, órganos y unidades administrativas.

c) Informar, con carácter general, sobre los req uisitos jurídicos o técnicos que las disposicio-
nes impongan a los proyectos, actuaciones o solicitudes que los ciudadanos se propongan
realizar, así como sobre los procedimientos administrativos, los servicios públicos y demás
prestaciones que se lleven a cabo por la Administración.

d) Asistir a los ciudadanos en el ej ercicio del derecho de petición reconocido en el artículo 29


de la Constitución.
e) Informar sobre cualesquiera otros datos que los ciudadanos tengan derecho a conocer en
su relación con la Administración en su conjunto, o con alguno de sus ámbitos de actuación.

f) Ofrecer información administrativa de carácter particular, en la medida en que ello


vaya siendo posible t écnica mente, concerniente al estado o contenido de los proce-
dimientos en tramitación o finalizados, y a la identificación d e las autoridades y per-
sonal al servicio de la Administración bajo cuya responsabilidad se tramiten aquellos
procedimientos.
349
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

\ .. .

·----
g) Permitir el acceso telefónico directo a los órganos y unidades de la Administración, cuando
así lo exija la índole de la consulta formulada por el usuario.

h) Ofrecer un servicio reactivo, poniéndose en contacto con los ciudadanos cuando no hubie-
ra sido posible resolver una petición de información de forma inmediata.

i) La realización de determinados trámites administrativos, cuando los avances técnicos de la


Administración lo permitan.

La prestación del servicio telefónico se realizará salvaguardando los principios de autenticidad,


confidencialidad, integridad, disponibilidad y conservación de la información, así como la protec-
ción de los datos de carácter personal de los ciudadanos que accedan a este servicio.

2.1 .4.3. Atención telemática


Así, la plena consolidación de la Sociedad de la Información y el Conocimiento, como elemento
clave para el desarrollo económico y socia l, hace que se incluya como línea estratégica sectorial la
implantación de la administración digital con un doble objetivo: en primer lugar, acercar al máximo
los servicios de la Administración al ciudadano por medio de la diversificación de los canales de ac-
ceso, otorgando prioridad al canal Internet pero sin olvidar los canales alternativos; y, en segundo
lugar, mejorar la calidad de los servicios prestados mediante el empleo de las Nuevas Tecnologías
de la Información y las Comunicaciones (NTICs).

350
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

La atención telemática consiste en acercar la tecnología a los ciudadanos, en una primera fase,
en aquellos espacios en donde se relaciona presencialmente con la Administración, a fin de pro-
mover y fomentar la implantación paulatina de la administración electrónica y posteriormente en
aquellos espacios públicos de amplia utilización por los ciudadanos, al objeto de facilitar sus rela-
ciones con las Administraciones públicas.

3. La comunicación como herramienta de trabajo


Una de las características por las que los seres vivos se diferencian del mundo vegetal es la co-
municación. La comunicación es una necesidad básica del ser humano, y dentro de todos los tipos
de comunicación humana la más potente es la comunicación oral (se realiza por medio del habla).
Por ello, desde sus orígenes ha potenciado la comunicación como medio de relacionarse con sus
congéneres, bien para pedir ayuda, para atemorizar o quizás también para buscar compañía como
medio de perpetuar la especie.

Inicialmente la comunicación se realizaba por gestos o mediante sonidos guturales hasta que
apareció el lenguaje oral. Con la invención de la escritura por los caldeos, hace 5.300 años, la ca-
pacidad comunicativa de las personas ha aumentado y se potenció de forma considerable. La co-
municación es importante porque cumple diversas funciones: permite la relación de las personas,
fomenta la motivación de las mismas, permite la integración social para la satisfacción de las ne-
cesidades sociales y personales, proporciona la información que los individuos y grupos necesitan
para tomar decisiones y evaluar opciones alternativas.

3.1. Definición de comunicación


La primera definición que se conoce con consenso internacional fue la aportada por la UNESCO
en la Conferencia General que sobre comunicación tuvo lugar en Nairobi, en el año 1976: "se en-
tiende por comunicación un proceso de interacción socia l, a través de un intercambio equilibrado
de información y experiencia''. No tuvo m ucha aceptación por la ambigüedad que conlleva. Fue
por ello que, en la Conferencia General celebrada un año después en Yugoslavia, se añadieron las
palabras emisor y receptor. Quedando entonces como sigue: "se entiende por comunicación un
proceso de interacción social, a través de un intercambio equilibrado de información y experiencia
entre un emisor y un receptor''.

En sentido genérico se puede decir de la comunicació n que es el "proceso mediante el cual se


transmite información, sentimientos, pensamientos, y/o cualquier otra cosa que pueda ser trans-
mitida''. De una forma sencilla se puede decir que comunicación es la "capacidad para hacerse com-
prender por los demás".

El diccionario de la Real Academia de la Lengua Española define la comunicación como la "trans-


misión de señales mediante un código común al emisor y al receptor''.

Para Arcadi, la comunicación "es un medio por el cual dos o más personas pueden intercambiar
frases a través de un proceso en el cual se ven relacionados el emisor, que es la persona que envía
el mensaje, el receptor, que es la persona que lo recibe y que a su vez se vuelve emisor, el cual lo
manda a través de un canal por medio de códigos''.

351
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Para Alexandra Navarro, la comunicación es "todo proceso social de producción de formas sim-
bólicas, considerando tales procesos como fase constitutiva del ser práctico del hombre y delco-
nocimiento práctico que supone este modo de ser''.

Para nosotros, la comunicación es el "proceso mediante el cual la persona se relaciona con su


entorno, o con o tras personas, utilizando un código común (lingüístico o no lingüístico), que se
envía a través de un medio (canal de comunicación), con la finalidad de conseguir un objetivo (una
respuesta)''. Por ello, podemos decir que la comunicación es relación y no sólo información. Cuando
en la comunicación no se produce una respuesta por parte del receptor, no se ha entendido la
información.

3.2. Elementos del proceso de la comunicación


Para que tenga lugar la comunicación se requiere de la existencia de seis elementos: fuente o
emisor, mensaje, un canal de comunicación, receptor, proceso de codificar, proceso de decodificar:

- Emisor: es la fuente productora del mensaje; es decir, la parte de la comunicación que pro-
duce el mensaje.
- Receptor: es la parte de la comunicación a quien se le transmite el mensaje.

- Mensaje: es el primer elemento de la comunicación. Es todo aquello que se desea transmitir.

- Código: es el conjunto de signos que le permite al emisor transmitir el m ensaje, de manera


que el receptor pueda entenderlo. Estos códigos pueden ser: lingüísticos (oral y escrito), no
lingüísticos (visual, gestual, auditivo).
- Medio o canal de comunicación: es el vehículo en el que se transmite el mensaje (aire, pa-
pel, etc.). Atendiendo a esta función (medio o canal empleado) la comunicación se clasifica
en: oral, por gestos, escrita y por símbolos.

En la comunicación, todos los elementos son importantes y absolutamente imprescindibles.


Si cualquiera de ellos faltara, el proceso quedaría incompleto y la comunicación no se realizaría.

El emisor y el receptor son los elementos subjetivos de la comunicación, el m ensaje es el objeto


de la transacción comunicativa y el canal es el medio físico de transmisión.

-t
ltf
Emisor Receptor

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HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

3.2.1. El proceso de comunicación


El proceso de la comunicación consiste en que el emisor y el receptor han de estar sintonizados
para un mismo mensaje. Esto requiere que la fuente emisora codifique una idea (mensaje) en forma
de señal, que pueda ser vehiculizada posteriormente hacia la fuente receptora y que ésta sea capaz
de descodificarla apropiadamente. El proceso de comunicación comienza en el emisor y finaliza
cuando el receptor ha descodificado y entendido el mensaje.

Si el mensaje no es codificado adecuadamente, es decir, acorde con el nivel o desarrollo cog-


nitivo de la persona o personas a las que va dirigido, éstas no podrán descodificarlo y por tanto no
entenderán dicho mensaje. En estos casos no se produce el proceso de la comunicación. Ej. Un mé-
dico no puede hablar a su paciente en términos o lenguaje científico si este es profano en ese cam-
po, puesto que será incapaz de descodificar el mensaje y no entenderá lo que se le quiere transmitir.

Cuando entre dos personas que conversan se establece comunicación se habla de retroali-
mentación o feedback. La retroalimentación indica cómo se ha establecido el m ensaje entre am-
bas y permite ir viendo que se asimila bien el m en saje y se comprende lo que se quiere transmitir.

A través de la retroalimentación la fuente puede comproba r en qué grado el mensaje se ha


descodificado por el receptor (interpretado).

Además en la comunicación pueden presentarse «ruidos». Un ruido es la interferencia que


tiene el mensaje para llegar al destino y se refiere a los elementos que pueden dificultar una buena
percepción por el destino.

Los ruidos pueden ser físicos o psíquicos. Son ruidos físicos la contaminación acústica generada
por múltiples elementos (circulación, herramientas, voces, etc.). Los ruidos psíquicos se refieren al
estado psíquico y emocional en que se encuentra el individuo, por lo que dependen de factores
subjetivos (grado de interés, atención, motivación, ansiedad, etc.).

Para que la comunicación sea efectiva han de cumplirse varios requisitos: claridad (accesible
para quien va dirig ida), prudencia (permita la cooperación para conseguir un objetivo), aprove-
chamiento (tenga utilidad), equilibrio (no lo discrimine de otros), moderación (la estrictamente
necesaria y lo más concisa posible), difusión (llegue a otros) y evaluación (revisar y perfeccionar
con el fin de mejorar).

También es importante mantener una relación de confianza con los pacientes, respetando su in-
timidad, para que la comunicación sea fluida y sincera. Es importante animar, fomentar y favorecer
las relaciones sociales para que realice actividades que le mantengan ocupado.

El proceso de comunicación utiliza el modelo de comunicación de Shannon y Weaver basado en


la "teoría de los códigos''. Existiendo dos tipos de códigos:

- Código lingüístico: aquel que utiliza letras o grafos (para formar lexemas).

- Código no lingüístico: el que no utiliza grafos. Puede ser:

* Código no lingüístico visual: aquel que se utiliza en las señales, carteles, etc. (mediante
dibujos, fotografías, etc.) o el que se hace mediante gestos y signos (código semiótico).
Para captar el mensaje, el receptor debe ver la señal que el emisor le envía. No debemos
confundir ver con leer. Si bien es cierto que el código lingüístico escrito también hay
que verlo, más cierto es que no sólo basta con eso, sino que también hay que saber leer
y conocer el id ioma para entender el mensaje. En cambio, cuando nos comunicamos
con el código no lingüístico visual, sólo basta con ver.

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NOTA: En ciertas culturas orientales se considera de mala educación mirar


directamente a los ojos de otra persona. Acto semejante es considerado por el interlocutor
como un desafío y no como una señal de mayor atención al mensaje.

* Código no lingüístico gestual y postura/: aquel en el que el emisor transmite su mensaje a


través de gestos, muecas, utilizando su cuerpo.

* Código no lingüístico acústico: aquel en el que emisor es un dispositivo que emite un so-
nido que es capt ado por el oído, es decir, el receptor debe escuchar la señal para recibir
y entender el mensaje. Ejemplos serían la sirena de una ambulancia, de un detector de
fuego, la bocina de un coche, el zumbador de la puerta, etc.

3.2.2. Tipos de comunicación


La comunicación está basada en el lenguaje de cód igos. Depend iendo del signo que se utilice
o del emisor y receptor, los tipos de comunicación son:

- Según el código utilizado: lingüística y no lingüística.

- Según la relación emisor - receptor:

" Comunicación horizontal. Se emite un mensaj e por parte del emisor que llega al recep-
tor, consiguiendo que este ejecute una tarea o una función. Es decir, emisión de un
mensaje que fina liza en el receptor con la ejecución de una tarea.

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HABILIDADES SOCIALESYCOMUNICACIÓN 11111

* Comunicación participativa. La fuente emisora emite un mensaje que es recibido por el


receptor consiguiendo la participación de este y la emisión de un nuevo mensaje. Es
decir, se emite un mensaje que recibido por el receptor consigue en este un efecto y
que a su vez participe en la emisión de un nuevo mensaje.
- Según el canal de comunicación:

* Unidireccional. Un solo sentido.

* Bidireccional. Comunicación con posibilidad de retroinformación.

* Multidireccional. Pluralidad de participantes.

- Por el radio de acción respecto a la institución:

·• Internas. Emisor y receptor pertenecen a la misma institución.

* Externas. No pertenecen a la misma institución.

Sea cual sea el modo (lingüista o no lingüista) de comunicarse entre el paciente y su interlocu-
tor, la importancia del proceso de la comunicación radica en que esta sea bidireccional, interactiva
y comprensiva. Recuerde que el 75% de la comunicación es del t ipo"no lingüista".

3.3. Actitudes
La actitud es una disposición estable de la personalidad para reaccionar ante ciertas situacio-
nes mediante conductas sistemáticas y uniformes.

Otros autores definen la actit ud como una forma organizada y duradera de pensar, sent ir y
reaccionar hacia un objeto, situación o persona. Teniendo en cuenta lo anterior, se establecen tres
aspectos a considerar en las actitudes:

- Objeto: es todo aquello frente a lo cual el sujeto puede reaccionar (personas, objetos, situa-
ciones, etc.).

- Dirección: las actitudes se relacionan con el estado afectivo de la persona y pueden oscilar
entre una aceptación total o un rechazo total, pasando por todas las situaciones interme-
d ias posibles.

- Intensidad: las actitudes varían según la fuerza o intensidad con que se vive el fenómeno.

En toda actitud hay varios componentes:

- Componente cognoscitivo: formado por la idea, el conocimiento o la creencia q ue se posee


de una persona, objeto o hecho.

- Componente afectivo: se refiere al grado de motivación que hace ser favorable o d esfavora-
ble la vinculación afectiva con la persona o el hecho. Se refiere a los motivos que impulsan
a actuar de una determinada manera.

- Componente conductual: formado por la t endencia de la conducta que se traduce en com-


portamientos determinados.
Existe una interrelación entre el componente cognoscitivo y el afectivo, pero no está bien esta-
blecida la que pueda existir entre el componente afectivo y el comportamiento.

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Las actitudes se adquieren por métodos diversos:

- Imitación: las conductas o reacciones se aprenden espontáneamente por transmisión mi-


mética de los semejantes. Se imitan sobre todo las actitudes de los más capacitados.

- Instrucción: la persona es instruida por otra sobre las actitudes que debe asimilar. Es una
forma específica de transmitir la información.

- Enseñanza: es la forma más correcta de promover actitudes favorables aunque también la


más difícil en la obtención de éxitos. Respeta la independencia de la persona y le permite ir
construyendo y consolidando su forma de ser y actuar. A la vez se favorece la aparición de
nuevas actitudes.

3.4. Elementos de la comunicación paciente/Celador/familia


Es necesario hacer algunas consideraciones prácticas en la comunicación con el paciente y sus
familiares.

Por parte del Celador es necesario:

- Conocer el contexto sociocultural del paciente. Cuando el Celador tiene que hablar con el
paciente o sus familiares debe hacerlo utilizando un lenguaje claro, que evite, en la medida
de lo posible, los tecnicismos científicos. Las palabras deben ser conocidas en el lenguaje
coloquial y las frases han de ser cortas, precisas y claras. Debe hablarse lo justo y necesario,
evitando cualquier tipo de tertulia.

- Estar atento, saber callar para escuchar adoptando una actitud favorable de escucha, en la
que se demuestre interés por el paciente y su entorno inmediato.

- Se debe favorecer la expresión y comunicación con el paciente cuando quiere transmitir


algo. Se trata de crear un ambiente distendido y manifestar cierta empatía hacia el propio
enfermo o/y sus familiares.

- Favorecer situaciones de comunicación con el paciente, aunque evitando que se sienta pre-
sionado a hablar, ya que eso genera desconfianza y aislamiento.

- En la medida de lo posible no debe interrumpirse al paciente cuando trata de expresar


alguna preocupación, dolencia, sentimiento, etc.

- El Celador debe ser consciente de que su actitud general, forma de presentación ante los
pacientes y/o familiares, aspecto físico y forma de vestir, expresión corporal y mímica in-
fluyen de manera favorable o desfavorable en la comunicación con el paciente. Manifestar
una actitud positiva.

- Los familiares y el paciente no deben percibir, en ningún caso, en los Celadores desinterés
por su situación, bien sea porque se trata de un proceso habitual, por prisas, falta de empa-
tía, etc.

- El Celador debe evitar emitir cualquier juicio de valor u opinión sobre el proceso del en-
fermo, tanto al propio enfermo como a la familia. Tiene que ofrecer soluciones no nuevos
problemas.

- El tono de voz debe adecuarse a cada paciente y circunstancia y las expresiones corporales
y mímicas deben ser mínimas, ya que se trata de un lenguaje ambiguo, poco preciso y sus-
ceptible de valoraciones muy subjetivas.
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HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

- Descubrir la importancia que tiene entender al paciente como persona teniendo en cuenta
sus necesidades (fisiológicas, de autorrealización, religiosas y culturales, de autoestima, de
afecto, etc.).

- Adecuarse, en la medida de lo posible, al tipo de paciente (quirúrgico, psiquiátrico, geriá-


trico, pediátrico, etc.), teniendo en cuenta la clase y características de la enfermedad que
padece.

Por parte del paciente y los familiares:


- Deben conocer la carta de derechos y deberes del paciente, ya que tienen derecho a recibir
cuanta información deseen sobre aspectos de las actividades asistenciales que afectan a su
proceso de tratamiento y situación personal.

- Los familiares deben conocer las horas de atención que el hospital tiene establecidas para
poder hablar con el médico responsable.

3.5. Reglas del arte de escuchar: activa y pasiva


La escucha activa puede definirse como un conjunto de comportamientos y expresiones que
adopta el Celador ante el enfermo o sus familiares para comunicarle, de distintas maneras, que ha
entendido y/o comprendido lo expresado por el propio enfermo.

Reglas básicas para una escucha activa:


- Estar en silencio durante la escucha.

- Responder estrictamente cuando sea preciso a lo manifestado por el paciente y/o familiar.

- Resumir lo que ha dicho el paciente o sus familiares, resaltando los aspectos más importan-
tes, como una manifestación de interés y comprensión.

- Demostrarle, además, que se ha entendido y comprendido bien lo que el enfermo o familiar


ha dicho a través de alguna afirmación o pregunta clave sobre sus sentimientos.

La escucha pasiva, en cambio, se refiere al procedimiento seguido por el Celador para demos-
trarle al paciente que ha entendido y comprendido su mensaje, pero sin utilizar para ello el lengua-
je verbal. Se vale de un gesto, una palmada, un movimiento afirmativo, una sonrisa, etc.

3.6. Factores que facilitan y obstaculizan la comunicación


interpersonal: paciente/Celador/familia
Para establecer una buena relación de empatía y la comunicación adecuada con el paciente y/o
sus familiares es necesario tener en cuenta los siguientes factores:
- Léxico: usar un lenguaje adecuado a cada caso. No todos los pacientes tienen el mismo
nivel cultural y por tanto las palabras y su significado deben ser conocidas, en el momento
del diálogo, tanto por la fuente emisora como por el destinatario.
- Terminología científica: es conveniente evitar la terminología científica y médica, puesto
que la población en general la desconoce.

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- Expresión: hablar correctamente, con lógica y precisión.

- Comentarios: evitar comentarios improcedentes o innecesarios.

- Atención: procurar hablar siempre mirando a la cara y atendiendo a las expresiones del
paciente, ya que los enfermos transmiten mensajes a través de la comunicación no verbal
(gestos, posturas, actitudes, etc.).

- Respeto: saber escuchar para después hablar (respeto a quien habla).

Pero también existen barreras o dificultades para la comunicación con el paciente y/o los fami-
liares, entre las que se encuentran:

- Lenguaje: cuando el Celador usa distinto lenguaje, de manera que el paciente no puede
descodificarlo y por tanto interpretarlo.

- Fluidez verbal: hablar demasiado deprisa dificulta la comprensión. Hablar muy lentamen-
te puede aburrir y hacer que el paciente pierda el interés.

- Momento: hablarle al paciente en momentos inoportunos (dolor, somnolencia, etc.).

- Valoraciones: hacer juicios de valor o dar opiniones sobre temas para los que no existe una
moral universal y por tanto no se comparten opiniones.

- Sinceridad: la percepción de q ue se ocultan cosas, cambiar de tema en una conversación


inacabada en la que el paciente tiene interés, etc., dificultan de forma significativa la rela-
ción y la comunicación.

- Discapacidades físicas: sordera, ceguera, etc.

- Discapacidades psíquicas: cuando existen alteraciones psíquicas que cursan con disminu-
ción de las capacidades intelectuales y, a veces, físicas (psicosis, neurosis, alteraciones de la
memoria, etc.).

3.7. Fases de una relación interpersonal (Celador/paciente/


familia) de ayuda
Las fases que caracterizan una relación de ayuda interpersonal entre el Celador y el paciente y/o
sus familiares se pueden resumir en las siguientes:
1. Fase receptiva o contacto: al producirse el encuentro entre el Celador y el enfermo, se
origina una primera reacción de expectación que permite al Celador orientarse, situarse
respecto al paciente, ya que este pone de manifiesto un determinado problema que de-
manda algún tipo de ayuda.

2. Fase de ejecución: el Celador ya ha procesado la información recibida y se ha planteado


mentalmente lo que puede decir o hacer para establecer una relación adecuada con el pa-
ciente. Se inicia una relación profesional con el enfermo y sus familiares.

3. Fase de conclusión: prestada la asistencia o ayuda necesaria en la fase de ejecución, este


proceso de asistencia y atención al paciente debe terminar de manera que el Celador se
sienta satisfecho de haber podido aportar algo provechoso al paciente, ayudándole así a
mejorar su estado anímico, físico, etc.

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HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

3.8. Actitudes del Celador en una relación de ayuda


El Celador debe adoptar una actitud positiva en cualquier relación de ayuda de manera que, si
lo expresado en la fase de conclusión del apartado anterior fracasa por alguna circunstancia, debe
replantearse nuevamente todo el proceso seguido.

Es necesario en todo momento adoptar algunas actitudes determinadas que son muy impor-
tantes en una relación de ayuda:

- Respeto: la relación de ayuda al enfermo se basa en la confianza y respeto mutuos. La com-


prensión de su situación, sin hacer juicios de valor, la tolerancia a las distintas situaciones y
realidades son valores básicos y fundamentales para una relación de ayuda provechosa.

- Sinceridad: es necesario que la sinceridad en el trato sea percibida por el paciente y sus
familiares para que se produzca esa relación de confianza expresada anteriormente.

- Empatía: una relación de empatía se produce cuando hay una comunicación mutua en la
que ambas personas son capaces de captar la sensibilidad, los sentimientos y la realidad del
otro. Es un elemento fundamental en la relación con los Celadores.

- Rigor, seriedad y precisión en el trabajo: son cualidades muy apreciadas que favorecen
la confianza y la relación de comunicación, sobre todo cua ndo se trata de una asistencia
sanitaria.
- Asertividad: podríamos definirla como la competencia del individuo para desarrollar la
labor que le exige su rol profesional. Esto es, conocer y aplicar los derechos que pertenecen
tanto al Celador como al enfermo.
Ser asertivo implica: saber decir «no» ante una demanda no justificada, saber y reconocer
que podemos equivocarnos pero, sobre todo, que asumimos esta responsabilidad, saber
que no tenemos respuestas ni soluciones para todo, saber que hay pacientes con los que
la relación puede ser muy distante, saber que trabajamos en equipo y que no tenemos
por qué conocer todo lo que nos pregunten, que podemos consultar o derivar a otros
profesionales ...

En definitiva, ser asertivo implica tener el valor suficiente para mostrarse como uno es, con
nuestras limitaciones y virtudes.
- Reactividad: o capacidad para dejar hablar y para escuchar. Se refiere al tiempo que pasa
entre que el paciente deja de hablar y comenzamos a hacerlo nosotros.

4. Atención e información al enfermo y familiares


No hay dos personas iguales en este mundo. No podemos predecir las reacciones de una perso-
na por lo que haríamos nosotros en su caso ya que, como dijimos antes, existen grandes diferencias
entre una persona y otra. Todo individuo debe ser tratado con arreglo a su personalidad, no piensa
ni actúa igual una persona joven que otra mayor, ni un hombre como una mujer en determina-
das circunstancias, etc. El Celador debe tener esto siempre muy presente e intentar comprender a
quién está tratando. Esta actitud del empleado hacia las personas es de suma importancia, pues
para el público ese empleado representa a la Institución misma y el concepto que tenga de él es el
que tendrá de la propia Institución.

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Por la peculiaridad del trabajo del Celador (suele ser el primer profesional que entra en con-
tacto con los pacientes), debe tener en cuenta que en determinados momentos llega a ser alguien
vital para quien le consulta o necesita, por lo tanto la experiencia le enseñará que debe tener muy
en cuenta el efecto de sus actos sobre dichas personas.

En las Instituciones Sa nitarias, nuestro trato directo con el asegurado, con el beneficiario que
tiene necesidad de su uso, tiene que extremarse al máximo, procurando por todos los medios hu-
manizar esas relaciones entre el empleado y el público. Que las personas no sean un número, sino
individuos que necesitan comprensión, deferencia, amabilidad, corrección y atención.

El Celador ha de tener muy presente que va a tratar en muchos casos a personas que sufren y
que por lo tanto su comportamiento delante de ellos o sus familiares ha de ser siempre muy hu-
mano y delicado.

El enfermo, casi siempre, se encuentra deprimido por los problemas que la enfermedad acarrea
a su familia y para esta es un momento muy difícil, la preocupación por su estado de salud, por saber
cuándo recibirá los primeros cuidados, quién va a ocuparse de él, etc.; en estas circunstancias, enfermo
y familiares se hacen más susceptibles y detectan con mayor facilidad los pequeños detalles; una des-
atención por parte del Celador al entrar en el hospital es suficiente para crear un estado de desánimo.

El enfermo ha de ser tratado con amabilidad y corrección, prestándole la máxima atención de


tal manera que crea que sólo nos interesan sus problemas, por tanto hay que ser pacientes, saber
escuchar, tener cuidado de no herir su susceptibilidad ni sus sentimientos. No nos creamos supe-
riores y les demostremos esa especie de despotismo que a veces se nota a través de nuestras con-
versaciones poco amables, y tengamos siempre presente que la Seguridad Social fue creada para
los trabajadores y sus familiares, que a ellos nos debemos y que hay que tratarlos en todo momento
con la máxima corrección y deferencia.

Dentro de las relaciones con el público está la faceta de la información, que entraña una máxi-
ma atención por parte del personal informador ya que de ella se puede derivar la pérdida de un
derecho o la demora en una asistencia sanitaria.

La información al público debe ser siempre clara, completa, amable y sencilla para poder ser
entendida por cualquier persona. Los trámites administrativos, la burocracia, el papeleo y las colas
son los problemas inherentes a cualquier gestión con la Administración que más detestan los usua-
rios; por ello debemos poner nuestra mejor voluntad en aquellas cosas más difíciles de entender
para evitar roces y suspicacias con los mismos.
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HABILIDADES SOCIALES VCOMUNICACIÓN 11111

Por otra parte, el Celador, dada su movilidad en las Instituciones, puede llegar a enterarse del
estado de un paciente, del diagnóstico, de una posible intervención, etc. Por ello está obligado a
guardar silencio acerca de todo lo que conozca a causa del ejercicio de su profesión, ante los en-
fermos, familiares, visitantes, compañeros e incluso personas ajenas a su trabajo. Callará incluso las
cosas que crea que no tienen importancia.

Si es interrogado por la familia no deberá dar ninguna información sobre el estado del enfermo,
sino dirigirla amablemente hacia el personal facultativo que es el único autorizado para dar expli-
caciones en estos casos. En el Estatuto de Personal no Sanitarios, en respuesta a este caso indica:
"Se abstendrán de hacer comentarios con los familiares y visitantes de los enfermos sobre diagnós-
ticos, exploraciones y tratamientos que se estén realizando a los mismos, y mucho menos informar
sobre los pronósticos de su enfermedad, debiendo siempre orientar las consultas hacia el Médico
encargado de la asistencia del enfermo''.

En resumen, la atención al enfermo y a los familiares se concreta en las siguientes funciones:

a) Orientación al usuario durante su estancia en el centro sanitario, referida tanto al propio


centro:

- Ubicación de los servicios y unidades del centro.

- Horario de los distintos servicios.

- Información general a los pacientes sobre las horas de visita y consulta para la informa-
ción médica.

Como referida a los servicios ajenos al centro:

* Medios de transporte.

* Hospedería para familiares.

b) Procurar una mayor colaboración entre los usuarios y el personal que trabaja a su servicio.

c) Atención personalizada a familiares:

Disminuir la preocupación de los familiares.

- Información a los familiares sobre la planta o Servicio en el que se encuentra el pacien-


te, incidencias, tiempos de espera, traslados, etc.

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- Localización de familiares por el servicio de megafonía para traslado de avisos, informa-


ción o llamadas telefónicas del exterior.

d) Canalizar las quejas, reclamaciones y sugerencias de los usuarios.

S. Estilos de comunicación
5.1. Lenguaje oral
Expresarse y comunicarse: La palabra no es el único instrumento de comunicación que el
hombre emplea. Lo emplea para comunicar sus deseos, sus conocimientos y sus ignorancias a sus
prójimos. Para los efectos de esta unidad siempre nos referiremos al lenguaje como el vehículo más
normal y universalmente usado en la comunicación. Pues bien, expresarse mediante la palabra oral o
escrita es utilizar este tipo de lenguaje para exteriorizar lo que se siente y lo que se piensa.

Comunicarse es algo más complejo que expresarse. Una expresión correcta puede no producir una
comunicación correcta. Una buena comunicación necesita de una correcta expresión, pero no es sufi-
ciente. La expresión no se agota en sí misma; es decir, no es necesario expresarse bien por el solo placer
que ello produce, sino que lo queremos y lo necesitamos para comunicarnos mejor con los demás.

Diferencia entre información y comunicación. El término formar significa dar forma a algo,
ordenar. De él deriva la palabra informar, que se compone del prefijo in- (en) y formar. «Informar
significa enterar» «dar noticia de algo». Informar es un verbo clave en la sociedad actual, que dis-
pone de medios de comunicación muy avanzados. Con frecuencia se usan otras voces de similar
etimología (información= acción y efecto de informar; informativo = se dice de lo que informa o da
noticia de una cosa; informante= el que informa).

El lenguaje es el gran instrumento de comunicación de que dispone la Humanidad. Se


trata de una herramienta tan ligada a la civilización, que se ha llegado a discutir si fue el lenguaje el
que nació de la sociedad o fue la sociedad la que nació del lenguaje. No todas las personas pueden
usar la misma cantidad de palabras; tienen más ventajas aquellas cuyo caudal es mayor y más pre-
ciso. La persona que se expresa con mayor claridad y precisión persuade con más facilidad. «El arte
de hablar... es el arte de persuadir». Porque los pensamientos y los estados de ánimo sólo dejan de
ser algo vago e inconcreto cuando lo traducimos en palabras. Cuando pensamos no manejamos
ideas, sino las etiquetas de esas ideas, es decir, las palabras.

En la variedad de relaciones sociales que vincula a los hombres entre sí, se pueden observar dos
aspectos fundamentales: saber transmitir ideas y saber hacerse comprender por los demás. En esas
relaciones el lenguaje adquiere una importancia de extraordinario relieve. El hombre, ser social,
está en continua comunicación con sus semejantes. Recordemos que los elementos que integran
esa comunicación, cualquiera que sea la naturaleza de ésta, son los siguientes:

1. Emisor: la persona que habla (o escribe).


2. Receptor o destinatario: la persona que escucha (o lee).
3. Mensaje: aquello que el emisor transmite al receptor o destinatario.
4. Código: sistema de señales previamente convenido para hacerse entender.
5. Canal: medio a través del cual el mensaje del emisor llega al receptor o destinatario.

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Tan esencial es que la comunicación contenga todos estos elementos que, cuando la misma
falla por alguna circunstancia, la causa hay que buscarla en deficiencias imputables a cualquiera
de ellos.

La habilidad de quien comunica no consiste en dar órdenes al amparo de la autoridad que se


ostente, sino en poner a los destinatarios del mensaje en condiciones de aceptarlas o cumplirlas,
más por la conv icción y el razonamiento que por la jerarquía de quien las emite. Para que esto se
logre se hace necesario: a) controlar los canales de la comunicación; b) conocer a los destinatarios
de las comunicaciones transmitidas; e) prever, considerar y valorar las reacciones de éstos; d) ase-
gurarse de que el mensaje será comprendido; e) promover a la acción deseada mediante él.

La buena comunicación supone que un emisor, empleando correctamente las técnicas de ex-
presión adecuadas, transmite un mensaje claro, preciso y ordenado, a uno o varios receptores o
destinatarios que captan normalmente y sin esfuerzo especial el contenido del mensaje, gracias a
la acertada utilización de un código común, previamente seleccionado, y al correcto funcionamien-
to de un canal, a través del cual se ha deslizado el mensaje.

5.1.1. La importancia del lenguaje hablado


«Quien escribe como habla irá mas lejos en lo porvenir que quien habla como escribe». Cuando
comunicamos a otros nuestras necesidades e ideas, para lograr su comprensión o conseguir su co-
operación debemos hablar bien, de modo coherente, convincente y preciso.

La palabra hablada es usada por los humanos de dos formas fundamentales: en el monólogo y
en el diálogo. En nuestra vida asistimos muchas veces a actos en los que una persona se dirige a un
auditorio. Son conferencias culturales, económicas, deportivas... Se trata de disertaciones expositivas,
especialmente durante el período de aprendizaje de ciertas materias, o en cursos de toda índole; son
discursos políticos, religiosos o de cualquier otro tipo; pueden ser programas radiofónicos, en los que el
locutor se dirige a través de las ondas a un público totalmente desconocido... Todos estos actos tienen
en común el que una persona se dirige a unos oyentes para hablarles de un tema. Estamos ante una
modalidad de lenguaje monologante. El orador, locutor, profesor o conferenciante utilizan la palabra
con unas características que se parecen bastante, diferenciándose por la finalidad que se proponen al
dirigirse al público.

Hablar es el vehículo idóneo pa ra orientar, disuadir, convencer a nuestros semejantes... En una


sociedad democrática es tan importante la habilidad para expresar ideas como la capacidad para
concebirlas. Y la impresión que causemos dependerá en buena parte de la capacidad, agilidad
y viveza de nuestra charla, del tacto con que expongamos y razonemos las convicciones y del
atractivo de nuestro modo de hablar. Saber hablar en cada circunstancia constituye el necesa-
rio bagaje de conocimientos que cada uno debe poseer para mejor insertarse en la comunidad
democrática.

La habilidad de quien debe comunicar a los demás sus propios pensamientos está en suscit ar
en los destinatarios el deseo de conocer y profundizar en lo que escuchan. En los años actuales
estamos asistiendo a una tecnificación de la comunicación oral, dirigida y orientada a captar al
destinatario (individual o colectivo) más que a exponer razonamientos, hechos o puntos de vista.

Entre las características del lenguaje hablado, se pueden señalar dos fundamentales:

a) Su uso utilitario.

b) Su propósito de comunicación.

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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

En ellas predomina lo c~mu~icativo sobre lo expresivo y ambas distinguen a la expresión oral


de la escrita, por el hecho de que en esta última predomina la preocupación literaria sobre la inten-
ción comunicativa.

5.1.2. El monólogo. Sus características


La actividad de hablar sólo se puede definir, generalmente, en el marco de la conversación, en
la que ha de haber siempre dos interlocutores que se entiendan acerca de una situación. Pero, ¿qué
pasa con las conversaciones «consigo mismo»? Porque todos sabemos que se puede hablar con
uno mismo en voz alta o en silencio; y hasta se puede disentir y discutir con uno mismo.

Claro está que en esta situación falta un interlocutor. El término monólogo o soliloquio indica
ya que esta situación es vivida por el interesado como una especie de conversación. La persona-
lidad humana es multiforme y el hombre puede oponerse a sí mismo como si fuera otra persona.
Que el soliloquio sea una verdadera conversación nos hace darnos cuenta del notable hecho de
que en nuestro ser pueden habitar varias personalidades. El hablar para sí acaba con una decisión,
aunque ésta sea la de no decidirse. El soliloquio no se sostiene en voz alta ni tampoco en tono de
susurro, sino que transcurre totalmente como diálogo interior, como discurso «pensado».
a) Algunas veces al monólogo le faltan los rasgos del lenguaje hablado, pues el hablante lo
que ha hecho es escribir lo que ha de decir y luego aprendérselo. En este caso, el lenguaje
carece de la vitalidad, imprevisión y viveza que suele tener cualquier lenguaje hablado en
condiciones normales. El hablante a veces es un lector de un texto escrito.
b) Los fines que se proponga obtener el hablante de su público marcarán las características
que ha de tener su exposición. El fin marca la forma de hablar. No será lo mismo el len-
guaje que un funcionario utiliza ante una persona con solvencia lingüística y cultural que el
utilizado ante una anciana, tal vez analfabeta, que se acerca al mismo funcionario pidiéndo-
le le ayude a rellenar un impreso. Los fines marcan las formas de hablar.

c) El lenguaje hablado monologado suele ser preciso y exacto. El monólogo carece de in-
terrelación comunicativa; su dirección es única: del emisor al receptor; es un lenguaje
que suele ser lineal, preciso y exacto. En general, el monólogo es un lenguaje en el que la
cadena hablada sufre pocas modificaciones tonales, se suele hacer monocorde, con la con-
siguiente pérdida de interés por parte del destinatario.
Para hacer una presentación ordenada y coherente se hace imprescindible una comprensión
clara y previa del tema a exponer. Es necesario entender primero lo que se va a decir. La intelec-
ción precisa del tema dará una comunicación precisa del mismo. Acto seguido se procederá a una
espontánea ordenación de todo lo que se va a exponer en torno a la idea central. Se hará distinción
entre lo principal y lo secundario, para darles la categoría y el tiempo que realmente merezcan, de
manera que siempre quede resaltado lo auténticamente importante.

Los objetivos presidirán la exposición. La comprensión perfecta y la ordenación de las ideas no


bastan para lograr los objetivos de la comunicación. Son éstos, precisamente, los que presidirán la
misma. Si el hablante sabe lo que quiere, pondrá todos los medios apropiados para conseguir co-
municar a sus oyentes el contenido de su mensaje. Hay que combatir la monotonía. La monoto-
nía es la enemiga esencial del lenguaje monologado. El interés del oyente puede ir decayendo con
facilidad si no es sostenido por recursos que lo mantengan en el tema. Las constantes preguntas
puede ser una forma de tenerle pendiente de la palabra expuesta.

364
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

Lo dicho anteriormente es válido para todo tipo de lenguaje monologado. Digamos, como sín-
tesis, que todo lenguaje debe estar acomodado al objetivo que el hablante busca con la comunica-
ción. Olvidar los fines es casi siempre causa de error en la elección de los medios a emplear. Todo
lenguaje debe acomodarse a los fines que intente.

5.1 .3. El diálogo


El diálogo es la forma más universal de comunicación. La manera más corriente y universal
de comunicación es la conversación entre dos o más personas, por medio de la palabra.

Desde que nacemos se nos estimula constantemente al aprendizaje de la palabra. La transmi-


sión del lenguaje hablado es una actividad que se realiza en el seno de la vida familiar para hacer
posible la incorporación del niño a la sociedad. La vida del ser humano está constituida, ante todo,
por la interacción con los demás hombres a través de la lengua común, actualizada en el habla.
Cuando dos o más personas hablan sobre cualquier punto de la vida humana están dialogando,
poniendo en común su pensamiento.

El diálogo es una comunicación en donde participan activamente los dos polos del circuito.
Diálogo, etimológicamente, significa «palabra compartida por dos». Sabemos que el hombre es un
ser sociable. De su sociabilidad le nace el deseo de hablar con los otros hombres.

Estamos dialogando todo el día. El diálogo es la forma más natural y universal de comunicación.

El hombre se va haciendo a través del diálogo con los demás. Porque el diálogo es la forma
más perfecta de comunicación: un emisor y un receptor entre los cuales se intercambia un men-
saje transmitido por un medio apropiado. Cuando la comunicación se da en ambos sentidos, los
dos polos del circuito se convierten alternativamente en emisores y receptores. Este es el tipo de
comunicación que tiene lugar en el diálogo: en él participan activamente los dos polos del circuito
comunicativo.

5.1.3.1. Elementos que intervienen en el diálogo


En el diálogo no están sólo los interlocutores. Están ellos con todas las circunstancias vitales,
físicas y psíquicas, próximas y remotas que tuvieron y tienen relación con ellos.

- La situación. Por situación entendemos todas aquellas circunstancias no verbales que ro-
dean el diálogo. Puede ser de diversas clases:

* Situación física. Se refiere a las realidades físicas que rodean la conversación: la casa,
el campo, la terraza de verano... y todo aquello que está enmarcando al hablante y al
oyente en ese momento. No es lo mismo hablar en un bar cerrado que en una terraza de
verano. La realidad física donde tiene lugar el diálogo lo determina de alguna manera.

* Situación histórica. Comprende lo que los dialogantes conocen ellos mismos: la realidad
del pueblo, de la ciudad o del país en que viven e incluso cualquier hecho pertenecien-
te a la historia del hombre en el mundo pasado o presente.

* Situación cultural. Abarca el mundo de la cu ltura creado por el hombre a través de los
siglos y su conocimiento o desconocimiento del mismo, el nivel cultural de los interlo-
cutores, su preocupación por lo que el hombre tiene de creador...

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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

* Situación práctica. Está constitu.ida por la realidad misma de los que intervienen en· el
diálogo: edad, sexo, condición social, el móvil que les lleva al diálogo, la situación psico-
lógica en que se hallan, lo que son en el momento de la conversación ...
- El contexto. Aunque este término es usado con diversas acepciones, aquí significa todo
lo relacionado con el habla en abstracto o con la lengua en concreto. Porque los términos
de la comunicación lingüística están relacionados con todo el sistema (relaciones paradig-
máticas) y al mismo tiempo con las palabras usadas en ese momento de la comunicación
(relaciones sintagmáticas). Distinguimos dos tipos de contexto:

* Contexto idiomático: la lengua misma con el contexto de todo lo que se habla.


* Contexto verbal: el mismo acto del habla enmarcado entre lo que va antes y lo que va
después de la conversación.

Tanto la situación como el contexto son necesarios para poder entender lo que decimos. El diá-
logo es imposible si no tenemos en cuenta estas dos circunstancias esenciales de la comunicación.

5.1.3.2. Características del diálogo


El diálogo puede darse a muy distintos niveles y entre gentes muy diversas. Se dialoga tanto
para discutir un plan científico como para dar una información a cualquier ciudadano que pregun-
ta. Se realiza entre gente que no se conoce y entre personas que conviven todos los días. Cada una
de estas formas exigirá unos modos distintos de diálogo. No obstante, todo lenguaje dialogado
tiene unos rasgos comunes:
- Es un lenguaje realizado en presencia actuante de los interlocutores. Hay estímulos y res-
puestas concatenados.
- Se dan muchas cosas por sabidas, gracias a todo tipo de situación a la que hemos hecha
referencia.
- No utiliza sólo palabras. Maneja también la entonación y el gesto, complementos indispen-
sables de la forma hablada.
- Se dan repeticiones de cosas; hay un uso constante de exclamaciones e interjecciones; los
interlocutores se interrumpen a cada paso; es la modalidad de lenguaje en donde se da
mayor movilidad al idioma. La sintaxis queda muchas veces rota; la morfología y la semán-
tica se usan con más libertad; la lengua se recrea de modo que no es posible en la lengua
escrita. Las normas gramaticales se usan con más libertad.

5.1.4. Ruido y redundancia


Entendemos por ruido «todo aquello que entorpece y dificulta la comunicación». La transmi-
sión de un mensaje es el fin primordial de toda comunicación, pero, aveces, no se consigue esto
plenamente. Todos los elementos del circuito pueden sufrir perturbaciones que disminuyan o ha-
gan imposible la comunicación:
a) El emisor, a veces, no emit e bien el mensaje de manera fónica, morfológica o sintáctica. Aun
bien emitido, puede ser perturbado por cualquier otro sonido que oscurezca al primero.

b) El receptor también puede ser obstaculizado en la recepción por cualquier elemento exter-
no Puede ocurrir que en ese momento piense en otra cosa, se distraiga con algo que haya
estimulado sus sentidos...
366
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

c) También puede afectar el ruido al propio mensaje. Si no está bien codificado, o si el re-
ferente no es todo lo claro que debiera, impedirá una buena comprensión. El ruido está
dificultando constantemente la buena comunicación.

La redundancia tiene como valor el que la comunicación sea posible a pesar de los ruidos.
Redundancia es «aquello que sobra de la información», todo lo que sobra en el mensaje para ser
entendido: «Yo iré a la oficina a las 9». Yo es un sobrante, una redundancia, pues en la forma ver-
bal «iré» está incluido el «yo». La redundancia no siempre ha d e ser considerada como defecto,
pues con su repetición hace posible la comunicación entorpecida por los ruidos. Además, puede
tener unos valores expresivos, estilísticos, que determinen los rasgos artísticos del autor.

Elementos de la comunicación verbal. La comunicación verbal tiene muchos problemas co-


munes con la expresión escrita. Cuestiones que afectan por igual a uno u otro sistema de comuni-
cación: la claridad, la precisión, el correcto uso del lenguaje, el orden ...

Sin embargo, el lenguaje hablado tiene aspectos singulares y típicos. Ello implica el aprendi-
zaje de técnicas específicas que han de ser contempladas y seguidas en el estudio y práctica de
la comunicación oral. Se aprende a hablar bien intentando hablar bien. La práctica es un aspecto
insustituible. Las peculiaridades de la expresión oral hacen referencia a los aspectos psicológicos
que intervienen en el hecho de emitir lo que se siente y piensa en voz alta y en presencia de otros:
seguridad, naturalidad, eq uilibrio psíquico... que sólo pueden adquirirse mediante la práctica de
ciertas explicaciones teóricas y conceptuales.

5.1.5. Objetivos de la comunicación oral


Cuando una persona habla, intenta lograr cuatro propósitos, que se articulan formando una
unidad completa cuando el destinatario ha captado el mensaje.

a) Concreción de ideas: conocer con exactitud lo que quiere decir o comunicar. Para lograr una
adecuada comunicación, hay que saber previamente y con todo detalle lo que se quiere de-
cir. En la conversación accidental, vamos descubriendo lo que queremos decir a medida que
hablamos. Al oír lo que decimos, nos vamos dando cuenta de si es eso lo que pensamos o no:
se nos presenta la oportunidad de rectificar, ampliar, explicar y desenvolver nuestras ideas.

Si e_mbargo, cuando se habla en público no se nos permite divagar buscando nuestro pen-
samiento; necesitamos expresarnos con toda claridad; puesto que los destinatarios no
nos interrumpen la conversación, lo que digamos ha de haber tomado forma previa. Sólo
cuando estemos en posesión de la idea concreta que queremos y podemos comunicar,
estaremos en disposición de hablar. Y aunque en el curso de la exposición perdamos el hilo,
podremos recobrarlo con facilidad porque previamente sabemos lo que queremos decir.

b) Adecuación del tono: decir o comunicar con un tono adecuado para que el destinatario
lo acepte. Una vez en posesión de la idea, hemos de comunicarla de tal modo que el in-
terlocutor la acepte y la traduzca en acción. Ello se logra mediante un tono adecuado.

El emisor se comunica con sus oyentes no sólo por medio de las palabras, sino también
mediante un elemento sonoro no verba l: el tono o «peculiar manera de decir las cosas». A
través del tono descubrimos el sentimiento del emisor; de ello se deduce que el tono es un
regulador entre el sentimiento y la expresión, entre lo que sentimos y decimos. Para lograr
una buena comunicación es imprescindible encontrar el tono adecuado: no trabajar sólo
sobre las palabras midiendo y pesando sus significados, sino actuando sobre la imagina-
ción y colocándonos en el lugar del receptor o destinatario del mensaje.
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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La dicción y la fisiología de la voz son aspectos mecánicos de la palabra que tienen una gran
importancia en el logro de una adecuada comunicación.

c) Hablar de modo que el receptor entienda a medida que oye: irlo diciendo de manera
que el receptor o destinatario vaya entendiendo nuestro mensaje. Que el emisor tenga la
idea exacta de lo que quiere decir y que lo diga con un tono adecuado no significa que ya
estén vencidas todas las dificultades y que el proceso de la comunicación tenga éxito segu-
ro. El emisor no puede perder nunca el contacto con el oyente o destinatario del mensaje, el
cual ha de ir entendiendo y asimilando lo que el emisor va progresivamente comunicando.

El emisor ha de ir colocando las ideas unas detrás de otras, huyendo de grandes parénte-
sis que fatiguen al receptor-oyente para que éste perciba con claridad el mensaje que se
le emite. Estamos hablando de la sencillez de estilo, fundamental si queremos establecer
una buena comunicación. Usaremos períodos completos y simples, para que los conceptos
sean captados directamente.

d) Usar la palabra exacta: decir lo que realmente pretendemos comunicar. Hay veces que
no encontramos la palabra exacta para la expresión de la idea. Hay una clave para hallarla
y no ha de ser necesariamente la palabra que buscamos: sentir, vivir, ver y comprender
aquello de lo que estamos hablando. Si para no perder el contacto con el auditorio hemos
de encontrar el tono, para no perder el contacto con el léxico, para que las palabras no nos
abandonen o no nos traicionen, hemos de tener presente no perder de vista la idea o la
realidad de la que estamos hablando. Pensar en lo que decimos es el camino más corto para
decir efectivamente lo que pensamos.

5.1.6. Estilística oral


El funcionario ha de expresarse con tono y estilo apropiados. Hay muchas definiciones del tér-
mino estilo. De todas ellas se puede deducir que el estilo es un esfuerzo por encontrar las relaciones
existentes entre las palabras y sus contenidos, y mediante ellas lograr la sintonía entre el emisor y
el receptor. Esta sintonía se logra a través de una comunicación afectiva, la cual tiene lugar siempre
y cuando la comunicación oral fluya a través de un triple cauce: visual, auditivo y kinestésico.

El primero presupone que las personas sintonizan mediante los detalles que perciben con la
vista (modo de vestir, aspectos de la cara, color de los ojos...). El seg undo implica que otras personas
establecen y mantienen comunicación gracias al sentido del oído (el tono de voz, la sonoridad de
las palabras, los ruidos ...). El tercero supone que hay personas que conectan entre ellas a través de
lo que sienten, de una interpretación global de la persona que tiene enfrente, de lo que intuyen
en las otras personas. De hecho advertimos en la vida diaria que unas personas nos «caen» bien o
mal y no sabemos por qué. Es la interpretación kinestésica (que entra por lo que se siente o por lo
que se intuye).

El estilo oral tiene sus cualidades:


a) Claridad. Un estilo es claro cuando el mensaje del emisor penetra sin esfuerzo en la mente
del receptor. El auxiliar administrativo ha de usar términos al alcance de una persona de
cultura media; con sintaxis correcta y con un léxico al alcance de la mayoría.

Cuando hablamos de un tema que nos es familiar, creemos que las palabras que utilizamos
son comprendidas con facilidad por todo el mundo. Pero esta realidad no es aplicable en
todos los casos. Las palabras técnicas poseen un sentido preciso y limitado no siempre al
alcance de la persona que pide ayuda e información al funcionario. Éste ha de evitar las

368
HABILIDADES SOCIALESYCOMUNICACIÓN 11111

cacofonías, las confusiones y las anfibologías, empleando la menor cantidad de veces frases
complejas, porque se corre el peligro de que el ciudadano se vea arrastrado a la necesidad
de unir el comienzo con el fin, distrayéndose su atención como resu ltado de este esfuerzo.
Una intensidad de voz algo mayor (dentro de los límites razonables) ayuda a la claridad.

b) Concisión. La concisión es el resultado de usar sólo palabras indispensables, justas y significa-


tivas para expresar lo que se quiere decir. La concisión es enemiga de la verborrea, de la redun-
dancia, del titubeo expresivo... porque todo ello obstruye los canales de la comunicación y el
mensaje no llega adecuadamente al receptor o destinatario. Pero tampoco significa renunciar
a la magia y al color de la palabra. Hay que expresar lo que tiene valor real de comunicación,
eliminando lo banal y vulgar y todo lo que pueda desagradar al público por poco exigente que
sea. Para lograr la concisión han de seguirse las siguientes reglas:

1. Evitar a toda costa los lugares comunes.

2. Huir de los clichés; eliminar las frases hechas que, a fuerza de ser repetidas, se han gas-
tado y ya no significan nada.

3. Vigilar las amplificaciones.

c) Coherencia. Cuando se comunica oralmente, el orden de las ideas ha de ser tal que el oyen-
te no se vea precisado a coordinarlas en su cerebro. Las relaciones entre las ideas han de
ser lógicas; han de evitarse las contradicciones. Si en la información oral el funcionario va
a echar mano de algún ejemplo ha de advertirlo, porque de lo contrario inducirá a error al
administrado. Por otra parte, se ha de ajustar el vocabulario al nivel del oyente, porque de
lo contrario puede peligrar la claridad.

d) Sencillez. La sencillez es necesaria para un buen estilo de comunicación oral; se trata de


huir de lo enrevesado, de lo artificioso, de lo complicado, de lo «barroco». Ser sencillo es
más difícil de lo que se puede pensar, porque cuando nos colocamos en el papel de emisor-
informador un sentimiento innato de vanidad nos lleva a tratar de distinguirnos del que no
escucha.

e) Naturalidad. Un informador será natural cuando se sirve de su propio vocabulario, de su


habitual modo expresivo. Hablar naturalmente es procurar que las palabras empleadas
sean las propias, es decir, las que el tema exige, huyendo siempre de la afectación y del
reblJscamiento. Pero la naturalidad no exime de la elegancia. El informador ha de conjugar
lo natural con lo preciso, la sencillez con la exactitud.

5.1.7. Voz, respiración y dicción


Cuando emitimos un mensaje, la comunicación llega al receptor repleta de rasgos personales
(tono, intensidad, mirada, gestos, acercamientos, etc.), y esta forma de expresarse de modo no lin-
güístico es también interpretada por el oyente. Lo que está sucediendo en el acto de la comunica-
ción es que el receptor descodifica dos códigos a la vez: el que oye y el que percibe. El mensaje final
es la suma de estos dos. Estamos hablando de la comunicación afectiva, en la cual no intervienen
signos con un contenido determinado, sino que aparecen manifestaciones físicas del emisor que
son interpretadas por el oyente receptor.

La comunicación afectiva tiene como fundamento el siguiente hecho : el receptor interpreta


subjetivamente las señales que el em isor produce inconscientemente. Hay algunas señales del ca-
rácter afectivo de la comunicación: la credibilidad, es decir, la interpretación que yo hago de la
persona antes de iniciar el proceso comunicativo; se refiere al aspecto físico general de interlocutor
369
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

(no hay que olvidar que el aspecto físico potencia las relaciones afectivas, laborales y comerciales),
a aspectos físicos concretos (ojos, manos, rasgos de la cara, etc. son importantes en los informado-
res públicos), a los gestos (como manifestaciones que aportan una fuerte carga de afectividad). El
acercamiento entre el emisor y el receptor es una especial conexión que estimula la aparición de
una empatía kinestésica, de gran eficacia comunicativa.
a) Importancia de la voz. La voz es uno de los recursos más frecuentes de la comunicación
afectiva. En su tono se encuentran los matices más ricos de la expresividad. Aunque puede
venir condicionada por ruidos externos, la intensidad de la voz suele asociarse con el grado
de int imismo interpersonal.
Aunque el emisor tenga ideas claras de lo q ue quiere decir, la comunicación verbal no co-
mienza hasta que éste no se dispone a hablar ante el oyente, que se apresta a escucharlo y
que asume una actitud más o menos expectante.
En esta fase es important e la voz que hemos de emitir. Ésta depende de que el emisor
pueda respirar bien, lo cual ayuda no sólo a atenuar o suprimir la tensión nerviosa, sino que
permitirá disciplinar la voz, pudiendo variar a su antojo la intensidad y la entonación.
Una buena voz, además de proyectar una imagen favorable del emisor, contribuye a q ue
éste pueda presentar sus palabras de forma más interesante y significativa. El hablante pue-
de mejorar su voz para que resulte más eficaz y ello dependerá del conocimiento que se
tenga de la fisiología de la voz, de los mecanismos de la palabra y del ajuste que se haga
entre este conocimiento y los ejercicios que conducirán a dicho resultado.
b) La respiración y la voz. No existe propiamente un mecanismo específico productor de la
voz. Se afirma que el hecho de hablar es una función secundaria de los elementos que inter-
vienen en ese acto. Cuando nacemos sabemos respirar y caminar; en cambio, tenemos que
aprender a hablar. Cada uno de nosotros llevamos una especie de emisora humana, cuyos
componentes principales son:
- Los pulmones, que actúan como fuelles. Dentro de la caja torácica, colocados entre las
clavículas por la parte superior y el diafragma por la inferior, se encuentran los pulmo-
nes. Unos múscu los hacen que las costillas se eleven y ensanchen cuando inspiramos;
la inspiración es el momento en que el aire entra en los pulmones; en el momento de la
espiración las costillas descienden y se cont raen, se eleva el diafragma y sa le el aire. Sólo
durante la espiración se emite el sonido que representa la palabra.
Es importante aprender a respirar en el habla, con la finalidad de no perder ni la pausa ni
el ritmo y conseguir no tartamudear. Cuando hablamos en público es necesario poder
inspirar aire muy rápidamente y ser capaz de irlo espirando durante veinte segundos o
más. La actividad respiratoria puede ser controlada mediante ejercicios.
- La glotis, que es propiamente un vibrador. El aire comprimido en los pulmones recorre
la t ráquea y pasa a la laringe, que es una especie de caj a, situada en la parte superior
de la tráquea y formada por unos cartílagos ligados entre sí. En el interior de la laringe
están las cuerdas vocales; ahí tiene origen la fonación o emisión de la voz. La abertura
superior de la laringe es la glotis, la cual se abre y cierra con gran rapidez: la acción an-
tagonista de los músculos la cierra y la presión del aire la obliga a abrirse. Los pequeños
chorros de aire canalizados producen vibraciones sonoras; cuanto más rápidamente vi-
bren las cuerdas, más agudo es el sonido; cuanto más fuertemente vibren, más intenso.

- La cavidad bucal y las fosas nasales, que son unos resonadores-amplificadores. Las cuer-
das vocales por sí solas no emiten sonido alg uno. Para que emitan sonido necesitan
de unas cavidades de resonancia. El débil sonido de las cuerdas vocales pasa por unas
370
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

cámaras de aire situadas en la garganta y en la cabeza; son: la parte superior de la


laringe, la garganta o faringe, la boca y las fosas nasales; actúan como resonadores y,
además, amplifican el sonido y modifican el timbre, haciéndolo más rico, melodioso,
chillón o de aullido.

- La articulación. Su importancia. Articular bien es pronunciar distintamente todas las


consonantes. Las vocales no necesitan ser modificadas por los órganos de articula-
ción, pues son sonidos producidos por la vibración de las cuerdas vocales, amplifi-
cados por los resonadores de la laringe, la boca y la nariz.

La lengua, los labios, los dientes, el maxilar, el paladar y el velo del paladar son órganos que
actúan como modificadores de los sonidos producidos por el mecanismo de la voz. La lengua es el
modificador que contribuye de modo más importante a la claridad de los sonidos de las palabras,
pues éstos no se modulan si la lengua permanece inactiva o se mueve con torpeza.

La diferencia de los sonidos vocales depende, en parte, de la posición que ocupe la lengua. Otra
de las funciones de dichos órganos es la formación de los sonidos de las consonantes cuya nitidez
y precisión articulatoria se logra a través del empleo apropiado de este conjunto de modificadores.

Articular bien permite, entre otras cosas, hacerse comprender claramente incluso cuando se
habla en voz baja. Una buena articulación proporciona la debida comprensión de lo que se está
diciendo, lo cual constituye la única vía de mantener atento al interlocutor. Especial atención hay
que prestar a la articulación de los finales de palabras en los que se debe doblar la intensidad, para
contrarrestar la tendencia natural a descender el tono; con ello la última sílaba se apaga y cabe el
riesgo de que se pierda parte de la comunicación.

5.1.8. La experiencia a través de la voz


Para que el mensaje llegue con nitidez al receptor, la articulación realizada por el emisor ha de
tener unas cualidades. Entre ellas, destacan:

a) Claridad. Es la primera cualidad de la articulación, en la cual ha de lograrse una transparen-


cia máxima mediante la acción del maxilar inferior, de la lengua y de los labios. Cada sonido
ha de ser percibido con claridad y ha de huirse del amontonamiento, ya que se pueden
sobreponer ocasionando un perjuicio de la dicción.

b) Intensidad. El nivel sonoro de las palabras es un factor que afecta en un alto grado a la
inteligibilidad. La intensidad de la voz depende tanto de la distancia entre emisor y recep-
tor como de la existencia o no de ruidos ambientales. Una voz llega más lejos cuanto más
intensa es, por que la frecuencia de vibraciones es mayor. La intensidad de la voz ha de ser
lo suficiente como para que sea oída con facilidad por el interlocutor.

c) Flexibilidad. Cuando la voz ca rece de la flexibilidad necesaria para expresar los finos mati-
ces significativos y emocionales, es posible que se frustre en cierta forma la comunicación.
Para dar claridad y vivacidad a la expresión es conveniente tener en cuenta la velocidad, las
pausas, el ritmo y el tono.

- Velocidad. Una excesiva velocidad fatiga al destinatario del mensaje, que acaba por des-
entenderse del diálogo. Tampoco es aconsejable una excesiva lentitud. ¿A qué veloci-
dad se debe hablar? La respuesta a esta pregunta comporta, a su vez, dos preguntas
más: ¿de qué se va a hablar?, ¿a quién se va a hablar?

371
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Se habla con menor velocidad cuando los oyentes no están familiarizados con el asunto
del que se trata o cuando el nivel cultural de aquéllos sea muy diverso. Si se trata de un
tema superficial, fácilmente inteligible por el oyente, se hablará con mayor velocidad
que si se trata de un asunto más serio.

Solemos hablar con una velocidad de 120 a 180 palabras por minuto; no es posible
hacerlo a una velocidad uniforme, puesto que la velocidad ha de ajustarse al t ipo de
pensamiento o de sentimiento que el hablante transmite. Es verdad que la rapidez
en el hablar es un obstáculo para mejorar la dicción pero la lentitud no resuelve la
claridad.
Hay que hablar lentamente hasta adquirir un hábito de vocalizar y de silabear; una vez
lograda una vocalización más clara, la velocidad ha de adecuarse al tema, al oyente y al
valor de las ideas que deseamos destacar.
- Pausas. Las pausas sirven para puntualizar los pensamientos. Ortográficamente, la
coma, el punto y coma y el punto sirven para separar las palabras escritas en grupos de
pensamientos; ortológicamente, las pausas de distinta duración nos ayudan a separar
las palabras habladas en unidades que t ienen significado en conjunto.
La pausa, al facilitar las inflexiones de la voz, el cambio de tono y de ritmo, contribuye a
mantener más viva la atención. El uso inadecuado de la pausa en la conversación resul-
ta tan ineficaz como el uso de una inadecuada ortografía en un escrito.
Las pausas pueden ser: a) psicológicas: se producen cuando el hablante quiere permitir
al oyente un momento de reflexión; b) lógicas: son breves y se usan al término de una
frase importante; c) afectivas: si se desea suscitar la emoción en el oyente y d) respira-
torias: cuando, agotada la respiración, se hace necesaria una nueva inspiración. Una
modalidad especial de pausa es el silencio, especialmente querido y deseado por el que
habla. Bien usado (detrás de una pregunta retórica, por ejemplo), el silencio (q ue no es
más que una pausa prolongada) ayuda a mantener el interés del oyente; pero usado
anárquicamente tiene resultados negativos.
- Ritmo. Es la relación entre los acentos y las pausas. Está íntimamente relacionado con
la velocidad en el habla. Los contrastes en el ritmo tienen suma importancia para la
expresividad de nuestras palabras y para la atención de nuestro interlocutor.
Una persona de temperamento excitable habla siempre a un ritmo apresurado; una per-
sona tranquila habla con un ritmo más lento. El entusiasta y reflexivo procura evitar am-
bos extremos.
- Tono. Cuando hablamos comunicamos no sólo con las palabras sino también mediante
un elemento sonoro no verbal: la entonación, que juega un papel fundamental en la co-
municación oral. Debemos hablar en tono de voz normal, q ue tiene amplios registros.
Quienes no aprovechan la amplitud de registros del tono normal, caen en la monotonía;
quienes lo hacen, dan vivacidad a sus comunicaciones.
La entonación puede ser: a) ascendente: sugiere interrogación, indecisión, incertidum-
bre, duda o suspense; b) descendente: sugiere firmeza, determinación, certeza, decisión o
confianza; c) mixta (descendente y ascendente a la vez): sugiere conflicto o contradicción
de los significados y se usa para denotar ironía o sarcasmo o para exponer sugerencias.

Por medio del empleo adecuado de estas variantes, podemos lograr que el significado
de una frase sea más claro y más preciso.

372
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

d) Énfasis. Para dar sentido a lo que se dice, a veces hay que acentuar lo que tiene más interés,
es decir, poner énfasis en aquellas palabras o frases en las que el hablante quiere llamar la
atención del oyente. Pero se ha de procurar no caer en dos prácticas viciosas: el uso exage-
rado de la fuerza enfática y el uso del énfasis de una manera continua.

La mejor práctica consiste en seleccionar las ideas realmente importantes y apoyarse en


ellas sólo con el énfasis que merecen.

5.1.9. Papel del destinatario en el lenguaje oral


El receptor es tan protagonista como el emisor en el proceso de comunicación y ha de ser tenido
muy en cuenta para que ésta se produzca. Ello es así porque, tanto el emisor y su mensaje, como el
receptor, integran y completan el proceso comunicativo. Entre el que habla y el que escucha ha de
establecerse un hilo conductor (la palabra) que permita el intercambio de ideas y de sentimientos.

Todo el esfuerzo del que habla (superior en principio al esfuerzo y responsabilidad del que
escucha) debe orientarse a que se consiga esta comunicación, y para ello ha de tener presente la
situación anímica, nivel moral y cultural, edad, aficiones, capacidad intelectual, receptividad ... del
interlocutor, porque de lo contrario no hay comunicación.

Sintonizar con el oyente es objetivo obligado, y a veces difícil, que debe imponerse a sí mismo
quien aspire a comunicar sus ideas, sus planes o sus sentimientos. Es mucho más fácil decir las
cosas tal como a uno le gustaría, pero esto es un error cuyo precio puede ser el no ser escuchado.

El emisor ha de buscar hacerse entender y no caer en la cómoda tentación de buscar el lu-


cimiento personal, imposible, por otra parte, si el oyente se niega a escuchar. «Es mejor bajar la
puntería y ser entendido, que subirla y ser admirado».

5.1.1 O. Finalidad de la comunicación


La expresión o ral puede tener como finalidad conseguir una respuesta. Este propósito ha de
estar relacionado con los intereses, aptitudes y actitudes de los oyentes.

Mediante el lenguaje oral, el hablante se propone actuar sobre el pensamiento o la conducta


del oyente,. reconociendo que su forma de pensar puede verse, tal vez, afectada por la respuesta
que reciba del oyente. En general, se suelen reconocer cuatro tipos de propósitos: entretener, in-
formar, convencer, persuadir.

El hecho de que cada conversación tenga un solo propósito no significa que deban descuidarse
los demás. Casi siempre habrá que informar para invitar al oyente a que actúe en determinado sentido.

Informar: se busca este propósito cuando el objetivo principal es el de ayudar a que el oyente com-
prenda una idea o asimile un concepto, o cuando pretendemos ampliar su campo de conocimientos.

La característica de este propósito es la objetividad. La objetividad plena es prácticamente im-


posible, pues toda palabra, cualquiera que sea el tono en que se pronuncie, lleva una carga afectiva
que no puede neutralizarse del todo por el solo intento que tenga el emisor de parecer neutral.

Para transmitir con éxito un mensaje informativo, el emisor ha de relacionar sus ideas con el
conocimiento que tenga del oyente, encadenarlas para que resulte fácil seguirlas y recordarlas. Un
informe cubre sus propósitos cuando es claro, conciso, dice todo lo que ha de decir con el número
necesario de palabras (no más) y cuando el destinatario se ve enriquecido con una información
buscada y que antes no poseía.
373
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

5.2. Lenguaje telefónico


Todos sabemos hablar por teléfono, pero ¿sabemos realmente atender? No olvidemos que la
atención por teléfono ha de ser lo más diligente y perfecta posible, pues detrás de este aparato no
sólo hay una voz, sino una necesidad, un deseo de recibir un servicio, un cliente. La mayoría de las
comunicaciones que realizamos en el trabajo las hacemos a través del teléfono. Cuando un ciuda-
dano contacta con nosotros (o nosotros con él), la primera impresión que va a tener de nuestra
institución será a través del teléfono.

El uso del teléfono es una habilidad que, como otras, se puede adquirir y mejorar. El teléfono
es un instrumento muy poderoso y ventajoso en manos de una persona que lo sepa utilizar, pero
también puede convertirse en el peor enemigo de la imagen externa de una entidad si no se em-
plea correctamente.
Para conseguir una comunicación efectiva con la persona que está al otro lado, debemos cen-
trar nuestro esfuerzo en convertir la llamada telefónica en algo positivo, provechoso y satisfactorio
para ambas partes. Hay elementos clave que describen cómo se nos percibe por teléfono.

5.2.1. La voz
Crea las primeras imágenes e impresiones de la institución; por tanto, nuestra voz será: agrada-
ble, natural, clara y armoniosa, no regresiva. No deberá ser: monótona, apagada, brusca. Además,
cuando hablemos, lo haremos con nitidez, articulando bien las palabras y a una velocidad normal.

5.2.2. La actitud
Nuestra actitud ha de ser en todo momento positiva y profesional. No olvidemos que las
respuestas agradables transforman situaciones negativas en positivas. Reflejemos entusiasmo,
confianza en nosotros mismos, deseos de ayudar, formalidad, seriedad y sinceridad.

5.2.3. El lenguaje
Evitemos usar términos desconocidos o que puedan generar confusión en los clientes; seamos
claros y precisos en la elección de nuestras palabras. Por lo general, los ciudadanos no suelen estar
acostumbrados a los tecnicismos; por ello convendría evitar emplearlos. En el caso de que fueran
imprescindibles, explicaremos con claridad lo que estamos diciendo y las posibles repercusiones
que pueda tener sobre el cliente.

5.2.4. El silencio
Muchas veces, obligados por la necesidad, tenemos que guardar unos segundos de silencio.
Esos segundos se le hacen interminables al cliente que está al otro lado del teléfono. De tener que
g uardar silencio, explicaremos al cliente qué es lo que vamos a hacer durante ese tiempo que él
se va a quedar esperando al otro lado de la línea telefónica. Si vamos a tardar más de un minuto,
hemos de decírselo, ofreciéndonos a volverle a llamar tan pronto como podamos, procurando que
no tenga que estar pendiente de nuestra llamada.

374
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

Por otra parte, cuando el cliente nos habla deberemos guardar silencio aplicando las técnicas
de escucha activa, con la finalidad de que el ciudadano aprecie que no sólo lo estamos oyendo sino
escuchando. Para no interrumpir al emisor, hagamos uso de la función fática del lenguaje utilizando
expresiones del tipo: sí..., ya..., claro..., desde luego ..., entiendo..., etc.

5.2.5. Algunos consejos para el manejo funcional del teléfono


Dependerán de si efectuamos o recibimos la llamada, pues en un caso actuaremos de em isor
y en otro de receptor.

a) Emisión de una llamada. Hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales: prepara-
ción y realización.

- Preparación: antes de realizar una llamada tenemos que pensar en los siguientes pun-
tos:

* ¿A quién va dirigida la llamada? Identificar al cliente.

* ¿Qué tengo que decir? Determinar las ideas principales que vamos a comunicar.

* ¿Cómo voy a decirlo? Lograr la persuasión del cliente.

* ¿Qué voy a necesitar para el desarrollo normal de la llamada? Tener a mano la docu-
mentación que podamos necesitar.

- Realización de la 1/amada:durante la realización hay que seguir una serie de pasos:

* Saludar.

* Presentarnos.

* Crear un clima acogedor en la conversación. Para ello, es importante emplear el


nombre de nuestro interlocutor frecuentemente (sin abusar). El nombre de una per-
sona es da las cosas más apreciadas y con la que más se identifica.

* Justificar la llamada.

* Aplicar la técnica de escucha activa.

* Exponer el tema de forma objetiva y profesional. Para ello deberemos: precisar, acla-
rar y llegar a un acuerdo.

* Concretar lo acordado y recordar al cliente que estamos a su servicio.

* Despedirnos adecuadamente.

b) Recepción de la llamada. Tendremos en cuenta las siguientes fases:

- Contestar la llamada lo antes posible, sin hacer esperar. Por lo general, una llamada
nunca debe superar los tres tonos.
- Identificarse (el personal de centralita tendrá un listín telefónico con todo el personal
para poder pasar la llamada a la mayor brevedad).

c) Una vez que la llamada ha pasado la centralita y llega a su destino final, conviene:

- Saludar, presentarnos y ofrecer nuestra ayuda.

- Centrarnos en la llamada y aplicar las técnicas de escucha activa.


375
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Hablar agradablemente, crear una atmósfera positiva entre nosotros y el cliente.

- No mantener conversaciones paralelas.

- Explicar al cliente por qué está esperando (p. ej.: buscamos información).

- Agradecer su llamada; recordarle que estamos a su servicio y despedirnos de una forma


correcta (es importante esperar que la otra persona cuelgue primero, ya que si lo hace-
mos nosotros puede pensar que deseamos librarnos de ella lo antes posible).

- En caso de atender la llamada directamente, nos identificaremos con nuestro nombre.

5.2.6. Técnicas en la atención por teléfono al ciudadano


a) Promesas incumplidas: en este caso hemos de anticiparnos a su posible llamada y expli-
carle el motivo del retraso, comprometiéndonos de nuevo a una nueva fecha.

b) Esperas: preguntar a la persona que ha llamado, dado que el interesado no está, si le po-
demos ayudar nosotros. Si no fuese posible, le preguntaríamos si no le importa esperar un
momento para ver si le localizamos. Si fuese imposible, tomaríamos nota de su llamada y
motivo.

c) Responder llamadas para otros: si llaman preguntando por una persona que no está,
ofreceremos nuestra ayuda, pero no debemos dar excesiva información por el motivo de su
ausencia. Es correcto decir «ha salido», «está reunido», «se encuentra fuera del despacho» ...
y ofrecernos a tomar el recado o mensaje.

d) Pasar llamadas para otros: al pasar la llamada a otra persona, hemos de decir quién llama
y para qué. Hay que pensar que una persona «rebotada» empieza a sospechar que pasa
algo raro en la institución. Se pude explicar lo que ha ocurrido (que ha habido un error al
pasar la llamada) siempre hablando en positivo.

e) Recibir mensajes: a la hora de tomar nota de una llamada es importante usar impresos
y no cualquier papel o post-it que encontremos a mano. Conviene guardar estos impre-
sos en el mismo taco; así no se nos pasa nada esencial. Un posible modelo es: (ver página
siguiente:

5.3. Lenguaje escrito


Lengua escrita y lengua hablada. Comunicarse con los demás mediante la escritura es una
costumbre, una necesidad y una obligación que se ha conservado entre nosotros a través de los
siglos, a pesar de otros medios más rápidos e inmediatos que permiten relacionarse con los de-
más. Hoy, la expresión escrita ocupa un lugar preeminente en el campo de las relaciones entre la
Administración y el ciudadano administrado.

La gramática tradicional considera la lengua escrita como modelo de la lengua hablada. En


cuanto a la lengua literaria, hay quien defiende que se trata de un conjunto de desvíos semánticos
de la lengua hablada; para otros es una variedad más o menos compleja de la lengua hablada.

Lázaro Carreter propugna por lo siguiente: «la lengua literaria o artística no es algo que pueda
ser definido unitariamente; es radicalmente distinta del lenguaje coloquial o lenguaje hablado or-
dinario de los usuarios de un país».
376
HABILIDADESSOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

Ficha de recepción de mensajes

Fecha _ _ _ _ _ __ Hora _ _ __ _

Para: _ _ _ _ _ __ __ _ _ __
De
- - - - - - - - -- - - -
Empres a: - - - - - - - - - - -
Teléfono: _ __ __ __

O Desea que le llamen.


O Volverá a llamar
O Tema urgente.

Recado: _ _ _ _ _ _ __ _ _ _ _ _ _ __

Persona que recibe el mensaje: _ _ _ _ _ _ __

La lengua escrita es más difícil que la lengua hablada tanto porque es menos espontánea como
porque carece de los recursos de expresividad que acompañan al lenguaje hablado. Cuando escri-
bimos sólo disponemos de medios lingüísticos, sin ayuda de otros recursos como el tono, el gesto...

Ello nos obliga a poner en juego todos nuestros conocimientos del idioma y aplicarlos con corrección
para que el mensaje llegue nítido al destinatario. Siempre habrá cierto grado de oposición entre cual-
quier modalidad de lenguaje escrito y el lenguaje hablado (la existente entre la narración y el coloquio).

5.3.1 . Importancia de la escritura


Todo lo. más importante ocurrido en los tiempos pasados lo conocemos por la escritura. Los
hombres de hoy nos maravillamos cómo en el año 3300 antes de J.C. el faraón Narmer conquista no
sin esfuerzo el Delta, convirtiéndose en el héroe que unifica el Egipto del Sur y el Egipto del Norte
en un solo Estad o; contemplamos con emoción la t ragedia de Edipo, un hombre que, forzado por
el destino, tuvo que matar a su padre y se casó luego con su propia madre; admiramos también
la va lentía del impetuoso Aquiles luchando en los alrededores de Troya; nos emocionamos con
los versos maravillosos de Virgilio; sabemos de un pueblo esforzado, el hebreo, q ue lucha con los
pueblos limítrofes desde hace muchos siglos para tener un espacio donde vivir.

Desde hoy podemos remontarnos en la corriente del tiempo muchos siglos atrás y conocer con
bastante exactitud muchas de las cosas que ocurrieron en los tiempos pasados. Ello lo podemos
hacer gracias a un método maravilloso, el cual estamos utilizando en el momento de escribir estas
1íneas: la escritura.

Nuestros antepasados, no con pocos titubeos, se fueron entendiendo cada vez con mayor
precisión a través de la palabra. Con ella se comunicaban en el clan y en el pequeño espacio de
sus vidas nómadas en busca de alimento. Pero la palabra moría inmed iatamente, una vez emitida.
Ca recia de consistencia. Valía solamente para entablar contacto con los más cercanos.
377
11111 CELADORES DELSERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Ese era el destino del maravilloso invento fonético. Pero el hombre tenía necesidad y deseo de
establecer relaciones con otras personas más distantes. ¿Qué hacer para comunicarse con los que
estaban más lejos, con los que existirían más tarde, con los alejados en el espacio y en el tiempo?

La extraordinaria fuerza creadora del hombre inventó ese medio, que le daba capacidad para
vencer las terribles coordenadas espacio-temporales que le limitaban a un aquí y un ahora. La es-
critu ra se convierte en el primer invento por el cual el ser humano superaba las dos fuerzas por las
que siempre se veía limitado: el espacio y el tiempo.

5.3.2. Los diversos estadios de la escritura


La escritura, una realidad tan aparentemente sencilla, tardó muchos milenios en llegar al esta-
do que consiguió en el mundo g riego, en el cual terminó de perfeccionarse. Veamos algunos hitos
del prolongado arranque u origen de la escritura. Previamente hagamos referencia a un texto que
exactamente traza la trayectoria del admirable invento:
«En sentido amplio, escritura es todo sistema semiótico visual y espacial; en sentido estricto,
es un sistema gráfico de notación del lenguaje. Con más precisión, distinguiremos en la escritura,
tomada en sentido amplio, la mitografía y la litografía, que hoy coexisten, pero que con frecuencia
han inducido a plantear el problema de la anterioridad histórica. La mitografía es un sistema en
el cual la notación gráfica no se refiere al lenguaje (verbal) sino que forma una relación simbólica
independiente».(. ..)

La mitografía se realiza de varias maneras. Citaremos la representación por objetos (...). En


Sumatra, los lutsu declaran la guerra enviando un pedazo de madera con muescas, acompañado
de una pluma, un tizón y un pez: lo cual significa q ue atacarán con tantos cent enares o millares
de hombres cuantas muescas tenga la madera, que serán tan rápidos como el pájaro (la pluma),
arrasarán con todo (el tizón) y ahogarán a sus enemigos (el pez). En la región del alto Nilo, los niam-
niam ponen en el camino, cuando un enemigo entra en su territorio, una mazorca y una pluma de
gallina, y sobre el poste de una casa una flecha, lo cual significa: mataremos a quien toque nuestro
maíz y nuestras aves.
Otra forma de mitografía es la notación por nudos hechos en una cuerda o una cinta, utili-
zada sobre todo para las cuentas: nuestro «nudo en el pañuelo» es un ej emplo de esa notación.
Otra es la serie de muescas cuya función es señalar un cómputo (por ejemplo los días del año), o
bien la pertenencia (las marcas en el ganado). Signos «naturales» como las huellas de los anima-
les o los seres humanos pueden incluirse en el ámbito de la mitografía.

La parte más importante de la mitografía es la pictografía: es decir, dibujos figurativos, utiliza-


dos con función comunicativa. Entre los esquimales de Alaska se encuentra un sistema relativa-
mente elaborado de pictogramas: cuando salen de sus casas, dejan sobra las puertas un mensaje
dibujado, que indica la d irección por donde han partido y la clase de actividad que desarrollarán.
La identificación entre un dibujo y una significación precisa se considera establecida desde el
momento en que ese dibujo tiende a volverse esquemático o estilizado; t ambién a part ir del momen-
to en que lo representado es más el tipo de acontecimiento que un acontecimiento individual (...).

A pesar de su extensión universal, la mitografía nunca t uvo un papel tan importante como el
lenguaje. Los sistemas mitográficos sólo cubren sectores muy limitados de la experiencia, mientras
que el lenguaje tiene un enfoque totalizador. El motivo quizá radique en el hecho de que los picto-
gramas forman series abiertas y no organizadas, mientras que el lenguaje puede concebirse como
una combinatoria: un número reducido de sonidos produce un número muy elevado de palabras;
éstas, a su vez, prod ucen un número infinito de frases.
378
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

Hoy, el lenguaje (verbal) coexiste con sistemas mitográficos y no hay ninguna razón que auto-
rice a reducir el uno al otro en la prehistoria de la humanidad. Sin embargo, todo indica que «es a
partir de la mitografía como se desarrolla la litografía, sistema gráfico de notación del lenguaje».

5.3.3. Valores socioculturales del lenguaje escrito


a) El primer valor destacable del lenguaje escrito es la posibilidad de pervivencia que da al
lenguaje oral; hace posible la pervivencia de la palabra. Hasta hace un siglo, el lenguaje
escrito era el único medio que la Humanidad poseía para conservar la palabra humana.
Realmente, la escritura puede ser considerada como la memoria del mundo. En efecto, toda
biblioteca ha sido y es la memoria escrita de la Humanidad. Es por este hecho por el que la
escritura se constituye en uno de los máximos acontecimientos en el ámbito del conjunto
de los seres humanos.

b) La escritura ha posibilitado las grandes obras literarias. Es cierto que los pueblos
primitivos sin escritura tuvieron y tienen su forma de literatura: cuentos, historia, poesía
épica y lírica... pero la creación de las grandes obras de la literatura universal, desde el
teatro griego hasta hoy, pasando por las obras de las grandes religiones, hubiera sido
imposible sin la escritura. El gran volumen de esfuerzo acumulado que exige una pieza
literaria o una obra científica es impensable sin un elemento que fije y conserve todo el
esfuerzo creador del autor. Este elemento ha sido, hasta hace poco, exclusivamente la
escritura.
c) Actualmente conserva sus mismos valores que antes. Hoy por hoy la escritura es uno
de los más importantes medios usados en la transmisión de la cu ltura y en la comunica-
ción humana. Desde la ciencia más difícil hasta la información más común se nos da por
medio de la escrit ura. Es verdad que este menester se alterna con los medios inventados
en el siglo XX: radio, cine, TV, informática, t eletextos...

Pero todavía la escritura es el medio más universal por sus características de posibilidad de
permanencia e intercambio y la facilidad de su manejo.
La mayor parte de los saberes llegan todavía al hombre a través de los escritos. La fijación de
los sonidos en letras abrió en su tiempo un camino esplendoroso a la cultura. Si Gutenberg,
hace más de cuatrocientos años, hizo posible con la imprenta que la palabra escrita llegara
hasta los últimos rincones, sacándola de los estrechos reductos de los monasterios y de los
palacios de algunos potentados amantes de la cultura, la posibilidad de este medio no ha
decrecido hoy en competencia con los nuevos y más sofisticados sistemas.
Podríamos afirmar que casi ha ocurrido lo contrario: el sonido y la imagen, con todo el avan-
ce de la informatización de textos, se convierten en complementos del lenguaje escrito.
d) La escritura sigue teniendo un valor casi mítico en la sociedad. Se trata de un hecho
sociológico muy significativo. El lenguaje escrito es respetado por casi todos, de una forma
excesiva a veces. Damos mayor credibilidad a las cosas cuando las vemos escritas. La «fir-
ma» es lo que da validez a un documento.

Los documentos más importantes para el hombre de hoy, como pueden ser el de propie-
dad de una casa, de una finca, de un negocio, de una sociedad ... se denominan «escrituras».
La palabra de máximo valor para los creyentes de cualquiera de las grandes religiones del
mundo es palabra escrita.

379
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

e) Para el hombre actual, la escritura tiene toda la importancia sociocultural anteriormente


apuntada, pero también le sirve como llave para entrar en el mundo del saber, acercándole
al pasado y proyectando su mundo hacia el futuro.

Quien carece de la posibilidad de dominar la escritura queda marcado con una palabra que
en la actualidad es un motivo de pena y de consideración: ser analfabeto; es decir, ignoran-
te o desconocedor del alfabeto en su doble función transmisora y receptora de saberes y de
cultura.

5.3.4. Características del lenguaje escrito


Venimos diciendo reiteradamente que el fin principal de todo lenguaje es comunicar o expre-
sar algo, ser un vehículo para la interrelación humana. Así nos lo han enseñado; así lo hemos re-
cibido y así lo pasaremos en una especie de pedagogía de la comunicación escrita consistente en
enseñar a dominar este instrumento, haciéndolo apto para el objeto que persigue. El campo del
lenguaje escrito abarca todo aquello que el hombre puede comunicar por medio del lenguaje oral.

Como premisa no se ha d e perder de vista que todo lenguaje escrito debe acomodarse al fin
propuesto. El din de un pliego de descargo tiene unas características muy distintas del de una
carta comercial, y el estilo de un acta es distinto del que debe regir la publicación de una orden
ministerial. El fin propuesto marcará las formas adecuadas. He aquí algunas de las cualidades del
lenguaje escrito:

a) El lenguaje escrito no es tan universal como el hablado. El lenguaje hablado, aprendido


inconscientemente desde que nacemos, nos resulta natural. No así el escrito. Hay muchos mi-
llones de personas que no han aprendido los signos gráficos y se comunican con sus prójimos.

El lenguaje escrito necesita primero, de un aprendizaje de esos signos gráficos, sustitutos


de los orales, y, después de una larga práctica, un ejercicio constante hasta dominar este
medio.

b) La comunicación escrita carece del entorno de la hablada. El lenguaje escrito carece del
entorno físico y psíquico presente en la oral. Ese entorno, con lo que conlleva, ha de ser re-
creado en el lenguaje escrito para situar convenientemente la comunicación. Así ocurre, por
ejemplo, en la novela, en la que una parte de la narración está dirigida a crear el ambiente en
el que se d esarrolla la vida de los personajes.

c) La escritura resulta pobre al transcribir el lenguaje hablado. El lenguaje escrito, para obtener
la comunicación, sólo posee las palabras y los signos de puntuación, que resultan inmensamente
pobres para expresar la riqueza del habla diaria. En el lenguaje coloquial hablado existen la ges-
ticulación y la entonación, que apoyan y enmarcan lo que se quiere decir y que, muchas veces,
suplen con ventaja el contenido de la palabra.

. d) Quien escribe tiene más tiempo para la expresión. Consecuencia: mayor precisión y
concisión. La comunicación escrita goza de un tiempo de creación más largo que el que tie-
ne la comunicación oral. Quien escribe tiene la posibilidad de volver sobre lo realizado, leerlo
muchas veces y cambiar lo que no le parezca conveniente.

Esto permite no caer en incorrecciones morfológicas y sintácticas que se dan con frecuen-
cia en el fluir de la conversación ordinaria. Consecuencia de ese «tempo» es que el escrito
puede resultar más exacto y puede reproducir con mayor precisión y concisión el pensar y
sentir del que escribe.
380
HABILIDADES SOCIALES YCOMUNICACIÓN 11111

e) El lenguaje escrito no reproduce exactamente el oral. Aunque es un deseo de muchos


escritores el escribir como se habla, realmente, nadie escribe como habla. Hay personas que
hablan bien y, sin embargo, tienen dificultades para escribir; también ocurre el caso contra-
rio. Nunca se escribe exactamente tal como se habla.

Y es que la lengua hablada permite palabras, construcciones, interrupciones, y desórdenes que


no son permisibles en la lengua escrita. Al hablar se cometen incorrecciones, se utilizan escasas
palabras, en ocasiones no se rematan las frases ... y es que el gesto, la expresión del rostro, el tono
de voz, la situación en que se habla... contribuyen a entender y ser entendido, pues suplen las defi-
ciencias de nuestro lenguaje oral.

5.3.5. Semejanzas ydiferencias entre el lenguaje hablado yel escrito


Se trata de hacer un esfuerzo de recapitulación de lo dicho anteriormente.

a) El lenguaje hablado y escrito utilizan el mismo instrumento: la palabra. Esta es la prin-


cipal semejanza o total igualdad, ya que ambos tipos de comunicación utilizan el mismo
material: la palabra, la misma palabra em itida por medio de sonidos en el habla, y expre-
sada por signos gráficos en la escritura. Esta palabra, hablada o escrita, será usada en los
distintos niveles del lenguaje de forma distinta.

b) Diferencias: la lengua escrita carece de muchos auxiliares. El lenguaje hablado, por ser casi
natural al hombre, y realizarse en una situación concreta que está actuando como marco, tiene
unas formas y unas posibilidades que no tiene el escrito. Los más importantes son las entona-
ciones y los gestos que, como hemos visto, dan una expresión especial al lenguaje hablado.

El escrito apenas puede suplir todo eso con unos signos que resultan en muchas ocasiones
absolutamente incapaces de transmitir lo que el hablante quiere decir.

c) La mayor diferencia se da en el lenguaje coloquial. El lenguaje hablado coloquial está


lleno de repeticiones, llamadas, interrogaciones, interjecciones, gestos, cortes del interlo-
cutor, desviaciones y vueltas al mismo tema de nuevo... que son difíciles de darse en el
lenguaje escrito coloquial.

El lenguaje hablado es de una viveza impresionante, difícil de ser recogido en el lenguaje


escrito aun por aquel que intenta ser más realista. El interlocutor está actuando constante-
mente sobre el que habla y dialoga, le está incitando de diversas maneras. El que escribe
tiene menos influencia de aquel a quien dirige su escrito.

d) El lenguaje hablado es más repetitivo que el escrito. Esta diferencia es importante: las
cosas y temas de los que se habla están sometidos a una repetición mayor. El lenguaje ha-
blado, en cualquiera de sus formas, es más repetitivo, red undante, mientras que el escrito
suele ser más concentrado y sintético.

e) En la conversación se dan más incorrecciones que en la escritura. En lo relativo a las


incorrecciones morfosintácticas, el lenguaje hablado las soporta muchas veces, sin que por
ello quede mal expresado el pensamiento. El lenguaje escrito, en general, utiliza más co-
rrectamente la leng ua.
f) El lenguaje escrito posee un tiempo del que carece el oral. Quien escribe tiene posibilidades
de volver sobre lo escrito y modelarlo nuevamente. El lenguaje hablado carece de esa posibili-
dad; no tiene ese segundo tiempo. Puede volver sobre lo dicho, pero lo emitido anteriormente ya
tuvo su forma, buena o mala, en el tiempo, y produjo su efecto en el oyente.

381
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Terminemos manifestando de nuevo que la comunicación lingüística, habl~da b escrita, es el


medio más importante de comunicación que tiene el hombre y a través del cual abre su mundo a
los demás seres humanos, siendo camino, al propio tiempo, para el descubrimiento de su propio ser.

Pero también se degrada en el grito, en el rugido animal nacido del odio, en el verba lismo
mentiroso y en la publicidad y propaganda engañosas, alienando al hombre e impidiéndole el de-
sarrollo de su saber y de su ser, pudiendo ser, a veces, causa de muerte asesina. Todo esto p uede ser
el lenguaje, ya hablado ya escrito; todo esto se puede conseguir y evitar sabiéndolo usar de modo
correcto y bien intencionado.

382
Prevención de riesgos laborales
en los celadores. Riesgos
en seguridad, higiénicos,
ergonómicos, psicosociales
x, organizativos. Gestión
medioambiental: contribución
de las tareas de los celadores al
cuidado del medio ambiente

1. Introducción
2. Condiciones físico-ambientales del trabajo
3. Ergonomía
4. Riesgos ergonómicos: manipulación de cargas
5. Riesgos psicosociales y organizativos
6. Riesgos biológicos
7. La gestión de equipos de protección individual (EPIS) en centros sanitarios
8. Gestión medioambiental: contribución de lastareas de los celadores al cuidado
del medio ambiente
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Introducción
Antes de proceder al estudio específico y más amplio de riesgos laborales más importantes que
el puesto de trabajo de Celador conlleva según las diferentes disciplinas preventivas (seguridad,
higiene, ergonomía y psicosociología aplicada), conviene realizar una sencilla exposición del ca-
tálogo de riesgos y medidas preventivas más comunes y que pueden ser de aplicación a todos los
centros sanitarios donde se desenvuelve el desempeño de las tareas inherentes a esta ocupación.

1.1. Catálogo de riesgos


- Riesgos de seguridad: lesiones, quemaduras, heridas en los dedos, golpes, choques contra
objetos móviles e inmóviles, cortes, atrapamientos, caídas al mismo y distinto nivel, acci-
dentes con vehículos, sobreesfuerzos, contactos eléctricos, etc.
- Riesgos de higiene: ruido, iluminación, temperatura y humedad, exposición a gases, radia-
ciones, exposición a enfermedades infecciosas y contaminantes biológicos, etc.
- Riesgos de ergonomía y psicosociología: fatiga, estrés, carga mental, trabajo a turnos,
nocturnidad, etc.
Según sea el campo de actuación de la Ergonomía se puede clasificar en:
1. Ergonomía geométrica: se ocupa del estudio de la relación entre el ser humano y las con-
diciones métricas de su puesto de trabajo en lo relativo a su comodidad y confort estático,
tanto en posiciones de pie como sentado, pie-sentado, etc. Su finalidad es conseguir que
las dependencias, despachos, habitaciones, mesas y sillas, mandos para la manipulación de
instrumentos, etc., tengan un diseño y disposición que garanticen la seguridad del trabaja-
dor, eviten esfuerzos superfluos, eviten la fatiga muscular, psicológica, etc.
2. Ergonomía ambiental: establece la relación entre la persona (trabajador) y las condicio-
nes medioambientales. Se trata de prevenir la aparición de enfermedades profesionales y
conseguir el máximo bienestar posible para el trabajador. Se cuidan de manera especial las
condiciones del medio donde se trabaja para garantizar el mayor confort posible y sensa-
ción de bienestar. Es necesario para ello cuidar la temperatura, grado de humedad, sonori-
dad del ambiente, luz, presión atmosférica en caso de aire acondicionado, característica de
la pintura existente en paredes, decoración, etc.
3. Ergonomía temporal: se ocupa sobre todo de estudiar la relación entre la fatiga producida
en el trabajo y el tiempo dedicado al descanso. Tiene importancia para facilitar el descanso y
evitar la fatiga física y psicológica, una distribución de las horas laborales semanales en jor-
nadas con horarios limitados y descansos intermedios que eviten la fatiga. Surge así la nece-
sidad de estudiar, en función de las características del trabajo desarrollado (físico, intelectual,
intensidad, biorritmos, etc.), el tipo de jornada laboral:jornada partida, continua, a turnos, etc.

1.2. Medidas preventivas


Utilización de medios mecánicos y/o auxiliares para la manipulación y/o transporte de
cargas.

- Solicitar ayuda de otro compañero siempre que sea necesario.


384
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

- Evitar doblar la espalda y adoptar posturas forzadas efectuando cambios periódicos y para-
das breves.

- Transporte de muestras bio lógicas en soportes adecuados destinados para tal fin.

- Acogerse a campañas de inmunización establecidas para el personal sometido a riesgo.

- Evitar las prisas durante el manejo de las sillas de ruedas, camillas, etc., con el fin de evitar
los golpes y atrapamientos.

- Utilizar la técnica correcta para movilización de enfermos y manipulación manual de cargas.

- Medios organizativos adecuados que m inimicen los riesgos psicosociales.

1.3. Equipos de protección individual (EPls)


Estos son: ropa de trabajo, guantes, mascarillas y calzado antideslizante.

1.4. Normas de protección ante exposiciones casuales de sangre o


fluidos corporales
Se debe utilizar de forma rut inaria las medidas de protección adecuadas para preven ir el con-
tacto de p iel y mucosas con sangre y/o fluidos corporales de cualquier paciente.
Las medidas de protección individual son las siguientes: guantes (ya sean estériles o no), mas-
carillas, protecciones oculares, batas o delantales.

Las medidas de protección individual indicadas se utilizarán tanto para realizar cualquier t éc-
nica como en la manipulación, el transporte y la limpieza de objetos posiblemente contaminados
por sangre y/o fluidos corporales.

Antes de comenzar la tarea, se protegerá convenientemente cualquier erosión o herida pa ra


evitar cua lq uier posible contacto.

Se deberá actuar con precaución al manipular objetos punzantes o cortantes para evitar sufrir
heridas.

No se deberán enfundar d e nuevo las agujas ya utilizadas en el capuchón protector, ni se do-


blarán ni se separarán manualmente de las jeringas. Las agujas ya utilizadas, así como los objet os
385
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

punzantes o cortantes de un solo uso, se depositarán en los correspondientes contenedores de


seguridad para la eliminación de residuos de grupo 111.

Siempre deberán desecharse los guantes utilizados después de cada contacto y siempre que
se rompan o perforen.

Cualquier zona corpora l que haya estado en contacto con sangre y/o fluidos corporales deberá
lavarse inmediatamente a fondo, utilizando la técnica necesaria.

Se comunicará el accidente siguiendo los cauces establecidos.

En el caso de derrames o vertidos, deberá ponerse en contacto con el responsable q uien le


indicará los medios de protección necesarios y las pautas de actuación.

1.5. Condiciones de higiene


Por otra parte resulta necesa rio recordar la importancia de las normas generales de higiene
para el desempeño de las tareas del Celador.

Podemos definir la higiene como el conjunto de acciones encaminadas para conseguir y con-
servar la salud. Podemos ver en ella dos vertientes: la higiene individual y la higiene social.

La higiene individual se refiere al individuo como ser independiente y aislado, mientras que la
higiene social trata de la sa lud pública o colectiva.
Realmente es muy difícil la separación entre la higiene individua l y la social pues no puede
concebirse una sociedad higiénica si no lo son los individuos que la integran.

En una Institución Hospitalaria o Ambulatoria, donde el contacto con los enfermos es constante,
d irecta o indirectamente, la higiene es el punto clave que hay que cuidar hasta el más mínimo detalle.

Recordemos que los microbios (seres microscópicos) son productores de muchas y graves
enfermedades, y se multiplican con increíble rapidez en cuanto las cond iciones ambientales lo
permiten. Los microbios malignos o patógenos, por cont agio (directo o indirecto) pueden llegar
a instalarse en nuestro organismo en número suficiente para producir una infección. Las toxinas
(sustancias venenosas producidas por los microbios patógenos) se extienden con la sangre, atacan
y destruyen las células del organ ismo.

Es conocido que el organismo reacciona contra la invasión de microbios patógenos (los g lóbu-
los blancos son las defensas naturales que atacan a los m icrobios patógenos y elaboran además
antitoxinas, pero en muchas ocasiones esa reacción no es suficiente para vencer la enfermedad y
es necesario recurrir a las defensas artificiales: sueros, antibióticos, etc.).

El aseo personal y la limpieza en los trabaj adores sanitarios es de tal importancia que su descui-
do puede con llevar la transmisión de gérmenes patógenos.

Los trabajadores en Instituciones Sanitarias, transportan papeles, materiales, objetos, camas,


enfermos, que ta l vez sean portadores de microbios que, a su vez, pueden transmitir a otros pa-
cientes o a su misma familia, por lo que la higiene y la desinfección debe presidir t odos sus actos.

A la entrada al trabajo debe quitarse la ropa de calle y vestirse con el uniforme reglamentario, cui-
dando lavarse bien las manos con agua y jabón, empleando cepillo de uñas para comenzar su labor.

Las prendas de uniforme deben conservarlas siempre limpias cambiándose las mismas en caso
de ensuciarlas por alguna circunstancia fortuita.
386
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOSCELADORES 11111

Siempre que tenga que manipular cualquier o bjeto o material que haya estado en contacto con
un enfermo, se lavará o desinfectará en su casa, a fin de evitar contagio.

Cuidará en extremo su aseo personal, pues, aparte de la mala impresión que causa una perso-
na desarreglada o sucia, es un descrédito para la Institución, que está tipificado como falta en el
Estatuto Marco del personal estatutario de los Servicios de Salud.

Por último, al concluir su trabajo es deseable y aconsejable la ducha previa a vestirse con el traje
de ca lle para eliminar cualquier posible contaminación.

2. Condiciones físico-ambientales del trabajo


Las condiciones físico-ambientales del trabajo son uno de los factores que influyen positiva o
negativamente tanto en los sistemas de producción de las empresas como en el estado d e Salud
de los trabajadores.
Por su importancia cabe señalar:

2.1. Local
La estructura arquitectónica de la empresa, la distribución de los espacios y dependencias, etc.,
deben estar previamente estudiadas y adaptadas a la realidad del sistema de producción y a las nece-
sidades de los trabajadores de manera que el edificio y los espacios de trabajo no sean un elemento
distorsionador causante de fobias, angustias o problemas de rendimiento laboral.
Previamente a la construcción del edificio, debe est udiarse su diseño minuciosamente tenien-
do en cuenta muy especialmente los problemas que una inadecuada estructura puede llegar a
causar a las personas que trabajarán en él.
Debe estudiarse la composición de los materiales de construcción, equipamiento y decoración
evitando en la medida de lo posible materiales fácilmente combustibles.
También es importante hacer un estudio de la orientación espacial, las vías de acceso y salida,
así como la distribución y organización de los espacios y equipamientos.
También es necesario prever las relaciones humanas de forma que se favorezca la comunica-
ción y el mantenimiento de las distancias a la vez.

2.2. Aireación
Este t ema está relacionado con la concepción arquitectónica del edificio. Actualmente se pue-
de optar por un sistema de ventilación:
a) Natural: a través de puertas y ventanas, claraboyas, etc. Tiene el inconveniente de q ue está
sometido a cambios bruscos de temperatura, no garantiza la temperatura más o menos
constante a lo largo de todo el año, genera corrientes y en caso de ambientes contamina-
dos contribuye a extender la contaminación.
b) Mecánico: mediante la insuflación de aire fresco que es renovado por aspiración. Se utiliza
en ambientes polucionados donde es necesaria la succión del aire contaminado.

387
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

c) Aire acondicionado: permite controlar unas condiciones constantes de temperatura y hume-


dad a la vez que renueva el aire de los locales. Tiene especial ventaja en empresas que deben
mantener en su cadena de producción unas constantes de temperatura y humedad. En la ac-
tualidad también se ha incorporado a empresas de servicios (oficinas, etc.).

Los olores desagradables que producen algunas industrias y que hay que corregir mediante
aireación o la absorción de los mismos por carbón activo.

2.3. Ambiente térmico


El ambiente térmico en que se trabaja viene determinado por factores dependientes del:
a) Trabajador: su metabolismo orgánico produce calor como consecuencia de la actividad
muscular y la ropa que lleva puesta. En el organismo humano el 75-80% de la energía utili-
zada se transforma en calor y cuando la actividad laboral exige un trabajo físico ésta puede
llegar a ser del 95%.
b) Medio ambiente laboral: depende de la temperatura ambiental, humedad del aire y velo-
cidad de los vientos.
Es necesario buscar un ambiente térmico adecuado para conseguir el mejor estado fisiológico de
los trabajadores y el buen funcionamiento de las cualidades psicológicas, sensoriales y motoras.
El ambiente térmico neutro parece ser el que mejor se ajusta a la mayoría de los trabajadores.
Se define como tal aquel ambiente en el que la producción de calor metabólico está en equilibrio
con las pérdidas de calor orgánico (por convección e irradiación), las pérdidas de calor respiratorio
y la transpiración insensible.

En los locales de trabajo cerrados deberán cumplirse, en particular, las siguientes condiciones:
a) La temperatura de los locales de trabajo donde se realicen trabajos sedentarios propios de oficinas
o similares estará comprendida entre 17 y 27 °C.
La temperatura de los locales donde se realicen trabajos ligeros estará comprendida entre 14 y 25 °C.
b) La humedad relativa estará comprendida entre el 30 y el 70%, excepto en los locales donde existan
riesgos por electricidad estática en los que el límite inferior será el 50%.
c) Los trabajadores no deberán estar expuestos de forma frecuente o continuada a corrientes de aire
cuya velocidad exceda los siguientes límites:
1.0 Trabajos en ambientes no calurosos: 0,25 mis.
2.0 Trabajos sedentarios en ambientes calurosos: 0,5 mis.
3.0 Trabajos no sedentarios en ambientes calurosos: 0,75 mis.
Estos límites no se aplicarán a las corrientes de aire expresamente utilizadas para evitar el estrés en
exposiciones intensas al calor, ni a las corrientes de aire acondicionado, para las que el límite será de
0,25 mis en el caso de trabajos sedentarios y 0,35 mis en los demás casos.

Condiciones termohigrométricos extraídas del Real Decreto 486/1997 sobre Lugares de Trabajo

2.4. Ambiente sonoro


El sonido se puede definir como la vibración de un med io material y que puede ser detectada
por el oído humano. A su vez el ruido es un sonido fuerte, generalmente molesto para la actividad
humana.
388
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

En todo ruido hay que diferenciar:

a) Tono: Sensación auditiva que va asociada a la frecuencia de los sonidos y se refiere a la


altura del ruido.

b) Intensidad: Se refiere a la fuerza del ruido.

c) Timbre: Es una característica de la sensación auditiva que permite diferenciar diversos


sonidos.

En la medición de la contaminación acústica (intensidad) se utiliza el Decibelio como medida


(dB) y para ello se les practica a los trabajadores una técnica de audiometría que permite conocer
el estado fisiológico de su oído.

El ruido tiene efectos negativos para la fisiología del organismo y afecta también al rendimiento
psíquico de las personas.

Los niveles de ruido compatibles con la salud, definidos en las diferentes legislaciones de los
países se sitúan en 85 dB como cota de alerta para una exposición permanente de 40 h. semanales
de trabajo. Un nivel de ruido de 90 dB o niveles de pico (o de ruido de impacto) superior a 140 dB
ya es considerado peligroso.

- Hospitales: 25 dB.
- Bibliotecas y museos: 30 dB.
- Cines, teatros y salas de conferencia: 40 dB
- Centros docentes y hoteles: 40 dB.
- Oficinas y despachos públicos: 45 dB
- Grandes almacenes, restaurantes y bares: 55 dB.

Niveles máximos de intensidad acústica en edificios públicos

Se establece un límite aceptable con 65 db durante el día y SS db por la noche.

2.5. Iluminación
Es necesario que exista una buena y bien distribuida iluminación de los espacios y objetos
de trabajo. Se puede optar por una iluminación natural, artificial o m ixta dependiendo de las
situaciones.

La iluminación natural, aunque recomendable, es variable según las horas del día y estaciones
del año y no suele ser suficiente por sí misma.

La iluminación artificial se basa en la disposición de focos con los que se pretende conseguir
una buena distribución de puntos de luz y difusión de la misma.

En la iluminación directa el 90-100% del flujo de luz se dirige hacia abajo y el 0-10% hacia arriba.
En la iluminación semidirecta el 40-60% del flujo luminoso se dirige hacia abajo y el 10-40%
hacia arriba.
Actualmente es obligatorio, además, la iluminación de seguridad que permita, en caso de corte
del fluido eléctrico, una evacuación rápida.
389
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Lo·s niveles mínimos de iluminación de los lugares de trabajo serán los establecidos en la si-
guiente tabla:

Zona o parte del lugar de trabajo Nivel mínimo de Iluminación (lux)

Zonas donde se ejecuten tareas con:


1. Bajas exigencias visuales 100
2. Exigencias visuales moderadas 200
3. Exigencias visuales altas 500
4. Exigencias visuales muy altas 1.000

Áreas o locales de uso ocasional so


Áreas o locales de uso habitual 100

Vías de circulacíón de uso ocasional 25

Vías de circulación de uso habitual so


Iluminación de los lugares de trabajo extraídos del Real Decreto 486/1997 sobre Lugares de Trabajo

2.6. Vibraciones
Las vibraciones mecánicas se pueden definir como movimientos rápidos y ruidosos de inten-
sidad variable.
Estas vibraciones se transmiten directamente o indirectamente al cuerpo del trabajador a tra-
vés de máquinas, etc. La transmisión de vibraciones directas al cuerpo puede producir lesiones en
los tejidos y órganos.
Estas lesiones son especialmente frecuentes en las manos, sobre todo por martillos neumáti-
cos. Los trabajadores desarrollan lesiones vasculares que producen isquemia en la zona. También
es frecuente la afectación ósea a nivel del carpo así como lesiones musculares y nerviosas en forma
de mialgias y parest esias.

2.7. Radiaciones
Las radiaciones se pueden definir como una forma de propagación de la energía a partir de una
fuente o centro emisor.

A su vez las radiaciones se pueden clasificar en dos grandes grupos:

- Radiaciones electromagnéticas: se caracterizan porque se propagan en forma de ondas.


Pertenecen a este grupo el espectro visible de la luz, rayos infrarrojos, rayos ultravioleta y
rayos X. Son consideradas radiaciones ionizantes los Rayos X y los Rayos gamma.

- Radiaciones corpusculares: pueden estar formadas por partículas electrizadas en muchos


casos. Pertenecen a este grupo los Rayos alfa (plutonio), Rayos Beta (P32) y neutrones.

Los rayos infrarrojos, t ambién denominados radiación calórica, son ondas electromagnéticas. En
la industria donde existen fuentes industriales de calor (altas temperaturas) se utiliza sobre todo esta
forma de radiación. Las fuentes de calor que no superan los 600 °C emiten sólo radiaciones infrarrojas.
El actinómetro es un aparato utilizado para medir la intensidad de la radiación calórica solar.
390
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Las radiaciones ultravioleta, también denominadas actínicas, se utilizan en determinados tra-


bajos como soldadura, especialmente cuando se hacen por arco eléctrico. Además en el campo
de la fisioterapia es utilizada con frecuencia esta forma de radiación. La exposición excesiva de los
trabajadores a este tipo de radiación puede ocasionar trastornos de la visión, en la piel, etc.

El uso de las radiaciones ionizantes, tiene su punto de partida con el descubrimiento de los
rayos X en 1895 por el Alemán Wilhelm Konrad Roentgen. Actualmente el uso de esta forma de
energía no se limita sólo al campo de las Ciencias Biomédicas sino también a la agricultura, gana-
dería, física, industria, etc.

La exposición del organismo a radiaciones ionizantes a dosis excesivas tiene efectos importan-
tes sobre la salud, afectando a diversos tejidos y órganos:
- Piel y faneras: en primera instancia aparece eritema y pérdida del vello, atrofia, derma-
titis crónica, que puede llevar a un carcinoma en casos de exposiciones prolongadas o
excesivas.

- Sobre el aparato reproductor: aparecen lesiones de las células germinales que son ex-
traordinariamente radiosensibles. Pueden llevar a un estado de esterilidad y a provocar al-
teraciones genéticas en caso de embarazo.

- Órganos hematopoyéticos: producen aplasia de la médula ósea con la consiguiente apa-


rición de anemia (déficit de eritrocitos), pérdida de las defensas (déficit de leucocitos), y de
las plaquetas (trastornos de la coagulación de la sangre).

- Ojos: puede provocar la aparición de cataratas.

3. Ergonomía
La Ergonomía se puede definir como el desarrollo aplicado de la fisiología y de la psicología del
trabajo. En otros términos, puede definirse como la ciencia de la adaptación del trabajo al hombre.

Como consecuencia de la actividad laboral son muchas las posturas que adoptan los trabaja-
dores que pueden lesionar algunas estructuras orgánicas con el paso del tiempo, de ahí que sea
necesario corregir y trabajar el diseño del mobiliario y de otros materiales que eviten o amortigüen
esos efectos.

En general, se trata de posturas forzadas que ponen alguna región o parte corporal en una dis-
posición antianatómica, o bien por vibraciones, presión u otros agentes físicos que van causando
lentamente microtraumatismos.

La ergonomía tiene actualmente carácter interdisciplinar, ya que se nutre de diversos campos


del saber científico: ciencias biomédicas, ingeniería, psicología, sociología, matemáticas, física, eco-
nomía, mecánica, etc.

Tanto es así que:

- La anatomía a través de la antropometría contribuye al estudio de las medidas del cuerpo


humano.

- La fisiología se ocupa del estudio fisiológico de los sentidos aplicado a la ergonomía.

- La mecánica facilita el estudio de la aplicación de las fuerzas humanas al desarrollo de la


actividad laboral.
391
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- La psicología interviene en cua~to que analiza la conducta humana.

- La sociología es la que se ocupa del estudio de las colectividades humanas.

- Las matemáticas permiten el cálculo de los valores necesarios.

- La física en cuanto que aporta las leyes o principios que rigen determinados fenómenos, etc.

3.1. Campos de actuación de la Ergonomía


Según sea el campo de actuación de la Ergonomía se puede clasificar en:

- Ergonomía geométrica.

- Ergonomía ambiental.

- Ergonomía temporal.

1. Ergonomía geométrica: se ocupa del estudio de la relación entre el ser humano y las condi-
ciones métricas de su puesto de trabajo en lo relativo a su comodidad y confort estático, tanto en
posiciones de pie como sentado, pie-sentado, etc. Su finalidad es conseguir que las dependencias,
despachos, habitaciones, mesas y sillas, mandos para la manipulación de instrumentos, etc., tengan
un diseño y disposición que garanticen la seguridad del t rabajador, eviten esfuerzos superfluos,
eviten la fatiga muscular, psicológica, etc.

2. Ergonomía ambiental: establece la relación entre la persona (trabajador) y las condiciones


medioambientales. Se trata de prevenir la aparición de enfermedades profesionales y conseguir el
máximo bienestar posible para el trabajador. Se cuidan de manera especial las cond iciones del me-
dio donde se trabaja para garantizar el mayor confort posible y sensación de bienestar. Es necesario
para ello cuidar la temperatura, g rado de humedad, sonoridad del ambiente, luz, presión atmosféri-
ca en caso de aire acondicionado, característica de la pintura existente en paredes, decoración, etc.

3. Ergonomía temporal: se ocupa sobre todo de estudiar la relación entre la fatiga producida
en el trabajo y el tiempo dedicado al descanso. Tiene importancia para facilitar el descanso y evitar
la fatiga física y psicológica, una distribución de las horas labora les semanales en jornadas con
horarios limitados y descansos intermedios que eviten la fatiga. Surge así la necesidad de estudiar,
en función de las características del trabajo desarrollado (físico, intelectua l, intensidad, biorritmos,
etc.), el tipo de jornada laboral: jornada partida, continua, a turnos, etc.

3.2. Ergonomía del puesto de trabajo


A la hora de planificar y diseñar un puesto de trabajo, no se tiene en cuenta a las personas, ya
que éstas son diferentes unas de otras.

Igualmente ocurre cuando se diseña un aparato, es decir, hay un mayor interés por las cuali-
dades técnicas de ese aparato que por las características propias de la persona que va a utilizarlo.

Cada vez que realicemos un estudio ergonómico de un puesto de trabajo tendremos en cuenta
las características de la persona: peso, talla, edad, sexo, nivel cultural, capacidad de adaptación,
resistencia física, etc.

392
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Al hacer un estudio ergonométrico de un puesto de trabajo, se intenta que la persona desarro-


lle el máximo trabajo, evitando la pérdida de tiempo por desadaptación al medio y sobre todo los
posibles problemas físicos que puedan desencadenar. Entre estos problemas físicos, destacan las
lesiones de la extremidad superior producidas por:
- Movimientos repetidos de la mano y muñeca.

- Tareas habituales que requieren el empleo de gran fuerza con las manos.
- Tareas que precisen posiciones o movimientos forzados de la mano (hiperflexión o
hiperextensión).

- Uso regular y continuado de herramientas de mano vibrátiles.

- Presión sobre la muñeca o sobre la palma de la mano de forma frecuente o prolongada.

- Realización de movimientos de pinzas con los dedos de forma repetida.

Entre las patologías más frecuentes de la extremidad superior se encuentran:

- Síndrome del túnel carpiano: este síndrome se produce por la compresión del nervio me-
diano a su paso por el túnel del carpo. Las manifestaciones clínicas más comunes en este
síndrome son: hinchazón, hormigueo y entumecimiento en la mano afectada.

- Tendinitis: se produce por esfuerzos repetidos con la muñeca.

- Lumbalgias: la lumbalgia es un dolor que se localiza en la región inferior de la espalda. En


esta parte se encuentra la zona lumbar, que contiene cinco vértebras (L1, L2, L3, L4 y LS)
Estas vértebras son las que tienen mayores dimensiones y soportan mayor peso. Las postu-
ras laborales que pueden producir lumbalgias son:
* Realización de trabajos forzados con el tronco inclinado.

* Levantamiento y manejo de artículos pesados.

* Trabajos al aire libre condicionados por los cambios climáticos.

* Largos períodos de tiempo de pie.

* Largos períodos de tiempo sentados.

* ·uso de vehículos y maquinarias que producen vibraciones.


Para prevenir las lumbalgias hay que t ener en cuenta que se debe actuar ergonómicamente
sobre el puesto de trabajo realizando un diseño de tareas y actividades. También es importante el
uso de ropa holgada, no usar tacones, etc., en definitiva, pensar en la propia salud cada vez que se
realiza un trabajo.
Para prevenir las lumbalgias, hay que tener en cuenta:

a) Características de la carga
La manipulación de una carga puede presentar un riesgo, en particular dorsolumbar, en los
casos siguientes:

- Cuando la carga es demasiado pesada o demasiado grande.

- Cuando es voluminosa o difícil de sujetar.

393
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Cuando está en equilibrio inestable o su contenido corre el riesgo de desplazarse.

- Cuando está colocada de tal modo que debe sostenerse o manipularse a d istancia del tron-
co o con torsión o inclinación del mismo.

- Cuando la carga, debido a su aspecto exterior o a su consistencia, puede ocasionar lesiones


al trabajador, en particular en caso de golpe.

b) Esfuerzo físico necesario


Un esfuerzo físico puede entrañar un riesgo, en particular dorsolumbar, en los casos siguientes:

- Cuando es demasiado importante.

- Cuando no puede realizarse más que por un movimiento de torsión o de flexión del tronco.

- Cuando puede acarrear un movimiento brusco de la carga.

- Cuando se realiza mientras el cuerpo está en posición inestable.

- Cuando se trate de alzar o descender la carga con necesidad de modificar el agarre.

c) Características del medio de trabajo


Las características del medio de trabajo pueden aumentar el riesgo, en particular dorsolumbar,
en los casos siguientes:

- Cuando el espacio libre, especialmente vertical, resulta insuficiente para el ejercicio de la


actividad de que se trate.

- Cuando el suelo es irreg ular y, por tanto, puede dar lugar a tropiezos o bien es resbaladizo
para el calzado que lleve el trabajador.

- Cuando la situación o el medio de trabajo no permite al trabajador la manipulación manual


de cargas a una altura segura y en una postura correcta.

Cuando el suelo o el plano de trabajo presentan desniveles que implican la manipulación


de la carga en niveles diferentes.

- Cuando el suelo o el punto de apoyo son inestables.

- Cuando la temperatura, humedad o circulación del aire son inadecuadas.

- Cuando la iluminación no sea adecuada.

- Cuando exista exposición a vibraciones.

d) Exigencias de la actividad
La actividad puede entrañar riesgo, en particular dorsolumbar, cuando implique una o varias
de las exigencias siguientes:

- Esfuerzos físicos demasiado frecuentes o prolongados en los que intervenga en particular


la columna vertebral.

- Período insuficiente de reposo fisiológico o de recuperación.


394
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

- Distancias demasiado grandes de elevación, descenso o transporte.

- Ritmo impuesto por un proceso que el trabajador no pueda modular.

e) Factores individuales de riesgo


Constituyen factores individuales de riesgo:

- La falta de aptitud física para realizar las tareas en cuestión.

- La inadecuación de las ropas, el calzado u otros efectos personales que lleve el trabajador.

- La insuficiencia o inadapatación de los conocimientos o de la formación.

- La existencia previa de patología dorsolumbar.

4. Riesgos ergonómicos: manipulación de cargas


4.1. La carga
Entenderemos por carga cualquier objeto susceptible de ser movido. Pero también incluimos
el traslado de personas (como los pacientes de un hospital) y el transporte de animales (en una
granja o similar).

Son, además, cargas los materiales que se manejen por medios mecánicos como grúas y simi-
lares, y que precisen, durante la operación de manipulación, el esfuerzo humano para su acomo-
dación o colocación.

4.2. Concepto de manipulación manual de cargas


Vamos a entender por manipulación manual de cargas cualquier operación de transporte o
sujeción de·una carga por parte de uno o varios trabajadores, como el levantamiento, la colocación,
el empuje, la tracción o el desplazamiento que, por sus características o condiciones ergonómicas
inadecuadas, entrañe riesgos, en particular dorsolumbares, para los trabajadores.

También es manipulación manual transportar o mantener la carga alzada; la sujeción de ésta


con las manos y con otras partes del cuerpo, como la espalda, y lanzar la carga de una persona a
otra.

4.3. Posibles lesiones y factores de riesgo


A) Lesiones que pueden producirse
La manipulación manual de cargas es responsable de la aparición de múltiples accidentes labo-
rales que, en muchos casos pueden parecer leves pero que, acumuladas, provocan enfermedades
en la columna vertebral y en las articu laciones.
395
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Las lesiones más frecuentes son: cortes, contusiones, heridas, fracturas y, especialmente, mús-
culo-esqueléticas, que pueden producirse en cualquier zona del cuerpo, aunque los más frecuen-
temente dañados son los miembros superiores y la espalda, especialmente en la zona dorsolumbar.
Estas últimas pueden ser lumbago, alteraciones de los discos intervertebrales (hernias discales) e
incluso fracturas vertebrales por sobreesfuerzo.

Las lesiones en los miembros superiores pueden ser quemaduras (por cargas sometidas a al-
tas temperaturas), heridas o arañazos producidos por esquinas afiladas, astillamiento de la carga,
superficies peligrosas con clavos, etc., contusiones por caídas de la carga debido a superficies res-
baladizas, etc.
Estas lesiones, producidas por la manipulación manual de cargas, aunque, generalmente, no
son mortales, pueden tener una larga y difícil curación y, en muchos casos, requieren un largo
proceso de rehabilitación. El trabajador queda, muchas veces, incapacitado para realizar su trabajo
habitual y su calidad de vida, por lo tanto, deteriorada.

B) Factores de riesgo
La manipulación manual de una carga puede presentar un riesgo, en particular dorsolumbar,
en los casos siguientes:

a) Debido a las características de la carga:

- Cuando la carga es demasiado pesada o demasiado grande.

- Cuando es voluminosa o difícil de sujetar.

- Cuando está en equilibrio inestable o su contenido corre el riesgo de desplazarse.

- Cuando está colocada de tal modo que debe sostenerse o manipularse a distancia del
tronco o con torsión o inclinación del mismo.

- Cuando la carga, debido a su aspecto exterior o a su consistencia, puede ocasionar le-


siones al trabajador, en particular en caso de golpe.

b) Debido a las características del individuo que realiza la acción:

:.. La falta de aptitud física para realizar las tareas en cuestión.

- La inadecuación de las ropas, el calzado u otros efectos personales que lleve el trabaja-
dor.

- La insuficiencia o inadaptación de los conocimientos o de la formación.

- La existencia previa de patología dorsolumbar.

c) Debido a las características del movimiento que debe ser realizado:

- Cuando el esfuerzo sea demasiado importante.

- Cuando la acción no pueda realizarse más que por un movimiento de t orsión o de


flexión del tronco.

- Cuando la acción pueda acarrear un movimiento brusco de la carga.

- Cuando se realiza mientras el cuerpo está en posición inestable.

396
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

- Cuando se trate de alzar o descender la carga con necesidad de modificar el agarre.

- Esfuerzos físicos demasiado frecuentes o prolongados en los que intervenga en parti-


cular la columna vertebral.

- Período insuficiente de reposo fisiológico o de recuperación.

- Distancias demasiado g randes de elevación, descenso o transporte.

- Ritmo impuesto por un proceso que el trabajador no pueda modular.

d) Debido a las características del medio de trabajo:

Las características del medio de trabajo pueden aumentar el riesgo, en particular dorsolum-
bar, en los casos siguientes:

- Cuando el espacio libre, especia lmente vertical, resulta insuficiente para el ejercicio de
la actividad de que se t rate.

- Cuando el suelo es irregular y, por tanto, puede dar lugar a tropiezos o bien es resbala-
dizo para el ca lzado que lleve el trabajador.

- Cuando la situació n o el medio de trabajo no permite al trabajador la manipulación


manual de cargas a una alt ura seg ura y en una postura correcta.

- Cuando el suelo o el plano de trabajo presentan desniveles que implican la manipu la-
ción de la carga en niveles diferentes.
- Cuando el suelo o el punto de apoyo son inestables.

- Cuando la temperatura, humedad o circulación del aire son inadecuadas.

- Cuando la iluminación no sea adecuada.

- Cuando exista exposición a vibraciones.

4.4. Formación e información a los trabajadores


Los riesgos de lesio nes debidas a la manipulación manual de cargas aumentan cuando los tra-
bajadores no t ienen la formación e información adecuadas para la realizació n de estas tareas de
forma segura. Por ello, deberá ser garantizado, por parte de los empresarios, que los trabajadores
y los representantes de los trabajadores reciban una formación e información adecuadas sobre
dichos riesgos, así como sobre las medidas de prevención y protección que hayan de adoptarse
para ello.
En particular, deberán proporcionar a los trabajadores una formación e información adecuadas
sobre el modo correcto de manipular las cargas y sobre los riesgos que corren de no hacerlo de
dicha forma. La información suministrada deberá incluir indicaciones generales y las precisiones
que sean posibles sobre el peso de las cargas y, otros aspectos como su centro de gravedad o lado
más pesado cuando el contenido de un embalaje esté descentrado.

Estos programas de formación y entrenamiento deben incluir:


- El uso correcto de las ayudas mecánicas: incluyendo la formación acerca de la utilización
segura de las mismas, información sobre los riesgos que pueden aparecer debidos a su
implantación, y formación que contemple las actuaciones ante una avería del equipo.
397
11111 CELADORES DELSERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Información y formación acerca de los factores que están presentes en la manipulación y de


la forma de prevenir los riesgos derivados de ellos.

- Uso correcto del equipo de protección individual: si éste es necesario en la actividad


determinada.
- Entrenamiento en formas seguras de manipulación de las cargas.
- Información sobre el peso y el centro de gravedad: debe ir marcado en las cargas, y si no es
así, el trabajador debe ser informado de dicho dato.
Cuando su actividad habitual suponga una manipulación manual de cargas, y concurran al-
gunos de los elementos o factores de riesgo, el empresario garantizará el derecho de los traba-
jadores a una vigilancia adecuada de su salud. Tal vigilancia será realizada por personal sanitario
competente.

4.S. Indicaciones para la manipulación manual de cargas

4.5.1. En relación con la carga

a) El peso de la carga
Es uno de los factores más importantes a la hora de evaluar el riesgo en la manipulación
manual. A efectos prácticos, se consideran cargas los objetos que pesen más de 3 Kg. El peso
máximo que se recomienda no sobrepasar es de 25 Kg, esto en condiciones ideales de mani-
pulación, es decir, en una postura adecuada para el manejo (carga cerca del cuerpo, espalda
derecha, sin giros ni inclinaciones), una sujeción firme del objeto con una posición neutral de la
muñeca, levantamientos suaves y espaciados y condiciones ambientales favorables.
No obstante, si la población expuesta son mujeres, trabajadores jóvenes o de edad avanzada,
no se deberían manejar cargas superiores a 15 Kg.

Peso máximo recomendado para una carga en


condiciones Ideales de levantamiento
-
Peso Factor % Población
máximo corrección protegida

En general 25 l<g 1 85 %

Mayor protección 15 l<g 0,6 95%

Trabajadores entrenados Datos no


40 l<g 1,6
(situaciones aisladas) disponibles

398
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

En circunstancias especiales, trabajadores sanos y bien entrenados físicamente, podrían mani-


pular cargas de hasta 40 Kg, siempre que la tarea se realice de forma esporádica y en condiciones
seguras.

Los pesos enunciados anteriormente son considerados bajo condiciones ideales, si no fuera así
vendrían reducidos según la situación.

b) El tamaño de la carga
- Si la carga es demasiado alta puede entorpecer la visibilidad, haciendo tropezar al trabaja-
dor con objetos que están en su camino.

- Si es demasiado ancha le obligará a mantener posturas forzadas de los brazos, lo que no


permitirá un agarre adecuado de la carga.

Además no será posible levantarla del suelo en una postura segura, ya que no puede ser
acercada al cuerpo y por lo tanto mantener la espalda derecha.

- Si la carga es demasiado profunda, aumentará la distancia horizontal, siendo mayor la fuer-


za compresiva en la columna vertebral.

Tamaño máximo recomendable


de una carga

60cm

60cm

Lo más conveniente es que la anchura de la carga no supere la anchura de los hombros (aproxi-
madamente 60 cm). La profundidad de la carga no debe superar los SO cm, aunque la dimensión
óptima son 35 cm.

Si se superan los valores (altura, anchura y profundidad) en más de una dimensión, el riesgo se
incrementará.

También el riesgo aumentará si el objeto no posee agarres convenientes.

c) La superficie de la carga
No debe tener elementos peligrosos que puedan provocar lesiones en quien la transporte. En
caso contrario se deberán usar guantes apropiados.

399
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Dichos elementos peligrosos puede~ ser: bordes cortantes, carga resbaladiza (en sí misma o
por algún derrame externo), carga demasiado caliente o demasiado fría, etc.

d) Las indicaciones acerca del peso y centro de gravedad de la carga


Deben ir indicadas en el exterior de las mismas, con objeto de tomar precauciones en su mane-
jo, evitando levantamientos peligrosos.

Si no es así, el trabajador debe ser informado de estos datos por parte de quien corresponda; así
si lleva elementos que puedan moverse, líquidos, o cuando el centro geométrico esté desplazado.

Si la empresa no conoce estos datos deberá solicitarse información al fabricante o suministra-


dor de la misma.

Si el centro de gravedad de un objeto está desplazado de su centro geométrico, puede suceder


que se encuentre muy alejado del centro de gravedad del cuerpo del trabajador, aumentando de
este modo las fuerzas compresivas que se van a generar en los músculos y articulaciones (especial-
mente en la zona lumbar).

Señalización del centro


de gravedad de una carga

Las cargas deberán tener el centro de gravedad fijo y centrado, en la medida de lo posible. Si
no fuera así, se deberá advertir en una etiqueta o informar de ello al trabajador. Las cargas con el
centro de gravedad descentrado se manipularán con el lado más pesado cerca del cuerpo.

Siguiendo la norma UNE-EN ISO 780:2000 Envases y embalajes. Símbolos gráficos para la mani-
pulación de mercancías (ISO 780:1997), para indicar el centro de gravedad de la carga - cuando no
es idéntico al centro de gravedad sugerido por la forma del embalaje- , se utilizará el símbolo que
aparece en la figura anterior, que indica dónde se halla situado el centro de gravedad real, sien-
do éste el punto de interacción de tres ejes determinados por el emplazamiento de los símbolos.
Dichos símbolos deben ir colocados sobra cada una de las caras de la carga.

e) Los movimientos bruscos o inesperados de las cargas


Hay cargas que pueden moverse de forma brusca o inesperada, como objetos encajonados o
amarrados, los cuales pueden soltarse bruscamente durante su manipulación, dando origen a un
riesgo de lesión dorsolumbar.

Cuando se movilizan enfermos o se transportan animales vivos pueden existir t ambién estos
riesgos, ya que pueden realizar movimientos impredecibles cambiando, de este modo, su centro
de gravedad.
400
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Si son manipuladas cargas con estas características se deberá:

- Acondicionar la carga de modo que impida dichos movimientos del contenido.

- Usar grúas mecánicas u otras ayudas similares. Por ejemplo, cuando se transportan
enfermos.

- Reducción de los pesos de las cargas manipuladas.

- Manipular en equipo.

4.5.2. En relación con el movimiento realizado

a) Posición de la carga con respecto al cuerpo


Un factor fundamental en la aparición de riesgo por la manipulación manual de las cargas es el
alejamiento de los mismos del centro de gravedad del cuerpo del trabajador.

En este alejamiento intervienen dos factores: la distancia horizontal (H), es decir, la distancia
entre el punto medio de las manos al punto medio de los tobillos mientras se está en posición de
levantamiento, y la distancia vertical (V): distancia desde el suelo al punto en que las manos sujetan
el objeto. Dichos factores indicarán las «coordenadas» de la situación espacial de la carga. Cuanto
más alejada esté la carga del cuerpo, mayores serán las fuerzas compresivas que se generarán en la
columna vertebral y, por tanto, el riesgo de lesión será mayor.

Altura de la cabeza ,,. · ·- - - - - - - - - - - - -


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1
, : 1 1
I \. 1 1

Cuando se manipulan cargas en más de una zona se tendrá en cuenta la más desfavorable, para
mayor seguridad.

El mayor peso teórico recomendado es de 25 Kg, que corresponde a la posición más favorable
de la carga, es decir, pegada al cuerpo, a una altura comprendida entre los codos y los nudillos.
401
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Por ejemplo, si un trabajador debe manipular una carga que se encuentra en una mesa y la
debe colocar en un estante que se encuentra elevado, el peso teórico recomendado sería de 7 Kg,
puesto que la zona más desfavorable de manipulación está comprendida entre la altura de la cabe-
za y la altura del hombro del trabajador, y separada del cuerpo.

Para la manipulación de cargas en postura sentada, no deberían manipularse cargas de más de


5 Kg, siempre que sea en una zona próxima al tronco, evitando manipular cargas a nivel del suelo o
por encima del nivel de los hombros, o hacer giros e inclinaciones del tronco.

Ello es debido a que la capacidad de levantamiento, mientras se está sentado, es menor que
cuando se manejan cargas en posición de pie, ya que no pueden ser utilizadas las piernas en el
levantamiento, el cuerpo no puede servir de contrapeso y el esfuerzo mayor recae en los músculos,
más débiles, de los brazos y tronco.

Además la curvatura lumbar está modificada en esta postura y ello aumenta el riesgo de
lesiones.

Para la manipulación en equipo hay que tener en cuenta que las capacidades individuales dis-
minuyen debido a la dificultad de sincronizar los movimientos y obstaculización de la visión de
unos a otros. En general, la capacidad de levantamiento es dos tercios de la suma de las capacida-
des individuales cuando son dos personas, y la mitad de la suma de las capacidades cuando son
tres personas.

b) El desplazamiento vertical de la carga


El desplazamiento vertical d e una carga es la distancia que recorre la misma desde que se inicia
el levantamiento hasta que finaliza la manipulación.

Cuando se deben almacenar cargas se producen grandes desplazamientos verticales, sumado


al hecho de que frecuentemente ello va unido a la modificación del agarre.

El desplazamiento vertical ideal de una carga es de hast a 25 cm, siendo considerados permi-
tidos los comprendidos entre la altura de los hombros y la altura de media pierna. Fuera de estos
límites no es recomendada la manipulación. Además no se debe permitir manejar cargas por enci-
ma de 175 cm, que es el límite de alcance para muchas personas.

c) Los giros del tronco


Viene determinado por el ángulo que forman las líneas que unen
los talones con la línea de los ho mbros.

Cuanto más grande sea el ángulo más riesgos de lesio nes existirán.

Siempre que sea posible los giros no son recomendados; éstos au-
mentan las fuerzas compresivas en la zona lumbar.

Talones
d) La inclinación del tronco
La manipulación de una ca rga con el tronco inclinado aumenta el riesgo de lesión en la zona, ya
q ue se generan fuerzas compresivas en la zona lumbar mucho mayores q ue si el tronco estuviera
derecho.

402
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

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í '
,,, '1

8 Tronco
derecho
.'•-...

□ 8 Tronco
inclinado
'O

Efecto de la carga sobre la columna vertebral

Dicha inclinación puede deberse tanto a una pésima técnica de levantamiento como a una fa lta
de espacio, fundamentalmente vertical.
La postura correcta al manejar una carga es con la espalda derecha.

111 11+]

e) El agarre de la carga
Pueden producirse problemas en el agarre de la carga si ésta es redonda, resbaladiza o sus
agarres son deficientes. Podemos encontrar tres posibilidades:

- Si tienen buenos agarres como asas u otro tipo con formas y tamaños que permitan que la
mano se asiente en ellos confortablemente, permaneciendo la muñeca en posición neutral,
sin desviaciones ni posturas incómodas.
403
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Si sus agarres son mediocres, con asas o hendiduras no tan cómodas como en el caso ante-
rior. O también cargas sin asas que pueden sujetarse flexionando la mano 90° alrededor de
la carga.

- Si no tiene agarres claros, la dificultad de manipulación se hace enormemente superior.

f) La frecuencia de la manipulación
Si se hace muy frecuente la manipulación manual de cargas nos vamos a encontrar con que el
trabajador experimentará una elevada fatiga física y, consecuentemente, una mayor probabilidad de
sufrir uri accidente ya que los músculos no responderán de modo eficiente al esfuerzo.
En estos casos el trabajador deberá ocupar el resto de su t iempo laboral en la realización de
actividades que no impliquen la utilización de los mismos grupos musculares.

g) El transporte de la carga
En un turno de 8 horas, los lím ites de carga acumulada diariamente, en función de la distancia
de transporte, no deben superar los de la siguiente tabla:

Distancia de transporte Kg/día transportados


(en metros) (máximo)

Hasta 10 m 10.000 Kg
Más de 10 m 6.000 Kg

Preventivamente, lo ideal es no transportar una carga a una distancia superior a 1 metro.


404
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

h) Las fuerzas de empuje y tracción


Aparte de la intensidad de la fuerza empleada, ésta no se aplicará correctamente si se empuja o
tracciona una carga con las manos por debajo de la altura de los nudillos o por encima del nivel de
los hombros, ya que fuera de estos límites, el punto de aplicación de las fuerzas será excesivamente
alto o bajo.

A modo indicativo, no deben superarse los siguientes valores:

- Para poner en movimiento o parar una carga: 25 Kg (aproximadamente 250 N).

- Para mantener una carga en movimiento: 1O Kg (aproximadamente 100 N).

i) Las pausas o períodos de recuperación


Es conveniente realizar pausas adecuadas, preferiblemente flexibles, ya que las fijas y obligato-
rias suelen ser menos efectivas para aliviar la fatiga.

También es conveniente la rotación de tareas, con cambios en la actividad física que impliquen
diferentes grupos musculares.

j) El ritmo impuesto por el proceso


Un ritmo de trabajo impuesto hace que el trabajador padezca una fatiga mayor. Lo ideal es que el mis-
mo trabajador pueda regular su ritmo de trabajo cuando realiza tareas de manipulación de cargas.

k) La inestabilidad de la postura
Si la tarea es realizada en una postura inestable, nos encontramos con la posibilidad de pérdida de
equilibrio, de tensiones en músculos y articulaciones con el consiguiente riesgo para el trabajador.

4.5.3. La formación e información insuficientes


Es también un factor de riesgo considerable al no encontrarse el trabajador capacitado para
comprender las situaciones, con riesgo de lesión, en que se puede encontrar.

4.6. Método para el levantamiento manual ytraslado de cargas


Como regla general es preferible manipular las cargas cerca del cuerpo, a una altura compren-
dida entre la altura de los codos y los nudillos, ya que de este modo disminuye la tensión en la zona
lumbar.
Si las cargas que deben ser manipuladas están situadas en el suelo o cerca del mismo, se utili-
zarán las técnicas de manejo de cargas que permitan ut ilizar los músculos de las piernas más que
los de la espalda.
A continuación expondremos el procedimiento general para el levantamiento de cargas en si-
tuaciones normales; cuando manipulemos objetos especiales como barriles o cuando leva ntemos
enfermos u otro, deberemos desarrollar técnicas específicas.

405
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

A) Planificación del levantamiento


- Seguir las indicaciones indicadas en el embalaje acerca de los posibles riesgos de la carga,
como centro de gravedad inestable, líquidos en su interior o materiales peligrosos.

- Si no aparecen indicaciones, observar bien la carga: su tamaño, posible peso, zonas de aga-
rre, puntos peligrosos... probar a alzar un lado para tener una cierta idea de su peso.

- Si el peso fuera excesivo buscar ayuda si es que no pueden usarse medios mecánicos.

- Usar el equipo y calzado apropiado.

B) Colocación de los pies


Separar los pies para adquirir una postura estable y equilibrada para el levantamiento colocan-
do un pie más adelantado que el otro en la dirección del movimiento.

C) Postura de levantamiento
- Doblar las piernas manteniendo la espalda recta y el mentón metido. No flexionar demasia-
do las rodillas.
- No girar el tronco ni adoptar posturas forzadas.

D) Agarre firme
Sujetar firmemente la carga empleando ambas manos, mantener la carga pegada al cuerpo. El
mejor agarre es probablemente el agarre de gancho, aunque esto depende de cada trabajador, lo
importante es que sea seguro.

Cuando se deba cambiar el agarre, hacerlo suavemente o apoyando la carga en alguna super-
ficie, con mucha atención ya que ello puede crear situaciones de peligro.

E) Levantamiento suave
Alzarse con suavidad, por extensión de las piernas, manteniendo la espalda derecha. No dar
tirones a la carga ni moverla bruscamente.

F) Evitación de giros
No realizar giros, es preferible mover los pies para colocarse en la posición adecuada.

G) Carga pegada al cuerpo


Mantenerla pegada al cuerpo durante todo el proceso de levantamiento.

H) Deposición de la carga
- Si el levantamiento es desde el suelo hasta una postura importante de altura, por ejemplo
la altura de los hombros o incluso más, apoyar la carga a medio camino para poder cambiar
el agarre.
406
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

- Depositar la carga y después ajustar su posición, si fuera necesario.


- Realizar levantamientos con paradas durante el mismo.
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5. Riesgos psicosociales y organizativos


La Nota Técnica de Prevención NTP 275 editada por el Instituto Nacional de Seguridad e
Higiene en el Trabajo hace un estudio de la carga mental como riesgo inherente al desempeño de
tareas en el trabajo hospitalario.
A pesar de que es sabido y reconocido que el trabajo hospitalario es fuente de estrés y carga
mental, es difícil contar con instrumentos que permitan prever cuándo una situación de trabajo es
susceptible de originar en los trabajadores estados de estrés o fatiga mental. En esta nota t écnica
de prevención se presenta una guía de factores, así como sus indicadores, para la valoración sub-
j etiva de la carga mental en trabajo hospitalario. El objetivo de tal método es poder determinar "a
priori" qué factores presentes en una situación determinada de trabajo deben modificarse para
evitar consecuencias patológicas sobre la salud de los trabajadores.

407
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZDE SALUD

5.1. Carga mentai: Concepto y valoración


La carga mental o cognitiva responde según Szekely a "un estado de movilización general del
operador humano como resultado del cumplimiento de una tarea que exige el tratamiento de
información''. La carga mental refleja el coste humano de este tipo de trabajo.
La ca rga mental se refiere, según esta definición, al grado de procesamiento de informa-
ción que realiza una persona para desarrollar su tarea. Cada vez más, el trabajo, co n la aplica-
ción de las nuevas tecnolog ías, impone al trabajador elevadas exigencias en sus ca pacidades
de procesar información. El trabajo implica a menudo la recogida e integración rápida de una
serie de informaciones con el fin de emitir, en cada momento, la respuest a más adecuada a las
exigencias de la tarea. El sistema humano para procesar información tiene unas capacidades
finitas, por lo que las exigencias de la t area pueden acercarse mucho e incluso sobrepasar la
capacidad individual de respuesta. Si esta situación se da de manera puntual la persona puede
llegar a adaptarse a ella, pero, si por el contrario, el trabajo exige continuamente un grado de
esfuerzo elevado, puede llegar a una situación de fatiga capaz de alterar el equilibrio de salud
de los individuos, entendiendo la fatiga como la disminución de la capacidad física y mental
después de realizar un trabajo.
Paralelamente a este concepto de tratamiento de la información como generador de una situa-
ción de carga mental, hay que considerar que, además de los aspect os que se refieren a la propia
tarea, deben tenerse en cuenta otras variables, de tipo organizativo, que pueden facilitar o por el
contrario dificultar esta tarea. Las características del medio socioprofesional hospitalario son pre-
dominantes en la aparición de la carga mental debida al trabajo: la organización del trabajo, la
creciente complejidad de las técnicas médicas y los problemas jerárquicos son frecuentemente
origen de carga mental para el personal sanitario. En el trabajo hospitalario interviene además otra
variable, que en este caso hace referencia tanto al trabajo en sí como a la organización del mismo;
nos referimos al trabajo nocturno. El hecho de trabajar de noche tiene una serie de consecuencias
sobre el equilibrio de las personas, pudiendo provocar alteraciones a distintos niveles: físico, psí-
quico y social.
Para la valoración de todos estos aspectos relacionados con la carga mental suele partirse de
métodos objetivos (demandas de la tarea, resultados de la tarea, va loración de la fatiga a través de
parámetros fisiológicos, frecuencia crítica de fusión óptica ...) y subjetivos, basados en la impresión
subjetiva de los trabajadores, sobre su estado de fatiga o sobre los factores que son susceptibles
de desencadenarla.
En la actualidad no se cuenta con una medida única objetiva para la va loración de la carga men-
tal, por lo que normalmente estos métodos suelen ir acompañados de una valoración subjetiva.
Dada la complejidad del concepto de carga mental es poco probable que una sola medida
nos dé información fiable sobre el problema y que, además, sea aplicable a todas las situa-
ciones de trabajo. Por ello, y a pesar de los avances que se están realizando para desarrollar
métodos obj etivos, en la actualidad es imprescindible recurrir a la estimación d irecta de los
propio interesados. La valoración subjetiva es la más utilizada para la evaluación de la carga
menta l de trabajo.
Uno de los principales obstáculos que se plantean es el método a utilizar, pues en cada caso
debe adaptarse a las características propias de la tarea y al entorno, especialmente de tipo organi-
zativo, en que ésta se realiza.

408
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

5.2. Factores de carga mental en el trabajo hospitalario


A) Factores de la tarea
El trabajo hospitalario supone la aplicación de unos conocimientos científicos y técnicos, en
unas condiciones que pueden-conducir a situaciones de sobrecarga y, consecuentemente, a al-
teraciones patológicas. En este caso la carga mental viene determinada por la necesidad de dar
respuesta inmediata a informaciones complejas, numerosas y constantemente diferentes. No es
necesario resaltar la complejidad de los datos médicos, es suficiente resaltar la complejidad de
los conocimientos que entran en juego, y el hecho de que cada uno no tiene sentido por sí solo,
sino en relación al conjunto de datos. El desarrollo de la tarea en este sector de actividad implica el
mantenimiento constante de un nivel de atención bastante elevado.

La información, además, es fluctuante: cada enfermo sigue un proceso de evolución distinto,


por lo que la interpretación de variables debe adaptase en cada caso. Consecuentemente, lo mis-
mo ocurre con las decisiones: no se puede tener un patrón de respuesta pues en cada caso, según
las circunstancias individuales, deberá seguirse un tratamiento u otro.

Por otra parte, si consideramos como factor interviniente en la aparición de la carga mental las
consecuencias de las decisiones que se toman, y por tanto de los posibles errores, es evidente que
en el trabajo hospitalario esta variable interviene de manera decisiva por la responsabilidad que los
trabajadores tienen sobre la salud de los enfermos.

A este proceso de tratamiento de información se añaden otros factores que, si bien no son
generadores directos de carga mental, sí inciden en su desarrollo:

- Existencia de situaciones de incertidumbre: a menudo la información de la que se dispo-


ne no es suficiente para decidir qué acción debe emprenderse.
- Existencia de presiones temporales: la evolución de los enfermos exige tener que deci-
dir, en un momento dado, entre varias posibilidades lo que supone una toma de decisión
rápida.

- El tipo de pacientes que se tratan: por un lado podemos considerar la autonomía de los
enfermos, considerada ésta como el grado de dependencia de los demás.

- La gravedad de los enfermos, relacionada con la edad de los mismos: no es lo mismo


tratar a enfermos crónicos o termínales que a enfermos de menor gravedad, y además si los
primeros son jóvenes la carga de trabajo es mayor.

- El trato con pacientes y familiares: supone un trabajo de atención al público, en el que a


menudo se reciben agresiones de tipo verbal llegándose en ocasiones a la agresión física.

A todo ello hay que añadir, además, la creciente aplicación de las nuevas tecnologías, que pue-
den imponer graves exigencias a la capacidad humana para procesar la información. Estas tecno-
logías implican a menudo la recogida e integración rápida de información y las demandas pueden
acercarse mucho e incluso sobrepasar la capacidad de respuesta del trabajador.

Merece especial atención, a este respecto, el trabajo en unidades de vigilancia intensiva, que
algunos autores comparan con las salas de control industrial en cuanto a la complejidad de la infor-
mación a tratar, pues en ambos casos debe interpretarse a partir de una serie de seña les o códigos
que llegan a través de los monitores.

409
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Factores de la tarea Factores de la organización

Comunicaciones
Cantidad de datos a elaborar
- Entre departamentos
Información fluctuante
- Entre turnos
Consecuencias de las decisiones
- Entre estamentos profesionales
Presión temporal
Participación
Estado de los pacientes
Ambigüedad de roles
Trato con pacientes y familiares
Interferencias con otras tareas

Horario de trabajo

Principales factores de carga mental en el trabajo hospitalario

B) Factores de la organización
Los factores que hacen referencia a la organización pueden considerarse desde un doble punto
de vista: por una parte la coordinación y la distribución de las actividades condiciona la transmisión
eficaz de las informaciones necesarias para el desarrollo del trabajo; bajo este aspecto es necesario
considerar los sistemas de transmisión de información entre estamentos profesionales, en el cam-
bio de turno y en la coordinación con otros servicios.

Por otra parte, los factores de organización están estrechamente relacionados con el concepto
de satisfacción en el trabajo: las personas tenemos una serie de necesidades y motivaciones que
el trabajo debe ser capaz de satisfacer, por lo menos en parte (pertenencia a un grupo, reconoci-
miento, seguridad en el empleo...); cuando esto no ocurre podemos considerar que la situación de
trabajo es potencialmente nociva para el trabajador. Por ello, es importante identificar el máximo
número de factores presentes en una determinada situación de trabajo, y valorar hasta qué punto
pueden contribuir a la satisfacción personal o, por el contrario, son susceptibles de influir negativa-
mente en la salud de los trabajadores.

El tratamiento de la información que se lleva a cabo en el trabajo hospitalario es en sí complejo,


como hemos visto hasta ahora. Pero afecta también a la organización del trabajo, pues se efectúa alre-
dedor de muchas personas que incluyen distintas unidades de trabajo (radiología, laboratorio, salas de
hospitalización, servicios administrativos...) así como los distintos turnos de trabajo.

Un aspecto importante a valorar es la fluidez de las comunicaciones que se establecen en am-


bos casos así como la funcionalidad de los circuitos de comunicación, pues si éstos no son los ade-
cuados pueden existir importantes lagunas de información que dificulten la toma de decisiones y
que pueden provocar situaciones de incertidumbre.
A menudo, además, el trabajo se ve interrumpido por interferencias con otro tipo de tareas
(atender el teléfono, tareas de hostelería, trámites administrativos...) lo que rompe el ritmo habitual
de trabajo y obliga a un esfuerzo mayor al tener que reemprenderlo continuamente.
Otro factor muy importante relativo a la organización del trabajo es la participación de los tra-
bajadores en la toma de decisiones sobre aspectos relacionados con su trabajo (adquisición de
material, métodos de trabajo..) pues influye tanto en la capacidad de autonomía personal, y por

410
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

tanto en el desarrollo personal de cada individuo, como en la consideración y valoración de la


propia persona.
En la actualidad este aspecto cobra especial importancia, pues a menudo se introducen nuevas
tecnologías, que afectan tanto al trabajo en sí mismo como a la organización del mismo, por lo
que es imprescindible que se realice mediante una previa formación e información del personal
afectado por el cambio.

C) El horario de trabajo
El trabajo hospitalario implica un servicio ininterrumpido, durante las 24 horas del día y todos
los días del año, con la obvia existencia de trabajo a turnos y nocturno. Las repercusiones que este
tipo de organización del tiempo de trabajo puede tener sobre la salud de las personas merecen
especial atención. Dichas consecuencias se refieren principalmente a tres tipos de factores.
Modificación de los ritmos circadianos.

La actividad fisiológica del organismo está sometida a una serie de ciclos establecidos. Algunos
de estos ciclos cumplen un ritmo de alrededor de 24 horas, son los llamados ritmos circadianos, que
siguen unos ciclos de activación y desactivación que se corresponden con los estados naturales de
vigilia y sueño. Como ejemplo de éstos podemos citar la secreción de adrenalina, frecuencia cardíaca,
presión sanguínea, la capacidad respiratoria, temperatura, etc.

Los factores externos, como los hábitos sociales y la alternancia luz/oscuridad, actúan como
sincronizadores de estos ritmos, pero su influencia es tal que, si se modifican, se alteran asimismo
los ritmos biológicos dando lugar a alteraciones fisiológicas.

El trabajo a turnos comporta una contradicción entre IÓs diversos sincronizadores sociales y el
organismo, lo que da lugar a la llamada "patología de la turnicidad'; que se caracteriza por astenia,
nerviosismo y dispepsia.

Alteraciones del sueño.

Durante el sueño se dan cinco fases, que se distinguen por su actividad cerebral: sueño ligero
(fases 1 y 2), sueño profundo de ondas lentas (fases 3 y 4) y sueño paradójico de ondas rápidas
(fase 5). Se estima que la duración relativa de las diversas fases reviste menor importancia que
la duración global del sueño que permita una sucesión equilibrada de las distintas fases. En los
trabajadores nocturnos la última fase del sueño se ve alterada, o simplemente no se llega a con-
segui r, con lo que el sueño no consigue su objetivo de recuperación de la fatiga.

Por otra parte hay que considerar que las condiciones ambientales que se dan durante el día,
luz, ruido.... dificultan más la posibilidad de un sueño reparador.

Estas alteraciones del sueño tienen repercusiones directas sobre la salud, dando lugar a situa-
ciones de estrés (conjunto de reacciones fisiológicas y psicológicas que experimenta el organismo
cuando se le somete a fuertes demandas) y fatiga crónica, que se traducen normalmente en altera-
ciones del sistema nervioso y digestivo.

Repercusiones sobre la vida familiar y social.

La sociedad está organizada para un horario "normal" de trabajo. El trabajo a turnos dificulta
las relaciones tanto a nivel familiar como social, por una falta de sincronización con los demás y
por las dificultades de organización debido a los continuos cambios que produce la alternancia de
horarios creando problemas de índole psicosocial.
411
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

5.3. Otros factores de naturaleza psicosocial

5.3.1. Mobbing
El término mobbing, es de o rigen inglés, del verbo to mob, que signifi-
ca atacar con violencia, y f ue introducido por Konrad Lorenz, prestigioso
etólogo (prem io Nobel de Medicina en 1973), para referirse al comporta-
miento de algunas aves generalmente débiles, que se unían para agredir
a sus contendientes más fuertes. Dicho término puede por ello traducirse
como hostigamiento o como acoso. Konrad Lorenz
El psicólogo alemán, Heinz Leymann, fue el primer autor que estud ia el mismo dentro del
ámbito laboral en el año 1986, describiéndolo en un libro, así como las graves consecuencias que
ocasionaba a las personas afectadas.

En el ámbit o laboral, puede definirse como aquellas situaciones en las que una persona se con-
vierte en el blanco del entorno laboral al que corresponde, siendo subyugado y perseguido por los
miembros de la empresa, compañeros o/y superiores, acarreándole t rastornos físicos y psíquicos
importantes en su salud.

La Unión Europea, lo define como "un comportamiento negativo entre compañeros o entre
superiores e inferiores jerárquicos, a causa del cual, el afectado es objeto de acoso y ataques siste-
máticos durante mucho tiempo, de modo d irecto o indirect o, por parte de una o más personas, con
el objetivo y/o el efecto de hacerle el vacío".

Generalmente, lo que se pretende con el mobbing es lograr, al cabo del tiempo, que el trabaja-
dor abandone la empresa.

Es de interés, resaltar que son las mujeres las principales víctimas de los acosadores psicológi-
cos productores de mobbing, y que se trata de un ataque sutil para anular a la persona. Muchas
veces este acoso psicológico hacia la mujer, comparte otro de índole sexual.

Tipos de mobbing
ACOSO PSICOLÓGICO

Subordinado - Jefe Compañero s ~ Compañero Jefe - Subordinado

MOBBINGASCENDENTE MOBBING HORIZONTAL MOBBING DESCENDENTE


M:áis frecuente.

Tipos de mobbing

En el ámbito laboral se pueden distinguir tres variantes o modalidades de mobbing:

a) Mobbing ascendente: cuando un trabajador de alto rango jerárquico se ve acosado por


uno o varios de sus subordinados.
412
PREVENCIÓN DERIESGOS LABORALESEN LOS CELADORES 11111

b) Mobbing horizontal: se produce si un empleado es agredido por mobbing por uno o va-
rios compañeros del mismo nivel jerárquico en la empresa. En ocasiones, existe una omi-
sión o cierto beneplácito del j efe en la ejecución del mismo.

c) Mobbing descendente: se da cuando un obrero es hostigado por la persona de mayor


nivel jerárquico, con la colaboració n de otros subordinados. Es el más frecuente de las tres
modalidades.

Causas del mobbing


Los motivos productores de mobbing son muy variados y muchas veces concurren más de uno
de ellos; los podemos dividir en los siguientes:

a) Causas empresariales: generalmente se dan por dos circunstancias:

- Una, de tipo ejemplarizante, para hacer más sumiso al resto de operarios.

- Otra, de índole económica, ya que el mobbing acaba forzando el abandono "voluntario"


de la empresa, sin coste ninguno.

b) Causas personales del acosador: generalmente se dan por varios meca nismos psicológi-
cos, entre los que cabe destacar:

- La envidia, respecto al acosado, por alguna cuestión familiar, económica o de otra índole.

- El impulso que roza lo psicopatológico de control sobre los demás, como medio de
placer personal.

- Los celos personales: tienen esta emoción por la inteligencia, brillantez, generosidad y
otros rasgos que posee el acosado.

c) Causas profesionales del acosador: fundamentalmente se da por los siguientes motivos:

- Por su inadaptación a los métodos de trabajo del jefe, que será en este caso el acosado.

- Por envid ia o celos profesionales, debido a múltiples motivos.

- Por el ansia de ascenso (los denominados coloquialmente como "trepas").

d) Causas discriminatorias; esencialmente:

- Por el color de piel.


- Por ser mujer, y aún más si está en edad de gestar (donde existe un interés empresarial).

- Por pertenecer a otro país.

- Por alguna cualidad que lo diferencia física o/y psíquicamente al grupo de compañeros.

Fases del mobbing


Las etapas en las que se desarrolla el acoso psicológico son varias, y en un determinado orden
cronológico, y son:

- Fase O o período de seducción: la seducción va dirigida a la persona que es objeto de


mobbing, y más frecuentemente al entorno de la víctima. Aún no se ha dado ningún tipo
de agresión.
413
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Fase 1 o de conflicto: ante un problema de empresa, que ocasiona un mal desenlace del
mismo, se pone en marcha la maquinaria del mobbing.

- Fase 2 o de acoso moral en el trabajo: durante la misma se lleva a cabo todo tipo de agre-
siones o/y vejaciones morales con la finalidad de desplazarlo del resto del entorno laboral
hasta lograr hacerle el vacío completo.

- Fase 3 o del entorno: la relación con los compañeros y jefes es cada vez más insostenible,
con cambios de lugar en el desempeño del trabajo, generalmente de menos creatividad,
y acciones y omisiones que llegan a implantar las condiciones del acoso de forma perma-
nente y su consecuencia en el acosado sobre su salud. Generalmente, el jefe es el principal
animador dentro del mobbing, es partícipe, es cómplice, aprovecha para proyectar sobre el
acosado la venganza, los celos y las frustraciones personales.

- Fase 4 o de la actuación de la empresa: la empresa asume dicha acción de acoso como


una estrategia consciente o inconsciente. El acoso psicológico y moral, se da tanto en em-
presas públicas como privadas, de muchos empleados como de pocos; no obstante existen
determinadas empresas donde es más corriente, en trabajadores de la enseñanza, de la
sanidad o en la Administración Pública.

- Fase 5 o de la marginación: es el fin último que se persigue antes que este entre en si-
tuación de baja laboral por enfermedad o abandone de forma "voluntaria la empresa': y
consiste en la exclusión del ámbito laboral. Finalmente, se lleva a cabo la última acción que
se manifiesta como despido, jubilación anticipada, invalidez provisional o permanente y en
determinados casos puede llevar al acosado incluso al suicidio.
La marginación o anulación profesional es potenciada por sus propios compañeros, que
a cambio conseguirán beneficios o prebendas por llevarlo a cabo. Asimismo, se llevarán a
cabo humillaciones de todo tipo, directas o indirectas a través del móvil (con SMS) u otros
medios. En la empresa, el acosado llega a ser conocido como una persona "conflictiva" que
es incapaz de integrarse.

- Fase 6 o de la recuperación: como consecuencia cada vez más de la transmisión y del


conocimiento del mobbing como una situación de riesgo laboral, diferentes elementos
de la empresa pueden evitarlo como un mecanismo de prevención de riesgos laborales.
Asimismo, cada vez más existen personas dentro de la empresa incapaces de agredir, y
otras fuera de la empresa que pueden ayudar al acosado al restablecimiento del daño
recibido.
Cómo último recurso, y aunque en nuestra normativa no está contemplada esta figura, se
debe ir a los tribunales de justicia para resolverlo por esta vía. En determinados países de la Unión
Europea, es un delito y lo recoge su normativa.

GRADO DE DAÑO
j ESTRÉS i------t> DIRECTAS, EXCLUSIVAMENTE - , . RELATIVO Y PROPORCIONAL A
LOS E STRESORES LABORALES

C AU SAS LABORALES

jMOBBINGi
-e DIRECTAS

INDIRECTAS (INTERPERSONALES).....
ABSOLUTO Y MUY ELEVADO

Relación entre mobbing y estrés

414
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Partes implicadas en el mobbing


Los elementos necesarios que intervienen en la producción de mobbing son los tres siguientes:

a) El agresor o agresores (los mobbers): suele ser uno o varios individuos generalmente con
una corriente de opinión dentro de la empresa muy favorable, y frecuentemente no suelen
ser conscientes del daño que ocasionan.
b) El acosado: puede ser cualquier persona, baja o alta, con más cualidades o con menos,
negro o blanco. En conclusión, no existe un perfil del agredido.

c) El entorno laboral: suele poseer unos atributos que hacen que el mobbing se desarrolle
satisfactoriamente. Entre estos, en la empresa, cabe destacar los siguientes:

- Organización inapropiada de las tareas laborales.

- Procedimientos poco eficaces en el desenlace de problemas o conflictos de índole laboral.

- Inadecuada o inexistente repartición de funciones en la empresa.

- Fomento de la excesiva competitividad (no competencia) dentro de la empresa.

- Dudosa moralidad de la dirección: sólo les preocupa los resultados, sin tener en cuenta
los medios para conseguirlo y si algún obrero enferma por su actitud.

Efectos sobre la salud del mobbing


La persona afectada por mobbing puede presentar una serie muy diversa de trastornos en su
salud, y entre éstos cabe subrayar los siguientes:
a) Ansiedad: se manifiesta por pérdida de autoestima, miedo, impotencia, frustración, apatía...

b) Depresión: se hace visible con tristeza vital, ganas de llorar, angustia ...

c) Trastornos emocionales y cognitivos: se hace ostensible cuando aparece una labilidad afec-
tiva (lo mismo llora que ríe), pérdida de atención, de memoria, etc.

d) Trastornos psicosomáticos: que se manifiestan por somatizaciones muy variadas (cefaleas,


dolor precordial, fatiga ...), insomnio y otros.

e) Trastornos conductuales: se hacen hipersensibles, tienden a automarginarse (copiando el


modelo sufrido en la empresa), se vuelven agresivos y anómicos (inadaptados).

f) Invalidez: es la consecuencia del mobbing en algunos casos, bien por el mismo y sus efectos
o bien por la agravación de una enfermedad anterior como resultado del acoso.

g) Muerte: se da por la depresión reactiva y grave que sufre el acosado, o bien como deriva-
ción de los trastornos sufridos que lo llevan a situaciones donde en ellos es más favorable
un riesgo a accidentes u otros escenarios donde existe el riesgo de perder la vida.

Soluciones al mobbing
Este fenómeno de acoso psicológico en el trabajo, posee en la actualidad escasos medios de
solución en nuestro país, y por ello se debe actuar de las siguientes maneras:

a) Ayuda y apoyo psicológico: para el restablecimiento del daño psicofísico ocasionado, por
profesionales expertos en estas materias.
415
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

b) Establecer una no rmat iva en esta cuestió n, para que se persiga de forma penal estas prác-
ticas, como en algunos países de la Unión Europea. No obstante se debe acudir siempre a
los tribunales o/y a las Magistraturas de trabajo para que sean corregidas estas maneras y
repuestos los daños sufridos.

Asimismo, debe fomentarse la creación de una normativa más concreta en cuanto a pre-
vención de riesgos laborales en este contexto.

No sólo se debe restablecer a los enfermos por mobbing del daño físico y psíquico causado,
sino además los efectos económicos, sociales y laborales producidos.

5.3.2. Síndrome del "bum out"


El término "bum out" es de origen inglés y se traduce literalmente al castellano como quemado.
Por ello se emplean como sinónimo del mismo, síndrome del quemado, o del desgaste profesional
o del agotamiento laboral. Dicho vocablo, incluso se ha castellanizado denominándose de forma
correcta como síndrome de burnout.

Se puede definir como un cuadro clínico que se manifiesta por acción de su trabajo con agota-
miento emocional, pérdida de autoestima, despersonalización y baja rea lización personal que su-
cede en profesionales que trabajan con personas.

Descrito por primera vez por Freudemberg (psiquiatra) en 1974, observó al año de trabajar
con voluntarios de una clínica para toxicómanos, que sufrían una creciente merma de ímpetu en su
tarea y desmotivación, hasta ocasionarles un estado de extenuación asociado a síntomas de ansie-
dad y de depresión. Pero quien acuñó el término fue la psicóloga Cristina Maslach.

Causas del síndrome del burnout


Las causas más importantes del síndrome del "quemado" profesional son las siguientes:

a) La atención al paciente y la insatisfacción profesional: generan gran estrés al profesional


(es el principal motivo) que sufre burnout, como consecuencia esencialmente de:

~ El estrés interpersonal, por identificación del profesional con la angustia que sufre el
enfermo (o con sus familiares).

- La frustración ante las perspectivas del enfermo, en relación con su clínica y problemas
relacionados con la misma.

Esta causa ocasiona en el profesional "un goteo" de desgaste progresivo en el tiempo.

b) Sexo: es más frecuente en mujeres que en varones, y por razones asociadas a sobrecargas
no tanto de su entorno laboral, como persona l (o familiar).

c) La edad: en principio no tiene por qué ser origen del cuadro. Pero en los primeros años de ejer-
cicio profesional se mezclan determinadas cuestiones que lo favorecen, tales como:

- La impericia laboral y profesional (inexperiencia).

- Las expectativas truncadas en el paso del idealismo teórico profesional y la práctica de


la realidad cotidiana, donde no ocurre todo lo que el joven espera profesionalmente,
laboralmente y a nivel económico.

416
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

d) Estado civil: parece que se da más frecuentemente en solteros, y los autores lo relacionan
con su escasa experiencia para resolver conflictos. Las personas casadas y, aún más, con
hijos, parecen ser más maduras y capaces de resolver todo tipo de situaciones conflictivas
que se presenten, por la experiencia que poseen.

e) Antigüedad profesional: existen contradicciones con respecto a esta cuestión entre los di-
versos autores; no obstante es de lógica pensar que el profesional que lleva largo tiempo en
su desempeño, se siente bien en el mismo, ya que en caso contrario lo habría abandonado.

f) Turnicidad: el empleo de turnos de trabajo parece favorecer la aparición de este síndrome.

g) Expectativas personales: son esencialmente de dos tipos:

- Altruistas: por lo que significa poder ayudar a los que sufren. Esta expectativa se inicia
profesionalmente de manera desinteresada, pero al cabo del tiempo entra en contra-
dicción con precisadas perspectivas de recompensas y determinadas presiones de la
empresa. Esto puede llevarnos a situaciones tales como:

Excesiva implicación ("debemos ocuparnos, pero no preocuparnos").

* Mala praxis, por las contradicciones en las que se entra que, a su vez, ocasionarán
sentimientos de culpabilidad en el "quemado''.

- Profesionales: relacionadas con la competencia profesional. En la práctica, estos profe-


sionales deben estar preparados, y para ello deben de formarse de manera continuada.
En la mayoría de los casos se lleva a cabo la formación fuera de la jornada laboral, ge-
neralmente sin ningún tipo de recompensa económica, ni de reconocimiento social o
empresarial.

A veces es difícil llevar a cabo la actividad profesional, bien por la escasez de medios,
por la saturación de personas a su cargo (ejemplo: exceso en el número de alumnos por
aula) o por otros motivos, que a la larga desmotivan y producen frustración en estos
profesionales.

FACTORES FACTORES
PERSONALES LABORALES

BURNOUT

FACTORES DE LA ORGANIZACIÓN
EMPRESARIAL

Mecanismos que intervienen en la génesis del burnout

417
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

' h) ' Factores de la organización empresarial: una mala organización en la gestión de trabajo
con personas, por saturación en el servicio prestado, burocratización excesiva, presencia de
imprevistos, mínimo trabajo de equipo, escasa sintonía con los jefes y otros, actúan como
estresores laborales que impiden el control de la labor profesional y de cómo organizarla.
Otras veces, existe un insuficiente apoyo de la administración o/y de los empresa rios.
i) La profesión: es más frecuente en el mundo sanitario, especialmente en Enfermería y
Medicina. Aunque también se desarrolla en otras áreas, como en la docencia y en el funcio-
nariado de nuestra Administración Pública.
j) Otros: algunos autores esgrimen otras potenciales causas, como son la insatisfacción sala-
ria 1, la sobrecarga de t rabajo, etcétera.

Fases del síndrome


Este trastorno psicosociolaboral, posee tres fases en cuanto a su desarrollo cronológico y son
las siguientes:

a) Fase de estrés psicosocial: en ella se produce un desequilibrio entre los recursos y las
demandas.

b) Fase de estrés psicofísico: se inicia la presencia de determinada sintomatología del cuadro


hasta cierta consolidación de los mismos.

c) Fase de cambios conductuales: como consecuencia de la clínica anterior, el trabajador


comienza a buscar un alejamiento profesional para sentirse tranquilo. Demanda realizar
tareas rutinarias y mecanizadas, evitando llegar a las cercanías de las personas que están a
su cargo.

Clínica
La sintomatología se instaura de forma insidiosa y en el tiempo, siendo la más frecuente de este
síndrome del quemado profesionalmente la siguiente:

a) Trastornos psíquicos: se manifiestan por agotamiento mental y emocional, sensación de fra-


caso profesional, pérdida de la autoestima, sentimiento de vacío, de impotencia, y de escasa
realización personal. Asimismo, aparece cierto estado de inquietud, de nerviosismo, de esca-
sa capacidad de atención, de actitudes agresivas (que rozan el comportamiento paranoide)
frente a las personas que están en su entorno (personas a su cargo, compañeros y otros).

En general poseen una ansiedad importante y un grado mayor o menor de depresión, se-
gún cada caso y su evolución.

b) Trastornos físicos: se revelan mediante la aparición de cefaleas, insomnio, algias osteo-


musculares (más a nivel lumbar), alteraciones gastrointestinales, taquicardia con o sin dolor
precordial, palpitaciones, agitación/astenia, temblores (o tics nerviosos), hipertensión arte-
rial, inapetencia sexual, etc.

c) Trastornos conductuales: se exteriorizan por el predominio de conductas adictivas (a lco-


holismo, drogadicción, farmacodependencia...) y evitativas (absentismo laboral, bajo rendi-
miento personal, distanciamiento afectivo de las personas a su cargo y de los compañeros
de trabajo). Así como la aparición de severos conflictos interpersonales en el entorno labo-
ral, incluso en el seno familiar, que lo afronta con irritabilidad y cinismo.
418
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

En los estados muy avanzados de este síndrome hay gran tendencia incluso al suicidio.

d) Trastornos afectivos: se presentan con desánimo, aburrimiento, hastío y cierto grado de


labilidad afectiva

e) Trastornos sociales y familiares: surgen como consecuencia de todos los anteriores, inva-
diendo la vida social y familiar del sujeto afectado, que elige la opción de aislarse y quedar-
se solo, como forma de remedio.

Prevención y tratamiento
La prevención del síndrome de desgaste profesional o del "quemado'; se basa esencialmente en:

a) Acciones a nivel individual e interpersonal: los profesionales sanitarios debemos poner


en marcha una serie de estrategias de afrontamiento frente a determinados estresores tales
como:

- Llevar a cabo prácticas de técnicas de relajación.

- Adiestrarse en técnicas de habilidades sociales y de relaciones interpersonales.

- Lograr habilidades de autocontrol emocional.

- Consegu ir destrezas, para llevar a cabo la realización del trabaj o en equipo.

- Aprender a controlar mejor sus tiempos, para su organización y poder priorizar, no sólo
en su entorno laboral, sino también en otros, así como tener tiempo para el disfrute de
ocio y tiempo libre.

b) Acciones a nivel organizativo y laboral: es de gran trascendencia considerar la posibili-


dad de que los profesionales puedan:

- Realizar cambios de actividades (que eviten la monotonía, la desesperación y la pérdida


de autoestima).

- Efectuar un rediseño de tareas.

Conseguir una adecuada formación profesional, y si es posible dentro del horario laboral.

- 'Contar con el apoyo de profesionales especializados si se precisa.

- Llevar a cabo una formación especifica en determinadas situaciones de mayor estrés


laboral (como, por ejemplo, en cuidados paliativos).

Actualmente este síndrome es considerado una enfermedad profesional, y los sanitarios en


general, y los médicos en particular, suelen ser los peores pacientes y por ello poseen una resisten-
cia importante a ser tratados. El tratamiento se basa esencialmente en dos métodos terapéuticos:

a) Las técnicas cognitivas conductuales.

b) La psicoterapia.

En ambas técnicas, y debido a su complejidad, requieren de profesionales especializados, tales


como la acción de un Psiquiatra o/y de un Psicólogo.

A veces, el burnout es irrecuperable (o irreversible) en aproximadamente un 5-10% de los casos,


que generalmente lleva a una situación de invalidez permanente y al abandono completo de la
actividad profesiona l.
419
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

6. Riesgos biológicos
6.1. Accidentes de riesgo biológico
Definimos accidente de riesgo biológico como la exposición que sufre un trabajador a san-
gre, tejidos o fluidos potencialmente infecciosos a través de una herida percutánea, contacto con
mucosa o sobre piel no intacta.
El Real Decreto 664/1997, de 12 de mayo, sobre la protección de los trabajadores contra los
riesgos relacionados con la exposición a agentes biológicos durante el trabajo, en su artículo 14, es-
tablece que en el caso de los establecimientos sanitarios y veterinarios distintos de los laboratorios
de diagnóstico, la evaluación a que se refiere el artículo 4 deberá tener especialmente en cuenta los
riesgos inherentes a las actividades desarrolladas en los mismos y, particularmente, la incertidum-
bre acerca de la presencia de agentes biológicos en el organismo de pacientes humanos, de anima-
les, o de materiales o muestras procedentes de éstos, y el peligro que tal presencia podría suponer.
En las instalaciones de atención sanitaria y veterinaria, la evaluación debe tener en cuenta la
incertidumbre acerca de la presencia de agentes infecciosos en pacientes, animales o en los mate-
riales y muestras procedentes de éstos.
Los riesgos deberán ser evaluados en cada una de las etapas que componen la manipulación;
así, la realización de un estudio de malignidad de un tumor supondría: atención clínica, cirugía,
biopsia y otras tomas de especímenes, manipulación y transporte de los mismos, estudios de labo-
ratorio y tratamiento y eliminación de residuos.
Por esta razón se aplicarán las denominadas "precauciones universales" y "precauciones stan-
dard'; que implican mantener una actitud constante de autoprotección, con hábitos de trabajo
seguro, aplicando el principio fundamental de que todas las muestras deben manipularse como
si fueran infecciosas.
Se tomarán medidas apropiadas en dichos servicios para garantizar de modo adecuado la pro-
tección sanitaria y la seguridad de los trabajadores afectados.
Dichas medidas comprenderán en particular: La especificación de procedimientos apropiados
de descontaminación y desinfección.
La selección d e medidas se hará sobre la base de la evaluación del riesgo y, en particular, la
naturaleza de la infección, la facilidad y el modo de transmisión del agente.
La Guía Técnica del INSHT (Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo) - pá-
gina web: www.mtas.es1 - , para la evaluación y prevención de los riesgos relacionados con
la exposición a agentes biológicos, contempla una tabla que recoge una relación de los agentes
biológicos, clasificados en grados, incluyendo las modificaciones y actualizaciones introducidas
por la Orden de 2S de marzo de 1998 (BOE n.0 76 de 30/3/1998).
Las denominadas "precauciones universales" constituyen la estrategia fundamental para la pre-
vención del riesgo laboral para todos los microorganismos vehiculizados por la sangre. Su principio
básico es que la sangre y otros fluidos corporales deben considerarse potencialmente infecciosos.
Debe aceptarse que no existen pacientes de riesgo sino maniobras o procedimientos de riesgo,
por lo que se han de adoptar precauciones utilizando las barreras protectoras adecuadas en todas

En esta página web del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabaj o se pueden consultar tam-
bién diferentes publicaciones entre las que destaca un Libro sobre Condiciones de Trabajo en Centros
Sanitarios, editado en el año 2000 -reimpresión en el 2001 -
420
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

las maniobras o procedimientos en los que exista la posibilidad de contacto con la sangre y/o flui-
dos corporales a través de la piel o las mucosas.

Es de especial importancia que:

- Todo el personal esté informado de dichas precauciones.

- Todo el personal conozca las razones por las que debe proceder de la manera indicada.
- Se promueva el conocimiento y la utilización adecuados.

Se pueden distinguir las siguientes precauciones universales:

a) Vacunación (inmunización activa).

b) Normas de higiene personal.

c) Elementos de protección de barrera.


d) Cuidado con los objetos cortantes.

e) Esterilización y desinfección correcta de instrumentales y superficies.

a) Vacunación (inmunización activa)


La comunidad t rabajadora está sometida a numerosos riesgos biológicos, producidos por bac-
terias, hongos, virus, etc., frente a los cuales se dispone de vacunas que hacen posible su preven-
ción y, a veces, su tratamiento.

La inmunización activa frente a enfermedades infecciosas ha demostrado ser, junto con las me-
didas generales de prevención, una de las principales formas de proteger a los trabajadores.

Deberá vacunarse todo el personal que desarrolle su labor en ambientes que tengan contacto,
tanto directo como indirecto, con la sangre u otros fluidos biológicos de otras personas infectadas
(por ejemplo, la vacuna contra la Hepatitis B para el personal que desarrolle su labor en ambiente
hospitalario y que tenga contacto directo o indirecto con la sangre u otros fluidos de los pacientes).

b) Norma~ de higiene personal


A continuación se resumen un conjunto de normas de higiene personal a seguir por los
trabajadores:
- Cubrir heridas y lesiones de las manos con apósito impermeable, al iniciar la actividad
laboral.
- Cuando existan lesiones que no se puedan cubrir, deberá evitarse el cuidado directo de los
pacientes.
- El lavado de manos debe realizarse al comenzar y terminar la jornada y después de realizar
cualquier técnica que puede implicar el contacto con material infeccioso. Dicho lavado se
realizará con agua y jabón líquido.
- En situaciones especiales se emplearán sustancias antimicrobianas. Tras el lavado de las
manos éstas se secarán con toallas de papel desechables o corriente de aire.
- No comer, beber ni fumar en el área de trabajo.
- El pipeteo con la boca no debe realizarse.
421
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

c) Elementos de protección de barrera


Todos los trabajadores de la salud deben utilizar rutinariamente los elementos de protección
de barrera apropiados cuando deban realiza r actividades que los pongan en contacto directo con
la sangre o los fluidos corporales de los pacientes.
Dicho contacto puede producirse t anto de forma directa como durante la manipulación de
instrumental o de materiales extraídos para fines diagnósticos como es el caso de la realización de
procesos invasivos.
Dentro de los element os de protección de barrera podemos distinguir los siguientes:

1. Guantes:
El uso de guantes será obligatorio:
- Cuando el t rabajador sanitario presente heridas no cicatrizadas o lesiones dérmicas
exudativas o rezumantes, cortes, lesiones cutáneas, etc.

- Si maneja sangre, fluidos corporales contaminados con sangre, tejidos, etc.


- Al entrar en contacto con la piel no intacta o mucosas.
- Al manejar objetos, materiales o superficies contaminados con sangre...
- Al realizar procesos invasivos.

2. Mascarillas y protección ocular:


Se emplearán en aquellos casos en los que, por la índole del procedimiento a rea lizar, se
prevea la producción de salpicaduras de sangre u otros fluidos corporales que afecten las
mucosas de ojos, boca o nariz.
3. Batas:
Las batas deberían utilizarse en las situaciones en las que pueda darse un contacto con la
sangre u otros fluidos orgánicos, que puedan afectar las propias vestimentas del trabajador.

d) Cuidado con los objetos cortantes y punzantes


Se deben tomar todas las precauciones necesarias para reducir al mínimo las lesiones produci-
das en el personal por pinchazos y cortes.

Para ello es necesario:

- Tomar precauciones en la utilización del material cortante, de las


agujas y de las jeringas durante y después de su utilización, así
como en los procedimientos de limpieza y de eliminación.

- No encapsular agujas ni objetos cortantes ni punzantes ni


someterlas a ninguna manipulación.

- Los objetos punzantes y cortantes (agujas, jeringas y otros ins-


trumentos afilados) deberán ser depositados en contenedores
apropiados con tapa de seguridad, para impedir su pérdida
durante el transporte, estando estos contenedores cerca del
lugar de trabajo y evitando su llenado excesivo.

- El personal sanitario que manipule objetos cortantes se responsabilizará de su eliminación.


422
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

e) Desinfección yesterilización correcta de instrumentales ysuperficies


Desinfección:

El empleo de productos químicos permite desinfectar a temperatura ambiente los instrumen-


tos y superficies que no resisten el calor seco o la temperatura elevada.
Para llevar a cabo una desinfección del tipo que sea, es necesario tener en cuenta:

a) La actividad desinfectante del producto.

b) La concentración que ha de tener para su aplicación.

c) El tiempo de contacto con la superficie que se ha de descontaminar.

d) Las especies y el número de gérmenes que se han de eliminar.


El producto desinfectante debe tener un amplio espectro de actividad y una acción rápida e
irreversible, presentando la máxima estabilidad posible frente a ciertos agentes físicos, no debien-
do deteriorar los objetos que se han de desinfectar ni tener un umbral olfativo alto ni especialmen-
te molesto.
Una correcta aplicación de los desinfectantes será, en general, aquella que permita un mayor
contacto entre el desinfectante y la superficie a desinfectar.

El producto desinfectante se debe poder aplicar de tal manera que no presente toxicidad agu-
da o crónica para los animales y el hombre que puedan entrar en contacto con él.

Debe tenerse en cuenta que por su propia función, destrucción de microorganismos, muchos
desinfectantes tienen características de toxicidad importantes para el hombre, por lo que se debe-
rán adoptar las medidas de protección y prevención adecuadas y seguir siempre las instrucciones
para su aplicación, contenidas en la etiqueta y en las fichas de seguridad.
Los desinfectantes que se utilicen deben estar adecuadamente etiquetados según la normativa
correspondiente (RO 1078/1993, RD 363/1995 y RD 1893/1996), tanto si se han adquirido comer-
cialmente, como si son de preparación propia.

Al adquirir productos químicos, debe exigirse siempre la entrega de la ficha de seguridad


correspondiente.
La eficacia de los desinfectantes está limitada por la presencia de materia orgánica, por lo que
los tiempos de aplicación de los mismos disminuirá cuando el instrumental que se deba desinfec-
tar esté limpio.
En función de los microorganismos manipulados, se redactarán las instrucciones de desinfec-
ción en las que consten los desinfectantes y las diluciones a las que se deban emplear.

Hay que tener en cuenta que las fórmulas de los productos desinfectantes comerciales presen-
tan grandes diferencias, por lo que es esencial seguir las indicaciones del fabricante.

Esterilización:

Con la esterilización se produce la destrucción de todos los gérmenes, incluidos esporas bacte-
rianas, que pueda contener un material.

Se debe recordar que, en ciertos casos, los instrumentos son sometidos a la acción de solucio-
nes detergentes o antisépticas para diluir sustancias orgánicas o evitar que se sequen. Dado que

423
11111 CELADORES DEL SERVICIOANDALUZ DE SALUD

este paso no es una verdadera desinfección, estos instrumentos no deberán ser manipulados ni
reutilizados hasta que se efectúe una esterilización.

Existen diferentes tipos de esterilización de los cua les, a continuación, se ofrece un listado:
- Esterilización por calor húmedo bajo presión (autoclave):
Es el método de elección, por ser el más fiable, eficaz y de fácil empleo. Se introduce el ma-
terial a esterilizar en bolsas adecuadas y cerradas, dejándose durante 20 m inutos a 121 °C
(para algunos agentes pueden ser necesarias otras condiciones), teniendo la precaución de
que la atmósfera del autoclave esté a saturación y desprovista de aire.

En este sentido es recomendable disponer de un manual de procedimiento para el trabajo


con el autoclave, sigu iendo las instrucciones del fabricante.
Si no se dispone de autoclave, para instrumental de pequeño volumen, cabe recurrir a ebu-
llición del agua, preferentemente conteniendo bicarbonato sódico, durante 30 minutos, o
bien al empleo de una olla a presión al nivel máximo de presión de trabajo.

- Esterilización por calor seco:


Debe mantenerse por dos horas a partir del momento en que el material ha llegado a los
170 °C.
- Radiaciones ionizantes:

Basan sus efectos en la capacidad de destrucción celular. Debido a su poder de penetración,


la radiación y es la empleada en la esterilización del material sa nitario, sobre todo en el ám-
bito industrial.

La inst alación de esterilización por rayos y ha de cumplir unos requisitos especiales como
instalación radiactiva, lo que limita totalmente su aplicación en los laborat orios, a menos
q ue estén dentro de una institución (por ejemplo, un hospital) q ue d isponga de una insta-
lación adecuada para ello.

- Esterilización con vapores químicos:


Los agentes gaseosos, tales como el formaldehído o el óxido de etileno, tienen una activi-
dad bactericida y esporicida en el intervalo de 30-80 °C.
La esterilización, en este caso, se lleva a cabo en esterilizadores diseñados específicamente,
q ue también se llaman autoclaves, y que permiten obtener las condiciones de presión, de
temperatura y de humedad adecuadas. Funcionan de manera automática, por ciclos, e in-
cluyen la evacuación de los fluidos.
- Esterilización por óxido de etileno:

Este tipo de esterilización sólo debe aplicarse a aquel material que no pueda ser esteri-
lizado al vapor y debe llevarse a cabo por personal cualificado, informado de los riesgos
que presenta su utilización, d isponiendo de un protocolo de actuación bien establecido
y, cuando el caso lo requiera, de los equipos de protección individual adecuados.

Los autoclaves de óxido de etileno deben ser de estanqueidad contrastada, a ser posible
de doble puerta con extracción por encima de la de descarga y con aireación incorpora-
da. Deben ubicarse en áreas aisladas, bien ventiladas y mantenidas a depresión con las
adyacentes, proced iéndose a un control ambiental periódico de la presencia en aire del
compuesto.

424
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Actualmente se están desarrollando sistemas denominados "de Plasma de baja tempera-


tura" basados en el empleo de peróxido de hidrógeno y radiofrecuencias, como alternativa
al empleo de óxido de etileno y formaldehído, considerados como compuestos peligrosos
para la salud.

Protocolos de actuación en accidentes de riesgo biológico


Además, la NTP (Nota técnica de prevención) n.0 447, del INSHT, sobre la actuación frente
a un accidente con riesgo biológico, contempla Protocolos de actuación en accidentes con riesgo
biológico.

El riesgo de contagio después de un accidente con riesgo biológico por pinchazo o corte se
evalúa en un 30% para el virus de la hepatitis B (VHB), 3% para el virus de la hepatitis C (VHC) y 0,3%
para el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). En caso de contacto con las mucosas, o con la
piel herida el riesgo de contaminación es de 0,04% para el VIH, no habiéndose cuantificado para el
VHB y el VHC.
Estas cifras, que reflejan una infectividad menor del VIH y del VHC con relación al VHB, han de
interpretarse en función de otros factores como:

a) La gravedad de la infección:

- Pronóstico poco claro para el VIH.

- Para el VHC, un 60% a 70% de los casos se convierten en crónicos.

- Para el VHB, un 10% de los casos se convierten en crónicos, siendo responsable a su vez
de formas fulminantes.

b) La existencia de vacuna: Sólo contra el VHB.

c) La existencia de profilaxis: inmunoglobulinas específicas para el VHB, antirretrovirales para


el VIH, no existe profilaxis para el VHC. ..

La formación e información, a la que se hace referencia como Educación Sanitaria, es la base


fundamental para prevenir las enfermedades infecciosas. Se trata de informar sobre los problemas
que comporta la exposición a determinados microorganismos y las secuelas de la infección que
pueden originar. Con este propósito se recomiendan una serie de normas de higiene general para
evitar el riesgo de contaminación transmisión y, así mismo, informar del tipo de vacuna que se ha
de utilizar.

Hepatitis B
La estimación global del riesgo de contaminación después de un accidente con sangre conta-
minada es del 30%, y varía del 5% al 40%, (40% si la fuente es Ag HBe positivo). El antígeno e (Ag
HBe) es un antígeno soluble que se halla presente en el suero de algunos pacientes Ag HBs positi-
vos (antígeno de superficie) y constituye un indicador de infecciosidad elevada.
Las actuaciones que se deben llevar a cabo frente al riesgo de la hepatitis B son las siguientes:
- Valoración del estado inmunológico del accidentado, consultando los datos previos de va-
cunación si los hubiese y la petición de un estudio serológico completo en el caso de que
no se disponga de estos datos.
- A aquellas personas que se han expuesto accidentalmente, por vía percutánea o a través de
mucosas, con sangre contaminada de Ag HBs y, que desconozcan su estado inmunológico,

425
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

que nunca han sido vacunadas o que no han completado la pauta de vacunación, se les ad-
ministrará en el plazo de 48 horas una inyección de 5 ce de inmunoglobulinas antihepatitis
B.
- Si puede identificarse la fuente (procedencia de la contaminación) y previo consentimiento
después de haber sido informado, se le efectuará una extracción sanguínea para determi-
nar el Anti HBcore total. Si éste es negativo, se aplicará al accidentado la pauta vacuna l. Si es
positivo se le hará una serología completa.
- Según el resultado serológico, se incluirá al accidentado en su correspondiente pauta de va-
cunación o seguimiento, que consiste en la administración de tres dosis de vacuna de 20
mg/dosis, la primera dentro de los siete días siguientes a la exposición, la segunda un mes
después y la tercera seis meses después de la primera. La primera dosis de la vacuna puede
ser administrada conjuntamente con la inmunoglobulina contra la hepatitis B. En estos casos,
la administración no debe realizarse en el mismo lugar de inyección. La inmunoglobulina se
debe administrar en la región glútea y la vacuna en deltoides.
- Se considera que una persona está inmunizada cuando adquiere un título de Anti HBs superior
a 1O UI/L. Esta determinación debe realizarse al cabo de un mes de la tercera dosis de vacuna.
En caso de que el título de Anti HBs sea inferior a 1O UI/L, debe administrarse una cuarta dosis
de vacuna. Para contratos temporales de trabajo y para puestos con riesgo de infección por
hepatitis B, se plantea como pauta de vacunación: al inicio, al mes y a los dos meses siguientes.
En las personas que no logren un título de Anti HBs superior a 1OUI/L, tras 4 dosis de vacuna, se
les administrará una dosis de recuerdo cada 5 años.
Hepatitis C
La evolución de los conocimientos epidemiológicos y terapéuticos relativos a la hepatitis C re-
quiere una adaptación constante de los procedimientos de cuidados y de diagnóstico, en especial
después de un accidente con sangre contaminada.
Las actuaciones frente al riesgo de contraer la hepatitis C son las siguientes:
- Extracción sanguínea para la valoración del estado inmunológico del accidentado frente al
virus de la hepatitis C.
- Identificar la fuente si es posible. Tras informar al accidentado y bajo su consentimiento, se
realizará el estudio serológico de VHC.
Si la fuente es positiva o desconocida y el accidentado Anti VHC es negativo, se realizarán
controles serológicos periódicos: cuando se produjo el accidente, al cabo de mes y medio,
a los tres, seis y doce meses siguientes.
- Si el accidentado es Anti VHC positivo, ,e procederá a seguimiento y educación sanitaria.

Infección por VIH


Entre los países industrializados, hasta el 31 de diciembre de 1995 se habían registrado 223 casos de
infecciones porVIH, presuntamente profesionales, de las cuales se comprobaron 79 seroconversiones en-
tre el personal sanitario. La mayoría de las seroconversiones se referenciaron entre el personal dedicado
a la enfermería y a las extracciones de sangre y fueron producidas por pinchazos.
- Cuando pueda identificarse la fuente, previo consentimiento y tras haber sido informado,
se procederá a la extracción sanguínea para determinación de anticuerpos VIH.
- Si la fuente es desconocida y el accidentado VIH negativo, se procede a realizar contro les
periódicos de serología: cuando se produce el accidente, al cabo de mes y medio, tres, seis
y doce meses siguientes.

426
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALESEN LOS CELADORES 11111

- Si la fuente es positiva y el accidentado es VIH negativo, se le oferta la posibilidad de qui-


mioprofilaxis con AZT (Retrovir), previa aceptación escrita y con control por su Servicio
Médico de Salud Laboral o Mutua y el Servicio Especializado de Enfermedades Infecciosas.
La dosis que se recomienda es de 250 mg cada 8 horas durante 6 semanas, realizando con-
troles hemáticos al inicio, a la tercera y sexta semana. Estos controles hemáticos consisti rán
en la determinación de hemograma completo yVSG.
- Si el accidentado es VIH positivo, se procede al seguimiento por el Servicio Especializado de
Enfermedades Infecciosas correspondiente.
- Dados los avances existentes en el tratamiento de esta enfermedad, se recom ienda atender
las pautas q ue se estén utilizando por parte de los centros más especializados.
Tétanos
En este caso, previamente, será prioritario realizar una limpieza rigurosa de la herida con agua y
jabón y/o un antiséptico. A continuación debe procederse de la siguiente manera:
- Valoración del estud io inmunológico del accidentado, precisando si está vacunado o cuán-
to tiempo ha transcurrido desde la última dosis.
- Va loración de la contaminación de la herida: las heridas de bajo riesgo son las no penetran-
tes, sin cuerpos ext raños, con poca destrucción de tejidos y poco contaminadas; por contra,
las heridas de alto riesgo son las que no cumplen estas condiciones.
- Inicio de pauta de vacunación (inmunización activa) y/o administración de 5 mi de
lnmunoglobulina humana antitetánica (inmunización pasiva) en el plazo de 48 horas en los
casos en que proceda.
- Educación sanitaria de forma individualizada.
Brucelosis
Las actuaciones ante una brucelosis deben ser las siguientes:
- Valorar el riesgo de contraer la infección que conlleva el accidente. En este caso, sólo se
actuará si la inoculación es de alto riesgo, es decir, si se trata de material vacunal con gér-
menes vivos (vacuna B-19 y Rev 1) o bien de muestras contaminadas de brucelas.
- Se inicia de forma inmediata el t ratamiento con antibióticos.
- La asociación de 200 mg diarios de Doxiciclina por vía oral, más 1 g diario de Estreptomicina
por· Rifampicina. La duración y tratamiento dependerá del grado de exposición y de los
resultados de las pruebas serológicas.
- Educación sanitaria de forma individualizada e información acerca de los agentes causales,
mecanismos de transmisión y medidas preventivas.

Por otra parte, se debe tener en cuenta, y así se pone de manifiesto en la NTP (Nota técnica
de prevención) n.0 249, del INSHT, sobre el SIDA: repercusiones en el ambiente laboral, que el
sector sanitario es uno de los ámbitos de especial riesgo para contraer dicha enfermedad. Esta Nota
Técnica contempla diferentes medidas básicas de prevención, que se agrupan fundamentalmente
en la esterilización y desinfección.

De la misma forma, la NTP n.0 398: Patógenos transmitidos por la sangre: un riesgo laboral,
contempla como colectivos laborales con riesgo de contaminación por patógenos transmitidos
por la sangre, a los profesionales de la salud y a los trabajadores que rea lizan su actividad laboral en
la las instituciones de la red sanitaria.

427
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

6.2. Exposición laboral a los patógenos transmiÜdos por la sangre


La Nota Técnica de Prevención NTP 398, editada por el Instituto Nacional de Seguridad e
Higiene en el Trabajo, sobre el riesgo laboral que suponen los patógenos transmitidos por sangre,
describe las principales medidas de prevención para proteger a los trabajadores frente a la exposi-
ción de microorganismos patógenos transmitidos por la sangre.

La exposición laboral a los patógenos transmitidos por la sangre (transmisión hemática) puede
ocurrir de diversas formas. El mecanismo de transmisión más frecuente es la inoculación accidental
por pinchazos con agujas o bisturíes contaminados con sangre de pacientes infectados, pero ésta
no es la única forma de transmisión, ya que también puede efectuarse mediante salpicaduras de
sangre a los ojos, en partes de la piel donde existan pequeños cortes o abrasiones y por contacto
con las prendas o equipos contaminados con sangre fresca.

El riesgo de transmisión profesional durante el cuidado de personas con una afección muy grave
pero poco frecuente como la infección porVIH (virus de la inmunodeficiencia humana, causante del
síndrome de inmunodeficiencia adquirida, SIDA), ha comportado una movilización más importante
que la que habían suscitado los riesgos ligados al virus de la hepatitis B (VHB), mucho más frecuentes
y colectivamente más graves en términos de morbilidad y de mortalidad para las profesiones dedica-
das al cuidado de enfermos. Actualmente existe también mucha preocupación en el ámbito sanitario
para la protección frente al virus de la hepatitis C (VHC).

Entre los colectivos laborales de riesgo que señala la Nota Técnica de Prevención, se encuentra
los TCAE por estar dentro de los profesionales y trabajadores que realizan su actividad laboral en
las instituciones de la red sanitaria.

6.2.1. Principios para prevenir la exposición a infecciones de transmisión


hemática
En EEUU, la Administración de Salud y Seguridad Ocupacional (OSHA), que es la agencia fe-
deral encargada de asuntos de seguridad y salud, ha elaborado un reglamento que prescribe las
medidas de seguridad para prevenir la exposición frente a estos patógenos y reducir el riesgo de la
exposición ocupacional.

Este reglamento, que fue publicado en el "Federal Register" el 6 de diciembre de 1991 , define
claramente la exposición profesional y clasifica en dos grupos a los trabajadores; en el primer gru-

428
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

pose incluyen colectivos de riesgo donde todos los trabajadores sufren exposición y en el segun-
do grupo se incluyen colectivos donde sólo determinados trabajadores sufren exposición.
El reglamento también especifica que es el empresario quien debe proporcionar, a los traba-
jadores con riesgo, la vacunación y posterior segu imiento médico de forma gratuita, equ ipos de
protección e información y formación sobre las medidas a adoptar para una protección adecuada.

Por otro lado, en Europa, un grupo de expertos internacionales que constituyen el Viral Hepatitis
Prevention Board (VHPB), ha identificado cinco principios esenciales para cualquier programa desti-
nado a prevenir la exposición a infecciones de transmisión hemática. Estos principios se exponen a
continuación en forma detallada, ya que coinciden con todos los programas existentes sobre este
tema y están en línea con la legislación en materia de salud y seguridad laboral en la mayoría de
países europeos.

1. Identificar el riesgo
Las actividades de riesgo laboral son aquellas que comportan la exposición a sangre y otros
fluidos corporales potencialmente infecciosos. Las empresas tienen la obligación de valorar la si-
tuación de riesgo de todos los trabajadores.

El VHPB señala, por otro lado, que el riesgo debería basarse no en la cualificación profesional o
la ubicación del puesto de trabajo sino directamente en el grado de exposición física a los fluidos
biológicos reflejados en la siguiente tabla. Ello implica que deben considerarse como factores de
riesgo los diferentes fluidos mencionados y no solamente la sangre.

Fluidos biológicos que deben considerarse en su conjunto como factores de riesgo

- Sangre y componentes de la misma como las plaquetas, eritrocitos, etc. y hemoderivados.


-Semen.
- Líquidos biológicos, como líquido cefa lorraquídeo, secreciones vaginales, líquido sinovial, pleural,
pericárdico, peritoneal y amniótico.
- Fluidos contaminados con sangre.

429
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

2. Mejorar los procedimientos de trabajo


Implantar métodos de trabajo seguros, formar a los trabajadores sobre los mismos y notificar
las exposiciones accidentales, son medidas que pueden contribuir sustancialmente a reducir el
riesgo de exposición a estos patógenos.

3. Aislar el material potencialmente infectado


El material potencialmente infectado, debe ser siempre identificado, manipulado y eliminado
adecuadamente.

4. Proteger a las personas


Las prendas y los equipos de protección en general son elementos indispensables para preve-
nir de la exposición frente a estos patógenos de transmisión hemática. La vacunación es también
esencial para proteger a los trabajadores en aquellos casos en que está disponible, como por ejem-
plo, frente al virus de la hepatitis B.

5. Supervisar el cumplimiento
Es indispensable la existencia de una persona competente que sea responsable de garantizar
técnicamente la puesta en práctica de las políticas de prevención de la exposición. Las empresas
deben facilitar los recursos necesarios para permitir una supervisión adecuada, por ejemplo me-
diante la instauración de un inspector de bioseguridad integrado en el Servicio de Prevención.

,,,

6.2.2. Profilaxis preexposición


Como ejemplo de medidas de profilaxis se referencian a continuación las recomendaciones
de los Centers far Disease Control (CDC) de los EE UU. Su filosofía de actuación se basa en que
todo paciente que está siendo tratado es potencialmente infeccioso hasta que no se demuestre
lo contrario. Estas medidas son aplicables para cualquiera de los patógenos transmisibles a través
de la sang re.

430
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Las medidas propuestas son las siguientes:

1. Todos los trabajadores sanitarios deben utilizar medios de protección en forma de barrera
para evitar la exposición de la piel y de las mucosas a la sangre y a los distintos fluidos cor-
porales de los pacientes. Deben usarse guantes para tocar cualquier fluido corporal, para
tocar cualquier instrumental manchado o para efectuar cualquier tipo de punción. Si hay
peligro de salpicadura de sangre o de algún fluido biológico, se utilizará protector facial, o
mascarilla y gafas protectoras y delantal o bata.
2. Hay que tomar las precauciones necesarias para
evitar lesiones provocadas por agujas, bisturíes y
objetos cortantes. Nunca se deben reencapuchar
las agujas ni retirarlas de las jeringas desechables.
7
Los objetos cortantes y punzantes, una vez utiliza-
dos, deben colocarse en un envase resistente a los
pinchazos, próximo al área de trabajo, para poste-
riormente ser eliminados.

3. Aunque no se ha comprobado q ue la saliva sea


una vía de transmisión de ciertos virus, se dispon-
drá, en las zonas de posible uso, de los elementos
necesarios para proteger del contagio por si hu- Nunca se deben reencapuchar las agujas
biera que realizar una reanimación boca a boca. ni retirarlas de las jeringas desechables

4. Los sanitarios que tengan lesiones cutáneas exudativas o serosas, deben evitar cualquier con-
tacto directo con el paciente hasta que las heridas estén completamente curadas.

La adopción de estas precauciones universales, permite minimizar los riesgos de exposición de


los trabajadores sanitarios a los líquidos biológicos.

6.2.3. Conducta a seguir ante un accidente laboral con exposición a sangre y


fluidos corporales contaminados
Ante un accidente laboral con riesgo de exposición a sangre o fluidos corporales contaminados
deberán aplicarse una serie de acciones con el orden siguiente:
1. Limpieza de la herida.
Inmediatamente después de producirse el contacto accidenta l con sangre u otros fluidos
hay que quitarse los guantes y lavarse cuidadosamente la herida con abundante agua y
jabón y favorecer la hemorragia con el proposito de eliminar los posibles microorganis-
mos inoculados. Posteriormente t ratar con antisépticos como los iodóforos (p. ej., Povidona
iodada) que son activos frente a bacterias, micobacterias, virus lipídicos y no lipídicos, así
como frente a esporas. En personas alérgicas al iodo se puede emplear la cloram ina.
2. Comunicación al Servicio de Prevención (Medicina Preventiva).
Además de comunicarlo inmediatamente como incidencia al responsable de la planta de
hospitalización (supervisora de enfermería), todo accidente relacionado con sangre y sus
derivados debe ser comunicado al Servicio de Prevención e inmediatamente se realizará
una ficha epidemiológica para conocer los datos relacionados con el accidente (nombre,
edad, sexo, categoría profesional, lugar del accidente, hora en que ocurrió, mecanismo de
producción, localización y naturaleza de la lesión, etc.).
431
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

3. Estado inmunológico del individuo accidentado.


Cuando pueda identificarse la fuente, previo consentimiento y tras haber sido informado,
se procederá a extracción sanguínea para determinar los anticuerpos frente al antígeno del
núcleo o core (AntiHB-core) total, frente al VHC y los anticuerpos frente al VIH. Según sea la
naturaleza de la "fuente" se procederá a la quimioprofilaxis y seguimiento adecuado a cada
caso según la siguiente figura:

Accidentado Accidentado
Petición Estucio Serológico
VHB (Completa)
Parte accidente VHC
Encuesta vacuna ! VIH

No vacunados
Gammaglobulina antihepatitis B
desconocidos o vac.
(tras extracción)
incompleta

Ver esquema control vacunación

Positivo Seguimiento y estudio

Fuente positiva Seguimiento


o desconocida 0-1,5-3-6-12 meses
Negativo

Fuente negativa Suspender seguimiento

Positivo Seguimiento y estudio

- Quimioterapia
Fuente positiva - Seguimiento
0-1,5-3-6-12 meses
Negativo
Fuente negativa o Seguimiento
Fuente desconocida 0-1,5-3-6-1 2 meses

Procedimiento a seguir en caso de exposición accidental VHB, VHC y VIH


/Tomado del Manual de protección frente a Riesgos Biológicos)

432
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

7. La gestión de equipos de protección individual (EPIS)


en centros sanitarios
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) en una Nota Técnica de
Prevención (NTP 572)2 ha realizado el estudio de la gestión de los equipos de protección indivi-
dual (EPI) en los Centros Sanitarios.

Tal como se indica en el artículo 17 de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales, cuando los
riesgos no se puedan evitar o no puedan limitarse suficientemente por medios técnicos d e pro-
tección colectiva o mediante medidas, métodos o procedimientos de organización del trabajo, tal
como ocurre con frecuencia en los centros sanitarios frente al riesgo biológico, el empresario debe-
rá proporcionar a sus trabajadores equipos de protección individual adecuados para el desempeño
de sus funciones y velar por el uso efectivo de los mismos.
Por otro lado, los equipos de protección individual, t al y como establece el RD 773/1997 relativo
a su utilización, proporcionarán una protección eficaz frente a los riesgos que motivan su uso, sin
suponer por sí mismos u ocasionar riesgos ad icionales ni molestias innecesarias. Para ello deben:

a) Responder a las condiciones existentes en el lugar de trabajo.

b) Tener en cuenta las condiciones anatómicas y fisiológicas y el estado de salud del trabajador.

c) Adecuarse al usuario, tras los ajustes necesarios. En el caso de que existan riesgos múlti-
ples q ue exijan la utilización simul tánea de varios eq uipos de protección individual, éstos
deberán ser compatibles entre sí y mantener su eficacia en relación con el riesgo o riesgos
correspondientes.

7.1. Gestión de los EPI frente al riesgo biológico


Antes de la implantación de una prenda de protección individual frente a una determinada
situación de riesgo, debe tenerse en cuenta una serie de aspectos para que la utilización de di-
cha protección sea lo más acertada posible. Así deberán contemplarse: la necesidad de uso, la
elección del equipo adecuado, la adquisición, la normalización interna de uso, la distribución y la
supervisión.

A) Necesidad de uso
La necesidad de utilizar equipos de protección individual frente al riesgo biológico en un centro
sanitario deriva de la imposibilidad técnica o económica de instalar una protección colectiva eficaz.
Por todo ello debe llevarse a cabo la evaluación de riesgos en el conjunto del centro sanitario, de
modo que permita identificar los puestos de t rabajo o actividades en los que se puede presentar
dicho riesgo. En la siguiente tabla expuesta por la Nota Técnica de Prevención se detalla a modo
de ejemplo el posible riesgo biológico existent e en los diferentes servicios o áreas de un cent ro
hospitalario, indicando las protecciones recomendadas.

Se puede ver la Nota Técnica de Prevención en la página WEB del INSHT: http://www.mtas.es/insht.
433
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Protecciones recomendadas en función de los servicios o áreas de trabajo y el riesgo b iológico


existente.

Servicio Riesgo biológico Protecciones recomendadas


- Manipulación de muestras biológicas - Ropa de trabajo.
contaminadas. - Utilizar doble guante.
- Riesgo de pinchazos o cortes. - Lentes protectoras y mascarilla quirúrgica.
Anatomía
- Formación de aerosoles y/o salpicaduras. - Si es posible, vestimenta de un solo uso.
Patológica
- Frente a sa lpicaduras o aerosoles utilizar:
gafas protectoras herméticas y mascarilla,
o preferiblemente pantallas de seguridad.
- Manipulación de muestras biológicas - Bata quirúrgica de manga larga con puños.
contaminadas. - Guantes industriales.
- Riesgo de pinchazos o cortes. - Botas o cubrezapatos desechables.
Autopsias - Formación de aerosoles y/o salpicaduras. - Delantal ligero de tejido que retenga el agua.
- Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
gafas protectoras herméticas y mascarilla,
o preferiblemente pantallas de seguridad.
- Contacto con sangre. - Ropa de trabajo.
- Riesgo de pinchazos o cortes. - Guantes de un solo uso.
Banco de
Sangre - Peligro de salpicaduras. - Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
gafas protectoras herméticas y mascarilla,
o pantallas de seguridad.
- Contacto con sangre. - Bata cerrada.
- Riesgo de pinchazos o cortes. - Guantes de un solo uso.
Hemodiálisis - Formación de aerosoles y/o salpicaduras. - Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
gafas protect oras herméticas y mascarilla,
o pantallas de seguridad.

Consultas - Posib le manipulación de pacientes o - Ropa de trabajo.


externas muestras contaminadas. - Guantes de un solo uso cuando sea necesario.
- Posible manipulación de pacient es o - Ropa de trabajo.
muest ras contaminadas. - Guantes de un solo uso.
UCI - Contacto con sangre. - Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
- Riesgo de pinchazos o cortes. gafas protectoras herméticas y mascarilla,
- Peligro de salpicaduras. o pantallas de seguridad.

Operaciones - Manipulación de material posiblemente - Ropa de trabajo.


previas a la contaminado. - Guantes de un solo uso.
esterilización - Riesgo de pinchazos o cortes.

...!...

434
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

.../...

- Posible manipulación de muestras - Las batas, pijamas de trabajo, delantales


contaminadas. etc. serán de tejido adecuado y su diseño
- Contacto con sangre y otros líquidos permitirá la máxima protección. Las batas de
orgánicos. laboratorio serán cerradas por delante y con
puños elásticos.
- Formación de aerosoles y gotículas.
Laboratorios - Riesgo de pinchazos o cortes. - Guantes de un solo uso.
incluidos los - Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
de gafas protectoras herméticas y mascarilla,
microbiología o pantallas de seguridad.
- Cuando sea necesario, utilización de
dispositivos de protección respiratoria.
- Cuando exista riesgo de producción
de bioaerosoles trabajar en Cabina de
Seguridad Biológica. (1)

- Posible manipulación de pacientes o - Mascarilla quirúrgica.


muestras contaminadas. - Gorro.
- Contacto con sangre y otros líquidos - Guantes de un solo uso quirúrgico.
orgánicos.
Quirófanos - Delantal impermeable, cuando se
- Formación de aerosoles y gotículas. considere necesario.
- Riesgo de pinchazos o cortes. - Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
gafas protectoras herméticas y mascarilla,
o pantallas de seguridad.

- Posible manipulación de pacientes - Ropa de trabajo.


Rehabilitación contaminados. - Guantes de un solo uso, cuando sea
necesario.

Servicios - Posible manipulación de pacientes o - Ropa de trabajo.


Hospitalarios muestras contaminadas. - Guantes de un solo uso, cuando sea necesario.

- Posible manipulación de pacientes o - Ropa de trabajo.


Urgencias muestras contaminadas. - Guantes de un solo uso.
- Riesgo de pinchazos o cortes.

Medicina - Posible manipulación de muestras - Ropa de trabajo. (2)


Nuclear contaminadas. - Guantes de un solo uso.

- Posible manipulación de muestras y - Ropa de trabajo.


Oncología pacientes contaminados. - Guantes de un solo uso.

Radiología - Riesgo de pinchazos o cortes. - Ropa de trabajo. (2)

- Riesgo de pinchazos o cortes. - Ropa de trabajo. (2)


Radioterapia
- Guantes de un solo uso

- Antes de efectuar cualquier trabajo Indumentaria básica:


de mantenimiento debería hacerse - Ropa de trabajo.
Mantenimiento
una valoración del riesgo y adoptar la
protección adecuada al mismo. (3) - Trabajar con guantes industriales.

Personal de - Contacto con muestras contaminadas. - Ropa de trabajo.


limpieza - Riesgo de pinchazos o cortes. - Trabajar con guantes industriales.

Diagnóstico - Posible manipulación de muestras - Ropa de trabajo.


por imagen contaminadas. - Guantes de un solo uso, cuando sea necesario.
.../...
435
11111 CELADORES DEL SERVICIOANDALUZ DE SALUD

...!...
..
- Posible contacto directo con muestras y - Ropa de trabajo.
Dermatología pacientes contaminados.
- Guantes de un solo uso.
- Posible contacto directo con pacientes - Ropa de trabajo.
Pediatría y muestras contaminadas. - Guantes de un solo uso.
- Posible contacto directo con pacientes - Ropa de trabajo.
Psiquiatría contaminados. - Guantes de un solo uso.
- Contacto directo con mucosas, fluidos - Guantes de un solo uso.
corporales, secreciones naso-faríngeas - Mascarillas desechables que cubran la
y respiratorias. boca y la mucosa nasal.
- Formación de aerosoles. - Frente a salpicaduras o aerosoles utilizar:
- Riesgo de pinchazos o cortes. gafas protectoras herméticas y mascarilla,
Odontología
o pantallas de seguridad.
- Ropa de trabajo cómoda y cerrada por
delante, que resista lavados a 80 °C.
- Para trabajos con muchas salpicaduras
utilizar delantales plásticos desechables.
Manipulación - Pinchazos o heridas en las manos. - Ropa y calzado de trabajo.
de - Guantes industriales.
residuos
biosanitarios
- Arañazos y mordeduras. - Ropa de trabajo.
- Aspiración de aerosoles. - Guantes. (4)
Trabajo con
- Proyecciones a las mucosas. - Botas de goma.
animales de
experimentación - Riesgo de pinchazos o cortes. - Mascarilla desechable.
- En áreas de cuarentena: guantes gruesos
de trabajo y mascarilla de alta eficacia.

(1) Es recomendable también la utilización de vitrinas de extracción adecuadas.


(2) Cuando se habla de protecciones barrera en estos casos se sobreentiende que se añaden a la
utilización de ropa y protección adecuada frente a las radiaciones.
(3) Por ejemplo, en los servicios de fontanería, existe el peligro de un posible contacto con resi-
duos orgánicos vertidos en el desagüe procedentes de todo tipo de enfermos.
(4) Cuando sea necesario, para evitar arañazos y mordeduras, se utilizarán guantes gruesos.

B) Elección del equipo adecuado. Adquisición del EPI


Para la elección de los EPI debe comprobarse cuál es el grado necesario de protección que pre-
cisan las diferentes situaciones de riesgo y el grado de protección que ofrecen los disti ntos equipos
frente a estas situaciones valorando las disponibilidades que el mercado ofrece con el fin de que
se ajusten a las condiciones y prestaciones exigidas. Su idoneidad y eficacia vienen garantizadas
por su conformidad con las exigencias contempladas en el Real Decreto 1407/1992 3 relativo a la
comercialización de equipos de protección individual y que le sean aplicables. En él se exige como
req uisito indispensable para que un EPI pueda comercializarse y ponerse en servicio, que garantice
la salud y la seguridad de los usuarios, sin poner en peligro la salud ni la seguridad de las demás

Modificado por Real Decreto 159/1995, de 3 de febrero.


436
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

personas. Todos los EPI que cumplan estos requisitos y se comercialicen de acuerdo con dicho Real
Decreto, irán identificados con el marcado"CE''.
En cualquier caso, los trabajadores y sus representantes deben ser consultados al proceder a la
adquisición de los EPI. La práctica indica que la aceptación de un modelo determinado por parte
del usuario es fundamental para garantizar su uso posterior.

C) Normalización interna de uso


Para la correcta utilización de los EPI adquiridos interesa, además de seguir las instrucciones
contenidas en el folleto informat ivo, establecer un procedimiento normalizado de uso, que informe
de manera clara y concreta sobre los siguientes aspectos:
- Zonas o tipo de operaciones en que debe utilizarse.
- Instrucciones sobre su correcto uso.
- Limitaciones de uso, en caso de que las hubiera.
- Instrucciones de almacenamiento.
- Instrucciones de limpieza.

- Instrucciones de conservación.

- Fecha o plazo de caducidad del EPI o de sus componentes.

- Criterios, si los hubiere, de detección del final de su vida útil.

Unas normas generales para el uso de los elementos barrera en centros sanitarios se describen
en la siguiente tabla expuesta en la Nota Técnica de Prevención, en la que se incluyen equipos cla-
sifica bles como EPI y otros que no lo son.

Protección de ojos Ropa de Mascarillas


Funciones Guantes
y cara protección quirúrgicas (11

Uso de delantal en
En caso de En caso de En caso de
caso de
posible contacto posible contacto posible contacto con
Generales posible contacto
con líquidos con líquidos líquidos
con líquidos
biológicos. biológicos. biológicos.
biológicos.

En caso de En caso de posible


Aislamiento de posible contacto Uso obligatorio de contacto con
Obligatorio siempre.
contacto con líquidos bata. líquidos
biológicos. biológicos.

Uso de delantal en
En caso de En caso de Obligatorio siempre
caso de
Aislamiento posible contacto posible contacto antes
posible contacto
Respiratorio (2) con líquidos con líquidos de entrar en la
con líquidos
biológicos. biológicos. habitación.
biológicos.

Normas generales de utilización de los elementos barrera en centros sanitarios

(1) La utilización de mascarilla quirúrgica es una acción encaminada exclusivamente a proteger la


pieza o muestra manipulada, aunque puede evitar la penetración por vía digestiva y respiratoria
de salpicaduras.
437
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

(2) Aquí sólo se tiene en cuenta el aislamiento respiratorio efectuado para la protección de los pa-
cientes que por el tratamiento recibido están inmunodeprimidos y en consecuencia deben estar
aislados de toda contam inación. En el caso de aislamiento de pacientes aquejados de enfermeda-
des infecciosas respiratorias, en lugar de mascarilla q uirúrgica, que sólo protege al paciente, el
personal sanitario deberá utilizar mascarillas autofiltrantes con válvu la.

Por otro lado, es habitual la utilización de algunos EPI de forma permanente, como es el caso de
los guantes cuando existe contacto directo con pacientes, muestras o fluidos biológicos.

D) Distribución
Los EPI están destinados en principio a un uso personal. Debe tenerse en cuenta que los EPI
han de ajustarse a las ca racterísticas anatómicas de cada trabajador, lo que ha de considerarse en
el momento de su adquisición. A su vez, cada usuario debe ser responsable del mantenimiento y
conservación del equipo que se le entrega y ser informado e instruido sobre las características y
uso del mismo. Ello sólo es posible si la asignación de los equipos es personalizada y se establece
un mecanismo de seguimiento y cont rol.

Sin embargo, en algunas áreas, y considerando sus condiciones específicas de trabajo, los EPI
pueden ser utilizados por varios usuarios a la vez (véase la siguiente tabla). En el caso de que esto
ocurra deberán tomarse las medidas necesa rias para que ello no origine problemas de salud o de
higiene a los distintos trabajadores. Cuando ello no pueda garantizarse, se sustituirán aquellas par-
tes del mismo que sean necesarias, como sería el caso del grupo D de la siguiente tabla expuesta
en la Nota Técnica de Prevención. La gestión de los EPI utilizados por distintas personas recae en el
Servicio de Prevención. Tomando el laboratorio a modo de ejemplo, y en función de los riesgos más
frecuentes en el mismo, se indica un posible modelo de distribución:

- Equipos de uso general (como los guantes de látex): se distribuirán por todas las unidades
del laboratorio, teniendo en cuenta que puede haber personal cuya estancia en el mismo
sea eventual (contratos temporales, estudiantes en prácticas o becarios). Una vez se hallen
en uso, se considerarán asignados de forma personalizada. Hay que tener en cuenta que
algunos de estos equipos son de un solo uso, con lo q ue el problema de la "personalización"
carece de sentido.

- Gafas de seguridad: aunque no se establezca su obligatoriedad con carácter general, se


recomienda su asignación personalizada a todo el personal del laboratorio, disponiéndose
438
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

siempre de un excedente para el personal eventual. Es importante que quede claramente


establecida la protección que ofrecen.
- Viseras, delantales y ropa de protección específica: suelen tener un uso esporádico y pun-
tual. Deberá disponerse de un stock mínimo en un almacén centralizado y su asignación
tendrá carácter personal o no, según cada caso.

- Equipos de protección respiratoria: tendrán siempre una asignación personalizada. Las


mascarillas autofiltrantes desechables se guardarán en un almacén centralizado; pero con-
forme vayan solicitándose se considerarán de uso personalizado.

A Desechables Guantes de un solo uso

Reutilizables de asignación
B Gafas, mascarillas autotiltrantes y batas.
personal

Equipos de uso específico y esporádico. Su


Reutilizables e intercambiables con
e control general
intercambio no representa un riesgo para la salud:
delantales, mandiles, pantallas faciales.

Equipos de uso específico y esporádico. Su intercambio


Reutilizables e intercambiables con
D puede representar un riesgo para la salud: máscaras,
control específico
equipos autónomos y semiautónomos.

Clasificación de equipos de protección considerando


el carácter personalizado o no de su utilización

E) Supervisión e implantación
Es necesaria la intervención en todo el proceso, desde su elección hasta la correcta utilización
y posterior mantenimiento de los EPI, del Servicio de Prevención o de un responsable técnico de la
unidad correspondiente. Entre sus funciones deberá estar también la distribución de los distintos
equipos y el mantenimiento de un stock suficiente.

La implantación satisfactoria de un programa de gestión de equipos de protección individual


en un centro sanitario, ha de comprender, entre otros, los siguientes aspectos:

- Mantenimiento de un stock mínimo de todos los EPI, ya que cuando se requiere su utiliza-
ción no se puede recurrir a otro sistema de protección.

- Facilitar una formación e información en materia de EPI adecuada a todo el personal con ries-
go biológico. Para ello se realizarán actividades formativas e informativas en las que se darán
a conocer los diferentes equipos disponibles, tanto de uso personalizado como no, obligato-
riedad de utilización, recomendaciones y mantenimiento de los mismos.

- Todo el personal deberá conocer y disponer por escrito de un documento en el cual se


indique el número y t ipo de equipos disponibles, además de los que se entreguen perso-
nalmente, las situaciones y operaciones en las que es obligatorio su uso, las condiciones de
utilización y mantenimiento, el lugar de almacenamiento y todos aquellos procedimientos
necesarios para su gestión.

- Los equipos deben entregarse con acuse de recibo, adjuntando por escrito las instruccio-
nes de utilización cuando se considere necesario.
439
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

A fin de aumentar la eficacia en el uso de estos equipos y, por otro lado, cuando el usuario no es
un profesional experto (por ejemplo, personal en prácticas, internos, residentes) es relativamente
corriente que en los diferentes servicios haya normas que obliguen al uso permanente de ciertos
equipos, principalmente, y por este orden, guantes, gafas o mascarillas autofiltrantes. Aparte, de-
ben considerarse aquellos servicios en los que debido a los riesgos específicos existentes haya una
obligatoriedad permanente en el uso de otros equipos.
Por otro lado, y en este aspecto es importante la labor de formación e información, el personal
expuesto a riesgo biológico debe distinguir claramente entre los equipos de protección individual
y los equipos destinados a la protección del producto (paciente o muestra manipulada), ya que su
uso puede generar confusión como ocurre con el empleo de mascarillas de tipo quirúrgico, desti-
nadas a evitar contaminaciones de material estéril (protección del producto) y el uso de mascarillas
autofiltrantes desechables destinadas a evitar la exposición laboral (protección del trabajador).

7.2. Conclusiones
La correcta utilización de los EPI frente al riesgo biológico en el medio laboral sanitario como
herramienta de protección complementaria a las medidas generales de tipo higiénico, organizati-
vas, de aislamiento y vacunación, es aun hoy en día una asignatura pendiente. Sin embargo, con el
descubrimiento en los años ochenta del virus de inmunodeficiencia humana, causante del SIDA,
el personal sanitario empezó a tener conciencia del riesgo profesional que supone la exposición a
determinados agentes biológicos. Este hecho fue el detonante para que la cultura preventiva fren-
te al riesgo biológico cambiara y en consecuencia se empezaron a utilizar protecciones personales
adecuadas.
A esta situación no son ajenos una serie de aspectos que se enumeran en los siguientes puntos:
1. En el ámbito sanitario existe una marcada tendencia a confundir los equipos destinados a
evitar la contaminación del material estéril, de un producto, de una muestra o de un pacien-
te, con los destinados a la protección del trabajador, usándose aquellos como protecciones
personales frente al riesgo biológico, cuando en la mayoría de situaciones no sólo no son
eficaces, sino que provocan la sensación de falsa protección frente al riesgo. Un ejemplo
típico en este sentido es la utilización de mascarillas quirúrgicas para la protección frente la
ínhalación de un bioaerosol infeccioso.

2. No existen en el mercado comunitario EPI destinados es-


pecíficamente a este tipo de protección. En el caso de las
protecciones respirato rias, la teórica necesidad de emplear
filtros HEPA para filtrar el aire que contenga bioaerosoles pa-
rece una medida lógica desde el punto de vista preventivo;
sin embargo, ante la falta de este tipo de filtros, se vienen
empleando y recomendando filtros o mascarillas autofiltran-
tes para partículas tipo P3.
3. En la actualidad no existen guantes específicos frente al ries-
go biológico. Se cree que los guantes que protegen contra
los productos químicos, constituyen una barrera efectiva
contra los riesgos microbiológicos.
4. El uso incorrecto de la ropa y uniformes de trabajo, como sucede habitualmente, anula su
posible función de protección.
440
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

S. Algunas de las actividades que se realizan en la práctica de la asistencia sanitaria se verían


seriamente dificultadas, sino impedidas, por la utilización de los EPI adecuados al riesgo
de la situación. No sería posible, por ejemplo, el adecuado contacto en una palpación o el
diálogo con el paciente infectado. También debe considerarse el impacto que produciría a
un paciente infeccioso la aparición de personal sanitario pertrechado con EPI respiratorios
técnicamente adecuados. En estos casos debe preverse la utilización de otro tipo de barre-
ras o medidas organizativas que reduzcan en lo posible la exposición.
6. En muchos casos el riesgo no se puede eliminar completamente. La manipulación de una
jeringa con aguja es en sí misma una situación peligrosa, ya que aunque se tenga expe-
riencia y se conozca perfectamente el procedimiento y los movimientos a realizar, siempre
existirá la posibilidad de un pinchazo o una rozadura con la aguja, situación sólo eliminable
mediante la utilización de EPI específicos frente a ello, por otro lado, totalmente fuera de
lugar.
7. Deben tenerse en cuenta los aspectos subjetivos relacionados con la edad y aspecto del
paciente. Es habitual tomar medidas de protección frente a algunos pacientes (con bajo
nivel de aseo, tatuajes o mal aspecto de su vestimenta} y no utilizarlas frente a otros (niños
de corta edad o personas educadas con aspecto externo excelente}.
8. En el trato con enfermos, deben aplicarse las misma precauciones universales que al ma-
nejar muestras biológicas, es decir tratar todos los casos como si fuesen potencialmente
infecciosos para los virus de inmunodeficiencia humana, hepatitis B y hepatitis C y otros
agentes patógenos transmitidos por sangre. En estos casos la protección frente al riesgo
biológico es esencial.

8. Gestión medioambiental: contribución de las tareas


de los celadores al cuidado del medio ambiente

8.1. Salud medio ambiental


El hombre recibe la influencia del medio ambiente pero, a su vez, influye grandemente sobre
él y en ocasiones con un carácter perjudicial. Las relaciones de intercambio y equilibrio de los seres
vivos con el medio ambiente son complejas, y más aún en el caso del hombre. En la mayoría de los
seres vivos los mecanismos de adaptación al medio son genéticos (selección natural), pero el hom-
bre es capaz de dar una respuesta inteligente originando una modificación del medio para evitar
influencias peligrosas. La degradación ambiental es un ejemplo de cómo dicha capacidad puede
ser más nociva que beneficiosa.

Concepto de ecología
Proviene del griego oikos, que significa casa, lugar donde se vive. Haeckel, biólogo alemán del
siglo XIX, fue el primero que introdujo el término «ecología». La definió como «la ciencia que estu-
dia las relaciones de los seres vivientes entre sí y de éstos con el medio que los rodea». La ecología
humana sería la rama de la biología que estudia la dinámica de las interacciones entre el medio

441
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

ambiente y el hombre como individuo (autoecología), como comunidad (sinecología) o como


poblaciones (demoecología).
La nueva disciplina no es sólo una ciencia biológica, sino que está en conexión con otras cien-
cias Naturales y Humanas como son el Derecho, la Política, la Economía, la Medicina ... y hasta la
Ética y la Religión.

Concepto de medio ambiente


Según la OMS es «el conjunto de influencias externas, físicas, químicas, biológicas y sociales que
ejercen un efecto significativo y perceptivo sobre la salud y el bienestar del individuo en la comu-
nidad». En la actualidad se insiste en la creciente importancia de los factores psicosociales y socio-
culturales (drogadicción, violencia, delincuencia...) junto con los de carácter fisicoquímico (clima,
medio rural o urbano, condiciones físicas del hogar, trabajo...) y biológico (alimentos, vectores...).

Términos ecológicos
Biotipo: es el complejo inerte (suelo, aire, agua) donde se desenvuelve la vida de una comuni-
dad biótica. Comunidad biótica o biocenosis es la agrupación de seres vivos, animales o vegetales,
que viven ligados en un ambiente. El «medio natural» es el conjunto formado por un biotipo y una
biocenosis.

Biomasa: es la masa total de componentes vivos (flora, fauna y microorganismos) de un sis-


tema ecológico. Se mide en unidades de materia seca por unidad de superficie o de volumen de
biotipo (Tm/Ha, g/m3).
Ecosistema: es el conj unto formado por una comunidad de seres vivos de la misma especie o
de especies diferentes que viven en relación entre síy con el medio ambiente que les rodea.

Hábitat: es el territorio en el que una especie o grupo de especies encuentran las condiciones
de vida a las que están adaptadas.

442
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Nicho ecológico: es el lugar o residencia típica que ocupa un organismo dentro de su comu-
nidad y ecosistema.
Población: es un grupo de individuos de una misma especie que habitan un área determinada
(ej. hombres, pájaros).

Se entiende por contaminación (OMS) «la presencia en el aire, agua o suelo de factores y sus-
tancias en cantidad, concentración y un periodo de tiempo capaces de causar molestias, amena-
zar la vida o salud de las personas, animales o plantas, dañar los bienes y obstaculizar el disfrute
razonable de vidas y haciendas en las zonas afectadas por ellas». Según su naturaleza podemos
hablar de contaminantes físicos (radiaciones, ruidos, vibraciones...), químicos (plaguicidas, metales
pesados, nitritos, monóxido de carbono...), biológicos (virus, bacterias, hongos...), psicosociales y
socioculturales (delincuencia, drogadicción ...).

8.2. Contribución de las tareas de los celadores al cuidado del


medio ambiente: gestión de residuos sanitarios
En los centros sanitarios se generan constantemente residuos de todo tipo producidos en la
actividad ordinaria que se realiza en los mismos. El adecuado tratamiento de dichos residuos evita
efectos en el medio ambiente y en la salud de las personas, tanto profesionales como usuarios.

Para abordar el papel de los celadores en la gestión de los residuos sanitarios profundizaremos
en el Plan de Gestión de Residuos del Servicio Andaluz de Salud.

8.2.1. Definiciones según la Ley 22/2011, de 28 de julio, de residuos y suelos


contaminados
A los efectos de esta Ley se entenderá por:

a) Residuo: cualquier sustancia u objeto que su poseedor deseche o tenga la intención o la


obligación de desechar.

b) Residuos domésticos: residuos generados en los hogares como consecuencia de las activi-
dades domésticas. Se consideran también residuos domésticos los similares a los anteriores
generados en servicios e industrias.

Se incluyen también en esta categoría los residuos que se generan en los hogares de
aparatos eléctricos y electrónicos, ropa, pilas, acumuladores, muebles y enseres así como
los residuos y escombros procedentes de obras menores de construcción y reparación
domiciliaria.

Tendrán la consideración de residuos domésticos los residuos procedentes de limpieza de


vías públicas, zonas verdes, áreas recreativas y playas, los animales domésticos muertos y
los vehículos abandonados.

c) Residuos comerciales: residuos generados por la actividad propia del comercio, al por ma-
yor y al por menor, de los servicios de restauración y bares, de las oficinas y de los mercados,
así como del resto del sector servicios.

443
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

d) Residuos industriales: residuos resultantes de los procesos de fabricación, de transforma-


ción, de utilización, de consumo, de limpieza o de mantenimiento generados por la activi-
dad industrial, excluidas las emisiones a la atmósfera reguladas en la Ley 34/2007, de 15 de
noviembre.

e) Residuo peligroso: residuo que presenta una o varias de las características peligrosas enu-
meradas a continuación en la tabla, y aquel que pueda aprobar el Gobierno de conformi-
dad con lo establecido en la normativa europea o en los convenios internacionales de los
que España sea parte, así como los recipientes y envases que los hayan contenido.

H 1 Explosivo: se aplica a las sustancias y los preparados que pueden explosionar bajo el efec-
to de la llama o que son más sensibles a los choques o las fricciones que el dinitrobenceno.

H 2 Oxidante: se aplica a las sustancias y los preparados que presentan reacciones alta-
menteexotérmicas al entrar en contacto con otras sustancias, en particular sustancias
inflamables.

H 3-A Fácilmente inflamable se aplica a:


- las sustancias y los preparados líquidos que tienen un punto de inflamación inferior a
21 °C (incluidos los líquidos extremadamente inflamables).

- las sustancias y los preparados que pueden calentarse y finalmente inflamarse en con-
tacto con el aire a temperatura ambiente sin aporte de energía.

- las sustancias y los preparados sólidos que pueden inflamarse fácilmente tras un breve
contacto con una fuente de ignición y que continúan ardiendo o consumiéndose des-
pués del alejamiento de la fuente de ignición.

- las sustancias y los preparados gaseosos que son inflamables en el aire a presión normal.

- las sustancias y los preparados que, en contacto con el agua o el aire húmedo, despren-
den gases fácilmente inflamables en cantidades peligrosas.

H 3-B Inflamable: se aplica a las sustancias y los preparados líquidos que tienen un punto
de inflamación superior o igual a 21 °Ce inferior o igual a 55 °C.

H 4 Irritante: se aplica a las sustancias y los preparados no corrosivos que pueden causar
una reacción inflamatoria por contacto inmediato, prolongado o repetido con la piel o las
mucosas.

i; 5 Nocivo: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión o pene'i_
tración cutánea pueden entrañar riesgos de gravedad limitada para la salud.

H 6 Tóxico: se aplica a las sustancias y los preparados (incluidos las sustancias y los prepa-
rados muy tóxicos) que por inhalación, ingestión o penetración cutánea pueden entrañar
ríesgos graves, agudos o crónicos e incluso la muerte.

H 7 Cancerígeno: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, ingestión o
penetración cutánea pueden producir cáncer o aumentar su frecuencia.

H 8 Corrosivo: se aplica a las sustancias y los preparados que pueden destruir tejidos vivos
al entrar en contacto con ellos.

H 9 Infeccioso: se aplica a las sustancias y los preparados que contienen microorganismos


viables, o sus toxinas, de los que se sabe o existen razones fundadas para creer que causan
enfermedades en el ser humano o en otros organismos vivos.
444 .../...
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

.../. ..

H 10 Tóxico para la reproducción: se aplica a las sustancias y los preparados que por
inhalación.ingestión o p enetración cutánea pueden producir malformaciones congénitas
no hereditarias o aumentar su frecuencia.

H 11 Mutagénico: se aplica a las sustancias y los preparados que por inhalación, inges-
tión o penetración cutánea pueden producir defectos genéticos hereditarios o aumentar su
frecuencia.

H 12: residuos que emiten gases tóxicos o muy tóxicos al entrar en contacto con el aire, con
el agua o con un ácido.

H 13*Sensibilizante: se aplica a las sustancias y los preparados que, por inhalación o pene-
tración cutánea, pueden ocasionar una reacción de hipersensibilización, de forma que una
exposición posterior a esa sustancia o preparado dé lugar a efectos nocivos característicos.

H 14 Ecotóxico: se aplica a los residuos que presentan o pueden presentar riesgos inmedia-
tos o diferidos para uno o más compartimentos del medio ambiente.

H 15: residuos susceptibles, después de su eliminación, de dar lugar a otra sustancia por
un medio cualquiera, por ejemplo, un lixiviado que posee alguna de las características antes
enumeradas.

* En la medida en que se disponga de métodos de ensayo.

f) Aceites usados: todos los aceites minerales o sintéticos, industriales o de lubricación, que
hayan dejado de ser aptos para el uso originalmente previsto, como los aceites usados de
motores de combustión y los aceites de cajas de cambios, los aceites lubricantes, los aceites
para turbinas y los aceites hidráulicos.

g) Biorresiduo: residuo biodegradable de jardines y parques, residuos alimenticios y de co-


cina procedentes de hogares, restaurantes, servicios de restauración colectiva y estableci-
mientos de venta al por m enor; así como residuos comparables procedentes de plantas de
procesado de alimentos.

h) Prevención: conjunto de m edidas adoptadas en la fase de concepción y diseño, de produc-


ción, de distribución y de consumo de una sustancia, material o producto, para reducir:

1. La cantidad de residuo, incluso mediante la reutilización de los productos o el alarga-


miento de la vida útil de los productos.

2. Los impactos adversos sobre el medio ambiente y la salud humana de los residuos ge-
nerados, incluyendo el ahorro en el uso de materiales o energía.

3. El contenido de sustancias nocivas en materiales y productos.

i) Productor de residuos: cualquier persona física o jurídica cuya actividad produzca resi-
duos (productor inicial de residuos) o cualquier persona que efectúe operaciones de tra-
tamiento previo, de mezcla o de otro tipo, que ocasionen un cambio de naturaleza o de
composición de esos residuos. En el caso de las m ercancías retiradas por los servicios de
control e inspección en las instalaciones fronterizas se considerará productor de residuos al
representante de la mercancía, o bien al importador o exportador de la misma.

j) Poseedor de residuos: el productor de residuos u otra persona física o jurídica que esté en
posesión de residuos.
445
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

k) Negociante: toda persona física o jurídica qué actúe por cuenta propia en la compra y
posterior venta de residuos, incluidos los negociantes que no tomen posesión física de los
residuos.
1) Agente: toda persona física o jurídica que organiza la valorización o la eliminación de re-
siduos por encargo de terceros, incluidos los agentes que no tomen posesión física de los
residuos.
m) Gestión de residuos: la recogida, el transporte y tratamiento de los residuos, incluida la
vigilancia de estas operaciones, así como el mantenimiento posterior al cierre de los verte-
deros, incluidas las actuaciones realizadas en calidad de negociante o agente.

n) Gestor de residuos: la persona o entidad, pública o privada, registrada mediante autoriza-


ción o comunicación que realice cualquiera de las operaciones que componen la gestión de
los residuos, sea o no el productor de los mismos.
ñ) Recogida: operación consistente en el acopio de residuos, incluida la clasificación y alma-
cenamiento iniciales para su transporte a una instalación de tratamiento.
o) Recogida separada: la recogida en la que un flujo de residuos se mantiene por separado,
según su tipo y naturaleza, para facilitar un tratamiento específico.

p) Reutilización: cualquier operación mediante la cual productos o componentes de produc-


tos que no sean residuos se utilizan de nuevo con la misma finalidad para la que fueron
concebidos.
q) Tratamiento: las operaciones de valorización o eliminación, incluida la preparación ante-
rior a la valorización o eliminación.
r) Valorización: cualquier operación cuyo resultado principal sea que el residuo sirva a una
finalidad útil al sustituir a otros materiales, que de otro modo se habrían utilizado para cum-
plir una función particular, o que el residuo sea preparado para cumplir esa función en la
instalación o en la economía en general. En el anexo II se recoge una lista no exhaustiva de
operaciones de valorización.

s) Preparación para la reutilización: la operación de valorización consistente en la compro-


bación, limpieza o reparación, mediante la cual productos o componentes de productos
que se hayan convertido en residuos se preparan para que puedan reutilizarse sin ninguna
otra transformación previa.
t) Reciclado: toda operación de valorización mediante la cual los materiales de residuos son
transformados de nuevo en productos, materiales o sustancias, tanto si es con la finalidad
original como con cualquier otra finalidad. Incluye la transformación del material orgánico,
pero no la valorización energética ni la transformación en materiales que se vayan a usar
como combustibles o para operaciones de relleno.

u) Regeneración de aceites usados: cualquier operación de reciclado que permita producir


aceites de base mediante el refinado de aceites usados, en particular mediante la retirada
de los contaminantes, los productos de la oxidación y los aditivos que contengan dichos
aceites.

v) Eliminación: cualquier operación que no sea la valorización, incluso cuando la operación


tenga como consecuencia secundaria el aprovechamiento de sustancias o energía.

w) Suelo contaminado: aquel cuyas características han sido alteradas negativamente por
la presencia de componentes químicos de carácter peligroso procedentes de la actividad
446
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

humana, en concentración tal que comporte un riesgo inaceptable para la salud humana
o el medio ambiente, de acuerdo con los criterios y estándares que se determinen por el
Gobierno, y así se haya declarado mediante resolución expresa.

x) Compost: enmienda orgánica obtenida a partir del tratamiento biológico aerobio y termó-
filo de residuos biodegradables recogidos separadamente. No se considerará compost el
material orgánico obtenido de las plantas de tratamiento mecánico biológico de residuos
mezclados, que se denominará material bioestabilizado.

8.2.2. Clasificación de los residuos en el Plan de Gestión de Residuos del


Servicio Andaluz de Salud
8.2.2.1. Residuos no peligrosos
La producción de residuos urbanos y asimilables a urbanos se ha incrementado de forma con-
siderable en los últimos años, siendo ésta una tendencia general en todos los países europeos.

Esta tendencia está motivada por los cambios sustanciales producidos en una sociedad con
mayor capacidad de consumo, a la que se le ofrecen una mayor variedad y cantidad de productos
cada vez más sofisticados, más complejamente presentados y envasados que se convierten en re-
siduo una vez ha finalizado su uso.

Evidentemente los centros sanitarios no son ajenos a esa tendencia. En ellos se producen gran
cantidad de residuos difíciles de reciclar, en un principio no sólo por su composición, sino sobre
todo por su cantidad.
Es importante que se entienda que, cada recurso natural y/o material utilizado (alimentos,
agua, suelo, madera, combustibles, materiales, etc.) está limitado tanto por sus fuentes como por
las formas de desecharlo.
La excesiva generación de residuos, y especialmente de envases, se ha convertido en uno de los
principales problemas ambientales, colmatando los vertederos y contaminando el aire, el suelo y el
agua. La aparición en el mercado de envases de un solo uso y su consumo en grandes cantidades
ha creado en pocos años una situación límite.
Por ello se impone la recogida selectiva de residuos como una actividad positiva y necesaria
frente al aumento creciente del volumen de residuos urbanos y asimilables como tal que se gene-
ra. El objetivo que persigue es separar y recuperar la mayor cantidad posible de materiales que se
desechan y disminuir, por tanto, el volumen de residuos que son depositados en vertederos.
Las actividades de valoración y eliminación de residuos urbanos y asimilables más habituales son:

- Compostaje y vertido de residuos urbanos.

- Valorización de residuos plásticos y de envases.

- Tratamiento, recuperación y eliminación de residuos inertes.

- Valorización de lodos procedentes de estaciones depuradoras de aguas residuales


(EDAR).

- Valorización de metales férreos y no férreos.

- Valorización de papel y cartón.


447
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Valorización de vidrio.
- Valorización de aceites y grasas.
- Valorización de neumáticos.
- Valorización de Vehículos Fuera de Uso (VFU).

Grupo l. Residuos generales asimilables a urbanos

Los residuos que se generan fuera de la actividad asistencial de los Centros Sanitarios que no
precisan medidas especiales en su gestión. Coinciden con los residuos urbanos o municipales. Por
tanto son residuos como: restos de comidas, alimentos y condimentos que se generen en cocinas,
plantas de hospitalización, comedores, cafeterías; embalajes, mobiliario en desuso, jardinería, col-
chones, papelería generados en áreas administrativas, de mantenimiento, almacenes y muelles de
carga y desea rga, etc.

Se hace n ecesaria una recogida selectiva de todos estos residuos al objeto de facilitar su nueva
entrada en la cadena de producción.

Ejemplos de residuos urbanos generados en Centros Sanitarios:

Urbanos reciclables Tipos de materiales reciclable

Residuos de comida (orgánicos) Utilizados para preparar compost

Utilizados para preparar compost,


Residuos de jardín y poda
combustible biomasa

Ropa, calzado y textiles Susceptibles de aprovechamiento

Utilizados para hacer jabón y combustible


Aceites y grasas vegetales
biomasa

Baterías y acumuladores sin sustancias


Potencial para recuperar metales
peligrosas

Residuos de equipos eléctricos y electrónicos Potencial para recuperar componentes

Suelo, asfalto, hormigón, madera, cartón de


Residuos de construcción y demolición
yeso, grava, etc. ..

Chatarra Potencial para recuperar metales

Papel y cartón Periódicos, papel y empaquetamiento

Plásticos (PET, PE, PVC, PP, PS y OTROS) Botellas, bidones, bolsas, envolturas

Vidrio Botellas y recipientes de vidrio blanco,

Latas, bienes de línea blanca, cobre, plomo,


Metales (Acero y Aluminio)
etc.

Materiales de empaquetamiento, palets y


Madera, Muebles
restos de madera

Envases de zumos, agua, vinos, salsas y


Briks y envases
productos lácteos

448
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOSCELADORES 11111

Grupo 11. Residuos sanitarios asimilables a urbanos

Se entienden como tal los residuos que se producen como consecuencia de la actividad asis-
tencial y/o de investigación asociada, que no están incluidos entre los considerados como residuos
sanitarios peligrosos, al no reconocérseles peligrosidad real ni potencial, según los criterios cientí-
ficamente aceptados.

Se incluyen en este grupo: restos de curas y pequeñas intervenciones quirúrgicas, bolsas de


o rina vacías y empapadores, recipientes desechables de aspiración vacíos, yesos, sondas, pañales y,
en general, todos aquellos cuya recogida y eliminación no ha de ser objeto de requisitos especiales
para prevenir infecciones.
Asimismo, se incluyen también en este grupo todo el material que habiendo estado contami-
nado se haya tratado específicamente para su descontaminación y/o est erilización, bien en insta-
laciones generales, o bien en los autoclaves o cualquier otro sistema que, a tal efecto estén instala-
dos en los laboratorios de microbiología o de cualquier otra especialidad en la que se trabaje con
agentes infecciosos.

Se incluyen en este apartado los residuos procedentes de Hemodiálisis provenientes de pa-


cientes no contaminados por virus VHC, VHB y VIH.

8.2.2.2. Residuospeligrosos
Es el residuo que presenta una o varias de las características peligrosas enumeradas en el apar-
tado 8.2.1., y aquel que pueda aprobar el Gobierno de conformidad con lo establecido en la norma-
tiva europea o en los convenios internacionales de los que España sea parte, así como los recipien-
tes y envases que los hayan contenido.

Estos residuos, contienen sustancias que pueden representar un peligro para el medio ambien-
te, la salud humana o los recursos naturales.

Tener clasificados los residuos, además de ser una obligación legal, es el mejor camino para que
los residuos tengan el tratamiento más adecuado. Para llevar a cabo la clasificación de los residuos,
se dispone de tres herramientas, que se pueden utilizar de forma complementaria:

- Fichas de datos de seg uridad de los productos que han intervenido en la formación de los
residuos.

- Lista Europea de Residuos (LER).

- Caracterización analítica por laboratorio externo.

En la mayoría de los casos, recurriendo a las dos primeras herramientas, se puede conseguir
clasificar, razonadamente, un determinado residuo. Por ello, el primer paso será consultar las fichas
de seguridad de los productos, que han intervenido en la generación del residuo, e identificar al
residuo dentro de la List a Europea de Residuos. En el caso, de que a través de est as herram ientas
no se consiga información concluyente, se recurrirá a una caracterización analítica del residuo por
un laboratorio.

8.2.2.3. Etiquetado de los residuos


Los recipientes o envases que cont engan residuos peligrosos, deberán estar etiq uetados de
forma clara, leg ible e indeleble, al menos en la lengua española.

449
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

En la etiqueta deberá figurar:

- El código de identificación del residuo, según el sistema de identificación, que se describe


en los Reales Decretos 833/ 1988 y 952/1997.

- Nombre, dirección y teléfono del titular del residuo.

- Fecha de envasado. Esta fecha se anotará en el momento que se completa el llenado del
recipiente e indica el comienzo del almacenamiento. El tiempo de almacenamiento de los
residuos peligrosos, por parte de los productores, no podrá exceder de 6 meses.

- La naturaleza de los riesgos que presenta el residuo.

La etiqueta se fijará firmemente sobre el envase y se anularán las anteriores, que pudiera llevar
el mismo, pues podrían inducir a error. El tamaño de la etiqueta será, como mínimo, de 1O x 1Ocm,
y no se necesitará, en el caso de que ya aparezcan marcadas las inscripciones en el envase.
Para indicar la naturaleza de los riesgos, deberán imprimirse en las etiquetas los pictogramas
correspondientes, según las características de peligrosidad de los residuos, representados en negro
sobre fondo amarillo-naranja.
En el caso de que se asignara a un residuo más de un indicador de riesgo, se tendrán en cuenta
los siguientes criterios:
- La obligación de poner el indicador de riesgo de residuo tóxico, hace que sea facultativa la
inclusión de los indicadores de riesgo de residuo nocivo y corrosivo.

- La obligación de poner el indicador de riesgo de residuo explosivo, hace que sea facultativa
la inclusión de los indicadores de riesgo de residuo inflamable y comburente.
Los contenedores utilizados en el almacenamiento intracentro, contarán con las mismas eti-
quetas que los recipientes en ellos contenidos.

8.2.2.4. Residuos peligrosos de origen sanitario


Definimos a este tipo de residuos como aquellos directamente asociados a la actividad
asistendal.
Grupo III A. Residuos peligrosos sanitarios

Son los producidos en la actividad asistencial y/o de investigación asociada, que conllevan al-
gún riesgo potencial para los trabajadores expuestos o para el medio ambiente, siendo necesa rio
observar medidas de prevención en su manipulación, recogida, almacenamiento, transporte, tra-
tamiento y eliminación.

Infecciosos:

Son todos aquellos residuos que puedan transmitir las infecciones relacionadas en la tabla si-
guiente y que se catalogan como Residuos del Grupo III A "Residuos Peligrosos Sanitarios".
En general los residuos biosanitarios difícilmente se pueden considerar como contaminantes del
medio ambiente, ya que el número de microorganismos que pueden contener, no es superior al
de las basuras urbanas.

450
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOSCELADORES 11111

Infecciones Residuos contaminados


Fiebres hemorrágicas víricas

Fiebre de Congo-Crimea, de Lassa, Marburg,


Ebola, Argentina {Jun in), Bolivia na (Machupo},
Todos
Complejos encefalíticos trasmitidos por artrópodo
vectores (arbovirus)

Brucellosis Pus

Difteria faringea Secreciones respiratorias

Difteria cutánea Secreciones de lesiones cutáneas

Cólera Excretas

Material contaminado con: sa ngre, LCR y tejidos


Encefalitis de Creutzfeldt-Jacob
de infectividad alta

Muermo/Borm Secreciones de lesiones cutáneas

Tularémia pulmonar Secreciones respiratorias

Tularémia cutánea Pus

Ántrax cutáneo Pus

Ántrax inhalado Secreciones respiratorias

Peste bubónica Pus

Peste pneumónica Secreciones respiratorias

Rabia Secreciones respiratorias

FiebreQ Secreciones respiratorias

Tuberculosis activa Secreciones respiratorias

Infecciones que precisen aislamiento de contacto


(Colitis pseudomembranosa, conjuntivitis aguda Residuos procedentes de la localización de la
viral, infecciones por residuos microorganismos infección, en caso de ser sistémica todos los
mu ltirresistentes, infecciones emergentes)

Agujas y otro material punzante y/o cortante:

Se trata de cualquier objet o cortante y/o p unzante utilizado en la actividad sanitaria y haya
estado en contacto con fluidos corpora les, con independencia de su origen.

Son fundamentalmente: Agujas, lancetas, p ipetas, hojas de bisturí, portaobjetos, cubreobjetos,


t ubos capilares y ot ros tubos de vidrio...

Cultivos y reservas de agentes infecciosos:

Residuos de actividades de análisis o experimentación microbiológica:

Cultivos de agentes infecciosos que hayan estado en contacto directo con ellos (placas de
Petri, hemocultivos, extractos líquidos, caldos, instrumental contaminado, filtros de campa-
na de flujo laminar, etc.).

451
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Reservas de agentes infecciosos. Se incluyen en este apartado los residuos procedentes de


la diálisis de pacientes con virus VHC, VHB y VIH.

En el caso de que dichos cultivos y/o reservas de agentes infecciosos sean sometidas a
tratamiento de descontaminación y/o esterilización, pueden ser considerados y eliminados
como Residuos del Grupo 11 "Residuos Sanitarios Asimilables a Urbanos''.

Residuos infecciosos de animales de experimentación:


Cadáveres, partes del cuerpo y otros restos anatómicos, camas de estabulación y cualquier otro
material contaminado procedente de animales de experimentación que hayan estado inoculados
con los agentes infecciosos responsables de las infecciones señaladas en el cuadro anexo al apar-
tado de infecciosos.

Nota: La mayor parte de los animales de experimentación no han sido previamente infectados,
como es el caso de los que se utilizan para cirugía. Por tanto los residuos asociados con los mismos
no han de ser clasificados como residuos peligrosos.

Vacunas vivas y atenuadas:


Viales y jeringas con restos de la vacuna y las vacunas caducadas.

Nota: Las vacunas inactivadas no suponen riesgo biológico y serán elim inadas como Residuos
del Grupo 11 "Residuos Sanitarios Asimilables a Urbanos"
Sangre y hemoderivados en forma líquida:
Recipientes que contengan sangre o hemoderivados, u otros líquidos biológicos en cantidades
mayores a 100 mi. Se trata siempre de líquidos, en ningún caso de materiales manchados o que
hayan absorbido estos líquidos. Pequeñas cantidades de sangre o líquidos pueden ser vertidos al
desag üe.

En el caso de orina, ésta ha de ser vertida al desagüe y el recipiente que la contuvo tratarse
como residuos del Grupo 11.

Nota: Es importante que el vertido por el desagüe se haga con especial precaución, de forma
que se eviten al máximo las salpicaduras y la formación de aerosoles. Por lo tanto, si el recipiente
con líquido biológico es difícil de abrir, no se ha de intentar agujerearlo o forzarlo, sino que se ha de
eliminar. como Residuo sólido del Grupo IIIA. "Residuo Peligroso Sanitario''.

Residuos anatómicos:
Son restos anatómicos que, por su entidad, no se incluyen en el ámbito de los regulados por el
Decreto 95/2001, de 3 de abril, Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria, de la Consejería de Salud
de la Junta de Andalucía.

Grupo 111.B. Residuos químicos y citostáticos

Dent ro de la clasificación, generalmente acept ada, para los residuos generados en Centros
Sanitarios, se encuentra el Grupo 111.B. En este grupo, se incluyen los siguientes tipos de residuos
sometidos a la legislación específica de residuos peligrosos:

· a) Residuos de medicamentos citotóxicos y citostáticos


El término residuo citostático abarca a todos los restos de medicamentos anticancerosos
no aptos para su uso terapéutico y a todo aq uel material sanitario de un solo uso que haya
estado en contacto con el fármaco ya sea en su preparación (viales, filtros, bolsas...) en la
452
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES IJIII

protección del manipulador (mascarillas, guantes, batas...) o en la administración a los pa-


cientes (agujas, jeringas, gasas...), además las excretas de los pacientes que han recibido
tratamiento con citostáticos.

Todos estos materiales contaminados, o potencialmente contaminados, deben seguir un


proceso de eliminación de forma que no resulten nocivos ni para las personas ni para el
medio ambiente.

Las principales fuentes de producción son:


- Restos que quedan en el vial o ampollas sin utilizar.

- Material desechable utilizado en la manipulación para conseguir un producto apto para


su administración.

- Mezclas intravenosas no administradas por circunstancias diversas.

- Medicamentos caducados.
- Productos provenientes de derrames y extravasaciones.

- Excretas.
Atendiendo al grado de contaminación se pueden clasificar:

- Material muy contaminado: como medicamentos caducados, y restos de ampollas, via-


les o sueros reconstituidos cuyo contenido sea igual o superior al 3% de su contenido
en peso de citostáticos.

- Material poco contaminado: el no incluido en el apartado anterior, como agujas, jerin-


gas, ampollas y viales vacíos, guantes, etc.

Por su procedencia, los lugares donde habitualmente suelen generarse mayor cantidad de
residuos son:

- El Servicio de farmacia: en él, normalmente, suele ubicarse la preparación centralizada


de los fármacos citostáticos. Es el responsable de dictar normas y elaborar procedimien-
tos respecto al almacenamiento, preparación, identificación, estabilidad, circulación,
administración y control del buen uso de los medicamentos.

- El Hospital de día: suele encargarse de la administración de los medicamentos anti-


neoplásicos. A veces suelen realizarse reconstituciones ocasionales.

- Unidades de internamiento: en hospitales monográficos y en hospitales con gran nú-


mero de camas suelen ubicarse en unidades específicas de internamiento.

- Residuos domiciliarios: cada vez más frecuentemente se tratan con estos fármacos a pa-
cientes en régimen ambulatorio, con lo que el domicilio del paciente se ha convertido
en un nuevo lugar de producción de este tipo de residuo.

Principios de eliminación

Evitación de residuos. Producción centralizada.


El primer principio en el manejo de residuos es evitar el propio residuo. En este punto, la
producción centralizada de las preparaciones medicamentosas juega un papel crucial. Con
ello se consigue ajustar al máximo el número de viales y ampollas necesario para las pre-
paraciones intravenosas. Facilita un mejor conocimiento y aprendizaje de los manipulado-
res, favorece la instauración de circuitos de detección de errores lo que conlleva una mejor
453
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

calidad del producto temÍ.i nado y un aumento en la segur'idad de los técnicos sanitarios.
En resumen, añadir mediante la producción centralizada se conseguiría un ahorro en los
costes y una mejor gestión de los residuos.

La ubicación de la unidad centralizada vendrá determinada por las circunstancias concretas


de espacio y funcionalidad del establecimiento sanitario, pero su responsabilidad debiera
de recaer sobre los servicios de farmacia por ser ellos los responsables de su adquisición,
almacenaje, preparación y distribución de estos medicamentos.

Otra posible fuente producción de residuos citostáticos son las zonas de almacenamiento
debido a las posibles roturas y derrames, debiendo seguirse una serie de recomendaciones
al respecto:
Los medicamentos citostáticos deben almacenarse en el Servicio de Farmacia dependiente
del establecimiento sanitario. En las unidades de hospitalización y en el Hospital de Día no
deben acumularse medicamentos citotóxicos salvo los de administración inmediata. El per-
sonal responsable de su almacenaje debe recibir instrucción apropiada sobre los peligros
de los fármacos citotóxicos, manipulación manejo correcto y procedimientos para solven-
tar posibles roturas y derrames.

Se deben diseñar dispositivos que prevengan roturas en el almacenamiento d e fármacos


citotóxicos y limitar la extensión de las fugas.

Las áreas de almacenamiento de fármacos citotóxicos deben estar separadas del resto de
medicamentos, incluyendo las refrigeradas, y claramente identificadas.

En el caso de su uso en Atención Primaria, los residuos serán retirados de los domicilios de
los pacientes envasados convenientemente. Estos envases se desecharán posteriormente
en los lugares adecuados en los distintos Centros en las mismas condiciones que el resto de
residuos peligrosos hasta su retirada definitiva por el gestor autorizado.

Protocolo de derrames de productos citotóxicos

Kit de derrames de citotóxicos

- Cantidades suficientes de papel absorbente (o polvo), gasas o toallas absorbentes, me-


jor si están impregnados de sustancias absorbentes como alginatos.

- Dos pares de guantes de polivílino o neopreno.

- Calzas para zapatos, gafas protectoras y bata.

- Mascarillas protectoras desechables para polvo, vapores y aerosoles.

- Dos bolsas de residuos citostáticos claramente etiquetadas.

- Cantidad apropiada de solución alcalina o lejía.

- Botellas de agua para eventuales irrigaciones

- Recogedor y escobillas desechables

454
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Procedimiento a seguir en caso de derrames:

En caso de derrame de material citostático en cualquier área que no sea el interior de una
cabina citotóxicos el procedimiento es el siguiente:

- Sacar el contenido del kit y colocarse la mascarilla, bata desechable de baja permeabili-
dad, gafas de seguridad, gorro, calzas y dos pares de guantes

- Limitar el área del derrame: colocar gasas o paños, mejor si están impregnados de sus-
tancias absorbentes (alginatos), para cubrir el líquido del derrame y dejar que se em-
pape. Si hubiese polvo en el derrame estas medidas se extremarán ya que el peligro de
aerosoles es mucho mayor, para minimizarlo se colocará una gasa o paño y sustituir por
procederemos a mojar mojamos con precaución esta gasa para que el polvo se disuelva
y se absorba.

- Con ayuda de gasas, introducir los residuos en bolsas de plástico, de color rojo y de galga
400, cerrarlas con grapas y echarlas al contenedor.

- Limpiar el suelo contaminado, utilizando la fregona y el cubo reservado para este uso, en
primer lugar con agua jabonosa. Después verter lejía concentrada en la zona contamina-
da y fregar posteriormente con solución de lejía diluida.

- Desechar el material empleado en la bolsa de residuos citostáticos.

- Todo el material contaminado deberá disponerse en unas bolsas de plástico resistentes,


de galga 400, la cual permita el almacenamiento seguro de estos residuos e impida su
rotura (sobre todo por objetos punzantes como agujas o trozos de vidrio). Las bolsas
deben de estar rotuladas de forma que adviertan que el material que contienen está
contaminado con citostáticos. Dichas bolsas se almacenarán en un contenedor rígido
desechable hasta proceder a su eliminación final.

- En el caso del uso de contenedores de un solo uso no se hace necesario el envasado


previo en bolsas.
En ocasiones si el derrame es de gran dimensión podrían utilizarse sustancias neutrali-
zantes. Pero esta práctica no está exenta de riesgo por tratarse de productos químicos
irritantes, cuyo manejo inadecuado, o eventual rotura del envase que lo contiene, podría
dar lugar a lesiones en los manipuladores. Para que la neutralización sea efectiva es ne-
cesario un tiempo idóneo de contacto que excede el tiempo prudencial de solución de
un problema por derrame. Otro inconveniente es que existen lagunas de conocimiento
sobre la toxicidad de los productos resultantes de la neutralización. Además, los agentes
neutralizantes tienen caducidad y periódicamente habría que reponerlos con una nueva
fabricación lo que aumentaría la probabilidad de accidente en los técnicos preparadores
ya que son sustancias irritantes y corrosivas.

- Por todo ello no parece aconsejable distribuir pequeñas muestras de agentes neutrali-
zantes en el kit de derrame que se localizan en las unidades clínicas donde se realizan
la administración de los medicamentos citostáticos. Si debe figurar en el protocolo de
derrame la consigna de que ante la ruptura o derrame de un preparado citostático, debe
llamarse lo antes posible al Servicio de Farmacia, que evaluará la conveniencia o no de
un tratamiento con agentes neutralizantes.

455
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Consideraciones a tener en cuenta en la Gestión de Citostátic~s:


Cuando las agujas puedan contener restos de fármacos citostáticos, los contenedores no
deben de incorporar ningún artilugio mecánico para desprenderlas, ya que es posible que
restos de fármaco en ellas contenidos accedan al ambiente o a la zona trabajo.
Estos residuos no se han de acumular en las habitaciones de los enfermos ni en zonas don-
de se realicen actividades directas con los enfermos.

Los residuos han de contenerizarse lo antes posible para evitar accidentes inesperados o
contaminación imperceptible a los ojos del manipulador.

Los envases se retirarán tan pronto se llenen, evitando su acumulación en las zonas de
generación.
El personal involucrado en la retirada debe estar en conocimiento de los riesgos que con-
lleva su labor y tendrán que estar equipados con los medios técnicos que sean necesarios
para su tarea habitual y para los casos de contaminación accidental.
Un caso particular dentro de la recogida sería el procedimiento en la recogida de residuos
provenientes de derrames y roturas. Para toda esta operación, deberá disponerse en todas
las unidades de producción de residuos citostáticos de un kit de derrames con un protocolo
de actuación.

Tratamiento de las excretas:


Se debe tener presente que una fracción variable de los fármacos se eliminan del organis-
mo humano sin alteración, y que en muchas ocasiones sus metabolitos poseen actividad
citotóxica, pudiendo ser esto especialmente importante cuando se administran dosis altas
de estos medicamentos. El tiempo de eliminación de un fármaco es variable en función de
su farmacocinética, dosis aplicada y vía de administración. Por ser potencialmente tóxicas,
las excretas de estos pacientes deberán ser manipuladas con precaución y se eliminarán
diluidas en gran cantidad de agua.

Tratamiento de las excretas de pacientes con TT0 citóstatico

Se.debe tener presente que una fracción variable de los fármacos se eliminan del orrga-
nismo humano sin alteración, y que en muchas ocasiones sus metabolitos poseen actividad
citotóxica, pudiendo ser esto especialmente importante cuando se administran dosis altas de
estos medicamentos. El tiempo de eliminación de un fármaco es variable en función de su far-
macocinética, dosis aplicada y vía de administración. A continuación se documenta los tiempos
de eliminación de distintos fármacos citostáticos.

Las excretas deberían de recibir el mismo proceso de eliminación que el resto de residuos
citostáticos, pero razones de factibilidad hacen que actualmente sea muy complejo cumplir con
lo recomendado. Como mínimo, debe disponerse de baños dotados de un sistema que permita
el lavado continuo o bien disponer de un sistema de evacuación independiente y dirigido a un
colector para materiales peligrosos hospitalarios, con arqueta de registro. Sin embargo, deben
dictarse unas normas para que el personal sanitario tome medidas de protección, como en el
caso general de la manipulación de citostáticos, llevando dobles guantes de látex, bata imper-
meable, mascarilla y gafas de protección cuando exista riesgo de salpicadura, y evitando todo
contacto cuando se estén manipulando estas excretas. Si no es posible tratar las excretas con
un neutralizante específico, serán abocados al desagüe diluidos con una gran cantidad de agua.

456
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOSCELADORES 11111

Cuando se utilicen las excretas para la determinación de pruebas analíticas, la recogida, al-
macenamiento y manipulación deberá realizarse con especial precaución.

La lencería de pacientes que hayan recibido tratamiento citostático en las últimas 48 horas y
que esté muy contaminada con excret as y vómitos se desecharán en las bolsas destinadas a los
contenedores de residuos citostáticos. Si esta lencería estuviera poco contaminada se colocará
en unas bolsas de material lavable y éstas, a su vez, en unas bolsas impermeables identificadas.
Una vez en la lavandería, tras retirar la bolsa impermeable, se sumergirán en lejía y posterior-
mente se procederá al lavado habitual. El personal directamente en contacto con la lencería
deberá ir protegido con guantes de látex y bata.

b) Residuos de origen químico

Medicamentos desechados

A pesar de no ser considerados como residuos peligrosos (salvo los citotóxicos) serán so-
metidos a una recogida selectiva. Aquí se incluyen tanto los medicamentos caducados en
sentido estricto, como los restos de medicamentos o aquellos que se hayan alterado por
cualquier causa. El medicamento definido como toda sustancia medicinal, y sus asocia-
ciones o combinaciones, destinadas a su utilización en el hombre o en los animales con
propiedades para prevenir, diagnosticar, tratar, aliviar u curar enfermedades, puede llegar
a producir efectos perj udiciales para el medio ambiente si sus componentes se llegaran a
mezclar con el resto de los residuos domésticos.
Si bien es cierto que hay medicamentos con un comportamiento inocuo con el entorno, la
relación de aquellos que son potencialmente peligrosos puede ser extensa.

El comportamiento de los medicamentos, o restos de ellos, si fueran considerados como


residuo urbano o doméstico sería cuanto menos incierto, ya que sus componentes tende-
rían a pasar al ciclo natural pudiendo ocasionar efectos negativos a la salud humana y al
ambiente.

Tipo de medicamentos a recoger


Con todo lo referido anteriormente en la gestión de residuos de los medicamentos están
implicados los siguientes tipos:
- Medicamentos cad ucados.

- Medicamentos en mal estado:

* Termolábiles que no hayan conservado la cadena de frío (en su cartonaj e aparece el


símbolo*·
* Aquellos carentes de identificación necesaria sobre su contenido, dosificación, lote
y fecha de caducidad.
* Jarabes, gotas óticas, colirios, etc. .. en los que no conste su fecha de apertura.

- Restos de medicamentos no administrados a los pacientes.

Residuos líquidos

Como los residuos de fijador, revelador o sim ilar generados en Radiología y desinfectantes
a base de aldehídos (glutaraldehido, formaldehído, etc), así como otros residuos peligrosos
que, pudiendo generarse en actividades sanitarias, no son específicos de las mismas, tales
como aceites usados y disolventes, productos químicos desechados o similares.
457
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Mercurio

Procede, no rmalmente, de la rotura o retirada de diversos instrumentos de medida (termó-


metros, tensiómetros de pared, etc.). También las pilas "botón"y algunas lámparas son fuen-
tes de mercurio residual, (incluidas en el grupo V). Desde el año 2009 prohibida la utilización
de este productos en instrumentos de medida.
Residuos de Productos Químicos

Se considerarán en este g rupo, de forma genérica, aquellos residuos, líquidos o sólidos, pro-
cedentes de productos químicos que por su composición sean catalogados corno sust an-
cias peligrosas y generados en cua lquier proceso de la actividad asistencial, exceptuando
los considerados en el Grupo V.

Recipientes y envases

Se consideran residuos peligrosos los recipientes y envases que hayan contenido sustan-
cias peligrosas, por lo tanto, aquellos que hayan contenido residuos del Grupo 111.B se debe-
rán considerar como tales.

Residuos de laboratorio

Con objeto de facilitar su gestió n, los residuos químicos, generados en los laboratorios, se
pueden clasificar como sigue:

- Reactivos de laboratorio. Actualmente, el volumen de los reactivos, empleados en los


laboratorios de los Centros Sanitarios, ha disminuido considerablemente con el empleo
de las nuevas técnicas automatizadas.

- Disolventes halogenados. Se entiende por tales, los productos líquidos orgánicos que
contienen más del 2% de algún halógeno. Se trata de productos muy tóxicos e irritantes
y, en algún caso, cancerígenos. También se incluyen en este g rupo, las mezclas de di-
solventes halogenados y no halogenados siempre que el contenido en halógenos de la
mezcla sea superior al 2%. Ejemplos: Cloroformo, Cloruro de rnetileno, Tetracloroet ileno,
Dicloroetano y Tetracloruro de carbono.

Disolventes no halogenados. Aquí se incluyen los líq uidos orgánicos inflamables, que
contengan menos de un 2% en halógenos. Son productos inflamables y tóxicos y, entre
ellos, se pueden citar los alcoholes, aldehídos, amidas, cetonas, ésteres, glicoles, hidrocar-
buros alifáticos, hidrocarburos aromáticos y nitrilos. Ejemplos: Metano!, Etanol, Tolueno,
Xileno y Acetona. Es importante, dentro de este grupo, evitar mezclas de disolventes que
sean inmiscibles, ya q ue la aparición de fases diferentes dificulta el tratamiento posterior.

- Disoluciones acuosas. Son soluciones acuosas de productos orgá nicos e inorgánicos.


Se trata de un grupo muy amplio y, por eso, es necesario establecer d ivisiones y subdi-
visiones, ya sea para evitar reacciones de incompatibilidad o por requerimiento de su
tratamiento posterior:

* Soluciones acuosas inorgánicas: soluciones acuosas básicas, corno las de hidróxido


sód ico o hidróxido potásico, soluciones acuosas de metales pesados (níq uel, plata,
cadmio, selenio, etc.), soluciones acuosas de cromo VI y otras soluciones acuosas
inorgánicas, entre las que se pueden incluir las de sulfatos, fosfatos y cloruros.

* Soluciones acuosas orgánicas o de alta Demanda Química de Oxígeno (DQO): solu-


ciones acuosas de colorantes, soluciones de fijadores orgánicos, como formol y fenal
y mezclas agua/disolvente. Ejemplos: Efluyentes de cromatografía y metanol/agua.
458
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

- Ácidos. Corresponden a este grupo, los ácidos inorgánicos y sus soluciones acuosas
concentradas (más del 10% en volumen). Debe tenerse en cuenta que su mezcla, en
función de la composición y concentración, puede producir alguna reacción quími-
ca peligrosa, con desprendimiento de gases tóxicos e incremento de la temperatura.
Ejemplos: Ácido clorhídrico, ácido nítrico y ácido sulfúrico.

- Aceites. Este apartado, engloba los aceites minerales derivados de operaciones de


mantenimiento y, en su caso, de baños calefactores.

- Sólidos. Se clasifican en este grupo los productos químicos en estado sólido, de natura-
leza orgánica e inorgánica, y el material desechable contaminado con productos quími-
cos. No pertenecen a este grupo los reactivos puros obsoletos o caducados, en estado
sólido. Ejemplos: Parafina, carbón activo o gel de sílice impregnados con disolventes
orgánicos y sales de metales pesados.

- Especiales. A este grupo pertenecen los productos químicos, sólidos o líquidos, que,
por su elevada peligrosidad, no deben ser incluidos en ninguno de los otros grupos, así
como los reactivos puros obsoletos o caducados. Estos productos no deben mezclarse
entre sí ni con residuos de los otros grupos. Ejemplos: Peróxidos, magnesio metálico
en polvo, hidruro de litio, borohidruro sódico, metales alcalinos (sodio y potasio), com-
puestos polimerizables (isocianatos, epóxidos, etc.), tet raóxido de osmio, mezcla crómi-
ca, cianuros, sulfuros y compuestos no identificados.

- Mezclas. Aquellos residuos sanitarios que como consecuencia imprescindible o nece-


saria de la actividad sanitaria sean una mezcla de residuos sanitarios de varios grupos,
tendrán la siguiente consideración:
* Los residuos sanitarios que incluyan residuos radiactivos tendrán la consideración
de residuos radiactivos.

* Los residuos sanitarios que incluyan residuos de medicamentos citotóxicos o citos-


táticos y todo el material utilizado en su preparación o en contacto con los mismos
(incluyendo los filtros de alta eficacia de las campanas de flujo laminar) tendrán la
consideración de residuos citotóxicos y citostáticos.
•· Los residuos sanitarios de naturaleza química distintos de los señalados en los dos
apartados anteriores y que incluyan residuos del grupo 111.a, (como por ejemplo, los
restos anatómicos conservados en formol u otro producto químico), tendrán simul-
táneamente la consideración de residuos de los

* Estos residuos se Grupos 111.A y 111.B. etiquetarán simultáneamente conforme a lo dis-


puesto para los residuos de los Grupos 111.A y 111.B. Asimismo, en su etiqueta deberá
indicarse, junto con las características de peligrosidad que le sean propias por ser
del grupo 111.b, la característica de residuo infeccioso (H9). El tratamiento que se apli-
que a estos residuos, debe garantizar la completa eliminación de sus características
de peligrosidad.

Mención aparte merecen las sustancias clasificadas como cancerígenas y/o mutagénicas,
que se deben recoger separadamente, ya que el trabajo con este tipo de sustancias y, en
consecuencia, con sus residuos, está regulado por los Reales Decretos 665/1997 y 349/2003,
que tratan sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la
exposición a agentes cancerígenos o mutágenos durante el trabajo. En ellos se indica la
necesidad de"disponer de medios que permitan el almacenamiento, manipulación y trans-
porte seguros de los agentes cancerígenos o mutágenos, así como para la recogida, alma-
459
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

cena mient o y eliminación de residuos, en particular mediante la utilización de recipientes


herméticos etiquetados de manera clara, inequívoca y legible, y colocar señales de peligro
claramente visibles, de conformidad todo ello con la normativa vigente en la materia''. Estos
residuos recibirán el mismo tratamiento que se aplica a los de medicamentos citotóxicos y
citostáticos. Ejemplo: Bromuro de etidio.

Grupo IV. Residuos radiactivos

las características propias de este tipo de instalacio nes está la amplia va riedad de isótopos y
rango de actividades que se utilizan; el número y tipo de usos y usuarios diferentes, y el hecho de
que la radiactividad es un componente auxiliar de la actividad primaria.

En las IIRR se producen cantidades no despreciables de materiales residuales con contenido


radiactivo y resulta necesario ordenar este proceso, poniendo especial atención en la seg regación,
caracterización y documentación, si se desea después realizar una gestión óptima de los mismos.

La gestión de estos materiales contaminados, así como la de las propias fuentes cuando han
dejado de ser útiles, debe llevarse a cabo con arreglo a los principios generales de protección radio-
lógica, a la normativa vigente y a las recomendaciones de la Guías de Seguridad del CSN. Son nece-
sarias medidas para minimizar las dosis que, por esa causa, puedan recibir los trabaj adores de la ins-
talación o el público en general. Además, según lo previsto en los artículos 49 a 57 del Reglamento
sobre Protección Sanitaria contra Radiaciones Ioniza ntes, toda evacuación de efluentes y residuos
radiactivos ha de someterse a un estricto control, requiriendo autorización expresa del Ministerio
correspondiente, previo informe del CSN, y se ajustará a los límites y condiciones que en la m isma
se establezcan atendiendo a las características de la práctica. La solicitud de autorización debe
contener estudios adecuados relativos al vertido de efluentes radiactivos al medio ambiente y a la
capacidad de recepción de contaminantes radiactivos de la zona en función de sus características.

Se pretende en este apartado proporcionar una guía práctica para la gestión de los materiales
residuales con contenido rad iactivo generados en las insta laciones radiactivas en función de su
caracterización radiológica, de forma que se salvaguarden las cond iciones debidas de seg uridad y
protección radiológica, al tiempo que se garantizan la m inimización de la producción de residuos,
y la elección de las vías más adecuadas de eliminación. De esta manera, se puede establecer el
modo óptimo de gestión desde el momento en que se generan, y mediante la segregación inicial,
encauzélr su destino final ya sea por la vía convencional o a través de ENRESA. El contenido de la
guía está pensado para su aplicación de la manera más sencilla posible en las instalaciones. Por ello,
se ha distinguido por un lado la gestión de los materiales residuales sólidos y por otro la gestión de
efluentes (líq uidos y gases).

El ámbito de aplicación se circunscribe a las instalaciones radiactivas de 2• y 3• categoría de


ámbito sanitario, y en particular a las pertenecientes al Servicio Andaluz de Sal ud.

Vías de gestión por la instalación


Desde el punto de vista radiológico se pueden distinguir diferentes vías de evacuación para los
materiales residuales con contenido radiactivo:

1. Gestión convencional: cuando no se requiere consideración especial alguna desde el p unto


de vista del riesgo radiológico. Aquí se incluyen los materiales residuales o residuos cuyo
contenido radiactivo esté por debajo de los valores establecidos por la autoridad compe-
tente y los originados en aquellas instalaciones donde la actividad que se maneja, de acuer-
do con la legislación española, no precisa autorización.

460
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Dentro de este tipo de gestión se puede realizar:

- Gestión como residuos urbanos.

- Gestión como residuos tóxicos en caso de existir en el residuo otros riesgos como pu-
dieran ser biológicos, químicos, etc.

- Reutilización del material, como se realiza en general con la ropa de cama y del pacien-
te, procedente de los tratamientos de terapia metabólica.

2. Gestión por empresa autorizada en manipulación y tratamiento de residuos radiactivos:


ENRESA es la encargada de la retirada de este tipo de residuos y su posterior gestión en
España.

Se tratan así los materiales residuales con características radiológicas tales que no se pue-
den eliminar por la vía convencional. En este caso la instalación establece un contrato con
ENRESA en el que se definen los aspectos administrativos y técnicos que se precisan para la
retirada del residuo radiactivo.

En el caso particular de las fuentes encapsuladas cuando ya no son útiles en la instalación


por diversas causas, tales como pérdidas de hermeticidad o deterioro, baja actividad para
su fin o, simplemente, porque se sustituye por otra técnica o cesa su funcionamiento, la vía
de gestión principal es la devolución al suministrador, siempre que ello sea posible.

Gestión de materiales residuales sólidos con contenido radiactivo


"Fases de la gestión"

Desde un punto de vista organizativo y teniendo en cuenta la cronología de la gestión, pode-


mos dividir ésta en las siguientes cuatro fases:

1. Segregación. Inicialmente deberemos separar los materiales residuales con contenido ra-
diactivo de aquellos que no lo contengan. Ya considerados únicamente los materiales con
contenido radiactivo, llevaremos a cabo su segregación teniendo en cuenta, como mínimo,
su estado físico, su naturaleza fisicoquímica y su periodo de semidesintegración.

De esta forma, podemos establecer al menos los siguientes grupos:

Sólidos contaminados no putrescibles, sólidos contaminados putrescibles, fuentes radiacti-


vas ·encapsuladas y sólidos radiactivos.

2. Caracterización. Dado un material residual sólido con contenido radiactivo, y conocido el


radionucleido que contiene, para establecer qué vía de evacuación seguiremos con él, ne-
cesitamos caracterizarlo desde el punto de vista radiológico; esto es, conocer su actividad y
a partir de ella, su actividad específica por unidad de masa.

3. Almacenamiento. Una vez caracterizados los residuos, para todos aquellos que, por superar
los valores de actividad referidos anteriormente, no puedan ser eliminados de forma in-
mediata como basura convencional, se deberá disponer de una zona de almacenamiento,
en la que permanecerán bien a la espera de que transcurra el tiempo necesario para ser
considerados residuo no radiactivo, bien a la espera de ser retirados por el suministrador o
por empresa autorizada (ENRESA).

Previo al almacenamiento, cada contenedor de material residual (bolsa, contenedor, reci-


piente plástico, ...) deberá quedar etiquetado con su identificación, en la que se incluirán los
siguientes datos:

461
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Radionucleido/s.

- Actividad medida o estimada en la fecha de cierre.

- Actividad específica en la fecha de cierre.

- Tipo de residuo.

Instalación de procedencia.
- Tasa de dosis en contacto y/o distancia igual o superior a 0,5 m, indicando en el seg un-
do caso la di stancia de medida.

- Fecha de cierre.

- Fecha prevista de evacuación.

Las condiciones que deben reunir los almacenes son:


- Lugar seguro (poco t ránsito, bajo riesgo de incendio o inundación, fácil de controlar su
acceso).
- Lo más cercano posible a la zona de generación de residuos. • Con la capacidad necesa-
ria para garantizar el almacenamiento de todos los residuos durante el tiempo necesa-
rio previo a la evacuación.
- Construido tanto el almacén, como los depósitos concretos en que se depositarán los
residuos, con el blindaje necesario que garantice la no superación de límites de dosis
aplicables en las zonas contiguas.

Los materiales de superficies y suelos deben ser lisos, sin juntas y fácilmente desconta-
minables.

Deben disponer de sistema de protección contra incendios, y de sistema de ventilación


cont rolada (al menos en los casos en que puedan producirse gases o aerosoles).

- El espacio disponible estará compartimentado con el objeto de almacenar separados


los distintos tipos de residuos. Como mínimo se separarán, en ubicaciones (nichos,
depósitos, pozos, ...) distintas: los residuos a retirar por Enresa, los residuos que serán
evacuados por los suministradores y los residuos que tras periodo de enfriamiento se
eliminarán como convencionales.
Dentro de este último grupo se puede establecer una seg regación basada en los perio-
dos de semidesintegración, con el fin de reduc,. al mínimo los tiempos necesarios de
enfriamiento.
En cualquier caso, una vez decidido el número de subgrupos que se considerarán, para
cada uno se dispondrá de al menos dos depósitos o pozos, de forma que, en cada momen-
to, uno permanecerá abierto para la recepción de residuos al tiempo que el otro permanece
cerrado con los residuos ya almacenados y a la espera de que transcurra el t iempo de enfria-
miento establecido.
El procedimiento a seguir para el almacenamiento es el siguiente:
El traslado de material radiactivo al almacén, la recepción y su distribución en el mismo,
se realizará por personal autorizado, que previo a la ubicación del material en el lugar del
almacén destinado al efect o, comprobará el correcto etiquetado de la bolsa o recipiente.

462
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOS CELADORES 11111

Al tiempo, se procederá a cumplimentar el Libro que se establezca (Libro Diario de la


Instalación, Libro específico de almacén de residuos, ...) consignando los siguientes datos
de registro:
- Identificación del contenedor.

- Instalación de procedencia.

- Radionucleido/s.

- Actividad y actividad específica por unidad de masa, y fecha de su determinación.

- Tipo de residuo.

- Tasa de dosis en contacto y a distancia definida (mayor o igual a 0,5 m), indicando ésta.

- Fecha de cierre del contenedor.

- Fecha de entrada en el almacén.

- Fecha y vía prevista de evacuación.

- Otros riesgos asociados al contenedor (bio lógico, químico, ...).


- En el caso de las fuentes y sólidos radiactivos, se deberán archivar los certificados de
calibración.
4. Evacuación. Transcurrido el tiempo necesario de enfriamiento, o bien llegada la fecha com-
prometida con la empresa suministradora o gestora de residuos, se podrá proceder a la
evacuación del material residual.
En cualquiera de los casos:

- Se deberá disponer de documentación justificativa de la existencia de un receptor (ges-


tor autorizado) del material, que certifique la adecuada gestión de los residuos en las
etapas subsiguientes.
- Previamente a la sala de la instalación:

* Se realizará una inspección visual de los residuos a evacuar, con el fin de comprobar
la adecuada segregación de los mismos.
* Se comprobarán los niveles de radiación y/o contaminación del material residual,
con el objeto de garantizar que no ha habido errores en los pasos previos de la ges-
tión de residuos. En caso de superación de los valores referidos en el apartado 1.3.
de este documento, se suspendería la evacuación y se procedería a la pertinente
investigación.

* Para evacuación convencional, se eliminará cualquier señalización indicativa de ra-


diactividad que pudiera dar lugar a alarma social innecesaria.

- Se cumplimentará el registro de evacuación de materiales residuales, en el que debe


quedar reflejado al menos:

* Radionucleido contaminante.
* Actividad específica por unidad de masa, y fecha de su determinación (excepto para
fuentes y sólidos radiactivos).

463
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1
* Actividad total en fecha de calibración y calculada en fecha de evacuación (fuentes
y sólidos radiactivos).

* Controles radiológicos p revios a evacuación (tasa de dosis en superficie o a distan-


cia, medidas de contaminación radiactiva,...).

* Fecha de evacuación.
* Vía de evacuación e identificación de receptor de material residual.

* Persona responsable.

Gestión de efluentes
En las instalaciones radiactivas médicas, se generan líquidos que contienen rad ionucleidos,
como consecuencia del uso de fuentes no encapsuladas. Parte de esos líquidos procede de activi-
dades de laboratorio y otra parte va asociada a la eliminación de excretas por los propios pacientes
a quienes se han administrado sustancias radiactivas.

La gestión de estos líquidos contaminados debe llevarse a cabo teniendo en cuenta los siguien-
tes aspectos de los contaminantes: solubilidad en agua, concentración de los diversos radionuclei-
dos, periodo de semidesintegración de los radionucleidos presentes y la gestión más conveniente
se puede determinar en función de los aspectos anteriores.
El destino final de estos residuos será su descarga al sistema de alcantarillado o su evacuación
como residuo radiactivo, efectuándose la decisión en base a los criterios siguientes:

Los líquidos contaminados con radionucleidos hidrosolubles se descargarán al sistema general


de efluentes convencionales del establecimiento sanitario directamente o después de un tiempo
de "enfriamiento" que reduzca la concentración del radionucleido por debajo de niveles aceptables
de acuerdo con el condicionado de autorización de las instalaciones.

Se evacuarán como residuos radiactivos los líquidos orgánicos insolubles en agua o aquellos
hidroso lubles que por su concentración de actividad y características no puedan ser descargados
después de un tiempo razonable de enfriamiento al sistema general de alcantarillado del estable-
cimiento sanitario.

"Fases de la gestión"

Será principio básico el minimizar la cantidad de residuos líquidos contaminados generada. Las
normas y procedimientos pertinentes afectan a las sucesivas fases de gestión: segregación, valora-
ción de actividad, etiquetado, almacenamiento, verificación y evacuación.

1. Caracterización y segregación. El diseño de la instalación debe permitir y favorecer: la se-


paración de los efluentes líquidos de los sólidos, la separación de los efluentes líquidos con
contenido radiactivo de aquellos sin él y la separación, según su naturaleza, de los efluentes
líquidos con contenido radiactivo, en función de su vía de gestión.

La instalación dispondrá de sistemas adecuados para la recogida y canalización de los re-


siduos radiactivos líquidos, y procedimientos para su segregación. Será preciso separar las
vías de eliminación de aquellos que puedan evacuarse directamente de los que necesitan
un tiempo de decaimiento.

Normalmente será posible descargar directamente los residuos de muchas técnicas de aná-
lisis "in vitro" y los residuos y excretas procedentes de las exploraciones "in vivo" de medicina
nuclear, que contienen radionucleidos de periodo muy corto, principalmente Tc-99m.

464
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALESEN LOS CELADORES 11111

En otros casos, será necesario almacenar durante un cierto tiempo los residuos procedentes
de las excretas de pacientes tratados con actividades relativamente altas y radionucleidos
de periodo de semidesintegración más largo, especialmente el 1-131. Estará siempre ope-
rativo un sistema independiente de recogida de estos residuos, dotado de los depósitos
adecuados para su retención durante el tiempo preciso. Para aquellos líquidos, cuya vía de
evacuación final sea la retirada por una empresa autorizada la segregación se hará teniendo
en cuenta los criterios de aceptación de dicha empresa.

2. Valoración de la actividad. Se estimará la concentración de actividad en todos los líquidos


real o potencialmente contaminados que se produzcan en la instalación y para aquellos
cuya vía de eliminación sea la evacuación como residuos radiactivos, no será admisible su
mezcla con material inactivo para reducir la concentración.

Cuando se realiza la descarga directa a la red de alcantarillado se efectuará vigilancia y con-


trol periódicos que garanticen que la concentración de radionucleidos se mantiene por
debajo de los umbrales establecidos, de acuerdo a un procedimiento redactado que con-
tenga al menos el método de estimación, la descripción de los equipos de medida, el lugar
de la misma y los responsables de su ejecución.
En el caso de los líquidos que precisen retención durante un cierto tiempo para reducir su
concentración a valores aceptables, se dispondrá de un sistema de depósitos específico
sometido al control de la concentración de actividad.
3. Almacenamiento. Los depósitos para el almacenamiento de residuos líquidos durante el
tiempo necesario para la reducción de su actividad, así como los contenedores en que se
conserven los residuos líquidos cuyo destino final es la retirada por una empresa autori-
zada, se ubicarán en uno o varios almacenes específicos. El almacén, o almacenes, d eben
situarse próximos al lugar o a los lugares de producción. Siempre que sea posible, se dise-
ñarán de forma que la transferencia de los líquidos contaminados se produzca de manera
automática y por gravedad. Se reducirá al mínimo la manipulación para evitar la innecesaria
exposición de personas a la radiación y la probabilidad de contaminación. La zona donde
se encuentren será clasificada y señalizada como zona controlada con riesgo de irradiación
externa y de contaminación.
4. Evacuación. Para todos los líquidos que se descarguen a la red de desagüe general, ya sea
directamente en el momento de su producción o después de un tiempo de d ecaimiento,
los criterios de evacuación serán los mismos. Es decir, deben adecuarse a los principios ge-
nerales de protección radiológica y, en particular, han de ser tales que se garantice que las
dosis recibidas por los miembros del público estarán por debajo de los límites legalmente
establecidos.
Mientras el Organismo Regulador (Consejo de Seguridad Nuclear) no establezca otros crite-
rios, las descargas de efluentes líquidos al sistema de alcantarillado deberán cumplir:

El material liberado estará en forma soluble en agua o será material biológico fácilmen-
te dispersable.
- La actividad total de material radiactivo vertida al alcantarillado público durante un año
no superará los 1OGBq para el 3H, 1 GBq para el 14C y la suma de las actividades de los
restantes radionúclidos será inferior a 1 GBq.

La concentración de actividad en el punto final de vertido a la red general de alcanta-


rillado no superará, en cada descarga, los límites de concentración obtenidos al dividir

465
11111 CELADORES DEL SERVICIOANDALUZ DE SALUD

1
los límites de i nco rporación por ingestión para el grupo de edad "mayor de 17 años';
entre la tasa de ingestión de agua para el individuo adulto, 600 l.

- Si se descarga más de un radionúclido, la suma de las fracciones obtenidas al d ividir el


valor de concentración de cada radionúclido por el correspond iente límite de concen-
t ración, no superará la unidad.

En el caso de que los residuos líquidos deban ser gestionados como residuos radiactivos,
los controles a efectuar en la instalación, previamente a su evacuación, serán consensuados
con la empresa gestora y deberán archivarse en la instalación los correspondientes albara-
nes de retirada con indicación expresa en el Diario de Operación.

S. Verificaciones de control. A fin de garantizar que la gestión de los residuos líquidos se efec-
túa adecuadamente, se seguirá un programa de verificaciones periódicas en el que se in-
cluirán todas las fases de la gestión. Se incluirán en el mismo los indicadores de aceptación
adecuados a cada fase de la gestión y el procedimiento contendrá el método a seguir, la
periodicidad, las personas encargadas de su ejecución, los criterios cualitativos y cuan-
titativos de aceptación, los registros adecuados, así como el tratamiento de las posibles
desviaciones.

6. Gases radiactivos. Cuando se utilicen gases radiactivos, como el 133Xe, la habitación en que
se usen estará dotada de sistemas de extracción colocados a la alt ura adecuada (en caso del
xenón, a nivel del suelo) de forma que la concentración vertida al exterior no haga que se
superen los límites de dosis establecidos para miembros del público.

La manipulación de líquidos radiactivos para su fraccionamiento se hará en cabinas cerra-


das con sistema de extracción de gases con filtro de ca rbón activo. Los filtros usados serán
gestionados como residuos sólidos.

Grupo V. Residuos peligrosos de origen no sanitario

Aquellos residuos que teniendo la calificación de peligrosos son generados en las llamadas
actividades de soporte de los Centros Sanitarios. Incluye: Aceites lubricantes usados, pilas (Ni/Cd
o Hg), Baterías, Filtros bactericidas, envases vacíos de disolventes, aceites, pinturas, barnices y pro-
ductos de limpieza, etc.

8.2.2.5. Gestión de residuosen centros sanitarios


La gestión de los residuos es el conjunto de las medidas necesarias con garantías técnicas, de
prevención de riesgos, econó micas y ambientales para la identificación, segregación, envasado,
almacenamiento, transporte y tratamiento de los desechos producidos en los Centros Sanitarios.
Es necesario tener siempre presente el criterio de minimización de residuos como punto de partida
de cualquier proceso encaminado a la gestión de los mismos.

El documento en el que se p lasma esta gestión en el centro es el Procedimient o Específico de


Gestión de los Residuos, como parte de la documentación del Sistema de Gestión Ambiental del
centro. En él se concretarán las directrices emanadas de este Plan de Gestión de Resid uos del SAS,
aplicadas a unas instalaciones concretas.

La Gestión lntracentro hace referencia a aquella parte de la Gestión de Residuos q ue se lleva


a cabo específicamente en los Centros Sanitarios. Esta Gestión ha de estar basada en criterios de
protección de la salud de trabajadores, pacientes y usuarios.

466
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOSCELADORES 11111

Es necesario que en todas las fases de esta etapa estén presentes los conceptos de minimiza-
ción, asepsia, inocuidad y economía. La gestión intracentro se realiza siguiendo las directrices de
los Procedimientos Específicos de Gestión de los Residuos. Cuando menos ha de contener: lugares
de producción, segregación y envasado, circuitos de transporte y condiciones de almacenamiento.

Todos los centros han de llevar un exhaustivo control de la producción pormenorizada por
lugares o servicios de producción.

Segregación y envasado
La segregación en origen es el punto de partida de todo el proceso. Ésta, asegura un adecuado
tratamiento posterior del residuo. Resulta evidente que para realizar una adecuada segregación
es impresci ndible una adecuada formación en la materia de todo el personal que esté vinculado
al proceso de producción del residuo. De igual manera, el centro debe adaptar su infraestructura
para la correcta segregación en origen sin que se mezclen los residuos de cada uno de los grupos.
Es importante que en cada área de trabajo se determinen los criterios de segregación dependiendo
de su actividad.

Las soluciones más adecuadas tendrán que basarse en una segregación estricta y normalizada
de los residuos, de tal modo que reduzca, en lo posible, la cantidad de aquellos que requieran un
tratamiento más exigente, manteniendo al mínimo los niveles de riesgo.

El envasado de los residuos se realizará con los criterios siguientes:

Grupo 1:
Se recogen en bolsas de color negro que cumpla la norma UNE 53-147-85, con galga mínima
200, preferentemente de material reciclado.

Los residuos urbanos de características especiales (poda, construcción, mobiliario, etc.) se re-
cogerán en adecuadas condiciones para contenerización y entrega al gestor según la naturaleza
del residuo.

Grupo 11:
Se recogen en bolsas de color marrón que cumpla la norma UNE 53-147-85, con galga mínima
200, preferentemente de material reciclado.

Grupo 111:
La segregación en origen de los residuos del grupo 111 es uno de los puntos más importantes en
la gestión de los residuos en un Centro Sanitario, ya que éstos, por su riesgo asociado, requieren de
una rigurosa gestión intracentro así como de un transporte y tratamiento diferenciados externos
al Centro.
- Grupo 111.A.:
Se recogen en bolsas de color rojo que cumpla la norma UNE 53-147-85, con galga míni-
ma 400, preferentemente de material reciclado y en contenedores reutilizables o de un
solo uso (en ese caso no será necesaria el uso de la bolsa), de color verde, elaborados con
material que garantice su total eliminación, rígidos, impermeables, resistentes a agentes
químicos y a materiales perforantes y que dispongan de un cierre provisional que garantice
su estanqueidad hasta su llenado y de un cierre hermético definitivo.

Los residuos considerados como M.E.R. (Material Específico de Riesgo) serán envasados
siguiendo las directrices oportunas que en cada caso se dicten, en contenedores de idén-
ticas características que los anteriores de color azul en el que además de los pictogramas
467
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

correspondientes al tipo de material que se trate, vendrán con una etiqueta adherida con
la leyenda incineración, indicando el destino final al que necesariamente han de ser so-
metidos, quedando expresamente prohibido cualquier tipo de reciclaje o recuperación de
dichos residuos (a excepción de la valorización energética), así como la compactación de
los mismo con carácter previo a su tratamiento.
Los residuos cortantes y punzantes se recogerán previamente en contenedores específicos
de las mismas características y cuya tapa esté dotada de un mecanismo adecuado de des-
activación de los dispositivos dotados con elementos cortantes o punzantes insertados en
forma de lanza o roscadas.

La consideración de que determinados residuos han de ser considerados como M.E.R. es


exclusiva de la Dirección General de Asistencia Sanitaria del SAS.

- Grupo 111.8.:
Para la recogida de los residuos de citostáticos se utilizará contenedor de un solo uso o
reutilizable, de color rojo, elaborado con material que garantice su total eliminación, rígido
impermeable, resistente a agentes químicos y materiales perforantes y que dispongan de
un cierre provisional que garantice su estanqueidad hasta su llenado y un cierre hermético
definitivo. El contenedor se identificará con el pictograma de "residuo citostático'~
Los residuos químicos líquidos (Xilol, Formol) así como otros residuos peligrosos líquidos
(Líquidos procedentes del revelado de placas radiográficas, restos de desinfectant es, etc,)
se recogerán en garrafas especialmente diseñadas y homologadas para el trasporte de
mercancías peligrosas por carretera.
En general, los residuos químicos sólidos pertenecientes a este grupo, excluidos los cito-
tóxicos, se recogerán en contenedores amarillos con una reseña sobre el contenido de los
mismos.

Los residuos de restos anatómicos mezclados en formol, procedente de los Laboratorios de


Anatomía Patológica, se etiquetarán como se define en el apartado "mezclas"y serán elimi-
nados en contenedor amarillo con una leyenda "restos anatómicos conservados en formol''.

El resto de residuos generados por la actividad asistencial pertenecientes a este grupo se-
rán recogidos en contenedores apropiados a la naturaleza del residuo, siguiendo lo indica-
i:Jo en el siguiente cuadro resumen.
Aquellos residuos no contemplados en esta clasificación se envasarán en contenedores
apropiados a la naturaleza del residuo. Aquellos recipientes que contengan residuos en es-
tado de gas comprimido, licuado o disuelto a presión, han de cumplir la legislación vigente
en la materia.

Grupo IV:

Por su especificidad se definen en el apartado correspondiente.

Grupo V:

Dada su heterogeneidad, los residuos de este grupo se contenerizan en función de sus distintas
presentaciones finales.
Los colores de las bolsas que se utilizan en la gestión de residuos no peligrosos son: Negra y
Marrón Los colores de los contenedores que se utilizan en la gestión de residuos son: Verde, Azul,
Amarillo, Negro y Blanco

468
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALES EN LOSCELADORES 11111

Los envases a utilizar son:

Contenedores destruibles de 250 c. (Para cortantes y punzantes)

Contenedores destruibles de 1 litro (Para cortantes y punzantes)

Contenedores destruibles de 3 litros (Para cortantes y punzantes)

Contenedores destruibles de 5 litros (Para cortantes y punzantes)

Contenedores destruibles o reutilizables de 60 litros de color Verde

Contenedores destruibles de 60 litros de color Blanco

Contenedores destruibles de 60 litros de color Azul

Contenedores destruibles o reutilizables de 60 litros de color Verde

Contenedores destruibles o reutilizables de 60 litros de colo r Rojo

Contenedores destruibles o reutilizables de 60 litros de colo r Amarillo

Contenedores destruibles o reutilizables de 60 litros de color Negro

Garrafas de destruibles de 25 litros de color Blanco

Sacos Big- Bag de 1 m 3

Usos:

- Contenedor destruible o reutilizable de color Verde:"Residuo Infeccioso". Grupo lila.

- Contenedor destruible de color Azul: "Restos de Animales" con etiqueta interna indicando
el tipo de residuo Residuos considerados de Material Específico de Riesgo Sanitario (M.E.R.).

La eliminación de Contenedores Azu les siempre se hará por incineración.

- Contenedor destruible o reutilizable de color Rojo"Residuo Citotóxico''.

- Contenedor destruible o reutilizable de color Amarillo:

* "Envases Reactivos de laboratorio" con etiqueta interna indicando el tipo de residuo.

* .''Envases vacíos contam inados" con etiqueta interna indicando el tipo de residuo.

* " Restos pequeños Anatómicos conservados en Formol" con etiqueta interna ind icando
el tipo de residuo.

- Contenedor destruible o reutilizable de color Negro:

.,. "Absorbentes, filtros y t rapos contaminados" (Grupo V) con etiqu eta interna indicando
el tipo de residuo.

- Garrafas destruib les Blancas:

* "Disolventes No Halogenados" con etiqueta interna indicando el tipo de residuo

* "Líquidos procedentes de reveladoras" con etiqueta interna indicando el tipo de resi-


duo.

* Otros Residuos peligrosos líquidos con etiqueta interna indicando el tipo de residuo.

- Sacos Big-Bag:.. " Envases vacíos voluminosos" procedentes de lavandería, cocinas, manteni-
miento, etc.
469
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

8.2.2.6. Recogida transporte y almacenamiento


Los Centros Sanitarios han de tener claramente identificados sus puntos de producción de re-
siduos. Éstos, tanto los considerados peligrosos como los no peligrosos, se han de retirar desde los
distintos puntos de producción con una periodicidad adecuada. A excepción de algunos residuos
peligrosos de origen no sanitario, se recomienda una recogida, cuando menos, diaria y siempre que
las circunstancias así lo aconsejen.

En general, el transporte interno se realizará mediante carros, en los que se cargarán los enva-
ses de distintas procedencias y se trasladarán a través de circuitos prefijados. Estos carros no serán
destinados a otro fin y sus paredes deben de ser lisas y de fácil limpieza y desinfección. Además,
deberán de circular cerrados, disponiendo para ello de un dispositivo de cierre adecuado.

Uno de los mayores riesgos del transporte de residuos reside en la manipulación en su carga
y descarga, así como en su transporte por el personal encargado de esa labor. Por ello, se tomarán
las siguientes precauciones:
- Los envases, especialmente las bolsas de plástico, no deben arrastrarse por el suelo, sino
que el carro deberá ser acercado lo máximo posible hasta el lugar de recogida.

- Cuando sean envases perforables (bolsas de plástico), el personal de limpieza deberá co-
gerlos por arriba y mantenerlos suspendidos alejados del cuerpo, a fin de evitar accidentes
causados por residuos punzantes o cortantes mal envasados.

- Bajo ningún concepto se harán trasvases de residuos entre envases.

- El personal de limpieza deberá usar guantes que impidan el contacto directo de la piel con
los envases y que protejan de posibles accidentes traumáticos.

- La precaución más importante es que los envases estén convenientemente cerrados.

8.2.2.7. Almacenamiento temporal


Es importante que aquellos Centros con una importante producción de residuos, cuenten con
una zona de almacenamiento temporal, muy especialmente si el traslado de los mismos al almacén
final no es inmediato a la recogida.

La zona destinada a tal fin deberá estar convenientemente señalizada, en lugares cercanos a
los puntos de producción, con una adecuada ventilación y con los residuos convenientemente
envasados. Sus paredes han de ser de fácil limpieza y su ubicación no podrá coincidir con circuitos
limpios o zonas de tránsito de personal y/o usuarios.

En cualquier caso, el almacenamiento en esas zonas no deberá exceder de las 12 horas.

8.2.2.8. Almacenamiento final


Tanto el almacenamiento de residuos, propiamente dicho, como las instalaciones necesarias
para el mismo, deberán cumplir con la legislación y normas técnicas que les sean aplicables.

En general, el tiempo de almacenamiento de los residuos peligrosos, por parte de los producto-
res, no podrá exceder de 6 meses. En el caso de residuos del grupo 111.a. la periodicidad de recogida
será de 48-72 horas. Igualmente, este plazo no será de aplicación en aquellos centros sin bloque
quirúrgico y con una producción de residuos peligrosos inferior a 100 Kg./mes.
470
PREVENCIÓN DE RIESGOS LABORALESEN LOSCELADORES 11111

Para el correcto almacenamiento de residuos peligrosos, se tendrán en cuenta las siguientes


recomendaciones de almacenamiento, siempre que la instalación lo permita:

El loca l, preferentemente, deberá estar impermeabilizado, como mínimo, hasta una altura de 2
metros y diseñado con material y forma que faci lite su limpieza. Estará protegido de la intemperie,
de las temperaturas elevadas y de los animales.

Adecuada ventilación e iluminación. Para almacenamientos interiores, se deberá contar con


ventilación natural o forzada, con obj eto de evitar la acumulación de vapores peligrosos.
La alt ura máxima de apilamiento, de envases apoyados directamente unos sobre otros, vendrá
determinada por la resistencia del propio envase y la densidad de los residuos almacenados. Los
recipientes estarán protegidos contra los riesgos que provoquen su caída, rotura y derrame del
contenido.
Los productos peligrosos no deben almacenarse nunca en estanterías altas, por el riesgo que
supone una caída accidental.

Asimismo, las zonas de almacenamiento estarán separadas de la red de saneamiento, median-


te cubetos de seguridad u otras formas de separación, para evitar contaminación de eventuales
vertidos.
Los almacenes de resid uos peligrosos deberán situarse en zonas sepa radas de las áreas de tra-
bajo, circulación de personas o almacenamiento de aliment os, y donde se reduzcan, al mínimo, los
riesgos por posibles emisiones, fugas, incendios, explosiones e inundaciones.

Limitar la cantidad de residuos almacenados, con el fin de evitar riesgos.

Llevar un inventario actualizado de las cantidades almacenadas, para no excederse del período
máximo de almacenamiento.
Ubica r las zonas de almacenamiento, en lugares que permitan el acceso a los vehícu los de re-
cogida, así como el movimiento del personal de seguridad y bomberos, en casos de emergencia.

El almacén permanecerá cerrado y contará con una señalización, en lugares y formas visibles,
alusiva al almacenamiento de residuos y a la peligrosidad de los mismos. Únicamente se permi-
tirá el acceso al personal autorizado. Han de cumplir la legislación vigente de protección contra
incendios.
Periódicamente, es conveniente realizar observaciones sobre las cond iciones de almacena-
miento, para detectar la presencia de fugas o emanaciones, que delaten un incorrect o envasado
de los residuos.
Deberá haber diferentes áreas de almacenamiento para cada tipo de residuo peligroso, es-
pecialmente en el caso de incompatibilidad fisicoquímica y para evitar la mezcla de residuos va-
lorizables con aquellos que puedan d ificultar su valorización, en caso de vertidos o situaciones
accidentales.
Los distintos tipos de residuos, se almacenarán teniendo en cuenta las incompatibilidades en-
tre sustancias peligrosas.

Las mencionadas características no son de aplicación en aquellos almacenes destinados a con-


tener residuos de origen no san itario y/o residuos peligrosos, igualmente no serán de aplicación
en aquellos centros sin bloque quirúrgico y con una producción de residuos peligrosos inferior a
100 Kg./mes.

471
Plan de emergencias ante
un posible incendio. Medidas
preventivas. ,onceptos
básicos. Medios técnicos de
protección. Equipos de Pirimera
Intervención (E.P.I.),
sus funciones.
Actuaciones a realizar

1. Introducción
2. Los planes de emergencia. Conceptos básicos. Medidas preventivas
3. Medios técnicos de protección
4. Actuaciones aadoptar en caso de incendio
S. Seguridad en los centros sanitarios. Actuación de los Celadores
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1. Introducción
Como señala la Nota Técnica de Prevención (NTP) 045 -Plan de Emergencia contra Incendios-
del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT}, se debe partir del hecho de que
la multitud de variables que confluyen en un plan de emergencia contra incendios, imposibilita el
diseño de un plan tipo que sirva para todas las situaciones y actividades. Sin embargo, se pueden
establecer las pautas y principios básicos que deben seguirse en el diseño de cualquier plan, para
que tenga posibilidades de éxito. Se exponen a continuación:

1.1. Organización contra incendios


Los planes de emergencia son una parte de la gestión empresarial del riesgo de incendio. La
organización contra incendios tiene dos obj etivos:
- Minimizar el número de emergencias contra incendios.

- Controlar con rapidez las emergencias para que sus consecuencias sean mínimas.
Ante una determinada sit uación de riesgo, el plan o planes de emergencia contra incend ios,
pueden ser enunciados como la planificación y organización humana para la ut ilización óptima
de los medios técnicos previstos, con la finalidad de reducir al máximo las posibles consecuencias
económicas y humanas de la emergencia.

1.2. Tiempo de actuación


En caso de emergencia se realizan toda una serie de acciones para limitar sus consecuencias:
evacuar, intentar la extinción con medios propios, avisar a bomberos, etc. Una de las claves en
el éxito de dichas acciones es tener presente que cualquier acción que vaya a t omar, implica un
tiempo de retardo, durante el cual la emergencia se ha desarrollado y su cont rol se hace cada vez
más difícil.
Los tiempos de detección, alarma y evacuación forman eslabones de una cadena. La cadena
puede romperse por el eslabó n más débil y en ese caso el plan fallará. Antes de alcanzar el punto
de intervención transcurrirá un tiempo invertido en detectar el incend io, alarmar a las personas
que vayan a intervenir y en que dichas personas se preparen y preparen los medios apropiados.

1.3. Funciones o acciones y variables


Dependiendo de las variables que confluyan en el riesgo, existe toda una gama de acciones que
se pueden adoptar. Para su mej or compresión se relacionan de forma no exhaustiva, conforme las
expone la NTP 045 mencionada:

Posibles variables:

1. Gravedad de la emergencia:
- Falsa alarma.

474
1
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

- Conato de incendio.
- Incendio grave.

- Gran emergencia.

2. Efectivos propios disponibles:

- A turno completo.

- Turno limitado.

- Por la noche.

- Periodos especiales: festivos, vacaciones, etc.

3. Ayudas exteriores (Bomberos o empresas vecinas):

- Dotación.

- Calidad.

- Tiempo de intervenció n.

4. El coste económico de las posibles pérdidas.

5. Tipo de ocupación.

- Numerosa (por ejemplo, oficinas).

- lnorganizable (por ejemplo, g randes almacenes, y salas de espectáculos).

- lnevacuable (por ejemplo, hospitales y cárceles).

6. Medios técnicos de que se dispone: extintores, equipos d e manguera, detección automática,


alarmas, extinción fija, etc.

l. Ubicación de la emergencia:

- Zona sectorizada.

- Lugar d e difícil acceso (por ejemplo, sótanos o plantas en altura).


475
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Instalaciones peligrosas alrededor.


- Vecinos a los que hay que avisar (por ejemplo, industrias, en edificios de viviendas).
- Etc.

Posibles acciones a desarrollar:

1. Valorar la gravedad de la emergencia.

2. Luchar contra el fuego con extintores.


3. Luchar contra el fuego con equipos de manguera.

4. Avisar a ayudas externas.

S. Recibir ayudas externas e informarles.


6. Evacuar.

7. Asistir a heridos.
8. Bajar ascensores a planta baja.
9. Avisar a cierto personal de la empresa (por la noche).
1O. Reaprovisionamiento de material contra incendios.
11. Impedir la entrada a curiosos.

12. Contactos con la prensa, etc.


Dependiendo de las variables del riesgo, deben decidirse las acciones a emprender en cada
caso. Es lógico que en una empresa pequeña que se vacíe por la noche, protegida por extintores,
el plan de emergencia quede reducido a pocas funciones: de día, intentar extinguir y si no evacuar,
avisar a bomberos, recibirlos e informarlos y en todo caso avisar a los posibles vecinos.
De cualquier forma, en todos los casos puede establecerse una cadena lógica que permita el
diseño de la emergencia:
1. Establecimientos de las variables temporales (día, noche, festivos, etc.) y de los medios hu-
manos disponibles en cada caso.
2. Establecimiento de las funciones o acciones prioritarias a cubrir en cada caso en función de
las variables: riesgo, ocupación, etc.
3. Inventario de los medios técnicos disponibles.

476
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

4. Diseño del proceso temporal a seguir para cada acción: quién lo va a hacer, cómo se le avi-
sará, cómo y con qué lo hará.
5. Ordenación de las acciones, cuáles se ejecutarán simultáneamente, con qué prioridad.

6. Crítica de los medios técnicos y humanos disponibles. ¿Es posible llevar a cabo las acciones
planeadas con garantías de éxito?
7. Establecer la estructura orgánica y decisoria de los servicios de intervención. Líneas jerár-
quicas y de responsabilidad.
8. Selección del personal, formación y adiestramiento del mismo.
9. Programa de simulacros.
1O. Previsión de posibles adaptaciones por evolución del riesgo, variaciones del personal y ex-
periencias adquiridas en simulacros o emergencias reales.

1.4. Funciones a cubrir prioritariamente por la organización


contra incendios
Se debe tener en cuenta que la seguridad contra incendios debe gestionarse como cualquier
otra actividad de la empresa.

Es lógico que legalmente sea exigible un plan de emergencia que incluya, como mínimas fun-
ciones organizadas:

1. La extinción de conatos de incendio al menos a nivel de extintores.


2. El aviso a bomberos y evacuación de personas que puedan resultar afectadas, en caso de
que el conato no se controle.

3. La recepción e información a bomberos.

Para ello deberá disponerse como mínimo de:


- Una cadena detección-alarma de inicio del incendio.
477
11111 CELADORES DEL SERVICIOANDALUZ DE SALUD

- Extintores en número, tipo y ubicación adecuados,


correctamente mantenidos y personal formado y
l
adiestrado en su manejo, que sepan qué se puede
hacer con un extintor y qué no se puede hacer.

- Posible alerta a la persona encargada de avisar a


los bomberos, informada de las condiciones en que
debe dar el aviso.

- Alarma general de evacuación.

- Información previa a las personas que deben eva-


cuar de cómo, cuándo y por dónde deben hacerlo.

- Señalización, acceso despejado a los caminos y cami-


nos de evacuación suficientes, racionales y estancos
a humo y llamas durante el tiempo suficiente.

Señalización de seguridad y de salud


Señales de advertencia (materiales inflamables, materias radiactivas, etc.); forma triangular.
Pictograma negro sobre fondo amarillo, bordes negros.

Señales de prohibición (entrada prohibida a personas no autorizadas. Prohibido pasar a los


peatones, etc.); forma redonda. Pictograma negro sobre fondo blanco, bordes y banda rojos.

Señales de obligación (protección obligatoria de la cabeza, protección obligatoria de las manos,


etc.); forma redonda. Pictograma blanco sobre fondo azul.

Señales de relativas a los equipos de lucha contra incendios (manguera para incendios,
extintor, etc.); forma rectangular o cuadrada. Pictograma blanco sobre fondo rojo.

Señales de salvamento o socorro (vía-salida de socorro, primeros auxilios, camilla, etc.): forma
rectangular o cuadrada. Pictograma blanco sobre fondo verde.

- Recepción e información a bomberos por persona conocedora de la instalación, con p lanos


apropiados.

Ineludiblemente, toda persona que pueda verse involucrada en una emergencia, debe ser avi-
sada con antelación de qué debe hacer y cómo realizarlo. La realización de simulacros periódicos
permitirá probar la fiabilidad del sistema, entrenar a las personas y corregir posibles deficiencias.

2. Los planes de emergencia. Conceptos básicos.


Medidas preventivas
El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT), en su Nota Técnica de
Prevención NTP 361, dedicada a los planes de emergencia en lugares de pública concurrencia, in-
troduce su exposición contemplando que la sociedad actual posibilita, e incluso convierte en habi-
tuales, situaciones que comportan grandes concentraciones de personas en distintas facetas y acti-
vidades de nuestro quehacer cotidiano: edificios administrativos, grandes superficies comerciales,
centros hospitalarios, recintos deportivos, etc. La aparición de una situación de em ergencia en
este tipo de edificios e instalaciones podría dar lugar a consecuencias graves o incluso catastróficas
si previamente no se ha previsto tal evento y se han diseñado medidas de prevención tendentes a
478
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

evitar la aparición de siniestros y medidas de protección complementarias encaminadas a minimi-


zar las consecuencias humanas y materiales que éstos pudieran provocar.

El conjunto de medidas de prevención-protección previstas y/o implantadas, así como la se-


cuencia de actuaciones a realizar ante la aparición de un siniestro deben estar normalizadas por
escrito y ser conocidas por todas aquellas personas que puedan verse afectadas. Al documento que
compila todo ello lo denominamos "PLAN DE EMERGENCIA".

2.1. Qué es un plan de emergencia


"El plan de emergencia es la planificación y organización humana para la utilización óptima
de los medios técnicos previstos con la finalidad de reducir al mínimo las posibles consecuencias
humanas y/o económicas que pudieran derivarse de la situación de emergencia".

De la definición se desprende que el plan de emergencia persigue optimizar los recursos dispo-
nibles, por lo que su implantación implica haber dotado previamente al edificio de la infraestructu-
ra de medios materiales o técnicos necesarios en función de las características propias del edificio
y de la actividad que en el mismo se realiza. Ello a su vez comporta haber, previamente, realizado
una identificación y análisis de los riesgos o deficiencias del edificio, imprescindible para conocer la
dotación de medios de prevención-protección que se precisan en el mismo.

Sólo en este momento, cuando el edificio está correctamente equipado, cabe hablar de la implanta-
ción de un plan de emergencia si queremos tener la certeza de que éste será operativo y eficaz. En caso
contrario, dispondremos de un documento más o menos correcto, pero ineficaz en su puesta en práctica.

2.2. Dónde se debe implantar un plan de emergencia


A tal pregunta responde en parte la legislación vigente que, a nivel estatal, exige a determinado
tipo de edificios o actividades a implantar plan de emergencia. Es el caso de hospitales, hoteles,
locales de espectáculos, recintos deportivos, etc.

Y qué debe tenerse en cuenta en aquellos edificios o actividades para los que no existe re-
glamentación que les obligue: en tales supuestos, la implantación de un plan de emergencia es
siempre exigible técnicamente cuando se trate de instalaciones en que se dé una grave situación
de riesgo o bien en instalaciones en que aun no siendo elevado el nivel de riesgo, sí podrían serlo
las consecuencias humanas o materiales que se producirían.

2.3. Factores de riesgo que justifican la implantación de planes de


emergencia en edificios y espacios de pública concurrencia
Junto a factores de riesgo comunes a otras actividades e instalaciones, en estos edificios y/o
espacios concurren factores de riesgo propios y, en cierto modo, presentes en todos ellos. De entre
ellos, cabe destacar por su incidencia e importancia:

- Densidad de ocupación: dificulta el movimiento físico y la correcta percepción de las se-


ñales existentes, modificando la conducta de los ocupantes. A su vez, condiciona el método
idóneo para alertar a los ocupantes en caso de emergencia, ya que si la notificación de la
emergencia comportara reacciones de pánico agravaría el problema.
479
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Características de los ocupantes: en general, estos edificios están ocupados y en ellos


coexisten personas con enorme variedad entre ellas (edad, movilidad, percepción, conoci-
miento, disciplina, etc.).

- Existencia de personal foráneo: son edificios ocupados en la casi totalidad de su aforo por
personas que no los usan con asiduidad y, consiguientemente, no están familiarizadas con
los mismos. Ello dificulta la localización de salidas, de pasillos o vías que conducen a ellas o
de cualquier otra instalación de seguridad que se encuentre en dichos locales.

- Limitaciones lumínicas: se usan frecuentemente en oscuridad o con niveles de ilumina-


ción baja. Da lugar a dificultades en la percepción e identificación de señales, accesos a vías,
etc. y a su vez incrementa el riesgo de atropellos, caídas, empujones.

La existencia de alguno de estos factores o la conjunción de todos ellos junto a otros que pue-
dan existir, previsiblemente darían lugar a consecuencias graves o incluso catastróficas ante la apa-
rición de una situación de emergencia, si previamente no se ha previsto tal evento y se han tomado
medidas para su control.

2.4. Redacción e implantación de un plan de emergencia: Equipos


de Primera Intervención
Si bien la propia legislación que obliga a elaborar e implantar un plan de emergencia, acos-
tumbra a dar unas directrices sobre cómo hacerlo y fija unos mínimos sobre sus características y
contenido, estas son generalmente insuficientes para su implantación con garantías de eficacia.

Para dar respuesta a la cuestión de cómo elaborar un plan de emergencia, se acudía normalmen-
te a la Orden de 29.11.1984 del Ministerio del Interior. Protección Civil. "Manual de Autoprotección.
Guía para el desarrollo del plan de emergencia contra incendios y de evacuación de locales y edifi-
cios". Sin emba rgo, esta Orden ha sido derogada por el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, que
aprueba la Norma Básica de Autoprotección.
El manual de autoprotección se estructuraba en la Orden de 29 de noviembre de 1984 en cua-
tro documentos que cubren cuatro fases para su correcta aplicación:

- Documento 1: evaluación del riesgo.

- Documento 2: medios de protección.

- Documento 3: plan de emergencia.

- Documento 4: implantación.

En el Documento 1, sobre la evaluación del riesgo, se perseguía, mediante la cumplimentación


de tres bloques predeterminados, identificar el riesgo potencial de incendio, su valoración y su
localización en el edificio.
En el Documento 2, sobre los medios de protección, se debían relacionar en este documento
los medios tanto técnicos como humanos necesarios o disponibles para la autoprotección, de la
forma siguiente: inventario de medios técnicos (instalaciones de detección, alarma y equipos de
extinción incendios, alumbrados especiales, medios de socorro y rescate, etc.), inventario de me-
dios humanos necesarios y disponibles para participar en acciones de autoprotección y los planos
del edificio por plantas.

En el Documento 3, sobre los planes de emergencia, se elaboraba el esquema de actuaciones


a realizar en caso de emergencia, exponiendo: ¿qué se hará?, ¿quién lo hará?, ¿cuándo?, ¿cómo? y
480
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

¿dónde se hará?, planificando la organización humana con los medios necesarios que la posibilite.
En este documento se contemplarán e incluirán los siguientes aspectos: clasificación de emergen-
cias (conato de emergencia, emergencia parcial y emergencia general), las acciones a llevar a cabo
(alerta, alarma de evacuación, intervención para el control de la emergencia, apoyo a la recepción
e información de servicios de ayuda exterior), los equipos de emergencia (personas especialmen-
te entrenadas y organizadas para la prevención y actuación: Equipo de Alarma y Evacuación
(EAE), Equipos de Primeros Auxilios (EPA), Equipos de Primera Intervención (EPI), Equipos
de Segunda Intervención (ESI), Jefe de Intervención y Jefe de Emergencia), y los esquemas
operacionales para el desarrollo del plan.

Se exponen a continuación las funciones y cometidos de los Equipos de Primera y Segunda


Intervención.
Los Equipos de Primera Intervención (EPI), con los siguientes cometidos:
a) Importante labor preventiva, ya que conocerán las normas fundamentales de la prevención
de incendios.
b) Combatir conatos de incendio con extintores portátiles (medios de primera intervención)
en su zona de actuación (planta, sector, etc.). Fuera de su zona de actuación los compo-
nentes del EPI serán un ocupante más del establecimiento, a no ser que sea necesa ria su
intervención en otras zonas (en casos excepcionales).
c) Apoyar a los componentes del Equipo de Segunda Intervención cuando les sea requerido
(tendido de mangueras, etc.).
El número de componentes del EPI será orientativamente similar al número de unidades ex-
tintoras colocadas. La actuación de los miembros de este equipo será siempre por parejas. En caso
de necesitar ayuda de otros EPI, estos serán siempre de plantas inferiores al incendio. Si existiesen
sistemas fijos de extinción en alguna zona, el EPI de esta conocerá su operación.
Los componentes del EPI tendrán además formación en los siguientes temas: conocimiento del
fuego, métodos de extinción, agentes extintores, extintores portátiles, prácticas de extinción con
extintores portátiles, operaciones en sistemas fijos de extinción (en su caso) y plan de emergencia.
Equipo de Segunda Intervención (ESI): este equipo representa la máxima capacidad extinto-
ra del establecimiento. Su ámbito de actuación será cualquier punto del establecimiento donde se
pueda producir una emergencia de incendio.
Deben ser personas localizables permanentemente durante la jornada laboral mediante algún
medio de transmisión fiable (llamada colectiva, buscapersonas, radio. etc.).,

Deberán tener formación y adiestramiento adecuados en el combate del tipo de fuegos que
puedan encontrar en establecimiento con medios de primera intervención (extintores portátiles),
de segunda intervención (mangueras) y, en su caso, equipos especiales (sistemas fijos de extin-
ción, equipos de respiración autónoma, etc.). Deben asimismo conocer exhaustivamente el plan
de emergencia.
La composición mínima del ESI debe ser de tres personas, pudiendo formar más de un equipo
cuando las circunstancias de amplitud del establecimiento lo requieran (tiempos de intervención
demasiado dilatados, etc.).
El Documento 4, para la implantación del Plan de Emergencia, con el conjunto de medidas a
tomar o secuencia de acciones a realizar para asegurar la eficacia operativa del mismo (responsa-
bilidad, organización, medios técnicos, medios humanos, simulacros, programa de implantación,
programa de mantenimiento e investigación de siniestros).
481
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Actualmente, tras la entrada en vigor de la Norma Básica de Autoprotección, aprobada me-


diante el Real Decreto 393/2007, de 23 de marzo, con alcance para todas aquellas actividades,
centros, establecimientos, espacios, instalaciones y dependencias recogidas en su Anexo 1, se re-
gulan los Planes de Autoprotección como documento que establece el marco orgánico y fun-
cional previsto para un centro, establecimiento, espacio, instalación o dependencia, con el objeto
de prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta adecuada a
las posibles situaciones de emergencia, en la zona bajo responsabilidad del titular de la actividad,
garantizando la integración de estas actuaciones con el sistema público de protección civil.

Esta Norma Básica de Autoprotección, como señala el artículo 3.1 del Real Decreto 393/2007,
recoge las obligaciones de autoprotección que serán exigidas como norma mínima o supletoria.

La elaboración de los planes de autoprotección previstos en la Norma Básica de Autoprotección


se sujetarán a las siguientes condiciones:

a) Elaborar el Plan de Autoprotección correspondiente a su actividad, de acuerdo con el conteni-


do mínimo definido en el anexo II y los criterios establecidos en el apartado 3.3 de esta Norma.

b) Presentar el Plan de Autoprotección al órgano de la Administración Pública competente


para otorgar la licencia o permiso determinante para la explotación o inicio de la actividad.

c) Desarrollar las actuaciones para la implantación y el mantenimiento de la eficacia del Plan


de Autoprotección, de acuerdo con el contenido definido en el Anexo 11 y los criterios esta-
blecidos en esta Norma Básica de Autoprotección.

d) Remitir al registro correspondiente los datos previstos en el anexo IV de esta Norma Básica
de Autoprotección.

e) En los centros, establecimientos, espacios, instalaciones y dependencias del apartado ante-


rior se podrá admitir un plan de autoprotección integral único, siempre que se contemplen
todos los riesgos particulares de cada una de las actividades que contengan.

f) Los titulares de las distintas actividades, en régimen de arrendamiento, concesión o contrata,


que se encuentren físicamente en los centros, establecimientos, espacios, instalaciones y de-
pendencias que deban disponer de plan de autoprotección, de acuerdo con lo establecido en
el anexo 1, deberán elaborar, implantar e integrar sus planes, con sus propios medios y recursos.

La Norma Básica de Autoprotección nos da el siguiente concepto de autoprotección: se en-


tiende como autoprotección al sistema de acciones y medidas encaminado a prevenir y controlar
los riesgos sobre las personas y los bienes, a dar respuesta adecuada a las posibles situaciones de
emergencia y a garantizar la integración de estas actuaciones con el sistema público de protección
civil. Estas acciones y medidas deben ser adoptadas por los titulares de las actividades, públicas o
privadas, con sus propios medios y recursos, dentro de su ámbito de competencia.

La Norma Básica de Autoprotección que comentamos, contempla las siguientes obligaciones


de los titulares de las actividades:

a) Elaborar el Plan de Autoprotección correspondiente a su actividad.

b) Presentar el Plan de Autoprotección al ó rgano de la Administración Pública competente


para otorgar la licencia o permiso determinante para la explotación o inicio de la actividad.

c) Desarrollar las actuaciones para la implantación y el mantenimiento de la eficacia del Plan


de Autoprotección.

d) Remitir al registro correspondiente los datos necesa rios.

482
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

e) Informar y formar al personal a su servicio en los contenidos del Plan de Autoprotección .


f) Facilitar la información necesaria para, en su caso, posibilitar la integración del Plan de
Autoprotección en otros Planes de Autoprotección de ámbito superior y en los planes de
Protección Civil.
g) Informar al órgano que otorga la licencia o permiso determinante para la explotación o
inicio de la actividad acerca de cualquier modificación o cambio sustancial en la actividad o
en las instalaciones, en aquello que afecte a la autoprotección.
h) Colaborar con las autoridades competentes de las Administraciones Públicas, en el marco
de las normas de protección civil que le sean de aplicación.
i) Informar con la antelación suficiente a los órganos competentes en materia de Protección
Civil de las Administraciones Públicas de la realización de los simulacros previstos en el Plan
de Autoprotección.
Asimismo, contempla también las obligaciones del personal de las actividades: el personal a
tendrá la obligación de participar, en la medida de sus capacidades, en el Plan de Autoprotección y
asumir las funciones que les sean asignadas en dicho Plan.

2.5. El Plan de autoprotección


A) Concepto y objeto. El Plan de Autoprotección es el documento que establece el marco or-
gánico y funcional previsto para un centro, establecimiento, espacio, instalación o dependencia,
con el objeto de prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta ade-
cuada a las posibles situaciones de emergencia, en la zona bajo responsabilidad del titular de la ac-
tividad, garantizando la integración de estas actuaciones con el sistema público de protección civil.
El Plan de Autoprotección aborda la identificación y evaluación de los riesgos, las acciones y
medidas necesarias para la prevención y control de riesgos, así como las medidas de protección y
otras actuaciones a adoptar en caso de emergencia.
B) Contenido. El Plan de Autoprotección se recogerá en un documento único cuya estructura
es la siguiente:
1. La identificación de los titulares y del emplazamiento de la actividad.
2. La descripción detallada de la actividad y del med io físico en que se desarrolla.
3. El inventario, análisis y evaluación de riesgos.
4. El inventario y descripción de las medidas y medios de autoprotección.
S. El programa de mantenimiento de instalaciones.
6. El Plan de actuación ante emergencias:
- Identificación y clasificación de las emergencias.
- Procedimientos de actuación ante emergencias:
* Detección y alerta.
* Mecanismos de alarma:
a) Identificación de la persona que dará los avisos.
b) Identificación del Centro de Coordinación de Atención de Emergencias de
Protección Civil.
483
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- Mecanismos de respuesta frente a la emergencia.

- Evacuación y/o confinamiento.

- Prestación de las primeras ayudas.

- Modos de recepción de las ayudas externas.

- Identificación y funciones de las personas y equipos que llevarán a cabo los procedi-
mientos de actuación en emergencias.

- Identificación del Responsable de la puesta en marcha del Plan de Actuación ante


Emergencias.

7. Integración del plan de autoprotección en otros de ámbito superior.

8. Implantación del Plan de Autoprotección.

9. Mantenimiento de la eficacia y actualización del Plan de Autoprotección.

10. Anexos:

- Anexo 1: Directorio de comunicación:

* Teléfonos del Personal de emergencias.

* Teléfonos de ayuda exterior.

* Otras formas de comunicación.

- Anexo 11: Formularios para la gestión de emergencias.

- Anexo 11. Planos.

El documento del Plan de Autoprotección incluirá todos los procedimientos y protocolos nece-
sarios para reflejar las actuaciones preventivas y de respuesta a la emergencia.

C) Criterios para la elaboración del plan de autoprotección. Los criterios mínimos que de-
ben observarse en la elaboración del Plan de Autoprotección son los siguientes:

1. El Plan de Autoprotección habrá de estar redactado y firmado por técnico competente


capacitado para dictaminar sobre aquellos aspectos relacionados con la autoprotección
frente a los riesgos a los que esté sujeta la actividad, y suscrito igualmente por el titular
de la actividad, si es una persona física, o por persona que le represente si es una persona
jurídica.

2. Se designará, por parte del titular de la actividad, una persona como responsable única
para la gestión de las actuaciones encaminadas a la prevención y el control de riesgos.

3. Los procedimientos preventivos y de control de riesgos que se establezcan, tendrán en


cuenta, al menos, los siguientes aspectos:

- Precauciones, actitudes y códigos de buenas prácticas a adoptar para evitar las causas
que puedan originar accidentes o sucesos graves.

- Permisos especiales de trabajo para la realización de operaciones o tareas que generen


riesgos.

- Comunicación de anomalías o incidencias al t itular de la actividad.

484
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

- Programa de las operaciones preventivas o de mantenimiento de las instalaciones,


equipos, sistemas y otros elementos de riesgo, definidos en el capítulo 5 del anexo 11,
que garantice su control.
- Programa de mantenimiento de las instalaciones, equipos, sistemas y elementos nece-
sarios para la protección y seguridad, definidos en el capítulo 5 del Anexo 11, que garan-
tice la operatividad de los mismos.
4. Se establecerá una estructura organizativa y jerarquizada, dentro de la organización y per-
sonal existente, fijando las funciones y responsa bilidades de todos sus miembros en situa-
ciones de emergencia.
s. Se designará, por parte del titular de la actividad, una persona responsable única, con auto-
ridad y capacidad de gestión, que será el director del Plan de Actuación en Emergencias.

6. El director del Plan de Actuación en Emergencias será responsable de activar dicho plan de
acuerdo con lo establecido en el mismo, declarando la correspondiente situación de emer-
gencia, notificando a las autoridades competentes de Protección Civil, informando al personal,
y adoptando las acciones inmediatas para reducir las consecuencias del accidente o suceso.
7. El Plan de Actuación en Emergencias debe detallar los posibles accidentes o sucesos que
pudieran dar lugar a una emergencia y los relacionará con las correspondientes situaciones
de emergencia establecidas en el mismo, así como los procedimientos de actuación a apli-
car en cada caso.
8. Los procedimientos de actuación en emergencia deberán garantizar, al menos:

- La detección y alerta.

- La alarma.
- La intervención coordinada.
- El refugio, evacuación y socorro.
- La información en emergencia a todas aquellas personas que pudieran estar expuestas
al riesgo.
La solicitud y recepción de ayuda externa de los servicios de emergencia.
D) Coordinación y actuación operativa. Los órganos competentes en materia de protección
civil velarán porque los Planes de Autoprotección tengan la adecuada capacidad operativa, en los
distintos supuestos de riesgo que puedan presentarse, y quede asegurada la necesaria coordina-
ción entre dichos Planes y los de Protección Civil que resulten aplicables, así como la unidad de
mando externa, en los casos que lo requieran.
Con esa finalidad, por dichos órganos, se establecerán los protocolos que garanticen, por un
lado, la comunicación inmediata de los incidentes que se produzcan y tengan o puedan tener re-
percusiones sobre la autoprotección y, por otro, la movilización de los servicios de emergencia que,
en su caso, deban actuar. Asimismo establecerán los procedimientos de coordinación de tales ser-
vicios de emergencia con los propios del Plan de Autoprotección y los requisitos organizativos que
permitan el ejercicio del mando por las autoridades competentes en materia de protección civil.
E) Criterios para la implantación del plan de autoprotección. La implantación del plan de
autoprotección comprenderá, al menos, la formación y capacitación del personal, el establecimien-
to de mecanismos de información al público y la provisión de los medios y recursos precisa para la
aplicabilidad del plan.

485
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

A tal fin, el plan de autoprotección atenderá a los siguientes criterios:


- Información previa. Se establecerán mecanismos de información de los riesgos de la activi-
dad para el personal y el público, así como del Plan de Autoprotección para el personal de
la actividad.

- Formación teórica y práctica del personal asignado al Plan de Autoprotección, establecien-


do un adecuado programa de actividades formativas.

- Definición, provisión y gestión de los medios y recursos económicos necesarios.

- De dicha implantación se emitirá una certificación en la forma y contenido que establezcan


los órganos competentes de las Administraciones Públicas.

F) Criterios para el mantenimiento de la eficacia del plan de autoprotección:

1. Las actividades de mantenimiento de la eficacia del Plan de Autoprotección deben formar


parte de un proceso de preparación continuo, sucesivo e iterativo que, incorporando la
experiencia adquirida, permita alcanzar y mantener un adecuado nivel de operatividad y
eficacia.

2. Se establecerá un adecuado programa de actividades formativas periódicas para asegu-


rar el mantenimiento de la formación teórica y práctica del personal asignado al Plan de
Autoprotección, estableciendo sistemas o formas de comprobación de que dichos conoci-
mientos han sido adquiridos.

3. Se preverá un programa de mantenimiento de los medios y recursos materiales y económi-


cos necesarios.

4. Para evaluar los planes de autoprotección y asegurar la eficacia y operatividad de los planes
de actuación en emergencias se realizarán simulacros de emergencia, con la periodicidad
mínima que fije el propio plan, y, en todo caso, al menos una vez al año eva luando sus
resultados.

S. La realización de simulacros tendrá como objetivos la verificación y comprobación de:

- La eficacia de la organización de respuesta ante una emergencia.

- La capacitación del personal adscrito a la organización de respuesta.


- El entrenamiento de todo el personal de la actividad en la respuesta frente a una emer-
gencia.
- La suficiencia e idoneidad de los medios y recursos asignados.

- La adecuación de los procedimientos de actuación.

6. Los simulacros implicarán la activación total o parcial de las acciones contenidas en el Plan
de Actuación en Emergencias.
7. De las actividades de mantenimiento de la eficacia del Plan se conservará por parte de la
empresa a disposición de las Administraciones Públicas, información sobre las mismas, así
como de los informes de evaluación realizados debidamente firmados por el responsable
del Plan.

G) Vigencia del plan de autoprotección y criterios para su actualización y revisión. El Plan


de Autoprotección tendrá vigencia indeterminada; se mantendrá adecuadamente actualizado, y se
revisará, al menos, con una periodicidad no superior a tres años.

486
PLAN DEEMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

Conceptos y definiciones
Los conceptos y términos fundamentales utilizados en la Norma Básica de Autoprotección de
los centros, establecimientos y dependencias, dedicados a actividades que puedan dar origen a
situaciones de emergencia, deben entenderse así definidos:

- Actividad: conjunto de operaciones o tareas que pueda n dar origen a accidentes o sucesos
que generen situaciones de emergencia.

- Aforo: capacidad total de público en un recinto o edificio destinado a espectáculos públi-


cos o actividades recreativas.

- Alarma: aviso o señal por la que se informa a las personas para que sigan instrucciones
específicas ante una situación de emergencia.
- Alerta: situación declarada con el fin de tomar precauciones específicas debido a la proba-
ble y cercana ocu rrencia de un suceso o accidente.

- Altura de evacuación: la diferencia de cota entre el nivel de un origen de evacuación y el


del espacio exterior seguro.

- Autoprotección: sistema de acciones y medidas, adoptado por los titulares de las activida-
des, públicas o privadas, con sus propios medios y recursos, dentro de su ámbito de compe-
tencias, encam inadas a prevenir y controlar los riesgos sobre las personas y los bienes, a dar
respuesta adecuada a las posibles situaciones de emergencia y a garantizar la integración
de estas actuaciones en el sistema público de protección civil.

- Centro, establecimiento, espacio, dependencia o instalación: la totalidad de la zona,


baj o control de un titular, donde se desarrolle una actividad.

- Confinamiento: medida de protección de las personas, tras un accidente, que consiste en


permanecer dentro de un espacio interior protegido y aislado del exterior.

- Efecto dominó: la concatenación de efectos causa ntes de riesgo que multiplican las conse-
cuencias, debido a que los fenómenos peligrosos pueden afectar, además de los elementos
vulnerables exteriores, otros recipientes, tuberías, eq uipos o instalaciones del mismo est a-
blecimiento o de otros próximos, de tal manera que a su vez provoquen nuevos fenómenos
peligrosos.

- Evacuación: acción de traslado p lanificado de las personas, afectadas por una emergencia,
de un lugar a ot ro provisional seg uro.
- Intervención: consiste en la respuesta a la emergencia, para proteger y socorrer a las per-
sonas y los bienes.
- Medios: conjunto de personas, máquinas, equipos y sistemas que sirven para reducir o
eliminar riesgos y controlar las emergencias q ue se puedan generar.

- Ocupación: máximo número d e personas que puede contener un edificio, espacio, estable-
cimiento, recinto, instalación o dependencia, en función de la actividad o uso que en él se
desarrolle. El cá lculo de la ocupación se realiza atendiendo a las densidades de ocupación
ind icadas en la normativa vigente. No obstante, de preverse una ocupación rea l mayor a la
resultante de dicho cálculo, se tomará esta como valor de referencia. E igualmente, si legal-
mente fuera exigible una ocupación menor a la resultante de aquel cálculo, se tomará esta
como valor de referencia.

487
11111 CELADORES OEL SERVICIO ANDALUZ OE SALUD

- Órgano competente para el otorgamiento de licencia o permiso para la explotación o


inicio de actividad: el Órgano de la Administración Pública que, conforme a la legislación
aplicable a la materia a que se refiere la actividad, haya de conceder el título para su realización.

- Peligro: probabilidad de que se produzca un efecto dañino específico en un período de


tiempo determinado o en circunstancias determinadas.

- Plan de Autoprotección: marco orgánico y funcional previsto para una actividad, centro,
establecimiento, espacio, instalación o dependencia, con el objeto de prevenir y controlar
los riesgos sobre las personas y los bienes y dar respuesta adecuada a las posibles situacio-
nes de emergencias, en la zona bajo responsabilidad del titular, garantizando la integración
de estas actuaciones en el sistema público de protección civil.

- Plan de actuación en emergencias: documento perteneciente al plan de autoprotección


en el que se prevé la organización de la respuesta ante situaciones de emergencias clasifica-
das, las medidas de protección e intervención a adoptar, y los procedimientos y secuencia
de actuación para dar respuesta a las posibles emergencias.

- Planificación: es la preparación de las líneas de actuación para hacer frente a las situacio-
nes de emergencia.

- Prevención y control de riesgos: es el estudio e implantación de las medidas necesarias


y convenientes para mantener bajo observación, evitar o reducir las situaciones de riesgo
potencial y daños que pudieran derivarse. Las acciones preventivas deben establecerse an-
tes de que se produzca la incidencia, emergencia, accidente o como consecuencia de la
experiencia adquirida tras el análisis de las mismas.

- Puertos comerciales: los que en razón a las características de su tráfico reúnen condiciones
técnicas, de seguridad y de control administrativo para que en ellos se realicen actividades
comerciales portuarias, entendiendo por tales las operaciones de estiba, desestiba, carga, des-
carga, transbordo y almacenamiento de mercancías de cualquier tipo, en volumen o forma de
presentación que justifiquen la utilización de medios mecánicos o instalaciones especializadas.

- Recursos: elementos naturales o técnicos cuya función habitual no está asociada a las ta-
reas de autoprotección y cuya disponibilidad hace posible o mejora las labores de preven-
ción y actuación ante emergencias.

- Rehabilitación: es la vuelta a la normalidad y reanudación de la actividad.

- Riesgo: grado de pérdida o daño esperado sobre las personas y los bienes y su consiguien-
te alteración de la actividad socioeconómica, debido a la ocurrencia de un efecto dañino
específico.

- Titular de la actividad: la persona física o jurídica que explote o posea el centro, estable-
cimiento, espacio, dependencia o instalación donde se desarrollen las actividades.

3. Medios técnicos de protección


Los medios técnicos de protección se clasifican básicamente en dos tipos: las denominadas
medidas pasivas que constituyen la estructura de los edificios (pasillos y escaleras que faciliten la
evacuación y que en lentezcan el avance del fuego, luces de alumbrado de emergencia, etc.) y las
medidas activas que constituyen las inst alaciones de protección contra incendios.

488
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

El Real Decreto 1942/1993, de 5 de noviembre, aprueba el Reglamento de instalaciones de


protección contra incendios.

Los aparatos, equipos y sistemas empleados en la protección contra incendios se caracterizan


porque su instalación se hace con la expectativa de que no han de ser necesariamente utilizados y,
por otra parte, los ensayos efectuados para contrastar su eficacia difícilmente pueden realizarse en
las mismas condiciones en que van a ser utilizados.

Por ello, si las características de estos aparatos, equipos y sistemas, así como su instalación y
mantenimiento, no satisfacen los requisitos necesarios para que sean eficaces durante su empleo,
además de no ser útiles para el fin para el que han sido destinados, crean una situación de falta de
seguridad, peligrosa para personas y bienes.

En el caso de aparatos, equipos o componentes de las instalaciones de protección contra incen-


dios procedentes de los Estados miembros de la Comunidad Económica Europea, se considerará
que satisfacen las especificaciones técnicas de seguridad exigidas en este Reglamento si cumplen
las disposiciones nacionales vigentes en sus países respectivos, siempre que éstas supongan un
nivel de seguridad para las personas y los bienes, reconocido como equivalente por el Ministerio
de Industria y Energía (actualmente Ministerio de Industria, Turismo y Comercio).

Cuando se compruebe que la utilización de un producto con marca de conformidad resulta mani-
fiestamente peligrosa, los servicios competentes en materia de industria de la Comunidad Autónoma
podrán ordenar, cautelarmente, la puesta fuera de servicio del aparato, equipo o sistema en que se
haya puesto de manifiesto la situación peligrosa y, en su caso, tramitará la cancelación de dicha marca.

El artículo 1O del Reglamento dispone que la instalación de aparatos, equipos, sistemas y sus
componentes, a que se refiere este Reglamento, con excepción de los extintores portátiles, se reali-
zará por instaladoras debidamente habilitadas. La Comunidad Autónoma correspondiente, llevará
un libro Registro en el que figurarán los instaladores autorizados.

Con independencia de las obligaciones derivadas del cumplimiento de las prescripciones es-
tablecidas en este Reglamento, relacionadas con la instalación y montaje de equipos, aparatos y
sistemas de protección contra incend ios que ejecuten los instaladores autorizados, éstos deberán
abstenerse de instalar los equipos, aparatos u otros component es de los sistemas de protección

489
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

contra incendíos que no cumplan las disposiciones vigentes que le son aplicables, poniendo los
hechos en conocimiento del comprador o usuario de los mismos. No serán reanudados los trabajos
hasta que no sean corregidas las deficiencias advertidas.

Una vez concluida la instalación, el instalador facilitará al comprador o usuario de la misma la


documentación técnica e instrucciones de mantenimiento peculiares de la instalación, necesarias
para su buen uso y conservación.

El mantenimiento y reparación de aparatos, equipos y sistemas y sus componentes, empleados


en la protección contra incendios, deben ser realizados por mantenedores autorizados (artículo 13
del Reglamento). La Comunidad Autónoma correspondiente llevará un Libro Registro en el que
figurarán los mantenedores autorizados.

Según el artículo 15 del Reglamento, los mantenedores autorizados adquirirán las siguientes
obligaciones en relación con los aparatos, equipos o sistemas cuyo mantenimiento o repara-
ción les sea encomendado:

a) Revisar, mantener y comprobar los aparatos, equipos o instalaciones de acuerdo con los
plazos reglamentarios, utilizando recambios y piezas originales.

b) Facilitar personal competente y suficiente cuando sea requerido para corregir las deficiencias o ave-
rías que se produzcan en los aparatos, equipos o sistemas cuyo mantenimiento tiene encomendado.

c) Informar por escrito al titular de los aparatos, equipos o sistemas que no ofrezcan garantía
de correcto funcionamiento, presenten deficiencias que no puedan ser corregidas durante
el mantenimiento o no cumplan las disposiciones vigentes que les sean aplicables. Dicho
informe será razonado técnicamente.

d) Conservar la documentación justificativa de las operaciones de mantenimiento que reali-


cen, sus fechas de ejecución, resultados e incidencias, elementos sustituidos y cuanto se
considere digno de mención para conocer el estado de operatividad del aparato, equipo
o sistema cuya conservación se realice. Una copia de dicha documentación se entregará al
titular de los aparatos, equipos o sistemas.

e) Comunicar al titular de los aparatos, equipos o sistemas, las fechas en que corresponde
efectuar las operaciones de mantenimiento periódicas.

Los aparatos, equipos, sistemas y sus componentes sujetos a este Reglamento se someterán a
las revisiones de conservación que se establecen, en el cual se determina, en cada caso, el tiempo
máximo que podrá transcurrir entre dos revisiones o inspecciones consecutivas.
490
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

Las actas de estas revisiones, firmadas por el técnico que ha procedido a las mismas, estarán
a disposición de los servicios competentes en materia de industria de la Comunidad Autónoma al
menos durante cinco años a partir de la fecha de su expedición.

1. Los medios materiales de protección contra incendios se someterán al programa mínimo


de mantenimiento.

2. Las operaciones de mantenimiento recogidas en la tabla I serán efectuadas por personal


de un instalador o un empresa mantenedora, o por el personal del usuario o titular de la
instalación.

TABLA l.
Programa de mantenimiento de los medios materiales de lucha contra incendios

Operaciones a realizar por el personal del titular de la instalación del equipo o sistema

Equipo o sistema Cada Tres meses Cada Seis meses

Comprobación de funcionamiento de las


instalaciones (con cada fuente de sumi-
nistro).
Sistemas automá-
Sustitución de pilotos, fusibles, etc., defec-
ticos de detección y
tuosos.
alarma de incendios
Mantenimiento de acumuladores (lim-
pieza de bornas, reposición de agua desti-
lada, etc.).

Comprobación de funcionamiento de
la instalación (con cada fuente de sumi-
Sistema manual de nistro).
-
alarma de incendios Mantenimiento de acumuladores (lim-
pieza de bornas, reposición de agua desti-
lada, etc.).

Comprobación de la accesibilidad, señali-


zación, buen estado aparente de conser-
vación.
Inspección ocular de seguros, precintos,
Extintores de inscripciones, etc.
incendio Comprobación del peso y presión, en su
caso.
Inspección ocular del estado externo de
las partes mecánicas (boquilla, válvula,
manguera, etc.).

Comprobar la accesibilidad a su entorno y Engrasar la tuerca de accionamiento


la señalización en los hidrantes enterrados. o rellenar la cámara de aceite del
Inspección visual comprobando la estan- mismo.
Hidrantes queidad del conjunto. Abrir y cerrar el hidrante, compro-
Quitar las tapas de las salidas, engrasar las bando el funcionamiento correcto
roscas y comprobar el estado de las juntas de la válvula principal y del sistema
de los racores. de drenaje.

491
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Comprobación de la accesibilidad
de la entrada de la calle y tomas de
piso. Comprobación de la señaliza-
ción. Comprobación de las tapas
y correcto funcionamiento de sus
cierres (engrase si es necesario).
Columnas secas - Comprobar que las llaves de lasco-
nexiones siamesas están cerradas.
Comprobar que las llaves de sec-
cionamiento están abiertas.
Comprobar que todas las tapas de
racores están bien colocadas y
ajustadas.

Comprobación de que las boquillas del


agente extintor o rociadores están en
buen estado y libres de obstáculos para su
funcionamiento correcto.
Comprobación del buen estado de los
componentes del sistema, especialmente
de la válvula de prueba en los sistemas
Sistemas fijos de de rociadores, o los mandos manuales de
extinción: roda- la instalación de los sistemas de polvo, o
dores de agua. Agua agentes extintores gaseosos. -
pulverizada. Polvo. Comprobación del estado de carga de la
Espuma. Agentes instalación de los sistemas de polvo, an-
extintores gaseosos hídrido carbónico, o hidrocarburos halo-
genados y de las botellas de gas impulsor,
cuando existan.
Comprobación de los circuitos de seña-
lización, pilotos, etc., en los sistemas con
indicaciones de control.
Limpieza general de todos los compo-
nentes.

Verificación por inspección de todos los ele-


mentos, depósitos, válvulas, mandos, alarmas
motobombas, accesorios, señales, etc.
Comprobación de funcionamiento au- Accionamiento y engrase de
temático y manual de la instalación de válvulas. Verificación y ajuste de
Sistemas de
acuerdo con las instrucciones del fabri- prensaestopas. Verificación de ve-
abastecimiento
cante o instalador. Mantenimiento de acu- locidad de motores con diferentes
de agua contra
muladores, limpieza de bornas (reposición cargas. Comprobación de
incendios
de agua destilada, etc.). Verificación de ni- alimentación eléctrica, líneas y
veles (combustible, agua, aceite, etcétera). protecciones.
Verificación de accesibilidad a elementos,
limpieza general, ventilación de salas de
bombas, etc.

492
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

Comprobación de la buena accesibilidad y


señalización de los equipos.
Comprobación por inspección de todos los
componentes, procediendo a desenrollar la
manguera en toda su extensión y acciona-
Bocas de incendio miento de la boquilla caso de ser de varias
equipadas (BIE) posiciones.
Comprobación, por lectura del
manómetro, de la presión de servicio.
Limpieza del conjunto y engrase de cierres
y bisagras en puertas del armario.

3. Las operaciones de mantenimiento recogidas en la tabla II serán efectuadas por personal


del fabricante, insta lador o empresa mantenedora para los tipos de aparatos, equipos o
sistemas de que se trate, o bien por personal del usuario, si ha adquirido la condición de
mantenedor por disponer de med ios técnicos adecuados, a juicio de los servicios compe-
tentes en materia de industria de la Comunidad Autónoma.

TABLA 11.

Programa de mantenimiento de los medios materiales de lucha contra incendios

Operaciones a realizar por el personal especializado del fabricante o instalador del equipo o sistema

Equipo o sistema Cada año Cada cinco años

Verificación integral de la instalación.


Limpieza del equipo de centrales
y accesorios.
Verificación de uniones roscadas
o soldadas.
Sistemas automáticos de Limpieza y reglaje de relés.
detección y alarma de incendios Regulación de tensiones e inten-
sidades.
Verificación de los equipos de
transmisión de alarma.
Prueba final de la instalación con
cada fuente de suministro eléctrico

Verificación integral de la instalación.


Limpieza de sus componentes.
Sistema manual de alarma de Verificación de uniones roscadas
incendios o soldadas.
Prueba final de la instalación con
cada fuente de suministro eléctrico

493
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Comprobación del peso y presión


en su caso A partir de la fecha de tim-
En el caso de extintores de polvo bracio del extintor (y por
con botellín de gas de impulsión tres veces) se procederá al
se comprobará el buen estado del retimbrado del mismo de
Extintores de incendio (*)
agente extintor y el peso y acuerdo con la ITC-MIE AP.5
aspecto externo del botellín del Reglamento de aparatos
Inspección ocular del estado de la a presión sobre extintores de
manguera, boquilla o lanza, vál- incendios
vulas y partes mecánicas (**)

Desmontaje de la manguera y
ensayo de ésta en lugar adecuado
Comprobación del correcto funciona-
miento de la boquilla en sus distintas
posiciones y del sistema de cierre.
La manguera debe ser sorne-
Comprobación de la estan- tida a una presión de prueba
Bocas de incendio equipadas (BIE)
queidad de los racores y man- de 15 kg/cm.
guera y estado de las juntas.
Comprobación de la indicación
del manómetro con otro de re-
ferencia (patrón) acoplado en el
racor de conexión de la manguera

Comprobación integral, de
acuerdo con las instrucciones
del fabricante o instalador, inclu-
yendo en todo caso:
Verificación de los componentes
Sistemas fijos de extinción: del sistema, especialmente los
- Rociadores de agua dispositivos de disparo y alarma.
- Agua pulverizada Comprobación de la carga de
-Polvo agente extintor y del indicador de
- Espuma la misma (medida alternativa del
- Anhídrido carbónico peso o presión).
Comprobación del estado del
agente extintor.
Prueba de la instalación en las
condiciones de su recepción

Gama de mantenimiento anual de


motores y bombas de acuerdo con
las instrucciones del fabricante
Limpieza de filtros y elementos de
retención de suciedad en alimen-
tación de agua
Sistema de abastecimient o de
Prueba del estado d e carga de ba-
agua contra incendios
te rías y electro lito de acuerdo con
las instrucciones del fabricante
Prueba, en las condiciones de
su recepción, con rea lización de
curvas del abastecimient o con
cada fuente de agua y de energía

494
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

(*) Rechazo: Se rechazarán aquellos extintores que, a juicio de la empresa mantenedora presenten de-
fectos que pongan en duda el correcto funcionamiento y la seguridad del extintor o bien aquellos para
los que no existan piezas originales que garanticen el mantenimiento de las condiciones de fabricación.
(**) Nota: En esta revisión anual no será necesaria la apertura de los extintores portátiles de polvo con
presión permanente, salvo que en las comprobaciones que se citan se hayan observado anomalías que
lo justifique.
En el caso de apertura del extintor, la empresa mantenedora situará en el exterior del mismo un sistema
indicativo que acredite que se ha realizado la revisión interior del aparato. Como ejemplo de sistema in-
dicativo de que se ha realizado la apertura y revisión interior del extintor, se puede utilizar una etiqueta
indeleble, en forma de an illo, que se coloca en el cuello de la botella antes del cierre del extintor y que
no pueda ser retirada sin que se produzca la destrucción o deterioro de la misma.

4. En todos los casos, tanto el mantenedor como el usuario o titular de la instalación, conser-
varán constancia documental del cumplimiento del programa de mantenimiento p reventi-
vo, indicando, como mínimo: las operaciones efectuadas, el resultado de las verificaciones
y pruebas y la sustitución de elementos defectuosos q ue se hayan realizado. Las anota-
ciones deberán llevarse al día y estarán a disposición de los servicios de inspección de la
Comunidad Autónoma correspondiente.

Características e instalación de los aparatos, equipos y sistemas de protección contra


incendios
Los aparatos, equipos y sistemas, así como sus partes o componentes, y la instalación de los
mismos, deben reunir las características que se especifican a continuación:

1. Sistemas automáticos de detección de incendios


- Los sistemas automáticos de detección de incendio y sus características y especificaciones
se ajustarán a la norma UNE 23.007.
- Los detectores de incendio necesitarán, antes de su fabricación o importación, ser apro-
bados de acuerdo con lo indicado en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose el
cumplimiento de lo establecido en la norma UNE 23.007.

Detectores térmicos Detectores de humo


- Fotoeléctricos u ópticos (de haz de rayos
proyectados y de haz de rayos reflejados).
- Temperatura fija o termoestáticos
- lónicos (de partículas alfa o de partículas beta).
- Termovelocímetros
- De puente de resistencia.
- Combinados.
- De análisis de muestra.
- Compensados
- Combinados.
- Taguchi con semiconductor.

Detectores de incendio

2. Sistemas manuales de alarma de incendios

Los sistemas manuales de alarma de incendio estarán constituidos por un conjunto de pulsa-
dores que permitirán provocar voluntariamente y transmitir una señal a una central de control y
seña lización permanentemente vigilada, de tal forma que sea fácilmente identificable la zona en
que ha sido activado el pulsador.
495
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Las fuentes de alimentación del sistema manual de pulsadores de alarma, sus características
y especificaciones, deberán cumplir idénticos requisitos que las fuentes de alimentación de los
sistemas automáticos de detección, pudiendo ser la fuente secundaria común a ambos sistemas.

Los pulsadores de alarma se situarán de modo que la distancia máxima a recorrer, desde cual-
quier punto hasta alcanzar un pulsador, no supere los 25 metros.

3. Sistemas de comunicación de alarma

El sistema de comunicación de la alarma permitirá transmitir una seña l diferenciada, generada


voluntariamente desde un puesto de control. La señal será, en todo caso, audible, debiendo ser,
además, visible cuando el nivel de ruido donde deba ser percibida supere los 60 dB (A).

El nivel sonoro de la señal y el óptico, en su caso, permitirán que sea percibida en el ámbito de
cada sector de incendio donde esté instalada.

El sistema de comunicación de la alarma dispondrá de dos fuentes de alimentación, con las


mismas condiciones que las establecidas para los sistemas manuales de alarma, pudiendo ser la
fuente secundaria común con la del sistema automático de detección y del sistema manual de
alarma o de ambos.

4. Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios

Cuando se exija sistema de abastecimiento de agua contra incendios, sus características y espe-
cificaciones se ajustarán a lo establecido en la norma UNE 23.500.

El abastecimiento de agua podrá alimentar a varios sistemas de protección si es capaz d e asegu-


rar, en el caso más desfavorable de utilización simultánea, los ca udales y previsiones de cada uno.

S. Sistemas de hidrantes exteriores


- Definimos hidrante como una conduc-
ción de agua de gran sección, que está
alimentada por la red de abastecimiento
público, para uso exclusivo de eq uipos
contra incendios. Los sistemas de hi-
drantes exteriores estarán compuestos
por una fuente de abastecimiento de
agua, una red de tuberías para ag ua de
alimentación y los hidrantes exteriores
necesarios. Columna hidrante al exterior (CHE)

496
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

Los hid rantes exteriores serán del t ipo de columna hidrante al exterior (CHE) o hidrante en
arqueta (boca hidrante).

- Las CHE se ajustarán a lo establecido en las normas UNE 23.405 y UNE 23.406. Cuando se
prevean riesgos de heladas, las colum nas hidrantes serán del t ipo de columna seca.

Los racores y mangueras utilizados en las CHE necesitarán, antes de su fabricación o im-
portación, ser aprobados de acuerdo con lo dispuesto en el artícu lo 2 de este Reglamento,
justificándose el cumplimiento de lo establecido en las normas UNE 23.400 y UNE 23.091.

- Los hidrantes de arqueta se ajustarán a lo est ablecido en la no rma UNE 23.407, salvo, que
existan especificaciones particulares de los servicios de extinció n de incendios de los muni-
cipios en donde se instalen.

D(Metales
Agente extintor A (Sólidos) 8 (Líquidos) C (Gases)
especiales)

Agua pulverizada 2 XXX X - -


Agua a chorro 2xx - - -

Polvo BC (convencional) - XXX XX -


Polvo ABC (polivalente) XX XX XX -

Polvo específico metales - - - XX

Espuma física 2xx XX - -

Anhídrido carbónico 1x X - -

Hidrocarburos halogenados 1x XX - -

Siendo:
xxx Muy adecuado.
xx Adecuado.
x Aceptable.

(1) En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse xx.

(2) En p resencia de tensión eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua a cho-
rro ni la espuma; el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aq uellos extintores
que superen el ensayo dieléctrico normalizado en UNE 23.1 1O.

Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego (UNE 23.01O).

6. Extintores de incendio

- Los extintores de incendio, sus características y especificaciones se ajustarán al «Reglamento


de aparatos a presión» y a su Instrucción t écnica complementaria MIE-APS.

- Los extintores de incendio necesitarán, antes de su fabricación o importación, con indepen-


dencia de lo establecido por la ITC-MIE-APS, ser aprobados de acuerdo con lo establecido
en el artículo 2 de este Reglamento a efectos de justificar el cumplimiento de lo d ispuesto
en la norma UNE 23.11 0.

497
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

- El emplazamiento de los extintores permitirá que sean fácilmente visibles y accesibles, es-
tarán situados próximos a los puntos donde se estime mayor probabilidad de iniciarse el
incendio, a ser posible próximos a las salidas de evacuación y preferentemente sobre sopor-
tes fijados a paramentos verticales, de modo que la parte superior del extintor quede, como
máximo, a 1,70 metros sobre el suelo.

- Se considerarán adecuados, para cada una de las clases de fuego (según UNE 23.01 O), los
agentes extintores, utilizados en extintores, que figuran en la tabla que aparece en la si-
guiente página.

7. Sistemas de bocas de incendio equipadas


- Los sistemas de bocas de incendio equipadas estarán compuestos por una fuente de abas-
tecimiento de agua, una red de tuberías para la alimentación de agua y las bocas de incen-
dio equipadas (BIE) necesarias.

Las bocas de incendio equipadas (BIE) pueden ser de los tipos BIE de 45 mm y BIE de 25 mm.

- Las bocas de incendio equipadas deberán, antes de su fabricación o importación, ser apro-
badas de acuerdo con lo dispuesto en el artículo 2 de este Reglamento, justificándose el
cumplimiento de lo establecido en las normas UNE-EN 671-1 y UNE-EN 671-2.

- Las BIE deberán montarse sobre un soporte rígido de forma que la altura de su centro quede
como máximo a 1,50 m sobre el nivel del suelo o a más altura si se trata de BIE de 25 mm, siem-
pre que la boquilla y la válvula de apertura manual si existen, estén situadas a la altura citada.

Las BIE se situarán, siempre que sea posible, a una distancia máxima de 5 m de las salidas de
cada sector de incendio, sin que constituyan obstácu lo para su utilización.

El número y distribución de las BIE en un sector de incendio, en espacio diáfano, será tal que
la totalidad de la superficie del sector de incendio en que estén instaladas quede cubierta por una
BIE, considerando como radio de acción de esta la longitud de su manguera incrementada en 5 m.

La separación máxima entre cada BIE y su más cercana será de 50 m. La distancia desde cual-
quier punto del local protegido hasta la BIE más próxima no deberá exceder de 25 m.

Se deberá mantener alrededor de cada BIE una zona libre de obstáculos que permita el acceso
a ella y su maniobra sin dificultad.

La red de tuberías deberá proporcionar, durante una hora, como mínimo, en la hipótesis de fun-
cionamiento simultáneo de las dos BIE hidráulicamente más desfavorables, una presión dinámica
mínima de 2 bar en el orificio de salida de cualquier BIE.

Las condiciones establecidas de presión, caudal y reserva de agua deberán estar adecuada-
mente garantizadas.

El sistema de BIE se someterá, antes de su puesta en servicio, a una prueba de estanqueidad


y resistencia mecánica, sometiendo a la red a una presión estática igual a la máxima de servicio
y como mínimo a 980 kPa (1O kg/cm 2 ), manteniendo dicha presión de prueba durante dos horas,
como mínimo, no debiendo aparecer fugas en ningún punto de la instalación.

8. Sistemas de columna seca


El sistema de columna seca estará compuesto por toma de agua en fachada o en zona fácil-
mente accesible al servicio contra incendios, con la indicación de uso exclusivo de los bomberos,
provista de conexión siamesa, con llaves incorporadas y racores de 70 mm con tapa y llave de purga
de 25 mm, columna ascendente de tubería de acero galvanizado y diámetro nominal de 80 mm, sa-
498
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

licias en las plantas pares hasta la octava y en todas a partir de ésta, provistas de conexión siamesa,
con llaves incorporadas y racores de 45 mm con tapa; cada cuatro plantas se instalará una llave de
seccionamiento por encima de la salida de planta correspondiente.

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Hidrante de columna seca

La toma de fachada y las salidas en las plantas tendrán el centro de sus bocas a 0,90 m sobre el
nivel del suelo.

Las llaves serán de bola, con palanca de accionamiento incorporada.

El sistema de columna seca se someterá, antes de su puesta en servicio, a una prueba de es-
tanqueidad y resistencia mecánica, sometiéndole a una presión estática de 1.470 kPa (15 kg/cm 2)
durante dos horas, como mínimo, no debiendo aparecer fugas en ningún punto de la instalación.

Los racores antes de su fabricación o importación deberán ser aprobados de acuerdo con este
Reglamento, ajustándose a lo establecido en la norma UNE 23.400.

9. Siste_mas de extinción por rociadores automáticos de agua

Los sistemas de rociadores automáticos de agua, sus características y especificaciones, así como
las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.590 y UNE 23.595.

Rociador automático de agua


499
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1O. Sistemas de extinción por agua pulverizada

los sistemas de agua pulverizada, sus características y especificaciones, así como las condicio-
nes de su instalación se ajustarán a las normas UNE 23.501, UNE 23.502, UNE 23.503, UNE 23.504,
UNE 23.505, UNE 23.506 y UNE 23.507.

11. Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión

Los sistemas de espuma física de baja expansión, sus características y especificaciones, así
como las condiciones de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.521, UNE 23.522, UNE
23.523, UNE 23.524, UNE 23.525 y UNE 23.526.

12. Sistemas de extinción por polvo

Los sistemas de extinción por polvo, sus características y especificaciones, así como las condicio-
nes de su instalación, se ajustarán a las normas UNE 23.541, UNE 23.542, UNE 23.543 y UNE 23.544.

13. Sistemas de extinción por agentes extintores gaseosos

Los sistemas de extinción por agentes extintores gaseosos estarán compuestos, como mínimo,
por los siguientes elementos:

a) Mecanismo de disparo.

b) Equipos de control de funcionamiento eléctrico o neumático.

c) Recipientes para gas a presión.

d) Conductos para el agente extintor.

e) Difusores de descarga.

Los mecanismos de disparo serán por medio de detectores de humo, elementos fusibles, ter-
mómetro de contacto o termostatos o disparo manual en lugar accesible.

La capacidad de los recipientes de gas a presión deberá ser suficiente para asegurar la extinción
del incendio y las concentraciones de aplicación se definirán en función del riesgo, debiendo que-
dar justificados ambos requisitos.

Estos sistemas sólo serán utilizables cuando quede garantizada la seguridad o la evacuación
del personal. Además, el mecanismo de disparo incluirá un retardo en su acción y un sistema de
prealarma de forma que permita la evacuación de dichos ocupantes antes de la descarga del agen-
t e extintor.

Relación de normas UNE

Instalaciones fijas de extinción de incendios. Sistemas equipados con man-


UNE EN 671-1: 1995.
gueras. Parte 1: Bocas de incendios equipadas con mangueras semirrígidas.
Instalaciones fijas de extinción de incendios. Sistemas equipados con man-
UNE EN 671-2: 1995.
gueras. Parte 2: Bocas de incendios equipadas con mangueras planas.

UNE 23.007/1 1996. Sistemas de detección y alarma de incendio. Parte 1: Introducción.


Sistemas de detección y de alarma de incendio. Parte 2: Equipos de control
UNE 23.007/2 1998.
e indicación.
Sistemas de detección y de alarma de incendio. Parte 4: Equipos de sumi-
UNE 23.007/41998.
nistro de alimentación.

500
PLAN DEEMERGENCIAS ANTE UNPOSIBLEINCENDIO 11111

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 5:


UNE 23.007 /5 1978, Detectores de calor. Detectores punt uales que contienen un elemento es-
tático.

UNE 23.007/5 1990. Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 5:
Detectores de calor. Detect ores puntuales q ue contienen un elemento es-
1ª modificación. tático.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 6:
UNE 23.007/61993.
Detectores térmicos termovelocimétricos puntuales sin elemento estático.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte
UNE 23.007/71993. 7: Detectores puntuales de humos. Detectores que funcionan según el prin-
cipio de difusión o transmisión de la luz o de ionización.

Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 8:


UNE 23.007/81993.
Detectores de calor con umbrales de temperatura elevada.
Componentes de los sistemas de detección automática de incendios. Parte 9:
UNE 23.007/91993.
Ensayos de sensibilidad ante hogares tipo.
Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 1O: Detectores de
UNE 23.007/1 0 1996.
llamas.
Sistemas de detección y de alarma de incendios. Parte 14: Planificación, d i-
UNE 23.007/14 1996.
seño, instalación, puesta en servicio, uso y mantenimiento.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 1: Generali-
UNE 23.091/11989.
dades.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 A: Mang uera
UNE 23.091 /2A 1996. flexib le plana para servicio ligero de d iámetros 45 milímetros y 70 milíme-
tros.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 2 B: Manguera
UNE 23.091/2B 1981 .
flexible p lana para serv icio duro de diámetros 25, 45, 70 y 100 m ilímetros.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 3 A: Manguera
UNE 23.091/3A 1996.
semirrígida para servicio normal de 25 milímetros de d iámetro.
Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción
UNE 23.091/41990.
de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.

UNE 23.091 /4 1994. Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción
1° modificación. de procesos y aparat os para pruebas y ensayos.

UNE 23091/41996. Mangueras de impulsión para la lucha contra incendios. Parte 4: Descripción
2• modificación. de procesos y aparatos para pruebas y ensayos.

Extintores portátiles de incendios. Parte 1: Designación. Duración de fu ncio-


UNE 23.11 0/1 1996.
namiento: Hogares tipo de las clases A y B.

Extintores portátiles de incendios. Parte 2: Estanqueidad. Ensayo d ieléctrico.


UNE 23.110/2 1996.
Ensayo de asentamiento. Disposiciones especiales.
Extintores portátiles de incendios. Parte 3: Const rucciones, resistencia a la
UNE 23.110/311994.
presión y ensayos mecánicos.
Extintores portátiles de incendios. Parte 4: Cargas, hogares mínimos exigi-
UNE 23.110/41996.
bles.
Extintores portátiles de incendios. Parte 5: Especificaciones y ensayos com-
UNE 23.110/5 1996.
p lementarios.
501
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Extintores portátiles de incendios. Parte 6: Procedimientos para la evalua-


UNE 23.110/61996. ción de la conformidad de los extintores portátiles con la Norma EN 3, partes
1 a 5.

UNE 23.400/11998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 25 milímetros.

UNE 23.400/21998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 45 milímetros.

UNE 23.400/3 1998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 70 milímetros.

UNE 23.400/41998. Material de lucha contra incendios. Racores de conexión de 100 milímetros.
Material de lucha contra incendios. Racores de conexión. Procedimientos de
UNE 23.400/5 1998.
verificación.

UNE 23.405 1990. Hidrante de columna seca.


UNE 23.4061990. Lucha contra incendios. Hidrante de columna húmeda.

UNE 23.407 1990. Lucha contra incendios. Hidrante bajo nivel de tierra.

UNE 23.500 1990. Sistemas de abastecimiento de agua contra incendios.

UNE 23.5011988. Sistemas fijos de agua pulverizada. Generalidades.

UNE 23.5021986. Sistemas fijos de agua pulverizada. Componentes del sistema.


UNE 23.503 1989. Sistemas fijos de agua pulverizada. Diseño e instalación.

UNE 23.5041986. Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos de recepción.

UNE 23.505 1986. Sistemas fijos de agua pulverizada. Ensayos periódicos y mantenimiento.
Sistemas fijos de agua pulverizada. Planos, especificaciones y cálculos hi-
UNE 23.5061989.
dráulicos.
UNE 23.5071989. Sistemas fijos de agua pulverizada. Equipos de detección automática.

UNE 23.5211990. Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Generalidades.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos
UNE 23.522 1983.
para p rotección de riesgos interiores.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos
UNE 23.5231984. para protección de riesgos exteriores. Tanques de almacenamiento de com-
bustibles líquidos.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas fijos
UNE 23.5241983.
para protección de riesgos exteriores. Espuma pulverizada.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Sistemas para
UNE 23.525 1983.
protección de riesgos exteriores. Monitores lanza y torres de espuma.
Sistemas de extinción por espuma física de baja expansión. Ensayos de re-
UNE 23.5261984.
cepción y mantenimiento.

UNE 23.5411979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Generalidades.

UNE 23.5421979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de inundación total.

UNE 23.543 1979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de aplicación local.

UNE 23.544 1979. Sistemas fijos de extinción por polvo. Sistemas de m angueras manuales.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Diseño e
UNE 23.590 1998.
instalación.

502
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 1:


UNE 23.595-1: 1995.
Rociadores.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 2:
UNE 23.595-2: 1995.
Puestos de control y cámaras de retardo para sistemas de tubería mojada.
Protección contra incendios. Sistemas de rociadores automáticos. Parte 3:
UNE 23.595-3: 1995.
Conjuntos de válvula de alarma para sistemas de tubería seca.

3.1. Tipos y manejo de extintores


El Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo (INSHT) tiene editadas dos Notas
Técnicas de Prevención (NTP) básicas en esta materia: la NTP 99, sobre métodos de extinción y
agentes extintores -cuyos criterios técnicos siguen vigentes aunque no así los legales- y la NTP
536, relativa a "Extintores de incendio portátiles: utilización''. La exposición del presente epígrafe
seguirá, fundamentalmente, las directrices de dichas Notas Técnicas.

3.1.1. Introducción
En la organización de un plan de protección contra incendios en un centro de trabajo merece
especial importancia la elección de los elementos materiales más adecuados y eficaces. Si se tiene
en cuenta que el extintor es el primer elemento que se usa en los primeros minutos de iniciación de
un fuego se puede afirmar que de él depende que la propagación del fuego se aborte o no. Elegir
un buen extintor significa conocer qué agente extintor es el más adecuado y qué tipo y eficacia de
extintor conviene. Además la efectividad de su uso depende de que se efectúe la actuación según
lo recomendado por las entidades de reconocido prestigio en la lucha contra incendios y de que su
mantenimiento y ubicación sea el correcto según la reglamentación o normativa correspondiente.

3.1.2. Extintores de incendio portátiles


Están concebidos para que puedan ser llevados y utilizados a mano teniendo en condiciones
de funcionamiento una masa igual o inferior a 20 kg.
Dentro de los tipos más usuales se encuentra el extintor de in-
cendios de presión permanente, que a su vez se presenta en tres
modalidades:
- La primera corresponde a aquellos en que el agente extintor
proporciona su propia presión de impulsión, tal como los de
anhídrido carbónico.
- La segunda está formada por aquellos en que el agente extintor
se encuentra en fase líquida y gaseosa, tal como los hidrocarbu-
ros halogenados, y cuya presión de impulsión se consigue me-
diante su propia tensión de vapor con ayuda de otro gas prope-
lente, tal como nitrógeno, añadido en el recipiente durante la
fabricación o recarga del extintor.
- La última modalidad es la de aquellos en que el agente extintor es líquido o sólido pulveru-
lento, cuya presión de impulsión se consigue con ayuda de un gas propelente, inerte, tal

503
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

como el nitrógeno o el anhídrido carbónico, añadido en el recipiente durante la fabricación


o recarga del extintor. En la Figura 1 se representa un extintor correspondiente a esta últi-
ma modalidad. Se reconocen porque en el punto 4 (ver Fig. 1) va roscado un manómetro
indicador de la presión del gas impulsor que ocupa la parte superior del recipiente. Para
accionar el extintor se quita el pasador 8 tirando de la anilla, desbloqueándose la palanca
6 que se acciona apretando hacia la maneta fija 7 para que así se ponga en comunicación
el tubo sonda 5 y la manguera 9. Entonces el gas impulsor empuja a la masa del agente
extintor obligándola a salir por el tubo sonda hacia la manguera y su boquilla.

Otro tipo de extintor es el de presión no permanente. En ellos el agente extintor puede ser
líquido o pulverulento y están sometidos a la presión atmosférica. El agente impulsor suele ser un
gas inerte tal como el nitrógeno o el anhídrido carbónico, que va contenido presurizado en un
botellín instalado dentro o fuera del extintor. En la Figura 2 se presenta este tipo de extintor con la
denominación de sus partes principales. Se puede ver que la parte superior del aparato extintor es
idéntica a la representada en la Figura 1 con la excepción de que no lleva el agujero roscado para
un manómetro. Este tipo de extintor lleva una válvula de seguridad 6 tarada a 0,8 veces la presión
de prueba, porque suponemos que su capacidad es superior a tres litros. Además el botellín, si es
de anhídrido carbónico y su capacidad es superior a 0,40 litros, dispone de un disco de seguridad
tarado a una presión aproximada de 190 kg/cm 2•

IO.lk,q11iH.1okt~¡.:uc,..t

Extintor de incendios de presión permanente

504
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

1. Tubo de salida del agente extintor

2. !lotellln de agente impulsor.

3. Tuho de salida del agente impulsor

4. Cámara de gases

5. Agtnt~ extintor

6. Vt\lvulu de seguridad

7. Hoquilla con palanca de accionamiento

8. Cuerpo del extintm

Extintor de incendios de presión no permanente con botellín interior

Para el accionamiento del extintor se comienza por quitar el pasador de seguridad tirando de
su anilla, desbloqueándose así la palanca que al apretarla hacia la maneta fija abre la salida del
agente impulsor del botellín 2 que, a través del tubo 3, se aloja en la cámara 4. Posteriormente,
si se empuña la boquilla de la manguera 7 y se acciona su palanca el agente impulsor que estaba
presionando desde su cámara al agente extintor, obligará a este a pasar por el tubo 1 y salir por la
boquilla de la manguera.
En la Figura 3 se presenta un ejemplo de etiqueta a adherir sobre un extintor de incendios de
presión permanente.
505
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

MARCA DEL EXTINTOR

EXTINTOR DE INCENDIOS
6 kg Polvo ABC

21 A 113B e
MODO DE EMPLEO
1. Quitar el pasador de seguridad
2. Apretar la maneta
3. Dirigir el chorro a la base de las llamas

PRECAUCIÓN
No apto para su uso en presencia de tensiones supe-
riores a 35.000 voltios
El polvo ABC no es tóxico ni corrosivo

FABRICANTE:

MARCA DE LA ENTIDAD AUTORIZADA


Agente extintor: 6 kg Polvo ABC
Agente propulsor: N2
Contraseña: FAI 1491
Transporte: EX-0291-V-V
Homologado según: ITC, MIE AP-5
BOE 20.6.85
Temperatura de servicio: - 20 ºC + 60 ºC
Verificar anualmente
Utilizar para la recarga
Recambios originales del modelo aprobado

DISTRIBUIDOR:

MANTENEDOR Y/O RECARGADOR:

Etiqueta impresa sobre un extintor de incendios de presión permanente


En la casilla superior se indica la marca comercial del extintor. En la siguiente casilla viene la
información sobre el t ipo y cantidad de agente extintor y la eficacia del extintor. En el caso de la
figura se indica que el extintor es de 6 kg de masa total (suma de las masas de los agentes extin-
tor e impulsor y la del recipiente). El agente extintor es polvo polivalente antibrasa ABC a base
de fosfatos que extingue fuegos de las clases A (sólidos), B (líquidos) y C (gases) con las eficacias
correspondientes a 21 A, 113 By C, respectivamente, según la norma UNE- 231 1O que especifica el
tamaño y clase de fuego que es capaz de extinguir considerando unas determinadas condiciones.

A continuación viene una casilla sobre el modo de empleo del extintor. La casilla que indica
PRECAUCIÓN es para advertir sobre los tipos de fuego para los que no debe utilizarse el extintor y
además se añade la información de que el agente extintor no es tóxico ni corrosivo.

506
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

En la siguiente casilla se da la referencia del fabricante que cumple con las exigencias legales.

En la próxima casilla se indica la marca de la entidad autorizada que ha intervenido para la ho-
mologación del aparato. Conjuntamente a esta marca se da la información sobre las características
del conti nente del extintor y la norma seguida para homologar con los códigos correspondientes
al aparato extintor.

A continuación viene la casilla con las referencias del distribuidor y otra última con las referen-
cias del mantenedor y/o encargado. Todos ellos deben cumplir con las exigencias legales.

En la Figura 4 se presenta un ejemplo de placa de diseño según normas. En ella se puede apre-
cia r el nombre del organismo autonómico como autoridad competente para controlar las pruebas
periódicas de presión. La casilla superior esta reservada para el número de registro. En la primera
casilla de la izquierda se indica la presión de diseño o de timbre que corresponde a la presión máxi-
ma de servicio (en este caso 20 kg/cm 2).

ESPACIO RESERVADO PARA LA IDENTIFICACIÓN


DE LA ADMINISTRACIÓN COMPETENTE

2553887
o TE o
PRESIÓN DE T IMBRE

.___º_9_
- 9_7~1 ~I- - ~
20 kg./cm 2
~~I l._________,
Ejemplo de placa de diseño

Las otras cuatro casillas están reservadas para indicar la fecha y marca de quien realiza
las pruebas de presión con periodicidad de cinco años. En la placa de la figura se indica la
fecha de la primera prueba de presión: 09- 97. En est e caso la última prueba se realizará en
la fecha del mes 09 del año 2012 que dará de validez al extintor cinco años más hasta el mes
09 del año 2017 en que ya habrán pasado 20 años de servicio y por esto el exti ntor deberá
retirarse.

En la Figura 5 se presenta una etiqueta correspondiente a un extintor de anhídrido car-


bónico. Puede comprobarse que la distribución de la información dada es similar a la de la
etiqueta de la Figura 3. Este tipo de extintores no lleva placa de diseño, pues por pertenecer al
grupo de botellas de gases licuados deberán llevar las inscripciones reglamentarias grabadas
directamente sobre la botella. Además dichas botellas disponen de un disco de seguridad t a-
rado a una presión de - 190 kg/cm 2• Otra característica peculiar de los extintores de anhídrido
ca rbónico es que la boquilla de la manguera es más grande que la de los otros tipos. Está rea-
lizada en material aislante para evitar que la temperatura especialmente baja del gas licuado
produzca quemaduras.

507
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

MARCA DEL EXTINTOR

EXTINTOR
S Kg (02 (Anhídrido carbónico)
348(

MODO DE EMPLEO
1. Posición vertical
2. Tirar de la anilla
3. Dirigir el chorro a la base de las llamas

PRECAUCIÓN
No utilizar en fuegos metálicos y productos radioactivos

MARCA DE LA ENTIDAD AUTORIZADA


Recargar después de utilizar aunque sea parcialmente.
Verificar periódicamente.
Utilizar para el mantenimiento o la recarga los productos y piezas de recambio conforme al modelo
aprobado.
NO CONDUCTOR DE LA ELECTRICIDAD
Agente extintor:
C02 S kg
Temperaturas límite:
-20º( +60 º(
Aprobación N.0
012 / 485
Tipo:
C02 5 kg
Modelo:
NM

FABRICANTE:

DISTRIBUIDOR:

MANTENEDOR Y/O RECARGADOR:

Etiqueta impresa sabre un extintor de incendias de anhídrida carbónico

3.1 .3. Selección de un extintor portátil


En principio, se debería tener en cuenta para qué clase de fuego se quiere el extintor. Para ello se
considerará lo expuesto en el reglamento de instalaciones de protección contra incendios (vertabla 111).
En la elección del agente extintor se deberá prescindir del halón, para así cumplir con el Protocolo
de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono y que está ratificado por el estado
español. Se podría elegir algunos de los productos alternativos de los halones que están autorizados.
508
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

Tabla 111. Agentes extintores y su adecuación a las distintas clases de fuego según el
Reglamento de instalaciones de protección contra incendios (RD 1942/1993. BOE de 14.12.1993)

CLASE DE FUEGO (UNE-EN2 1994)

AGENTE EXTINTOR D
A B e (Metales
(Sólidos) (Líquidos) (Gases)
especiales)

Agua pu lverizada 000 (2) X

Agua a chorro 00 (2)

Polvo BC (convencional) XXX XX

Polvo ABC (polivalente) 00 XX XX

Polvo específico metales XX

Espuma física 00 (2) XX

Anhídrido carbónico O(1) X

Hidrocarburos haloge- O(1) XX


nados

Siendo: xxx Muy adecuado/xx Adecuado/x Aceptable

Notas:
1. En fuegos poco profundos (profundidad inferior a 5 mm) puede asignarse xx.
2. En presencia de corriente eléctrica no son aceptables como agentes extintores el agua a chorro ni
la espuma; el resto de los agentes extintores podrán utilizarse en aquellos extintores que superen el
ensayo dieléctrico normalizado en UNE-23.11 O.

Otro parámetro a tener en cuenta sería el tamaño del fuego que viene indicado por la parte
numérica del código que nos define la eficacia del extintor. Este código está determinado por la
norma correspondiente. Si los recintos que se desean proteger están en edificios habrá que recurrir
a lo dispuesto en la Norma Básica de la Edificación que corresponda según la fecha de construcción
del inmueble o, en caso que exista, a la ordenanza municipal correspondiente.

3.1.4. Normas de utilización de un extintor portátil


El usuario de un extintor de incendios, para conseguir una utilización del mismo mínima eficaz,
teniendo en cuenta que su duración es aproximadamente de 8 a 60 segundos según tipo y capaci-
dad del extintor, tendría que haber sido formado previamente sobre los conocimientos básicos del
fuego y de forma completa y lo más práctica posible, sobre las instrucciones de funcionamiento, los
peligros de utilización y las reglas concretas de uso de cada extintor.

Como se ha visto anteriormente, en la etiqueta de cada extintor se especifica su modo de em-


pleo y las precauciones a tomar. Pero se ha de resaltar que en el momento de la emergencia sería
muy difícil asimilar todas las reglas prácticas de utilización del aparato.
509
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

Den't ro de las precauciones generales se debe tener en cuenta:

- La posible toxicidad del agente extintor o de los productos que genera en contacto con el fuego.

- La posibilidad de quemaduras y daños en la piel por demasiada proximidad al fuego o por


reacciones químicas peligrosas.

- Descargas eléctricas o proyecciones inesperadas de fluidos emergentes del extintor a tra-


vés de su válvula d e seguridad. También se debe considerar la posibilidad de mecanismos
de accionamiento en malas condiciones de uso.

1. Descolgar el extintor asién- 2. Asir la boquilla de la man- 3. Presionar la palanca de la


dolo por la maneta o asa guera del extintor y com- cabeza del extintor y en
fija y dejarlo sobre el suelo probar, en caso que exista, caso de que exista apretar
en posición vertical. que la válvula o disco de se- la palanca de la boquilla
guridad (V) está en posición rea lizando una pequeña des-
sin riesgo para el usuario. carga de comprobación.
Sacar el pasador de segu-
ridad tirando de su anilla.

4. Dirigir el chorro a la base de


las llamas con movimiento de
barrido.
En caso de incendio de lí-
quidos proyectar superfi-
cialmente el agente extintor
efectuando un barrido evi-
tando que la propia presión
de impulsión provoque de-
rrame del líquido incendiado.
Aproximarse lentamente
al fuego hasta un máximo
aproximado de un metro.

Reglas generales de uso de un extintor de incendios portátil


510
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO ~
Antes de usar un extintor contra incendios portátil se recomienda realizar un cursillo práctico
en el que se podrían incluir las siguientes reglas generales de uso (ver fig. 6):
1. Descolgar el extintor asiéndolo por la maneta o asa fija que disponga y dejarlo sobre el
suelo en posición vertical.

2. En caso de que el extintor posea manguera asirla por la boquilla para evitar la salida incon-
trolada del agente extintor. En caso de que el extintor fuese de C02 llevar cuidado especial
de asir la boquilla por la parte aislada destinada para ello y no dirigirla hacia las personas.

3. Comprobar, en caso de que exista válvula o disco de seguridad, que están en posición sin
peligro de proyección de fluido hacia el usuario.
4. Quitar el pasador de seguridad tirando de su anilla.

S. Acercarse al fuego dejando como mínimo un metro


de distancia hasta él. En caso de espacios abiertos
acercarse en la dirección del viento.

6. Apretar la maneta y, en caso de que exista, apretar


la palanca de accionamiento de la boquilla. Realizar
una pequeña descarga de comprobación de salida
del agente extintor.

7. Dirigir el chorro a la base de las llamas.


8. En el caso de incendios de líquidos proyectar su-
perficialmente el agente extintor efectuando un
barrido horizontal y evitando que la propia presión
de impulsión pueda provocar el derrame incon-
trolado del producto en combustión. Avanzar gra-
dualmente desde los extremos.

3.1.5. Mantenimiento de los extintores de incendio portátiles


En el plan de prevención y protección contra incendios en un centro de trabajo se incluye todo
lo relativo a la cantidad, tipo, ubicación y mantenimiento de los extintores de incendio portátiles.
Merece ser destacado que, para que un extintor de incendios sea eficaz en el momento del incen-
dio, debe haber tenido un mantenimiento adecuado con las revisiones periódicas indicadas según
el Real Decreto 1942/1993.

4. Actuaciones a adoptar en caso de incendio


En el supuesto de producción de un incendio, se deben adoptar las siguientes actuaciones
básicas:
- Localizar el origen de la incidencia.

- Clasificar la magnitud del incendio (conato, emergencia parcial o general).

- Comunicar el hecho al Jefe de Emergencia o de Primera Intervención a su sustituto, facili-


tándole la mayor cantidad de datos posibles del siniestro.
511
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

1
- Si la magnitud del incendio lo permite, se dispone de conocimientos en lucha con-
tra incendios y sin ponerse en peligro iniciar la extinción con los extintores portátiles
de la zona. Apagar un fuego con el extintor inadecuado, puede resultar inútil, e incluso
contraproducente.
- Si se decide a atacar el fuego con los medios de extinción disponibles, no dejar nunca que
el fuego corte las posibles vías de escape. Tampoco girarse ni dar la espalda al fuego.
- Actuar siempre por parejas (ante cualquier eventualidad o desarrollo del siniestro, siempre
se podrá contar con la ayuda de un compañero).
- Si el incendio es controlado comunicarlo al Jefe de Emergencia, pero sin abandonar el lugar,
el incendio podría reactivarse.

- Si el incendio no se puede controlar, evacuar la zona cerrando las puertas que se vayan
dejando a la espalda e indicarlo al Jefe de Emergencia.

- Si no se puede salir debido a la gran cantidad de fuego o al humo:


* Mojar la puerta donde uno se encuentre (usar la papelera o los cajones como cubo), con
el fin de enfriarla.
* Mojar toallas o trapos y colócalas en los bajos de la puerta, para evitar la entrada del
humo.
- Es muy importante para la seguridad, observar los siguientes aspectos:

* Conocer las vías de evacuación y puertas de salida, así como con la loca lización de los
medios de emergencia (extintores portátiles, pulsadores de alarma, etc.).
* Recordar que en caso de haber gran cantidad de humo y fuego en los accesos, lo mejor
es esperar en el interior de tu local o dependencia. Si se ocurre salir, hacerlo envuelto en
una manta o prenda empapada de agua.

4.1. Evacuación en caso de incendios


La Nota Técnica de Prevención (NTP) 436 -Cálculo estimativo de vías y tiempo de evacuación-
del Instituto Nacional de Seguridad e Higiene en el Trabajo -INSHT-, expone que el plan de emer-
gencia de cualquier centro de trabajo plantea el doble objetivo de proteger a las personas y a las
instalaciones ante situaciones críticas, minimizando sus consecuencias. La mejor salvaguarda para
los ocupantes ante una emergencia es que puedan trasladarse a un lugar seguro, a través de un
itinerario protegido y en un tiempo adecuado, esto es, realizar una evacuación eficiente. La citada
Nota Técnica pretende exponer los parámetros a considerar para conseguir con éxito una evacua-
ción. Para ello, aborda el estudio a través de los siguientes aspectos:

Definiciones
Si se plantea un it inerario cualquiera de evacuación, antes del estudio de optimización se de-
bería poner atención en los siguientes conceptos generales extractados de la Norma Básica de la
Edificación NBE-CPl/96.

Origen de evacuación: Cualquier punto ocupable. Excepción de los recintos de densidad de


ocupación baja y superficie menor de 50 m 2, cuyo origen de evacuación es su puerta.
512
PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

Recorridos de evacuación: Longitud real sobre el eje de pasillos, escaleras y rampas.

Altura de evacuación: Diferencia de cotas de evacuación entre la del origen y la de salida del
ed ificio. Para evacuación no se consideran las escaleras mecánicas, rampas móviles y aparatos ele-
vadores, excepto las rampas móviles con dispositivo de parada automática por sistema de detec-
ción y alarma.

Rampas: Son consideradas como los pasillos con una pendiente que no deberá ser mayor que
el 12% cuando su lo ngitud sea menor que 3 m, que el 10% cuando su longitud sea menor que 1O
moque el 8% en el resto de los casos.

Recinto: Espacio cerrado y formado por elementos constructivos separadores. Puede abarcar
diversas plantas pero constituye un sector de incendio.

Establecimiento: Concesión de dominio sobre la utilización de un inmueble. Todo él dentro de


un edificio será un sector de incendio diferenciado.

Espacio exterior seguro: Es el lugar de la vía pública dentro de una zona delimitada con un
radio de distancia de la sal ida de edificio de O, 1 P metros, siendo P el número de ocupantes. Si el
espacio exterior no está comunicado con la red viaria o con otros espacios abiertos no será preciso
computar la superficie necesaria dentro del radio de distancia antes citado pero habrá que excluir
una franja de quince metros desde la fachada. Este espacio se determina a razón de 0,5 m 2/ persona
como mínimo. Ver también salida de edificio.

Salida de recinto: Es una puerta o un paso que conducen directamente o no a la sa lida de


planta y del ed ificio. Un recinto puede disponer de una única salida, si su ocupación es menor de
100 personas, no existen recorridos para más de 50 personas que precisen salvar en sentido ascen-
dente una altura de evacuación de más de dos metros y ningún recorrido hasta la salida debe ser
mayor de 25 m en general. Una planta puede disponer de una única salida si además de cumplir las
condiciones anteriores, su altura de evacuación no es mayor que 28 m.

Si un recinto o planta deben tener varias salidas se verifica que: Desde cualquier origen hasta
alguna salida el recorrido es menor de 50 m y desde todo origen de evacuación hasta algún punto
con al menos dos recorridos alternativos no tenga más de 25 m.

Salida de planta: Puede ser el arranque de una escalera que conduce a una planta de sa lida
del edificio,. siempre que ésta no tenga un ojo o hueco central con un área en planta mayor que 1,3
m 2 y no comunique con otras inferiores a través de huecos verticales además de las normales de
las escaleras.

Es también una puerta de acceso a una esca lera o a su vestíbulo previo, a un pasillo protegido,
siempre que cumpla con la normativa específica y que conduzcan a una salida de edificio.

Es la puerta de acceso a otro sector, con las condiciones de que el primer sector tenga otra sali-
da de planta o una puerta de acceso a un tercer sector y finalmente a una salida de edificio. Las dos
salidas del primer sector no conducirán a un sector común para los dos recorridos optativos. Los
espacios a los que se accede, dentro de 30 m de recorrido de evacuación desde la puerta conside-
rada disponen como mínimo de 0,5 m 2 por persona asignada a dicho recorrido.

Salida de edificio: Puerta o hueco utilizable como paso a un espacio exterior seguro. Si el espacio
exterior seguro no tiene capacidad para todos los ocupantes se podrá buscar otro espacio adicional
capaz con la condición que el recorrido sea menor que 50 m y cumpla con la normativa específica.

Además, la NTP comentada contempla los Tiempos de evacuación, el Cálculo de vías de eva-
cuación y su aplicación práctica y el Cálcu lo de los tiempos de evacuación.
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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

En general, se pueden indicar como normas a tener en cuenta en una evacuación en caso de
incendio las siguientes:
- Al activarse la señal de evacuación, comprobar que las vías de evacuación se encuentran
practicables, en caso contrario notificarlo el hecho al Jefe de Emergencia.
- Mantener la calma. Indicar al personal de la zona la necesidad de evacuar el centro, por las
salidas definidas (siempre que estas estén practicables).
- Guiar a los ocupantes hacia las vías de evacuación.
- Tranquilizar a las personas durante la evacuación, pero actuando con firmeza para conse-
guir una evacuación rápida y ordenada.
- Ayudar a las personas impedidas, disminuidas o heridas.
- No permitir la recogida de objetos personales.
- No permitir el uso de los ascensores.
- Siempre que sea posible verificar que los distintos lugares asignados han sido evacuados
correctamente.
- Una vez en el exterior, dirigirse al Jefe de Emergencia, indicándole la completa evacuación
de la zona o, en caso contrario, las incidencias producidas en la misma (heridos, lugares que
no se pudieron comprobar, etc.).

4.2. Evacuación de enfermos


En la literatura especializada suele señalarse que un hospital no es evacua ble y, aunque esto es
defendido por la mayoría de los expertos, lo cierto es que puede llegar a necesitarse, aunque sea
como última medida. Precisamente por la dificultad que comporta, es por lo que se hace más ne-
cesario tener preestablecida una posible evacuación. La razón argumentada a veces de la no posi-
bilidad de evacuación de un Hospital no debe ser utilizada para no planificar la misma, por cuanto,
pese a su dificultad y a sus consecuencias, puede evitarse que la catástrofe sea mayor.
La evacuación total de un Hospital es, además de difícil, improbable, pero no las evacuaciones
parciales o traslados a otras zonas no afectadas, por lo que cada área del Hospital deberá contar
con su propia sistemática de evacuación. Naturalmente dicha sistemática será diferente en algunas
áreas del Hospital, como las Unidades de Cuidados Intensivos, Neonatología, Hospitalización de
Traumatología, etc. Al menos las Unidades de pacientes críticos y los bloques quirúrgicos deberán
disponer de sus sistemáticas especiales de evacuación.
Si se desea que la evacuación sea verdaderamente eficaz, hay que partir de dos premisas fun-
damentales: que sea ordenada y que se sigan vías preestablecidas. Ello viene determinado, en prin-
cipio, por el escaso o limitado tiempo con el que se cuenta, y por la necesidad de solventar las
reacciones de pánico que suelen provocar los si niestros. Como norma general de actuación debe
recordarse, una vez más, el principio básico de la Medicina de Catástrofes, en el sentido de primar
el interés colectivo frente al individual.
En toda sistemática de evacuación han de constar, al menos:
- Unas normas generales para el personal.
- Una definición de prioridades igualmente en función del área a evacuar, tipo de enfermos y
disponibilidad de personal.
- Una metodología del traslado de enfermos, en virtud del tipo de Unidad a evacuar.
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PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

4.2.1. Normas generales de evacuación


Las personas responsables de la evacuación serán el personal de cada Unidad y el de otras áreas que
designe el Comité de Catástrofes. Este personal estará perfectamente identificado mediante tarjeta.

El personal permanecerá en su puesto de trabajo hasta recibir órdenes de la persona que dirija
la evacuación y sólo de ésta. Para realizar una adecuada evacuación deberán seguirse las siguientes
recomendaciones:

- Mantener la calma y no fomentar situaciones alarmistas.


- Eliminar obstáculos en puertas y rutas de evacuación.
- Emprender la evacuación con rapidez, sin gritos ni aglomeraciones.
- No intentar llevar consigo los objetos personales.
- No intentar recuperar ningún objeto que se caiga.
- Promover la ayuda mutua (controlar reacciones nerviosas).
- No volver a entrar en el área después de evacuada.
- Mantener el orden y la tranquilidad en las áreas de seguridad.
- Cerrar puertas y ventanas.
- Desconectar enchufes.
- Mantener libre la línea telefónica o interfono.

4.2.2. Prioridades en la evacuación


Se evacuarán siempre primero los enfermos, y luego los bienes materiales, comenzando por
la documentación y siguiendo por los que puedan contribuir a agravar el siniestro y por los que
puedan ser necesarios para la asistencia a los afectados.

Como criterio general en la evacuación de los enfermos se define el siguiente orden:

1. Enfermos que puedan desplazarse por sí mismos.

2. Enfermos encamados que no pueden moverse por sí mismos, que estén más alejados de la
zona de salida.

3. Enfermos impedidos más próximos a la zona de salida.

4.2.3. Metodología de evacuación


Dependiendo del lugar en que se produzca el siniestro se establecerá la preparación de los
enfermos, el personal interviniente, la forma de traslado de los enfermos, la ruta de evacuación, la
recepción de los evacuados y el control del proceso de evacuación.
a) Preparación de los pacientes para la evacuación
Hay que partir del hecho de que el paciente evacuado debe de poder ser identificado poste-
riormente para proseguir cuidados y atención médica en la zona de seguridad o en otro Hospital.
Conviene tener en cuenta, igualmente, que el paciente puede no estar en condiciones de ofrecer
su filiación, por lo que ha de procederse a otorgar a los pacientes algún dato para su identificación.
515
11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

La identificación de los pacientes dependerá fundamentalmente del tiempo de que se dis-


ponga para la evacuación. No obstante debe de estar prevista de antemano, sin que pueda dejarse
a la improvisación. Como recomendación, se aconseja disponer de una pegatina, brazalete o pulse-
ra en la que se identifique, al menos:

- Número de cama que ocupe.

- Unidad de origen y, si es posible, sector al que va dirigido.

- Filiación.

- Diagnóstico y tratamiento.
La consignación de estos datos será realizada por el Personal de Enfermería y, por supuesto,
dependerá del tiempo de que se disponga, por lo que puede ir desde consignar simplemente el
número de cama a preparar toda la historia clínica completa.

b) Personal que participará en la evacuación

El personal obligado a participar en la evacuación es en principio el de la propia Unidad que


se evacue. Además, todo el personal del centro podrá ser designado por el Comité de Catástrofes,
aunque no dependa de la Unidad que se evacue.
Es recomendable que el personal que participe en la evacuación esté identificado; para ello se
sugiere el portar un brazalete con distintivos. Sus funciones serán trasladar enfermos hasta la zona
de seguridad señalada.

c) Técnicas de traslado
La elección del método de traslado de enfermos estará en función del estado y patología del
paciente, edad, etc. Los traslados de enfermos pueden realizarse en horizontal o en vertical.
Toda evacuación supone, en principio, un traslado en horizontal, y puede ser realizada en la
propia cama del enfermo. Si se trata de una evacuación mediante traslado en vertical, la utiliza-
ción de camas o sillas queda descartada. La elección del método de traslado será realizada por el
Facultativo responsable de la Unidad y en su ausencia por el/la Supervisor/a de la misma.

S. Se_guridad en los centros sanitarios. Actuación de los


Celadores
En los establecimientos sanitarios existen numerosas instalaciones y se desarrollan distintas
actividades que pueden ocasionar un incendio o una explosión. A dichos riesgos debe sumarse,
como una posibilidad, el que en vecindad, o en el propio edificio estén ubicadas industrias o acti-
vidades que pudieran sufrir uno de tales riesgos, y que los mismos pudieran propagarse causando
daños al establecimiento sanitario.

Los planes de emergencia pretenden con su implantación optimizar la utilidad de los recur-
sos técnicos y humanos disponibles, con el objetivo de controlar con rapidez la evolución de la
emergencia y minimizar sus consecuencias. En un plan de autoprotección se pretenden los mismos
objetivos pero además se incluye el de implantación de medidas de prevención que reduzcan la
probabilidad de inicio de emergencias.

Los conceptos de accidente y emergencia están muy ligados entre sí, pudiendo definirse
como sucesos inesperados y no deseados que interrumpen el desarrollo normal de una activi-

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dad. En algunos casos sólo entrañan consecuencias económicas pero en otros pueden ocasionar
daños a personas. Algunos son de evolución rápida, como puede ser la muerte de alguien por
electrocución o explosión. Otros pueden ser de evolución más lenta como un incendio o sequía.
El desarrollo de actividades lleva implícito una serie de riesgos que con el paso del tiempo pueden
dar lugar a accidentes que ocasionarán situaciones de emergencia.

Las medidas contra los accidentes-emergencias son: la prevención, la protección y la repara-


ción. Podemos definir la prevención como el conjunto de medidas tendentes a que no se produz-
Gl(l situaciones no deseadas, la protección como el conjunto de medidas que intentan neutralizar
la emergencia producida y la reparación como el conjunto de medidas tendentes a reparar los
daños ocasionados por un accidente.

En un establecimiento sanitario las emergencias pueden ser muy variadas pudiendo ir desde
una situación de catástrofe externa que pueda ocasionar la llegada de numerosos enfermos o he-
ridos, pasando por situaciones potenciales de emergencia interna como una alarma de bomba o
también los posibles accidentes que puedan originarse por las instalaciones o actividades que se
desarrollan en el propio establecimiento.

5.1. Inventario de recursos


Son todos los recursos técnicos y humanos del establecimiento, así como la cantidad y calidad
de tiempo de intervención de las ayudas externas para la actuación en una situación de emergencia.

Los recursos técnicos internos para la lucha contra incendio y evacuación se pueden concretar en:

- Sistemas de detección, sistemas para detectar el humo, ya sea humano o automático.

- Alarma, sistemas de emergencia para informar de la existencia de incidentes, como pulsa-


dores, sirenas, megafonía, etc.

- Medios de extinción, que son los medios de que dispone un establecimiento para la lucha
contra el fuego, como extintores, bocas de incendio, sistemas fijos de extinción, etc.

Medios de evacuación, sistemas para poder evacuar a las personas, como escaleras, pasillos
especiales señalizados, etc.

5.2. Clasificación de las emergencias


Según el factor de gravedad de las mismas se pueden subdividir en:
- Conato de emergencia, es el accidente que puede ser controlado y dominado de forma
sencilla y rápida por el personal y medios de protección del local, dependencia o sector.
- Emergencia parcial, es el accidente que para ser dominado requiere la actuación de los
equipos especiales de emergencia del sector. Los efectos de la emergencia parcial queda-
rán limitados a un sector y no afectarán a otros sectores colindantes ni a terceras personas.

- Emergencia general, es el accidente que precisa de la actuación de todos los equipos y


medios de protección del establecimiento y la ayuda de medios de socorro y salvamento
exteriores. La emergencia general comportará la evacuación de las personas de determina-
dos sectores.
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11111 CELADORES DEL SERVICIO ANDALUZ DE SALUD

5.3. Actitudes a adoptar


Las distintas emergencias requerirán la intervención de personas y medios para garantizar en
todo momento:
- La cadena detección-alarma. Cualquier persona que detecte una emergencia debe poder
transmitir por teléfono interior (línea especial) o pulsadores la alarma a un centro perma-
nente ocupado (centralita, recepción, etc.).
- La valoración de la gravedad y movilización de equipos internos. Debe asegurarse la
alerta a una persona formada que pueda evaluar la emergencia y movilizar a lo s equipos
necesarios para la intervención según la gravedad.
- El aviso, recepción e información de las ayudas externas. Debe asegurarse la comunica-
ción de la emergencia a los equipos de ayuda externos así como el envío de una persona al
acceso del ed ificio que reciba, informe y acompañe a los responsables del equipo.
- La evacuación. Se le debe dar una relevancia especial por sus especiales connotaciones.
En las emergencias parciales se organizará una evacuación parcial del personal del sector
hasta una zona segura. Los métodos para el traslado de los enfermos estará en función de
su dolencia. Lógicamente lo idóneo sería trasladar a los enfermos en su propia cama o en
sillas de ruedas pero normalmente esto no es posible. A continuación pueden observarse
algunos métodos para el traslado brevemente comentados:
a) Por levantamiento: son los más rápidos, no requieren excesivo esfuerzo y son fáciles de aplicar.

b) Por arrastre directo: está indicado cuando hay mucho humo, son imposibli:>s de utilizar en
evacuación vertical, requieren gran esfuerzo y algunos son lentos y requieren entrena-
miento.

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PLAN DE EMERGENCIAS ANTE UN POSIBLE INCENDIO 11111

c) Por arrastre con silla: son rápidos, son bastante confortables para los pacientes pero no
se pueden utilizar, generalmente, para la evacuación vertical.

d) Por arrastre por colchón: son seguros y confortables, son muy lentos y complicados, las
vías de evacuación deben ser amplias y se necesita un gran esfuerzo físico.

5.4. Actuación de los Celadores en un plan de emergencia


Las indicaciones que recogemos se refieren a la actuación establecida por un hospital en con-
creto y por lo tanto deben entenderse como referencia de sus posibles actuaciones en cualquier
centro hospitalario.

Al recibir la alerta sus misiones serán:

a) Celadores componentes del equipo de segunda intervención:

- Recoger la máxima información de la emergencia procedente de cent ralita.

- Aprovisionarse del equipo necesario y acudir al lugar de la emergencia y atacar el fuego


bajo las órdenes directas del Jefe de Intervención.
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b) Resto de Celadores.

Coord inados por el Jefe de Personal Subalterno, que en el momento de la alerta acudirá al
lugar de la emergencia donde recibirá instrucciones claras del Jefe de intervención sobre:

- Utilización de ascensores y vías de evacuación.

- Personal disponible y distribución de los mismos.

Para atender las siguientes necesidades:

- Paralizar montacamas y ascensores en la planta baja.

- Convertir en montacamas los ascensores.

- Destinar un Celador para cada montacamas para la utilización desde el interior.

- Utilizar el montacargas de cocina para el uso exclusivo de los Equipos de Intervención,


mientras su uso lo haga posible.

- Destinar dos Celadores en urgencias para ayudar el movimiento de pacientes que acudan
por las escaleras próximas y sacar los que acudan por el montacamas.

- Cerrar las ventanas y puertas, etc. de almacenes y servicios.

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