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EL DUELO

El duelo no está limitado a la muerte. El duelo es la emoción o conjunto de


emociones que se experimentan cuando hay una pérdida o cuando muere alguien
a quien se ha cuidado con interés y atención. También una persona a quien se le
ha amputado una pierna o un brazo, pasa por un proceso de duelo. Cuando
alguien carga todas sus pertenencias dentro de un vehículo y se despide de su
familia y de sus amigos el duelo y el pesar viajan con ella. Un joven puede
experimentar duelo cuando una relación romántica termina y, en los años
posteriores, un esposo puede experimentar duelo cuando su matrimonio se
rompe. El duelo puede afectar también a un empleado cuando pierde su trabajo, el
cual había tenido por muchos años. También los padres experimentan duelo
cuando una hija va a estudiar lejos de casa o cuando un hijo es reclutado por el
ejército. Siempre que se pierde a una persona o una posesión que ha provisto
seguridad emocional o satisfacción, es muy probable que exista el duelo. El duelo
es normal ante el dolor de la separación, pero cuando la persona se deprime en
sobremanera se convierte en un "duelo patológico", pero NO todo duelo es
patológico. El "duelo normal" es el dolor por la pérdida del ser querido, y el "duelo
patológico" es el dolor por la pérdida del ser querido y además de la pérdida de
'uno mismo'.

Hay quienes, ante el sufrimiento de la vida, se rebelan contra Dios y le echan las
culpas de todas sus desgracias. Le dicen: ¿Por qué me has hecho esto? Prefiero
morir a vivir. Quiero suicidarme, así no vale la pena vivir. Algunos gritan, diciendo:
¿Por qué? Yo soy bueno. ¿Por qué me castigas? Oh Dios, mátame si quieres,
pero que no dé pena a los demás, que no haga gastar dinero a mis familiares, que
no sea un cacharro inútil para los demás… Y Dios no responde, y calla y perdona
y aguanta con paciencia todos los insultos e incomprensiones.

Pero Dios no se divierte ni se lo pasa en grande viendo sufrir a sus hijos, como si
tu dolor y separación o la muerte fueran caprichos de su entretenimiento para los
ratos libres. En cambio, se siente muy contento, cuanto ve que el cristianos,
madura y llega a ser mejor y mas feliz cuando pasa por el sufrimiento confiando en
el Señor.
Muchas veces el sufrimiento nos lleva a Dios, que es amor. Nos hace más
sensibles ante el sufrimiento de los demás y nos ayuda a madurar personalmente.
El hombre que no ha sufrido, no tendrá la madurez suficiente para amar de verdad
y será más duro e insensible ante el dolor de los demás.

Mateo 5:1 Bienaventurados los que están de duelo: Dios les consolará.

Juan 11:25-26 Jesús le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí,
aunque esté muerto, vivirá, y todo el que vive y cree en mí, no morirá
eternamente. ¿Crees esto? ”

Juan 14:1-3 “Que no se turbe vuestro corazón. Creed en Dios, creed también en


mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones. Si no fuera así, ¿os habría
dicho que voy a preparar un lugar para vosotros Y si me voy y preparo un lugar
para vosotros, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy,
vosotros ser también.

Juan 6:35-40 Jesús les dijo: “Yo soy el pan de vida, y el que viene a mí no tendrá
hambre, y el que cree en mí nunca tendrá sed. Pero yo le dije a usted que usted
me ha visto y no creéis. Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí, y el que a mí
viene, no le echo fuera. He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino
la voluntad del que me envió. Y esta es la voluntad del que me ha enviado: que no
pierda nada de todo lo que él me ha dado, hasta el último día. Porque esta es la
voluntad de mi Padre: que todo aquel que ve al Hijo y cree en él, tenga vida
eterna, y yo lo resucitaré en el día postrero. ”

Mateo 11:28-30 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os


haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso
y humilde de corazón, y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo
es suave y mi carga es liviana. ”

Filipenses 4:6-7 No se inquieten por nada, pero en toda oración y ruego, con
acción de gracias, vuestras peticiones delante de Dios. Y la paz de Dios, que
sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros
pensamientos en Cristo Jesús.

Isaías 66:13 Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo; seréis
consolados en Jerusalén.

Mateo 5:4 “Bienaventurados los que llorar, porque ellos serán consolados.

Salmos 55:22 Echa tu carga sobre el Señor, y él te sustentará; no permitirá jamás


que el justo sea movido.

Salmo 23
El Señor es mi pastor, nada me falta.
Él me hace descansar en verdes pastos.
Él me conduce hacia fuentes tranquilas.
Él restaura mi alma.
Me guiará por sendas de justicia por amor de su nombre.
Aunque ande en valle de sombra de muerte,
No temeré ningún mal,
porque tú estarás conmigo;
tu vara y tu cayado
me infundirán aliento.

Preparas una mesa ante mí


en presencia de mis enemigos;
tú ungiste mi cabeza con aceite;
mi copa rebosa.
Ciertamente el bien y la misericordia me seguirán
todos los días de mi vida,
y habitaré en la casa del Señor
para siempre.

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