Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
soledad
Todos nos sentimos solos en algún momento. No importa si somos jóvenes
o ancianos, casados o solteros, hombres o mujeres... Durante el transcurso
de nuestra vida surgen momentos en los que nos parece como si
estuviéramos completamente solos a pesar de estar rodeados de gente.
A veces solo necesitamos alguien que nos escuche y Dios está siempre
dispuesto a escucharte. Ve ante él y cuéntale lo que te agobia o te causa
ansiedad. ¡Él no se escandaliza! Él ya lo sabe. Pero le gusta que vayas ante
él con confianza y le cuentes lo que te sucede. ¡Habla con Dios y confía en
que, en su momento, él obrará! Él cuida de ti.
El Espíritu Santo de Dios no solo está contigo en todo momento, sino que
te consuela. Él es el Espíritu de verdad; por eso hablará la verdad a tu
corazón sobre la situación y sobre cómo Dios está obrando. Presta atención
a su voz, recibe su consuelo y disfruta de su compañía.
Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que
nos amó. Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni
los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto ni lo
profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que
Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.
(Romanos 8:38-39)
La vida nos trae cosas buenas y cosas menos buenas. Hay temporadas de
felicidad y otras de dificultad. Puedes confiar que en medio de todas las
situaciones hay algo constante: el gran amor de Dios manifestado a través
del sacrificio de Jesús en la cruz. No hay ninguna situación ni ninguna
persona que pueda separarte del amor de Dios. Puedes descansar siempre
en la seguridad de su presencia y su amor.
Todos tenemos un propósito por el cual Dios nos creó (Salmo 138:8). El
Señor cumplirá su propósito en tu vida, tal y como lo hizo con Moisés y con
Josué. Pero no te preocupes, no tienes que recorrer el camino solo. El
Señor está contigo, te acompaña y te da el ánimo que necesitas para
realizar las tareas correspondientes cada día. Recuerda pasar tiempo con él
para recibir todo el aliento que puedas necesitar.
Aun si voy por valles tenebrosos, no temo peligro alguno porque tú estás a mi
lado; tu vara de pastor me reconforta.
(Salmo 23:4)
Puede ser por motivo de una enfermedad, por la muerte de un ser amado o
por una separación dolorosa... la vida nos sorprende a veces con
situaciones muy difíciles. Puedes confiar que Dios está contigo en esos
momentos también. No hay oscuridad que consiga opacar la realidad de la
presencia del Rey de Reyes, el gran Pastor, que está contigo cuidándote y
trayendo el confort que necesitas para superar ese golpe.
En ti confían los que conocen tu nombre, porque tú, SEÑOR, jamás abandonas a
los que te buscan.
(Salmo 9:10)
El Señor está tan cerca que te escucha cuando clamas a él. ¡Te escucha y
responde! Puedes ir ante la presencia del Señor a cualquier hora y en
cualquier lugar. Él está atento a tu clamor y contestará tu petición,
fortaleciendo tu corazón con su presencia y con su incomparable paz.
Todos los hijos de Dios pasamos por tiempos de tentación que tarde o
temprano nos tocará enfrentar. Pero puedes estar seguro de algo: ¡Dios no
te deja solo frente a la tentación! Él está contigo, obrando a tu favor. Para
empezar, él no permite que llegue a tu vida una tentación más fuerte de lo
que puedas resistir. Además de eso, él te provee la salida. Te ayuda
dándote fortaleza y firmeza para que no cedas. Por eso, recuerda esto: en
medio de la tentación, busca a Dios. Escucha su consejo, actúa de acuerdo
a su voluntad y triunfarás.
Aunque Dios está siempre contigo, él te invita a que te acerques aun más a
él cuando sientas tu alma muy cargada. Él es el único que puede conceder
la verdadera paz, el descanso y el sosiego en medio de grandes tristezas y
dificultades. Acude a él, pues su anhelo es recibirte y restaurar tu alma.
¿Aun no has dejado que Jesús forme parte de tu vida? ¿No sabes lo que es
tener una amistad real con Dios? ¡Abre la puerta de tu corazón! Dile a Jesús
que quieres que sea tu amigo y que lo recibes en tu vida como Señor y
Salvador. Verás lo maravilloso que es sentir la paz y la compañía del Señor
cada día. Nunca más estarás solo porque el Dios del Universo, el Rey de
Reyes, te acompañará por siempre.