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Monogamous marriage
in western culture*
Pp. 158 - 167
Johanna Jazmín Zapata Posada
María Eugenia Agudelo Bedoya
Mirian Veiga**
julio - diciembre / 16
Vol. 11 - Nº 2
158
ISSN 1909-8391
Matrimonio monogámico
en la cultura occidental*
Pp. 24 - 35
ABSTRACT RESUMEN
The change in Argentinian law about adultery and El cambio en la ley argentina sobre el tema del adul-
the duty of being faithful make us reflect on the terio y el deber de fidelidad nos hace reflexionar so-
monogamous marriage; how it has arisen in history bre el matrimonio monogámico, cómo ha surgido
thinking the marriage. An example of that are the Código Civil en Argentina, pueden traer aparejados
laws of equal marriage and gender identity, among novedosas formas de pensar el matrimonio, ejemplo
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others, which prove that a group of people under- de ello, las Leyes de matrimonio igualitario, identi-
took the task of thinking of and questioning rules dad de género, entre otras, son prueba de que un
to pursue the real sense of human freedom. grupo de personas se ha dado a la tarea de pensar
en las reglas y a cuestionarlas, en pro de ejercer el
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• Monoginia: el hombre que tiene una sola Engels (2006) describe tres tipos de matrimo-
esposa por vez. nio: el matrimonio por grupos (corresponde
Pp. 158 - 167 • Poliginia: el hombre que tiene varias espo- al salvajismo), el sindiásmico (corresponde a la
sas simultáneamente. barbarie) y el monogámico (corresponde a la ci-
• Monoandria: la mujer que tiene un solo es- vilización) con sus complementarios: adulterio
poso por vez. y prostitución.
• Poliandria: la mujer que tiene varios esposos
de manera simultánea. El matrimonio por grupos fue descripto por
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160 rituales de casamiento, pero la mayoría de las familia sindiásmica (Engels, 2006). En este tipo
personas se desposan. Por otra parte, en una de familia -que será la antecesora de la monoga-
gran cantidad de sociedades y culturas, el ma- mia-, el hombre y la mujer pierden los derechos
trimonio marca el ingreso a la vida adulta. En igualitarios. El hombre se une a una mujer, pero
nuestro país –Argentina-, por ejemplo, los me- puede ser infiel y practicar la poligamia mien-
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nores que contraen matrimonio adquieren la tras que la mujer se ve impedida de mantener
emancipación y, actualmente, es la única forma relaciones sexuales con otros hombres que no
en que puede adquirirse la emancipación antes sean su pareja, en caso contrario, se la castiga
de cumplir la mayoría de edad. con dureza.
La promiscuidad existente entre los humanos Ni el amor, ni la exclusividad sexual mutua, ni
en épocas primitivas si bien garantizaba la li- el respeto estaban asociados a la monogamia,
bertad, impedía establecer a ciencia cierta la de hecho, en la Grecia antigua, las relaciones
paternidad de los hijos. Existía entonces el de- amorosas estaban ligadas a las sexuales pero
guiente manera: “la mujer es entregada sin reser- salud física. De esta forma, tenían múltiples re-
vas al poder del hombre” (p. 65) y observa que laciones antes del matrimonio y también luego
el triunfo definitivo de la monogamia “es uno de del mismo. Las mujeres que cometían adulterio,
los síntomas de la naciente civilización” (p. 68). aunque solo fuese en una única ocasión, atenta-
ban contra la ley de propiedad y la descenden-
Pese a las prohibiciones, las relaciones sexuales El amor sexual como pasión y atracción sexual
fuera del matrimonio no desaparecieron con la aparece en la Edad Media, lo que se conoció con
monogamia como tampoco habían desapareci- el nombre de amor cortés. Pero no es en abso-
do con el matrimonio sindiásmico. Junto con luto el amor conyugal. Por el contrario “el amor
la monogamia aparecieron dos figuras sociales cortés, el matrimonio y la sexualidad eran tres
que se desconocían hasta ese entonces: la pros- conceptos independientes satisfechos en rela-
titución y el hombre engañado, “el inevitable- ciones distintas: amada/o, esposa/o, y prosti-
mente amante de la mujer y el marido cornudo” tuta continuando vigente la doble moral” (Yela,
(Engels, 2006, p. 74). 2015, p. 62). El amor cortés, que nace como
un amor de trovadores en las cortes francesas
A pesar de los severos castigos impuestos a lo del siglo XII, un amor espiritual, de culto a la
largo de la historia, el adulterio no desapareció mujer, totalmente separado del amor conyugal,
Pp. 158 - 167 y tal como lo dice Engels (2006) se convirtió se transformará poco a poco en un amor más
en una “institución social inevitable” (p. 74). carnal; el amor romántico y pasional (Ortega &
Tampoco alcanzó con imponer un matrimonio Gasset, 1926). Es en nombre de este amor ro-
monogámico ni la dominación del hombre so- mántico y pasional que las parejas se unen hoy en
bre la mujer. Así es que: día en la cultura occidental (Yela, 2015).
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La certeza de la paternidad de los hijos se basaba Reich (1985) habla de una monogamia coerciti-
ahora, como antes, en el convencimiento moral, y va, las personas aprenden la moralidad de otras
para resolver la irresoluble contradicción, el Códi- personas que a su vez, viven en una sociedad
go de Napoleón dispuso en su artículo 312 L’enfant monógama con dicha coerción. Se intentan ex-
conçu pendant le mariage a pour père le mari*.: ( “El hijo plicar los hechos sociales a través de la moral lo
concebido durante el matrimonio tiene por padre al cual deforma la visión de los mismos. Para él,
marido”). Este es el resultado de tres mil años de mo- el matrimonio cumple una triple función social:
nogamia. (Engels, 2006, p. 74) económica, política y social. Económica, porque se
inicia con la propiedad privada y sigue siendo
Los griegos fueron los más severos en el ejerci- su fundamento para seguir existiendo. El mis-
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cio de la monogamia. Los romanos, en cambio, mo autor, con un poco de ironía, recuerda que,
otorgaron mayor libertad a la mujer a quien le si las circunstancias lo ameritan, la sociedad
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162 tenían mayor consideración, le permitían, inclu- puede cambiar de opinión. Hace referencia a
so, la disolución del vínculo conyugal (Engels, la Dieta de Nuremberg promulgada en 1650,
2006). Pero fueron los germanos quienes lo- al finalizar la Guerra de los Treinta Años, que
graron el mayor progreso en el desarrollo de diezmó la población de Europa central. Esta
la monogamia puesto que las mujeres tenían dieta abolió por decreto la monogamia: “todo
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influencia en los asuntos públicos. “Gracias hombre tendrá derecho, en el curso de los diez
a ello fue posible (…) el progreso moral más próximos años a casarse con dos mujeres” (p. 148);
grande que le debemos: el amor sexual indivi- política, porque la monogamia es el núcleo de la
dual moderno, desconocido anteriormente en el familia coercitiva que forma ideológicamente a
mundo” (Engels, 2006, p. 76). Sin embargo, el los restantes miembros de la sociedad; y social,
porque las mujeres dependen económicamente A pesar de esto, el matrimonio monogámico
de los hombres, está la principal característica sigue siendo la forma de unión más común en
de la sociedad patriarcal. Considera el matri- nuestra cultura occidental. Los líderes religiosos
monio como una protección tanto económica han contribuido enormemente para que esto
dernos de divorcio (Fisher, 1992). La mujer, la ley: si el hijo nacía durante el matrimonio, el 163
gracias a su independencia económica, ya no padre era el marido. Este código francés fue el
necesita continuar al lado de quien no ama o origen del resto de códigos. Así, en la ley argen-
por quien es maltratada. Se ha observado que, a tina, hasta el año 1995, el Art. 118 del Código
partir de la independencia económica de la mu- Penal consideraba el adulterio como un delito.
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jer, las tasas de divorcio se han elevado y en los Pero este artículo era discriminatorio puesto
casos en que la subsistencia económica de un que la pena por la comisión de adulterio era
cónyuge depende del otro, las tasas de divorcio diferente según si quien lo llevaba a cabo era
son más bajas (Fisher, 1992). un hombre o una mujer. La mujer podía ser
castigada con una pena de prisión de un mes Conclusión
a un año con solo una relación sexual extrama-
trimonial. Le correspondía la misma pena a su Tal como lo manifiestan Barash y Lipton
amante, que era denominado por la ley como (2003), los estudios de ADN cambiaron el pa-
El recorrido vital familiar en la contemporaneidad
todas las culturas, hombres y mujeres, han sido esta implica. Y se puso bajo la lupa la infideli-
y siguen siendo infieles (Fisher, 1992). dad femenina.
No hubo ley ni prohibición que impidiera la Según un estudio realizado en 1992 en España,
infidelidad y la duda por la paternidad siguió el 70 % de los hombres y el 55 % de las mujeres
siendo, como lo era al principio, una cuestión han sido infieles a su pareja, sobre una muestra
de creencia y moral. Fue con el descubrimiento de más de 1000 sujetos (Yela, 2015). En el año
del ADN que, finalmente, estas cuestiones pu- 1994 en Chicago, Estados Unidos, los resulta-
dieron resolverse. Los estudios de ADN para dos demostraron que entre un 25 % y 50 % de
determinar la paternidad de la progenie fueron los hombres y un 30% de las mujeres habían
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utilizados también por los biólogos quienes tenido, al menos, un episodio sexual fuera del
sorprendieron al mundo al descubrir que espe- matrimonio (Barash & Lipton, 2003). Otra en-
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164 cies de aves que se creía durante años repre- cuesta realizada en España en el año 2004 de-
sentantes de la monogamia social y, por ende, terminó que el 45 % de las mujeres y el 70 % de
reconocidas por su fidelidad, no lo eran (Barash los hombres han sido infieles o lo son actual-
& Lipton, 2003). Así surgió la diferencia entre mente, y que el 60 % de las parejas han vivido
monogamia social y monogamia sexual, enten- situaciones de infidelidad (Sirvent, 2011). Las
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diendo que muchas especies son monógamas encuestas sobre infidelidad son muchas y son
sociales, pero no sexuales, incluida la especie realizadas en diferentes épocas y países por lo
humana (Barash & Lipton, 2003). que sería imposible abarcarlas todas. Pero, en
general, muestran un alto porcentaje de situa- bienes pasarán a formar parte de la libre elec-
ciones de infidelidad de parte de ambos sexos. ción de las partes. Eso es, en definitiva, un ma-
trimonio; un acuerdo entre las partes.
A la luz de los resultados de las encuestas, ca-
es una elección personal y, en ocasiones, de pa- Sea cual sea el tipo de matrimonio [concertado o ba- 165
reja. Las leyes muchas veces vienen a legalizar sado en el amor] los seres humanos siguen siendo lo
situaciones que ya se dan de hecho. que eran antes (…) esa monogamia deviene (…) en
un aburrimiento mortal sufrido en común que recibe
Con la puesta en vigencia del nuevo Código, el nombre de felicidad doméstica (Engels, 2006, p. 77).
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Es necesario aclarar que estudiar la infidelidad población. Otro inconveniente surge de la de-
resulta complejo fundamentalmente desde la seabilidad social que suele ponerse más en jue-
metodología (Fisher, Aron &Tsapelas, 2010). go en este tipo de investigaciones que en otras
En primera instancia, porque hay que definir que abordan otros temas: las personas tienden
claramente que es la infidelidad. Para algunas a distorsionar o acomodar las situaciones según
personas, incluso investigadores, las fantasías sus necesidades sociales y según lo que con-
sexuales, el simple flirteo o coqueteo, incluso venga a su ego y a los sentimientos de culpa.
a través de redes sociales, puede considerarse Cuando el tema quiere investigarse específica-
infidelidad. La recopilación de datos tampoco mente desde la infidelidad sexual -que implica
es un tema menor. En general las personas se el adulterio-, todas estas dificultades son toda-
avienen a contestar un cuestionario a través vía más difíciles de abordar
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Referencias
Barash, D. P. & Lipton, J. E. (2003). El mito de la monogamia. La fidelidad y la infidelidad en los animales
y en las personas. Madrid: Siglo XXI.
Fisher, H. (1992). Anatomía del amor. Historia natural de la monogamia, el adulterio y el divorcio. Barcelona:
Anagrama.
Fisher, H. (2004). Por qué amamos. Naturaleza y química del amor romántico. México, D.F.: Santillana.
Fisher, H., Aron, A., & Tsapelas, I. (2010). Infidelity: when, where, why. En W. R. Cupach & B.
H. Spitzberg, The Dark Side of Close Relationships II, (pp. 175-196) New York: Routledge.
Foucault, M. (1976). Historia de la sexualidad. Madrid: Siglo XXI. Pp. 158 - 167
Giddens, A. (1998). La transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y erotismo en las sociedades moder-
nas. Madrid: Ediciones Cátedra S.A.
Sirvent, C. (2011). Fidelidad y compromiso en la relación de pareja. (El trinomio fidelidad, com-
promiso y monogamia). Norte de Salud Mental, 40(9), 57-71.
Yela, C. (2015). El amor desde la psicología social. Ni tan libres ni tan racionales (3ª Reimpresión). Madrid:
Pirámide.
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