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Ortodoxos son cristianos

Iglesia Católica Apostólica ortodoxa


La Iglesia ortodoxa se considera la heredera de todas las comunidades cristianas de la mitad
oriental del Mediterráneo. Su doctrina teológica se estableció en una serie de concilios de los
cuales los más importantes son los primeros Siete Concilios, llamados "ecuménicos" que
tuvieron lugar entre los siglos IV y VIII. Tras varios desencuentros y conflictos, la Iglesia
ortodoxa y la Iglesia católica se separaron en el llamado "Cisma de Oriente y Occidente", el 16
de julio de 1054. El cristianismo ortodoxo se difundió por Europa Oriental gracias al prestigio
del Imperio bizantino y a la labor de numerosos grupos misioneros.
La Iglesia ortodoxa está en realidad constituida por 14 o, según algunas de ellas, 15
Iglesias autocéfalas que reconocen sólo el poder de su propia autoridad jerárquica (por
ejemplo, del patriarca de Alejandría, de Antioquía, de Constantinopla, etc. o la de
metropolitanos, si es el caso), pero mantienen entre sí comunión doctrinal y sacramental.
Jerarquía
Únicamente se considera como el cabeza de la Iglesia en su totalidad a Jesucristo, mientras
que los cabezas de las iglesias autocéfalas, los patriarcas y metropolitanos, se tratan como
iguales, pero respetando el honor del Patriarca de Constantinopla de ser el "primus inter
pares", el título que significa supremacía meramente simbólica. Esa igualdad diferencia la
Iglesia católica ortodoxa, presidida por una línea formalmente horizontal de arzobispos, de la
Iglesia católica, cuyo cabeza, el Papa, es considerado por los ortodoxos como que poseyó el
título de primus inter pares antes del Gran Cisma.

Luteranismo
El luteranismo es una de las principales ramas del cristianismo, que se identifica con
la teología de Martín Lutero (1483-1546), un reformador doctrinario, teólogo y fraile alemán.

El luteranismo cree en la justificación solamente por la gracia, que se obtiene solamente


mediante la fe. Los luteranos creen que el cristianismo, en cuestiones de fe y doctrina (no así
de liturgia u otros asuntos, en los que apela a la Tradición) se basa solamente en la Escritura,
es decir, que la Biblia es la autoridad suprema en todas cuestiones relativas a la doctrina
cristiana, dejando a la sagrada Tradición sujeta a la Escritura. A diferencia de los luteranos, la
Iglesia católica romana define que la autoridad doctrinal proviene tanto de la Biblia como de
la Sagrada Tradición. El luteranismo acepta las resoluciones de los siete primeros concilios
ecuménicos.

Los luteranos creen en Jesucristo como el fundador espiritual, y comparten la creencia de que


Dios es uno y trino (Santa Trinidad), es decir: Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo.
Además, se comparte la interpretación bíblica que hizo Lutero de que Dios no justifica a los
hombres por sus obras buenas, sino más bien por su fe, lo que representa una creencia base
fundamental del pensamiento luterano.
El pensamiento de Lutero se basa en el concepto de la justificación por la fe, que negaba
cualquier teoría católica, ortodoxa o copta respecto a los méritos personales aplicables a la
salvación, además de rechazar completamente la mediación de los santos/vírgenes y
veneración de las imágenes. Lutero denunció la venta de indulgencias y la obtención de los
perdones a cambio de bienes, así como la venta de cargos eclesiásticos, prácticas que por lo
tanto son rechazadas en la Iglesia luterana.
El luteranismo rechaza la primacía y autoridad universal del papado como institución divina.
Niega la doctrina católica de la existencia del purgatorio. El movimiento de reforma iniciado
por Lutero afirma el valor único de las Escrituras y la supremacía de la fe en Jesucristo. Lutero
desarrolla la doctrina del Sacerdocio Universal, en donde afirma que cada creyente puede
acudir a Dios sin necesidad de un mediador, no quitando la importancia de los sacerdotes
como los encargados de administrar la palabra y los sacramentos. Según Lutero, todos los
creyentes son sacerdotes en virtud de los sacrificios espirituales de un corazón arrepentido en
oración.

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