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Análisis 005

Los orígenes de las faltas ortográficas constan de varios factores que aumentan la
posibilidad de cometerlas. Y podemos destacar que la respuesta al por qué se cometen
faltas ortográficas es digna de consideración y aunque es cierto que ningún método
ortográfico puede garantizar que se dejen de cometer faltas por completo, si sabemos
cuáles son esos factores que influyen en que las cometamos, puede ayudar a que las
posibilidades de cometerlas se reduzcan.
La falta de correspondencia biunívoca o la asociación de un elemento solo con uno,
entre fonemas y letras. Entre los fonemas y las letras no se da una relación biunívoca,
puesto que se puede apreciar en el hecho de que el alfabeto tiene 29 para representar 22
fonemas. Y esa no biunivocidad se manifiesta de cuatro formas: 1) hay letras que
representan más de un fonema, por ejemplo, la letra C puede presentar los fonemas k, s
y la letra G puede presentar fonemas como g y h, 2) fonemas que son representados por
letras distintas o letras agrupadas, por ejemplo, el fonema s puede representar letras o
agrupaciones de letras como la SC, Z, X, S y el fonema Y puede representar la
agrupación ll y la y, 3) Letras que no representan ningún fonema, como pueden ser la h
y la u, 4) letras que representan dos fonemas de contacto, por ejemplo, la letra X
representa los fonemas agrupados ks y ts. Siendo así el primer factor que incluye a que
se cometan errores ortográficos.
El poco sentido de observación. Si a los niños se les acostumbrada de pequeños a
observar bien las palabras e ir guardando en su mente la forma cómo se escriben las
palabras que aprenden, o sencillamente leyendo, sería totalmente innecesario estudiar la
ortografía. Las personas solemos utilizar con bastante frecuencia las palabras que están
relacionadas con actividades que realizamos, solo haría falta que cada persona programe
en su cerebro la manera en la que se escriben las palabras que lee, y que dado caso si se
va a utilizar una palabra que no forme parte de dicho léxico ortográfico, consulte el
diccionario. La razón por la que hay tantos estudiantes que escriben mal es porque no
desarrollan el sentido de la observación. De ahí que ningún método ortográfico sea
eficaz sino se estimula la observación mental y la programación mental de la escritura
correcta de las palabras.
El poco hábito lector y la pobreza lexical. Bien es cierto que la lectura es una
oportunidad excelente para desarrollar y aplicar el sentido de observación, aumentar y
precisar el léxico. Pero la lectura también permite hacer distintos tipos de interferencias,
entre ellas las ortográficas. Debemos asumir entonces que quiénes más leen
(descontando que leer implica hacer interferencias), tienen más oportunidades para
mejorar el uso de la lengua, incluido el aspecto ortográfico. Por esto, no es de extrañar
que la falta de lectura sea un factor fundamental de la pobre competencia ortográfica
que se evidencia en el ámbito académico y profesional. Dicho ámbito lector trae como
consecuencia a su vez la pobreza lexical ya que, mientras más amplio es el léxico o
vocabulario de una persona, son menores sus posibilidades de cometer errores. Por eso,
se recomienda la lectura permanente para aumentar el número de palabras cuyos
significados y escritura se conozcan con precisión.
Otra causa también de los errores o problemas ortográficos es que cuando la en la
escuela se les señala a los estudiantes las faltas ortográficas y léxicos sin importar la
asignatura que sea Naturales, Matemática, Lengua Española, etc. Se crea un ambiente
en que el estudiante siente que sus conocimientos de la lengua son útiles, significativos.
Pero, lamentablemente cada asignatura es un compartimento estancado. No hay relación
ni colaboración entre las disciplinas. Lo que se aprende en una no se aplica en otra, por
lo que los estudiantes no se entusiasman por aprender, guardar y aplicar lo que aprenden
en la escuela.
La diferencia entre la lengua oral y la escrita. En la lengua oral existen bastantes
omisiones y ausencias de concordancia, y normalmente la alveolar fricativa, S; y las
oclusivas, P-T-D-B-G y la labiodental, F se eliden en posición final de la sílaba. Costo
se puede confundir con coto y caspa con capa, también díptero y dipsomanía se
pronuncian como díptero y disomanía, y atmósfera, lectura, observación, adyacente y
dignidad, se transforman en amósfera, letura, oservación, ayacente y dignidad. Por
estas diferencias las personas suelen equivocarse frecuentemente al escribir, puesto que,
aunque la articulación es compensada por el contexto, la escritura es o tiende a ser
completamente distintas.
La homofonía y la analogía. En lo que respeta a la homofonía, cuando las palabras
tienen la misma realización fonética, pero diferente manera de escribirse se corre el
riesgo de que haya confusiones a la hora de la escritura y la posibilidad aumenta si los
mismos tienen afinidad semántica, por ejemplo, hojear y ojear, ingerir e injerir, etc.
En la analogía o cruces analógicos es muy común que se escriban mal algunas palabras
porque se les relaciona con otras que tienen proximidad semántica o de las palabras,
pero no morfológica. Por ejemplo, lechosa (no lechoza) se asocia a algunos sustantivos
terminados en oza como carroza. Tampoco podemos descartar lo que n 1966 Cuetos
Vegas señaló, y es el hecho de que los estudiantes universitarios cuando tenían que
escribir a modo de dictado palabras desconocidas, hacían uso del léxico ortográfico y
que, cuando no se parecían a ninguna conocida y la escribían con el fonema más
frecuente: b y v, por ejemplo. La solución para evitar ambos casos está en observar
cuidadosamente el significado y la escritura de las palabras que se aprenden. La salida a
esta causa de las faltas ortográficas también sería crear un alfabeto fonológico, pero
como la lengua cambia, llegaría el momento en que se produzca un desfasamiento entre
la lengua oral y escrita. De ahí que tanto la homofonía y la analogía suelen ser factores
que pueden provocar problemas ortográficos.
La lectura y la observación- automatización, la lectura porque nos ofrece la
oportunidad de observar la escritura correcta de muchas palabras que no están regidas
por reglas ortográficas específicas. Y la observación-automatización porque nos ayuda a
registrar las palabras en la mente tal como lo hace un programa computacional, y de
forma habitual aplicar las reglas ortográficas hasta que podamos hacerlo
automáticamente.
Mientras más amplio es el Léxico ortográfico de una persona menor es el margen de
error en la escritura si ya la persona se ha habituado a la observación, la lectura y al uso
del diccionario. Las reglas ortográficas también puesto que, nos ayudan a determinar el
uso correcto de las letras que no son representación única del sonido, así como las
mayúsculas, la tilde (acentuación), los signos de puntuación, entre otras cosas.

Análisis 028
El surgimiento de las faltas ortográficas se produce ya que nos hace falta leer,
empaparnos de investigación y de practicar las palabras antes de pronunciarla o
escribirlas.
En nuestra niñez a todos nos enseñaron a observar y a memorizar las cosas que
vemos, ya que estas nos favorecerían en un futuro por si intentamos escribir algo
pensarlo antes de escribirlo para no cometer faltas ortográficas. El poco leer
también hace que el conocimiento de como se escribe o se pronuncia una palabra
haga que se nos olvide o se nos dificulte recordar la palabra. Al diferenciar como
se escribe y se pronuncia hace también las faltas ortográficas ya que hay palabras
que al escribirse pueden llevar una B o una C y al pronunciarla uno por salir del
paso no pronunciar bien la palabra donde va. El asociar una palabra con otra
creyendo que son las mismas o se escriben igual producen las faltas ortográficas,
ya que tal vez en libros, diccionarios o en investigaciones en internet
encontramos palabras que tengan la misma forma de escribir, pero cambian en
una o dos letras. La pobreza en el léxico de las personas produce muchísimas
faltas ortográficas ya que si observamos variamos más las palabras las
memorizáramos al pronunciarla no cometeríamos errores por eso la falta de
lectura y la pobreza léxica van de la mano ya que si leemos nos alimentamos más
el conocimiento de como se pronuncian las palabras.
La lectura y la observación son de gran ayuda para que tengamos un amplio
conocimiento y también cuando veamos palabras extrañas buscar el significado y
porqué razón se escribe de esa forma. El uso del diccionario va muy con la ayuda
de no tener faltas ortográficas ya que esto nos puede enseñar el desglose de
palabras que podemos encontrar que pueden escribirse igual y tener un
significado diferente.
Las reglas ortográficas ayudan a que cuando atraves del sonido la palabra no se le
encuentra sentido uno ver donde va el acento, en que momento va la mayúscula o
algo más. Las morfosintaxis sirven cuando en las reglas de la ortografía no se le
haya el origen mismo de la palabra, con esta se puede saber la raíz de la palabra
si lleva alguna acentuación o no.
La construcción de inferencias se observa que está debe de llevar reglas o pautas
para mejorar la ortografía, en el caso de las letras que terminan con dir, der o tirar
se escriben con S, pero no en todos los casos, porqué hay casos que en se
escriben con C. Al aplicar el léxico se pueden cometer menos errores ya que, con
esta al pronunciarla sabes donde llevar el acento, también favorece a que si no
sabes o no estás seguro de como se escribe una palabra, al pronunciarla antes de
escribir sabrás si tienen que sustituirla por alguna otra o cambiar la oración para
que tenga sentido.

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