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Aspectos científicos i éticos del aborto

Por: Roberto Jimenez Maggiolo


Fecha de publicación: 28/06/05

La gente que habla, opina o discute sobre lo que no sabe, es deshonesta intelectual.
RJM.

“La mayor parte de los hombres, falseando la verdad,

quieren aparentar ser mejores”

Esquilo

Iniciar esta exposición con un pensamiento del genial dramaturgo griego, nacido unos
cinco siglos antes de J.C., en referencia a la intención de muchos de falsear la verdad, se
debe a la experiencia que he tenido, en relación al tema del aborto, tanto entre mis
colegas médicos, como entre los integrantes, mejor, algunos integrantes, de la Asamblea
Nacional Constituyente donde escuché opiniones de personas ignorantes del problema i,
naturalmente, la actitud i opinión anticientífica i dogmática, de la iglesia venezolana en
el criterio de sus más elevados representantes.

I.- INTRODUCCIÓN

Como este enfoque sobre el problema del Aborto, tiene relación con nuestra
Constitución i, naturalmente con lo tratado en la Asamblea Nacional Constituyente,
donde fui el único constituyente que, las ideas defendidas científicamente, las que se
refieren al inicio de la vida, al aborto i a la eutanasia, las escribió como documentos o
ensayos breves que, con cortesía, repartió entre los principales constituyentes
involucrados en esos problemas, muchos de los cuales no tenían conocimientos
médicos, ni científicos en torno a esos aspectos sobre los que se legislaba. Por ello,
además de esta exposición de hoi en este evento, sería interesante que en otra ocasión
hablarles sobre el concepto de vida humana desde la concepción, la vida humana desde
la ciencia, la filosofía i las religiones i los conceptos de muerte científica, natural o legal
i, finalmente, los conceptos de eutanasia pasiva i eutanasia activa. Así se tendría una
visión mucho más amplia i profunda, sobre problemas que conllevan la necesidad de
establecer sólidos principios éticos, además del aspecto legal o de derecho.
II.- ABORTO

Concepto científico i definición.

Entre los más antiguos criterios científicos del aborto, se considera como tal, la
interrupción del embarazo antes de 6º mes de gestación o sea, dentro de los dos
primeros trimestres; de allí en adelante se considera parto prematuro. Sin embargo, en
toda disciplina del hombre que usa criterios numéricos aplicados a hechos reales, los
límites son imprecisos i habría casos en los cuales es difícil precisar el concepto, i esto
no se puede olvidar.

El término o la palabra aborto, tiene señalada por lo menos dos o tres etimologías. La
más frecuente dice que proviene de abortus o aborsus, que viene de abortior, que se
opone a orior (nacer) i en consecuencia significa morir (prematuramente). También se
invoca que proviene de Ab (privación) i ortus (nacimiento). Empero lo que, el común de
la gente ignora (i lo ignoraban algunos constituyentes) es que, aborto no es una entidad
única, simple o de una sola modalidad, puesto que, existen muchísimas variedades,
empezando por lo que antes se llamaba amenaza de aborto, hoi se prefiere embarazo
amenazado, aborto en evolución, aborto inminente, aborto completo, aborto incompleto,
aborto séptico, aborto criminal, aborto terapéutico (hoi no admitido el término) o, ya en
el derecho, aborto legal o ilegal, etc. Empero aquí, no me interesa entrar en el estudio
médico del aborto, sino en lo que concierne a la lei o al Derecho.

Interesa sí, puntualizar que, el aborto es también una entidad espontánea, que los textos
comunes dicen que se presenta así en un 10% a 40% de los embarazos, pero los nuevos
conocimientos, han aumentado ese porcentaje hasta llegar a afirmar algunos autores,
que examinando detenidamente multitud de casos, se puede llegar hasta un 80%
(menstruaciones con un pequeño retraso, que eran gestaciones ocultas que se perdieron).
Lo cierto es que la naturaleza, tanto en vegetales o en animales, incluyendo al hombre
como animal racional, hace lo que se llama selección natural, como se comprueba a
diario. Si no hubiese esa selección o frenos naturales, cualquier especie, por ejemplo las
ostras, podrían en poco tiempo acabar con la humanidad i rodear con una concha
corácea a todo el globo terrestre. Este argumento de selección, en ocasiones lo utilizaba
para dar conformidad a mis pacientes ante una pérdida de su gestación, diciéndole que
la naturaleza es sabia i que, tal vez, ese embarazo tenía alguna anormalidad.

Sin embargo, lo que plantea verdaderamente el problema del aborto, es lo que se llama
el aborto clandestino o aborto criminal, que es diferente a lo que antiguamente
llamábamos aborto terapéutico, lo que constituye la interrupción médica del embarazo,
por una seria i justificada indicación médica, científica i social. Algunos han dicho que
eso es la interrupción de un embarazo viable lo que es contrario al concepto, porque el
aborto en los dos primeros trimestres, se considera no viable. En el tercer trimestre
incluso, es arbitrario asegurar que el feto, como entonces se denomina el producto de la
fecundación, es viable, pues se han dado casos de haber dejado llegar hasta el final de la
gestación a un anencéfalo, que de ninguna manera sería viable.

Ahora bien, antes de entrar en el problema de la interrupción artificial del embarazo


que, obviamente, incluiría al aborto criminal como al aborto por indicación médica,
interesa, en lo legal, examinar las indicaciones. Así, cuando se discutía la Lei del
Ejercicio de la Medicina promulgada en el año 1982, existía un artículo 30 para el cual
opiné: primero que, el aborto es un problema de salud pública; segundo, daba diversas
indicaciones que, desde la violación hasta las indicaciones económico sociales,
solamente excluía la indicación sensu stricto, o sea el voluntario sin justificación
alguna, como suprimir un embarazo porque se va a viajar o se piensa ir a la playa. Mi
proposición sólo fue admitida en la primera parte: es un problema de salud pública; la
segunda parte totalmente rechazada, pero remplazada por la del Dr. Rizquez Iribarren,
en ese tiempo Presidente de la Academia Nacional de Medicina, quien agregó a lo
reconocido por el Código Penal de ese tiempo, la necesidad de salvar la vida de la
madre, las indicaciones por violación i por comprobación de malformaciones
congénitas. Así, pese a la oposición de ciertos colegas i de la iglesia que, manifestó
públicamente su postura, el proyecto llevó ese artículo; sin embargo, por un arreglo o
complicidad en el congreso, sorpresivamente los partidos políticos tradicionales,
eliminaron el artículo 30 i lo suplantaron por uno que se ocupa de los transplantes. Por
eso otros errores, escondiendo la cabeza como el avestruz ante los problemas, la
califiqué de Ursula, como la ancianita recién nacida de Gabriel García Márquez en Cien
años de soledad. Una Constitución que nació vieja. Las indicaciones del aborto
legalizado, tenían i tienen tanta oposición como hace ya más de treinta años, los
métodos i medios anticonceptivos, porque a quienes poco estudian, siempre les cuesta
estar de acuerdo a la norma de cultura de la época.

III.- ABORTO CRIMINAL

ABORTO POR INDICACIÓN MÉDICA JUSTIFICADA

Alguna definición, creo que la de un eminente abogado de apellido Mendoza, define el


“aborto terapéutico”, aborto médico, como: “Es la terminación artificial de un embarazo
viable”. No se si es por ignorancia, falta de conocimientos médicos, o por condenar el
procedimiento, cuando expresa: un embarazo viable. El término aborto es incompatible
con viable. Precisamente, todas las jurisprudencias colocan el problema, en el tercer
trimestre, cuando ya es feto i viable.

Lo que científica i éticamente deseamos quienes nos ocupamos de estos problemas, por
ello discutí i luché en la Constituyente, es por el aborto médico realizado en perfectas
condiciones hospitalarias o clínicas, de seguridad, garantizando la vida de la madre i
para lo cual, es absolutamente necesario, legislar al respecto. Mis intervenciones están
recogidas en la Gaceta Constituyente i, en una obre titulada Los derechos sexuales y
reproductivos en la nueva Constitución. Testimonios de un debate, bajo la coordinación
de Mercedes Muñoz i la colaboración i redacción de tres investigadores.

El aborto inducido, criminal, clandestino, o ilegal, u otras denominaciones que se le


dan, es aquel que desemboca siempre en el aborto séptico, que es decretar la muerte
asegurada para la paciente. Este inmenso o grave problema que nos aterra a quienes
ejercemos en el área de la ginecología i la obstetricia, tuve que precisarlo con una
publicación en la ANC, respondiendo a constituyentes como el Dr. Herman Escarrá,
quienes señaló a los profesionales que piensan como yo, de hombres inclinados a la
cultura de la muerte.

Para la respuesta recurrí al magnífico prólogo de la Dra. Egda I. Farías Moya, de su


obra publicada en 1998, titulada El aborto séptico a finales del siglo XX dedicada a “la
memoria de las mujeres que murieron a consecuencia de un aborto séptico”.

En ese prólogo i en ese libro que recomiendo leer, la Dra. Farías Moya nos dice: El
aborto séptico y sus secuelas, la sepsis y el shock séptico son las complicaciones más
temidas por la morbi-mortalidad que de ellas se deriva, siendo una de las primeras
causas de muerte obstétrica. Una proporción muy alta de las defunciones modernas en
países desarrollados como aquellos en desarrollo son el resultado de los embarazos no
deseados, muchos de los cuales terminan en el aborto. De las 585.000 defunciones
maternas que se producen anualmente en el mundo, de 100.000 a 200.000 se deben a
abortos ilegales”

Quienes hacen guardia en los hospitales i maternidades del país, han visto con
frecuencia, casos de mujeres jóvenes, que llegan con una matriz o la vagina perforada,
quemada con cáusticos, heridas infectadas, verdaderas barbaridades, cometidos los
hechos clandestinamente por personas audaces e irresponsables al tratar de practicar un
aborto que, por la hemorragia, el grave estado de la mujer i, la consiguiente infección,
remiten al hospital cuando ya es caso perdido i el resultado es la muerte de una joven
madre, que posiblemente deja huérfanos a dos o tres pequeños más. En el aparte de los
aspectos éticos, expondré las consecuencias socioeconómicas i morales, de este
verdadero crimen.

IV.- ASPECTOS ÉTICOS

Distingamos de principio a qué nos referimos.

Nos interesa referirnos al llamado con más propiedad, al aborto inducido o planeado,
consentido por los médicos i motivo de controversias, i al aborto delictivo, criminal o
clandestino, causante de muertes de mujeres jóvenes en edad reproductiva,
indudablemente un gran problema social que conlleva responsabilidad penal que, sin
conocimiento del problema, algunos laicos i, sobre todo, la iglesia, equiparan al primero
(inducido o médico) fundados en supuestas consideraciones éticas, en una metafísica
apriorística que afirma, ser el aborto intrínsicamente malo, recurriendo a la Biblia,
cuando no existe absolutamente nada al respecto en el Nuevo Testamento i, en el Viejo
o Antiguo Testamento (Éxodo 21: 22-25) señala “no causar daño y aborto a la mujer”.
No se referían al feto, porque la ignorancia era grande, i el llamado “derecho natural” es
metafísico i ajeno al avance de la humanidad, especialmente en lo científico. Basta
tomar algún texto de Obstetricia actual (el de Benson/Pernoll, por ejemplo) para darnos
cuenta de la cantidad de abortos legales en los Estados Unidos, donde cada año se
someten al aborto, el 3% de la mujeres en edad reproductiva, inclinándose la balanza,
casi un tercio de la población, a las de menos de 20 años, otra tercera parte a las de 20 a
24 años, i las mujeres no casadas, en un 75 por ciento. I la mayoría de los abortos, un
85%, hasta la octava semana de gestación.

Sin embargo, la mortalidad es baja, porque esos abortos legales, son hechos en
condiciones que garantizan la vida i la exclusión de complicaciones a las pacientes,
realizándose la interrupción artificial, por métodos sencillos, científicamente probados.
Las leyes ha sido, entonces, la otra garantía que salva vidas jóvenes i útiles.

Un típico ejemplo, donde se conjugan de manera errada la posición dogmática de la


iglesia i otras religiones, con la confusión de la legalidad, es una carta llegada al
Washington Post hace años, en la que se expresa: Una vez que se concibe una vida, está
en manos de Dios. Abortar esta vida es asesinato en primer grado, trátese de la decisión
de la madre, las manos del médico o el político que firma una ley. Todos son culpables.

Si no atenemos a criterio tan estrecho o absurdo, estaríamos de brazos cruzados viendo


morir mujeres jóvenes, viniendo al mundo hasta monstruosidades i desquiciando
familias. Pero la Humanidad avanza i se civiliza por la ciencia i la filosofía social. Los
que estamos con la convicción de ser el aborto, muchas veces absolutamente,
éticamente justificable, comenzamos por preguntarnos si existe el embarazo obligado i
si ninguna otra consideración de peso, es admisible. ¿Podría, alguna vez, justificarse el
embarazo obligado? Esta interrogante se la hace Garret Hardin, según expone Joseph
Fletcher, médico i Doctor en Teología, de la Universidad de Virginia, quien ante el
problema, encuentra cinco temas o perspectivas fundamentales, que personalmente he
compartido toda la vida.

1.- En el aspecto legal. La pregunta es si debe obligarse a alguien contra su voluntad a


tener un hijo, a llevar un feto hasta el término y el parto.

2.- En la jurisprudencia, la pregunta es, si el aborto es una forma de homicidio y, en


caso afirmativo, por qué.

3.- En la teología, la pregunta es si Dios tiene el monopolio de la vida (de su comienzo


y terminación), privando de esa manera toda posibilidad de participar al hombre y
dando a la “Naturaleza” o al “accidente”, prioridad abrumadora sobre la iniciativa y la
responsabilidad humana.

4.- En metafísica , cabe preguntarse si la vida fetal o la vida embrionaria, es vida


“humana”, y en caso afirmativo cuándo y por qué.

5.- Desde el punto de vista ético, la pregunta decisiva se refiere a si el aborto es


intrínseca e inherentemente malo, y en caso de no serlo, cuándo es justo.

Estos aspectos propuestos por Fletcher, son analizables con criterio científico i
filosófico, para darnos cuenta que, según el autor, son más compulsionistas, que
prohibicionistas i respaldado por una metafísica mui dudosa. De paso, no comparto en
absoluto con la metafísica, que no es ciencia ni filosofía.

Por ello, en la teología, se pretende decir que existen “niños nonatos (como especulaban
con un folletín lleno de falsos dibujos, durante la Constituyente) i que el feto o el
embrión, no solamente son vida biológica, sino vida humana. En consecuencia –dice
Fletcher, “deben tener los derechos y títulos que acostumbramos asignar a los seres
humanos”. Particularmente ejemplifico que, ni a una embarazada se le otorgan dos
pasaportes para viajar (en lo legal) ni se bautizan los abortos (en lo religioso) lo que
sería una gran injusticia no salvar esas almas inocentes, cuando supuestamente esta se
“insufla” desde el momento de la concepción, que es mejor denominar, fecundación.
Esa opinión, de ser vida humana, no pasa de ser algo psicológico, “y no una conclusión
social, científica o racional” como agrega Fletcher.

Siguiendo, entonces, a este autor tan acreditado, por su doble condición de científico i
religioso, podemos concluir que la vida fetal es humana sólo en sentido biológico o de
especie, i al referirse al no bautizo de los abortos, puntualiza: “El motivo es que no hay
vida humana embrionaria, hablando desde el punto de vista médico. Quienes deciden
creer esto ejercitan su libertad religiosa, pero lo hacen en un aspecto de fe personal”.

Desde el punto de vista de la ética, que ha dejado de ser moral costumbrista, para
convertirse en una ciencia práctica de la conducta humana (por eso Kant la trata en la
Crítica de la Razón Práctica), se impone racionalmente rechazar, el argumento del
derecho natural que es metafísico. En cambio, adopta el válido principio de considerar
que la mujer debe tener control de su propio cuerpo; derecho que se ha extendido a
punto de establecer que, las decisiones que tome al respecto (por ejemplo, decidir sobre
un aborto o un trasplante) está por encima de la opinión de su conyuge. Esos derechos
se encuentran excelentemente expuestos en una pequeña obra de un profesor de la
Universidad de Mérida, Gert Kummerow, recientemente fallecido, titulada Perfiles
Jurídicos de los trasplantes. Este autor, en los derechos primordiales (vida, integridad
personal, nombre, honor e imagen) incluye: los derechos sobre el cuerpo humano son,
todos, derechos subjetivos absolutos. Es una obra que recomiendo leerla.

Ahora, aclarando por qué la denominación de “aborto terapéutico” es inadecuada i


arcaica i carece de ética, es porque se suponía, además, que el no ser terapéutico el
aborto, implicaría que es malo. Terapéutico es de curar, ofrecer curación, luego otros
tipos de aborto para resolver problemas sociales, económicos o de otra índole, no lo
serían. Al respecto, para no extenderme en comentarios, es interesante conocer una obra
que creo fue escrita por una periodista mui conocedora de los problemas sociales del
aborto, Giovanna Machado, titulas El aborto en Venezuela, escrita por la dolida
experiencia de haberse encontrado a su mejor amiga, muerta por causa de un aborto
criminal, en un barranco de la carretera de El Junquito. Allí podemos constatar las
nefastas consecuencias de no haberse legalizado el aborto, como en otros muchos países
avanzados o civilizados.

Considero que, las leyes, que siempre son rebasadas o quedan detrás del cambio social,
por mui previsivas o futurista que sean, son instrumentos jurídicos para resolver los más
graves i conflictivos problemas humanos. Los problemas hai que enfrentarlos con
racionalidad, no huir de ellos. Por ello el conflicto que tuvimos en la Asamblea
Nacional Constituyente, respecto al que se refería derecho a la vida (antes el 44 i luego
quedó como el 43) entre los Derechos Civiles. Allí quedó el Art.43 iniciando con: El
derecho a la vida es inviolable, pero se pretendía agregar “desde la concepción”, pese a
que ni la del 61 lo decía, sino igual que ahora, pero como una maniobra destinada a una
oposición constitucional para el aborto. Para eso argumentó Jorge Olavarría, totalmente
un ignorante sobre el aborto, mientras en maniobra combinada entre el señor Miquilena
i el Arzobispo, ahora Cardenal, se me negó disimuladamente el derecho de palabra, lo
que motivó mi protesta i el decirle al constituyente ignorante que, hablar de lo que no se
sabe, es deshonestidad intelectual.

A todo esto debemos tener en cuenta que, filosóficamente, científica, psicológica i


desde lo social, la vida es un bien supremo, pero que lo importante no es solamente la
vida, sino la calidad de la vida. Así dice Fletcher: “rechazamos la ética clásica de la
santidad de la vida y abrazamos la ética de la calidad de la vida”. De ello hai ejemplos
impresionantes, como el caso de Dax Cowart, condenado a vivir, quien maldice a los
médicos que le conservaron la vida.

Hoi en día, con los progresos de la tecnología de los exámenes médico, podemos por
ejemplo diagnosticar desde un comienzo malformaciones embrionarias, enfermedades,
etc., que en ocasiones han dado lugar a demandas judiciales que han prosperado, como
haber dejado un obstetra seguir un embarazo hasta el término, siendo un anencéfalico,
diagnosticado desde el comienzo mediante un ecograma. Casos más difíciles plantea la
genética, cuando desde un comienzo puede detectar anormalidades como la Enfermedad
de Dawn (mongolismo) i otras anormalidades en los genes.

En la discusión de estos temas, importa mucho conocer lo que expresamos en el


lenguaje cotidiano, lenguaje de primer orden u objeto lenguaje, si olvidamos los rasgos
lógicos del mismo que determina nuestros errores. (citar ejemplo de la finalidad del acto
sexual i la Encíclica de Pío XII).

Los partidarios del aborto médico inducido, usan el calificativo o se les da, de pro-
abortista, mejor llamarlo de pro-elección i, en cambio, quienes de oponen al aborto i
manifiestan que éste es condenable en todos los casos i para todo el mundo, de modo
que debería prohibirse del todo, no realmente intolerantes. Si hiciésemos una ley
legalizando i reglamentando el aborto, tendríamos dos grupos: A partidarios del SI; B
partidarios del NO, tendríamos el siguiente esquema:

ABAB

LEY PROHIBICIÓN

SI NO Inconforme Conforme

Se debe respetar Se debe respetar Perjudicado No perjudicado

la decisión la decisión No acorde con Acorde con

No perjudica al No perjudica al su decisión su decisión

otros grupo otro grupo


De este modo vemos que profunda injusticia sería no legislar, sino prohibir a priori.
Ejemplificado: si una dama, con profundo dogmatismo religioso es violada, pese a una
ley que le permita abortar o no, decide religiosamente seguir su embarazo; sin embargo,
quienes no tengan esa actitud dogmática, profesen otras religiones o ideas, con una ley
permisible decidiría con absoluta libertad, mientras con una prohibición la obligaría a
buscar métodos clandestino, peligrosos i a exponer su vida. (Citar caso de Uganda, hoy
el Zaire, durante su independencia de Bélgica i la decisión de la iglesia de ese país). En
España las clases pudientes se lo van a hacer (el aborto) en Inglaterra o, en la misma
España en clínicas privadas. Siempre, quienes salen perdiendo, son las clases pobres. En
Venezuela igual. En Miami, Colombia o clínicas privadas. Por eso a los defensores de la
prohibición i condena del aborto inducido, médico i legal, les viene bien el pensamiento
de Esquilo, que puse como epígrafe de esta contribución. Sería motivo de una mui
extensa exposición, el referirme a los conceptos de vida humana i de cuándo comienza
la vida, interesantes temas para otra ponencia.

DR. ROBERTO JIMÉNEZ MAGGIOLO (robertojjm@hotmail.com)

Este trabajo fue escrito i presentado como conferencia, posterior a la clausura de la


Constituyente, pero sus argumentos están vigentes i de gran interés, cuando el problema
sigue en pie, i los desconocedores del mismo, siguen dogmáticos i desprovistos de
conocimientos adecuados i científicos. DESAFÍO A CIENTÍFICOS, MÉDICOS,
ABOGADOS, POLÍTICOS I RELIGIOSOS, A DEBATIR PÚBLICAMENTE EN
UNIVERSIDADES O EN LA ASAMBLEA NACIONAL, ESTE TEMA DEL QUE
TODOS HABLAN CON MUCHA PRETENDIDA SABIDURÍA I CONOCIMIENTO,
PERO REALMENTE MUESTRAN IGNORACIA CIENFÍFICA, FILOSÓFICA I
SOBRE TODO SOCIO-ECONNÓMICA I HUMANA. Es tema que vengo estudiando
desde antes de ir en 1967-68 a la Universidad de Lovaina en Bélgica, donde hice cuatro
cursos sobre esos problemas, incluyendo Moral Demográfica. DESAFÍO EN NOMBRE
DE LAS M UIJERES VENEZOLANAS. SOI FUNDADOR DE LA CÁTEDRA DE
ÉTICA MÉDICA DE LA ESCUELA DE MEDICINA DE LA UNIVERSIDAD DEL
ZULIA.

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