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Alejandra Durán Graván

El Manifiesto Ágil es un documento redactado en 2001 por 17


expertos en programación que supuso un cambio radical en la
forma de desarrollar ‘software’. Frente a los modelos
tradicionales —excesivamente rígidos y alejados de las
necesidades de los clientes—, estos gurús propusieron cuatro
valores que inspiran las diferentes metodologías ágiles que han
surgido desde entonces. Aunque nació en el mundo del
‘software’, la filosofía que promueve este manifiesto es
extensible al desarrollo de cualquier otro producto. BBVA la
está aplicando, por ejemplo, en el ámbito de los servicios
financieros.
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Los firmantes del manifiesto coincidían en que los procedimientos y reglas


establecidos para desarrollar ‘software’ en la segunda mitad del siglo XX ya no
eran válidos para dar respuesta a unos usuarios, cuyas demandas eran cada vez
más urgentes y frecuentes como consecuencia de la generalización del uso de los
ordenadores personales y, más adelante, de los dispositivos móviles.
TRANSFORMACIÓN DIGITAL

¿Qué es la metodología 'agile'?

‘Agile’ es mucho más que una metodología para el desarrollo de proyectos que
precisan de rapidez y flexibilidad, es una filosofía que supone una forma distinta de
trabajar y de organizarse. De tal forma que cada proyecto se ‘trocea’ en pequeñas
partes que tienen que completarse y entregarse en pocas semanas. El objetivo es
desarrollar productos y servicios de calidad que respondan a las necesidades de
unos clientes cuyas prioridades cambian a una velocidad cada vez mayor.
El 17 de febrero de 2001, los primeros agilistas se reunieron en la estación de
esquí de Snowbird, en las montañas de Utah (EE. UU.), y acuñaron el término
‘Métodos Ágiles’ para definir los modelos de trabajo que estaban surgiendo como
alternativa a las metodologías previas. Se creó entonces la Agile Alliance, una
organización sin ánimo de lucro dedicada a promover el desarrollo ágil de
‘software’ y a apoyar a las organizaciones que quisieran adoptar esta nueva forma
de trabajar. Para lograrlo, el primer paso que dieron fue redactar el Manifiesto
Ágil, un documento que resume en cuatro valores y 12 principios la filosofía ‘agile’.
Valores del Manifiesto Ágil
Los valores definidos en el Manifiesto Ágil no se centran en prácticas,
metodologías o procedimientos de trabajo, sino que abogan por un cambio de
mentalidad, una nueva cultura organizativa basada en cuatro pilares:

1. Individuos e interacciones sobre procesos y


herramientas.

2. ‘Software’ funcionando sobre documentación


exhaustiva.

3. Colaboración con el cliente sobre negociación


contractual.

4. Respuesta ante el cambio sobre seguir un plan.


Los 17 autores del manifiesto aclaran que, «aunque reconocen la importancia de
los elementos de la derecha, valoran más los de la izquierda».

Principios del Manifiesto Ágil


Estos cuatro valores se concretan en 12 principios, que definen el marco de trabajo
de cualquier equipo ágil:

1. Nuestra mayor prioridad es satisfacer al cliente


mediante la entrega temprana y continua de
‘software’ con valor.

2. Aceptamos que los requisitos cambien, incluso


en etapas tardías del desarrollo. Los procesos
ágiles aprovechan el cambio para proporcionar
ventaja competitiva al cliente.

3. Entregamos ‘software’ funcional


frecuentemente, entre dos semanas y dos
meses, preferentemente en el periodo de
tiempo más corto posible.

4. Los responsables de negocio y los


desarrolladores trabajamos juntos de forma
cotidiana durante todo el proyecto.
5. Los proyectos se desarrollan en torno a
individuos motivados. Hay que darles el entorno
y el apoyo que necesitan, y confiarles la
ejecución del trabajo.

6. El método más eficiente y efectivo de comunicar


información al equipo de desarrollo, y entre los
miembros del equipo, es la conversación cara a
cara.

7. El ‘software’ funcionando es la medida principal


de progreso.

8. Los procesos ágiles promueven el desarrollo


sostenible. Los promotores, desarrolladores y
usuarios debemos ser capaces de mantener un
ritmo constante de forma indefinida.

9. La atención continua a la excelencia técnica y al


buen diseño mejora la agilidad.

10. La simplicidad, o el arte de maximizar la


cantidad de trabajo no realizado, es esencial.

11. Las mejores arquitecturas, requisitos y diseños


emergen de equipos autoorganizados.

12. A intervalos regulares el equipo reflexiona sobre


cómo ser más efectivo para a continuación
ajustar y perfeccionar su comportamiento en
consecuencia.
Algunas compañías, cuando deciden convertirse en organizaciones ágiles,
redactan su propio manifiesto. En el caso de BBVA, esto no ha sido necesario,
explica Ricardo Forcano, director de Talento y Cultura del banco: “Nuestro
propósito de poner al alcance de todos las oportunidades de esta nueva era se
refleja en nuestros valores: El cliente es lo primero. Somos un solo equipo.
Pensamos en grande. Y ‘agile’ encaja perfectamente con estos tres valores”.

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