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Resumen Básico - Emanuel
Resumen Básico - Emanuel
Como acordamos, aquí te dejo una suerte de punteo general sobre temas
que considero principales, para afrontar en el contexto actual, de manera
rápida y práctica las actividades que restan.
El resumen lo realicé en base al libro “Metodología de la Investigación
Social” de Roberto Pérez Lalanne. Roberto era amigo mío y fue mi titular
de cátedra en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora, lugar donde
actualmente, también trabajo.
Recordemos que aquí te voy a presentar definiciones y pasajes que puede
que no aparezcan en el mismo orden que venimos trabajando (y ahora
continuarán con la prof. Rocío) pero considero que se ajusta
perfectamente a los objetivos que tenemos planteados en Undav.
Le dejo una copia de este documento a Rocío, para que lo revise y te
brinde sus consideraciones sobre el alcance y pertinencia de los mismos,
en función del trabajo que realizarán en esa Comisión.
Saludos y espero que el material sea de utilidad.
Walter
1
1. Diseño, proyecto y proceso de investigación
2
términos de objetivos, hipótesis, variables, etc.) el investigador necesita elaborar una
estrategia de investigación que le garantice solucionarlo con éxito. Habría que agregar
que a veces la formulación del problema requiere a su vez de su propio diseño tal como
sucede con algunos estudios exploratorios que reciben también el nombre de
formulativos. Con otras palabras, diseñar una investigación implica un trabajo de
reflexión previo a su realización. Supone planificar su implementación; reflexionar
sobre los alcances de la misma, sobre cada uno de los pasos a seguir y sobre cada una de
las decisiones a tomar. Significa adelantarnos mentalmente e imaginarnos las diferentes
secuencias. Pardinas (1972) señala que el diseño es la comprobación de un modelo.
Distingue entre el diseño de la prueba de hipótesis (definición del universo de estudio,
de las unidades de análisis y de información, elección de las técnicas de muestreo y de
recolección de datos, etc.) y el diseño general de la investigación. A este último a su
vez, lo descompone en un conjunto de diseños específicos: el modelo teórico (desarrollo
conceptual de cada uno de los pasos de la investigación incluyendo el marco teórico de
referencia), el modelo gráfico (elaboración de un esquema de procedimientos,
flujograma, cronograma, etc.), el modelo simbólico (elección de los soportes
informáticos), el modelo estadístico matemático (elección de la muestra, margen de
error y tamaño muestral, coeficientes estadísticos, plan de cuadros y gráficos, etc.) y el
modelo económico-administrativo (elaboración del presupuesto y conformación del
equipo de investigación).
Los diferentes criterios mencionados cuando se analizaron los tipos de
investigación no sólo son útiles a los efectos clasificatorios y pedagógicos sino también
cuando se trata de evaluar si existe correspondencia entre la “autodefinición” de la
investigación y su diseño, concordancia que no siempre ocurre en el campo científico
especialmente en el de las ciencias sociales.
Precisamente, el diseño es algo común a todos los estudios independientemente
de cuál sea su tipo dado que aun en aquellos casos caracterizados como exploratorios y
cualitativos también requieren de algún tipo de planificación por más flexible que ésta
sea. Pero el hecho de que se trate de “algo en común” no debe prestarse a confundir
diseño con investigación ni tampoco a tratar ambos conceptos como “cosas” totalmente
diferentes. Sin embargo, existe una doble tendencia: por un lado, a considerarlos como
sinónimos o lo que es igual, a definir la investigación en función de su diseño o más
aun, a subordinarla como si la misma se realizara en beneficio o por el diseño en sí
mismo o por el simple placer de implementar lo diseñado o de llegar a la meta
independientemente de cuál sea su costo o sus consecuencias. De hecho, el diseño debe
ajustarse a los objetivos pero teniendo en claro que no son objetivos propios sino que
son objetivos de la investigación y que al igual que ella, debe contemplar otros
elementos y factores que muchas veces ni siquiera están presentes o explicitados en
aquéllos pero que forman parte del problema y por lo tanto deben ser contemplados por
el investigador. Por otro lado, la otra tendencia es a separar el diseño del resto del
proceso de investigación. Como si fuera una etapa previa –e incluso realizada por
personas diferentes--, que culminaría con la planificación a priori de la investigación.
Ambas inclinaciones muchas veces obedecen --como luego se verá--, a que se confunde
o prioriza el interés analítico por sobre la concepción de la investigación en forma
global.
A los efectos de ilustrar como se concretan y hasta coinciden en la práctica
ambas tendencias, recurriré a una analogía que con frecuencia se traza entre el diseño de
una investigación y el diseño de una construcción (por ejemplo de una vivienda). En
este caso, el plano de la obra elaborado por el arquitecto equivaldría al diseño elaborado
por el investigador, mientras que lo mismo ocurriría entre la construcción de la vivienda
y la realización de la investigación. Algunos arquitectos suelen desentenderse de la
obra una vez que la han diseñado aunque por lo general, acompañan, supervisan,
dirigen, etc. la obra en su totalidad; lo mismo ocurre con el diseñador de una
investigación --aunque también, no en todos los casos--. Sin embargo, son más
frecuentes de los que se cree, los estudios (cuantitativos, en su mayoría) que se
planifican desde un escritorio al mejor estilo del burócrata. Esta actitud, en ambos
casos, le estaría otorgando al diseño un valor intrínseco, que por cierto tiene pero que es
un valor parcial, relativo y más bien potencial, dado que son ínfimos los casos en que
una investigación pueda ser diseñada totalmente antes de su realización. 9 Pero esto no
es todo ni lo más grave. Particularmente, me ha tocado participar en la evaluación de un
programa (subvencionado e implementado por el estado nacional, a través de uno de
sus ministerios) de construcción de viviendas comunitarias para poblaciones aborígenes
con el propósito de “preservar” dichas culturas ancestrales. Las viviendas habían sido
diseñadas por arquitectos desde Buenos Aires, con criterios y estilos urbanísticos
propios de esta ciudad, que --aun a riesgo de ser injusto--, poco se preocuparon por sus
futuros moradores como así también poco se interesaron en supervisar la obra y sus
“alrededores” dado que para su aprobación final y envío correspondiente de los fondos,
se evaluaba el “producto” en función de los planos originales. Así fue como se
construyeron las viviendas, siguiendo al pié de la letra su diseño arquitectónico.
No es necesario tener mucha imaginación para saber qué fue lo que pasó. Entre
otras cosas, la comunidad había construido baños externos (afuera de las viviendas) en
lugar de utilizar los construidos (internos) porque según sus pautas culturales ese tipo de
necesidades debían realizarse afuera y no dentro de la casa. Lo cual tiene su lógica,
pero aunque no la tuviera, si se trata de preservar la cultura aborigen hay que empezar
por no cambiarle sus estilos de vida. Tal vez, el ejemplo pueda parecer algo grotesco o
ficticio; sin embargo, la realidad suele superar a la ficción (y no tan solo a la
imaginación).
Ahora bien, qué es lo que se pretende demostrar con el ejemplo? Lo apuntado
más arriba: que el diseño no es equivalente a la investigación sino que es un ingrediente
más, tal vez uno de los más importante o como señala Samaja el “alma mater” pero
sólo es una parte; con otras palabras, que el diseño --por más adecuado que sea--, no
garantiza el éxito de la investigación o la resolución del problema, que en tal caso, es
una condición necesaria pero no suficiente; que el diseño no es sólo un paso previo y
acabado sino que acompaña, se ajusta durante y termina con la propia investigación.
En cambio no despierta la misma unanimidad el concepto de proyecto de
investigación. Alvira Martín (1993) lo equipara al diseño. Para Sierra Bravo el proyecto
contiene al diseño y “... consiste en la especificación organizativa, temporal y
económica de los distintos elementos, pasos y operaciones del proceso de investigación
respecto a un caso concreto de investigación” (1991:124). Mientras que para Samaja
(cuya posición --en este punto--, comparto) “... abarca otra porción y otro plano del
proceso de investigación, ya que se refiere a aquel conjunto de componentes que
producen y regulan la información más adecuada para llevar a cabo una dirección y
control eficaz del desarrollo del proceso (...) casi invariablemente se trata de una
información escrita y presentada de acuerdo a un cierto formato establecido por un
sujeto supervisor (o sistema regulador administrativo)” (1993:205).
9
Quiero aclarar que tanto para el caso del arquitecto como del investigador me estoy refiriendo
especialmente a aquellas investigaciones (o construcciones) que efectivamente se realizan. Cuando esto
no ocurre, los diseños igualmente tienen su valor pero como se señaló se trata de un valor parcial y
relativo, como ocurre cuando se juzga cualquier promesa o acto en potencia. Con otras palabras, una cosa
es el plano de la obra y otra cosa es la obra terminada, sobre la que recaerá el veredicto final.
Como se puede observar, tanto el proyecto como el diseño responden a lógicas o
racionalidades diferentes. La lógica del proyecto obedece más a lo formal y burocrático,
posibilitando la evaluación y control de gestión, contemplando aspectos del diseño y del
proceso de investigación (en un sentido restringido), “balanceando” objetivos y
recursos, pero además contemplando a quien va dirigido (entre ellos, los eventuales
evaluadores), a sus posibles beneficiarios (y también “perjudicados”), las consecuencias
manifiestas (entre ellas las llamadas trasferencias al medio socio productivo) y las
latentes (o muchas veces no explicitadas) que el investigador ni los evaluadores pueden
ignorar y que remiten a los compromisos éticos involucrados. Mientras que la lógica
del diseño en principio es más “reducida” y obedece especialmente a lo técnico-
metodológico-operativo (a las que se volverán para su tratamiento más adelante, rige la
relación entre el cuerpo de conocimientos existentes (marco teórico), los procedimientos
y herramientas, contemplando los diferentes criterios de demarcación, de control y de
validez científica, tal como enseguida se analizará.
Ahora bien, si el diseño implica la organización de la investigación y el proyecto
la comunicación –generalmente, por escrito--, de lo que se piensa hacer conforme a
ciertos protocolos que necesariamente habrá que completar, constituyendo un
dispositivo burocrático imprescindible, en especial, cuando la investigación requiere de
la evaluación de una instancia superior para su aprobación y/o financiación, el proceso
de investigación nos remite a la ejecución, implementación de lo diseñado y
comunicado. Precisamente, la investigación concebida como proceso será objeto de
tratamiento en los capítulos siguientes.
Se ha dicho que todo diseño implica un conjunto de decisiones sobre las que el
investigador deberá reflexionar. A continuación se presenta un esquema sintético sobre
las mismas y que serán desarrolladas en los capítulos siguientes:
3.2. Principios y criterios operativos generales del diseño
Una de las claves de todo investigador que se precie como tal es el manejo y
conocimiento de la lógica del diseño, tanto para realizar sus propias investigaciones
como para evaluar las implementadas por otros. Esto último, resulta particularmente
importante para muchos profesionales (de cualquier índole) y personal directivo que en
el ejercicio de sus funciones están en contacto con investigaciones.
El dominio de la técnica del “diseño” contempla algunos principios (Sierra
Bravo, 1991):
a) Un conocimiento adecuado de la lógica del proceso de investigación, sus
metodologías y técnicas y de los factores que puedan afectar su validez.
b) Realismo para la adaptación, de modo creativo y original, a las cambiantes
circunstancias de cada investigación.
c) Imaginación para intuir todos los factores que pueden afectar la validez y para
encontrar soluciones eficaces a los mismos.
d) Flexibilidad o capacidad de adaptación del diseño inicial a las nuevas exigencias
que el desarrollo de la investigación ponga de manifiesto.
Como bien señala Sierra Bravo, el fin último de todo diseño es lograr la máxima
validez posible, es decir, la correspondencia más ajustada de los resultados del estudio
con la realidad. Kerlinger (1975) sostiene que hay que disponer la investigación de
modo que resulte maximizada la variación o efecto en la variable dependiente producido
por las variables independientes estudiadas, a fin de que su influencia aparezca lo más
clara posible, controlando las variables extrañas no investigadas, minimizando la
influencia de los factores aleatorios y los errores de medida e incrementando todo lo
posible la seguridad y fiabilidad de las operaciones de la investigación.
18
Ver Saint Simon (1964).
19
Beltrán, Miguel: Cinco vías de acceso a la realidad social, en García Ferrando, M. y otros (1990).
20
Para las nociones de “a priori histórico” y de “imaginario social” ver Díaz, E. (1998 y 2000,
respectivamente).
determinados paradigmas) se hallan en competencia/conflicto.21 También están los
controles externos que realizan los grupos de poder y de presión (especialmente
políticos-ideológicos y económicos) que no necesariamente (y por lo general, es así)
procuran una mayor objetividad. Finalmente, están los que ejerce la propia comunidad
en general (especialmente políticos-ideológicos, y sociales) a través de la opinión
pública y de los medios de comunicación. Y atravesando por todos los agentes
mencionados y/o involucrados, desde el comienzo hasta el final del proceso (antes,
durante y después) están los controles éticos-morales como ocurre en toda actividad
humana.
Por último, y porque quizás sintetice e incluya todo lo anterior, habría que
destacar el aspecto crítico de toda investigación y por lo tanto, el perfil crítico que debe
poseer todo científico.22 Y esto por varios motivos que a continuación se explicitarán.
En primer lugar, la decisión de investigar una determinada situación o problema
supone una elección (orientada por valores) entre una gama de posibles problemas. En
segundo lugar, encierra un juicio de valor o, lo que es lo mismo, supone un no estar de
acuerdo ya sea con el conocimiento (o desconocimiento) que se tiene sobre el problema
o con las soluciones que se proponen o ya sea, con el estado en que se encuentra dicha
situación. Y ese desacuerdo se transforma –directa o indirectamente, voluntaria o
involuntariamente--, en una denuncia. Y si esto es así, entonces probablemente –por no
decir en todos los casos--, ocurrirá que esa denuncia se trasladará a quienes hasta ese
momento o bien, son los responsables de dicha situación o bien, se están beneficiando
con la misma. En cualquier caso, quienes se sientan involucrados percibirán esa
denuncia como un ataque a sus intereses y, en tal sentido, van a reaccionar y --entre
otras cosas--, es posible que califiquen a los investigadores --en el mejor y más amplio
sentido del término--, de “subversivos”. Y es correcto, porque investigar supone
subvertir cierto estado de cosas o status quo, independientemente de cuál sea el ámbito
o contexto. A nivel macrosocial --en especial, bajo gobiernos o regímenes autoritarios,
más allá de su signo ideológico--, en donde los argentinos tenemos sobrada experiencia.
Y no sólo en el campo de las ciencias sociales sino también en el de las formales; basta
recordar cómo –durante el último régimen militar--, se prohibieron elementos de las
matemáticas modernas por considerárselos subversivos. En el nivel microsocial –en
una empresa, escuela, oficina, familia, etc.--, cuando se estudia acerca de cómo cambiar
las relaciones existentes, y en el propio plano individual, como ocurre por ejemplo,
cuando el terapeuta subvierte el orden interno de su paciente.
Por último (aunque tal vez tendría que estar en primer lugar), la perspectiva
crítica de la investigación nos remite a la idea de que no se debiera investigar por el
mero hecho de hacerlo --más allá del válido placer que se sienta--, sino que por el
contrario, habría que actuar luego en consecuencia, haciendo uso de los hallazgos
obtenidos. Y no --en el peor de los casos--, archivándolos burocráticamente o no tan
sólo --y en el mejor de los casos--, dándolos a conocer. Dado que de poco sirve estudiar
el nivel de pobreza existente en el país (incluso por los propios organismos oficiales) si
luego no se actúa para erradicarla, o evaluar la calidad del aprendizaje en alumnos
21
Ver por ejemplo a Bourdieu, P. (2000).
22
El perfil crítico de toda investigación es independiente de lo crítico que a su vez resulta ser el método
científico.
primarios y secundarios para llegar a la conclusión de su estado deficitario y no hacer
nada para mejorarla. Hace rato que me está dando vueltas una de las tesis que allá a lo
lejos y --valga la redundancia--, hace tiempo elaborara Marx sobre Feuerbach. 23 Pero
insisto, esto no invalida o tiende a desconocer la validez e importancia que todo estudio
intrínsecamente tiene, por más que luego no se sirva de él. Por otra parte, aunque lo
anterior ocurriera, toda investigación --como se ha visto en el párrafo anterior--, también
por su propia naturaleza es crítica. Por eso es que muchas veces se la obstaculiza y en
otras tantas, hasta se convierte en una especie de boomerang que se vuelve en contra de
sus autores o patrocinadores.
No obstante lo anterior y parafraseando a Bourdieu de lo que se trata es que la
investigación --aunque resulte paradójico--, “...libere al hombre al liberarlo de la ilusión
de la libertad, o más exactamente, de la creencia mal ubicada en las libertades ilusorias.
La libertad no es algo dado, sino una conquista, y colectiva...”. 24 Con palabras más
profanas, lo que se pretende señalar es que la investigación no es o no debiera ser un
proceso aislado sino que, por el contrario, forma parte de un proceso mayor que se
podría denominar “Proceso de Resolución de Problemas”, aceptando como señala
Henri Poincaré que “...no hay problemas resueltos, hay problemas más o menos
resueltos...”.25 Como acota Schuster ninguna investigación comienza si no se detecta
alguna dificultad en una situación práctica o teórica. Es esta dificultad o problema,
quien guía la búsqueda de algún orden entre los hechos en términos del cual la
dificultad pueda solucionarse (Schuster, 1992:15) Por otra parte, uno de los indicadores
para evaluar el “progreso” de la Ciencia es la medida en que va resolviendo --aunque
sea parcialmente-- los problemas o si las teorías sucesivas resuelven más problemas que
sus predecesoras. Precisamente y como se verá, la faceta crítica también está presente
en la definición de lo que es un problema de investigación.
23
Feuerbach, Ludwing (1804-72) filósofo materialista alemán, discípulo de Hegel, a quien Marx criticara
por su incapacidad para relacionar la teoría con la praxis revolucionaria. Precisamente, la tesis nº 11 que
Marx escribiera sobre él decía lo siguiente: “Hasta ahora los filósofos se han dedicado a contemplar el
mundo, de lo que se trata ahora es de transformarlo”.
24
Bourdieu, P. (1993:.27).
25
En Moledo, L. (1994:162).
Etimológicamente, la palabra método proviene del griego (metá y odos) y
significa “camino hacia” o “hacia la meta”, es decir, camino a recorrer para alcanzar un
objetivo que cuando se hace referencia a la investigación se traduce en obtener un
determinado conocimiento. La principal función del método es posibilitar (al
explicitarlo) que cualquier otro investigador pueda reiterar la experiencia y comprobar
por sí mismo la validez y legitimidad de los hallazgos. Con otras palabras, el método
hace posible que parcialidades individuales puedan convertirse en parcialidades
compartidas.
Por otra parte, es necesario distinguir entre métodos (o modos) de
pensamiento/razonamiento y métodos (o modos) de investigación (a los cuales se refiere
la frase inicial) y que incluyen a los primeros. Los métodos de investigación son las
formas de actuación, son cursos de acción (Samaja, J., 1993) para la producción y
validación de los conocimientos y por lo tanto, son algo más que uno o varios modos de
pensamiento. Y --parafraseando parcialmente a Kuhn--, los métodos de investigación
se consideran científicos (más allá de los problemas de fundamentación lógica y
gnoseológica) en la medida en que son aceptados, reconocidos y legitimados con su uso
por la comunidad científica o por los científicos pertenecientes a un determinado
paradigma si se tiene en cuenta la heterogeneidad paradigmática de dicha comunidad.
Por eso, es que no corresponde hablar de un anarquismo metodológico o científico en
general sino que a lo sumo esta postura representará los intereses de dicho paradigma.
Pero al mismo tiempo, cabe señalar que los métodos tampoco son propiedad exclusiva
de un paradigma tal como lo demuestra la convergencia paradigmática y/o
metodológica (Pérez Lalanne, 2010). Como bien apunta Bourdieu, el campo científico
goza de autonomía y fuerza de gravedad propias (mayor aun a la de otros campos) y se
rige por lo tanto por sus propias reglas de juego, por los capitales e intereses en juego y
por lo tanto, por las relaciones históricas de poder (Bourdieu, 1999) Y precisamente,
son estas relaciones de poder existentes en el campo científico las que hacen posible que
determinados métodos puedan ser considerados “científicos” o “más científicos” que
otros. Desde luego que esta autonomía es relativa --pensar lo contrario sería pecar de
ingenuidad--, dado que en última instancia todos los campos están sujetos a la lógica
general del espacio social global (que al igual que la de los campos excede los límites
societales) en el cual están insertos. Aunque resulte una verdad de perogrullo estas
reglas de juego responden a la lógica del capital. Y esto último hasta resulta paradójico,
dado que la problemática del método se instaura como una forma de terminar con el
criterio de autoridad hasta ese momento vigente y termina utilizándose para encubrir
otra forma de autoridad. Por supuesto, que esto será motivo de rechazo por quienes
gozan de “autoridad” en el campo científico. Pero al respecto, vale recordar que entre
los dominantes también hay dominados y que en general el consentimiento (a veces
inconsciente) de los dominados, su “complicidad”, es también un efecto incorporado de
la dominación o con otras palabras la raíz de la sumisión es expresión de la
somatización de las relaciones sociales de dominación (Bourdieu, 1995).
En términos generales, el análisis de cualquier método de los considerados
científicos debe contemplar básicamente los siguientes aspectos: supuestos
filosóficos/epistemológicos, contenidos formales y sustantivos, características y
elementos. A continuación, se realizará una breve especificación de los mismos.
27
El listado de características que se mencionan pretende ser una síntesis del valioso aporte realizado por
numerosos autores: Bunge, Ander Egg, Sierra Bravo, Cohen y Nagel, Popper, Goode y Hatt, etc. Al
respecto, ver bibliografía general. A su vez, el orden de las mismas no indica jerarquía y por otra parte,
no son exclusivas de los métodos científicos.
28
Jorge Wagensber en entrevista publicada en el diario Clarín, suplemento Cultura y Nación, del
17/05/90.
c) trasciende los hechos, superando la mera apariencia de los fenómenos o como diría
Bourdieu, rompiendo con la “ilusión de la transparencia del mundo social”.
d) se vale de la contrastación empírica (verificación o falsación, exigiendo una
constante confrontación con la realidad, descartando los criterios de autoridad,
tradición, revelación, etc. Tampoco cabe en el método científico lo que Merlau-
Ponty denominó el “dogmatismo del sentido común”.
e) teórico, supone siempre una teoría (o esbozo de ella) a partir de la cual formulará los
problemas y observará la realidad para retornar luego a ella.
f) crítico, autocorrectivo y progresivo: rechaza y/o ajusta permanentemente sus
afirmaciones, se halla sujeto a críticas y exámenes. Sus conclusiones nunca son
finales sino provisorias, se halla abierto a nuevos aportes y a la utilización de nuevos
procedimientos y técnicas.
g) sus proposiciones son generales, ignorando los hechos aislados o únicos; sin
embargo, la universalidad no debe perder de vista la singularidad y además --como
señala Guber (1991)--, debe contemplar la diversidad.
h) aspira a lograr la mayor “objetividad posible”, procurando alcanzar “la verdad
fáctica o científica” sin desconocer los condicionamientos sociales de la práctica
científica.
i) analítico-sintético: desconstruye la realidad estudiada en sus elementos y luego la
reconstruye obteniendo una nueva visión global del conjunto y de las relaciones
estructurales entre los mismos.
j) circular: los enunciados teóricos se prueban mediante datos empíricos y éstos se
analizan o interpretan sobre la base de los primeros.
k) selectivo en un doble sentido: concentra su observación entre los elementos más
relevantes y luego, en el análisis de los datos recogidos procura detectar los más
significativos.
l) fomenta la intuición, la imaginación, la audacia y la creatividad aun en el caso de
que no se atenga estrictamente a las reglas, e incluso a las teorías admitidas
Feyerabend, P., 1984).
Por otra parte, los métodos científicos se valen de un conjunto de elementos que
serán desarrollados más adelante:
TEORIA
HIPOTESIS
VARIABLES
CATEGORIAS
CONCEPTOS DEFINICIONES
DIMENSIONES
INDICADORES
INDICES
OBSERVACIONES
30
Ver bibliografía general.
32
Primer paso: Segundo paso:
SELECCIÓN DEL DELIMITACION
TEMA O DEL TEMA O
PROBLEMA PROBLEMA
Tercer paso:
FORMULACION
DEL PROBLEMA
En la mayoría de los casos no basta con haber elegido el tema o con tener
identificado un área-problema acerca de lo que se pretende investigar. Es necesario
establecer los alcances circunscribiendo el campo de análisis y especificando el objeto
de estudio: en términos teóricos, metodológicos y empíricos. Al respecto, me permito
sugerir algunas estrategias para la delimitación que a su vez posibilitarán la formulación
del problema:
a) Torbellino de ideas: en primer lugar y con el posible tema en mente habría que
comenzar formulando algunos interrogantes: el primero y fundamental es ¿qué se
pretende conocer o averiguar sobre el mismo? Es decir, ¿adónde se quiere llegar con la
investigación? Posteriormente, habría que preguntarse por ¿quiénes van a estar
involucrados en el estudio?; ¿en dónde se lo piensa realizar, cuáles los momentos que se
van a tomar y cómo se piensa realizar el abordaje? Simultáneamente, ¿Qué es lo que ya
se sabe sobre el problema en cuestión? En segundo lugar, habría que comenzar a
descomponer el tema en sus diferentes aspectos y elementos presentes, procurando
asignarles posibles funciones y estableciendo relaciones entre los mismos. Una vez que
se tienen todas las cartas sobre la mesa y habiendo tomado los recaudos pertinentes de
que no haya quedado algo sin contemplar, se estaría en condiciones de seleccionar
cuáles aspectos y elementos se van a considerar y cuáles se van a descartar. De esta
forma y barajando tentativas respuestas a los interrogantes formulados, se podría
avanzar con las otras estrategias de delimitación y con la formulación del problema. El
propósito es descomponer el tema elegido en sus diferentes aspectos, analizar sus
posibles relaciones, formular interrogantes y sugerir respuestas, evaluar alternativas de
abordaje, etc. para luego seleccionar algunos de ellos y descartar otros. Con otras
palabras, una vez identificado el problema y a los efectos de aclararlo y precisarlo, el
investigador realiza la tarea denominada por Van Dalem y Meyer (1971) “el análisis del
problema”: enumerando los factores o variables que parecen tener relación con el
problema, es decir, problematizando el problema o conviertiendo el problema en un
problema de investigación. De esta manera se estará en condiciones de formular el
problema de investigación con el interrogante inicial, la definición de los objetivos y las
hipótesis.
b) Contextualizar la investigación: en términos generales, se trata de acotar el estudio.
Acotarlo temporal, espacial y sociodemográficamente introduciendo variables
contextuales (constantes y/o comparativas)32. Esta tarea supondrá la toma de un
conjunto de decisiones que irán perfilando la caracterización del estudio. En tal sentido,
contextualizar temporalmente una investigación implica decidir si se piensa hacer un
abordaje sincrónico o diacrónico (retrospectivo o prospectivo), comparativo o no
comparativo. Por su parte, la contextualización espacial lleva a decidir el área de
cobertura de la investigación lo cual significará optar –primero— entre realizar un
estudio macro o microsocial y, a renglón seguido, elegir el o los escenarios involucrados
(grupo, institución, área geográfica, etc.). Por último, la delimitación sociodemográfica
supone identificar y caracterizar la población objeto del estudio en función de las
variables consideradas pertinentes (sexo, edad, nivel socioecómico, lugar de residencia,
estado civil, etc.). Cabe señalar que al mismo tiempo y para los tres recortes anteriores,
también estará pendiente la decisión acerca de si se piensa realizar un abordaje
comparativo o no comparativo, en cualquiera de sus variantes. En definitiva, estos
acotamientos constituyen una condición necesaria para encarar cualquier investigación:
“no se puede estudiar el mundo a lo largo de toda su historia” (Sautú y otros, 2005: 36).
Dicho con otras palabras, se trata de determinar tiempo, espacio y población donde se
buscará la evidencia empírica contextualizando las conclusiones que se logren con
dichas evidencias.
Veamos a modo de ejercitación, un ejemplo:
Supóngase que se ha elegido como tema “la discriminación”. Esta problemática
así planteada es prácticamente inabordable. Es ahí cuando se apela a las dos estrategias
anteriormente desarrolladas:
1. ¿Interesa estudiar las características, las causas, los motivos o las consecuencias de
la discriminación?
2. ¿Importa analizar las reacciones de los discriminados y/o de los que no lo son?
3. ¿Es cierto que la discriminación está relacionada con el color de la piel, con el nivel
socioeconómico, el género, la edad, la vestimenta, etc.?
4. ¿Interesa realizar un estudio histórico sobre su evolución o focalizar en lo que
ocurre con la discriminación en la actualidad?
5. ¿El mismo se realizará a lo largo y ancho del país, en CABA/GBA o en algún
escenario más acotado?
6. ¿Cuál va a ser la población objeto de estudio: niños, adolescentes, adultos, ancianos,
hombres y/o mujeres?
7. ¿En cuál ámbito se lo piensa abordar: educativo, familiar, recreativo, religioso,
político, sexual, etc.?
Supóngase –abriendo un paréntesis— que hasta aquí se haya decidido lo
siguiente: “Estudiar las características que tiene la discriminación que padecen los
adolescentes en la actualidad en los boliches bailables radicados en CABA/GBA.” Y se
podría continuar:
8. ¿Importa analizar las reacciones de los discriminados y/o de los que no lo son?
32
Ver el capítulo: Sobre variables, indicadores e índices.
9. ¿Interesa saber si la discriminación varía según el tipo de boliche?
10. ¿Importa analizar la opinión de los concurrentes sobre la discriminación?
11. ¿O saber si concurren a sabiendas de que hay discriminación?
12. ¿O además averiguar por los motivos, las causas o consecuencias de la
discriminación?
13. Etc., etc., etc.
33
Merton, Robert: Teoría y estructura sociales, FCE, México, 1980.
que se sabe de lo que no se sabe). 34 Es la teoría (a través de sus diferentes
manifestaciones: conceptos, hipótesis, proposiciones, leyes, etcétera) la que avala la
decisión de investigar, la que nutre y orienta la experiencia del investigador, la que
provoca el consenso (o disenso) de la comunidad científica, la que constituye el núcleo
fuerte (o central) de cualquier paradigma o programa de investigación, la que permite
interpretar las observaciones (o los datos), a la que refieren los hechos anómalos o a la
que contradicen los datos, la que se toma prestada de otras disciplinas, la que se reclama
por su ausencia, a la que apela el cliente cuando consulta al especialista, la que se
enseña en la universidad, etcétera.
De la misma manera, es la teoría la que justifica las ideas de la investigación al
establecer su relevancia o fertilidad, al orientar la búsqueda y el diseño de la prueba
(contexto de justificación). En efecto, la teoría permite definir los objetivos de la
investigación, es la que brinda la caja de herramientas conceptuales, la que respalda las
hipótesis de trabajo, la que define las estrategias técnico-metodológicas (que por otra
parte, son teoría en acción), la que establece las evidencias necesarias y el marco de su
interpretación. En tal sentido, cabe recordar, que los datos no hablan por sí mismos sino
que lo hacen a la luz de una determinada teoría, que la realidad se problematiza e
interroga desde la teoría. Como señala Bachelard (1984), el hecho científico “se
conquista, construye y comprueba” (superando los obstáculos epistemológicos) o con
palabras de Bourdieu (1975) “hay que romper con la ilusión de la transparencia o del
saber inmediato” (estableciendo la prioridad epistemológica de la teoría). Con palabras
de Sautu: “...el sostén de una investigación, el andamiaje sobre el cual se construye, son
las teorías, modelos de análisis y conceptos que estructuran un área de conocimiento
aportándole ideas, planteándole dudas, sugiriendo hipótesis y preguntas que
eventualmente constituirán el objetivo de investigación...” (Wainerman y Sautú, 1998:
182) .
Con el propósito de ilustrar lo anterior (pero en especial, el papel de la teoría) se
hará referencia a un caso clásico y “paradigmático” de la Sociología: la “idea de
suicidio” de Durkheim (1992). Y lo por las razones que brevemente a continuación se
desarrollan: 35
1. En sociología, la idea de suicidio (muerte voluntaria) no tiene (o no tenía) un sentido
inmediato, no se planteaba en principio como un objeto sociológico legítimo –desde la
inmediatez y arbitrariedad del sentido común en adelante--, y sí en cambio lo es --y
especialmente, lo era--, para el psicólogo, psiquiatra, médico, etcétera.
2. No son las estadísticas (abundantemente difundidas en la Francia de principios de
siglo XIX) como a menudo se ha sostenido ni la generalización de los procedimientos
estadísticos, lo que hay que invocar para explicar las condiciones de posibilidad de la
sociología del suicidio de Durkheim. Ni siquiera su afán moralizador (por cierto
importante). Porque para él, el suicidio no constituye nunca otra cosa que el síntoma de
un cierto grado de patología de la estructura social. Ni tampoco responde a la
satisfacción de un requisito especulativo o de pura deducción lógica dado que en su
34
Véase el capítulo siguiente.
35
Para un análisis más pormenorizado, veáse Gonthier, F. (1998), en quien me he basado para desarrollar
la ilustración.
filosofía social (y moral) no había lugar para la idea del suicidio. En tal caso, la idea de
suicidio sólo encuentra lugar como anomalía que es necesario rectificar o lo que su
teoría positivista de la sociedad pretende hacerse cargo de eliminar.
3. La idea de suicidio se cuestiona sólo en tanto que se presenta como un sinsentido que
es necesario superar porque compromete las condiciones mismas del discurso
sociológico (que es un discurso de y sobre el sentido). Es un caso límite para la
objetivación sociológica que lo convierte en problema antes de darle sentido. Es una
”zona de sombra” que se impone primero como un enigma a priori , una duda que
amenaza con la ausencia de respuesta por parte de la teoría social. La idea del suicidio
constituye desde un punto de vista epistemológico el dilema (¿aporía, paradoja,
antinomia?) por excelencia de la sociología que la induce al “error”: lo individual vs.
lo social, lo subjetivo vs. lo objetivo, la acción vs. la estructura. La idea de suicidio es
de las que obliga al investigador a asumir el riesgo por la fertilidad que la misma
supone, a extremar la imaginación sociológica, la audacia teórica para demostrar la
presencia (determinación) de lo social en un hecho tan “individual” como el suicidio, a
hacerse cargo de los riesgos en las “condiciones más desfavorables” (Wainerman y
Sautú, 1998).
4. Y es la teoría sociológica de Durkheim la que fundamente la idea de suicidio, la que
le da consistencia, asignándole un lugar en sus tesis teóricas. La que vincula la idea
sociológica del suicidio con el hecho social. A diferencia de la perspectiva weberiana,
que postula que todo hecho social es ipso facto un hecho sociológico, para Durkheim la
conexión entre lo social y lo sociológico no queda certificada de manera inmediata sino
que se articula (construye) teóricamente: no puede decirse nada sociológico sobre el
suicidio sin haber formulado previamente una teoría sociológica que lo defina como
objeto teórico. No se trata de “atomizar y luego sumar” –como lo pretende el estilo
empirista inductivo ingenuo (y no tanto)– para llegar al hecho científico, se trata de
“conquistar, construir y comprobar” el hecho científico. Sólo la construcción teórica
permite resolver la antinomia entre individuo y sociedad posibilitando que la razón
sociológica tome conciencia de sí misma.
CAPÍTULO 3: EL PROBLEMA DE INVESTIGACIÓN Y SU FORMULACION
36
Adorno, T. (en Popper, K. y otros, 1978:45).
2. La formulación del problema de investigación
¿Qué opinan los ciudadanos sobre la sanción por ley de la obligatoriedad de los
debates presidenciales entre los candidatos?
¿La satisfacción con un producto, garantiza la fidelidad de marca por parte de los
usuarios?
¿La elección de los lugares de compras por parte de los consumidores se realiza en
función de las promociones que ofrecen las tarjetas de crédito?
¿Por cuáles motivos las víctimas no realizan las denuncias pertinentes por los delitos
padecidos?
¿Cómo han impactado las redes sociales virtuales en el estilo de vida de los adultos?
Objetivo general:
Investigar el impacto de las redes sociales virtuales en el estilo de vida de los adultos.
Objetivos particulares:
Elaborar una radiografía de usuarios de redes sociales según frecuencia y
características de participación, sexo, edad y nivel de estudios.
Describir –desde la perspectiva de los usuarios– los cambios provocados por las
redes en sus estilos de vida.
Analizar las principales actividades socioculturales realizadas en el último mes:
prácticas deportivas, concurrencia a espectáculos, reuniones con amigos y/o familiares,
lecturas de libros, etc.
1- Teorías e Hipótesis:
La teoría, por lo tanto, no es pura especulación, sino algo construido sobre una
serie de hechos. Ahora bien, estos hechos, debidamente conceptualizados
pueden ser analizados lógicamente y, por consiguiente, partiendo de ellos, es
posible deducir nuevas relaciones que todavía no han sido afirmadas por la
teoría. (BOUDON y LAZARSFELD: 47 a 49)
Las hipótesis representan, pues, otra nueva concreción del tema a investigar,
necesaria para proceder con el debido orden en la comprobación científica. Precisan, en
general, el objetivo de ésta y orientan la búsqueda de explicación al problema
planteado, lo que equivale a decir que iluminan el proceso de la investigación en sus
distintas fases. Por todo ello, las hipótesis son básicas en toda investigación científica.
3.1 - Definiciones:
Hipótesis Científica:
Concepto:
El concepto, fruto de una abstracción, consiste en la representación mental de un
objeto, situación o fenómeno.
Variable:
En ciencias fácticas (las que estudian hechos o fenómenos, tales como biología,
física, sociología o psicología experimental): Todo concepto que puede asumir distintos
valores, características o atributos susceptibles de medirse.
En filosofía, metafísica o religión (que estudian absolutos, valoraciones, etc, no
sujetos a supuestos o comprobación empírica): Todo concepto que puede asumir
distintas categorías, no necesariamente mensurables.
Cabe mencionar el caso especial de las matemáticas, el álgebra o el cálculo en
general, que a pesar de trabajar con signos y símbolos conceptuales, también emplean
variables abstractas que permiten establecer mediciones.
- Las mismas deben ser específicas y concretas, ya que si son demasiado amplias y
generales no se podrán verificar directamente.
Ejemplo de Hipótesis de una sola variable: Las nubes están compuestas por
gases; Los hombres son mortales; Este árbol es viejo; o El capital depositado ha
aumentado. Como se aprecia se trata en general, de enunciados descriptivos.
Aquellos jóvenes que adquieren tempranamente un manejo del paquete office tienen
mayor posibilidad de obtener puestos con mejores salarios y condiciones físicas de
trabajo que aquellos que no poseen esa capacidad.
Cuanto más puntos obtenga un trabajador en el test de “Conformidad con sus tareas”
menos cantidad de faltas presentará en su registro de asistencia.”
Si las variables son conceptos que asumen diferentes valores esos valores se
denominan categorías. Dicho de otro modo, las categorías son las distintas alternativas
que –a los fines de una determinada investigación– presenta la variable; alternativas en
las cuales serán clasificadas o agrupadas las unidades que constituyen el universo de
estudio.
Por ejemplo:
Variables Categorías
Más allá de los principios anteriores, existen otros factores de los cuales depende la
categorización de una variable:
Cuando se categoriza una variable se está construyendo una escala; toda escala
es un instrumento de medición. En su acepción más básica y general, medir significa
ordenar a lo largo de un continuo. Existen diferentes niveles de medición que dan lugar
a distintos tipos de escalas:
independientes
dependientes
contextuales
antecedentes
intervinientes
Y esta otra: “El nivel salarial incide en el rendimiento de los trabajadores siendo
que a una menor remuneración existe un menor rendimiento”.
X: Nivel salarial
X Y
X: Presupuesto educativo
Simbólicamente sería:
X Y
3) “En la Universidad de Buenos Aires, el grado de aceptación del CBC (Ciclo Básico
Común) es más alto en los estudiantes que tienen una mayor participación
sociopolítica, especialmente en aquellos que cursan carreras humanísticas”.
Tc (constante): Universidad de Buenos Aires
Tc (comparativa): Carrera cursada (humanísticas / no humanísticas)
X: Grado de participación sociopolítica
Y: Grado de aceptación del CBC.
Tc X Y
Sin embargo, no deben ser confundidas con las variables antecedentes (Ta) que
como su nombre lo indica también se posicionan con anterioridad a la variable
independiente, pero se utilizan para hacer referencia a otras propiedades, atributos o
magnitudes de las unidades de análisis que –sin ser áreas contextuales–, también pueden
incidir en la relación entre “X” e “Y”, ya sea actuando sobre alguna de ellas o sobre
ambas.
Veamos algunos ejemplos:
1) “Entre los adolescentes, los gustos musicales suelen variar según su nivel de
instrucción pero también existe cierta afinidad con las preferencias musicales de sus
padres”.
Tc (constante): Población adolescente
Ta: Preferencias musicales de los padres
X: Nivel de instrucción
Y: Gustos musicales de los adolescentes
X Ti Y
Ejemplos:
1) “A medida que transcurren los años las personas son menos predispuestas a los
cambios, actitud que varía en aquéllas que están acostumbradas a realizar
emprendimientos”
X: Edad
Ti: Cantidad de emprendimientos realizados
Y: Grado de predisposición para el cambio.
2) “En las empresas del rubro automotriz, a una mayor capacitación del personal le
corresponde un aumento en su rendimiento, siempre y cuando dicha capacitación
redunde en una mejora en la organización de su desempeño”.
Tc: Empresas rubro automotriz
X: Nivel de capacitación
Ti: Grado de organización en el desempeño
Y: Nivel de rendimiento
Tc Ta X Ti Y
3) “El interés por la lectura en los niños en edad escolar varía en proporción inversa al
tiempo de exposición frente a los medios audiovisuales, relación que se ve afectada
cuando existen hábitos de lectura en sus padres o cuando se implementan en las
escuelas experiencias con uso de periódicos o talleres afines”.
Tc: Niños en edad escolar
Ta: Hábitos de lectura en los padres
X: Tiempo de exposición frente a los medios audiovisuales
Ti: Implementación en las escuelas de experiencias/talleres de lectura
Y: Grado de interés por la lectura.
Subdimensión Subdimensión
2.1 2.2
Indic. 1.1 Indic. 1.2 Indic. 2.1 Indic. 2.2 Indic. 3.1 Indic. 3.2
A B C A B C A B C A B C A B C AB C
Indic. = indicadores
ÍNDICE
Indices no ponderados
Indices ponderados
Simples
Porcentuales.
En todos los casos son índices sumatorios: resultantes de la suma de los puntajes
asignados.
Un índice es no ponderado cuando se adjudica a cada dimensión y/o a cada
indicador, el mismo peso relativo o la misma participación en la variable. Esto significa
que cada dimensión tendrá igual cantidad de indicadores y a su vez éstos, el mismo
número de categorías. O en su defecto –si no se puede eliminar algún indicador o
reducir su número de categorías–, habrá que compensar otorgándole un menor puntaje
relativo. De esta manera –y en términos de sumatoria de puntajes–, cada dimensión y
por ende, cada indicador, tendrán iguales puntajes mínimo y máximo (ver ejemplos).
También existe la posibilidad de asignarle a más de una categoría del indicador en
cuestión, el mismo puntaje.
Un índice es ponderado cuando se le asigna –voluntaria o involuntariamente– a
una dimensión, indicador o incluso a una determinada categoría de indicador un mayor
peso relativo, sea en el campo total de la variable o en los campos parciales de las
dimensiones o indicadores.
Por lo general –ya sea por razones teóricas, metodológicas o simplemente por
comodidad operativa–, la mayoría de los índices son ponderados. Lo importante en
estos casos es ser conscientes de la existencia de dicha ponderación; que por otra parte,
muchas veces lleva a descompensar a la propia variable o a distorsionar su medición,
terminando por sesgar –aunque más no sea parcialmente–, la investigación. También es
necesario señalar que además de la justificación metodológica o teórica en algunos
casos la ponderación se efectúa teniendo en cuenta criterios “empíricos” de
representatividad; esto significa que son los propios sujetos estudiados y/o el cliente
para el que se realiza la investigación, quienes “sugerirán el tenor” de la ponderación y
que no necesariamente tiene que coincidir con lo estipulado por la teoría. Por ejemplo,
si se trata de operacionalizar ponderando la variable Grado de Satisfacción de los
clientes de un supermercado, puede ocurrir que en estudios previos (exploratorios -
cualitativos) surja una mayor valoración de la capacidad de la playa de estacionamiento
que de la cantidad de cajas de cobro mientras que para los dueños de dicho
establecimiento lo más importante sean aquellos aspectos que puedan modificar y/o
mejorar como la limpieza, la atención, etc.
La segunda distinción entre simples y porcentuales se refiere al sistema de
puntaje que se emplea. Los índices simples utilizan valores absolutos (enteros o con
decimales) –empleando o no el 0 (cero) inicial–, y por lo tanto, la amplitud del índice y
sus puntajes mínimo y máximo varían para cada variable. Además, resulta más difícil
–e incluso hasta arbitraria–, la apreciación y/o distribución de los pesos relativos.
Por su parte, los índices porcentuales se construyen con valores relativos
(enteros o con decimales) –y en todos los casos–, emplean el 0 (cero) inicial.
Básicamente la idea es llevar la amplitud de cualquier variable a 100 puntos. Luego a
cada dimensión e indicador se le asigna su participación o peso relativo (ver ejemplos).
Entre las ventajas que ofrece este sistema, se pueden mencionar las siguientes:
a) Todas las variables se miden con la misma escala numérica (de 0 a 100), lo que hace
posible las comparaciones, su tratamiento en términos de puntajes de índice como si
fuesen cuantitativas y la aplicación de coeficientes estadísticos (análisis de
correlaciones, regresiones, etc.).
b) Una vez familiarizado con su uso, es más sencillo establecer a priori las amplitudes
de las categorías de la variable compleja dado que a igual cantidad de alternativas, el
rango –si se adopta el criterio de división igualitaria–, siempre es el mismo.
c) Se visualiza realmente la participación que cada dimensión y/o indicador tiene en la
variable, apreciándose fácilmente si existe o no ponderación; e incluso facilita su
representación gráfica.
d) Permite intercambiar diferentes indicadores sin modificar la amplitud de la variable o
de la dimensión.
e) Posibilita compensar la desigualdad en el número de categorías por indicador.